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“Esta alegoría pone en claro que la “ascensión” de la línea era

considerada por Platón como un progreso, aunque tal progreso no es


continuo y automático: requiere esfuerzo y disciplina mental.
De ahí su insistencia en la gran importancia de la educación, por
medio de la cual sea conducido gradualmente el joven a la
contemplación de las verdades y los valores eternos y absolutos, y, de
este modo, se libre a la juventud de pasar la vida en el sombrío mundo
del error, la falsedad, el prejuicio, la persuasión sofística, la ceguera
para los verdaderos valores, etcétera.”

EL ESTADO CON RESPECO A LA EDUCACION Y O SU AUSENCIA


IMAGINAR UN A CABERNA SUBTERRANEA CON UN LASGO
PASILO Y ELLOS ENCADENADOS DETRÁS DE UN MURO UN
FUEGO CERCANO Y DEL OTRO LADO UNOS PORTADORES QUE
HA BLAN O CALLAN OTRO Y LOS PRISIONEROS PUEDEN VER LAS
SOMBRAS PROYECTADAS POR EL FUEGO SOBRE LA PARTE DE LA
CABERNA QUE ESTA FRENTE A ELLOS Y TODA SU VIDA NO
PUDIERON VER LOS OBJETOS REALES LA PRISION DEJABA VER
UN ECO DEL SONIDO DE LA VOZ DE LOS QUE HABLABAN SI
CADA UNO DE ELLOS FUERA LEVANTADO Y PUDIERA VER LO
QUE HAY EN LA SUPERFICIE CON SON MÀS QUE LAS SOMBRAS
DE LAS REPRESENTACIONES DE LOS OTROS HOMBRES QUE LES
DICEN LO QUE VEN A VER ELLLOS PRO SI MISMOS EL MUNDO
REAL.
SI FIJARAN LA MIRADA EN LA LUZ MISMA PODRIAN ESCAPAR Y
VOLVER A VER ESO QUE ESTABAN A CUSTUMBRADOS A VER
PORQUE LES MOLESTARIA ESTAR EXPUESTOS A LA LUZ
AUNQUE SE LOS ARRASTRASE A LA SUPERFICIE LES COSTARIA
PERO SI SE ACOSUMBRNA A VER LAS COSAS REALES ENTONCES
NUNCA ESCOGERIAN COMTEMPLAR LAS SOMBRAS SINO QUE
AUN EN LA NOCHE BUSCARIAN VER EL CIELO LAS ESTRELLA Y
EL SOL CADA DIA.
Explicación de la alegoría de la caverna de Platón que aparece en República, Libro VII,
514a1-517c1 (Trad. C. Eggers Lan). Madrid: Gredos, 1992. Es el texto del que se puede
tomar un fragmento para el examen de las pruebas de admisión y acceso a la universidad
MITO O ALEGORIA : SIGNIFICA UNA HISTORIA CON PERSONAJES Y OBJETOS DE
VALOR SIMBOLICO QUE REPRESENTAN ALGO
TEXTO ORIGINAL:
COMPARA NUESTRA NATURALEZA RESPECTO DE SU EDUCACION Y LA FALTA DE
ELLA
El mito de la caverna de Platón es una de las grandes alegorías de la
filosofía idealista que tanto ha marcado la manera de pensar de las culturas de
Occidente.
Entenderla significa conocer los estilos de pensamiento que durante siglos han
sido los dominantes en Europa y América, así como los fundamentos de
las teorías de Platón. Veamos en qué consiste.

Platón y su mito de la caverna

Platón y su mito de la caverna

Este mito es una alegoría de la teoría de las ideas propuesta por Platón, y
aparece en los escritos que forman parte del libro La República. Se trata,
básicamente, de la descripción de una situación ficticia que ayudaba a
entender el modo en el que platón concebía la relación entre lo físico y el
mundo de las ideas, y cómo nos movemos a través de ellos.

Platón empieza hablando sobre unos hombres que permanecen encadenados a


las profundidades de una caverna desde su nacimiento, sin haber podido salir
de ella nunca y, de hecho, sin la capacidad de poder mirar hacia atrás para
entender cuál es el origen de esas cadenas.

Así pues, permanecen siempre mirando a una de las paredes de la caverna,


con las cadenas aferrándolos desde atrás. Detrás de ellos, a una cierta distancia
y colocada algo por encima de sus cabezas, hay una hoguera que ilumina un
poco la zona, y entre ella y los encadenados hay un muro, que Platón equipara
a las artimañas que realizan los tramposos y los embaucadores para que no se
noten sus trucos.

Entre el muro y la hoguera hay otros hombres que llevan con ellos objetos que
sobresalen por encima del muro, de manera que su sombra es proyectada
sobre la pared que están contemplando los hombres encadenados. De este
modo, ven la silueta de árboles, animales, montañas a lo lejos, personas que
vienen y van, etc.
Luces y sombras: la idea de vivir en una realidad
ficcionada
Platón sostiene que, por estrambótica que pueda resultar la escena, esos
hombres encadenados que describe se parecen a nosotros, los seres
humanos, ya que ni ellos ni nosotros vemos más que esas sombras falaces, que
simulan una realidad engañosa y superficial. Esta ficción proyectada por la luz
de la hoguera los distrae de la realidad: la caverna en la que permanecen
encadenados.

Sin embargo, si uno de los hombres se liberase de las cadenas y pudiese


mirar hacia atrás, la realidad le confundiría y le molestaría: la luz del
fuego haría que apartase la mirada, y las figuras borrosas que pudiese ver le
parecerían menos reales que las sombras que ha visto toda la vida. Del mismo
modo, si alguien obligase a esta persona a caminar en dirección a la hoguera y
más allá de ella hasta salir de la caverna, la luz del sol aún le molestaría más,
y querría volver a la zona oscura.

Para poder captar la realidad en todos sus detalles tendría que acostumbrarse a
ello, dedicar tiempo y esfuerzo a ver las cosas tal y como son sin ceder a la
confusión y la molestia. Sin embargo, si en algún momento regresase a la
caverna y se reuniese de nuevo con los hombres encadenados, permanecería
ciego por la falta de luz solar. Del mismo modo, todo lo que pudiese decir
sobre el mundo real sería recibido con burlas y menosprecio.

