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UNIVERSIDAD SILVA HENRÍQUEZ

ANTROPOLOGÍA CRISTIANA
LA CREACIÓN (Gén 1, 1 – 2, 4ª)
Génesis 1, 1 – 31.
“En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las
tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. Dijo Dios:
«Haya luz», y hubo luz. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz "Día" y
a las tinieblas "Noche". Atardeció y amaneció: fue el día Primero. Dijo Dios: «Haya una bóveda en medio de las
aguas, para que separe unas aguas de las otras.». Hizo Dios entonces como una bóveda y separó unas aguas
de las otras: las que estaban por encima del firmamento, de las que estaban por debajo de él. Y así sucedió.
Dios llamó a esta bóveda "Cielo". Y atardeció y amaneció: fue el día Segundo. Dijo Dios: «Júntense las aguas
de debajo de los cielos en un solo depósito, y aparezca el suelo seco.» Y así fue. Dios llamó al suelo seco "Tierra"
y al depósito de las aguas "Mares". Y vio Dios que esto era bueno. Dijo Dios: «Produzca la tierra hortalizas,
plantas que den semilla, y árboles frutales que por toda la tierra den fruto con su semilla dentro, cada uno
según su especie.» Y así fue. La tierra produjo hortalizas, plantas que dan semillas y árboles frutales que dan
fruto con su semilla dentro, cada uno según su especie. Dios vio que esto era bueno. Y atardeció y amaneció:
fue el día Tercero. Dijo Dios: «Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche, que sirvan para señalar
las fiestas, los días y los años, y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra.» Y así sucedió. Hizo, pues,
Dios dos grandes lámparas: la más grande para presidir el día y la más chica para presidir la noche, e hizo
también las estrellas. Dios las colocó en lo alto de los cielos para iluminar la tierra, para presidir el día y la
noche y separar la luz de las tinieblas; y vio Dios que esto era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Cuarto.
Dijo Dios: «Llénense las aguas de seres vivientes y revoloteen aves sobre la tierra y bajo el firmamento.» Dios
creó entonces los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en el agua según su especie, y todas
las aves, según su especie. Y vio Dios que todo ello era bueno. Los bendijo Dios, diciendo: «Crezcan,
multiplíquense y llenen las aguas del mar, y multiplíquense asimismo las aves sobre la tierra.» Y atardeció y
amaneció: fue el día Quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de diferentes especies, animales
del campo, reptiles y animales salvajes.» Y así fue. Dios hizo las distintas clases de animales salvajes según su
especie, los animales del campo según su especie, y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios
que todo esto era bueno. Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que tenga autoridad
sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles
que se arrastran por el suelo.» Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra
los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Tengan
autoridad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la
tierra.» Dijo Dios: «Hoy les entrego para que se alimenten toda clase de plantas con semillas que hay sobre la
tierra, y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes
que se mueven sobre la tierra, les doy pasto verde para que coman.» Y así fue. Dios vio que todo cuanto había
hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Sexto."
Génesis 2, 1 – 4a
Así estuvieron terminados el cielo, la tierra y todo lo que hay en ellos. El Séptimo día Dios tuvo terminado su
trabajo, y descansó en ese día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque
ese día descansó de sus trabajos después de toda esta creación que había hecho. Este es el origen del cielo y
de la tierra cuando fueron creados."
REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
¿Qué buscaba el pueblo de Israel al escribir este relato de la creación?
¿Cuáles son las palabras o símbolos claves del Relato de la Creación (Gén 1, 1 – 2, 4ª)?
¿Qué mensaje nos da para hoy?
COMENTARIO AL TEXTO
a. ¿Cuáles son las palabras o símbolos claves del Gén 1, 1-2,4?
Los 7 días de la creación: Este número para la cultura israelita significa perfección, totalidad, plenitud. Con
esto, el autor quiere decirnos que la creación de Dios es perfecta. Pero si queremos saber en cuántos años lo
hizo, hay que consultar a los científicos.
