Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Ya hemos señalado en el capítulo anterior que cuando se produce una entrada neta de capital,
ésta deja establecidos nuevos compromisos de pago futuros por concepto de servicios
factoriales. Por lo anterior debemos recordar que, si bien los flujos de capital permiten que
la restricción que el sector externo impone sobre el nivel del producto interno sea menos
severa, tienen como consecuencia, cuando el balance de bienes y servicios no mejora, que
los compromisos de pagos al exterior por servicios factoriales crezcan. Es decir, que si por
ejemplo en un momento dado una entrada neta de capital permite financiar el déficit de la
cuenta corriente, posteriormente los débitos de esta misma cuenta aumentarán en rubros tales
como el pago de intereses o la remisión de ganancias al exterior. En tales condiciones, si más
adelante el balance de bienes y servicios no mejora, el déficit en cuenta corriente se
incrementará, requiriéndose por lo tanto una nueva entrada de capital más grande que la
anterior.
Cuando los flujos de capital no corresponden justamente al resultado del balance de la cuenta
corriente, las consecuencias sobre la economía dependerán del régimen de tipo de cambio
existente. Al plantear nuestro análisis bajo los términos de las situaciones completamente
opuestas de tipo de cambio fijo y flexible, vamos a examinar más adelante lo que ocurre en
cada caso.
1 2 3
Como bien sabemos, por su propia naturaleza la inversión financiera fluye en mayor
magnitud y con más celeridad que la inversión directa, dado que las operaciones que
involucran activos financieros en mercados organizados se pueden llevar a cabo rápidamente
y los capitales involucrados tienden a situarse de un momento a otro donde los rendimientos
resulten ser más atractivos. En cambio, la inversión productiva implica la adquisición o
construcción de activos fijos que se realiza bajo una perspectiva temporal de obtener
ganancias a lo largo de muchos años.
Sin pretender ser exhaustivos, seleccionaremos algunos factores relevantes para la
determinación de estos movimientos de capital. Por lo que toca a la inversión directa,
podemos mencionar que su flujo neto estará relacionado principalmente con los prospectos
de ganancia a lo largo del tiempo que ofrezca este tipo de inversión productiva dentro del
país en comparación con el resto del mundo. De la misma manera, el flujo neto de inversión
financiera estará determinado en gran medida por el diferencial de la tasa de interés interna
en comparación con la tasa vigente en el resto del mundo, así como con las posibles ganancias
de capital derivadas del aumento del precio de este tipo de activos. Ambos flujos de capital
dependerán también de los grados de riesgo, tanto de pérdidas mercantiles en el caso de la
inversión productiva como de insolvencia de los emisores de títulos de crédito en el caso de
la inversión de cartera, así como de la dificultad con la que se puedan llevar a cabo las
operaciones administrativas y jurídicas relacionadas con su instrumentación; asimismo, el
régimen tributario aplicable a los rendimientos de distinto tipo es también otro factor clave.
También hay que añadir el efecto de los controles y los impuestos a los traslados de capital
de un país a otro, que pudieran existir en el presente o en el futuro.
Por último, es obligado indicar, naturalmente, que el estado que guarde el entorno político-
institucional del país será también un referente indispensable en la determinación del flujo
neto de capital.
Para poder establecer la tasa interna de interés que permitirá un flujo de capital que compense
exactamente al resultado de la cuenta corriente a cada nivel de producto, debemos unir dos
relaciones importantes. En primer lugar recordemos que, dado todo lo demás constante, un
aumento en el producto interno, generado a partir de una subida en el gasto de los residentes
del país (o sea en la absorción interna), produce un aumento de las importaciones, y con ello
un deterioro en la cuenta corriente. Esto se muestra en la figura 4.1, que ya nos es familiar, y
que nos presenta el saldo de la cuenta corriente como una función inversa del producto.
Obsérvese que cuando el producto es Y0 el saldo de la cuenta corriente es cero. Si a partir de
ese nivel el producto aumenta, la cuenta corriente se torna negativa; si el producto baja la
cuenta corriente nos arroja un superávit.
0 Y 0 i
Y0 i0
- (BCK/i)
BCC -eq -
Aunque no se hace explícito en la figura 4.1, en este punto es pertinente recordar que detrás
de un cambio en los coeficientes n y eq, y del desplazamiento señalado que producen estos
cambios en la función BCC, hemos resaltado como causa una modificación en el tipo de
cambio real.
