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CURSO DE ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA

1. CONCEPTO DE SER HUMANO

ANTRO- Hombre LOGOS- Estudio = Estudio del Hombre

El hombre no solo vive, sino que se pregunta por su identidad y toma de decisiones con las que da
orientación a su vivir, se hace cuestionamientos así mismo. Desde todos los puntos de visa posibles
y con los métodos de las diversas ciencias el Ser Humano se hace objeto de estudio (Biología-
Medicina, Psicología, Filosofía, Historia- Sociología) Cada una de éstas lo tienen por objeto y nos
dicen algo sobre el hombre, el mensaje revelado también tiene afirmaciones acerca del hombre

1.2. Desde la Visión de Antropología Teológica

El hombre es la reflexión acerca del Ser Humano a la luz de la revelación tiene por objeto a Dios y al
hombre en relación con él amado por él, parte de la teología Dogmática dedicada al estudio del ser
humano, consideración de la persona humana a la luz de la fe y respecto a su relación con Dios, su
punto de partida es la revelación Divina

1.3. Relación con otras Ciencias

LOS SABERES SOBRE EL HOMBRE Y SU DIÁLOGO


Ciencias Experimentales Ciencias Humanas Ciencias Teológicas
Estudian lo que el Ser Humano Estudian su singularidad dada Es el saber que Dios ha
tiene el común con el resto del su conciencia libre revelado sobre el ser Humano
Universo Material (Antropología Filosófica) Los Cristianos creemos que es
Origen Físico Obras que causa y frutos que el nivel más elevado aunque
(Paleoantropología) produce (Historia, sociedad, no anula, ni quita interés a los
Composición y cultura y economía) otros
Funcionamiento
(Ciencias Biológicas y Médicas,
neurología y psicología
experimental)
Las tres categorías son importantes y necesarias
Newman refiere que si falta alguna de las categorías el hueco tiende a ser invado ilegítimamente
por otras ciencias

Salmo 8

1.4. Aportes de la Antropología Teológica

Paralelo a las ideologías y al reduccionismo ha tenido lugar una reflexión muy viva sobre el Ser
Humano, tanto en el campo amplio del creyente como en la propia antropología, es el campo de
diálogo privilegiado de la Fe cristiana con el mundo

Juan Pablo II en el Discurso de Apertura a la Tercera Conferencia General del Episcopado


Latinoamericano, I, 9 dijo “la verdad que debemos al hombre es ante todo una verdad sobre El
mismo. La afirmación primordial de ésta antropología es la del hombre como imagen de Dios,
irreductible a una simple parcela de la naturaleza o a un elemento anónimo de la ciudad humana.
En este sentido escribía San Ireneo la Gloria del hombre es Dios, pero el receptáculo de toda acción
de Dios de su sabiduría, de su poder es el hombre”

A la visión religiosa le toca reafirmar algunos contenidos accesibles a la razón humana que pueden
compartir también quienes no tienen la fe Cristiana

2. EL SER HUMANO CREADO POR DIOS A SU IMAGEN

La reflexión teológica acerca de la imagen de Dios en el hombre, nos permite cambiar la singularidad
y la dignidad de cada ser humano. Es un sujeto y no una cosa más es un Ser que trenza relaciones
es creativo y protagonista de la historia. La palabra persona destaca precisamente la cualidad y la
dignidad de esa manera de ser en el mundo, el tema tiene una gran incidencia en el diálogo de la fe
con la cultura, por su interacción con reflexiones filosóficas fundamentales de tipo ontológico
(analogía), antropológico (personal) y político (Derechos Humanos)

2.1 El Ser imagen de Dios, Antiguo Testamento

Gn 1:26 “… y creó Dios al hombre a su imagen a Dios el hombre creó, varón y mujer los creó” en
cuanto a imagen se remite constitutivamente a alguien más allá de si mismo, hace referencia a Dios
y queda cualificado en referencia a El “ imagen de Dios” la Escritura destaca la dependencia del
hombre con respecto a Dios, su dignidad dentro del mundo, su dominio sobre la creación y el
carácter sagrado de la Fecundidad humana capaz de transmitir la imagen de Dios.

Perfila una visión religiosa del ser humano que se puede articular en torno al llamado a la comunión
de vida “a la alianza” que es una categoría antropológica fundamental, significa vínculo, pacto o
compromiso mutuo. En la alianza de Dios con Israel se expresa una voluntad permanente de Dios y
una condición permanente del hombre. Se manifiesta el designio de Dios para el género humano;
el hombre es un ser hecho para la Alianza.

