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La narrativa española del siglo XX hasta el estallido de la guerra puede dividirse en dos
grandes etapas. La primera de ellas abarcaría a los movimientos
modernistas-noventayochista y la segunda al novecentismo y las vanguardias.
En España, se llamó Modernistas a todos los escritores que tenían impulsos estéticos y
artísticos innovadores y revolucionaron el arte de finales del siglo XIX y principios del XX.
Como movimiento literario surge en Nicaragua a manos del poeta Rubén Darío. En España
tenemos un modernismo tardío y simbolista, que se desarrolla sobre todo en poesía (la
etapa sensitiva de Juan Ramón Jiménez –La soledad sonora- y las Soledades, galerías y
otros poemas de Antonio Machado).
Los temas noventayochistas son: el tema de España, las tierras de España que recorren y
describen, y la historia de España, lo que Unamuno llamó “intrahistoria” y las
preocupaciones existenciales, se interrogan sobre el sentido de la existencia humana, el
paso del tiempo y la muerte.
Se incluyen dentro de esta generación a escritores como Miguel de Unamuno, Azorín, Pío
Baroja, Valle Inclán y Antonio Machado. En concreto, los novelistas de la generación del
98 modifican de una forma importante las características de la novela anterior hasta el punto
de hacerlas casi desaparecer. Las características de la novela noventayochista son: una
estructuración en torno a un único personaje, el cual es un ser trágico que evoluciona a una
situación espiritual límite. El proceso de cambio no se centra en los sucesos externos, sino
en la mentalidad del protagonista. Los incidentes son sustituidos por diálogos (señalan un
estado de desarrollo mental del protagonista).
La nueva mentalidad histórica y social del siglo XX hizo que los narradores del 98
convirtieran los conflictos internos y existenciales del ser humano en el tema principal de
sus novelas. Cada autor deja su impronta en los temas.
- Pío Baroja: Nació en San Sebastián y vivió, durante casi toda su vida, en Madrid.
Estudió Medicina, aunque su ejercicio como médico fue breve. Publica sus primeros
libros en 1900 tras una serie de colaboraciones en diarios y revistas. Sigue una etapa de
intensa labor que conjuga con viajes por España y Europa. Sus obras se dividen en dos
grupos:
· Novelas de pensamiento entre las que se incluye El árbol de la ciencia (1911).
En éstas Baroja expresa un escepticismo absoluto y destacan también Camino
de perfección y La busca.
· Novelas de acción: En las cuales hay un cúmulo de sucesos en los que la
aventura constituye el argumento central. Las más importantes son Las
inquietudes de Shanti Andía y las novelas de la trilogía Memorias de un hombre
de acción.
Pero en torno a 1914 surge en España una nueva generación de intelectuales, formados en
universidades y de clara vocación europeísta que influidos por el clima de las nuevas
vanguardias europeas reacciona contra el sentimentalismo en el arte y propone una
postura más neutra e intelectual. Se les conoce como NOVECENTISTAS O
GENERACIÓN DEL 14.
Los nombres más destacados de este grupo de intelectuales son:
- Ramón Pérez de Ayala: En sus novelas predominan elementos intelectuales,
visibles en las frecuentes digresiones sobre temas diversos. Experimenta con la técnica
y la estructura narrativa buscando originales perspectivas. Algunas de sus obras más
conocidas son Troteras y danzaderas, o Belarmino y Apolonio. Su estilo posee una gran
elegancia: sintaxis perfecta, equilibrio en la expresión y léxico rico.
- Gabriel Miró: En sus novelas predominan las descripciones llenas de elementos
sensoriales, que recrean la realidad a base de impresiones. La acción apenas existe,
todo está supeditado a lo sensorial, de manera que los objetos cobran más importancia
que las figuras humanas. Su estilo es muy elaborado y lírico, pero lento y recargado.
Algunas obras destacadas son: Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.