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’, directamente
relacionada con la creacidn de las
‘Academias (la de Pintura ha
furtdada por el propio Le Brun en
sido
1648, contando con la proteccién de
Mazarino, y fue transferida a la
corona en 1663) y otros elementos
de racionalizacién como la
mecanizacion de los ejércitos, l2
construccién de Versalles o el
complicadisimo y riguroso
protocolo de los gentileshombres
de la Corte. Un catélogo més para
afiadir al afianzamiento de una
simbélica sistemdtica de la
monarquia absoluta.
Le Brun-Descartes presentaban
como realidad visible y demostrable
*M. Foucault, Les Mots et les Choses,
Gallimard, 1966.
“Louis Marin, De la représentation, «De la
curiosité a la méthode», Gallimard, 1994,
pags. 84 y ss.una «verdad» que habia yacido
oculta en el cuerpo humano durante
siglos. Las pasiones y su expresi6n
tomaban asi una apariencia
comprobable, legible, que se
imponia como una representaci6n
cientificamente superior a las
anteriores. Es una operacién no muy
alejada de la que emprende Freud
cuando propone un nuevo modelo
de aparato psiquico (oculto bajo la
apariencia del «cuerpo» lingiiistico),
y ofrece un catdlogo de sintomas que
permiten conocer su verdadera
estructura. Ambos discursos, el de
Le Brun y el de Freud, permiten
representaciones renovadas v mas
complejas (pero mejor controladas)
del escenario moral y politico.
Con el fin de dar una mayor
claridad al método de Le Brun,
repasemos aunque sea muy
brevemente el modelo cartesiano de
las pasiones tal y como lo expuso
en su tratado.
Para Descartes los sentidos
externos (con sus 6rganos oculares,
auditivos, olfativos, gustativos y
tactiles) colaboran con los sentidos
internos proporcionando
informacién acerca de las
necesidades del cuerpo que son
imprescindibles para su
conservacion. Los sentidos internos
perciben objetos internos como
la sed, el dolor o el hambre, y
transmiten impulsos que solemos
llamar apetitos y emociones.
Estos sentidos internos estan
compuestos por redes nerviosas que
convergen en la glandula pineal y
forman un circuito continuo que,
activado por el bombeo del
corazon, permite la circulacién de
los espiritus animales, los cuales
acarrean impulsos desde y hasta el
cerebro. Estos «espiritus»,
heredados de Galeno y de la
medicina clasica, aunque sutiles son
indudablemente materiales y
forman parte de la ffsica tradicional.
82 &3
Asi, por ejemplo, si mi cuerpo
necesita agua, mis sentidos internos
captan la sefial «sed» (el sintoma es
«garganta seca») y envian la
informacién al cerebro. Alli se
produce una respuesta encaminada
a devolver el equilibrio que
habiamos perdido, mediante los
movimientos precisos para la
ingerencia de liquido. Lo mismo
sucede cuando mi mano corre
peligro: un violento golpe muscular
la aleja del fuego de un modo
automatico. Y asi sucesivamente.
Ahora bien, todos estos procesos
pertenecen al alma animal y no
implican juicio racional de ninguna
clase. Aunque asociamos el sintoma
«garganta seca» con el enunciado
«tengo sed», el mecanismo material
antes descrito no es capaz de este
tipo de juicios. Sus reacciones son
exclusivamente mecdnicas. El alma
racional slo interviene una vez se
ha producido la respuesta
automatica, para juzgar si la
informacion era verdadera o falsa.
Asi, en el caso de la sed, el alma
racional decidird si debe hidratar el
cuerpo, o si es una falsa informacién
provocada por el alcoholismo. La
voluntad (y por lo tanto la libertad)
sélo intervienen para dar érdenes a
un mecanismo automatico que, sin
embargo, esta sujeto al intelecto.
El modelo de Descartes deja
inexplicadas muchas transiciones.
