Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
<
;
(
'
i
r
i
(
(
i
m
2í£V msm üü
-
veíí
¡
msmmmmm
JWÉBl
SHMMPH
v»
#sa sí«iw«s»w
(
**
í Wm CURSO APLICADO DE
i
u
(
i
:
\
CIMENTACIONES José Marí a Rodríguez Ortiz
l Jesús Serra Gesta
( Carlos Oteo Mazo
(
.
iy V
“
ia í
SSS
A®
®P®
/
i .
U
u
o
u
u
L i
o
U
(
i
f "
(
i
r
i
i
(
( :
f =
( )
O
í:
o
i }
i
(’ 'i
r\
O
n
o
í, j '
W
O
o
í :5 '
'
©
©
©
©
t.
fvi
w- i
i)
©
(
/
i
í
=
í
i
i
(
;
i
i.
i.
I
i
:
V. .. i
/
\
{ ) N
V
/
V..
U
-
í . :•:
v.
u
u
u . X-AP-030
Í.S.B.N
:=
c .
)
’
’
( i
i :
i
:
;
!*
i
I
I
:
i í
i
: :
i }
{ \
i J
.7
i )
i ;
:
>
:f : •
*
i I
i
’
*
:* • .: •
•;
do en los aspectos básicos del tema , impartiendo un Curso algo más extenso y
detallado.
Planteado este Curso con un enfoque eminentemente práctico , no por ello se
ha querido prescindir del encuadre teórico adecuado al nivel de formación de
los Arquitectos Superiores , evitando una exposición tipo receta o formulario,
tan al uso en numerosos cursillos .
En este sentido se ha hecho un esfuerzo importante, para elaborar un texto que
proporcione a los participantes en el Curso un volumen de informació n muy
superior al que podr ía transmitirse oralmente , de modo que puedan disponer
posteriormente de un manual de consulta cuyas líneas principales se habr á n ex-
puesto a lo largo del Curso.
La informació n recogida comprende un gran número de tablas , ábacos y f ó r -
mulas de aplicación directa en el proyecto de cimentaciones y que habitualmen-
te se encuentran dispersas en numerosos libros y artículos , gran parte de los
.
cuales no se han traducido ai castellano Se ha procurado asimismo una presen-
taci ó n muy concisa , evitando acumular teor ías y explicaciones que , con una in-
necesaria erudici ó n , habr ían contribuido a crear confusión respecto a la l ínea a
1
1 •
fiV
seguir en un problema dado.
En algunos casos se ha incidido también en determinados aspectos económicos,
;
tema tradicionalmente evitado en los textos técnicos , pero que constituye una
\ de las informaciones más solicitadas por los proyectistas.
: Digamos por último que al elaborar el texto aquí presentado se ha pensado
principalmente en el gran n ú mero de Colegiados, que habitualmente no pueden
seguir este tipo de Cursos , así como en los alumnos de la Cátedra de Mecá nica
del Suelo y Cimentaciones de la E.T.S.A.M. que carecen , por el momento , de
un texto en el que seguir las lecciones de dicha*;asignatura.
:
'
i
Vaya nuestro agradecimiento a la Comisión de Asuntos Tecnológicos del
::
i
:
: i
:
/
i :
••
í ¡
í ;
i .«
i :
i i
i )
i )
> ,
i
i }
r i
í ;
(
( ! •
-ft
i
Indice
i
PRESENTACION ;; 3 ;
CAPITULO 1. Reconocimiento del terreno y propiedades de los suelos.
i
i
José Mar ía Rodr íguez Ortiz
1. Introducción' alfproblema geotécnico ; 9 •
2. El Estudio Geotécnico 10
\
3. Planificación dé; ios reconocimientos 25
i 4. Determinación rje propiedades geot écnicas 30
5 . El informe geotécnico 35
! —
Apé ndice: Precios unitarios orientativos para la ejecu -
ción de estudios geot écnicos (1994) . 39
-
CAPITULO 2 . Cimentaciones superficiales-I Análisis geotécnico .
José María Rodr íguez Ortiz i
1. Introducción : > .. 41
2. Bases de dise ño . 41
3. Par á metros de cálculo 42
4. Valores empíricos de las presiones de trabajo 42
n
5. Determinació -de la presi ón de hundimiento
6. Problemas especiales de capacidad portante
44
49
7. Aplicaciones a los suelos reales . .. ; 56
8. Presiones admisibles. Coeficientes de seguridad . . . 62
9. Asientos en las cimentaciones 64
10. Cimentaciones en roca 75
—
Apéndice: Tensiones y asientos en el semiespacio
elástico 81
CAPITULO 3 . -
Cimentaciones superficiales-II Aspectos estructurales y
.
constructivos Jesús Serra Gesta
1. Introducción . 89
i 2. Tipología de cimentaciones superficiales . 89
3. Acciones sóbre las cimentaciones 90
4. Dimensionado en planta del cimiento 91
5. Cálculo estructural del cimiento 115
6. Cimientos semiprofundos 138
7. Vigas riostras o: de atado 141
8. Aspectos constructivos 142
! CAPITULO 4. -
Cimentaciones sufierficiales III - Zapatas corridas y lo-
i
sas de cimentación¿ José Mar ía Rodr íguez Ortiz
1. Introducción fTipología
s. .
^
2. Cálculo de zapatas corridas
3. Determinación del coeficiente de balasto
147
150
162
4. Condiciones rigidez y problemas de interacción
terreno-estruct ü ra *
•
164
5. Cálculo de losas ¿ 168
í
6. Aspectos de dise ño y constructivos 175
i* . .
CAPITULO 5v Cimentaciones^ por pilotaje-I Aspectos geot écnicos.
José María Rodr íguez Ortiz
v-: ; 1. Introducci ón 179
2. Tipos de pilotes 179
3. Otros tipos de cimentaci ón profunda
"
• . •
. 182
4. Condiciones de utilizaci ón 182
i. 5. Forma de trabajo y solicitaciones de los pilotes . . . 182
i 6. Cálculo de los pilotajes 183.
5
1
1. Introducci ó n 249 :
í j
:
:j
í
•
•
i
JOSE MARIA RODRJGUEZ ORTIZ
i, Dr . Ingeniero de Caminos
Catedrático de Mecánica del Suelo y Cimentaciones de la E.T.S .
de Arquitectura de Madrid .
05
í
JESUS SERRA GESTA
Arquitecto i
;
CARLOS OTEO MAZO
Dr . Ingeniero de Caminos
In-
- - iri::-V -
Profesor Titular de Geotermia y Cimientos de la E .T.S . de
\
v.
' r -.
genieros de Caminos, C. y P . de Madrid .
i
;
i
;
- :•
i
. ..
r •
.-
J-
. 1
:•
?
i
:•
í
;
:
:
)
.i
i
i
i ;
i ;
í 1
i \
i )
K )
( l
i i
¡ :
\
i
y
Capí tulo 1
i
:
Reconocimiento del terreno y propiedades
de los suelos
niendo en cuenta la naturaleza del terreno , de forma que se consiga una seguri -
dad suficiente y unas deformaciones, o asientos compatibles con las tolerancias
de la estructura .
Aunque en algunos casos la resolució n de una cimentaci ón resulte trivial , en
otros muchos da lugar a un proceso .relativamente complejo en el que deben in -
tegrarse numerosos factores para l íégar a una soluci ón correcta . Un esquema
de dicho proceso se indica en la Fig . 1.1 .
ESTUDIO r i
“
• r
Hidrogeología
¡
Normativa Condicionantes Tecnologí a
Reconocimientos
I
Ensayos
Correlaciones
T Coeficientes
de seguridad
Implantación Tipolog ía
í
Informe Geot écnico
h’J
Definició n de
la cimentación
. Modelos de -
Parámetros geot écnicos '
- r
comportamiento
•
'i
( Problemas constructivos
y Sistema
estructura-
Interacció n con el cimientó
terreno
-
entorno
•
.í "Acumulación '
i
Control deli - *
- '
Mejora del
de experiencia comportamiento proyecto
; Resultado
r
'
— Fig . 1.1 — Esquema de las fases usuales de la metodolog í a geotécnica.
t
9
Como puede verse existen varias fases diferenciables:
I. El estudio geotécnico. Partiendo de la informaci ón geológica y geot écnica
existente as í como de los antecedentes de cimentaci ón en la zona , se realiza
una campa ña de prospecci ó n y reconocimiento del terreno , tomando mues-
tras para su ensayo en laboratorio y definiendo los pará metros geotécnicos
caracter ísticos.
II . La definició n de las condiciones de cimentación. Una vez conocida la na-
turaleza y propiedades del terreno se elige la soluci ó n de cimentaci ó n más
adecuada con base en las teorías de la Mecánica del Suelo y la experien-
cia tecnol ógica acumulada . Se define tanto el tipo de cimentació n como
su nivel de apoyo en el terreno , las presiones de trabajo y los asientos
asociados con las mismas , eventuales problemas de ejecuci ó n , etc .
III . El proyecto de la cimentación . Se reflejan en planos para construcci ó n
las dimensiones , armaduras y detalles de las cimentaciones , tomando co-
mo bases de cálculo las establecidas en el Estudio Geot écnico y teniendo
en cuenta las Instrucciones y Normativas vigentes .
IV. La ejecución y control de la cimentación. Se comprueba si el terreno se
ajusta a lo previsto en el proyecto y se controla el comportamiento de las
cimentaciones , en especial en lo que se refiere a movimientos y asientos.
Un comportamiento an ó malo exige una correci ó n del sistema de cimenta -
ció n o , al menos , aporta una experiencia para obras sucesivas.
El desarrollo de este proceso exige unos conocimientos relativamente especiali -
zados pero tiene tambié n mucho de «arte» en el sentido de combinar la t écnica ,
la experiencia y el ingenio para llegar a las soluciones id ó neas .
En el Curso que aqu í se presenta hemos de limitarnos necesariamente a los ru -
dimentos t écnicos , como formaci ó n básica para acometer los problemas m ás
complejos de cimentació n . Se suponen conocidos los principios de la Mecá nica
del Suelo y las teor ías cl ásicas de comportamiento del terreno .
2. EL ESTUDIO GEOTECNICO
Ya empieza a estar generalmente admitido el inter és de un conocimiento previo
de la naturaleza del terreno para las actividades de edificaci ó n . Por un lado
han existido accidentes graves y costosos motivados por una cimentaci ó n defi -
ciente o inadecuada y , pqr otro , la importancia de los edificios es cada vez ma-
yor , justificá ndose inversiones apreciables en estudios del terreno .
En las viviendas de protecci ón oficial estos estudios se hacen ya de manera sis-
tem á tica como consecuencia del Decreto de noviembre de 1971 y est á en prepa -
raci ón una Norma Básica que ampliará su obligatoriedad a todo tipo de edifi -
caciones . Esta Norma Básica , que vendrá a sustituir a la Norma Tecnol ógica
CEG-1975, constituye un documento muy elaborado , adaptado a las condi -
ciones espa ñ olas , por lo que recogeremos aqu í sus aspectos fundamentales .
Las campa ñ as de reconocimiento se enmarcan dentro de Estudios Geot écnicos
de diferente alcance, debiendo llegarse a un compromiso entre la información
necesaria y los costes de las prospecciones y ensayos .
[
B. l ) Nivel reducido: Consiste en la adaptación de una experiencia local
í
positiva, eventualmente I¡ completada con un n ú mero de reconoci-
( mientos de tipo econó mico (catas, penetr ómetros , etc.) Es aplicable
a edificios de pequeña entidad (3 o menos plantas ).
/
i B.2) Nivel normal: En el caso más frecuente y comprende prospecciones
I
profundas (sondeos , penetr ómetros , etc.) de tipo y densidad apro-
.
piados a la variabilidad y naturaleza del terreno y a la importancia
del edificio.
*
B) Datos básicos
Conviene tenerlos definidos previamente , aunque no suele ser el caso más fre-
.
cuente Se pueden señalar como m ás importantes:
— Plano topográ fico del solar .
—
—
Localización de las construcciones previstas y accesos al solar . .
Uso de las mismas.
i — N ú mero de plantas sobre y bajo rasante.
— Tipo de estructura (hormig ó n , metálica, muros de carga , prefabricada , etc.).
— Disposiciómagnitud
n estructural en planta .
— Orden de de las cargas a nivel de cimentación .
i — y nivel m ximo posible de las cimenta-
Cotas de solera de la planta inferior á
ciones.
i — Tolerancias de la estructura a movimientos totales o diferenciales y condi-
ciones límites de servicio.
— Eventuales vibraciones o efectos té rmicos generados en la utilización de la
estructura. .
! — Movimientos de tierras (excavaciones o rellenos) previstos en la parcela.
— Problemas legales o de acceso , disponibilidad de agua, etc., que puedan
afectar al desarrollo de los reconocimientos.
Debe tenerse presente, sin embargo, que el estudio geotécnico puede dar lugar
> a recomendaciones respecto a la concepción estructural !del edificio , luces y ri-
gideces , etc. por lo que resulta deseable que el estudio se acometa en fase de
anteproyecto y antes de tener la estructura totalmente dimensionada.
C) Información complementaria
í :=
Es deseable recogerla , aunque no sea previa al estudio geot écnico , ya que
:
así como cualquier otra información que pueda ser de interés para las obras
que se proyectan.
a) Catas
Se agrupan bajo este nombre gené rico las excavaciones de formas diversas ( po -
zos , zanjas , rozas , etc.) que permiten una observación directa del terreno , as í
como la toma de muestras y eventualmente realizar ensayos in situ . Este tipo
de reconocimiento puede realizarse con:
— Profundidad de reconocimiento moderada ( < 4 m ) y excepcionalmente con
profundidades mayores en terrenos que requieran poca entibació n .
b) Sondeos
Son perforaciones de pequeñ o diámetro que permiten reconocer la naturaleza y
localización de las diferentes capas del terreno así como extraer muestras del \
mismo y , eventualmente realizar ensayos in situ. í j
b. l ) Sondeos manuales
Las prospecciones con barrena de gusanillo o cucharas de tipos diversos i i
pueden utilizarse cuando las condiciones del agua freá tica y la profundidad al- í r
canzable con el equipo permiten una caracterización adecuada del terreno, te-
niendo en cuenta la naturaleza alterada de las muestras extraídas , válidas no
obstante para identificación y determinación de la humedad natural.
i \
12
[
Este tipo de prospección está indicada para localizar una base rocosa próxima
i
a la superficie atravesando capas poco resistentes, determinar niveles freáticos
someros e interpolar entre sondeos mecánicos.
No son utilizables los sondeos manuales en terrenos granulares flojos que
puedan fluir al extraer el equipo , ni cuando existan gravas de tama ño superior
a la mitad del diámetro de la cuchara .
Se consideran asimilables a este tipo los
'
realizados mecánicamente con barrena
helicoidal maciza . .. - i '
i
b.2) Sondeos mecánicos
Son perforaciones realizadas a presión (suelos blandos), percusión (gravas, ma-
teriales cementados) o rotaci ón (rocas , suelos duros ), con diá metros habituales
entre 65 y 140 mm, y que sirven para la extracción y reconocimiento del terre-
i no (testigos) (fig. 1.2), para la obtención de muestras del terreno mediante ú ti-
= les apropiados (tomamuestras) y paradla realización de algunos ensayos in situ.
’•V . . . . i1
-. •
I
-. i -
En suelos no muy duros con cierta cohesión , son . de inter és los sondeos heli-
í
coidales con barrera maciza o hueca , sobre todo cuando hay problemas de agua
y sólo se requieren muestras alteradas.
y
y
!
y
y
y y"
y
^
t
y
/ » y y
Iy
y
V
-
V
V
«
yl
I
t
y y
y
: /
y
y1
y4
y
7
S
y
S y\
y yi Sy
A
y y*
/ / v
y y . - ;v.
y •
?'
/1
y V
y /
y y
y y
y
y y
y
o
ti!
\
í -
¥
V t
+
- ++ --
4
9
ill
Tubo testigo simple Tubo testigo doble . •
i r ígido
. —
Fig 1.2. 'Tubos portatestigos . -
t i _
i
\ .
V
í•
— Atravesar capas rocosas, o de alta resistencia.
\
13
— Extraer muestras inalteradas . profundas
— Realizar deformabilidad o
pruebas de
linete , penetración est á ndar , etc.
resistencia de tipo presi ométrico , mo-
3 - Toma de muestras
mm
.•v‘‘'.vV..V.\ V
r # J
.
;v
I"
'•I
:<
.V.
* o
<7
C *O 43 •3
e
** *
;
I
También deben interpretarse con cuidado los testigos extra í dos de suelos co-
lapsables bajo la acción del agua de inyección y los de rocas blandas de tipo
areniscoso que pueden fragmentarse excesivamente por efecto de la rotaci ó n. ;
14
í :
•
CUADRO 1.1 . UTILIZACION DE LOS DISTINTOS METODOS DE SONDEO
METODO INYECC. DISPOSITIVO DIAMETRO DE TIPO DE SUELO EN QUE TIPO DE SUELO EN QUE
DE DE DESCRIPCION DE AVANCE PERFORACION
ES PRACTICABLE ’ NO ES PRACTICABLE
AVANCE AGUA „ 0 (mm ) :
:>i
•
3 Suelos flojos , por encima
Barrena espiral, gu - Suelos duros o compactos\
i.-
-v
i Rotación ,
percusión • No
Sondeo ma-
nual sanillo , cuchara
cerrada o abierta.
80 - 200
del nivel freático .
Suelos cohesivos por deba - piedras o bolos mayores
qu é 0 / 3. Arenas sueltas.
^
o presió n ‘
jo del nivel freático.
s- <
Todo tipo por , encima del
Hélice maciza o nivel freático (salvo exclu- Suelos duros o cementados.
. Rotación No Barrenado hueca , cuchara , 85 - 2000 siones) . Piedras o bolos mayores
mecá nico etc . Suelos cohesivos por deba - que 0 /3.
jo del nivel freático.
£
Suelos cohesivos muy con- Suelos granulares. Suelos
Rotación Rotació n con Tubo simple 65 - 150 solidados. Rocas competen -
ce-
.
cohesivos blandos Gravas
No
tubo simple tes y bloques. Suelos
mentados.
-
y bolos > 0 / 3. Rocas delez
nables.
Suelos con cohesión com -
pactos , incluso con arena y Suelos granulares sueltos o
Rotació n con 4
Percusión Cable con dispositi - . Arenas , arenas arcillosas y Gravas y bolos gruesos .
Avance por
o No •
percusió n vos de percusió n 150 - 400 suelos de transición Suelos cementados y ar
cillas consolidadas.
-
golpeo (cucharas) ( < 0 / 3).
• blando y cohesivo.
• No existen capas cementadas o de gravas, ni capas arenosas fluyentes ,
bajo el nivel freático.
• No es necesario atravesar o penetrar en rocas.
• No se requiere una precisión superior a ± 0,50 m en la localizació n en
profundidad de las diferentes capas.
• Se puede justificar la calidad de las muestras inalteradas extraídas por el
eje hueco de la barrena.
Se subsanen los aspectos negativos anteriores con otro tipo de prospec-
ciones.
— Cuandodurasconozca
capas
sesuficientemente la
rocosas
o
naturaleza y propiedades de costras ,
intercaladas en el espesor de terreno a reconocer
pueden utilizarse m é todos destructivos como la perforació n con tr épano,
martillo de fondo o percusi ón , y la trituraci ó n con tricono o corona ciega .
.
b 3) Ensayos en sondeos
Pueden citarse como más frecuentes los siguientes:
— El de penetración estándar (SPT); con cuchara bipartida (D¡ = 35
milí metros) o puntaza (gravas) (fig . 1.4). Maza de 63, 5 kg cayendo 76 cm .
i
Cuerpo
( dividido longi-
Zapata Cabeza
*4Idos
tudinalmente enU*
semicitindros }!
1 / 16” Asiento de v á lvula
i 4 lumbreras 1/ 2” D ( min )
^\\\\w // //i
i
i h
y/ /// / / / /// / / // /
T
I.
í\
I
’
I
R
-
7 . j£
A
l
j Y////////// r/////
!
— - - 1 3/ a ” 2 ”
± i
6 ” ( min )
18” (min) *
3” ( m¡n ) H
27” ( min ) ( abierto )
Bola de acero, de 0 Y* 061 mm
Puntaza ciega
para gravas
—
Fig. 1.4. Cuchara del ensayo normal de penetración , SPT (Standard Penetration Test).
(.
16
( :
..
:
íT *
.
1
\V,V ..-
,i . j
{ .
Manómetros
i:
y /
Manómetro
$5 de í a botella
I
Z2 & V Gas
Regulador
Llave
i
de presi ón Tubos
de nivel
E
E
o
in
Botella
de gas
:
m un
4$
r «
M Tubo de conexión
Acoplamiento
_ XXXX
X
coaxial
r
A
' ”
T
A x
í
>3
X
E C é lula de
E guarda 7/
^
U E C é lula de
Presió metro
; E medida
O
o
co
Cé lula de ^ X
guarda ..
xx Agujero de sondeo
65 ( 55 ) mm, / tX /
l
;
—
Fig . 1*5, Parte inferior de la sonda de molinete de
.
Geonor a ) Molinete metido en su funda ,
b ) Molinete fuera de su funda.
. —
Fig 1,6 . Esquema del presiómetro de Menard .
.. "«•-
i
i
\ j
!
- ..
v r: .
,•; 17
( ;
f
i
\
CUADRO 1.2. UTILIZACION Y RESULTADOS DE LAS PRUEBAS IN SITU* <
UTILIZACION i
INTERPRETACION
TIPO DESCRIPCION PARA O APLICACIONES
DETERMINAR i
= I 2B \2
Relación presi ón -
asiento en suelos
scim S
° U + BJ
o granulares B = ancho de la cimentación
N
O
Pu
Bo = lado o diámetro de la placa
o Ensayo de carga Medida de los asientos s0 de una pla-
——
>
o
0¿
i
i
con placa ca rígida cuadrada o circular (hab .
30 x 30 cm 2) al ir aplicando cargas
Coeficiente de ba
lasto de cualquier
- p
‘K'“ PLACA - s
U4 crecientes, llegando o no a la rotura terreno
X
D
GO
del terreno
Z
W i
Capacidad portante
sin d r e n a j e d e
suelos cohesivos
^ h ,cim ~ Qh ,placa
* No se incluyen las pruebas de penetració n (ver Cuadro 1.3) ni la prospección geof ísica . Tampoco se consideran los ensayos de carga de cimentaciones que constituyen
la mejor prueba in siiu, pero cuya realización es muy poco frecuente en edificaci ó n .
c) Pruebas de penetración
Consisten en hacer penetrar en el terreno una puntaza de dimensiones normali-
zadas por aplicación de una energía de impacto fija o una presión está tica
controlada . Se tienen así las pruebas de penetració n: i.
18 ( ;
<
<
i
i
(
<
i : (a )
Vv - %
(b) - -
— * 45 mm 032 * 0,3 mm.
r
-
j£) 40
PE>O maK.
8 kg/ m
.. ...
(
90
N 90
E
i £ £
Mando £ 0 50,5 ± 0,5 mm. <N
i
Maza 0 62 % 0.2 mm 41
U
-
i m
LD
/' Varilla Motor ( con
// maciza embrague
90°
//
/r ... mm) /
320 . de fricción )
v.
í Z' Yunque ^
wy Ir-.
I
5 mm
Z' {abrazadera J Bomba
f
!
y y cu ñ as )
^
del gato
NZ
i 5 mm
Gato hidr áulico DPSH
í para extracci ón T
/
035 mm
i
1
íl i
E 030 mm
E -- í.% "
E
i E
S
S r *»
\ co
015 N
N
sr Ei ¿ 13 mm
) E
020 mm
E
co
co
E
E 1 MANGUITO
ir>
8 i
\
2
E E 2
2 23 mm
CN £
o 2 E
I- co O)
to
22 J
(
(N 2 co
: 2
2
K S
2
2
;
E il 2
2fj'
II
E 2
O
en
v
;í
- 2
2
2
2!
;
2:
2
032,5
:
2
/
i' . .•
\„ •
•
sN E
0357 o
035,7 mm -= -
•
o * *
*i • •
A7
CP Efj
:•
19
c
CUADRO N.° 1.3. UTILIZACION DE LAS PRUEBAS DE PENETRACION
TIPO DE PRINCIPIO DE
TERRENO EN QUE ES
PENETRO- FUNCIONA - CAPA- SUELO MAS IDONEO
IMPRACTICABLE
METRO (*) MIENTO CIDAD
* Existen tipos mixtos est ético-din á micos que emplean la presión o el golpeo seg ú n la resistencia de la capa.
( *) Se denominan competentes aquellas capas del terreno que por su resistencia y espesor pueden í j
servir de apoyo a las eventuales cimentaciones .
kJ
20 i .)'
< 5
'
i
i e) Pruebas in situ
•
•
Adem ás de los reconocimientos comentados en apartados anteriores y como
í complemento de los mismos , siempre qué no sea suficiente la información ob -
tenida , deben realizarse todas aquellas pruebas in situ necesarias para deter-
minar adecuadamente las propiedades; del terreno.
;
: — Pruebas de
Ensayos sobre prototipos de es.
i
I
—además de los que realizarse
pueden
, .
permeabilidad etc
en el interior de catas o sondeos.
. • -r
I
.
CV i.
\ ... 21
J
v. _
Fig . 1.9 .—Tallado de muestras en bloque. I
V álvula de bola
'
i
%
I
%
i
.
l
13 % \ :
i
1 ^
Y
g
'i
1Tubo de
pared gruesa
Varilla de
peque ño di ámetro
Tubo delgado i
'i g
I %
%VJ
i i .
3 0
0 Tubo delgado
•j
é
'
Vi
Kf.
1 Zapata de
acero tratado
t í
Pistón
§
U
1
M —
Fig. 1.10. Ejemplos de tomamuestras. U
C)
22 i }
i
!
f
-
•i
DIAM . O DIMENSION
; METODO CALIDAD DE LA
TIPO DE
TIPO DE TOMA- MINIMO RECO- DE . TIPO DE SUELO IDONEO MUESTRA TIPO DE SUELO EN QUE
MUESTREO MENDADO HINCA OBTENIDA NO ÉS PRACTICABLE
MUESTRAS mm . mm .
Manual
250
Percusión Suelos cohesivos de consisten - Excelente a Arenas sueltas.
Cilindro 15C a mano cia blanda a media . Buena Gravas . Suelos muy compactos.
Grava . ;
Abierto de .
pared
. 76 88 Percusión
Como el anterior con ciernen
tos gruesos hasta 20 mm .
- Regular a
Mediocre
Arenas bajo el nivel freá tico.
Suelos arcillosos de consistencia
gruesa (T compacta o muy compacta .
bipartido) Suelos estratificados gruesos.
'
Bater
ía de Sueloá arcillosos de consisten - Regular a
Gravas, bolos, arenas.
perfora - 76 100 Rotación cia dura. Rocas no delez- Buena (s e g ú n
Arcillas blandas a medias.
ció n nables. terreno)
u>>
N
i
PROPIEDAD ENSAYO
a) Estado y clasificación
Humedad natural Contenido de humedad
Pesos específicos Peso específico de las part ículas
Peso específico aparente
Peso específico aparente del suelo seco
Granulometr ía An álisis granulométrico por tamizado o
sedimentación .
Plasticidad Límites de Atterberg
(Límite líquido , límite plástico y l ímite
de retracci ón )
b) Resistencia
c) Cambio de volumen
Deformabilidad Ensayo ed ométrico
Expansividad Presión de hinchamiento
'
Hinchamiento libre
, Ensayo Lambe
Colapsabilidad Inundación en el edómetro
J
d) Varios
Componentes secundarios - Contenido
Contenido en sulfatos
en carbonatos
Contenido en mat . orgánica
Permeabilidad Permeá metro de carga constante
Permeámetro de carga variable
An álisis del agua freá tica pH , sales solubles y elementos contami-
nantes
24
i
i
í
De todas las muestras debe hacerse una descripción por personal especializado ,
(' detallando aquellos aspectos que no son objeto de ensayo como el color , olor ,
litolog ía de las gravas o trozos de roca , presencia de escombros o materiales ar -
tificiales, etc., así como eventuales defectos en la calidad d é la muestra.
(
i
En el Cuadro n.° 1.5 se indican los ensayos que se consideran adecuados para
•
i
referencia para controlar la compactación de rellenos, terraplenes de apoyo de
viales, etc. • • ,• *•» •
í
El m ás usado es el ensayo Proctor Normal (norma NLT 107/58) consistente en
apisonar el suelo en un molde de 1 litro de capacidad , extendiéndole en 3 capas o
tongadas y compactando cada una con un pisón de 2,5 Kp de peso y 5 cm de diá-
metro, cayendo desde 30,5 cm. <; •
i Si se realiza el ensayo con distintas humedades se aprecia que existe un valor m áximo
- 7T.V .
del peso espedfico seco (denominado habitualmente «densidad Proctor Nor-
mal»). La humedad correspondiente es la « humedad óptima P. N.». Puede también
realizarse el ensayo con una mayor energía de compactación alcanzá ndose lógi-
i camente mayores densidades: es el denominado «ensayo Proctor Modificado» .
Suele especificarse la compactación deseada en obra como porcentaje de la densi-
dad Proctor (90 al 100% seg ú n el uso final del relleno). El control se hace de modo
estadístico determinando la densidad alcanzada in situ (ver el Apart. 9.2).
— la profundidad de investigación
— el muestreo y ensayos in situ a realizar .
X .J
La complejidad media corresponde evidentemente a situaciones intermedias
entre las dos anteriores.
25
CUADRO 1.6. NUMERO MINIMO DE SONDEOS
SUPERFICIE (Ha )
COMPLE
JIDAD *
-
1 10 50 100 200 500 1000
BAJA 3 6 8 9 10 11 . 12
MEDIA 5 10 14 15 16 18 20
ALTA 6 14 20 22 24 27 30
26
:• i
(
í
suele partirse de un programa más o menos genérico el cual se va adaptando y
ií
corrigiendo a medida que se van teniendo datos del terreno.
A título orientativo pueden considerarse los valores de dwax que aparecen en el
Cuadro 1.8 y que representan las distancias en las que se pueden esperar va -
(
riaciones significativas en la naturaleza o propiedades deí terreno. En los estu-
i dios de nivel reducido, y cuando se requiera efectuar reconocimientos, éstos
.
pueden situarse con una densidad del orden de 1/ 400 m 2 En los estudios de ni -
vel normal y para edificios de los tipos C- l y C-2 los puntos de reconocimiento
deben situarse como má ximo a la distancia dmax, salvo que exceda las dimen-
i
siones del solar . Para otros tipos de edificios los puntos se situará n algo más
! pr óximos , seg ú n la tabla siguiente:
Tipo d d0 (m )
C- l , C-2 4nax 30
C-3 0, 8 dmax 25
. v“ • I" C-4 0,7 dmax 20
35 • 30
—
—
Deltas y estuarios de grandes r íos
Depósitos costeros eólicos, dunas
35
30
35
30
30
25
25
20
—— Formaciones encostradas, caliches
Depósitos de pie de ladera, salida de barrancos
25
30
25
30
25
25
20
20
— Suelos residuales sobre granitos o calizas en la perife-
ria peninsular ,35 35 30 •
25
—
—
Suelos residuales sobre esquistos y otras rocas
Coladas basálticas antiguas
30
30
30
25
25
25
25
20 '
i —— ros torrenciales
Cauces, terrazas y deltas de í
Antiguas llanuras de inundació n de ríos divagantes
20
25
20
25
15
20
15
20
v .• (con meandros)
— Morrenas y depósitos glaciares 25 25 20 20
— Alternancias de gravas y suelos finos en laderas suaves
no fluviales 25 25 20 20
——
Terrenos yesíferos 20 20 15 15
Suelos residuales sobre granitos o calizas en la Meseta . 25. 20 20 15
——
,
;
\ -- •
27
siendo d una distancia media a adoptar para el planteamiento inicial de la
0
T- l 70
T- 2 50
T -3 30
b) Profundidad de prospección
Respecto a la profundidad de los reconocimientos , ésta só lo puede fijarse en el
caso de los sondeos ya que las catas tienen un alcance limitado por el tipo de
excavadora y los ensayos de penetraci ó n se llevan hasta rechazo.
Los sondeos deben alcanzar un sustrato firme de suficiente espesor , penetrando
en el mismo
CUADRO 1.9
PROFUNDIDADES ORIENTATIVAS
PARA LA PLANIFICACION PRELIMINAR DE RECONOCIMIENTOS
TIPO
SITUACION DE PROFUNDIDAD
EDIFICIO ( M)
28
í
i 4
•
*
*S
%
i + + 4
•
v
4 4
+
n 4 =
4
nm¡n ~ ^ 4" 4 +
4 4
+ + +
i
• 4 + 4
í
4- n= 8 +
i
4 4 *
4
4
n=5 4 4
+ n
7
+ + n=8
-
4 con zona problem á t i c a
+
+ +
+ b) SOLARES ALARGADOS
.i
4
4 -+
n 8 = 4
i
+
n= 8
4
4 con palio interior
4
4 4
n=6 4
4
4
n =6 f 4
4
con zona 4
problem á tica 4
4
a) SOLARES
+ 4
i. RECTANGULARES
4
O CUADRADOS
\ ..
4 4 -
4
n= 9
' C ) SOLARES en L
í
d) SOLARES DE
PLANTA IRREGULAR
.
Fig . 1.11
— Esquemas orientativos para el emplazamiento de puntos de reconocimiento.
29
siendo p el n ú mero de plantas del edificio. En el caso de substrato rocoso bas-
tar á con penetrar dsf en el 3(Wo de los sondeos y un mínimo de 2 m en el resto,
si bien cuando el terreno sea conocido y se excluya la existencia de bloques
erráticos, bolos , etc. puede admitirse terminar los sondeos al llegar a la roca.
Para la planificación preliminar de la campa ñ a pueden adoptarse las profundi -
dades medias indicadas en el Cuadro 1.9.
Cuando los dos primeros sondeos realizados en una determinada zona o solar
indiquen que se trata de depósitos muy potentes, en los que no se alcanza el
substrato firme dentro de una profundidad razonable ( < 30 m), los sondeos
restantes pueden terminarse a la mayor de las profundidades indicadas en el
Cuadro 1.10.
1, 3b
Muy baja C2 1,4b 4p0'7
( N < 10, qu < 0,8 kp / cm 2) C3 1 ,5b
C4 1 , 6b
1, 1 b
Baja c2 1, 2b 4p° 6 t
30
í
---
;> y ; ... . •-
•
í
CUADRO 1.11 . PROPIEDADES A DETERMINAR O ESTIMAR EN EL ESTUDIO GEOTECNICO ( I )
TIPO DE
TERRE - IDENTIFICA
CION
- ESTRUCTURAS DE CON-
TENCION Y EXCAVA - CIMENTACIONES CIMENTACIONES
NO SUPERFICIALES PROFUNDAS
CIONES
Suelos de Granulometr ía Combinaci ón de lo indicado para suelos arenosos y arcillosos, seg ú n la proporción relativa de
transición Plasticidad cada uno de ellos
i gruesos
• •:
i
CUADRO 1.12. PARAMETROS CARACTERISTICOS DEL SUELO (1)
mm mm wp y ysum Es = Eo c'
H >L Ip w D. seca wpN p
<p' •P' r K
% % % % % t / m2 t / m3 % t / m3 % E. cm-2
* a n t / m2 m/s
alteran la estructura granular 15 < 60 45 25 25 2,40 1,45 3 2,35 3 1200 0,50 43 0 35 1.10 3
Mezcla de gravas y arenas 20 20 16 4 2 , 00 1,05 13 1,90 10 150 0,90 28 3 22 1.10 8'
<5 100
1,90 1,10 6 1,75 8 700 0,55 42 34 2.10-4
Arena bien graduada
60 1,80 1,00 11 1,90 10 200 0,70 33 32 5.10- 4
y arena con grava <5 2,10 1,20 5 2, 15 6 600 0,55 41 34 2.10 5’
Arena con finos que no 8 20 16 4 1,90 1,05 15 2,00 13 150 0,80 32 1 30 1.10 3
alteran la estructura granular 15 > 60 •
45 25 25 2,25 1,30 4 2,20 7 500 0,65 40 0 32 1.10- 7
Arena con finos que alteran 20 20 16 4 1 ,80 0,90 20 1,70 18 50 0, 90 25 ‘
5 22 LIO 7 "
> 80 100
35 ‘
22 16 2, 20 1, 20 14 1,85 14 50 0,90 32 1,5 28 2. Í O 9
"
32
0
!
CUADRO 1.13
CARACTERISTICAS MEDIAS DE LOS SUELOS PARA
i ANTEPROYECTOS (EAU-1970)
( iA .
VALORES DE CALCULO
PESO V. •
•
MODULO DE
ESPECIFICO
Resistencia final Resistencia COMPRESIBILIDAD
inicial
CLASEDE SUELO .i -- -
Emer- Sumer Angulo Cohe- Resistencia
7
-
gido gido - de roza
7> süm miento
sión al corte sin
cf drenaje
- Es
t / m3 t / rn3 (grados) t / m 2 cu t / m2
t / m2 r
Suelos no cohesivos
———
Arena suelta, redondeada 1,8 1,0 ; 30 «r
2.000- 5.000
Arena suelta, angulosa 1,8 1,0 - 32,5 4.000- 8.000
Arena semidensa redon -
deada 1,9 1 ,1 . . 32,5 5.000-10.000
——Arena semidensa angulosa : ;
Grava sin arena
1,9
1,6
1,1 V .
1,0 -
*
35 -
37,5
-
8.000 15.000
10.000-20.000
—Grava gruesa , angulosa 1,8 1 ,1 , 40 15.000-30.000
Suelos cohesivos ( Valores empí ricos para muestras inalteradas de la zona Norte
alemana )
-10
—— dura
Arcilla semidura 1 ,9 0,9 : .'
25 2,5 5 500- 1.000
Arcilla dif ícil de moldear,
1 ,8 0 ,8 20 2 2,5- 5 250- 500
—— Marga
Arcilla moldeable , blanda
glacial, sólida
1 ,7
2, 2
0,7
1, 2 '
17 , 5
30
1
2, 5
1 - 2, 5
20 -70
100- 250
3.000-10.000
—— Arcilla
Arcilla arenolimosa media
arenolimosa blanda
2, 1
1,9
1,1
0,9
27,5
27,5
1 5 -10
1 - 2,5
500- 2.000
400- 800
— Sedimento
Limo 1 ,8 0,8 27,5 1 5 - 300- 1.000
— cilloso, orgáligeramente
nico , blando
ar -
U 0,7, 20 1 1 ;VT- 2,5 200- 500
— Sedimento muy arcilloso,
fuertemente orgá nico, blan -
-2
do
—— Turba
Turba moderadamente pre-
1,4
1 ,1
0,4
0,1
14
15
1 ,5
0,5
1 50-
40- - 300
100
• consolidada 1, 3 - 0,3 .15 1- .