Una vez que tenemos las funciones de la cuenta corriente y de la cuenta de capital, podemos
unirlas para mostrar su saldo conjunto en relación simultánea con ambos, el tamaño del
producto interno y el nivel de la tasa de interés. Los términos de esta construcción analítica
son los siguientes. Supongamos que un cierto nivel del producto interno genera un resultado
determinado, sea déficit o superávit, en la cuenta corriente; entonces buscamos aquella tasa
de interés interna que produzca un saldo compensatorio en la cuenta de capital, de modo que
BP = BCC + BCK = 0.
Abundemos en esta relación con la ayuda de la figura 4.3. Comencemos por el caso en el que
el producto es tal que la cuenta corriente está en equilibrio, posición que corresponde a Y1,
en el panel (i). En este caso para obtener el equilibrio externo, es decir, para que BP = 0, el
saldo de la cuenta de capital también tiene que ser cero, lo cual ocurre a la tasa de interés i1
en el panel (ii). El panel (iii) nos muestra una línea de 45 grados, cuya propiedad es que cada
punto sobre la misma es equidistante a los ejes, lo cual nos permite simplemente cambiar la
escala de las tasas de interés del eje horizontal al vertical. Finalmente, tal y como apuntan las
flechas, en el panel (iv), los niveles i1-Y1 se reúnen en el punto a.
Siguiendo con el mismo procedimiento, observamos en el panel (i) que al nivel de producto
Y2 se genera un déficit en la cuenta corriente igual a la distancia marcada por la llave. Por su
parte el panel (ii) nos muestra que para que el superávit de la cuenta de capital sea del mismo
monto absoluto, la tasa de interés interna debe ser i2. Entonces, el panel (iv) nos muestra en
el punto b esta combinación de producto y tasa de interés. Consideremos ahora el caso cuando
el producto es Y0. En ese punto la cuenta corriente registra el superávit marcado por la llave,
y para que éste sea compensado, en este caso por una salida neta de capital del mismo monto,
la tasa de interés interna debe ser, de acuerdo con lo que nos muestra el panel (ii) i0,
información que también se reúne en el punto c del panel (iv).
Efectuando este procedimiento para cada nivel posible del producto interno, podemos derivar
una relación continua entre combinaciones de Y e i a las cuales, reiteramos, se cumple que
BP = BCC + BCK = 0. A esta relación le llamamos la función BP, la cual, como se puede
observar, se ha generado en el panel (iv). La función BP nos muestra que, a medida que el
producto interno crece, la tasa interna de interés debe ser mayor, para compensar
íntegramente, mediante una entrada neta de capital del tamaño adecuado, el saldo decreciente
de la cuenta corriente.
BCC Superávit
vit BCK
BCK
Déficit Déficit
Superávit
Y i
(i) BCC
Y0 Y1 Y2 (ii) i0 i1 i2
i i
b BP
i2
i2
i1 a
i1
i0 c
i0
45o
Y i
(iv)
Y0 Y1 Y2 (iii)
Ahora bien, la razón de haber tomado a la tasa de interés interna, entre los diferentes
determinantes de BCK, como referente explícito de este razonamiento es que la función BP,
que acabamos de derivar, queda plasmada en el mismo cuadrante del modelo IS de
determinación del producto interno a partir de la demanda agregada. Al incorporar la función
BP, a nuestro escenario analítico le podemos llamar el modelo IS-BP. Por otra parte, nos debe
quedar claro que si en cada punto sobre la línea que representa a la función BP el saldo
conjunto de BCC y BCK es igual a cero, entonces otra manera alternativa de interpretar esta
línea es como el conjunto de las distintas combinaciones de Y e i a las cuales el cambio en
las reservas internacionales oficiales es igual a cero.
Examinemos algunas de las características de la función BP. En primer lugar debemos
señalar que se trata simplemente de una línea de frontera, que nos indica si la economía
presenta déficit o superávit de balanza de pagos, ya que la combinación del producto interno
y la tasa de interés existentes en un momento dado, que corresponde siempre a un punto
sobre la función IS, puede o no situarse sobre la línea BP. Obsérvese la figura 4.4, en donde
aparece una función IS y tres niveles de producto correspondientes a distintas tasas de interés:
solamente en el punto B, cuando la tasa de interés es iB y el producto YB, se produce al mismo
tiempo un saldo de la balanza de pagos igual a cero. Por el contrario, en el punto C
correspondiente al nivel de producto YC, la posición de la línea BP nos indica que para
alcanzar un balance externo igual a cero la tasa de interés debería ser más alta que iC, es decir
que se necesita una mayor entrada neta de capital, de lo que podemos deducir que el punto
C, o cualquier otro punto por debajo de la línea BP, representa una situación de déficit. En
cambio un punto como el A, situado al nivel de producto YA, corresponde a una tasa de interés
a la cual entra más capital del que se requiere para estar sobre la línea BP, por lo que
representa una situación de superávit, al igual que cualquier otro punto por encima de la línea
BP.