El mito de la caverna en la actualidad

Como hemos visto, el mito de la caverna reúne una serie de ideas muy
comunes para la filosofía idealista: la existencia de una verdad que existe
independientemente de las opiniones de los seres humanos, la presencia de los
engaños constantes que nos hacen permanecer lejos de esa verdad, y el
cambio cualitativo que supone acceder a esa verdad: una vez se la conoce, no
hay marcha atrás.
Estos ingredientes se pueden aplicar también al día a día, concretamente a
la manera en la que los medios de comunicación y las opiniones hegemónicas
moldean nuestros puntos de vista y nuestra manera de pensar sin que nos
demos cuenta de ello. Veamos de qué manera las fases del mito de la caverna
de Platón pueden corresponderse con nuestras vidas actuales:

1. Los engaños y la mentira


Los engaños, que pueden surgir de una voluntad de mantener a los demás
con poca información o de la falta de progreso científico y filosófico,
encarnaría el fenómeno de las sombras que desfilan por la pared de la caverna.
En la perspectiva de Platón, este engaño no es exactamente el fruto de la
intención de alguien, sino la consecuencia de que la realidad material sea tan
solo un reflejo de la verdadera realidad: la del mundo de las ideas.

Uno de los aspectos que explican por qué la mentira impacta tanto en la vida
del ser humano es que, para este filósofo griego, está compuesta por aquello
que parece evidente desde un punto de vista superficial. Si no tenemos
motivos para cuestionar algo, no lo hacemos, y su falsedad prevalece.

2. La liberación
El acto de liberarse de las cadenas serían los actos de rebeldía que
solemos llamar revoluciones, o cambios de paradigma. Por supuesto, no es
fácil rebelarse, ya que el resto de la dinámica social va en sentido contrario.

En este caso no se trataría de una revolución social, sino de una individual y


personal. Por otro lado, la liberación supone ver cómo muchas de las creencias
más interiorizadas se tambaleen, lo cual produce incertidumbre y ansiedad.
Para hacer que este estado desaparezca, es necesario seguir avanzando en el
sentido de ir descubriendo nuevos conocimientos. No es posible quedarse sin
hacer nada, según Platón.
3. La ascensión
La ascensión a la verdad sería un proceso costoso e incómodo que implica
desprenderse de creencias muy arraigadas en nosotros. Por ello, es un gran
cambio psicológico.

Platón tenía en cuenta que el pasado de las personas condiciona el modo en el


que experimentan el presente, y por eso asumía que un cambio radical en la
manera de entender las cosas tenía que acarrear necesariamente malestar e
incomodidad. De hecho, eso es una de las cosas que quedan claras en su forma
de ilustrar ese momento mediante la idea de alguien que trata de salir de una
cueva en vez de permanecer sentado y que, al llegar al exterior, recibe la luz
cegadora de la realidad.

4. El retorno
El retorno sería la última fase del mito, que consistiría en la difusión de
las nuevas ideas, que por chocantes pueden generar confusión, menosprecio u
odio por poner en cuestión dogmas básicos que vertebran la sociedad.

Sin embargo, como para Platón la idea de la verdad estaba asociada al


concepto de lo bueno y el bien, la persona que haya tenido acceso a la realidad
auténtica tiene la obligación moral de hacer que el resto de personas se
desprendan de la ignorancia, y por lo tanto ha de difundir su conocimiento.

Esta última idea hace que el mito de la caverna de Platón no sea exactamente
una historia de liberación individual. Es una concepción del acceso al
conocimiento que parte de una perspectiva individualista, eso sí: es el
individuo el que, por sus propios medios, accede a lo verdadero mediante una
lucha personal contra las ilusiones y los engaños, algo frecuente en los
enfoques idealistas al fundamentarse en premisas del solipsismo. Sin
embargo, una vez el individuo ha alcanzado esa fase, debe llevar el
conocimiento al resto.
Eso sí, la idea de compartir la verdad con los demás no era exactamente un
acto de democratización, tal y como la podríamos entender hoy día; era,
simplemente, un mandato moral que emanaba de la teoría de las ideas de
Platón, y que no tenía por qué traducirse en una mejora de las condiciones
materiales de vida de la sociedad.

Referencias bibliográficas:

 Bury, R. G. (1910). The Ethics of Plato. The International Journal of Ethics


XX (3): 271-281.
 Whitehead, A. N. (1929). Process and reality (en inglés).

TÓPI COS

 FILOSOFÍA
 ANTIGUA GRECIA
….

PLATON NACIO EN ATENAS EN 427 AC FAMILIA POLITICO SE


FUE DE VIAJE LUEGO QUE FUE 20 AÑOS DE DISCIPULO DE
SOCRATES QUE MUERE Y DEL ORIENTE DE ITALIA CON
DISCIPULOS DE PITAGORAS Y VUELVE A ATENAS CON 40 AÑOS
FUNDA SU ESCUELA DE FILOSOFIA COMO ESTABA CERCA DE UN
CULTO A ACADEMO DIOS GRIEGO LE PUSO ACADEMIA
MUERE EN 347 AC A LOS 80 AÑOS AQUEL QUE TIEN ANCHAS
ESPALDAS ACADEMIA FUNCIONABA POR 900AÑOS,
ESCRIBIA COMO GUIONES DE DIALOGOS
MAYEUTICOS
INMORTALIDAD DEL ALMA
DE LA FUNCACION DE LA ACADEMIA
EL MITO DE LA CABERNA
LOS CAPTORES REPRESEN TAN LOS MANIPULADORES BASADOS
EN APRISIONAR A LAS PERSONAS POR LA IGNORANCIA
LA APARIENCIA VERSUS LA REALIDAD
El mito de la caverna
Alegoría de la caverna

Recreación de parte del mito. Se observa cómo el prisionero sólo puede observar
proyecciones del mundo que son meras apariencias de las esencias.
La Alegoría de la caverna (también conocida por el nombre de Mito de la caverna,
aunque está mucho más cerca de ser una alegoría que un mito) es considerada la más
célebre alegoría de la historia de la filosofía1 junto con la del carro alado.2 Su
importancia se debe tanto a la utilidad de la narración para explicar los aspectos más
importantes del pensamiento platónico como a la riqueza de sus sugerencias
filosóficas.
Se trata de una explicación metafórica, realizada por el filósofo griegoPlatón al
principio del VII libro de la República, sobre la situación en que se encuentra el ser
humano respecto del conocimiento.3 En ella Platón explica su teoría de cómo con
conocimiento podemos captar la existencia de los dos mundos: el mundo sensible
(conocido a través de los sentidos) y el mundo inteligible (sólo alcanzable mediante el
uso exclusivo de larazón).
En este diálogo
participan: Sócrates, Adimanto, Alcibíades, Aristófanes,Callicles, Glaucón, Gorgias, H
ippias, Pitágoras, Parménides, Teeteto,Trasímaco y Timeo de Locri.
DescripcióN