8 0- 200
CUADRO 1.14 A
PARAMETROS GEOTECNICOS NORMALIZADOS DE SUELOS
ARENOSOS (INDEPENDIENTEMENTE DE SU ORIGEN , ANTIGÜEDAD
Y HUMEDAD)
. &-
* • *
VALORES CARACTERISTICOS
PARA UN INDICE DE POROS e, DE
TIPO PARAMETRO
0, 45 0 AS 0,65 0,75
\
c 0, 02 0, 01
K : Arenas con grava f 43 40 38
i VE 500 400 300
c 0, 03 0,02 0,01
Arenas medias 40 38 35
E . 500 400 300
c
f
0,06 •
. 0,04 0, 02
Arenas finas <P 38 36 32 28
E 480 380 280 180
c 0, 08 . 0,06 . 0 ,04 0 ,02
Arenas limosas <p 36 34 30 26
f. ; 110
E 390 230 180
(c y E en Kp/cm 2).
33
i
i
CUADRO 1.14 B
PARAMETROS GEOTECNICOS NORMALIZADOS DE SEDIMENTOS ARCILLOSOS CUATERNARIOS
TIPO IL =
W
wL
—— WP
wP
PARAMETRO
0,45
VALORES CARACTERISTICOS PARA UN INDICE DE POROS e, DE
0,55 0,65 0,75 0,85 0,95 1,05
CUADRO 1.14 C
VALORES NORMALIZADOS DEL MODULO DE DEFORMACION E (kp/cm2) DE SUELOS ARCILLOSOS
MODULO DE DEFORMACION
TIPO Y ORIGEN NATURALEZA JL = VV — WP PARA UN INDICE DE POROS e , DE
Wz — WP 0,35 0,45 0,55 0,65 0,75 0,85 0,95 1,05
Aluvial Arenosa 0 < /* < 0,75 320 240 160 100 70
Diluvial Limosa
0 < /* < 0 , 25
0,25 < /¿ < 0,5
340 270 220 170 140 110 ——
'
U
O
G
3
0,50 < /* < 0,75
0 Il Q , 25
320
— —
250
280
190
170
240
140
120
210
110
80
80
60 50
—— —
CJ
•4-»
3
Lacustre . Arcillosa 0,25 < /z < 0,5 210 í80 150 120 90
o 0,5 < /x < 0, 75 150 120 90 70
O
CJ Arenosa 0 < 4 < 0, 75 330 240 170 110 70
Ü
s
T3
QJ
cn
Fluvioglacial
Arcillosa
0 IL 0 25
0,25 < /¿ < 0,5
Í 400
350
330
280
270
220
210
170
— ——
140
f
(
:
Arenosa o :
Morré nico /i < 0, 5 750 550 450
Arcillosa 1
i i)
'
En muchos casos las correlaciones más complejas aparecen en forma de gráfi
cos, tablas , etc., que son la expresió n del alto grado de empirismo que acompa- -
ñ a a la Geotecnia, muy alejada de otras ciencias de tipo matemá tico.
En otros cap ítulos de este Curso se indican las de uso más generalizado.
34
í
-
No necesariamente se ensayan todas las muestras extraídas ya que hay que con- í
tar con las que se estropean en el transporte o tallado o las que se desechan ,
- •. V
Granulometría 3 6 10
>
Plasticidad 3 5 8
Deformabilidad 2 3 5
Resistencia a compresión simple
Suelos muy blandos . .. .. 4 6 8
6
Suelos blandos a medios 4 1 ; >r .
5
Suelos medios a duros .. . .?£
3 4 5
'
Resistencia al corte . .
Arcillas 3 4 5
Arenas 2 2 3
* Se entiende tanto en planta como en profundidad para una superficie S < 2000 m . Para
2 superfi-
cies mayores se multiplicar á n los n ú meros de la tabla por VS / 2000.
Los ensayos corresponden a las capas que pueden ser más afectadas por las cimentaciones y de
,
Para capas más gruesas se multiplicar án los n ú meros de la Tabla por 1 + 0, 01 H , redondeando al
entero superior.
i El nú mero de ensayos indicado en cada casq se considera m í nimo para edificios C- l ó C-2. Para
‘
edificios C-3 ó C-4 los valores del cuadro se incrementarán en un 50 %.
t:
r
.:
i . • • :: 5. EL INFORME GEOTECNICO
{
i
Es la descripción y resumen de la prospección realizada y la justificación geo-
técnica de las recomendaciones de cimentación y constructivas que deben consti-
í :i tuir las conclusiones del mismo;
El grado de definición de la naturaleza del terreno y de las condiciones de ci-
mentación depender án lógicamente del tipo de estudio (Ap 2.1) y del nivel de .
reconocimientos alcanzado.
V.. •
35
i.
5.1 Estudios de evaluaci ón -
En los estudios de evaluación el Informe puede concretarse en una cartograf ía
geot écnica (preferentemente a escala no inferior a 1 / 25.000 para el nivel gene-
ral y a 1/ 10.000 para el nivel de detalle). Esta cartograf ía constituye básica-
mente una zonificación del área de acuerdo con los factores de mayor interés
como son:
— Capacidad portante o calidad como cimentación
-
— 1
.
Suelos y rocas aprovechables como materiales , etc.
La representació n de estos factores debe hacerse seg ú n las técnicas habituales
de la Cartograf ía Geot écnica , si bien se f íérmite amplia libertad gr á fica siempre
que la simbolog ía , tramado , etc., result é clara. En casos complejos puede re-
currirse a establecer un mapa básico de condiciones de cimentación y reflejar
los dem ás factores en esquemas a otras escalas.
Habitualmente él mapa de sí ntesis va acompa ñado de una sucinta memoria
*
donde se enumeran los trabajos realizadas , se hace un encuadre geoló gico del
área y se describen ios aspectos geot éení cos de mayor interés . Como anejos se
incluyen fotograf ías , los eventuales ensayos de laboratorio y los resultados de
las prospecciones.
36
(
;
-
h) Otras indicaciones . • ;
•
rt-
El estud "
Í geot é cnicoi incluirá ;4además las ^indicacÍG)nes!?y recomendaciones
..
t• * Q í
correspondientes a: ^
—1
Eventuales problemas de interacción con edificios pr óximos o de alteración
de las condiciones geotécnicas del?.entorno .
f
— Facilidad de excavacióejecuci n (o ripabilidad ) del terreno, tanto para palas mecá ni-
cas como para la ón de pilotajes o perforaciones de peque ñ o
u
i
diá metro.
— El an álisis de los problemas de inestabilidad detectados y las oportunas me-
didas preventivas o correctoras.
— Medidas de diseñ o antisísmico en las cimentaciones .
— La determinación de la agresividad del terreno y del agua freá tica frente a
obras enterradas y las medidas a Adoptar .
-i -
i
;.'“S
i) Anejos
Deberán incluirse como anejos del Informe: - - -. ' Jcí V.
ifu
rr. •
'
i. \
í r l
1‘
:
ií\
í ..
i
V
U 37
!
; :
! :
; i
:
í ;
:
1
f
í
Apéndice
í Precios unitarios orientativos para la ejecución
de estudios geotécnicos (1994)
i
Ptas.
^-v. ssr^
í v- í . ->
•
T R A B A J O S^ D E; C A M P O-
; '
%» *
•:
ta 3 kp/cm 2 80.000
\ .. -
23. Id. hasta 12 kp/cm2 120.000
u •
35.000
24. Ud. de sondeo eléctrico vertical
25. Ud. de perfil sísmico de 50 m de longitud 40.000
\ , ..
39
Ptas.
B. ENSAYOS DE LABORATORIO
40
c
5
Capítulo 2
;
'
’• :r
( Cimentaciones superficiales - 1
Análisis geotécnico
JOSé M. a RODR íGUEZ ORTIZ
1. INTRODUCCION
Bajo la denominación ^ de cimentaciones superficiales se engloban las zapatas y
losas de cimentación , como elementos de transmisión de cargas al terreno a tra-
vés de superficies de apoyo considerablemente m ás grandes que su canto o di-
mensión vertical. En estos elementos pueden producirse flexiones para determi-
nadas condiciones de rigidez .
El nivel de apoyo o implantación suele ser reducido (generalmente inferior a
3 m) en el caso de zapatas , si bien puede resultar considerable en las cimenta-
ciones por losa (caso de edificios con varios sótanos). Por ello el concepto de
superficial se refiere más a su extensión en planta que a la cota de apoyo , al
contrario de lo que sucede en el caso de los pozos o pilotes que, en razón de su
penetraci ón en el terreno , reciben el nombre de cimentaciones semiprofundas o
profundas.
En este capítulo se tratan los aspectos geot écnicos de las cimentaciones superfi-
ciales , en particular el cálculo de sq¿ capacidad portante y los asientos previ -
sibles , dejando para los capítulos 3 y 4 la concepción estructural de las zapatas
y losas respectivamente.
• •- r-V - •
2. BASES DE DISEÑO
Para estar correctamente dise ñada una cimentación debe cumplir las condi-
ciones siguientes:.
i
En determinados casos ( por ejemplo , suelos arenosos compactos) la seguridad
frente al hundimiento está asegurada y el cálculo se limita a la comprobación
de los asientos, pero en general suele ser necesario el proceso completo.
3. PARAMETROS DE CALCULO
(*) No se incluyen los par á metros necesarios para estudiar problemas de expansividad que
re -
quieren diferente tratamiento ( ver por ejemplo el « Curso de Control de Calidad en í a Edifica -
ción». Cursillo 2, Tema 3, p. 111. COAM. Madrid, 1980). Ver también el ap. 9.3c de este texto. VJ
42
í
CUADRO 2.1
VALORES ORIENTATIVOS DE LAS PRESIONES DE TRABAJO BAJO
CARGA VERTICAL ESTATICA (SEGUN EL CODIGO DE PRACTICA
BRITANICO, BS 8004:1986)
Presión
Grupo Clase Tipo de roca o suelo admisible Observaciones
kp / cm2
I. 1 Rocas ígneas o neísicas sanas 100
Rocas 2 Calizas y areniscas duras 40 Debe atravesarse la
3 Esquistos y pizarras 30 parte alterada
4 Argilitas y lutitas duras, arenis -
cas blandas 20
5 Lutitas y argilitas blandas 6,10
6 Cretas y margas 6
7 Calizas y areniscas tableadas Requieren un es-
8 Rocas muy fracturadas . tudio especial
-
.7Y: . •
CUADRO 2.2
PRESIONES ADMISIBLES (kp /cm2) SEGUN LA DIN 1054*
L -
Suelos no cohesivos Estructuras sensibles a los asientos
Profundidad
de cimentación Zapatas corridas de ancho B ~
(m ) 0,5 m Im 1,5 m 2 m 2,5 m 3m
0,5 2 . .3 4 5
1,0 2,7 3 ,7 4 ,7 5,7
1,5 3,4 4,4 5 ,4 .6,4
2, 0 4 5 6 7
Mezclas de arcilla
Limo de con arena y / o Limo arcilloso
Profundidad de grava, con de consistencia Arcilla
consistencia de consistencia
cimentación (m) rígida a dura consistencia Rígida Semidura Dura
Rígida Semidura Dura . . . - Rígida Semidura .Dura
0,5 1 ,3 1.5 2,2 3,3 1,2 1,7 2, 8 0,9 1,4 2
1.0 1,8 1,8 2,8 3,8
1
2, 2
*
2,0 ‘
2,5 2.5 3,7 5 ,0 1,8 2,8 4,0 1,5 2,3 3
Asiento esperable 2 cm 3 cm 4 cm 4 cm
v.. •’
* Terreno homogéneo, carga vertical est ática y nivel freático a una profundidad B (suelos granulares) o 2B (suelos cohesivos).
43
1;
5. DETERMINACION DE LA PRESION DE HUNDIMIENTO
5.1 Definición del hundimiento
El hundimiento o fallo de una cimentació n supone asientos importantes gene- (
f{ !
w/ /
)/ \
\
^
/ SY//*s
PLANOS DE
•V - "#v. CORTE 1
SUPERFICIE DE ROTURA
a ) Rotura general . b) Punzonamiento.
K ZONAS
m PLASTIFICADAS .
c) Rotura local.
Fig . 2.1 .— Formas de hundimiento.
44 i
í
;
7T é
4 2 \
!
^ i i i jA i
_ n\: - 1 ; / I ' ' ' ' m i riT i n i i i
7r 0 -
3M As\ Ec
t
%
"
4 2
o\3 \
\ £
B s
Cu ña \ s c=o
^
pasiva . de t : .*
•
\
A c - 7= o
Rankine / v Cu ñ a activa
atg0
'
Espiral r = r0 e de Rankiné
'
AM
tM)
=. rQ eos AE = r0 e T / 2 7 tg ( j> "
eos
TA)
MB = r sen ( 0
EC = rfl eTT / 2
tg 4>
sen (í - í)
Tomando momentos respecto a A
AM2 • . MB2 ; 1 1-
%- T
Qh =
* Mh
AE2 + kpEC2
2 yqAE2 +
2 (45
+
^
¿ ) eTTtg 0 = qNq
kpqEC2
—
Fig. 2.2. Solució n de Prandtl para terreno no cohesivo, sin peso.
% 1 ( 1)
1
C A mgij B D Qh = cNc + qN, + -7 BN7
45”
c
E ¡H F siendo q = sobrecarga sobre el nivel de cimentación = y i D (fig . 2.5)
B = ancho de la zapata corrida
qh = (7r + 2) c = cNC
;
—
y peso específico efectivo del terreno bajo el nivel de cimentación :
—
Fig. 2.3. Mecanismo de rotura propuesto
*por Prandtl para terreno cohesivo c = cohesión del terreno de Cimentación
puro.
Nc, Nq , N7, factores de capacidad de carga , funciones ú nicamente del
á ngulo de rozamiento interno <t> y cuyos valores se indican en el
Cuadro 2.3. -í
efectos prácticos , por lo que se siguen utilizando estas soluciones frente a otras
posteriores m ás sofisticadas .
45
í
CUADRO 2.3
FACTORES DE CAPACIDAD DE CARGA
$ Nc N, NT N, / NC . tg
0 5.14 1.00 0.00 0.20 0.00 B /2 B /2
1 5.38 1.09 0.07 0.20 0.02 i
2 5.63 1.20 0.15 0.21 0.03 I
3 5.90 1.31 0.24 0.22 0.05
4 6.19 1.43 0.34 0.23 0.07 q = 7Üf \
V/ ** I *
9 7.92 D D
2.25 1.03 0.28 0.16
10 8.35 2.47 1.22 0.30 0.18
I PP
11 8.80 2.71 1.44 0.31 0.19
12 9.28 2.97 1.69 0.32 0.21
jtg 'í
13
14
9.81
10.37
3.26
3.59
1.97
2.29
0.33
0.35
0.23
0.25
Nq =
2 eos 2
W)
’í’
; Nc = ctg 0 (Nq — 1) ; N7 = 2 (Nq + 1) tg 0
<
46 i ;;
( :
i
I
i
!
5.2.2 Factores que modifican la f órmula general
a) Influencia de la forma de la zapata
Cuando la zapata no es una faja indefinida deben introducirse factores de
corrección en la fórmula general (1) para tener en cuenta los efectos tridi-
mensionales. De los numerosos valores propuestos en la literatura retendre-
: mos los siguientes , introducidos ya en la f órmula general:
Zapata cuadrada o circular :
;
:
qh = 1 ,2 cNj. + q Nq 4- 0,3 B7 N 7 .
%= (1+L W ) CNc + 0
c L
g
0 qNq Í ( 1 - 0 4 L) BY
+ , f -- .
N
• r! •
- A efectos pr ácticos puede tomarse: Nq„ <*' 0,2
1
Nc
b) Influencia de la inclinación de la carga
Cuando la carga aplicada a la zapata tiene una cierta inclinación la figura
de rotura var ía considerablemente (fig . 2.6) y ello se tiene en cuenta tam -
bién mediante coeficientes correctores . La norma DIN 4017 propone los si -
guientes:
— Para <¿> u = 0; * 0 cu
. i = 1
q ic = 0 , 5 -f 0 , 5 1 : B%' í / Hc„
7
—
siendo r) p un coeficiente de seguridad a aplicar a la componente hori-
zontal , con valor de l a 1,5. .
B ' , L ' dimensiones reducidas de la cimentaci ón por efecto de la
excentricidad de la carga (ver apartado siguiente).
En fase de dimensionamiento deben elegirse las dimensiones de forma
que
VB H
3
I
7
1 — V + B ' L c ctg 07
1 Í
1c =' q N -l
Q
I .. - .
1q 1 -0 , 7 ÜY
V V
i
L:
'
•
! - - ¿ iivff - - -
‘ ' í •• • -- .-Vi 1 '•
c = *q = f l
: I
— o
2o
90
2
e. v :
1
7
i — £
2
/
47
!
I
ir < */ 4
V
Lili Ali
i
/
/
//
— *
90° ~ 4>
BN.
ununum J,
45 *-<A/ 2
E
i
/
" ^ C
D 4» , y
0<
^
(a )
I e > Ü f4
lili H M
l U I t l/t l t l '
A B >< :V \ íí
,'' C D
/
. í\ -
</> , y
0 r'
¿
'
ib )
—
Fig . 2.6 , Figuras de rotura bajo cargas excéntricas e inclinadas.
B' = B
L' = L
—— 2 eB
2 eL
lo cual equivale a suponer que se plastifica una zona centrada con la carga ,
quedando descargado el resto.
En el caso de zapatas circulares o de -otra forma el área efectiva se obtiene
como indica la fig. 2.7.
& :
B'- J
h* B
- a)
. .—Areas efectivas de zapatas con carga excéntrica (seg ú n Brinch Hansen, 1961).
Fig 2.7
48
:
i
6 . PROBLEMAS ESPECIALES DE CAPACIDAD PORTANTE
:
6.1. Terrenos estratificados 2 .
i
/ •r. !
: - ''
I 5b
l jO*4í
| f
? ti í
t
Fig. 2.8 , —Extensi n de la superficie de rotura bajo una cimentación ,
ó
Schultze. Sólo se ha ( una parte .
representado )
seg ú n
B B
\ +
>
i
ig§ :
o
mXS.
a) Qhi > Qh2 -
B
I
t /. B 0,2 .
C]
— qh 2
Qhl ~ Qh2 t.
0, 2 < t /B < 1 qh — qh 2 ~
0,8
JL
B
0,2
t
t /B > 1 % ~ Qhl
—
Fig. 2.9. Obtención aproximada dé la presió n de hundimiento
en el caso de dos capas de terreno.
\
:
Estos métodos pueden dar 1ligar en algunos casos a errores importantes por lo
¡
que se han intentado resolver teórica o experimentalmente los problemas más
frecuentes en la práctica.
í
49
a) Dos estratos arcillosos (fig. 2.10)
Caso I: Estrato superior más blando que el inferior
La rotura se produce por extrusi ón lateral del suelo blando bajo la cimenta-
ci ón .
i
2 ( B -+ L ) H C2
Nm + sc Nc
BL Cl
¡i
S\-; B B
|CAPA
'" T
* -CAPA
^ H • Ci . H =
— DURA
--
A
=CAPA ‘
c2 C CAPA
=DURA 02 :=
£
* SK %
-
v BLANDA ... .
V ^
•
> NV
>
-- •
Fig. 2.10.
— Zapata sobre dos estratos.
CUADRO 2.4
FACTOR DE CAPACIDAD DE CARGA N m
a ) Zapata rectangular ( L / B < 5 )
B/ H
C2 / C\ 2 4 6 í. 8 10 20 00
50
í
.. -V
-
f
(
}
'
para mejorar la capacidad portante de un terreno arenoso flojo.
El problema ha sido estudiado por Hanna (1981), el cual supone una rotu -
ra por punzonamiento de la capa superior (fig. 2.11) con una movilizaci ón
i r: •• t
de empujes pasivos a través de la misma. La presión de hundimiento de
una zapata corrida viene dada por;
:
:
^ = qb + T1 H 2 i + _
2D
- H Ks
ig <í>i
B — ,
7 H
siendo
ii
j 7 2 B N ,+ T, (H + D) Nq
1
qb = 2
0 t Arena
compacta -
<f> 2 Arena
floja
i
i
\ •
•
: i
í
Fig . 2.12.
— Valores de K
^
. Angulo 02 (arena floja )
i
La misma f órmula puede utilizarse para zapatas circulares o cuadradas to-
mando 2 Ks.
>
qt = —1
,
7 B N7 l + 7, D Nq]
ZAPATA
B RUGOSA
.
' q CORRIDA
V \ \
'
BASE RIGIDA
RUGOSA
.
Fig 2.13. — Zapata sobre un estrato delgado.
1 0, 0 0 0
5,000
2 ,0 0 0
1,0 0 0
500
200
100
2
50
20
10
? :>
52 :
:
rar un aumento de capacidad portante sobre el valor teórico del estrato in-
definido , si bien con H < 0,6B se han comprobado disminuciones de capa-
cidad portante, probablemente por rotura de granos bajo las grandes pre- ;
!- •
'
<*hc
i-
2H sen 0 e — (rr/
2 - 4> )tg <p
B tg (45 + </> / 2)
dh = QM + Y
1
c ctg0 f e
'
(
2 l +-
? ) ** £ -
-
<í
— Ci ctg*,
¡> .
siendo qh 2 la presi ón de hundimiento de la cimentación si apoyara sobre el
estrato inferior y K = (1 sen2<£,)/ ( l + sen2 )
—
^
i ;
í 'n . i -. •
B
.:ü
^ 1111111411111 ¿
i
v T !
JT ! i
4 2 •A
X
:í T
i.
I
i Arena - - -4 "
* (
*
p
i
C .• i
i V I
Arcilla i
\ Plano de punzonamiento
blanda
* t i
.:
qh •
. ; y’ .
'
i con la geometría de la fig; 2.16. Ks es un coeficiente de resistencia al punzona-
miento dado por la fig. 2.17 para ( pi = 40° (valor aceptable para la mayor
ía de las
arenas compactas) . Para una zapata cuadrada o circular puede adoptarse un factor
V multiplicador de 2 en el segundo miembro del segundo término de la expresión
anterior.
• (
K. - 53
i. --
* f •
>
ir
•— B —*
I
q i
T
D
í Arena
( 0 i ,YO
H
1
Arcilla blanda
( C2 )
a ) Tensiones b ) Figura de rotura
Fig . 2.16.
30
O
o
c w
<D
(/) *
<íf O 20
tu
-
t
«
a
a>
£
XJ o
d)
c S / 0 l » O ,8
O
c cTSJ 10 rQT
tu :
3
O CL
a> o ÍLá
o
O 0
5 fO 15 2.0
J 2 ,5 3,0
Cohesio'n de la arcilla C 2 ( t / m 2 )
í ;
Relaci ó n q 2/q «
Fig . 2.18.
:
í
El valor 8/0! puede deducirse de la fig. 2.18 a partir de q2/qi, con i :
54
i
(
«00
«00
« 00
JO©
zoo
100
z -
90
ti
13
«0
9
o 10* *
JQ W * 40*
o ÍO * 40* «0* 10*
de un talud .
—
Fig. 2.19. Factores de capacidad de carga para un cimiento en la ladera
b -ir
\
B
9 INCLINACION . FACTOR ESTA -
DEL TALUD BIUDAO, N« T
6
7
/- i0
» \
0
INCLINACION
DEL TALUD
\
ANGULO DE
FRICCION INTER
i H A•
4*
-
f
Ay
/0: /
*0
*
1
/
o
& 400
300
X!
OÍ
. 1 13
5
m 200 X
m
cr
o* 4' I
- .f_ Oa _\
.
J
3
v* &
2
z
«.¡sS
100 v
2
t
1
1
-401
¿AI
30
q
2 4 10 o
/ 30 ;
5
:I I
0
< 0*
2 ' 3 i
5.53
.
I
0 t 2 3 4 3
j
.A
'
i
i
ón de un talud.
—
Fig. 2.20, Factores de capacidad de carga para un cimiento en la coronaci
55
(. :
•
7. APLICACIONES A LOS SUELOS REALES
Qu
cu = y <j> =o
2
con lo cual la f órmula general (1) queda
Qh = cuNc + q (2)
Como se ve la presión de hundimiento es independiente de las dimensiones
de
la cimentació n .
En terrenos homogéneos resulta interesante sustituir la expresión (2) por
Oh = C Nc*
en la que se tiene en cuenta la resistencia del terreno arcilloso situado por
ma del nivel de cimentació n , mediante un factor modificado de capacidad enci -
por -
tante Nc*, función de la profundidad de cimentación . En la fig. 2.21 se
dan los
valores de Nc*, propuestos por Skempton (1951).
12
10
B
8
N * Ü a
6
d
£= Longitud de la
zapata
2
0 2 4 6 8 10 12 14 16
d/B
,
—
Fig. 2 21. Factores de capacidad de carga para zapatas en arcilla (seg
ú n Skempton , 1951).
qhn = Qh - q = cNc
y , por consiguiente, en t érminos de presión admisible.
.
Qadm n
Qhn cNc
F F
La presió n admisible total será:
Qadm
cNc + q
F
Se comprende que no ser ía lógico minorar la presión de tierras, pues ésta se
ejercía en su totalidad antes de excavar . i ;•
56
i
í
f
í
ción (es decir , h úmedo o saturado por encima del nivel preático y sumer -
: gido por debajo del mismo)
Yef 2 es el peso específico efectivo del terreno situado bajo el nivel de cimenta -
ción
=
. ^ .
En este caso la aplicaci ó n de la f órmula general (1), cori c - o , suele dar pre-
siones de hundimiento muy elevadas debido a los grandes valores de Nq y N7
para los 0 usuales ( > 30°). Sin embargo , no por ello queda asegurado que los
. asientos sean admisibles para las presiones de trabajo así obtenidas , por lo cual
se tiende a fijar dichas presiones en relación con los asientos.
. Dada la dificultad del muestreo y ensayo en laboratorio de estos suelos lo usual
es utilizar parámetros de resistencia o deformabilidad deducidos de medidas in
situ realizadas con penetr ó metros , presiómetros, placas de carga, etc.
El m étodo más antiguo es el de Terzaghi y Peck (1948) que da las expresiones
siguientes (fig . 2.22):
(
'
Ancho de la zapata ( m )
Fig. 2.22 . —. estAsentamientos de zapatas deducidos de la penetración
ándar N (Seg ú n Terzaghi y Peck , 1948).
;.
57
i
Qadm — N8- s B < 1, 20 m
N -s
B + 0,3 V
Qadm B > 1,20 m
12 B
siendo qadl? la presión admisible en Kp /cm 2 y s el asiento tolerable en pulgadas,
que en la fig . 2.22 se ha fijado como de 1 pulgada (2, 54 cm ).
N es el n ú mero de golpes medio dél ensayo de penetraci ón está ndar (S.P.T.) en la
zona de influencia de la cimentación y B eí ancho de la misma .
Las expresiones anteriores , que han sido profusamente empleadas , resultan ex-
cesivamente conservadoras por lo que ha habido numerosas propuestas de mo-
dificaciones, aunque a ú n no existe ningú n otro método universalmente acep-
tado.
Posteriormente Meyerhof (1956) recomendó aumentar las presiones admisibles
dadas por Terzaghi y Peck en un 50 % y no considerar reducciones en el valor
de N por la presencia del nivel freá tico , ya que esto quedaba re ñejado en el en -
sayo. Sin embargo , Schmertmann comprobó que , en el caso de losas o zapatas
de grandes dimensiones, los asientos calculados eran inferiores a los reales.
Bazaraa en 1967 propuso emplear la f órmula
s=
2q 2B 2
K
NB \ B 4 0,3
-
—
siendo NB valor N corregido por la sobrecarga de tierras aQ al nivel de cimen -
tación segú n las exprsiones siguientes
4N
NB = 3,25 0,104 aQ para o > 7 t /m 2 0
+
y K un factor de correcci ón obtenido por la relación entre la tensión vertical a
la profundidad B/2 bajo la zapata, en estado seco y la que se produce a la mis-
ma profundidad cuando existe nivel freático.
Schultze y Sherif propusieron en 1973 la correlació n que aparece en la
fig . 2.23. Los autores señalan que el error de la predicción puede ser de
± 4 0 % . Sin embargo , se ha comprobado que los errores pueden ser muy im-
portantes en el caso de cimientos de grandes dimensiones (B > 5 rtf ) y /o cuando
el espesor de terreno compresible es superior a 2B.
300
JOO
L/p
100 / o
3
50 2
OJ
E Terzaghi
o
ío Meyerhof
o»
I0
a.
5
*
30 50 100 500 1.000 5000 10.000
B ( cm )
58
— .• .
- • -. „.i? .;'
l '
[.
[
(
Según Webb , el asiento vale i
s -1 °zi
E
Ah¡.
í
i
- 1 .
s = ci q kE,_ AZi I
i z -0
;
d
B/2 Zapatas
cuadradas o
\
\ pq
= 0,5 + 0,1 ftjvq
:
a
CL circulares X,
d
B
/
/
d
y
O —7 A
^
(
a 2B /
JO
Zapatas /
d corridas /
> /
- d
a>
CU
3B A
/
/ a
o f 4
d
/ = n- q »
T> /
/ : . /
<1
TD
e 4B . . U 11 q °
( 3
_
_
}
3/2 {-Zapóla sim étrico. )
O
a v Irp
B ( Zapato corrida ]
ungís
i. : —
Fig. 2.24. Método de Schmertmann .
5.9
Parry ha sugerido que en arenas flojas (N < 15) y zapatas superficiales i
Qadm = 3 Nm t / m 2
q= -
Nm s t /m 2
0,3 B
Ancho B( m )
2B 2
s = s0
B + 0, 3
que expresa la relación entre el asiento s0 de una placa de 0,30 X 0, 30 m 2 y el
de una cimentación de ancho B para la misma presión unitaria. La f órmula
puede generalizarse para una placa de lado cualquiera B0:
)
s = s0 4
(1 + B0/ B)2
— —
Como puede verse, para B °° , s 4 S0, estableciendo un límite a los posibles
asientos. Sin embargo , las experiencias posteriores han demostrado que tal
límite es improbable y que los asientos aumentan con el tama ño de la cimenta-
ción seg ú n leyes de tipo parabólico. En la fig . 2.26 se resumen algunas de estas
í
recomendaciones.
i
60
i
100
*1
1
. 10
03
o
c
.2
E
en
C
B
<
1 10 100 1000
Relación de anchura &/60 ->
—
Fig. 2.26. Relación entre el asentamiento y las dimensiones de la superficie cargada según datos
recogidos de casos reales (seg ú n Bjerrum y Eggestad , 1963 y otros autores ).
En este caso no son aplicables los métodos descritos para otros tipos de
,
CUADRO 2.5
VALORES ORIENTATIVOS PARA EL PROYECTO
DE CIMENTACIONES SOBRE SUELOS GRANULARES GRUESOS
Módulo de
deformación Presión admisible ( Kp / cm2 )
Terreno* E' (Kp /cm 2; u' Zapatas Losas
* Sé suponé que el terreno está sumergido o con el nivel freático profundo . Si existe riesgo de que el nivel freá -
tico pueda ascender hasta las cimentaciones los valores de la tabla se reducirán al 60 ,
v. . .
** Suele resultar necesario colocar una capa de regularización y nivelación de hormigón pobre.
61
?
7.4. Cimentaciones sobre otros tipos de suelos
Qadm
q*
F
Se acostumbra a tomar F = 3, si bien en los casos en que se conoce con preci -
si ón la resistencia del terreno y las cargas a aplicar , pueden justificarse valores
algo menores.
Se han intentado establecer valores diferentes de F seg ú n las solicitaciones pre-
visibles, como en el caso de la norma DIN 1054 (noviembre de 1969):
Caso de carga *
1 2 3
Frente al hundimiento 2 1 ,5 1 ,3
Frente al deslizamiento 1 ,5 1 ,35 1, 2
Frente a la subpresión 1, 1 1, 1 1,05
CUADRO 2.6
COEFICIENTES DE SEGURIDAD PARCIALES DEL CODIGO DANES
DE CIMENTACIONES (1978)
——
i
Sin pruebas de carga 2,0 1 ,8
Con pruebas de carga 1 ,6 1,45
( }
1
Los valores indicados deben multiplicarse por 1, 25 para obras de dif ícil control o en condiciones deficientes
2
Peso propio 4 sobrecargas 4- nieve o peso propio -I- viento. .
3
Peso propio 4 sobrecargas 4 nieve 4 viento.
62
í
i
jf
i CUADRO 2.7
COEFICIENTES DE SEGURIDAD PARCIALES Fp y Fmi;j •
0
cv FP(V Fmin(*V
Peso propio < 0,1 < 1,1 0,9-1, 2
Rozamiento de arenas : 0, 1-0 ,2 1,1-1,3 -
1,2 1,3
Cohesión de arcillas 0, 2-0, 3 1, 3-1,6 1 , 5- 2, 0
Compresibilidad _ 0,3-0,4 > 1 ,6
Resistencia con drenaje (c y <>j ) 1,3-1,5
I
CUADRO 2.8
COEFICIENTES DE SEGURIDAD GLOBALES F
CV * F(*V
V...-
—
pilotes o pantallas (llegando al 25 % de )^ *
^
No considerar la redistribución de esfuerzos entre partes diferentemente car -
L. -; gadas de la estructura, ni los reajustes permitidos por la reolog ía del hormi-
gón , etc.
v. '
63
í
9, ASIENTOS DE LAS CIMENTACIONES
9.1. Introducción
Como se ha señalado anteriormente el dise ñ o de una cimentación supone una
seguridad razonable respecto a la rotura del terreno y unos asientos admisibles
con la presión de trabajo adoptada. Una metodología con estas bases ya se ha
expuesto en el apartado 7.2 referente a las zapatas sobre terrenos granulares.
Los suelos son materiales relativamente blandos que se deforman bajo carga
mucho más que los materiales de construcción usuales, como el hormigón o el
acero. Si las deformaciones son excesivas la estructura puede sufrir da ños gra-
ves, por lo que deben mantenerse dichas deformaciones dentro de lí mites tole-
rables. Es un planteamiento que guarda cierta semejanza con el de la limitaci ó n
de flechas en los forjados met álicos .
Normalmente las deformaciones que interesa conocer y limitar son las vertica-
les , denominadas asientos o asentamientos . En algunos terrenos , de tipo expan-
sivo , se invierte el signo de las deformaciones y se producen levantamientos o
hinchamientos , pero este caso requiere un aná lisis especial y no se estudia en
este lugar .
64
(
a) Método edométrico i
:
. ('
Estudia el asiento en la hipótesis unidimensional partiendo de los resultados
obtenidos en el edómetro. No tiene en cuenta el asiento inmediato pero tiene la
ventaja de poderse aplicar a suelos estratificados. En general da valores infe- I
riores a los reales , con divergencias tanto mayores cuanto más duro es el suelo
1
i
y m ás importancia tienen los efectos tridimensionales (fig 2.27). .
•
•’
icá 00
o
"r
'33
C
ü
B
•H
i
O
c
ji
g
S
; £
o
: 1
O
c
.en8
<
Fig. 2.27. —tridimensional
Relación entre el asiento edom étrico y el elástico
de una carga circular (Davis y Pou-
J
los 1968). •
'
Para estos cálculos se utilizan soluciones elásticas (ver Anejo).
V'
CTio + A <7¡ .
= = 7T
! s
'
h
' TTÍ Í °io
5. Obtenci ó n del asiento total por suma de los anteriores
I
!
i
S Es
»
j ,
c t = -
T LL2
Cv
:
?
Con la expresión anterior y dando distintos valores a T (o a U = s/s , ) se i
*
puede obtener la curva asientos- tiempo de la cimentación o , inversamente , se
puede conocer el porcentaje del asiento final que se habrá producido al cabo de
í
un tiempo t .
/
„N .F. t 0,600
i
2-Ensayo |\ '
1
A edométrico \
H 0, 580 \
i \
i \
eD ~ 0, 562 I \ Pe
0,560 I a/ 2
J
g 0,540 a
.
1 Extracció n de muestras Representativas. o
n.
I
"
So
\ T
f > » > '
q
-ca
0,520
0, 500 Cc
.1 - .
J
¿ft =t- Ar 0,480 I i
I
l
Ae i 0,600 |- 0, 500
0,460 Cc = 1 = 0,100
log1 10 —
log
A , i 1
= H .
- log <7oA A (TA
S
1 + eQ Cc
°oA
a
ac
u
<
O
c
M
<
Tiempo t , minutos.
6. Obtenci ó n del coeficiente de consolidaci ó n , cv
7. Cálculo de la curva
! j
asientos de la cimentaci ón -tiempo
66
i
i
i
CUADRO 2.9
VALORES DEL GRADO DE CONSOLIDACION V PARA DISTINTOS
VALORES DEL FACTOR D® TIEMPO T Drenaje por ambas
caras 4el estrato
-
(
2H
i
Caso 2 3 ;
r- 4
.>.' -
i
•
Valores de U (% )
b) Método elástico
Ar,
>•! ' \ Tiene la ventaja de considerar la deformaci ó n tridimensional del terreno y ser
de muy r ápica aplicació n. Sin embargo , requiere una cuidadosa determinación
de los par ámetros elásticos y no permite relacionar los asientos con el tiempo ni
estudiar la variación de las presiones intersticiales..
El método supone los pasos siguientes:
1. Determinación del asiento inmediato s¡, o asiento elástico inicial. Puede ob-
tenerse directamente por las soluciones ya publicadas (ver Apéndice) , toman -
^.
do como pará metros Eu y vu = 0*5. El valor de Eu (módulo de deformación
sin drenaje) es de dif ícil estimaci ón aunque se han propuesto relaciones
del tipo siguiente:
i
v... - 2G =
E. E' o sea E„ =
1 ,5 E '
1 + v'
i. : 1+ vu \ + p'
\ •
67
Las medidas realizadas parecen indicar que el asiento inmediato vale del
orden de:
60 % del asiento elástico total en arcillas preconsolidades.
10 % del asiento elástico total en arcillas blandas.
2. Obtención del asiento elástico total st , con las mismas soluciones antes utili-
zadas pero adoptando como pará metros E ' y v' . A t ítulo orientativo
puede contarse con los valores dados en el Capitulo 1. Respecto al coefi-
ciente de Poisson pueden suponerse valores del orden siguiente:
Arcillas duras preconsolidadas 0, 15
Arcillas medias 0, 30
Arcillas blandas normalmente c . 0,40
Arenas y suelos granular
ás 0 , 30
Si se dispone de ensayos edométricos puede tomarse
E' =
(1 -20 (1 + 0
(1 - O mv
siendo mv =* Cc
1 + e0
.
