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La trasmisión del colorido en el hombre, en trario , creo sinceramente que la herencia delco·
las plantils y en los anim11les, y de és tos últimos lor es única para todas lns especies creadas. ve-
y de forma especi11l en los domésticos, inOuencill- geta les y animales, y que en todas ellas se des-
dos por la humanidad desde tiem pos prehistóri - envu elve POr principios rfgidos que no le permi-
c os, h a sido tal vez el punto más profusa e in - ten sobrepasar cierto grado de nuctuación, y que
tensamente est udiado en Genética; sin em!Jar go, sólo la mano del hombre en milenios de in ter-
no por ello se encuen tra po r completo y final- ve nción c11prichosa y a fuerza de hibridaciones
men te d ilucida do. A pes11 r de las incensantes in- y cru zamientos desordenados ha podido entre-
vestiga ciones experimentales llevadas a cabo mez.clar y aparentemente confundir ; pero, no
por los más insignes profesores, la doctrina de obs tante, a través del tiempo se muestran "in-
la trasmisión hereditaria del color no sólo c are- cól umes w sus principios, siguiendo las ,;,is-
ce de la un ifo rmidad debida, sino que dirigida mas leyes de ordenación desde que la vida exis-
por planes de investigación restringidos, encau- te sobre la tierra.
za dos en todo momento a poner de relieve si tal E j emplo de ello es la persistente trasmisión
o cual tonalidad se compor taba recesiva, domi- hereditaria, dentro de muy estrechos límites fluc-
nante o in termediariamenle 11nle otr11 coloración, tuantes. del colorido en las especies salva jes no
ha sido la causa de que el confusionismo origi na - in tervenidas por el hombre, y ejemplo de ello
do sea tan g ra nde como el núm ero de coloracio- también lo encontramos en el confusionismo de
nes existentes. Ello h11 d11do lugar a que el color l¡¡s diferentes tonalidades de capa en nuestros
que p11r11 un investigador se muestra recesi vo en animales domésticos. a partir de la coloración
determinadas especies, para otro experimentador primitiva, siempre en proporción directa al gra-
sea dominllnte en otro grupo especmco ; que aun do de su utilización por el hombre y periodo de
dentro de la misma especie, en diferentes razas, domesticación.
ocurra lo propio, y que a favor de este confu- Para que esre trabajo tenga suficiente base
sionismo se hag<Ht interveni r compli cado núme- científica. que nos permita llegar al convenci-
ro de factores génicos e innumerables teorfas, miento de la necesidad de acciones de estudio
que tratan de explicarnos tanra form11 di ferente uniformes a partir de hechos concretos, he cref-
en una simple trasmisión h eredi taria. do conveniente dividirlo en dos parles perfec ta-
Esta forma incongruente de comportarse una m ente delimi:adas en su contenido. Correspon-
misma tonalidad in terespecíficamente y aun en tre de 11 la primera , que puedo llamar •de prepara ·
diferentes razas , o , expresado con mayor clari- ción o meramen re recordaloria•, la teorla ffsica
dl!d, esta forma de ser admitida la diferente ma- del color y su concepto fisiológico; para, inme-
nera de comportarse un mismo color en su tras- dia tamente, y haciendo de lodo ello unidad de
misión hereditaria, no la comparto. Por el co n- doctrina, llegar al aspecto fundamen tal de la
•
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herencia del color o leoria gené lic~. no ~in anles raleza , y j un ios, el blanco y el gris. Esros colo-
inlenlar el esbozo de las coloraciones primilivas res fu ndamen láles son : el rojo anaranjado, el
en l a~ di feren les especies de animales explo- verde y el ozul violado.
rados. Aplicad11s esras cutJiidades ffsicas de los co-
lores fundamen lales a las col ora ciones en gene-
Las coloraciones desde
el punto de vista físico.
