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INTRODUCCIÓN A LA SAGRADA ESCRITURA

Profesor: D. Vicente Balaguer.

Constitución dogmática Dei verbum: I Parte: estudiar.

Panorama histórico:

c. 1800 a. C. Abraham
c. 1500 a. C. Éxodo
c. 1200 a. C. Entrada de los judíos en Palestina
c. 1000 a. C. David (unidad de Israel hasta el 970)
Caída del Reino del Norte (capital: Sama-
722 a. C.
ria) en poder de los asirios
596 a. C. Primera deportación
586 a. C. Segunda deportación
536 a. C. Restauración gracias al decreto de Ciro
323 a. C. Muerte de Alejandro Magno

Esta asignatura es Teología de la Sagrada Escritura, no introducción a los libros sagra-


dos. Se resume en esta pregunta: ¿Por qué los libros sagrados son palabra de Dios y
palabra del hombre? Lo importante es que la revelación sea ambas cosas, pues si no es
palabra humana es ininteligible, y si no es divina, no nos expresa nada de lo que Dios
nos quiere comunicar.

Esta asignatura tiene un siglo y medio (desde 1869). Antes se trató el canon, por ejem-
plo, pero no la Teología de la Sagrada Escritura.

Dios no se revela a través de libros. En cambio, la revelación cristiana pasa a través de


libros. Solo de la escritura decimos que está inspirada para afirmar que es palabra de
Dios.

Hermenéutica es la disciplina que toma en consideración que quien conoce forma parte
de aquello que conoce.

TEMA 1

La Biblia como obra literaria y como revelación

- Monumento cultural: tiene una gran autoridad ética. Según Goethe es la lengua ma-
terna de Europa. Según William Blake es el gran código de la cultura occidental. Según
Paul Clodel, es el jardín de las referencias. De hecho, un tanto por ciento enorme de los

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códigos culturales de Europa son bíblicos. Por ello, una ignorancia de la Biblia es una
ignorancia enciclopédica. Es un código de valores. Tiene, pues, una gran dimensión
ética.

- Libro religioso: religioso y cultural era lo mismo hasta el advenimiento de la mentali-


dad cartesiana. La cultura es lo que hace al hombre más hombre (Juan Pablo II). Y eso
es el diálogo. La Biblia es, en este sentido, cultural. La religión es lo que está por arriba
y por abajo, lo que trasciende la propia facticidad. “Los coros desde la roca” (Elliot).
“Asesinato en la catedral”. La Biblia trata de las relaciones entre Dios y los hombres. La
Biblia es singular. Según Ike Bauerbach, ello es porque presenta a Dios actuando en las
vicisitudes de los hombres como un personaje.

- Libro de revelación: hay religiones de revelación y religiones filosóficas (el budismo


es una religión filosófica). Una revelación implica una manifestación de algo externo a
uno mismo (el islam pretende ser religión de revelación). El cristianismo es una religión
de revelación.

Diversas denominaciones y libros que la componen

1.- Biblia: Libro y Biblioteca. Viene del griego biblion, neutro, librito. En plural, biblia,
libritos. La Biblia cristiana tiene una unidad, pero no textual; la unidad la da la Iglesia y
el contenido, Cristo. Es, empero, una biblioteca, pues es un conjunto de libros muy hete-
rogéneos: tiene historia, epopeya, novela histórica (Crónicas), historia y predicación
(Evangelios). Aunque en general, es historia.

La Biblia es, por tanto, libro y biblioteca.

2.- Antiguo y Nuevo Testamento:


2.a) Contenido. 2.b)
Testamento, es aquello de que habla: pacto entre Dios y los hombres. Viene de testa-
mentum (latín), y éste de diatheke (griego), y éste de berit (pacto de vasallaje, en he-
breo): Dios hace un pacto con Abraham y luego con Israel en época de Moisés (pacto de
sangre: la mitad sobre las estelas se quema, la otra se asperja sobre el pueblo). Cuando
ocurre el destierro, los profetas no hablan de sintheké ςιv§ekή. La Biblia griega (siglo
III d. C.), habla de diatheké, disposición, pues Dios no se vuelve a atrás. El autor de la
Carta a los Hebreos afirma que para la eficacia del testamento se requiere la muerte del
testador. El testador que ha muerto es Jesucristo, que ha dejado su última disposición,
diatheké.

Así se distingue entre Antiguo y Nuevo Testamento.

En Cr 2, 13: cuando los hebreos leen la Alianza...

2.c) Organización Biblia hebrea y Biblia cristiana:

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--» La Biblia hebrea la llaman los hebreos TaNaK, acrónimo de las palabras:
- Torá: Ley, enseñanza, disposición; equivale a nuestro Pentateuco; en griego, «cinco
estuches». Jesús dice que es necesario que se cumpla lo que dicen la Ley y los Profetas.
Y en Lucas, Ley, Profetas y Salmos.
- Nebiim: son los Profetas. Se distingue entre Nebiim Rishonim (anteriores): Josué, Jue-
ces, Samuel, Reyes y Nebiim Akhouromim: Isaías, Jeremías, Ezequiel y 12 profetas
menores.
- Ketubim: «escritos»: la Biblia hebrea no acepta, de entre los libros cristianos:
Históricos: Tobías, Judit y I y II Macabeos.
Sapienciales: Eclesiástico (Sirácida) y Sabiduría.
Proféticos: Baruch (incluye la Carta de Jeremías). Tampoco aceptan parte de Daniel.

Aceptan, pues:
Salmos, Job, Eclesiastés
Proverbios, Cantar de los Cantares, Daniel, Lamentaciones de Jeremías.
I y II Crónicas, Rut, Ester, Esdras, Nehemías.

--» Biblia cristiana:


Tiene una disposición histórica cuyo centro es Cristo.
i) Ley:
ii) Libros históricos:
iii) Libros sapienciales:
iv) Libros proféticos: predicen a Cristo.

Corintios 1, 3: Cristo murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día según las Es-
crituras.

TEMA 2

El carácter sagrado y canónico de los libros del Antiguo y el Nuevo Testamento


(Concilio de Florencia)

«La Iglesia confiesa a un solo e idéntico Dios como autor del Antiguo y Nuevo Testa-
mento, esto es, de la ley y los profetas y del Evangelio, puesto que los santos de uno y
otro testamento han hablado bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo. De ellos re-
cibe y venera los libros que se contienen bajo los siguientes títulos... [catálogo de los
libros canónicos] .../... Por eso condena el despropósito de los maniqueos que (...) afir-
maban que uno era el Dios del Nuevo Testamento y otro del Antiguo» (Bula Cantate
Domino, del Concilio de Florencia, EB 47-48). Auctor se emplea en sentido latino, co-
mo responsable último. No se le pregunta al concilio sobre el modo de la autoría de la
Biblia sino si

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El canon de las Escrituras (Concilio de Trento)

«El sacrosanto concilio ecuménico general de Trento, (...) tiene presente el deber de
conservar en la Iglesia, la propia pureza del Evangelio que, prometido «anteriormente
por los profetas en las escrituras santas» nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, primero
anunció con su boca y después mandó que fuese predicado a toda criatura por sus Após-
toles como fuente de toda verdad salvífica y de toda norma moral. Y puesto que el Con-
cilio sabe que esta verdad y normativa está contenida en los libros escritos y en las tra-
diciones no escritas (...) acoge y venera a todos los libros tanto del Antiguo como del
Nuevo Testamento, (...) conservadas en la Iglesia Católica por una sucesión no inte-
rrumpida. (...) Si alguien no admitiera como sagrados y canónicos estos mismos libros
en su integridad, con todas sus partes, tal y como se han leído tradicionalmente en la
Iglesia católica y se contienen en la antigua edición Vulgata latina, sea anatema (Conci-
lio de Trento, EB 58-60)». Esto es una respuesta a las tesis luteranas según las cuales
solo la Escritura recoge el Evangelio, no así la Tradición.

Copiaba la lista del Concilio de Florencia, que a su vez copiaba la lista del Concilio de
Cartago.

