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Marta Harnecker: “Los docentes tienen que ser educadores populares”

“Se está construyendo una universidad inserta en el pueblo; todo el sistema


educacional tiene que estar relacionado con lo que Paulo Freire planteó; los
docentes tienen que ser educadores populares, tienen que estar insertos en las
realidades y las fuentes de la discusión y del aprendizaje deben partir de la
realidad, no quiere decir que los libros no sean importantes ni la ciencia, pero tiene
que haber una relación de respuesta al territorio, a la tradición, es decir,
aterrizada”, afirmó Marta Harnecker, durante la conferencia denominada “De los
Consejos Comunales a las Comunas”, dictada en la ciudad de Coro el pasado 02 de
noviembre.

La investigadora de las Ciencias Sociales de origen chileno, disertó sobre la


concepción del Socialismo del siglo XXI y el importante papel que tienen los
Consejos Comunales en la construcción de este sistema social, político y
económico, del cual no puede escapar la función de los docentes en todos sus
niveles.

En tal sentido, aclaró que el término Socialismo del Siglo XXI fue usado por primera
vez en el año 2000 por el sociólogo chileno Tomás Morian, quien le agregó el
vocablo “la V vía”, para darle el carácter democrático y diferenciarlo de los errores
del socialismo del siglo XX establecido en la extinta Unión Soviética.

“Socialismo y democracia no son dos cosas separadas. Los hombres y las mujeres
son las que construyen el socialismo, pues no se puede decretar desde arriba”,
acotó la ponente.

Citó al presidente Hugo Chávez, quien expresó que el socialismo debe estar
adoptado a cada realidad nacional, y que no puede haber socialismo sin una ética
respectiva, caracterizada por el amor, la igualdad y la búsqueda de la felicidad de
todos y todas.

Según Harnecker, el Socialismo no es colectivismo que no respeta las diferencias,


ni es uniformarse. La izquierda no quiere un socialismo estatista, en el que se
formen empresas con visión capitalista; no desea el totalitarismo, la planificación
central burocrática, la mecanización o dictadura de la empresa, el dogmatismo, el
ateísmo, ni el partido único.

“La base del socialismo es que el ser humano es eminentemente social, la vida del
hombre es comprensible a través del contacto con otros seres. Queremos el pleno
desarrollo de la persona humana mediante la transformación de la realidad, de las
circunstancias”, aseguró.

Por otra parte, la eficiencia económica no se mide por productividad donde se debe
producir más en menos tiempo y el trabajador es alienado, en socialismo debe
tomarse en cuenta la naturaleza, y promover el desarrollo humano propiciando el
crecimiento y la toma de decisiones de las personas, no reducir a seis horas la
jornada de trabajo, sino incluir entre las ocho, dos horas de formación y
capacitación, para tener la posibilidad de ejercer la dirección de la empresa”.

Igualmente señaló: “Para mí el socialismo no es posible sin protagonismo popular;


por eso Alfredo Maneiro decía que no se trata de darle contenido social a la
democracia burguesa, sino transformar la democracia y convertir a los ciudadanos
en entes que toman decisiones… Democracia es igual a pluralismo, socialismo es
sociedad de trabajadores, donde se respetan las ideas, los valores, la posición de
las personas”.

Al respecto, la investigadora chilena considera que puede haber control popular si


hay transparencia y descentralización. “Es fundamental entender bien la
descentralización fomentando la toma de decisiones al descentralizar competencias;
esto fortalece al estado nacional cuando cada comunidad tiene la posibilidad de
resolver los problemas más sentidos por la gente”.

Sin embargo –añadió- para fomentar la participación también se debe garantizar


espacios para la participación, de allí la importancia de los Consejos Comunales, las
mesas de trabajo como las mesas técnicas de agua o de electricidad, ya que el
socialismo requiere de un sistema político, integral de delegación de vocería.

Harnercker manifestó que Venezuela es un país con cultura consumista, capitalista,


y sobre todo rentista, por lo que el socialismo sólo puede darse con un profundo
proceso de transformación cultural, porque “estamos construyendo un socialismo
sin socialistas”.

“Estamos trabajando con una maquinaria estatal heredada, se puede estatizar


empresas estratégicas, crear nuevas instituciones paralelas a la estructura
heredada, por ejemplo las misiones; cambiar las reglas del juego al modificar leyes;
desde el gobierno se puede impulsar la creación de un nuevo gobierno abajo que
vaya creando un nuevo sistema político”, concluyó.

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