2.2 El Ser imagen de Dios, Nuevo Testamento

El tema de la imagen encuentra su continuidad y su plenitud en el nuevo testamento tiene un


desarrollo en los escritos de San Pablo; se puede sintetizar en tres afirmaciones:

 Cristo es la verdadera imagen de Dios, nosotros somos a imagen de la imagen.


 El primer hombre, Adán es sólo figura (del que tenía que de venir).(Rm 5, 14) Porque el
arquetipo del ser humano es Cristo; éste es modelo, primicia, artífice de la nueva
humanidad.
 El hombre está llamado a pasar del hombre viejo al hombre nuevo. La historia de cada
hombre ha de ser un proceso de transformación desde la imagen de Adán a la de Cristo.

2.3 El ser imagen de Dios base de toda la Antropología Cristiana.

La verdad revelada del hombre como imagen y semejanza de Dios constituye la base inmutable de
toda la antropología Cristiana (Juan Pablo II, Mulieris dignitatem,6).

2.3.1 Los santos padres.

San Ireneo y los padres antioquenos destacan que el hijo de Dios, el verbo encarnado,es la imagen
verdadera del hombre, además de ser la imagen verdadera de Dios. El hombre ha sido hecho a
semejanza de esa imagen “lo que se modelaba en el barro, se hacía pensando en cristo, el hombre
futuro.

Los padres ven en la expresión imagen de Dios la especial dignidad del ser humano y una señal de
su particular relación con Dios, de su condición espiritual y de su dominio sobre el mundo. El ser
humano participa de la trascendencia y del misterio inefable de los dones divinos. Algunos padres
distinguen entre imagen y semejanza.

Imagen viene a designar la naturaleza humana que no se pierde con el pecado.

Semejanza hace referencia a la unión e identificación con Cristo que se adquiere por la
correspondencia a la gracia en el obrar.

2.3.2. La Teología.

La Teología contemporánea a tomado conciencia de la centralidad de Cristo y ha puesto de relieve


que en la persona de Jesucristo se revela como es Dios y como es también el hombre.

2.3.3. El magisterio.

La Teología de la Imagen y el cristocentrismo impregnan el magisterio contemporáneo


especialmente de la constitución Gaudium et spes del Concilio Vaticano II.” El que es imagen de Dios
invisible (Col. 1,15) es también el hombre perfecto (GS, n.22).

2.4. EL concepto persona.

La historia del pensamiento cristiano ha configurado la palabra “persona” para designar el peculiar
modo de ser del sujeto espiritual. Procede de la Teología trinitaria y cristológica. De allí pasó a
emplearse para cada ser humano.

La palabra persona encierra dos aspectos estrechamente unidos:

 Ontológico: una manera de ser. El ser humano es un sujeto dentro del mundo a imagen de
Dios, un ser espiritual, creativo, libre y responsable. Que tienen un propio actuar en el
mundo y relación con los demás. Es un sujeto espiritual, irrepetible e insustituible que tiene
más categoría que las demás creaturas del universo.
 Moral: se refiere a dignidad, particular de los seres espirituales. El valor de toda persona es
un principio de referencia moral. Cada ser humano tiene una dignidad inalienable. Siempre
merece respeto y es fuente de obligaciones para quienes lo rodean; por eso la vida humana
es sagrada.
El ser humano como imagen de Dios ha de dominar mediante su trabajo la creación. La
fecundidad humana es sagrada en cuanto que transmite la imagen divina al generar otras
vidas humanas.

3. SITUACIÓN HISTÓRICA DE DETERIORO “PECADO ORIGINAL”

(Gn 2, 25 – 3-24) Los primeros capítulos del Génesis contraponen el estado original en el que Dios
a creado al hombre con la situación histórica marcada por la presencia desconcertante del mal. En
un mundo creado por Dios es necesario explicar la presencia y la universalidad del pecado, el dolor
y la muerte. El primer pecado es el origen de la serie de pecados y de las consecuencias del pecado,
el pecado de uno influye en los demás, se da una solidaridad en el mal. Queda así etiológicamente
explicado que el mal no provee de Dios sino del hombre.

3.1. La Tentación y el pecado.

La narración de la tentación y la caída expresa no solo es el primer pecado, en realidad es la sustancia


de todo pecado. El ser humano tentado por el diablo pierde la confianza en su creador, abusa de su
libertad, y desobedece el orden moral Enel que Dios lo ha constituido.

3.2. Consecuencias del pecado.

El pecado produce una inmediata alteración de la relación con Dios fuente de la vida y en la
estructura del ser humano en su armonía interior. Se afectan tres afectos fundamentales de la
imagen:

 Su dignidad y capacidad de representar a Dios ante el mundo.