i
Superávit
IS
A
iA BP
B
iB
C Figura 4.4
iC
Déficit Línea BP y saldo de la balanza de
pagos para diferentes niveles de Y
Y
YA YB YC
Por otra parte, la línea que representa a la función BP se puede graficar incluyendo en la
figura los niveles de producto y tasa de interés a los cuales BCC = 0 y, en correspondencia,
BCK = 0. Estos niveles corresponden a i1 y Y1 en la figura 4.5 y se representan como YCC=0 e
iCK=0 respectivamente, apareciendo marcados con líneas punteadas. Con estas demarcaciones
nosotros podemos establecer en cada punto del cuadrante i-Y, como es exactamente que se
configura el saldo de la balanza de pagos, distinguiendo por separado lo que pasa en las
cuentas corriente y de capital. Veamos cinco ejemplos: el punto A, sobre la línea BP, nos
indica una situación en la que la cuenta corriente está en déficit, compensado por una entrada
neta de capital por el mismo monto, con lo que el saldo de la balanza de pagos es igual a
cero. El punto B representa un déficit en la balanza de pagos, configurado por un déficit en
la cuenta corriente y una entrada neta de capital positiva pero insuficiente para cubrirlo. En
el punto C se está produciendo un déficit en la balanza de pagos conformado por un déficit
en ambas, la cuenta corriente y la cuenta de capital. El punto D nos indica que si bien hay un
déficit en la cuenta corriente éste se ve más que compensado por la entrada de capital, por lo
que la balanza de pagos registra un superávit. Finalmente, el punto E nos muestra un superávit
de la balanza de pagos conformado por superávit en ambas cuentas, la corriente y la de
capital.
Superávit Déficit
i
D
BP
A
E Entrada neta de
B capital
iCK=0
Salida neta de
C
capital
Y
YCC=0
Figura 4.5
Saldo de la balanza de pagos y su conformación por las saldos de B CC y BCK
Ahora bien, por lo que toca a la cuenta de capital en particular, debemos señalar que la
posición y la pendiente de la línea BP nos reflejarán el grado de la movilidad de capitales en
la economía. De inicio, entre más alta sea lo movilidad de capitales, la línea BP tenderá a
ubicarse más hacia abajo y su pendiente será más plana.
i i
BP BP
−eq,
n, Y*,F, (BCK/i)
-i*, IED,
-EE,
Y Y
Figura 4.6
Factores que propician cambios en la posición y la pendiente de la línea BP
Sabemos que los depósitos a la vista constituyen la porción más grande de la oferta de
dinero. Se crean en su mayor parte cuando los bancos realizan préstamos al público, con lo
que nos referimos sea a personas, empresas o al gobierno. En eso consiste el negocio
bancario: conceder préstamos para cobrar intereses y recuperar el monto inicial prestado en
la fecha de su vencimiento. Cada préstamo se concreta abriendo un depósito sobre el cual,
cuando se tiene que hacer un pago, se puede retirar efectivo o lo que es más frecuente,
transferir del depósito a la cuenta del perceptor del pago.
Al funcionar de esta manera, los bancos deben contar con reservas de dinero emitido por la
autoridad monetaria, el banco central (o alguna instancia que realice las mismas funciones).
Este dinero lo emite con exclusividad el banco central y cuenta con la sanción del Estado,
que lo establece como dinero de curso legal. Las reservas de los bancos consisten en
depósitos de estas instituciones situados en el propio banco central y ciertas cantidades de
efectivo para los retiros cotidianos que hacen sus cuentahabientes. El resto del dinero de
curso legal es el efectivo en poder del público.
Las reservas de los bancos sirven para que el público pueda, al momento de realizar sus
gastos, disponer del dinero que tiene en forma de depósito, trátese de retiros de efectivo o
de pagos a sujetos que tienen su cuenta en otro banco.
En la práctica cada banco debe mantener una proporción adecuada de reservas frente a los
depósitos de sus cuentahabientes, para que estos puedan efectivamente disponer de su
dinero. De no ser así el banco caería en una situación de insolvencia, (momentánea o más
estructural según la liquidez de algunos de sus demás activos). La proporción de reservas
frente a los depósitos puede ser establecida por los propios bancos o impuesta por el banco
central. Pero el circuito de retiros en efectivo y de pagos de los bancos entre sí funciona con
una proporción de reservas a depósitos proporcionalmente pequeña. Esto se debe a que las
reservas se mantienen dentro del sistema bancario en su conjunto, y si un banco se queda
corto momentáneamente, otro banco con reservas excedentarias le puede prestar en tanto
recupera su posición. Así, las reservas circulan entre los bancos.