Pintura digital que intenta mostrar el encierro de nuestro ser entre las percepciones
sensibles que manifiestan levemente la realidad.
Platón describió4 en su alegoría de la caverna un espacio cavernoso, en el cual se
encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento por cadenas que les
sujetan el cuello y las piernas de forma que únicamente pueden mirar hacia la pared
del fondo de la caverna sin poder nunca girar la cabeza. Justo detrás de ellos, se
encuentra un muro con un pasillo y, seguidamente y por orden de cercanía respecto
de los hombres, una hoguera y la entrada de la cueva que da al exterior. Por el pasillo
del muro circulan hombres portando todo tipo de objetos cuyas sombras, gracias a la
iluminación de la hoguera, se proyectan en la pared que los prisioneros pueden ver.
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos.
Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por
ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada
de lo que acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado
y obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una
nueva realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y
fundamento de la primera que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez
que ha asumido el hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a
encaminarse hacia fuera de la caverna a través de una áspera y escarpada subida,
apreciando una nueva realidad exterior (hombres, árboles, lagos, astros, etc.
identificados con el mundo inteligible) fundamento de las anteriores realidades, para
que a continuación vuelva a ser obligado a ver directamente "el Sol y lo que le es
propio",5 metáfora que encarna la idea de Bien.
La alegoría acaba al hacer entrar, de nuevo, al prisionero al interior de la caverna para
"liberar" a sus antiguos compañeros de cadenas, lo que haría que éstos se rieran de él.
El motivo de la burla sería afirmar que sus ojos se han estropeado al verse ahora cegado
por el paso de la claridad del Sol a la oscuridad de la cueva. Cuando este prisionero
intenta desatar y hacer subir a sus antiguos compañeros hacia la luz, Platón nos dice
que éstos son capaces de matarlo y que efectivamente lo harán cuando tengan la
oportunidad,6 con lo que se entrevé una alusión al esfuerzo de Sócratespor ayudar a
los hombres a llegar a la verdad y a su fracaso al ser condenado a muerte.
Interpretación esotérica
La interpretación de la Alegoría de la caverna hay que buscarla muy al final del libro
VI y en el libro VII de la República de Platón, una interpretación que es
puramente epistemológica, no en vano comienza la historia con estas palabras:
-Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con
respecto a la educación o falta de ella, se encuentra nuestra naturaleza.7
Pero bajo su sentido epistemológico esconde connotaciones propias de la
metafísica8 platónica, así como de su política dado que la República es un tratado
político.
La metafísica subyacente en la alegoría
Nada más terminar la narración del mito nos cuenta Platón, por boca de Sócrates, qué
representa cada una de las imágenes que se exponen en él.9Corresponde a las sombras
y a los hombres que las producen el mundo que percibimos por los sentidos o mundo
sensible; y la hoguera al Sol que todo lo ilumina y nos permite ver. La ascensión al
exterior de la cueva figura el ascenso al mundo inteligible, mundo en el que se
encuentra la idea de Bien10 representada por el Sol.
Ambos mundos son reales, pero el inteligible posee más entidad siendo fundamento de
todo lo sensible. Pertenecen a este mundo las esencias o ideas y, de entre ellas, la
idea de Bien es fundamento de todas las demás ideas y por ende de lo sensible.
Pero, con todo, esta explicación que nos da Platón no es más que una nota al margen
de lo que esta alegoría pretende dar a entender. Eso sí, es necesaria para entender el
camino del alma hacia el mundo inteligible.11
La epistemología subyacente en la alegoría
Alegoría de la caverna, de Platón, grabado de Jan
Saenredam (1604).
Se trata de la parte central de la narración, pero antes
de exponerla es preciso contextualizar la epistemología
de Platón. Tanto Heráclito como Parménides habían
comenzado dos caminos opuestos para avanzar hacia el
conocimiento de la realidad, el primero atendiendo a lo
12
mudable, el segundo a lo eterno e imperecedero. Y fue el propio Parménides el que
puso nombre a ambos: vía de la opinión y vía de la verdad, respectivamente.
Platón, dialéctico él, conjugará ambas vías, si bien dando más importancia y validez a
la parmenidea. A estos autores hay que mirar para entender lo que se esconde tras el
Mito de la caverna.
Según Platón, a cada tipo de realidad le corresponde un tipo de conocimiento
apropiado, y éstos a su vez se subdividen en otros dos tipos distintos, cada cual más
cierto13 cuanto mejor aprehenden lo inteligible. Así, para conocer el mundo sensible
disponemos de la opinión, que siendo conocimiento es un saber que puede contener
error, y que viene a coincidir con la vía abierta por Heráclito. Por otra parte, para
conocer el mundo inteligible contamos con la ciencia que nos proporciona un
conocimiento cierto de la realidad, camino propuesto por Parménides. La opinión
o Doxa, como ya ha sido dicho, se divide a su vez en dos subtipos de conocimiento:
la imaginación o Eikasia; y la creencia o Pistis. A su vez, para el conocimiento del
mundo inteligible, la ciencia o Episteme se divide a su vez
en pensamiento o Diánoia que capta las esencias y la razón o Noesisque capta la idea
de Bien.14
De este modo, el conocimiento adquirido por la contemplación de las sombras se
identificaría con la fiabilidad del conocimiento que proporciona la imaginación, similar
a tomar con una certeza más allá de lo deseable a imágenes reflejadas en espejos, o
a imágenes pintadas o esculpidas, o incluso a la misma alegoría de la caverna. La visión
de los hombres que caminan por la cueva mostrando objetos y la hoguera misma con
la creencia, similar a tomar con una certeza más allá de lo deseable el conocimiento
adquirido por la mera observación de la naturaleza en la que todo es mutable. La
contemplación del mundo exterior a la cueva representa al pensamiento, el paso al
conocimiento del mundo inteligible en el que se encuentran las esencias u oὒσία, un
conocimiento que deja de ser una opinión con posibilidad de error, para ser un
conocimiento cierto, acorde con la realidad ya que todas las cosas sensibles son
imágenes de sus propias esencias. Y por fin, el conocimiento adquirido con la
contemplación del Sol representa el conocimiento que se obtiene con la contemplación
de la idea de Bien o razón. Se trata de un conocimiento que supera al mismo
pensamiento tanto en cuanto que el que lo posee conoce todas las esencias del mundo
inteligible porque se fundan en ella y, a través de ellas, todas las realidades del mundo
sensible, mientras que el que sólo usa del pensamiento, sólo conoce las esencias que
va descubriendo en su pensar.
La educación subyacente en la alegoría
Dado que la República es un tratado político cabría esperar que tras la alegoría se
escondiera una mayor referencia a la teoría política de Platón que a la epistemología
y a la educación o paideia, pero no es así aunque algo de política tenga.
La importancia que Platón concede a la educación en vistas a una correcta organización
de la Polis hace que dedique una muy importante cantidad de páginas a este tema en
la República. Platón llega incluso a diseñar en ella un programa de estudios para tal
fin basado en los grados del conocimiento descritos anteriormente.
Es el proceso de formación y educación del rey-filósofo lo que está encarnando todo
ese periplo a través de los grados del conocimiento que realiza el protagonista de la
historia. Una formación a cargo de los más sabios que han de iniciar todos los
ciudadanos y que completarán en la medida de que estén capacitados para el
conocimiento.
Pero, como alegoría que es, no tiene perfecta correspondencia con el pensamiento de
Platón. Por ejemplo, el personaje es continuamente obligado a ascender en los grados
de conocimiento porque, como dice el propio Platón al terminar de narrar la alegoría,
el saber es costoso y no suele hacerse de buena gana,15 mientras que más adelante, ya
terminado el mito, Platón señala que no es deseable usar la fuerza para que los niños
aprendan.16
En la política platónica no hay tal obligación externa encaminada a que los hombres
asciendan en los grados de conocimiento, nadie ha de ser arrastrado tal y como narra
la alegoría. Si acaso, la única obligación de la que habla Platón en su política es de una
obligación moral de todos los ciudadanos para que asuman con responsabilidad el deber
de educarse lo mejor que puedan conforme a su capacidad por mor del mejor bien de
la polis. Un bien que consiste en ser dirigida rectamente, es decir, conforme a razón.
Los propios alumnos, guiados por maestros mediante el uso de la dialéctica, irán
alcanzando por sí solos los distintos grados de conocimiento hasta el límite que la
capacidad de cada uno de ellos determine.
La política subyacente en la alegoría
Las connotaciones políticas que este mito tiene son secundarias o indirectas. De todas
las obligaciones a la que es sometido el prisionero de la alegoría, la única que
realmente se mantiene en la teoría política platónica es la de que tanto el personaje
de ella como el sabio han de ser obligados igualmente a abandonar la contemplación
del mundo inteligible (el Sol y la idea de Bien respectivamente) para dirigir a sus
conciudadanos17 debido a que ese regreso para asumir el gobierno de la Polis aleja al
sabio de la mayor felicidad: el seguir contemplando la idea de Bien. Esta obligación es
más interna que externa, su fuerza reside en la responsabilidad que tiene el sabio de
cara a la Polis para que ésta alcance su bien,10 esto es, para que todos los habitantes
se guíen conforme a la razón al ser dirigidos por el sabio.
Con todo Platón es consciente de que muy pocos son capaces de llegar al más alto
grado de conocimiento. Ello le llevará a proponer que también han de desempeñar la
función de gobernar, en un gobierno que es temporal y rotatorio, los que más hayan
accedido al mundo inteligible por medio del pensamiento.18 El motivo de la rotación
es limitar en el tiempo la función de gobernar para no hacer más gravosa aún la
obligación de desatender el estudio y contemplación de las esencias al hacerla
perdurar excesivamente en el tiempo.
Interpretaciones exotéricas
Como a casi todo texto alegórico, a la Alegoría de la caverna no le faltan
interpretaciones que han sido dadas al margen de la que le dio su autor en la Academia.
El motivo principal que lo causa es el hecho de que casi toda la obra de Platón
conservada19 es de carácter exotérico, es decir, destinada a los no miembros de la
Academia y por tanto accesible al gran público. Esto determinó que Platón dotara a su
obra de una extraordinaria belleza literaria por las imágenes propuestas, pero con poca
precisión conceptual en muchas de sus partes. El quedarse sólo en la lectura de la
alegoría sin atender a las explicaciones que de él nos dio su autor, ha dado lugar a todo
tipo de interpretaciones.20
Este tipo de alegoría, en la que pone de manifiesto cómo los humanos podemos
engañarnos a nosotros mismos o forzados por poderes fácticos, es repetida durante la
historia por muchos filósofos u otros autores, comoCalderón de la Barca con La vida es
sueño. Ejemplos más modernos pueden ser el libro La Invención de Morel (1940)
de Adolfo Bioy Casares, Un mundo feliz (1932) de Aldous Huxley, la trilogía
cinematográfica Matrix, The Truman Show o Inception, la novela El fin del mundo y
un despiadado país de las maravillas (1985) de Haruki Murakami, la novela de Lois
Lowry El dador (1993), la película Abre los ojos (1997) o el libro La caverna (1998)
de José Saramago.