Recordemos que, a par lir de la descomposi-
ción de la luz blanca por el prisma, produciendo
la banda coloreada o especlro solar, los físicos
dan del color, después de somererlo a derenido
análisis experimenlal y malemálico, un concep-
lo esencialmenle dinámico; lo definen como la
ondulación del éler o de una subslancia impon-
derable, conlinua y sulil que penelra hasla los
mismos in lerslicios moleculares. E~las ondas
microscópicas que se lrasmilen por lodo el es-
pacio de forma lransversal y a la velocidad apro-
ximada de 300.000 kilómelros por segundo, son
diferenles en dimensión para cada uno de los co-
lores percibidos por nuesrra relina: Omicras. 620
para el rojo claro; O micras, 512 para el verde;
Omicras, 475 para el azul, ele.
De la misma manera, no lodos los colores por
nosorros percibi.dos se comporlan fisicamenre
CoRTE Lo~crTUOINAf. nF tA 1~ 1\I Z or. UN
igual. De lo~ colores producidos por el especrro
P t LO.
.r-··.. __
: G ', M. suhSl3 ncla mcdular.-R, subsc:mcia
_// ' ........... corticol.- c, cu11culo Jd pclo.-g. folrcu-
. ..
_/
....
--- lo plloso.-P, paplb del pelo.
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,
acción del fermento o su intensificación y por
la manera imperfecta de actuar. se produce la
. ' debilitación y ausencia del brillo y la decolora-
1
. ción de •capas» en nuestros animales dom ~st i
1
cos, mucho liemí O antes de que sobrevenga la
....' normal caída o •muda• del pelo; o bien la inlen·
silicación pigmentaria, y con ella el brillo acen-
Equus Gn1el tn l o Torp.1n; formo prfmilfvo o:ros1énlca de co-
tuado en la tonalldl:d, cuando se somete a los
lo ración wrisácca con fr:~nJ:t ennegrecida o de mayor ilcúmulo animales a un cuido esmerado en el que se les
pigmenr:~rio a lo largo dd dorso; c rJnera, igualmente obscure· dota de superabundante alimentación, y con ella
cida e Inhiesta. de los aminoácidos precisos, limpieza y tempera·
lura adecuada. Esta tonalidad brillante de las ca·
i nsoluble en agua y solventes grasos o ácidos, pas, se hace depender en algunos textos de Ge·
cuyas propiedades más pri ncipales son la de de- nélica de la acción de «factores de intensifica·
colora r se gradualmente, y la de absorber las ción o de refuerzo», cuando en verdad depende
ondas luminosas. en su mayor parle de factores ecológicos.
Su origen bloqufmico se debe a la presen- En las condiciones anteriormente expuestas,
cia de un fermento oxidan te abundante en los sobreviene la formación del pigmento melánico;
melanoblaslos y tejidos pigmen tados, y ausente pero no en forma constantemente uniforme para
totalmente en las individualidades albi n a::~: la todas las especies o para cada una de las regio-
dopa-oxidaxa, que al actuar sobre la dioxife ni la- nes corporales del mismo animal, sino al contra-
lanina o sobre la tiroxina, da lugar a la mela- rio , en concent raciones diversas y de tal modo
nina , aunque desde luego es natural y se ordenadds que producen la inmensa variedad de
admite que o tros aminoácidos, como la ti-
ramina, etcétera, pueden convertirse por el
mismo procedi miento en idén tica substan-
cia pigmentaria.
E n síntesis: para la formación de mela-
nina y consiguiente coloración del hombre,
o de la «capa» de los animales que explo-
tamos, necesitan encon trarse presentes etl
el citoplasma de los elementos celulares
apropiado:~, por una parle, fer mento espe-
cífico o dopa-oxidaxa; por otra , la cantidad
de aminoácidos precisos, y siempre, el q ue
concurran en dich o acto las condiciones
precisas a toda acción fermentativa , entre
Aurochs o Uro pnmllh·o. form3 onos1én lca primaria en la especie bovl·
las qu e destaco el pH y la temperatu ra.
na que, CODO el Equus Gmd inf, os1emaba colorali~n gns pardusn
Esta úllima es de acción tan i mportan- (presencia ¿e melanina tn diversos srados de concentración) y exrrmos
le, como se deduce de la necesidad de negros.
