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Identificando su Tipo Básico de Personalidad

El aplicar estos conceptos a usted mismo los concretará más. ¿Cuál de los
siguientes nueve roles le calza mejor la mayor parte del tiempo? o dicho de otra
manera, si usted fuera a describirse en una palabra,
¿Cuál de las siguientes palabras lo caracterizaría mejor?

9 El Pacificador
8 El Líder
1 El Reformador
7 El Generalista
2 El Ayudador
6 El Lealista
3 El Buscador de Status
5 El Pensador
4 El Artista

Ahora vamos a expandir estas descripciones de una palabra. Lea las siguientes
descripciones de cuatro palabras para ver si aún se siente cómodo con el tipo con
el cual se ha identificado tentativamente. Tenga presente que estos rasgos son
meramente aspectos notorios y no representan el espectro completo de cada tipo
de personalidad.

El Dos es cariñoso, generoso, posesivo y manipulador.


El Tres es seguro de sí mismo, competitivo, narcisista y hostil.
El Cuatro es creativo, intuitivo, introvertido y depresivo.
El Cinco es perceptivo, analítico, excéntrico y paranoide.
El Seis es amable, cumplidor, dependiente y masoquista.
El Siete es una persona realizada, impulsiva, excesiva y maníaca.
El Ocho es confiado en sí mismo, enérgico, combativo y destructivo.
El Nueve es pacífico, reasegurador, pasivo y negligente.
El Uno es una persona de principios, ordenada, perfeccionista y castigadora.

Ahora examinaremos las principales ventajas y desventajas de cada tipo para


descubrir por qué cada uno está en la Tríada del Sentir, del
Hacer o del Relacionarse. Aunque las siguientes breves descripciones aún son
simples, vea si el tipo de personalidad que ha escogido tentativamente todavía le
calza. Si no es así, considere la siguiente posibilidad más probable.

En la Tríada del Sentir: Tipos de Personalidad Dos, Tres y


Cuatro
Estos tres tipos de personalidad tienen ventajas y desventajas en común que se
relacionan con sus sentimientos. Cuando estos tipos son sanos, sus sentimientos
son el foco de lo que es admirable en sus personalidades, permitiéndoles
convertirse en individuos altamente valorados por sus cualidades interpersonales.
Sin embargo, cuando son malsanos, sus emociones están en desequilibrio de una
u otra manera.
Las fortalezas de los Dos sanos resultan de la capacidad de sustentar sentimientos
positivos hacia los demás. Los Dos sanos son compasivos, generosos, amorosos y
considerados; hacen grandes esfuerzos para ayudar a la gente. Sin embargo, los
Dos promedios son posesivos y controladores. Desean ser queridos, pero se
inmiscuyen demasiado en la vida de los demás. Y los Dos malsanos se engañan
respecto a la presencia de sus sentimientos negativos, especialmente la agresión.
Desean que los demás los consideren amorosos y buenos todo el tiempo, aun
cuando manipulan a la gente y actúan con egoísmo.

Las fortalezas de los Tres sanos incluyen la capacidad de adaptarse a los demás.
Los Tres sanos aprenden rápidamente qué los hará atractivos y deseables. Son
capaces de motivar en los demás el deseo de ser como ellos, porque son
genuinamente admirables en alguna forma socialmente valorada. Los Tres
promedios, sin embargo, son los que están más fuera de contacto con sus
emociones y con su individualidad.
Son camaleones que proyectan una imagen que los demás van a aplaudir. Los Tres
malsanos se tornan hostiles y extremadamente maliciosos si no obtienen la atención
admirativa que desean. Las fortalezas de los Cuatro sanos incluyen una
autopercatación intuitiva.

Los Cuatro sanos son muy directos, revelando y comunicando sus sentimientos en
formas que permiten a los demás contactarse con sus propias emociones. Sin
embargo, los Cuatro promedios se percatan demasiado de sus sentimientos,
especialmente los negativos, retrayéndose de los demás y viviendo demasiado en
su imaginación. Los Cuatro malsanos están extremadamente deprimidos y
alienados de los demás, atormentados por dudas de su propia capacidad y odio a
sí mismos. Se tornan suicidas cuando ya no pueden encarar la realidad.

Los Dos, Tres y Cuatro tienen problemas comunes con la identidad y la hostilidad,
que descargan ya sea sobre sí mismos o sobre los demás, dependiendo del tipo de
personalidad.