Como se ha mencionado, el banco central crea el dinero de curso legal, cuyo monto es
denominado comúnmente como la base monetaria y parte importante de esta se convierte,
de una manera u otra, en reservas de los bancos. El banco central emite dinero de curso
legal (aumenta la base monetaria y con ello las reservas de los bancos) cuando: 1) compra
moneda extranjera en el mercado cambiario, 2) compra títulos de la deuda del gobierno en
el mercado de valores, y cuando 3) provee de reservas a los bancos de manera directa bajo
operaciones de crédito con ellos. Cuando realiza las operaciones inversas (vende moneda
extrajera, vende deuda del gobierno o recupera créditos previamente concedidos a los
bancos) retira dinero de curso legal de la circulación, es decir, hace que se reduzca la base
monetaria y deja a los bancos con menos reservas.
Siendo el caso de que aumente la base monetaria, reiteramos, los bancos reciben reservas
adicionales y aumenta su capacidad de crear depósitos concediendo más préstamos. La
oferta total de dinero puede, así, aumentar en una proporción mayor. Lo contrario ocurre si
el banco central hace reducir la base monetaria. Desde luego que los depósitos se crean en
la medida en la que los bancos reciben solicitudes de préstamo que están dispuestos a
aceptar. Las solicitudes de préstamo se relacionan con el curso que sigue la economía: la
producción, los precios, las operaciones de compraventa de activos, etc. Por ello se
argumenta comúnmente que la demanda de préstamos es el elemento activo en la creación
de depósitos y en ese sentido de la determinación de la oferta de dinero. De acuerdo con los
requisitos de los bancos y con el tamaño de sus reservas, la oferta de dinero se adapta a la
demanda. Es decir que la oferta de dinero es endógena. Nuestro razonamiento en ese
capítulo se centra en esa concepción.
Ahora bien, se ha dicho que el banco central se propone controlar la tasa de interés
interbancaria, de la cual surgen, al aplicar un margen adicional, las tasas comerciales
(representadas por la i de nuestro modelo). El banco central hace esto interviniendo en el
mercado en el que los bancos se prestan reservas entre sí para mantener, cada uno, el
coeficiente de reservas a depósitos estipulado o conveniente día a día, a lo largo del tiempo.
Como es el emisor de las reservas (de la base monetaria), el banco central las puede hacer
más abundantes o más escazas, según se proponga hacer bajar o subir esta tasa de interés.
Dadas las formas anteriormente enumeradas en las que se puede aumentar o reducir la base
monetaria (y con ello las reservas de los bancos), nos encontramos con que una de ellas, la
intervención del banco central en el mercado cambiario, relaciona al frente externo con las
condiciones monetarias internas. Supóngase, por ejemplo, que la suma monetaria de BCC y
BCK es negativa. Si ese es el caso, en el mercado cambiario surge una presión para que la
moneda extrajera se encarezca, es decir, para que el tipo de cambio aumente hasta
equilibrar la oferta y la demanda de moneda extranjera. Si el banco central quiere evitar
esto, sabemos que debe aportar el exceso de demanda de moneda extranjera tomándolo de
las reservas internacionales. Pero al hacer esto recibe a cambio su propio dinero, el que el
mismo banco central ha creado. Esto deja a los bancos con menos reservas y menos
capacidad de conceder préstamos. En tales condiciones la tasa de interés de los préstamos
entre bancos tiende a aumentar, y con ello las tasas comerciales. El banco central pierde
entonces su control sobre las tasas de interés promedio de la economía.
Por otra parte, si el tipo de cambio nominal se cotiza de manera totalmente libre, y se
determina por la oferta y la demanda de moneda extranjera sin intervención del banco central,
en teoría la política monetaria, aplicada mediante el control de las reservas de los bancos y
con ello sobre tasa de interés interbancaria se puede llevar a cabo sin restricción. La política
monetaria, aplicada con el propósito de incidir sobre el gasto interno, se desliga del curso que
siga la balanza de pagos.
