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Secretos de Estrategia

Magistral en Ajedrez

Ing. M. Botvinnik
Edición Digital Algebraica por:
Prof. José Luis Matamoros B.

EDITORIAL GRABO
Buenos Aires
ARGENTINA
1942
SECRETOS DE ESTRATEGIA
MAGISTRAL EN AJEDREZ
POR EL

Ing. M. Botvinnik
(Campeón de Rusia)

CONTIENE
LAS DOCE PARTIDAS DEL MATCH
CONTRA SALO FLOHR
CÓMO BOTVINNIK SUPERÓ AL CAMPEÓN DEL MUNDO

Revisión técnica y comentarios de la partida


Alekhine vs. Botvinnik, A.V.R.O. 1938, por el
MAESTRO JUAN ILIESCO

Edición Digital Algebraica por:


Prof. José Luis Matamoros B.
Diciembre 2019

EDITORIAL GRABO
Buenos Aires
ARGENTINA
1942
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros

INDICE
Preámbulo .................................................................................... 2
Cómo Botwinnik superó al Campeón del Mundo
A. Alekhine, por Juan Iiesco. Partida Botvinnik y Alekhine
Torneo A.V.R.O. 1938 (Holanda). Defensa Tarrasch ............. 4
EL MATCH FLOHR vs. BOTVINNIK
Partida Nº 1 — Defensa Caro - Kann ...................................... 8
Partida Nº 2 — Defensa Nimzowitsch ..................................... 12
Partida Nº 3 — Gambito., de Dama aceptado ......................... 15
Partida Nº 4 — Defensa Holandesa........................................... 18
Partida Nº 5 — Apertura Inglesa .............................................. 21
Partida Nº 6 — Defensa Nimzowitsch ..................................... 25
Partida Nº 7 — Apertura Inglesa .............................................. 30
Partida Nº 8 — Defensa Francesa.............................................. 33
Partida Nº 9 — Defensa Caro - Kann ....................................... 35
Partida Nº 10 — Defensa Holandesa......................................... 38
Partida Nº 11 — Defensa Caro - Kann .................................... 41
Partida Nº 12 — Defensa Grunfeld .......................................... 43
Conclusiones ................................................................................ 45

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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botwinnik - Prof. J.L. Matamoros

El Match Flohr - Botvinnik


Pocas veces un match de ajedrez suscitó Y el match justificó tanta expectativa y
tanta expectativa como el que disputaron tanta esperanza. Probó que la obra reno-
Flohr y Botvinnik, en Moscú y Leningra- vadora del sport había hecho brotar a dos
do en los meses de Noviembre y Diciem- hombres de excepción y que se tenía a la
bre de 1933. Era el cotejo de dos fuerzas vista al futuro campeón mundial. Que po-
jóvenes en plena ascensión hacia la defini- dría ser la tenacidad e inteligente reflexión
tiva fama y era, además, la primera opor- de Flohr, o el inquieto espíritu creador de
tunidad que se le presentaba al mundo de Botvinnik, pero que cualquiera de los dos,
saber cuánto había progresado el ajedrez era digno de ostentar la situación que Ale-
de la Rusia de los Soviets. khine tanto había dignificado.
Existía, pues, un doble interés por sa- Pocas veces un match de ajedrez ha im-
ber cómo terminaría el match y además presionado tanto. Son sus partidas verda-
había una recóndita esperanza de que del deros alardes de técnica y precisión. Hay
mismo surgiera el probable adversario de en ellos tratados temas estratégicos de fi-
Alekhine. Se sabía que Flohr era algo más neza extraordinaria. Vemos a Flohr llevar
que una promesa, y que Botvinnik, consti- hasta la perfección el método de imponer-
tuía el punto final de una labor intensa de se con dos alfiles contra dos caballos con-
perfeccionamiento que el gobierno ruso tra alfil y caballo. Observamos la serena
había impuesto a sus ajedrecistas. armonía con que conduce los finales, este

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excepcional maestro y comprobamos, a la plantada por la revista mensual CAISSA


vez, de qué sutil manera Botvinnik impo- que aparece actualmente y la cual ya pasó
ne maniobras de planteos de impecable el medio centenar de números. La presen-
factura. te edición tiene el valor de haber sido con-
Es así, este match, un duelo magnífico trolada cuidadosamente por el maestro
de juventud y nervio, que hace tanto más argentino Juan Iliesco, cuya autoridad en
valioso el esfuerzo de la Editorial Grabo, la materia es bien conocida y, por lo tanto,
que lo da a conocer en español con las puede asegurarse que las deficiencias de la
sabrosas notas del campeón soviético. Se primera edición quedaron completamen-
trata de la incorporación de una obra de te subsanadas, habiéndose repasado todas
gran calidad y de utilidad manifiesta. las variantes anotadas por el autor.
Justo es dejar constancia que este Además, hemos agregado una partida
match fue publicado por primará vez en que el campeón de los Soviets le ganó al
la Biblioteca Ajedrecística Caissa, que en campeón del mundo cuyos minuciosos
el año 1936 editaba la misma editorial, comentarios pertenecen al maestro Ilies-
biblioteca que dejó de aparecer al ser su- co.
El Editor

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Como el Ing. Botvinnik superó


al Campeón del Mundo
Por JUAN ILIESCO

Sobre el valor de la partida que va a día revela condiciones más sobresalientes.


continuación, no quiero adelantar opi- “Existe, además, otro motivo íntimo de
nión, solamente me limito a los comenta- amor propio, de ansia de desquite, que me
rios técnicos de la misma, pero creo muy haría contemplar con suma esperanza y
oportuno reproducir aquí parte del prólo- alegría, un match con Botwinnik. Botvin-
go que escribió para el libro “Seis Notables nik me ha superado en las dos ocasiones
Maestros”, de Belawenetz y Judowitsch, el en que se ha encontrado conmigo. En No-
teórico argentino Señor Amilcar Celaya. ttingham, 1936, él compartió la primera
Tomamos del citado libro la parte del colocación y yo sólo alcancé el 6º puesto;
prólogo donde el autor del mismo repro- en A. V. R. O., 1938, él finalizó 3º, mien-
duce declaraciones del Dr. Alekhine, dice tras yo no logré nada mejor que empatar
así: ewl 4º puesto con Reshevsky y Euwe. He-
“Le llegó el turno, como no podía me- mos disputado tres partidas: la de Nottin-
nos de llegarle, al espinoso asunto del gham resultó tablas, una de las de A. V. R.
campeonato mundial, y entonces Alekhi- O. también fue tablas, pero la otra me la
ne, en uno de esos alardes de sinceridad ganó él. Mejor colocación que yo en los
tan suyos y que tanto contrastan con otras torneos en que se ha medido conmigo,
declaraciones del mismo origen, prolija- mejor resultado en las partidas entre am-
mente calculadas, proclamó sin reparos: bos. Yo soy, ante todo, un deportista, con
“—Deportivamente, el único match amplio espíritu de lucha y arraigado amor
por el campeonato del mando que me in- propio. Se explicarán ustedes que, en lo
teresa a mí y que jugaría con entusiasmo que de mi dependa, no descansaré basta
sería contra Botvinnik. Algún otro maes- que estos resultados que por cierto no me
tro ya ha cumplido su trayectoria en el favorecen, sean revocados, tablero de por
campo del ajedrez; otros los más jóvenes, medio...”
no me dan la impresión de suficientemen-
te maduros. Botvinnik, en cambio, cada
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Partida jugada en el Torneo de Maestros


de A.V. R.O. (Holanda) año 1930
Comentaros por Juan Iliesco
Blancas: M. Botvinnik 9.O-O O-O
Negras: A. Alekhine 10.¦e1 b6
P. D. Defensa Tarrach

1.¤f3 d5
2.d4 ¤f6
3.c4 e6
4.¤c3 c5
Las negras se encuentran en mejores
condiciones para efectuar el enroque, y
esta seguridad, es la que permite la posi-
bilidad agresiva del texto. El efecto de este
contrataque es considerado de dudoso va-
lor, tratándose de las negras, por la capital
importancia de una sólida configuración
de peones y que tanto la teoría moderna Era de considerar 10...¤xc3, etc. La úl-
nos enseña en sus ejemplos. tima jugada de las negras debilita conside-
5.cxd5 ¤xd5 rablemente la casilla c6.
Si 5...exd5 6.g3, etc. Probablemente 11.¤xd5 exd5
esta continuación sea preferible para las 12.¥b5! ¥d7
negras. El autor de este contrataque, el Parece mejor 12...¥b7; si ahora 13.£a4
gran Tarrasch, debe haber pensado, ante ¤a5; seguido de ... a6; etc.
todo, que bien valía la libre acción de las 13.£a4 ¤b8
piezas, la evidente debilidad del peón d. Si 13...¦c8 14.¥xc6 ¥xc6 15.£xa7,
6.e3 ... etc. La refutación normal de esta caza de
El centro y siempre el centro, hay que peones con 15. ... ¦a8; aquí no sería juga-
apoyar la ventaja central obtenida y reem- ble a causa de 16.£xe7.
plazarla si se produce el cambio. 14.¥f4 ¥xb5
6. ... ¤c6 15.£xb5 a6
7.¥c4 cxd4 16.£a4 ¥d6
8.exd4 ¥e7 17.¥xd6 £xd6

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18.¦ac1 ... cuadro f4.
Y presión, siempre sobre el cuadro c6.
Elegante demostración de una inteligente
técnica.
18. ... ¦a7
19.£c2 ...
Más presión.
19. ... ¦e7
20.¦xe7 £xe7
21.£c7 £xc7
22.¦xc7 ...
¿Cuál es la ventaja del blanco? Dos pie-
zas desarrolladas contra ninguna, ocupa-
ción de la 7ª línea. El caballo b8 negro está
inmóvil y los peones del flanco de dama 27. ... ¤d7
de este mismo bando están expuestos al 28.¦c7 ¦f7
ataque por la retaguardia. 29.¤f3 g4
22. ... f6 Si 29...¦g7 30.hxg5 fxg5 31.¤xg5, etc.
23.¢f1! ... 30.¤e1 f5
Si 23.¦b7 ¦c8! 24.¢f1 b5 25.¦b6, 31.¤d3 f4
(de otro modo ...¤c6) ¢f7 26.¦d6 ¢e7 Se impide ¤f4, a costa de la debilidad
27.¦xd5 ¦c1+ 28.¤e1 ¤d7; y las negras de un cuadro más importante aún, e5.
consiguen buen juego. 32.f3 ...
23... ¦f7 Si 32.¤xf4 se produce un cambio que
24.¦c8+ ¦f8 desahoga favorablemente la situación de
25.¦c3 g5 las negras.
26.¤e1 h5? 32... gxf3
Este último avance de las negras au- 33.gxf3 a5
menta las probabilidades tácticas de las 34.a4! ...
blancas. El caballó de e1; previa prepara- Las negras pueden solamente mover el
ción ocupará un magnífico lugar. Era me- rey, sin riesgo de perder algo.
jor 26...h6; para asegurar algunas contra- 34. ... ¢f8
chances con el avance del peón f. 35.¦c6 ¢e7
27.h4! ... 36.¢f2 ¦f5
Una jugada magistral. Tarde o tem- 37.b3 ¢d8
prano Alekhine deberá mover su peón g, 38.¢e2 ¤b8
permitiendo el acceso del caballo al fuerte 39.¦g6 ...
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Si 39.¦xb6 ¢c7; seguido de ... ¤c6 y
¤xd4+.
39... ¢c7
40.¤e5 ¤a6
41.¦g7+ ¢c8

Aquí fue suspendida la partida. Ale-


khine expresó que si Botwinnik hubiera
sellado la jugada 42.¦g5!, habría abando-
nado inmediatamente.
42.¤c6 ¦f6
43.¤e7+ ¢b8
44.¤xd5 ¦d6
45.¦g5 ¤b4
46.¤xb4 axb4
47.¦xh5 ¦c6
48.¦b5 ¢c7
49.¦xb4 ¦h6
50.¦b5 ¦xh4
51.¢d3
1-0
Las negras abandonaron.

