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¿SON LOS TRASTORNOS PSICOLÓGICOS ENFERMEDADES

COMO OTRA CUALQUIERA?

Marino Pérez
Universidad de Oviedo

unque el DSM-IV y CIE-10 no ciado por la investigación psicopatoló-

A utilizan el término enfermedad


sino el de trastorno, traducción
de disorder, en los contextos clínicos y,
gica. Sin menoscabo de la existencia de
desequilibrios químicos en la base de
ciertas enfermedades (sea por caso el de
en particular, en Atención Primaria y en la glucosa en relación con la diabetes),
Salud Mental, se da a entender, si es que lo cierto es que no está establecido nin-
no se da por hecho, que los problemas gún desequilibrio neuroquímico especí-
psicológicos (psiquiátricos o mentales, fico en relación con ningún trastorno
que en esto no hay caso ahora) son “en- mental. De hecho, tales supuestos dese-
fermedades como otra cualquiera”. quilibrios, incluyendo el tan socorrido
de la serotonina en relación con la de-
Modelo de enfermedad mental al uso presión son, en realidad, más dispositi-
D. Marino Pérez
en contextos sanitarios vos del marketing farmacéutico que
El modelo de enfermedad al uso en con- hallazgos científicos.
El problema resulta, pues, descontex-
textos sanitarios es tan simple como fa- tualizado de su sentido psicológico. En Así pues, el modelo de enfermedad al
laz. Consiste básicamente en definir el general, la entrevista diagnóstica para el uso en relación con los trastornos psico-
problema presentado por un listado de médico de Atención Primaria, y en su lógicos está sustentado por dos patas
síntomas y suponer que deriva de un de- caso el psiquiatra, viene a ser un puzzle falsas: la falsificación del problema, al
sequilibrio neuroquímico (González en el que el paciente tiene las piezas y el reducirlo a unos cuantos síntomas des-
Pardo y Pérez Álvarez, 2007: 32-37). clínico trata de encajarlas en un cuadro, provistos de sentido personal y la fala-
La definición del problema por un lista- escogiendo unas y dejando fuera otras. cia del desequilibrio neuroquímico
do de síntomas viene facilitada por los Una vez resuelto dicho puzzle (diagnósti- como supuesta causa a remediar.
sistemas de clasificación establecidos: co), lo siguiente es la prescripción del
DSM o CIE. Dejando aparte muchas otras psicofármaco de turno. En adelante, lo ¿Es mejor estar “enfermo” que tener
cuestiones relativas a estos sistemas, lo que hace el clínico es preguntar por los un problema psicológico?
central ahora es que el problema consulta- síntomas cara a mantener, subir o bajar Incluso sin fundamento científico ni clí-
do queda reducido a unos cuantos sínto- la dosis o cambiar de preparado, un pro- nico, la noción de enfermedad aplicada
mas. Con tal de reunir 5-6 de una serie de cedimiento conocido como “escuchar al a los trastornos psicológicos podría ser
10 ó 12, uno ya sería acreedor de un diag- fármaco” (“escuchando al Prozac”), no defendida en aras de la reducción del
nóstico formal (depresión, ansiedad, tras- precisamente a la persona. Ciertamente, estigma, como así viene ocurriendo en
torno de pánico, fobia social, etcétera). De no habría por qué perder mucho tiempo los últimos años. En efecto, profesiona-
esta manera, el problema del paciente no escuchando a la persona si, como se su- les de salud mental, sin duda bien inten-
sólo queda reducido a una lista de sínto- pone, su trastorno deriva de un desequili- cionados, abogan por enseñar a la gente
mas (un síndrome), por lo común, aqué- brio neuroquímico. que los problemas mentales son enfer-
llos que son sensibles a la medicación, Por su parte, el desequilibrio neuro- medades como otra cualquiera. Se su-
sino recortado de su vida, de su contexto químico es más algo supuesto por el pone que la compasión y benevolencia
biográfico y circunstancias personales. modelo psicofarmacológico que eviden- dispensada a los enfermos de condicio-