íog10 [(* ' + Ag ' ) / q ' I
A o'
0
—
3. Puede asimilarse el asiento de consolidació n a st s¡ determinando enton-
ces los tiempos de asentamiento por alguna de las soluciones tridimen-
sionales existentes (fig . 2.29).
4
*53 id*
o
02 - o
04
Vü
* •i
o *
OI
- -V.
10<
—
Fig. 2.29. Consolidaci ón tridimensional bajo zapatas circulares o corridas (seg ú n Davis y Poulos ,
1972).
68
í ]
;
•
i'
i
f
:= Resumiremos aqu í algunos de los cri |erios más utilizados, sin que sea posible ,
por el momento , llegar a un criterio único , aplicable sin ambigüedad .
i
\ .
\ :
\ i
,s,
S3 / 4
/
SI Smax .
/
/
¿2
Cíe
v
max A
$S s
« >-
—
Fig. 2.30. Definición geométrica de los movimientos de las cimenta-
•
dones. .
•• c*
.
A »
— Flecha relativa: es el m áximo desplazamiento A de un punto respecto a la
lí nea que une los puntos extremos de una alineació n , con curvatura del mis -
mo signo, dividido por la distancia entre dichos puntos LT:(A / LT).
'
—Deformación angular: es la suma de las distorsiones angulares a ambos lados
de un punto. Si es positiva la deformación general es cóncava hacia arriba ,
mientras que resulta convexa en caso contrario.
i
69
En el caso de torres o edificios monol íticos se definen tambi én :
— Desplome: es la distancia entre la proyección de la parte superior de un mu -
ro, pilar , etc. y la parte inferior del mismo elemento.
b) Criterios tradicionales
CUADRO 2.10
CRITERIOS TRADICIONALES SOBRE ASIENTOS ADMISIBLES
Arena Arcilla
CUADRO 2.11
NORMA MV -101
ASIENTOS GENERALES ADMISIBLES
70
(
CUADRO 2.12
i.
ASIENTOS ADMISIBLES SEGUN LA NORMA TGL 11464 (1972)
ALEMANIA ORIENTAL)
'
{
(
smax admisible en cm *
Terreno granular Terreno
Tipo de estructura
o terreno cohesivo cohesivo
de consistencia de consistencia
media a dura plástica
nL .-
•M .
0 . *
••••
: Criterio
•
71
i
CUADRO 2.13
DISTINTOS CRITERIOS DE PELIGROSIDAD RESPECTO
A LA DISTORSION ANGULAR
CUADRO 2.14
DEFORMACIONES LIMITES DE LAS CIMENTACIONES SEGUN LA
NORMA SNiP II-Í5-74 (U . R .S.S . )
.
1 Edificios de varias plantas
con estructura reticulada de:
1.1. Pó rticos de hormigó n
armado sin arriostra
miento
- Distorsió n Asiento má-
angular 0,002 ximo aboluto 8
1.2. Pórticos metálicos sin Distorsión Asiento má-
arriostramiento angular 0, 004 ximo absoluto 12
72
. T. ;
i
i
CUADRO 2.14 (continuaci ón )
(
d .
*
( V:
•
- Magnitud de ¡as deformaciones límites de ¡a
v: cimentación sMm
Denominación y
características
de la edificación Deformaciones relativas
Asientos absolutos
/
máximos y medios, cm
2. Edificios y estructuras en
los que no se producen es - Asiento má-
fuerzos suplementarios por Distorsión
asientos diferenciales angular1 0,006 ximo absoluto 15
:
•
• /
73
..:
(
í
•
"' K-
1
a ) Deformació n có ncava (arrufo)-Flexión . .
b) Deformación cóncava-Esf Cortante .
\ /
4 ,0
Estructuras reticuladas
3 ,0 -
2 ,0 -
P '/300
;
1 ,0
o 2 3 ? 5 £
”
L/ H
IO 2 ,0 Muros de carga . Def . có ncava
O
* 1, 5
-J
1, 0
< I
0,5
d
> L/ H
2 ,0 r
í 54 5 6
d
Quebranto de muros de carga
<D
1 ,5
d
xz 1 ,0
O
<D <D
U - 0, 5 •
<D
-i , , -rvh t
o 2 3 4 5 12 13 /H
—
Fig. 2.32. Valores cr íticos de la flecha relativa en función de L/H
seg ú n diversos autores.
74
(
Para los edificios normales casi todas las rocas aseguran una presión de trabajo
suficiente ( > 3 kp /cm 2), pero para edificios altos o fuertes cargas concentradas
/ se requiere un análisis de resistencia y deformabilidad en la mayor parte de las
rocas.
Para un diseño correcto debe partirse de la identificación de la roca y del cono-
cimiento de la estructura del macizo rocoso.
!
i v En casos .des carga sencillos, sobrei .maeizos homog éneos y potentes pueden
,
^m - 0
q ,2 qu
CUADRO 2!15
PRESIONES ADMISIBLES EN ROCA (DIN 1054)
CUADRO 2.16
PRECIONES ADMISIBLES EN ROCA (Código inglés BS 8004:1986 )
Arenas cementadas 10
í
Argilitas y limolitas blandas -
6 10
i' Calizas blandas y porosas . r. si
" •. 6
i•. . •
•\m y / » \\ °
y
.
O
''
—-
y o
\ \ ^ ~ \ / y
/
y ~
o
/ á
S
N
N
^
/
X
-s .
s
* —
w
Ó
<5
.
0
ó
•X • V *
/ '
o
.\ t)
o
V
«
o •> *
<3
o
<5 a £7 <> d
d
Roca blanda pl ástica . Arg í litas , limolitas, Roca fr á gil compresible . Arenisca alterada,
lutitas. jabres , rocas calcá reas porosas .
a ) Rotura general. b ) Rotura local .
\
y
Y
rn mi
«
/
V
ÜS iSV Jü
\
J- 1
J III
flf
4
T7
Diaclasas muy separadas. Areniscas y cali- Calizas y dolomí as alteradas.
zas.
e) Hendimiento. f) Rotura de puntas rocosas .
i i Y
, ' •’ * /* - »;•’
*
R í gido --
RIGIDO - O o
" I; - • l - o o
<3
o
o o a o
t o. o 9 o O o
o o O *
o o
o o o o PERIMETRO DE
ROCA 0 SUELO PLASTICO PUNZONAMIENTO
Capa r ígida delgada sobre terreno pl ástico Capa r ígida frágil sobre terreno compresible .
incompresible . i
—
Fig. 2.33. Formas de rotura de cimentaciones sobre roca (seg ú n Sowers)..
i I
76
(
:
i
\
{
El caso c) puede resolverse por una f órmula general del tipo
1
; qh = CNC 4- y Di\ + — y BNt !
;
r
;
CUADRO 2.17
( FACTORES DE CORRECCION (SOWERS, 1979)
i
qh = qu = 2 c =
tg (45 + - - )
Angulo de rozamiento , 0
1
i
Fig. 2.34. — carga
Valores de los coeficientes de capacidad de
para rotura seg ú n cu ñas de Rankine.
:=
-r
77
.
í
Z
u
O
u
UH
I to 20
Relación S/ B Relación S/ B
a ) Solución de Bishnoi b) Solución de Goodman para diaclasas abiertas
Fig . 2.35. Valores del Factor Ncr.
Relación H / B
'
Fig. 2.36 ,
—Valores de! Factor de corrección J.
Los casos g) y h ) corresponden a cimentaciones sobre costras o capas rocosas
delgadas.
Es un caso frecuente en el Levante espa ñ ol donde las condiciones climá ticas fa -
vorecieron en épocas pasadas la deposición de carbonatas en capas porosas
pr óximas a la superficie.
El problema de las costras es su gran variabilidad en resistencia y espesor . Sin
embargo, no resulta arriesgado apoyar sobre ellas cuando debajo de las mismas
existen capas duras y competentes.
El hundimiento de las cimentaciones puede producirse por:
78 -
r :í •
i i
t :•
Pernos lulones
Inyectados
FUERTE BUZAMIENTO
FUERTE BUZAMIENTO JUNTO A CORTE
4 i
,
lt
o-
f RELLENO DE SUELO
HORMIGON
.
i
í-
'
Fig. 2.39. — Mejora de las condiciones de apoyo sobre una roca
con alteración diferencial .
\
10.2. Asientos
CUADRO 2.19
VALORES TIPICOS DE PARAMETROS GEOMECANICOS
DE ALGUNAS ROCAS*
M ódulo de Coeficiente
Roca elasticidad de Poisson Er / ¡u( c Ói
Er ( Kp / cm2 ) v ( Kp / cm2 ) (°)
RQD (%)
Fig. 2.40. —Obtenci ó n del m dulo det macizo rocoso a
partir del RQD
ó
y de Er y Kn.
En la fig . 2.41 se da una aproximación anal ítica debida a Chappell (1976) don -
de:
E , Ems , l í mites inferior y superior de Em.
^
Vr , Vd , volumen relativo de roca sana y diaclasas respectivamente.
Ern , Edn , m ódulos de deformación a esfuerzos normales de la roca y del ma-
terial de relleno de las diaclasas.
Por supuesto este m é todo sólo es aplicable en casos de diaclasado muy regular
y homog é neo.
1 Vr Vd 1 sen 20 cos 20
E Ems = Vr Ern + Vd Edn Em Ems
+
*F
-'rn Edn E
mi
RQD = Rock Quaiiiy Designation , í ndice de calidad propuesto por D. Deere y que se obtiene como el cociente — -
Fig. 2.41 . Obtenci ó n del m ódu
lo de un macizo con una familia
'Fo ) entre la suma de los trozos de testigo de longitud superior a 10 cm y la longitud total perforada en una
(en
maniobra de sondeo ( generalmente 1 ,50 a 3 m ). de diaclasas .
80
Capí tulo 2
Apéndice
2b
x/ b z / b o /p
2
o ¿p Tzj/ p 6 Tmaj/p a i / p ° 3/p
ojTT rno¿
0 0 1.0000 1.0000 0 0 0 1.0000 1.0000
.5 . 9594 . 4498 0 0 . 2548 . 9594 . 4498
1 . 8183 . 1817 0 0 . 3183 . 8183 .1817**“
1.5 . 6678 . 0803 0 0 . 2937 . 6678 . 0803
2 . 5508 . 0410 0 0 . 2546 . 5508 . 0410
2 2.5 . 4617 . 0228 0 0 . 2195 . 4617 . 0228
3 . 3954 . 0138 0 0 . 1908 . 3954 . 0138
3.5 . 3457 . 0091 0 0 . 1683 . 3457 . 0091
4 . 3050 . 0061 o 0 . 1499 . 3050 . 0061
0.5 0 1.0000 1.0000 0 0 0 1.0000 1.0000
. 25 .
. 9787 6214 . 0522 8 o 35 i . 1871 . 9871 . 6129
.5 . 9028 .. 3920 . 1274 1 3 ° 17 i . 2848 . 9323 . 3629
1 . 7352 . 1863 . 1590 14 * 52 i . 3158 . 7763 . 1446
= —[
7T
a + sen a eos (a + 25 ) ] 1.5
2
. 6078 . 0994
. 5107 . 0542
. 1275
. 0959
1 3o 18 i
11 ° 25 I
. 2847
. 2470
.
. 6370 0677
. 5298 . 0357
= [a - sen a eos (a + 25) ] 2.5 . 4372 . 0334 . 0721 9 ° 49 i . 2143 . 4693 . 0206
7T
P
*y = ÍX . u a
_ 1 . 25
.5
. 4996
. 4969
. 4208
. 34 72
. 3134
. 2996
41 * 25 i
37 * 59
. 3158 . 7760 . 1444
. 3088 . 7308 . 1133
1 . 4797 . 2250 . 2546 31 * 43 ' . 2847 . 6371 . 0677
= — sen a eos (a + 26 ) 1.5 . 44 80 . 1424 . 2037 26 ° 34 i . 2546 . 5498 . 0406
7T 9 . 4095 . 0908 . 1592 22 ° 30 ? . 2251 . 4751 . 0249
. 3701 . 0595 . 1243 19 ° 20 i . 1989 . 4137 . 0159
= —[
7r
a + sen a ]
2.5
P D
/3 es el á ngulo que forma al con la vertical .
81
2. CARGA RECTANGULAR
2a . Tensiones (Steinbrenner, 1936) 0 24 ^
qd di) .
i x
Para puntos que no son de esquina es válido el mé todo
de superposició n: n 22
i
c
s
V
T 1' 2u
I
i
(a ) i
r
I
/ I II
I O |K |
4* 4
t
I
I
I >
III i IV
La tensió n en A es la suma
de las debidas a los cuatro I
rect á ngulos en que se divi
de el rect á ngulo principal.
- I 0 14
K
n i2
• - 1 " ¡o | —
/ II
_4 | . r
Mu .
Para puntos exteriores se III IV I
sigue el mismo m é todo
creando rect á ngulos cuya
esquina coincida con A: J 0.04
° A - tfi - ii + <7|!1-|V “
tfn “
<7JV
U 02
i i
2 1
11 4
‘ 4 4 1U
2 b. Asientos
10 /
» \
*
Valonas
n
da. KQ
Forma. de ¡a. CAJ CL.
— ^ I
3-
m h/a
2a! p
0 - r 2 ) K, Esguince Centro V. Medio Carga. r ígida.
E
T
Cuadrada. m = 1 1.12 0.95 0.88
Rectangular :m - 1.5 j? 1 . 36 1.15 1 . 08
c
m 2 3 1.53 1 . 30 1.22
m 3 1 . 78 1 . 53 1 . 44
t
í
m 4 c I . 90 1.70 1.61
t
í
m 5 2.10 1.83 1 . 72
o
m 6 2.23 1.90
m 7 -*«
4
ii
2.33 2.04
-
9
m * 10
m
m — 8 é
c
D
cr
ui
t
í
-
2.42
2.49
2.53
2 12
2 19
2.25 2.12
m = 20 2.95 2.64
d
m = 30 3 23 2.88
m
m
40
50
—— tí
o
4*1
3.42
3.54
3.07
3.22
m = 100 4.00 3.09
— 1
-
'
82
3. CARGA SOBRE SUPERFICIE CIRCULAR ( Foster y Ahlvin , 1954)
P
too oyp
r
01
O
- Oí 0-4 0 OO K> 4 6 0 10 20 40 60 00 OO
z
•( r, z ) 2
ÍÜ ,
En el eje ( r = o ),
—az Tensió n vertical :
=p 1 -J 1 3/ 2
1 + (a / z )2
9
10
a ) Tensió n vertical oz .
— Asiento:
= E
( 7T + (z /a ) - z / a )
2
1 +
z /a
2 ( 1 - v) V 1 + ( z / a )2
b ) Asientos.
83
/
i
1 8-
4. CAPA ELASTICA SOBRE BASE RIGIDA
1 6
4.1, Carga en faja
1 4
>
12 i
B
P
1 0-
0 0
z 0-6
h 0 -4
0 -2
y /
0 0- 5
0 0-1 0- 2 0- 3 0- 4 í*
20 1-5 1- 0 0- 5 O
% hy
/
aO Tensiones az . v = 0.
i
ve ~
T 1-6
-
14
-
1 2
P* s {ir
V . 0
T 1 4
.
>
•
0- 12-
vo
-
-
06 2 0- 4
10
lit 0 - 0
i
0 01
*
0- 5.
v
0 ‘6
-
04 r
0-4 t
02
*
v•
"
0 -2 r
v
°0 01*
0* 2 0* 3 04 0* 5
2 0 15
* VO 0* 5 O
V :
h JL o
\>J Asierutos fe O 01 0- 2
B/
03 0- 4 0- 5
2 1* 5 10
*
0 *5 O
i J
h
% !
a 2) Tensiones vz . v - 0 , 5.
» \ >
P i.
P 0- 2 0 0 3 0 0 4 0 0- 5 0
0- 40 vo ° 0 10
*
O O 20 O 00 O 00 0 r
o
y
a
4 - i
2
í J
í 2
Ll . 1 -U
--
r
í 1
03
V
h
4 « 4 4 r <uj
A. z
/ / / // / / / //. / / / / / / / /
' o V *0* 3 a -..
*• <
z
)
6 iL
Q
-
- 6
6 h
T 6 - f
(j
•
•
84
1
I
í '
i
!
( Z
(
<7
/
/
r = o.
/
í
*< z
> y*
y
base ^ base
r ígida. r í jUa
x
a) Tensiones bajo el centro <Ta (0,0,0)/ ?
Rectángulo ( m = h / a ) Fdjcu
Circulo infinito.
da
h/ a rad ío
=a 771 = l m — 2 Tí l = 3 i Tfl
i 10 m — co
í 0 1 1 1 1 1 1
0.25 1.009 1.009 1.009 1.009 l . 000 1.009
0.5 1.064 1.053 1.033
'
1.033 ; }., 033 1.033
0.75 1.072 1.082 1.059 1.050 : 1.059 1.059
1 0.965 1.027 1.039 1.020 1.025 1.025
1.5 0.081 0.762 , 0.912 0.1) H 0.902 0.902
> 0.473 0.541 0.717 0.760 0.761 0.761
2.5 0.335 0.395 . 0.503 . 0.651 0.636 - • 0.636
3 0.249 0.298 0.474 0.540 0.560 0.560
1
4 0 148 0.186 0.314 0.392 0.439 0.439
5 0.098 0.125 0.222 0.287 0.359 . 0.350
7 0.051 0.065 0.113 0.170 0.262 '
0.262
/
'
10 0.025 0.032 *
0.064 0.098 0.181 . 0.185
20 0.006 0.008 0.016 0.024 1 0.068 0.080
50 . 0.001 0.001 0.003 0.005 Ó . 014 0.037
b) Asientos 2aq (1 - v 2 ) K
5 = E
K = K en el centro
0
K= —2
K en A o en el borde de la carga circular
0
Valores K 0
h/ a
radio
m= 1 I
m - 1.5 m —2 771 =3 m —5 771 = 10 - • 771 = ca
í
r —0 u « 0 r=0 u=0 r =0 u =0 T
—0 u — 0 r =0 . u —0 r —0 IX =0 r = 0 U = 0 T 0 u=0
!. 0 ¡ 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
! 0.10 0.08 0.10 0.08 0.10 0.08 0.10 , 0.08 0.10 0.08 0.10 0.08 0.10 0.08 0.10 0.08
0.2
0.5 ! 0.26 0.22 0.26 0.21 0.25 0.21 0.25 0.21 0.25 0.21 0.25 0.21 0 ,25 0.21 0.25 0.21
1 1 . 0.50
. 0.45 0.51 0.44 0.51 0.44 0.51 0.43 0.51 0.43 0.51 0.43 0.51 0.43 0.51 0.43
2 ! 0.72 0.68 0.77 0.72 0.85 0.77 0.87 0.78 0.88 0.78 0.88 0.78 0.88 0.78 0.88 0.78
;
.
> .
3 i 0.81 0.78 0.88 0.84 1.00 0.94 1.07 0.99 1.12 1.02 1.13 1.02 1.13 1.02 1.13 1.02
5 | 0.89 0.87 0.98 0.95 1.14 1.10 1 ¿ 24 Vi . 19 j 1.36 '
1.29 1.44 ! 1.34 1.45 1.34 1.45 1.34
7 i 0.92 0.90 1.02 1.00 1.20 1.17 1.32 1.29 1.47 1.42 1.60 1.52 1.64 1.54 1.65 1.54
i 1.77
10 ! 0.94 0.93 1.05 1.04 1.25 1.23 1.39 1.36 1.56 1.53 1.75 1.69 1.87 1.77 1.88
i ; CD i 1.00 1.00 1.12 1.12 1.36 1.36 1.52 1.52 1.78 1.78 i 2.10 2.10 2.53 2.53 ai 03
r = 0: contacto liso. 85
t> = 0: contacto rugoso.
t.
m
£—
00 c« v i •U
o\ ASIENTO DEBIDO A UNA CARGA UNIFORME EN RECTANGULO ASIENTO DEBIDO A UNA CARGA E. 3 £ u
•
UNIFORME EN RECTANGULO 3 fD
CL
¡5. n
—
a)
*
3
o
E 2 >
xn
CD £ C/í Q5
Asiento 5 en un vértice- de \a corgo 3 O **
n Vi s3*
g-
CD CL CK O
/ ffl ITTTT /1 í - 7 /? D. o 3 C
T b Asiento 5 en un v értice de io corgo P <. en Cfl
/ CL B5 O CD
r\ ' o 3. O
3
r = c, c, ti /> i
5
Co o
g 3^
""
W
OJ
n ~rK.
03
ESTRATO INDEFORMA 8LE i
es t
o 3
B
cr o ©
Coeficiente de P01SS0N V O 0, 1 0, 2 0,3 0,4 0, 5 ESTRATO INDEFORMABLE
CL
03 03
rs CL
G - - Va ¡ 1,00 0,99 0,96 0,91 0,84 0,75 c*1 HX n o 03
-*I pa
•-t
Oí
-
M
I
P
00
N
-*.
C
»
3
o
P
Q
©
.
O c O o o o o o o o o O, o o o o o o o o lO o Ni
n
00
£3
CL
CD,
W)
0, 5 0,049 0.042 0.039 C,037 0,036 0,074 0,004 0 087 , 0,088 0,088 0, 5 0,083 0,082 ,
00 81 0,079 ¡ 0,079 , 114
0 0, 116 i O, I « 5 10, 114 10,i 13
-
0,( 67 ' 0, 116 ¡ 0,166 0, 2T 4 0, 249- j 0, 220 ,220 0.220 ¡
h k
1.0 0, 124 O, I ! 4 0,112 0, 111 0,083 0, 109 0, 122 0, 124 0,125 1,0 0,172 0,170 + ts)
^
7* CD
o
J,
'4Z 10
1,5 0, 224 0, 213 0, 19 2 0, 189 ,
0 187 0,075 o, no 0, 133 0,139 0,140 15 0,243 0,251 0, 244 0,244 0, 243 0,280 0, 308 i 0,307 0.309 0.308 ¡ Ni NJ
C3
1
0, 317 0,312 Or 3 IO 0, 336 0,377 ; 0, 384lo. 385 ¡ 0,384
’ viíX '
c:P 3 0.290 0267 0,260 0, 256 0,064 0, 102 0, 136 0,145 0,148 2.0 0, 29 ! 0,317
O
2.5 Z\ 3 31 0: 351 ,
0, 328 0, 319 0,315 0 055 0,092 0, 135 0 147 , 0, 151 2,5 0,330 0,367 0, 369 0.367 0.367 0,376 0,438 0,444 5 0,44 5 0, 445 ¡ o
3
3.0 0.362 0, 401 0,385 0,372 0,366 O;O 40 0,084 0, 13 2 0, 148 0,153 3,0 0,354 0, 409 0, 419 0, 416 ¡ 0,413 0,401 0,471 i 0, 497 : 0, 51 5 0,497 OQ
CL
3,5 0, 385 0,445 0,432 0, 418 0,412 0,043 0,076 0,126 0,147 0, 155 3,5 0.373 0, 445 0,459 Q 457 0,456 0, 419 0,507 ¡ 0,539 ¡ 0, 543 , 0, 544 a
C
4,0 0,409 0,472 0,476 0,458 0,451 0,038 0,069 0,121 0, 156 0,145 4,0 0,392 0,465 0, 496 0,492 0,492 0,438 0, 528 0,588 10, 581 0,584 ¡ tTi
Q 532 0,530 Í 0,524 0, 452 0, 552 ¡ 0,61 5 10, 622 0,60
CD
o,ce 3 0, 116 0,143 0, 157
3
4,5 0,426 0,502 0,518 0,50 ! 0,486 0,034 4,5 C\ 4G7 0 490
^ ¡
ai CD
5,0
5, 5
0,437 0,52 í 0, 552 0,532 0, 518 0,031
0448 0,543 0,583 0, 565 0,548 0,028 0,053 O 106 0/138 0, 157
0,058 O, NI 0, 140 0,157 5,0
5,5
0,414 0, 504
10
0560 0,55 7 ,553 0,460 0,567 0,647 ¡ 0, 650 0,703
0.422 0,522 0586 0, 586 í 0, 580 0,468 ¡ 0, 584 0 b70 ' 0, 68: ¡ 0.681
CD
3
o
3
CD
(
O
’
c
- J
6,0 0, 458 0, 562 0, 512 0,594 0,575 0,026 0,0 49 .0, 101 0 136 0, 158 , 6,0 0,430 0, 537 0,609 0, 61 ! ¡0,605 0,476 ¡ 0,600 ¡0,695 ¡ 0,708 ¡ 0,708 CL
o
10 0,474 0,588 0650 0,647 0,622 0,022 0,043 0,092 O, 130 0,158 ¡ ¡
10 0, 443 0,557 0,647 0,656 0,648 0,489 ; 0,620 ¡0.732 ¡ 0.75 5 ¡ 0,755 o
en
T3
O
0,0 0, 483 0,609 0,698 0,692 0.663 0020 0,038 0,084 0,124 0,158 ¡
0.0 0,450 0,574 0,679 0,697 ¡ 0,685 0,496 • 0.636 0,765 ¡ 0,794 0, 795 j ¡
9,0 0,491 0.626 0,732 0,744 0,701 0,017 0034 0,077 0,118 0, ( 58 9,0 0,456 0,589 0,706 ¡ 0,738 ¡ 0,720 0, 501 j 0,652 ¡O, 792 10.840 ! 0,633
j .j
100 0,500 0, 643 0,756 0,768 0,734 Q0I6 0,031 0,071 0,( 12 0,159 10,0 0,463 0,60 í 0,725 10.757 , 751 0, 50 910, 664 : 0.811 ¡ 0.859 ¡ 0,867
10
» 5,0 0, 676 0.847 QS9S 0 62 0,011 0,0 21 0,050 0,088 O, J 59 15,0 0,474 0,626 0,797 jO,860 10,867 0,520 j 0,688 ¡ 0.883 ¡ 0, 963 ,993 10
20,0
0,515
0,533 0707 0,896 0,902 0,953 0p08 0,0 ^ 0,039 0,071 0,159 (
, ¡
20,0 0 489 0,652 0 036 ' 0, 931 0, 950 0;535 0, 714 | 0,921 l t l ? 1, 08 ¡ ‘
00 0,563 0,765 1,05 1 28,
Tabla construida con las fórmulas de STEINBRENNER por J . Lahuerta .
CD O O 0 O 0.159 0, 512 0,696 0,956 I 1, 24 0, 557 ! 0.757 ! I C 4
..
— .
--
i
i
. 27 CD
{
B. CARGAS RIGIDAS:
'
1. CARGA EN FAJA *
i
i b b Presi ón de contacto
i p p
u i n u u u mmi .
±A
i
X 7T
ft
(1 + X) M
z Giro <¡> = 4 x /¿ b3
x M 1
M
- —
4
.O 0 Presió n =
í
b
7 rb b3
sFW
Ev E
= XX4+ jtt/
34 x= y Kf
*
siendo X ;
'
(l + v) ( l ~ 2 p) 2 (1 + v )
z
i
2. CARGA CIRCULAR DE RADIO A
P
Presió n az
r 2 \ Ví =• ••-
2 1
a 2
Asiento,/. = —2 (1 — v ) pE- a
2 (ver también A. 2b)
2.2. Momento M
Giro <f> = -
3 M (1 v 2 )
4 E a3
Presi ó n <rz =
3M
47ra3
i - (i
1
2
(o <
—
a
< 1)
3. CARGA RECTANGULAR
!
!
1 -V ( 2)
= pzP VBL
]
í
Asiento
^ E
i
. ’
i 87
{.
••
4 . Capa elástica sobre base rígida
88 i )
i i
i
I
i
¡ Capítulo 3
i
Cimentaciones superficiales - II
Aspectos estructurales y constructivos
1 . INTRODUCCION
En este capítulo se , tratan .los aspectos estructurales y constructivos de las ci-
mentaciones superficiales, tales como dimensionado , armado, etc., así como
las recomendaciones más significativas para el dise ño y cálculo de las mismas.
•
J
planta, etc. - -
En las figuras 3.1 y 3.2 se recogen los tipos más frecuentes.
Por su forma de trabajo, figura 3.1:
a ) aislada
b) combinada
c ) continua bajo pilares
;
d ) continua bajo muro
e ) arriostradas o atadas
í
1
m E3 m
j
a) b)
c)
^ x
//y//////// y/7/ /////
^ i E3 4
:(,
**. ..
d) e)
í Fig . 3.1.
89
I
Por su morfolog ía , figura 3.2:
a ) recta
b) escalonada
c ) ataluzada
d ) aligeradas o nervadas
m
Fig . 3.2.
a) b) c) d)
N y
Vv
Mx í ; V, My
Fig. 3.3.
90
(
\
Estas acciones , por traslado vectorial a la base del cimiento o zapata quedan a
efectos de cálculo reducidas a:
(
i —Esfuerzo normal
í N, = N + W. + Wp
— Momentos
Myj - Mx ± V, • h
Mvl = My ± Vx • h
siendo h el canto de la zapata.
Los esfuerzos cortantes en la base de la zapata , en general son acciones hori-
zontales que deben ser absorbidas por rozamiento entre terreno y zapata o por
otro mecanismo. ?
Las acciones antes indicadas se toman siempre SIN MAYORAR , ya que los co-
i.
-
•f Tí
.
eficientes de seguridad necesarios , cr omo se ha visto, se introducen en la deter -
,
e .
minació n de la tensi ó n admisible ut gdm »
í :
91
trica produce una distribución de presiones , no uniforme, sino trapezoidal o x
triangular , figura 3.4 b) y c ), seg ú n sea menor o mayor la excentricidad . y N
Para excentricidades grandes , fig. 3.4 d ) la tensió n m áxima o tensión de pico ,
puede llegar a sobrepasar el valor de la tensió n admisible del terreno , dando lu -
gar a la rotura o plastificación del mismo, bajo una zona m ás o menos amplia My Mx
de la zapata . e;y ^
ex />\Y
En algunos casos o situaciones l í mites puede calcularse la zapata considerando
que el terreno reacciona plastificá ndose bajo un á rea eficaz cuyo centro de gra -
vedad coincida con el punto de aplicación de la carga .
a
b'
>c
4.1 . Zapatas rectangulares. Caso general a)
Nt My X Mx y
a — a' b' Iy Ix 02 ~
6e, N i x
a '2 b '
llamando -
N
ex = My Mx
N,
Cy
N ,
las tensiones extremas son :
c)
N, óe^ Nt 6e, N i
a = a ' b' a '2 b ' a ' b '2 6e„ N i
°i = a' b'2
I
x
expresi ó n en que cada uno de los t é rminos corresponde a los diagramas b ) , c ) y
d ) de la figura 3.5.
La distribució n de tensiones resultante de la suma de los tres t é rminos responde \
o — a'b'
1±
6ex
a'
6e
b'
. d)
K
La Norma MV -101 / 1962 « Acciones en la edificaci ó n » en el apartado 8.6 dice:
-
«8.6 CARGAS EXCENTRICAS Cuando la actuación de cargas sobre el ci -
miento produzca , por su excentricidad , presiones no uniformes sobre el ierre- f
no , se admitirá en los bordes un aumento del 25 en la presión indicada en la
tabla 8.1 siempre que la presi ó n en el centro de gravedad de la superficie de \
apoyo no exceda de la presi ó n admisible. »
92
siempre que
a/. a
6 4
.
Los valores de las excentricidades e* y ev respecto a los dos ejes tienen que
cumplir :
6e* + 6e < 1
a' b'
6ex 6ey
+ >1
a' b'
93
HNi
\
\
.
V
\
\
^ max
;
a)
Tmax
^ !
[
{
i
:
^Tmax :
i
:
Fig . 3.7 . .
Para estos casos , se han obtenido soluciones gráficamente que se dan en forma
de tablas o á bacos (Hahn 1946, Dunham 1962, Piock 1963).
Para resolver los casos posibles se divide la zapata en tres zonas , figura 3.8.
% %
t
n n
^
b;
'4
K
fe
m ni _ fe f
/6
h
D
r
; :
n E ?
: ?
a// Q
//
I 61 61
i i
a i
Fig . 3.8 . .
i i
<*
Zona I i
:
Ni 1+
óe, + 6ey O
^mox
a'b' a' b' / i
94 c i
i i
i
í
Zona II
\
or
. i
Las excentricidades deberá n ser simultáneamente e* >
•
—4 y e^ T la cu ña
N,
V
(
^ max
R
i : 3C
-4 - —
d «4 d •
ey ;
3d
b'
; 6x c
Fig. 3.9. i
i
Q'
i
R= — 1
3
1 4c 4d
2
amax . « N,
siendo
—a = cx + b'
7
2
c —
2
= ey + d
se tiene:
3 - Ni
i @max
2 (a ' — 2ez) (b * — ev
2 ) — 1 25 ^ .
> t adm.
< !
-
y 6e x
a'
+
6ey
b'
> Tv ;
95
/
y, í
r nbT i
a' - X- -- + —
- “ X
i X :
0.44
es mimó -
l
I
%
i
0.42 o
ii
Q> o
b' 4
& o
0.40
& /
'
‘O 6, 0
0.36
*
'
°. ,l
0.32
N
'
°-+ V
Vb
0.28
^ °.r
v i
s O i
0.24 \
<y.*
a
V
s ;
S
0.20 O /
V
0.16
*
0.12
'o
0.08 -
i i 1 1 • L 1 I I
0 0.04 0.08 0.12 0.16 0.20 0.25
c
Fig . 3.11.
b' a'
— — i :
96 i )
i }
(
i.
!
(
4.2. Zapatas rectangulares » Carga vertical y momento en una sola dirección
i
Cuando existe momento en una sola dirección , se est á en un caso particular del
caso general anterior , cuando uno de jos momentos es nulo.
r •
:
K\
-
r
— Carga dentro del nú cleo central de inercia:
a'
í
- mi
:=
-
r
:
i
>
i
ex
i N,
¿
e / a' C! K
0.000 1.000
0.025 • 1.150
0.050 1.300
; 3C = c , *a 0.075 1.450
1.600
0.100
0.125 1.750
0.150 1.900
0.167 1.000 • 2.000
0.175 0.975 2.051
0.20Ó 0.900 2.222
0.225 0.825 2.424
0.250 0.750 2.667
b 0.275
0.300
0.675
0.600
2.962
3.333
rJ
0.325 0.525 3.809
0.333 0.500 4.000
0.350 0.450 4.444
0.375 0.375 5.333
0.400 0.300 6.667
0.425 0.225 8.889
1 0.450 0.150 13.333
26.667
0.475 0.075
a' i
i 0.500 0.000 oo
.
Fig 3.13.
Fig.- 3.14.
— Valores deCLy K.
siendo
a'
(
—2 .= e, + c
.
97
( =
Puede ser pr á ctica la utilizació n de la tabla de la fig. 3.14, con la cual se ob-
tiene el valor de la tensió n m áxima y la posición de la l ínea de tensiones nulas:
r
&max = K a' b'
N , K & media
i
!
o = a Ni
' b'
< at,.adm.
;
D
N, h
V
b‘
a i
Fig. 3.15.
— Zapatas cuadradas :
i
A = a' 2 a' = N ,
^t .adm.
—Zapata rectangular:
A = a' b' fijando una relaci ó n entre lados a' = nb
,
A = nb ' 2 b' - N
n a.t.adm. ¡
98
/
í
a
i i
i
b'
¡
.
Fig 3.16.
Situación
Area de la Momento de del n úcleo
FORMA DE LA BASE base inercia central de
Az ixx inercia
CN
Cn 0, 125d
CIRCULAR d -n 0,785d 2 0,049d 4
2 Cn*
OCTOGONAL d 0, 828d 2 0,055d 4 0, I 22d
2 Cn«
HEXAGONAL d
D • 0,866d 2 0,060d4 . 0,120d -
!•
f
ANULAR d
.
Fig 3.17 . —los
2
0, 785(d* - di) 0,049(d|- dt)
^
Area de la base , momento de inercia y situaci ón del n úcleo central. Los valores
(l +
Cft son
del radio del círculo inscrito.
v -
:
\
Para el cálculo de las zapatas con estas formas se dan los cuadros de las figu -
ras 3.18 a 3.22 que facilitan la determinación de los datos necesarios.
99
I
.
:
i •
í
Zapata circular
4 Ni
&max =K ir á 2
e- M
Ni
N,
1 e
^max ?
t e/d
0.000
Ci K
1.00
0.025 1.20 i
0.050 1.40
0.075 1.60 i
0.100
0.125 1.000
1.80
2.00 .
0.150 0.910 2.23 i
0.175 0.830 2.48
0.200 0.755 2.76
0.225 0.685 3.11
!
0.250 0.615 3.55
0.275 0.550 4.15
0.294 0.500 4.69
0.300 0.485 4.96 :•
0.325 0.420 6.00
0.350 0.360 7.48
0.375 0.295 9.93
0.400 0.235 13.87
0.425 0.175 21.08
0.450 0.120 38.25
0.475 0.060 96.10
0.500 0.000 oo
.
Fig 3.19. —raValores de Cx y K pa -
valores e / d.
@max
= K Ni :
Az
100 ; \
}
:
Zapata anular
Valores de Q
dx / d2 d¿d 2
i
1 e / d2 '
. 0.0 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 LO
Fig. 3.21
4 i
;
a-
d2 ^ -
Fig . 3.20.
&max = K Ni
A2
A z ~~ \ - d\)
K (ú
4
e= M
N,
1
;
Valores de K
d\ / d2 dx / d2
e / d2 0.0 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 LO
Fig. 3.22 .
101
í
4.5 . Otras comprobaciones
Para suponer que la distribución de tensiones bajo la zapata es plana, hay que
admitir que ésta es suficientemente r ígida. (Ver capítulo siguiente).
El procedimiento de cálculo consiste , en esquema , en determinar el punto de
aplicación de la resultante de las solicitaciones de los dos o más pilares. Cono-
cido el punto de aplicación de la resultante , el problema se reduce a proyectar ,
seg ú n lo ya visto, una zapata cuyas dimensiones garanticen que las tensiones
transmitidas al terreno son admisibles.
En el caso de la figura 3.23 la resultante N = N 1 + N 2 + N 3 estar á situada en un
punto A. Para determinar el punto A basta con tomar momentos respecto a
dos ejes, por ejemplo, los X e Y.
N 2. d 2 + N 3 (dj + d 2) = N. d
Nt. cx + Nj(c! + c2) = N. c
donde c y d son las coordenadas , respecto a los ejes X Y del punto A.
Conocida la posición de la resultante, se proyecta la zapata necesaria . El caso
más sencillo es disponer una zapata cuadrada, rectangular o de forma cual-
quiera , cuyo centro de. gravedad coincida con el punto de aplicación de la
resultante .
