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PREVENCIÓN EDUCATIVA UN CONCEPTO A DEBATE

EN EL ÁMBITO ESCOLAR, FAMILIAR Y COMUNITARIO

Curso 44

Autores:
Dr. C. Leovigildo Ortega Rodríguez
Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial
Leovigildo@celaee.rimed.cu

Dr. C. Juana Betancourt Torres


Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”
juanab@infomed.sld.cu

MSc. Lucía García Ajete


.Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”
luciaga@ucpejv.rimed.cu

Dr. C Celia Díaz Cantillo


Universidad de las Ciencias Pedagógicas “Pepito Tey”
celia@ucp.lt.rimed.cu
Edición: Dr. Cs. Gilberto García Batista
Corrección: Lic. José Luis Leyva Labrada.
Diseño y composición: MSc. Nelson Piñero Alonso

© sobre la presente edición, sello editor Educación Cubana. Ministerio


de Educación, 2011.

ISBN 978-959-18-0643-7

Sello Editor EDUCACIÓN CUBANA


Dirección de Ciencia y Técnica
Avenida 3ra # 1408 esquina a 16.
Miramar, Playa. Ciudad de La Habana. Cuba.
Teléfono: (53-7) 202-2259
Índice

Introducción / 1

Breve esbozo histórico de la concepción de prevención / 5

Fundamentos teóricos y metodológicos de la prevención educativa / 10

Prevención educativa. Áreas del desarrollo personal en las que se


revela / 21

Bibliografía / 43
RESUMEN.
En los últimos tiempos en la educación de la personalidad de los
infantes ha surgido un tema a debate que por su importancia para la
labor educativa será tratado en este curso, el mismo ofrece acciones en
función del trabajo de prevención educativa con los alumnos, familiares
y la comunidad, que sin embargo en la actualidad, aún no se ha logrado
obtener los resultados, que en este orden se espera.
Esta situación ha sido otra de las motivaciones que fundamentan el
abordaje de este tema, profundizar en aspectos referentes a esta
problemática a fin de encontrar respuestas a las diferentes
interrogantes que surgen en la atención educativa a las necesidades
especiales que presentan algunos alumnos y alumnas por supuesto a
aquellos que de una forma u otra se vinculen con estos, tanto en el
proceso de detección, evaluación, diagnóstico como tratamiento, en la
educación regular básica.
La propuesta que sometemos a consideración pudiera ser, desde
nuestro punto de vista, un valioso instrumento para aunar criterios que
permitan estructurar desde el punto de vista teórico, metodológico y
práctico una guía para los docentes en el continuó perfeccionamiento
de la labor educativa, se ofrecen algunas herramientas
psicopedagógicas que ilustran cómo proceder desde el punta de vista
multidisciplinario a la prevención educativa.
El contenido de este curso es el resultado de diferentes investigaciones
asociadas al Programa Ramal 2 Educación Especial y al Proyecto de
investigación Concepción de un modelo educativo para la prevención y
atención a los menores con trastornos de conducta y en grupo de
riesgo.
“Más que recomponer los miembros
deshechos del que cae rebotando
por un despeñadero vale indicar el
modo de apartarse de él”.
José Martí

Introducción
La prevención, surgida desde un enfoque conceptual de salud en las
ciencias médicas fundamentalmente relacionada con propósitos
curativos, tiene hoy, en las mismas ciencias médicas, objetivos más
amplios y abarcadores como se evidencia en los documentos de
organizaciones nacionales e internacionales.
Devenida también la prevención como uno de los propósitos de otras
ciencias, entre las cuales la Pedagogía, la Psicología y otras ciencias
humanísticas ocupan un lugar fundamental en función de sus objetivos
particulares, se observa, en el escenario científico actual, diversas
maneras de conceptuarla así como de establecer su campo y también
sus límites.
En el mundo actual, que enfrenta profundos cambios y hechos que
atentan contra la supervivencia de la humanidad entre los cuales
pueden señalarse:
 Reincidencia de crisis económicas y catástrofes humanitarias con
sus consecuencias para las comunidades y familias.
 Pérdida de recursos para la supervivencia.
 Desempleo, segregación, nuevas formas de manifestación del
racismo.
 Necesidad urgente de modificar desde la base (hogar, escuela,
comunidad) los modos de actuación de la humanidad para
garantizar la supervivencia como especie.
 Aumento sensible de las situaciones violentas en todos los entornos
de relación humana.
 Carencias económicas.

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 Influencia de modelos de vida, consumo y relación social que
atentan contra ideales de formación humanistas en las nuevas
generaciones.
 Descenso de los intereses vocacionales y profesionales en la
población juvenil.
 Desarrollo de las nuevas tecnologías sin que exista a su vez un
desarrollo del control de estas y su uso racional (videojuegos,
medios de comunicación, medios y materiales audiovisuales,
armamentos).
 Carencias de propósitos y acciones para el cuidado y preservación
de la naturaleza.
 Cambio en la estructura y roles de la familia.
 Pérdida de valores de solidaridad, de cooperación y respeto por la
vida humana.
 Infancia desvalida, juventud insegura, maternidad sin cuidados.
Ante estas situaciones y otras que pudieran señalarse, nos
preguntamos:
¿Por qué se hace urgente perfeccionar, sistematizar y ampliar la
prevención como dimensión social, de salud, educativa, ecológica,
ciudadana, económica, política?
¿Acaso no rebasa la situación que enfrenta la humanidad en estos
momentos a la concepción de la prevención circunscripta a los
propósitos de una ciencia particular?
¿En qué ámbitos situar la prevención?
¿Qué papel tienen los educadores en la promoción de una prevención
que permita la formación de ciudadanos que a su vez se constituyan en
agentes que transformen estas realidades del mundo actual en un
escenario donde las nuevas generaciones puedan disfrutar de
condiciones para su supervivencia como especie con las cualidades
que los más ilustres pedagogos, hombres de ciencia, y familias han
soñado para la descendencia?
Es por ello, entre otras razones, que la prevención se constituye hoy
como un concepto a debate.

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La formación y desarrollo de los ciudadanos, que les permitan una
adecuada inserción social, es una responsabilidad indelegable en un
primer momento, de la labor educativa que debe realizar la familia y de
la escuela cuando estos ingresan en la misma que la comparte con la
primera y con sus aliados principales, las agencias y agentes
comunitarios más cercanos al niño.
Aún cuando el derecho a la Educación en Cuba es una realidad que el
tiempo y las circunstancias hacen verlas como algo cotidiano e
intrascendente para los cubanos e incluso otros seres humanos de
diferentes latitudes que nacieron y se desarrollaron en medio de esta
realidad, no resulta ocioso recordarla ya que se le garantiza que a cada
niño y joven, sin ninguna limitación el derecho de estudiar,
garantizándole la preparación general básica que debe adquirir cada
ciudadano.
Junto a ello también se le brinda protección a través del sistema de
seguridad social diseñada, apoyada y mediante, en primer orden, por
voluntad política del estado, y el sistema legal coherente concebido y
legitimado por los documentos siguientes:
 Constitución de la República de Cuba.
 Plataforma Programática del Partido Comunista de Cuba. Tesis
sobre la política en la Educación, la Ciencia y la Cultura General
(1976).
 La Ley no. 1289 (1975) que pone en vigor el código de la familia.
 El Código de la Niñez y la Juventud que establece la Ley No. 16
(1978).
 El Decreto Ley No. 64 (1982) referida al sistema de atención a
menores con trastornos de la conducta.
 El Decreto Ley 76 (1984) sobre la adopción, hogares de menores y
familias sustitutas.
 Ley No. 95 (1986) que crea las Comisiones de Prevención y
Atención Social.
 Convención sobre los Derechos del Niño (1989) de la cual somos
firmantes.

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 El Decreto Ley 175 (1997) Código Penal y ley 87 (1999) referido a
las modificaciones al Código Penal.
El estado mediante los mecanismos administrativos, políticos y sociales
creados definió como uno de los objetivos generales para la educación
de la niñez y la juventud el siguiente:
 Formar integralmente la personalidad de los seres humanos a fin de
hacerlas aptas para apropiarse de la cultura nacional y universal
para que contribuya a su desarrollo multifacético mediante la
promoción de la práctica de la educación física y el deporte y la
participación en actividades recreativas como elemento importante
de esa formación integral.
Este objetivo plantea a todos los involucrados, con la escuela al frente,
exigencias muy elevadas para propiciar el cumplimiento de tales
propósitos.
Por otro lado el rescate y consolidación del papel y la autoridad de la
familia en la formación moral, física y espiritual de sus miembros, junto
a la escuela y demás agentes educativos, conducen el desarrollo
integral de los niños y jóvenes, para lo cual se debe estimular el
ejercicio y el cumplimiento de los deberes y derechos.
La educación cubana es eminentemente preventiva al considerar la
inclusión de todos sus ciudadanos al estudio para equiparar
oportunidades e insertarse a la sociedad de manera activa consciente.
El carácter preventivo de la educación se sustenta en el desarrollo de
todos los programas de trabajo social o comunitario que con relación a
la atención de la infancia se lleva a vías de hechos en nuestro país
rectorados por el Ministerio de Educación, como son:
 Planes y Programas de Estudio del Sistema Nacional de
Enseñanza.
 Programa Nacional de Acción que da respuesta a los acuerdos de la
Cumbre Mundial sobre la Infancia.
 Programa de Educación Comunitaria “Para la Vida”.
 Programa “Educa a Tu Hijo” para los niños en edad preescolar que
no asisten a Círculos Infantiles.

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 Programa de Atención Integral Preventiva a menores en situación de
desventaja social.
 Programa integral de Atención Médico–Psicopedagógica a
preescolar, escolar y trabajador en centros educacionales.
 Programa Director de Promoción y educación para la Salud:
- Higiene Personal y Colectiva.
- Educación Sexual.
- Educación Nutricional e Higiene de los Alimentos.
- Prevención de Accidentes y Educación Vial.
- Medicina Tradicional y Natural.
- Educación Antitabáquica, Antialcohólica y Drogas.
- Convivencia y Comunicación.
 Otros Programas de la Revolución dirigidos al Sistema Nacional de
Educación tales como:
-Programa Libertad.
-Programa Audio visual.
-Programa de Informática.
- Entre otros.
La adopción de un Programa para fortalecer la labor educativa y el
impacto que tiene en la prevención, implica la reflexión en torno a los
fundamentos políticos y pedagógicos que avalan su puesta en práctica.

