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Hebreos 1:10-14
10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus
manos.
11 Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una
vestidura,
12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados;
Pero tú eres el mismo,Y tus
años no acabarán.
13..Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
14..¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de
los que serán herederos de la salvación?
- Hay espíritus ministradores enviados por Dios para servir a sus hijos.
- La Palabra de Dios nos muestra, en la historia de Job cap. 1:9,10 que estos
ángeles forman un cerco de protección alrededor nuestro y nos protejen.
- El mismo David en su salmo 34:7 declara que ”el ángel de Jehová acampa
alrededor de los que le temen y los proteje”
¿Por qué Dios hace esto? ¿Por qué encomienda a sus ángeles que nos
cuiden?
* Somos su especial tesoro, nación santa, como lo declarara Pedro en su 1era carta
cap. 2 vers.9: ”Mas vosotros soís linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios….”
* Somos la oveja perdida por quien el Pastor dio su propia vida para rescatarnos,
pues el buen Pastor su vida da por sus ovejas.
* Porque estando lejos de Dios nuestro Padre Celestial, nos alcanzó su misericordia
y nos trajo a su luz admirable. Hemos sido alcanzados por su misericordia.
* Porque fuimos rescatados, no con oro ni con plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo nuestro Redentor! Según el mismo Pedro también declara en su 1era carta
cap. 1 vers. 18 y 19.
Dios ha encomendado a ángeles para cuidar a sus hijos y estos ángeles tienen
acceso directo al Trono Celestial. Jesús lo dijo así:
Por otro lado la Palabra del Señor nos indica que nuestro enemigo el diablo ”anda
como león rugiente buscando a quien devorar”.
Tenemos a un enemigo que no sólo busca que en nuestro diario vivir hayan
contiendas, que no vivamos en paz, sino que busca nuestras vidas. Nos quiere
destruir. Y nos asecha sigilosamente, estudiando, tal como un león hambriento,
nuestros movimientos, nuestras acciones, nuestras flaquezas, nuestros lados
débiles, y cuando nos ve que nos apartamos del cuidado divino, nos ataca.
Cuán importante es que cada nuevo día, cada mañana, junto a nuestros
esposas/esposos, junto a nuestros hijos, se lo encomendemos a Dios.
Por ello es importante encomendar a Dios cada uno de nuestros días, día tras día,
un día a la vez.
El Señor encomienda a sus ángeles para que velen sobre nuestro andar, nuestras
pisadas, para que nada nos pase:
16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros
sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre
ellos, Y seré su Dios,Y ellos serán mi pueblo.
18 Y seré para vosotros por Padre,Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso”.
Los ángeles del Señor guardan nuestros pasos, cuidan de nuestra vida, pero cuando
escojemos lo insano, las tinieblas, nos ponemos a merced de aquel quien busca tan
solo nuestra infelicidad y destrucción.
Satanás le dijo a Eva que si comía del árbol del cual Dios le ordeno que no lo
hiciera, no moriría, sino que sería como Dios, sabiendo el bien y el mal.
Eva probó del fruto, y efectivamente no murió. Pero comenzó a hacerlo de a poco.
La recién creada pareja, salida de las manos del Creador y portadora de la gloria del
Dios viviente, había perdido la gloria que poseía de Dios, se habían desconectado
de la fuente de la vida. Y lentamente sus cuerpos comenzaron a envejecer, tuvieron
que probar el dolor, el esfuerzo y sufrimiento que traía el ganarse el pan diario,
experimentar el triste y dramático descenlace de la rivalidad entre sus hijos viendo
convertirse a uno de ellos en asesino de su propio hermano. Presenciaron la nefasta
consecuencia de su equivocada decisión al ver como todo aquello que Dios había
creado para su eterno beneficio y felicidad se había manchado de degradación y
muerte.
Es así como el enemigo destruye, no lo hace de una vez. Te engatuza mostrando la
falsa cara del mundo haciendote creer que lo que este te ofrece te dará felicidad
mientras vivas. Pero detrás de esa fachada vienen corriendo detrás tuyo las
lágrimas, la degradación, la enfermedad física y espiritual, y finalmente te aplasta, te
destruye, te reclama como su esclavo y te mata.
Por ello el padre o la madre deben orar con fervor de Dios que los hijos sean
guardados durante el día.
”Acudid con humildad, con un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones
y peligros que os acechan a vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad a estos…..
al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles del señor guardarán
a los Hijos dedicados a Dios.”
Los ángeles de Dios, que son millares de millares y millones de millones… nos
guardan de todo mal y repelen las fuerzas del mal que procuran destruirnos. ¿No
tenemos motivos de continuo agradecimiento, aun cuando haya aparentes
difilcutades en nuestro camino?”
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ERES SANTO (Ministerio Eco)