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“VEROSIMILITUD Y DECORO”
CICLO: 2019- I
INTRODUCCIÓN
CONCEPTO DE LA VEROSIMIITUD
Tres siglos después de haber vivido Aristóteles, en Venusia nace Horacio, que sería el
principal poeta lírico latino. Dentro de su epistolario, encontramos una carta dirigida a los Pisones,
conocida como Arte poética. En esta obra, se ubica un concepto relacionado con el uso apropiado
o adecuado de un estilo correspondiente a una determinada situación: el decorum o decoro. El
concepto del decoro se asoma implícitamente en los siguientes versos: « ¿Por qué si yo no puedo
ni sé observar géneros y estilos según las reglas, se me saluda como poeta? ¿Por qué prefiero, por
falsa vergüenza, no saber a aprender? Un tema cómico no quiere ser tratado en versos trágicos.
[…] Que cada cosa mantenga el sitio propio que le ha tocado en suerte». (Horacio, Arte Poética,
86-92). Nótese que en la traducción de Tomás de Yriarte (1777), sí aparece el “decoro”: « ¿Por
qué razón me han de llamar Poeta, si no sé distinguir estos colores, ni dar a cada estilo su decoro?».
El decoro según Martínez y García (1988) «quizá sea el término más difícil e impreciso
de la teoría del arte». (p. 91). Sin embargo, la finalidad o lo que trató Horacio de considerar es el
aspecto de la coherencia entre el género y la forma. Por ejemplo, Horacio nos comenta personajes
tipo, como los que aparecen en la épica homérica, identificando una serie de características de los
personajes modelo: «Escritor, sigue la tradición o crea algo que tenga coherencia. Si se te ocurre
retratar al famoso Aquiles, que sea incansable, irascible, inexorable, duro, diga leyes que no van
con él y que actúe por las bravas». (Arte Poética, 119-123). De esta manera, es notoria la postura
de Horacio: velar por la coherencia, por el decoro, respetando la tradición. Si se realiza de esta
forma, es indudable que para la comunidad a la que va dirigida, la fábula será comentada como
bella.
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS
En primer lugar, «el decoro está asociado al concepto de belleza y hace referencia a la
adecuación que debe tener toda obra entre la forma de expresión y la materia tratada». (p. 100).
El concepto no es ajeno al descrito anteriormente. El decoro, como bien se describe, es la
adecuación en el uso de elementos de una fábula para que esta alcance el adjetivo de bello. Si se
utilizaran, por ejemplo, personajes ya relatados, es decir, que pertenecen a la tradición, hay que
respetar sus características prescritas. De esta manera, el actuar de dichos personajes tendrían que
ser coherentes, es decir, verosímiles. Caso similar es el que se encuentra en el uso del lenguaje o
el desarrollo de la trama, ya que está determinado por el género.
En segundo lugar, la verosimilitud «consiste en que el escritor debe inventar una fábula
que produzca en el receptor la ilusión de verdad. […] La verosimilitud o apariencia de verdad
afecta a toda la obra». (p. 396). Esta descripción, basada en la Poética, nos ilustra a la
verosimilitud como lo que tiene apariencia de verdadero. Como ya se mencionó, la razón por la
que una obra o fábula es verosímil es debido a que no se limita a relatar hechos, sino posibilidades
sujetas al conjunto de experiencias del horizonte de expectativas. Esto afecta, por ejemplo, a la
estructuración de los hechos, personajes y el modo en que estos se expresan. De esta manera,
Aristóteles plantea las responsabilidades del escritor para componer un relato coherente, por lo
tanto, bello.
Finalmente, «J. Scherer (1950) diferencia decoro de verosimilitud, ésta es una exigencia
intelectual que requiere coherencia entre los elementos de la obra, rechaza lo absurdo y arbitrario,
sobre todo si el público lo percibe así. […] El poeta no debe preocuparse por la verdad histórica
sino por el carácter verosímil, creíble, de lo que cuenta; por lo tanto, verosimilitud no se identifica
con realidad». (pp. 100-101). A manera de resumen, la verosimilitud exige al poeta de la misma
manera que el decoro para realizar una obra que se caracterice por la coherencia, de esta manera
se encuentra el rechazo hacia lo arbitrario, que bien puede ser irreal, por lo tanto, no bello.
CONCLUSIÓN
Si bien es cierto, ambos conceptos, tanto la verosimilitud como el decoro, velan por la
coherencia de una fábula en su totalidad. La verosimilitud delimita lo aparente de la verdad en
base a los hechos, con el objetivo de formar una coherencia en la fábula. El decoro, por otro lado,
se relaciona con el tema de la tradición, es decir, del uso apropiado y acertado de las diferentes
piezas que componen una fábula, con la finalidad de que la fábula ostente coherencia. De esta
manera, el decoro comparte la misma finalidad que la verosimilitud: el alcance de la coherencia,
de la belleza.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ayuso, V., García, C. y Solano S. (1990). Diccionario Akal de Términos Literarios. Madrid: Akal.
Camarero, A. (2000). La teoría Ético Estético del Decoro en la Antigüedad. Argentina: Editorial
de la Universidad Nacional del Sur.
Horacio. (1777). El Arte Poética de Horacio o Epístola a los Pisones, traducida en verso
castellano por D. Tomas de Yriarte. Recuperado de
http://www.traduccionliteraria.org/biblib/H/H101.pdf