BREVE ESBOZO HISTÓRICO DE LA CONCEPCIÓN DE


PREVENCIÓN EDUCATIVA
Los problemas globales que afectan a la humanidad, tales como la
pobreza, violencia de género, guerras, contaminación ambiental entre
otras, y en el acaso particular de Cuba el recrudecimiento del bloqueo,
el incremento progresivo necesario del turismo son entre otros factores,
propiciadores del surgimiento de prácticas sociales no compatibles con
las demandas actuales de los diferentes contextos educativos en
nuestro país y otros países. Sólo podemos contrarrestarlas con una

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educación de elevada calidad y una buena preparación científico-
técnica, política e ideológica basada en el dominio de sólidos
argumentos y en el ejemplo personal.
En las escuelas de muchos países se observa una tendencia a la
ocurrencia de hechos y expresiones de conducta social negativas, que
en alguna medida constituye un reflejo de ella y cada vez más se
aprecia que en las mismas participan niños de menos edades, siendo
un elemento a tener en cuenta.
En Cuba, país socialista del llamado Tercer Mundo y que exhibe
indicadores de Educación y Salud propios de los que se denominan
más desarrollados, un sólo caso de niño o niña con estas
manifestaciones u otros factores de riesgo que atentan contra una
adecuada conducta ciudadana, se constituye en un foco de atención
inmediata y esmerada por todos los agentes sociales como parte de la
voluntad política existente.
Ahora de lo que se trata es de continuar el fortalecimiento de la labor
educativa como una vía que potencia el desarrollo de la personalidad
de niños/as, adolescente y joven, que implica no renunciar a la
prevención educativa como un componente de dicha labor.
Lo más importante es evitar que los infantes se inicien en la realización
de estas manifestaciones negativas de la conducta y propiciar el
conocimiento acerca de los riesgos que implican, así como el peligro
que entraña para cada uno de nosotros, para la sociedad y la familia,
someternos a tales prácticas.
Es importante a la hora de desarrollar cualquier plan de acción, tener en
cuenta que la personalidad, como un sistema integrado, se desarrollan
sobre la base de las relaciones sociales, de sus conocimientos,
creencias en la que participan como personalidades integras.
La tarea principal es desarrollar en los jóvenes un estado completo de
bienestar físico, mental y social, es desarrollar salud como expresión
integral del funcionamiento de la sociedad, dentro del cual el individuo
pueda desplegar los principales mecanismos y funciones que lo
caracterizan como personalidad.
El antídoto de la toxicomanía, por ejemplo, está en la labor preventiva y
en la educación para la salud, en el desarrollo de un sistema de valores

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que se personifique en cada sujeto, que le permita un adecuado nivel
de aspiraciones y una clara visión de futuro.
La prevención es un término o concepto tan universal que es aplicable a
cualquier esfera de la sociedad, la naturaleza, la salud física y psíquica,
etc. Asimismo es aplicable a los seres humanos y organizaciones, con
efecto además de las personas, en animales y cosas.
Se pudiera señalar que las ideas y conceptos respecto a la prevención
han transitado por un proceso evolutivo en el tiempo. En esta evolución
ha tenido que ver mucho el efecto de las investigaciones ya que fue
cambiando desde una simple advertencia e información sobre los daños
que acarrea asumir alguna conducta socialmente reprobable, muy
parecido al enfoque ético-legal, hasta forma de conciencia más
profunda de la complejidad de la conducta humana, individual y
socialmente considerada. Los temas asociados a la conducta y los
estilos de vida, así como consideraciones de una visión de la salud (no
solo mental) desencadenarán múltiples líneas de trabajo preventivo
cuyo común denominador ha sido informar para orientar debidamente a
los sujetos hacia la salud y el bienestar.
La prevención de los riesgos psicosociales ha ido cambiando con el
tiempo, lo cual no significa que la sucesión de un enfoque haya
eliminado a los anteriores, más bien todas estas perspectivas coexisten
y se han ido complementando. Sin embargo hoy más que nunca
aumenta el interés por la prevención educativa si se toma en cuenta la
existencia de una lista de factores que amenazan el desarrollo de las
nuevas generaciones, la cual no escapan las diversas formas de
conducta antisocial, la salud, la sexualidad, el uso del tiempo libre y la
forma en que se enfrentan los eventos negativos de la vida, entre otros.
En el devenir histórico de las ideas acerca de la prevención ha
evolucionado a partir de algunos enfoques que conservan su
actualidad. En este sentido se destaca el enfoque médico-asistencial,
es decir, muy vinculado con la salud y las enfermedades, el enfoque
ético-jurídico que encierra el tratamiento a la norma de convivencia y al
delito, hasta el enfoque que hoy también se asume relacionado con los
factores psicosociales, que se refiere a la prevención de riesgos que
pueden afectar el desarrollo normal de niños, adolescentes y jóvenes.

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Esta tendencia en alguna medida oscila hacia la noción de
enfermedades, disminución de factores de riesgo o desarrollo de
comportamientos asertivos, lo que implica no tener una visión optimista
e integral del desarrollo y la educación de la personalidad en los
escolares.
En la actualidad la concepción acerca de la prevención, ofrece una
visión contextualizada en la dimensión educativa, como práctica
permanente de educación, que concibe al ser humano como artífice y
protagonista de su proceso de crecimiento personal en armonía con su
contexto, y no en la mera relación con la ausencia de enfermedad, esta
posición la reconceptualiza la Organización Mundial de la Salud, quien
incluye además, el respeto, estímulo y normas que conducen a definir
un estilo de vida basado en la libertad y el crecimiento personal
(Organización Mundial de la Salud (OMS), 1999, 2007 s/p).
La UNESCO, plantea la necesidad de una prevención con un enfoque
de educación preventiva participativa, como dimensión educativa,
donde los niños, adolescentes y jóvenes participen en esta tarea de
manera activa y participativa, asumiendo compromiso personal y social
(UNESCO, 2007 s/p).
Estos enfoques que conciben la prevención como dimensión de la
actividad educativa, privilegian fortalecer los recursos personológicos de
niños/as, adolescentes y jóvenes tales como, la resistencia, constancia
entre otras y conmina a las instituciones educativas a brindar
información oportuna, precisa y al fomento de actividades para
promover el cambio de comportamiento inadecuado, que potencie el
desarrollo de la personalidad.
Este es un concepto muy ampliamente utilizado en muchos campos de
las ciencias sociales y médicas, del cual se hace necesario detenernos
en algunas, que para nuestro trabajo, hemos asumido.
 Significa adoptar cuantas medidas sean necesarias, para impedir
que se produzcan deficiencias y si estas fueran inevitables que no
tengan consecuencias.
 Implica: Investigación, Conocimiento de la realidad, Reflexión,
Planificación, trabajo en equipo, evaluación visión de conjunto. Es
estar capacitados para prever, adoptar las medidas pertinentes y

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dispuestas a evitar los riesgos o las consecuencias que un problema
puede producir.
 Es ajustarse de forma creativa a los problemas constantes y
cambiantes en la búsqueda de soluciones y/o alternativas a los
mismos.
 Es desarrollar una práctica social encaminada a evitar o reducir los
factores de riesgo, fortaleciendo la capacidad de respuestas y
autonomía de individuos y comunidades, con el fin de ampliar el
rango de seguridad en su desarrollo, alejando los límites a partir de
los cuales la alteración comienza a convertirse en amenaza.
 Implica darnos a la tarea de desarrollar, desde las primeras edades,
un conjunto de valores que permitan concientizarse por los
educandos.
Está plenamente justificada en la actualidad, como nunca antes, la
necesidad de una acción preventiva, como parte de la voluntad que
existe por disminuir los factores que frenan la obtención de una
participación activa de la familia y de la comunidad y el desarrollo de
acciones conjuntas en las que se implican especialistas de la
educación, salud, los organismos y organizaciones sociales.
Sin embargo corresponde a la escuela asumir el liderazgo y la dirección
del trabajo y educación preventiva de niños, adolescentes y jóvenes
dirigidos en dos vertientes esenciales, como líneas fundamentales de la
visión científica de la prevención y atendiendo a los tipos o niveles de
prevención comentados en párrafos anteriores.
En consideración a esas ideas resulta de trascendente importancia
dirigir la educación preventiva hacia los niños en edad temprana y
preescolar que tengan factores de riesgo, retardo en el desarrollo
psíquico o que presenten insuficiencias físicas, sensoriales y/o
intelectuales, así como hacia los alumnos de cualquier enseñanza del
sistema educacional del país, que presenten factores de riesgo, una
situación de desventaja social o tengan dificultades en el aprendizaje
y/o la conducta.
En la teoría y práctica de la prevención en la educación de la niñez y la
juventud, hacia quienes se encamina este trabajo, tienen un papel de
primer orden algunos elementos del sistema educacional, sin los cuales

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sería imposible concretar el enfoque y modelo preventivo que responda
a las necesidades específicas de cada uno de los niños, de ahí que en
Cuba, el Programa “Educa a tu Hijo” , cuyo objetivo es la preparación
de las familias y comunidades, como parte de la atención por vía no
institucional a los niños menores de 6 años, debe tener una implicación
importante, que conjuntamente con los Círculos Infantiles deben
desempeñar una encomiable labor en la ejecución del mencionado
trabajo preventivo, si se tiene en cuenta las edades que comprende.
En este contexto resulta vital la inclusión de las escuelas primarias
como uno de los elementos significativos en la continuidad de esa labor
y nivel en que comienzan a consolidarse las cualidades y valores que
perdurarán en el individuo y que deberá continuar profundizándose en
las escuelas secundarias básicas, nivel en el cual empieza a
experimentarse por los niños cambios y transformaciones que irán
definiendo su personalidad, por lo que se requiere una acertada
aplicación de la ciencia de la prevención.
Las escuelas y círculos infantiles especiales, los centros de la
educación técnica y profesional, así como los de educación de adultos,
también son elementos del sistema educacional implicados en el trabajo
de prevención educativa, sin cuya participación no es posible
desarrollar las direcciones del trabajo preventivo de forma consecuente.
Estos elementos, conjuntamente con los factores sociales implicados,
tienen la misión de proteger a los niños frente a los riesgos que los
acechan y desarrollar en ellos la capacidad de enfrentarse
exitosamente a las situaciones ambientales adversas y salir fortalecidos
de ellas.