Partamos de una situación en la cual, al tipo de cambio nominal vigente, la balanza de pagos
está en equilibrio, pero en la que el producto interno puede crecer en virtud de que existe un
nivel de desempleo superior al mínimo alcanzable, situación que corresponde al punto A de
la figura 4.7. Obsérvese que en tal circunstancia cualquier aumento en el gasto interno, sea
que provenga del gasto privado o del gasto público, desplazará la función IS hacia la derecha,
dejándonos en el punto B, con un déficit en la balanza de pagos, lo que significa que se
pierden reservas internacionales en cada período en el que se mantenga dicho déficit.
Lo anterior tiene dos consecuencias: por un lado se generan presiones al alza sobre el tipo de
cambio, ya que la demanda de moneda extranjera es mayor que la oferta; por el otro lado, si
el banco central interviene sobre el tipo de cambio, surgen presiones para que aumente la tasa
de interés si no realiza operaciones de esterilización monetaria, dado que la perdida de
reservas internacionales está reduciendo la base monetaria. En tal estado de cosas, las
autoridades económicas se están enfrentando con la restricción del sector externo, ya
considerada en el capítulo anterior, con la diferencia de que ahora nuestro modelo va más
allá de la consideración de la cuenta corriente, ya que incorpora al ámbito monetario y a los
determinantes de la entrada neta de capital.
i
IS
BP
A
i
B Figura 4.7
La restricción del sector
externo
Y
Y con desempleo
superior al mínimo
alcanzable
En lo sucesivo veremos que para alcanzar dos metas, como son en este caso un mayor nivel
de producto y la preservación del balance externo, harán falta al menos dos recursos de
política macroeconómica, ya que uno solo deja a alguna de las metas sin alcanzar.
En los casos que analizaremos a continuación suponemos que las autoridades se proponen
mantener un tipo de cambio fijo, lo cual, recordemos, no significa que en un momento dado
no puedan decidir cambiar la paridad de la moneda a otro nivel
La política fiscal
Analicemos el contexto de la política fiscal con la ayuda de la figura 4.8. Supongamos que
partiendo del punto A correspondiente a Y1 se pretende alcanzar un nivel de producto Y2, y
que para ello se utiliza alguna medida como el aumento en el gasto del gobierno, una
reducción de la tasa media de los impuestos o una combinación de ambos expedientes. Como
consecuencia la función IS se desplaza hacia la derecha consiguiendo con ello llegar al punto
B, correspondiente al nivel propuesto de Y. Pero igual que ocurría en la figura 4.7, en el punto
B se registra un déficit en la balanza de pagos originado por un volumen mayor de
importaciones. Entonces nos encontramos con que una sola medida de política no es
suficiente para alcanzar el nivel Y2 y preservar al mismo tiempo el equilibrio externo. Si no
se opta por modificar el tipo de cambio la alternativa es intensificar la aplicación de la política
fiscal expansiva de modo que desplace aún más la función IS, en combinación con un
aumento en la tasa de interés, de i1 a i2, para quedar a la altura del punto Z, que también
corresponde al nivel de producto Y2 pero ahora con una balanza de pagos equilibrada.
i
A Z B
IS
Figura 4.8
BP Una combinación de políticas fiscal
i2 y monetaria para que aumente Y sin
perder el equilibrio en la balanza de
i1 pagos
Y
Y1 Y2
En consecuencia, la política fiscal funciona en tanto que suba la tasa de interés, aunque
sabemos que esto puede provocar que la inversión privada doméstica se reduzca, si
predomina sobre ella el efecto de la tasa de interés más alta. Si por el contrario, la inversión
privada se ve estimulada por el mayor nivel de ventas, el efecto negativo de la subida en la
tasa de interés se podría ver compensado en mayor o menor medida; ello depende de que
tanto aumenta la tasa de interés, cuestión que se muestra en la figura 4.9. El incremento de i
necesario será mayor entre más elevada sea la pendiente de la función BP, es decir, entre más
se deteriore la cuenta corriente a medida que el producto crece y/o entre menor sea la
respuesta positiva de la entrada de capital a medida que la tasa de interés sube. Por lo que
toca específicamente a la entrada de capital, la pendiente de la línea BP será elevada si la
movilidad de capital entre el país y el resto del mundo es relativamente baja, con lo que se
necesitará que la tasa de interés aumente de manera importante (punto Z’). Alternativamente,
una línea BP más tendiente al plano horizontal nos indica que un pequeño aumento en la tasa
de interés hará el trabajo de atraer suficiente capital del exterior.
i BP con pendiente más alta
Z’ obliga a un mayor aumento en i
IS
BP
i2’
i2
i1
Figura 4.9
Z La pendiente de la línea BP
A
determina el aumento requerido
en la tasa de interés para
Y mantener el equilibrio externo
Y1 Y2
Si al subir la tasa de interés la inversión privada se reduce, el producto total, que ahora es
más elevado como consecuencia de la expansión fiscal, sufrirá cambios en su composición:
la inversión privada será menor en términos absolutos y relativos, mientras que, si aumentó
el gasto público, pesarán más ahora los bienes y servicios públicos, mientras que si lo que
ocurrió fue una baja de los impuestos, el consumo privado será proporcionalmente mayor.