 Su fecundidad y las relaciones humanas.
 Ruptura con Dios produce las siguientes rupturas: concupiscencia (la quiebra interior, la
discordia entre el varón y su mujer (deterioro en las relaciones con los demás), la expulsión
del paraíso (la muerte y la desarmonía con la naturaleza).

3.3. Rupturas del pecado.

En relación con Dios se muestra el núcleo del pecado como ofensa y separación de él; aparece como
atentado ante la verdad de quien peca. El pecado ha desencadenado desde el principio el deterioro
de la situación en la que Dios quiso al género humano.

3.3.1. La naturaleza del pecado.

 El pecado como rechazo de Dios y deterioro humano: el pecado separa de Dios, deteriora
o destruye unilateralmente la relación con él, atenta contra la alianza, es desobediencia,
quebranta el orden moral establecido por Dios en el mundo. Al pecar el hombre se aparta
del Dios fuente de la vida.
 Pecado en sentidos propios y en sentidos análogos.
o En sentido propio se llama pecado al acto malo de un sujeto libre.
o En sentido análogo se habla de pecado original. Situación de estado de pérdida de
la Alianza Original con Dios y la inclinación al pecado personal. También se puede
g{un hablar de pecado social; situaciones en que la persona sumida desde su
infancia (económico, político, familiar).

3.4. Heridas del pecado en la persona y la sociedad.

Se habla del análisis del deterioro que causa en las capacidades operativas de la persona, la
instalación del pecado en las estructuras sociales y su influencia.

3.4.1. Enfermedades del espíritu cuando se aleja de Dios.

 Heridas interiores causadas por el pecado.


o Experiencia: es universal la experiencia de las dificultades que encontramos en
nosotros mismos para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
o Tradiciones sapienciales: se presenta la desarmonía interior como combate entre
divinidades que representan diversas capacidades humanas (lucha entre la pasión
y la razón)
o Iluminaciones cristianas: esta experiencia aparece iluminada por la fe cristiana,
recogida en la Sagrada Escritura, afrontada por la espiritualidad, reflexionada por
la teología y expuesta por el Magisterio eclesial. San Pablo pone de manifiesto en
contraste con la acción interior del espíritu santo la rebeldía interior de la carne.
Según Santo Tomás de Aquino se presentan 4 heridas interiores: oscurecimiento
de la inteligencia, malicia de la voluntad, debilidad del ánimo y desorden de la
concupiscencia.
 Oscurecimiento de la mente.

El que se aleja de Dios no puede vivir según su más profunda verdad, dicho en palabras de
la escritura la lejanía de Dios es habitar en el reino de las tinieblas.

 La malicia de la voluntad.

Se reitera que el mal comportamiento produce el endurecimiento del corazón. Según San
Agustín como consecuencia del primer pecado en la voluntad humana hay una profunda
alteración del ordo amoris del orden de los amores. La persona que va alejándose de Dios
y sumergiéndose en el propio yo se deja llevar por la lógica del egoismo y considera una
locura la lógica del amor divino que pone su felicidad en la entrega.

 El desorden en los deseos – La Concupiscencia.


La biblia recoge la experiencia humana del desajuste entre el querer ordenado y lo que
hacemos dejándonos llevar por las tendencias desordenadas. Se denomina concupiscencia
a la inclinación al pecado presente en las tendencias humanas.

 Debilidad del ánimo.


La debilidad afecta a la fuerza y al control personal para enfrentarse con lo difícil o costoso,
sin valentía, sin vencer la cobardía, la timidez o la pereza no se puede obrar con justicia y
perseverar en el bien.

3.5. El mundo y sus tentaciones.

3.5.1. La sociedad impregnada de pecado.

El ser humano es un ser social que madura en el seno de la sociedad y en dialogo con su cultura; las
sociedades humanas también se impregnan de pecado, ya que puede establecerse en las
estructuras mismas de la sociedad y en la cultura misma que trasmite. Es lo que San Juan llama el
mundo(Jn 1, 29). El hombre que no está sometido a Dios, fácilmente queda sometido a la presión
del mismo en lo que tiene de pecado.
3.5.2. Cuatro Aspectos del mundo.