¢Cémo se produce el paso de la
presencia de un objeto externo (un
leén) a la pasién interna (el miedo)
y de ésta a la respuesta automatica
(huir)? gCdmo se produce el salto
de la informacion material (que es
mecdnica: por ejemplo, el
movimiento muscular que llamamos
«huir») a la decisién moral (que es
libre: por ejemplo, «no huyo y me
sacrifico por los demas»)? ¢Cémo se
relacionan los efectos mecdnicos y
la percepcién inteligible? También —
quedan sin respuesta multiples
CUcsTIONes que LU UG sak seers nee
a bidlogos y etdlogos: ztienen
«imaginacién» los animales, com
jPuede ce
que sufren «dolor»? Etcetera.
afirma Descartes?
tu
Pero Descartes no prete
“expiicar sdlo descr. En su
tratado, el alma sensitive ¢ animal
acttia de puente entre ¢. 2.774
vegetativa y el alma racicna.. Es
en ese terreno comun Conse sé
producen las interterencias ¥
ambigiiedades, pero era tamcien un
intento de preservar :2
responsabilidad mora. ce. Sumano,
acercdndolo ontolégicamenté 4.
animal. El racionaiisme tuncita
desde su inicio un provecte Je
aproximacién zooldgic
animales y los humane: cave
desarrollo ha conduc:e2. 22
ejemplo, a los baneos Se espermay
la fecundaci6n artificia. nerel2cas
de la técnica agropecuar:: .
procurando, al mismo t:emp2. cue
el libre albedrfo no guezzrz reraid
por el camino. Es ditiz.. site7 si .0
ha conseguido.
Coincido con Baxer ¥ Mirr.s* én
que Descartes solo Puce £2.027 -3
libertad humana mecianté ¢. recurso
aun ocasionalismo 2reesiz¢.22220.
Para Descartes, caca vez lv
aparece un objeto A ante nliltres,
su percepcion, ademés 2é pri sucir
los sintomas pasionaies 222 ~=™mos
descrito, ocasiona Un ‘wisi: racional
A’. Asi, por ejemp.o, $1 m cuerpo
percibe luminosidad, .os 2rz2n28 3
musculos que lo compenen
reaccionaran en consecveniiz. 12)
como lo hacen todos “cs 221772.8.
Pero el juicio «veo 1uz» ¢s Un acta
exclusivo del intelecto numanc ¥
s6lo se explica si Dios 72
programado que mi inte-este
responda con un jessie A’ cada vez
que se produce la perce
'°G, Baker y K. Morris, Descartes) Dua.cs™,
Routledge, 1996.Con tales condicionamientos se
hace dificil la defensa de la libertad
humana, la cual més bien deberia
situarse en el Ambito de la duda
sistemdtica que propone el
«Método». No habrfa que buscarla
en el progresivo «avance» del
conocimiento (ya que en términos
cartesianos ese tipo de
conocimientos no serfan sino la
sumisa y progresiva inteleccién 0
desciframiento de las leyes de Dios
pre-supuestas en la Naturaleza),
sino contra él, y contra las
seguridades del saber cientifico".
Para evitar el acoso eclesidstico,
Descartes habia expuesto,
intencionadamente, un modelo de
las pasiones del alma, causal,
sencillo, inteligible, pero lleno de
lagunas. Le Brun en cambio, libre
de la persecucién ideolégica (razén
por la que jamds mencioné a
Descartes en sus conferencias),
podia aplicarlo sin problemas.
Las ventajas eran grandes.
La fisiogndmica analdgica o natural
fijaba un carécter para siempre: el
hombre saturnal o el hombre-
camello mantenfan un tinico destino
durante toda la vida y no podian
sacudirse de encima su condena.
Bien al contrario, la fisiognémica de
las pasiones permitfa representar el
idad, la
temporalidad fugaz, y una dinamica
muy apreciada por la representacion
barroca. El personaje no quedaba
cambio, la mov
atado a una méscara eterna sino que
mostraba la yolubilidad de lo que
pronto seré una psicologia del
sujeto. Y lo que era atin més
“yep.
Situations 1, Gallimard, 1947, pags. 382 y ss
artre, «La Liberté cartésienne»,
"Descartes, Les principes de la philosophic,
«Quatritme Parties, La Pléiade, 1953. Diew
étant souverainement bon ct la source de
» Pag. 669.