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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

1ª Partida situación cambió. El ajedrecista moscovita


Panov propuso un nuevo sistema de ata-
Blancas: M. Botvinnik
que, el cual recibió su nombro. La variante
Negras: S. Flohr
Panov se hizo un arma muy temible en las
Defensa Caro-Kann
manos del actual campeón mundial Ale-
1.e4 c6 khine y tan solo varios meses antes de co-
2.d4 ... menzar este match, empezaron a encon-
Otro plan muy prometedor recomen- trarse para las negras antídotos efectivos.
dado por L. Steiner, consiste en 2.c4. Este En esa partida las blancas tratan nueva-
sistema fue adoptado por mí en la 13ª par- mente de reforzar el ataque Panov.
tida del match. 3... cxd5
2... d5
3.exd5 ...
Hace dos años la defensa Caro-Kann
se consideraba como una línea de juego
niveladora. Las blancas continuaban ha-
bitualmente con3.¤c3 dxe4 4.¤xe4, des-
pués de lo cual la tensión de los peones
centrales se anulaba y la partida proseguía
pacíficamente en cauce de empate. La de-
fensa Caro-Kann debe su reputación, es-
pecialmente a Capablanca, quién llevó la
táctica negra de tablas en la variante in-
dicada, hasta la perfección. En cuanto a
la variante 3.exd5, cxd5; 4.¥d3 ¤f6 5.c3 4.c4 ...
¥g4; da una leve ventaja para las negras. Comienza la variante Panov.
Es interesante notar que este ataque, como 4... ¤f6
el análogo del gambito de dama, ha sido 5.¤c3 ¤c6
conducido por Flohr no pocas veces con 6.¥g5 ...
éxito. Sin embargó en los últimos años la Panov continúa aquí con 6.¤f3. Así
jugó Alekhine, pero ulteriormente se vio,
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que luego de 6. ... ¥g4, las blancas no seros. Así ocurrió en el caso presente. En
pueden obtener ventaja tangible. La Juga- las habituales circunstancias de un torneo,
da del texto, que contiene la real amenaza no habría considerado este cambio sin al-
7.¥xf6 exf6 8.cxd5, parece mucho más guna causa motivada. La 10a. jugada de las
enérgica. blancas es el fruto de un insuficientemente
6... dxc4 profundo estudio casero. El hecho es, que
Esta continuación no es para las negras la otra variante por mí explorada, 10.¤f3
imprescindible. 6...¥e6 7.¥xf6 y 8.c5. e6 11.O-O-O? ¥e7 12.¦xd3 exd5!; es
En verdad, es dudoso aquí 6...e6 7.¤f3, hasta ventajosa para las negras y por eso
y 8.c5; pero es digna de atención la juga- elegí la jugada 10.¥xf6. Yo creo, que las
da 6. ... h6, propuesta por Flohr. En caso negras no pueden eludir el cambio de uno
de 6...e6 7.¤f3, las negras convierten el de los alfiles, después de lo cual debe evi-
juego en un gambito de la dama aceptado, denciarse la fuerza del peón dama. Como
mediante 7...dxc4, y en caso de 7.c5 h6; está claro, del curso ulterior de la partida,
obtienen también contrajuego. las negras consiguen conservar ambos al-
7.d5 ¤e5 files y bloquear con solidez el peón de d5.
Las tres Jugadas siguientes son forza- 10... exf6
das para ambas partes. Absolutamente correcto. Las negras
8.£d4 ¤d3+ disponen sus alfiles en la línea dama, des-
9.¥xd3 cxd3 pués de lo cual el peón de d5 pierde toda
10.¥xf6 ... su fuerza y luego ellas consiguen preservar
ambos alfiles de la agresión de los caballos
rivales. Considerablemente más débil hu-
biera sido 10...gxf6 11.£xd3.
11.£xd3 ¥d6
12.¤ge2 O-O
13.O-O ¦e8!
Muy bien jugado. La torre está muy
bien colocada, y además 14.¤e4 se para
fácilmente mediante 14. ... ¥f5. La jugada
14.¤b5, no tiene ya ningún sentido, pues-
to que después de 14. ... ¥b8 y 15. ... a6, el
caballo debe retroceder. El plan justo para
las blancas sería la transferencia ¤d4-f3
Mal sucede cuando el ajedrecista se con el consecuente cambio de las torres
confía demasiado en las variantes elabora- sobre la línea del rey. Desgraciadamente,
das anticipadamente por él en análisis ca- les blancas no proceden al instante a la
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ejecución de este plan, obsesionadas por te que no 19...¥b4 20.£d4 y las blancas
cambiar uno de los alfiles de las negras. ganan), 20.¦c2 ¦xc2 21.£xc2 f5 22.¤c5
Después de la jugada del texto la posición £c8! y todas las complicaciones acaban
de las blancas es preferible. con ventaja para las negras. Por eso las
14.¦ad1 ¥g4 blancas deben reconciliarse con la idea,
Parece formidable, pero en realidad no que su partida está peor, y jugar sistemá-
incomoda a las blancas. Por lo demás las ticamente por la simplificación. Puesto
negras no dañan su posición. Durante el que los alfiles son particularmente fuertes
curso de las próximas jugadas, ellas limi- en lucha con las torres, se debe ante todo
tan, planeando con mesura, la esfera de cambiar las torres.
acción de los caballos. 19.¦e2 ...
15.¦d2 a6 19... ¦xe2
16.¤g3 ¦c8 20.¤gxe2 f5
17.h3 ¥d7 Por cierto, no está bien 20...¥f5; por
18.¦fd1 ... 21.£d2 y las blancas hacen retroceder fá-
Las blancas todavía pierden el tiem- cilmente al alfil de f5.
po. Más simple era 18.¦e2, ofreciendo el 21.¤d4 £e7
cambio. 22.£d2 ¦e8
18... g6! 23.¤f3 £f6
24.¦e1 ...
Por fin lograron las blancas ofrecer el
cambio de otra torre más. Pero ahora esto
está ligado a un cierto riesgo.
24. ... ¦xe1+
25.¤xe1 b5
Aquí parece muy fuerte el ataque de
peones sobre el flanco del rey. Más como
no es extraño, después de 25...g5 26.¤d3!
h6 27.£e3 b6 28.¢f1 ¥c7 29.f4!, para
las negras no se ven reales perspectivas de
ataque. En consecuencia, las negras em-
piezan a efectuar con la jugada del texto
Muy fuerte. Ahora, después de f5 el otro plan consistente en el traslado del alfil
alfil de d6 ocupará una posición inacce- d7 a b7 en conexión a peón b5, que tiene
sible. Las blancas no pueden de ninguna la finalidad de conquistar al peón de d5.
manera aprovechar el punto f6, ya que a 26.a3 ¢g7
19.¤ce4 seguirá 19. ... ¥f4 (naturalmen- Las negras desisten del inmediato ato-
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que sobre el flanco dama después de 26... 31... £xd4
a5 27.¤f3 b4 28.axb4 axb4 (28...¥xb4 32.¤xd4 axb4
29.¤d4), 29.¤d1, aquellas no pueden re- 33.¤cxb5 ...
forzar su posición. Un grueso error por el apuro del tiem-
27.¤f3 ¥c8 po. Era correcto 33.axb4 ¥xb4 34.¤cxb5
28.¢f1 ... ¥a6 35.¢f3 ¢e7 36.h4, con la nulidad
Arriesgado. Más simple era 28.b4. asegurada para las blancos.
28... ¥b7 33... bxa3!
29.b4 ¢f8 Una combinación sencillísima pero ex-
Las negras están algo mejor, pero el quisita.
empate es más o menos visible. Contra 34.¤xd6 a2
29...a5 seguiría, por ejemplo: 30.¤xb5 35.¤c2 ¥a6+
¥a6 31.¤d4, etc. Por eso las negras recu- 36.¢e3 ¢e7
rren al último recurso — ellas esperan la 37.¤xf7 ¢xf7
situación propicia. En esta posición la partida fue poster-
30.¢e2 ... gada. Si las blancas probaran salvar los
El rey no tiene nada que hacer aquí. peones del flanco rey, es fácil convencer-
Ahora las negras consiguen irrumpir en el se que pierden el peón de d5. Al reanudar
flanco de dama, pero esto debía conducir el juego, las blancas prolongaron todavía
tan sólo a tablas. tres jugadas la inútil resistencia.
30. ... a5 38.¢d4 ¥f1
39.h4 ¥xg2
40.¢c5 f4
0-1
Las blancas se rindieron, porque las
negras ganan simplemente sacrificando el
alfil por el peón d, después de lo cual, ellas
pasan a dama, uno de los peones del flan-
co de rey.

31.£d4 ...
Era también posible 31.¤xb5 ¥a6
32.¤d4 £e5+ 33.¢d1 £xd5 34.¤xd6.
-11-
MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

