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1 RINESI, Eduardo, “Notas para una caracterización del kirchnerismo” en Debates y Combates, Noviembre 2011, pp.
145-146. Los resaltados son del autor.
regulado, aquí recuperando el reclamo silencioso, pero con un acto-presente, del conjunto de las
clases subalternas colocaron en el centro de escena con los saqueos los días previos a la instauración
del estado de sitio por el presidente aliancista, considerado como actor secundario, fue en la
realidad, quien ese acto-presente impugno los núcleos duros del neoliberalismo como sistema,
productor de exclusión de bienes materiales y simbólicos.
En ese discurso, recupera la ética política, insubordinada a los poderes del poder reales del país,
retoma los valores éticos representados por los organizaciones de derechos humanos, solidaridad,
como subordinador de la acción individual a la responsabilidad social frente al “otro” excluido por
las fracciones hegemonícas de las clases dominantes nacionales, y justicia, como reparador de
injusticias previas, presentes y orientadas hacia el futuro.
La incorporación de nuevos significantes interpelaban a las palabras que configuraban nuestra
cosmovisión del mundo, ofreciendo nuevos campos de reconstrucción de consensos sociales, que
devienen, se producen conflictos de interpretaciones, es decir, al realizar ese acto de interpelación
vuelve a colocar la dimensión del conflicto en la acción de lo político, de apertura de la historia a
un nuevo campo de posibilidades, clausurados por la acción política institucionalizada,
principalmente durante la década del '90.
Esta recuperación de la dimensión conflictiva de la acción política, nos da la posibilidad de
intentar unas hipótesis sobre la caracterización del kirchnerismo, como un régimen político
populista, aunque la mayoría de las voces que utilizan este concepto no lo refieren a la categoría
política sino a un imaginario construido como demagogia, autoritarismo, personalismo presidencial,
por lo cual, en ciertas maneras, en cierta manera podríamos caracterizarlo, como contrapuesto a la
institucionalidad republicana, basada en un marco conceptual liberal clásico de desarrollo de una
separación de poderes, sin conflictos internos entre ellos, fuertemente sustentada en la base de una
democracia, centralizada en el ejercicio de derechos políticos y civiles, donde la esfera republicana
y democrática como regímenes políticos se entremezclan frente a una “impostura” de democracia
social de un régimen político, multi-interpelador, creador de múltiple cadenas de equivalencias,
destinado a intentar un vacío imposible de llenar, aunque quienes atacan el populismo no realizan el
mismo acto sobre los significantes y redes de equivalencias que constituyen la experiencia
republicana neoliberal, que configuraron un sentido común en amplios espacios académicos.
Rinesi, plantea la existencia de dos momentos constitutivos de la filosofía política moderna, el
“momento maquiaveliano”, el cual se asocia a la celebración del conflicto y a la apertura de la
historia, y el “momento hobbesiano”, el cual se asocia a la preferencia a la estabilidad y los modos
de encuadrar el desorden en las cosas, que la modernidad se desnuda en esa lucha por las
interpretaciones, es decir en la lucha política, lo cual le permite, pensar un tercer momento,
“momento shakespeareano”, donde se instala es un tipo de pensamiento en el seno de la
contradicción entre la relación del orden y su disolución, entre sistema y su elemento de disolución.2
Ese ultimo momento es esencial para pensar la política, ya que como afirma el autor:
“.... por la simple razón de que la política no encuentra su lugar sino en el interino, lleno de
tensiones, que se entiende entre estas dos figuras (Nota: el autor habla de las metáforas sobre
política de Emilio de Ipola, la del sistema y la de revolución). En efecto: no se consigue pensar la
política... un pensamiento sobre el orden social que no preste atención al conjunto de prácticas que
todo el tiempo lo inquietan o lo desestabilizan, pero tampoco consigue pensar la política un
pensamiento sobre la revolución que no considere la forma en la que funciona ese orden que se trata
de revolucionar”.3
La tensión trágica del hacer político se encuentra el constante conflicto entre orden y proceso de
impugnación, el kirchnerismo, como forma de constitución de un nuevo proyecto político, se
construye en el proceso de tensión movilizante, cada hecho constitutivo del kirchnerismo, donde el
orden de los conceptos, valga la redundancia, entre orden y proceso de impugnación, se modifican y
dan sentido al kirchnerismo, como practica de lo político, el resultado es generar un proceso de
consolidación, que como resultante de las tensiones propias de la razón política como interina, de
un instauración de un nuevo régimen político.
De esta manera, el populismo, por lo menos para los casos latinoamericanos, puede ser
considerado como espacio transicional entre regímenes políticos, nace de la impugnación del orden
previo, la posición de no neutralidad del Estado se va re-configurando hacia su interior, a diferencia
de pensarlo como un bonapartismo, que emerge en una situación de equilibrio catastrófico entre
clases, el populismo, tanto en su variante clásica, como en las variantes neo-populistas, impugna
desde el espacio publico la razón de ser del régimen político previo, si bien enmarcados en espacios
institucionales, pretende modificar una nueva institucionalidad, un régimen político, republicano de
ampliación de derechos sociales y económicos que favorecen a las clases subalternas de la sociedad.
Si bien, la impugnación se da desde el adentro, por los mecanismos institucionales, en su devenir
va re-configurando la totalidad del régimen previo, modificando las estructuras distributivas, los
perfiles macro-económicos, la hegemonía de clases, reconstruyendo un nuevo marco simbólico de
la sociedad, el populismo como forma transicional propone desde la relación dual entre Estado y
clases subalternas, llena de idas y vueltas, un cambio de época.
En esta fase transicional, lo que realiza el populismo, es poner sobre la mesa las tensiones
ocultadas en el régimen anterior, por lo cual, asume el momento trágico de lo político, para
configurarse como opción de la instalación de un nuevo régimen político, donde las tensiones
previas son canalizadas a nuevas formas institucionales, sabiendo que durante el devenir, los
conflictos con los antiguos sectores hegemonicos se presentaran como forma destituyente, en un
2 Ver RINESI, Eduardo, Política y tragedia. Hamlet, entre Maquiavelo y Hobbes, Buenos Aires, Colihue, 2011.
3 RINESI, Eduardo, Política y tragedia..., p. 253
intento de impedir el momento constituyente del nuevo orden, tomemos como ejemplo, el lock out
patronal del campo, que ante una medida impositiva, logro conformar un núcleo socio-político
conservador anti-gubernamental en el 2008, pero lo interesante de este momento político, es que a
la par de constitución de este frente, el kirchnerismo, se transforma, se constituye como movimiento
político, el movimiento del otro destituyente conforma un nosotros constituyente, configura un
nosotros inclusivo, que supera la matriz central del peronismo, como corpus ideológico, para
incorporar nuevos sujetos sociales y generacionales, es el momento transversal por excelencia del
kirchnerismo. Es el 18 de junio del 2008, el momento del nacimiento del kirchnerismo, como
movimiento político.
Veamos algunos ejemplos de ese discurso para marcar los núcleos del populismo, como régimen
de transición:
“Cuando vine aquí el 1º de abril, a hablar con todos ustedes, yo creía que realmente estaba ante la batalla por la
redistribución del ingreso porque, tal vez, quienes tenían que resignar una pequeña parte de su renta extraordinaria
disputaban y discutían; creía - les juro sinceramente - que estaba ante esa batalla, la de la redistribución del
ingreso, la de la lucha de los intereses naturales en toda democracia donde hay conflicto social. Pero luego,
cuando comenzaron a pasar los días y yo veía que desde un sector de la sociedad, desde una corporación, cuatro
personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió, se reunían, deliberaban, decidían y comunicaban al resto de
los argentinos quién podía andar por las rutas del país y quién no, me di cuenta que estaba ante otra situación muy
diferente “4
Vemos que la actual mandataria reconoce el conflicto social como constitutivo del proceso
democrático, ahora lo interesante de señalar, es que centra el cambio de legitimidades del
pronunciamiento de la palabra, como señalamos anteriormente, la puesta sobre la mesa del conflicto
pone también en juego los procesos de legitimación de donde se interpela a la democracia, frente a
la interpelación neoliberal de los sectores agropecuarios, la mandataria coloca la legitimación del
voto, que se plantea con esto,algo central: la subordinación de los actores sociales extra-
institucionales a las decisiones de lo político, como ordenador y regulador de la sociedad, en
este discurso rompe parte del marco de legitimaciones neoliberales, donde los actores extra-
institucionales que se desenvolvían en el mercado, es poner en tensión la lógica del mercado, y por
lo tanto, de sus agentes, como reguladores de la sociedad civil, en este movimiento, ademas coloca
que el mercado no aparece como sujeto des-politizado y des-politizador, sino los actores que se
desenvuelven en el, articulan intereses políticos y politizador sobre la sociedad.
Mas adelante en ese mismo discurso dice:
“Me di cuenta, entonces, que estaba ante otro escenario, ante otro cuestionamiento, ya no era retenciones sí o
retenciones no, ya no eran intereses, se estaba socavando, se estaba interfiriendo en la misma construcción
El sujeto político kirchnerista, múltiple, y cuya hegemonía debe ser constituida por los sectores
subalternos, veamos el orden de enunciación: pobres, trabajadores, clase media, empresarios y
comerciantes, tomando a la clase media, como sujeto ambivalente, con posibilidad de pasaje entre
los campos enfrentados.
El pueblo, como sujeto de constitución del discurso en el populismo, no es una categoría vacía,
tiene un núcleo central; pobres y trabajadores, son ellos quienes impondrán cadenas de significantes
y de equivalencias, sin clases subalternas no hay posibilidad del pueblo, ahora este pueblo se
constituye como ciudadano, es sostén de la República, como forma de gobierno, pero cuyos
contenidos de significación no son eternos, sino son marcos de luchas de interpretación sobre las
palabras, como vimos, con Rinesi, es un espacio de lucha política.
El kirchnerismo produce una toma de la palabra política, para generar nuevos espacios de re-
significación de los términos, el marco para interpretar al kirchnerismo, como nuevo espacio
ideológico nacional, hay que retomar esencialmente dos discursos de asunción, el de Nestor
Kirchner en mayo del 2003, donde se plantea todo un entramado de recuperación y re-
conceptualizaciones, poniendo en tensión el paradigma político ordenador de la realidad neoliberal,
el segundo punto es la incorporación del concepto democrático para formar parte una nueva triada:
nacional, popular y democrático, en el discurso de re-asunción de la actual mandataria Cristina
Fernandez de Kirchner (CFK).
La ausencia en del Estado, dejando que el mercado regule la totalidad de las relaciones entre los
sujetos en una sociedad, lleva a la conversión de ciudadano a la de consumidor, y esto es central,
algunos podrán tener los mecanismos para participar en el consumo, otros serán dejados en el
camino, de la utopía neoliberal, es decir, ya en su concepción central del Estado neoliberal, se
naturaliza la idea de desigualdad social, bajo la forma de desigualdad de consumidores, como en
toda relación entre desiguales, hay ganadores y perdedores, aunque los perdedores sean el 50% de
una población.