A, Blunt, Arte y arquitectura on Francia,
toute verit
importante, a pesar de introducir
una gran movilidad en el retrato,
el control, la mensuracién y la
pedagogia de la representacion
resultaban mejorados.
Para el pintor d’bistoire que era
Le Brun, habia otra ventaja en el
modelo de Descartes. Aunque el
cuerpo reacciona ante los objetos
internos y externos de un modo
mecénico-causal, cada cuerpo es
tinico y Dios da a cada humano
un cuerpo con peculiaridades
singulares. Asi se deduce de la
lectura de Les principes de la
philosophie, en donde Descartes
afirma sin ambigiiedad que la unién
de cuerpo y alma no puede
explicarse mediante causas
eficientes, sino por un orden
natural preestablecido™
En consecuencia, a pesar de que
cada pasion puede generalizarse
seménticamente, la ocasion en que
ésta se presenta pone en juego una
infinidad de singularidades
irrepetibles. Ante idéntico estimulo,
el efecto sera siempre cl mismo:
sonrojo, risa, aullido, fruncido del
entrecejo, Hlanto, apertura de la
boca, o movimiento muscular, pero
cada individuo reaccionaré de
manera distinta ante el estimulo
porque el mismo objeto es distinto
para cada sujeto.
La pintura que suscita este articulo
es un notable ejemplo de aplicacién
estricta del tratado cartesiano. En
ella Le Brun hace intervenir un
objeto (cl emperador Alejandro,
metéfora del rey francés) como
estimulo pasional de una
“Sigo de cerca a Norman Bryson cuyo Word
and Image (Cambridge University Press,
1981, pags. 82 y ss.) esta en el origen de este
trabajo, pero le corrijo en algunos puntos
relevantes. Bryson sigue la descripeién y
cl comentario de Félibien, cocténco de la
pintura, pero en la traduecisn inglesa de
multiplicidad de sujetos, cada
uno portador de su propia
sintomatologia.
En 1661 Le Brun recibio su primer
encargo de Luis XIV; tres afios més
tarde fue nombrado Primer Pintor
del rey y en 1668 pronuncié su
mencionada conferencia sobre la
«expresién»". Puede decirse, por lo
tanto, que esta primera pintura para
Luis XIV es un manifiesto cuyo
texto constitucional se publicé seis
afios mas tarde. En ella, como en
todos los manifiestos, la aplicacién
de la teoria es inmediata y radical.
Si miramos ordenadamente Les
Reines de Perse aux pieds
d’Alexandre, conocido también
como «La familia de Dario ante
Alejandro» [12, 13], nos
encontramos con un verdadero
catélogo demostrativo del tratado
de Descartes",
En el primer grupo de figuras (a la
izquierda del cuadro) aparece
Alejandro vestido con sencillez.
Segiin la leyenda clasica, el
emperador anuncia que nadie va
a ser sacrificado como mandan las
leyes orientales, sino que serén
tratados con todo respeto, segtin
Ia ley helena.
A su lado se encuentra Efestion,
un general al que algunos persas
confunden con Alejandro porque
lleva ropas mas ostentosas.
Sisigambis, madre de Darfo, esta
postrada ante Efestion: la turbacién
a ha fulminado. Es un polo asémico
simétrico al esclavo, también
postrado, del extremo opuesto de la
pintura. Con ambas figuras, Le
interpretativos y no muy fiables. Bryson,
cuyo interés va por otra camino, no
menciona el texto de Plutarco (seguramente
Le Brun conocié la traduccisn de J. Amyot
de 1559) donde se narra la posterior boda de
Alejandro con Statira, lo que justifica la
expresisn de la princesa,Brun nos indica que la caida cn un estado prehumano,
sin vista, sin ofdo, sin habla, ajeno al mundo 0 cerrado
al mismo por error «mecanico», puede darse tanto en la
madre de un emperador como en un esclavo. Entre
ambos polos ajenos al significado, ajenos al decurso
chistérico», tiene lugar el discurso pasional.