2ª Partida cionalmente gran difusión. Todo esto me


Blancas: S. Flohr era bien conocido, y yo me resolví por la
Negras: M. Botvinnik defensa Nimzowitsch, tan solo para com-
Defensa Nimzowitsch probar una variante, recomendada por el
teórico dinamarqués KrauseL En la parti-
1.d4 ¤f6 da presente, la variante Krause no se pro-
2.c4 e6 dujo, por cierto, porque las blancas la elu-
3.¤c3 ¥b4 dieron, y en la 6a. partida recién logré (o
4.£c2 ... más exacto, no logré) mi propósito.
Cuánto ruido originó esta defensa en el 4... c5
último quinquenio. Nimzowitsch obtuvo 5.dxc5 ¤a6
con ella una serie de brillantes triunfos so- 6.g3 ...
bre los más fuertes rivales. Las búsquedas
analíticas abrieron serias interrogantes. La
alternativa principal giraba en torno a la
4a. jugada blanca: 4.£b3 o 4.£c2. La ju-
gada 4.£b3 parece más enérgica, puesto
que las blancas atacan el alfil; por consi-
guiente alrededor de! año 1930 todos los
teóricos recomendaban esta continuación
“enérgica”. El momento crítico se presentó
en la partida Bogoljubow - Nimzowitsch
(San Remo, 1930), donde el primero apli-
có esta jugada y perdió con estrépito. Des-
pués de esto, muchas veces trataron de
restaurarla, pero infructuosamente. En Error de apertura. Es claro, que en se-
esos tiempos fue establecido que con la mejantes posiciones es arriesgado “fian-
jugada 4.£c2 las blancas consiguen una chettear” el alfil f1, pues el peón de c4 se
prerrogativa no grande, pero indiscutible, queda sin defensa. Precisamente las ne-
y ahora la jugada del texto goza incondi- gras aprovechan esta circunstancia en la
partida. La jugada correcta era 6.a3, des-
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pués de lo cual las negras están obligadas es, que a 10...¤a4, las blancas continúan
a entrar en la variante Krause. simplemente 11.¤f3 ¤xc3 12.¦c1 ¤a4
6... £a5 13.¤d4, con más que suficiente compen-
Muy fuerte. Las negras amenazan do- sación por el peón.
blar a las blancas sus peones, con lo que 10... d6
quedaría más sensible la debilidad del 11.¤f3 ¤fe4
peón c4; además amenazan tomar inme-
diatamente al peón de c5 con 7...£xc5.
Si las blancas se defienden de la prime-
ra amenaza mediante 7.¥d2, luego de 7.
... £xc5 8.a3 (8.e3 debilita el punto f3)
8...¥xc3 9.£xc3 ¤e4; aquellas pierden en
varias jugadas. De dos males, el menor, y
las blancas defienden ante todo el punto
central e4 de la invasión del caballo rival
7.¥g2! ¥xc3+
No hay nada mejor. Ahora 7...£xc5,
seguiría 8.a3!
8.£xc3 ...
Exacto. En caso de 8.bxc3, las negras Esto conduce forzadamente al empa-
lograrían explotar la debilidad de los peo- te. Las negras no tienen lamentablemen-
nes “c”. Las blancas aprovechándose de su te una más fuerte continuación. Así, por
mejor desarrollo, amenazan cerrar a las ejemplo, a 11...¤fd7 seguirá 12.¤d4! ¤b6
negras la línea “c” y obtienen suficiente 13.¥xc5 dxc5 14.¤b3 ¤xc4 15.¤xc5,
compensación por su debilidad de la co- con chances casi iguales. Las negras no es-
lumna “c”. tán en condiciones de mantener el puesto
8... £xc3+ avanzado de c5; y la partida se encamina
9.bxc3 ¤xc5 con rápidos pasos hacia las tablas.
10.¥a3! ... 12.¦c1 ¥d7
La única jugada. En caso de 10.¥f4 También después de 12...b6 13.¤d2
¢e7 11.¦d1 ¤e8!; las negras consiguen ¥b7 14.¤xe4 ¥xe4 15.¥xe4 ¤xe4 16.f3
buena partida. Con la jugada del texto las ¤c5 17.¥xc5 dxc5; la partida se igualaba.
blancas ofrecen un pérfido sacrificio de 13.¤d2 ¤xd2
peón. Parece muy fuerte la continuación Si 13...¥c6 14.¤xe4 ¥xe4 15.¥xe4
10...¤a4, las blancas continúan simple- ¤xe4 16.f3 ¤c5 17.¥xc5 dxc5; se llegaba
mente ¤b6! 12.c5 ¤c4 13.¥b4 a5; las a un empate claro. Las negras emprenden
negras ganan una pieza. Pero el hecho la última tentativa para ganar el juego.
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14.¢xd2 ¦c8 mí un problema muy serio: yo debía re-
15.¥xc5 ¦xc5 solver, cómo empezar la 3a. En verdad,
Las negras lograron conservar abierta no dudaba sobre la corrección de la juga-
la columna c, eso sí, costó muy caro: el dé- da 7.¥xf6 en la defensa Caro-Kann. aun-
bil c4 se cambia con el robusto peón b7. que la 1a. partida terminó con mi derro-
16.¥xb7 ¦xc4 ta. Pero hasta tanto, esta variante no fuese
17.¦b1 ¢e7 aprendida minuciosamente en el tablero,
Necesario. A 17...d5 (para cerrar el yo no quise repetirla; no quise así reite-
¥b7) sigue 18.¥a6!, y las negras deben rar antiguos errores — adoptar las nove-
rendirse. Tampoco es buena 17...¦a4 por dades poco meditadas— En Moscú había
18.¦b2 d5 19.¥xd5!, etc. un ambiente, poco adecuado para traba-
18.¥f3 ¦a4 jos analíticos serios; y yo tenía interés en
19.¦b2 ¦c8 ver, como Flohr jugaba el gambito dama
20.¦a1 ¥c6 aceptado. Este conjunto de factores me
21.¥xc6 ¦xc6 obligó a desistir temporariamente (hasta
1/2-1/2 Leningrado) de la jugada 1. e4, y por con-
siguiente en la 3a. partida volví a mi juga-
da habitual 1. d4.

Tablas de común acuerdo. Como inge-


niosamente observó el gran maestro Flohr
la posición de ambos contrincantes “está
lo suficientemente mal, como para no ju-
gar a ganar”. Débase sin embargo felicitar
a las blancas que han sabido desembara-
zarse bien del error en la 6a. jugada.
Después de la 2a. partida surgió ante
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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

3ª Partida 11.¤xd4 ¤xd4 12.£e5 £d6; las negras


igualan el juego.
Blancas: M. Botvinnik
Negras: S. Flohr
Gambito de Dama Aceptado

1.d4 d5
2.c4 dxc4
3.¤f3 ¤f6
4.e3 c5
5.¥xc4 e6
Todo esto hace tiempo que es conoci-
do, y ya se jugó innumerables veces. Flohr
juega muy bien el gambito de dama acep-
tado. Cierto es que lo aprendió a un pre-
cio bastante caro, ya que perdió una serie
de partidas (con Alekhine, Bogoljubow y 7... a6
Euwe), pero por eso ahora lo conoce a la 8.¦d1 ...
perfección. Aquí hay que dirigir la aten- Antes, en semejantes posiciones, casi
ción del lector sobre una fineza no difícil. siempre se jugaba 8.a4, impidiendo la ju-
No es recomendable para las blancas el gada ... b5. Pero ahora que la técnica ha
desarrollo de su caballo b en esta variante. alcanzado un nivel extraordinariamente
Porqué es así, se verá claramente más ade- alto se tiene miedo de hacer esta jugada,
lante. puesto que engendra debilidades peligro-
6.O-O ¤c6 sas en la configuración de los peones del
7.£e2 ... flanco dama de las blancas.
He aquí la cuestión. Ahora no les con- 8... b5
viene a las negras jugar 7...cxd4 por 8.¦d1 9.dxc5 £c7
y 9.exd4. Mientras que si las blancas juga- 10.¥d3 ¥xc5
ran antes 7.¤c3, entonces después de 7. ... Que Flohr había estudiado este sistema
¥e7 8.£e2 cxd4 9.¦d1 e5! 10.exd4 exd4 con suma diligencia, se evidencia en el he-
cho de que en las primeras 10 jugadas em-
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
pleó para la meditación solo 5 minutos. negro debe naufragar.
11.a4 ... 14.¥xd7+ ¤xd7
Antes del match había analizado muy 15.¥d2 a5
seriamente esta posición, encontrando
que, para las blancas, eran posibles dos
rutas.
1) Continuar 11.a3 con la consiguiente
b4. pero en este caso quedaba una posi-
ción simétrica con casi igual juego.
2) Atacar los peones del flanco dama
negro con la jugada 11.a4 (continuación
elegida por mí). A la jugada del texto
Flohr contestó por 2 veces 11...b4 y luego
de 12.¤bd2 perdió ambas partidas. En la
1era. él permitió al caballo ir a b3 y pronto
sucumbió por las debilidades en el flanco
de la dama; en la 2da. escarmentado por la Las negras hacen jugadas únicas. Malo
amarga experiencia contestó 11. ... ¤a5, es, por ejemplo: 15...£b7 16.¥c3 O-O
pero después de 13.b3!, las blancas logra- 17.¥xb4 ¥xb4 18.¦xd7 £xd7 19.¦xb4,
ron preponderancia en el desarrolló. En etc. En este momento las blancas tienen a
consecuencia la respuesta de las negras es primera vista una continuación muy se-
obligada. ductora: 16.¥xb4 (si enseguida 16.£b5
11... bxa4 entonces simplemente 16. ... £b6) 16. ...
12.¦xa4 ... ¥xb4 17.£b5 y en caso de 17. ... O-O;
Esta jugada la había preparado en el 18.¦xd7 £c2 19.¦a1 £xb2 20.£a4!, las
análisis casero. Creo que la continuación blancas ganan. Pero las negras juegan
“normal” 12.¤c3, adoptada en el Occi- 17...¦b8! 18.¦xd7? £xd7 19.£xb8+ ¢e7
dente, no da grandes ventajas. y las negras ganan. Tampoco estaría bien
12... ¤b4 para las blancas: 16.¥c3 O-O 17.¤g5
Necesario por la amenaza 13.¥xa6. ¥e7 18.¤e4 £c6 19.£g4 g6; etc. Nada
Habría sido malo 12...a5 13.¥b5!, con da, finalmente 16.£c4 por la sencilla res-
la fuerte amenaza 14.¦c4. Después de la puesta 16. ... £c6! La continuación elegi-
jugada del texto las blancas mantienen la da por las blancas tampoco les puede dar
iniciativa. ventajas efectivas.
13.¥b5+ ¥d7 16.¦c1 £b7
Está mal por supuesto 13...¢e7 por 17.¥c3 ...
14.¥d2 y la posición descubierta del rey Y con 17.¤e5 O-O! 18.¤c4 ¤c6!
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
19.¥xa5 ¦fb8!, las negras tenían por lo ¤f8 24.e4 £a1+ 25.¤f1 ¤f4 26.g3 ¤h3+
menos partida igual. Más simple empero 27.¢g2 o 23...£a2; (para atacar el peón
hubiera sido 17.¤c3. b2) 24.e4! ¤f4 25.g3! ¤h3+ 26.¢g2
17... O-O ¤xf2 27.¤e5 ¤f8 28.£e2, etc. Por con-
18.¤bd2 ¤d5! siguiente, es posible que las negras deban
Soberbio. Con esta transposición de las entregar al instante el peón b4. Sobre esta
piezas las negras liquidan totalmente las continuación, inadvertida por ambos con-
preocupaciones del peón a5. trarios y numerosos analistas, fija su aten-
19.¦ca1 ¥b4? ción un aficionado providencial después
Las negras queriendo forzar las ta- del match. Luego de esta partida, en la cual
blas, ofrecen un cambio y cometen un Flohr condujo la defensa hasta la jugada
grave error. La continuación correcta era 19, en admirable forma, decidí en general
19...¤xc3 20.bxc3 ¥b6! y las negras están no jugar más en este match el gambito de
algo mejor. la dama. En la situación del cotejo, tenía la
20.¥xb4 axb4 obligación de jugar para ganar, y la 3era.
21.¦xa8 partida me convenció definitivamente
que, en esta variante del gambito de dama
aceptado, yo no podría alcanzar la victo-
ria. Decidí jugar la defensa holandesa y en
la siguiente partida del match, la adopté.