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ZOOTECNIA
a nteriores, bien en pequefilsimas porciones cutá- duciendo los «píos» y «berrendos» en sus diver-
neas, en las que pred omi narían una u otra forma sas tonalidades.
para dar la totalidad de g radaciones de las •ca- Ese grado de clasificación de las •capas• o
pas • tordas o grises, bien por zonas más am- ton alidades, por grodos de mayo; o menor po-
plias, netamente separadas y colindantes, pro- der ll bsorbenle, sería el siguiente:
ONDAS Lu;~~.u~osA s
COLORACION Oll ~ A R!ORSE ONDAS LU~ii NOSAS CAR ACTER I~TICAS Y COMPOSICION
~- =~
PeriiMumule
QUE IRRADIA DE LA CAPA
~o umo~ HÓV!OOS Cc, ~O IAI Upl
- --
1'\rgro.
Cosraño.
Aloz5n.
-
Bayo.
Mohí no
Castaño.
Colorado.
Rubio.
Joboncro.
Todas
Azul.
Azul.
Azul.
Azul.
Todas.
Todas.
Azul.
.Azul.
Todos.
1\in~una.
Mczda de rojo y
Mczc!o de rojo y
Mczda de rojo y
Mezcla dr rojo y
verde.
verde.
verde.
verde.
1 Toca:menu:
"''"''~· ...
TOlalmeme ntgríl t:'n dtYCr:tas grndacionc,.
Absorbidas unas o ndas luminosas e irradia- A es1os efectos hemos de recordar que nues-
das o tras en variadfsimas pro porciones de com- tra re1ina es incapaz de perci bir iodos los colo-
binación y long itu d . se produce la diversidad de r es del espectro real; es decir, que mientras el
co lo~acio n es que denominamos • capas> en los espectro visible se extiende desde las vibracio-
ani males domésticos, q ue a l ser recibid<ls por nes del rojo obscuro (O micras, 700) hasla lns
la re1ina provo can los fenómenos caracterfsli- del viol~do (O micras, 400), el real conlinúa más
.;os de la visión. allá del rojo, produciendo la coloración infrarroja
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p:t
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y más allá del violado, produciendo la ulrravio- luz corno un se nsibilizador, absorbiendo las on-
leta; colores ambos completamente invisibles das luminosas comprendidas entre O micras, 700
paro nosotros; el primero porque carece de ac- y O micras, 400 de longitud , provocando como
ción sobre la retina, y el segundo porque todos f~nómen o general la 1€Sonancia debida; es decir,
los medios del ojo, pero más especialmente el reper cusiones de aquellas moléculas que tengan
cristalino, absorben en gran parte las vibracio- el poder d e vibración igual al de la onda l umino-
nes menores de Omicras, 400. sa absorbida; luego si en lo que a su composi-
Esto nos indica que la relina del hombre se ción molecular se refiere, la rodopsina se en-
encuentra completamente adaptada a lns vibra· cuentra en debida correlación y perfectament e
clones luminosas necesarias al discernimlenro adaptada a l11s long iludes de o ndas luminosas
del mundo exterior; o dicho de otro modo: que del mun do exterior, y exi::~ te, por tanto, perfecto
entre el poder de absorción del complejo reti nia· acuerdo entre las vibrt~cio nes luminosas del es-
no y los ondas luminosas de la parte central del pacio y las m oleculares de la substancia pigmen-
espectro. con cuyas combinaciones se producen taria del apara to visual, se comprende bien
que la percepción por r eaccione~ químicas ade-
cuadas sea un hecho, sin necesidad de recur rir
a tres substancias diferen tes integrando el pig-
mento visual.
