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Una breve reseña. El método Marshall, desarrollado en los años 30s y mejorado
en los 40´s, se convirtió en una forma muy práctica, sencilla y portable, para diseñar
mezclas asfálticas, basado en el mazo Marshall, de fácil uso, fuera manual o de
manera automatizada, y su método de falla, que brinda dos parámetros, la
Estabilidad y el flujo plástico. En general, el método resulta muy bien para obtener
probetas repetibles en cuanto a sus propiedades físicas, y la metodología de falla
ha sido probada como repetible y reproducible. El equipo para determinar los
valores de Estabilidad y Flujo Marshall se muestra a continuación.
Las deficiencias del método, que se empezaron a cuestionar desde los 70´s, fueron
precisamente, esas iniciales ventajes. Primeramente, el método de compactación
por impacto, generado por el mazo, empezó a dar problemas para mezclas
asfálticas con agregados de mayor tamaño, aún cuando se usaba el molde de
mayor tamaño, también se empezó a criticar que el proceso de compactación en
campo, realizado por la maquinaria, es totalmente diferente, corresponde más bien
a un amasado, y cuando se empezaron a usar asfaltos modificados, el proceso de
compactación fallaba por las temperaturas de compactación, que luego debieron
ser modificadas. El otro aspecto que empezó a cuestionarse, era la veracidad del
parámetro de estabilidad/flujo Marshall, como un verdadero predictor de
desempeño.
Así las cosas, tampoco lograr una adecuada volumetría de la mezcla asfáltica puede
garantizar un adecuado desempeño de la mezcla. Por esto, el diseño moderno de
materiales para pavimentos requiere de otros ensayos ensayos, los ensayos de
desempeño!
En Costa Rica, recuerdo varios años en que hubo una gran polémica acerca de, en
qué punto de la gráfica de estabilidad flujo, se debían medir dichos parámetros. Esta
situación, desde mi óptica, generó la aceptación de mezclas altamemente
deformables, a pesar de que los valores de flujo plástico reportados estaban dentro
de rangos aceptables, para mezclas estables volumétricamente. Esto, porque
algunas veces las curvas presentaban comportamientos extraños. Podría colocar
acá alguna de las gráficas que generaban confusión, pero debido a que no creo en
la efectividad del método, no me parece conveniente terciar sobre él.
Por lo tanto, el principal problema del ensayo Marshall no es que sea un ensayo
empírico, sino que no correlaciona bien con propiedades fundamentales de los
materiales. Esto es, que un flujo muy alto, fuera de especificación no
necesariamente va a verse reflejado en altas deformaciones plásticas en sitio, o en
el caso contrario, agrietamientos severos. Una estabilidad alta tampoco garantiza
una adecuada resistencia al corte de la mezcla asfáltica. Por esto, fue que se buscó
un método mas competente para preparar los especímenes de ensayo y la
volumetría, el Superpave, y se desarrollaron una serie de ensayos de desempeño,
para, precisamente, predecir el comportamiento de la mezcla ante estos fenónemos.