INFOCOP 9
EN PORTADA
nes fisiológicas serían extensibles y be- seres humanos son vistos como autóma- razonable que parezca, la verdad es que
neficiosas para aquéllos con trastornos tas, inertes, rígidos y carentes de autono- sus resultados no compensan sus costes.
mentales. Más en particular, el objetivo mía (Haslam, 2006). Es bien posible que En general, la combinación no es mejor
es que así los pacientes serían vistos co- todo esto tenga que ver con la usual es- que lo que cada una de las terapias ofre-
mo víctimas de enfermedades más allá trategia de “escuchar al fármaco” más ce por sí misma y aun podría ser contra-
de su control y, consecuentemente, no que a la persona propiamente. Por su- producente en algunos problemas
serían culpables de su problema. El cul- puesto que se habla con la persona, pero cuando, por ejemplo, la terapia psicoló-
pable sería el cerebro y una suerte de es más por cortesía y buena educación gica consiste en afrontar ciertas expe-
lotería genética negativa. que para analizar y entender su problema riencias que la medicación apacigua
El caso es que la noción de enfermedad, y, en definitiva, tomarlo como un asunto (pensando en psicoterapias de exposi-
lejos de evitar el estigma es, en realidad, personal. ción, experienciación o aceptación). Por
estigmatizante. Así, se ha visto que las En consecuencia, la política de que los otro lado, si alguien está tomando medi-
personas con supuestas enfermedades trastornos psicológicos son como cual- cación, difícilmente va a tomar en serio
mentales son tratadas con distancia y quier otra enfermedad no sólo no ha la psicoterapia. Curiosamente, la mayor
consideradas como imprevisibles y poco evitado el estigma, sino que lo ha au- defensa de la combinación viene, por lo
fiables, incluso por los familiares y los mentado en varias dimensiones más. general, de las guías sustentadas por la
propios clínicos (Read, Haslam, Sayce y Por el contrario, la presentación de los industria farmacéutica. Pareciera que
Davies, 2006; Van Dorn, Swanson, Elbo- problemas psicológicos como lo que con tal de dar medicación, por qué no
gen y Swartz, 2005). Así mismo, a los son (problemas, dificultades, crisis) no también psicoterapia (un poco de charla
pacientes a los que se les da a entender es estigmatizante y es a la vez política y a la par de la pastilla, pero ésta que no
que el trastorno tiene causas biológicas, científicamente correcta. falte). (Véase González Pardo y Pérez
consideran que el tratamiento requerido Álvarez, 2007, cap. 15).
llevará más tiempo, son más pesimistas Pero, ¿es que no son útiles los Puestos a hablar de combinación, la re-
acerca de la mejoría y adoptan un papel psicofármacos? comendación más adecuada sería empe-
más pasivo ante los clínicos y su propio Con todo, no se negaría la utilidad de los zar con terapia psicológica y contemplar
problema que si se les da a entender que psicofármacos. Ahora bien, se deberían la medicación después de, al menos, diez
tiene causas psicológicas (Lam y Sal- utilizar como lo que son: sintomáticos, sesiones de aquélla si se viera todavía
kovskis, 2007). en esto como los antigripales; y protési- conveniente. La terapia psicológica lleva
Es más, las personas con problemas ca- cos, cual ayudas artificiales y provisiona- su tiempo, pero en la escala de una medi-
racterizados en términos de enfermedad les. Artificiales porque la solución cación de años o de por vida, unas diez
son tratadas con más dureza que si lo ha- bioquímica no es homogénea con la na- sesiones es sin duda una terapia breve y,
cen en términos psicológicos, como se ha turaleza psico-social del problema y pro- considerando todo lo que hay que consi-
visto en estudios experimentales, siguien- visionales porque deberían aplicarse por derar, más económica que la medicación,
do el paradigma de Milgran. Los partici- un tiempo limitado del orden, por ejem- como ha mostrado el informe sobre la
pantes llegaban a aplicar supuestamente plo, de 3-6 meses y no de los años y años depresión de la London School of Econo-
shocks más fuertes en una tarea de apren- que suelen, lo que evidencia su inefica- mics (LSE, 2006).
dizaje a los “aprendices” que, según se cia (como si la escayola para un brazo
había sugerido, habrían padecido una tuviera que llevarse durante ocho o más Los trastornos psicológicos no son
“enfermedad mental”, que a los que habí- años). Se da la paradoja de que se pres- enfermedades
an tenido “dificultades psicológicas” o cribe la medicación por un tiempo breve La cuestión de fondo es que los trastor-
nada en especial (Metha y Farina, 1997). y después se mantiene para evitar el nos psicológicos (psiquiátricos o menta-
Esto apunta a que la “condición biológi- efecto de retirada, una vez que el pacien- les) no son enfermedades como otra
ca” genera el estigma de ser diferente, te se ha “habituado” en varios sentidos. cualquiera, como la diabetes o la artritis
dando lugar a la conocida forma de des- Respecto a la posible combinación de según se comparan a menudo. Los tras-
humanización mecanicista, en la que los psicofármacos y terapia psicológica, por tornos psicológicos no son tipos o entida-