Sin una presencia del Estado como regulador del mercado, la sociedad se escinde en proceso
creciente de desigualdades: sociales, económicas, culturales... los derechos sociales se convierten en
bienes.
El núcleo central del kirchnerismo, como pensamiento político, es la recuperación del rol del
Estado, dentro de las dos esferas mencionadas, por un lado, la presencia del Estado, como garante
de los ciudadanía, como sujeto de derechos, y re-politizar a la sociedad, de esta manera se incorpora
la idea de lo político como espacio de conflicto, de esta manera romper con la idea de consenso,
central en la idea neoliberal de sociedad, pero a su vez, recupera la idea de una presencia fuerte del
7 Parte de este apartado aparece en el No 2 de la Revista Aktivate y en el articulo “El kirchnerismo como identidad
social” en http://diegoburd.blogspot.com/2011/06/el-kirchnerismo-como-identidad-social.html
mismo, como regulador de la voracidad de los sujetos creadores del mercado, recuperando su papel
central, como distribuidor, participe necesario en la ocupación del mismo, no negando el papel
privado en el mismo, pero poniendo limites a la voracidad del lobo. Sin Estado presente, solo existe
el reino de la desigualdad social.
Kirchner en su discurso de asunción plantea:
“(...) Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer que el
Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona.
Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales (…) Es el Estado
el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores mas vulnerables de la sociedad,
es decir, los trabajadores, los jubilados, los pensionarios, los usuarios y los consumidores.” 8
Así también nos encontramos con otra idea central recuperada de la concepción kirchnerista del
Estado, la no neutralidad del mismo, frente a los conflictos de intereses dentro de la sociedad,
tomando partido, como se puede ver en la mención del discurso, o en cualquier discurso del ex-
presidente y la actual mandataria, por los sectores populares, frente a la no neutralidad del Estado
neoliberal, que si bien era un ausente presente, que defendía los intereses de los sectores
privilegiados.
Como afirmamos, en el apartado anterior, CFK, pone en tensión la disputas entre dos mecanismos
de legitimación, el del mercado y el del Estado, reconociendo que dentro de la arena democrática,
entendida como espacio de conflicto, los mecanismos de resolución a los mismos han de ser
canalizados hacia el marco institucional republicanos, los principales conflictos que encontramos en
los 8 años, han sido solucionados en los espacios del congreso, desde la el intento de la 125 hasta el
conflicto con el monopolio Clarín, tomo como ejemplos dos medidas, una que significo una derrota
de la gestión y otra, con gran apoyo popular, donde los sectores impugnados recurrieron al espacio
judicial, para detener, la aplicación de las ley sancionada, el caso de la nueva ley de radiodifusión,
como seguramente, lo harán con la sanción de la ley que declara de utilidad publica la producción
de papel para diarios.
Este rol institucional del Estado como espacio institucional de resolución del conflicto, ha sido
uno de los principales mecanismos para desarticular esa oposición corporativa no-institucional, pero
altamente condicionante del desempeño de la democracia post-dictadura, y sus intentos de generar
una corrida financiera, a días de la victoria electoral del Frente para la Victoria.
La toma de la palabra política, para generar espacios de adhesión, tiene que tener un correlato con
la acción política, es que la lucha por las interpretaciones debe tener un correlato en el acción de
modificación sobre la realidad.
Esto genera marcos para intentar poner en puesta los mecanismo de consternación en ciertos
8 KIRCHNER, Néstor, Discursos del Presidente Néstor Kirchner (primer parte), Ediciones Punto Crítico, Buenos
Aires, 2011, p. 18. El resaltado es propio.
ámbitos, todavía no pueden configurar una explicación del peronismo, ahora deben iniciar un
debate sobre la novedad kirchnerista, el cual se mantiene entre un proceso de institucionalizarlo
pero en conflicto con los restos del espacio político y corporativo pre-kirchnerista, lo que si
podemos realizar una aproximación al decir que el el kirchnerismo es la nueva síntesis histórica de
los movimientos nacionales y populares, superadora histórica e integradora del peronismo, J.W.
Cooke decía que solo el peronismo solo podía ser superado didácticamente por una nueva síntesis,
el kirchnerismo es esta nueva síntesis, cuya matriz central es el peronismo como eje de atracción,
recuperando su pasado plebeyo, anti-oligárquico, de presencia estatal no neutral en el conflicto
social, pero incorporando nuevas tradiciones emancipadoras desarrolladas en el periodo 1970-2001,
socialismo democrático, la defensa de los derechos humanos, las tradiciones de lucha de los
movimientos sociales anti-neoliberales.
Al kirchnerismo creo que puede ser analizarlo desde dos puntos centrales: de la creación de una
nueva identidad social de los sectores populares nacionales, y, desde la construcción política de un
movimiento político en devenir.
El kirchnerismo representa para las mayorías populares, amplios sectores juveniles que se
incorporan a la política, una identidad social que unifica ideales, imágenes, representaciones,
proyectos de futuro de construcción de una nación liberada. Relecturas del pasado, interpelaciones
al presente y una proyección hacia el futuro de un proceso nacional y latinoamericano.
Un proceso que se construye desde arriba, pero que el pueblo en su conjunto se apropio, y lo
incorporo como propio, y en esta apropiación, en sus movilizaciones le pone el limite del nunca
menos a los sectores conservadores, que aun están presentes del proyecto, ya que si bien como
movimiento político es de carácter policlasista, sabemos que policlasismo no implica un rejunte de
intereses de clases, sino el conflicto entre sectores sociales por imponer una hegemonía política
sobre el resto, no es lo mismo un proyecto este en manos de la burguesía industrial, que por los
sectores populares, profundizar el modelo es darle la hegemonía del proceso a los sectores
populares, ya que ellos son los únicos que defenderán la totalidad de las conquistas del actual
modelo.
Para pensar al kirchnerismo como identidad social, conviene dar una vuelta sobre ciertos
conceptos expresados por Raymond Williams en Marxismo y Literatura9, el kirchnerismo esta en un
proceso de construcción de una nueva hegemonía alternativa, como un cuerpo de prácticas y
expectativas en relación con la totalidad de la vida, la construcción de un nuevo significados y
valores que son experimentados como prácticas.
“Una hegemonía dada es siempre un proceso. Y excepto desde una perspectiva analítica, no es un sistema o
una estructura. Es un complejo efectivo de experiencias, relaciones y actividades que tiene límites y presiones
9 Utilizaremos los conceptos expresados en WILLIAMS, Raymond, Marxismo y Literatura, Biblos, Barcelona, 1997,
pp. 129-158
especificas y cambiantes. En la práctica, la hegemonía jamás puede ser individual. Sus estructuras internas son
sumamente complejas, como puede observarse fácilmente en cualquier análisis concreto. Por otra parte (y esto es
fundamental, ya que nos recuerda la necesaria confiabilidad del concepto) no se da de modo pasivo como una
forma de dominación. Debe ser continuamente renovada, recreada, defendida y modificada. Asimismo, es
continuamente resistida, limitada, alterada, desconfiada por presiones que de ningún modo le son propias. Por lo
tanto debemos agregar al concepto de hegemonía los conceptos de contrahegemonía y de hegemonía alternativa,
10
que son elementos reales y persistentes en la practica”.
Frente a la hegemonía del neoliberalismo, el kirchnerismo, se convierte en espacio de hegemonía
alternativa, al acentuar políticas que interpelan las centralidades de los núcleos de formación del
núcleo neoliberal, que intenta renovarse y recrearse en espacios de derecha, tomando como nueva
conformación discursiva el tema de la seguridad.
¿Sobre que se construye esta hegemonía alternativa kirchnerista? Por un lado realizando
recuperaciones de tradiciones, que a través de re-significaciones selectivas del pasado constitutivo,
toda acción de interpretación del pasado es selectiva, y de un presente pre-configurado, que va
operando como un proceso de definición e identificación cultural y social, dentro de este contexto
hay que pensar la nueva series de feriados, nuevas fechas de resignificación del día de la militancia,
y la polémica desatada por la creación del Instituto “Manuel Dorrego”, luchas simbólicas que
configuran luchas entre tradiciones, que adquieren carácter político, luchas que ponen en tensión las
conexiones con el pasado desde el presente, como afirma el teórico británico:
“Es que en los puntos vitales de conexión en que se utiliza una versión del pasado con el objeto de ratificar
el presente y de indicar las direcciones del futuro.” 11
Nuevas conexiones, que plantean nuevas sociabilidades en la sociedad argentina, por lo cual nos
encontramos con elementos culturales emergentes que van re-significando las practicas políticas,
por lo cual estas modificaciones y construcción de una hegemonía alternativa, construye una
estructura de sentir nueva, asumidas, como cambios de presencias, sin esperar mecanismos de
definición y racionalización previa, es una estructura de una experiencia que modifico las cadenas
de significantes respecto a practicas previas, es un proceso en definición y re-definición, acompaña
a formaciones emergentes donde las estructuras de sentir se relacionan como una solución.
Por lo tanto una estructura de sentimiento:
“... es una estructura especifica de eslabonamientos particulares, acentuamientos y supresiones particulares y,
12
en lo que son a menudo sus formas más reconocibles, profundos puntos de partida y conclusiones particulares.”
Como identidad socio-político el kirchnerismo ha logrado la construcción de una hegemonía
alternativa, que dio vida a una serie de tradiciones estancas, al poner en tensión los eslabonamientos
que constituían las conexiones previas entre pasado selectivo y un presente que pre-configura un
10 WILLIAMS, Raymond, Marxismo y Literatura, op, cit, p. 134
11 WILLIAMS, Raymond, Marxismo y Literatura, op, cit, p. 139. Las itálicas son del autor. Las negritas son propias.
12 WILLIAMS, Raymond, Marxismo y Literatura, op, cit, p, 157
horizonte de futuro nuevo, esta tensión es la que genera una estructura de sentir, en proceso de
consolidación política en las nuevas generaciones, que se apropian de la tradición, resignificando lo
que se entiende por peronismo, nacionalismo, popular, pero centralmente tomando como emergente
central del pensamiento político la idea de democracia.
Kirchnerismo, Intelectuales e Izquierda. Caminos de confluencias extraños 13
Hoederer: ¿Lo ves? ¡Bien lo ves! Tú no quieres a los
hombres, Hugo. Tú sólo amas a los principios
Hugo: ¿A los hombres? ¿Y por qué había de
quererlos? ¿Acaso me quieren
Hoederer: Entonces, ¿por qué viniste con nosotros? El
que no quiere a los hombres, no puede luchar por ellos.
Hugo: Entré en el Partido porque su causa es justa y saldré cuando cese de
serlo. En cuanto a los hombres, lo que me interesa no es lo que son, sino lo que podrán llegar a ser.
Hoederer: Y yo los quiero por lo que son. Con todas sus porquerías y sus
vicios. Quiero sus voces y sus manos calientes que se agarran, y su piel, la más desnuda de todas las pieles, y a su
mirada inquieta y la lucha desesperada que cada uno libra contra la muerte y la angustia. Para mí, lo que importa es
que un hombre más o un hombre menos en el mundo. Es precioso. A ti te conozco bien, chico, eres un destructor.