102
/•
'
•
(
® Ni
{
i
x
(
f d
¿2
( A
i c
'
-
!v
H Hr i
© í]
(
Nz N3 dI
'
/
/
$
i
cl c2
+ 1
Fig . 3.23. Y
i
En el ejemplo de la figura 3.23 para zapata rectangular centrada ser ía (figura
i
3.24):
i
a/t
!
% 2
t t t
%
A
- -r: b
1
b/2
Fig . 3.24 . i
a
En el caso general , sea cual sea la forma de la zapata y cuyo centro de grave-
dad no coincide con el punto de aplicaci
:.
ón de la carga , se aplicar ía la f órmula
•
! de la flexión compuesta
My .x ML,. y
o — Az i,
±
h — ( Jt. adm.
Los casos m ás frecuentes de zapatas combinadas para dos pilares son los si-
guientes:
. ..
—N =
•V
? :
:
103
N
IML \z J [ N8
h
+ . b'
ay¿ a' 2.
i ' i
a’ Fig . 3.25.
siendo:
yh = peso específico del hormigó n seg ú n la Instrucci ón EH -91 (art ículo 28.2).
Hormig ón en masa = y h = 2, 3 t / m 3.
Hormigón armado = y h = 2,5 t / m 3.
Fijando una de las dimensiones
b' = N j + N2
3.' ( o - yh.h )
N, IK
PUNTO DE APLICACION
DE LA RESULTANTE
/ +C. de Gr. b‘
B A
’
i?
^ 4
a Fig . 3.26.
e' N
= N + Wz • e
4( N + W z)
para e' > —6 =
—
3(a ' 2e ' )b t — 1 25 Of .
j adm .
104 i
í
Con estas expresiones se deducen las dimensiones a ' . b ' , o fijando una de ellas
o una relación entre ellas. Es aconsejable proceder a la comprobación de que la
/ estimación del peso de la zapata ha sido correcta.
i
i
Zapata trapezoidal
b; b’2
Fig . 3.27. I
a I
6N 2a '
b '2 = C2
a '2 n
* 3
2N
b 'i = ~ b '2
a '.d
ll
< ;: C , C2
I
a'
Fig. 3.28. 1 —i
*
105
E
Para Nj > N 2 (figura 3.28) operando igual , los lados de la zapata son:
6N a'
b 'i ,2 r Co
a * < • 3
2N i
b '2 =
a' a . - b' i
C .v 1 = In C V2 = In
. Az
.
C2 Cj . Az
Siendo In el momento de inercia de la sección respecto al eje 1-1 que pasa
por el centro de gravedad .
a ü M.x
= ±
Az In
se obtienen la omax y omin compar á ndolas con la at ,aAm.
3. Si e cN. es necesario plantar el equilibrio de la cu ñ a de presiones con
^
la resultante de las acciones.
—Centrada.
La excentricidad e =o
Las dimensiones de la zapata son :
N + W2 2c2 a
b 'i — a aVa'
2
b '2 -
N + Wz a V b'i
a 2•Q a '2
i
A(C de Gr ) , i
I + -+ - $- ba
bi P % CJU_4
|
i
4-s
¡
J
11
n n2 m
c C2 ?
1
a * 2
a
i Fig 3.29.
106
i
siendo
/ j. b V a V h a ' j . b
f
•
;
' .b
c2 = m + n 2 = a i ^ + 2a 2 AZ ^
,
-
Az = a \ b 1 + a ' 2 b ' 2
* *
— Descentrada.
Es necesario determinar los extremos del n ú cleo central
/
de inercia.
C.
vi — In : c V2 ~ In
i
Ci - Az C2‘ Az
i La excentricidad de la carga total incluyendo el peso de la zapata , ser á:
e' = N e
¡;
N + Wz
Si la carga total está hacia el lado ancho de la zapata ye ' < c V2
1 e ' (nz + m )
= (N + Wz) +
Az In
!
oml „ = (N + Wz)
1
Az
e ' (a ' — n 2 - m)
1MI
1 e ' (a ' - n 2 - m )
<w = ( N + Wz) +
I
Az
ff* .
, = (N + W ) 2
Az
1 e '(n 2 4- m )
In
Si la carga está fuera del n úcleo central de inercia, es necesario operar plan- ,
Ni
TI Wz
v V
; ••
3c
Fig . 3.30.
107
í .
i
El problema se puede resolver haciendo una zapata com ú n al pilar de
medianer ía y a otro pilar próximo , con cualquiera de las soluciones vistas en el
apartado anterior 4.6. 1.
Para centrar más la carga , se puede aumentar el peso de la zapata, bien aumen-
tando su tamañ o o disponiendo un dado de hormigón en masa bajo la zapata
propiamente dicha con lo cual se aumenta considerablemente el peso ,
figura 3.31.
N
V
(I Ni
Wz
y
7
h
• flW >
c
V
Nz
V
Fig . 3.31 .
a ' - b V 7* i
i :
a =
,
2 ( N + WD)
< 1 , 25 a f . adm .
-
a ' 2 b '2
Por la frecuencia con la que se presenta el caso de la zapata de medianería, i :
Una de las soluciones posibles pero muy poco utilizada es la que recoge la
fig . 3.32 creando un sistema de palanca. \ 1
108
i
i
/
;
•
¥ I
I
I
\
;
i MATERIAL \ i
I
COMPRESIBLE
I i
w L
PESO MUERTO DE
J
\
\
ZAPATA Y TIERRAS
E3 i
i
i
• i
Fig. 3.32.
:
La solución de la zapata de medianer ía^ por medio de la viga centradora , con-
:
. siste en recurrir a la colaboraci ón del pilar y zapata pr óxima para , por medio ,
de una viga de uni ón, crear un mecanismo que centre la carga de la zapata de
medianer ía.
Si Nx y N 2 son las cargas verticales que transmiten los pilares 1 y 2 (fig. 3.33)
por medio de la viga centradora se establece un par que centra la carga de la
zapata correspondiente al pilar 1.
{ : •
109
L
Ni Na í
V V
,
h
rz rza hz
%
URa
- t
b , 4
b1 b2
a2 Fig. 3.33.
ai
Na
Ni
Wz Wz 2
V
Zx zx
A A
URI URa
1 Ni
flNa
V V
zx zx
A A
UR I UR 2 Fig . 3.34.
Llamando:
R ' i = R , - W Z1
R ' 2 = R 2 - WZ2
E F, = o ,
R ' + R ' 2 = NJ + N 2
ÍM = o -
N í L = R ' r (L - e).
R ' t = N1 L
L-e
R¡ = W Z1 + N , L
L-e
O)
e e
R ' 2 = N 2 - N1
L -e
R 2 = W Z2 + N2 —N 1
L-e
(2)
110
í
I.
4. Las tensiones del terreno bajo cada una de las zapatas será n:
RI R2
- a V b' j
ot .adm .
°2
~
-
a '2 b '2
< at . adm .
En caso de no ser ax y /o a2 menor que la at. adm. se corrigen los cálculos des-
de el punto 2, aumentando las dimensiones necesarias.
?' i -
= f f i -.T A h j
yt , h2.
' . . . . ..
V V
1
i
i
!
Vi 2
í N2
““
zl
1
Ni
Mi
:
Mz
1 1
\ ..
i
.
Fig 3.35. a11, aI2
\
111
i
Los á bacos de las figuras 3.36 a) y b) dan directamente los valores de servicio
M,
y V l en función de la relació n
5 , para distintos valores de la carga Nu
a 'i a 'i
L
a',
4,00
3 ,75
3,50
,
3 25
3,00
2.75
,
2 50
,
2 25
i
2 , 00
'1,75
1,50
1,25
.
J 00 V ,
o 5 10 JS 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 Fig. 3.36. ;
b)
112 ;
{
!
i
4.6v2.2. T
•
Zapata dé medianer ía con colaboración del forjado o viga superior
i•
dimensiones a ' , b %
/
i
i T
i
<
o
N
H H- h
* .
í -
h
T y
^
N
i e
*
Fig . 3.37 .
i a1
i ;
T<-
(N + Wz) tg 5 - coef . de seguridad > 1 ,5
7d
113
'
i
La tensión en el terreno será:
o = a 'Nb — + yh ^ h ot . adm.
Mn - T(H - h )
Bajo una línea de pilares puede proyectarse una zapata continua o corrida co-
m ú n para todos los pilares. Asimismo , cuando el elemento estructural es lineal ,
muro de f á brica de ladrillo o maniposter ía , la zapata bajo el mismo es conti-
nua.
No obstante, el planteamiento del cálculo difiere sustancialmente , debido a que
el comportamiento del terreno frente a cada una de las solicitaciones es total -
mente distinto.
En el caso de zapata continua bajo una línea de pilares , no es v álido admitir
como norma general la reacci ó n uniforme del terreno. Para el cálculo de este
tipo de zapatas es necesario plantear el problema elástico de forma más riguro-
sa, buscá ndose modelos matem áticos del suelo , de los cuales el m ás conocido y
difundido por su sencillez es el modelo d é WINKLER , que conduce al llamado
método del «coeficiente del balasto », qu é parte de la hipótesis básica de supo-
ner que, en cualquier punto , el asiento es proporcional á la presi ón que en él se
desarrolla. Con este planteamiento se estudia la cimentación por zapatas corri-
das en el supuesto de que su forma de trabajo sea la correspondiente a una vi-
ga; es el cálculo como « viga flotante », que se trata en el Capítulo siguiente.
Cuando la zapata corrida recibe un muro , el problema puede abordarse , de
forma más sencilla , estudiándola a flexión en el sentido transversal al muro o
zapata , y con distribución uniforme de tensiones en el sentido longitudinal . En
-
general bajo muros de f á brica se suelen hacer zapatas de hormigón en masa de
gran canto, figura 3.38 a) o bien soluciones del tipo de la figura 3.38 b).
—n
p
a) b)
Fig . 3.38 .
114
i
/ 5, CALCULO ESTRUCTURAL DEL CIMIENTO
( Hasta ahora se han expuesto las posibles soluciones para determinar las dimen -
i siones de la superficie de contacto cimientorterreno, en función de las distintas
solicitaciones que pueden transmitir los soportes, que deben corresponder a la
combinación pésima de solicitaciones. Como se ha visto, para nada ha influido
el material con que fuese a ser construido el cimiento , pues, cualquiera que sea ,
se admite queden todo caso , tiene mayor resistencia que el terreno.
En la actualidad , y salvo casos muy singulares que requerir ían un tratamiento
aparte , las cimentaciones se construyen en hormigón , e ñ masa o armado.
El cimiento como elemento estructural , debe dimensionarse y en su caso armar -
se , considerando los valores ponderados de las solicitaciones debidas a las reac-
ciones del terreno , obtenidas como se ha visto en los apartados anteriores.
La Instrucció n EH-91 (art. 58.2) establece que para el cá lculo de las solicita-
f
ciones que act ú an sobre el elemento^ de cimentació n, se deduzcan los valores
ponderados de las solicitaciones debidas a!peso propio del elemento de cimen-
! tación y al del terreno que descansa sobre él. Esta consideración se basa en admi -
tir que el hormigó n fragua en condiciones hidrostá ticas sin absorber esfuerzos y
que el relleno de tierras es de peso despreciable. Esta hipó tesis en gran parte de
los casos puede ser cierta. No obstante, el deducir el peso propio de la zapata y
de las tierras, complica el cálculo, reduce el coeficiente de seguridad y, en general,
puede decirse que va en contra de seguridad . Por ello, se consideran como solicita-
ciones a efectos del cálculo del elemento de cimentaci ó n las reacciones o tensiones. .
.
Puede admitirse para simplificació n del cálculo que las tensiones en el terreno
son uniformes, con valor at , igual al valor m áximo de las tensiones calculadas
por el coeficiente de ponderación y f\ cometiéndose con ello pequeños errores
pero siempre a favor de seguridad . ..
hacen que su estudio no sea equiparable a los modelos habituales , sin embargo ,
considerando cada secci ón por separado permite calcularlas como mé nsulas so -
licitadas por la reacci ó n del terreno (figura 3.39).
V
*
/
/ \
i
\
/
c
i.• .
Fig. 3.39.
•i ..
. !
En general para que sea posible construir zapatas de hormigón en masa se re- .
quiere un gran canto. El canto m ínimo estar á condicionado a que las distintas
secciones resistan los momentos y esfuerzos cortantes que producen en ellas las
.
tensiones af Las secciones más desfavorables a efectos de momento flector son
las 1-1 y 2-2 figura 3.40.
Vb
1
a .
Fig 3.40.
Como se ha dicho , para el cálculo del momento flector , las secciones m ás des-
favorables son las 1-1 y 2-2, actuando en ellas los momentos que producen las
tensiones a, en las á reas A y B respectivamente de la figura 3.40.
1
MJ1 = -2i_- v.'^ b ' - or. - Y, (1)
M|2
=
1
Á*
Vi'
2
- a ' • a, - y f (2)
h
m "2
Umax
I
En la secció n 1 -1.
M) T 6 MJ * ( 3)
Umax
.b ' • h3 b ' h2 -
12
En la sección 2-2.
M T 6 M 22 (4)
Umax.
a ' h3 a ' h2-
12
.
* Estos valores de las tensiones má ximas de compresión y tracción, tienen que
ser resistidos por el hormigón. La resistencia del hormigó n a tracci ó n es menor
que la resistencia a compresión , por ello la limitació n a las tensiones máximas
i
f ct.d
fct.k _ ,45 \ f
.0 7J 0,375
J f** (5)
U 2 7c 1.2 yc 7c
117
í
Sustituyendo en las ecuaciones (3) y (4) los valores (1 ) y ( 2), respectivamente , e
igualando a (5) se obtiene: /
.
2
v
h ^ <
0, 325
<V 7 c ' 7/
O) 2 < 0 , 125
h -
o t y c' j f
v : \7 v
resistencia caracter ística del hormig ó n . Las curvas de trazo discontinuo se han
obtenido para nivel de control reducido con y c = 1 ,7 y f = 1 ,8 y las de trazo
continuo , para nivel de control nomal con y c = 1, 5 y f = 1, 6.
^,
4 00
Q.dm
/
3 75,
3 ,5 0
,
3 25
3 ,0 0
2 ,75
2,5 0
2 25,
2 , 00
1,75
CONTROL NORMAL
CONTROL REDUCIDO
,50
,
1 25
i.oo L_ . Il
l L .1 . .I
I 1 Lll l
I .1 1.1 J .t. 11 1.1 ..
LI I U .h
o
o
i
Determinado el canto total h , es necesario realizar las comprobaciones a cortan -
te y punzoíiamiento. - i }
{
>
Para el cálculo o comprobación a cortante se tomar á como sección de referencia
la sección S2 situada a una distancia igual al canto total h , medida desde la cara
del soporte o muro, o desde el punto medio entre la cara del soporte y el borde de
la placa de apoyo o reparto , fig. 3.41, bis.
i
118
i
:
I
l
t a í
-
•‘ s
(
S . h h S2
h
i
.ovi.- i - i
r* < • -
b'
v
a !
I a -a*
” .
i
a- a - h
2
i .
J- 2 - L
El valor del cortante, será en el caso de soportes o muros no metálicos sobre pla-
ca de reparto:
, _
V2 = o . ( a— a
1
— —h ) b'
2
V 2, = V 2 7/ -
:
La sección resistente es:
A2 = b ' h-
La tensi ón tangencial de cálculo es:
! a' -a
V 2d
C7
2
- h Ib ' 7/ -
= A- 2 b ' • h.
?a f«.d = .0,375
7« ,
119
f •
i .
,
La comprobació n o cálculo a punzonamiento se realizará en una sección peri
metral figura 3.42 situada a una distancia de las caras del soporte no menor que-
la mitad del canto total de la zapata.
El esfuerzo que produce el punzonamiento y el área resistente son:
V —
= <r [a ' b ' (a + h ) ( b + h ) ]
*
Vd = o [a ' • b ' - (a + h ) (b + h ) ] y f
A = 2 [a + b + 2 h ] h
La tensión tangencial será:
Td = V* _ g[ a ' • br —
(a -i- h ) ( b + h ) ] . 7/
A 2 (a + b + 2h) h
h hy.
i
'
2
b*
i a
1 i
1 a'+ h
i
.
Fig 3.42.
Esta tensi ó n tendr á que ser menor o igual a 2f< ¿, seg ú n la EH-91 (art. 58.7).
*
0,75
rd < 2fct d = 7c
En el caso de que no se cumpliese alguna dé las dos condiciones de resistencia a
cortante y a punzonamiento , habr ía que aumentar el canto total h .
Conforme con lo anterior , cuando el vuelo medido en las dos direcciones , sea
igual o menor que la mitad del canto total , no es necesario efectuar ning ú n tipo
de comprobació n ni a cortante ni a punzonamiento.
En las zapatas de hormigón en masa , no es necesaria estructuralmente colocar ar -
maduras ; no obstante, es aconsejable a efectos de atado, arriostramiento , po
sibles movimientos diferenciales , hormigonado defectuoso , o por fases , etc . dis- -
poner una armadura m ínima en las dos direcciones, en la cara inferior , con una
cuantía geom étrica aproximada del 1, 5 %<,.
Aunque actualmente es poco usual , puede ser preciso construir cimientos de
mamposter ía o de hormigó n «ciclópeo ».
120 .
I
\
. \ *; .
%
•• X
:
i
i
Lá base del cimiento debe dimensionarse conforme a las normas dadas en el
apartado 4, procurando no exista excesiva excentricidad de carga . Con las di -
mensiones en planta del cimiento , se debe fijar el canto del mismo, teniendo pre-
sente que por el material con que se ejecuta no tiene sentido hablar , en ning ú n ca-
r so, de trabajo a flexi ón. Por ello la altura debe ser tal , que garantice la transmi-
sión a la base , de forma uniforme, de; las acciones que recibe del soporte o muro.
\
Para f ábricas de manipostería recibidas con mortero de caHigura 3.43 a), puede
formarse:
tg a =
*
—
v
> 2 h > a' — a
Para f á bricas recibidas con mortero de cemento , puede reducirse algo la altura ,
tomando
tg Oí =—
h, >
1,5 . . . h >; 3 (a i. - a)
V 4
>
:•
Los cimientos construidos con hormigón cicl ó peo, pueden asimilarse a este últi-
mo caso de f á bricas recibidas con mortero de cemento. Si el mortero es de muy
: ( buena calidad , puede reducirse algo la altura , pudiendo llegarse a relaciones
(
1
h > y (a ' - a)
\
V a
*
/ \
\
•fi /
\
/
/
\ h
i
\
/
\
oC \
a) ar I
I
v2 a
V,
B
/
h,
i
\ ‘
/
\
/
\
/
C\ h
/
\ h2
A Y
Fig. 3.43.
b > i a’ I
i
:
•
i
Las zapatas Tipo II, es decir, aquellas cuyo canto es mayor que dos veces el vuelo
m áximo, segú n el apartado 58.5 de la Instrucci ó n EH -91 « ...se diseñ ará n de acuer-
do con el art ículo 61».
El art ículo 61 desarrolla el cálculo de las ménsulas cortas. Aplicando los criterios
que en el mismo se exponen , resulta que con vuelos vmax < 0,5 h no son necesarias f
armaduras para las zapatas cuyas reacciones del terreno sean u < 4 Kg /cm 2, dis-
ponié ndose entonces la m ínima que prescribe dicho art ículo: As = 0, 004, b . d en í
que b es el ancho de la mé nsula (aqu í zapata). Es decir , que salvo para casos sin-
gulares, se puede afirmar que las zapatas Tipo II en las que vmn* < 0, 5 h , son za-
patas de hormigón en masa .
Las zapatas Tipo I y III reciben en la Instrucci ó n EH -91 un tratamiento casi id én-
tico, excepto en lo que se refiere ál cálcu ío a cortante y punzonamiento. : '*
;
•
Va -
d h
i
I a *
I BIELAS DE COMPRESION ISOSTAT / CAS
I Fig . 3.46 .
OB at dx. dy AB
dNs
dNs = at dx. dy
AB OB
proyectando seg ú n las direcciones XY (direcciones de las armaduras) y siendo
x — AB. eos 0, y = AB sen 6
dNsx = • x. dx . dy
OB
'* • f
d Nsy ÍL
= OB
_ •y . dx. dy .i
!.
124
I
• • M
N
71 ; í •'
A
d
Y
X
Q - a
¡
</ / / s
:
i
/7 zz T,
L\7dN
V& x b'
X
Z ZdNsy' dN $
z
(Z (Z (Z
Z
a/ a/
I 2
^ 4 2
i
Fig . 3.47.
J.
a 72 a 72
—
OB
• X . dx . dy = — dyJ„
OB
4
8. OB
a 2
x . dx = <rt . '
•«-
* dy
Nsx = °t . a '
8. OB
2
r; 2
2
dy =
a, a ' 2 , b '
8. OB
N. a '
8. OB
y de la misma forma:
NSy - N (b ' — b)
. 8d
:
Afl = Nd
. (a ' - a)
8. d. fyd
v. . - At =
N¿. (b ' b)
8. ü. fyd
—
!
125
;
•
% . •
Expresiones que nos dan las áreas de acero necesarias a colocar uniformemente
repartidas en los anchos b ' y a ' respectivamente.
Al admitir que la carga del soporte se transmite íntegramente al terreno a través
de las bielas de compresión formadas en el hormigón de la zapata, no tiene senti-
do hablar de flexión , ni en consecuencia de esfuerzo cortante, por lo que en este
tipo de zapatas no es necesaria comprobación alguna a esfuerzo cortante.
A id éntico resultado del obtenido se llega , por el siguiente método aproximado,
estableciendo la semejanza de triá ngulos , figura 3.48 a).
a
4
d h
Q. n
b
- a)
a 1
4
íi di d d a
Q- -O- -Q- -O-
— b)
Fig. 3.48 .
a' - a
Ta 4
N „/ 2 d
(a ' - a)
Ta — Ai fyd — Ni
,
8. d i
análogamente: :
Tb — Ab fyd> — .
N (b ' ~ b)
8. d
:
Hay que tener presente que tanto en estas f órmulas , como en las mismas obteni-
das por el método de M. Lebelle, la distancia d es distinta para la armadura en la
dirección a y la armadura en la dirección b.
126
!
i
i
i No obstante, el error es m ínimo si se toma como ú nica distancia d la correspon -
diente al plano de contacto de las dos armaduras , figura 3.48 b).
Las armaduras deben anclarse en la longitud 1¿, necesaria seg ú n el art ículo 40 de
la Instrucci ó n EH -91, no debiendo eri ning ú n caso cortarse al borde de la zapata.
•;
I i
i
i:
í
I
i
c) Soporte de maniposter ía .
0, 25 a
t
{ • I
.
Fig 3.49. S,
i 127
detrás dé la cara del mismo y a las siguientes distancias seg ú n sea de hormigón o
maniposter í a:
s,
V
d > i,5 V
Q 5
s,
s,
V
d>t,5 V
Q
s,
.
Fig . 3.50
La Instrucción EH-91 (art. 58.4.1.1) impone una limitaci ón al canto ú til a efectos
del cálculo: « el canto ú til no excederá de 1,5 veces el vuelo v de la zapata, medido
perpendicularmente a esta sección; si ocurriese lo contrario, el canto ú til se tomará
igual a 1,5 v», figura 3.50.
Al considerar la secci ón de referencia S * a efectos de cálculo del momento flector
para soportes o muros de hormigón o mamposter ía detrás de la cara del soporte o
muro, se tiene en cuenta que el momento flector puede aumentar considerable-
mente detrás de dicha cara, fundamentalmente en soportes delgados y alargados .
El momento flector m áximo es el que produce la reacción del terreno en la sec-
ción de referencia, segú n se indica en la figura 3.51.
\ )
128
las
El momento as í calculado es el momento de servicio si no se han mayorado
la secci ó n hay que multiplica rlo por el
tensiones del terreno , para el cálculo de
( coeficiente de ponderación {y . i.
Md = M f - yf
:
i
is,
:=
t
t
:
(
V '
í a I
i si
i
t
V,
MU
.
Fig 3.51 *
i :
/ :
129
í
v í
v :: •:
C
t /
Xj = P ESP. TIERRAS
D :
!í h = p ESP. HORMIGON
tt D
'
h
hh
: t Fig . 3.52.
En la figura 3.52:
Mj = momento de las reacciones = — ox.c. . — c = 6
2
b'
3
1
~
a i' b ' C
= i
Md < 0,35 Uc d . Uc = fcd, b. d
- !
U„ = 0 ,97 M
„ 1+
d Uc d
< 0,04 Uc
;
US1 — As!. fyd
i I
130
i i
i
i
í
(
siendo b el ancho de la secci ón , es decir , a ' o b ' seg ú n la secci ón que se conside-
re.
Si se fija como canto , el canto m ínimo, la armadura necesaria ser á:
U n = 0,45 Uc
Independiente de lo anterior, las á reas de acero deben cumplir las limitaciones de
cuant ías m í nimas que establece la Instrucci ó n EH -91. Si la armadura de tracció n
(
. —fydil_ b. h
..
7'
^, =
A,
0, 04 -
^
í yd
. = (1,5 - 12,5
b. h
A,1 nec r
fcd . b . h*-) .
As nec
o más general *
131
i
Como se ha visto (ap. 5.2) una parte de las compresiones transmitidas por el
pilar o soporte , se distribuyen en el interior de la zapata por medio de un siste -
ma de bielas de compresión en abanico. Por ello, la armadura calculada para ;
n O Q a Q
, O O n Armadura perimetral
<
Fig . 3.53
—una
!
3.54 a ) .
La armadura paralela al lado menor debe colocarse de tal forma que si A, es el ;
2c :
la fracció n As distribuida uniformemente . El resto de la armadura se
:
a +c
'
repartirá en las dos bandas laterales uniformemente , correspondiendo a cada
132
i i
;
í
/
i
i
í
;
b)
i
i
-c
2 2
b'
/
; / a -c (
a -c
2 (a'+ c )
As a' + cA 2( a'+ c )
As
:.
> •
i V 5 -.
i
i i n i!
:
i
:
r
a
* i! II
i
i
i;
! r
a) II !
I
!! V
¡
I
A
c)
a i
1
1 •
. •
2 As * ar
Fig. 3.54. a' + c
todo el largo a ' de la zapata un área de acero ficticia , mayor de la necesaria > •
Asfic
a' + c
cálculo y c la dimensión definida en el párrafo anterior .
:V
d h
D
tr
b'
c
i Fig. 3.55.
a
Tp = Vrfl Thd
0, 9 . d . n . u
expresión en la que:
Vdl = esfuerzo cortante mayorado, en la sección Sj, por unidad de longitud =
a . c. b 7
• 7/ =
b'
= 80 rwr
en la que rbd y fcfr est á n expresadas en Kp /cm 2.
i.
134
f
i
(
b' tí
l
: í
a < 2 b‘ I
: a
b)
Fig . 3.56 . a1 a)
Para el cálculo del esfuerzo cortante, se distinguen dos tipos de zapatas seg ú n la
relaeíón entre: susí diiriensiones ^ ^v
i
— Zapatas cortas: son aquellas en que la relación entre sus lados es menor que 2 ,
figura 3.56 a ).
— Zapatas alargadas: son aquellas en que la relació n entre sus lados es igual o
mayor que 2, figura 3.56 b):
a' 2b'
— Zapatas cortas.
Puede asimilarse el cálculo a cortante y punzonamiento .
Se toma como sección de referenciai la S2, figura 3.57, situada a una sistancia
de medio canto útil —2 desde la cara del soporte o muro o desde el punto me-
1
°S2|, d
Vi lz
/
d
d2
i- 0 J -i
A C i
^2
V2 U
V, ,
d
d
72
b'
d/ '
'2
Fig . 3.57 . at
135
dio de la cara del soporte y el borde de la placa de apoyo , en el caso de soportes
met álicos apoyados en placas de reparto de acero .
Se considera como secció n resistente el área de una secció n del plano de referen -
cia de dimensiones b2. d 2.
La dimensió n b 2 = b + d y no mayor que el ancho de la zapata b ' .
b2 = b + d > b '
d
s2+ d
^ 3[
d h h
5 -4
tr
v2
b‘
-4
U— U
d/2 a d/2
4
ar ..
a
)
Fig . 3.58. Fig. 3.59 .
136
i
— Zapatas alargadas
En este tipo de zapatas en que la relación de lados es a ' > 2 b ' es necesario dife-
renciar el cá lculo a esfuerzo cortante como elemento lineal y a punzonameinto
(
como elementó plano con acción en dos direcciones .
i
Cálculo a cortante: la sección de referencia S 2 a efectos del cálculo a cortante,
se sit ú a a unadistancia igual al canto ú til (d ) medida desde la cara de soporte o
i
muro , o desde el punto medio de la cara del soporte al borde de la placa de
apoyo , en el caso de soportes metálicos apoyados en placas de reparto de ace-
ro.
í La secció n resistente es el á rea total de dicha secci ón de referencia S 2.
El esfuerzo que debe resistir dicha secci ó n V 2, es la suma de las reacciones del
terreno actuantes en el á rea rayada B de la figura 3.58, para tensión uniforme:
Cálculo a punzonamiento
7
=
^ 2 b' .d
; fcv = 0, 5
^
Para el cálculo a punzonamiento se considera una sección resistente perimetral
S 3, formada por el conjunto de secciones verticales y concéntricas con el sopor -
te o muro y situada a una distancia del mismo igual a la mitad del canto ú til
—2 (figura 3.59)
\
5.3. Zapatas combinadas
El cálculo estructural de las zapatas combinadas, para dos o más pilares , se rea-
liza siguiendo ios mismos criterios expuestos para zapatas aisladas.
A efectos del cálculo a flexión se considera la flexión que produce en las dos
direcciones principales , la reacci ón del terreno afectada del correspondiente
coeficiente de ponderaci ón yf , considerando como reacciones las cargas de los
pilares.
La comprobación a adherencia de las armaduras , debe comprobarse en la sec-
ci ón m ás desfavorable de momento flector . .
El cálculo a esfuerzo cortante se debe realizar como elemento lineal y a punzo-
namiento.
137
i
6. CIMIENTOS SEMIPROFUNDOS
h
H$6 m
V
Wz
a I
Fig. 3.60
. i
h2
a 2 * b2
H 6m
h *
a1,i * b i
Fig . 3.61.
138
i
;
( ;
,•••
:
compresi ó n del hormigó n .
Las dimensiones en planta del dado , con independencia de los condicionantes
constructivos , se calculan para que jas tensiones en la base , como resultantes de
la carga N , el peso de la zapata de hormigó n armado, del dado y de las tierras ,
no superen la tensión admisible del terreno.
Cuando la carga no es centrada , el cálculo del cimiento es m ás complejo , pues
i al aparecer momentos, se moviliza o empuje activo o pasivo en el terreno con -
tiguo al cimiento (1) , figura 3.62.
i
=
:
I
z
i
z A
Fig . 3.62.
N
!
i >
i
i H ( •
h, Hí 5 m
.v.; •
V-'
'
"
WJ¡ '
V Wz \
.
W
h
i Fig . 3.63.
i a « b
i
Ver , por ejemplo J. Salas et al . (1981) , « Geotecnia y Cimientos» Vol . 3 , 1. Parte, Ed . Rueda.
{1 )
a
Madrid .
u- 139
i
El pedestal se calcula como un soporte , elemento sometido a compresi ó n
simple o compuesta. Adem ás como consecuencia de la acció n localizada del so
porte sobre el pedestal , en este se producen unas tensiones transversales que
-
responden al esquema de la figura 3.64 a) .
Las dimensiones del pedestal est án limitadas en funci ón de la carga máxima Nu
que puede actuar sobre la superficie del pilar. Siendo Acl = ax X bu Ac = a X b í
h > Ac
a+b
Ac ,i Ac
z /
,
^
=
Q
COMPRESION
t
\ i
0, 1 a
X- -
a
TRACCION
h2
a a
a) b) Fig. 3.64.
Seg ú n el esquema de tensiones de la figura 3.64 a) por debajo del nivel superior
del pedestal y a una profundidad aproximadamente igual a 0,1 a , se producen
unas tracciones transversales en las dos disecciones ay b .
Considerando que las áreas del soporte y pedestal son regulares y concé ntricas
de dimensiones
Aci = a j . b j
Ac = a . b i
U*A .
A.sb fyrf — 0,3 Nd b - b!
b
en sentidos paralelos a los lados a y b respectivamente y distribuidas uniforme-
mente entre 0,1 a y a y 0, 1 b y b, figuras 3.65 a ) y b). .
140
i
: í
f
-- i I
0,1 b
: 0,1 a
r 1
í
Asb
i/
»
Asa b 0, 9 b
1
:
f
a
f
0,9 a i <1 1
í
f
f
!
i
r • •
b)
a)
Fig. 3.65.
/
V
Fig. 3.66.
El cálculo de las vigas riostras se realiza como pieza prismá tica de hormigó n
armado sometida a tracción simple o compuesta. La resistencia de la sección a
i. . •
tracción se conf ía exclusivamente a las fuerzas desarrolladas por sus armadu -
Lv ras. La función del hormigón és hacer trabajar solidariamente las armaduras y
; protegerlas de la corrosió n , figura 3.67.
u 141
r:V
. .
r
d - d2
zid «
i
Asi Fig. 3.67.
Us, « Md
d - d2
- Md
Us2 = d - d2
8. ASPECTOS CONSTRUCTIVOS
— Piano de apoyo:
El plano de apoyo de las cimentaciones debe fijarse teniendo en cuenta , de
existir , las oscilaciones del nivel freático. Es recomendable que dicho plano
quede siempre por debajo de la cota m ás baja previsible del nivel freá tico , con
el fin de evitar que el terreno por debajo del cimiento se vea afectado por po-
sibles corrientes , lavados , variaciones de pesos específicos, etc.
Asimismo, debe tenerse en cuenta la heladicidad de la zona, con el fin de situar
las zapatas a profundidad suficiente , de tal forma que no puedan sufrir la
acción de las heladas.
142
¡
.I
í
:
(
'
N . P. T.
i
/ y-/
(
SOLERA
( Z
;
D ARQUETA DE
PIE DE PILAR
i
h i . SANEAMIENTO
•
•
0 i
:
'
(
.
Fig 3.68.
í
: Es muy importante, tener presente en el proyecto y cálculo de las zapatas y ci - i
1
mentaciones en general , las obras que vayan a realizarse junto a ellas , tales co -
mo soleras , arquetas de pie de pilar ,v saneamiento general , etc . , dado que con
(
ellas pueden alterarse las condiciones de trabajo o bien dar lugar , por posibles !
í fugas , a vias de agua que produzcan lavados del terreno con el posible descalzo
' :
del cimiento:
i
:
D< A2
d
t i y
•
<y
Fig. 3.69.
*
*
i i i
d t
: i J
_.
.
f
: I
l
r -
: I
r
I
Fig. 3.70.
© © - V
:
143
i
I
Acciones agresivas i
f
El estudio, tratamiento y precauciones a tomar en cimentaciones situadas en
terrenos agresivos o con presencia de agua, que a su vez puede contener sustan-
cias potencialmente agresivas en disolución requeriría un capítulo aparte. Las
cimentaciones en medios agresivos est á tratada ampliamente en e! Tema 4 de la
publicación del COAM , Control de Calidad en Cimentaciones.
De forma somera , se resume a continuació n los controles a realizar para cono-
cer la agresividad del medio:
——Determinación del nivel freá tico y movimientos u oscilaciones del mismo.
An á lisis del agua: Debe determinarse eí valor del pH , dureza, contenido de
ácido carbó nico total y combinado con cal , residuos no evaporables y conte- .
nido de iones sulfato (SO;* 2 ), magnesio ( Mg 2 ), cloro (Cf ), amonio ( NH4+ ), sul-
'
os
furó 2 ) y nitrato ( NOj ).
*
-
— An álisis del suelo: Si el nivel superior del acuifero es inferior al del cimiento ,
las sustancias agresivas del suelo no podrá n atacar al hormig ón y armaduras ,
no obstante , si es previsible que por cualquier causa pueda llegar a él el
agua , debe hacerse un análisis del suelo determinando el contenido en mate-
ria orgá nica , el valor del pH y contenido de iones SO¡2 y Mg + 2 solubles en
agua.
En las Tablas 1 y 2 se dan , seg ú n la norma DIN 4030, los límites para calificar
la agresividad de las aguas o de los suelos. Los valores está n expresados en
mg /1 o mg / kg .
TABLA 1
LIMITES PARA CALIFICAR LA AGRESIVIDAD DE LAS
AGUAS NATURALES
TABLA 2
LIMITES PARA CALIFICAR LA AGRESIVIDAD DE LOS SUELOS
144
í
El hormig ón de limpieza, en ningú n caso debe servir para rasantear cuando en
el fondo de la excavación haya fuertes irregularidades . :
I
"
V i
l
En ning ú n caso , se deben apoyar las armaduras sobre « pates» o camillas met á-
licas que despu és del hormigonado queden en contacto con las superficies del
terreno , pues constituir ían un punto f ácil de entrada a la oxidaci ó n de las ar -
maduras.
Los espaciadores deben colocarse formando cuadros de lado 15 a 20 veces el
di á metro de la armadura .
Es conveniente colocar también espaciadores en la parte vertical de ganchos o
patillas para evitar el movimiento horizontal de la parrilla de fondo . .
— Hormigonado de zapatas:
.
• í
v.
'
El hormigonado por fases no debe realizarse nunca en zapatas aisladas; para ello
debe organizarse la obra de forma que puedan hormigonarse de una sola vez.
En zapatas corridas pueden realizarse juntas , en general en puntos alejados de
'
••i
145
i
v _
i
v. . .
f
(
/
i )
! i
I i
: !
i. )
!
!
i.. :
i :
(
i :
i
Capítulo 4
r -
( Cimentaciones Superficiales - III i
: ?
. i
1. INTRODUCCION Y TIPOLOGIA
Las zapatas corridas son cimentaciones de gran longitud comparada con su di-
• •« .
i?
mensió n transversal y que se utilizan corno base de muros o alineaciones de pi-
lares (fig. 4.1). En algunos casos se combinan mediante riostras diversas zapa -
:•
tas corridas , constituyendo un emparrillado sobre el que apoya el forjado de la
planta inferior (fig. 4.2).
Las losas o placas (fig. 4.3) son elementos de cimentaci ó n cuyas dimensiones en
planta son muy grandes comparadas con su espesor* y que , en general , definen
un plano sobre el que apoyan los pilafes o muros de un edificio.
• * .•
jm
S7 /Z&
a) Bajo muro
/Z7\
z / ¿9
-
j pf
í
1
z Z
g
b) Bajo pilares
Fig. 4.2.—Combinación de zapatas corridas. '
—
Fig . 4.1. Zapatas corridas .
i
4&I
^
r i
—
Fig. 4.3. Losa de cimentación .
i Las losas y las zapatas corridas eran ya utilizadas en las civilizaciones antiguas.