 El mundo como mentira: los hombres que se apartan de Dios crean una visión del mundo
de acuerdo con la deformación de su espíritu. Por una parte oscurecen la visión de Dios,
del fin del hombre y de las cosas de Dios y crean ideologías sustitutivas.
 El mundo como tentación: se puede convertir en una inclinación colectiva y ser fomentada
por las costumbres. Da lugar a una presión que induce al mal a las personas; tiene que ver
con las pasiones, con el consumismo.
 Mundo como obstáculo y represión del bien: fenómeno del resentimiento moral. El
resentimiento se expresa en la aversión, la ridiculización y la persecución de lo bueno y de
los buenos.
 El mundo como desorden establecido. Las estructuras del pecado. El egoísmo deforma el
sentido de la vida social, crea mecanismos de protección de la avaricia y de la comodidad y
fomenta la injusticia promoviendo la discriminación de personas, la exclusión y la
explotación de los más débiles. Las estructuras de la sociedad, unas veces por ser excesivas
y opresoras y otras por ser débiles y corruptas, pueden convertirse en protecciones de la
injusticia.

4. SALVADO POR LA MISIÓN DE CRISTO Y DEL ESPIRITU

4.1 El don del Espíritu y la Filiación Divina

El designio divino es la gran revelación sobre la condición humana y da la verdadera dimensión de


la gracia. El fin del hombre se revela en Cristo y se alcanza por la acción del Espíritu Santo. La
presencia del Espíritu Santo en el Alma causa unas nuevas relaciones: Nos identifica con Cristo, y de
ésta forma nos convierte en hijos de Dios Padre y nos incorpora a su cuerpo, que es la iglesia. La
gracia no se puede entender solo con relación al pecado sino con relación a la identificación con
Cristo por la acción del Espíritu Santo.

4.1.1 La filiación Divina en la Sagrada Escritura: Hijos en el Hijo

Todo el Misterio de la salvación se ordena a convertirnos en hijos de Dios, éste designio se revela
en la Sagrada escritura en dos pasos

 Dios es Padre y Jesucristo es el hijo unigénito y eterno


 Que los humanos al recibir el Espíritu que el hijo tiene en plenitud nos identificamos con
Cristo y de la misma manera somos hechos hijos de Dios por participación en la vida del Hijo

a. La Revelación de Dios Padre y del Hijo.

En algunas religiones al Dios principal se le llama Padre. Se trata de un titulo honorifico, sin una
relación Paterno- Filial, en el antiguo testamento Dios se presenta como Padre de Israel y se llama
hijos de Dios a personas muy escogidas.

La revelación culmina en Cristo. Dios es Padre de modo singular y eminente de Jesucristo quien es
el Hijo Jesús enseña a los discípulos a tratarlo como Padre y con confianza de hijos
b. La identificación con Cristo el Hijo

San Pablo enseña que toda acción salvadora de Jesucristo tiene como fin hacernos hijos de Dios y
éstos se realiza por la identificación con Cristo cuando recibimos el Espíritu Santo.

El espíritu que hemos recibido de Cristo obra la nueva Creación renueva nuestro Ser nos identifica
con Cristo y nos impulsa a tratar a Dios como Padre. En el Bautismo por acción del Espíritu Santo el
creyente se une y toma parte en la muerte y resurrección de Cristo de un modo Místico. Se produce
un renacimiento Espiritual, el Cristiano muere al hombre viejo y renace a una nueva vida que es la
vida de Cristo.

En Sn Juan la misión del hijo consiste en hacer posible que los hombres sean hijos de Dios. Así lo
resume en el prólogo de su evangelio “vino a los suyos y los suyos no le recibieron, pero a cuantos
le recibieron les dio el poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre

4.1.2 La Configuración con Jesucristo, el hijo en la Tradición Cristiana

a. En los Padres de la Iglesia

Los Padres profundizaron el misterio de nuestra filiación divina en Cristo especialmente al hilo de
sus comentarios a la escritura y de sus reflexiones sobre la liturgia. Destacamos dos temas. El
admirable intercambio y la recapitulación en Cristo por los que somos Cristificados

 La afirmación del admirable intercambio, como resumen de la economía de la salvación la


encontramos formulada en primer lugar por San Ireneo: El verbo de Dios se ha hecho
hombre y el hijo de Dios hijo de hombre para que el hombre entre en comunión con el verbo
de Dios y que recibiendo la adopción llegue a ser hijo de Dios
 La Lógica de la obra salvadora queda expresada también por los Padres como recapitulación
y conformación en Cristo

b. En la Reflexión y celebración Litúrgica

La liturgia es celebración del Misterio Pascual y quien en ella participa se identifica con Cristo.
Liturgia Bautismal expresa y realiza el nacimiento y renovación en Cristo. Comunión Eucarística es
un gesto que culmina sacramentalmente la incorporación y el intercambio místico con Cristo.

c. En la Experiencia

Lo que la predicación afirma y la liturgia celebra se muestra espontáneamente en la vida Cristiana.