Fundamentos teóricos y metodológicos de la prevención educativa


En nuestra labor particular de educadores, ¿cómo cumplir con los
propósitos preventivos? al respecto, el debate nos conmina a la
siguiente reflexión:
¿Es la prevención evitar que se produzcan dificultades o problemas? O
¿Es evitar que cuando aparezcan se agraven? ¿Es corregir, compensar
las dificultades, los trastornos? ¿Es propiciar que los niños,
adolescentes y jóvenes desarrollen sus potencialidades, dominen
conceptos, que formen hábitos y habilidades para solucionar

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problemas? ¿Es propiciar la formación en valores? ¿Es promover la
formación y desarrollo de sentimientos?
Sin lugar a dudas es todo eso y mucho más. Implica ofrecer una
educación de calidad que no espere a que se produzca un problema
para enfrentarlo, que no espere a que se manifieste una cualidad
negativa para corregirla, que no espere a que el estudiante se quede
sin ningún recurso para solucionar un conflicto, que no espere a que se
carezca de la ayuda porque ésta no llegó a tiempo, que no limite las
posibilidades del desarrollo, que no amarre el pensamiento de sus
estudiantes sin ofrecer alternativas, que no encierre los valores en
consignas rígidas, que no maniate la fantasía y la imaginación, que sea
capaz de llegar a cada uno, que les permita y además fomente la
comunicación respetuosa, la relación empática, que se plantee que su
función fundamental es propiciar la formación personal en todas las
esferas y áreas de desarrollo.
Planteado desde lo general a lo particular, la prevención, como objetivo
social, atraviesa todos los ámbitos y esferas de influencia, desde las
instituciones y políticas estatales, los servicios y los medios de difusión
masiva, en las estructuras de la sociedad como familia y escuela.
Visto esto en la necesidad orgánica de que las estrategias preventivas
se materialicen en acciones complementarias y sistemáticas llevadas a
cabo desde todas las instancias. Un ejemplo sencillo puede ser el cómo
se articula el proceso de enseñanza aprendizaje en la escuela con el
apoyo de los medios de difusión masiva responsables de proveer
materiales educativos en programas especializados.
Uno de los aspectos que más ha dañado la concepción de prevención
en el ámbito educativo es su delimitación como prevención en áreas del
desarrollo personal: prevenir las dificultades de aprendizaje, prevenir las
dificultades afectivas, los problemas de relación, etcétera.
Este abordaje del problema puede tener importancia desde el punto de
vista de la investigación científica que pretenda atrapar un aspecto del
desarrollo de los sujetos para ofrecer soluciones específicas en casos
particulares u ofrecer regularidades que se evidencien en determinado
campo del conocimiento pero que, en ningún caso deba ser aislado del
proceso del desarrollo general del estudiante concreto que tenemos en
el aula.

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Generalmente un niño con dificultades en el aprendizaje exhibe también
dificultades en su autovaloración, autoestima, irritabilidad, ansiedad,
sentimientos de minusvalía y frustración, en muchas ocasiones
relaciones inadecuadas con su grupo, entre otras manifestaciones.
Ahora bien la concepción de la prevención como dimensión de la
actividad educativa en un sentido general y en la práctica pedagógica
implica atender al sujeto de educación desde un enfoque integral. Es
por ello que la influencia educativa del docente debe abarcar todas las
esferas del desarrollo de la personalidad del educando y extenderse y
completarse con la influencia de las familias, de los grupos escolares,
de la comunidad. Los ámbitos de la prevención son los mismos que los
ámbitos en los cuales se educan los niños, adolescentes y jóvenes.
El maestro es posiblemente el profesional que más profundamente
puede enfrentar la labor preventiva desde este enfoque del problema
pero que, a su vez, mayor necesidad tiene de perfeccionar su
preparación para poder realizarla. Su formación debe responder al
menos a tres exigencias básicas: su propio desarrollo personal en
cuanto a cualidades que le permitan ofrecer un modelo educativo
positivo, conocimientos científicos y psicopedagógicos que le permitan
solucionar las problemáticas de la realidad educativa.
Para lo cual requiere una formación permanente adecuada a las
necesidades profesionales, intercambio de experiencias, autonomía
pedagógica y organizativa que le permita poner en práctica sus
valoraciones y criterios para el logro de un mayor desarrollo de sus
educandos.
El proceso educativo debe ser coordinado entre la escuela y la familia,
particularmente en cuanto a normas de conducta, convivencia,
educación en valores, relaciones interpersonales. El maestro por tanto
debe potenciar la actuación conjunta de la escuela y la familia. Es
incuestionable que los fracasos y los éxitos educativos con la joven
generación tienen una base social profunda que va más allá de que la
familia se interese o no por asistir a la escuela.
Sin embargo, como todo proceso científico, el trabajo de prevención
educativa como un componente de la labor educativa se fundamenta en
principios, que no tomarlos en cuenta, conduciría a resultados
negativos. De ahí que la identificación y atención priorizada, oportuna,

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a niños que presenten factores de riesgo, situación de desventaja
social, insuficiencias o desviaciones en su desarrollo intelectual,
sensorial o físico, es un principio que rige la razón de esta labor y
constituye una condición indispensable para una cabal atención a este
sector de la población y permite además, estructurar políticas de
atención social y educativas preferenciales.
Existen en nuestro sistema educacional todas las condiciones para la
detección y atención precoz de esos niños, incluso desde antes de su
ingreso a la escuela, para lo cual no se requiere la inversión de grandes
recursos, ya que puede hacerse con los mismos de que se disponen.
En línea con este principio se encuentra el del carácter sistémico y
sistemático, éste orienta hacia el desarrollo de la labor preventiva y su
control mediante un sistema integral coordinado e integrado de todos
los elementos o factores interactuantes, pero además indica la
necesidad de que las acciones que se emprendan sean previamente
concebidas, respondan a una estrategia personalizada en
correspondencia con las necesidades y características de los niños y
que no cese la influencia hasta tanto hayan quedado solucionados los
problemas que dieron lugar a esa determinación, incluyendo el trabajo
de seguimiento que debe estar previsto.
Tanto en uno como en otros de los principios enunciados hasta aquí no
pueden ser evaluados, si no se ubican los problemas en un orden de
importancia y se toma en cuenta el lugar que ocupa el entorno, en su
surgimiento y desarrollo, así como también la atención a las dificultades
que no propician el mejoramiento de la atmósfera moral de la familia, la
escuela y la comunidad, determinando el principio de la perspectiva
ecológica, sin el cual no se alcanzaría el éxito esperado en este trabajo.
Por ello otro de los principios en que se sustenta el trabajo de
prevención educativa es el del carácter dialógico y que constituye un
complemento de los que hasta aquí se han tratado. Se basa en la
colaboración no solo de todos los elementos externos que intervienen,
en el trabajo preventivo, sino incluso del propio individuo o individuos
objetos de la acción, sin cuya participación constructiva no sería posible
su desarrollo. Resulta decisiva la intervención responsable de todos los
factores que integran el sistema de influencias así como que participen
en las decisiones que se adopten y en las acciones propias de este
trabajo.

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Cada vez más en el trabajo de prevención educativa hay que hacer
énfasis en los factores que constituyen riesgos para el individuo y para
la comunidad, que significa que la educación preventiva está apoyada
en el cambio objetivo de la conducta y en el desarrollo de habilidades
protectoras en correspondencia con las necesidades del individuo.
Aún cuando hay mucho por hacer para que exista una verdadera
práctica de la ciencia de la prevención, numerosos investigadores
señalan la necesidad de contar con la identificación de los riesgos de
manera más concreta para introducir factores de protección específicos,
considerando que la prevención educativa consiste en desarrollar
habilidades individuales que permitan enfrentar exitosamente los
riesgos y mantener un clima social armónico.
En la actualidad, como nunca, las investigaciones científicas, así como
las evaluaciones sistemáticas de los programas preventivos, en muchas
partes del mundo, hacen que se produzca un mayor acercamiento a los
principales conceptos de la teoría y la práctica de la prevención, al
hablarse de una prevención con un basamento científico, quedando
cada vez más atrás los criterios personales y pragmáticos.
Otro aspecto importante que se ha revelado es que el logro de
resultados positivos en la prevención educativa está condicionado al
carácter integral del mismo pero vinculado directamente al desarrollo de
niños y adolescentes, es decir poniendo el énfasis mayor en los estilos
de vida que ofrecen protección y fortaleza a los individuos y no sobre
los problemas que estos tengan.
En este contexto, en busca de una mayor aproximación y perfección
muchos autores coinciden en que las características del enfoque actual
del modelo preventivo de riesgos psicosociales son los siguientes:
 Visión científica de la prevención educativa. Cada vez son más las
investigaciones que se desarrollan en esta dirección, lo que
garantiza alejarse del empirismo como marco referencial.
 El concepto rector es la fortaleza, la resistencia de los individuos, lo
que significa un importante apoyo a la prevención educativa.
 Un enfoque ecológico y proactivo. Se hace un esfuerzo de
transformar el ambiente.
 La integralidad en la observación del desarrollo de los individuos.

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 El esfuerzo está dirigido al fortalecimiento de las personas, las
familias y las comunidades. La prevención educativa dirigida al
desarrollo de actitudes y habilidades de protección de los riesgos
para evitar que se convierta en un problema.
 Establece que la prevención es cambio de paradigmas y por tanto
exige una actitud de flexibilidad y apertura al cambio.
En el proceso educativo diseñado para las escuelas cubanas se
concibe un sistema coherente para ofrecer una respuesta educativa
ajustada a la diversidad, en tanto el reto de la educación consiste en ser
capaz de brindar a cada alumno la ayuda pedagógica que él necesita,
ajustando la intervención educativa a su individualidad.
Esto no significa otra cosa que adaptar la enseñanza a las capacidades,
intereses y motivaciones de estos, tomando en cuenta que atender a la
diversidad es promover entre los educandos determinados valores
educativos, la igualdad de oportunidades, el respeto a las diferencias, la
tolerancia y rechazo a todo tipo de discriminación.
En la teoría y práctica del trabajo de prevención educativa, la escuela
no puede dejar de considerar que la diversidad del alumnado, la
respuesta y la atención a los que tienen necesidades educativas
especiales, están muchas veces determinadas por necesidades
derivadas de situación de desventaja social, económica o familiar, así
como por las especiales necesidades que precisan determinados
alumnos, lo que exige que se les preste determinadas ayuda o servicios
específicos.
Muchos coincidimos en el criterio de que todos los alumnos son
diferentes, que es falsa la existencia del alumno “medio” y que las
diferencias que pueda haber, vienen determinadas por las
motivaciones, intereses y capacidades de ellos.
Todos los alumnos tienen determinadas necesidades educativas, por
tanto la respuesta educativa debe considerarse en ese sentido, con
formas de actuación que vayan desde las más comunes a las más
específicas, donde sean concebidas tanto la ayuda ocasional como las
que tengan las medidas y servicios con un carácter más permanente.
Importante en este contexto resulta el desarrollo en la capacidad para
aprender que hay que lograr en los alumnos, para lo que se requiere
poner en primer orden el desarrollo de las motivaciones.