Detestas a los hombres porque te detestas a ti mismo; tu pureza se parece a la muerte, y la Revolución con la que
sueñas no es la nuestra; no quieres cambiar al mundo, quieres hacerlo saltar.
Sartre, Las manos sucias
Frente a las criticas de que el kirchnerismo clausura la posibilidad de pensar las posibilidades de
la real emancipación de las clases subalternas, se puede ver, que sin la presencia de un Estado que
reconstruya el tejido social destruido por la aplicación de medidas neoliberales, la recuperación de
los valores de solidaridad y justicia social, no se puede pensar en generación de alternativas al
modelo capitalista, el acontecimiento kirchnerista no solo implica una reparación histórica, sino
también la apertura nuevamente de debates políticos sociales sobre el horizonte de expectativas de
las clases subalternas.
El Estado, no solo actuá generando políticas desde un arriba, sino también con el involucramiento
de la sociedad en la toma de decisiones en las políticas publicas, pensemos en la alta participación
popular en los debates sobre la ley de medios, como la movilización de amplios sectores sociales
apoyando el matrimonio igualitario, actualmente el vicegobernador electo en la provincia Gabriel
Mariotto, realizo practicas semejantes respecto a la discusión de los ejes centrales de la política de
gobierno de la principal provincia nacional.
Las medidas que se tomaron en su conjunto por los gobiernos nacionales, tienden a pensar a la
19 KIRCHNER, Néstor, Discursos del Presidente Néstor Kirchner 2003-2007, Ediciones Punto Crítico, Buenos Aires,
2011, p. 18
sociedad como un espacio horizontal, tendiente a reducir las desigualdades sociales, la recuperación
del rol de los trabajadores como agente político, la movilización de los jóvenes en el espacio
político kirchnerista, quienes desde de las nuevas formas de militancia, que vinculan lo territorial
con lo cultural, lo virtual, dan muestra que la sociedad nacional ha avalado un gobierno, nacional
popular, que podríamos definir de centro-izquierda, por mas que desde los referentes centrales del
espacio no pronuncien la palabra “socialismo”, pero acaso no son partidos de origen socialistas
quienes en Europa han implementado las políticas de ajuste.
El kirchnerismo, ha movido el eje de la discusión política del centro al espacio de centro-
izquierda, y el famoso Nunca Menos, como lo dice Miriam Garcia Merlo, habla del deseo de futuro
20
, es decir una apertura de un horizonte de expectativas que la temporalidad neoliberal había
cerrado.
En eso llego Nestor. Izquierdas, derechos humanos y la vuelta del Estado.
El año 2003, es el año de la anomalía argentina, según el filosofo Roberto Foster 21, esa
interpelación que nos tomo por sorpresa, que movió los estantes sobre los que asentábamos ciertas
un cúmulo de certezas, donde se produjeron retornos y re-significaciones de palabras que bailaban
para interpretar a lo político, esa construcción de un nuevo horizonte político.
El 23 de mayo de ese año, en su discurso de asunción señalaba que las convicciones no se dejaban
en la puertas de la Casa Rosada, retomaba a lo largo de su discurso la recuperación del rol del
Estado como recomponedor de las relaciones sociales rotas por el pasaje del neoliberalismo en
nuestra historia, recomponer significaba tomar partido, no por las corporaciones sino por los
millones de compatriotas desplazados a la marginalidad de un sistema que no los tenia en cuenta,
volvía el Estado a subordinar a la economía, para que las decisiones no se tomen en los otros
espacios de poder, internos y externos, de producir un cambio de paradigmas.
Marca la imposibilidad de la neutralidad estatal, ausente o presente, es una decisión política, que
tendrá beneficiarios y derrotados.
La izquierda liberal toma como eje de su discurso la calidad republicana, en un discurso que
aparece como la posibilidad de constitución de ciudadanía, sin preguntarse en el carácter que puede
tomar esa República, sin preguntarse si en el marco de sociedades desiguales, el desarrollo de una
República sin democracia social, que incorpore a los sectores mas desprotegidos, afecta a la calidad
de la misma, o quizás, encubiertos en el discurso de la República Real frente a la República Posible,
sienten las bases de la realidad de los poderes facticos, de la impostura promovida por los poderes
concentrados de un devenir de ciudadanía con derechos civiles y políticos pero sin derechos
sociales, donde artículos como 14 bis de nuestra constitución es solo un acto decorativo.
22 COOKE; John William, “Apuntes para la militancia” en KOROL, Claudia (compiladora), El socialismo
latinoamericano. Un recorrido hasta nuestros tiempos, Asociación Madres de Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2006,
p.101
23 IDEM, p. 102
convicción política, que la entrada en el juego de las clases subalternas, ha venido a retocar el
régimen político, y como siempre, quien interpreto correctamente, el significado de la entrada del
momento político del kirchnerismo, fue la derecha.
Por lo cual, la incorporación de la teoría política, viene a dar armas para que la vocación de poder
popular sea una practica eficaz.
Hay que entender que dentro del kirchnerismo, vamos a encontrarnos con dos grandes tendencias
que representan, también parte de las contradicciones de la sociedad, un kirchnerismo rebelde, que
amenaza a los privilegios establecidos, que pretende profundizar el modelo económico político y
social, y un kirchnerismo que puede encontrarse cómodo con los logros alcanzados, mantener el
status quo.
Es necesario tener claro, estas tendencias, en cierto parte nacientes, para pensar el proceso interno
que sera la definición de gran parte del devenir del proyecto político a partir del 2011.
Una teoría política encarnada en las masas, esta destinada a modificar la realidad, es pensar que
solo se modifican, tomando las banderas de la Justicia Social, Independencia Económica, Justicia
Social, y como lo marco la actual mandataria, mayor Democracia. Por lo cual, si queremos, una
realidad mejor hay que tener los elementos necesarios para cuestionar el orden existente.
Recuperamos la política, la economía, la patria, ahora es necesario recuperar lo cultural e
ideológico, pero como diría Cooke, sin caer en una visión estrecha, porque como dice el, la primera
lección que debemos tomar como central en nuestro devenir de construcción de una nueva realidad:
“(...) no hay que encerrarse en cuevas ideológicas, porque afuera estar sucediendo cosas importantes, y uno
enterarse demasiado tarde o no enterarse nunca”.24
¿Que es la política?
Se habla de un retorno de la política, lo que tendríamos que decir, es que estamos asistiendo a
una re-politización de la sociedad, nuevos sentidos de la palabras, de los proyectos que marcan el
devenir de lo político, han sido retomados por gran parte de la sociedad argentina.
Durante la década de los '90 la política era despolitizar la sociedad, para convertir al sujeto
político en un sujeto de consumo, que ejerciera una determinada cantidad de derechos,
principalmente políticos, en un encuadre de un régimen político de democracia centrada en las
formalidades, se los pensaba en un espacio de consumidores en ese mercado, donde los sujetos,
competían, aunque ahí la palabra competencia no incluía para la ideología dominante la idea de
conflicto, y/o establecían contratos, en teoría entre iguales, esta idea se traslada a la esfera de lo
político, con la idea de construcción de consensos en ese espacio, la política como espacio de
conflicto era dejado de lado, por un espacio contractual y de consensos entre sujetos de una
24 IDEM, p. 119
racionalidad mercantil.
La llegada al gobierno de Kirchner, y la construcción de un proyecto nacional y popular, volvió a
pensar la política como una esfera de conflicto de intereses, ahí los sujetos políticos, entran en la
arena política con intereses específicos, donde el estado, debe intervenir, desnudando la falsa idea
de no neutralidad impuesta durante el neoliberalismo, creando un nuevo momento político.
Como afirma el filosofo Ranciere:
“Un momento político ocurre cuando la temporalidad del consenso es interrumpida, cuando una fuerza es
capaz de actualizar la imaginación de la comunidad que está comprometida allí y de oponerle otra configuración
de la relación de cada uno con todos”.25
Es cuando se ponen en la balanza las situaciones, y comienzan a adquirir nuevos pesos, y los
sujetos se encuentran con la capacidad de comprender el impulso que mueve esa transformación o
desviación, se produce un desgarro del tejido común, una posibilidad del mundo se vuelve
perceptible, cuestionando la evidencia del mundo dado.
El kirchnerismo implica un nuevo momento político, que nace cuestionando la veracidad del
mundo creado por el neoliberalismo, es decir, nace impugnando el estado de cosas neoliberal.
Como dice el filosofo francés:
“Si la acción política de un colectivo desarma un monopolio de la palabra legitima, seguramente no es para
reconstruir otro que lo beneficie. Al contrario, es para abrir un espacio de investigación donde se permita hablar a
cualquiera, a condición que se someta su palabra a verificación y ponga a prueba su capacidad de hacer que
resuene el poder de una acción y que amplié el espacio de resonancia.”26
Por lo cual la política comporta el trabajo de ampliar el espacio del disenso, luchando contra las
maquinas interpretativas de las categorías impuestas por el conjunto de corporaciones dominantes.
Dentro de esto, la política es un espacio de conflicto, por un lado entre intereses confrontados, por
otro, como espacio de recuperación de la capacidad de disputarle el espacio de construcción de
opinión, generadoras de sentidos en una sociedad, es decir, la política desde los sectores populares
es una lucha por la hegemonía, en la creación de un nuevo consenso social.
Como afirma Mouffe, la política debe ser concebida en términos de lucha hegemónica entre
proyectos en conflictos. Esta hegemonía se construye mediante la construcción de puntos nodales
que fijan discursivamente el significado de las instituciones y las practicas sociales y que articulan
el “sentido común”.27
25 RANCIERE, Jacques, Momentos políticos, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2010, p.11
26 IDEM, p,12
27 Ver MOUFFE, Chantal, “La política democrática en la época de la post-política” en Debates y Combates, No1,
Noviembre del 2011, pp. 75-89, para una mayor profundización en el tema ver: LACLAU, Ernesto y MOUFFE,
Chantal, Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia, FCE, Buenos Aires, 1986,
LACLAU; Ernesto, La razón populista, FCE, Buenos Aires, 2005 y MOUFFE, Chantal, En torno a lo político, FCE,
Buenos Aires, 2007
¿Que es el kirchnerismo?
Como dijimos arriba, el kirchnerismo es un nuevo momento político, que vino romper con los
consensos establecidos durante el periodo neoliberal, que se esta convirtiendo en el eje vertebrador
de un nuevo corpus político emancipatorio, una anomalía, que escapa a las normas, y se sitúa en
una necesidad de ser pensado, que de repente, entra en la historia poniendo en tensión las categorías
con las que pensamos el mundo, poniendo entre las cuerdas nuestras categorías y esquemas que
utilizamos, es el que abre una brecha, es el acontecimiento, que al ser pensado desde múltiples
espacios, se convierte en un antes y después de la historia.28
El kirchnerismo, siguiendo ha Rinesi, ha traído la novedad de recuperación de una serie de
elementos olvidados, por un lado, la política, el segundo elemento, la idea de sujeto de derechos,
pero pensados como un conjunto de derechos efectivos y crecientes que se ejercen de manera
efectiva para ser ciudadanos, y en tercer lugar, el rol del estado como garantizador del ejercicio
pleno de estos derechos.