(- 428 a - 347)
Textos de Platón
El mito de la caverna (República, VII)
El libro VII de la República comienza con la exposición del conocido mito de la caverna,
que utiliza Platón como explicación alegórica de la situación en la que se encuentra el
hombre respecto al conocimiento, según la teoría explicada al final del libro VI.
El mito de la caverna
I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con
respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.

Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada,
abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que
están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que
estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden
volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano
superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del
cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan
entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus
maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda
clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o
animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos
portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén
callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han
visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el
fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las
cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose
a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada
vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra
cosa sino la sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa
más que las sombras de los objetos fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su
ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos
fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a
mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas,
no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que
contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es
ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más
reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan
y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees
que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero
que lo que entonces se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos
y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que
consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y
escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no
crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz,
tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a
las que ahora llamamos verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo
que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de
hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos.
Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el
cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol
y lo que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en
otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo,
lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las
estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo,
el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus
antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado
y que les compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que
concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las
sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían
pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar,
basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas
o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le
ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al
servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir
en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella
vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo
asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja
súbitamente la luz del sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente
encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado
todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para
acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha
vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante
ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien
intentara desatarles y hacerles subir?.
- Claro que sí -dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo
que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con
la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto
a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas
con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi
vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso
está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo
último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay
que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas;
que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el
inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por
fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.
Según la versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos,
Madrid, 1981 (3ª edición)
El mito de la caverna
Representación animada del mito de la caverna de platón (de 8 minutos y 39 segundos
de duración) publicada en You Tube por Bruno Gómez, alumno del IES Besaya de
Torrelavega (Cantabria) (Profesora de Filosofía: Helena García).
El Mito de la Caverna (Libro VII de "La República) es una narración alegórica con la quePlatón nos explica su teoría de la existencia de dos
mundos: el mundo sensible, el de lasapariencias (que percibimos por los sentidos) y el mundo de las ideas, elverdadero(soloalcanzable
mediante la razón)Describe, metafóricamente, la situación que guarda el ser humano ante estos dos mundosdelconocimiento.Dentro de una
caverna se encuentran, desde su nacimiento, unosprisioneros encadenados de cuello y piernas, sólo pueden mirar hacia elmurodel fondo,
detrás deellos hay una hoguera encendida, y entre ésta y ellos un camino escarpado, a lo largo deéste, hay un muro de cierta altura por donde
pasan unoshombrescon toda clase deobjetos que asoman por encima de él. En el muro del fondo se proyectan las sombras deestos objetos y
de los hombres que los portan. Es lo único que pueden ver y que han vistolos prisioneros durante toda su vida. Uno de los prisioneros logra
liberarse y sale de lacaverna, conociendo por primera vez lascosasreales. Deslumbrado por la luz del sol, nologra distinguir entre lo verdadero
y lo que creía verdadero. Mediante el razonamiento,logra distinguir entre la idea que tiene de las cosas y lo que realmente son las cosas.En
este diálogo con Glaucón, Platón hace una "analogía metafórica: Los prisionerosatados representan a los seres humanos en estado de
ignorancia; las sombrasproyectadas, son las apariencias, lo que creemos que son, el mundo sensible; lo que estáafuera de la caverna, la luz
(el sol) es el conocimiento verdadero. El prisionero liberadorepresenta al filósofo, el sabio, el que deberá guiar a los hombres ignorantes hacia
elconocimiento verdadero a través de la razón.Como en toda la obra de Platón, utiliza la "mayéutica", método socrático que consiste enhacer
preguntas al discípulo para que éste vaya descubriendo el conocimiento latente enél. Recordemos que para Platón, nacemos sabiendo, lo
que hay que hacer es sacar elconocimiento, con la guía de un maestro al que llama "partero de almas"
MITO O ALEGORÍA DE LA CAVERNA

