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Se considera a Mircea Eliade uno de los relevantes historiadores del estudio de la historia moderna de
las religiones; filósofo y un gran erudito estudioso de los mitos. Eliade elaboró una visión comparativa
de las religiones, hallando relaciones de proximidad entre diferentes culturas y momentos históricos1.
En el centro mismo de la experiencia religiosa, Eliade situó a lo sagrado, como la experiencia
primordial del Homo religiosus. Es lo sagrado la esencia de lo religioso, y es a partir de ésta misma
concepción y análisis del que partirá el siguiente texto, en el que Eliade hace un estudio alrededor del
concepto, estructura e importancia del mito, haciendo un recorrido claro y trascendental en las
transformaciones y significaciones que el término “mito” ha adoptado alrededor de la historia, tanto
en el mundo antiguo, como en el cristianismo, para así dar a comprender la función de los mitos en las
sociedades tradicionales y a su vez, acercarnos mejor a una categoría de nuestros contemporáneos en
el entendimiento de nuestro pasado y presente, como una forma de reconciliarnos con la historia.
Podríamos empezar diciendo que para Eliade, el mito ha sido tratado desde una acepción, como
"cuento", "fábula", "invención", o "ficción", pero actualmente se le ha aceptado como lo comprenden
las sociedades arcaicas: en las que el mito se designa como una historia verdadera, pero a su vez, es
una historia que merece bastante valor, puesto que es sagrada, ejemplar y significativa, aunque en el
empleo corriente equivoco se utilice para un sentido peyorativo de la ficción, la fantasía o de la
ilusión. Este interesante texto nos permite acercarnos a un gran compendio de historias y conceptos
que nos arroja luz sobre algunos aspectos un tanto desconocidos o poco estudiados para la sociedad en
general, pero es necesario comprender que el mito está tratado aquí no en el sentido de «ficción» o de
«ilusión» sino como «tradición sagrada, revelación primordial, modelo ejemplar».
Los mitos son uno de los ejes fundamentales sobre los que se sustenta el estudio etnológico de
cualquier civilización y de la condición humana en general, puesto que no se trata de historias ficticias
arbitrarias, inventadas con una función meramente estética o de creación, sino que tienen un trasfondo
ontológico, es decir, real y existente, que es imprescindible para explicar y comprender la visión que
del mundo tiene un determinado grupo humano. La función del mito es plural: por una parte
comprende la realidad al tiempo que la aprehende, la transforma y la resiste y por otra, también alude
a un concepto cultural universal que pertenece a la tradición oral que se explica por medio de la
narración de historias.
1
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Mircea_Eliade
expresiones mitológicas de la divinidad . Por otro lado, plantea que intentar comprender los mitos nos
hará desaparecer dichas justificaciones y mejor aún, reconocer que son hechos humanos culturales de
creación de espíritu y no irrupciones patológicas, instintos bestialidades, o infantilismos o de otro
modo, considerarlos como casos aislados de salvajismo, puesto que no son acepciones, sino parte del
origen o la creación de tribus históricamente religiosas.
Y concluye, "En suma, los mitos revelan que el mundo, el nombre y la vida tienen un origen y una
historia sobrenatural, y que esta historia significativa, preciosa y ejemplar". Con esta descripción,
Mircea Eliade, nos invita a repensar el concepto de mito y emprender un viaje por el estudio, la
formación y los elementos de la mitología misma, que a su vez, vienen formando parte de nuestro
mundo, religión o cultura.
En los últimos apartados, que llevan por subtítulos “Olvido y memoria en la Grecia antigua”,
“memoria primordial y memoria histórica”, y “el sueño y la muerte” alude a conceptos como:
recuerdo (anamnesis) y la memoria (mneme). La autora explica que una memoria perfecta es por
tanto, superior a la facultad de recordar, puesto que cuando uno ha empezado a recordar, significa que
ya ha olvidado, y quién ha olvidado es porque ha perdido parte esencial de sí mismo. Luego va a
mencionar que la mitología de la memoria del olvido se modifica, enriqueciéndose con la
significación escatológica, cuando se perfila una doctrina de la transmigración. Ya no es el pasado
primordial lo que importa conocer sino la serie de existencias anteriores personales. El olvido no
simboliza hacia la muerte sino al retorno de la vida. Finalmente, nos conecta con un resumen muy
apreciativo, en el que clarifica que:
1. La memoria que se refiere a los acontecimientos primordiales (cosmogonía, teogonía,
genología, escatología).
2. La memoria de existencias anteriores, es decir, de acontecimientos históricos y personales.
Lethe, se opone con igual eficacia estas dos clases de memoria. Sin embargo, Lethe es
impotente para algunos privilegiados:
A. Aquellos que inspirados por las Musas o gracias a “Un profetismo en inversa”, logran
recobrar la memoria de los acontecimientos primordiales.
B. Aquellos que como Pitágoras o Empédocles logran acordarse sus existencias
anteriores. Así es como se vencerá el olvido.
En conclusión, ya habiendo realizado un recorrido por la mitología de las culturas de las que Eliade
explica con tanta luminosidad, considerando al mismo tiempo y de forma inseparable las estructuras,
definiciones, revelaciones, funciones, e importancia del mito, donde Mircea Eliade afirma que todo lo
que se hace o trata de hacer, "ha sido ya hecho hoy". Planteando que desde el principio, los mitos van
a constituir una suma del saber útil de las existencias individuales que se hacen y se mantienen como
existencias plenamente humanas, responsables y significativas, creemos a su vez, que los mitos no son
de dominio de ningún individuo particular, sino una herencia colectiva que ejerce una parte
importante del razonamiento y que ofrece explicaciones generales de todo el universo. En la medida
que éstas inspiran hacer actos ya efectuados y pensamientos ya formulados. Ignorar u olvidar éstas
memorias colectivas, constituidas por las tradiciones, equivaldrá a una regresión al estado natural o
condición “acultural” del niño, a un pecado o a un desastre. Por último, el autor rumano expone las
principales características del pensamiento de las sociedades que él denomina «primitivas» o
«arcaicas» y cómo, de alguna u otra manera, rasgos importantes de este pensamiento perviven todavía
en nuestros días. Dejando claro que el mito es pues, un elemento esencial en la civilización humana, y
que no está lejos de ser un hecho casi real que constituye una realidad, o creencia para el ser humano
que está viva y que sigue llenando. El mito nos dio un sentido actual para nuestros destinos y
actividades diarias. Dejar de creer que el mito es algo importante para la construcción social del ser
humano, sería como decirle que el agua no es esencial para la vitalidad humana. Por tanto, debemos
buscar la concepción del mito en las sociedades en las que éste todavía constituye un modelo de
conducta humana y una forma de otorgar valor y sentido a la existencia misma.
REFERENCIAS:
Eliade, Mircea, 1963. Mito y realidad: Capítulo 1: “La estructura de los mitos: la importancia del mito
vivo”. Guadarrama, 1968.
Pantaleo, Patricio I, 2016. “Mircea Eliade y la Historia de las Religiones. Lecturas y aportes para una
difusión historiográfica”, Historiografías, pp. 113-131.