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REFERENCIAS
González Pardo, H. y Pérez Álvarez, M. (2007). La invención de trastornos psi-
cológicos. ¿Escuchando al fármaco o al paciente? Alianza Editorial.
Hacking, I. (2001). ¿La construcción social de qué? Paidós.
Haslam, N, (2006). Dehumanization: an integrative review. Personality and So-
cial Psychology Review, 10, 252-264.
des naturales como pueden serlo las en-
Lam, D. C. K. y Salkovskis, P. M. (2007). An experimental investigation of the
fermedades propiamente, sino tipos prác-
impact of biological and psycological causal explanations on anxious and de-
ticos o entidades interactivas,
pressed patients’ perception of person with panic disorder. Behaviour Re-
susceptibles de ser influenciadas por el
search and Therapy, 45, 405-411.
conocimiento, interpretaciones y explica-
LSE (2006). The Depression Report. A New Deal for Depression and Anxiety
ciones que se den de ellas (o de las expe- Disorders. The Centre for Economic Performance’s Mental Health Policy
riencias y conductas de las que derivan Group.
tales entidades) en el contexto clínico de Metha, S. y Farina, A. (1997). Is being ‘sick’ really better? Effect of the disease
la “entrevista psiquiátrica” y en el extra- view of mental disorder on stigma. Journal of Social and Clinical Psychology,
clínico de la cultura popular y la “sensibi- 16, 405-419.
lización de la población” (Hacking, 2001; Read, J., Haslam, N., Sayce, y Davies, E. (2006). Prejudice and schizophrenia: a
González Pardo y Pérez Álvarez, 2007). review of the ‘mental illness is a illness like any other’ approach. Acta Psy-
La interpretación y explicación que de- chiatrica Scandinavica, 114, 303-318.
mos de nuestra diabetes no altera el meta- Van Dorn, R. A, Swanson, J. W., Elbogen, E. B. y Swartz, M. S. (2005). A com-
bolismo de la glucosa, pero la parison of stigmatizing attitudes toward persons with schizophrenia in four
interpretación y explicación cultural y stakeholder groups: perceived likelihood of violence and desire for social dis-
clínica de la depresión y la ansiedad in- tance. Psychiatry, 68, 152-163.
fluye en su realidad, convirtiéndola, por
ejemplo, en una enfermedad vivida co-
mo otra cualquiera (pero no porque lo
sea realmente) o en un problema de la vi-
da del que la propia persona sería un
agente activo en su solución, y no nece-
sariamente el paciente pasivo de un pre-
sunto desequilibrio neuroquímico.
Las terapias psicológicas tienen su ba-
se precisamente en esta condición prác-
tico-reconstructiva e interactiva del
problema presentado. De hecho, consis-
ten en ayudar a la gente no sólo a enten-
der su problema, sino también a
desarrollar poder y habilidades en rela-
ción con las experiencias y situaciones
que de otra manera, dada la cultura y la
política predominantes, les convertiría
fácilmente en pacientes de supuestas
enfermedades, a expensas de una medi-
cación a menudo crónica.
Llegados aquí, la pregunta sería qué es
lo que quiere la sociedad: ¿pacientes
consumidores de psicofármacos, por no
decir drogodependientes del Sistema Sa-
nitario; o personas usuarias de servicios
psicológicos que les ayuden a solucionar www.eawop2009.org
sus problemas, dificultades o crisis?.

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