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Despersonalización
Introducción
La persona humana posee una dignidad muy alta, un valor superior, que debe respetar
en sí misma y en los demás. Pero para todos es evidente que, muy a menudo, los
hombres no tenemos en cuenta nuestra dignidad, y nos vemos y nos portamos como
lo que no somos: como irracionales, como objetos o como “ovejas” de un rebaño mal
conducido.
El fenómeno de ignorancia, olvido o desprecio del ser persona (tanto respecto de uno
mismo como respecto de los demás) es lo que se ha llamado “despersonalización”. En
esta sesión vamos a analizar dicho fenómeno en sus características generales, sus
modos de aparecer, y sus causas.
“En el reino de los fines todo tiene un precio o una dignidad. En el lugar de
lo que tiene un precio puede ponerse otra cosa como equivalente; en
cambio, lo que se halla por encima de todo precio, y por tanto, no admite
nada equivalente tiene una dignidad”. KANT, I. Fundamentación de la
metafísica de las costumbres. Ariel Filosofía, Barcelona, 1999, ed. bilingüe.
Traducción de J.MARDOMINGO.
Por encima de los seres humanos, con superioridad de naturaleza, están los
ángeles. El ángel también es persona –persona angélica; los ángeles son
substancias espirituales, inteligencias puras, pero finitas, creadas. Tienen un
ser propio y exclusivo –como toda persona- y existen para conocer, amar y
servir a Dios.
“El bien natural del hombre es justamente el amor del bien según el orden
de la verdad del bien”. GEIGER, L-B. Le problème de l’amourchez Saint
Thomas d’Aquin., Montreal, 1952, p.34, nota 10
Esta afirmación está llena de consecuencias. Aunque todas las cosas y seres
son buenos, no todos valen lo mismo (como ya vimos), por tanto, a cada
cosa le corresponde un tipo distinto de amor o de querer: Las cosas inertes
pueden ser muy hermosas, dignas de ser contempladas, pero su valor
objetivo es de “medios” para que el hombre pueda llegar a su plenitud.
Por encima de los seres inertes, los vivientes (animales y plantas) tampoco
pueden ser amados como fines, pero deben ser especialmente cuidados
porque poseen una mayor perfección que los seres inertes. Son “medios”
para el bien humano que deben ser cuidados con un aprecio especial.
Las personas creadas son “fines en sí mismas”, les corresponde ser amadas
con amor benevolente, por el ser que poseen. La actitud frente a la persona
(cualquiera que sea) es la de respeto.
Para vivir una vida plenamente humana, cada hombre debe tener un
ordenado amor hacia sí mismo y hacia las demás personas. Un respeto de la
propia dignidad y de la dignidad de las demás personas. Este respeto
significa querer y procurar el bien para todas las personas (sea la de uno
mismo o la persona de otro, sean cercanas o lejanas) con independencia de
cualquier circunstancia accidental (edad, color, raza, condición socio-
económica, cultura, carácter, etc.); y en nuestras decisiones y en el trato
con todos, considerar siempre en primer plano que cada persona vale más
que todo el Universo.
Por encima de las personas creadas está Dios. Dios no sólo es fin en sí
mismo, sino que más aún es el fin último de todas las personas y las cosas
del Universo. Por este motivo, tanto las cosas como las personas están
subordinadas a Dios. En la práctica, esto significa que el máximo amor de
nuestro corazón y el más intenso, no corresponde a ninguna persona
creada (ni siquiera a nosotros mismos), sino a Dios. Y esto es justo y
necesario.
Este punto debe ser meditado: el amor a Dios no anula el amor a uno
mismo ni el amor a los demás, sino que pone estos amores en su lugar, de
modo que no ocupen el lugar de Dios. Y al ponerlos en su lugar, el amor de
Dios hace más perfecto, limpio e intenso el amor a uno mismo y el amor a
los demás.
II. Despersonalización
2.1 Cosificación
Significa un modo de pensar y una actitud que reduce al ser humano a una
“cosa”. Es decir, es la actitud de quien entiende a la persona y la trata
como una cosa más entre los seres del mundo material.
Tal actitud se puede tener respecto de uno mismo y respecto de los demás:
mi cuerpo y mi vida son una “cosa” a mi disposición según me parezca, y lo
mismo el cuerpo y la vida de los otros, tanto más cuanto el otro no pueda
defenderse.
2.2 Masificación
Ejemplos de masificación
las acciones de servicio al bien común (incluso sin son obligatorias) que no
supongan una denigración de las personas involucradas) no pueden
llamarse “utilitaristas”, porque “servir adecuadamente a la sociedad y al
bien común” es una actitud y una acción que perfecciona a la misma
persona que lo realiza (el hombre es social por naturaleza)
3.1 Ignorancia:
3.2 Superficialidad:
¿Qué significa esto? Significa “quererse a sí mismo” como algo que uno en
realidad no es, y por tanto, quererse con un amor desordenado.
Si uno se ama a sí mismo como si sólo fuera un animal más, buscará para sí
como bien principal los bienes sensitivos (propios de los animales): placer,
descanso, protección (es decir, sexo, comida, bebida, techo y abrigo).
La persona humana posee una dignidad muy alta, un valor superior, que
debe respetar en sí misma y en los demás. Pero para todos es evidente que,
muy a menudo, los hombres no tenemos en cuenta nuestra dignidad, y nos
vemos y nos portamos como lo que no somos: como irracionales, como
objetos o como “ovejas” de un rebaño mal conducido.
Visión utilitarista :Es una manera de pensar y de actuar, por la cual una
persona o una institución ve a las demás personas o grupos como meros
“instrumentos útiles” para determinados fines ajenos o contrarios al bien
de esas personas o grupos. Y así los trata. La visión utilitarista del hombre
implica la despersonalización porque se mira a las personas no como “fines
en sí”, sino como meros “medios” o “útiles” para fines ajenos al bien físico o
moral de esas personas.