“Dios dijo”. El relato repite 10 veces la frase “Dios dijo” (…hágase la luz…, hágase la tierra…), y se refiere al
poder creador de Dios. ¡La Palabra de Dios es creadora! Pero también se relaciona con los 10 mandamientos.
Así, con 10 palabras Dios creó el mundo y con 10 palabras (con las leyes) Dios organiza un nuevo pueblo.
“Y vio Dios que era bueno”. Es una frase que se repite 6 veces. Esto hay que tomarlo en serio, porque todo lo
creado por Dios es bueno. Tú, yo y nosotros somos creación de Dios y somos valiosos. ¡Ámate a ti mismo,
porque eres una obra buena de Dios! Debemos amar y cuidar a todos y a todo lo que nos rodea.
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”. Esta expresión debe ser tomada como una misión y
proyecto. No solamente somos imagen de Dios por ser su obra, sino que estamos llamados a ser solidarios,
bondadosos, justos y creativos como lo es Dios mismo.
“Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla”. En este texto descubrimos que Dios nos hace un
llamado a no ser egoístas, a la procreación, a formar una familia, a cultivar y cuidar la tierra, no a destruirla.
Es una invitación a defender nuestros bosques, agua, aire…
“El séptimo día descansó”. El ser humano no es una máquina que deba trabajar todo el tiempo. A imagen de
Dios, él también tiene derecho a descansar, a dedicar un tiempo para sí, para la familia, para la comunidad y
para Dios.
b. ¿Por qué el pueblo de Israel escribió este relato de la creación? ¿Qué buscaba?
Todas las personas del pasado y del presente, cuando vemos la tierra, el sol, la luna, la vida, nos preguntamos:
¿Cuál es el origen del mundo? ¿Cómo nació? ¿Quién está detrás de este mundo? Y ustedes ¿se han hecho
alguna vez estas preguntas? El pueblo de Israel cuando estuvo exiliado en Babilonia (siglo VI a.C.) también se
hizo estas preguntas y otras más ¿Quién es el creador del mundo, Yavé Dios o Mardúk, dios de Babilonia?
¿Qué es el hombre frente a Dios? Con estos relatos, el pueblo de Israel buscó dar sus respuestas a esos
profundos interrogantes. Esas respuestas quedaron escritas en este primer relato de la creación. ¡Si leímos
con cuidado, nos habremos dado cuenta de ello!
UNIVERSIDAD SILVA HENRÍQUEZ
ANTROPOLOGÍA CRISTIANA
EL PARAISO (Gén 2, 4b – 25)
Génesis 2, 4b – 25.
“El día en que Yavé Dios hizo la tierra y los cielos, no había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún
ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre
que cultivara el suelo e hiciera subir el agua para regar toda la superficie del suelo. Entonces Yavé Dios formó
al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un aliento de vida, y existió el hombre con aliento
y vida. Yahvé Dios plantó un jardín en un lugar del Oriente llamado Edén, y colocó allí al hombre que había
formado. Yavé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, agradables a la vista y buenos para comer. El
árbol de la Vida estaba en el jardín, como también el árbol de la Ciencia del bien y del mal. Del Edén salía un
río que regaba el jardín y se dividía en cuatro brazos. El primero se llama Pisón, y corre rodeando toda la tierra
de Evila donde hay oro, oro muy fino. Allí se encuentran también aromas y piedras preciosas. El segundo río se
llamaba Guijón y rodea la tierra de Cus. El tercer río se llama Tigris, y fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto río
es el Eufrates. Yavé Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y
Yahvé Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo: «Puedes comer todo lo que quieras de los árboles del
jardín, pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de
que morirás.» Dijo Yavé Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Le daré, pues, un ser semejante a él para
que lo ayude.» Entonces Yavé Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y todas las aves del cielo,
y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre. Y el nombre de todo ser viviente había de ser el que el
hombre le había dado. El hombre puso nombre a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras salvajes.