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En el marco del trabajo docente-educativo en la escuela, dentro del cual
está contenido la labor preventiva, hay que considerar con mucho
énfasis lo relacionado con el aprendizaje y los problemas particulares y
de grupos que presenten los alumnos. En ello tener en cuenta si dichos
problemas o dificultades están determinados por causas internas, es
decir, que sean inherentes al propio niño, por carencias en el entorno
socio-familiar, o por una trayectoria de aprendizaje desajustado.
En tales casos pueden necesitar para su compensación, adaptaciones
de acceso y/o adaptaciones curriculares significativas en varias áreas
del currículo ya que tal medida contribuirá a evitar que esos alumnos
sigan incorporando experiencias negativas que comprometan su
adaptación al medio escolar y por consiguiente complicaría el
tratamiento.
Tener en cuenta estos elementos resulta vital para el trabajo con los
alumnos porque los problemas en el aprendizaje, pueden ser a su vez
las causas de otras alteraciones, desajustes o desviaciones en ellos
que se manifiestan, esencialmente, en las escuelas de educación
general.
Muchos autores coinciden en cuanto a la entrañable relación que existe
entre el concepto prevención en la escuela y el de necesidades
educativas especiales ya que este último nos remite, en primer lugar, a
las dificultades que los alumnos tienen, así como también a la cantidad
de recursos educativos que se requieren para atender esas
necesidades, además se precisa contar con la formación de un docente
que responda a una pedagogía de avanzada y que exista la capacidad
para elaborar proyectos educativos y curriculares flexibles, que
posibiliten las adaptaciones en todos sus componentes, es decir,
contenidos, temporización, secuenciación, metodología y la evaluación;
pero también debe ir aparejado a ellos formas nuevas y creativas de
organización escolar, una eficiente coordinación entre los distintos
profesionales de la educación, en estrecho vínculo con otros factores
sociales incidentes, lo que garantizaría una efectiva orientación
educativa y psicopedagógica, aspecto esencial en todo este quehacer.
Tomar en cuenta estos criterios, desde nuestro punto de vista, es en
esencia hacer trabajo preventivo en la escuela como proceso inherente
a la actividad escolar, potencialmente incluido, porque la prevención en
el marco institucional, es una concepción, no es un elemento añadido,

16
complementario, ese proceso está en la esencia de la labor docente, es
consustancial a ella.
La educación institucional o por vías no formales centra sus objetivos
de trabajo, esencialmente en favorecer el desarrollo de los niños,
trasmitiéndoles las experiencias necesarias que les permitan una
evolución completa y adecuada, así como proporcionarles una
educación general politécnica y laboral que los pongan en condiciones
de apropiarse, en lo fundamental, de los elementos culturales, del
aprendizaje de las asignaturas priorizadas y de las habilidades
comunicativas requeridas para la vida útil independiente.
En esos contextos participan alumnos con necesidades educativas
especiales para los que todas las acciones educativas tendrán una
función preventiva de suma importancia, que favorecerán el proceso de
su desarrollo y por otra parte, las características de otros grupos de
coetáneos, con los cuales ellos comparten las diferentes actividades,
tienen la posibilidad de retroalimentarse y asimilar las adecuaciones
que han sido necesarias hacer, en el proceso de aprendizaje.
La participación de estos alumnos en todas las tareas docente-
educativas y extradocentes en las escuelas primarias y de otro tipo
debe desarrollarse fundamentada en la integración de estos escolares
con el resto de sus condiscípulos, no sólo con el propósito de
beneficiarlos a ellos sino al resto de los alumnos y al propio sistema
educativo, por cuanto el hecho de que haya que utilizar metodologías
personalizadas, individualizadas y disponer de mayores recursos para
el trabajo, les permite a los docentes ejercer una mayor influencia en el
desarrollo de cualidades positivas como el respeto y la solidaridad hacia
los que tienen menos posibilidades, lo cual exige de los docentes una
elevada competencia profesional para el enfrentamiento exitoso de su
labor y capacidad para hacer adaptaciones curriculares de acuerdo con
las necesidades específicas de su alumnado.
Ahora bien, no puede existir una estrategia de trabajo preventivo en la
escuela científicamente orientada si ésta no está sobre la base de un
modelo cuyos componentes permitan guiar los planes de acción de los
riesgos psicosociales con una visión científica integral, de manera tal
que la intervención preventiva pueda alcanzar todos los beneficios
deseados.

17
Existen muchos modelos de atención preventiva, pero en casi todos hay
semejanzas en su base teórica y metodológica porque para construir un
modelo de prevención éste tiene que tener entre los componentes sus
bases teóricas cuyos argumentos se sustenten en un concepto
ecológico, en tanto éste tiene una incidencia decisiva en los individuos,
haber identificado y definido con mucha precisión los factores de riesgo
y los mecanismos de protección y de resistencia en los alumnos, del
mismo modo que tiene que estar sobre la base de la construcción de
una teoría del fortalecimiento y desarrollo comunitario.
El modelo tiene que estar fortalecido y asegurado con estudios de la
población infantil y juvenil, estudios de niños y adolescentes en riesgo,
en situación de desventaja social, la familia, su composición estructural
y socio-económica, de manera que entre los componentes, asegurando
su carácter científico lo sustente unas fuertes bases de investigación.
Consecuentemente con los dos componentes enunciados
anteriormente, tiene que tener el modelo, un dispositivo de intervención
grupal con técnicas psicoeducativas, psicosociales, psicocorporales y
de acción social educativa, entre otras, aplicados o dirigidos a grupos
de alumnos, familiares, maestros, otros adultos y menores en la
comunidad y en la propia escuela, lo que garantiza una sólida base y
una acertada selección de los temas de intervención relacionados con
aquellos aspectos que más amenazan la seguridad psicológica y moral
de los niños y jóvenes, tanto los que serán tratado en el medio escolar
como en el comunitario tales como los relacionados con conductas
antisociales, eventos negativos de la vida, el consumismo, la sexualidad
y la salud, entre otros temas que pueden resultar del interés común.
El modelo tiene que dejar bien establecido tanto en la escuela como en
la comunidad, qué estructura de los ejercicios preventivos serán
básicos en el proceso de acciones que se deben acometer por parte de
la escuela en lo cognitivo, si se requieren ejercicios vivenciales o
mensajes de protección y en la comunidad qué es lo más conveniente
en función de las características de ese medio, es decir si se precisa de
la información, concientización o recomendaciones a los promotores, si
se precisan de indicadores de evaluación o si hay que desarrollar
habilidades de protección.

18
Este componente, dentro del modelo es de gran significación, ya que
garantiza una dirección adecuada del trabajo preventivo y por
consiguiente que cada caso reciba la atención que requiere.
Resulta obvio que para diseñar cualquier plan de intervención
preventivo tiene que definirse el o los objetivos de los ejercicios que se
ejecuten en este sentido, cuya orientación debe estar dirigida hacia el
incremento de actitudes y habilidades de protección en cada tema,
acción o área de intervención, principalmente aquéllas que son de
competencia social y de resolución de problemas. Asimismo dichos
objetivos tienen que tener un sentido propositivo, es decir deben tener
algún nivel de conciliación y de negociación a fin de que respondan a
los intereses y motivaciones de los que recibirán los beneficios de lo
que se diseñe.
Un modelo de trabajo preventivo de riesgos psicosociales sería
incompleto y no viable sin la participación activa de la comunidad con
un plan de acción bien concebido, donde se articulen las diferentes
actividades que deben acometer conjuntamente con la escuela,
mediante la activa participación de los alumnos, familiares y docentes,
los cuales son portadores, receptores y trasmisores de acciones,
influencias y mensajes de protección, que se completa con la
intervención de los factores de la comunidad que intervienen
activamente en este proceso.
Desde nuestro punto de vista el modelo se completa con el diagnóstico
y la evaluación. El primero puede quedar completo con la aplicación de
algunos instrumentos de investigación a niños, jóvenes, padres y
maestro, tales como inventarios de disposición al cambio, escala de
actitud, cuestionario de habilidades de protección y en el caso del
segundo permitirá evaluar los resultados antes y después del proceso
de trabajo y el impacto que éste ha tenido en los alumnos, los
familiares, los docentes y la comunidad.
Sintetizando estas ideas, los conceptos, los aspectos teóricos,
metodológicos y prácticos abordados hasta aquí, permite brindar una
atención especializada, científicamente fundamentada a los menores y
jóvenes con necesidades educativas especiales, así como también a
sus representantes legales, de manera que de conjunto se produzca
una influencia positiva y constructiva, no sólo en función de la
erradicación de manifestaciones inadecuadas en los alumnos, sino en

19
su evitación y en el logro de una fructífera vinculación hogar-escuela y
además alcanzar un mayor grado de precisión en la solución que hay
que adoptar con los casos que no evolucionaran positivamente, por su
complejidad, para los que se requiere la participación de otros factores,
el empleo de otros métodos y procedimientos más edificantes, al
conjugarse las acciones de los diferentes gentes y agencias de
socialización.
Esta concepción educativa acerca de la prevención se explicita en el
siguiente gráfico 1.
Gráfico 1. Estrategia Educativa - Preventiva

ESTRATEGIA
EDUCATIVA -
PREVENTIVA FORTALECER VALORES
PERSONALES

FORTALECER LA DISCIPLINA

TRATAMIENTO PSICOPEDAGÓGICO

FORTALECER LA PREPARACIÓN DEL DOCENTE

COHESIONAR ORGANISMOS Y
POTENCIAR EL PROCESO ORGANIZACIONES EN EL
DOCENTE - EDUCATIVO SISTEMA DE TRABAJO DE LA
ESCUELA

EXTRA
CURRICULA CURRICULAR EDUCACIÓN
R FAMILIAR

ESTILOS DE VIDA MÁS SANOS

20
Esas premisas teórico-metodologicas y prácticas, en nuestro país e
internacionalmente cuentan con un Marco Legal que apoya y sustenta
solidamente cualquier proyecto dirigido a la formación de valores éticos
y morales de nuestros jóvenes.