MITO CON EL QUE PLATÓN DESCRIBE NUESTRA SITUACIÓN RESPECTO DEL CONOCIMIENTO: AL IGUAL QUE LOS
PRISIONEROS DE LA CAVERNA QUE SÓLO VEN LAS SOMBRAS DE LOS OBJETOS, NOSOTROS VIVIMOS EN LA
IGNORANCIA CUANDO NUESTRAS PREOCUPACIONES SE REFIEREN AL MUNDO QUE SE OFRECE A LOS SENTIDOS.
SÓLO LA FILOSOFÍA PUEDE LIBERARNOS Y PERMITIRNOS SALIR DE LA CAVERNA AL MUNDO VERDADERO O
MUNDO DE LAS IDEAS.

En el libro VII de “República” (514a-516d), Platón presenta el mito de lacaverna. Es, sin
duda, el mito más importante y conocido de este autor.Platón dice expresamente que el mito
quiere ser una metáfora “de nuestranaturaleza respecto de su educación y de su falta de
educación”, es decir,sirve para ilustrar cuestiones relativas a la teoría del conocimiento.Pero
tiene también claras implicaciones en otros dominios de la filosofíacomo la ontología, la
antropología e incluso la política y la ética;algunos intérpretes han visto también implicaciones
religiosas.
La descripción del mito tal y como lo narra Platón en “República” searticula en varias partes:

1. Descripción de la situación de los prisioneros en la caverna.


2. Descripción del proceso de liberación de uno de ellos y de su acceso almundo superior o
verdadero.
3. Breve interpretación del mito.
I. DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN DE LOS PRISIONEROS

Nos pide Platón imaginar que nosotros somos como unos prisioneros quehabitan una
caverna subterránea. Estos prisioneros desde niños estánencadenados e inmóviles de tal
modo que sólo pueden mirar y ver el fondode la estancia. Detrás de ellos y en un plano más
elevado hay un fuego quela ilumina; entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto
alborde del cual se encuentra una pared o tabique, como el biombo que lostitiriteros levantan
delante del público para mostrar, por encima de él,los muñecos. Por el camino desfilan unos
individuos, algunos de los cualeshablan, portando unas esculturas que representan distintos
objetos: unosfiguras de animales, otros de árboles y objetos artificiales, etc. Dadoque entre
los individuos que pasean por el camino y los prisioneros seencuentra la pared, sobre el fondo
sólo se proyectan las sombras de losobjetos portados por dichos individuos.
En esta situación los prisioneros creerían que las sombras que ven y eleco de las voces que
oyen son la realidad.

II. PROCESO DE LIBERACIÓN DEL CAUTIVO

A. Subida hacia el mundo exterior: acceso hacia el mundo verdadero.

1. En el mundo subterráneo.
Supongamos, dice Platón, que a uno de los prisioneros, “de acuerdo con sunaturaleza” le
liberásemos y obligásemos a levantarse, volver hacia la luzy mirar hacia el otro lado de la
caverna. El prisionero sería incapaz depercibir las cosas cuyas sombras había visto antes. Se
encontraría confusoy creería que las sombras que antes percibía son más verdaderas o
realesque las cosas que ahora ve. Si se le forzara a mirar hacia la luz misma ledolerían los ojos
y trataría de volver su mirada hacia los objetos antespercibidos.

2. En el mundo exterior.
Si a la fuerza se le arrastrara hacia el exterior sentiría dolor y,acostumbrado a la oscuridad, no
podría percibir nada. En el mundo exteriorle sería más fácil mirar primero las sombras,
después los reflejos de loshombres y de los objetos en el agua, luego los hombres y los
objetosmismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y laluz de los
astros y la luna. Finalmente percibiría el sol, pero no enimágenes sino en sí y por sí. Después
de esto concluiría, con respecto alsol, que es lo que produce las estaciones y los años, que
gobierna todo enel ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que elloshabían
visto.
Al recordar su antigua morada, la sabiduría allí existente y a suscompañeros de cautiverio, se
sentiría feliz y los compadecería. En elmundo subterráneo los prisioneros se dan honores y
elogios unos a otros, yrecompensas a aquel que percibe con más agudeza las sombras, al que
mejorrecuerda el orden en la sucesión de la sombras y al que es capaz deadivinar las que van
a pasar. Esa vida le parecería insoportable.

B. Regreso al mundo subterráneo, exigencia moral de ayuda a suscompañeros.

1. Confusión vital por la oscuridad de la caverna.


Si descendiera y ocupara de nuevo su asiento tendría ofuscados los ojospor las tinieblas, sería
incapaz de discriminar las sombras, los demás loharían mejor que él, se reirían de él y dirían
que por haber subido hastalo alto se le han estropeado los ojos y que no vale la pena marchar
haciaarriba.

2. Burla y persecución.
Si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz se burlarían de él, loperseguirían y lo
matarían.
III. INTERPRETACIÓN

A. Comparación de las realidades.


Debemos comparar la región visible con la morada-prisión y la luz delfuego que hay en ella
con el poder del sol.

B. Comparación de los procesos.


El ascenso y contemplación de las cosas de arriba es semejante al caminodel alma hacia el
ámbito inteligible.