El kirchnerismo, se convierte en el eje de atracción de varias tradiciones políticas, tomando como
central, o núcleo central, el peronismo, de este toma la condición plebeya y como norte la
insubordinación, de cuestionar de manera directa el centro real del poder en nuestro país.
“El peronismo como flujo de nuevas intensidades y de nuevas demandas, pero también como una tradición que
le dio forma al autorreconocimiento de aquellos que habían permanecido olvidados e invisibilizados por el relato
dominante. Pero también como catalizador de nuevas y viejas formas del prejuicio y racismo emanados de las
clases dominantes e irradiado sobre amplios sectores medios capturados por esa gramática de exclusión que vieron
en la irrupción de las masas (el famoso “aluvión zoológico”) lo insoportable y lo inaceptable, aquello que venía a
cuestionar su poder y su visión del mundo.”29
Pero ademas de recuperar las otras tradiciones emancipadoras históricas y aquellas nacidas en las
luchas populares durante la década del '90, la tradición republicana, la tradición del liberalismo
político, y la idea de redención social propia del jacobinismo.30
Un movimiento policlasista, donde las clases subalternas deben empezar a convertirse en el eje
central y vertebrador, que impone las condiciones a las clases aliadas, que reconoce que la
resolución política de los problemas estructurales del país es reconocer la cuestión nacional y
latinoamericana, y las formas de enlazar las soberanías y autonomías de nuestro país y de
Latinoamericana como único camino para romper con el circulo de opresion por parte de los centros
de poder mundial y de los grupos oligárquicos internos, como central de cualquier acción política,
esto se logra con la unidad de acción con los sectores afectados por la acción del imperialismo sobre
28 La noción de anomalía la tomo de Eduardo Rinesi, en “Notas para una caracterización del kirchnerismo” en
Debates y Combates, No1, Noviembre 2011.
29 FOSTER, Ricardo, “El hecho maldito del país burgués y la actualidad” en Veintitrés, 22/09/2011
30 Ver RINESI, Eduardo, “Notas para una caracterización del kirchnerismo” en Debates y Combates, No1, Noviembre
2011. pp. 153-158
nuestras patrias.
Como afirma Cooke:
“La lucha por la liberación parte, entonces, de la determinación del enemigo real: el imperialismo, que actuá
a través de la oligarquía nativa y de los engranajes políticos,económicos y culturales a su servicio.” 31
Por lo cual, por la serie de medidas políticas económicas, políticas y culturales, tomadas desde el
periodo nacido en el 2003, y las medidas como des-endeudamiento, es decir, ruptura de la
dominación que ejercía el FMI y el BM sobre nuestro pais, fortalecimiento del MERCOSUR,
creación de la UNASUR, y creación de la CELAC, podemos caracterizar al kirchnerismo como un
movimiento de liberación nacional, que a través de las estructuras del estado inicia el camino hacia
la segunda independencia.
31 COOKE, William, “La lucha por la liberación nacional” en La lucha por la liberación nacional. Incluye El retorno
de Peron y La revolución y el Peronismo, Editorial Quadratta, Buenos Aires, 2007, p. 13
Textos en Blog
Palabras militantes
Escribir, un habito que mezclamos con el placer de comunicar, intercambiar, poner en tensión los
limites de nuestras concepciones, pero existen escrituras con reglas, no por cuestión de estilos,
verbos y sustantivos, sino como construcción de un mecanismo de lograr impersonalidad, despojar
un yo sentado frente a una hoja en blanco, escrituras expresadas en la ocultación del lugar de habla,
donde quienes entrenados en las lecturas podemos arrancar posiciones y tesis, pero construyen un
imaginario donde el sujeto que escribe habla de la neutralidad que le asigna espacios de poder, de
instituciones legitimadas, que a determinados discursos le dan grado cientificismo, mezcla de citas
al pie o al fondo, de perpetradores de sentidos nuevos cerrados en el circulo vicioso de los espacios
de publicación, referatos, que engrosan las capacidades de ser al conjunto de papers presentados, un
marketing donde el sujeto vale como un conjunto de diplomas, acreditaciones, fotocopias de
primeras paginas.
Hay momentos en la historia, donde las tensiones de la sociedad obligan que la escritura retorne el
camino del yo presente, retirándose la mascara de neutralidades falsas, donde el verbo es
importante, como el lugar desde donde se pronuncia el mismo, donde lo publico invada lo que
parece un lugar cerrado para determinados sujetos con legitimidad.
El lugar de escritura potencial espacio que permite circulación de ideas, pero también posiciones
que asumimos, una columna en determinado espacio es un hablar donde por lo menos compartimos
ciertos conjuntos de ideas, ¿se podrá escribir con continuidad desde un espacio de derecha
declarado si uno se considera de izquierda?... ponerse en un no lugar de identificación es una
estrategia que muchos académicos para ocultar desde un discurso supuestamente progresista una
posición anti popular, cipayismo es la palabra, desde ahí elaboran el discurso progresista que
ocultan los intereses corporativos de las empresas que los contratan.
Legitimados legitiman la palabra que se convierte en herramienta de construcción de consensos,
que ubicándose como mediadores entre los intereses de las fracciones dominantes y la sociedad
civil, logran construir hegemonía, es decir “intelectuales orgánicos” del partido del capital.
Luego los deslegitimados, quienes desde otros espacios, se convierten en “intelectuales orgánicos”
de la contra-hegemonía, ridiculizados por los escribas del poder que piensan en la separación critica
como elemento constitutivo del intelectual, quienes sufren cegueras, por edad, uso de categorías, y
un largo etcétera, de ser voceros de las imposturas de un gobierno, o quizás simple cobradores de un
sueldo, pero carentes de convicciones, de poder militar la palabra para democratizarla, como si
fuéramos simples voceros de un libreto pre-establecido, como si no fuera actitud critica apoyar un
gobierno, y no ser un tábano que solo moleste al poder político, sin molestar los poderes reales.
Militar la palabra, militar los sueños, militar las contradicciones del hoy, de mañana, y también las
de pasado, militar nuestro pasado, militar en el conflicto… pero saber que militamos para el pueblo,
para la nación… ellos militan la palabra, pero la militan para el poder del status quo… si de
militancias hablamos, será hora que la hablemos con todas las palabras.
Dos Plazas... entre casi 10 años de diferencia y en el medio un mayo del 2003
Diez años pasaron entre estas dos plazas, pasaron Nestor y Cristina, y volvió la política como
esperanza, como posibilidad de modificar la realidad, la felicidad, la inclusión, volvieron los sueños
aunque siempre ocultos están las pesadillas esperando el momento para retornar, pero volvió lo
central... el pueblo como soporte de un gobierno... quien se hubiera imaginado la plaza de ayer hace
10 años atrás... nadie, y eso es lo lindo de la historia, que de vez en cuando, casi sin avisarnos, casi
con una pisca de suerte, nos trae la posibilidad de ser felices nuevamente.
El Kirchnerismo posibles lecturas
Leer el Kirchnerismo. Posibles Lecturas.
Desde donde leer el kirchnerismo, que marcos usamos para dar una vuelta sobre ese fenómeno
naciente en el 2003, de repente las formas pre-existentes se encuentran en ese punto de tensión
donde las posibilidades de nuestras certezas puedan caer en el fondo de un estante alto de una
biblioteca, pero los fenómenos políticos deben ser interpretados, ya que sin lecturas correctas
pueden frenar los puntos de fuga hacia adelante, sino quedarnos con las categorías, que deben ser
fenómenos de re-interpretación, sino volveremos a tomar lo nuevo como una repetición de la
historia.
Muchos académicos, desde las paginas de diarios centrales, generadores de la agenda publica,
desde las horas intensivas de horarios centrales de antiguos dueños de interpretación de la realidad,
han intentado utilizar esos espacios, para pensar el kirchnerismo como una especie de temporalidad
cíclica, repetición, en clave de comedia, de hechos históricos previos, desde lecturas de un
peronismo fundador, un retorno de las juventudes políticas del '70, aunque a esta ultima, sin
ubicarla en la complejidad del contexto de época, por lo cual, este fenómeno fundante,
acontecimiento de ruptura, con las consabidas lineas de continuidad como cualquier proceso de
desarrollo histórico, puede ser pensado con las cosmovisiones de el anti-peronismo clásico, donde
lecturas republicanas, tanto de izquierda como de derecha, cuestionan la nueva institucionalidad
democrática, configurada lentamente desde 2008, principalmente, poniendo en tensión la compleja
categoría de ciudadanía, central para pensar, gran parte del movimiento histórico desde la fundación
del Estado Nación, ya que la misma implica la estrecha relación entre proyecto de país, y quienes
son incorporados dentro del mismo, por lo cual, por desarrollo lógico, quienes serán excluidos, ya
que como toda categoría identitaria se conforma con un “nosotros” y un “otro”, por lo cual, la
lógica del conflicto esta implícita en la conformación de la misma, lucha entre grupos sociales para
ampliación de la categoría, desde luchas por ampliación de derechos políticos y civiles, como los
derechos sociales, luchas con retrocesos y avances, definidas por las situaciones de relaciones de
fuerza entre los sectores sociales.
Académicos, con la practica de las escrituras institucionales, que permiten reconstruir lineas
argumentativas, de facilidad de llenar el espacio blanco, tales como Sarlo y Romero, piensan salvar
la República de un devenir totalitario, al pensar en los caminos de la construcción mitológica,
defendiendo los valores míticos de la República, ya que la Nación, como espacio de consensos
inter-clasista, pero con una construcción de clase, que transforma en un consenso general, las
representaciones particulares, la Nación se construye sobre un conjunto de relatos simbólicos, que
implicaban una selección no inocente de las lecturas del pasado, sobre los intereses particulares de
un presente, olvidando, que en determinados momentos históricos, esos consensos constituidos
como verdades y sentido común, pueden ser puestos en tensión, por la lógica de la movilización
popular, que implican nuevos valores, no necesariamente compatibles con los valores que quieren
ser un status quo que quiere eternizarse en el constructor de valores sociales.
Para intentar dar unas pequeñas aproximaciones sobre lecturas del kirchnerismo, quisiera partir de
dos interesantes reflexiones, como puntos para desarrollar ciertos argumentos.
Benjamín decía que la violencia es generadora y conservadora de derecho, la violencia como
situación de conflicto en la lógica sistemica.
El Estado, según Weber, tiene como característica central el monopolio de la violencia legitima, y
yo agregaría, tiene el monopolio de la definición del sujeto ciudadano, categoría no pre-existentes
sino constituida desde un arriba, desde lógicas desplegadas por las institucionalidad estatal.
