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Sebastian Asensio publicó una nota.


Si sigues inhalando por la nariz y exhalando por la boca debes leer esto
A todos nos han dicho alguna vez que se debe inspirar por la nariz y espirar por la boca. En realidad no es que haya una manera correcta de hacerlo,
todo depende de la persona, la intensidad del ejercicio y el grado de entrenamiento.
Cuando corremos por encima de un ritmo suave es normal que cueste respirar sólo por la nariz; el organismo necesita mucho oxígeno para mover los
músculos y respirar por la nariz es insuficiente, de ahí que se sienta la necesidad de inspirar y espirar mediante nariz-boca y sea algo totalmente instintivo
y normal.
Es cierto que inspirar por la nariz aclimata y limpia el aire antes de llegar a los pulmones pero cuando a los músculos les falta energía poco le importa la
temperatura del aire o las partículas que lleva, sólo quiere aire y más aire. La resistencia al flujo aéreo por la nariz es tres veces mayor que la que ofrece
la cavidad oral.
Por eso, cuando se requieren grandes ventilaciones pulmonares, como ocurre al correr, la respiración es a través de la boca principalmente, y no a través
de la nariz porque resulta menos costoso y más conveniente.
Otra aspecto importante es que serán más efectivas las respiraciones profundas, ya que cuando inhalamos una gran cantidad de aire, usamos más sacos
de aire en nuestros pulmones, lo que nos permite admitir más oxígeno para alimentar nuestros músculos.
Por tanto, cuando corremos deberíamos concentrarnos en respirar lenta y profundamente, más que hacer respiraciones superficiales. Si lo hacemos de
esta manera, notaremos que el esfuerzo que hacen nuestros pulmones en una carrera o entrenamiento disminuye, lo que se traduce en ser capaces de
correr más distancia antes de que nos llegue el cansancio.
Respiración diafragmática durante el ejercicio:
El músculo diafragma es el protagonista junto con los intercostales para expandir la caja torácica a nivel de las últimas costillas ya que tienen mayor
movilidad y permiten el ingreso de una mayor cantidad de aire.
Durante la inspiración (1), debemos contraer el transverso del abdomen para aumentar la presión abdominal, seguidamente contraemos el diafragma
que a modo de campana se abre y desciende, expandiendo la caja torácica en su zona mas baja, el pecho se proyectará hacia arriba y hacia delante.
El aire entra muy deprisa en los pulmones para llenar el vacío resultante. Al relajar los músculos diafragma e intercostales (2), el diafragma vuelve a
su posición original curvándose hacia arriba, las últimas costillas se cierran y el aire se expela.
Este tipo de respiración permite mantener contraído en todo momento a los músculos abdominales, sobretodo al transverso, lo que supone una
gran ventaja mecánica y de protección durante acciones motrices donde se necesite transmitir fuerzas a través de la columna o mantener una
estabilidad del tronco.
Adaptaciones al ejercicio
Durante el ejercicio se produce un aumento de la ventilación, los pulmones se expanden al máximo y con una frecuencia también mayor.
La ventilación puede aumentar desde los 5 l/min. en reposo hasta 200 l/min. en ejercicio máximo, representando un aumento de 35 veces su valor.
A largo plazo se producen cambios se produce un aumento de la superficie respiratoria, ampliación de la red capilar pulmonar y mejora de la
capacidad difusora alveolo-capilar. Como resultado la capacidad vital puede aumentar hasta 2 litros.
Fuentes: SportLife.es / PlanetaRunning.com

19 de julio de 2014 a las 22:42 · Público

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