Pero no se encontró a ninguno que fuera a su altura y lo ayudara. Entonces Yavé hizo caer en un profundo
sueño al hombre y éste se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con carne. De la costilla que
Yavé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: «Esta
sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada.»
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne. Los dos
estaban desnudos, hombre y mujer, pero no sentían vergüenza."
REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
¿Qué buscaba el pueblo de Israel al escribir este relato?
¿Cuáles son las palabras o símbolos claves del Relato del Paraíso (Gén 2, 4b -
25)?
¿A la luz de este relato y de los símbolos cuál es nuestra misión en la tierra?
Recoger las palabras o frases símbolo del texto, escribirlas o dibujarlas en
pedazos, y durante la exposición juntarlas a manera de una cadena que rodea la
figura humana. Compartir las respuestas del diálogo.
COMENTARIO AL TEXTO

Tiempo ¿Cuándo? ANTES PRIMERO LUEGO AL FIN


Creación ¿Qué? Nada: tierra seca Hombre de barro Jardín y Paraíso: Mujer de carne
árboles – ríos -
animales
Textos Gén. 2, 1 - 6 Gén. 2, 7 Gén. 2, 8 - 20 Gén. 2, 21 - 29
¿De qué estamos hechos los seres humanos? ¿Cuál es nuestra misión en el mundo? ¿Cómo deben ser las
relaciones del hombre con los otros seres? Estas son preguntas que en algún momento de la vida todos nos
formulamos, chicos y grandes, varones y mujeres, creyentes y no creyentes. Es que buscar una respuesta al
por qué y para qué de la vida y de las cosas es una tarea de siempre. Y tú ¿te has hecho alguna de estas
preguntas? Justamente, el segundo relato de la creación (Gén 2, 4-25) busca la respuesta a estas grandes
inquietudes.
a. Explicación del relato a partir de los símbolos
“Hacer de barro”. Simboliza la naturaleza humana. Al alimentarnos de los frutos de la tierra somos parte de
ella. ¡Somos hijos e hijas de la tierra! Somos frágiles y moldeables como el barro.
“Soplar”. Simboliza dar vida. Nuestra vida es un regalo de Dios.
“El jardín para cuidar y cultivar”. Simboliza, en primer lugar, que somos amigos y huéspedes de Dios: Él nos
ha colocado allí; en segundo lugar, el símbolo indica que estamos llamados a proteger la naturaleza, no a
destruirla, y a trabajar con ella para satisfacer nuestras necesidades.
“No comer del árbol del conocimiento del bien y el mal”. Simboliza que no podemos hacer todo, pues hay
unos límites en la vida ¿o no? Debemos reconocer que no podemos aspirar a ser ni a hacer todo. Eso es
imposible. Sería como buscar ser dioses. Más todavía, sería ir más allá de nuestras capacidades.
“No es bueno que el hombre esté solo”. El ser humano está llamado a la comunión comunicación realización
con otros seres de la naturaleza: árboles, animales y, sobre todo, con otras personas. Estamos llamados a
relacionarnos armoniosamente entre personas. La soledad, la incomunicación, la ruptura no es querida por
Dios.
“Poner nombre”. Significa tener relación cercana con los otros seres. Significa poner en mi memoria y en mi
corazón a los que me rodean. ¿Verdad que hay mucha gente en tu entorno de quien no sabes ni su nombre?
¡Es como si no existieran! Ponerle nombre es darle vida a otro en mi corazón.
“Sacar de las costillas-entrañas”. Significa que la mujer es parte del mismo hombre, que tiene la misma
naturaleza, que ¡es hueso de sus huesos y carne de su carne! Por eso, ambos tienen la misma dignidad de hijos
de Dios.
“Dejar… y hacerse uno solo”. “Dejar…”: los seres humanos estamos llamados a crecer, a no vivir para siempre
sobreprotegidos, a independizarnos, a organizar cada uno su vida, con un objetivo. “Hacerse uno solo”: es
hacerse uno/a con la otra persona. Éste es el ideal de Dios: la comunión plena de sentimientos, pensamientos
y acciones entre la pareja humana.