La violencia, no es solo el accionar de la fuerza policial del estado sobre el cuerpo societal, sino
también el desarrollo de practicas políticas que generan violencias simbólicas, culturales, sociales,
económicas, nuestra nación como el resto del continente, sufrió el ejercicio de la totalidad de
violencias, durante el periodo que comenzó en la dictadura de 1976 hasta el estallido a la crisis del
2001-2002, por un lado, sobre la muerte de miles de ciudadanos, las clases dominantes nacionales,
construyeron un consenso basado en la despolitización de la sociedad, donde lo político se
comparaba con las practicas de determinados políticos, donde el lugar del Estado como integrador,
regulador de las relaciones de las desigualdades propias de una sociedad capitalista periférica, fue
convertido en un simple instrumento institucional, mientras la barbarie del mercado, arrasaba los
lazos sociales pre-existentes, la pobreza, indigencia y desocupación, se instalaron como proceso
natural del desarrollo de una sociedad de mercado, esa violencia constituyo una ciudadanía bipolar,
donde sujetos podían acceder al disfrute de los derechos, mientras la mayoría, pensemos que para el
2003 la pobreza en la Argentina era del 50 %, solo sobrevivían. Es decir, el Estado, en este periodo,
construyo una ciudadanía excluyente, donde se consolido la división entre República, como valor
institucional, con un desarrollo y consolidación de una democracia formal, y el desarrollo de una
democracia social y ciudadanía inclusiva.
Sobre los restos de la violencia fundadora y conservadora de la República Neoliberal, nació el
acontecimiento kirchnerista, interpelando las directrices sobre las que se montaban ese estado de
cuestión, ese sentido común que naturalizo las imposibilidades del ser, las rupturas de la existencia
del futuro en pos de un presente continuo, puso en tensión, en la construcción de una legitimidad, en
medio de victorias y derrotas, pero nunca negándose a avanzar, la totalidad de esos valores.
El kirchnerismo al colocar nuevamente el Estado en la centralidad, al subordinar la lógica del
mercado a los imperativos de lo político, como instrumento de una reconfiguración de la idea de
una nueva ciudadanía inclusiva, tanto horizontales, recuperación de los derechos sociales de los
sectores subalternos, destrucción de las redes clientelares al colocar en la política social estatal, a
través de la recuperación de sistema jubilatorio, la asignación universal, la incorporación de
millones de jubilados, entre otras medidas, y también medidas de ampliación de derechos civiles:
como es el caso del matrimonio igualitario, al colocar lo político en el centro va configurando un
repensar sobre lo ciudadano, su relación con el Estado, con lo publico.
El kirchnerismo, viene a poner en tensión las concepciones de ciudadanía, donde ese estado de
violencia previo funda un nuevo conjunto de derechos, incluyentes, dejando que la misma incluye el
conflicto como parte del debate sobre la ciudadanía.
Lecturas del Kirchnerismo II. Leer desde Cooke
Mientras en Europa y Estados Unidos se debate sobre problemáticas vinculadas a debates
vinculados sobre las consecuencias sociales de la aplicación del neoliberalismo, debate que nosotros
realizamos, padecimos en los '90, hoy en nuestro país se intenta repensar sobre futuros, desde una
base asentada por los gobiernos kirchneristas desde el 2003.
Igualmente en ámbitos diferentes se sigue preguntando sobre la naturaleza de este proceso
político, aunque generalmente se lo ubica desde una especie de no-lugar dentro del espectro
político, la teoría de la impostura, asumida por la izquierda, el centro y la derecha, es una metáfora
que permite despejarlo del espectro. Es impostura la política social, derechos humanos, ausencia de
programa económico, pragmatismo, ademas sumado a una especie de vacío ideológico, en virtud
del sistema de alianzas que el kirchnerismo ha establecido.
El kirchnerismo es un proceso nacionalista revolucionario democrático, poli-clasista, pero cuyo
eje articulador son los intereses de las clases subalternas, la no neutralidad pronunciada varias veces
por la actual mandataria, implica que entre el entramado de relaciones socio-políticas que se
establecen para la creación de correlación de fuerzas para llevar adelante el conjunto de medidas
políticas, sociales y económicas, el sujeto central son las clases trabajadoras, los sectores
incorporados luego de diez años de neoliberalismo. También es un movimiento poli-clasista vertical
en cuanto a la interpelación de reclamos, de incorporación de diferentes grupos generacionales,
movimiento de ampliación de derechos civiles, que significan medidas reparatorias hacia sectores
ciudadanos marginados, mas allá de su pertenencia de clases, por ejemplo la ley de matrimonio
igualitario, el proyecto de ley de identidad de genero.
Como movimiento político es un ampliador de ciudadanía, tanto a nivel social como civil, cuyo
objetivo es la destrucción de las desigualdades socio-económicas generadas por la aplicación de
años de neoliberalismo. Movimiento igualitario que considera la centralidad del Estado, no neutral
frente al conflicto social, como regulador del mercado, recuperador de un papel central, lento pero
seguro, de recursos estratégicos nacionales.
El kirchnerismo es un movimiento de liberación nacional, que toma como eje central la
autonomía nacional, y donde la misma es una construcción no solo ejercicio de un estado sino de la
totalidad del continente, ya hemos asistido como los presidentes sudamericanos han actuado hacia
dentro del subcontinente para dirimir los conflictos sin la intervención de los Estados Unidos, a
través de la UNASUR.
El kirchnerismo ha logrado concretar la idea de Cooke de que ningún proceso político que
busque la liberación ha de lograrse solo desde el peronismo, sino que que es tarea de un conjunto de
sectores políticos unificados en un programa apoyado por la movilización popular, esa gran
políticas de masas orientadas por un programa “inflexible en ciertos principios fundamentales y
suficientemente amplio como para superar los particularismos ideológicos que coinciden en el
propósito común”.33
Espacio político que toma como matriz central, la Revolución Peronista, que como plantea
Coscia, como Revolución en proceso de devenir, ya que como afirma:
“El peronismo es fruto de una revolución, nace como tal y sus tareas permanecen tan inconclusas como
34
poderosas las energías que reclaman su realización.”
Los objetivos de la misma son los que han movilizado a los sectores sociales contra el
gobierno, en ellos hemos encontrado a sectores desde el socialismo hasta los sectores de la derecha
reaccionaria, apoyados por las corporaciones mediáticas y económicas, y las voces de un conjunto
de intelectuales cipayos que dan voces a los intereses anti-nacionales.
Como decía Cooke:
“ La oligarquía no solamente es dueña de las cosas, también es dueña de las palabras. “Libertad”,
“democracia” y “moral” figurarán cuantas veces sea necesario en un decreto que dé el zarpazo a las libertades
civiles argentinas. La democracia y la libertad se definen a partir de los valores liberales-burgueses; por lo tanto,
cualquier tentativa de sustituir la explotación económica por sistemas más justos de distribución de la renta
nacional está al margen de la convivencia. El Estado debe ser indefenso frente a los poderes del dinero y
despiadado en la represión de los rebeldes.” 35
Mas adelante dice:
“Ese orden de injusticia permanente impuesta a través del sistema, es propiciado por una serie de estratos que
lo defiende: desde la prensa comercial, los grupos profesorales, los intelectuales cipayos, la masonería, hasta los
partidos políticos “tradicionales”. Una parte de la pequeña burguesía siempre se alinea con la opresión, ya sea
porque cree ejercer una parte del poder social, ya sea por influencia de la propaganda que masivamente se
descarga sobre ella desde hace un siglo.
Las clases dirigentes y parte de la pequeña burguesía del país colonial adoptan los esquemas mentales
impuestos por el país dominante, y ello por varias razones: porque sus intereses están vinculados a los del
imperialismo; porque consideran parte integrante del mundo cultural al que esas ideas responden, mundo del cual
creen participar merced a su sedicente superioridad intelectual sobre el resto de la población; porque se encandilan
con el relumbrón del pensamiento europeo o norteamericano sin entrar a considerar que responden a contigenciaas
que son en muchos aspectos antitéticas de los intereses nacionales.” 36
Este proceso revolucionario democrático nacido en el 2003, a través de la participación activa del
Estado, de sus instituciones, ha logrado fortalecer su papel frente a los intereses facticos de poder,
colocando la posibilidad de la construcción de un modelo alternativo que va sustituyendo la
33 COOKE; J.W, “La lucha por la liberación nacional” en COOKE; J,W; La lucha por la liberación nacional. Incluye:
El Retorno de Perón y La Revolución y el peronismo, Editorial Quadratta, Buenos Aires, 2007, 9-10
34 COSCIA, Jorge, La esperanza sitiada. Debates políticos-culturales en tiempos del Bicentenario, Colihue, Buenos
Aires, 2009, p, 9
35 COOKE, J.W, “La lucha por la liberación nacional” … p. 14
36 Idem, p.15. Cualquier parecido con Clarín, La Nación, los “intelectuales” columnistas en esas revistas no es pura
coincidencia.
explotación económica financiera reinante desde la noche de 1976, pero los enemigos del proyecto
político nacional y popular, continua encontrado palos en las ruedas, por parte de la nueva
oligarquía sojera (2008), el ataque de los multimedios oligopólicos durante la lucha por la sanción
de la ley de medios, y la actual intento, por parte de estos medios, aliados con los sectores
financieros, para avanzar en una especie de corrida bancaria, y el ataque a la medida de quita de
subsidios hacia los sectores minoritarios y privilegiados de la sociedad.
Ahora como el peronismo es la matriz de nacimiento, la expresión de la situación de superación
dialéctica de su esencia al incorporar las tradiciones políticas emancipadoras nacionales y
latinoamericanas, que establecen un dialogo con los núcleos fundantes del peronismo, como corpus
teórico político: Independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política, las cuales también
conforman parte de las tradiciones, así como de las experiencias de sujetos políticos, así como de
quienes en sus cotidianidades sufrieron la falta de esos 3 principios rectores sobre los cuales un
sujeto se incorpora a la política para verlos realizados en la sociedad.
El kirchnerismo, representa, como metáfora la famosa frase de Cooke, el hecho maldito del país
neoliberal, ya que las políticas implementadas desde el 2003 hasta la actualidad, enmarcado en las
contradicciones propias de una sociedad compleja, sumado a la movilización de los sectores
populares, ha colocado en tensión el status quo nacido en 1976, proceso que continuara, ya que las
transformaciones deben romper definitivamente con los moldes que eran la base del antiguo orden,
creando las condiciones para la desaparición que le dieron origen.
Ahí la importancia del lema tomado del gran candombe popular “NUNCA MENOS”, desde las
bases construidas avanzaremos en los elementos faltantes, no son necesarias oposiciones que hablan
en nombre de poderes sectoriales decirnos lo que falta, ya nosotros lo sabemos, para que podamos
encontrarnos definitivamente liberados, en una patria mas justa... esa patria que comienza al sur del
Río Bravo.
Leer el Kirchnerismo. Lecturas desde Bobbio
La caída de los socialismos “realmente existentes” provoco un gran crisis en el espacio de las
izquierdas, frente a ese derrumbe teórico-político, se impuso la visión triunfante del neoliberalismo,
tanto en el plano político, económico e ideológico, los supuestos teóricos sobre lo que se desarrollo
esta cosmovisión del mundo, se centro sobre dos elementos centrales: por un lado, la idea de final
de la historia, y por el otro, la imposibilidad del nacimiento de un modelo alternativo al capitalismo
en su fase financiera, esta ultima implicaba una doble imposibilidad, la primera, como nacimiento
de una alternativa post-capitalista, y la segunda, la imposibilidad de una alternativa interna dentro
del capitalismo, esta ultima era un avance sobre la idea de la existencia de un Estado de Bienestar.