La Sagrada Escritura en el contexto de la Revelación divina (Concilio Vaticano I)

«Esta revelación sobrenatural, según la fe de la Iglesia universal, proclamada por el san-


to sínodo de Trento, está contenida en los libros sagrados y en la tradición no escrita
que, recibida por los Apóstoles de la boca de Cristo o transmitida casi de mano en mano
desde los mismos Apóstoles bajo el dictado del Espíritu Santo, ha llegado hasta noso-
tros. Estos libros del Antiguo y del Nuevo testamento, en toda su integridad y con todas
sus partes, tal y como son elencados en el decreto de ese concilio y como se encuentran
en la antigua edición latina de la Vulgata, deben ser aceptados como sagrados y canóni-
cos. La Iglesia los considera como tales no porque, compuestos por obra de un hombre
hayan sido después aprobados por su autoridad, ni tampoco porque solamente conten-
gan la revelación sin error, sino porque escritos inspirando el Espíritu Santo tienen a
Dios como autor y como tales han sido entregados a la Iglesia” (CVI, Constitución
Dogmática Dei Filius, EB, 77).

Antes no se hablaba de escritos, ahora se habla de que el acto de composición de la Es-


critura está inspirado por el Espíritu Santo, y ese acto es de tal calibre que implica que
Dios es su autor. Ello hace que esos escritos sean sagrados y canónicos.

Las encíclicas bíblicas

Providentissimus Deus (18-XI.1893):

«Por lo cual nada importa que el Espíritu Santo se haya servido de hombres como de
instrumentos para escribir, como si a estos escritores inspirados, ya que no el autor prin-

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cipal, se les pudiera haber deslizado algún error. Porque Él de tal manera los excitó y
movió con su influjo sobrenatural para que escribieran, de tal manera los asistió mien-
tras escribían, que ellos concibieron...

Doctrina similar al Vaticano I. La categoría base es la noción de Dios Autor, pero apli-
cada a la redacción misma de los textos, por eso se habla de hagiógrafo como de un ins-
trumento.

Spiritus Paraclitus (15-IX-1920):

Contexto: decimoquinto centenario de la muerte de San Jerónimo.

Divino Afflante Spiritu (30-IX-1943):

Contexto: la polémica suscitada sobre en Italia por quienes pretendían (Domingo ...) que
el Magisterio condenase los esfuerzos de la exégesis científica ya que veían en ellos un
grave peligro para la Iglesia y para las almas.

Contenido: En la parte doctrinal, trata de algunas cuestiones que serán muy relevantes
para la exégesis católica: la necesidad de la crítica textual y del recurso a los textos ori-
ginales, el uso correcto del sentido espiritual en relación con el literal, la importancia del
estudio de los género literarios, etc.

Esto nos remite a Santo Tomás, a su Tratado sobre el Peri Hermeneias: toda la doctrina
se ha de sacar del sentido literal, el espiritual solo enriquece, pero no añade nada. Ello
porque el lenguaje de los hombres es algo inventado por los hombres, limitado a hom-
bres. Dios se vale de eso, se somete a nuestro lenguaje, no juega con nosotros. Una frase
tiene que tener sentido. Que las acciones predicativas se dicen de algo es anterior al len-
guaje humano.

Importancia de las encíclicas bíblicas

“A pesar de la gran diversidad de dificultades que tenían que afrontar, las dos Encíclicas
coinciden perfectamente en su nivel más profundo. Ambas rechazan la ruptura entre lo
humano y lo divino...

La revelación que la Sagrada Escritura contiene y ofrece ha sido puesta por escrito bajo
la inspiración del Espíritu Santo. La Santa Madre Iglesia, fiel a la fe de los Apóstoles,
reconoce que todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento,... n. 11 Dei Verbum

- Revelación vinculada a la noción de encuentro (más que

¿Qué temas deben configurar el tratado “Introducción a la Sagrada Escritura”?:

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Consideraciones teológicas (propedéutica teológica).

La Constitución dogmática Dei Verbum

El primer boceto fue sometido a la votación de los padres, y fue rechazado. Juan XXIII
retiró el texto y encargó una nueva redacción a una comisión en la que estaba Ratzinger,
Congar, etc.

Se introdujo un prólogo que se fue agrandando hasta constituir el capítulo primero. Hay
una sola fuente de la Revelación, que es el Evangelio, que tiene dos canales: Escritura y
Tradición. Fuentes de la teología son Escritura, Tradición y Magisterio.

A pesar de que trata de la revelación, cinco de los seis capítulos tratan de la Sagrada
Escritura. En cambio, el primero capítulo no trata de la Sagrada Escritura, sino de la
Revelación divina. Señala, así, que Dios no se manera directa a través de libros. Los
libros no son palabra de Dios hasta que no están mediados por la Iglesia. Dios no utiliza
libros para revelarse.

TEMA 4

La Manifestación escrita de la palabra de Dios:

Palabra de Dios en el marco de la Revelación y de la Iglesia. Ahora, características de la


revelación cristiana, para entender el marco de la Palabra de Dios. En concreto.

Economía de la Palabra de Dios:

Verbo, Creación, Profetas (M+P), Jesucristo, Apóstoles, Sucesores de los Apóstoles,


que reciben de aquéllos una palabra oral y escrita. La Iglesia la funda Cristo y la inicia
Cristo y los Apóstoles. La Revelación acaba con la muerte del último apóstol.

Moisés pone por escrito la tradición oral (narración ejemplar). En Jesucristo, el Antiguo
Testamento es el Evangelio preanunciado por los profetas. En los Evangelios: Cristo es
cumplimiento de las Escrituras. En los Apóstoles, es Cristo proclamado: la Escritura
apostólica como Palabra de Dios, pero como norma.

Revelación e Iglesia están unidas en Jesucristo y los Apóstoles.

Santo Tomás: una condición para que algo sea palabra de Dios es que afirme que el ha-
giógrafo afirme que es Palabra de Dios.

Los Profetas: Palabra de Dios para sus destinatarios. Pero Jesús da cumplimiento. Tie-
nen valor de testimonio de los antiguos y de preanuncio de Cristo.

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Economía de la Sagrada Escritura.

La Palabra de Dios en la historia:

1. Creo en Dios que «habló por los profetas».

«En diversos momentos y de muchos modos (acciones simbólicas de los profetas: des-
nudez de Jeremías) habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas.
En estos últimos días... ésta es la última era, los nuevos tiempos después de la venida de
Cristo.

En estos últimos días nos ha hablado por medio de su Hijo: es la palabra de Cristo ex-
presada por los Apóstoles.

1 Jn 1, 1-3

El origen de la Revelación es el amor de Dios. Dios se manifiesta con hechos y pala-


bras.

Primer aspecto: San Ireneo afirma que aunque los hombres no hubiesen tenido pecado
habría tenido lugar la encarnación de Jesucristo, pues Dios quería ese designio. Santo
Tomás niega esto, y Duns Escoto apoya a San Ireneo. El plan de Dios no es arbitrario.

Segundo: los aspectos más importantes de la Revelación se manifiestan con obras, no


con palabras: la creación, la alianza, la encarnación, la pasión, muerte y resurrección.
Toda cosa es símbolo de otra realidad, salvo la Trinidad. Pero algunas tienen significado
en sí mismas.

Tercero: Milagro en latín es miraculum (admirable). En griego, en los sinópticos son


dynamis (fuerza), en San Juan es signo. Los milagros son signos de la fuerza de Dios.
«Si Yo expulso demonios es porque el Reino de Dios ha llegado a vosotros».

Cuarto: hablar es una manera de actuar, mediante reglas, establecidas y naturales. En la


Biblia se emplea la palabra dabar: palabra, mandato, etc. Logos es el equivalente en
griego, pero es más que palabra: es discurso, coherencia interna, autocomprensión de
Dios que engendra el amor eterno.

Quinto: el lenguaje verbal articulado es invención humana; puede sustituir a todos los
demás lenguajes. Pero además puede tomarse el lenguaje como objeto: «Esta palabra
significa X». Este es el aspecto más importante para los hombres solo en el sentido de
que Dios se manifiesta con nuestro lenguaje, haciéndose así más inteligible.

