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El hombre no solo vive, sino que se pregunta por su identidad y toma de decisiones con las que da
orientación a su vivir, se hace cuestionamientos así mismo. Desde todos los puntos de visa posibles
y con los métodos de las diversas ciencias el Ser Humano se hace objeto de estudio (Biología-
Medicina, Psicología, Filosofía, Historia- Sociología) Cada una de éstas lo tienen por objeto y nos
dicen algo sobre el hombre, el mensaje revelado también tiene afirmaciones acerca del hombre
El hombre es la reflexión acerca del Ser Humano a la luz de la revelación tiene por objeto a Dios y al
hombre en relación con él amado por él, parte de la teología Dogmática dedicada al estudio del ser
humano, consideración de la persona humana a la luz de la fe y respecto a su relación con Dios, su
punto de partida es la revelación Divina
Salmo 8
Paralelo a las ideologías y al reduccionismo ha tenido lugar una reflexión muy viva sobre el Ser
Humano, tanto en el campo amplio del creyente como en la propia antropología, es el campo de
diálogo privilegiado de la Fe cristiana con el mundo
A la visión religiosa le toca reafirmar algunos contenidos accesibles a la razón humana que pueden
compartir también quienes no tienen la fe Cristiana
La reflexión teológica acerca de la imagen de Dios en el hombre, nos permite cambiar la singularidad
y la dignidad de cada ser humano. Es un sujeto y no una cosa más es un Ser que trenza relaciones
es creativo y protagonista de la historia. La palabra persona destaca precisamente la cualidad y la
dignidad de esa manera de ser en el mundo, el tema tiene una gran incidencia en el diálogo de la fe
con la cultura, por su interacción con reflexiones filosóficas fundamentales de tipo ontológico
(analogía), antropológico (personal) y político (Derechos Humanos)
Gn 1:26 “… y creó Dios al hombre a su imagen a Dios el hombre creó, varón y mujer los creó” en
cuanto a imagen se remite constitutivamente a alguien más allá de si mismo, hace referencia a Dios
y queda cualificado en referencia a El “ imagen de Dios” la Escritura destaca la dependencia del
hombre con respecto a Dios, su dignidad dentro del mundo, su dominio sobre la creación y el
carácter sagrado de la Fecundidad humana capaz de transmitir la imagen de Dios.
Perfila una visión religiosa del ser humano que se puede articular en torno al llamado a la comunión
de vida “a la alianza” que es una categoría antropológica fundamental, significa vínculo, pacto o
compromiso mutuo. En la alianza de Dios con Israel se expresa una voluntad permanente de Dios y
una condición permanente del hombre. Se manifiesta el designio de Dios para el género humano;
el hombre es un ser hecho para la Alianza.
La verdad revelada del hombre como imagen y semejanza de Dios constituye la base inmutable de
toda la antropología Cristiana (Juan Pablo II, Mulieris dignitatem,6).
San Ireneo y los padres antioquenos destacan que el hijo de Dios, el verbo encarnado,es la imagen
verdadera del hombre, además de ser la imagen verdadera de Dios. El hombre ha sido hecho a
semejanza de esa imagen “lo que se modelaba en el barro, se hacía pensando en cristo, el hombre
futuro.
Los padres ven en la expresión imagen de Dios la especial dignidad del ser humano y una señal de
su particular relación con Dios, de su condición espiritual y de su dominio sobre el mundo. El ser
humano participa de la trascendencia y del misterio inefable de los dones divinos. Algunos padres
distinguen entre imagen y semejanza.
Semejanza hace referencia a la unión e identificación con Cristo que se adquiere por la
correspondencia a la gracia en el obrar.
2.3.2. La Teología.
2.3.3. El magisterio.
La historia del pensamiento cristiano ha configurado la palabra “persona” para designar el peculiar
modo de ser del sujeto espiritual. Procede de la Teología trinitaria y cristológica. De allí pasó a
emplearse para cada ser humano.
Ontológico: una manera de ser. El ser humano es un sujeto dentro del mundo a imagen de
Dios, un ser espiritual, creativo, libre y responsable. Que tienen un propio actuar en el
mundo y relación con los demás. Es un sujeto espiritual, irrepetible e insustituible que tiene
más categoría que las demás creaturas del universo.
Moral: se refiere a dignidad, particular de los seres espirituales. El valor de toda persona es
un principio de referencia moral. Cada ser humano tiene una dignidad inalienable. Siempre
merece respeto y es fuente de obligaciones para quienes lo rodean; por eso la vida humana
es sagrada.