Los caldeos y asirios las constru ían uniendo bloques cerá micos macizos con as-
falto natural. Los griegos , chinos, mayas, etc , colocaban grandes sillares uni-
i.
,
:
de cimentaciones.
u 147
:
i
——
Se trata de cimentar un elemento continuo como un muro.
Se quieren homogeneizar los asientos de una alineaci ó n de pilares , sirviendo
de arriostramiento.
—
—
Se quieren puentear eventuales defectos o heterogeneidades del terreno.
Se busca una mayor facilidad constructiva en grupos de zapatas , etc .
La cimentación por losa está especialmente indicada cuando :
— El á rea de zapatas ocupar ía más del 50 % de la planta del edificio , para la
presió n admisible del terreno. Es un cáso frecuente en edificios altos ( > 10
plantas) y / o en terrenos de capacidad portante baja ( < 1 , 5 Kp / cm 2).
— Se requiere un sótano estanco , bajo el nivel freá tico.
—Seinclusiones
desea reducir los asientos diferenciales en terrenos
o defectos err á ticos .
heterogéneos o con
FvV'rrrrfvvV \ \\ fvl
B- B CC D~D
r
í? VSf » « m a a s
.
u
0
~"
C Iri i¡i
B
i LJ C D D
® $ @ >: i •J t— i
J e LJ m
"
[r
1i!
-J t s a as a
J
s> ® ® ® @
ti •ti (ti £ a
LJ
"
•
¡
J L
t
——
r ! r ~;
j i. ji i 1
m m
—--
k
a O H) H E
I fü [i
| ÍÜ
(b) (C ) (d )
mmm E- E
pnar r_. H- rnrn- m E
FF-
»
nn r -
*
E < ,l »W J kJ W J F F
i
L. i
¿ jajDqpapa
i
.
4
J :
•
i
nn
ÍJnpcjjjuijjG I
i
L... 4
J i t
(C ) (0
Fig. 4.4.
— ' Tipolog ía de losas .
i
148
i
('
(
Tambié n se han utilizado en cierta frecuencia losas regruesadas en base de pila-
res (fig. 4.4 b , c, d ) con objeto de mejorar la resistencia al punzonamiento y
ganar espacio paira depósitos subterrá neos, paso de conductos , etc. Un caso
:
particular de esta solución son los llamados emparrillados unidos por placas de
forjado (fig . 4.6). ;
En el caso de grandes esfuerzos de flexión y cuando se quieren reducir cargas
se recurre a losas aligeradas (fig. 4.4. e, f ) creando huecos con, encofrados per -
:
didos ígeneralmente tubos) o recuperables.. ;
!
!
r .
Fig . 4.5 .
— Losa de canto variable bajo un edificio con
Fig. 4.6,
— Emparrillado de zapatas
• • . .
corridas •
-:
cargas muy diversas .
í
i
t- i-
:
:
« ' Pantalla
Losa
/
z :
•i
\ Pilotes flotantes
a) b)
VT
ÑF NF NF7 . ' KF
V - ^ Bombeo
Losa
/
. i
7
*
( •*
i
' • >
J
:
.’ Base drenante
* ! >
-
• .
%
*
/
•SO O '
Anclajes
c) d)
;
i
v.
149
í
Cuando la losa queda bajo el nivel freático se combina normalmente con muros-
pantalla para crear un recinto estanco (íf g. 4.7 a).
En casos de terreno muy blando de gran espesor, la losa puede combinarse con
pilotes flotantes para reducir los asientos (fig . 4.7 b).
Si las subpresiones de agua son fuertes puede ser necesario anclar la
losa (í
f g, 4.7 c)
o disponer una instalación permanente de drenaje y bombeo ( mala
solución por
la servidumbre que supone) (í f g. 4.7 d).
l •
a) Hs Ib l2b
PS1 Ps. 2
r ’ •
Trapecio de presiones
b)
fW '
Trapecio de presiones
Distribuci ó n de presiones modificada.
í
Fig . 4.8. ’
— Zapata corrida r ígida .
!
150
i
y
Derivando dos veces la ec. (2) y substituyendo en (1) queda:
(
d 2M (x ) _ dQ(x ) El
d 4 w(x )
= q (x) - p(x) (3 )
dx2 dx dx4
i. >
U) dM X
"(
M+
dx
o nnQ * : dx
«
< x)
dx
—
Fig. 4.9. Viga flexible sobre apoyo elástico .
i '
!
Reissner , etc. Su mejora respecto al espacio de Winkler queda muy contrarres-
tada por su mayor complejidad .
Otra línea de aproximación al problema ha sido a través de ios medios elásticos
continuos (fig. 4.10b) de tipo isótropo , anisótropo , no lineal , etc.
151
i
(1 - V*) r + i/ 2 r + b / 2 q ( É) dyd £
w(x ) = (4) i
2 TT 2 E [ b / 2 2 — y 2 ¡ (x - )2 -
- 1/ 2 J - b /2 f ( ) f í
•
siendo / la longitud de ia zapata , b su ancho y £ una abscisa unitaria £ = —/
X
.
Distribuci ó n de
sobre muelles presiones en la
solera
Pst
Ps
Distribuci ó n de presiones
MnMESjr,::
-
en a solera
*
VJ S
Ps = Ks - S PUL
Asientos
{ nulos fuera de la sup . cargada ) cubeta de asientos i
's
( se extiende fuera de la
a) Método del coeficiente de balasto
K (hip. de Winkler). ' superficie cargada )
• Fig. —
4.10. Modelos para el cálculo de cimentaciones sobre apoyo el ástico.
Señalemos por último los métodos que consideran una variación lineal o para-
bólica de E o K con la profundidad . Entre ellos resulta interesante el modelo
de Repnikov que consigue una variación lineal combinando el modelo elástico
y el de Winkler (fig . 4.11).
Volviendo pues al modelo de Winkler , la ecuación (1) queda:
d %(x )
p (x) — K - w (x) — El
dx4
(5 )
*, -
* aVjtan
5
í)
1
S*m í«ipac¡o
reforzado
con
/ mu* ll*i
-
A ** cortsl 0
« i ;
Z Z
—
Fig. 4.11. Modelo que combina el coeficiente de balasto y el
m ódulo de elasticidad .
!• !
152
i j
i
í
y una vez conocidos los asientos de la zapata , el resto de los valores buscados
se obtienen f á cilmente:
Presiones . q (x) = K - w(x )
(
dw (x ) .
Giros V> (x) =
dx
M(x ) = d 2x El
2 w( )
Momentos flectores
dx
d 3 w (x )
Esfuerzos cortantes El Q(x) =
dx 3
La ecuaci ón (5 ) se ha integrado para condiciones de carga muy diversa , exis-
tiendo publicadas numerosas soluciones . De ellas recogeremos el caso de la car-
ga puntual P:
w = PL3
8 El
e Hcos - £ + sen £) =
’
P L3
8 El
- y*
i PL 2 e PL 2
<P = 4 El
£ * sen £ = 4 EI
" y2
M = PL e f (eos £ - sen £ ) =
—
4
"
PL
4 — *
VA
• .
*
Q = '
P
—2 e ~f • eos
2
£= —P
• vi
Los coeficientes r/ j a se dan en la fig . 4.12 y en el Cuadro 4.1, indicá ndose los '
s
Como puede observarse las funciones w y M son simé tricas respecto al origen ,
mientras que las <p y Q son antimétricas , por lo que cambian de signo para
£ < 0.
Para el caso de un momento exterior Jim el origen la soluci ón es:
' Vi M = J2í • Vi
4 EI
Jí
<P = J4íEIL
• *
VA Q=
2L
,7
? 3,
as
&
%
n, -
a* n, - *
3n/4 7T
o f
-
i
" 7T/4 77/2
4
r
W 50 40
153
CUADRO 4.1.
VALORES DE
^ r¡ , 2 rj 3 y r¡4 EN FUNCION DE LA ABSCISA UNITARIA
L *73 m 14
——0.11079
0.8 0.63538 0.32233 0.00928 0.31305
0.9 0.57121 0.31848 0.06575 0.25273
———
1.0 0.50832 0.30956 0.19876
1.1 0.44765 0.29666 0.14567 0.15099
1.2 0.38987 0.28072
1.3
1.4
0.33550
0.28492
0.26260
0.24301 —— 0.17158
0.18970
0.20109
0.10914
0.07290
0.04191
1.5 0.23835 0.22257 — 0.20679 0.01578
TT/ 2 0.20788 0.20788 —0.20788 0
1.6
1.7
0.19592
0.15762
0.20181
0.18166
—0.20771
-0.20470
—— 0.00589
0.02354
!
——0.03692 —0.12817 —
2.4 0.00562 0.06128 0.06689
2.6
2.8
0.02536
——0.04226
0.03829
0.02037
——0.07767
0 10193
,
—— 0.06364
3.0 0.00703 —0.05631 — 0.05730
0.04929
7r —0.04321 0 —0.04321 — 0.04321
3.2 —0.04307 —0.00853
0.00238 —0.03831 —0.04069
3.4 —0.04079 ——0.01209 ——0.01241
0.02374 —0.02450
0.03226
——0.03138 ——0.01769
3.6 0.03659
3.8 —0.01369 —0.00401
57r /4 —0.02786 — 0.01393 0 —0.01393
——0.01546 ——0.01307 —0.01197
4.0 0.02583 0.01386 0.00189
4.2 0.02042 0.00572 —0.00377
0.00735
4.4
4.6
—0.01111
— —00.01168
— 00999
,
0.00791
0.00886
——0.00113
3-TT / 2 —0.00898 —0.00898 0.00898 0
——0.00229 ———0.00646
4.8 0.00748 0.00820 0.00892 0.00072
5.0 0.00455 0.00837 0.00191
5.2
5.4
——0.00062 — 0.00487
0.00349 .
0.00746
0.00636
0.00258
0.00287 .
7TT / 4 0 — 0.00290 0.00579 0.00290
——
5.6 0.00053 0.00233 0.00520 0.00287
5.8 0.00127 0.00141 0.00409 0.00268
6.0 0.00169 — 0.00069 0.00307 0.00238
2x 0.00187 0 0.00187 0.00187
6.5 0.00179 0.00032 0.00114 0.00147
154
i
/
i
[
'
1
?- fPA (Q
PA = BL M
^P L U©
i ,
Po = BL
~ U (£) l\l „ = FL u|
( )
ip ip tp ip
ir H 1~H,
/ •
1
~
A :0
0, 25 2,5
0 0 2, 0
^
V5 1,5
0,10 1, 0
+»
0, 05 0, 5
&
0 o
-0, 05- 0, 5
U:
- -
0,10 1,0
- 0,15-1,5 O 1 2 * 5 6 7 8 '-i
Fig. 4.13. —distantes
Coeficientes de influencia para zapata corrida bajo infinitos pilares equi-
(seg ú n Verdeyen).
-y
§ ( % ) + y ' ( -f » -
".
^ ^
"» «,)-
.
1
y ~
^ Vi 0+ - f )
155
vh T/Y rh
A B
„=
Q ÓC 0B= 0
Ma= 0 MB 0 - p2 p
\ s
N; A B
A
f
£ i
3
4
B
^i i^w= °
,
\
=
%=0
v\\\- X\\\\\V\\\\XÍ Q
=0
M =0
B
B
—
l
1. Zapata real.
V - ,Q» QB
rVr
\ A
TVT PANTALLA
B \
\
% \
00 VI I Ma oo
:z> \ \
\ wA = o w„ =
B —
2. Zapata ficticia con acciones ficticias que pro-
J\1Ma= 0 duzcan las condiciones de borde en Ay B.
M =
B
—
Fig. 4.14. Ejemplos de distintas condiciones de borde. Fig. 4.15. — M étodo de Timoshenko.
F , Fg
P ,
P2
P3 F3 F4
oo +- LL Tt L
i
t
i B
rtL
LL-
nl
f Z 4 f
* 4
t ^ 2
4
f ^ 3
4
Fig. 4.16. — Método de Bleich .
Algunas soluciones particulares:
Po = -Z
BL
- fP (?)
Punto de aplicaci ó n de la carga.
U 0 = PL fM. (£) 0
M* = PLfM. A (?)
A la mitad del vuelo
PA = -Zr -
BL fP
(?)
A
P En el borde
P*
BL * (0B
i
156
{
i
i
i
Se observa qiie las presiones son uniformes para £ < — = 1 ,57. A partir de
•i
ese valor la presión de bordé va disminuyendo hasta anillarse para £ = 7r (no
tiene sentido aumentar el vuelo por encima de este valor ).
r* fP
0,30 3,0 T
I
0, 25 2 S .
1
i
%
l
l
7
i
0, 20 2, 0 T
» P
0,15 1, 5
\
v
\
1
v
A 1
B
\ a
—
t
\
0,10 1, 0
;
0, 05 0, 5
V
Si U . ‘/4
i
(
0 o
X.
VN -
i
í
0, 05 0,S L
1 2 3
Cl
6 a
í --
4L
f
Po
P
BL o
fP (?) PA =
BL A
fp (O
—
P
Mfl = P L fMo(£) MA — PLfM A
(£) Ps = BL fPB
(£ )
P1 3 P!
M„ = 4 16
4 í S Flexible
- 0,6 3, 0
' 0, 5 2,5
i
\
vS \
- 0> 2, 0
\ í
f
i
H .
- 0,3 1, 5
«'A
V /
/
t*1 i \
<
1
- 0, 2 1, 0 %£ \
\
\
\
O A B
;
- 0,1 0, 5
\
X
^ x
1
\
\
X
0 o
e
;
:
-
t 0,1 0, 5
r
0 2 3 S 6 7 8
Fig. 4.18. —Coeficientes de influencia para una zapata con
dos cargas en sus extremos (seg ú n Verdeyen).
i
157
i
En el Apartado 4.1 se comentan con más amplitud los resultados de este tipo
de zapata .
N= 1 ESUELO BP ESUELO / V
12
— EZAPATA I ZAPATA h
!
f YiiiiiiitiiKimiiiiiiiifiiiiuiiiiiii tr*
miiiiiiiiiiiiiiiiiti
////////////S//////////M
a)
" '
rrrrH i r 1
2 ja
i
i
10
5
50
Hm
50
Ancho de la zapata b =
—
10
1
c) Sobrecargas q = + q2
= q .
Qi 0, 8'
q 2 = 0, 2 q
•2 o \ Sp = Distribución de presiones uniforme . ¡
~ tjo
PJ /100
sao
-
d) TÍ
•iJO
* 2 fl
iV » 5
Nml
t
<
Fig . 4.19.
158
í
i
"
f
/
i
(
( 5L
Pm
* gE3l '
Ü 2S+1
i
i ^ 20 i
i llKllllllIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIVIIIIIIIHItlIlllllll L
—
(M
a) * to
/
I
\
^ <2nL .
H í i
i tm
fim Z5 L
/ L
40 i
XOi h
/ I
I
a)
*t o
. *' t
T i
T
ZOL
-00 $ ! SP I
55,
-005
A *
^k\
/ I
40
»
!
-004 / i
-OOJ
-C0J 7
\
N
EJ T
b) -007 * .
;
-aa? -aof
i
b) t*
-007 / « J,5¿ «000
/
>s\
¡QJX) 1
+01
*001 T
l
1 > /00
« 00
z
Pm
50
5
1
i * 1.0
V
to
h c)
!
c) ;
W*
i 4o:
* 20
i I
I I #
I I
T
i rSl ; ZO
I PJ ~ Mm T T
10 t
1 100
I so !
pj2
I
I ! 1 .
Nm d) « 00
100
-10 I ’ . i /
1/
*
10 i
i
- 20 i 10
í
d)
I i
- 10
¡ 50 \\
í /
*00
* 10
I 1
:V. .
>
159
Fig . 4.20. Fig. 4.21.
:
í
QW cufi* / 0.125 1 0.25 1 0.25 1 025 -/ OW
0.16 1
*
*
* * * *
» '7
f
/
I i I
J
u í
A, /*
5.5/L 5.5¿ ia¿
/
í20 ¿
= * ¿a
w.0 *
', 0 ¿O í!i Oi
a) a)
¿5
^
F
Pm 5.5i
I
I I I
-0.02 -0.02 ;
Pm »
-0.01 M.? U Si
-0.01 í
:"
b) Sp U 20 L
* 3.0 L 551 b)
V
^- 5.51
:0.00
> V zooo 2
^N
0.01
!
\ Pm »
0.01
1= 3.
^
I
/
Pm
* 10 * 1.0 \'
*•
Pm 50
C)
c) * S
>
* 2.0 T * 2.0
- 20 V T - 2.0 \
«- wr Pm' * 3
HM
-. - L-
W
-
fO
i"
;/Vr
d) i 0.0 * 0.0
d)
no /1 í.o : i
* 10 * 2.0 J_
I :
160
!
:
;
I
aw , , , , 0.2o I , 0.1q l , ,
O.OSq l 0.1q l 0W 02<y¡ O H I , . . OW 0* ,
1 OXfrl 0.1q l OPSq l ,
OJq l
OJy l
^
0JQ I 0.2 q !
t
i
(
i H i n i l l l l 4: ! '
. .
U l é Ll 11*
t
7-7
i
1 „
• •r '
¿A
/
5v
i • •
í T
*2
t t
T?77
”^,
73
—t r- -t —1
’ 1•
3
fí • i
6 5 4 3
4
'
1
/
c 1 1 1 í i ' -1 /
i
1
í i
/ * /x
a)
AP
,10
r-
5.5U
/c
,2,01 a) i c. .' * 30 L
5.5 L 20 L
1
5.51:*30l
Z óL 3.OL Tó L
^
7
55 L
t
-Anaof- T
40 ^ Sp 1.201
1
b)
P
i
\* 2PL
b)
rO.OO
Í .
3DL .
1.5 5 L
topo
i
I ¿3LOC* < ^^ U 5P L
* 001
1
1
*00
1
1 i
N . l
iVs
~
P I « 1
5
I 1
10 • 50
Pm
5 i
* to 50
c) I
c) .
2.0
7 I
1
i
1
I
\
*
1 I i
* 2.0 - 10 T
>
JV*
.
.* v •••••*
t íO O
10 50
d)
*
10.0
1
A/ x
d)
1.0
5
¿0
W
\ %
* 10 •3,0
i
— 3.5m 10 m-
/ HOm
/
35nr-*
o—
'
/ V Placa sin
- 20 7 N
\
\
\ empotrar
\
.
* • * 0
1
i •
Im / m
40
20 M Kr * 0,0 jA> 0,0079 \j
Placa empotrada
« n io » bordes
i
- t
:
•
Met . mod . el ástico.
'
¡ Met. coef . balasto .
*
v ;
_ 161
i
i
3. DETERMINACION DEL COEFICIENTE DE BALASTO
P B2
B0
/
/
- - Bj
/
/
/
/
/ B2 < B 0 < B 1
/
4
/ I
s
Fig. 4.27.
Sin embargo, al aumentar la superficie cargada los asientos será n mayores para
la misma presión (la carga afecta a un mayor volumen de terreno; ver Capítulo 2)
y , por tanto, K disminuir á.
Esto plantea el problema de que el coeficiente de balasto no es una constante
del terreno , sino que depende del nivel de presiones alcanzado y de las dimen -
siones del á rea cargada . Existe, por tanto, una clara desventaja frente a los
modelos elásticos, ya que los pará metros E y v s í constituyen características del
terreno independientes del á rea cargada (*). A pesar de ello la sencillez de las
formulaciones en el espacio de Winkler ha llevado a análisis detallados del
campo de variación del coeficiente de balasto en terrenos y problemas concre-
tos.
———Compacta
Suelta 0,64-1,92 ( L 3)* Arena floja, seca o h ú meda 1,0-3,0
Media 1 , 92-9, 60 (4 ,0) Arena media, seca o h ú meda 3,0 -9, 0
9, 60-32 (16 ,0) Arena compacta , seca o h úmeda 9,0-20,0
Gravilla arenosa floja 4,0-8,0
Arena sumergida Gravilla arenosa compacta 9, 0-25 ,0
——Suelta
Media
(0 , 8)
(2,50)
Grava arenosa floja -
7,0 12,0
Grava arenosa compacta 12, 0-30, 0
— Compacta (10, 0) Margas arcillosas 20 ,0-40,0
Arcilla Rocas blandas o algo alteradas 30,0-500
qu - 1-2 Kp /cm 2 1, 6-3,2 (2,5) Rocas sanas 800-30.000
qu = 2-4 Kp/cm 2 -
3,2 6 ,4 (5 , 0)
qu > 4 Kp/ cm 2 > 6, 4 (10)
* Entre paréntesis los valores medios propuestos.
(*) Ai menos en los casos normales ya que el terreno puede presentar un comportamiento no lineal,
fluencias plásticas , etc. no reproducibles con modelos sencillos.
162
3.2. Coeficiente de balasto para cimentaciones reales
Para zapatas cuadradas de ancho b (m ) Terzaghi (1955) sugiri ó extrapolar los va-
lores K 30 mediante las expresiones siguientes:
. r
i
K = K 30
^°
i
b
(suelos cohesivos) (7 )
b + 0, 30 | 2 (suelos granulares)
i K — K 30
2b
(8 )
l
y para zapatas rectangulares b x 1:
K'
-1 A K f l + 421
K= 2
, 15 Es4 \ ‘
3
Woinowsky-Krieger proponen
h Eh
i
Carga rectangular b x 1 K = 1 ,330 = Es 2
<llb
E, para carga de gran extensión sobre un estrato
Kógler y Scheidig: K = H ’ compresible de espesor H .
K = -
2 E,
b log [ l + 2(H / b)]
—Esb — carga en faja de ancho b
K
_ E, ;
1 + 2 H cargas cuadradas de lado 1 o circulares
1 7T
de di ámetro 1
E,
\ ... •
Vlasov y Leontiev: K = H( l + r ) (1. -2 0
V. • 163
: . ‘
4 . CONDICIONES DE RIGIDEZ Y PROBLEMAS DE INTERACCION
TERRENO-ESTRUCTURA
10
C/3 8
O
G
so 6
2
4
Rígida <r Intermedia Flexible
2
0.8 íf
0 i \ t i i * i i i il I t i l t i l
0.1 1.0 10.0 30.0 í a )
I
/> , X =
1 F :3
J T T I
i T
— XXí¿ =2.00.2. 1.0
?
o
oo
O
^xeXf= =
«
3.0
5.0
G
QJ
2.5
oo
<
\ I I I I
01 0.1 0.2 . 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1.0 £ (b)
.
Fig 4.28 .
— Momentos y asientos en una zapata combinada , seg ú n la rigidez de la misma ( Bowles ,
1975)..
—fuertes
Una cimentació n « r ígida » asegura asientos casi uniformes pero debe resistir
momentos flectores y , por tanto, es más cara .
Considerando ahora el modelo elástico, puede definirse también como par á-
metro de rigidez:
N= EsuWo ¡ Y (9)
—
p cimiento
•‘ h
!
índice ya introducido en el Ap. 2.4.
:
164 ;
í
/ N
Cimentació n rígida L 1
Cimentación semir ígida -
L 2 ,5 L
2,5 L — 5 ,0 L
3-5
-
5 30
Cimentación semiflexible
Cimentaci ón flexible > 5, 5 L > 30
* -
tj
§
w
C vr
o Zona r ígida
'O
.S
ce 3\
a<u
£ Bf
c \
o 4 Zona flaxibla
ce e
<u
•o
s A
N
(U
T3
;s>
totalmanta flexible
2-£
h„
- EI „ - np - n? •
I I
V. . * +2
*v hp
''s.. •
165
i.
siendo:
Iv, Ip : las inercias de vigas y pilares.
lv, hp : la luz media de las vigas y la altura de pilares.
np : el número de plantas.
nv : el n úmero de vanos en la dirección considerada.
La rigidez real depende mucho de los arriostramientos, rigidez de los tabiques,
huecos de ventanas , etc.
En conjunto se tendrá:
Eltota¡ = EIcifh , + El estr .
Como orientación puede indicarse que una estructura reticuiada de 13 plantas
con luces de 4 m tiene la misma rigidez que una losa de 33 m de longitud y
1 ,20 m de canto.
Puede verse que al duplicar El en la expresió n de la longitud elástica ésta sólo
aumenta en un 18 % por lo cual , salvo en casos de estructuras muy í rgidas,
suele estar justificado prescindir de la cooperaci ón de la estructura del edificio.
"
'"‘
"
%
r p:- '¿/¿
1
I
I
•,4,
• 11
-v nrr^' i
. 'V
oV
-
"P
i
a) .
I. r‘
i
!
^Z -
s;!
í
->.i /
nf \ /
\
1 ?
f
w »
:v r :v •
' '
• • Vi- j
ú--
V JIP /
/
D i s t. \r -
I b)
/.
t
Real \
\
i
t
i Dist . i c
• .<
Te ó rica i
i
i
1
t
1
\ 'í' T
4 iU
+. i
J" ’+ .í i.
' l
T
1
v. t
i
iMm
i ¡
i i
4 -; I
! : i
i
f .4
i i
;
/
\
i •
/ \
I t
l I I '
V
_r
I I '
i
i
i
Fig. 4.30.
— Variación de las presiones de contacto , se-
g ú n el tipo de terreno.
166
í
(
?
Sin embargo, para que puedan mantenerse tales tensiones es necesario que el
f terreno posea una considerable resistencia. Este caso se da , por ejemplo , en ci-
mentaciones superficiales sobre arena floja a media, la cual fluye lateralmente
(fig . 4.30 b), producié ndose una redistribuci ón de presiones hacia un reparto
{
m ás homogéneo. Un fenómeno semejante: se produce en arcillas blandas a cual-
( quier profundidad .
Una situación algo diferente se produce en arcillas Asuradas o de rotura frágil
?
cuya resistencia desciende casi a cero bruscamente, concentrá ndose las ten-
siones en la parte central de la cimentación donde existe una gran resistencia
por efecto del confinamiento (fig . 4.30 c).
Dado que el modelo de Winkler tiende a suavizar las presiones de borde, lle-
;
i.
1 2 } 5
f i Ti 7
i* i»
i i
X) 12
Q06'
-
4,60
45.73 m ^ 60 3,60 3,60 360 127
a) Cargas
•N i
«V f
I i¡
¡e 8
s?
í£ I3
fe
UT f
* — *
b) Presiones
4$ 73 m
J696 mt
1369 mt
7 N
' XfS
^-
\
90 mt
cí 35e»
5• mt \
\ i
----
: 7 yo n o
KXnf
129 mt 's
) mt
O r i rf
/
\
\ /
132
JJt
•s 606 rrt / V V
V* VH
62 V
* • V\
' mt
V V
152? mt\.
E
\\
\\
\
\
%
\]
0 ^ *//
i
% v
É
ÍT
J/
/
rr
2<92 mt
12519
.
MT s.
/
/
mt
« SOmX: V ít
\
464? frt
5453 m '' 5172 mt
/ r
íf
i
\3U
9392 m
//
ti
//
mt
'S f
NN /
í
Yl
//
mt
' 'f c) Momentos
9193 mt flectores
.
Fig 4.31. —distribucionesn
Comparació entre los momentos flectores producidos por distintas
de presiones .
i
167
i
'
( •
t
5. CALCULO DE LOSAS
—
Fig . 4.32. Esfuerzos
en losas r ígidas .
Una vez conocidas las presiones , los momentos flectores y esfuerzos cortantes
en una secci ó n dada se obtienen por las f ó rmulas habituales de la est á tica :
Q
-T. -f p o dx
M
-i: - rPi x, - -
o xdx
168
c
. (
terreno hace esperar una distribución de presiones del tipo del de la fig . 4.30
i
a) , conviene tantear leyes de presiones con máximos en los bordes (cumpliendo
> el equilibrio est ático). Como orientaci
SN .
ó n puede adoptarse el diagrama de la
fig . 4.33.
• »
P
Ps,mmp*¿* f- j
¡Tiy y
-
x r a f( f ) -
0 í
: r . ? * f (* >
i
#
*w
' = Angulo de rozamiento efectivo en 1,5 B. -W
i
F I i -30
Til1 Í J fiT
17
70 ft / iJ 1.17
I ‘
*
i- ‘ •
-20
¡
=
75 ft í fS 1.25
90 4 * 79 1.51
95 fl. f* 1*1
40 01SÜ 137
* •
" ,
c 07 OiO
I ....
025
I í
ft 20
i
otí
j
12
-—1
1
—. t
-
«
T Í 7? [ 1 ]
a) rgidas
Cálculo como losas í
Es admisible el empleo del método del Apartado 5.1 cuando:
— Las cargas de los pilares no difieren en más del 20 %.
— Las luces entre pilares son muy semejantes.
— La superestructura es bastante ír gida.
— La resultante de las cargas cae dentro del n úcleo central.
f
i B
* 4
ba 4 *
L'iQ
V
Fig. 4.34. Fig. 4.35.
* T
Q8 b =* 4>-
a
\
06 -
0.4
0.2
0
0.5 1 1.5 2 2.5
—
’ Fig. 4.36. Franja de reparto en función de las luces.
P,. = It b* • P,
/„ b„ + lb bt
P« = P. ~ P«.
Normalmente se toman anchos ba y b ¿> promedio de los obtenidos para los dos
vanos adyacentes a cada pilar en la operación anterior. A veces , el reparto se
hace respecto a las inercias en cada sentido , con :
ll
fi* =
n + 2 it Pí o = P. .
/3
@ a 4- fib
4
/ (
a
Bh =
n + 2n
4. Se calcula cada una de las vigas con las cargas corres-
pondientes y tomando un ancho promedio (fig. 4.37).
El cálculo suele hacerse generalmente como viga r ígida ,
pero tambié n cabe la consideración de viga flotante,
aunque la precisión de esta hipótesis no está propor -
cionada con todas las simplificaciones ya introducidas.
170
;
I
(
Rka Pia RJa-
í ^7- - -
Fig. 4.37.
i
i
"
'
(
r
55
:
U
; m W
+ : I i
0,2 W 0, 2 W
Fig. 4.38.
6. Los paneles centrales se arman con armadura sim étrica y como placas
empotradas a 0,20 w .
ZONA DE INFLUENCIA
!
i
Ü t
ü
I ! a
¿
bB =a 0 + h
k
;
/
BIELA
:
í
L.-
.
Fig. 4.39 —
Sustituci ón de la losa
liado . - \ ‘
por un erriparri- •
171
f
í
Y = -rr
/
Si la biela tiene una longitud L y una secció n Q , la fuerza axil que producirá el
mismo asiento será:
N =
EQ
-y - PA
Pero N = pA, luego en definitiva las bielas deberán dimensionarse de forma
que:
Ü KA
L E
D E* . t 3
= 12 (1 - vi )
siendo E*, los parámetros elásticos del hormigón de la losa .
vh
L -
El radio de influencia de una carga de pilar viene a ser aproximadamente
de 2,5 a 4 L .
5. Los momentos flectores radiales y tangenciales y el asiento se obtienen por :
Mr = ||Z (É) - ( 1 -
- 4 F)
Z ' 3 (É)
É ] \ )
|V - Z «]
^
Z' 3 )
M (
—r - £) + (1 - »0
4(
a
( )
w PL 2 (£ )
4 D Za
172
siendo P = carga del pilar ; £ .= r / L ; Z 3 ( £) , Z ' 3 ( £) , y Z 4(£) son funciones cu -
yos valores se indican en la fig. 4.40.
>- •
Mx = Mr cos20 + Mf sen20
* *
í -
M y = M, sen20 4- Mt cos 20 -
siendo 0 el á ngulo polar .
7. El cortante por unidad de ancho de losa se obtiene por:
Q= - ' ($)
*
4L
8. Si en el radio de influencia de una carga queda comprendido un borde , se
: calculan los momentos y cortantes en el borde suponiendo la losa infinita .
Se estudia después la losa real aplicando como exteriores momentos y cor -
tantes iguales y de signo contrario a los antes hallados. Para este cálculo se
sigue el método de la viga elástica finita.
9. Si existe un muro en el borde de la losa; puede sustituirse por una carga li-
neal aplicada en el borde de vigas elásticas transversales al muro. Los mo-
mentos correspondientes se suman en cada punto a los producidos por las
cargas interiores. H
X 0.3
NT
S 0.2
—
' 7T
0, 577 + iogtf — L.
- 2L
.
Fig 4.40.
—-
Valores de las funciones relativas a cortantes, momentos y
asientos (seg ú n Hetenyi , 1946). . .
10. Por ú ltimo , se obtienen los momentos y cortantes en cada punto sumando
los producidos en dicho punt ó por todas las cargas que lo incluyen en su
radio de influencia .
Como puede observarse el diseño se complica extraordinariamente cuando se
llega a los bordes de la losa , lo cual le resta bastante utilidad al m étodo.
173
La superposición de soluciones elásticas es el método desarrollado por Gorbu-
nov-Posadov (1959) , recogido, por ejemplo, en el libro de Selvadurai. En este
método el radio de influencia se define por:
a =t V /MZS
V 6 ES (1 - v¡)
siendo Es, vs los par á metros elásticos del suelo.
Los asientos , presiones , momentos flectores y cortantes en cada punto se ob-
tienen por superposici ón de los valores de influencia de los pilares que le ro-
dean . Estos valores , tabulados en forma adimensional se han obtenido por la
teor ía de losas infinitas sobre apoyo el ástico.
En la base de pilares cuadrados de lado s, con carga P se llega a los valores si- 0
guientes:
f
Qx = Qy ~ P*
4s^
Para los pilares próximos a los bordes se Utilizan soluciones de la losa semiinfi -
nita con diversos factores de correcci ón .
f *s
»
P* P/2d
1
x I
I
I
i
l
Peso propio i
i I
i ni lillLÍ HU.
f i
i
i
t
Cubeta de
asientos
.
Fig 4.41. —Asientos bajo una losa flexible .
Los momentos flectores pueden calcularse a partir del radio de curvatura del
perfil de asientos.
:
i
La losa asienta en la zona de influencia de cada pilar , sin que haya superposi-
ci ón de cargas (fig . 4.42 a). En este caso se adopta el procedimiento siguiente: /
174 i
í
(
I. Se halla un valor inicial K a partir de las f ó rmulas (7) u (8) para zapatas
0
En ellas se solapan las zonas de influencia de los pilares (fig. 4.42 b) consi -
guiéndose a una cierta profundidad unas presiones verticales casi uniformes. A
partir de esa profundidad los asientos también serían uniformes de acuerdo con
la hipótesis de Winkler , por lo que no ser ía necesario tenerlos en cuenta a efec-
tos de flexiones de la losa , y podr ía tomarse un radio de influencia menor de
2,5 r . A este respecto Terzaghi (1955), recomienda tomar como radio de
0
P 0 P o P,
Losa
R R R
a) Cargas concentradas
.
(Pilares)
e .p p , p
. p 4
B
I
tp
;
:í
É
ip
Vv
§
lili
b) Cargas lineales v
(muros de carga)
!
Fig. 4.42. — Interacciones en losas flexibles. Fig. 4.43. — Franjas de influencia.
:
. 2, 50
. 10- 20
v. •
175
i
Una aproximación ai canto h ideal por condiciones de rigidez puede obtenerse por
el índice
3
i\nt;ln 1
N = , con 8 < N < 25
-‘E
. "“'hormigó n
r i
éá
—
Fig. 4.44. -Areas consideradas en la comprobación de punzonamiento.
En general no deben construirse losas de gran longitud ( > 30-40 m) sin dispo-
ner juntas intermedias.
Debe procurarse que la planta de las losas sea bastante regular evitando entran -
ían lugar a torsiones y solicitaciones anóma-
tes , á ngulos agudos, etc. que dar
las.
Conviene que las luces entre pilares no sean muy diferentes y que las cargas no
varíen en más del 50 % de unos pilares a otros.
Si en un edificio hay zonas muy desigualmente cargadas las losas deben sepa-
rarse mediante juntas.
Las losas suelen llevar una cuant ía de armaduras del 1 ,4 al 2 %) que viene a
equivaler a 35-60 kg acero / m 3.
Las armaduras no deben ser de diámetro inferior a 12 mm procurando que no
queden vanos entre ellas de más de 30 cm. Para ello se coloca armadura por
ambas caras y una malla de piel en las caras laterales , reforzando las esquinas
con mayor cuant ía .
Sobre la excavaci ón se colocan 10-20 cm de hormigón de limpieza , sobre el que
se disponen las armaduras con los correspondientes separadores de mortero.
176
(
v Ei hormigonado debe hacerse, a ser posible , sin interrupciones que puedan dar
.
( lugar a planos de debilidad. En caso necesario, las juntas de trabajo deben de-
jarse en zonas de cortantes bajos , lejos de los pilares.
í
En losas de canto importante es necesario controlar el calor de hidratación del
cemento que puede dar lugar a fisuraciones y combado de la losa .
(
í
1 ,5 0 - - i
i
: i
E -o:
CF
.
:
1 ,00 *
o
<S) I A
O
CV
& I
i
: o
1 i
O)
TJ & i I i
i
O
a 0,50 &
o
O i
—
Fig. 4.45. Gráfico para la determinación del canto necesario por punzonamien
to.
7. NORMATIVA
Actualmente existe la Norma Tecnológica NTE-CSL 1984 «Losas» que tiene una
i
aplicación muy limitada ya que exige que la losa vuele como mínimo 1 m de los pilares
de borde , esté empotrada en el terreno de 1,4 a 6 m segú n el número de plantas, las
i
cargas de pilares sean sensiblemente iguales, etc. Resultan útiles, sin embargo, las
indicaciones de tipo constructivo , armado, etc. , así como a nivel de anteproyecto .
Pueden consultarse también las Normas Tecnológicas CSV-19S2 «Vigas flotan -
tes» y CSC-1984 «Zapatas corridas». En estas normas se dan resueltos numerosos
casos de configuración sencilla.
r
:
Vf ,
t" .
í
•
\
177
!
<
i .•
; :
:
:
/ :
:
:
! !
i
(
!
Capítulo 5
1. INTRODUCCION
2. TIPOS DE PILOTES
Aunque antiguamente todos los pilotes eran de madera , en la actualidad sólo se
utilizan pilotes de hormigón y, más raramente, metálicos.
Los tipos m ás usados en edificación y en nuestro país son :
I. Pilotes
hincados
—— De hormigón (fig . 5.2).
Met álicos (perfiles laminados , tubos huecos o rellenos ,
prefabricados etcétera) (fig. 5.3).
(fig . 5.1) — Tubulares de hormigón armado o pretensado (fig. 5.4).
II. Pilotes
hormigonados
—tap
Hinca de una entubación recuperable con un azuche o
ón perdido en la . ón vertido o apiso-
punta Hormig
.
in situ
— nado (fig . 5.5)
Perforados con cuchara, h élice, cabeza rotativa , etcéte-
.
ra, al abrigo o no de una entubaci ó n recuperable Hor-
migonado con trompa desde el fondo (fig. 5.6).