En la Tríada del Hacer: Tipos de Personalidad Cinco, Seis y


Siete
Estos tipos tienen ventajas y desventajas comunes que se relacionan con el hacer.
Cuando estos tipos son sanos, su capacidad de lograr cosas es inigualada por los
otros tipos de personalidad: frecuentemente son responsables de notables logros
prácticos o científicos. Sin embargo, cuando son malsanos, su capacidad de actuar
está en desequilibrio de una u otra manera.

Las ventajas de los Cinco sanos los hace el tipo de personalidad más
profundamente perceptivo. Los Cinco sanos son extremadamente conocedores de
algún aspecto de su ambiente y son capaces de dar soluciones brillantes, originales
e inventivas a los problemas. Sin embargo, los Cinco promedios desean total
certeza antes de actuar, así que piensan tortuosamente todo antes de hacer
cualquier cosa, atascándose más bien en el pensar que en el hacer. Como resultado
de pensar demasiado, los Cinco malsanos se crean más problemas que los que
resuelven porque se han aislado tan completamente de la realidad. Son incapaces
de saber qué es real o irreal, verdadero o falso.

Las fortalezas de los Seis sanos incluyen la capacidad de establecer intensos


vínculos emocionales con los demás. Cuando los Seis sanos actúan, resulta bueno
para todos. Se comprometen con los demás, son amigos leales y fieles y buscan
las mismas cualidades en los demás. Los Seis promedios, sin embargo, buscan
demasiado fuera de sí mismos “permiso” para actuar de una figura de autoridad o
sistema de creencias que les diga qué hacer. Inseguros de sí mismos a menos que
la autoridad esté de su parte, de todas formas sienten que deben imponerse frente
a la autoridad para demostrar su independencia. Los Seis malsanos sucumben a la
angustia y a sentimientos de inferioridad e inseguridad, causando en forma
autodestructiva precisamente las consecuencias que más temen.

Las ventajas de los Siete sanos incluyen la capacidad de hacer muchas cosas
excepcionalmente bien. Los Siete sanos son muy entusiastas por el ambiente,
volviéndose extremadamente versados en una amplia variedad de actividades. Sin
embargo, los Siete promedios se exceden en todo en una interminable búsqueda
de nuevas sensaciones, aunque, irónicamente, cuanto más hacen, menos
satisfechos están. Desean ávidamente más de todo para no sentirse privados. Los
Siete malsanos se vuelven egocéntricos, exigiendo que los demás cumplan sus
caprichos. Se convierten en escapistas disipados y pierden el control
compulsivamente.

Los Cinco, Seis y Siete tienen problemas comunes con la inseguridad y la angustia,
que manejan en diferentes formas, dependiendo del tipo de personalidad.

En la Tríada del Relacionarse: Tipos de Personalidad Ocho,


Nueve y Uno
Estos tres tipos de personalidad tienen ventajas y desventajas comunes que
comprenden el relacionarse. Cuando son sanos, estos tipos se relacionan
excepcionalmente bien con su ambiente y con los demás, a menudo como líderes
de una u otra clase. Sin embargo, cuando son malsanos, están en desequilibrio con
la forma en que se relacionan con el mundo y los demás.

Las fortalezas de los Ocho sanos se basan en el considerarse más poderosos que
el resto de la gente. Pueden utilizar su inmensa confianza en sí mismos, valentía y
capacidades de liderazgo para inspirar a otros hacia grandes logros. Los Ocho
promedios, sin embargo, tienden a dominar todo en el ambiente con demasiada
agresividad, ya que sólo se ocupan de su propio interés y no respetan los derechos
y necesidades de los demás. Los Ocho malsanos se relacionan con su ambiente
como abusadores y tiranos, destruyendo cruelmente a cualquier persona y cosa que
se interponga en su camino.

Las ventajas de los Nueve sanos se basan en la capacidad de identificarse


íntimamente con una persona o creencia. La receptividad, optimismo y serenidad
de los Nueve sanos son reaseguradores para los demás, permitiendo a éstos
florecer porque los Nueve crean una atmósfera armoniosa para todo el mundo. Sin
embargo, los Nueve promedio socavan su propio desarrollo (y su capacidad de
encarar la realidad) idealizando demasiado al otro —ya sea una persona o una
abstracción. Y los Nueve malsanos se tornan peligrosamente fatalistas y
negligentes al aferrarse a lo que se ha convertido en poco más que ilusiones acerca
de la realidad de la cual se han disociado.

