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Huérfana de padre a los cuatro años, en 1900 viaja con su madre a Argentina, donde ya se

encontraba su hermano mayor. Siendo apenas una niña comienza a trabajar en una
fábrica y aprende por su cuenta a leer y escribir, destacando pronto en las luchas
libertarias.
En 1904 es figura central del anarcosindicalismo argentino de tendencia feminista, y
participa en la manifestación del 1 de mayo, durante el mitin convocado por la FORA que
es duramente reprimido por la policía.
En 1907 junto a Virginia Bolten, Teresa Caporaletti, María Collazo, Elisa Leotar, María
Reyes, Violeta García y Marta Newelstein organizan el Centro Femenino Anarquista.1
Paralelamente, en Rosario, se funda el Centro Femenino Anarquista “Luisa Michel”, en
memoria de la revolucionaria francesa que participó en la Comuna de París en 1871.
Juana Rouco y María Collazo son oradoras durante la masiva marcha organizada por el
comité de la histórica Huelga de Inquilinos protestando por el alza de alquileres y desalojos
de los conventillos. Esta huelga tuvo la adhesión de 100 mil personas, la mayoría
obreros/as. Fue reprimida a sangre y fuego. Como consecuencia de la represión hubo una
víctima de 17 años llamado Miguel Pepe.1 A raíz de su participación, el gobierno aplica
la Ley de Residencia para expulsar a varios dirigentes anarquistas por su condición de
extranjeros, como María Collazo y Virginia Bolten, uruguayas, y Juana Rouco Buela,
española que es deportada a Europa.
En 1908 llega al puerto de Barcelona y conoce a la militante anarquista Teresa
Claramunt y visita varias escuelas que se rigen por la pedagogía libertaria de Francisco
Ferrer y Guardia.1 Tiempo después regresa al Río de la Plata, recalando en Uruguay.
En 1909, fue cofundadora y directora2 del periódico anarquista La Nueva Senda,3
publicado en Montevideo, junto a Virginia Bolten, María Collazo y un equipo de anarquistas
varones.4
Por haber sido oradora en un mitin en repudio al fusilamiento en Barcelona, del educador
español Francisco Ferrer, sufre nuevas persecuciones. Ante una redada policial frente a su
casa se escapa disfrazada con ropa masculina. Logra salir de Colonia vestida de riguroso
luto, con la cara cubierta por un velo a la usanza de la época y una niña en brazos. Luego
del fusilamiento del educador español el Diario "El Día"1 publica unos versos en honor a
Juana:
"Es cosa que desconsuela, ver que se vuela la Buela con tanta descortesía que es como si en este
día le arrancaran una muela...o dos a la policía"
Lasso de la Vega, Leoncio

En Argentina una huelga general convocada por la FORA, provoca una represión desatada
contra los dirigentes más combativos, entre ellos, Juana Rouco. Y es detenida y entregada
a Montevideo bajo el pedido de extradición.
Luego de permanecer casi un año en prisión, obtiene su libertad bajo fianza, volviendo
nuevamente a las filas anarquistas uruguayas, sin interrumpir su militancia hasta 1914.
En 1914 planifica radicarse en París, es descubierta en el barco en que viaja
hacia Europa en forma ilegal y desembarca en Brasil. Se instala en Río de Janeiro durante
tres años, alternando su oficio de planchadora con su activismo en el mundo intelectual y
obrero carioca.
Tres años después regresa a Buenos Aires, y comienza su intervención en huelgas que
estallan en forma constante. El clima de violencia en las luchas sociales alcanza su
expresión más álgida durante la "Semana Trágica". Junto con su compañero José
Cardella, desarrolla charlas por distintas ciudades del interior del país, las cuales le
permiten ser reconocida por su desempeño múltiple: dirigente sindical, oradora, escritora y
feminista, aunque mantuvo diferencias con los movimientos feministas.
En la ciudad balnearia de Necochea, el año 1921, un grupo de mujeres encabezadas por
Juana Rouco Buela funda el Centro de Estudios Sociales Femeninos, que da nacimiento al
periódico anarquista de “Ideas, Arte, Crítica y Literatura” Nuestra Tribuna (1922-1924).
Al igual que La Voz de la Mujer, recibe muchas críticas y suscita una polémica entre los
círculos anarquistas. La publicación también afronta dificultades financieras y la negativa
de la imprenta a seguir imprimiéndola, por las amenazas de la policía. El último número
aparece en noviembre de 1923. Juana Rouco y su familia deben abandonar Necochea.
El 1 de noviembre de 1924, en la localidad de Tandil, reaparece Nuestra Tribuna, aunque
por un tiempo corto. Afronta de nuevo muchas dificultades. El local del periódico es
atacado a balazos por un grupo opuesto a las ideas de la publicación y esta sale de la
circulación. Al año siguiente, en Buenos Aires, se publican los tres últimos números.
El golpe de Estado de 1930 es un momento de inflexión para los grupos anarquistas y para
la propia Juana, que queda sola con sus hijos al ser abandona por su compañero.
Con la Guerra Civil Española reaparece Juana Rouco Buela, organizando con otras
mujeres de diversos partidos políticos y agrupaciones feministas, formas alternativas de
ayuda a la causa republicana. En 1964 escribe y se publica su autobiografía "Historia de
un ideal vivido por una mujer". Fallece en Buenos Aires, a los 80 años de edad, el 31 de
octubre de 1969.

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