El triunfo de lo inevitable del capitalismo financiero, la derrota de los socialismos en la Europa
del Este, llevo también a amplios sectores académicos, de formación de opinión publica, a la
caducidad de la idea de una existencia dicótomica entre izquierdas y derechas, ya que los sustentos
políticos que sustentaban esa idea, principalmente la bipolaridad a nivel mundial, habían caído con
los significantes de esas palabras que marcaron el ideario político desde la primer revolución
política burguesa, redefiniendose en el devenir en el tiempo, las muertes de sistemas políticos
implicaba en el imaginario de los sectores conservadores el fin de las ideas sustentadoras de una
izquierda y una derecha.
En la periferia, como en el centro, el triunfo ideológico de este paradigma llevo a la aceptación del
desembarco del neoliberalismo puro, pero apareció un discurso basado en un conjunto de ideas
laxos, el progresismo, que cuestionaban determinadas practicas de la implementación del
capitalismo financiero, de una índole cuasi moral, pensemos el progresismo de la Alianza en la
Argentina, que cuestionaba la corrupción, y no la centralidad de la lógica del funcionamiento del
neoliberalismo.
En 1995, el politólogo italiano, Norberto Bobbio, escribe un ensayo sobre la necesidad de
recuperar las nociones de izquierda y derechas, y propone para esto, repensar las mismas, en una
superación del solo marco ideológico sino en los valores que representan cada una, y tomando como
valor central, para analizar a las mismas, la posición que tienen respecto a la idea de igualdad, entre
una visión horizontal y una visión vertical de la sociedad, considerando el criterio de igualdad,
como un principio fundador que resiste el paso del tiempo.
Son las respuestas a la pregunta sobre el problema de la desigualdades sociales, es el criterio sobre
el que la izquierda y la derecha se definen:
“ (…) una distinta valoración entre la relación entre igualdad-desigualdad natural e igualdad-desigualdad
social. Lo igualitario parte de la convicción de que la mayor parte de las desigualdades que lo indignan, y querría
hacer desaparecer, son sociales y, como tales, eliminables; lo no igualitario, en cambio, parte de la convicción
opuesta, que son naturales y, como tales, ineliminables”. 37
Es importante pensar en esta distinción para pensar los cambios ocurridos con la irrupción del
acontecimiento kirchnerista en la sociedad argentina, y para pensar que quienes se opusieron a las
medidas centrales del gobierno pueden ser definidos como derecha, ya que el kirchnerismo, como
acontecimiento vino a instaurar una reparación social sobre las consecuencias sociales de treinta
años de aplicación de políticas neoliberales en nuestro país.
Si bien en su discurso de asunción, el ex-presidente Nestor Kirchner, plantea la necesidad de
construir un capitalismo nacional, o en el ultimo discurso de la actual mandataria en el B-20, que
frente al anarco-capitalismo, es decir el capitalismo financiero, hay que volver al capitalismo en
serio, significo un ataque por parte de la izquierda teórica, acusando al ciclo kirchnerista como una
continuidad del modelo neoliberal, como un proceso de cooptación de los sectores populares, sin
pensar, que ambos gobiernos, ante la pregunta sobre la desigualdades sociales que medidas políticas
tomaron, y las mismas han de ser pensadas como medidas que toman a las desigualdades sociales,
no como naturales, ni forjadas por el desenvolvimiento de los individuos en una supuesta libertad de
mercado, sino como resultado de practicas sociales, que beneficiaron a fracciones de la clase
dominante nacional, como diría Kirchner en su discurso de asunción:
“En nuestro proyecto ubicamos en un lugar central la idea de reconstruir un capitalismo nacional que genere las
alternativas que permitan reinstalar la movilidad social ascendente.
(…) Para eso es preciso promover políticas activas que permitan el desarrollo y el crecimiento económico del
país, la generación de nuevos puestos de trabajo y la mejor y más justa distribución del ingreso. Como se comprenderá
el Estado cobra en eso un papel principal, en que la presencia o la ausencia del Estado constituye toda una actitud
38
política”.
Frente a las criticas de que el kirchnerismo clausura la posibilidad de pensar las posibilidades de
la real emancipación de las clases subalternas, se puede ver, que sin la presencia de un Estado que
reconstruya el tejido social destruido por la aplicación de medidas neoliberales, la recuperación de
los valores de solidaridad y justicia social, no se puede pensar en generación de alternativas al
modelo capitalista, el acontecimiento kirchnerista no solo implica una reparación histórica, sino
también la apertura nuevamente de debates políticos sociales sobre el horizonte de expectativas de
las clases subalternas.
El Estado, no solo actuá generando políticas desde un arriba, sino también con el involucramiento
de la sociedad en la toma de decisiones en las políticas publicas, pensemos en la alta participación
popular en los debates sobre la ley de medios, como la movilización de amplios sectores sociales
apoyando el matrimonio igualitario, actualmente el vicegobernador electo en la provincia Gabriel
Mariotto, realizo practicas semejantes respecto a la discusión de los ejes centrales de la política de
37 BOBBIO, Norberto, Derecha e Izquierda, Taurus, Madrid, 1995, p.146
38 KIRCHNER, Néstor, Discursos del Presidente Néstor Kirchner 2003-2007, Ediciones Punto Crítico, Buenos Aires,
2011, p. 18
gobierno de la principal provincia nacional.
Las medidas que se tomaron en su conjunto por los gobiernos nacionales, tienden a pensar a la
sociedad como un espacio horizontal, tendiente a reducir las desigualdades sociales, la recuperación
del rol de los trabajadores como agente político, la movilización de los jóvenes en el espacio
político kirchnerista, quienes desde de las nuevas formas de militancia, que vinculan lo territorial
con lo cultural, lo virtual, dan muestra que la sociedad nacional ha avalado un gobierno, nacional
popular, que podríamos definir de centro-izquierda, por mas que desde los referentes centrales del
espacio no pronuncien la palabra “socialismo”, pero acaso no son partidos de origen socialistas
quienes en Europa han implementado las políticas de ajuste.
El kirchnerismo, ha movido el eje de la discusión política del centro al espacio de centro-
izquierda, y el famoso Nunca Menos, como lo dice Miriam Garcia Merlo, habla del deseo de futuro
39
, es decir una apertura de un horizonte de expectativas que la temporalidad neoliberal había
cerrado.
40 MARX, Karl, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Editorial Need, Buenos Aires, 1998, p. 13
las condiciones propuestas por los dueños del poder, sin esa impugnación del silenciado,
interpelando los significantes de una democracia vacía.
Se intenta construir un relato sobre esas jornadas, centradas en la plaza, donde los saqueos, actúan
como espacio organizado, aunque en algunas zonas ocurrió, por la vieja política, la plaza, como el
retorno de lo político a esas clases medias urbanas, desafiantes del estado de sitio, la batalla, las
asambleas posteriores, marcadas por el “que se vayan todos que no quede uno solo”, sin respuestas
al que vendrá después, germen de soviets, de nuevos espacios republicanos, la plaza es centralidad
del relato, después en el escenario urbano llegaran de los limites, los excluidos, y sera el grito
“piquete y cacerola”, pero hubo un antes a la plaza, complejo, que fue sepulturero del
neoliberalismo, ese antes, que saqueo la base del neoliberalismo, como fase del capitalismo, que lo
hirió de muerte en su centro, en la figura de ese subsuelo sublevado, esto es central, cuando se
intenta, realizar una comparación con lo que sucede con europa, los indignados, son la plaza, las
voces y acciones de los subsuelos que impugarían el sistema no se escuchan, porque hablan otro
idioma, son los parias, los inmigrantes.
El kirchnerismo, si es resultado del 2001, en cierta parte de aquel de la plaza, pero principalmente
del 2001 del sujeto subalterno participe del saqueo.
Nestor Kirchner lo expone en su discurso de asunción:
“Se trata de tener lo necesario para nuestro desarrollo, en reingeniería que nos permita constar con un Estado
inteligente. Queremos recuperar los valores de solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar
nuestra realidad actual para avanzar hacia la construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y
más justa. Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente, debemos hacer
que el Estado ponga igualdad allí donde el mercado excluye y abandona.
Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo
permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la
educación, la salud y la vivienda, promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno.”
41
Heredero, de quienes con su sola presencia, mostraban la desigualdad del mercado tomado como
dios, porque, como dijimos con anterioridad, el sujeto social del saqueo, impugna la totalidad del
neoliberalismo, al mostrarlo descarnadamente en la presencia del excluido. Hubo plaza, si, pero
también antes, hubo el saqueo.
Heredero de las generaciones diezmadas, una por la Dictadura Cívica-Militar, la otra por las
políticas del Estado Neoliberal, heredero del saqueado por la muerte de la aplicación del hambre
como política para beneficio de las minorías oligárquicas.
41 KIRCHNER, Néstor, Discursos del Presidente Néstor Kirchner (primer parte), Ediciones Punto Crítico, Buenos
Aires, 2011, p. 18. El resaltado es propio.
La lagrima del Verdugo
Los verdugos también pueden llorar, no es cuestión de géneros, aunque no se si es cuestión de
construcción de un personaje teatral, porque igual después de las lagrimas derramadas el hacha
caerá sobre la cabeza del condenado, y luego de secar sus lagrimas, el verdugo continuara viviendo,
soñando, quizás también vuelva a sonreír, pero el condenado, no solo llorara, sino le robaran la
capacidad de sonreír.
Una ministra de trabajo podrá llorar, pero lloraran mas los millones de personas sobre los que se
aplicaran las medidas económicas, no tendrán a su lado un gélido gerente que continuara su
discurso, ahora sin lagrimas, quizás en el secreto de su habitación un gerente podrá llorar, pero no
sabremos los motivos.
La palabra sacrificio no pudo ser terminada de ser pronunciada, pero importara si esta presente o
ausente en un discurso, si igual en la pira del neoliberalismo los pobres serán inmolados como
sacrificio a los poderosos de la tierra.
Pero frente a las victimas del sacrificio, siempre habrá otras lagrimas, esas de impotencia, de las
que nos hacen sensibles ante el dolor de los demás, declaración del Che en su ultima carta, quizás
legado ético del viajante de sueños, sentir que no perdemos la humanidad mientras existan personas
por quien derramar lagrimas, ética a ser recuperada en estos momentos.
Necesitamos una reivindicación de la lagrima, de su uso, contra su abuso por parte de quienes
hacen mal de tan noble objeto, porque no queremos que las lagrimas se las roben los poderosos,
porque si esta al servicio del verdugo, que pensaremos de la lagrima derramada por el olvido del
amor, de la lagrima de la poesía, del dolor ante la ausencia, porque las lagrimas no tienen la culpa
de ser derramadas por los verdugos.