Convinimos tablas de común acuerdo,


lo que fue una resolución prematura. Pasé
por alto aquí la continuación que condu-
cía forzadamente a la ganancia de un peón:
21. ... ¦xa8 22.¦xa8+ £xa8 23.£b5 y la
posición de las negras es muy difícil: el ca-
ballo d7 está atacado, y se amenaza 24.e4
perdiéndose el peón b4. No salva 23. ...
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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

4ª Partida medio de 3...¥b4. Más tarde las negras


Blancas: S. Flohr juegan ¤e4, y a las blancas les es muy di-
Negras: M. Botvinnik fícil impedir el cambio de 4 piezas meno-
Defensa Holandesa res, lo que alivia considerablemente la de-
fensa de las negras. Steinitz estableció ya
1.d4 e6 en principio general, que los cambios son
Se pueda considerar firmemente esta- favorables para el bando que está con des-
blecido, que, si las negras ansían la partida ventaja en espacio. Si éstas desean com-
holandesa, deben previamente hacer la ju- plicaciones, deben abstenerse de cambios
gada 1. ... e6. En caso de 1...f5 inmediata, prematuros.
el gambito Staunton 2.e4! da a las blancas 3... ¤f6
un fuerte ataque. Después de la jugada del 4.g3 ¥b4
texto las blancas están relativamente libres 5.¥d2 ...
en la elección de la apertura. Con la juga- Claro, las blancas no permiten doblar
da 2.e4 pueden provocar la defensa fran- los peones sobre la columna c.
cesa (así jugó Flohr en la 8va. partida del 5. ... O-O
match. En cambio, en esta partida él deci- 6.¥g2 d6
dió permitir la defensa holandesa. El plan habitual de contrajuego ne-
2.c4 f5 gro consiste en la movida ...e5 que debe
En este momento las negras pueden emancipar su juego. Las negras trazan este
realizar esta jugada sin peligro. plan. En verdad, sobre este camino preci-
3.¤c3 ... sarán vencer también no pocos escollos
Mi cálculo resultó justo: Flohr cono- 7.¤f3 ¤bd7
cía poco la partida holandesa y ya en la Merecía considerarse 7...¤c6.
3ª jugada incurrió en una inexactitud. Lo 8.O-O ¥xc3
correcto es aquí 3.g3, como jugó en la 10ª Ahora, esto ya es necesario. A 8...£e7,
partida templado ya por la experiencia. La es muy desagradable 9.¤b5!. Es prudente
jugada 3.¤c3 no es conveniente porque eliminar al caballo de c3, pero como fue
las negras pueden clavar al caballo por antes señalado, esto entra en los planes del

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negro. su posición. Es dudoso, por ejemplo, que
9.¥xc3 ¤e4 la continuación 13.b4 ¤e4 14.£b2 ¥d7
15.b5, pueda dar un resultado positivo,
aunque esto significaba la única chance
blanca. Ahora las negras abren con venta-
ja el centro.
13... e5
14.dxe5 ...
Con la apertura de la columna d, las
negras buscan como compensación neu-
tralizar las amenazas negras en el centro y
sobre el flanco rey.
14. ... dxe5
15.¦d2 ...
También necesario. Las negras indu-
dablemente, no se proponen dejar a las
blancas con ambos alfiles sin alguna com-
pensación. Retroceder con el alfil a e1, no
les conviene, puesto que se interrumpe la
relación entre las torres.
10.£c2 £e7
11.¦fd1 ¤xc3
Se amenazaba 12.¥e1 y las blancas
mantienen la ventaja de 2 alfiles.
12.£xc3 ¤f6
Las negras pueden no apresurarse
con la jugada e5. 12..........P4R inmedia- Un lazo. Por supuesto, después de la
ta, pudo seguir 13.dxe5 dxe5 14.¦d2 e4 tentadora jugada 15...¤e4 16.¥xe4 fxe4;
15.¤d4 ¤f6; (15...¤e5 16.f3!), 16.¦ad1 la apertura de la columna f no podría com-
y las blancas ganan tiempos en compara- pensar los débiles peones centrales. En se-
ción a lo que fue la partida. guida deben resolver las negras el proble-
13.¤e1 ... ma del desarrollo de su flanco dama. Para
Con esta jugada es como si las blancas esto existe en esta posición un camino, —
reconociesen que no encuentran un plan cerrar la diagonal a8 — h1. Las negras se
activo y esperan ulteriores sucesos. Y en deciden por esta causa por una jugada ab-
efecto, no es fácil a las blancas reforzar solutamente necesaria, pero en apariencia
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
antiposicional. Bien jugado. Las blancas calculan con
15. ... e4! justeza que esto constituye el único medio
16.¦ad1 ¥e6 de avivar al alfil en conexión a e3.
Las negras liquidan la presión blanca 20. ... ¦d8
sobre la columna d, para igualar definiti- 21.¦xd8+ £xd8
vamente el juego. 22.¤c2
17.¤c2 ... 1/2-1/2
Si 17.£e5 ¤g4 18.£f4? g5 y las negras Convenimos en tablas. Es posible que
ganan. La siguiente jugada negra es forza- las negras se encuentren algo mejor, pero
da, ya que 17...¦ae8, con la consiguiente esto naturalmente no les da chances para
18. ... g5, sería jugar para perder. ganar. No se puede jugar, por ejemplo
17... ¦ad8 22. ... c5 23.£e5 ¥xc4 24.£xc5 ¥xa2
18.¤e3 ¦xd2 25.£xa7. Así pues, después de las parti-
19.¦xd2 g6 das 1ª y 3ª, renuncié tanto a la jugada 1. d4
(por cierto, provisoriamente), cuanto a 1.
d4 (por todo el match). Quedaba recurrir
al último expediente — jugar la apertura
inglesa (1. c4) también estudiada por mí
antes del match.

La última fineza. Malo era, 19...¦d8


por 20.¦xd8+ £xd8 21.£a5!, ganando
las blancas un peón. Por esta razón las ne-
gras defienden eventualmente al peón f5
de posibles agresiones. Resta todavía solo
indicar que a las blancas no les convenía
hacer en la jugada anterior 19.£xd2, por
19. ... £c5 20.£c3 (sino 20...£e5) ... a5!
... a5! y las negras están muy cómodas.
20.¥f1 ...
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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

5ª Partida 5.¤d2 ...


Las alternativas de las negras no son
Blancas: M. Botvinnik
ahora muchas. A 5...¥b4; sigue 6.e3, y
Negras: S. Flohr
después de 6. ... ¥xc3 7.bxc3, las blancas
Apertura Inglesa
se quedan con dos alfiles y el vigoroso cen-
1.c4 e5 tro con la debilidad del peón rey negro. La
De esta manera se produce la partida otra alternativa es la continuación elegida
siciliana con los colores invertidos. A 1.c4 en la partida.
respondió Flohr con 1. … e5. 5... ¤xd4
Él juega con suma frecuencia la aper- 6.¤dxe4 ¤e6
tura inglesa con las blancas, y de ahí que A 6...¤xe4; pudo seguir 7.£xd4 ¤xc3
le son conocidas todas las dificultades que 8.£xc3 y las negras están en dificultades
tienen que salvar las negras en dicha aper- para desarrollar el flanco rey. También era
tura. posible 7.¤xe4 ¥b4+ 8.¥d2, etc., como
2.¤c3 ¤f6 en la partida.
3.¤f3 ¤c6 7.g3 ...
4.d4 e4 Muy fuerte en apariencia, pero es pro-
Esta continuación, descubierta por un bable que con esta jugada las blancas dejan
teórico maestro, soviético provincial, fue escurrir su prerrogativa. Era mejor 7.a3,
vivamente recomendada por Alekhine en rehuyendo los cambios siguientes que son
su tiempo. Antes se estimaba que la ame- ventajosos, como es natural, sólo a las ne-
naza principal para las negras, consistía en gras.
la jugada 5.¤g5. Queda probado sin lugar 7... ¤xe4
a dudas, que, en este caso, después de 5. ... 8.¤xe4 ¥b4+
h6!; las negras con siguen un contrataque 9.¥d2 ¥xd2+
interesante. La continuación escogida por 10.£xd2 O-O
las blancas es más fuerte, ya que casi des- 11.¥g2 d6
truye la jugada 4. … e4. Correcto es para 12.O-O ...
las negras 4...exd4; como jugó en la 7a. Las blancas no pueden obstaculizar el
partida. desarrollo del alfil hacia c6. No se puede,
por ejemplo 12.¦d1 ¥d7 13.c5 f5 14.cxd6
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
fxe4 15.dxc7 £f6! y las negras ganan. Si 17...¥xd5 18.£xd5 £f6 19.e5! ¦xe5
12... ¥d7 20.¦xe5 £xe5 21.£xe5 dxe5 22.¦d5, con
13.¤c3 ... ventaja blanca.
Es obvio que la única chance de las 17. ... a4
blancas consiste en ubicar el caballo en Jugada arriesgada. El peón en a5 forta-
d5, donde puede ocasionar a las negras no lece indudablemente mejor al caballo de
pocos disgustos. c5.
13. ... ¥c6 18.¦e3 ¥d7!
14.¤d5 a5!

