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ENSAYO SOBRE EL TRASTORNO DE ANSIEDAD

La ansiedad es una respuesta normal a una amenaza o una situación de estrés


psicológico, que ocasionalmente puede experimentar cualquier persona a lo largo
de su vida. Está relacionada con la sensación de miedo y cumple una importante
función en la supervivencia. Cuando alguien tiene que afrontar una situación
peligrosa, la ansiedad desencadena una respuesta de lucha o huida. La ansiedad
se presenta de varias formas, no avisa. Esta respuesta proporciona al cuerpo, a
través de distintos cambios fisiológicos como el incremento del flujo sanguíneo en
los músculos y en el corazón, la energía y la fuerza necesarias para afrontar
situaciones amenazantes para la vida, como huir de un animal agresivo o
enfrentarse a un atracador. Sin embargo, la ansiedad se considera patológica
cuando aparece en momentos inoportunos, de manera frecuente o es de tal
intensidad y duración que interfiere en el desarrollo de la actividad habitual de la
persona. La persona deja de realizar sus cosas rutinarias, el temor se acumula
con cada ataque de ansiedad.

Un trastorno de ansiedad puede desencadenarse como una respuesta al estrés


ambiental, por ejemplo ante la ruptura de una relación importante o la exposición
a un desastre que amenaza la vida de la persona. En la adolescencia según
algunos libros que he podido leer se puede presentar por problemas familiares o
de la escuela, como: bajas calificaciones, bullying, etc.

Las personas, acostumbradas a un ritmo de vida que no permite detenerse a mirar


detenidamente al otro o a sí mismos, suelen dar por sentado la naturaleza de una
actitud o una emoción creyendo se trata de un hecho aislado o bien como parte de
la forma de ser. Frases como: "Estoy nervioso y no sé ni porque" o "así es él,
siempre anda triste" son tan comunes que de alguna manera han perdido
significancia. Y si bien es cierto que tales expresiones pueden ser referenciadas en
casi cualquier circunstancia, hay quienes sufren una verdadera condición patológica
y no se percatan de ello, se acostumbran a llevar la carga de ese padecimiento
identificándose con él. Si dejas que esto que te sucede siga en marcha, las
consecuencias en tu vida no serán fáciles de revertir.
Es por lo anterior se vuelve necesario el difundir las características de un grupo
específico de trastornos que pasan desapercibidos y logran destruir la vida de
aquellos que los padecen y también de aquellos a quienes rodea. Es silencioso y
letal, es un mal de muchos que pocos reconocen, se trata de los trastornos de
ansiedad. Las personas tratan de huir de lo que está sucediendo, prefieren
quedarse callados y no hacer nada, personalmente he visto de cerca este trastorno
y es muy perjudicial para una persona.

Por otro lado el ataque de pánico es un estado que corresponde con la aparición
más o menos repentina, muchas veces sin motivo aparente, de una sensación de
miedo intenso acompañado de un importante malestar corporal y una serie de
síntomas que pueden variar entre diferentes personas. Es como si esta respuesta
corporal se hubiera hecho muy sensible, saltando la señal de alarma de forma
automática en situaciones normales y no peligrosas. La crisis se inicia de forma
brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (habitualmente en diez minutos
o menos), acompañándose a menudo de una sensación de peligro o de muerte
inminente y de una urgente necesidad de escapar que se acompaña de al menos 4
de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos que vienen constituidos por:
palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca;
sudoración; temblores o sacudidas; sensación de ahogo o falta de aliento;
sensación de atragantarse; opresión o malestar torácico; náuseas o molestias
abdominales; inestabilidad, mareo o desmayo; desrealización (sensación de
irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo); miedo a perder el
control o volverse loco; miedo a morir; parestesias (sensación de entumecimiento u
hormigueo) y escalofríos o sofocaciones.

Las crisis de angustia pueden aparecer en una amplia gama de trastornos de


ansiedad (p. ej., trastorno de angustia, fobia social, fobia específica, trastorno por
estrés postraumático, trastorno por estrés agudo). Al determinar la importancia de
la crisis de angustia en el diagnóstico diferencial de todos estos trastornos, es
necesario considerar el contexto en que ésta aparece.
La ansiedad puede aparecer de manera repentina, como en el caso de la angustia,
o gradual, en el transcurso de minutos, horas o días. La duración de la ansiedad
es muy variable, de pocos segundos hasta varios años. Además varía en
intensidad, desde una inquietud apenas perceptible hasta una verdadera crisis de
angustia, durante la cual la persona puede experimentar sensación de ahogo o de
falta de aire, mareos, aumento de la frecuencia cardíaca y temblores.
Los trastornos de ansiedad pueden provocar un intenso malestar e interferir
significativamente en la vida habitual de la persona, a veces de manera tal que
conducen a la aparición de una depresión. De hecho, el riesgo de padecer
depresión es al menos dos veces mayor en las personas con trastornos de
ansiedad (con excepción de algunas fobias muy específicas, como el miedo a las
arañas) que en la población general. A veces, las personas con depresión
desarrollan un trastorno de ansiedad.
En conclusión el trastorno de ansiedad ataca en promedio al 27% de la población
adolescente, quedando en segundo lugar después de la depresión. Hay que tomar
conciencia de lo que está sucediendo, de que no pedimos ayuda cuando la
necesitamos, que le tabú de ir al psicólogo se deje de lado y dar a conocer lo que
está pasando y recibir la ayuda que nos merecemos. No hay que pensar que esto
es algo ligero o pasajero, trae grandes consecuencias. Un ataque de pánico puede
marcar mucho en tu vida, y no es fácil salir de ello. La automedicación no deba ser
una solución para esto, sino tomar la decisión de salir de ello y para finalizar hay
que tener en cuenta que el estrés momentáneo no es una crisis de ansiedad, la
crisis de ansiedad es el exceso de estrés, es acumulado por el largo trabajo diario
que tienen las personas y no saben cómo lidiar con la presión y la carga emocional
de los problemas que cada ser humano tiene.

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