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3. Donde no hay recepción, donde nadie entiende la revelación, no se revela nada, dice
Benedicto XVI. El medio es también parte del lenguaje (Marc Luhan). La revelación
tiene la forma del receptor.

Si toda Revelación es una respuesta a Dios por parte del receptor, la escritura es una
respuesta por parte del hombre a la acción de Dios sobre ese hombre.

4. Jesucristo anticipa el final de la historia (Dominus Iesus), pues el acontecimiento final


de la historia ya ha sucedido en Jesucristo, en tanto que ha resucitado.
El carácter histórico no excluye un Logos, porque Jesucristo implica una temporalidad
pero también una totalidad. Hay dos explicaciones de las cosas: ser y parecer.

- Relaciones entre la revelación y la historia: Si esta historia coincidiera con la historia


universal, sería mito.

TEMA 5

Hay dos formas de revelación divina: mejor que decir natural y sobrenatural, es mejor
decir: cósmica y personal, aunque ambas consisten en dar testimonio de sí mismo por
parte de Dios.

1. DV 3 Hay tres grandes alianzas: con Noé, Abraham e Israel. Solo la Alianza con Is-
rael nos permite conocer la alianza con Abraham y la alianza con Noé.

DV 4 Jesús es el «instante escatológico», que señala el final de la Historia de la Revela-


ción y, con su resurrección, incoa el final de la Historia del mundo. Lo anterior está di-
rigido a Cristo.

2. Dios se revela a Adán, Noé, Abraham, Jacob e Israel (a Moisés y al pueblo). El desti-
natario de la Revelación es Israel. A Israel van dirigidos los libros de la Antigua Alian-
za. Si para nosotros son libros santos es porque los incorpora y presenta la Iglesia a los
cristianos. Israel se renueva con Jesucristo, y el resto fiel de Israel se renueva en Iglesia
(no es que la Iglesia se incorpore a Israel).

La Revelación a Israel tiene la marca de Israel. El Dios del AT es un Dios personal, no


de lugar, y ello porque Israel es un pueblo nómada. Por ello es un Dios de sangre, el
Dios de Abraham, Isaac y Jacob. No en vano, Abel era pastor (nómada) y Caín era agri-
cultor (sedentario). Los santuarios son los lugares en que pisó Abraham.

Podría decirse que Israel es creado para que Dios pudiera revelarse a todas las naciones.
No es un pueblo que Dios haya elegido para que fuera su mediador. Israel antes del Si-
naí no era un pueblo: Ex 19, 3-9. Israel nace de la Alianza con Dios. Dios crea a Israel,
es su hijo. La nueva Alianza se hará con la sangre del Cordero.

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Después de Moisés, Dios ya no se aparece, pero sí se revela mediante su palabra y su
espíritu. En el AT las dos cualidades de Dios, que luego se sabrán que son Personas, son
su palabra y su espíritu, que actúan en los reyes y en los profetas.

¿Hay una acción de Dios para que se escriban los libros sagrados? Hay mandatos de
Dios para escribir. Los libros sagrados no son resultado de una acción del Espíritu, sino
que Dios dirige su palabra a los profetas, y estos escriben, pero no se trata de libros ins-
pirados propiamente.

St. Tomás: los libros hagiográficos (Salmos, etc.) contienen cosas de sabiduría humana,
a los que puede llegar el hombre sin relevación, pero sin negar que sean inspirados.

3. Jesucristo es mediador y plenitud de toda la Revelación, pues es mediador de todas


las mediaciones.

Jesús, en la medida en que es mediador es plenitud. Pero que Jesús es plenitud quiere
decirse que Dios en Cristo ha dicho todo lo que tenía que decir, ha agotado toda la Re-
velación. Pedirle a Dios una sola palabra más sería agravio, pues, dice S. Juan de la
Cruz. Puede crecer la comprensión. Así se explica que hasta 1854 no se proclamara el
dogma de la Inmaculada Concepción de María Santísima.

La plenitud es Jesucristo mismo, no solo sus palabras, ni solo sus obras. Cristo es la
exégesis de la Escritura, dice San Bernardo.

4. No hay revelación hasta que no hay comprensión de la revelación. Los que entienden
la plenitud de la revelación son los apóstoles, que son los testigos de Jesús resucitado.
El Evangelio es lo que acontece con Jesús.

DV: «Dispuso Dios benignamente que todo lo que había revelado para la salvación de
todos los hombres permaneciera íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas
las generaciones. Por eso, Cristo Señor, en quien se consuma la revelación total de Dios
altísimo (cf. 2 Cor., 1, 30; 3, 16; 4, 6), mandó a los Apóstoles, comunicándoles los do-
nes divinos, que el Evangelio, que prometido antes por los Profetas, El completó y pro-
mulgó con su propia boca, lo predicaran a todos los hombres como fuente de toda ver-
dad salvadora y de toda ordenación de las costumbres. Esto lo realizaron fielmente tanto
los Apóstoles, que en la predicación oral transmitieron con ejemplos e instituciones lo
que habían recibido por la palabra, por la convivencia y por las obras de Cristo, o habían
aprendido por la inspiración del Espíritu Santo, como los Apóstoles y varones apostóli-
cos que, bajo la inspiración del mismo Espíritu Santo, escribieron el mensaje de la sal-
vación.

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»Mas, para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo en la Iglesia,
los Apóstoles dejaron como sucesores suyos a los Obispos, “entregándoles su propio
cargo de magisterio”. Por consiguiente, esta sagrada Tradición y la Sagrada Escritura de
ambos Testamentos son como un espejo en que la Iglesia peregrina en la tierra contem-
pla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta que le sea concedido el verlo cara a cara, tal
como es (cf. 1 Jn., 3, 2)». El Magisterio, así como la sucesión apostólica, es una de las
instituciones que les inspiró el Estudio. No es fuente de Revelación, sino que se cir-
cunscribe a la Tradición.

En la Escritura el medio es también mensaje. La Tradición es siempre medio. La Escri-


tura es siempre Palabra de Dios. Y es que la Tradición transmite siempre actualizando,
se recibe al modo del receptor. Pero la Escritura siempre transmite el contexto de ori-
gen.

La acción en la Iglesia es la acción de los Apóstoles que entregan a Cristo en el Espíritu


Santo.

El Espíritu Santo guía la acción apostólica y les hace comprender los textos sagrados de
Israel, para transmitir el Evangelio como norma de fe y de conducta para todas las na-
ciones. Los Apóstoles escriben nuevos textos a la luz de Jesucristo, interpretan las insti-
tuciones a la luz de Jesucristo (ej.: templo). “Apostólico” es lo sometido a los Apósto-
les, lo cual incluye a los varones apostólicos, las mujeres. Felipe el diácono fue a predi-
car a Samaría, pero hasta que no van Pedro y Juan no adviene el Espíritu Santo. Lo úl-
timo apostólico es lo último en haber sido escrito bajo la influencia apostólica, aun
cuando ya hubieran muerto los apóstoles.

La acción de los Apóstoles es Palabra de Dios cuando proclaman el Evangelio, en la


predicación y en su misión, pues para ello habían recibido de Cristo ese encargo.

¿Cuándo es Palabra de Dios el mensaje que procede de un varón apostólico? Cuando


proclama la palabra que ha oído de los Apóstoles.

Las apariciones de Jesús (Sagrado Corazón, Divina Misericordia, etc.) no implican nada
nuevo en la Revelación. Y para aceptarse es necesario que esté en consonancia con toda
la Revelación.

La Tradición apostólica, corpus creado por los Apóstoles, es Palabra de Dios (más claro
en el Compendio del Catecismo), no así la Tradición que viene de los Apóstoles (DV 8),
y que hace aumentar la comprensión, sin que haya ninguna verdad nueva.

Ejemplo de la tradición post-apostólica es la institución del culto al Cuerpo y Sangre de


Cristo fuera de la Eucaristía. Tiene fundamento apostólico, para hasta el siglo XIII no
comienza.

