Sie sind auf Seite 1von 3

Si Jesús fuese Alcalde”

POSTED ON 27 MARZO, 2015 BY UNIVERSIDAD CRISTIANA LOGOS

En el libro: “Si Jesús fuese Alcalde” de Bob Moffitt, presenta la forma magistral y concisa lo
que pude ser la iglesia de Jesucristo, si ésta llevase a cabo la agenda de Dios en el mundo
en su totalidad. La iglesia está llamada a ser un agente de transformación y cambio en
medio de las comunidades donde se desempeña pese a las circunstancias adversas que
pudiere confrontar.

El autor como un modo de introducción comienza relatando su propia historia de cómo él


se encontró en una travesía que literalmente le llevaría a un largo viaje de nuevos
descubrimientos espirituales. Descubrió que Dios tiene una agenda para operar en el
mundo muy distinto del modo que la iglesia lo ha entendido tradicionalmente. Se dio cuenta
que el evangelio de Jesucristo se trata de algo más que proclamarlo con palabras, debe
demostrarse con acción. Entendió que la iglesia necesitaba involucrarse en las
necesidades de las comunidades no importando dónde se encontrara, si realmente iba
ganar a las gentes para Cristo.

Relata cómo se enroló por dos años con el Cuerpo de Paz en Malawi, África. Estando en
África se dio cuenta que los misioneros que allí habían estado aunque habían hecho un
buen trabajo con las comunidades realmente no habían sido cambiadas. Cuando hubo
terminado su servicio con el Cuerpo de Paz, cuenta y cito sus propias palabras: “Después
de mi servicio con el Cuerpo de Paz comencé lo que fue una búsqueda de casi dos años
para entender las misiones y mi papel en ellas. Viaje en motocicleta a través de casi toda
África subecuatorial, donde conocí y pase tiempo con muchos misioneros. En este viaje
conocí a dos jóvenes africanos, los cuales se han convertido en mis hermanos de toda la
vida. Ellos ahora son líderes cristianos en sus propios países”

Su estadía en el seminario fue muy confortante, ya que él dice que el seminario animaba a
los estudiantes a involucrarse en el ministerio a la comunidad y con la pasión que le
caracterizaba se puso en acción inmediatamente; organizando un programa nuevo para
proveer asesores para jóvenes infractores de la ley en lo cual tuvieron bastante éxito, pero
querían que iglesias locales se involucrasen en esta tarea, pero tuvieron muy pocas
respuestas. Esto lo entristeció y como el mismo relata y cito: “Tratamos desesperadamente
de involucrar creyentes de las iglesias pero con poco resultado. La necesidad era tan
grande que, en contra de nuestro deseo, aceptamos estudiantes no cristianos que nos
rogaban poder participar. Nuestro programa creció y se convirtió en un modelo nacional,
debido principalmente a que personas no creyentes estaban dispuestas a dar apoyo y
amistad a jóvenes necesitados”.

A pesar de este tremendo éxito, el autor cuenta que estaba profundamente desilusionado
con la iglesia y confiesa que no quería ver nada con personas que hablaban de amor pero
que no querían ayudar a jóvenes con problemas. Y dice que llegó hasta sentir ira contra la
iglesia hasta que escuchó al Señor hablarle, y cito lo que el autor escribe: “En medio de mi
ira y frustración, Dios me habló. Por medio de la palabra y la oración me dijo: “Bob esta es
mi iglesia, mi novia. Aun con todos sus defectos, yo la amo y di mi vida por ella. Hasta que
no la ames con mi amor no podré usarte para ayudarla a convertirse en lo que intento que
ella sea”.

Esto lo llevo a cambiar su posición y sus sentimientos en cuanto a la iglesia. Y se dio


cuenta que su misión era ayudar a la iglesia a reclamar su herencia. Con esto en mente se
unió a la Fundación contra el hambre. Más tarde, en 1981 fundó una fundación con el
nombre de Harvest. Con esta fundación se asociaron muchas sociedades de iglesias,
organizaciones cristianas, entre otras que pudieron llevar a cabo una obra monumental.
Pero enfrentaron dificultades cuando los que se habían involucrado en esta magna obra,
sus líderes comenzaron a competir entre ellos mismos por el control del dinero que les
llegaba de la iglesia asociada en Norte América. A raíz de este problema surgieron muchos
otros conflictos, que llevo Bob y la directiva y todo el equipo de Harvest en 1981, a buscar
al Señor en oración para que les diera dirección. Y Dios le contestó. Y cito lo que el relata
al respecto: “Nuestro enfoque sería la iglesia local, no otras organizaciones, y empezamos
a alejarnos de proyectos basados en recursos fuera de la comunidad. Comenzamos a
concentrarnos en entrenar a los líderes de las iglesias locales y sus congregaciones,
acerca del mandato bíblico de manifestar su fe en palabra y acción, comenzando con los
recursos locales”.

Con renovadas fuerzas, y fervoroso espíritu él y todo el equipo de Harvest pusieron mano a
la obra y comenzaron un trabajo con las iglesias locales de cinco países de América Latina
y del Caribe, con resultados emocionantes. El trabajo trajo como resultado una buena
cosecha de almas, que llegaron al conocimiento de Cristo por la demostración de amor de
la iglesia.

Su labor a favor de la iglesia continúo con grandes logros. La fundación Harvest por
invitación de la fundación “Juventud con una misión” (JUCUM) entrenaron a sus
estudiantes enrolados en el desarrollo comunitario. Y así sucesivamente a través de los
años colaboraron con diferentes organizaciones en pro del bienestar de las comunidades
alrededor del mundo.

Das könnte Ihnen auch gefallen