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Baño de agua caliente con sal y

microrganismos regeneradores

Los baños de agua con sal o agua de mar se han usado


terapéuticamente desde hace milenios. Hipócrates lo recomendaba a sus
discípulos como remedio a casi todos los males.
Actualmente la medicina natural ha popularizado este remedio casero
para limpiar de tóxicos tanto la piel como el resto del organismo. Si en
una bañera introducimos 70 litros de agua caliente y 2 kg de sal, se
produce un aumento del PH, se alcaliniza a tal punto el agua, que por
diferencia de potencial eléctrico se produce un efecto osmótico inverso:
en vez de absorber nuestra piel el agua que la rodea sucede lo contrario.
Cuando nos sumergimos en agua caliente los poros de la piel se dilatan y
hacen que nuestro organismo suelte todas las toxinas, grasas,
amoniaco… El organismo expulsa las toxinas que le sobran a través de la
piel. Esto sucede porque el agua y la sal en la bañera superan la
concentración salina de nuestras células, (9,4 mg/L) y se produce una
ósmosis inversa, de tal forma que el agua de nuestro cuerpo sale
arrastrando toxinas y minerales a través de los poros hacia el exterior,
con lo que también el sodio intracelular sale fuera y con él muchos
desechos metabólicos. Así se produce una especie de destrucción de las
células tumorales que solo pueden vivir en un medio ácido.
Es preferible que la sal no sea refinada, ya que en este proceso de
refinamiento se le quita entre otros el magnesio y éste es muy bueno
para mantener nuestros huesos fuertes. Dependiendo de la zona de
dónde sea la salina, la sal contiene además del cloruro sódico (NaCl)
otros oligoelementos como calcio, cloruro de magnesio, potasio, yodo,
manganeso y hasta 80 minerales/oligoelementos. La sal marina refinada
es compuesta casi exclusivamente de cloruro de sodio (más de 99%). Por
este motivo mejor utilizar sal marina gruesa sin refinar. Se puede
comprar en sacos de 25 kg en alguna salina o por internet; aunque
también se consigue en el supermercado.
Este sistema es especialmente recomendable para personas con
insuficiencia renal, artrosis, reuma, enfermedades en las articulaciones
o infecciones vaginales, enfermedades de la piel, cáncer… porque se
produce una especie de diálisis biológica percutánea, en la que muchas
toxinas son eliminadas por la piel en vez de por los riñones, pulmones o
el hígado.
Según los efectos que se quieran potenciar, se puede añadir al baño:
• 50 gotas de MMS (clorito sódico con ácido cítrico que se vende en
internet) para eliminar infecciones y parásitos.
• 5 cucharadas de bicarbonato sódico, para ayudar a los riñones aún más a
depurar toxinas.
• 300 ml de vinagre de manzana si hay hinchazón, esguince o contusiones
musculares.
• 100 ml de microorganismos regeneradores, para repoblar el microbioma
humano con nuevas energías vitales que neutralicen los tóxicos y los
patógenos.
El tiempo que dura esta hidroterapia termal marina casera oscila entre
los 10 y los 30 minutos. En general no conviene estar más de 15 minutos
porque el agua comienza a enfriarse y la diferencia de potencial
osmótico a igualarse, de tal manera que la piel puede comenzar a
absorber el agua de la bañera, con toda la sal y toxinas eliminadas.
En cuanto a la periodicidad, si se tiene una enfermedad grave puede ser
desde un baño diario a dos o tres a la semana. Si es una acción
terapéutica de mantenimiento basta con un baño a la semana o incluso
al mes.
Cuando no se tiene una bañera, se puede hacer un baño de pies en una
palangana.
“Basta que se siente en una silla, coja un barreño pequeño donde
quepan unos diez litros, eche en él agua caliente y un cuarto de kilo de
sal marina para mantener la proporción de la que hablábamos y lo
disfrute. Es verdad que la superficie corporal expuesta es menor pero
tres baños de pies al día equivalen a un baño completo. Puede hacer por
tanto diez minutos por la mañana, diez al mediodía y diez por la tarde-
noche. Y respecto a la temperatura hay personas a las que les va bien 25
grados y otras a las que les van 30”.

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