En síntesis y co mo resultado de los datos an-
teriores, se pudiera adm itir que la percepción de
la «capa> d e los animales que explotamos y la
del color ido en genewl, sigue el siguiente orden
en sus procesos:
1. 0 Absorción por el cuerpo coloreado- en
nuestro caso la mela nina-de cier tas o ndas lu-
minosas y, corno consecuencia, irradiación de
orras simples o en mezclas complejas.
~. 0
Las ondas luminosas irra diadas provo-
can en aquellas moléculas de la substancia pig-
M11cho cahrfo dt: b G.lllrzla Orienta!; actual renruenrante. de la
mentaria de la retina- púrpura v ism•l-de idén-
pl'lm:lrla Capra PrJsca qlle, como rodas las fo;mas ortost~nlcas tica vibración, el efecto de resona ncia debido.
~nmm l es, posela ¡, cMsic~ coloración grisáceo algo degradada 3.° Como consecuencia se produce n reac-
con extremos negros. ciones adecuadas que permiten que las o ndas lu-
minosas absorbidas, debidamente dializadas, se
las múhiples tonalidades de coloración Que en el lra nsformen en energía química, trasmitida en
mundo percibimos, exisre correlación exacta. necesarios impulsos nerviosos al C'er ebro.
Parriendo del princi pio indiscutible esra bleci- 4. 0 E l normal funcionamiento de la r efina
qo por la Ley de Grotth us y posteriormen te por requiere la rápida regeneració n de la púrpu ra vi-
Draper, de que la lu~. para que ejerza 5U acción, sual, hecho que se produce en ausencia de la
ha de ser previamente absorbida, no creo sea luz, y siempre por mediación del pigmento epi-
necesario, para explicar la recepción del colori-
do, admirir con Youn y Hering la existencia en (1) Young y llcring, admiten en !3 re:rina tres snbscam:ias
la púrpurd visual de tres substancias regenera- fotoqufmias sensibles a cada uno J~: los colores que se mue:srran
doras de los tres colores fundamentales (1). A como fundamen tales o dcmln::tntes; mlnlfestjndose adenuis por
estos efectos creo basta recordar que la rodop- Herins que la primera substancia (rojo·vcrdc) se descompondrro
por lo luz roJa y se regenerar{:¡ por b verde; la seglmda, se dcs-
sina, considerada químicamente corno la combi·
com?One por el amarillo y se rcgcra por d azul (subsrancra :~m.l
nación de un prótido simple con una carolina, rillo·azul), y la ttrcera se anula por la luz blanca (mezcla de los
~robable mente la carorina B, se conduce ante la <res colores) y se sintetiza en la obscuridad.
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guna, y ~egú n podemos deducir de la co ·
r relación existente entre siluetas y colora-
ciones actuales, la primera variación en la
tonalidad de la coloración grisácea primiti-
va, repetida con muy ligera fluctu~ción en
la tolalidad de especies y adaptada a una
silueta n~lamente ortoide.
En esta coloración ~alvaje-to rd a gri-
sácea obscura, con franja ennegrecida a lo
largo del dorso y extremos igualmente obs-
curos- del Equus Gmelini o Tarpan, y aun
del propio Drotorohippus venticolus del ter-
ciario; en el pelaje gris pardusco con ex-
tremos negros del Aurochs o Uro primitivo
En lo ""PC<Ie porcino, el Sus scrofo ferus, representome de lo formo prr.