La esposa de Dario, con un nifio en sus brazos, ya no
teme por la vida de su heredero y expresa la pasién de
Pespérance [5]. La princesa Statira, atrodillada, expresa
la vénération [8], el maximo delirio pasional positivo,
seguramente porque intuye (como un animal en celo)
que Alejandro acabaré por casarse con ella,
No he podido localizar un dibujo de Le Brun que se
corresponda con la expresién de la segunda princesa, ni
de la doncella que le muestra a
u abuela postrada ante
el personaje equivocado. Pero silo hay de la segunda
doncella (arrodillada), la cual no entiende lo que esta
diciendo Alejandro y reacciona con temor: es la
expresion de Ja crainte [6], un movimiento negativo
causado por una informacion insuficiente.
La esclava o doncella que figura al final del grupo de
personajes puestos en pie, se corresponde con la
ion [9], porque
la sangre ha huido de su rostro; no sabe lo que puede
esperar de Alejandro, j
Es, por decirlo asi, el momento neutro o inicial en el
expresion basica del catélogo, admired
e mantiene a la expectativa.
catdlogo de las pasiones.
Delante de la mujer aténita, un sacerdote egipcio presta
atencién a lo que dice Alejandro, y aunque no he podido
encontrar el dibujo original, es indudable que se
corresponde con un primer movimiento pasional
positivo. Viene luego una esclava griega, cuya lengua es
la misma que la de Alejandro y por lo tanto expresa una
pasidn claramente afirmativa ya que adivina su inmediata
liberaci6:
: es le désir [10]. Un esclavo en la penumbra la
mira con enyidia, quizds porque pertenece a un pucblo
enemigo de los griegos: expresa la jalousie [7]
Un eunuco de carnes flaccidas (por falta de riego
* sanguineo) encarna la expresién de /a compassion [11],
pero no puedo decir si el objeto de su compasion es la
esposa de Dario, a la que parece querer proteger con su
brazo, 0 él mismo. Un negro apenas visible en las
sombras es el que menos comprende lo que esté
sucediendo y expresa el extremo «negativo» de la
pasi6n: la frayenr [2], el terror incontrolado ante un
fendmeno que se supone mortal.
Es fa
y exaltacién monarquica que cabia construir haciendo
cil imaginar cl modelo de discursos de explicacién
uso de este catélogo expresivo, la precisién con la que
se podian representar los actos de la corona y la eficaciadesde la Academia. En su
manifiesto pictérico Le Brun
exponia, a partir de la atonia, que es
el momento de suspensién pasional,
los dos caminos que resumen las
reacciones de un stibdito ante
cualquier acto del monarca
absoluto, desde la totalmente
negativa que conduce al terror,
hasta la maximamente positiva que
lleva a la veneracién. Ambos polos
son ideolégicos, un negro y la
futura esposa del emperador
marcan sin pudor los dos extremos
pasionales. En el exterior del
sistema, la madre de Darfo y el
esclavo, despojados de humanidad,
ponen la frontera de la animalidad.
Es muy notable que el negro goce
de un estatuto superior al de la
madre del emperador, pero se
observara que la libertad individual,
a pesar de todo, queda a salvo. Aun
cuando el negro expresa el terror,
pues se encuentra afectado por un
peligro letal, nada permite negar
que una vez recibida la informacién
adecuada no vaya a reaccionar con
valentia o con sentido comin por sf
solo. En cambio, la madre del
emperador y el esclavo ajenos a la
historia, no pueden superar su
animalidad si no es mediante una
«ayuda» externa, Ya puede suponerse
cual era esa «ayuda» externa.
Como se ve, a Le Brun no le
competen las decisiones del
intelecto, tan slo las expresiones
del alma sensitiva o animal. Su ~
proyecto quiere alcanzar aquella
seguridad que posefa el cerrado
cédigo iconoldgico repertoriado
por la iglesia medieval para la
representacion de los dogmas
cristianos, Y con el mismo fin:
"P. Valéry, «Une vue de Descartes,
«Fragment un Descartes», «Le retour de
Hollande», «Descartes», todos ellos recogidos
en «Etudes Philosophiques», Envres vol. 1,
Ts Phaisda 1
difundir la ortodoxia mediante
discursos visuales normativos.