“Estaban desnudos”. No se refiere a lo físico sino a la actitud interior en la relación de pareja que está llamada
a cultivar la comunicación plena, a no ocultarse nada, a mirarse a los ojos en forma transparente.
b. ¿Cuál es la propuesta de Dios según el relato?
En el texto descubrimos una relación armónica y cercana entre los seres. Relación ser humano-naturaleza, en
la que se da una profunda comunión entre ellos, al punto de que el ser humano se descubre parte de la tierra,
hecho de barro, y con la tarea de cultivarla y cuidar de ella. Relación cercana entre ser humano y animales: se
expresa en el momento en que el hombre les pone nombre, lo que indica que se cultiva una relación afectiva
entre estos seres. Relación profunda entre varón y mujer: se expresa en el hecho de que el “varón” (en hebreo:
’ish) y la “varona” (en hebreo: ’ ishah) comparten los mismos huesos y la misma carnes; es decir, comparten
la misma dignidad. Dios quiere que podamos cultivar relaciones fraternas y complementarias entre todos los
seres de la creación.
UNIVERSIDAD SILVA HENRÍQUEZ
ANTROPOLOGÍA CRISTIANA
ADÁN Y EVA (Gén 3, 1 – 24)
Génesis 3, 1 – 24
"La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer:
«¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» La mujer respondió a la
serpiente: «Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín, pero no de ese árbol que está en medio del
jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él ni lo prueban siquiera, porque si lo hacen morirán.» La serpiente
dijo a la mujer: «No es cierto que morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que coman de él, se les
abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses y conocerán lo que es bueno y lo que no lo es.»
A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó
de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió. Entonces
se les abrieron los ojos y ambos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, unas hojas de
higuera, y se hicieron unos taparrabos. Oyeron después la voz de Yavé Dios que se paseaba por el jardín, a la
hora de la brisa de la tarde. El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé
Dios no los viera. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?» Este contestó: «He oído tu voz en el
jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí.» Yavé Dios replicó: «¿Quién te ha hecho ver
que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?» El hombre respondió: «La mujer que
pusiste a mi lado me dio del árbol y comí.» .Yavé dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?» La mujer respondió: «La
serpiente me engañó y he comido.» Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas
entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra
por todos los días de tu vida. Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella
te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.» A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus sufrimientos en los
embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará." Al hombre
le dijo: «Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldita
sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos
te dará, mientras le pides las hortalizas que comes. Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas
a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al polvo volverás.» El hombre dio a su mujer el
nombre de «Eva», por ser la madre de todo viviente. En seguida Yavé Dios hizo para el hombre y su mujer unos
vestidos de piel y con ellos los vistió. Entonces Yavé Dios dijo: «Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues
se ha hecho juez de lo bueno y de lo malo. Que no vaya también a extender su mano y tomar del Árbol de la
Vida, pues viviría para siempre.» Y así fue como Dios lo expulsó del jardín del Edén para que trabajara la tierra
de la que había sido formado. Habiendo expulsado al hombre, puso querubines al oriente del jardín del Edén,
y también un remolino que disparaba rayos, para guardar el camino hacia el Árbol de la Vida."
REFLEXIÓN PERSONAL Y GRUPAL
¿Por qué el pueblo de Israel escribió esta historia?
¿Qué símbolos se destacan en el texto?
¿Cómo podemos superar la inclinación al mal? ¿Cuál es el mensaje para nosotros hoy?