Si, por el contrario, la inversión privada se ve estimulada por la expansión del producto, la
política fiscal tiene que ser menos intensa para no rebasar el nivel Y2 mientras que los cambios
en la composición del producto podrán ser distintos según la intensidad de los aumentos de
los rubros individuales de la demanda en cada caso.
La política monetaria
Supongamos que el banco central se propone estimular el gasto interno a partir de aumentos
en la inversión privada, haciendo bajar para ello la tasa de interés. Como se observa en la
figura 4.10, a partir de la posición inicial de equilibrio la economía pasa del punto A al punto
B, en el que el producto crece pero se registra un déficit en la balanza de pagos. Dicho déficit
se origina en este caso tanto en el mayor volumen de importaciones (aumentó Y) como en la
reducción de la entrada neta de capital (bajó i). Esta situación se puede sostener solamente
en tanto se cuente con reservas internacionales suficientes y, además, se puedan realizar las
operaciones de esterilización monetaria requeridas para sostener la tasa de interés. Pero
cuando finalmente se encuentren límites, si no se quiere modificar el tipo de cambio, la tasa
de interés tendrá que fijarse nuevamente en su nivel original, llevando a la economía de
regreso al punto A. En este caso la política monetaria resulta ser ineficaz para sostener un
mayor nivel de producto, y no se presenta ninguna medida complementaria del lado de la
política fiscal que pudiera permitir lograr el cometido; si no se modifica el tipo de cambio
simplemente no se puede tener al mismo tiempo un mayor nivel de producto y una tasa de
interés más baja.
i
A B
IS
BP
Y1 Figura 4.10
La política monetaria es
Y0 ineficaz si el tipo de cambio se
mantiene fijo
Y
Y1 Y2
La política cambiaria
Como quedó establecido en el capítulo anterior, la política cambiaria consiste en devaluar la
moneda con el propósito de hacer subir el tipo de cambio real. Pero en nuestro nuevo formato
de análisis un tipo de cambio real más elevado incidirá sobre ambas, la función IS y la línea
BP, haciéndolas desplazar hacia la derecha en tanto que se cumpla la condición Marshall-
Lerner. Esto significa, por lo que toca a la función IS, que a la tasa de interés vigente el
producto crece, al aumentar las exportaciones netas de importaciones, y que, en vista del
desplazamiento de la línea BP, lo hace sin incurrir en un déficit en la balanza de pagos.
Pero para analizar con el debido rigor la política cambiaria debemos explicar una diferencia
muy importante entre la magnitud del desplazamiento de la función IS y el de la línea BP: si
tomamos como eje una línea horizontal trazada a la altura de tasa de interés vigente, la
distancia en la que se recorre la función IS es menor a la que se desplaza la línea BP. Esto se
debe a que el efecto multiplicador sobre el producto determinado por la demanda agregada
es menor al efecto multiplicador sobre el producto al cual la balanza de pagos es igual a
cero.
En efecto, recordemos del capítulo anterior que el multiplicador del producto determinado
por la demanda es igual a:
1
(4.1)
1 + eq − b(1 − t )
Por otro lado, veamos cuál es el multiplicador del producto al cual la balanza de pagos tiene
un saldo igual a cero, al que representamos como YBP=0. Una forma de representar
algebraicamente a la función de la cuenta de capital, BCK, que aparece en la figura 4.2 puede
ser la siguiente:
(4.2) B CK = + i
en donde es representa a su pendiente, igual a BCK/i, mientras que el efecto de las
variables i*, IED, EE y estaría contenido en .