Muy sutil. Las negras trasladan el alfil


Excelente jugada. Ahora se hace pa- a e6, donde, con la jugada c6, podrá ame-
tente que las chances de ambos bandos nazar al peón c4 blanco. En consecuencia,
son más o menos iguales. Las blancas es- las blancas retroceden enseguida con el
tán algo más libres, pero en la posición de caballo para interceptar en su raíz cual-
las negras no existen debilidades, y ellos quier tentativa de liberación.
pueden operar sobre la línea del rey. A las 19.¤c3 ¥e6
blancas les es muy difícil aplicar un plan 20.£d4 f6
conveniente. Por ahora, prefieren atenerse Se amenazaba 21.e5.
a la táctica expectante, orientándose en la 21.¥f1 ...
ruptura central (e4-e5); por el memento Defendiendo otra vez el peón c. Pare-
éste es irrealizable. Sigue ahora una inte- cía arriesgado 21.f4.
resante serie de maniobras. 21... £e7
15.e4 ¤c5 22.¤d5 £f7
16.¦fe1 ¦e8 23.¦de1 ...
17.¦ad1 ... Tentando al rival a 23...¥xd5 24.exd5
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
¦xe3; con cambios sobre la columna e. 29.¤d4 ¥g6
Pero a 23...¥xd5, podría seguir sin duda Atacando el peón e4. Aquí había para
24.cxd5! con la consecuente 25.¥b5, y las blancas la facultad de una interesan-
óptima posición pera las blancas. Ahora te ruptura central a saber: 30.¥g2 ¦de8
las blancas quitaron la presión al peón d y 31.e5! dxe5; 32.¤xc6 ¦d7 33.¥d5+ y las
por eso las negras ya pueden jugar … c6; blancas están situadas muy óptimamente.
para defender por fin la casilla d5 (negra). Pero como enseñó Flohr, él podía en este
Todo esto por otra parte no es peligroso caso jugar 31...¦xe5 32.¤xc6, las blancas
para las blancas, porque las negras han de podían ganar con la 31. ... ¦xe3 33.¦xe3
perder tiempo en el traslado de la dama ¦xe3 34.£xe3 ¢f8, con lo que dispondría
hacia su flanco. de todas las chances para entablar.
23. ... c6 30.f3 ...
24.¤f4 ... 30... ¦de8
Después de 24.¤b6 ¦a6 25.£xd6 31.b4 axb3
£f8! (25...£e7 26.£xe7 ¦xe7 27.¤d5!), 32.axb3 ¤e6
26.£c7 ¦e7 27.£d6 ¦f7; las negras ganan 33.¤f5 ...
una pieza. Última tentativa de ganar el juego. A
24... £c7 cambio de agravar la posición de peones,
25.¤d3 ... las blancas obtienen un buen alfil contra
Es necesario deshacerse del caballo ne- caballo y ganan considerablemente en es-
gro. No estaba bien 25.¦d1 £a5! y no se pacio.
puede tomar el peón d6 a causa de la pér- 3. ... ¥xf5
dida de la dama blanca. Las negras debían 34.exf5 ¤g5
cambiar en d6, aunque en este caso tam- Amenaza 35...¤xf3+.
bién se hallan algo mejor las blancas. Con 35.¥g2 ...
la siguiente jugada, las negras conservan No era mejor 35.¢g2.
en verdad el punto de c5, pero al precio de 35... ¦xe3
una fundamental depreciación posicional. 36.¦xe3 ¦xe3
25... b6 37.£xe3 ¢f8
26.¤b4 ... Se amenazaba 38.£e8 mate.
Para tener bajo el fuego al peón c6. 38.f4 ¤f7
26. ... ¥f7 Situación postergada. Aquí muchos
27.£c3 ¦ad8 conjeturaban, que las blancas podían ga-
28.¤c2 ... nar con la jugada 39.¥f3. Esto es inexacto.
Las blancas desplazan su caballo a la Las negras siempre tienen garantizado el
casilla d4, todavía más ventajosa. empate de resultas de la jugada 39. ... d5!
28. ... ¦e7 Pero en realidad, la jugada 39.¥f3 era la
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
continuación conecta. Después de la juga- produjo en la partida.
da sellada por las blancas, están obligadas, 44.¥d3 c4
no ya las negras, sino las blancas a hacer 45.¥c2 c3
tablas. Las negras dejan escapar las últi-
39.b4 d5! mas chances de ganar. Ya que es mejor
45...£b6+ 46.¢f1 ¢e7 47.¢e2! Sin em-
bargo, aún en este caso después de 47.¢e2!
las blancas logran con facilidad las tablas.
46.£b4! ...
Después de esta sencilla jugada, queda
visible, que las negras no pueden fortifi-
car su posición. La dama debe defender al
peón c3 y al caballo. No favorece 46...¢e7
por 47.£d4 con la amenaza de 48.£e3+.
Las blancas por su parte amenazan acer-
car al rey. Por consiguiente, las negras to-
man una resolución completamente sabia:
fuerzan el jaque perpetuo.
Hermosa jugada. Las negras consiguen 46. ... ¤c4!
el peón c pasado, y la “eterna” casilla para 47.£xc3 £c5+
el caballo. El peón blanco de ventaja no 48.¢h1 £xd5+
tiene ningún valor. 1/2-1/2
40.cxd5 ... Y tablas por jaque perpetuo. Esta fue,
Es dudoso que, 40.b5 dxc4 41.bxc6 propiamente dicho, la primera partida
¤d6; dé mayores chances. donde probé “acometer” a Flohr. Pero
40... c5! como puede ver el lector, mi juego se dis-
41.bxc5 bxc5 tinguía por la inseguridad e inconsecuen-
42.£a3 ... cia. Esta partida me enseñó, que para ga-
Las blancas a pesar de todo tratan de nar al gran maestro era necesario jugar
refrenar el movimiento del peón c negro. con gran tesón, seguridad y actividad. Es
42. ... ¤d6 necesario destacar en esta partida el muy
43.¥f1 ¢f7 ingenioso juego de Flohr, en especial des-
Es natural, que no se podía 43...c4 por pués de la suspensión.
44.¥xc4, y las negras pierden un peón.
Tampoco era mejor 43...¢e7 (para de-
fender al caballo de d6) por 44.£e3+ ¢f7
45.¥d3, con variante análoga a la que se
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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

6ª Partida 8.f3 ...


La mejor continuación. Las blancas
Blancas: S. Flohr
quitan a los caballos negros la casilla e4 y
Negras: M. Botvinnik
asimismo preparan la jugada e4. Esta po-
Defensa Nimzowitsch
sición se consideró por largo tiempo poco
1.d4 ¤f6 satisfactoria para las negras hasta que el
2.c4 e6 Dr. Krause propuso un sistema de desa-
3.¤c3 ¥b4 rrollo bastante ingenioso para las negras.
4.£c2 c5 La partida muestra sin embargo que ese
5.dxc5 ¤a6 plan es insuficiente.
6.a3 ... 8. ... d6
Hasta aquí, como en la partida 2a. 9.e4 e5
En aquella ocasión las blancas consintie- 10.¥e3 £c7
ron una clara inexactitud (6.g3); en esta 11.¤e2 ¥e6
partida eligen la continuación correcta.
Después de la jugada del texto, las negras
están constreñidas a entrar en la variante
Krause, que supuse era absolutamente sa-
tisfactoria para éstas.
6... ¥xc3+
7.£xc3 ¤xc5
Parece que entre nuestros maestros se
expresaba la opinión que las negras en esta
posición tienen por lo menos tablas des-
pués de 7...¤e4 8.£xg7 £a5+ 9.b4 ¤xb4
10.£xh8+ ¢e7 11.axb4 £xb4+ 12.¢d1
£b3+... con jaque perpetuo. Sin embargo,
si las blancas hubiesen jugado en vez de Esto es la variante Krause. Las negras
8.£xg7, 8.£d4, a las negras les restaría alcanzaron un desarrollo aceptable, pero
tan solo, abandonar. a mucho precio. La debilidad de la dispo-
sición central es evidente, en particular el
-25-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
d6. Hasta el presente jugaban aquí habi- 18.cxd5 ¦xc1+
tualmente 12.¤g3, que permitía a las ne- 19.£xc1 £d8
gras obtener partida jugable. Flohr refuer- 20.O-O ¦c8
za considerablemente la variante para las 21.£d2 £c7
blancas, al colocar el caballo en c3, donde 22.¦c1 ...
queda excelentemente ubicado. En una Ambos bandos tienden hacia los cam-
partida anterior ya que fue realizada esta bios. Las blancas ven que conservar la to-
idea, pero allí las blancas hicieron previa- rre es muy difícil, puesto que las negras
mente la débil jugada ... b4 que constituye dominan la única columna abierta; por
una importante pérdida de tiempo. ejemplo, a 22.£b4, sigue simplemente 22.
Después de la siguiente maniobra, las ... £b8. Mas las negras creían que el final
negras caen en posición difícil. no estaba perdido para ellas.
12.£c2! O-O 22... £xc1+
13.¤c3 ¦fc8 23.£xc1 ¦xc1+
14.¥e2 a6 24.¥xc1 ¢f8
15.¦c1 ¤cd7
16.£d2! ...
El único camino para la conservación
de la ventaja. A 16.O-O las negras conti-
nuarán con audacia 16. ... ¥xc4 17.¤b1
(17.¤d5 ¤xd5 18.¥xc4 £d8! 19.exd5
b5!), 17...¥xe2 y la torre de f1 está en pe-
ligro. Ahora claro está, no se puede tomar
el peón c4.
16... £b8
17.¤d5 ...
Las negras se aprovecharon de su me-
jor desarrollo y crearon una serie de ame-
nazas. Así por ejemplo no se podía jugar Todavía ahora estoy convencido que el
17.b3, por b5 o ¤c5, y las negras se zafan. final tiene un carácter de tablas. Las chan-
Estas no debían apurarse con el cambio en ces para ganar (la ventaja de ambos alfiles)
d5. No era malo 17...¢f8, amenazando son puramente prácticas. Suministrar un
otra vez jugar b5. Pero formaba parte del análisis minucioso sobre el final resultante
plan negro el cambio en d5. Veían que, en es muy difícil; pero se pueden señalar va-
el próximo final, las blancas quedan mejor, rios momentos, en los que las negras po-
que ésta ventaja era demasiado mínima. dían haber jugado mejor.
17... ¥xd5 25.¢f2 ¢e7
-26-
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26.¥e3 ¢d8 37.¢e3 ¢e7
27.¢e1 ¢c7 38.¥f1 ¤b5
28.¢d2 ¤c5 39.h4 ¤c7
29.b4 ¤cd7 40.¥h3 ¤e8
30.g3 ¤b6 Jugada sellada. Después de la suspen-
31.¢c2 ... sión las blancas pasan finalmente al ata-
que.
41.f4 f6
Se amenazaba 42.fxe5 dxe5; y 43.¥xd7,
con la ganancia de un peón.
42.¥f5 ...