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TEMA 6

1. La Palabra de Dios llega a la mente del profeta, y el profeta la hace palabras humanas
para transmitirla. Después se pone por escrito. Mt 1, 22: «todo esto sucedió para que se
cumpliese el oráculo del Señor por medio del Profeta». Mt 2: «porque así está escrito
por medio del Profeta». También se habla de «los profetas». Esto manifiesta que están
muy igualadas en la Sagrada Escritura la Palabra de Dios, Palabra del mediador y Pala-
bra escrita. Pero conviene distinguir.

2. El discurso escrito no es nunca una transcripción de un discurso oral. La Escritura en


la Antigüedad tiene por objeto ser actualizada en voz alta, ni siquiera leída textualmen-
te. Lo escrito está destinado a lo oral, no a la lectura personal.

Oral: emisor -» mensaje -» receptor. Acto simultáneo.


Autor -» texto > Texto -»emisor. Acto discreto.

El lenguaje oral es policódigo> ejemplo> cabe el lenguaje kinésico.

El texto se escribe con la finalidad principal de transmitir, aunque también sirve para
conservar lo escrito. Transmite también el contexto. En el Fedro (se dice que la escritu-
ra es una ayuda para la memoria del corazón, aunque tiene el peligro de que no se asimi-
le en el corazón por dejarlo ya por escrito. San Justino (siglo II) llama a los Evangelios
apopneumata (recuerdos) hipopneumata (apuntes). Con el tiempo los textos adquieren
un valor canónico y, a la larga, normativo.

Kάνον significa vara de la Ley, lo que delimita las fronteras. Los textos no es que sean
normas, sino que ellos norman.

3. a) La palabra que Dios dirige a Israel es, en primer lugar, oral. En el AT, Dios no se
comunica a través de cosas escritas, pero manda escribir sus palabras, la Alianza.

El origen de las palabras de la Ley viene de Dios: así lo representa el pasaje del Éxodo
sobre las tablas, que primero Dios escribe y Moisés destruye al suceder lo del becerro de
oro. Dios le dice que lleve unas tablas igualmente labradas y Él escribirá los manda-
mientos. Pero al final Dios dicta pero es Moisés el que escribe.

Dt 5, 2-3. Dios hace un pacto similar a un pacto de vasallaje, que obliga no solo al señor
y el vasallo, sino a los descendientes de uno y de otro. Por tanto, el pacto con Israel vin-
cula no solo a Dios con los israelitas de la época, sino también con sus descendientes.

La alianza la renueva Josué al entrar en la Tierra Prometida. Y también con dos reyes:

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- Josías (año 622 a. C.): se encontró la Ley en el templo (probablemente se refiere al
código deuteronomista: caps. 12 al 26 del Deuteronomio). Vuelve a promulgar la Ley
como Ley de Israel (infiere que antes le ha ido mal a Israel por haberla incumplido). Se
lee la Ley hasta la noche y el pueblo proclama que la cumplirá.
- Nehemías (año 480 a. C.): después del destierro de Babilonia afirma que ha ido mal a
Israel por incumplir la Ley. Nehemías lo hace ver a Esdras, que manda leer la Ley de
Moisés, y el pueblo responde que la cumplirá, amén, amén.

A partir del siglo V d. C., el judaísmo rabínico, teniendo en cuenta el cristianismo, afir-
ma que esos códigos son Palabra de Dios.

Torah significa «instrucción». Es principalmente una historia del origen de Israel. Lo


normativo es la historia como razón de identidad y los mandamientos. En el Deutero-
nomio, Moisés recapitula la historia de Israel y expone la Ley. Pero la misma historia
son mandamientos.

b) Oseas: a este Profeta Dios le avisa de que, siendo Dios fiel a Israel, éste se ha prosti-
tuido al volverse a dioses extranjeros, idólatra.

Jeremías: las «palabras del Señor» son las palabras de Jeremías que dictó a Baruc, a raíz
de lo que Dios le dijo a Jeremías. Pero Dios no se revela directamente por escrito.

4. Una vez que deja de haber profetas, para algunos hay revelaciones particulares de
Dios que se ponen por escrito (literatura apocalíptica). En otros casos, lo escrito son
interpretaciones de la Ley. En Daniel, la Revelación consiste en lectura de los libros
sagrados a la que se suman las visiones. El proceso no es: oír-hablar-escribir, sino oír-
escribir-hablar.

5. Jesús opone la tradición de los mayores a la Ley en

La tradición no transmite el contexto, sino que se transmite actualizada. La Escritura


aunque resultado de una tradición, siempre transmite un contexto.

TEMA 7

1. Citas interesantes:

2 Re 19, 14.
1 Mac 4, 46.
El libro sagrado al que se refieren 1 y 2 Macabeos puede referirse al Pentateuco o tal
vez también los Profetas.

12
La lectura de la Ley y los Profetas y otros libros derivados, transmiten enseñanza y sa-
biduría. Esto coincide con Tm 3, 14-17. La enseñanza dirige al conocimiento de Cristo
Jesús, y por ello, conduce a la salvación.

Los escritores cristianos también eran de origen judío, pero a diferencia de los escritores
judíos, no consideran que la Ley sea para siempre.

Hay dos tiempos: el de la Ley y los Profetas (hasta Juan) y el tiempo de Cristo. ¿Qué
vigor tiene, entonces, la Ley? Cristo cumple la Escritura no solo como promesa, sino
que él mismo observa los preceptos de la Ley. La Ley no queda abolida, sino que queda
significada en Cristo. Así se explica al comienzo de la Carta a los Romanos.

Escudriñar el sentido de las Escrituras: hablan de Jesús, que es la vida. Las Escrituras
necesitan una interpretación.

“Tercer día”: el cuarto día acaecía la corrupción (ej.: Lázaro). En cuanto a la resurrec-
ción, Oseas se refiere a la restauración de Israel. Jesús personaliza a Israel: desde Egipto
llamé a mi Hijo (Israel, que prefigura a Jesús).

 3. Hay un único designio de Dios, manifestado antes en las Escrituras y ahora en


Jesucristo. Las Escrituras anuncian a Jesucristo y las acciones de Jesucristo tie-
nen su sentido en las Escrituras. Lo sucedido ocurrió para que se cumplieran las
Escrituras.
 Comprensión post-pascual y transmisión.
 “Jesús encontró un borriquillo y se montó sobre él, conforme a lo que está escri-
to: No temas hija de Sión. Mira a tu rey que llega montado en un pollino de as-
na. Sus discípulos no comprendieron esto de momento, pero cuando Jesús fue
glorificado, entonces recordaron que estas cosas estaban escritas acerca de él, y
que fueron precisamente las que le hicieron” (Jn 12, 14-16).
 O este otro, a propósito de las palabras de Jesús en la purificación del Templo:
“Cuando resucitó de entre los muertos, recordaron sus discípulos que él había
dicho esto, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había pronunciado
Jesús” (Jn 2,22).
 Muchos textos. Mateo: Citas de cumplimiento.

Salmo 109: Jesús es descendiente de David pero al mismo tiempo es Señor de David,
pues es Hijo de Dios. Esto, que comenta Jesús, es la base argumentativa de la Carta a
los Hebreos.

TEMA 8

Aunque presente en el Nuevo Testamento, esta cuestión no se desarrolla hasta la Patrís-


tica.

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Los textos del Antiguo Testamento en ningún momento hablan de una acción especial
de Dios en la Escritura. Pero el Señor mandaba que los escritos fueran colocados junto
al Arca.

Contemporáneamente al siglo I, se habla de la inspiración de los escritores en los libros


del Antiguo Testamento. Destaca el texto de Flavio Josefo.

Esdras: después del destierro, no solo se destruyó el templo, sino también los libros sa-
grados. Al regresar del destierro, necesitan otra vez los libros de la Ley. Como éstos
están ya escritos en el Cielo, a Esdras se le lleva al Cielo para que conozca los libros.

Apocalipsis: se leía en la liturgia dominical. La profecía está más allá del testimonio
escrito.