C. Valor de la Idea del Bien.


Objeto último y más difícil del mundo cognoscible: la Idea del Bien.
Idea del Bien: causa de todas las cosas rectas y bellas; en el mundovisible ha engendrado la
luz y al sol, y en el ámbito inteligible es laproductora de la verdad y de la inteligencia; es la
realidad que esnecesario ver para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como enlo
público.
El siguiente cuadro puede ilustrar las variadas e importantesconsecuencias de este mito en la
filosofía platónica:

SÍMBOLOS DEL MITO DE LA CAVERNA Y SU INTERPRETACIÓN

DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA
SÍMBOLOS DELMITO INTERPRETACIÓN EN LA VIDA REAL

el hombre en la medida en que vive inserto en el


prisioneros
mundosensible y sus valores

conocimiento de sí
mismoscomo siendo meras identificación de larealidad humana con el cuerpo
sombras

liberación del hombre y descubrimiento del


liberación del
mundoverdadero
prisionero
(Mundo de las Ideas)

el cautivo pierde
el filósofolibera moral e intelectualmente su alma de las
lascadenas, reconoce los
limitaciones y ataduras delcuerpo y del mundo sensible y
objetos en la caverna, sube al
asciende al mundo de las Ideas; práctica dela dialéctica o
mundo exterior yreconoce los
filosofía
objetos del mundo exterior

conocimiento de sí tras el ejercicio de lafilosofía, identificación de la


mismo enel mundo exterior realidad humana con el alma

DIMENSIÓN ONTOLÓGICA Y EPISTEMOLÓGICA

SÍMBOLOS DEL MITO INTERPRETACIÓN EN LA VIDA REAL

TIPO DE
TIPO DE REALIDAD TIPO DE REALIDAD
SABER

MUNDO MUNDO QUE SE DA A LOS


OPINIÓN
SUBTERRÁNEO SENTIDOS (o mundo sensible)

las sombras en el fondo las sombras y los reflejos delos


conjetura
de lacaverna objetos

los objetos de la
los objetos naturales yartificiales
caverna
creencia
la luz del fuego el sol

MUNDO INTELIGIBLE O MUNDO


MUNDO EXTERIOR CIENCIA
DE LAS IDEAS

las sombras y reflejos


pensamiento
en elagua de las cosas las ideas matemáticas
discursivo
exteriores
las cosas exteriores
mismasy, por la noche, la luna las Ideas superiores
y los objetos celestes inteligencia

el sol mismo la Idea de Bien

conocimiento como conocimiento o ciencia estrictao filosofía como


subida almundo exterior “ascensión al ser” (al mundo de las Ideas)

DIMENSIÓN MORAL Y POLÍTICA DEL MITO

SÍMBOLOS DEL MITO INTERPRETACIÓN EN LA VIDA REAL

necesidad en el
proceso deliberación del  el destino del hombre no es el mundo físicosino
prisionero (por eso Platón el mundo absoluto y divino de las Ideas, por lo que es
emplea con frecuencia necesaria ladialéctica o filosofía para el cumplimiento de dicho
expresionesdel tipo “si le destino;
forzáramos”, “si a la fuerza se  legitimidaddel autoritarismo ilustrado platónico
le arrastrara”)

el prisionero liberado el filósofo nopuede limitarse a la mera contemplación


bajade nuevo al mundo de la de las ideas; tiene la obligaciónmoral de volver su mirada
caverna hacia el mundo y ayudar a la liberación de lasdemás personas

el prisionero liberado
elproceso y muerte de Sócrates y de todos aquellos
que esperseguido y asesinado
que insisten en mostrarla verdad a los hombres
por sus compañeros

comprensión del papel


comprensión del papel que tiene la Idea del Bien como
quetiene el sol en la vida,
elprincipio que crea, da inteligibilidad a la realidad e ilumina la
realidad y gobierno de las
vidamoral y política
cosas

Ver “dualismo ontológico” y “mitos platónicos”.

Platón - Esquema de su pensamiento - Resumen de la filosofía platónica para la preparación


de la PAU (prueba de acceso a la universidad)

Plato - In A Brief History of Greek Philosophy - by B. C. Burt. Boston. Ginn & Company,
Publishers. 1889.

Platón nos ofrece en el famoso texto siguiente el mito de la caverna, metáfora de la situación
del hombre en relación a la verdad y al ser y concentrada imagen de las tesis más importantes
de su filosofía.

"I. -Y a continuación -seguí- compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a
la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza. Imagina una especie de cavernosa
vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho
de toda la caverna y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el
cuello de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las
ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y
en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto; y a lo largo
del camino suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan
entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquéllos sus maravillas.
-Ya lo veo -dijo.
-Pues bien, contempla ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda
clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales
hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como
es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
-Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños pioneros!
-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar ¿crees que los que están así han visto otra
cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la
parte de la caverna que está frente a ellos?
-¡Cómo -dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
-¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
-¿Qué otra cosa van a ver?
-Y, si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a
aquellas sombras que veían pasar ante ellos? Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que
hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la
sombra que veían pasar?
-No, ¡por Zeus! -dijo.
-Entonces no hay duda -dije yo- de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que
las sombras de los objetos fabricados.
-Es enteramente forzoso -dijo.
-Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su
ignorancia y si, conforme a naturaleza , les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera
desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz y
cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver
aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera alguien que
antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la
realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera
mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es
cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le
parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
-Mucho más -dijo.
II. -Y, si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se
escaparía volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría que
éstos son realmente más claros que los que le muestran?
-Así es -dijo.
-Y, si se lo llevaran de allí a la fuerza -dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida,
y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría
a mal el ser arrastrado y, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería
capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
-No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
-Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería
más fácilmente serían, ante todo, las sombras, luego, las imágenes de hombres y de otros
objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería
más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz
de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
-¿Cómo no?
-Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro
lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que él
estaría en condiciones de mirar y contemplar.
-Necesariamente -dijo.
-Y, después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los
años y gobierna todo lo de la región visible y es, en cierto modo, el autor de todas aquellas
cosas que ellos veían.
-Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
-¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos
compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les
compadecería a ellos? Efectivamente.
-Y, si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran
los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y
acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con
otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder,
¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de
honores y poderes entre aquéllos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría
decididamente «ser siervo en el campo de cualquier labrador sin caudal » o sufrir cualquier
otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
-Eso es lo que creo yo -dijo-: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
-Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no
crees que se le llenarían los ojos de tinieblas como a quien deja súbitamente la luz del sol?
-Ciertamente -dijo.
-Y, si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente
encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado
todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para
acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto
con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión?
¿Y no matarían, si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara
desatarles y hacerles subir?
-Claro que sí-dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh, amigo Glaucón!, a lo que se
ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-
prisión y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo
de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma
hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas
conocer y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí
me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien,
pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay
en todas las cosas, que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de
ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene
por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
-También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo."

Publicado por Unknown en 19:18

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DUALISMO ANTROPOLÓGICO

DOCTRINA FILOSÓFICA SEGÚN LA CUAL EN EL HOMBRE ENCONTRAMOS DOS PRINCIPIOS


CON CARACTERÍSTICAS Y DESTINOS DISTINTOS, EL ALMA Y EL CUERPO.