Prevención educativa. Áreas del desarrollo personal en las que se


revela
¿Cómo estructar la prevención? ¿En qué áreas del desarrollo personal
se revela la prevención? ¿En qué ámbitos situar la prevención?
La prevención se concibe como un resultado genuino y propio de una
labor docente educativa de calidad, que implica que se cumpla con los
aspectos conceptuales, metodológicos y prácticos de este tipo de
trabajo que han de realizar, funcionarios del Ministerio de Educación,
metodólogos, inspectores, directores de escuelas, maestros y
profesores del Sistema Nacional de Educación, en estrecha relación
con la familia y la comunidad”.
Al realizarse con la calidad correspondiente, la labor educativa deberá
garantizar, una educación y una enseñanza desarrolladora, que permita
un buen aprendizaje y en los casos necesarios, una atención
individualizada y diferenciada que logre compensar y corregir las
dificultades que se presenten en los educandos durante el proceso del
aprendizaje, formación y desarrollo, para que puedan llegar a cumplir
con las exigencias de la labor docente educativa y evitar que presenten
problemas de aprendizaje, fracaso escolar e incumplimiento de sus
deberes escolares.
Se insiste que, a los que presenten dificultades, se les puede promover
el desarrollo, cuando se organiza una labor docente-educativa,
conociendo sus características y ejecutándola de acuerdo con las
exigencias que ellos demanden, por lo que se puntualiza que la
evaluación y el diagnóstico es para conocer, explicar y resolver los
problemas educativos, de aprendizaje y del desarrollo de los escolares
con dificultades y que la evaluación y el diagnóstico para describirlos,
clasificarlos y etiquetarlos, solo sirve para segregar y no dar la atención
educativa que se requiere en esos casos.
La labor de prevención solo se puede realizar y alcanzar los resultados
esperados si se realiza, en los centros educacionales, una labor

21
docente educativa de calidad y en ella participan activamente la familia
y la comunidad, orientada y asesorada por las instituciones y sus
docentes, que de hecho son los profesionales capaces de concebir,
planificar, organizar y ejecutar el trabajo docente educativo, que se
necesita para convertir la educación en un verdadero procedimiento
para alcanzar el desarrollo social, cultural y psicológico necesario.
El sistema de influencias está dado por el medio familiar, escolar y
social en general, en el que se desarrolla el sujeto, en el cual la calidad
e integralidad de la atención temprana tienen una influencia decisiva.
Cuando en todos los tipos y niveles de educación y sobre todo en cada
centro o escuela, en cada aula y con cada estudiante se atienden las
diferencias individuales y los ritmos de aprendizaje de los escolares e
incluso de los escolares víctimas de de insuficiencias en la labor
docente educativa de cada grado, nivel o tipo anterior de trabajo
educativo, los procesos de aprendizaje deben producirse con calidad y
el desarrollo psicológico puede ser el más adecuado y entonces, se
habrán logrado los propósitos y fines del trabajo docente educativo y el
preventivo.
¿Qué entender por prevención educativa?, ¿Qué rasgos la
caracterizan?
Recordemos que prevención es prepararse y disponer de lo necesario,
con anticipación, para alcanzar un fin; es actuar para que un problema
no aparezca, es adelantársele de forma creativa.
Entre los aspectos a considerar en el diagnóstico y evaluación resultan
imprescindibles:
Familia: ambiente emocional, comunicación, relaciones afectivas,
hábitos higiénicos y métodos educativos, patrones de conducta, las
condiciones materiales, crisis y dinámica de las relaciones
interpersonales.
Escuela: preparación experiencia y estabilidad del claustro, atención a
los problemas y dificultades de los estudiantes, la organización del
proceso docente educativo, la comunicación con las familias y factores
comunitarios, el funcionamiento del Consejo de Escuela, las
condiciones materiales y el sistema de relaciones que se establecen.

22
Comunidades: condiciones socioeconómicas, higiénicas, materiales y
culturales, sistema de relaciones y de participación que se establecen
en ella y con la escuela y funcionamiento de sus factores comunitarios y
de masas.
En los educandos: estado de salud, sistema de relaciones que
establece, los procesos de adaptación a las nuevas situaciones y la
historia y situación educacional y del desarrollo, educación de la
sexualidad.
La escuela juega un papel importante como centro rector de la labor
educativa, para lo que se debe lograr un diagnóstico de los alumnos,
sus familias y la comunidad, lo que le permitirá la toma de decisiones
acertadas para la intervención educativa y la equiparación de
oportunidades en aras de atender la diversidad y potenciar la
integración social de los estudiantes.
La protección a la infancia y la juventud está prevista en el proceso de
reformas de la legislación vigente, elevando el rigor de las sanciones a
todas aquellas personas adultas, incluidos sus representantes legales
que maltratan, induzcan o utilicen a personas menores de edad en
actos contrarios a su normal desarrollo.
Ahora bien, no puede existir una estrategia de trabajo de prevención
educativa en la escuela científicamente orientada si ésta no está sobre
la base de un modelo cuyos componentes permitan guiar los planes de
acción de los riesgos psicosociales con una visión científica integral, de
manera tal que la intervención preventiva pueda alcanzar todos los
beneficios deseados.
Existen muchos modelos de atención preventiva, pero en casi todos hay
semejanzas en su base teórica y metodológica porque para construir un
modelo de prevención en cualquier contexto éste tiene que tener entre
los componentes sus bases teóricas cuyos argumentos se sustenten en
un concepto ecológico, en tanto éste tiene una incidencia decisiva en
los individuos, haber identificado y definido con mucha precisión los
factores de riesgo y los mecanismos de protección y de resistencia en
los alumnos, del mismo modo que tiene que estar sobre la base de la
construcción de una teoría del fortalecimiento y desarrollo comunitario.
El modelo tiene que estar fortalecido y asegurado con estudios de la
población infantil y juvenil, estudios de niños y adolescentes en riesgo,

23
en situación de desventaja social, la familia, su composición estructural
y socio-económica, de manera que entre los componentes, asegurando
su carácter científico lo sustente unas fuertes bases de investigación.
Consecuentemente con los dos componentes enunciados
anteriormente, tiene que tener el modelo, un dispositivo de intervención
grupal con técnicas psicoeducativas, psicosociales, psicocorporales y
de acción social educativa, entre otras, aplicados o dirigidos a grupos
de alumnos, familiares, maestros, otros adultos y menores en la
comunidad y en la propia escuela, lo que garantiza una sólida base y
una acertada selección de los temas de intervención relacionados con
aquellos aspectos que más amenazan la seguridad psicológica y moral
de los niños y jóvenes, tanto los que serán tratado en el medio escolar
como en el comunitario tales como los relacionados con conductas
antisociales, eventos negativos de la vida, el consumismo, la sexualidad
y la salud, entre otros temas que pueden resultar del interés común.
El modelo tiene que dejar bien establecido tanto en la escuela como en
la comunidad, qué estructura de los ejercicios de prevención educativa
serán básicos en el proceso de acciones que se deben acometer por
parte de la escuela en lo cognitivo, si se requieren ejercicios vivenciales
o mensajes de protección y en la comunidad qué es lo más conveniente
en función de las características de ese medio, es decir si se precisa de
la información, concientización o recomendaciones a los promotores, si
se precisan de indicadores de evaluación o si hay que desarrollar
habilidades de protección.
Este componente, dentro del modelo es de gran significación, ya que
garantiza una dirección adecuada del trabajo de prevención educativa y
por consiguiente que cada caso reciba la atención que requiere.
Resulta obvio que para diseñar cualquier plan de intervención
preventiva tiene que definirse el o los objetivos de los ejercicios que se
ejecuten en este sentido, cuya orientación debe estar dirigida hacia el
incremento de actitudes y habilidades de protección en cada tema,
acción o área de intervención, principalmente aquéllas que son de
competencia social y de resolución de problemas. Asimismo dichos
objetivos tienen que tener un sentido propositivo, es decir deben tener
algún nivel de conciliación y de negociación a fin de que respondan a
los intereses y motivaciones de los que recibirán los beneficios de lo
que se diseñe.

24
Un modelo de trabajo de prevención educativa de riesgos
psicoeducativas sería incompleto y no viable sin la participación activa
de la comunidad con un plan de acción bien concebido, donde se
articulen las diferentes actividades que deben acometer conjuntamente
con la escuela, mediante la activa participación de los alumnos,
familiares y docentes, los cuales son portadores, receptores y
trasmisores de acciones, influencias y mensajes de protección, que se
completa con la intervención de los factores de la comunidad que
intervienen activamente en este proceso.
Desde nuestro punto de vista el modelo se completa con el diagnóstico
y la evaluación. El primero puede quedar completo con la aplicación de
algunos instrumentos de investigación a niños, jóvenes, padres y
maestro, tales como inventarios de disposición al cambio, escala de
actitud, cuestionario de habilidades de protección y en el caso del
segundo permitirá evaluar los resultados antes y después del proceso
de trabajo y el impacto que éste ha tenido en los alumnos, los
familiares, los docentes y la comunidad.
Sintetizando estas ideas, los conceptos, los aspectos teóricos,
metodológicos y prácticos abordados hasta aquí, debe tener una
repercusión decisiva en los maestros, profesores, las organizaciones
comunitarias, así como en las familias para brindar una atención
especializada, científicamente fundamentada a los menores y jóvenes
con necesidades educativas especiales.
En este sentido también se toma en cuenta a sus representantes
legales, de manera que de conjunto se produzca una influencia positiva
y constructiva, no sólo en función de la erradicación de manifestaciones
inadecuadas en los alumnos, sino en su evitación y en el logro de una
fructífera vinculación hogar-escuela y además alcanzar un mayor grado
de precisión en la solución que hay que adoptar con los casos que no
evolucionaran positivamente, por su complejidad, para los que se
requiere la participación de otros factores, el empleo de otros métodos y
procedimientos más edificantes, al conjugarse las acciones y las
diferentes influencias educativas.
La labor de prevención educativa tiene como punto de partida a la
escuela y la comunidad y está dirigida en su nivel primario a la toma de
medidas para evitar que se produzcan insuficiencias, se realiza en ese
marco supuestamente sano sobre individuos incorporados a grupos de

25
riesgos de carácter biológico, psicosocial, económico y ambiental, que
asociados pueden producir una alteración determinada,
comprometiendo el desarrollo normal de los niños/as, adolescentes,
jóvenes y adultos, de ahí el papel tan importante que juega el sistema
educacional como eslabón coordinador por lo que debe:
 Promover de conjunto con los factores de la comunidad la
identificación, análisis y jerarquización de sus problemas, así como la
definición de alternativas de solución y colaboración.
 Perfeccionar la preparación y la labor de los educadores en función
de elevar la cultura y conciencia jurídica en sus alumnos.
 Aprovechar y rescatar como elementos educativos las formas de
vida y las propias potencialidades con que cuenta la comunidad
(tradiciones, costumbres, hábitos, personalidades destacadas de los
diferentes sectores de la cultura, el deporte, las ciencias, hasta los
líderes comunitarios).
 Aportar ideas de trabajo coordinado, no sólo en el horario de clases,
que enriquezcan la vida de los estudiantes de ambos sexos a través de
actividades participativas, culturales, deportivas y recreativas.
 Trasladar a la comunidad cuantas acciones sean necesarias
emprender en nuestras instituciones aportando información y
delimitando las responsabilidades individuales en los planes de
intervención.
 La escuela velará porque se mantenga ecuanimidad ante cualquier
situación que se presente y encausar correctamente el procedimiento,
apoyándose en los recursos conque cuenta.
 A través de las actividades curriculares (las clases en particular) y
extracurriculares se debe aprovechar cada oportunidad para combatir
los malos hábitos de convivencia, tabaquismo y alcoholismo, explicando
lo nocivo que resultan para la salud y su vida equilibrada.
 Estimular a través del protagonismo estudiantil las acciones que
realice la organización.
 Con los padres se debe analizar y discutir estos asuntos,
convenciéndolos de la necesidad de evitar que sus hijos lo adquieran,
por lo que en primer orden deben partir de su ejemplo personal.