— Id. manteniendo la cavidad con lodos bentoníticos.
— Barrenados , introduciendo un mortero a presió n por el
eje de la hélice que extrae el terreno y contiene la cavi-
dad . Las armaduras se introducen en el mortero fres-
co (fig. 5.7).
179
í
/
•,v # .
•\ /o:•
i
05 q O
^
34-w
f-
;
“
+ * -
/ECCION C D -
Fig. 5.4.—Pilote de hormigón pretensado Fig. 5.2. Pilote de hinca de hormigón
—
- (tipo Raymond). armado.
í t t t
7 T3
.o A .
o •
. o
•0
o O
0 '
0 '
??:¿
y
\
.o
,* o .•
v. &
' O '
\o:
• 0
a . • , 0
%
•0
• . o .. \ ¿2 .. O
.- o -
‘ *
. 0, . *0 ' ; *
0.
• *
* ¿? <r
: ' Oo
* <9 *
1
Ó
A0 \
'
: n
ó *
9 . p
: py / . '.
'
0
<v; - *
'
•
o
. QO o . . .
(7
/* ‘ ’0 .•
¿V * • .o - v
• • *
o
*
o . . • .‘ O:
oO ; • * ’ • • •o
.
•» .o
.• 5
(
' .
9 ’ • . o. v oV :
.
O
- o.
MM .
f
¡l Wá VM mm
7, rl¡ l 1
n LV
180,
' O
' ' *a
-*
s»
t
4
O
0
tí o
* O
.o
o .
%
I m V,
. 0 . . > ÍI , . • o 7
0 ' •
* .a' o . - '
ü o
0 . •
' o
O . O <J
!
• 0 .
tf
.o , o .
sea
* •
<1
ó
• ‘ o o • • ó
. ' 9
• 0
Sis o
o .
. 0 •
17 - o
ó - 0
0
£
* o . ó . Ó
.
.
0 0 0 *
í>
0 0 0
c
9 0 * 0
. .
mm
•
0 • O • 0
ni
i
m
/
U
1
^
EK &OQUILLAM1ENTO DE AVANCE DE LA HORMIGONADO DEL EL PILOTE TERMINADO.
LA PERFORACION . PERFORACION PILOTE
b ) CON HELICE v ";
Fig ,
—
5.6. Pilotes perforados.
r- .. •
O '
'
- o
- °o 0' '*
J
i <1 .' 0 •
<s
o ro '
i . <5* . *
ó . •
' o
• ,
• . o :
:
'
í? t»
í «3
0 .
' • o *
* >
-0 . • 0 •
'
<?. •
'
.0 . .
D
t ó 0
. •* 0 . ' . ' ’
O *
•i
. , .*
J (
*
s
•
i
•
1 ; 0 o
:
..
i COLOCACION DE ARMADURA/
V
i
181
:
0
:
Mucho menos utilizados son los pilotes de sección variable o telescópica , los
roscados al terreno, los de camisa perdida para protección del hormigón , los i
hincados en agujeros preexcavados, etc.
La hinca puede hacerse por golpeo, vibración , a presión , etc. eventualmente i
ayudada con lanza de agua. Los pilotes ejecutados excavando el terreno se de-
nominan de extracción mientras que los hincados son de desplazamiento, pro-
duciéndose en este caso una cierta compactación del terreno (suelos arenosos) o
un levantamiento del mismo (suelos arcillosos).
Pueden citarse:
— Los cajones y pozos indios.
—Los paneles de pantalla , simples o combinados en forma de + , H , T , etc.
—Los micropilotes, o pilotes de diámetro inferior a unos 30 cm.
—mig
Los piquetes, o « picots», elementos de forma troncocónica en los que el hor -
ón se comprime contra el terreno por la misma pieza que , hincada, sirvió
para abrir el hueco hormigonado en el terreno.
— Los pilotes de base ensanchada o acampanada (zapilotes), o con bulbos a lo
largo del fuste.
4. CONDICIONES DE UTILIZACION
182
í
inante-
En la cimentaci ó n de un edificio los pilotes estarán sometidos predom otros
í mente a cargas vertical es , pero en algunos casos deben tenerse en cuenta
i
tipos de solicitaciones como son: •
soli-
En el Apartado 12 se comenta la forma de considerar en el proyecto estas
citaciones.
i® !
i Ji
1 i
\ n i
i
1 i
\ 1
*1^ \ i
i I ¿ ± \ i
I I I I
{ I
I i
N
/ \
ti ) Ce )
id.) BEREZ ANTXE V : : GÍ B/ON
TER 2 AGHI MEYERHOF
Fig . 5 , 8 . —Formas de rotura del terreno bajo un pilote, segú n diversos autores.
Una vez seleccionado el tipo de pilote y los posibles diá metros , el cálculo
:
comprende las fases siguient es :
aislado para diversas
a ) Determinació n de la carga de hendimiento del pilotehamien
longitudes de implantación, hasta lograr un aprovec to adecuado de
la resistencia nominal.
ble o de tra -
b) Estimación de los asientos correspondientes a la carga admisi
bajo. . ?
y de los asientos
c ) Estimación de la carga admisible de los pilotes en grupo
,
asociados.
d) Dimensionado estructural del pilote.
vigas riostras , et -
e ) Dimensionado de elementos auxiliares como encepados ,
cétera.
í
7. CARGA DE HUNDIMIENTO DEL PILOTE AISLADO
ído o despla-
Despreciando la pequeña diferencia entre el. peso del terreno extra,
a) Pilotes hincados
Suelen utilizarse los datos de penetrómetros dinámicos o del ensayo
carga de hundimiento se obtiene por: estándar. La
Qh(t ) = 40 N Ap + I -Nj- + 2 Af
Siendo N la resistencia a Ja penetración estándar en la punta y N el valor medio de la
misma a lo largo del fuste (Ap y A f deben ponerse en m 2). El coeficie
nte 40 debe
reducirse a 30 en el caso de limos arenosos y a 20 en el de limos algo arcilloso .
s
b) Pilotes perforados
El cálculo de la carga de hundimiento puede hacerse por las teor
ías de capacidad
portante:
Qh — rp *
Ap + rf • Af — Nq • Ap 4- K 5 Ootg 8 • Af
siendo
Ks =
= V20 Ñ + 12° 40°. +
coeficiente de empuje que depende de la forma de instalación del
pilote.
oo = tensión efectiva vertical media a lo largo del fuste.
8 = ángulo de rozamiento terreno/pilóte.
Puede tomarse:
Ks tg 3 = 0,18 arena floja. (N < 10)
= 0,40 arena compacta. (N > 45)
1000
100
Nq
10
1
10 15 - 20'
25 30 35 40 45
<> 0t
184 —
Fig. 5.9. Relación entre el á ngulo movilizable de rozamiento interno y Nq.
!
i.
0 TP rf '
Para asegurar estas resistencias el pilote deberá penetrar en las arenas o gravas de 8
(compacidad media a baja) a 5 diá metros (compacidad alta) , quedando bajo la
punta unos 6 diámetros de terreno análogo. Los valores de resistencia indicados
deben reducirse linealmente para penetraciones menores, hasta llegar al 50% de
los mismos cuando el pilote apoye en la parte superior de la capa.
Sobre el valor de Qh así calculado suele tomarse F = 2,5 a 3 para hallar Qadm.
donde:
cu = cohesión aparente sin drenaje = mitad de la resistencia a compresión
simple. . . .: .
185
I
En el caso de arcillas duras (qu > 3 kp/cm2) , preconsolidadas, margas, pe ñ uelas,
etc. , la adherencia ca es prácticamente nula y suele realizarse el cálculo en tensiones ¡
efectivas con:
Qh = Af oC Kstg 5 + Ap (o'
* •
Q
• Nq + c’ Ncp)
f órmula análoga a la de los pilotes perforados en arena. El producto Ks tg 5 adopta
valores del orden siguiente:
a) Pilotes hincados:
Ks • tg 8 = 1,5 K0 tg <pf
con
K0 = (1 - sen <p' ) VOCR
OCR — geost
razón de sobreconsolidación o relación
áticas y la de preconsolidació .
entre la presión de tierras
n
b) Pilotes perforados:
Ks = (0,7 a 1,0) K0
o
/3 = Ks tg <j>'
con los siguientes valores de /3:
0' = 20° <t>' = 30°
Pilotes cortos (L 15 m ) 0,25 0,30
^
Pilotes largos (L ^ 30 m ) 0,15 0 ,25
0 Ncp
0 9 •<
5 12
10 16
15 22
20 30
25 40
1-
rr = 2 “
q
1
rf = 20
qu
Para poder contar además con la resistencia de punta debe garantizarse la limpieza
del agujero y el buen contacto del hormigón.
Para conseguir el empotramiento de la punta del pilote la penetración debe ser
igual o superior a
2
1
—— 3 d en rocas blandas ( qu < 50 Kp/cm2)
'
186
(
Aunque suele ser dif ícil empotrar el pilote en roca , pues , ello requiere el
empleo de trépano , coronas rotativas, etc . , debe conseguirse tal empotramiento
cuando el terreno superior sea flojo , el substrato de apoyo esté inclinado o
exista riesgo de acciones horizontales". En pilotes hincados el agarre de la punta
puede conseguirse con un punzón de acero especial (punta de Oslo) (fig . 5.11 )
que penetra con facilidad algunos cent ímetros incluso en las rocas más duras .
Como resistencia de punta se toma en este caso A p uni n x 4 x qu , siendo qM la resis-
ó
—
Fig. 5.11. Punta de Oslo.
Si no fuera así , debe considerarse que la roca actúa como una losa sobre el
estrato inferior , con toda la carga del pilotaje . Se comprobará entonces la resis-
tencia y asientos de dicho estrato , admitiendo un reparto de 30° desde la cara
superior a la roca .
Una comprobación análoga deberá hacerse , por el método de la zapata equiva -
lente (ver Ap . 10) , cuando existan capas blandas bajo el estrato de apoyo de la
punta de los pilotes .
Para pilotes columna en roca el coeficiente de seguridad usual es 3 .
8. FORMULAS DE HINCA
Desde la aparici ón en 1893 de la f órmula del « Engineering News » han sido muy
numerosos los intentos de relacionar la energí a de caída de una masa sobre la
cabeza de un pilote con el asiento experimentado por éste y , en definitiva, con
la carga de hundimiento .
En general estas f órmulas empíricas adolecen de una gran imprecisión derivada
de la dificultad de conocer la energ ía realmente aplicada en el impacto , su va-
riación con el tiempo y la dispersión introducida por los elementos mecánicos
respecto a los valores nominales . Tódo ello ha llevado a adoptar coeficientes de
seguridad muy altos , del orden de F = 6 y a utilizar cada vez con más preven-
ción este método de diseño .
En la actualidad se tiende a emplear los registros de hinca únicamente como un
método de control para detectar cambios en la naturaleza del terreno , la even -
tual rotura del pilote , o la llegada al substrato firme de apoyo .
V
- ,
187
a = una constante que vale 2 , 54 en el caso de martinetes de caída libre y 0 , 254
en el de martinetes de doble efecto
b) Hiley ( 1930)
Da la carga l ímite del pilote, a la cual hay que aplicarle F > 3.
Q =
* I ( --
s+—
V P H -
ó„ I 6 ep + 6«)
. P -PM+ + PpPP
Q
2
donde :
Pm y Pp son los pesos de la maza y del pilote respectivamente
r\ = coeficiente de rendimiento del martinete » 0, 8 a 1 ,0
Q = coeficiente de restituci ón del impacto . Es función del tipo de sombrerete co - ,
3 Q*
—21 (5 « + dep + 6 et ) =
2 A
—21 be =
( A + 0 , 000254)
c ) Janbu ( 1962)
Es la adoptada en la Norma Tecnológica de Pilotes Prefabricados CPP - 1978 .
Esta f órmula permite especificar el rechazo necesario para que el pilote trabaje
a una tensión admisible a ( = /3 í ck 9 ver Cap . 6 , Ap . 2).
0
—
Con X = Pm / Pp (en general 0 , 7 < X < 1 , 5) , E 350.000 Kp/cm2 y un coeficien-
te de seguridad F = 3 respecto al hundimiento , queda
0,09 X 2 H L 3 daL
s= ( mm /10 golpes)
oa (0,75 X + 0, 15) 2E
(L y H en metros y oa en Kp/cm2)
a) Pilotes en arena
— 0,8 E Qhi
i
(2 d < s < 4 d)
188
. í
(
b) Pilotes en arcilla
i 0
7r .m n
—
[ m (n - 1) 4- n (m - 1) + V2 (m - 1) (n 1)]
;
•
siendo:
i
, d" .
i
0 are. cotg
=
2s
d
—= are. tg 2s —
m = nú mero de pilotes por fila y n = n ú mero de pilotes por columna
Estos asientos resultan muy dif íciles de calcular , siendo el mejor método la re-
alización de pruebas de carga. Sin embargo , éstas son muy costosas por lo que
en obras normales hay que contentarse con estimaciones, como las que se indi-
can a continuación .
Como todo elemento cargado los pilotes sufren una deformación elástica de
valor
QL
s*
AE
.
a ) Pilotes en arena
s s* d
100
siendo d el di á metro del pilote en cm .
189
i.
{
También puede utilizarse la f órmula
sg = 9 , 25 p VB (cm )
N
siendo:
p = presión neta sobre el grupo en Kp /cm 2
B = ancho del grupo en m
N = Resistencia media a la penetración estándar en una profundidad B bajo la
punta de los pilotes.
En el caso de arenas limosas el asiento del grupo puede ser el doble del valor
indicado por la f órmula anterior .
b) Pilotes en arcilla
El pilote aislado «flotante» es una mala solución que da lugar a asientos aprecia-
bles. Estos pueden estimarse por soluciones elásticas del tipo
Q
S = l0 Rh
d Es
siendo Q la carga aplicada al pilote, Es el módulo del terreno, e I0 un factor que se da
en la fig . 5.12 a en función de la relación 1/d (longitud/diámetro). Rh es un factor cuyo
valor aparece en la fig. 5.12 b y que depende de la profundidad del firme h respecto
a la longitud L.
i.o
o . fl
0 6
0- 4
-
1 0
0.2
I . 08
*
0- 1
06
*
0 - 08
Rh
0 - 05 0.4
0.04
0-2
0.02 0
0 10 20 30 40 50
L
/d % 0- 5 L
/h 0
Para los grupos de pilotes suele recurrirse a .sustituir el pilotaje por una «zapata
equivalente » cuyos asientos se calculan por los m étodos estudiados para zapa-
tas (elástico, edom étrico , etc.) (fig. 5.13).
Dicha zapata puede suponerse en el plano de apoyo de los pilotes y con el área
resultante de un reparto a a grados desde la cabeza de los mismos. Como valo-
res de a pueden tornarse
a
Suelos arcillosos blandos 10 °
Suelos arcillosos compactos 20 °
Suelos arenosos medios 30°
190
i
En otras teor ías se supone la zapata equivalente, con el á rea envolvente del pi -
/ lotaje, colocada a 1/3 de la punta (Terzaghi) .
/
•V
í
7 1 \ o
1 c
D n \
'
*
Ó 9
.9 i
O
ZL i 4 0
o
—- -
/
/
oC\ r * *
- 3
o
—^
/
S
¡
o ¿4- Hdk .
-
o
—
i
o
/
- ¿'UdA/i iyi'jt
ó i: J iLLk -'
\
\
i 5
o
L’
3*
f o o
t
1
o
*
o
—
Fig. 5.13. Concepto de zapata equivalente.
-
n
i
El m ás sencillo es evidentemente el primero, el cual resulta suficientemente
aproximado cuando los pilotes son relativamente largos y esbeltos y de la mis-
:
ma longitud.
El caso más frecuente es el del grupo de pilotes paralelos:
l
i
I) Carga vertical excéntrica
i
a (x , , y,) =
p,
± -
M, y < M y Xi-
:
1
EA, L I,
191
Por el teorema de Steiner y despreciando la inercia de la secci ón de cada pilote
resulta: ¡
L = £ A, - y 2 . i
:
ly = E A f - X,2
/
(
M y' X i
-
P¡ = ff (x, , y,) A = —Pn
,
± MLXL
Ey,- 2
±
Ex,2
(4) :
Si alguna de las cargas P, resultara negativa (es decir , de tracción), puede admi -
tirse si es del mismo orden del peso del pilote. Si es superior puede aumentarse
el peso del encepado (lo cual suele ser antieconómico) o mejorar la inercia del
grupo (mayor £ y? ó Ex,2)* separando má s los pilotes.
En determinados casos se llega a hacer trabajar los pilotes a tracci ón aumen -
tando su longitud y disponiendo una armadura adecuada.
3
o ( wf
-o- - 4- -O
'
X
¡
O o
nal). Dicho sistema puede reducirse a una resultante inclinada R , actuando con
excentricidad e respecto al eje del encepado.
Si se suponen los pilotes articulados es evidente que hay que colocar pilotes
inclinados para conseguir un sistema de reacciones axiales en los pilotes que
equivalga a la resultante exterior R .
Normalmente los pilotes no sobrepasan los 15° - 20 ° de inclinación respecto a la
vertical y no suelen combinarse más de 2 ó 3 inclinaciones en un mismo ence
pado.
-
En estos casos las fuerzas en ios pilotes pueden obtenerse por descomposición !
grá fica , seg ú n el método debido a Culmann (fig. 5.15 ). Si existen varios pilotes
en una misma direcci ón se sustituyen por su eje com ún (linea de la misma incli -
naci ón que pasa por el centro de gravedad de las cabezas de los pilotes) y luego
la componente correspondiente a ese eje se divide entre los pilotes agrupados
en el mismo.
192
í
1
/
/
/
7 7/
t/ '
/
/
t
\
\
\
acc ion )
i /
/
o
//
K 1
.
Fig 5.15. —Aplicación del método gráfico de Culman .
Otro método aproximado es el grafeanalítico que aparece en la fig .|5.16 y que
comprende los pasos siguientes:
1. Se calculan las componentes verticales de la carga de cada pilote por la f ór -
; mula de flexión compuesta
M xf-
v =
; ±
*
n £ xf 2
JL
r
>
\
Qe ( í
s
\
tsw
4
tttyve )
.
V
V,
-Y
I
r
l
i
!
* \
/ «1
I
\
4
l
-
& V, , I
-1
Q
193
En el caso de pilotes de la misma longitud y sección dispuestos seg ú n dos direc-
ciones «a» y « b » se obtiene:
.
P,= R . + M 2
r, - y PM = R*
+ M r2
, -
nB Er , n* Er¿
siendo:
RB , Rfc = las componentes de R segú n las direcciones «a » y «b»
Ha > Hft = el n úmero de pilotes pertenecientes a cada dirección
r, = el brazo o distancia del pilote al eje que pasa el centro elástico (con
signo positivo o negativo seg ú n quede del lado en que el momento
t «comprime » o «tira » de los pilotes).
/
/
t
/
/
/
rA
o 1,70
0,5 1 ,25
1 ,0 1,00
5i
I
L
L
7 jmr 7&T7 TftfT i
—
Fig , 5.18. Sustitución del pilotaje por un pórtico equivalente.
194
!
i
turas .
c
En el caso particular de pilotes de igual sección y longitud (fig 5.19), a los es - .
fuerzos debidos a P, y M dados por la f órmula (4) deben sumarse los ocasiona-
dos por la fuerza horizontal Q que son :
••
Q (absorbida por el terreno)
Hq, =
i n
Hg, • L '
Mq¡ =
2 i •
p» = . > x,- E MQ (
Ex?
ri
y ence-
Los pilotes presentará n un punto de inflexión a la mitad de su altura el de
pado sufrir á un peque ñ o giro para contrarrest ar por esfuerzos axiles
compresión y tracci ó n los momentos -de empotrami ento .
Si los pilotes estuvieran articulados en el encepado MQ = HQI L \ Los nto momen - {
«
i
r - ^
« ~F-Z /
"7
12 . PILOTES SOMETIDOS A SOLICITACIONES ESPECIALES
Tal como se señalaba en el apartado 5 los pilotes pueden estar sometidos a ac-
7^ ^ l
/ / „ /
/ /
i/ / / ciones diferentes de las derivadas de las cargas de una estructura , las cuales
pueden tener efectos muy perjudiciales si no se han previsto adecuadamente.
/ /
t i
Comentaremos aquí algunos de los casos más frecuentes (fig . 5.20).
/
.
$ 44. 44. *
Fig 5.19.-^-Pilotaje sometido a empuje
* H°'
PQ -
HC -
<
vi:l -
horizontal .
JüSh WUi
o
• . * '
\
.
u
o - 1 I
• u fe ’ 0
1 1.
> '
i V '
.
Fig 5.20 a) Rozamiento negativo . Fig. 5.20 b ) Cargas horizontales.
(, 4 IT T 4 1
« *
o
D
(y 6
0 ’ O
9
o
0
I w
¡l , O
>
—
I O
O I
. V* I
•í
.
Fig 5.20 c) Empujes laterales. Fig. 5.20 d ) Esfuerzos de corte.
.
Fig 5.20 .—Solicitaciones especiales de los pilotes.
195
12.1. Rozamiento negativo . .
Qn, ma* ““ -K *
« tg d dz — 0,25 r Dif7
J.o
dz (tensiones efectivas)
Qn
^ ai < (7 L + Po) s2
De hecho , una parte 0 del peso total anterior se transmitir á a los pilotes y otra
parte ( 1 -13 ) llegar á al substrato firme , dependiendo la proporción entre ellas de
la esbeltez de los pilotes y de su separació n.
R
i m i i i n m -u i S
l
2 ;
i ir i
L Ce
te
' )t
L
V
a) Tensiones verticales
Fig. 5.21. —elMérozamiento
todo de Jim é nez Salas para evaluar
negativo.
TABLA 5.2.
VALORES DE (3
Esbeltez L / D
s/ D '
10 20 30 40 50 i )
196
(
Mmax Mmax
=» tiu "QHU
Mmax • \ Mmax í
-:
* t
L i
L i i
i
i i
i
i i
L ,J
3)¡ LdKp 4-
9* Cud
á *
d
o) DESPLAZAMIENTO REACCIONES MOMENTOS a ) DESPLAZAMIENTO . REACCIONES' MOMENTOS
Mmax Mmax
=
¿e *>
=fr
/
/ /
I t
/
f
1: t
My
f
r
«=0
/
:
.• •
/
/
••
- Hy
/
vv:
Oí
r
f
My
i
L / /
/
/
' /
/ /
g
i -
4
3 )jdLKp '
Mmax
b) DESPLAZAMIENTO REACCIONES MOMENTOS 9 Cyd Mmax
b) DESPLAZAMIENTO REACCIONES ,
MOMENTOS ,
—Mo- Hn My M y
v
-
•
'
/
9 ,<
/
i
'
í
f ’
t T
. r .K:
* "
4
Hu
!, 5 d My My
\ f
/ /
/
"
/
7V /
< i
9 Cud
3XfdKp
c) DESPLAZAMIENTO REACCIONES MOMENTOS
e) DESPLAZAMIENTO REACCIONES MOMENTOS ..
K* =
0, 2 K 0, 5 -1 2, 5
D 1 -2 5
> 2 > 10
Una vez fijado K „ puede definirse la rigidez relativa T del sistema suelo-pilote
por la expresión :
(m)
198
.. “ i
'
di
o
:
: 1
\~
M
2
H
<c
wJ
Q o
•
2
Z3
U-
CD
0 „ 2 0 .4 0 .ó
. 0.8 1 ,0
H
rsi
cu 2
i
«- 3
CTJ
. 5
{
COEFI CIENT E DE HOME HIOS . T
—
Fig. 5.24. Coeficientes adimensionales para desplazamientos y momentos en pilotes sometidos a
cargas horizontales en cabeza .
! 199
f
¡'
p* = pv - 2 cM = pv - qM
P h r = P* ’ 3 D
Phr = Ph •H
at* R
siendo s = separación entre ejes de pilote; D = di á metro del pilote y
H = espesor’ del estrato blando. nm
Para filas siguientes de pilotes (situadas m ás alejadas de la sobrecarga) se to- .•» *
mar á: / O,
t
» i
Phr
Fig. 5.25. —cargas
Empujes horizontales
superficiales.
producidos por
P’h = Ph ~
s
y así sucesivamente .
Una vez calculada phr se obtienen los momentos flectores en los pilotes como
en una viga suponiendo, seg ú n los casos, las siguientes condiciones de borde
(fig. 5.26):
EMP. 1 MIL .
EHP.
1 !ML }
m mi i
JL í UL
EMR ; - V - 1,0 rm
i' .
.
tHP. ; >4fcwr
'
.- y
; Afino
• .
m?. / / / 7///
i- AP010
EMR ; 77,
f
rm ÍH?. - rH w.- \ P. 5 m
• %
EMP w. i 77 7
0.5 rm
.
*
.
Fig 5.26. — Condiciones de apoyo para el cá lculo de esfuerzos en los pilotes (seg ú n J . Salas ).
— Empotramiento en el encepado. í
Capí tulo 6
1. INTRODUCCION
En este Capitulo se desarrollan los aspectos relacionados con el dise ño del pilo-
te como elemento estructural y con la puesta en obra o ejecución de este tipo
de cimentaciones. Se comentan también los detalles m ás importantes de los en -
cepados, vigas riostras , etc. V. •
Una vez asegurada la capacidad portante del pilotaje y que los asientos son ad-
misibles, debe comprobarse que el material del pilote resiste las cargas apli-
cadas.
Por tratarse de piezas enterradas la resistencia de cálculo se obtiene aplicando
coeficientes de seguridad grandes (3 á 4) respecto a la resistencia característica .
La reducción es m áxima en los hormigonados bajo el nivel freá tico y m í nima
en los prefabricados.
Los pilotes de madera suelen hacerse trabajar a unos 45 Kp / cm 2 , como má-
ximo.
Por lo que se refiere a los pilotes de hormigón y a nivel de anteproyecto, las
tensiones nominales de trabajo (carga total dividida por . la secci ó n) suelen ser
de:
-
70 100 Kp/cm 2 Pilotes prefabricados. .
30 - 35 Kp /cm 2 Pilotes hormigonados in situ (bajo agua).
35 - 40 Kp /cm 2 Id . en seco V -
Te = Oi í yk • S¿ + /3 * + X fyk Sc
fck •S '
•
siendo:
S„, S¿ y Sc las á reas de acero, hormigón y camisa met álica del pilote
201
i
(
í
a , P , X j coeficientes que se indican en el cuadro siguiente:
a 0 x
—Prefabricados
Perfiles
metálicos
0,35
Tubulares , rellenos 0, 40 0, 25 0,35
—— Prefabricados de hormigón
Hormigonados in situ *
Con camisa perdida
Con entubación recuperable
0,40
0,40
0, 35
0, 25
0, 25 0 , 35
0,22
En seco , sin entubación 0,35 0,20
Bajo lodos bentoníticos 0, 32 0,20
A través de barrena 0, 30 0, 30
Para los pilotes hormigonados in situ se debe exigir una resistencia caracter ística
m ínima de 175 Kp /cm 2 y mejor de 225 Kp /cm 2. La dosificación de cemento suele
variar de 350 a 400 Kg /m3 (mayor cuando se hormigona bajo agua) y el tamaño
máximo del árido suele limitarse a 25 mm fíodado) o a 20 mm (de machaqueo).
Deben emplearse cementos resistentes a las eventuales condiciones de agresividad
del terreno, llegando a colocarse una camisa perdida si éstas son muy fuertes.
La consistencia del hormig ón medida en el cono de Abrams debe ser de 10-
15 cm. Cuando el hormigonado se hace bajo el agua o al amparo de lodos , el
asiento del cono puede aumentar de 16 a 20 cm . En pilotes apisonados, con ta-
pón de grava se emplean hormigones muy secos, con cono de 1 a 5 cm .
Si los pilotes trabajaran a compresión centrada no necesitar ían armadura , sal-
vo algunas barras en la parte superior para uni ón al encepado. La longitud de
estas barras suele fijarse entre 5 ,50 m y 9 a 6 diá metros (seg ú n la resistencia del
terreno), dejando adem ás un m í nimo de 0, 50 m para empotrar en el encepado.
Sin embargo, de hecho siempre existen esfuerzos de flexión por excentricidad ,
.
inclinación , acciones horizontales, etc , por lo que se recomienda colocar una
cuantía del 0,25 al 0,70 °/o .
j
Las prescripciones de armado continuo plantean problemas en los pilotes j
barrenados en los que la armadura se « pincha » en el hormigó n fresco, pe-
netrando usualmente unos pocos metros. Ello hace que las condiciones de utili-
zaci ón de estos pilotes deban estudiarse cuidadosamente.
202 {
-.
7 '
.
,*7 ?
(
En la práctica usual se consideran m ínimas las armaduras siguientes:
í
i
Diámetro (m ) 0,45 0,55 ::: 0 , 65 0 , 85 •
1,00 1 , 25
Armadura 6 0 12 7 0 12 6 0 16 7 0 16 9 0 16 10 0 20
En inclinación; < 3%
En posición:
Para un solo pilote 8 cm o el 10 % del diámetro
Para dos pilotes
seg ú n la l ínea de centros 15 cm o el 15 % del diá metro
l a la línea de centros Como un solo pilote
Para 3 ó más pilotes 20 % del diá metro
203
r
En todo tipo de pilotaje deben controlarse las dimensiones , armaduras y cali-
dades de los materiales empleados así como el ajuste de la ejecución a las tole-
rancias especificadas.
Se debe prestar la mayor atenció n a la limpieza de la perforació n antes de co-
locar las armaduras y hormigonar el pilote.
Las armaduras longitudinales deben colgarse a una cota que asegure su recubri -
miento por el extremo inferior del pilote y disponerlas bien centradas y sujetas ,
con ayuda de separadores a varias alturas si fuera preciso, para garantizar su
situació n en planta . La sujeci ó n en cabeza debe ser tal que garantice que las ar -
maduras no se levanten durante el hormigonado .
En el hormigonado de los pilotes debe ponerse el mayor cuidado en conseguir
que el pilote quede, en toda su longitud , con su secció n completa , sin huecos ,
bolsadas de aire o agua , coqueras , cortes ni estrangulamientos. También se de-
*
be evitar el deslavado y segregació n del hormig ó n fresco.
En el caso de los pilotes con entubaciones recuperables, el hormigonado se rea-
liza preferentemente en seco de forma continua o discontinua , extrayendo la
entubació n de manera que siempre quede hormigón dentro de ella en una lon-
gitud mí nima igual a dos veces el di á metro del pilote , a efectos de impedir la
entrada de agua por la parte inferior de la entubació n. En todo caso , la colum-
na de hormigón dentro de la entubació n debe ser suficiente para garantizar que
no se sifona el mismo y no tan grande como para que al levantar la entubaci ó n
se vea arrastrado y se produzcan cortes en la masa de hormigón .
Si se emplean lodos tixotr ópicos, el hormigonado se realiza de modo continuo
bajo los lodos , de modo que al inyectar el hormigó n en el fondo , éstos se
desplacen hacia arriba . La tuber ía que vierte el hormigó n debe ir dentro de él
una longitud de 1 a 4 m , como m ínimo, en funció n del diá metro del pilote .
En los pilotes barrenados sin entubaci ó n el hormigonado se realiza en seco y de
forma continua. Sin embargo , en los barrenados con hormigonado por el tubo
central de la barrena puede hacerse en seco o bajo agua , aunque siempre de
forma continua , manteniendo siempre el hormig ó n bombeado en contacto con
el extremo inferior de la barrena; una vez terminado el hormigonado , se intro -
duce la armadura en el hormigón fresco. . •
hormigonado sumergido .
El hormigonado de un pilote debe hacerse , en todo caso , sin interrupci ó n , de
modo que, entre la introducci ón de dos masas sucesivas , no pase tiempo sufi -
ciente para la iniciaci ó n del fraguado. En el hormigonado discontinuo la altura
máxima de vertido es de unos 100 cm .
No debe permitirse la hinca con desplazamiento de pilotes o entibaciones en un
radio de 3 m alrededor de un pilote hormigonado, con entubación recuperada ,
hasta que el hormigó n haya adquirido una resistencia m ínima de 30 kp /cm 2 se-
g ú n ensayos previos . Tampoco se permitirá la perforaci ón con extracci ó n , du-
rante ese mismo plazo , en un radio de 3,5 D a partir deí centro del pilote.
Las pruebas de carga en estos pilotes son muy costosas en razón de las altas
cargas a aplicar por lo que sólo se efect ú an en obras muy importantes.
4.1. Encepados
Son bloques prismá ticos que unen las cabezas de varios pilotes para que traba -
jen conjuntamente y sirven de base al pilar o elemento estructural.
La norma espa ñola CPE-78 indica que * por razones de retracción , los encepa -
dos han de realizarse con cementos de categor ía no superior a 350, con una do-
sificació n de 250 a 400 kg / m 3. La resistencia caracter ística a conseguir será de
175 kp /cm 2 para el caso de encepar pilotes in situ, de 225 kp/cm 2¡para pilotes
prefabricados en obra y de 275 kp /cm 2 [ para pilotes prefabricados en taller .
204
«.
i
"I
H
!
El encepado para un solo pilote puede calcularse a partir de las cargas pun -
tuales sobre macizos pero , en general , se coloca una armadura del tipo de la in-
í dicada en la fig . 6.2. Este caso sólo es aplicable cuando el encepado está conve -
nientemente arriostrado en dos direcciones.
En el caso de 2 pilotes (ver fig. 6.3) resulta como tracción en la armadura infe -
rior
L a
4_ P (2 L - a)
. í
N = —
2
tg a
—
=. 2
2
d = 8 d
205
1.
!>
i
. J
i
p
i
fc /1
. <?
H -3
o 4
» •
.... V*
¿L
• . D .
A
B * e>
: K J^
'
L
-
•
—
Fig . 6.2. Encepado sobre un pilote. Fig . 6.3. — Bielas en el encepado sobre 2 pilotes
Si en la base del pilar act ú a un momento , puede suponerse que da lugar a una
tracció n adicional
M tg a M L/2 M
NM = L =
L d 2d
La armadura necesaria para resistir esta tracci ó n debe disponerse , sin reduc-
ci ó n , en toda la longitud del encepado, levantando las barras en su extremo,
para asegurar el anclaje de las mismas (fig. 6.4).
i i
-H'
Fig . 6.4 .
vi » •
d > 0, 7 ( L -
—
2
)
Para mejorar la resistencia a torsión del encepado (a la que también ayudan las
riostras) debe colocarse en la cara superior una armadura de 1 / 8 a 1 /5 de la in-
ferior (seg ú n la EH -82 > 1 / 10) , así como una armadura de piel constituida < ;
206
:
•
i .
siendo b ' = ancho del encepado en cm (b > h / 2) y t = abertura de la malla de
cercos en cm. Conviene aproximar los cercos verticales en la zona de anclaje de
la armadura principal , para zunchado de las bielas ( fig. 6.5). Como orientación
suelen colocarse cercos <f> 10 a 10 cm para pilares con carga P < 901.
i
4 rr
i r
(
;
•
1
;
f
%
Í -:
a) Armadura de piel
A ;
Secci ón A-A
Soporte
IT
TTT
/ \ Cercos de zunchado .
^
4 en zona de anclaje
2 *1 i ! > <
t t
H
A '
b) Cercos
Fig. 6.5 .
207
CUADRO 6.1 . —ARMADO DE ENCEPADOS
3 ^ - )
d o/6 (L| 0, 5 0,5
P/lo,5 P/Í 2/ 6
A
4 (L- ')
d ¿> 0,gs| p/fc> 0, 6 0,6
P/H/5
/ Np
5 '•"a ds ( i - aX ) P/H, 6 - P //6,5
0/5 /6
P/1 6 P/l4,l
^
P/8/ ,
0 25 Np NO / E
)
5
^
d 51,1 1-3-4
P/ i °
/ P/40
o/5 Mp
(REQUIERE
COMPROBACI ó N
6 d? Wl--44£ V'iop
,
Id .
P/Í 5/2
6 P/l 5, 6 P/l4,0 Td .
® y p/s -
Sección 1 - i
1 LLU
-
. :J •:!•
« 0 a
mmm
.
Fig 6.6.
— Cercos de suspensió n .
208
/
En general debe evitarse colocar un solo pilote bajo un pilar , ya que cualquier
r excentricidad constructiva introduciría esfuerzos de flexión no previstos. Cuan -
do se emplee esta solución deben colocarse vigas riostras en dos direcciones or -
togonales, uniendo los distintos encepados.
: Lo mismo debe hacerse en encepados sobre dos pilotes , arriostrando en el sen -
tido de la menor inercia .
Eventualmente podrá prescindirse de las riostras cuando los encepados estén
unidos por una losa continua de hormigó n armado de espesor > 20 cm.
Eventualmente podrá prescindirse de las riostras cuando los encepados estén
í
;
unidos por una losa continua de hormigó n armado de espesor 20 cm , o el
diá metro de los pilotes sea superior a l m .
Las vigas riostras tendrán un ancho m ínimo de 30 cm y un canto de orden de
1 / 12 de la distancia entre encepados ¿¿eon un m ínimo de 35 cm. Para el cálculo
se tendrá en cuenta: !
—El peso propio y los elementos que descansen sobre la riostra (tabiques, for -
jados , etc.). Como m ínimo se considerará una sobrecarga de servicio de 1
- t / m 2 actuando en un ancho B (ancho de la riostra ) + 0, 60 m .
— Una carga axil de tracció n del orden del 3 % de la carga total vertical de los
pilotes que arriostrado como m ínimo de 15 t .
— Los momentos transmitidos por los encepados por excentricidad , previsión
de asientos diferenciales , etc.
Como dimensionados t í picos pueden darse los siguientes:
Distancia entre encepados (m ) 3 ,50 4 , 00 5 , 00 6, 00 8, 00
Cercos 0 8 a 20 cm
5. NORMATIVA
« ¿i
•
209
Apéndice
CARACTERISTICAS NOMINALES DE PELOTES COMERCIAL
ES
(Las resistencias nominales son las máximas
admisibles suponiendo que se
cuenta con un terreno suficientemente resistente y poco
deformable).
a) Pilotes prefabricados
Tipo «TERRA»
Denominación -
T 235 -
T 270 T-300
Sección (cm ) 2
552 729 900
Lado a (cm) 23,5 27,0
Armadura L 30,0
4 016 4 0 20 020
Armadura T
Carga vertical admisible (t) 0 6 a 16 cm
65 90 110
%
Tipo «HERKULES»
Diámetro nominal
( mm ) 450 550 650 850 1000 1250 1500 1800
Diámetro (mm ) -
357 400 436-500 500-550 560 -600
Sección ( m 2) 0,110 0,174 0,217 0, 264
Armadura L 6012 6012 6016
Armadura T 6016
08 a 20 08 a 20 08 a 20 08 a 20
Carga vertical admisible (t ) 55 85 110 130
d ) Pilotes barrenados
210
/
829, 6
'
i
Armadura L* 3012 4012 5012‘ 5012 ‘
Carga vertical admisible (t ) 15 22 34 45
* Pueden ir armados con tubo de acero, con lo cual aumenta considerablemente la carga admisible.