En correspondencia con su dualismo ontológico, Platón defiende un claro


dualismo antropológico: creerá que en el hombre encontramos dos principios
opuestos: el cuerpoque nos vincula con la realidad material y pertenece al Mundo
Sensible, y el alma que es el principio inmaterial, divino e inmortal y que nos
vincula con el Mundo de las Ideas.
Para Platón el hombre se identifica más con el alma que con el compuesto de
alma y cuerpo por lo que creyó que la encarnación del alma es una situación
transitoria y contraria a su destino. La idea del cuerpo como el origen del mal y la
ignorancia y del alma como lo bueno y la dimensión positiva del hombre se
concreta en su concepción del cuerpo como cárcel del alma.

DUALISMO ONTOLÓGICO

PLATÓN DEFIENDE UN CLARO DUALISMO ONTOLÓGICO AL AFIRMAR QUE LA REALIDAD ESTÁ


DIVIDIDA EN DOS ÁMBITOS TOTALMENTE DISTINTOS: EL CONJUNTO DE LAS COSAS
ESPACIO-TEMPORALES, MUTABLES Y ABOCADAS A LA MUERTE, AL QUE DA EL NOMBRE DE
MUNDO SENSIBLE, Y EL CONJUNTO DE ENTIDADES NO ESPACIALES NI TEMPORALES,
INMUTABLES Y ETERNAS, AL QUE DA EL NOMBRE DE MUNDO INTELIGIBLE O MUNDO DE LAS
IDEAS.

Aunque los dos mundos tienen existencia y realidad, es el Mundo Inteligible el


fundamental y primero, mientras que el Mundo Sensible tiene ser e inteligibilidad
en la medida en que participa o imita al Mundo de las Ideas. Platón utiliza en
ocasiones la expresión "Mundo visible" para referirse al Mundo Sensible.
Ver “mito de la caverna” y “Teoría de las Ideas”.

Platón - Esquema de su pensamiento - Resumen de la filosofía platónica para la


preparación de la PAU (prueba de acceso a la universidad)

MITOS PLATÓNICOS

NARRACIONES METAFÓRICAS QUE EMPLEA PLATÓN PARA LA DESCRIPCIÓN INTUITIVA Y


DIDÁCTICA DE TESIS ESENCIALES DE SU FILOSOFÍA.

Puede resultar un tanto extraño ver en los textos de un filósofo mitos, y que
éstos, además, tengan gran importancia en el conjunto de su filosofía. Esta
extrañeza descansa en la idea de que la filosofía es el paso del mito al logos, el
paso de las narraciones que apelan a la imaginación y a la metáfora a las
narraciones que apelan a la razón y a los conceptos claros y precisos. Sin embargo
Platón utiliza en muchas ocasiones mitos, siendo los más importantes el mito de la
caverna y el mito del carro alado. Platón justifica su uso indicando que es una
forma adecuada para hacer una exposición más accesible y didáctica de temas
filosóficos que la puramente racional y lógica, pero a veces también lo justifica
indicando que hay temas que parecen exceder las posibilidades del conocimiento
humano y sólo se pueden presentar de un modo aproximado, intuitivo, y
metafórico. En su escrito "República", presenta el mito de la caverna como
una alegoría de nuestra situación respecto del conocimiento de la realidad, aunque
el mito tiene claramente implicaciones en ontología, antropología, ética, política y
―para muchos autores― religión. En "Fedro", presenta Platón el mito del carro
alado como una metáfora del alma, sus partes y del afán humano por el
conocimiento y el ser.

Ver “mito de la caverna” y “mito del carro alado”.

Mitos platónicos, en formato eBook. Breve explicación del mito de la caverna y


del mito del carro alado, junto con los textos platónicos.

Platón - Esquema de su pensamiento - Resumen de la filosofía platónica para la


preparación de la PAU (prueba de acceso a la universidad)

LA TEORÍA DE LAS IDEAS DE PLATÓN


Y SU DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICO-SOCIAL

LA TEORÍA DE LAS IDEAS Y LA ONTOLOGÍA PLATÓNICA

La Teoría de las Ideas de Platón (parte central de su filosofía) defiende un claro


dualismo ontológico al proponer la existencia de dos tipos de realidad antagónicos:
el mundo sensible y el mundo inteligible. En el Mundo Sensible (el interior de la
caverna en el mito de la caverna) están las realidades individuales, materiales,
temporales, espaciales, la multiplicidad, el cambio, y la generación y destrucción; es
el conjunto de cosas perceptibles por los sentidos. El Mundo Inteligible (el mundo
exterior en aquél mito) consta de las Ideas (o "Formas"), realidades universales,
inmutables, eternas, invisibles, inmateriales, atemporales, aespaciales; las Ideas se
conocen por la razón y son la auténtica realidad. Las Ideas son entidades
extramentales, objetivas e independientes del hombre, y causas de las cosas: aunque
ellas sean el auténtico ser, Platón no negará realidad a lo que se da a los sentidos;
el mundo sensible, aunque inferior a las Ideas, posee también cierto ser, que le
vendrá dado por su imitación o participación de las Formas. La tarea del Demiurgo
es hacer que la materia informe y eterna tome rasgos semejantes a las Ideas. El
mundo de las Ideas está ordenado jerárquicamente pues hay distintos tipos de Ideas:
Idea de Bien, otras Ideas morales; Ideas estéticas, Ideas de Multiplicidad, Unidad,
Identidad, Diferencia, Ser, No Ser, Ideas matemáticas y otras Ideas (Idea de
Hombre...). Platón sitúa a la Idea de Bien en la cúspide de ese mundo; a veces la
identifica con la Idea de Belleza e, incluso, con Dios. La Idea de Bien (el sol en el
mito de la caverna) causa lo real pues la conducta humana se hace con vista a ella y
todo lo real tiende a ella. Platón creyó que sólo si existen las Ideas tiene sentido el
lenguaje humano, principalmente el de los “términos universales” (nombres
comunes, sustantivos abstractos…); por otro lado, el conocimiento estricto (las
verdades eternas) como la matemática sólo es posible si además del mundo sensible,
siempre cambiante, hay también un mundo inmutable y eterno.