26
 Con el personal docente, analizar la prevención del tabaquismo,
alcoholismo, consumo de sustancias tóxicas.
 El sistema de reuniones de educación familiar debe estar acorde
con los nuevos tiempos para atraer a la familia hacia la escuela y que
reciban elementos generales de carácter pedagógico, psicológico, de
salud, jurídico y otros que sean de interés; que les permitan sentirse
seguros, aconsejados y capacitados para poder actuar
consecuentemente con sus hijos y el resto de la familia.
En el marco del trabajo docente-educativo en la escuela, dentro del cual
está contenido la labor de prevención-educativa, hay que considerar
con mucho énfasis lo relacionado con el aprendizaje y los problemas
particulares y de grupos que presenten los alumnos. En ello, tener en
cuenta si dichos problemas o dificultades están determinados por
causas internas, es decir, que sean inherentes al propio niño, por
carencias en el entorno socio-familiar, o por una trayectoria de
aprendizaje irregular, desajustada.
En tales casos pueden necesitar para su compensación, adaptaciones
de acceso y/o adaptaciones curriculares significativas en varias áreas
del currículo ya que tal medida contribuirá a evitar que esos alumnos
sigan incorporando experiencias negativas que comprometan su
adaptación al medio escolar y por consiguiente complicaría el
tratamiento.
Tener en cuenta estos elementos resulta vital para el trabajo con los
alumnos porque los problemas en el aprendizaje, pueden ser a su vez
las causas de otras alteraciones, desajustes o desviaciones en ellos
que se manifiestan, esencialmente, en las escuelas de educación
general.
Muchos autores coinciden en cuanto a la entrañable relación que existe
entre el concepto prevención educativa en la escuela y el de
necesidades educativas especiales ya que este último nos remite, en
primer lugar, a las dificultades que los alumnos tienen, así como
también a la cantidad de recursos educativos que se requieren para
atender esas necesidades, además se precisa contar con la formación
de un docente que responda a una pedagogía de avanzada y que
exista la capacidad para elaborar proyectos educativos y curriculares
flexibles, que posibiliten las adaptaciones en todos sus componentes,

27
es decir, contenidos, temporización, secuenciación, metodología y la
evaluación; pero también debe ir aparejado a ellos formas nuevas y
creativas de organización escolar, una eficiente coordinación entre los
distintos profesionales de la educación, en estrecho vínculo con otros
factores sociales incidentes, lo que garantizaría una efectiva orientación
educativa y psicopedagógica, aspecto esencial en todo este quehacer.
Tomar en cuenta estos criterios, desde nuestra perspectiva, es en
esencia hacer trabajo de prevención educativa en la escuela como
proceso inherente a la actividad escolar, potencialmente incluido,
porque la prevención educativa en el marco institucional, es una
concepción, no es un elemento añadido, complementario, ese proceso
está en la esencia de la labor docente-educativa, es consustancial a
ella.
La educación institucional o por vías no formales centra sus objetivos
de trabajo, esencialmente en favorecer el desarrollo de los niños,
trasmitiéndoles las experiencias necesarias que les permitan una
evolución completa y adecuada, así como proporcionarles una
educación general politécnica y laboral que los pongan en condiciones
de apropiarse, en lo fundamental, de los elementos culturales, del
aprendizaje de las asignaturas priorizadas y de las habilidades
comunicativas requeridas para la vida útil independiente.
En esos contextos participan alumnos con necesidades educativas
especiales para los que todas las acciones educativas tendrán una
función preventiva de suma importancia, que favorecerán el proceso de
su desarrollo y por otra parte, las características de otros grupos de
coetáneos, con los cuales ellos comparten las diferentes actividades,
tienen la posibilidad de retroalimentarse y asimilar las adecuaciones
que han sido necesarias hacer, en el proceso de aprendizaje.
La participación de estos alumnos en todas las tareas docente-
educativas y extradocentes en las escuelas primarias y de otro tipo
debe desarrollarse fundamentada en la integración de estos escolares
con el resto de sus condiscípulos, no sólo con el propósito de
beneficiarlos a ellos sino al resto de los alumnos y al propio sistema
educativo, por cuanto el hecho de que haya que utilizar metodologías
personalizadas, individualizadas y disponer de mayores recursos para
el trabajo, les permite a los docentes ejercer una mayor influencia en el
desarrollo de cualidades positivas como el respeto y la solidaridad

28
hacia los que tienen menos posibilidades, lo cual exige de los docentes
una elevada competencia profesional para el enfrentamiento exitoso de
su labor y capacidad para hacer adaptaciones curriculares de acuerdo
con las necesidades específicas de su alumnado.
¿Cómo organizar diferentes programas para la prevención educativa?
Algunos modelos de organización de la intervención psicopedagógica
parten de enfoques clínicos que privilegian: 1) La intervención con
carácter individual, específicamente entendidos como problemas
individuales, 2) El especialista como orientador en muchos campos, 3)
La intervención se centra en lo correctivo, sin tener en cuenta la
prevención.
Otro aspecto importante en los llamados programas y modelos para la
prevención es que se focalizan también en áreas del desarrollo. La
mayoría de los programas que se ofrecen para prevenir son programas
para prevenir dificultades de aprendizaje, dificultades en habilidades
sociales, en trastornos conductuales o comportamentales y, desde esta
óptica, analizan de manera parcializada el desarrollo personal de los
educandos.
No quiere decir que las acciones de un programa educativo no tengan
acciones específicas en función del desarrollo de determinadas áreas.
Es la concepción la que debe ampliarse y estructurarse para que
cumpla con los objetivos educativos en su sentido más amplio.
Prevenir con calidad implica también implementar las acciones
educativas en la dinámica habitual de las aulas y de los centros, de
manera flexible adecuándose a las características de los centros, de
sus profesionales y de sus educandos, de las condiciones físicas y de
entornos, de manera sistemática y sistémica, coherente, coordinada
con las familias.
Otro aspecto que no siempre se tiene en cuenta es la necesidad de
tener orientadores que ofrezcan a las familias y a los maestros sus
conocimientos para facilitar un trabajo colaborativo, compartir
informaciones relevantes, coordinar un proceso evaluativo, de
seguimiento, para tomar las decisiones más adecuadas para afrontar
las dificultades.

29
Una de las áreas en las que se revela la prevención educativa lo
constituye la educación de la sexualidad que se concibe dentro de la
educación de la personalidad de niños/as, adolescentes y jóvenes tiene
en cuenta la perspectiva de género para potenciar relaciones
interpersonales adecuadas aspecto que se contempla desde la
prevención. La educación diferenciada por sexos, que atribuye falsas
cualidades, rasgos y conductas a cada uno hombre o mujer, nada
tienen que ver con su sexo como tal, porque tienen un fundamento
socio cultural y educativo.
Estas influencias educativas socializan a los infantes a partir de
modelos sexuales rígidos, distorsionados, que afectan la expresión libre
de sentimientos y emociones, favoreciendo en alguna medida que se
produzcan conductas inadecuadas, trastornos, o comportamientos, que
afectan las relaciones de comunicación familiar, personal, escolar y
social en general.
El impacto del aprendizaje socio cultural estereotipado de los roles de
género, condiciona y marca significativamente la sexualidad y la
personalidad. Los modelos culturales sexistas son transmitidos,
reproducidos, y consolidados a través de diferentes canales de
socialización y educación que confluye en la configuración y desarrollo
de la sexualidad y la personalidad en general, por ejemplo la familia, los
grupos de coetáneos, la escuela, y otros agentes socializadores.
La escuela favorece este sistema educativo sexista desde el currículo
oculto, los modelos estereotipados de las y los maestros, la formación
de patrones de conducta con estigmas basados en la inequidad, la no
tolerancia, la violencia, y el irrespeto a las normas de convivencia que
afectan el desarrollo armonioso y pleno de la personalidad y su esfera
psicosexual.
Estos agentes de socialización (la escuela , la familia y la sociedad)
cumplen una doble función, por una parte son los que educan la
sexualidad en correspondencia por lo general con los mandatos
morales sexistas del sexo oficial y con los correspondientes
estereotipos sexuales, pero los mismos a su vez también pueden
generar el cambio educativo y de comportamiento (cuando las personas
que las encabezan y dirigen, así como las y los educadores) son
preparados científicamente para desarrollar una educación de la

30
sexualidad acorde a las necesidades y expectativas personales de las y
los educandos y de su contexto, desde la perspectiva de género.
Los modelos de actuación sexistas y estereotipados obligan a los niños
y a las niñas a asumir pautas de conductas, prefijadas, que conducen a
la construcción de dos universos polares distintos para cada género,
con marcado antagonismo propiciando conductas pasivas en las niñas
y agresivas en los niños y provocando diversos trastornos de toda
índole que pueden ser evitados, como destacamos a través de una
educación de la sexualidad científica integrada a la educación de la
personalidad.
Estos encuentros antagónicos entre los sexos masculino y femenino
provocan dificultades en las relaciones de comunicación, lo que al
agudizarse, constituyen causa principal de la aparición de trastornos
afectivos conductuales, en algunos de sus tres niveles de
manifestaciones (alteración o problemas, dificultad, trastorno).
Los padres y las madres actúan en todas las situaciones de la vida
cotidiana, como modelos vivos y de invaluable fuerza en la
interiorización de los roles y la conformación de la identidad de género
así como en la formación de normas , valores de conducta y
comportamiento en todas las esferas de la vida en el plano personal y
de las relaciones de pareja, familiar y social en general, pero
generalmente estos modelos transmitidos por la familia y reforzados por
la sociedad, tienen un fuerte carácter sexista que afecta negativamente
el desarrollo de la personalidad de las hijas e hijos.
La escuela y la familia como instituciones educativas transmiten
modelos de relación y normas de conductas diferentes para niños y
niñas, por ello son portadoras y transmisoras con frecuencia de los
estereotipos sexuales que obligan en alguna medida a actuar de forma
diferente y antagónica a niñas y niños sin tomar en cuenta las
particularidades individuales de personalidad y de aprendizaje.
La atención al alumnado se realiza tomando en cuenta las diferencias
sexuales establecidas culturalmente, a las niñas se les estimula para
que realicen las tareas docentes, se les distribuyen tareas asistenciales,
se estimulan para el ejercicio de la profesión futura consideradas como
propias de su sexo, como magisterio, enfermería, secretarias, etc., a la
vez que son más mimadas y protegidas que los varones. A estos se