Juan 21, 25: «Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por
una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran».

Bienaventurados los que creen sin haber visto. → Estas cosas han sido escritas para
creáis y tengáis vida en vosotros...

A Dios nadie le ha visto jamás, solo el Unigénito, que está en su seno, lo conoce y lo
puede revelar. El discípulo amado inclina su cabeza en el seno de Jesús, que está en el
seno del Padre. Por eso le pide Pedro al autor del Cuarto Evangelio (tema: la Revela-
ción), por estar en el seno de Jesús, que le pregunte.

TEMA 9

La inspiración de la Sagrada Escritura toma cuerpo en los Padres, y sistema en el Ma-


gisterio diecinueve siglos más tarde. Las formulaciones patrísticas, el patrimonio patrís-
tico es uno de los más difíciles de inventariar (Danielou). Y es que la patrística no busca
un sistema (salvo excepciones como Ireneo), y cuando hablan de manera sistemática, es
para fundamentarse para un posterior desarrollo asistemático.

Los apostólicos son los padres anteriores al 150 d. C.: San Ignacio de Antioquía, San
Policarpo de Esmirna (discípulo, según Eusebio de Cesarea, de San Juan, y maestro de
San Ireneo) y San Clemente Romano. Se entienden como escritos apostólicos la Didajé
y la Carta de San Bernabé.

La Didajé, probablemente, bebe de la misma fuente que San Mateo.

«Mis archivos son Jesucristo».

14
«Irritaos y no pequéis»: Jeremías. «El sol no se ponga sobre vuestra ira»: novedad de
Efesios. Ambos son designados Escrituras por San Policarpo: no es que asimile la pre-
dicación apostólica a la Escritura del Antiguo Testamento, sino que la Escritura es una
cosa nueva.

El Verbo Eterno se abrevia en el Verbo Encarnado, que es Jesús en las Escrituras.

Regla de Fe: designio de Dios Padre, acción de Jesucristo y preanunciado por el Espíritu
Santo.

Según algunos padres, el Espíritu Santo no solo actúa en los textos del Antiguo Testa-
mento, sino que, según Clemente de Alejandría, están inspirados los filósofos paganos;
según San Basilio, la Iglesia. Lo importante es que la inspiración de la Escritura es sin-
gular.

3. scendere: cum (los dos) – de – scendere: descender juntos, condescender.


Σύν κάτα βαίνω

La condescendencia implica que Dios para hablar elige el lenguaje humano. El lenguaje
humano ha sido inventado por los hombres (Santo Tomás). Dios emplea ese lenguaje
para que podamos entenderle.

Autor es explicación metafísica, filosófica. Autor significa componedor, causa, etc. El


dictare latino no es dictar, sino componer.

Es un solo libro, porque es un solo y el mismo Espíritu, por lo que el significado del
Libro es el que le da el que lo abre: Jesucristo.

TEMA 10

La fórmula del Concilio Vaticano I es dogmática, por lo que está señalada positiva y
negativamente, señalando lo que la Teología no debe traspasar. El Vaticano II, en Dei
Verbum, da por sentada la fórmula del Vaticano I.

Santo Tomás habla del magisterio pastoral, de los obispos, y el magisterio de la cátedra,
de los teólogos.

El magisterio ordinario es el habitual, el de los obispos y el habitual de los concilios. Es


el caso del Concilio Vaticano II, incluso en sus constituciones dogmáticas, pues no de-
finen ninguna verdad que no estuviera ya proclamada.

Hay tres puntos de DV en que se alude a la inspiración: 9, 24. La Sagrada Escritura es


locución de Dios (versión latina del n. 9), mientras que la Sagrada Tradición es palabra

15
de Dios. Es un oxímoron voluntario. Las Escrituras son Palabra de Dios, pero con una
inspiración especial.

La inspiración actúa de tal manera que las palabras de la Sagrada Escritura contienen y
muestran las verdades reveladas. Hay una identificación entre la Revelación de Dios y
las Palabras. Las palabras tienen una permanencia y no hay pensamiento sin lenguaje.
No hay Revelación sin palabras, y las escrituras son palabras en la Revelación, ahora en
la Iglesia. Los textos originales, la traducción al griego (inspirada).

Se evita explícitamente (aunque en el original del Cardenal Franzelin sí constaba, pero


fue rechazado por los padres conciliares por carecer de antecedente en la Tradición) la
expresión «Palabra de Dios», más usada en la teología protestante, y admitida con mati-
ces por el Concilio Vaticano II.

2. La inspiración de la Sagrada Escritura es especial, con respecto a las demás escritu-


ras.

Es el Concilio Vaticano I es el que por vez primera se refiere a la inspiración en un nue-


vo contexto: el de la Escritura. Esa inspiración hace a Dios autor del Antiguo y el Nue-
vo Testamento.

Dios es autor de toda la Escritura, de cada uno de los libros, y los hagiógrafos son auto-
res de la redacción de los libros.

3. León XIII aplicó la noción de autor a la composición de los libros sagrados. Si Dios
es autor de la Sagrada Escritura, le son atribuibles también los errores. Es por la Tradi-
ción que sabemos que los libros de la Sagrada Escritura están inspirados, es decir, cuá-
les son los libros inspirados y que, por tanto, se incluyen en la Sagrada Escritura.

Dios es autor de toda la Escritura y de cada palabra de la Escritura. El hagiógrafo es


autor del libro que ha escrito dentro de la Sagrada Escritura.

TEMA 11

El Padre Domingo Báñez O. P., discípulo de Melchor Cano, se plantea que supiéramos
que los escritos eran Palabra de Dios. Santo Tomás no había hablado de la inspiración
de la Sagrada Escritura, sino la Revelación a los profetas. Esto podía ser de dos mane-
ras: Dios puede imprimir imágenes y darles la luz, o bien el profeta puede ver una cosa
y juzgar sobre eso. Las imágenes pueden venir de la experiencia o de la inspiración, y el
juicio puede ser hecho por la luz humana o bien por la luz divina.

Báñez se plantea cómo autores como San Marcos o San Lucas, más allá de reproducir
las palabras de Jesús, pueden ser Palabras de Dios.

16
Para estos autores, toda inspiración es revelación.

La tercera de Lessio fue pronto condenada por un grupo de profesores de Lovaina. La


cambió pero no demasiado.

El Concilio Vaticano I condenó expresamente a Haneberg, que se retractó enseguida.

Franzelin: Dios ponía la idea, la parte formal de la Escritura, mientras que la parte mate-
rial (la composición verbal) se debían al talento y a la capacidad de los autores sagrados.
Para que Dios sea autor, basta con que ponga las ideas. Pero como vio Báñez, no hay
pensamiento sin palabras. Pero si decimos que Dios sugiere las palabras, estamos yendo
más allá de lo que ha dicho toda la tradición de la Iglesia. De ahí que estos dos caminos
se abandonaran.

El fundamentalismo es una reacción contra el liberalismo, es un agere contra. Benedic-


to XVI lo trata en el Discurso de Ratisbona. Es un planteamiento de raíz luterana: la
razón está tan corrompida por el pecado original que no puede alcanzar la verdad. Solo
la fe puede (fideísmo).

Sentido literal es el que dicen las palabras, que tiene en cuenta las exageraciones (si tu
ojo te escandaliza, arráncatelo). Sentido literalista es el que tiene solo en cuenta la pura
literalidad del texto: ej: Dios creó el mundo en seis días.

TEMA 12

El Concilio Vaticano II, soslayando las antiguas explicaciones, declinó hablar de Dios y
el hagiógrafo como causa principal y causa instrumental. Quiso así despojarse del en-
corsetamiento del esquema filosófico, en aras de un enunciación más teológica.

Del mismo modo que Dios utiliza como instrumento la mente del hagiógrafo, también
se sirve de la Escritura como instrumento para dar la Revelación a la Iglesia. Crea un
instrumento para producir otro instrumento.

