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“... pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les concedió el poder de
convertirse en hijos de Dios. Los que creyeron nacieron de nuevo. Desde luego, no fue éste
un nacimiento corporal, fruto de pasiones y planes humanos, sino un producto de la
voluntad de Dios...” Juan 1:12 – 13 (NVI)
Todo hombre y mujer está compuesto por tres partes: Espíritu, Alma y Cuerpo.
Cuando DIOS creó al hombre y a la mujer, los diseñó con su misma esencia y naturaleza.
(Leer Génesis.1:27-28) De ésta manera, podían compartir con Él sin problemas. Imagínate
lo siguiente: ¿Será físicamente posible que un perro comparta en un mismo ambiente con
un pez? Claramente no, ya que, si el pez intenta estar fuera de su ambiente, moriría; del
mismo modo el perro.
¿Cómo fue que perdimos la imagen de DIOS? En Génesis 3 se nos cuenta el relato de
cómo fue que tanto el hombre como la mujer traicionaron a DIOS. Se hicieron amigo del
enemigo de DIOS. Esto provoca una separación por una sustancia espiritual que se llama
pecado. El hombre pierde la imagen de DIOS y se vuelve un ser sensorial, gobernado por lo
que piensa, siente o quiere. En realidad, ahora tiene la misma naturaleza de satanás. (Leer
Gálatas 5:15)
“...porque ahora tienen una nueva vida, que no recibieron de sus padres y que jamás se
desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes es eterna, porque se las dio Cristo, el vivo y
eterno mensaje de Dios”. (1 Pedro. 1: 3)
¡MIRA LOS BENEFICIOS DE SER UNA PERSONA QUE NACIÓ DE NUEVO! Leamos los textos
y reflexionemos juntos:
CONCLUSIONES.
- Eres lo que eres por naturaleza. Por más que intentes actuar como un pez o un perro, no
eres ni jamás serás un pez o un perro. No olvides esto: DESDE HOY, CRISTO ES TU VIDA. Ya
no eres el antiguo TU. Desde hoy todo lo que vivas será la vida de Cristo en Ti.
- Aunque te sientas igual, si ocurrió un cambio espiritual en ti. Así como un bebé, tú has
nacido a una nueva vida. ¡Te desafiamos a creerle a Dios y a vivir lo que Jesús hizo por ti! ¡Él
tiene toda una nueva vida para ti!
Tema 2: EL ARREPENTIMIENTO Y LA CONVERSIÓN.
QUÉ NO ES EL ARREPENTIMIENTO.
- Llorar, sentirte mal contigo mismo o por cómo se sienten los demás
respecto de una palabra, decisión o acción que dijiste, elegiste o llevaste a cabo.
- No es una promesa a tu mamá, papá, pololo o polola, amigo o amiga
o cualquier persona de que vas a cambiar.
- No es realizar acciones que “demuestren” que cambiaste. Eso puede
cambiar de un día para otro.
Todo esto que hemos mencionado se llama remordimiento. Veamos sus características:
Se abren los ojos del espíritu: para comprender lo que heredamos, lo que
poseemos, quienes somos y el propósito para nuestras vidas en Cristo Jesús.
(Efesios.1:16-23, leerlo).
Nos hace madurar: pasamos de ser niños que fluctúan a ser maduros, en
oración, confesión, vida de fe, dadivosidad. (Efesios.4:14; Gálatas.4:1).
Crecer en las circunstancias: podemos decir lo que decía Pablo en 2
Corintios.4:17 y Romanos.8:28.
Arrepentimiento es cambio de reino. (Colosenses 1:13). Significa renunciar a Satanás
y a las tinieblas y entregarse a Jesús y servirlo en todo. Ese cambio implica seguir a otro rey,
otras leyes, otros principios, otros valores, una nueva vida.
Cuando hablamos de una verdadera conversión, nos referimos a un giro de 180º que
dará nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu; es convencernos totalmente que sólo en Cristo
podremos encontrar una vida plena y con verdadero gozo. El volvernos a Cristo, en
cualquier circunstancia, sin importar nuestro pasado o nuestros errores, es el resultado de
una obra divina en nosotros.