31
les permiten mayor independencia, rudeza, defensa de forma agresiva,
no se les estimula con frecuencia en el cumplimiento de las tareas y
responsabilidades escolares asistenciales.
La familia también favorece la perpetuidad de los estereotipos, existen
expectativas parentales diferentes respecto a los hijos e hijas,
comunicación diferente verbal y no verbal, apoyo emocional,
perfeccionismo y preciosismo en la exigencia conductual a las niñas. Y
cierto permisivismo en las exigencias a los niños estimulando en alguna
medida una respuesta violenta hacia determinadas situaciones y el
desarrollo de comportamientos eróticos, vedados a las niñas. Es
frecuente escuchar que le pregunten a un varón ¿Cuántas novias
tienes? Toca ahora que aun puedes, etc., cuando a la niña se le exigen
conductas castas y asexuadas.
En la dinámica del funcionamiento familiar y escolar, se reproducen
modelos de convivencia y actuación sexista y estereotipados que
conducen en la generalidad a la imitación de la conducta paterna o
materna, y al ejercicio del poder autoritario y violento sustentado en las
relaciones de fuerza, poder y discriminación entre los géneros. Ambas
instituciones reproducen el modelo patriarcal de hegemonía masculina,
con la consecuente afectación en la asimilación de conducta más
flexibles, tolerantes, armónicas, etc., produciéndose un aprendizaje
inadecuado de los roles, que afectan las relaciones de comunicación
equitativas.
En el estudio realizado por la autora (García Ajete, L., 2001-2008) a
escolares con diferentes niveles de alteración de la conducta, las
causas y factores predisponentes para el surgimiento de los trastornos
afectivo conductuales pueden estar con frecuencia asociados a una
educación sexual deficiente, alejada de las necesidades individuales de
la sexualidad masculina y femenina, suele presentarse en los diferentes
entornos donde actúa y se socializa el niño/a, en el que se encuentran
con frecuencia estereotipos sexistas, como se expresan en estos
gráficos. 2 y 3.

32
Gráfico 2

Tendencias Vinculadas con la sexualidad y la educaciòn de la


sexualidad
Violencia Intrafamiliar
120
100 Roles Estereotipados
100 92,3
Comunicaciòn Inadecuada
80 74,3
69,2
63,3 Carencia Afectiva
60
38,4 35 Sentimientos y Subvaloraciones
40 30
Figura de mayor autoridad (papà)
20
Necesidad de relaciones cooperativas
0
1 Unidad Familiar

Estereotipos sexuales
Gráfico 3.
100%
100%
90% 100%

80% 100% 89%

70% 89%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0% 0 0 0 0

MUJERES HOMBRES

DELICADEZA TERNURA AM ABILIDAD RUDEZA AGRESIVIDAD

Estos estudios expresan la necesidad de abogar por la prevención


como dimensión de la actividad educativa que contemple la educación
de la sexualidad. En el ámbito de la escuela toda información debe ser
educativa, preventiva y formadora, por eso para alcanzar estos
objetivos, es necesario considerar el currículo y las opciones que ofrece
la vía extra curricular, la que favorece en alguna medida la educación
de la sexualidad para coadyuvar a la prevención y educación de

33
habilidades socio sexuales que generen relaciones de comunicación
adecuadas y asertiva basadas en la equidad de género.
A nuestro criterio se define como educación sexual preventiva y
formativa a el proceso de educación de la sexualidad que permite la
corrección y compensación estimuladora del desarrollo de la
personalidad de los /las escolares con trastornos afectivo conductuales,
preparándolos para el encuentro libre responsable y autorregulado con
el otro/a, en las diferentes dimensiones en que se manifiesta la
sexualidad (individuo, personal), pareja, familia y sociedad). Evitando
aparezcan o se agraven comportamientos vinculados a la esfera de la
sexualidad (García Ajete, L.; 2008).
Este planteamiento implica reconocer, que este proceso de educación
de la sexualidad se estructura dentro del proceso de educación de la
personalidad de estos escolares, en la escuela y con la influencia de de
todos los agentes y agencias de socialización que intervienen en él,
para el logro de una atención educativa integral, que potencie la
prevención.
Como un modelo para concebir la prevención desde la educación de la
sexualidad se elabora una Estrategia Pedagógica que utiliza la
educación de la sexualidad como una vía para la prevención de los
trastornos afectivo conductuales en los/las escolares primarios.
Para el diseño e implementación de la misma, es necesario elaborar un
diagnóstico inicial como punto de referencia para determinar las
necesidades básicas de aprendizaje o educativas de los niños y niñas,
adolescentes y jóvenes; y de sus familias, los maestros y maestras/as y
todas las personas que le rodean, a fin de distinguir y reconocer la
problemática asociada a los desajustes, problemas o trastornos
conductuales, los emergentes referentes al tema de la educación de la
sexualidad a partir de bases científicas.
Esta autora define la estrategia pedagógica de educación de la
sexualidad para la prevención de los trastornos afectivo conductuales
como: Sistema de acciones de diagnóstico, orientación, potenciación
psicoafectiva y evaluación, con un carácter dinámico, flexible, y
participativo encaminado a satisfacer los objetivos de la educación de la
sexualidad con fines correctivo –compensatorio, estimulador del

34
desarrollo, desarrollados por la escuela, para contribuir a la prevención
de los TAC. (García Ajete. Lucía, 2008).
La estrategia pedagógica de educación de la sexualidad para la
prevención posee las siguientes cualidades, expresadas en su carácter
humanista, participativo, personalizado, transformador, integral, flexible,
dinámico, y contextualizado; y posee como características: el
diagnóstico, la orientación, la potenciación psico-afectiva y la
evaluación.
Es de diagnóstico porque este como proceso permite identificar en todo
momento las necesidades y potencialidades para reajustar el plan de
acción e intervención educativa, ofreciendo desde sus dimensiones e
indicadores la posibilidad de conocer regularidades y tendencias en la
educación de la sexualidad con fines preventivos en todos los contextos
(familia, escuela, comunidad) y en el plano personal (Betancourt y otros,
2001, 2007).
Es de orientación porque es entendida esta, como un proceso de
ayuda, de asistencia a alguien que la necesita y por ende se realiza
para los escolares, la familia y el propio docente, con el objetivo de
facilitar la toma de decisiones ante situaciones problemáticas
vinculadas con la sexualidad y su educación (Castro Alegret, 2003;
Bermúdez y Pérez, 2007).
Es de potenciación psico-afectiva porque va a la estimulación,
enriquecimiento y la elevación cualitativamente superior del desarrollo
de los /las escolares, que significa darle amor, mientras los enseñamos
y educamos para que se desplieguen los valores y sentimientos
positivos y humanos que promuevan el crecimiento como personalidad
(Pérez Fowler, García Ajete; Peña, 2007).
Es de evaluación porque permite reajustar el proceso para establecer
nuevas pautas de desarrollo y delimitar avances, retrocesos nuevas
potencialidades que indiquen la corrección y compensación de los TAC
y los progresos desde la educación de la sexualidad, donde este
proceso es participativo, dinámico y flexible (González y Castellanos,
1998, 2006, García, 2001, 2007).
Es humanista porque se considera al escolar como centro de la misma,
vinculándose lo individual con lo social, se parte del conocimiento de sí
mismo, (yo) de la relación del yo con el nosotros, respetando la

35
individualidad, en las manifestaciones de la sexualidad, pero en
armonía con el contexto y la sociedad, influyendo de manera
significativa en el mejoramiento humano, individual y social respetando
los límites de la sexualidad propia y del otro (González y Castellanos y
otros, 1998, 2006).
Es participativa porque en el proceso pedagógico que se organiza, se
establecen inter e intra relaciones genéricas en todos los contextos de
actuación (familia, escuela, comunidad) que posibilitan establecer un
proceso comunicativo donde se intercambien ideas, se produzca la
reflexión, se utilicen recursos pedagógicos para propiciar aprendizajes
favorecedores, de forma colectiva y se construyen los saberes acerca
de la sexualidad (González y Castellanos y otros, 1998, 2006).
El carácter personalizado se produce porque tiene en cuenta las
particularidades individuales de cada sujeto, para organizar el trabajo
colectivo y atender cada una de las necesidades de los/las maestros,
alumnos/as y sus familias considerando el carácter personalizado de la
sexualidad (González y Castellanos y otros, 1998, 2006).
Es transformadora porque su esencia es contribuir al desarrollo y
cambio en la personalidad del escolar, la familia y los docentes y a la
formación de recursos personales para enfrentar su situación social del
desarrollo integral, en el que la sexualidad forma parte de esa
formación, que vincula la relación comportamiento y comportamiento
sexual, por ende la educación de la sexualidad al promover
comportamientos responsables en todas las dimensiones (yo, pareja ,
familia y sociedad) está contribuyendo a la prevención de trastornos
afectivo-conductuales
La flexibilidad se manifiesta cuando el docente, a partir del diagnóstico
de sus alumnos, y de la familia toma en cuenta el contexto y organiza
su práctica pedagógica. En este sentido hay flexibilidad para enriquecer
o reestructurar los temas, sin dejar de trabajar la educación de la
sexualidad como un aspecto medular para la prevención de los
trastornos afectivo-conductuales, hay flexibilidad en la utilización de las
actividades, recurso y los apoyos para implementar la estrategia en el
proceso pedagógico, como parte del algoritmo, la evaluación permite la
retroalimentación y la resignificación de las necesidades y problemas al
respecto.