Para que la repercusi ón del equipo no sea muy fuerte se requiere que la obra
comprenda como mínimo unos 500 m lineales de pilote.
c) Hormigó n y armaduras
Se valoran aparte, a precios de mercado ( — 8.000 ptas./m de hormig ón y
3
i
120-150 mm con tubo 12.000 12.000 .
. admite mucha lechada o
* En los micropilotes se supone la admisi ón de mortero teórica + 10%. Si el terreno
i mortero, se factura aparte.
211
\
:
Pf
i
;
í
Capí tulo 7
•#
:
t
i
Empujes de tierras y estructuras de
{ contención
i
1, INTRODUCCION
i
;
Cuando el hombre trata de insertar sus obras en el terreno es habitual que
se encuentre con el problema de establecer dos niveles geom étricos de servicio a
distinta cota , aunque inmediatamente pr óximos. Para conseguir este desnivel en
el terreno puede acudirse a establecer una transició n m ás o menos suave , me-
.
diante un talud , o puede llevarse a cabo mediante un cambio muy brusco, lo
más parecido posible a discontinuidad en vertical . Esta segunda solución es, a
menudo , obligada por la pérdida de espacio que el talud supone o por condi-
ciones de seguridad respecto a obras situadas en el nivel de cota superior .
^
En el á mbito urbano es claró que la segunda soluci ó n sé impone , por razones
de funcionalidad y econom ía , al excavar sótanos, aparcamientos subterráneos ,
etc.
Sin embargo, el terreno superficial n ú suele tener, en muchas ocasiones, resisten-
cia suficiente como para soportar un talud en vertical ; por lo que es necesario en-
—
cajar en esa transició n entre los dqs niveles de servicio -i- una obra de f á brica
que, en condiciones debidas, ayude a asegurar el cambio de cota. Ello lleva a la
utilizació n de estructuras de contención, cuya misi ó n es soportar adecuadamente
—
las acciones provinentes del terreno -^y del exterior , motivadas por el hecho de
que el suelo no tiene entidad propia para facilitar el cambio de nivel tan brusca-
mente como se desea. * ;í
La estructura de contenció n , por lq tanto, estar á sometida en su trasdós a los
empujes del terreno que sostiene, ET, a posibles fuerzas exteriores , Ae, y a su
propio peso, W, conjunto de acciones que han de ser soportadas , y transmiti-
das , al terreno situado al pie y en la base del muro (fig. 7.1). Por lo tanto la
estructura de contención ha de ser proyectada
v. s.
para: :
Er .- ?= Empuje en el irasdós :
Ae = Acciones exteriores
W - Peso propio de la estructura
ET E« = Reacción en el pie
% Rr = Reacció n en la base
i
ER
V .
7
Rr Fig. 7.1. — Acciones en una estructura de contenci ón .
213
[
—
tradicional de muro serán las que aparecen en la fig . 7.1.
—
de fuerzas a las que se verá sometida la estructura si se considera el caso más
Desde el punto de vista geot écnico , una vez conocido el tipo de terreno situado
en el entorno de la estructura de contención , se trata de averiguar cuáles son
— —
los empujes del terreno en su trasdós y las reacciones o empujes , hablando
con más generalidad en el intradós , á fin de comprobar si el dimensiona-
miento previsto de la estructura es adecuado seg ú n diversas condiciones (in -
tegridad estructural , reacció n del terreno que no produzca su rotura , equilibrio
est á tico, etc . ).
rr
n
rT
O Armadura •
metálica
9 1 LJ
LL rn Escamas
i i n
Lb
•
*
I I Textiles
n o
e) Contrafuertes f ) Muro jaula g) Tierra armada h ) Suelo reforzado
c) Mixtos
i c-1) Muros jaula o criba
í c-2) Tierra armada
c-3) Suelos reforzados
/ y entre las flexibles (fig . 7.3):
t '
v!' ~
t
&.
i
Cable de
pretensado
u
d ) Pantalla « in situ »
pretensada e) Pilotes tangentes f ) Pilotes independientes
Panel
Junta de
bentonita-cemento
=C
i
g) Micropilotes
h ) Paneles prefabricados i ) Entibaciones
i
—
Fig . 7.3. Tipos de estructuras de contenció n flexibles .
í
215
a) Tablestacados
b) Pantallas continuas «in situ »
b -1 ) De paneles armados
b-2) De paneles pretensadps
b-3) De pilotes tangentes o secantes
c) Pantallas discontinuas «in situ » (Pilotes independientes y micropilotes)
d ) Pantallas de paneles prefabricados
e) Entibaciones , con varios niveles de apoyo.
En estas estructuras flexibles, por lo general , se introduce el elemento artificial
en el terreno , por debajo del nivel final de excavación , en una longitud tal que
la reacción o empuje en el intrad ós sea importante y comparable con el empuje
del trasd ós . Si la longitud es tal que asegura el equilibrio del conjunto con —
—
una adecuada seguridad la estructura puede quedar en voladizo. Pero si ello
—
requiere gran longitud , se puede preferir por razones econ ómicas el dispo-
ner uno o m ás niveles de apoyo ( mediante anclajes o puntales ) que propor -
—
cionen la reacci ó n necesaria para soportar los empujes del trasd ós . Ello conlle-
va , adem ás , la ventaja de reducir los esfuerzos de flexi ó n que se generan en la
propia pantalla, limita sus propios movimientos , etc . (fig . 7.4).
-
W / AV w./ yv'- v'V //V.VN'
'
')VAAW7AW
Av
3. EL EMPUJE DE TIERRAS
3.1. Estados l í mites
El empuje sobre el trasd ós de una estructura como las que se han citado pro-
viene del desequilibrio tensional creado al realizar la obra que separa los dos
niveles de diferente cota que definen la altura del muro.
Imaginemos un suelo indefinido en el que no se ha introducido ninguna obra .
Si se considera una l í nea vertical AA \ un elemento diferencial de terreno si-
tuado junto a dicha línea y a una profundidad Z (fig. 7.5, a) estar á sometido a
las tensiones verticales &va y horizontales <r 'Ho. Supongamos que esa línea AA’
se sustituye por una pantalla indefinida de espesor inapreciable pero de rigidez
muy grande , de forma que no se altere el estado de tensiones. Esta situació n la
denominaremos como inicial.
Si ahora se elimina el terreno situado a la izquierda de la pantalla (fig. 7.5.b ) ,
ésta se ver á sometida a las tensiones que había antes a la derecha pero con el
inconveniente de no existir terreno a la izquierda para mantener el equilibrio.
Por lo tanto la pantalla tenderá a moverse bajo las tensiones iniciales o em - —
—
pujes iniciales , por lo que el terreno de la derecha experimentar á una - relaja-
216
i
?
( •
Por el contrario , si la pantalla la hubiéramos movido contra el terreno de la de- i
:
.
recha (fig. 7.5 c), sin eliminar éste, las presiones sobre la línea AA’ aumenta-
rá n , como reacción del terreno que sé opone al movimiento. También se llegará
a un estado de tensiones permanente, {j'Hp, correspondiente a un estado pasivo.
;
:
=
Superficie
A x- . A
A O Íí P Estado pasivo
<D
•
3
o .
6
o
<si
C
O
tn
r.
Estado inicial , cr¿0
aj
—
Fig. 7.6.^ Influencia de los movimientos en los empujes.
En el caso más frecuente (una excavaci ón) interesa conocer el estado o empuje
I
activo , puesto que va a ser la acci ón hacia la que tender á el terreno al ir reali-
zando el vaciado y construyendo el muro. Pero en el caso de una pantalla con-
tinua , en que parte de la estructura est á enterrada , en la zona inferior ser á la
obra de f ábrica la que empujará contra el terreno , por lo que se necesitar á co-
! nocer el estado pasivo , como límite de la reacción con la que se puede contar .
217
i
Es decir , en definitiva , interesa conocer la distribución de tensiones o empujes
en la línea AAY puesto que son los que podemos suponer que actuarán sobre
las estructuras reales. Su integración proporcionará el empuje total buscado.
— —
No debe olvidarse el estado inicial o de reposo de que se ha partido Para
llegar a los otros estados son necesarios movimientos adecuados, mucho mayo
.
-
res en el caso del pasivo que del activo . Una idea de estos movimientos la da la
siguiente tabla que indica el movimiento horizontal , ó H , en cabeza de un muro ,
suponiendo que éste gira al nivel del fondo de la excavación de profundidad ,
H , para llegar a dichos estados.
Movimiento hJH
n
Tipo de suelo
Estado Activo Estado Pasivo
Arena densa 0,0005 a 0, 001 0, 002
Arena floja 0, 001 a 0,002 0,006
Arcilla firme 0, 004 a 0,01 0,02
Arcilla blanda 0,004 a 0,02 0,04
218
i
{•
'
ne el propio trasd ós del muro , por ser un material de diferente naturaleza y de-
formabilidací, con lo que se induce, por rozamiento , una cierta fuerza vertical
:
i
Wt
S
. x
fQ*
w
i
o
b) Equilibrio de fuerzas en la cu ñ a c) Deducción del valor de Ef
a) Empuje sobre el muro
—
Fig. 7.7. Método de Coulomb para determinar el empuje activo .-
:v .
Ahora bien , la cuña elegida no tiene por qué ser la que conduza al estado
l ímite activo, por lo que habr ía que repetir la construcción con otra cu ña hasta
conseguir el mayor valor de . Esto puede hacerse gráficamente , seg ú n el mé -
Et
todo de Culmann (fig . 7.8), Este m étodo , que es el conocido de Coulomb, con-
duce a una expresió n de tal que: .Et
1
Et = i? H K 2
219
siendo 7 el peso específico del terreno , H la altura del muro y
de empuje activo, cuya expresió n (ver fig. 7.7.a) es la siguiente:Ka
el coeficiente
i
Eth — 1
2
7 H
2
Kah
4 4
Etv — 2 - y H2 Kav = - 7 H2 Kah tg(8 + a )
2
1
Et = -r 2 Kah
7H ’
2 sen ( ¡ + 5 ) \/
ez = yzKa + pKa •
cos( /3 — a )
a) Distribución de empujes b) Efecto de una sobrecarga superficial
Fig. 7.10.
—Distribuciunitarios
empujes
n ó de
.
220
Si sobre la coronació n del terreno situado en el trasd ós del muro act úa una
;
t
¡
ea = Ka •
eos a
y • z + K P cos( 5 ex )
/ .- - —
(
Es decir , al empuje con variación lineal del propio terreno habría que a ñadir
un empuje de valor constante; que es funci ón de la propia sobrecarga , de la
geometría y del coeficiente de empuje activo.
En muchos casos prácticos suele utilizarse la teor ía de Rankine para calcular el
empuje activo , que supone que todo el terreno tras el muro se encuentra en es -
tado de rotura . Si el terreno tiene su coronación horizontal y el muro es verti-
cal (caso muy frecuente) y suponiendo que se desprecia el rozamiento tierras-
f á brica , el empuje unitario es horizontal y vale: i
I
c
SI
l X = mH I PARA m % 0,4 .
PH ° =
'
0,20 m
, + n2 ) 2
( 0 16
,5 5 QL
x
c
T
L
X = mH
t PARA tn
—H
= 0,4
*2
-
PH PARA m > 0,4 A
O -
ffit / A /H
( m2
X X
+ n2 j ^
O"
H
(l
—=
0L
H )
'
,
1 28 m2 n
(m 2 + n2) 2 a: = <TH c o »2 ( i, i e )
0,64 QL
' RESULTANTE P
H ( m2 + 1 )
del agua (siempre perpendicular al paramento del muro y deducido a partir del
peso específico del agua , yj y otra debida al empuje efectivo del terreno. Este
último componente se calcular á teniendo en cuenta que, en cada punto , la ten -
¡ sión vertical no tiene por qu é ser yZ, sino que habr á que calcular la tensi ó n .
vertical efectiva real que haya en ese punto y con ella proceder como ya se ha
indicado (fig. 7.12), teniendo en cuenta la densidad aparente del terreno , y , y
la sumergida y \
El empuje hidrostá tico es muy superior al de tierras , de aquí el interés en redu-
cirlo , drenando adecuadamente el trasd ós de los muros.
Por ú ltimo cabe considerar el posible efecto de la cohesi ón del terreno , c, en el
empuje activo. Realmente, la cohesión se opone a la extensión que tiende a ex-
perimentar el terreno al pasar del estado de reposo al activo, por lo que el
suelo puede llegar a estar sometido a tracción en su parte superior . Como la re-
sistencia frente a esta acción es peque ña , lo más lógico es no admitir su existen -
cia por lo que se alcanzaría la rotura y se abrir ían grietas en esa zona superior
(de espesor , ho), llegando a un empuje prácticamente nulo (fig . 7.12).
221
N. F
Kh Ka
N. F .
F*H . K a
7
>V H \
[F h F F ' ( H - h ]]Ka
Empuje agua Empuje suelo Empuje agua
(cori su inclinació n Empuje sudo
correspondiente) (con su inclinació n )
ez = YzKa — 2c
Al abrirse la grieta la profundidad ho ser ía tal que en ella el empuje ser ía nulo ,
por lo que: ho. = 2c / y \/T . A partir de esta profundidad el empuje crecerá li-
^
nealmente, actuando el terreno superior como una sobrecarga , por lo que los
empujes ser á n los que aparecen en la fig . 7.13.
Z
rv ho
e z = F( Z - ho ) KG
!
—
Fig. 7.13. Efecto de la cohesión .
—
La determinación del empuje pasivo o reacción del terreno se lleva a cabo
utilizando procedimientos análogos a los indicados para el empuje activo. En el
caso de utilizar la teoría de Coulomb se buscar ía la cu ña de empuje o reacci ón
—
m ínima, aunque este método no resulta muy adecuado por suponer una figura
de rotura plana , cuando la real es de tipo curvo.
222
•
?
En el caso de la teoría de Rankine y en las mismas condiciones antes citadas el
empuje pasivo unitario, e , resulta:
•u
%
ep = yztg 2 (45° |
+ - ) = y Z Kp
Ahora bien , cuando se necesita determinar el empuje pasivo suele ser porque se
cuenta con él como reacción favorable del terreno , por lo que no interesa cal -
cular valores que sean cotas superiores, por los efectos desfavorables que ello
supone. Por esta razón varias de las teorías existentes para evaluar ep han de
ser utilizadas con gran precaución . Én el momento presente parece que los va-
lores incluidos en la fig. 7.14 (correspondientes a trasd ós vertical) pueden ser
adecuados. V
. 8p o
10° 15 ° 20 ° 25 S 30 ° 35 ° 40 * 45 °
i
0 .
1 42 1.70 .
2 04 2 . 4 6. 3.00 . 3 .6 9 4.58 5 .8 3
i
- 00 .. 12 .
1 38
..
1 36
.
1 63
.
1 56
.
1 92
1 .8 1
2.27
2.08
2.67
2 .38
3.10
2.71
3 .7 7
.
3 09
4.54
3 .5 0
- 00 .. 34 1 32
.
1 28
1 .4 9
.
1 42
1 .6 9
1 .5 7
.
1 89
.
1 70
2.10
.
1 82
2.30
1.92 -
.
2 50
1 .9 9
.
2 68
2.02
0.5 .
1 23 .
1 34 1 .4 4 1.51 .
1 56 1 .58 .
I 56 .
V 48
0.6 1.18 .
1 25 1.30 1 .3 2 .
1 32 1 .2 8 1.19 1.06 .
0.7 1.12 1.15 1.17 1 .14 .
1 09 .
1 00 0.880 0.731
0.8 .
1 07 .
1 06 1 .0 3 0.97 0.882 0.764 0.626 0.480
0.9 .
1 00 0.961 0.895 0.803 0.666 0.557 0.422 0.292
1 0 . 0.848 0.749 0.637 0.520 0.404 0.296 0.200 0.123
!= rP
V- 10° 1 5° 2 0° 2 5 °: 3 0° 3 5° 4 0° 4 5 o ..
* <P
\ 0 .
1 54 .
1 97 .
2 55 3.38 4.62 6.55 9.73 .
15 48
--
0.1 .
1 51 .
1 90 2.40 3.12 4.12 5.63 8.00 12.06
0.2
0.3
.
1 48
.
1 44
.
1 81
.
1 73
.
2 26
2.11
2;06
2.5?
.
3 66
3.23
4.81
4.09
.
6 56
5.30
9.52
7.11
0.4 .
1 39 .
1 64 .
1 96 2.33 2.80 3.41 4 .23 5.36
0.5 .
1 35 1 . 55 .
1 80 2.08 2.41 2 .8 1 3.31 3.94
0.6 1 .2 9 1 .45 .
1 63 .
1 82 2.03 2.27 2.52 .
2 82
0.7 1 .22 .
V 34 .
1 46 .
1 57 .
1 67 .
1 78 .
1 87 .
1 94
0.8 1.17 .
1 23 .
1 29 1.33 - 1.36 1 .3 5 1.32 1 .2 7
:+ P 0.9 .
1 09 1.11 1 .. 1 2 1 .10 1 .06 0.980 . 0.895 0.776
1 .0 0.925 0.868 0.797 0.714 0.623 0.525 '
0.425 0.327
eos
SP 0.996 0.991 0.984 0.976 0.965 0.953 0.939 0.923
<3
v =- i*
1 0o 1 5° 2 0° 2 5 °: 3 0° 3 5° 4 0° 45°
<P
0 1 .5 9 2 . 08 2.76 3.78 .
5 31 7.97 .1 2 . 6 3 22.11
0.1 1 .55 2.00 2.61 3 .48 4.79 .
6 86 10.39 17.22
0.2 1 .5 2 .
1 91 2.45 3.19 .
4 26 5 .8 6 .
8 51 13.26 •
- 0.3 I .49 .
1 83 2.29 2.9Q 3 ;7 5 4 .98 - 6.89 10.16
e
0.4 1.44 - 1 .73 2.12 2 61 . 3 .26 4.16 5 .49 7 .65
- 0.5 1.39
.
1 ,64 .95 2.33 2.80 .
3 42 4.30 5 .62
0.6 l 33 .
1 52 .7 6 .2.03 ' 2.36 2.76 .3 . 2 7 4 .02 •
0.7 .
1 26 .
1 41 .5 8 1 75 . .
l 95 - 2 . 16 .
2 42 2 .7 7
0.8 1.20 1 .30 .39 \ 49 . '
1 ,5 8
'
1 .6 5 * .
1 72 1.82
0.9 1.12 1.17 1.21 1 23 . • ,1 . 2 . 3 . 1.20 '
1.16 1.10 •
—
Fig. 7.14. Coeficientes de empuje pasivo , Kp
Para proyectar una estructura de este tipo se han de conocer , en primer lugar ,
las características geot écnicas del terreno que rodea el muro, tanto para deter -
223
i
minar empujes en el trasdós como reacciones en el resto de su superficie .
Concretamente se necesita conocer el peso espec í fico aparente del suelo, 7 (o el
sumergido, y'\ en su caso), la cohesión , c , y el ángulo de rozamiento , y? . Si
existen varias capas de terreno , o un terreno natural y un relleno , será necesa-
rio conocer estos datos para cada tipo de material .
Con dichos datos y los condicionantes de estructuras próximas (sobrecargas de
tráfico, cimentaciones próximas , etc . ) se determinarán los empujes debidos a :
—
El propio terreno del trasd ós
. .
—
El terreno del pie del muro
— El agua
— Las sobrecargas próximas
Con este conjunto de acciones , fijadas en magnitud y posici ón y un predimen-
sionamiento del muro se ha de comprobar la seguridad del muro según diferen-
tes causas de fallo (fig . 7.15):
TIPO DE
DIAGRAMA DE CARGAS FACTORES DE DISEÑO
MURO
e
o RELLENO
<t (W + Py ) t a n 8
O e > L5
tu
F <| =
wYVv PA PH
> X
< L a p,
oc =
(W 4 Py ) tan 8 + Pp
> 2,0
e> Pp X>
PH
I R *
s
UJ
F ARMADURA F = (W f Py ) tan £
i/y B
O W W = SOBRE
INCLUYE PESO MURO Y DE SUELO
N PA PUNTERA EN MUROS DE
pv SEMI- GRAVEDAD . INCLUYE PESO
O 4
< _ l
R
PH
MURO YDE SUELO SOBR LA
ZAPATA PARA MUROS EN VOLADIZO
Y CONTRAFUERTE
O
>
F
REACCION TERRENO 1
</> CONTRAFUERTE
UJ
h
CC
- ESTABILIDAD GENERAL Y SEGURIDAD
UJ FRENTE A HUNDIMIENTO *.
D
u.
< SEGUN SISTEMAS SIMILARES A PROBLEMAS DE
ú: TALUDES Y ZAPATAS CON CARGA EXCENTRICA .
z
o
o
ifiri
SECCION A - A
:
— 1Estabilidad al vuelco. El coeficiente de seguridad será como mínimo
,5 y resulta conveniente que sea del orden de 2. Este coeficiente se
calcula tomando momentos respecto al pie del güiro..
— Estabilidad frente al deslizamiento. Se determina por la relación que
aparece en la fig . 7.15, siendo a la adherencia unitaria en la base del
muro . El valor del coeficiente de seguridad debe ser superior a 1,5.
;
— Seguridad frente al hundimiento del terreno bajo el apoyo del muro.
A tal efecto , la base del muro se considera equivalente a una zapata
con carga excéntrica y se calcula el coeficiente de seguridad a través
de las f ó rmulas dadas en el capítulo correspondiente. Este coeficiente
ha de ser superior a 2,0. Usualmente basta que la excentricidad , e , de
la resultante sea inferior a 1/ 6 la anchura de la base del muro.
* .*
/ Superficie de /: Superficie de
A
deslizamiento deslizamiento
F p^ w
-
V/ MvV/7/
t
¿
L = Longitud de la superficie Tx Resistencia al corte en la base
de deslizamiento ,
c = Cohesi ón terreno L = Long. de la superficie de desliz.
í
i
cLr Ep + cL + Ti
F = WT? + Gj g!
F =- Ea
i
En general , aunque resulta conveniente que la cota de apoyo del muro esté
1-1 , 5 m por debajo del nivel de excavació n , no suele contarse con la resistencia
pasiva en el pie, salvo casos especiales en que puede garantizarse la continuidad
del terreno en esa zona .
Adem ás de estas comprobaciones de tipo geotécnico, es necesario proceder al
diseñ o estructural del muro , comprobando si las tensiones a que se ve sometido
son admisibles , diseñando adecuadamente la armadura , anclajes , armando
i
contra fisuraci ó n , etc.
:
4.2. Muros en L y T
225
También existe una colecci ón de muros normalizada oficialmente en Espa ña
(Norma NTE-CCM, 1979), que considera únicamente los muros de hormigón
armado del tipo qué se esquematiza en la fig. 7.17. Este caso de muros en T in-
vertida tiene la ventaja de que las tierras del trasdós del muro act ú an como pe
so compensador sobre la propia zapata del muro, con lo que se consigue un
-
efecto muy favorable .
Explanada superior
Relleno - drenado
Fuste
Explanada interior —
Tal ó n
Puntera
Plano de apoyo
.
Fig 7.17 . — Muro tipo de la NTE-CCM 1979 (con base inclinada u horizontal).
El cálculo de este tipo de muros se basa , en general , en suponer un estado Ran-
kine en el terreno, a ñadiendo diversas consideraciones simplificativas de tipo
emp írico. Entrar en el detalle de estos m étodos ser ía muy largo. En el libro de
J . A. Jim énez Salas y otros « Geot écnia y Cimientos II » (Ed . Rueda , 1976)
puede verse el método de Hairsine para el proyecto de estos muros y una idea
de las proporciones adecuadas para estos muros se indica en la fig. 7.18.
> 20 cm
H*
INCLINACION 44.
'
MINIMA 2 cm / m
JJV14
\ '
+—
N ?
w ,
*,
X B= 0 4 Q 0 74 H
a
—
Fig . 7.18. Proporciones orientativas en muros en T invertida.
Esta técnica es muy adecuada para muros altos en zonas con problemas de ci -
mentaci ó n , en espacios abiertos y cuando se puede ocupar el terreno de tras-
dós. Consiste, en esencia, en reforzar un terraplén con bandas de acero , gene-
ralmente en planos horizontales, que se unen a las escamas prefabricadas que
constituyen el paramento continuo de un muro de poco espesor .
— —
Las bandas o armaduras suelen ser de chapa metálica de varios metros de
longitud (del orden del 80% de la altura de la estructura ), de 2 a 12 cm de
anchura y 3 a 5 mm de espesor . Suelen realizarse en acero dulce , galvanizado
para obras permanentes y sin galvanizar para obras temporales . A veces llevan
resaltes para aumentar el rozamiento con el relleno que les rodea .
226
í
I I
grande y
: (
El relleno es granular , para que su rozamiento con la armadura sea
no haya problemas de drenaje interior. Generalm ente sé exige que el contenido
de finos sea inferior al 15% . En caso contrario, el rozamiento interno ha
de ser
superior a 22° y no contener más de . un . 20% de part ículas inferiores a 15
mieras. .
asegurar
En la fig . 7.19 se da una idea básica de proporciones necesarias para
i la estabilidad de un muro de tierra armada .
paramento,
Las posibilidades de variación que presenta la realización de su permanen
confieren a esta solució n muchas ventajas de tipo estético para obras -
tes.
.
•T‘
~V
. “« • *» «.
t*
i
t
x O = Are. tg 0,3
> 1 m.
Q
o
*
•i .
—-
, •
*
• vi .
V.í
•¡
—
Los recubrimientos deberá n ser menores de 3 cm ., a fin de no dar
lugar en zonas fraccionadas a fisuraci ó n que suponga un paso
— —
f ácil a la corrosión
Se dispondrá n juntas de diseñ o adecuadas , que no deber á n estar
—
distanciadas m ás de 12-15 m. Estas juntas pueden ser a tope ,
machihembradas o selladas con elementos especiales estancos.
—
La armadura se dispondrá adecuadamente seg ú n proyecto , con los
doblados y anclajes que resulten convenientes . .
* •
—
Se comprobará;, que na aparecen blandones o bloques rocosos
aislados en la cimentación del murofidebiendo ser eliminados si ,
apareciesen. .. > **
.
...
— El relleno del trasdós debe set adecuado y con un comportamiento
como el supuesto en proyecto Debe evitarse utilizar materiales ar- .
cillosos , expansivos, con restos orgá nicos o elementos agresivos.
- r Son aconsejables materiales granulares con poco contenido de fi-
;
nos ( < 20 % ). v .
í
227
/
\ . •
{
— asegurar
Se dispondr á n mechinales, drenes de trasd ós , etc. , que permitan
que los empujes del agua no superan los valores adopta-
dos en el cálculo.
i
Estos dos últimos puntos son muy importantes , puesto que gran parte de los
i
muros que se construyen se trasdosan con un relleno y se calculan sin empujes
del agua. Piénsese que el empuje del agua es netamente superior al terreno se- {
yecto se cumplirá en la práctica . En la fig. 7.20 p ü eden verse diversos tipos de-
drenajes , debiendo señalarse que los mechinales o tubos de salida no suponen
ninguna garant ía si ñ o se disponen verdaderos drenes en el trasdós .
:
MATERIAL
TUBOS DE
SALIDA PERMEABLE,
CAPA '
DRENANTE
WAW,
DRENADO
-> PERMANENTEMENTE
( 1 ) Dren continuo horizontal uniendo los tubos de salida con drenes verticales en el respaldo dis -
puestos entre los tubos .
(2) Dren continuo horizontal con descarga lateral, en vez de tubos de salida.- Puede tener drenes
verticales intermedios . . •
—
Fig . 7.20. Tipos de drenaje de trad ós de muros .
'
* . v- «!*
5. ESTRUCTURAS FLEXIBLES
i :
228
í
r
(
i
i i
» !
Murete-guía % :L .
>r
/
V ;
•
i
V
/
/
/ !
7
W / , *
-
e
o V
?:
>
N.F. Al !• !
* j
« Lodo
4 ’r
tixotróp íco
•, •
I
/
•
*
% >
i.
i
I
0 t .;
•
4
C
.*
> •i
i* •
Fig. 7.2 Í -,
— Panel de pantalla .
— —
La perforaci ón de cada panel de unos 2,5 a 6 m de longitud y 0, 45 a 1 , 20 m
de anchura se debe realizar con medios mecá nico-hidráulicos apropiados se-
g ú n un orden previamente adoptado (fig . 7.22). En el caso de que la naturaleza
del terreno lo requiera , a medida que se extrae el suelo del interior de la zanja ,
¡
se deben aportar lodos tixotr ópicos que deben permanecer , durante toda la ex -
cavación , por encima de la cota inferior del murete-gu ía. La excavació n debe
v alcanzar unos 20 cm más que la longitud prevista para la armadura , para evitar
que ésta se apoye en las esquinas de la zanja en la que la limpieza de sedimen-
*
tos no puede ser perfecta . Se llega a alcanzar profundidades de unos 35 m coú
maquinaria pr ácticamente convencional.
1
'
i
229
:
i
.- -
»
• •
.•'I
— —
talla. Este hormigón superior el primero que se vertió y, por lo tanto, conta-
minado debe ser eliminado, puesto que en coronación se construye, normal -
-
mente, una viga de atado de paneles . Las armaduras de esta viga se deben enla-
zar con las de la pantalla . „
ai <7
*
^
Ganchos pa
k 7
> elevación
\
Rigidizadores .
/ N
Lodos
7 - bvL
Tubo de
/
hormigonado
/ =^10 - 15 cm i'
/\ W'
/
\
1
V v
~
K«
• •
,
. Lodos 7
7 \
7
\
&
i: .. *
o
•i
Hormig ó n
o
Barras
7 t Barras verticales
*
4
•
j
*
f6 5
( / horizontales
I
1 V
V
i
* *
7 í
l
I
! ^ Armadura
N
, .w V: S XA
N
.
Fig 7.22 .
— Excavació n de paneles alternos . . —
Fig 7.23. Jaula de armaduras.
Por ú ltimo, se extraen los elementos dejados para moldear las juntas , despu és
que el hormig ón haya alcanzado la resistencia suficiente para mantener su for -
ma.
Los paneles se vari construyendo alternadamente, como muestra la fig. 7.22.
El Iodo tixotr ópico á emplear deber á cumplir los siguientes requisitos: a) pH
entre 8,5 y 11. 6) Peso especí fico adecuado para soportar la zanja (normalmen -
te entre 1,05 y 1,2). c) Viscosidad , medida en el cono de Marsh , entre 32 y 35
segundos , salvo durante el hormigonado en que puede variar entre estos valo -
res y 45 segundos.
La consistencia del hormigón de la pantalla ser á tal que su asiento en el cono
de Abrams será de 14 a 18 cm . Su dosificación en cemento no será inferior a
350 kg / m 3 y el tama ño máximo del árido Será de 30 mm si es rodado y 20 mm
si es de machaqueo. Para los muretes gu ías pueden utilizarse hormigones de
más baja dosificación (250 kg /m 3) y á ridos mayores (de hasta 50 mm ).
Si la zanja es muy profunda , la jaula de armaduras puede descomponerse en
dos o más tramos , los cuales van soldá ndose a medida que se introducen en la
perforación.
Las tolerancias de ejecuci ón , segú n el Pliego de Prescripciones Técnicas Gene-
rales del MOPU , ser án:
——
Desvío en planta o separación de muretes-gu ía: < 5 cm .
Anchura de herramienta de perforación: < 2 cm sobre la teórica .
5
—
Longitud del panel: < 5 cm.
230
—
Profundidad de armadura del panel: < 5 cm .
(
Sentido de hinca
r — ^
J V a _!
V£ji i
§n
i
400 -
- - b* m -~ •
!
W0 :V
380
Sentido de hinco V
i
II
'o
—
i
Si <':
"r 4: - a §
II
- b - 400 - - *
'
• 400 c
d) Peirier , Perfil 500 S.
‘
400 1?
e -
is... • Además de este fenómeno el , acero de las tablestacas ha de ser capaz de resistir
í adecuadam ente los esfuerzos din á micos que se producen durante sii hinca y los
231
i.
|
est áticos que se inducirán durante ei servicio de la obra A tal efecto, suelen .
utilizarse aceros que tengan contenidos de carbono entre el 0, 10 y 0, 24 % , con í
l í mites elásticos no muy elevados y que tengan ductilidad y una reserva de plas- í
ticidad adecuadas.
Anteriormente se ha indicado que se hincan por golpeo y vibración , tendiéndo-
se hoy día hacia esta ú ltima variedad de hinca , puesto que el mismo vibrador
puede utilizarse , posteriormente , para extraer y recuperar la tablestaca. A ve-
ces , estos procedimientos se ayudan con lanza de agua al pie de la tablestaca
que se hinca , para disgregar el suelo y facilitar la penetraci ón . En suelos blan -
dos también pueden hincarse a presión con gatos hidráulicos.
VA W, \
a) Anclaje
b ) - . Puntales c) Banqueta
Pilar
^*tr xvrr/
met á lico
Vigas metá licas
Pantalla
5
\ y forjados
<
»
Pilote
hormigón
Fasel Fase 2
d ) Sistema ascendente-descendente
. —
Fig 7.25. Sistemas de .soporte lateral .
232
:
<
s
\
/
N
v Tuber ía
¿ y/
>
T" Cable
i Obturador
phinchable t
Bulbo
--
; '
A
"V
\
N
\
s
Pantaíl | ' l
:
\
^ i
< - ! r
Tubo de Separadorr 1
inyección Clapeta J/
i
*>
é: < ¿a
=
ir
-
•S ; •
í /•I
i
Desplazamiento de la entibació n
'
1 2 cm 6,7 4 0 12 cm 0 4 0 i
0 í
4 K :
Prof .
(m. ) 6
12 - \ •r
16 r -
20 ^s < \
^ !
i
20
:
-
4 anclajes 2 anclajes y.’ 2 anclajes y ’ 2 , puntales -y ,
2 anclajes
2 puntales 1 puntal
. -
b) Influencia de los anclajes y los puntales
: ••
.
Fig 7.27.
— :
233
i
6. EL PROYECTO DE PANTALLAS CONTINUAS
Pantalla
flexible EZKQ
K
Deformada
Q
\ A
234
í
—
. "
r
i
235
:
•
7777777777777
i1
77777777777
Punto de empuje t
nulo
R L Punto de M - 0
V
At=
Empujes Momentos
1 3 1 3 1
"
//// // / / /
U
i I
KQ
\
\ Ha H
I t»
t
" 0,2t At
=
Empujes Momentos
:
•
- r K a { H +t F + ~~ y Kptz
^
3 3
FKa (H +t ) = F ( H0 + t ) + ~ VKpt
•
Fig. 7.30.
— Pantalla con base libre.
236
í
(
Sin embargo, en el ¡caso de base fija (fig . 7.31) es necesario añadir una hipóte-
í sis adicional puesto que ahora existen tres incógnitas (la anteriores más la reac -
ción , supuesta concentrada , de la zona inferior dé la pantalla). Se ha compro -
bado que, aproximadamente, el punto de empuje nulo viene a coincidir con el
i de momento nulo, por lo que la pantalla puede descomponerse en dos vigas
.
biapoyadas (fig 7.31), lo que permite calcular las tres incógnitas citadas.
En cualquiera de estos dos casos se aplica la reducción del empuje pasivo antes
comentada. Una vez calculados los empujes y reacciones en apoyos, se determi- .
nan las leyes de momentos y cortantes , a fin de diseñar la armadura correspon-
diente. Gomo esta necesita una cuantía m ínima importante por razones de ma-
nejo , es muy corriente observar que la armadura es de secció n constante co-
rrespondiente al máximo momento-- en toda su longitud , para no introducir
—
importantes costos por cortes de hartas , empalmes, etc ^
. ¿
‘
77777/77 / / / / / //
F
* *
Ka Punto de M = 0
7/ 7777 / 7 / /Y / / / / / /
a''
R KP
*
*
F
H
<
Ha
# -
R R Zo
R
=
At 0,21
t
#
X
f .
Z o = H Ka /( Kp- Ka) R= 2 RJ
F =
1
g - y Ka H H .* „
H 2 + 3 HZn + 2 Z02
Z
R
I
•
HoH
H (3 Ha —HB ZC
H ) + 3 HaZ „+ Z¿
+ '
-v.
X 6 R
F K p- K 0 )
(
237
Ya hace unos treinta a ños que Rowe estudió este efecto mediante ensayos en
modelo relativamente grandes. Los resultados le permitieron desarrollar su mé-
todo que en esencia consiste en:
0,8
0,6
^
V.
0,4
—
. Fig . 7.32, Factor de reducción de Rowe.
•
— —
viga continua con varios apoyos , suponiendo como en el caso de base empo-
trada que el momento es nulo en el punto de empuje nulo. De esta forma , el
problema se reduce , al final , a un proceso igual que en el caso de un apoyo y
base empotrada , aunque, en este caso , la viga superior es una viga continua
con cargas y longitud conocidas .
:=
KQ
M ^O
o i
N
/ / // // f/
* KP Fig . 7.33.
—
Pantalla con varios apoyos.
Calculada como vigaj continua.
238
(
Ri Ri
Ka Rz
<
/ / / // ////
\
II
|f
M
i
II
H'
1 t:
fi
ü il
Fig . 7.34. — Pantalla con varios apoyos. Calculada por fases sucesivas.
Ello puede realizarse suponiendo el. esquema de rotura de la fig . 7.35, con lo
que puede deducirse la fuerza Ta en el anclaje que originaría el deslizamiento
del conjunto. Su relación con la tensjó n de trabajo del anclaje T , nos da el coe-
ficiente de seguridad frente al deslizamiento, que debe ser superior a 1 , 5 . Para
determinar Ta basta calcular el empuje activo , EA, en la lí nea vertical OA y el
opuesto a Ea sobre CB, admitiéndose que este empuje activo equilibra las com-
ponentes horizontales de T y Ep. Las citadas fuerzas , junto con el peso, deben
ser equilibradas en rotura por la carga límite del anclaje , Ta , y el rozamiento ,
Rj, a lo largo del plano AB.
-
7"
c o '
- s.i
'
li '
// / / // // //
T Superficie
de rotura
i
. Anclaje.;
Zona
inyectada
. / / / / / / / / //.
!•
EP
• b) Equilibrio de fuerzas
a ) Esquema de rotura
í
239
I.