31. ... ¤bd7


Ya aquí podían las negras jugar más só-
lido; 31...¤a4 32.¢b3 b5; y los caballos
negros tienen relativamente más libertad,
aparte de que en el flanco dama las chan-
ces para las blancas son iguales a cero. Es- Lo mejor. No daba nada a las blancas;
tas se hallan obligadas a vigilar con mucha 1) 42.¥e6 ¤c7 43.f5 ¤xe6 44.dxe6 ¤b8
atención, los caballos negros. Con la juga- 45.g4 g5! y las blancas no pueden irrum-
da del texto las negras se dejan oprimir. pir, 2) 43.¥g8 exf4+ (43...¤e8 44.f5)
32.a4 ¤b6 44.gxf4 ¤f8 45.e5 ¤e8 y las blancas no
33.a5 ¤bd7 lograron nada, pues el alfil en g8 está si-
34.¥c1 ¢d8 tuado demasiado mal. Es curioso que el
35.¥b2 ¤e8 cambio 43. ... exf4+ es imprescindible,
36.¢d2 ¤c7 porque, de otro modo, las blancas deciden
Las negras continúan ateniéndose a la partida con la jugada f5 y el consiguien-
la táctica expectante. Era de considerarse te ataque del peón g2.
36...¢e7, siguiendo luego g6, ¤g7, f5. 42... g6
Sin esperanzas es 42...h6; por la mar-
-27-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
cha del rey blanco sobre los cuadros blan- mismo resultaría necesario más tarde la
cos. traslación del rey a d3. Por esto la juga-
43.¥h3 h6! da del texto es una importante pérdida de
La clave de toda la defensa negra. La tiempo.
amenaza básica de las blancas consiste en 46... h5
la jugada f5, con el consiguiente cambio y 47.¥e3 ¢d6
g4, creándose el peón h pasado. Por eso, 48.¥h6 ¤e8
a f5, las negras deben tener pronta la res- 49.g4 hxg4+
puesta g5. Pero sin 43. ... h6!; no se podía 50.¥xg4 ¤c7
jugar así puesto que a 43...¤g7 44.f5 g5 Aquí era más fuerte 50...¢c7! y en caso
45.hxg5 fxg5 46.f6+!! y las blancas ga- de 51.¥e3, ¤d6 52.¥c5 ¤xc5 53.bxc5
nan, la entrada del alfil a c8 es decisiva. En ¤c4 y las tablas para las negras están ase-
consecuencia, las negras defienden otra guradas. Las blancas tendrían que seguir
vez el cuadro g5, g4 blanco para, cuando con 51.h5 gxh5 52.¥xh5, pero después de
45.hxg5, tomar con el peón h6. esto, sus chances para el triunfo serían casi
44.¥c1 ¤g7 nulas.
45.fxe5! ... 51.¥e3 ¤b5
52.¢e2 ...
Si 52.¥e6, entonces 52. ... ¢e7;
53.¥c5+? ¤xc5, y ¤d4+
52... ¤c7
53.¢d3 ...
Las negras están en el “deber de jugar”.
El rey debe defender la casilla c5-c4 para
el blanco, el ¤d7 está ligado (amenaza
¥c8), el ¤c7 tampoco puede moverse en
vista de la amenaza ¥e6 y ¥f7. Todo esto
ha sido jugado con excepcional sutileza
por las blancas. Por eso, las negras deci-
den por una desesperada ruptura.
La única posibilidad de complicar el 53. ... f5
juego. Las negras no pueden contestar ni 54.exf5 gxf5
45...¤xe5 por 46.¥c8, ni tampoco 45... La última equivocación. Era mejor
fxe5; por 46.¢f3 h5 47.¥g5+, etc. 54...¤f6 55.¥h3 gxf5; ganando un tiem-
45. ... dxe5 po importante. Pero hablando objetiva-
46.¢f3 ... mente, aún en este caso está perdida la
Sin duda era más fuerte 46.¢d3. Lo partida negra.
-28-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
55.¥xf5 ¤xd5 61.¥g5 ¤h5
56.¥d2 ¤7f6 62.¥f3 ¤g3
57.¢c4 ¢c6 63.¥d2! ...
58.¥g6 b5+ Después de 63.h5 ¤xh5 64.¥xh5
59.¢d3 ¤e7 ¤xb4+ 65.¢e4 ¢d6 y ¤c6, las negras te-
nían todas las chances de nulidad.
63... ¢d6
64.¥g4 ¤f6
65.¥c8 ¢c6
66.¥e1 e4+
67.¢d4 ¤gh5
68.¥f5 ¢d6
69.¥d2
1-0
Me rendí. Si se exceptúa el error de la
jugada 46, Flohr condujo toda la partida
brillantemente.
Con este cotejo terminó la serie mos-
En este momento fue suspendida la covita y el 9 de diciembre el comité orga-
partida por segunda vez. Aquí tenían las nizador y los participantes del match lle-
blancas las siguientes posibilidades: garon a Leningrado. Hasta la 7a. partida
1) 60.h5 ¤xg6 61.hxg6 ¢d5 62.g7 todavía no logré examinar la variante 6.
¤g8 63.¥g5 e4+ 64.¢e3 ¢e5 65.¥h4 ¥g5 de la defensa Caro - Kann, y por esto
¢d5 66.¢f4 ¢d4 67.¢f5 e3 68.¢g6 e2 empecé otra vez con la jugada 1. c4 tanto
69.¢h7 ¤e7 70.¥xe7 e1=£ 71.¥c5+ más, por cuanto que, en la 5a. partida, ob-
¢e4! 72.g8=£ £h4+ 73.¢g6 £g4+ tuve buen planteo.
74.¢f7, y tablas por jaque perpetuo.
2) 60.¥g5 ¤xg6 61.¥xf6 ¢d5 62.¥g5
¤f8 63.h5 ¤h7 64.¥h4 ¤f8 65.h6 ¤h7
66.¢e3 ¢e6 67.¢e4 ¤f8 68.¥g3 ¤d7 y
tablas. Inmensas combinaciones se obte-
nían también después de 60.¥f7 ¤f5, etc.
Las blancas sellaron la más simple y fuerte
jugada.
60.¥e4+ ¤ed5
Todo lo demás, es igualmente desespe-
rante.
-29-
MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

7ª Partida Las negras intentan jugar g5, seguido


de ¤e4, para desembarazarse por fin de
Blancas: M. Botvinnik
la clavada en f6. Las blancas no lo pueden
Negras: S. Flohr
impedir. Pero naturalmente con esta ma-
Apertura Inglesa
niobra debilitan su flanco rey. Se debe to-
1.c4 e5 davía señalar que 8. c3 (en vez de 8. e3) no
2.¤c3 ¤f6 era mejor: las negras, mediante 8. ... £e7
3.¤f3 ¤c6 9.e4 ¤xd4 10.£xd4 £e5! obtenían con
4.d4 exd4 facilidad partida igual.
Esto es mejor que 4...e4 como se jugó 9.¥e2 g5
en la 5ª partida. 10.¥g3 ¤e4
5.¤xd4 ¥b4 11.¤xc6 ...
La jugada precisa. El caballo está tan
fuerte en esta posición, que es indispensa-
ble por lo menos clavarlo.
6.¥g5 ...
Otro plan que promete mucho, consis-
te en el desarrollo del alfil f por el flanco.
6. ... h6
7.¥h4 d6
Flohr por lo visto no está familiarizado
con esta apertura, y se complica mucho el
problema de equilibrar el juego. Ante todo,
aquí es más simple 7...¥xc3+ 8.bxc3 ¤e5
9.e3 ¤g6 10.¥g3 ¤e4; con partida igual.
8.e3 ... Lo correcto era 11.¦c1 O-O 12.O-
No daba nada 8.¤xc6 bxc6 9.£a4 O ¥xc3 13.bxc3 ¤xg3 14.hxg3 ¤e5
¥xc3+ 10.bxc3 O-O! y las blancas se re- 15.£c2, y el caballo de d4 es, sin duda,
trasan mucho en el desarrollo. más potente que su opositor.
8... £e7 11... bxc6
Es claro que era más débil 11...¤xc3,
-30-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
aún y por 12.¤xe7 ¤xd1+ 13.¢xd1, etc. 16.¥f3 ¥e4
12.¦c1 ... 17.¥xe4 £xe4
Nada daba 12.£d4 O-O 13.¥f3 ¥f5 18.£d4 £e6!
14.O-O ¥xc3 15.bxc3 ¤c5 y las negras Lo mejor. A 18...¦fe8 seguirá 19.c5!
están incomodas. d5 20.¦fd1, y en consecuencia c4. Tam-
12... O-O poco era buena 18...£xd4 19.cxd4 ¦ab8
13.O-O ¥xc3 20.c5! d5 21.¦b1, y las blancas se encuen-
14.bxc3 ¤xg3 tran en excelente posición…
Lamentablemente las negras han de ju- 19.c5 ...
gar para simplificaciones. Sería arriesgado Obligada, muy desagradablemente
14...f5 por 15.¥f3! ¥e6; (15...f4 16.exf4 para las negras. Flohr elige la continua-
gxf4 17.¥h4; o 15...c5 16.¥xe4 £xe4 ción más fuerte. Él se construye el peón a
17.£h5 £e6 18.h4); 16.¥xe4 fxe4 17.c5 pasado que en el inminente final de torres
dxc5 18.£a4, etc., con ventaja blanca. le asegura fácilmente la nulidad.
15.hxg3 ¥f5 19. ... £xa2
20.cxd6 cxd6
Lo más simple. En el caso de 20...¦fd8,
las blancas podrían entrar en complica-
ciones, mediante 21.d7 £d5 22.¦cd1! o
forzar las tablas después de 21.¦a1 £e6
22.¦xa7 ¦xa7 23.£xa7 cxd6.
21.£xd6 £e6
22.¦fd1 ¦fb8!

Única jugada. Sino, por medio de ¥f3,


£a4, y ¦b1, las blancas obtenían iniciativa
formidable. Ahora las negras amenazan
con la jugada f5 fijar los peones doblados
en la columna c y hasta quedar con mejor
partida. De consiguiente las blancas están
obligadas a jugar para el cambio de los al-
files lo que les permite recuperar algunos
tiempos. Única jugada. Cambiar enseguida no
-31-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
conviene (se pierde un peón) y al mismo cunstancia que no me agradaba y decidí
tiempo las negras han de impedir la juga- elegir otra vez la defensa holandesa, pero
da 23.£a3! y la consecuente ¦d6. Ahora, la variante cerrada que da chances para
a 23.£a3, sigue sencillamente 23...¦b3. A ambos. Pero en la 2a. jugada me esperaba
otro repliegue de la dama blanca 23.£c7, una pequeña decepción.
las negras juegan 23. ... ¢g7! 24.¦d6 ¦c8
25.¦xe6 ¦xc7 y las tablas son seguras para
las negras. Por eso no les queda otra cosa a
las blancas que cambiar damas.
23.£xe6 fxe6
24.¦d4 ...
1/2-1/2

Se entiende que no se podía jugar


24.¦d6 a5 25.¦xc6 a4 26.¦d6 a3 27.¦dd1
a2 28.c4 ¦b7! 29.¦a1 ¦b2 30.¦dc1 ¦ab8
31.¦f1 ¦c2 y las negras están muy amena-
zadoras. Aquí los adversarios convinieron
tablas. Es probable que las negras gracias
a su peón a libre y pasado, están un poqui-
to mejor, pero esto no les da serias chan-
ces de victoria. Una partida corta, pero de
contenido.
Ya pasaron 7 cotejos del match y yo
todavía no había ganado ninguno — cir-
-32-
MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

8ª Partida de las negras no les da a las blancas sensi-


bles ventajas.
Blancas: S. Flohr
5.¥b5+ ¥d7
Negras: M. Botvinnik
6.£e2+ £e7
Defensa Francesa
Después de 6...¥e7 7.dxc5, pierden las
1.d4 e6 negras el peón sin ninguna compensación.
2.e4 ... 7.£xe7+ ¥xe7
Flohr pacíficamente dispuesto, tenien- 8.¥xd7+ ¤xd7
do dos puntos de ventaja decidió por lo 9.dxc5 ¤xc5
visto rehuir toda complicación. Como si 10.¤b3 ¤a4
adivinara las intenciones belicosas de las Las blancas juegan incorrectamente,
negras, eligió la variante “ultra- tablas” de porque ahora será dificultado el desarro-
la partida francesa. llo del alfil c. Si el caballo blanco no ocu-
2. ... d5 para la columna b, podrían en tal caso no
3.¤d2 ... defender al peón b y luego, con ¦b1, com-
Esta variante es el arma favorita de pensarse con el peón b negro.
Illin-Genevsky. Si las negras tratan de de- 11.¤e2 ¥f6
clinar la continuación normal 3. ... c5, 12.c3 ...
con el consiguiente cambio de las damas, Es posible que fuera más fuerte
entonces las blancas logran con facilidad 12.¤bd4, para emancipar el alfil. A esto
partida superior. Así, con 3...¤f6 4.e5 las negras tendrían que responder 12. ...
¤fd7 5.¥d3, las blancas están evidente- O-O-O, defendiendo su peón b.
mente mejor. 12... ¤e7
3. ... c5 13.O-O O-O
4.exd5 exd5 14.¦d1 ¦fd8
En caso de 4...£xd5 5.¤gf3 cxd4 15.¦b1 ...
6.¥c4 £d8 7.O-O, y ¤b3, las blancas re- Como consecuencia de su 10a. jugada,
cuperan el peón y obtienen un juego más las blancas se hallan obligadas a recurrir
libre. En la continuación de la partida, se ahora a tristes recursos defensivos.
llega a un final, en el cual el peón d aislado 15. ... ¦ac8
16.¢f1 a6
-33-
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Las negras juegan con suma atención. A 1/2-1/2


las blancas les es naturalmente convenien- Convenimos en tablas. No les conviene
te el cambio de alfil que debilita al peón d a las negras 21. ... ¤xe3+ 22.fxe3, pues las
y las casillas negras. Por consiguiente, las blancas consiguen el punto d4. Después de
blancas tienden hacia la maniobra ¥c1- la 8a. partida el match fue interrumpido
e3-d4. Si las negras tratasen de transferir por dos días y estos dos días no se perdie-
al caballo, de a4 a c4 entonces después ron en vano. Yo los aproveché para dili-
de 16...¤b6 17.¥e3!, las blancas realizan gente labor analítica aprendiendo hasta las
a tiempo sus planes. Las negras esperan finezas, la variante 1.e4 c6 2.d4 d5 3.exd5
que las blancas ocupen el cuadro d4 con cxd5 4.c4 ¤f6 5.¤c3 ¤c6 6.¥g5 dxc4, y
un caballo, y solo después de esto juegan el 14 de diciembre comencé audazmente
¤b6. Ahora empero, 17.¥e3 no está bien la partida (como la 1era. que terminó tris-
por la 17. ... ¤f5. temente para mí) con la jugada 1. e4.
17.¤ed4 ¤b6
18.¤a5 ...
Las negras se desembarazan de la úni-
ca debilidad.
18. ... ¤c4
19.¤xc4 ...
Jugar 19.¤xb7 ¦d7 conducía a la pér-
dida de la pieza.
19... dxc4
20.¥e3 ¤d5
21.¤f3
-34-
MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