36
La estrategia es dinámica, pues requiere el papel activo del sujeto en el
proceso de aplicación y retroalimentación, el vínculo con el contexto
social para objetivar su implementación, la toma oportuna de decisiones
acordes a las exigencias del proceso pedagógico de la escuela especial
y las características del grupo de escolares, familia y el propio docente,
es necesario la flexibilidad y el respeto al contexto donde el educador
no impone sus criterios de manera externalista y bancaria, sino los
saberes se construyen con los participantes.
Esto implica la creación o adecuación de acciones o actividades,
siempre teniendo como base la metodología alternativa y participativa
para la educación de la sexualidad, que se propone como forma de la
implementación de la misma al educar la sexualidad para la prevención
de los trastornos afectivo conductuales (TAC).
La estrategia pedagógica, se ha elaborado con el fin de legitimar una
herramienta educativa más en las manos del maestro/a, que permita
enriquecer la labor correctivo-compensatoria y estimuladora del
desarrollo que se realiza en los centros de Educación Especial,
entendiéndose estos como centro de apoyo y recursos a la Educación
Básica General y Primaria en particular.
Distinguir la educación de la sexualidad para el trabajo educativo y
correctivo-compensatorio, y estimulador del desarrollo, que permita la
prevención de los trastornos afectivo-conductuales en los /las
escolares, constituye y significa una mirada diferente a la corrección y
/o compensación, y a la educación de estos escolares, que en este
período tan importante del desarrollo, la no atención adecuada y los
aprendizajes negativos que se extienden a esta dimensión, constituyen
verdaderos desafíos para la sociedad y para ellos, al enfrentarse a
situaciones inesperadas que afectan su salud sexual, reproductiva y
compromete su futuro, pero no obstante revela un descubrir y potenciar
el mundo interior y las posibilidades de los/las escolares, sus familiares
el profesorado en post de su formación integral.
La estrategia pedagógica que se propone, que posee un enfoque
dialéctico-materialista del mundo e histórico-cultural del desarrollo
humano y una serie de fundamentos filosóficos, biológicos
pedagógicos, psicológicos, sociológicos y jurídicos que sustentan su
aplicación en el escenario escolar. Esta estrategia pedagógica de
educación de la sexualidad para la prevención de los trastornos

37
afectivos conductuales tiene como Objetivo: Fundamentar como la
educación de la sexualidad en los/las escolares primarios de 10 a 12
años constituye una vía para potenciar la prevención de los trastornos
afectivo conductuales.
Se aplica en el ámbito del proceso pedagógico de la escuela especial
para niños con TAC y se articula con las diferentes formas de
organización y componentes del proceso, utilizando la educación de la
sexualidad para promover el desarrollo de la personalidad sexualidad
de los escolares sirve como recurso de diagnóstico, orientación,
potenciación psicoafectiva evaluación a los /las maestros y
especialistas que interactúan con escolares primarios de 10 a 12 años
y que se encuentren en cualesquiera de los niveles de alteración de la
conducta (alteración o desajuste, problema y trastorno).
En su diseño consta de cuatro etapas fundamentales: diagnóstico de
las necesidades, problemas y potencialidades, planificación y
programación de la acción educativa, implementación y ejecución, la
evaluación y búsqueda de nuevas necesidades, así como fases
pertenecientes a las etapas y tres direcciones de trabajo que: permiten
implementar la misma utilizando a los /las maestros como centro en la
dirección del proceso educativo, en la orientación a la familia y
escolares, como potenciador de las influencias educativas, estas
direcciones son: preparación de los /las docentes, orientación al
escolar y orientación a la familia.
Es pertinente promover en las direcciones de trabajo y en cada una de
las etapas de la estrategia, una dirección pedagógica, “preventiva y
formativa ” que debe, contemplar en todo momento, el diagnóstico, la
información y orientación adecuada, velar por la, formación de valores,
actitudes, relaciones interpersonales positivas, autorregulación de la
conducta, modelando esta en todo momento para promover
comportamientos, normas sociales, auto respeto y convivencia
adecuada como parte del comportamiento y una conducta sexual
ajustada.
Para implementar las direcciones de trabajo en la dimensión
preparación a los docentes, orientación a la familia y al escolar, se
elabora un programa y un manual, donde se asume que programa es:
“un conjunto de acciones que persiguen una finalidad, dirigidas a
cumplir un objetivo bien diferenciado y que en su diseño, ejecución y

38
evaluación pueden implicar a profesionales, familia, niños,
dependientes de instituciones diversas o no” (Naranjo M, 2005:54) y un
manual, según el Diccionario Enciclopédico Grijalbo,1997:1092 es:
“algo manual ,fácil de hacer o manejar, libro en el que se comprende lo
más sustancial de una materia” esta investigación asume la definición
de (Naranjo ,2005:54), quien plantea que “el manual es un texto sencillo
,de poca complejidad para su manejo y claridad en las actividades que
propone.”
Recursos y ayudas: estos recursos y ayudas constituyen los medios
con los cuales se implementa la estrategia para que responda a las
necesidades de los/las escolares con diferentes niveles de alteración de
la conducta y contribuya a la prevención de trastornos afectivos
conductuales, las ayudas permiten brindar apoyo a los escolares y su
familia para potenciar la educación de la sexualidad según las
particularidades individuales, estimulando los progresos alcanzados.
Estos recursos y ayudas se cohesionan en la práctica pedagógica y con
el aseguramiento oportuno en cualesquiera de los tres componentes de
la acción (orientación ,ejecución y control), asegurando para ello los
diferentes tipos y niveles de ayudas ( comprobación del mantenimiento
de la zona de desarrollo próximo (ZDP), formulación de preguntas para
conocer el grado de seguridad del escolar, realización de
señalamientos, suministro de datos complementarios, las explicaciones
y demostraciones), las ayudas desde los niveles mínimos hasta
alcanzar los requeridos por el escolar y el máximo si así lo requiere,
hasta retirarla paulatinamente.
Etapas de la estrategia pedagógica de educación de la sexualidad para
la prevención de los trastornos afectivo-conductuales (TAC).
Esta estrategia se estructura en etapas. La primera etapa está
compuesta por el Diagnóstico, que ejerce un papel esencial para
caracterizar y proyectar el proceso pedagógico, en función de
determinar las necesidades básicas de aprendizaje, problemas y
potencialidades del profesorado y el alumnado para la educación de la
sexualidad como una vía para la prevención de los TAC en los /las
escolares de 10 a 12 años, se incluye el autodiagnóstico para distinguir
las necesidades, dificultades y potencialidades, para la educación de la
sexualidad.

39
En relación con el diagnóstico pedagógico y su implementación, existen
en la actualidad diversos enfoques. La autora coincide con la definición
propuesta por (Páez, V., 2003 y Betancourt y otros, 2001, 2007) en la
que ambas autoras coinciden en referir que es “un proceso continuo,
sistémico y participativo que implica un acercamiento a la realidad
educativa con el propósito de conocerla y evaluarla en la realidad
misma, pronosticar su posible cambio, así como proponer acciones que
desde el proceso de enseñanza y aprendizaje contribuyan a su
transformación”.
Por consiguiente, el diagnóstico es concebido como un proceso
dialéctico, que contempla la caracterización del objeto, el pronóstico de
sus tendencias de cambio y la proyección de las acciones que
conduzcan a su transformación sobre la base del establecimiento de los
indicadores para su estudio, la elaboración de los instrumentos y el
análisis y valoración de los resultados como fases de esta etapa se
considera la indagación de las necesidades no solo en el área de la
sexualidad sino en la regularidades y tendencias de los TAC en los/las
escolares, los modelos de educación para la prevención de estos desde
la educación de la sexualidad
La segunda etapa corresponde con la Planificación y programación de la
acción educativa implica planificar y programar las acciones de forma
participativa, de manera crítica, donde se involucren los sujetos de la
investigación para la elaboración de las actividades a ejecutar, los
medios y recursos a utilizar como fases de esta etapa, elaboración del
programa, el manual con un modelo temático, sistema de tareas,
actividades y recursos, establecimientos de los métodos que se trazan
en función del logro de determinados resultados y objetivos, atendiendo
a las fortalezas y limitaciones detectadas en el diagnóstico y para las
direcciones de la estrategia.
La tercera etapa es la Implementación y ejecución, comprende la
intervención a través de las actividades que deben emprenderse para
promover la educación de la sexualidad con fines preventivos de los TAC,
en el proceso pedagógico de la escuela, que fomente relaciones inter e
intra genéricas adecuadas que incluya todo el sistema de actividades de
la escuela especial facilitando la corrección y compensación ; en esta
etapa las fases en lo esencial están dado por la puesta en práctica del
plan de acciones (programas y manuales) y la observación sistemática

40
de su funcionamiento, en todos los contextos de actuación, como existe
una retroalimentación constante debe existir una evaluación periódica
que ha de integrar lo cualitativo, cuantitativo con lo formativo, valorar la
dimensión cualitativa del proceso, descubriendo su progresión
ascendente, así como las nuevas adquisiciones por parte de los /las
participantes.
La cuarta etapa corresponde a la Evaluación y búsquedas de las nuevas
necesidades. El análisis de la información evaluativo permite obtener
valoraciones y sistematizar las lecciones aprendidas acerca de cómo se
produjeron los logros y limitaciones del proceso tanto de los/las
escolares, los/las maestros y la familia. Constituye al mismo tiempo el
punto de partida para avanzar hacia la identificación de nuevos retos y
problemáticas y rediseñar el plan de acción, esta se produce durante
todas las etapas que conforman la estrategia.
Esta estrategia fue aplicada en el contexto de la educación primaria y
especial a escolares, familiares, docentes y especialistas en el cual se
obtuvieron los siguientes resultados:
Al constatar los resultados valorativos de la aplicación de la estrategia
pedagógica de educación de la sexualidad para la prevención de los
TAC con los/las maestras, especialistas, familiares y los/las escolares
se pudo constar que:
 Se presentan nuevas dimensiones e indicadores para el diagnóstico
en los/las escolares con TAC referentes a la sexualidad y su educación,
además de determinar los niveles de alteración en que se manifiesta la
conducta y su impacto en la sexualidad.
 Los maestros/as, de la educación primaria y especial, especialistas,
oficiales de menores, trabajadores sociales, logran comprender la
necesidad de la estrategia pedagógica y su implementación a partir de
los manuales, programas como parte de la dirección de la estrategia,
además sugirieron nuevos temas para incluir en la misma,
considerando la diversidad de las manifestaciones de la sexualidad en
aquellos escolares de 10 1 a 12 años estimados en la categoría tres,
con conductas y actos delictivos que la ley tipifica como delito,
incluyendo la orientación a la familia.
 La experiencia se logró irradiar a otros maestros/as de la educación
especial y de la escuela primaria como vía para el trabajo preventivo.

41
 La triangulación de los resultados alcanzados con las diferentes
fuentes investigadas (los/las maestras, familiares y escolares) permitió
perfeccionar y ajustar la estrategia pedagógica a las condiciones de la
escuela especial para escolares con TAC partir de sus propios saberes,
en el proceso de enseñanza aprendizaje contextualizado desde una
perspectiva humanista, preventiva, formadora y correctiva -
compensatoria y estimuladora del desarrollo.
 Todo ello atestigua a favor de la factibilidad de su implementación en
las actuales condiciones de la educación especial y en particular la
educación de escolares con TAC, para considerar que permita la labor
preventiva, formadora del desarrollo de la personalidad en estos
escolares.
La estrategia pedagógica diseñada es un herramienta pedagógica que
permite, sean utilizados métodos, procedimientos, recursos y ayudas,
para estimular el desarrollo de personalidad en los/las escolares, el
conocimiento de normas y valores, la activación de los procesos
cognoscitivos y el trabajo con la familia, potenciando la educación de la
sexualidad como una vía para prevenir los TAC.
La evaluación, y valoración de la factibilidad de la estrategia pedagógica
de educación de la sexualidad para la prevención de los TAC en los y
las escolares, nos permite comprobar que ha sido factible y viable y
que su introducción en la práctica pedagógica, puede contribuir a la
prevención de los trastornos afectivo-conductuales.

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