maria rcctiltnl'Ol , ostl'rna ba igL•almentc colornción un.ifonnetneme gri s:icea. o del mismo Bos Drimigenius; en la colo·
ración grisácea del Musmón, con su clási-
telial o fermenro en él contenido, que a más de ca decoloración dorsal en forma de ensilladu-
ser abundante en vitamina A, se encuentr a con· ra, o en la blanquecina con exlremos negros y
tln ua mente in fluenciado, como la propia rodop· cuernos divergentes del Ovis Aries Sludery, de
sina, por el lóbulo anterior de la hipófisis i:ll li- Duers; en el pelaje blanco amaril lento de la Ca-
berar hormona melanórara . prél Prisca de Adamerz; en la tonalidad franca-
mente gris obscura del Sus scrofa ferus; y en el
Las coloraciones de los color gris- agouli de los textos de Gen ética-
del conejo salvaje, se encuentran justamente los
animales domésticos en elemenlos génicos necesarios a la ullerior Vdria-
la prehistoria. bilidad de coloraciones de nuestros animales,
condensadas en las tres siguienles que conside-
C reo inleresa nte hacer resaltar en este traba- ro más principales:
jo, aunque ello sea de forma concisa, la colo·
ración que n uestros animales do mésticos po·
seyero n en edades prehistóricas y que tan le-
jos se enc uen tran de las que oslenlan en la ac·
t ualidad.
Ello si n duda aclarar á alg-unos conceptos
y desde Juego nos ha de colocar en postura
ventaj osa para el disce r nimiento ac lual de su
trasmisión heredita ria.
Indudablemente an tes de que el hombre
apareciera sobre la tierra, la tolalidad de ani·
m ales que posleriormente domesticó para su
uso, habfao sufrido mu taciones idioplásmicas
alofdicas como resulmdo de un hecho biológi-
co de caracterísli ca especifica general: el de la
tendencia a la variación, que a su vez acarrea- Dibujo de caballo oslrío de las caballerizas de Sardanápalo V (647
años ames de N. S. J. C.). Esta, lo mismo que otras varias agrupa·
ba un amplio poder d e adaptación m ~sol ógica
clones caballares de la ml~m a zona de dispersión, repr~sentnn la va-
com pletamente n ecesario. riación celoide pr1 n1ariil, con clara tendencia 3 la posesión de colon-
Este hecho biológico de mutación aloídi- clones uniformes obscurecidas, alaz ~n principalmente, ostentadas en
ca y plástica, en general , ocasiona sin duda al - forma centrfpeta.
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!ática o recesiva como rellulta do de la ausencia de nas», etc., al encontrarse formadas, a más del co·
dicho pigmen to. Es decir, que en acue rdo perfecto lor fundamental negro o rojo, por zonas no pig-
de esta teoría con las ante riores. la trasmisión he- mentadas, lorzosamenle han de producir en toda
reditaria del color, teniendo en cuenta el grado de clase de cruzamientos capas no uniformes, debe
concen tración pigmentaria que lo produce y el seguir el proceso genético de dominancia o rece·
hecho de que les capas <<tordas u , «ruanas», • sebi- si vi dad siguiente para todas las especies:
COLOR Castaño.
Negr o .... Bayo. RECESIVO ante el tordo.
DOM INANTE '"b"· i Alazán.
Albino.
Se notará que he dejado de consignar en el d ebe seg uir el mismo orden de trasmisión que el
cuadro precedente diversas capas de ¡ranado color fu nda mental o uniforme de donde procede,
eq uino caballar, como «isa bela», «sabino», etcé- sino la propi~ característica de •pío» ál cruza rse
tera , que en defini tiva deben comporta•·se real- co n el cará cter de «uniformidad» de capa. Como
mente y por ::.u composición . como capas forma- esta característica de «berren do» forzosamenie
das por zonas en tremezcladas con o sin pigmen- ha debido produ cirse por variación idioplasmá-
tación, y por tanto en el mismo sentido que el tica, debe trasmi ti rse en forma independiente al
tordo y el overo . Ig ualmente el grado de domi- co lor , do mi nante o recesivamente, de acuerdo
nancia de las capas del ganado vacun o seguiría co n la forma de producirse la idiovariación . Lo
el mismo o rden. Es decir, negr o, casta ño , jabo- mismo he de consignar para la totalidad de •se-
nero, re tinto, colorado y rubio. El cárdeno sería ñales• trosmilidas siempre de forma indepen·
dom in ante sobre todas las co loraciones , y el diente.