9ª Partida análisis casero, cuando me hube conven-


cido que en caso de 10.¤f3, e6 11.¥xf6
Blancas: M. Botvinnik
£xf6 12.£xd3, las negras están muy
Negras: S. Flohr
mal (ya que el alfil f8 no tiene ni una ju-
Defensa Caro-Kann
gada) resolví jugar esta variante. No hay
1.e4 c6 nada que decir, que es igualmente malo
2.d4 d5 10...¥f5 11.O-O y las negras no pueden
3.exd5 cxd5 resistir mucho. En todas las variantes el
4.c4 ¤f6 ataque blanco toma carácter amenazador,
5.¤c3 ¤c6 antes que las negras llegan a introducir en
6.¥g5 dxc4 la lucha sus reservas. La siguiente respues-
7.d5 ¤e5 ta negra en ningún caso puede ser reco-
8.£d4 ¤d3+ mendada.
9.¥xd3 cxd3 10... g6
10.¤f3 ... 11.¥xf6 ...
Ahora esto es muy fuerte, puesto que
las blancas ganaron un tiempo importante
en comparación a la 1ra. partida y sus to-
rres comienzan a trabajar en las columnas
centrales con gran vigor. El peón d pasado
es también muy desagradable para las ne-
gras en algunas variantes.
11. ... exf6
12.O-O £b6
Se puede afirmar, sin miedo, que la
partida de las negras está perdida. Así no
salvaba aquí la jugada 12...¥e7 13.¦ad1!
O-O 14.¦xd3 ¥f5 15.¦d2 ¥d6 16.g4
En la 10a. partida jugué 10.¥xf6 y ob- ¥c8 17.¤e4, y las negras han de rendir-
tuve la peor posición. Pero después del se. Es posible que en un lugar u otro las
negras podían jugar más fuerte, pero esto
-35-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
no puede implicar real modificación en la defensas. A 15...£c7, sigue 16.¤e4 y los
valoración posicional. Con la jugada del peones negros caen uno tras otro. Con la
texto las negras consienten la pérdida del jugada del texto las negras “desarrollan”
enroque con la esperanza que el rey en d8 dos piezas propias, pero al precio del sa-
se sentirá bastante seguro. Pero, en la po- crificio de dos buenos peones, después de
sición abierta y con desventaja en el desa- lo cual las blancas se quedan con un peón
rrollo, tal juego, al estilo Steinitz, no ha de de más.
salvar la partida. 15. ... ¥d6
13.¦fe1+ ¢d8 16.£xf7 ¦f8
14.£h4! ... 17.£xh7 g4
La única posibilidad de contrajue-
go. A 18.¤h4 (considerando 18...£c7
19.£xc7+ ¥xc7 20.¦ad1) las negras jue-
gan 18. ... d2! y comienzan las compli-
caciones no desventajosas para éstas. Por
consiguiente, el retroceso del caballo es
obligado.
18.¤d2 £c7
Se entiende que es sin esperanza para
las negras 18...£xb2 19.£xd3 con ataque
muy vigoroso. Ahora, empero, las blancas
deben jugar muy prudentemente. Así, con
19.£xc7+ ¥xc7 conquistar al peón d6
La más fuerte continuación del ata- no es tan sencillo y aunque las blancas lo
que. Con 14.£xd3 ¥d6!; es dudoso que consiguieran, el final presentaría grandes
las blancas legraran conducir su ventaja dificultades técnicas (las negras poseen el
hasta posición victoriosa. La amenaza bá- par de alfiles, el rey centralizado, etc.). La
sica blanca es: 15.¤e5 £c7 16.d6 ¥xd6 jugada siguiente destruye todas las espe-
17.¤b5 ganando. A 14...¥e7 lo más sim- ranzas de las negras.
ple a las blancas es responder: 15.d6 £xd6 19.£h6! ...
16.¦ad1 ¥d7; (16...¥f5 17.¤d4); 17.¦e3 Débil hubiera sido 19.£xd3 ¥xh2+
y las blancas ganan fácilmente. Otra “des- 20.¢f1, y el peón blanco queda en posi-
esperada” defensa es aquella por la que se ción peligrosa. Ahora se amenaza 20.¤b5.
resuelven las negras. La torre de f8 está defendida sin esperan-
14... g5 za. Las negras se apresuran a cubrirla con
15.£h5 ... la dama.
Las negras están completamente in- 19... £f7
-36-
Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
20.¤c4 ¥e5 partida sería aún incierto, yo que los peo-
nes blancos se perdían uno tras otro. Con
la jugada siguiente, las negras dejan pasar
al rey blanco hacia el centro, después de
lo cual les queda tan solamente rendirse.
Pero también en caso de 29...¥e2 30.¦xf8
¦xf8 31.d6! ¦f1+ 32.¢h2 ¦d1 33.¦e7+
¢c6 34.d7 ¢c7 35.¤c5!, las blancas con-
ducen su peón d a dama.

Desesperación. Si 20...¥b4 pierde,


por 21.a3 ¥xc3 22.¤d6 £g8 23.bxc3.
Si 20...¥b8 21.d6 ¦g8 22.¦e7 £g6
(22...£xc4 23.£xf6), 23.£f4. Ahora las
blancas ganan un segundo peón, además
privan a las negras de la ventaja de ambos
alfiles y pasan tranquilamente al final. La
fase siguiente de la partida ya es pura téc-
nica. 29... ¦xf1+
21.¤xe5 fxe5 30.¢xf1 ¦f8+
22.£g5+ £e7 31.¢e1 ¥f5
23.£xe5 £xe5 Si 31...¥e2, entonces 32.¤g3.
24.¦xe5 ¥f5 32.g4 ¥g6
25.¦f1 ¢d7 33.¦e6
26.f3 ... 1-0
26. ... b5 Se rindió. Esta partida me mostró que
Las negras emprenden la última tenta- estaba en condiciones de ganarle a Flohr, y
tiva para complicar el juego. no ocultaré que la victoria me animó mu-
27.fxg4 ¥xg4 cho. Al día siguiente decidí nuevamente
28.h3 b4 jugar la holandesa, porque estaba seguro
29.¤e4! ... que mi contrincante, deseoso de una re-
Ultima fineza. En caso de 29.hxg4 bxc3 vancha, no se conformaría con variantes
30.bxc3 ¦xf1+ 31.¢xf1, el resultado de la de tablas en la partida francesa.
-37-
MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

10ª Partida En su tiempo Grünfeld recomendaba


jugar aquí 6.¤h3, con las consiguientes f3
Blancas: S. Flohr
y e4. Pero análisis más minuciosos mues-
Negras: M. Botvinnik
tran que esta maniobra no pasa. En ver-
Defensa Holandesa
dad, las blancas pueden renunciar a tiem-
1.d4 e6 po de ello, pero entonces el desarrollo del
2.c4 ... ¤g1 a h3 pierde su razón de ser.
Mi cálculo resultó exacto: Flohr juega 6... c6
para ganar y entra en la partida holandesa. 7.O-O O-O
2. ... f5 8.b3 ...
3.g3 ... El desconocimiento de la variante ya se
La continuación más fuerte recomen- nota: Flohr elige una continuación poco
dada por la teoría. En la 4a. partida, Flohr fuerte. Únicamente con 8.¥f4! las blancas
jugó 3.¤c3, que es comparativamente pueden aspirar a obtener ventaja. La flan-
más débil. quetización del alfil c1 tiene el defecto que
3... ¤f6 con ello se debilita al punto f4 del blanco,
4.¥g2 ¥e7 y las chances negras crecen considerable-
Resolución responsable. Las negras se mente.
abstienen del cambio del alfil (4...¥b4+) 8... £e8
para no simplificar el juego. Intentan una Una maniobra necesaria en esta va-
de las variantes de la partida holandesa, riante. Las negras transfieren a la dama a
hace mucho tiempo conocida por el nom- h5, tanto para el ataque, como para la de-
bre de “muro de piedra” arma favorita del fensa del peón f.
maestro A. Y. Modell, leningradense. Esta 9.¥b2 ¤bd7
variante está desechada por la teoría, pero 10.£d3 ...
contiene no poco tóxico y contra adversa- Otra vez una inexactitud pero poco
rios poco experimentados, se puede em- importante. En esta variante, en la gran
plear con perfecta seguridad. mayoría de los casos, la dama queda me-
5.¤c3 d5 jor alojada en c2. Ahora lo más simple de
6.¤f3 ... todo era 10.¤g5 ¥d6 11.f4, cerrando la
posición, y privando a las negras de chan-
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ces al ataque en el flanco rey. 13.f3 ...
10... £h5 A 13.f4, sigue: 13. ... ¤xd2 14.£xd2
A tiempo, porque las blancas amena- ¤f6 y las negras conquistan el punto e4,
zaban con la jugada 11.cxd5, abrir la co- mientras que para las blancas trasladar al
lumna c. caballo de ¤c3 a e5 es muy difícil.
11.cxd5 ... 13... ¤xc3
Únicamente así. Luego de 13...¤xd2
14.£xd2, las blancas logran a tiempo de-
fender el punto f4.
14.¥xc3 f4!