El ser humano como imagen de Dios ha de dominar mediante su trabajo la creación. La
fecundidad humana es sagrada en cuanto que transmite la imagen divina al generar otras
vidas humanas.
(Gn 2, 25 – 3-24) Los primeros capítulos del Génesis contraponen el estado original en el que Dios
a creado al hombre con la situación histórica marcada por la presencia desconcertante del mal. En
un mundo creado por Dios es necesario explicar la presencia y la universalidad del pecado, el dolor
y la muerte. El primer pecado es el origen de la serie de pecados y de las consecuencias del pecado,
el pecado de uno influye en los demás, se da una solidaridad en el mal. Queda así etiológicamente
explicado que el mal no provee de Dios sino del hombre.
El pecado produce una inmediata alteración de la relación con Dios fuente de la vida y en la
estructura del ser humano en su armonía interior. Se afectan tres afectos fundamentales de la
imagen:
En relación con Dios se muestra el núcleo del pecado como ofensa y separación de él; aparece como
atentado ante la verdad de quien peca. El pecado ha desencadenado desde el principio el deterioro
de la situación en la que Dios quiso al género humano.
El pecado como rechazo de Dios y deterioro humano: el pecado separa de Dios, deteriora
o destruye unilateralmente la relación con él, atenta contra la alianza, es desobediencia,
quebranta el orden moral establecido por Dios en el mundo. Al pecar el hombre se aparta
del Dios fuente de la vida.
Pecado en sentidos propios y en sentidos análogos.
o En sentido propio se llama pecado al acto malo de un sujeto libre.
o En sentido análogo se habla de pecado original. Situación de estado de pérdida de
la Alianza Original con Dios y la inclinación al pecado personal. También se puede
g{un hablar de pecado social; situaciones en que la persona sumida desde su
infancia (económico, político, familiar).
Se habla del análisis del deterioro que causa en las capacidades operativas de la persona, la
instalación del pecado en las estructuras sociales y su influencia.
El que se aleja de Dios no puede vivir según su más profunda verdad, dicho en palabras de
la escritura la lejanía de Dios es habitar en el reino de las tinieblas.
La malicia de la voluntad.
Se reitera que el mal comportamiento produce el endurecimiento del corazón. Según San
Agustín como consecuencia del primer pecado en la voluntad humana hay una profunda
alteración del ordo amoris del orden de los amores. La persona que va alejándose de Dios
y sumergiéndose en el propio yo se deja llevar por la lógica del egoismo y considera una
locura la lógica del amor divino que pone su felicidad en la entrega.
El ser humano es un ser social que madura en el seno de la sociedad y en dialogo con su cultura; las
sociedades humanas también se impregnan de pecado, ya que puede establecerse en las
estructuras mismas de la sociedad y en la cultura misma que trasmite. Es lo que San Juan llama el
mundo(Jn 1, 29). El hombre que no está sometido a Dios, fácilmente queda sometido a la presión
del mismo en lo que tiene de pecado.
3.5.2. Cuatro Aspectos del mundo.
El mundo como mentira: los hombres que se apartan de Dios crean una visión del mundo
de acuerdo con la deformación de su espíritu. Por una parte oscurecen la visión de Dios,
del fin del hombre y de las cosas de Dios y crean ideologías sustitutivas.
El mundo como tentación: se puede convertir en una inclinación colectiva y ser fomentada
por las costumbres. Da lugar a una presión que induce al mal a las personas; tiene que ver
con las pasiones, con el consumismo.
Mundo como obstáculo y represión del bien: fenómeno del resentimiento moral. El
resentimiento se expresa en la aversión, la ridiculización y la persecución de lo bueno y de
los buenos.
El mundo como desorden establecido. Las estructuras del pecado. El egoísmo deforma el
sentido de la vida social, crea mecanismos de protección de la avaricia y de la comodidad y
fomenta la injusticia promoviendo la discriminación de personas, la exclusión y la
explotación de los más débiles. Las estructuras de la sociedad, unas veces por ser excesivas
y opresoras y otras por ser débiles y corruptas, pueden convertirse en protecciones de la
injusticia.
Todo el Misterio de la salvación se ordena a convertirnos en hijos de Dios, éste designio se revela
en la Sagrada escritura en dos pasos
En algunas religiones al Dios principal se le llama Padre. Se trata de un titulo honorifico, sin una
relación Paterno- Filial, en el antiguo testamento Dios se presenta como Padre de Israel y se llama
hijos de Dios a personas muy escogidas.
