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la asistencia del señor Presidente Constitucional de la República Arquitecto
Fernando Belaunde Terry.
Este acápite nos llama a colación manifestarles que, el local de nuestra sede
judicial con 44 años de funcionamiento, hoy en día resultan sus ambientes
reducidos, por el incremento de los despachos jurisdiccionales, razón que a la
fecha cuenta con locales periféricos, que por su estructura y ubicación no son
idóneos porque no tienen la funcionalidad que corresponde cubrir el servicio de
justicia, que nos asegure accesibilidad adecuada de la ciudadanía hacia los
órganos jurisdiccionales, como la atención a la totalidad de demandas en pos
de soluciones.
Sabemos bien, de las gestiones de los anteriores señores Presidentes y
actualmente del Dr. Daniel Peirano, en coordinación con el señor Presidente del
Poder Judicial, Dr. César San Martín, se viene interactuando con el Gobierno
Regional del Callao con la finalidad de materializarse la construcción en el
terreno adjudicado a esta casa judicial, atendiendo a que su necesidad es
impostergable y considerando la armonía con las políticas y planes nacionales
de desarrollo, del Gobierno Regional; que es de público conocimiento público el
compromiso de su Presidente Dr. Félix Moreno Caballero, hombre efectivo de la
gestión progresista al servicio de la comunidad en cumplimiento de la misión y
visión planificada de esta institución; es por ello que le solicitamos la efectividad
de su apoyo, a fin de que se concrete los acuerdos celebrados con el Poder
Judicial, considerando el Principio de Unidad del Estado Peruano, para
asegurar una mejor adecuación de la acción del Estado en aras de solución de
conflictos, de agresiones y atentados personales y patrimoniales, que constituye
la seguridad ciudadana, últimamente requerida y aclamada, por la sociedad,
que involucra, entre otros entes públicos, al Poder Judicial y al propio Gobierno
Regional; cuya acción se justifica cuando es necesario lograr los objetivos de la
Constitución, de ahí que la subsidiariedad está en íntima relación del gobierno
con la sociedad y cobra la importancia estatal de su actividad, cuando permite
que la población sea favorecida con miras al bienestar general.
Sólo así, el Estado accederá a cumplir con unos de sus deberes primordiales,
que es el desarrollo integral y equilibrado de la Nación, sostenido en los
artículos 43 y 44 de nuestra Constitución. Y que últimamente nos hace mucha
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falta, con los atentados crueles habidos en nuestra sociedad, que huelga
decirlos, porque venimos siendo informados permanentemente, mediante los
medios de comunicación, que juegan un rol muy importante con la colectividad.
Y aquí me quiero detener para no pasar por alto el asesinato ocurrido en estos
días, y que sufriera el joven Fiscal Provincial de Casma, Dr. Luis Sánchez
Colona y que merece el repudio total de los magistrados y magistradas, que día
a día ofrecen su servicio a la comunidad, con la altura de la responsabilidad del
cargo encomendado, sujeto a la Constitución y la ley, y de la propia sociedad,
ante ello, no debemos amedrentarnos, porque ese es el desafío de nuestra
noble función, sin embargo, ello no basta ni obsta que las Altas Instancias
interactúen con el Poder Ejecutivo y Legislativo para combatir esta clase de
execrables delitos organizados, con las facultades fundamentales puestas a su
disposición; porque la SEGURIDAD CIUDADANA, es también un derecho
fundamental que nos corresponde a todos.
Desde su creación esta Corte Superior ha estado vinculada y unida
indisolublemente a la historia de la Provincia Constitucional del Callao, fue
escenario del Primer Congreso Constituyente de 1823 y del retiro definitivo del
Ejército español en 1826. Denominada asilo de las leyes y de la libertad, por la
Convención Nacional de la República peruana en 1834, por la fidelidad y
heroísmo de su pueblo, denominaciones que nos deben inspirar a los
magistrados por la defensa de la legalidad y la protección de la libertad, bajo
imperio de la imparcialidad e independencia que rodea al juez y la juez en sus
decisiones judiciales, con probidad, sapiencia y honestidad, que exige un
Estado Democrático Constitucional.
Es relevante expresar un texto motivador del Dr. Velasco Gallo, que dice: “Es
indispensable interpretar la norma jurídica, desentrañar su verdadero
sentido descubrir sus alcances. La deficiencia legal no debe ser un
obstáculo para la solución de los problemas que cotidianamente surgen
en el seno de la sociedad. Al resolver esos problemas el juez crea la
solución no prevista, y da nueva vida al precepto legal, que pierde así su
rigidez… Una exégesis sabia permite darle al texto legal un sentido y un
alcance no previstos por el legislador cuando la redactó. La
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jurisprudencia es así un complemento de las leyes, porque vivifica y
renueva el ordenamiento escrito….”.
Bajo ese contexto, precisamente los magistrados y magistradas, tenemos la
necesidad y responsabilidad de una permanente capacitación idónea, por los
retos, ante una realidad económica, social y cultural como su globalización,
como parte de la política y gestión pública, que va a permitir al juez y la juez
alternativas jurídicas sin endeblez profesional, ni temores sino con una firme
convicción en la decisión judicial, bajo el debido proceso como garantía efectiva
de la tutela judicial de los derechos que corresponda en la solución de
conflictos.
Y, ello debemos saludar las óptimas coordinaciones que viene realizando el
Presidente del Poder Judicial mediante convenios con universidades de alta
dirección en materias de gestión y administración pública, que permite
aprovechar la oportunidad de los recursos, superando debilidades, a fin de
fortalecer la institución con niveles de credibilidad y confianza. Estos programas
se fundamentan en la necesidad de la administración de la Función Pública.
Sin embargo no podemos dejar en claro, que también corresponde al Estado
satisfacer las necesidades laborales con una justa remuneración a los
magistrados y magistradas por el desarrollo de su labor, y bajo ese sentido la
L.O.P.J. establece en su numeral 186, inciso 5, literal b) precisando que, los
Jueces Superiores, Jueces de Primera Instancia y Jueces de Paz Letrado,
deben recibir el 90%, 80% y 70%, respectivamente, sobre el total de
remuneraciones que perciben los Señores Jueces Supremos., derecho que no
obstante estar reconocido constitucionalmente no se cumple desde hace 21
años, hecho inadmisible en un Estado Constitucional de Derecho, como el Perú;
resulta conveniente informar a la sociedad que no reclamamos aumento de
salarios, sino, simplemente que se otorgue un derecho reconocido legalmente,
con el que se va a permitir llevar una vida con dignidad, valor inherente a la
persona de ahí el derecho fundamental que le asiste, bajo el Principio de
Voluntad Política de Cumplimiento. Igualmente nuestra identificación con los
servidores jurisdiccionales, a quienes también se les debe otorgar una
remuneración digna y justa, porque constituyen el complemento funcional, bajo
la dirección legal clara y sólida del magistrado.
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Por tanto su contraprestación debe ser coherente con la función exclusiva que
igualmente desarrollan.
Señores, agradezco la presencia de Uds, la misma que realza tan importante
acontecimiento, que constituye la celebración de un aniversario más de la
creación de la Ilustre Corte Superior de Justicia de la Provincia Constitucional
del Callao.
MUCHAS GRACIAS