ruano v sa lin ero obrarlan sobre el r esto de co- Veamos concisamen te si la correlación entre
loraciones en el mismo sentido que sus similares los conceptos esbozados existe, o en otro caso,
en el ganado equino caballa r. qué clase de confusionismos se desprenden de
De la misma manera, no hemos anotado la las i nvestigaciones realizadas hasta el día.
capa «pfa ·• o «berre nda • . ya q ue para esbozar
su tras misión hereditaria for zosamen te h emos La coloración en los equinos caballares.
de ten er en cuen ta no sólo el color d el pío o del D~e:
las innumerables experimentaciones que
berr endo, que ante iguales ca pas compuestas sobre la trasmisión hereditaria del color en el
Z O O T E C._ N:_:__:I..:.A_:___ __ _ _ _ __ _ _9:_:1_
rada en esla comunicación. Porque Krallinger , (1 ) Scs;ún mis experimentos y observaciones c:n el campo :mda-
en esas experiencias, no ha cruzado el blanco hu, dende se ~xptota profusamc nt~ el gan:1do (le raza 1:-lolandL-sa,
uniforme con el rojo uniforme o con el negro, y fun ~o :1 c:lb b ;tgrupac fón bovina lkrrcnda Andaluza, un3s ve-
sino el carácrer •capa «salinera» (blanco espu- CI!S en •I II."Yf O• )'otra~ en •colo rado., en la que co;¡ grJn frccucn·
cia las milnC:h ils (e esras co!oradcncs se acumulan en los planos
rreado de pelos rojos) con el colorado o con el
lattrales t.lel or~01nismo, m lcntrlS que el blanco Jnvaclc las reglo-
negro. En el primer caso bien pudiera sucede r nes dorsa l, del p<riné, brogadas. ventra l inferior r axibr, y don-
que el rojo empleado por Krallinger fuera el cas- Je a ~ lml:s mo es irecueme su unión con bóvidos eJe coloración
lu ño obscuro, con lo que la inlromisión de pelos un1forme, pudicro su~aenta rsc como prcmis:'l, qu e la trasmisión
negros de esla úllima capa es lo suficienre para hcrcdltarl:'l de 13 característlcn •berrendo • ante cs::as col or:~clones
uniloJrmt:j, >igue un proceso distinto, mo5:rtindcse l'n forma n.-cc·
producir en F. 1.' producros ruanos; pero au n
sJva el c:.rácter (berrenJo, c.Jd que pudjéramos llamar •r lpo Ho-
en el caso del empleo del colorado umforme, la lnnc.Jés• }', por el contrarío, dominance en es.c otro ci po esboudo,
acumulación de nuevos facrores pigmenlarios al que "" poJ rra deslgnor •llpo Plnzgouer•.
seria baslanfe para proporcionar los sufl-
clenles elemenros pilosos negros necesa- •
rios a la coloración ruana. En el segundo
caso, capa salinera por negro, no puede
producirse en F. 1.• más que el cárdeno,
ya que el blanco es imperfeclamenle domi-
nanle sobre el negro y ésle sobre el rojo.
Los casos de uni formidad de coloración
pigmentada, por capa berrenda de las razas
Holandesa y Pinzgauer, no allera rampoco
el resullado, ya que las capas berrendas,
compueslas por grandes manchas de dos
coloraciones, se producen por variación
idioplasrnállca y acción de los facrores re-
guladores que en ellas inlervienen, y por Al contrario de le que oc1.1rre con h c:1p:1 ele b raz.1 Holandesa, la distri·
bucilln de moncho• en la capa • berrendo • de la rozo Plnzgau<r (plac>S
lanlo con herencia diferenle. Por ello en
pigmentadas en los !amoles del cucpO y hlanco en el dor>o, bragadas
esros casos lampoco se cruzó el color bla n· axi las y c~btza) !'e trnsm1te ~n formJ domJn:~nre frcn[e J coloracfone~
co puro, sino una capa previamenle forma- uniformemente plgmtnradas.