La revelación culmina en Cristo. Dios es Padre de modo singular y eminente de Jesucristo quien es
el Hijo Jesús enseña a los discípulos a tratarlo como Padre y con confianza de hijos
b. La identificación con Cristo el Hijo
San Pablo enseña que toda acción salvadora de Jesucristo tiene como fin hacernos hijos de Dios y
éstos se realiza por la identificación con Cristo cuando recibimos el Espíritu Santo.
El espíritu que hemos recibido de Cristo obra la nueva Creación renueva nuestro Ser nos identifica
con Cristo y nos impulsa a tratar a Dios como Padre. En el Bautismo por acción del Espíritu Santo el
creyente se une y toma parte en la muerte y resurrección de Cristo de un modo Místico. Se produce
un renacimiento Espiritual, el Cristiano muere al hombre viejo y renace a una nueva vida que es la
vida de Cristo.
En Sn Juan la misión del hijo consiste en hacer posible que los hombres sean hijos de Dios. Así lo
resume en el prólogo de su evangelio “vino a los suyos y los suyos no le recibieron, pero a cuantos
le recibieron les dio el poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre
Los Padres profundizaron el misterio de nuestra filiación divina en Cristo especialmente al hilo de
sus comentarios a la escritura y de sus reflexiones sobre la liturgia. Destacamos dos temas. El
admirable intercambio y la recapitulación en Cristo por los que somos Cristificados
La liturgia es celebración del Misterio Pascual y quien en ella participa se identifica con Cristo.
Liturgia Bautismal expresa y realiza el nacimiento y renovación en Cristo. Comunión Eucarística es
un gesto que culmina sacramentalmente la incorporación y el intercambio místico con Cristo.
c. En la Experiencia
Al recibir al Espíritu Santo, somos introducidos en la vida divina. Esto causa un efecto transformador
en el hombre, tal como queda manifiesto en la vida de los Santos. En cierto modo, es divinizado,
asemejado a lo divino.
La nueva alianza se ha realizado con el don personal de Dios, que es el Espíritu Santo. A esa presencia
íntima del Espíritu en el hombre se le llama inhabitación. El ser humano se convierte en el templo
del Dios trino. La fe de la Iglesia, basada en la Escritura, testimonia que, en el alma del cristiano,
inhabita la Trinidad.
a. En el Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento es la historia de una presencia especial de Dios en Israel. Se hace presente
particularmente en la Tienda del Encuentro (Ex 40,34). Más tarde , en la Ciudad Santa Jerusalén, en
el Templo y, singularmente, en el Santo de los Santos.
Para los tiempos mesiánicos, se promente una presencia de Dios más intensa. El Mesías es llamado
proféticamente <<Emmanuel>>, que significa <<Dios con nosotros>> (Is 7, 14).
b. En el Nuevo Testamento
Con Jesucristo, se realizan las promesas. Desde que el Verbo se hace carne, es el nuevo y definitivo
templo de Dios entre los hombres (Jn 2,21).Por su parte, Jesucristo promete su presencia a sus
discípulos: << Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos>> (Mt 28, 29). Y les asegura que no
los abandonará, sino que les enviará el Espíritu Paráclito (Jn14,19).
San Pablo afirma que el cristiano es santuario de Dios, un templo cimentado en Jesucristo
y levantado por la presencia y acción del Espíritu.
San Juan trata largamente de la profunda y singular unidad entre el Padre y el Hijo,
comunión en la que se injerta el creyente. Expresa la comunión de las personas con los
términos <<estar o permanecer en el otro>>: el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre.
Muchos Padres desarrollan el tema paulino de que el cristiano es templo de Dios porque, a
semejanza de Cristo, ha recibido el Espíritu Santo.
Otros Padres se fijan en la unidad de las tres Personas y la comunión con ellas a la que accede el
cristiano por la efusión del Espíritu. << Cuando somos santificados por el Espíritu recibimos también
a Cristo que habita en nosotros, y con Cristo, recibimos al Padre que hace morada común en
nosotros>>.
El Espíritu Santo es el don con el que Dios establece una relación íntima y personal con nosotros (la
Alianza). Cuando el hombre lo recibe, se reconcilia con Dios, pasa de la condición de pecador a la de
amigo e hijo de Dios. La palabra <<justificación>>significa el acto por el cual el hombre llega a ser
justo y el estado de quedar en paz con la justicia divina.
a. En el antiguo Testamento.
El hombre justo es aquel que se adhiere por completo a la voluntad de Dios, que es fiel a la
Alianza y a sus obligaciones y proyecta este modo de vivir en las relaciones con los demás,
especialmente con los débiles. El pecado hace injusto al hombre porque es un acto de
desobediencia – ruptura de las cláusulas de la alianza, que le separa de la voluntad de Dios(Dn 9, 5
ss).