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Tipos de toxinas
Básicamente, existen dos tipos de toxinas bacterianas: las endotoxinas y las exotoxinas.
• Exotoxinas La mayor parte de las toxinas bacterianas conocidas pertenecen a este tipo.
Son proteínas solubles, termolábiles producidas en el interior de ciertas bacterias como
parte de su crecimiento y metabolismo. Son secretadas en el propio medio o liberadas
después de la lisis de la bacteria productora. Por su naturaleza enzimática, la mayor parte
de ellas son muy dañinas incluso en bajas concentraciones; además son capaces de actuar
más de una vez pudiendo desplazarse desde el foco de la infección, hacia otros tejidos o
células donde expresan sus efectos tóxicos
Las exotoxinas se han dividido en tres grupos de acuerdo a su estructura y función. Un tipo
son las toxinas A-B que se les da el nombre por el hecho de que la porción B de la toxina se
une a su receptor en la célula hospedera y se separa de la porción A, que media la actividad
enzimática responsable de la toxicidad. La mayoría de las toxinas bacterianas bien
caracterizadas caen dentro de la categoría A-B, por ejemplo, toxina colérica, tetánica,
diftérica y toxina Shiga. El segundo tipo de exotoxinas no tienen las porciones separables
A-B y actúan por desorganización de la membrana de las células hospederas. El tercer tipo
de toxina, denominado superantígeno también carece de la estructura tipo A-B y actúa por
estimulación de las células B para liberar citocinas por ejemplo la toxina de choque tóxico
producida por Staphylococcus aureus.
Ejemplo: Algunas cepas de S. aureus que proliferan en las membranas mucosas o en las
heridas, elaboran toxina-1 del síndrome de choque tóxico, que causa el síndrome de
choque tóxico
Otra forma de clasificarlas es:
Superantígenos
Los superantígenos son producidos por varias bacterias. Los superantígenos mejor
caracterizados son aquellos producidos por las cepas de Staphylococcus aureus y
Streptococcus pyogenes que causan síndrome de shock tóxico. Los superantígenos tienden
un puente sobre la proteína MHC clase II en la célula presentadora de antígeno con el
receptor en la superficie de las células T con una cadena particular de Vβ.
Consecuentemente, hasta el 20% del total de células T son activadas, conduciendo a una
secreción masiva de citocinas proinflamatorias, las que producen los síntomas de choque
tóxico.
Enterotoxinas termoestables
Algunas cepas de E. coli producen enterotoxinas termoestables (ST), éstas son pequeños
péptidos que son capaces de soportar tratamientos a temperaturas de 100oC. Diferentes
STs reconocen distintos receptores en la superficie celular y de modo que afectan diversos
caminos intracelulares de señalización. Por ejemplo, las enterotoxinas STa se unen y
activan la guanilato ciclasa unida a membrana, la que conduce a una acumulación
intracelular de GMP cíclico y produce efectos de disminución sobre varias rutas de
señalización. Estos eventos conducen a una pérdida de electrolitos y agua de las células
intestinales.
La mayoría de las toxinas que forman canales, las que forman poros en la membrana de la
célula blanco, pueden ser clasificadas en dos familias, las toxinas dependientes de
colesterol y las toxinas RTX.
● Toxinas RTX
Las toxinas intracelulares deben ser capaces de acceder al citoplasma de la célula blanco
para producir sus efectos.
Por mecanismo
Una vez dentro de la célula, muchas de la exotoxinas actúan en los ribosomas eucarióticos
(especialmente 60S), como inhibidores de síntesis de proteínas. (La estructura del ribosoma
es una de las más importantes diferencias entre eucariotas y procariotas, y en un sentido,
estas exotoxinas son los equivalentes bacterianos de los antibióticos tales como la
clindamicina.)
nos propusimos examinar los efectos de los factores de virulencia de los estafilococos
el pronóstico de pacientes con SARM bacteriemia
materiales y metodos
CONCLUSION