Valéry vio con agudeza que la
reduccidn de la geometria al Algebra
ideada por Descartes era una
«liberacién» de nuestra dependencia
de las imagenes sensibles, Y que el
paso del eidolon al eidos, de una
imagen sensible a un discurso
légico-matemitico, significaba un
avance en el control racional de las
operaciones del saber'’. De la misma
manera, Le Brun transforma las
fisiognomias analégicas basadas en
la imagen animal (eidolon) en una
«ciencia» que somete las imagenes a
un cédigo mensurable, fijo y
legislable (cidos). De ahi que en sus
dibujos la pasién se construya sobre
esquemas geométricos.
Las pasiones sometidas a la idea y
representadas de un modo racional
por medio de la Academia (ese
«terrible instrumento de dictadura
intelectual» que dominé la
representacidn sensible en Francia
hasta 1789»'*), es un momento de
perfecta colaboracin entre arte y
poder. Peter Burke resume la
influencia politica de Le Brun del
siguiente modo:
Segiin Bernini, que los vio juntos en
1665, «Colbert se comporta con Lebrun
como con un amante, y esté totalmente
sometido a sus descos». Segtin otro
contemporéneo, Lebrun habia
establecido «una especie de tirania en Ja
pintura gracias a la confianza en él
depositada por Colbert» [...] Los
artistas que no estaban en buenas
relaciones con él o con Colbert no
recibian encargos que de otra forma
habrian logrado [...] mientras que los
protegidos de Lebrun solian hacer
buena carrera al servicio real”.
“P. Francastel, Histoire de la
peinture francaise, vol. 1, Gonthier,
1955, pag. 129.
'P. Burke, La fabricacisn de Luis XIV,
Novy fans nie et
Con semejantes presupuestos no es
de extrafiar que el éxito del sistema
expresivo de Le Brun se prolongara
hasta la Revolucién Francesa.
Todavia en la Enciclopedia de 1751
aparecen sus ideas en la seccién de
Pintura dirigida por Diderot; y el
conde Caylus reprochaba 2 Watteau
su «falta de expresién» porque no
hacia uso del catélogo de Le Brun”.
También en Espafia se difunden las
expresiones de Le Brun casi un siglo
mas tarde, a través de los grabados
del tratadista Matias de Irala [14]
quien, en 1739, clausura la
fisiognémica natural de Della Porta
que era la de comin aplicacién en la
peninsula bajo los Austrias”. Hay
que ver en ello la voluntad politica
de Felipe V, nieto de Luis XIV,
la construccién en Espafia de un
estado centralizado y racion:
francesa», con su correspondi
pintura de propaganda codificad
Es un posible tema de investig
De hecho, el tratado de Le Brun iba
a recorrer atin un largo camino
junto con las teorias fisiogndmic
de Lavater y Lombroso hasta la
pscudo-ciencia racista del siglo xx.
Porque no ha habido ninguna
tirania que no se propusiera una
representacién controlada y raciona
El
ada
por parte de la administracién del
de las pasiones de sus stibdie
control de una expresién codi
estado, como se aprecia en los
sonrientes guardias rojos de los
carteles chinos durante la
Revolucién Cultural, ha sido hasta
hace pocos afios un paso
imprescindible en el control del
alma de los stibditos. Quizas los
actuales s
stemas de representacisn
electrdnica ya no lo necesiten
"R. Huyghe, L'Art et “Ame, Flammarion,
1960, pag. 411.
"A. Bonet, Figuras, modelos ¢ imagenes,
Alianza Editorial, 1993, pags. 289 y ss.
DE RUEDA; SANCHEZ (Comps.) - Destino circular. Un recorrido por algunos temas de las artes visuales, el teatro y la música en La Plata, entre el advenimiento de la democracia y la crisis de 2001.- IHAAA