Rubén Cáceres, alias “el Perkin”, no tenía malas intenciones en el principio, pero cuando

vio que en la Empresa de Rent a Car no le pusieron ningún obstáculo para arrendarle por
una semana el vehículo 4 x 4 que le gustó, y no se dieron cuenta que la cédula de identidad
que le pidieron era “movía”, ya que se la había vendido muy barata el “Pilme”, quien la
había conseguido en una billetera que con dedos de seda sacó del bolsillo de un distraído
transeúnte en el Metro, quien ni siquiera se dio cuenta de lo sucedido. Así las cosas, con el
vehículo en su poder, para deshacerse rápido de él, se lo vendió muy barato al “Chinche”,
quien lo necesitaba para un trabajo con un cajero automático ese fin de semana que tenía
planeado con su banda. El problema fue que el transeúnte dueño de la cédula puso
rápidamente la denuncia y con ello la pesquisa policial no demoró en sorprender al
“chinche” y su banda, justo en los momentos en que se encontraban en el cajero automático
seleccionado tratando de desprenderlo mediante el sistema de saturación por gas… Lo
único bueno es que ninguno de ellos tenía antecedentes penales.