Retorno de lo Político. Destrucción de la temporalidad neoliberal
Cuando lo político retorna al ámbito publico, arrastrando sus venas sobre gran parte de la
sociedad, comienzan a producirse una serie de modificaciones en las sociedades, el retorno del
conflicto democrático, el des-enmascaramiento de los intereses, la transparencia de los lugares del
habla.
Lo político en una sociedad, es una apuesta a la capacidad de pensar las lineas disruptivas que
apuntan al futuro, es colocarse frente al pasado, buscando preguntas desde el presente que den
cuenta de su situación, es la ruptura de la temporalidad neoliberal que nos arraso durante mas de dos
décadas.
Temporalidad Neoliberal
Uno de puntales básicos del neoliberalismo, luego de la caída de los “socialismos reales” fue la
implementación del supuesto de no alternatividad al modelo económico financiero, era el triunfo del
liberalismo, el fin de la historia.
Pensar la no alternatividad, es pensar como afecta la misma a los sujetos sociales, es colocar al
presente en un continum casi eterno, donde paradojicamente, se anula una de las funciones del
presente como temporalidad, la de ser puente entre pasado y futuros a ser elegidos, el presente
eterno anula la posibilidad de incorporar el nudo de posibilidades que nacen del acontecimiento, a
su vez es la negación de la posibilidad de la pregunta sobre el pasado, como multiplicidad de voces.
La temporalidad neoliberal es resultado de la des-politización de la sociedad, o mejor dicho,
privatización de lo político, donde el resultado de crisis, perdidas de esperanza, lleva mover la
política a la esfera de lo mediático, esta esfera ya no condicionaba lo económico, sino también era
controlador de las voces que tenían la posibilidad de enunciar palabras frente a las pantallas de
televisión, era el nacimiento de muchos políticos que dejaron la calle por el sillón de canales.
El proceso de al no aternatividad, lleva una doble negación, por un lado, implica la idea de no
superación del capitalismo como forma histórica, negación de las formas emancipadoras del
socialismo, pero también, la negación de la existencia de formas alternativas dentro del capitalismo,
la única forma es la etapa financiera, no mas la posibilidad de un capitalismo basado en el modelo
keynesiano, estado de bienestar, negación externa e interna al sistema.
Las negaciones implican recortar a la comunidad la posibilidad de elección, el futuro es una
repetición continua del hoy, subordinación del tiempo a las lógicas del mercado, donde las
elecciones solo pueden darse en la esfera comercial, pero no en la esfera de lo político.
Y un día volvió lo político
Y volvió, de repente el futuro pudo enlazarse de otra manera, pudimos analizar el pasado desde la
esfera de la reparación, el presente se convirtió en momentos donde la comunidad, la sociedad elige
el futuro.
América Latina abrió el mundo la posibilidad de reencontrarnos con pluralidad de horizontes de
expectativas, lentamente la política retorno al espacio publico, nuevamente, con la idea de política
como participación del sujeto sobre la sociedad, opera la idea de alternatividad.
Al subordinar el Estado, ponerle limites al mercado, la sociedad recupera la posibilidad de
elección en la esfera de lo político, produciendo rupturas importantes en la cotidianidad de los
sujetos, la incorporación al mundo del trabajo, a la educación, abre al sujeto la capacidad de romper
el quietismo social, donde los individuos ocupan lugares casi por ubicación natural en un espacio
social, o sea en otras palabras, por naturaleza los pobres deberían seguir siendo pobres, esa era la
lógica del neoliberalismo, hoy ese modelo se rompe, horizontes de expectativas nuevas se abren en
el ámbito de las posibilidades de millones de argentinos, algunos dirán es la lógica de mi hijo el
doctor, pero ese espacio de expectativas es central en la movilización social igualitaria que movilizo
a los gobiernos peronistas, excluyendo el Therminodiano menemismo.
Hoy podemos pensar entre variables de capitalismos y variables de socialismos, el presente
importante se iguala con el futuro.
Desde lo político, el sujeto recupero la posibilidad de ser y de pro-yectarse, y de repente
descubrimos, que eso de banderas, de nestornautas, de canciones, son de alegrías, porque el día que
se recupero la política descubrimos que nos podemos indignar, pero no contra el gobierno, sino
contra quienes durante años nos robaron la esperanza... por eso en América latina no hay indignados
sino hay alegres personas manifestándose a favor de los gobiernos.
El rompecabezas del Kirchnerismo. Apuntes para la construcción de una teoría política e
ideológica de liberación
El kirchnerismo emerge en la sociedad nacional como una ruptura histórica, son momentos políticos
que rompen con los paradigmas anteriores, e intentan reconstruir, dar sentido, a nuevos marcos de
interpretación e interpelación societal. Los sucesos de fines del 2001 y principios del 2002, plantean
una serie de cuestionamientos al orden neoliberal, el primero, el marco de inevitabilidad de
exclusión social, desocupación, los saqueos en ciertas provincias, impugnan la matriz central del
marco ideológico, que planteaba la distribución vía cascada de los sectores mas beneficiados sobre
el resto de la sociedad, ese planteo vertebrador, contiene en si mismo una serie de actitudes a ser
cuestionadas, por un lado, la no necesidad del Estado, como institución mediadora entre los
intereses en pugna, distribuidor de riquezas, suplantado por la lógica falaz del mercado
autorregulador de las relaciones sociales, los piquetes, como acción de visualización del proceso de
desigualitario instalado, ponían en tela de juicio, la idea del mercado como respuesta a las ideas del
contrato social, de conflicto por pujas distributivas, al quitarle la no neutralidad de una especie de
sujeto autónomo de los sujetos sociales que intervienen en el, el mercado era la emergencia de la
lógica descarnada del Amo y del esclavo.
En segundo lugar, las movilizaciones de los sectores medios urbanos, interpelaban la relación
institucional de la democracia formal, la política subordinada a la lógica de la economía, el planteo
neoliberal del ejercicio de determinados derechos políticos y civiles, frente al retroceso de los
derechos sociales, es decir, no importaba el grado de exclusión que genera la aplicación de políticas
neoliberales la institucionalidad republicana podía continuar en funcionamiento, la consigna que se
vayan todos interpela en cierto sentido la lógica institucional del neoliberalismo, aunque, si bien se
observaban practicas extra-institucionales como las asambleas, lo que se planteaba era una
redefinición de republicanismo como forma, una modificación de contenido, se ponía en tela de
cuestión la relación republicanismo-democracia-política-mercado.
Como podrán notar, en el texto coloque cuestionan, ya que la salida del proyecto neoliberal puede
darse por una doble vía: por derecha, la salida duhaldista, o por izquierda, la salida kirchnerista, esta
doble lógica de proyectos de país fueron las que emergieron en las elecciones del 2003. El
kirchnerismo viene a resignificar las relaciones presentadas arriba, la ubicación central del rol del
Estado como mediador no neutral entre clases dominantes, tanto de las fracciones nacionales
vinculadas a sectores agrarios, industriales como el poder de las fracciones transnacionales, y las
clases subalternas, integradas por un complejo y heterodoxo conjunto de sectores sociales: desde
clases medias empobrecidas, desocupados, trabajadores. La ubicación del Estado en su grado de
centralidad no neutral es el principal postulado sobre el que descansa la ideología kirchnerista, a
partir de esta posición se reubica ideológicamente como recuperador, restaurador y amplificador de
derechos políticos, económicos, sociales y civiles.
La política, reconocida ya no como un espacio de consensos entre iguales, sino como espacio de
conflicto antagónico, donde las luchas entre las clases se dirimen en la persecución de intereses
contrarios, retomando la idea de la política como transformadora de la realidad, es un aporte
significativo y central dentro del articulado mencionado en el rol del Estado, no hay solución a los
conflictos sin política, por lo cual, el mercado, de la ideología neoliberal, aparece ya no solo como
un regulador entre sujetos que emiten un contrato entre iguales, sino un espacio donde las clases
dominantes ejercen dominación sobre el resto de las clases subalternas, el mercado, en cualquier
lógica de interpretación ideológica es por si mismo un espacio de conflicto político, por lo cual, el
rol del Estado es establecer marcos regulatorios sobre los efectos de desigualdad que el mismo
ejerce sobre las otras esferas de la sociedad, si el Estado, durante el neoliberalismo, aparecía frente
a la opinión publica como autónomo, en realidad era un actor no neutral, cuyo aparato institucional
beneficiaba a las clases dominantes, el kirchnerismo, vino a dar vuelta la ecuación, ahora la
intervención estatal esta vinculada a la defensa de las clases subalternas, frente a la voracidad
animal del capital nacional y transnacional.
Para ejercer esta política de no neutralidad estatal, el Estado debe lograr espacios de autonomía
frente a los intereses foráneos, de esta manera el proceso de desendeudamiento, logro que el FMI y
el BM dejaran de ser participes necesarios de cualquier decisión política interna, y de esta manera
se logra la autonomía para imponer las reglas sobre las actividades de las clases dominantes, es
decir, al ganar autonomía en respecto a los organismos internacionales, se logra subordinar a la
economía a la esfera de lo político. Desde el Estado se ejerce una recuperación de los derechos
humanos, no solo en la esfera de la reparación hacia el pasado, sino también reparación en el
presente y orientada hacia el futuro. La política de derechos humanos hacia el pasado tiene como
eje central la recuperación del papel del Estado como espacio donde se resuelven las penalidades
basadas en la violaciones sistemáticas de los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar,
vía el enjuiciamiento de la totalidad de quienes fueron participes necesarios y quienes emergieron
como espacios de complicidad civil, ya que esos actos del pasado se proyectan sobre el presente, el
caso de apropiación de la empresa Papel Prensa, se convierte en paradigmático, ya que la misma
construye un condicionamiento al desarrollo de la construcción democrática, tanto a nivel de
régimen político como en practica de derechos políticos y civiles, concentración que impide la
diversidad del pensamiento, construye agenda política.
La reparación hacia el pasado, es esencial para la construcción del futuro, recuperando las
dimensiones temporales del pasado y futuro, el kirchnerismo rompe el esquema de temporalidad
neoliberal, donde el presente, como un continum ad-eternus, se configura como el eje temporal
central, sin relacionarse con el pasado, ni proyectarse hacia el futuro, el presente se convierte en
legitimador del orden establecido, ya que niega posibilidades de proyectos de superación de la
realidad, además actúa como una sutura impuesta sobre un pasado, desconectado del presente. El
re-inicio de los juicios, las condenas, son recuperaciones de un pasado, de proyectos políticos,
reparación del pasado en el presente, también reparación del pasado reciente, la recuperación de los
derechos sociales, recuperación del trabajo, son reparaciones que ejerce el Estado sobre quienes
fueron excluidos del sistema por el neoliberalismo. El matrimonio igualitario, como el debate
presente sobre el proyecto de ley de identidad de genero, son reparaciones hacia sectores
marginados por el proyecto burgués de construcción de la ciudadanía. Así también, la ley de
migración nacional, reparadora contra las desigualdades generadas, principalmente, hacia los
hermanos latinoamericanos, igualdad entre participantes de la comunidad latinoamericana.
