Sie sind auf Seite 1von 2

DISCUSIÓN

Las benzodiacepinas son depresores específicos del SNC y aunque pueden producir
desde moderada sedación hasta estupor o coma, dependiendo de la dosis, difícilmente
producen la muerte con sobredosis, salvo que se combine con otro depresor como el
alcohol. Se acepta que las benzodiacepinas refuerzan, amplifican o potencian la acción
inhibidora del GABA, el más importante neurotransmisor inhibidor en el SNC. Los
efectos farmacológicos de las benzodiacepinas son producidos casi todos a través del
sistema nervioso central (sistema límbico, tálamo, hipotálamo, etc.); las
benzodiacepinas prácticamente están exentas de efectos en otros órganos o sistemas a
salvo la vasodilatación coronaria y la hipotensión, que pueden producir cuando se
aplican por vía intravenosa, y el bloqueo neuromuscular que se provoca a grandes dosis.

A ciertas dosis las benzodiacepinas pueden deteriorar la memoria reciente y producir


amnesia anterógrada, por su acción sobre los reflejos polisinápticos medulares sobre
centros superiores inhibidores. Todas las benzodiacepinas se absorben por vía oral,
iniciando su efecto entre los 30 minutos y tres horas después, y alcanzando su
concentración al cabo de 2 a 4 horas; todas se metabolizan en el hígado por medio de las
enzimas del citocromo P450 y casi todas pasan por tres etapas metabólicas (oxidación,
hidroxilación conjugación con ácido glucurónico)

Los depresores como el alcohol, antipsicóticos, antihistamínicos, anestésicos,


antidepresivos, opioides, clonidina, potencian sus efectos sedantes. El etanol aumenta la
tasa de absorción de las benzodiacepinas y la depresión del Sistema Nervioso Central
(CNS) asociada.

Después de la administración oral, el etanol se absorbe rápidamente a la corriente


sanguínea desde el estómago y el intestino delgado y se distribuye en el agua corporal
total. Debido a la gran área de superficie, la absorción se produce más rápidamente
desde el intestino delgado que desde el estómago; la demora en el vaciado gástrico (p.
ej., debido a la presencia de alimentos) hace la absorción del etanol más lenta. Los
niveles máximos en sangre ocurren aproximadamente 30 minutos después de la
ingestión de etanol cuando el estómago está vacío. Debido al metabolismo de primer
paso por la ADH gástrica y hepática, la ingestión oral de etanol produce Concentración
de etanol en sangre (BEC) más bajas que las que se obtendrían si se administrase la
misma dosis por vía intravenosa. La tasa de metabolismo gástrico del etanol es menor
en las mujeres que en los hombres (Schuckit, 2006). Otros factores también afectan la
absorción y el metabolismo; por ejemplo, la aspirina (1 g) inhibe la alcohol
deshidrogenasa (ADH) gástrica y aumenta la biodisponibilidad del etanol en los
hombres. Los signos individuales de intoxicación varían desde efectos expansivos y
vivaces hasta cambios de humor incontrolados y arrebatos emocionales que pueden
tener componentes violentos. Con una intoxicación más grave, la función del CNS se
deteriora progresivamente hasta llegar a la anestesia general.
Debido a la depresión respiratoria, hay poco margen entre las concentraciones que
producen los efectos anestésicos y letales del etanol. Debido a los efectos sinérgicos, se
debe tener mucho cuidado cuando se usan sedantes para tratar a pacientes que han
ingerido grandes dosis de etanol u otros depresores del CNS. La intoxicación aguda con
etanol disminuye los requisitos anestésicos generales, y la cirugía electiva debe
posponerse en pacientes intoxicados. En contraste, la exposición crónica al etanol
aumenta los requerimientos anestésicos en gran parte debido a la tolerancia cruzada
farmacodinámica. Una complicación adicional es el uso de bloqueantes
neuromusculares y agentes sedantes/anestésicos en pacientes con AUD que presentan
una función hepática comprometida.
Esto es particularmente cierto para los pacientes a los que se les administra
succinilcolina y benzodiacepinas. También se producen interacciones farmacocinéticas
entre el etanol y otras drogas. La administración aguda de etanol inhibe la función de
las enzimas responsables del metabolismo de una variedad de diferentes fármacos,
incluidos codeína, morfina, fenitoína, algunas benzodiacepinas, tolbutamida y
warfarina, entre otros. Debido a que el etanol inhibe el CYP2E1, cualquier fármaco
también metabolizado por esta isoenzima se metabolizará a un ritmo más lento en
presencia de etanol. Por el contrario, la administración crónica de etanol actúa como un
inductor enzimático, particularmente de CYP2E1, aumentando el ritmo de metabolismo
de fenitoína, warfarina, propranolol y benzodiacepinas.

CONCLUSIÓN:
Se concluye que el triazolam junto con el alcohol potencia sus efectos sedantes, el
alcohol aumenta la tasa de absorción de las benzodiacepinas y la depresión del CNS
asociada.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Isaza, C., Isaza G., Fuentes, J., Marulanda, T., Butiricá, O., Machado, J.,
Moncada, J. (2014) Fundamentos de farmacología en terapéutica 6º Ed.
Colombia.
- Brunton, L., Hilal, R., Knollmann, B. (2019) Goodman & Gilman. Las bases
farmacológicas de la terapéutica. México.

COMENTARIO
Su propiedad sedante del triazolam consiste en que moderan la acción, disminuyen la
reactividad, el tiempo de reacción y la capacidad de respuesta a estímulos. Las
benzodiacepinas pueden producir relajación muscular sin deteriorar la actividad
locomotora; a dosis mayores pueden deprimir directamente el nervio motor y la
actividad muscular, los efectos se observaron en los primeros 30 minutos. Por el lado
del etanol es principalmente un depresor del sistema nervioso central. La ingesta de
cantidades moderadas de etanol, como la de otros sedantes/ hipnóticos como
barbitúricos y benzodiacepinas, puede tener acciones ansiolíticas y producir
desinhibición del comportamiento.
MACHUCA PAULINO KENIA MARISOL

Das könnte Ihnen auch gefallen