Ahora, como por definición el producto con equilibrio externo, YBP=0, corresponde a BCC +
BCK = 0, se cumple que:
(4.3) nY * −eqY BP =0 + F + + i = 0
(4.4) Y BP =0 =
1
nY * + F + + i
eq
i Desplazamiento de
la línea BP Figura 4.11
IS Un aumento en el tipo de
BP cambio real desplaza a la
función IS y a la línea BP en
diferente magnitud
i
Desplazamiento
de la función IS
i i
IS IS
BP BP
i i
Y Y
Figura 4.12. Aumento en el tipo de cambio real con cambios tanto en X como en eq
Si bien la aclaración anterior puede ser importante para un tipo de análisis más refinado que
quiera dar cuenta de los ajustes de manera más precisa, reiteramos que no será importante
para nosotros, así que nos basaremos simplemente en la dirección de los desplazamientos de
las funciones, omitiendo lo que pudiera estar ocurriendo con sus pendientes. Veamos
entonces, de manera general, cuál es en sí mismo el efecto de la política cambiaria. Como lo
muestra la figura 4.13, al aumentar el tipo de cambio nominal (y con ello el tipo de cambio
real, que es lo que importa para estos fines), la economía alcanza el nivel de producto Y2,
pero como la línea BP se desplaza más que la función IS, aparece un superávit en la balanza
de pagos, las reservas internacionales comienzan a aumentar. En tal situación, surgen
presiones sobre al tipo de cambio, para que éste disminuya y, si se impide que esto ocurra,
aumentan la base monetaria y las reservas de los bancos, generando presiones para que baje
la tasa de interés.
i
A B
IS
BP
Figura 4.13
La devaluación cambiaria propicia un
i1
aumento en el producto y la aparición
de un superávit en la balanza de
pagos
Y
Y1 Y2
Pero asumamos que el producto no debe pasar de Y2. Veamos el caso en el que la política
cambiaria se complementa con la política fiscal. Para ello nos valdremos de la figura 4.14.
La intención de la combinación de políticas es alcanzar el punto Z, correspondiente a Y2, para
lo cual podemos establecer dos momentos, en términos analíticos: primero, una cierta dosis
de devaluación cambiaria nos pone en el punto B, antes de llegar a Y2. Pero en B se registra
un superávit en la balanza de pagos. En consecuencia, para pasar del punto B al Z se aplica
una política fiscal expansiva (representada por el desplazamiento adicional de la función IS),
que hace el resto del trabajo. Obsérvese que, como la tasa de interés no cambia, en principio
la entrada neta de capital sigue siendo la misma, por lo que el aumento en el producto coincide
con una mejoría en el balance en cuenta corriente, específicamente en el balance de bienes y
servicios no factoriales.
i
A B Z
IS
BP
i1 Figura 4.14
Una combinación de políticas
cambiaria y fiscal para hacer
aumentar el producto y mantener el
balance externo
Y
Y1 Y2
i
A B Z
IS
BP
i1
i2 Figura 4.15
Una combinación de políticas
cambiaria y monetaria para aumentar
el producto y mantener el balance
Y externo
Y1 Y2
En este caso, a diferencia del anterior, en donde la política cambiaria se combina con la fiscal,
el equilibrio en la balanza de pagos implica una reducción en la entrada neta de capital, por
lo que el aumento del saldo de la balanza de bienes y servicios debe ser relativamente mayor,
lo cual estará implicando, en igualdad de circunstancias, un mayor grado de depreciación
cambiaria.
Por otra parte en este caso también podemos señalar que, al reducirse la entrada neta de
capital, los pagos futuros por servicios factoriales crecerán menos que en cualquier situación
alternativa en la que al mismo tiempo que el producto crece, la entrada de capital sigue igual
o aumenta.
i
A
IS
BP
i1
Figura 4.16
Cuando no se cumple la condición
B
Marshall-Lerner la economía se
contrae y aparece un déficit externo
Y
Y0 Y1 Y2
i
A
IS
BP
i1
Figura 4.17
Un aumento en la tasa de interés
del resto del mundo genera un
déficit de balanza de pagos
Y
Y1
Si bien en nuestro tiempo y desde la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods, en los años
70, un número amplio de países han declarado estar bajo el régimen de tipo de cambio
flexible, es de conocimiento común que la intervención de los bancos centrales no ha
desaparecido por completo ni mucho menos, siendo muy frecuente encontrarse con casos de
flotación limitada. Alternativamente, como ocurre con frecuencia, los países buscan
mantener la estabilidad cambiaria practicando una intervención indirecta desde las políticas
que inciden sobre la tasa de interés y la demanda agregada, al costo de sacrificar otros
objetivos como es el sostenimiento de tasas de desempleo bajas.
En cualquier caso, lo que presentamos en este apartado son los aspectos teóricos del tipo de
cambio flexible, a los cuales se alude con frecuencia para mostrar sus presuntas bondades.
Seguimos suponiendo que el nivel interno de precios esta dado, por lo cual una depreciación
nominal de la moneda conduce automáticamente a un aumento en el tipo de cambio real.