Los Santos se han sentido unidos a Cristo e identificados con él y han deseado el acrecentamiento
de esa identificación

4.2 El Don de Dios y la Divinización del Hombre

Al recibir al Espíritu Santo, somos introducidos en la vida divina. Esto causa un efecto transformador
en el hombre, tal como queda manifiesto en la vida de los Santos. En cierto modo, es divinizado,
asemejado a lo divino.

El tema de la divinización supone un nuevo acercamiento al misterio revelado en el que se logran


fórmulas teológicas que expresan felizmente algunos aspectos de la teología de la gracia
4.3 Templo de la Trinidad por la inhabitación del Espíritu Santo

La nueva alianza se ha realizado con el don personal de Dios, que es el Espíritu Santo. A esa presencia
íntima del Espíritu en el hombre se le llama inhabitación. El ser humano se convierte en el templo
del Dios trino. La fe de la Iglesia, basada en la Escritura, testimonia que, en el alma del cristiano,
inhabita la Trinidad.

4.3.1. La inhabitación divina según la Sagrada Escritura

a. En el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento es la historia de una presencia especial de Dios en Israel. Se hace presente
particularmente en la Tienda del Encuentro (Ex 40,34). Más tarde , en la Ciudad Santa Jerusalén, en
el Templo y, singularmente, en el Santo de los Santos.

Para los tiempos mesiánicos, se promente una presencia de Dios más intensa. El Mesías es llamado
proféticamente <<Emmanuel>>, que significa <<Dios con nosotros>> (Is 7, 14).

b. En el Nuevo Testamento

Con Jesucristo, se realizan las promesas. Desde que el Verbo se hace carne, es el nuevo y definitivo
templo de Dios entre los hombres (Jn 2,21).Por su parte, Jesucristo promete su presencia a sus
discípulos: << Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos>> (Mt 28, 29). Y les asegura que no
los abandonará, sino que les enviará el Espíritu Paráclito (Jn14,19).

 San Pablo afirma que el cristiano es santuario de Dios, un templo cimentado en Jesucristo
y levantado por la presencia y acción del Espíritu.
 San Juan trata largamente de la profunda y singular unidad entre el Padre y el Hijo,
comunión en la que se injerta el creyente. Expresa la comunión de las personas con los
términos <<estar o permanecer en el otro>>: el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre.

4.3.2. La inhabitación en los Padres y en la Tradición espiritual de la Iglesia.

Muchos Padres desarrollan el tema paulino de que el cristiano es templo de Dios porque, a
semejanza de Cristo, ha recibido el Espíritu Santo.

Otros Padres se fijan en la unidad de las tres Personas y la comunión con ellas a la que accede el
cristiano por la efusión del Espíritu. << Cuando somos santificados por el Espíritu recibimos también
a Cristo que habita en nosotros, y con Cristo, recibimos al Padre que hace morada común en
nosotros>>.

4.3.3. La presencia de la Trinidad en el alma, según la teología católica

La verdad de la presencia de la Trinidad se expresa habitualmente en la Sagrada Escritura y en la


Tradición, recurriendo a imágenes y metáforas. Dios está presente en todas sus criaturas, y de un
modo nuevo, por la efusión del Espíritu en el alma del justo.

4.4. Reconciliados con Dios por el Espíritu: la justificación.

El Espíritu Santo es el don con el que Dios establece una relación íntima y personal con nosotros (la
Alianza). Cuando el hombre lo recibe, se reconcilia con Dios, pasa de la condición de pecador a la de
amigo e hijo de Dios. La palabra <<justificación>>significa el acto por el cual el hombre llega a ser
justo y el estado de quedar en paz con la justicia divina.

4.4.1 Mensaje bíblico sobre la justificación

La acción salvadora de Dios en favor de los hombres se expresa mediante la noción de


<<justificación>>: Dios, en quien se conjugan la justicia y la misericordia, reconcilia consigo al
hombre pecador y lo justifica.

a. En el antiguo Testamento.

El hombre justo es aquel que se adhiere por completo a la voluntad de Dios, que es fiel a la
Alianza y a sus obligaciones y proyecta este modo de vivir en las relaciones con los demás,
especialmente con los débiles. El pecado hace injusto al hombre porque es un acto de
desobediencia – ruptura de las cláusulas de la alianza, que le separa de la voluntad de Dios(Dn 9, 5
ss).

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