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DEVOCIONAL DE CONSOLACIÓN

El apóstol Pablo les habló acerca de los que duermen. Pablo se estaba
refiriendo a la muerte del cuerpo. Esta expresión nunca se refiere al alma
o al espíritu del hombre, porque el espíritu del hombre no muere.
1. Hay una similitud entre el sueño y la muerte. Un cuerpo muerto y un
cuerpo dormido son realmente muy parecidos.
En cierta manera es verdad. El cuerpo de un creyente está dormido.
Alguien que duerme no deja de existir, simplemente porque el cuerpo está
durmiendo. El sueño es temporal; la muerte también es temporal.
El sueño tiene su despertar; la muerte tiene su resurrección.
2. La palabra que se traduce "dormido" tiene su raíz en la palabra griega
"keimai", que significa "echarse, acostarse".
Y lo verdaderamente interesante es que la palabra resurrección es una
palabra que se refiere solamente al cuerpo. Por eso la resurrección
significa "levantarse, ponerse en pie". Y solo un cuerpo puede ponerse en
pie en la resurrección.
3. La Biblia enseña que el cuerpo vuelve al polvo del cual fue formado,
pero el espíritu vuelve a Dios que lo dio. Incluso el Antiguo Testamento
enseña esto. En Eclesiastés 12:7 leemos: antes que el polvo vuelva a la
tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. "El polvo", es decir
nuestro cuerpo.
En Génesis 3:19 vemos que Dios le dijo a Adán. . . polvo eres y al polvo
volverás. Fue el cuerpo el que fue tomado del polvo, y entonces Dios sopló
en el hombre el aliento de la vida, o el espíritu. Es el cuerpo el que irá a
dormir hasta la resurrección, solo el cuerpo. El espíritu del creyente
regresará a Dios.
El espíritu o el alma no muere, y por lo tanto, el espíritu, o al alma,
no será resucitado. Solo el cuerpo puede acostarse en la muerte,
y solo el cuerpo puede levantarse, ponerse en pie en la
resurrección. Y esto fue bastante obvio cuando Pablo dijo en 2
Corintios 5:8, que estar ausentes del cuerpo, era estar presentes
ante el Señor.

Los creyentes no deben entristecerse como los paganos. Cuando vamos


a un entierro siempre podemos saber si la familia del que ha partido es
cristiana o no. Por la forma en que expresan su tristeza podemos saber si
tienen esperanza o no. Los cristianos lloran, por supuesto, no hay nada
anormal en ello. Pablo nunca dijo que no debíamos llorar. Lo que sí dijo
fue que no debíamos entristecernos como aquellos que no tienen
esperanza. Un cristiano sufre la aflicción ante la muerte de un ser
querido, pero al mismo tiempo, siente el consuelo de la esperanza
que tiene en el regreso de Cristo y en la resurrección de los
muertos.
3 clases de muerte:
1. La muerte por el pecado de Adán (930 años después de la caída)
Efesios 2:5
2. La muerte física: Separación del espíritu -cuerpo
3. La muerte eterna: Es la separación eterna de Dios

"Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras."
¿Dice aquí, aterrorizaos los unos a los otros con estas palabras? Por
supuesto que no. La Biblia dice, alentaos, es decir, animaos. No solo
significa consolarse en sentido normal de la palabra, sino también
instruir y exhortarse los unos a los otros, y hablar sobre estas
cosas. Estimado oyente, algún día, Jesús va a recoger a los Suyos de
esta tierra. Esta realidad nos llena de ánimo y consuelo. Los cuerpos
de los muertos serán levantados. Entonces, todo aquel que esté con vida
en ese momento será recogido con los demás para encontrarse con el
Señor en el aire. De esta manera, estaremos siempre con el Señor. En
realidad, vendremos con El a la tierra para reinar con Él cuando venga la
tierra a establecer Su Reino.

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