COMENTARIO AL TEXTO
Génesis 3, más conocido como el relato del Adán y Eva o del pecado original,
es un relato que buscar dar una respuesta a la experiencia de ambigüedad
humana. Todos, alguna vez, nos hemos descubierto contradictorios y
ambiguos: junto con el amor puede anidarse el afán de dominio; un día de
alegría puede tornarse profundamente triste; una persona buena puede sorprendernos haciéndonos mal; una
persona llena de vida puede encontrarse intempestivamente con la muerte. Es como si el bien y el mal, justicia
e injusticia, tristeza y alegría, vida y muerte necesariamente tendrían que venir envueltos en un solo paquete.
Y nos preguntamos: ¿Por qué esta contradicción? ¿Seremos así desde el principio de la vida? Los miembros
del pueblo de Israel que experimentaron también esta contradicción, se hicieron la pregunta del porqué de
todo esto, y buscaron una explicación desde su experiencia de vida y de su profunda fe en Yavé.
a. ¿Cuáles son las palabras o símbolos claves del Gén 1, 1-2,4?
La serpiente, tiene múltiples explicaciones: Simboliza la inclinación al mal, al afán de dominio sobre los
demás, a la injusticia que habita en la profundidad del ser humano. Simboliza también el estilo de gobierno de
los faraones, que en su cabeza se colocaban un casquete con la figura de la serpiente, símbolo de la sabiduría
total. Simboliza la religión cananea, que realizaba cultos de carácter mágico en torno a la fertilidad.
El árbol, significa el proyecto de Dios, que debemos respetar y que ha sido manipulado por el hombre.
Representa también la autoconciencia de limitación del ser humano. No podemos hacer todo. Si alguien quiere
hacer todo estaría colocándose en el lugar de Dios. Eso es imposible; sin embargo, ésa es la gran tentación…,
querer ser como Dios.
Pecado, significa errar, perder el camino, romper con el proyecto de Dios.
Adán (en hebreo: Adam), quiere decir sacado de la tierra (en hebreo: Adamah). Simboliza a todos los seres
humanos.
Eva, simboliza a todas las mujeres, particularmente como fuentes de vida (madres de los vivientes).
b. Explicación narrativa del texto
La tentación y pecado se expresa en el símbolo de la serpiente. La serpiente tienta a que coman del fruto del
árbol que está en el centro del jardín. Por un lado, esto quiere decir que en el ser humano y en la sociedad,
existen sentimientos ambiguos de bondad y maldad, de amor y de afán de dominio. Por otro lado, que la
actuación del ser humano tiene límites, que debe respetar a los otros, que debe respetarse a sí mismo y a
Dios. Estos límites se expresan en el símbolo del árbol que está en el centro del jardín. Pero, la tentación –
serpiente– incita a la persona humana a no reconocer sus límites, a creerse autosuficiente y con sabiduría
absoluta. ¡Es el pecado original! Es el pecado que da origen a otros; es el cerrarse sobre sí mismo, sin Dios ni
comunidad, creyéndose Dios.
El rompimiento. Pero cuando el ser humano se cree Dios y se cierra en sí mismo, en cualquier momento de la
historia, en el pasado, en el presente o en el futuro, en vez de alcanzar autosuficiencia, se da cuenta –está
desnudo– de que ha perdido su dignidad y que necesita de los otros. Pero, su relación ahora ya no estará
marcada por la transparencia, sino por el conflicto, pues antes despreció a los otros y ahora tiene que volver
a ellos avergonzado, o busca dónde esconderse. Más aún, no asume el error y busca echar la culpa a otros, a
la mujer, a la serpiente…
El castigo. Es una constatación de lo que sucede en la vida diaria. El ser humano suda en su trabajo, hay
dominio de un sexo sobre otro, la mujer sufre dolores en el parto, etc. Lo que sucede es que el pueblo de Israel
no considera estas realidades como voluntad de Dios, sino consecuencias de la desobediencia.
Ésta es la naturaleza humana y la realidad social. Pero Dios quiere que en el futuro no sea así; quiere que entre
los seres humanos haya relaciones fraternas y armónicas, como simbólicamente se expresa en Gén 2. Por eso,
diremos que el paraíso no es una nostalgia del pasado sino una esperanza para el futuro.

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