Las fortalezas de los Uno sanos incluyen la capacidad de relacionarse


objetivamente con el ambiente. Los Uno sanos son razonables, equitativos y
concienzudos, guiados por principios que les dan una conciencia fuerte y un claro
entendimiento del bien y el mal. Sin embargo, los Uno promedio están en
desequilibrio con sus emociones, que tratan de controlar demasiado. Se esfuerzan
por conseguir nada menos que la perfección absoluta, encontrando difícil aceptar
cualquier cosa tal como es, porque siempre puede ser mejor. Los Uno malsanos
son intolerantes y farisaicos, obsesionándose con el mal que encuentran en los
demás, mientras ignoran sus propias acciones contradictorias. Pueden ser crueles
y despiadados con los demás.

Los Ocho, Nueve y Uno tienen problemas comunes con la represión y la agresión,
que manejan en diferentes formas, dependiendo del tipo de personalidad.

El Continuum de Rasgos

Hay una estructura global para cada tipo de personalidad. Como usted verá, el
análisis de cada tipo comienza con una descripción de sus rasgos sanos, luego
presenta sus rasgos promedio y después sus rasgos malsanos. Esa estructura es
el Continuum de Rasgos que forma el tipo de personalidad.

Para entender en forma precisa a un individuo, uno debe percibir no sólo su tipo
básico y ala, sino que también dónde se encuentra la persona en el Continuum de
Rasgos del tipo básico de personalidad. En otras palabras, uno tiene que
diagnosticar si la persona es sana, promedio o malsana. Esto es importante porque,
por ejemplo, dos personas del mismo tipo básico de personalidad y ala serán, no
obstante, significativamente diferentes si una de ellas es sana y la otra malsana.
(También es importante dónde se encuentra una persona en el Continuum de
Rasgos de su ala, pero ya que esto puede ser difícil de percibir, no lo voy a enfatizar
acá).

El concepto de un “continuum” de la personalidad no es académico; es algo que


utilizamos intuitivamente todos los días. Una de las cosas que sin duda hemos
notado acerca de nosotros mismos (y los demás) es que constantemente estamos
cambiando —a veces para bien, a veces para mal. El comprender el concepto del
Continuum clarifica que cuando lo hacemos, estamos cambiando dentro del
espectro de rasgos que constituyen nuestro tipo de personalidad. En el capítulo
Pautas Avanzadas verá más acerca del cómo y el porqué nos movemos a lo largo
del Continuum.
El Continuum de cada tipo básico de personalidad se puede considerar como lo
indicamos más adelante en la ilustración del Continuum de Rasgos.
El Continuum comprende los Niveles de Desarrollo. Quizás le sirva pensar en el
Continuum como la escala gris de un fotógrafo, que tiene graduaciones del blanco
puro al negro puro con muchos matices de gris en medio. En el Continuum, los
rasgos más sanos aparecen primero, a la cabeza, por así decirlo. Al descender por
el
Continuum, progresivamente pasamos por cada Nivel de Desarrollo que indica un
cambio distinto en el deterioro de la personalidad hasta el negro puro de la neurosis
al final.

Hacia la Dirección de Integración


Sano
Promedio
Malsano
Hacia la Dirección de Desintegración

En resumen, hay nueve Niveles de Desarrollo dentro de cada tipo de personalidad:


tres en la sección sana, tres en la sección promedio y tres en la sección malsana.
Los rasgos que aparecen en cada uno de los Niveles de Desarrollo no son
arbitrarios; están ordenados en grupos en cada Nivel. Cuando lea la descripción de
cada tipo de personalidad, en efecto estará viendo algunos de los rasgos más
importantes de cada uno de esos grupos en cada Nivel a lo largo del Continuum
desde la salud hasta la neurosis.

El Continuum permite comprender cada tipo de personalidad como un todo,


proporcionando una estructura sobre la cual colocar cada rasgo sano, promedio y
malsano. También vale la pena entender el Continuum, porque sólo desde su
extremo sano somos capaces de movernos hacia la Dirección de Integración, tal
como sólo desde su extremo malsano nos deterioramos hacia la Dirección de
Desintegración. En otras palabras, debemos sanarnos antes de poder integrarnos
más, al igual que tenemos que estar neuróticos antes de poder deteriorarnos hacia
estados limítrofes, la sicosis o la esquizofrenia. No podemos simplemente saltar de
la neurosis a la integración —o de la salud a la neurosis instantánea. La integración,
como la desintegración, es un proceso que toma tiempo lograr. Podemos aprender
a ser sanos al igual que, de diferentes maneras y por diferentes razones,
aprendemos a ser malsanos.

Descripciones Completas de Cada


Tipo a Partir de la Página 64 del Libro

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