1. Santo Tomás: El profeta es instrumento deficiente pues no dice todo lo que Dios sería
capaz de expresar, pero lo que dice el hagiógrafo lo quiere decir Dios. Si el hagiógrafo
hubiese dicho todo lo que Dios podía decir, la revelación habría completa en un único
momento. Dios quiere que sean deficientes los hagiógrafos, como humanos que son.

Desde el prisma de la causa final, la finalidad del hagiógrafo es escribir el libro, pero
Dios puede querer más cosas.

17
Estos términos filosóficos han influido en Providentissimus Deus y en Divino afflante
Spiritu. En el Concilio Vaticano II se quiso evitar el uso de estos esquemas filosóficos.
En documentos posteriores, de la Pontificia Comisión Bíblica, se ha vuelto a las nocio-
nes de causa principal e instrumental.

2. Para que haya verdadera profecía es preciso el juicio de la inteligencia; no basta la


mera imagen imprimida en su entendimiento. Es necesaria la luz para el iudicium de
rebus praesentis.

El profeta tiene que tener certeza de que lo que dice es de parte de Dios y dar prueba de
ello. No es necesario que la moción consista en compeler al hagiógrafo a escribir, sino
que puede consistir en una manifestación sobrenatural tal que el destinatario se decida a
escribir.

3. Hasta Providentissimus Deus no se distinguía entre revelación e inspiración. La inspi-


ración y la revelación son dos caras de la misma moneda: la inspiración es la moción de
Dios y la revelación es lo que resulta de ella. Empezó a afirmarse revelación cuando
pone las imágenes y la luz, y hay inspiración solo cuando Dios da luz a la hora de juzgar
algo. Hay más perfección, según Santo Tomás, cuando Dios da las imágenes y la luz.
De ese modo se podían justificar los pasajes difíciles de la Biblia. Así, cuando el hagió-
grafo dice que Dios manda pasar a cuchillo a una ciudad entera, tenía luz de Dios para
juzgar algo, pero Dios no le había comunicado las imágenes. Es inspiración sin revela-
ción. Esto no llevaba a ningún sitio, pues si Dios es autor principal de lo escrito, cómo
puede ser que no revele.

Otra forma de salvar los pasajes difíciles es que Dios consideró que lo revelado era lo
que había que decir en ese momento dado, no que sea una verdad para siempre. Tam-
bién podría decirse que la luz es impulso para escribir algo en un momento determina-
do.

Dios da una luz divina para robustecer, elevar la mente del hagiógrafo para que lo que
escrito sea verdad. O en realidad es un impulso para escribir lo adecuado, o no un juicio
de verdad, sino un juicio práctico sobre la verdad.

TEMA 13

La explicación filosófica había atendido más al hagiógrafo inspirado. Los padres y el


Concilio Vaticano I se refieren más a los libros. Hay, pues que buscar una explicación
que sea capaz de componer uno y otro proceso.

La teoría filosófica taba orientada la inerrancia la de la Escritura y todas sus afirmacio-


nes. Pero si nos preguntamos sobre cuál es el proceso de composición de los libros, se

18
parece más al proceso de composición de un creador (poeta, etc.). Hay que fijarse más
en la luz en la composición.

La novedad que aporta Schökel: la investigación hasta ahora estaba mediada por la filo-
sofía, y desplazaba el punto de vista.

2. Los libros son anónimos porque dependen de la comunidad, pero la mención de, vg.,
San Juan, le da auctoritas a la obra.

3. Los carismas creadores de la Palabra de Dios son los de los profetas y apóstoles.
Además, hay un carisma de conservación.

4. Rahner: en 2005, escribió el Secretario de la Pontificia Comisión Bíblica que lo me-


jor que se ha inscrito sobre inspiración es el libro de Rahner, pero completado con algu-
nas cosas que requiere.

No es que la Escritura se imponga a los Apóstoles, sea anterior a ellos, sino que nace de
los Apóstoles, nace de y para la Iglesia.

¿Cómo se conocen cuáles los libros sagrados? La Iglesia post-apostólica reconoce qué
libros han nacido de ella misma, son de ella.

Se criticó a Rahner no haber tenido en cuenta los escritos veterotestamentarios. Los au-
tores del AT pueden entrar en la predefinición de la Iglesia, como prehistoria de la Igle-
sia, y como tales son inspirados.

TEMA 14

Santo Tomás distingue entre profecía e instinto profético.

El conocimiento siempre es imperfecto. Pero este conocimiento puede llegar hasta la


intelección de ser verdadera profecía (cuando el profeta sabe que viene de Dios lo cono-
cido) o no saberlo (instinto profético).

Santo Tomás emplea de manera equívoca y anfibológica los términos revelación e inspi-
ración.

Toda la Escritura es instinto profético.

Santo Tomás no está hablando del discurso profético sino del discurso en general.

Los hagiógrafos no son, en su mayoría, conscientes de decir Palabra de Dios ni de decir


ninguna novedad.

19
El instrumento en el profeta es su mente. El instrumento para la Escritura es el hagiógra-
fo. La Escritura es instrumento de la Palabra de Dios.

TEMA 15

Dios enseña la verdad, pero no una verdad de la ciencia, sino la verdad de los cristianos.
En las maneras que tenía de manifestarse a los hombres era según su mentalidad.

DV 11b. Desplaza el acento de la inerrancia a la verdad de la Escritura. La inerrancia es


una de las cualidades de la verdad.

Se cambió por veritatis causae.

El autor de la Biblia no puede engañarnos.

El concordismo trataba de traducir en lenguaje científico las afirmaciones sobre la natu-


raleza de la Biblia: ej.: paso del Mar Rojo.

Los once primeros capítulos del Génesis son historia primordial, pues tienen paralelis-
mos en otras civilizaciones. El lenguaje es mítico (no quiere decir que sean mitos). Los
préstamos son literarios.

La encíclica Humani generis da libertad a los católicos para investigar desde el evolu-
cionismo, con tal de que no se niegue la creación, etc.

Verdad es lo real, es lo fiable y es la adecuación. De las tres, la más importante en la


adecuación, pues la verdad está propiamente en la mente. Ésta es la verdad lógica.

La verdad es la adecuación entre la inteligencia y la cosa conocida (Isaac d’Israeli). La


verdad no se da propiamente

La Escritura es como una simple aprehensión. No es perfecto hasta Jesucristo.

Ejemplo: la conquista de Jericó está inspirada, lo que ocurre es que se trata de una na-
rración épica. El contenido es que Jericó pasó a manos de los judíos (de hecho estaba
desierta).

Cuando leo el libro sagrado, el hagiógrafo crea la referencia. Toda la Biblia es expresión
de la Revelación. Cada libro se entiende en el marco de la Biblia toda. Representa una
verdad que está dada de antemano. La Iglesia no tiene problema en presentar el libro de
Josué: Dios ha inspirado el libro para que expresa esa doble dimensión de verdad.

20
Hay dos momentos: para los apóstoles antes de la revelación de Cristo, el libro de Josué
es revelación imperfecta e incompleta, representa a un Dios judaico. Era palabra de
Dios en su condescendencia. Después de la resurrección, las promesas se han cumplido
en Jesucristo, luego cuando la Iglesia propone el libro de Josué como verdadera palabra
de Dios, está proponiendo Josué como expresión de quién es Jesucristo, como expresión
de una parte de la historia de la salvación. Dios no solo enseña que la Revelación era
imperfecta, sino que esa revelación forma parte de la Palabra de Dios. Dios acepta el
error. Ya no había amorreos cuando se escribió la Ley del anatema.

Si no se entiende desde Moisés, etc., tampoco se entiende desde Jesucristo. Si no fuera


por el AT no se entenderían algunas cosas: Dios cambia de opinión.

La historia como ciencia surge en Alemania en el siglo XIX. Historie y Geschichte. La


primera es la historia como ciencia, mientras que Geschichte es acontecer. Toda Histo-
rie es Geschichte, pero no toda la Geschichte es Historie. Una cualidad de la Historie es
que debe describir cosas que pueda conocer fehacientemente. La resurrección, ¿pertene-
ce a la Historie? No, pues no es humana, es singular. La predicación apostólica sí es
Historie.