LA TEORÍA DE LAS IDEAS Y LA EPISTEMOLOGÍA PLATÓNICA (EL PROBLEMA DEL


CONOCIMIENTO)

El conocimiento estricto, el siempre verdadero, se fundamenta en la teoría de


las Ideas, que divide lo real en dos ámbitos distintos y a los que le corresponderá
saberes muy distintos: la ciencia, que se ocupa de las Ideas, lo permanente, y la
opinión, o conocimiento del mundo sensible, de lo que está sometido a generación y
corrupción, de los animales, plantas y cosas fabricadas (la “creencia”) y de sus
“sombras” y reflejos (la conjetura).En la CIENCIA, distingue Platón el pensamiento
discursivo y la dialéctica. El primero se identifica con la matemática, que, a pesar de
su valor, posee dos deficiencias: el uso de signos sensibles y el apoyarse en hipótesis
(afirmaciones sobre el ser de sus objetos no suficientemente reflexionadas). La
dialéctica es el conocimiento superior, se refiere al Mundo de las Ideas, a lo inmutable
y universal, lo eterno, y se identifica con la filosofía. Platón la concibe de dos modos:
como método racional que no usa de signos sensibles, pues emplea sólo la razón, ni
descansa en "hipótesis", pues prescinde de todo supuesto y no deja ninguna cuestión
sin examen o evaluación; el objetivo de la dialéctica es descubrir las relaciones
existentes entre las Ideas. La auténtica filosofía es "una ascensión al ser": el filósofo
(el dialéctico) debe “ascender” del mundo sensible al Mundo Inteligible o de las Ideas
y en éstas a la Idea del Bien, fundamento del ser y de la inteligibilidad de las Ideas
y de todo lo real. En cuanto al origen del conocimiento estricto, Platón defiende una
teoría innatista, la teoría de la reminiscencia, según la cual conocer es recordar: al
conocer verdades de tanta calidad como las de la matemática, en realidad nuestra
alma está recordando algo que aprendió cuando, antes de encarnarse, vio en el
Mundo Inteligible las Ideas y sus relaciones. Pero Platón también entiende la
dialéctica como impulso erótico: el filósofo, mediante el cultivo de su sensibilidad,
ascenderá desde el plano sensible al inteligible, desde las bellezas sensibles hasta la
Idea de Belleza. El motor de dicho ascenso será un impulso erótico y el objeto del
amor la belleza.

DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS (EL PROBLEMA DEL


HOMBRE)

Platón concibe al hombre como un compuesto de dos sustancias distintas


(dualismo antropológico): el cuerpo, vinculado al mundo sensible, y el alma,
relacionada con el mundo inteligible. El alma humana es superior al cuerpo debido a
que el alma es el principio de conocimiento y de bondad, pero más aún a que el
cuerpo está sometido a corrupción y muerte mientras que el alma tiene un destino
inmortal. Platón utiliza varios argumentos para demostrar la inmortalidad del alma,
destacando el que se basa en la teoría de la reminiscencia, teoría que exige la
preexistencia del alma antes de su encarnación para comprender el conocimiento
eterno.
Para Platón, el alma nos iguala a los dioses y permite el conocimiento de las
Ideas; distingue tres partes en ella: la racional, representada en el mito del carro
alado por el cochero; es la más noble y elevada, y su función es conocer
intelectivamente y guiar a las otras dos; la irascible, representada por el caballo
bueno y hermoso, símbolo del valor y la voluntad; y la parte concupiscible,
representada por el caballo malo, difícil de guiar, símbolo del deseo y la pasión
sensible inmoderados. El alma busca la liberación del cuerpo y en esa búsqueda
practica la filosofía como aproximación intelectual al mundo que le es propio. La parte
racional del alma debe intentar purificar al individuo de los apetitos sensibles, y le
corresponde dirigir la conducta humana. El dualismo antropológico de Platón se
caracteriza por mantener una radical escisión en el hombre: el alma inmortal, lo más
divino, principio de conocimiento y moralidad; y el cuerpo, origen de la ignorancia y
del mal. Para Platón el cuerpo y sus pasiones son responsables de todas nuestras
desgracias y sufrimientos. La tarea más importante del hombre será, por ello, la
práctica de la virtud, basada en la renuncia a los apetitos corporales, y la práctica de
la filosofía. La purificación moral e intelectual tiene como objeto que las almas se
dejen guiar por lo que es justo y recto y de ese modo cumplan con su destino último,
la morada divina, en donde preexistían.

CONSECUENCIAS DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS EN ÉTICA Y POLÍTICA (EL PROBLEMA


DE LA MORAL Y LA SOCIEDAD)

La teoría de las Ideas de Platón permite la superación del relativismo moral de


los sofistas, pues las Ideas serán el fundamento objetivo y eterno de la vida moral.
Platón quiere averiguar lo que sea el Sumo Bien para el hombre. El Bien absoluto son
las Ideas, cuya contemplación es la felicidad suprema. Mediante la práctica de la
virtud se accede al Sumo Bien y, por tanto, a la suprema felicidad; la virtud es el
estado del alma que le corresponde por naturaleza, y como el alma tiene tres partes
habrá una virtud peculiar para cada una de ellas: a la parte concupiscible le
corresponde la templanza, o continencia de los placeres; a la parte irascible, la
fortaleza o valor, y a la parte racional la virtud de la sabiduría o prudencia que se
encarga de regular la totalidad de las acciones humanas. La virtud del alma en su
conjunto es la justicia, entendida como armonía u orden entre esas tres partes.
Platón creerá que el hombre es un ser social por naturaleza; ello explica la
aparición del Estado (la Polis). El individuo puede alcanzar su máxima realización en
el Estado, pero para ello el Estado deberá ser perfecto. En el análisis del Estado,
Platón utiliza una división tripartita análoga a su división del alma; el Estado tiene las
mismas necesidades materiales y los mismos fines éticos que el hombre. Cada parte
del alma se puede relacionar con una clase social: la parte racional con la clase de
los gobernantes, el alma irascible con la clase social de los guerreros, y la
concupiscible con la de los artesanos. Los filósofos, cuya virtud es la sabiduría o
prudencia, son los únicos aptos para el gobierno; los soldados deben defender y
guardar la polis; los artesanos suministran los medios materiales que la comunidad
necesita. El fin del Estado es la justicia, el bien de todos los ciudadanos, que sólo es
posible cuando todos los elementos que componen la sociedad realizan su función
propia. De entre todas las clases sociales destaca la de los dirigentes: para Platón,
puesto que cabe el conocimiento del Bien (de las Ideas), es legítima la tutoría de los
que han tenido acceso a dicho Bien (los filósofos) sobre el resto de los ciudadanos;
el filósofo ha de ser el gobernante, o los gobernantes han de ser filósofos.
Puesto que los filósofos deben buscar el bien general, con el fin de evitar
tentaciones interesadas y distracciones inútiles no poseen propiedad privada alguna,
ni mujer, ni hijos propios (“comunismo platónico”). También los soldados renuncian
a la familia y a la propiedad privada. Sólo a los artesanos se le permite la propiedad
privada (limitada y controlada por el Estado) y los vínculos familiares estables. En
este Estado ideal sólo los mejores, una minoría muy selecta, ostentan el poder. Es
un Estado de clara inspiración aristócrata. Finalmente, junto con la descripción de la
sociedad ideal, Platón hace también una descripción y valoración de las formas reales
de gobierno; existen cinco formas de gobierno: de la monarquía o aristocracia, por
degeneración sucesiva, surgen las demás: la timocracia, la oligarquía, la democracia
y, la peor de todas, la tiranía.

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