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La pandemia de la hipertensión: Una perspectiva evolutiva.

La hipertensión es una enfermedad multifactorial que depende de factores ambientales y genéticos


junto con comportamientos que aumentan el riesgo de tenerla, por ejemplo: fumar, drogas (ejemplo,
píldora anticonceptiva), falta de actividad física, obesidad, dieta (especialmente sal y potasio). Afecta
a más de 1.200 millones de personas en todo el mundo convirtiéndose en un problema de salud
pública, sin embargo, la causa de la enfermedad se identifica solo en un 10% de los casos
(hipertensión secundaria), y en el 90% de los casos no se encuentra la etiología (hipertensión
primaria o esencial).

La hipertensión es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial.


La presión arterial, es la presión que ejerce la sangre contra la pared de las arterias, siendo un
carácter cuantitativo que muestra una gran variabilidad dentro de las poblaciones humanas. Los
factores más importantes para explicar esta variabilidad son la edad, el sexo, el índice de masa
corporal (IMC), la actividad física, el estrés psicológico, el estado hormonal y la ingesta de sodio y
potasio. La presión arterial sistólica (PAS) tiende a aumentar progresivamente tanto en hombres
como en mujeres desde los 20 años hasta los 80 años, mientras que la presión arterial diastólica
(PAD) disminuye progresivamente después de los 50 años. Estos cambios son típicos de las
poblaciones humanas que viven con una dieta occidental. Los cazadores-recolectores con dieta baja
en sal o alta en potasio como los bosquimanos Kung en Botswana o los indios Yanomamo en la
Amazonia no muestran aumentos similares en la presión arterial con el envejecimiento.

A nivel de población, los factores más importantes del control a largo plazo de la presión arterial son
las ingestiones de sodio y potasio. Estos mecanismos son notables por su capacidad para mantener la
presión arterial dentro de un rango fisiológico, típicamente una PAS medio de 120±10 mmHg y una
PAD medio de 80±5 mmHg.

Factores genéticos: Heredabilidad.

Los factores genéticos determinan una fracción importante (30-60%) de la variabilidad de los rasgos
de PAS y/o PAD. A pesar de esta fuerte heredabilidad, ha sido difícil identificar variantes genéticas
asociadas con la PA en la población general.

Factores Ambientales: Sodio y potasio en la Dieta.

Una gran cantidad de evidencia epidemiológica indica una fuerte relación entre la alta ingesta de sal
y la presión arterial alta. Una dieta rica en potasio (frutas y verduras), baja en grasas fue capaz de
reducir significativamente la presión arterial en normotensivos. La reducción de la ingesta de sodio
de alto a bajo condujo a una disminución media de la presión arterial sistólica de 7 mmHg en el grupo
normotensivo y de 11 mmHg en el grupo hipertenso. Un meta análisis reciente que explora la
asociación entre la ingesta de sodio y los eventos de enfermedad cardiovascular sugiere que la
reducción de la ingesta de sodio está dirigida mejor a las poblaciones con hipertensión que
consumen una dieta alta en sodio.

Se realizó un estudio en hombres durante 9 días en donde solo ingirieron cantidades bajas de potasio
(10 mmol por día) mientras que la ingesta de sodio se mantuvo en niveles habituales (120 a 200
mmol por día). Obteniéndose que, a corto plazo, el agotamiento de potasio aumentó la presión
arterial.

Por lo tanto, el exceso dietético de sodio y la deficiencia de potasio parecen desempeñar un papel
importante (más pronunciado en hombres que en mujeres) en la patogénesis de la hipertensión.

Medicina evolutiva.
Los seres humanos fueron establecidos genéticamente para sobrevivir y reproducirse en condiciones
de baja ingesta de Na y K, que contrastan agudamente con las dietas modernas que son ricas en Na y
pobres en K, esto se debía a la alta actividad física necesaria en los períodos paleolíticos en
comparación con el alto sedentarismo de la vida moderna.

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