La resurrección, la multiplicación de los panes y los peces, etc., son metahistóricos.

El Catecismo dice que la resurrección de Jesús es histórica. Se trata de sentidos distintos


de la palabra «histórico». La Biblia cuenta historia, pero no Historie.

TEMA 16

Las reglas de fe constituyen la semilla, el núcleo, de los posteriores símbolos de la fe.


De hecho, Santo Tomás dirá que el símbolo atanasiano es regula fidei. Asimismo, dirá
sola scriptura canonica, regula fidei.

Solo a partir del siglo IV se aplica el calificativo «canónico» a los libros sagrados.

Carta Festal es la carta que todos los años enviaba el Patriarca de Alejandría a Roma
para determinar la fecha de la pascua. En ella se contiene la primera lista de los libros
canónicos.

Los libros canónicos son los que proceden de los apóstoles y que fueron entregados a
los padres, representantes de la época post-apostólica, y como tales los difundieron.
Pero además señalaron otros para ser leídos sin ser canónicos. En San Atanasio, canóni-
co significa «inspirado». No quiere decir «regla», sino perteneciente a la regla.

Deuterocanónicos son los libros cuya canonicidad ha sido descubierta por la Iglesia en
un segundo momento, más tarde. No quiere decir que sean menos canónicos, o canóni-

21
cos de segunda clase. Ello supondría cambiar el concepto de canon, pues se consideraría
que los libros canónicos son en sí mismos la norma. Lutero llama apócrifos a los libros
deuterocanónicos. Lutero los traduce al final de la Biblia y afirma que solo sirven para
fundamentar la piedad, pero no la doctrina.

Los hallazgos en Qumram han puesto de manifiesto que el canon rabínico que excluye
los libros deuterocanónicos es post-cristiano (siglo V).

En el siglo I la Iglesia tenía una colección de libros sagrados, la cual no estaba definida,
al menos en sus términos. A veces se conoce como «Escritura». Al no estar cerrada, esa
colección es variable. Por tanto, muchos autores proponen distinguir entre canon y Es-
critura. Canon es una lista cerrada de libros que contienen la Escritura. Escritura es una
colección de libros no cerrada.

Canónicos son los libros que han sido recibidos por los padres, mientras que los no ca-
nónicos son solo transmitidos por los padres.

La distinción entre Escritura y canon suele ser de corte protestante. El canon es algo
adjetivo al libro.

Se pensó en distinguir entre libros fundamentadores de la doctrina y libros para la pie-


dad. Finalmente, se decidió evitar esta confusión, considerando por igual a todos los
libros en tanto que inspirados.

Canónico es lo relativo a las formas normativas. No quiere decir que lo canónico sea
norma, sino que contiene la norma.

Vid. 2 Co 1, 7 y ss.

San Pedro, en una de sus epístolas, considera Escritura las cartas de San Pablo (lo cual
no quiere decir necesariamente que las considerara inspiradas).

En la época post-apostólica (a partir del año 120) la Iglesia percibe algunos libros como
inspirados y los colecciona.

Si la Iglesia (particular) tiene un libro coleccionado es porque lo considera inspirado,


eficaz.

Trento copia Florencia, y este concilio copia al Concilio de Cartago de 396/398, que
recoge lo que ya estaba dicho en la Carta festal.

Canon quiere decir lista cerrada, conforme al hecho fundamental de que la Revelación
concluye con los apóstoles. Esto no ocurre con los hebreos, pues ellos aún esperan la
venida del Mesías.

22
Colecciones privadas de libros normativos ya las encontramos en San Ireneo, que de-
termina cuáles son los cuatro evangelios.

Hay más contenidos de la revelación más allá de los libros canónicos, en la medida en
que han sido transmitidos mediante la tradición de la Iglesia. Inclusive, los evangelios
apócrifos, aun los heréticos, pueden contener revelación, pues contienen tradición apos-
tólica, aunque posteriormente deformada. Lo que ocurre es que, aun esos contenidos no
heréticos que recogen tradición, no están inspirados.

Inspiración subsiguiente: no es aceptable esta tesis en tanto que niega la inspiración en


el hagiógrafo, antes y durante la redacción. Sin embargo, ello no obsta para que la Igle-
sia esté inspirada al reconocer un libro como canónico.

TEMA 17

El canon de la Biblia hebrea es distinto en el grupo de los escritos en la versión hebrea


que en la traducción griega (siglo III a. C.- s. I en Alejandría). También había libros en
griego en Palestina. Los protestantes y anglicanos adoptaron el Antiguo Testamento
según la versión hebrea, pues pensaban que los cristianos habían tomado la versión
griega en orden a la expansión de la Iglesia, mientras que la Biblia hebrea expresaba
mejor la tradición. Esto lo pensó Lutero y también Calvino.

Los libros de la Biblia hebrea y griega coinciden en los libros de la Ley y los Profetas y
la mayor parte de los escritos (aunque pueda haber variantes). Se diferencian en los lla-
mados deuterocanónicos.

Hay otros textos, Escritos, que no están unidos por una forma. La única mención en el
NT a un tercer grupo es la de Jesús Resucitado, a los Salmos (Lc). Esto significa que es
artificial el corte entre libros proféticos y los Escritos, que lleva a considerar que solo
son profetas los que constan en los libros proféticos.

1.4. De los saduceos sabemos poco porque eran los que estaban en connivencia con los
romanos. Tras la destrucción de Jerusalén, los fariseos destrozaron sus escritos (en Jam-
nia).

El Pentateuco samaritano tiene la misma forma que el Pentateuco judío, pero con una
variante textual distinta.

En la Biblia de los LXX hay traducciones más antiguas que otras. Incluso algunos libros
habían sido escritos directamente en griego, como 2 Macabeos y Sabiduría. En ningún
caso se conserva un canon. Esta es la Biblia que tomaron los cristianos.

23
En resumen, en el siglo I hay una serie de libros: Torah, Profetas y otros libros (Escri-
tos, etc.).

Hacia el año 64/65 d. C., los judíos hicieron una revuelta contra Roma para no pagar
impuestos. Roma envió a las legiones. El jefe elegido para sofocar la rebelión fue Ves-
pasiano. Sofocó la revuelta desde el Norte hasta el Sur y sitió Jerusalén en el 68. Sitian-
do Jerusalén, uno de los judíos, Joaquín, haciéndose pasar por cadáver, comunicó a un
sacerdote judío, Josefo, perdonado por los romanos, había tenido una visión según la
cual Vespasiano sería elegido emperador. Murió Nerón, emperador entonces. Vespa-
siano marchó a Roma y las tropas le aclamaron emperador. Comenzó allí la dinastía de
los Flavios. En premio de su visión, a Joaquín Ben Zakkai le permitieron establecer en
Jamnia una escuela de judaísmo. Este fue el judaísmo que pervivió después de la des-
trucción de Jerusalén.

El Talmud es una explicación de la Misná que incluye además la Torah. En cambio, la


Misná no contenía el Torah. Es decir, hasta el siglo V no se cita a la Torah como fun-
damento de la Misná. Esto indica que, en la época del Talmud, los libros sagrados son
más importantes.

Las baraítas son tradiciones de los padres que son anteriores a la Misná pero se han
transmitido oralmente. ¿?

Toseffta es el primer comentario a la Mishná.

2.3 San Agustín se percata de que los libros que había recibido de los Padres eran más
que los que tenían los judíos contemporáneos suyos.

TEMA 18

La primera autoridad es Jesucristo. Sobre ese principio se compondrá la Biblia cristiana.


No es que los Padres asocien los Evangelios a las Escrituras, sino que consideran Escri-
turas al Evangelio, y asocian a éste a los escritos del Antiguo Testamento. Y ello porque
los escritos del Nuevo citan, concediendo autoridad, a los del Antiguo.

La liturgia cristiana incluye, por un lado, la liturgia sinagogal (lectura de la Escritura) y


la liturgia pascual (eucaristía). En la primera parte se leían textos tanto del Antiguo co-
mo del Nuevo Testamento.