Este cambio debe realizarse únicamen-


te cuando da resultados positivos inmedia-
tos. En caso contrario, conduce solamente
al empeoramiento posicional. Les sonreía
poco a las blancas 11.¤d2 (o 11.¤e1), 11. La señal para el ataque. Las negras ob-
... e5! 12.cxd5 e4, etc. Pero de esto se de- tienen sobre el flanco rey una larga pre-
riva solamente que fue menester recono- sión, de la cual no les es fácil a las blancas
cer al desarrollo del alfil c1 a b2 erróneo, librarse. Puede ser que, en la siguiente ju-
y trasplantarlo a f4, donde toda irrupción gada, más fuerte fuera 15.¦fc1, dejando el
con e5 se liquidaba. cuadro e1 libre para el alfil. Fue necesario
11... exd5 sacar de la torre de f1 para dar lugar al ca-
12.¤d2 ... ballo a defender el peón g3.
Y esto es un error. El plan blanco con- 15.¦fe1 ¥d6
siste en jugar f4, para consolidarse en el 16.¤f1 ¦f7
punto e5. Con todo era correcto 12.¤e1 Jugada muy importante. No era bueno
con la consiguiente f4 y ¤f3-e5. Ahora ya 16...¤f6 puesto que las blancas, median-
esta maniobra parece irrealizable. te 17.¥d2! atacarían al peón f4 y en caso
12... ¤e4 de 17. ... fxg3 18.hxg3, tendrían para el
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alfil la importante diagonal c1-h6. Y, sin Es posible que fuera algo mejor 25.¦f1.
embargo, aún sería mejor para las blancas 25... h4
jugar 17.¥d2. En vez de esto las blancas, 26.¥f3? ...
con su siguiente jugada cierran la diago- Un grueso yerro, pero en considera-
nal c1-h6, después de lo cual las negras ción a la justicia, debemos señalar que
cambian con ventaja en g3. Era malo para también y con 26.h3! £e6; (26...£xg3
las blancas 17.e4 dxe4! 18.£xe4, (18.fxe4 27.¦f3), 27.¤f1 ¤e4; la posición blanca
f3!); 18...¤f6, etc. se haya perdida.
17.e3 fxg3 26... hxg3
18.¤xg3 ... Simple, pero elegante sacrificio de la
Obligado. A 18.hxg3, podía seguir tan- dama.
to 18. ... ¦xf3!; cuanto la sencilla 18...£g5 27.¥xg4 ...
19.e4 ¥xg3 20.¤xg3 £xg3 21.exd5 ¤f8 27. ... gxf2+!
o 21...¤f6, con clara ventaja para las ne- 28.¢g2 ...
gras. Después de 28.¢xf2 ¤xg4+ se perdía
18... £h4 todavía el peón rey.
19.¤f1 ¤f6 28... ¤xg4
20.¦e2 ¥d7 29.h3 ¤f6
Las blancas tienen grandes esperanzas 30.¢xf2 ¤e4+
con el traslado del alfil a e1-g3, pero esto 0-1
no puede de ningún modo mejorar su po- Se rindió. A 31.¢g2, sigue 31...¥xh3+o
sición. Por lo demás su situación es tan la transferencia ¦e8 - e6 - g6, con ataque
mala, que es difícil, recomendarles algo de mate. Con el triunfo de esta partida
mejor. nivelé el puntaje del match y mi espíritu
21.¥e1 £g5 combativo disminuyó notablemente. Pero
22.¥g3 ¥xg3 todavía en la siguiente partida emprendí
23.¤xg3 ... la última tentativa de jugar para ganar.
Habría sido malo 23.hxg3 ¤h5 y las
blancas están forzadas a jugar 24.g4, ya
que a 24.¢h2 sigue 24. ... ¤xg3!
23...h5!
Esto es la señal para el ataque decisivo.
Amenaza h4 – h3, con la ganancia de una
pieza, y por consiguiente es inevitable,
otro nuevo debilitamiento de la posición.
24.f4 £g4
25.¦f2 ...
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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

11ª Partida blancas en la columna e, y lo que es esen-


cialmente importante, amenazando en
Blancas: M. Botvinnik
momento oportuno eliminar al ¤e5. No
Negras: S. Flohr
obstante, era preferible 9...¤f6 y ¥e7.
Defensa Caro-Kann
10.d4 ¤e7
1.e4 c6 11.¤c3 O-O
2.c4 ... Las negras no tienen tiempo para jugar
Esta jugada es muy recomendada por a6 y conservar el alfil e3.
L. Steiner y Flohr, las negras contestaron: 12.¥f4 ¥xe5
2...d5, después de lo cual las blancas lo-
graron mejor partida. Por consiguiente,
en la presente partida, Flohr elige otro
procedimiento, al parecer completamente
correcto.
2. ... e6
3.¤f3 d5
4.exd5 exd5
5.cxd5 cxd5
6.¥b5+ ¥d7
Lo más simple. Es más complejo con-
seguir para las negras igualdad por medio
de 6...¤c6.
7.¥xd7+ £xd7 Jugada única; Malo era 12...f6 13.¤b5
Es menos conveniente 7...¤xd7 8.O- £b6 14.¤xd6 £xd6 15.¤g6, con la ga-
O, y pueden surgir disgustos para las ne- nancia de la calidad, o 12...¤ec6 13.¤b5,
gras en la columna e. y las blancas ganan una pieza. Si las blan-
8.¤e5 £c7 cas toman en e5 con el alfil, entonces que-
9.O-O ¥d6 da un empate evidente. Por consiguiente,
Las negras desarrollan al alfil en d6 y prefieren retomar en e5 con el peón.
el caballo en e7, liquidando las chances 13.dxe5 £d7
14.£e2 ...
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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros
Más enérgica era 14.¥g5! ¤bc6 15.f4,
y a las negras no les es fácil defenderse.
Por ejemplo, a 15. ... ¦ad8; sigue 16.f5
con ataque amenazador, a 15...d4 16.¤e4,
también con seria presión.
14... ¤bc6
15.¦ad1 ¦fe8
16.¦fe1 ...
Ahora resulta un empata forzado. No
era malo 16.¥g3 con la consiguiente f4 y
juego de iniciativa.
16... d4
17.¤b5 ¤g6
18.¥e3! ...
Si no hicieran esta jugada las blancas
hasta podrían perder.
18. ... ¦xe5
19.¤xd4 ¤xd4
20.¦xd4 £xd4
21.¥xd4 ¦xe2
22.¦xe2 ¦d8
23.¦d2 f6
24.¢f1 ¢f7
25.¢e2 a6
26.¥e3 ¦xd2+
1/2-1/2
Convinimos en tablas. Esta es propia-
mente la última partida batalladora del
match. En la 12a. ambos estábamos tan
cansados con la lucha anterior que ningu-
no trató de entrar en complicaciones.

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MATCH
Flohr - Botvinnik
28 de noviembre al 12 de diciembre 1933
Moscú - Leningrado

12ª Partida 10.¥d2 c5


Pueda parecer que las negras hasta
Blancas: S. Flohr
consiguieron mejor juego. En realidad,
Negras: M. Botvinnik
esto no es así. Con la serie de cambios, las
Defensa Grünfeld
blancas simplifican la posición, y logran
1.d4 ¤f6 una microscópica superioridad.
2.c4 g6 11.cxd5 ¤xd5
3.¤c3 d5 Después de 11...exd5 12.dxc5! ¤xc5
4.e3 ... 13.£a3, las blancas estarían algo mejor.
Lo más tranquilo. Sin embargo, la úni- 12.dxc5 ¤xc5
ca tentativa de refutar la defensa Grünfeld 13.£a3! ...
consiste en la jugada 4.£b3, como jugué
por dos veces en el campeonato de U.R.S.S.
del año 1933. La idea de esta jugada perte-
nece a un maestro leningradense.
4... ¥g7
5.¤f3 O-O
6.£b3 e6
Habitualmente aquí juegan 6...c6, pero
lo mismo quedan obligadas las negras a
jugar enseguida 7. ... e6. La del texto la
emplea habitualmente. Alatorzew, desa-
rrollando el caballo c8 a c6. Las negras li-
gan la jugada 6. ... e6 a otra idea.
7.¥e2 b6 La torre está muy bien ubicada en d1,
Las negras desarrollan imperturbable- y las negras han de jugar con gran cuida-
mente el alfil c8 —la piedra de escollo para do así. Con la serie de cambios, las blancas
ellas en dicha apertura. simplifican la posición, y logran una mi-
8.O-O ¥b7 croscópica superioridad.
9.¦d1 ¤bd7 13. ... £b8
14.¤xd5 ¥xd5
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15.¥c3 ¤e4!
Naturalmente que no 15...¥xc3
16.£xc3, y la dama blanca entra en juego
con otro, tiempo de ventaja.
16.¥xg7 ¢xg7
17.¦ac1 ¦c8
18.b3 ¢g8
19.£b2 ¦xc1
20.¦xc1 £d8
21.¤d2 ¤xd2
22.£xd2 ¦c8
1/2-1/2
Tablas de común acuerdo. Así pues, el
match terminó con un empate.

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Secretos de Estrategia Magistral en Ajedrez - M. Botvinnik - Prof. J.L. Matamoros

CONCLUSIONES
No es difícil comprender que este re- También es cierto que el match me pro-
sultado totalmente inesperado llenó de bó cuales son las fallas verdaderas de mi
sorpresa no solo a mí sino a toda la afición técnica para vencer las cuales me empeña-
ajedrecística de Rusia. Y si se considera ré en el futuro. Estoy seguro que algunos
que existen alrededor de una decena de maestros de vista más afinada que la mía
ajedrecistas de mi fuerza en la república habrían sabido sacar amplio provecho de
soviética se puede dar una idea de la razón la ventaja que ofrecieron para mí ciertas
de esta sorpresa ya que el resudado del posiciones de algunas partidas que no me
match nos probó que hay en Rusia varios adjudiqué.
maestros de alta clase internacional. En síntesis, que el match probó que en
Es justo establecer que la preparación ajedrez hemos alcanzado el grado de efi-
teórica del match me traicionó solo una ciencia del mundo occidental pero tam-
vez durante el transcurso de la lucha. Esto bién que para superar a los grandes maes-
se produjo en le sexta partida, pero en tros europeos occidentales es necesario
cambio, en todos los demás cotejos llevé estudiar seriamente y en último caso no
a mi adversario a terrenos para mí fami- conformarse con el resultado obtenido
liares. Es probable que yo haya sido favo- por mí en este primer contacto con el re-
recido por el repertorio bastante modesto presentante del arte ajedrecístico burgués.
de mi fuerte adversarlo, pero es indudable
que el análisis casero de los planteos que
practica con preferencia Flohr me fueron
de muy alto valor.

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ORIGINAL
EDITORIAL GRABO
Buenos Aires, Argentina
1942
Secretos de Estrategia
Magistral en Ajedrez

Tras la victoria de Mikhail Botvinnik en el Campeonato de ajedrez de la URSS de 1933 en


Leningrado, Alexander Ilyin-Zhenevsky y Nikolai Vasilyevich Krylenko idearon un match para
enfrentar al nuevo campeón soviético contra Salomón Flohr, en ese momento uno de los grandes
maestros que se creía más fuertes, lo suficiente como para desafiar al Dr. Alexander Alekhine
en un encuentro por el título del campeonato mundial. Flohr estuvo de acuerdo con Botvinnik,
los primeros seis juegos se jugarían en Moscú y los últimos seis juegos en Leningrado. Muchas
figuras en los círculos de ajedrez soviéticos en ese momento eran escépticos de las posibilidades
de Botvinnik contra el muy fuerte maestro checoslovaco, a pesar de los éxitos de Botvinnik y los
métodos de preparación cada vez más sistemáticos. Krylenko insistió, sin embargo, alegando
que Botvinnik y la nueva generación por extensión tenían que ser “probados”. La primera mitad
del encuentro fue pésima tanto para Botvinnik como para Krylenko. Flohr logró una ventaja
de un juego en la ronda de apertura del match, y lo aumentó a un +2 al concluir en Moscú. Sin
embargo, Botvinnik perseveró en Leningrado, logrando ganar dos juegos propios y finalmente
dejando el marcador empatado a 6 puntos por partido en la final. No era la victoria contundente
que Krylenko había esperado, pero al menos Botvinnik había logrado ahorrarles vergüenza a
ambos.

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