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la coloración obtenida es in termedia; no puede bién su distribución. Cuando ésta se hace exclu-
existir por tan to una correl<~c i ón más perfecta sivamente en la superficie posterior del iris, los
con el aspec to físico de l problema, y sin que en ojos resultan o:wles, que pueden convertirse en
generaciones sucesivas se logre disyunción de verdes cuando además del pigmento melánico
caracteres, ni se alcance la regresión total a la existe otra substancia pigmenlilri<l grasoso ama·
coloración blanca , más que en co ntados cosos rillenta- lipocromo-. Por el con trario, cuando
y a f uerza de cruzamientos de absorción con el pigmento melánlco existe en ambas superfi-
esta característico. E l carácter • piel manchada» , cies, anterior y posterior del iris, los ojos son de
comprobado en la ra za negra en indii'Íduos con color negro o castaño obscuro. Se comprende
manchas no pigmentadas, se comporlel heredita- perfectdmente después de lo expuesto, que en la
ria mente y al igual que las capas pías, de for ma trasmisión del colorido de los ojos in tervengan
independiente, aunque con claro predominio del a más de los factores encargados de la produc·
ción pigmentaria , otros de distribución. A pe -
sar de. ello, el colorido se trasmite en el mis-
mo orden de acumulación ~igmenta r ia; negro
sobre castaño y éste sobre azul y verde; no
obstante, en la 1'. ~. · . es decir, en tre la unión
de Individuos hetero1.igoros, se logra a favor
de la existencia de dichos factores de distribu-
ción , imperfecta segregación mendeliana.
Compendio
l a trasmisión hereditaria deÍ color se re-
d uce, por tanto, a la si mp i~ posesión defacto
res determinan res del pigmento melánico y a
los de su distri bucrón, y se encuentra comple-
tamente subordinada a la mayor acumulación
d e dichos factores en los individuos en pre-
sencia . [)esde el momento que estos factores
E~r~ hermos.l flor muhicolor o varlcgada, ~ comportar;\ frente n otras son polímeros, es decir, mírl riples, se com-
de cotor:1c!ón unlfa:Jrmcm~u tl! plg111emada, con herencl:\ des fgn:1l )'
prend~ perf¿cramen te la existen cia de diferen-
romo es natura.! de :acuerdo con su fórmula génlca formada il base de
tes gr~daciones en l<1 tonalidad de los anima-
mutación.
les; y el acro de su trasmisión hereditaria,
efectuada siempre en herencia acumuladora,
carác ter ma nchado sobre el de uniformidad de seria de una simplicidad extraordinaria. No obs-
coloración. tante, la presencia de los segundos, es decir,
En la trasmisión del color del pelo , el color de los encargados de la distribución pigmenta-
neg ro, como en el resto de especies, es domi- ria, a si como la ausencia rotal de pigmento en
mmle §Obre el Cl13/0ño, ésle sobre eJ rubio y ésle é!11lmas individualidades, viene l1 comp/icllr llpo-
sobre el jaro o amarillo a naranjéldo , que os ten ta renremente la sencillez de este proceso heredi-
en la especie humana la máxima recesividad tario , que no lo sería tanto, si la totalidad de
entre las coloraciones uniformemente pig menta- experimentadores se cercioraran pre viamente
das; todas ellas no obstan te son dominan tes de la homozigociddd de los individuos emplea-
sobre el albino, que representa en el hombre la dos o por el contrario de su grado de heterozigo-
ausencia roro ! de pigmento. 11is, y de igual modo, si el color objeto de la ex-
En la coloración de los ojos no sola mente in- periencia es genérico y físicamente ¡>uro, o si por
terviene la acumulación pigmentaria, sino tam- el contrario forma parte insepJrable de capas
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