San Justino y Tertuliano comentan que, aunque los cristianos emplean la Biblia griega,
para la apología con los judíos, emplean solo la Biblia hebrea, la aceptada por los rabi-
nos.

24
Como los judíos definen su canon, los cristianos se ven compelidos a hacer lo propio.
San Justino critica a los judíos porque, a su entender, están manipulando sus Escrituras
para que no hablen de Cristo. San Agustín no es consciente de esto cuando manifiesta
su perplejidad por las diferencias entre la tradición bíblica recibida de los Padres y el
canon rabínico.

Nuevo Testamento:

En el siglo II se extiende el gnosticismo, que distingue entre los físicos y los ílicos. Lo
físico es lo aparente, y lo espiritual es lo real. Afirman que el mundo es una batalla entre
el bien y el mal, que es lo físico. El gnóstico es el que sabe la verdad de las cosas. Los
gnósticos afirman que Dios, el sumo principio, delegó la creación en un demiurgo, que
creó el mundo. Dios salva suscitando por el Espíritu elementos que conocen el ser de las
cosas. Jesucristo fue suscitado para elevar el mundo y librarnos de lo equivocado. Según
Marció, solo San Pablo se libró del judaísmo. Habría que suprimir el Antiguo Testa-
mento y, del Nuevo, dejar solo el Evangelio según San Lucas (quitando los pasajes de la
infancia) y las Epístolas de San Pablo. El apócrifo «Evangelio de Judas» recoge estas
ideas: Judas parece malvado ante el mundo pero él ha sido instruido por Jesucristo en
una formación más elevada.

Taciano intentó reunir los cuatro evangelios en el Diatessaron, que fue comentado por
San Efrén.

Esto provoca el propósito de definir qué es verdaderamente cristiano.

La solución viene de San Ireneo: hemos recibido de los Apóstoles unos textos y unos
ministerios apostólicos de magisterio. Por tanto, los textos recibidos por los Iglesia son
los recibidos públicamente, no por una sabiduría oculta como propugnan los gnósticos.
Así, señala cuáles son los textos que no son canónicos.

A finales del siglo II ya San Ireneo afirma que los Evangelios son cuatro y solo cuatro,
que son los que proceden de los apóstoles.

Constantino promovió a su costa la edición de cincuenta biblias, para lo cual encargó al


obispo Eusebio de Cesarea investigar sobre los libros que habían de incluirse. También
se investigó esta cuestión a propósito de los libros que «se podían pisar» en el marco de
las persecuciones.

En la vida de la Iglesia los propios libros se manifiestan como sagradas en tanto que se
utilizan en el culto. La propia tradición descubre esto.

TEMA 19

25
Benedicto XVI afirma que, sabiendo qué quiere decir el hagiógrafo, podemos saber qué
quiere decirnos Dios, en tanto que autor de la Escritura, pero no todo lo que Él quiere
decir. Dios quiere decir, en primer lugar, lo que quería decir el hagiógrafo, en tanto que
autor instrumental.

La hermenéutica es una traducción a nuestra situación presente, no es una


retrotraducción.

Dos reglas de la hermenéutica romántica:


- Interpretación gramatical: Lo común de las personas (lengua, contextos...)
- Intepretación psicológica: Modo de conocer del autor.

Heidegger y Gadamer, por contra: Antes de aplicar unos métodos, aplicamos nuestras
precompresiones, nuestros prejuicios, pues el que comprende forma parte de aquello
que comprende. Si no se tienen prejuicios para comprender, no comprende. Quien dice
que no tiene prejuicios (ilustrados), tiene el prejuicio de pensar que no tiene prejuicios,
lo cual es un perjuicio. Entender, pues, lo que quiso decir el autor, como pretende la
hermenéutica romántica, es imposible.

Dios es autor tanto del texto como de la interpretación que le da la Iglesia. Así, aunque
la Biblia se interpreta como otro texto en un principio, hay una dimensión histórica,
pero también social y también religiosa del mismo, que no se pueden soslayar.

La hermenéutica ha de pretender aprehender el sentido de la Sagrada Escritura para el


presente. Por tanto, la hermenéutica pertenece tanto a la Teología como a la Exégesis.

El sentido es el noema del acto de decir.

En la comunicación hay un proceso de escritura y otro de lectura. No tienen el mismo


tiempo ni el mismo espacio.

El texto presenta características del destinatario.

En un comunicación mediante textos, hay una serie de signos, a partir de los cuales el
lector forma un sentido. La referencia es lingüística, pues la idea que tiene el autor sobre
aquello de lo que habla (por ejemplo, la idea de San Mateo sobre lo que Jesús predicó).
Es una especie de representación concentrada, que no se da más que en la obra.
Nosotros interpretamos la idea que tenía Mateo de Jesús. Esto se llama suspensión de la
referencia: hasta que no acabamos de leer a San Mateo no conocemos qué significa, vg.,
«genealogía». Se comprende mejor con el Cantar de los Cantares, que es ficción.

La vida y ministerio de Jesús están representados en la idea que tenía San Mateo.
Cuando se recibe el texto, entonces se entiende que la referencia es la idea de Mateo
como una manera autorizada de entender la vida de Jesús.

26
Los protestantes consideran que la Biblia es un conjunto de ideas... No puedo decir nada
de Jesús que no sea repetir sin más las ideas de la Escritura.

Lo que hizo Jesús nos llega a través de la predicación apostólica, que nos llega a través
de la Escritura y la tradición. El conocimiento debe acabar en la cosa en sí, a través del
lenguaje; no solo con la idea. El mundo de la vida husserliano es la intersección entre lo
que quiere decir el autor y lo que entiende el lector. Si tenemos una realidad común,
tenemos algo real, objetivo en la comprensión.

4. La Palabra de Dios es Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación. Jesucristo se


expresa con la proclamación apostólica. DV 8: «...lo que enseñaron los Apóstoles encie-
rra todo lo necesario para que el Pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe...». La
predicación apostólica precede a los libros inspirados, es más que ellos. Jesús mandó
predicar a los apóstoles, no escribir. En la tradición posterior a los apóstoles, cuando
transmite la predicación apostólica lo que hace es transmitir los escritos apostólicos.

La predicación apostólica es el cauce a través del cual nos llega la Palabra de Dios. Lo
que transmite el evangelista es una expresión de la proclamación apostólica que expresa
a Jesús. Lo que dice San Marcos es siempre más que la idea que tiene San Marcos. Pero
lo que San Marcos quiere decir no es sino lo que dice. La realidad es mucho mayor que
lo que designa el lenguaje acerca de ella, pero no tenemos más forma de conocerla que
el lenguaje.

El gran error de la exégesis contemporánea es que, en lugar de llegar a la realidad, se


queda en el concepto. La Escritura no se testimonia a sí misma, sino a la predicación
apostólica. Dios habla a través de Jesucristo y la predicación apostólica, y en los libros
sagrados tenemos un cauce de la Palabra de Dios.

TEMA 20

Dios quiso decir, en primer lugar, lo que quisieron decir los hagiógrafos. Es posible que
el hagiógrafo no supiera todo el alcance de lo que dijo.

El contenido no se sitúa en un marco religioso sino de la Revelación a Israel. Ej: Cantar


de los cantares, no es primariamente religioso.

Saber qué es lo que quiso decir el hagiógrafo es lo que trata de dilucidar el abusivamen-
te llamado «método histórico-crítico». Llámese método filológico. El «método históri-
co-crítico» tiene unos presupuestos que lo condicionan y que consisten en soslayar todo
elemento del que no se pueda tener experiencia. Así, se descarta todo elemento sobrena-
tural, incluida la Resurrección.

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El sentido literal lo entendemos de dos maneras:

- Sentido literal de la idea de San Lucas (mundo del texto).


- Sentido literal de las palabras de Jesús como las expresa San Lucas.

Todo lo que permita el contexto del momento pertenece al sentido literal. El sentido
literal puede ser más de uno, dice Santo Tomás de Aquino.

El sentido plenior es espiritual, pues para ser literal debería conocerlo el autor, y no es
así. Ej.: Is 7, 14.

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