Así mismo, se produjo una democratización del uso de la palabra, frente a la palabra concentrada,
construida sobre la condiciones del proceso militar, y los negociados del neoliberalismo, de esta
manera los sujetos recuperan derechos establecidos en la constitución nacional. De la escritura al
hecho. La política de derechos humanos tienen como eje la proyección de igualdad política, civil y
social, configurándose como piso sobre el cual se movilizaran las futuras ampliaciones de derechos,
es una política de reconstrucción de una idea de ciudadanía ampliada, donde sujeto de derechos es
ejercicio de lo mismos por los ciudadanos, bajo las condiciones generadas por la participación del
ciudadano. Visión ampliada de los derechos humanos significa recuperar la matriz democrática de
las corrientes emancipatorias nacionales y latinoamericanas, ya que pone en tensión la pregunta si la
democracia solo es un régimen político, basado en un conjunto de reglas institucionales, o la
democracia es un ejercicio superador del mero espacio institucional, volviendo a colocar en simetría
derechos humanos, entendidos en su complejidad, y democracia.
La institucionalización del proyecto político kirchnerista es una redefinición del régimen político
nacional, a través de los canales de la democracia burguesa se reconfigura un nuevo parámetro de
democracia popular, basada en que democracia se construye con las posibilidades de sujetos
sociales incluidos, autonomía del Estado frente a los poderes facticos, unidad latinoamericana,
construcción de una nueva hegemonía, donde se construye una serie nueva de consensos, que
encarnar los valores de solidaridad, igualdad, fraternidad con los pueblos oprimidos.
Tener la posibilidad de la palabra, es quizás una de las manifestaciones del ser humano, a través de
ella, conferimos sentidos a la realidad, nos permite comprender y comprometernos con otro, a
través, de la misma la poesía nace, expresamos el dolor, la incomprensión, destruimos la soledad, y
conformamos un comunidad con el otro. La posibilidad de la palabra es la posibilidad de la libertad,
de proyectarnos sobre las posibilidades de una situación, poseer palabras es poseer posibilidades,
sentidos y responsabilidades sobre las elecciones. La palabra nunca camino por senderos de rosas,
sino espinosas sendas, peajes, caminos coartados por quienes detrás de la idea pequeña de una
libertad económica la convirtieron en la Libertad de Expresarnos, y sola la palabra, que era parte un
mensaje entre dos, donde circulaba, señores del capital la convirtieron en única, y nos solo nos
robaron las palabras, sino los sentidos que ellas producen, robada la palabra solo un sentido sobre la
realidad guiaba la acción de los hombres… lo que cierto señor, continuo devenir de la derecha
expresiva denomino, capacidad de crear agenda. La palabra robada, entraba en un matrimonio
extraño con el comerciante de sentidos, y ellos desde los espacios del mercado, legitimaban los
discursos, nos indicaban el bien y el mal, condicionaban gobiernos, humores y alegrías, escritas
ellas se volvían habla, y viajaban al camino de los monopolios. Gran parte de la idea de que frente
al capitalismo neoliberal no había alternativas, fue resultado de expropiación de la palabra, de sus
sentidos emitidos, de esas cadenas de significantes que llenaban el vació existencial de no ser lo que
podríamos ser, de reducir la capacidad de comprender las posibilidades existentes en cada situación,
ya quien emitía la palabra emitía la posibilidad de elección. Pero hubo, hay y habrá rebeldes de la
palabra, quien desde los márgenes, cobijaron las palabritas olvidadas, y le daban la posibilidad de
recuperarse del dolor, espacios para cuestionar ordenes, palabras que recuperaban la luminosidad de
ese mundo, donde existieran, pero los dueños de la palabra, en secreto se reían de las palabras
rebeldes, solo sabían si la palabra política retomaba su significante de posibilidad de cambio
podrían comenzar a ver debilitada su capacidad de construir verdad, la capacidad de la palabra
generadora de totalidad estaba en sus manos. Hay hombres que son fuegos, diría Galeano, y el
fuego dio calor a la palabra convicción, que se encontró nuevamente con esa palabra hermosa que
es política, y lentamente, un fueguito que nacía bajo las sombras de una metáfora de país,
comenzaba a dar mas calor, crecía, y empezó a cuestionar el orden de la palabra monopolizada, le
dio calor con la palabra democracia, ya no vaciada, sino llena de palabras: igualdad, libertad, entre
sujetos de derechos, cuyo derecho era ejercerlos para que no sean usurpados, el fueguito se
convirtió en llama, y las palabras rebeldes, comenzaron a sentirse cómodas con esas llamas, porque
recuperaban la posibilidad de ser. Primero se recupero la palabra hablada, aunque los dueños del
diccionario pusieron palabras encerradas como trabas en la Justicia, ya su palabra no era tan
importante, sus palabras generaban dudas, no legitimaban totalidades sino una parcialidad que tenia
nombre, ayer se recupero la posibilidad de la palabra circular en las hojas bellas de un papel, y ese
día, las palabras descubrieron que eran un poco mas libres, mas iguales, que los sujetos que emiten
palabras también, y ese fuego convertido en pasión, de convicción no claudicadas al entrar en los
espacios de poder, recupero para todos la relación entre palabra dicha y acción, nuevamente la
palabra nos invito a soñar despiertos.
Ética Militante. Entre Don Atahualpa y el Che
¿Que nos convierte en militantes?... Esa palabra hermosa, que lleva a las personas a embarcarse en
proyectos de recuperación de las dignidades perdidas en las décadas neoliberales, ese accionar
basado en una postura ética frente al otro, aquel desprotegido, un otro, descartado por los
poderosos, que nos interpela, que se nos presenta como una imposibilidad del ser, basada en la
negación de quienes desde los espacios no políticos, ese otro, extranjero, pobre, desposeído, una
ética basada en un primer momento en la indignación ante una realidad que puede ser cambiada,
indignación que nos moviliza a la pregunta sobre la sociedad, sobre la naturaleza del hecho social,
sobre los conceptos, anteojos que tenemos puestos, para ver la realidad, sobre si la realidad
naturalizada, no debe ser des-construida, porque hay algo que no tiene sentido, indignarse, y el
pasaje a lo político, significa la des-naturalización del hecho social presentado como eterno.
Max Weber, planteaba que lo político entraban en juego una doble ética, la de la convicción y la
responsabilidad, ya que según el teórico alemán, la política necesita no solo de una ética sino
también de una pasión autentica, que no sea una simple excitación estéril, ya que la ética funciona
como legitimación del accionar político, ambas éticas nos colocan ante la responsabilidad ante las
consecuencias que tomamos, y, como en la política, muchas veces entramos en conflicto con
intereses “diabólicos”, la necesidad, convicción de que nuestro accionar no solo sea el fin, sino el
medio guiado por un fin.
Sabemos que vivimos en una sociedad capitalista, que por esencia, y su razón de ser, es la
desigualdad, que algunos han camuflado en una desigualdad “natural”, cuando empezamos a
despejar los anteojos, sabemos que esta desigualdad es de carácter social, que los sectores
dominantes, siguiendo a Cooke, se los debería caracterizar por su búsqueda continua del tener, que
terminaría definiendo su ser, y si no existe un control, alguien que coloque limites, en su continua
lógica de ser, es decir de aumentar su tener, no tienen intereses humanitarios, si han de sacrificar la
mitad de una población a la mas extrema pobreza lo harán sin el menor cargo de conciencia, y
dormirán tranquilos en sus camas, sin remordimientos, o mas tardar, con pastillas para no soñar.
Quienes militamos para que el fin de nuestro accionar sea la construcción de una sociedad
igualitaria, debemos tener por lo menos dos principios éticos centrales, el primero, nace de la carta
que el Che le escribe a sus hijos antes de partir a Bolivia, donde les dice que el ha sido un hombre
que actuá como piensa y fue leal a sus convicciones, y segundo, que ellos, deben ser capaces de
sentir en lo mas hondo cualquier injusticia cometida en cualquier parte del mundo.
Ese principio ético, nos obliga a no separar la acción del pensamiento, o sea, no borrar con la
mano izquierda lo escrito con la mano derecha, de mantener una actitud critica frente a nosotros,
que la unidad entre pensamiento y acción debe ser guiada por una convicción que no debe ser
dejada de lado por ningún azar de la vida, pero el mas importante de todo, es no perder la capacidad
de sentir como propia la injusticia, es decir, no naturalizar las situaciones, de que nuestra alma
siempre debe estar preparada para sentir el dolor ajeno, ese dolor naciente como hecho social de la
desigualdad como propio, el día que uno pierde esa capacidad de no sentir injusticias como propias
se transforma en militante del orden establecido.
El segundo principio ético, cercano al descripto con anterioridad, lo dice Atahualpa Yupanqui, en
su canción “Preguntitas por Dios”, donde narra la búsqueda de la pregunta sobre la existencia de
dios, pero termina considerándola secundaria, cuando al final dice: “que nadie escupa sangre para
que otro viva mejor”, es decir, un militante de una causa nacional y popular, y como dijo hoy la
presidenta, democrático, debe plantearse como central ese objetivo, es aquí el significado de no
neutralidad ante el hecho social, no caben posiciones intermedias ante el hecho de que la mayoría
no es invitada a la fiesta del patrón.
La llegada del Kirchnerismo, en el 2003, con su hermosa frase de no dejar las convicciones en las
puertas de los espacios de poder, como afirma Rinesi, el kirchnerismo como movimiento político
genero la recuperación de 3 elementos que la política argentina, y la política en general, había
dejado de lado, en las décadas post-dictatorial: 1) la política, como instrumento de transformación,
2) que la ciudadanía es un sujeto de derechos, que ademas son puntos de partida para la ampliación
de los mismos, y que son esenciales, para garantizar el ejercicio en forma efectiva de los atributos
de la ciudadanía y 3) El rol del Estado, como garante de los mismos.
Con estas recuperaciones, o reparaciones, los militantes, podemos interpelar a los limites de lo
posible de lo político, de llevar y construir nuevos horizontes de expectativas, de nuevos caminos
de institucionalizar de formas nuevas de democracia, de esa que no solo sea un conjunto de reglas
formales que avalen regímenes políticos, sino la democracia como ampliación e incorporación de
sujetos colectivos, con capacidad de soñar, porque el valor ético del kirchnerismo, como nuevo
movimiento político, fue que nos dio a todos la capacidad de recuperar la capacidad de soñar con
otro mundo, para las generaciones presentes, y para las generaciones futuras, para la construcción
de un mundo donde no haya que sentir mas injusticias ni que nadie escupa sangre para que unos
pocos vivan mejor, si eso es poco, estamos hablando otro idioma.
Bibliografía:
Guevara, Ernesto, Carta del Che a sus hijos, http://www.nodo50.org/pretextos/che2.html
Rinesi, Eduardo, “Notas para una caracterización del kirchnerismo” en Debates y Combates, No 1,
noviembre 2011
Weber, Max, La ciencia como profesión/La política como profesión, Buenos Aires, Alfaguara, 2010