Por otra parte, con un tipo de cambio flexible la economía se encontraría también protegida
frente a efectos provenientes del exterior. Retomemos el caso de una caída en el ingreso del
resto del mundo, representado por la figura 4.18 en donde el producto es Y1 y la balanza de
pagos está en equilibrio. Al caer las exportaciones como resultado de la disminución del
ingreso del resto del mundo, en principio la función IS y la línea BP tenderían a desplazarse
hacia la izquierda y a dejarnos en el punto B, con un nivel de producto menor y en situación
de déficit con el exterior. Pero en realidad esta tendencia no se materializaría en virtud de
que al comenzar a aparecer el déficit externo la moneda se depreciaría de manera automática,
produciendo un aumento en las exportaciones netas que compensará la caída inicial de las
exportaciones ocasionada por la caída de Y*. La función IS y la línea BP se desplazarían de
vuelta a su lugar de origen, por lo que la economía tendería a mantenerse en el punto A.
Resulta claro que en los dos ejemplos anteriores hemos asumido el cumplimiento sin retraso
de la condición Marshall-Lerner, pero recuérdese que, desde luego, los ajustes no serían tan
rápidos y expeditos si tanto las exportaciones como las importaciones se tardaran a responder
al aumento en el tipo de cambio real ocasionado por la flotación a la baja de la moneda en el
mercado cambiario.
i
A
IS
Figura 4.18
BP La depreciación automática de la
moneda permite que la economía se
i1 mantenga en Y1 a pesar de la caída
del ingreso del resto del mundo
Y
Y0 Y1
Ante una situación de este tipo los gobiernos se ven obligados a coadyuvar en el
mantenimiento de expectativas estables sobre el futuro del tipo de cambio, lo cual les obliga
a ser cautos en el manejo de la política económica, manteniendo controles sobre el nivel de
la demanda agregada y, a través de ello, sobre el comportamiento de las importaciones, así
como sobre la tasa de interés interna y el nivel interno de precios. Pero con ello resulta claro
que la restricción del sector externo se hace presente de todos modos y las bondades del tipo
de cambio flexible pueden no materializarse a plenitud.
Finalmente debemos recordar que los efectos de un aumento en el tipo de cambio nominal
surgen cuando, como consecuencia de ello, sube el tipo de cambio real. Sin embargo, como
veremos en el siguiente capítulo, un tipo de cambio real más elevado significa que
internamente los bienes importados, tanto insumos como de uso final, se pagan a un precio
real más elevado. Alguien internamente tendrá que cargar con ese costo. Planteado esto en
términos agregados significa que los salarios reales, la rentabilidad de las empresas o ambos
resentirán una disminución. La definición de cómo se carga con este costo propicia un
conflicto distributivo que, aunque siempre está presente, se reaviva normalmente después de
una depreciación real de la moneda. Y este conflicto distributivo interno se deriva, en mayor
o menor medida según la situación de cada país, en una secuencia de revisiones al alza de
salarios y precios: es decir, se genera inflación. Dependiendo del ritmo al que se produce, la
inflación va compensando en términos del tipo de cambio real las ventajas competitivas
inicialmente alcanzadas con la depreciación monetaria.
Anotaciones finales
Este capítulo nos ha permitido contemplar el funcionamiento de la economía y el problema
de la restricción externa en términos de un escenario más completo en el que aparecen los
factores monetarios y los movimientos internacionales de capital. En este escenario también
hemos podido retomar el estudio de las opciones de política macroeconómica. Nuestra
exposición ha cubierto diferentes aspectos básicos del análisis de una problemática que desde
luego es más compleja y que por lo tanto requiere, a otro nivel de aproximación más
avanzado, de una problematización mayor de los casos y las situaciones que son objeto de
consideración. Pero de cualquier manera, el escenario que hemos desarrollado hasta este
punto nos ha permitido reunir un conjunto muy relevante de elementos de análisis y de
nociones sobre el funcionamiento de la economía abierta al exterior que resultan ser muy
útiles para ganar terreno en la comprensión de nuestra materia de estudio.
Como se ha podido observar, tanto en el capítulo anterior como en el presente, nos hemos
ocupado de la determinación del producto total poniendo todo el énfasis en el lado de la
demanda agregada. Ello ha significado que prácticamente todo el tiempo hemos asumido
como dado el nivel interno de precios, incluso cuando se modifica el tipo de cambio. Vamos
a ocuparnos del nivel interno de precios y de los factores distributivos en el próximo capítulo,
en el cual abordamos el lado de la oferta de una economía abierta al exterior.