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Historia de Santa Bárbara

Cuando se dio la fundación española de Quito, los colonialistas españoles deseaban


realizar un templo religioso para honrar a su “patrona de las luchas”, imagen para imponer
sobre las creencias de los habitantes colonizados

En los años de 1566 a 1576 en el sector de en la calle García Moreno y Manabí, se


ubicaron el primer grupo de religiosos Agustinos y los primeros jesuitas que llegaron al
Ecuador, con las casas reales, los familias y las casas de los conquistadores más
importantes, en este sector se realizaron las primeras misas de los españoles

En 1581 los padres agustinos obtuvieron un solar en una de las zonas más tradicionales
del Quito hispánico; localizado al occidente de lo que fue la quebrada de Pili huaico o de
Sanguña. En 1586 es finalmente construida la iglesia parroquial de Santa Bárbara con un
estilo neoclásico, cabe destacar que es una de las primeras iglesia de la ciudad, entre los
años 1586 a 1589 alojaron a los jesuitas en esta iglesia, quienes acababan de llegar por
primera vez a América.

La infraestructura de esta joya arquitectónica de la ciudad tuvo problemas con los sismos
de 1987. Por eso, es uno de los templos en donde se hizo necesario una intervención de
especialistas para la reconstrucción y consolidación estructural de los muros, conservando
los mismos diseños estructurales. Del templo originalmente construido solo quedas las
bases.

Sobre la plazoleta, de características sencillas, los españoles colocaron, desde inicios de


la época colonial, una pila a la que llegaba agua de un viejo canal prehispánico.

Junto a la Iglesia se erigió una cruz de piedra a la que siguieron otras seis delante de cada
templo de esta calle, ubicadas a lo largo de actual García Moreno, lo que tradicionalmente
hizo que se la conociera como la calle de las siete cruces.

Actualidad de la iglesia

Santa Bárbara tiene un diseño del siglo XIX, que muestra elementos neoclásicos, gracias
al trabajo realizado por el arquitecto Juan Pablo Sanz en 1892. Su fachada está pintada de
celeste intenso, color típico de las construcciones de esta época.

Su Plazoleta contiene pisos de piedra, la pileta está siendo reconstruida por el Municipio
de Quito y está ubicada en la esquina sur de la iglesia. Este es un lugar frecuentado por
ancianos y visitantes en busca de paz y tranquilidad, pues sus árboles y palomas
proporcionan un ambiente acogedor.

"Tiene poca afluencia de público, por la cantidad de iglesias que existen a la redonda,
asisten unos 100 fieles al día, que es una pena porque la iglesia es muy bonita", afirma
Wilson Morales, el Párroco de la iglesia.

Pero los exteriores del atrio están abandonados, por las noches la parte trasera es usada
como dormitorio de vagabundos que dejan el lugar sucio y lleno de basura.

Anexos

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