6.6. Disposición de anclajes
// / / / / / / / / / / / / / / / /í í/ / / // / / /
E
/ anclaje
Bulbo de in
/ A\
/
X /U Jr
/ Q
/ <3*
Base de la / D A\
excavación *
/
o / /
/ / >T / / / / 7 / 7 / / / / / / <0 /
*/
O"
6.7. Entibaciones
— —
va entibando la excavación con elementos verticales y horizontales de con-
tención y puntales a medida que se realiza (método « berlinés », ver fig . 7.37).
En otras ocasiones se entiba a medida que se excavan zanjas por bataches , sin
hinca previa de perfiles. Segú n las normas DIN, en excavaciones en zanja de pro-
fundidad mayor de 1,75 m es necesario disponer de estas entibaciones.
En el á mbito urbano es frecuente utilizar estos sistemas de entibación para ex -
cavaciones en que los dos lados de la excavació n está n pr óximos y el terreno no
es de apreciable calidad. Se intenta acodalar un revestimiento, que se construye
a medida que se excava , contra otro pr óximo, contra el terreno ya excavado en
el centro del solar , etc.
Para estos menesteres se utilizan , principalmente , la madera y los perfiles y
planchas metálicas (fig. 7.38).
Tambi én puede hacerse la entibación de forma escalonada, cuando la profun-
didad de la excavación es superior a 4 m . Por ejemplo , las paredes de la exca-
vació n , de manera que los perfiles de entibaci ón, tablestacas planas o tablones
— —
de madera previamente hincados , queden inclinados un 10% respecto de la
240 ’ •
i
(
Cu ña Perfil hincado
(a)
i
FF ¿i
*
•* .. V
:
í Tablón de 5 cm
\
A
‘"
K (C) rii ~
fez ‘!4 i
. í
•
B ¿Placa de acero
'
ü
i
en / ¡ !
<N /
;N\
\
! N
N
\r\ /
: /
Z 14
/
/ Ü
/ 60/ 10 mm
y •
N
:
E
\ í - -‘
i
.130 V
Í:H
un
1
l
P
I
máx. 7 a 9 m
—
Fig. 7.37. Entibaci ón realizada con el método berlinés.
Cu ñas
ib)
Barrote vertical
y Tornapunta
7A
\ l6 x 16 cm
a 20 x 20 cm . ..
;r
*
Piquete
\
i
V
i
í-
'
i. a) Zanja con apuntalamiento b) Pozo ancho con apuntalamiento
¡ de madera. de madera.
(o)
Xo 3 "
^' : =
o o o
Max 20 •
t 313
o o N . &
Tablón 0 O
X
JO 3
min 38 mm ,
Tabl ón
o
UuZ 3
nsp. =,
vertical LpT [51
^
5
Puntal o KCsb
dh* ^£
Oof o
Max. 20
^ rt
í o EHT &
i
H 1
0.5 ¿
T
L = 2,50 - 4,5 m
0 51 ' :
*
\ •/
n •!
Puntal met á lico
N ;
. Conviene contrapear
c) Ejemplo de zanja profunda con apuntalaiijientos met á licos telescópicos
•
los tablones verticales de unión .
‘
—
Fig. 7.38 . Entibaciones clásicas con madera.
241
!
i
•o
•
-
1.68 .- -
Espacio paro la maquinaria de hinca
I
h /<
rW ¡
i
Tablón de Abrazaderas
' A l o reo
apoyo
1'
; superior de
0 rif /tfiztfcidfi | ^-
»¡ /
de:
Marco: :
t
r . > seguridad
Codal de $
I
c .
husillo
• ‘ó V
W ':m
r<. •
I
,
ftr - CJ
gg - -v !~ o
|¿
/
jí Abrazadera
1 j de suspensión L §
ft -• I-
r ¡i
¡í {—t 40 x 40 r¿
/ -i
%/
•
/
X- l .
=
< 3>
M
i - J'
1
Todos estos sistemas conducen a pantallas más o menos discontinuas y fle
xibles con un gran n ú mero de apoyos, en los que se ha comprobado que la
- :
i>
í .:V»
¡
7
X
X * I
x -i» < — 1
in
(\J
o X
*
X
*
* X
r
lO
VT/ AV 7//\>
' '1
O,
0,65 V H K Q
J
FH -4 C,j
- L
,
0 2 VH a 0.4 FH
í
;
N
\
\
\
\ R , \ R . *
\
Puntales ; I
• r:
>.;• r Y
A " '
!
R R 2+ R
R ótulas 7 R
I
I
+R
^J
R R4
]
I
I 4
^
I :•
:
V
/
/
•O
”
— Sui
: /
f t
/
)
i'
Re
i
I
Reacciones
I
Fig. 7.41. —Análisis simplificado para deducirlos empujes en puntales y analizar la entibación.
'
Pantalla
,
JC.
J
co .
• •
Ki . D
*
h *
:
’v*f • r
T3
!
•
v.
-
/ / / )/ / s777
S/ T
i
;
a) Caudal
V.
i.
í
JZ
h*
O 0,05 0,10 0,15 0,20 0,25 0,30 0,35 0,40 0,4 5 0,50
• / •*
6
b ) Gradiente en el punto de emergencia , i
( tg K e ik
=
KI
Fig. 7.42. — Flujo a través de
Kotchina ).
un sistema bicapa, bajo una pantalla (Polurarinova -
F, = O ‘ Nb
í
Yfí + q
1O
J3
z
T3
8
'O
-ni
Q
to
o
<L>
7
T3
u,
O
4
0 V 2 3 4 5
Profundidad relativa H / B
.
Fig . 7.43
— Factor de estabilidad . (Levantamiento de fondo ).
244
!
í.
tr
i
I
(
en que Cu es lá cohesión sin drenaje de la arcilla, q la sobrecarga en cabeza de
la excavación y Nb es un factor de estabilidad adimensional , que depende de la
geometr ía de la excavació n (fig . 7.43), calculado por Janbu . F¡ debe ser supe-
; rior a 1,5 y es recomendable que se aproxime
v• .
a 2.
:
En dicha Norma se distinguen nueve tipos de terrenos, a fin de considerar los que
m ás habitualmente se presentan en Espa ñ a , 'a saber: j - i
; • '
¡
—
I * v>
IX Arcillas medias.
Considerando que el terreno es homogé neo, se contemplaren dicha Norma los
,
casos en que la excavación vaya a servir para realizar 1, 2 ó 3 sótanos. En cada nivel
de sótano habrá un apoyo (que puede haber sido inicialmeñ te un anclaje y final-
mente un forjado , por ejemplo), suponiéndose que las distancias entre apoyos
pueden ser normalizadas, puesto que en la práctica varían escasamente. Con estas
condiciones y contemplando el doble caso de que la pantalla esté junto a uñ a media-
nería o junto a unos viales, la Norma facilita las dimensiones de las pantallas, las
reacciones en los apoyos, armaduras, etc.
Como dato indicativo, se reproducen en las figs . 7.44 y 7.45 parte de esos re-
sultados, concretamente las reacciones en apoyos para los casos de uno , dos y
tres sótanos , tanto para la hipótesis ; de medianer ía pr óxima como para la de
viales cercanos, para cada tipo de terreno seleccionado en la Norma. Estas re-
1
:
fundidad supone un aumento pr ácticamente cuadr ático de las reacciones en los
/apoyos sucesivos, como queda patente en fas figs. 7 , 44 y 7.45. Los valores en
*
i .
ellas incluidos no deben tomarse más que como una indicación a nivel de ante-
;
-
*
! 245
(
í.
VIII
CARGA EN EL 1 er PUNTAL !
I , II , . . . = Tipos de terreno
II M II 2 o PUNTAL ( ver texto)
Vil
>1 II II 3 o PUNTAL
III
40
E
O
—" r—
« 3
s
\1
\
E
00
c\T
VI
£
Pin
LO
30 E
<0
tf III
Vil -- VIII
II
E
V
co
lli
<L
y- II
2 (
VI I
a 20
\ =:
2
bJ
CO
<
o
cc
< ...
\ III
V —
o I
\
•' •’ * *
I
VIII ' .
Vil ^
-
7
f . •
II
•
••
. 'i
VI —
>
10
V-
I
-1
:
O
2 3
i
N ° SOTANOS
Fig. 7.44. — Cargas en puntales en pantallas próximas a medianer ías con hasta 3 niveles de sótanos.
;
246 i
/'
i
i —
Fig . 7.45. Cargas en puntales en pantallas pr óximas a viales con hasta 3 niveles de só tanos
, .
:
;
\ ..
i
!
247
:
'
::
i
i
i i
:
.i
;
:
(
Capitulo 8
•
;
•í . :
í
Criterios para la elección de cimentaciones
}
1. INTRODUCCION
Una . vez conocida la naturaleza del terreno se plantea el problema de elegir la
,
/
Curiosamente esta influencia del terreno en la Arquitectura ha estado patente
desde épocas muy remotas.
Recordemos los palafitos de las civilizaciones neolíticas y la arquitectura
caldeo-asiría condicionada por la baja capacidad portante de las llanuras alu-
viales de Mesopotamia, que nunca hubiera permitido pirá mides de tipo egipcio.
249
El arte griego, de gran solidez y peso , fue posible gracias al excelente terreno
de cimentación y a la abundancia de má rmoles y calizas. En la Edad Media las
cú pulas fracasaron con frecuencia por tratarse de un sistema constructivo muy
exigente respecto a la deformabilidad del terreno , siendo un notable ejemplo el
caso de Santa Sofia.
Algo semejante ocurri ó con los arcos rom á nicos y góticos que , incluso con la
mejora de las transmisión de cargas al terreno mediante arbotantes , conocieron
numerosos problemas como el hundimiento de la Abad ía de Cluny III en 1125
o los inverosímiles desplomes de Santa Mar ía la Real del Sar en Santiago . La
arquitectura militar holandesa tuvo que recurrir a murallas de suave talud por
la deficiencia del terreno mientras que los castillos franceses y espa ñ oles osten -
taban muros verticales , permitidos por la cimentación sobre roca . Y así multi-
tud de casos , desde los rascacielos de Nueva York , cimentados sobre granito , a
las viviendas « flotantes » de la ciudad de Mé jico.
En el desarrollo hist órico la evolución de los sistemas constructivos ha estado
jalonada de los inevitables fracasos que supone la investigació n empírica . En el
momento actual los conocimientos t écnicos y las exigencias sociales hacen in-
justificable esta forma de actuar .
La concepción estructural del edificio debe hacerse previendo la respuesta del
terreno a las futuras cargas. En un terreno con problemas de asentamiento una
estructura r ígida , de hormig ón armado , puede sufrir da ñ os considerables ,
mientras que u ña estructura met á lica flexible se acomodar á con mayor facili-
dad a los movimientos del terreno . Lo mismo puede decirse de los forjados , ce-
rramientos , etc.
Esta interacción funcional ha llegado a sil máxima expresi ó n en el caso de la
«construcción dividida » (split constructioñ ) empleada en terrenos expansivos o
en el sistema CLASP utilizado en zonas de subsidencia minera.
Sin llegar a tales extremos pueden conseguirse encajar cimentaciones poco cos-
tosas , sin riesgos apreciables, recurriendo a diseñ os cuidadosos respecto al peso
y rigidez de las f á bricas , disposición de juntas , atado de la estructura , refuerzo
y limitaci ó n de huecos o partes dé biles , etc.
Un factor importante es la existencia o no de sótanos. Su n ú mero no debe fi -
jarse con independencia de las condiciones del terreno , sino, de preferencia , en
funci ó n de éstas . A t í tulo de ejemplo pueden citarse las situaciones siguientes:
— Roca a escasa profundidad , requiriendo voladuras o costosas obras
. de excavació n.
— plicando
Firme a 4-5 m , f ácilmente alcá nzable desde un só tano , pero com-
la cimentación si el edificio no lo lleva .
— Edificio ósobre terreno blando cuyo peso puede compensarse con la
excavaci n de s ó tanbs (1 sótano equivale a unas 6 plantas de supe-
restructura).
— Un segundo o tercer sótano bajo el nivel freá tico puede obligar a
realizar todos los sótanos superiores al cobijo de pantallas, mien-
tras que , en su ausencia , podrí a bastar con muros convencionales .
— Un estrato firme, de espesor limitado , puede ser eliminado para
excavar un s ótano , obligando a cimentar el edificio sobre pilotes a
considerable profundidad .
Señalemos, por último, que la cimentación constituye una «condición de bor-
de » de la estructura y que no siempre puede suponerse un empotramiento per-
fecto entre ambas. La rigidez de la cimentación y sus posibilidades de giro o
movimiento influyen sobre la distribución de esfuerzos en la estructura , con :
una incidencia importante en el caso de cubiertas laminares, arcos y cú pulas hi-
perestáticas, etc. El proyectista debe conocer o imponer los grados de libertad
de la transmisi ó n de cargas al terreno, los cuales var ían considerablemente de
unas situaciones a otras.
250
i
•
í
— dolo
Reducir la deformabilidad del terreno, consolid á ndolo o inyect á n
•
. •
-
!t
— Transmitir las cargas a pilotajes profundos , con niveles de asientos
muy reducidos. •
/ '
, / ..
Si la resistencia del terreno es baja , una solución habitual consiste en recurrir a
una cimentación compensada, intentando qu é el peso de las tierras excavadas
para la ejecuci ó n de só tanos equivalga al peso del edificio , resultando por tanto
una carga neta muy pequeña o nulú; Si las cargas del edificio no son homogé-
neas , por existir cuerpos de distintas -alturas , los sótanos suelen escalonarse para
conseguir la misma carga neta en toda la superficie.
En casos de resistencia muy baja ,y terrenos compresibles en profundidad y
- ,
En el caso de edificios muy altos y esbeltos (por ejemplo torres de televisi ón)
deben tenerse en cuenta los fen ó menos
de inestabilidad derivados de la ligera
i • . excentricidad de cargas inducida por defectos constructivos, distribución inter-
; na , o acciones exteriores, como el viento > dando lugar a giros de la cimentaci ón
que pueden llegar a ser irreversibles y de rotura o vuelco (1).
Cuando se trata de construir gran número de edificios de altura moderada y
existen fuertes limitaciones de coste debe considerarse la posibilidad de pre -
fabricar las cimentaciones (se entiende de tipo superficial ya que los pilotes de
hinca tambi é n se prefabrican ).
:
-
j"
'
(1) Para una torre de peso P y cimentación circular de radio a la altura critica se estima por
/
4 «3 E
hc =.
. 3? (H v 2) ' i
siendo E y v los pará metros elásticos del terreno para el tipo de solicitación prevista (r á pida o
lenta): Si h es menor que la altura real habr á que aumentar el radio de la cimentaci ón o reducir la
deformabilidad de la misma (aumento de E) , mejorando el terreno o recurriendo a una cimentación
i profunda. .*
251
Las soluciones m ás usuales son:
— Colocación de zapatas monol íticas prefabricadas (generalmente
bloques cú bicos o en tronco de pir á mide) en huecos previamente
abiertos en el terreno. El contacto puede asegurarse con inyecció n
de un mortero , arena compactada , etc. Los pilares , si son met á li -
cos se sueldan o atornillan a placas previamente colocadas en las
zapatas y sin son de hormigó n se encofran sobre los hierros de es -
pera previstos en las mismas.
’
Hueco
inyectado \
— 4,
I
S 1
•-o
‘O
•
0 Hú
.
n (
5 . CONDICIONANTES IMPUESTOS
POR LOS EDIFICIOS PROXIMOS
252
i
1
l
Pueden citarse como m ás t í picos los casos siguientes:
— Edificios antiguos con cimentación somera, generalmente en mal estado en
terreno blando o arenoso flojo. g$ ta situación puede obligar a:
i
/ —Realizar las excavaciones de sótanos al abrigo de pantallas in situ o, en
casos más delicados , de pantallas de pilotes poco deformables.
;
—Consolidar el terreno previamente o incluso recalzar los edificios adya-
centes: '
. .. . . •
{
—En el caso de tener que cimentar el nuevo edificio mediante pilotes , evi -
tar los de hinca o desplazamiento.
—En el caso de cimentaciones por zapata o losa deben estudiarse los asien- ,
tos inducidos en los edificioslpr óximos (generalmente no son admisibles
si las cargas del nuevo edificio son importantes ).
—Estudiar las eventuales modificaciones del nivel freá tico en el entorno,
tanto skasciende por haber reducido la sección de los acu í feros , como si
se deprime al realizar agotaímentos para trabajar en la nueva excava-
= ci ó n . Ambas situaciones pueden dar lugar a asientos en otros edificios.
i/- /
—
Edificios ligeros cimentados sobre pilotes: Nuevas cargas superficiales
pueden inducir flexiones laterales o rozamientos negativos por lo que será
casi obligado cimentarlas profundamente.
: —
Edificios adyacentes con cargas muy diferentes: Cuando se va a construir
un edificio de gran altura y cargas junto a otro de menor importancia , este
ú ltimo se ver á inevitablemente influido por la « cubeta de deformaciones »
del primero (fig . 8.2) salvo en el caso de que éste o ambos se cimenten
sobre pilotes trabajando por punta en un substrato firme .
7 t03m
Mí-
'
;
í
l§i
sil •
.
-
ü Q,Om
P -4 11 T7 -133 m
,
ÜJ - UasKí£ ÍMaéSiíSiíJlü
S
o
78 m
.
Mi
S
2
1*5
o '
6 s=
, ;m
O 7
c !
<D .s
*
V
.
Fig 8.2.
— Asientos inducidos por edificios altos en otros
preexistentes .
< n”
K
253
En la fig . 8.3 se ha intentado esquematizar el proceso de análisis de factores pa-
ra elegir una tipolog í a de cimentación . En los apartados que siguen se de -
sarrollan con mayor detalle las lí neas expuestas en dicha figura .
Antecedentes Reconocimiento
e geotécnico + Tipo de edificio,
Información previa Pruebas y ensayos cargas , etc.
Estrictas
Tolerancias del
edificio
'
Positivo
-
2
Amplias
Fig . 8.3 .—Esquema de decisión en la selección de cimentaciones (excluidos terrenos problem áticos). i
254
i
„rí:>
( 6.1. Cimentaciones por zapatas
i
Es la solución tradicional de cimentación , preferida por su econom ía y facilidad
de ejecución . En edificios sobre roca se utiliza con cualquier altura (presiones
i de trabajo hasta 40 kp/cm2 en el World Trade Center y en el Empire State,
.
sobre granito) Sobre suelos normales la gama usual de presiones var ía de 1 a
.
3 kp / cm 2 Con pilares cada 25 m 2, cargas totales de 1.000 kg / m 2 por planta y
una ocupación por las zapatas no superior al 50% del área del edificio , las pre-
siones anteriores limitar ían las alturas aceptables a 5 y 15 respectivamente , lo
cual da idea de por qué la cimentación por. zapatas va perdiendo campo en la
moderna construcción en altura. Pof el contrario deben darse condiciones ex -
cepcionalmente desfavorables para que no puedan cimentarse por zapatas edifi-
cios de menos de 3 plantas. Dentro - (Je los terrenos naturales podr ía ser el caso
de las arenas muy flojas y de las arcillas muy blandas , pero estas formaciones
rara vez se encuentran en nuestro - pa ís con capacidad portante inferior a
1. kp / cm 2 (teniendo en cuenta los asigntos admisibles).
El empleo de zapatas exige un terreno de resistencia media a alta, sin intercala -
*
ciones blandas en la zona de influencia de cada cimentaci ón (la imagen del « bul-
bo de presiones ») o en la afectada ppr la superposición de presiones de zapatas
adyacentes.
Cuando no existe este efecto de superposición (grandes luces) cabe aprovechar
capas superficiales resistentes (costras desecadas o cementadas , - terrazas com -
,
-
7* •
' ’
ciente que construir las zapatas en el fondo y recrecer con un plinto de hormi -
gó n , pero admisible en bastantes casos.
Por su propia naturaleza , las zapatas aisladas permiten que los pilares asienten
independientemente y presentan escasa resistencia frente a giros o desplaza-
,
255
— Secombinar conunmuros
requiere sótano estanco
o pantallas
bajoel nivel freático solución a
tambi n impermeables .
é )
(
—
—
r
•„ t
256
(
i
— Las cargas son muy fuertes y concentradas (caso de torres sobre
pocos pilares).
—
' } - ’• - ’ • ¿
•
i Se quiere evitar la incidencia sobre cimentaciones adyacentes.
i
Cuando el firme está profundo y h áy que recurrir a un pilotaje , la solució n es
i inmediata si las cargas están concentradas pero no sucede lo mismo cuando
entre unos pocos pilares hay grandes superficies cargadas como es el caso de
naves industriales , almacenes , iglesias , etc . En estas condiciones resulta econó-
micamente inviable pilotar toda la superficie edificada y tampoco es aconse -
jable pilotar sólo los pilares dejando el resto como una solera flotante ya que
los asientos diferenciales llevar ían a una situaci ó n funcionalmente inaceptable.
No hay m ás remedio en estos casos que mejorar el terreno para reducir al má-
ximo su deformabilidad , lo cual puede conseguirse por precarga , vibroflota-
ción , consolidación dinámica , inyecciones, etc. Seg ún el nivel de mejora alcan -
zado la solución global puede ser una cimentació n superficial de pilares y sole-
ra o el pilotaje de los pilares y el apóyo directo de las soleras.
La selección de uno u otro tipo depilóte tiene considerable importancia y re -
quiere cierta experiencia ya que es frecuente el empleo de pilotes inadecuados al
problema que se plantea , bien por: defecto de proyect ó o por esforzarse el
Contratista en emplear el pilote qué fabrica o que le es más asequible . .
i
— Condicionantes especiales como el trabajo en zona urbana , la agre-
sividad del terreno, la existencia de fuerzas horizontales o din ámi-
cas, el riesgo de rozamiento
/(.í '
negativo , etc. "’
4
Estos factores tienen una mayor o menor influencia seg ú n el caso de que se tra-
te y est á n interrelacionados , lo cu á j imposibilita una elecci ó n inmediata de un
determinado tipo de pilote , dándose a menudo el caso de existir varios tipos
posibles, entre los que se elige por consideraciones econ ó micas , de plazo , etc.
Sin embargo pueden hacerse algunas recomendaciones ú tiles en los casos m ás
frecuentes: \ •
« 1
--
1 ¡ ví" — En el caso de pilotajes en terreno arenoso flojo interesa conseguir
la mejora o compactación dei terreno por lojque se emplean los pi -
lotes prefabricados hincados y los apisonados al amparo de una
entibaci ó n considerable, con bulbo en í a basé ( tipo Franki). Si el
terreno granular es compacto, la hinca debe ayudarse con lanza de
agua o incluso hacer una perforació n previa (eventualmente mante-
nida con lodos bentohíticos). En este caso pueden ser ventajosos
los perfiles o pilotes met álicos de pequeñ a secció n y m ás f ácil hin -
ca. Sin embargo , es raro tener que recurrir a pilotajes en suelos
granulares compactos
— Sirestos
en el terreno existen gravas gruesas, bolos , capas cementadas ,
de demoliciones , etc., que impiden o dificultan las hinca de
pilotes habr á que recurrir a pilotes perforados , de diámetro prefe -
rentemente grande , y normalmente con entubació n .
— Los pilotes in situ , perforados sin entubación, est án indicados en
terrenos cohesivos compactos , con poca agua , eventualmente con
alguna capa dura (atravesable con trépano).
257
i.
— cementados
Los pilotes barrenados no pueden ejecutarse en terrenos duros o
ya que el avance de la hélice exigiría un par motor ex-
cesivo para la maquinaria usual .
— Cuando en el terreno existen capas artesianas pueden producirse
problemas al atravesarlas con pilotes de extracción , sobre todo si
se trata de arenas flojas que se sifonan . Igualmente pueden presen-
tarse problemas en el hormigonado si existe circulación importante
de agua, existiendo riesgo de deslavado del hormigón .
— Cuando se pueda alcanzar una : base firme de apoyo en profundida-
des razonables deben emplearse pilotes-columna apoyados en dicha
base ya que es la mejor forma de aprovechar la capacidad resisten-
te de la cimentación . A este fin los pilotes prefabricados hincados
convienen en longitudes moderadas ( < 12 m) para evitar uniones ,
desvíos de instalación , eventuales pandeos , etc . Los pilotes in sitii
(con o sin entubación , seg ú n él terreno atravesado) deben tener un
diá metro proporcional a la profundidad para efectuar correcta-
mente el hormigonado.
— empleo
Respecto al volumen de obra, los pilotes prefabricados requieren el
- de gran n ú mero de unidades ( > 100) para justificar un par -
que de fabricaci ó n. En el mercado existen algunos tipos patentados
(como :el Herkules o el Raymond ) que pueden encargarse para
obras pequeñas. Los pilotes dé gran diámetro, que requieren im-
portante maquinaria y equipos , también precisan vol ú menes de
obra apreeiables para amortizar traslados e instalación . El pilote in
siiu el barrenado y el apisonado son mucho más versá tiles y se
}
Ño siempre la solución más adecuada o ééó n ómica se consigue con los tipos
tradicionales de cimentación , si bien el apartarse de la rutina require una consi-
derable experiencia y especialización .
- son
En
:
algunos casos :se trata de modificaciones ide sistemas convencionales , como
?
258
í
(
-
La existencia de un nivel freático al tefe constituye un factor de gran importancia
en el proyecto y ejecución de cimentaciones » si bien sus efectos est á n asociados
a la naturaleza del terreno y en particular a su permeabilidad .
i
La acción más directa se traduce en empujes hidrostáticos sobre los muros de
5
sótano y subpresiones
t ' .
r
sobre las obras de cimentación .
J
•
i
Como m ás frecuentes pueden considerarse los casos siguientes:
.
i
a) Suelos arcillosos blandos
i
La saturación del terreno por el agua freática presta a éste una consistencia
blanda o fluida lo que da lugar a uneí iresistencia baja, permitiendo presiones de
trabajo muy peque ñas, y a problemas de estabilidad en los taludes y fondo de
Vi ;
excavaciones.
:
Por otra parte , el levantamiento del fondo tambié n puede inducir inestabilidad
perif érica y, aun sin llegar a la fase de rotura , la carga del terreno subsiguiente
a la excavación suele dar lugar a asientos -considerables. -
b) Suelos arcillosos duros y consolidados
i
I: La presencia del nivel freá tico se traduce en peque ñ os caudales de agua hacia
las excavaciones, generalmente a través de lisos y fisuras, sin llegara afectar a
taludes moderados o a la capacidad portante del terreno.
!•
Debe tenerse en cuenta , sin embargo , que la posici ó n m ás frecuente del nivel
freático suele marcar una zona de menor resistencia, generalmente en una fran -
ja de 1-2 m de espesor . Es importante evitar esta zona , qued á ndose por encima
o por debajo de la misma . No es raro el caso en que por profundizar excesiva-
i mente en busca de un terreno más firme empeoran bruscamente las condiciones
de cimentación al alcanzar el nivel freá tico;
Algo diferente es el caso en que esto$ suelos presentan características de expan -
sividad . Cuanto mayor sea la proximidad al nivel freá tico menor ser á el riesgo
de cambios de volumen , si bien es necesario llegar a un compromiso entre esta
condición y el riesgo de reducción de la capacidad portante .
c) Suelos arenosos
Debido a su elevada permeabilidad debe evitarse tener que cimentar bajo el ni -
vel freá tico. Si ello resulta necesario (por ejemplo, para construir sótanos) se
impone la construcci ó n de un recinto estanco ( pantallas , tablestacas , etc. ) y un
agotamiento del agua que puede penetrar por el fondo. Si. existiera riesgo de si-
fonamiento habr ía que lograr rebajar el nivel mediante pozos, well-points, etc.
,
4
i
259
a) Variabilidad vertical
Si el terreno está formado por capas de resistencia creciente con la profundi-
dad , ya sean granulares o cohesivas , el problema se limita a elegir aquel nivel
en el que existe una capacidad portante suficiente, bien para cimentaciones su -
perficiales o profundas.
Cuando entre las capas resistentes est á n intercaladas otras blandas y defor-
mables debe estudiarse en qu é forma estas últimas reducen la capacidad por -
tante de las primeras. En el caso de zapatas existen algunas soluciones (ver
capí tulo 2) para valorar esta influencia y controlar el riesgo de punzonamiento
o extrusión.
Cuando existen zapatas pr óximas o una losa de cimentaci ón , la superposición
• de tensiones hace que contribuyan a lo¡s asientos capas blandas relativamente
profundas por lo que deben estudiarse las existentes en profundidades del or -
den de 1 ,5 veces el ancho de la superficie cargada.
En el caso de cimentaciones por pilotaje la influencia de las capas blandas
puede hacer que al profundizar un pilote est é en peores condiciones que otro
más superficial pero m ás alejado de una capa de baja resistencia . Aná logamen -
te los asientos de un grupo de pilotes pueden ser comparables a los de una ci -
mentación superficial si sus puntas están próximas a un estrato compresible.
Debe observarse^que a veces es la presencia del nivel freá tico la que crea una
zona blanda, sin que cambie la naturaleza del terreno .
Otra situació n diferente se plantea cuando en el terreno existe una costra o ca -
,
pa de alta resistenciá, muy dif ícil de atravesar . Si queda por debajo de los sóta -
nos previsibles , lo ideal ser ía apoyar directamente en la citada capa pero ello
no puede hacerse sin comprobar su espesor y que por debajo no existen capas
blandas que puedan permitir su rotura por punzonamiento . Si la costra queda
por encima de la excavación prevista conviene hacer un estudio de alternativas,
entre ellas la de reducir la profundidad de sótanos , ya que la eliminaci ó n de la
capa resistente, generalmente costosa y requiriendo explosivos , puede dar lugar
a tener que buscar un firme profundo y a tener que cimentar mediante pilotaje .
b) Variabilidad horizontal
En cuanto la planta de un edificio es un poco grande (digamos superior a
300 m 2) existe cierto riesgo de que las condiciones del terreno var í en de unos
puntos a otros.
Este riesgo puede ser muy grande en terrenos con problemas de disolució n o en
formaciones cuaternarias de intensa actividad fluvial (meandros divagantes , pa -
leocauces , etc.).
En otros casos el substrato firme presenta un perfil muy tortuoso como en el
caso de suelos residuales sobre rocas ígneas o metamórficas o rellenos errá ticos.
Las situaciones citadas dan lugar a asientos diferenciales y distorsiones por lo
.. . r -
que es muy importante conocerlas antes de proyectar la cimentaci ó n . Cuando *
260
Estos rellenos suelen tener una compresibilidad elevada y muy variable, de
*
.
unos puntos a otros , lo cual hace aconsejable evitar la cimentación directa Sin
embargo , la ejecució n de pilotajes tropieza con grandes dificultades ya que no
es posible hincar pilotes prefabricadas , ni los bloques de roca pueden atrave-
sarse con las máquinas convencionales. La cimentación suele requerir estudios
e muy especializados, pudiendo citarse como soluciones más frecuentes:
{
— La mejora del relleno mediante inyecciones , compactació n diná mi-
cáV yibrófiótación; etc., colocando después una losa suficientemente
r ígida.
‘
•
• •
'
í
;
— Sustitució n completa del material cuando su espesor no es muy
grande .
— Ejecución de pilotes, perforando a rotaci ó n con maquinaria espe-
cial , o substituyéndolo por numerosos micropilotes.
>:
9.2. Rellenos artificiales compactados ^
o agresivos. í •
Estos rellenos pueden sufrir algunos asientos por saturaci ón o inundación por
lo que es importante el control de los saneamientos, evitando al m á ximo las fu -
gas accidentales. - /
Existen diversos tipos de terrenos en los que las soluciones tradicionales no son
v álidas o requieren determinadas adaptaciones. En ellos suele ser necesario re-
alizar estudios detallados , generalmente con auxilio de especialistas. Pueden ci-
tarse al respecto :
261
parte ahora cubiertas) , en las marismas de Huelva y en los estuarios de ríos del
Cantá brico. También en lagunas o zonas pantanosas interiores desecadas.
No es aconsejable cimentar sobre ellos, pues la descomposición de la materia
orgá nica da lugar a asientos. Adem ás suele tratarse de terrenos flojos y poco !
b) Suelos colapsables
c) Suelos expansivos
Son materiales arcillosos preconsolidados con apreciables cambios de volumen por
variaciones de humedad . Los efectos son más importantes en climas secos y áridos y
cuanto más ligero sea él edificio. En época seca se forman grandes grietas en el
terreno siguiendo un motivo hexagonal , mientras que en época de lluvias se
adhieren al calzado y forman barros muy pegajosos. En general presentan colora-
ción gris verdosa, marrón rojiza o amarillenta , pero el color por sí solo no es un
carácter distintivo.
Debe sospecharse la expansividad o retracción de las arcillas cuando:
—
El terreno sea muy duro de excavar y en él aparezcan fisuras, lisos o
planos de aspecto jabonoso.
—
Las excavaciones expuestas-al sol se degradan rápidamente, agrietándo-
se y desprendiéndose terrones de forma cúbica.
—
Existan grietas en la superficie del terreno en tiempo seco.
—
Se aprecien grietas en muros , tapias o edificios de una planta .
—Los taludes naturales presenten deslizamientos superficiales o reptacio-
nes .
262
I
{
—tamiz
El límite líquido sea 60 e IP 35, con más del 85% pasando por el
n.° 200. - '
• .i,.
/
—oLoshaloysita t
A pesar de estas indicaciones resulta muy dif ícil calibrar el grado de expansividad
del terreno por lo que debe recurrirse a detallados ensayos de laboratorio (presión
de iiinchamientóV hiricháifíiento libre,: doble od ómetro , relaciones succión-hume -
dad , etc. ) . ; •
d) Terrenos kársticos i
’ . -r •
Los yesos suelen presentar karstificaciones en las partes centrales de las cuencas
sedimentarias correspondientes, siendo típicos estos fenómenos en formaciones
miocenas de las provincias de Madrid , Toledo, Valladolid , Cuenca , Zaragoza , etc.
Independientemente de la valiosa experiencia local , pueden sospecharse estos
problemas cuando :
—Existen en
cegado (dolinas).
trueno zopas hundidas con forma de embudo o pozo
;
y
e) Rellenos T
b) Efectos térmicos
Son - los derivados de agentes exteriores como la helada , o del pro-
pio edificio como instalaciones de calefacción o refrigeració n defi-
,
cientemente aisladas.
En el primer caso se consiguéia adecuada protección con una pro-
fundidad suficiente de las cimentaciones bajo la superficie , que
para las zonas más cr íticas de nuestro pa ís puede estimarse en
1 , 20 m . Los terrenos limosos son los más susceptibles a la helada ,
seguidos de las arcillas y en último lugar las arenas y gravas .
Los problemas derivados de las instalaciones del propio edificio
deben tratarse en origen, disponiendo el aislamiento adecuado.
Especialmente t ípicos son los hinchamientos por congelaci ón del
terreno bajo almacenes frigor í ficos y la retracción producida por
hornos en funcionamiento durante largo tiempo.
264
í
dad din á mica del terreno (las ondas se amortiguan antes en suelos flojos , rocas
( .
blandas , etc ) los espesores de recubrimiento del substrato rocoso, los acciden-
r tes geológicos , etc. Ello hace que en una misma ciudad ,: un seísmo afecte de
forma muy desigual de unos barrios;^ otros y sólo en zonas de gran sismicidad
(San Francisco , México , etc.) se dispone de mapas urbanos de riesgo potencial .
En los dem ás casos hay que contentarse con estimaciones o normas generales.
En un caso concreto el problema consiste en prever la forma en que las vibra -
ciones del substrato se transmiten ál edificio a través de su cimentación , dise-
ñando ésta para que los efectos sean lo menos perjudiciales posibles.
En general, las cimentaciones muy rigidizadas mediante riostras de tama ñ o
adecuado o mediante losa , hacen que todo el edificio deba moverse en la mis-
f
ma fase con lo que los movimiento? diferenciales quedan muy atenuados.
Así , en la norma sismorresistente espa ñ ola PDS- í (1974)' se obliga a arriostrar
las zapatas en la zona s ísmica primera , resultando en cualquier caso el coefi-
- cíente sísmico para losas menor que el de zapatas . Las mismas prescripciones
aparecen pr ácticamente en toda la normativa mundial .
•
&
Respecto al comportamiento s ísmico de edificios con cimentaciones profundas ,
existen opiniones contradictorias entre las normativas. As í , en toda la normati-
va europea salvo la alemana , y en la japonesa y americana , el coeficiente s ísmi-
co es algo menor , para el caso de cimentación profunda que en el de cimenta-
ci ón superficial , mientras que en la norma alemana ( DIN- 4149) el coeficiente
s ísmico es el doble en el caso de construcci ó n por pilotes (0, 10) que en el de ci-
mentaci ón superficial (0 , 05). .
Por otro lado , e independientemente del valor que se adopte del coeficiente sís-
mico, la cimentaci ón profunda hace que el edificio se comporte como sí tuviera
una altura mayor , elevando tambié n el centro de gravedad de las masas , con lo
que el mecanismo equivalente está menos coaccionado frente a movimientos
oscilatorios ; esto es , para aceleraciones o velocidades del mismo orden , las
fuerzas sísmicas serian menores en el caso de pilotes que en el de cimentación
superficial.
En cualquier caso , y considerando estos factores , la sismicidad de una zona no
obliga a elegir una determinada tipología de cimentació nj y solamente hará ne-
cesario aumentar el arriostramiento entre los distintos elementos de apoyo , con
lo que resultar á n más adecuadas las cimentaciones que por su naturaleza su -
pongan un alto grado de arriostramiento (losa y zapatas corridas) frente a las
de menor arriostramiento (pilotes y zapatas aisladas).
--
o; : ; : r'
• •
*
265
Bibliograf ía
!
266
/
MEYERHOF, G. í
-
V
Aires .
Div. ASCE, GT 12, Dic. —
VARIOS . Control de calidad en Cimen
taciones, Ed . COAM, 1980.
-
POULOS, H. G. y DÁ VIS, E. H. (1968):
The settlement behaviour of single VERDEYEN, J. (1952): Mécanique du sol
axially loaded incompressible piles and ís.
et fondations, Ey rolles, Par
piers, Geotechnique 18, 3, 351-371. WINTERKORN, HE F. y FANG , H. Y.
(1975): Foundation Engineering Hand-
PUY HUARTE, J . (1977): Procedimientos book , Van Nostrand. . .
de sondeos, Serv. Publ . J .E. N. Madrid•
(2. a Edición en 1982) . ZEEVAERT, L. (1972): Foundation Engi-
neering for Difficúlt Subsoil Conditions,
RODRIGUEZ MARTIN , L. F. Hormigón Van Nostrand , New York .
!
.i '
W -
267
?
:
:
/
>
í
.¡
:
/
:
y -
i
ü:.
!
I
. --.
I :::
V-
i
; \V
i
n?
' :
;
->
>
.
* -i :
: i
: :
: .
: :
: )
:
/•
..
i :
íV ..
'
vi*