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Diagnóstico

ecográfico
en el gato
Rosa Novellas Torroja
Elisabet Domínguez Miño
Yvonne Espada Gerlach
Yolanda Martínez Pereira
Mauricio Tobón Restrepo
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© 2015 Grupo Asís Biomedia S.L.
Plaza Antonio Beltrán Martínez, nº 1, planta 8 - letra I
(Centro empresarial El Trovador)
50002 Zaragoza - España

Ilustrador:
Jacob Gragera Artal

ISBN: 978-84-16315-37-6

Diseño, preimpresión e impresión:


Servet editorial - Grupo Asís Biomedia S.L.
www.grupoasis.com
info@grupoasis.com

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obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por
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escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70/93 272 04 47).

Advertencia:
La ciencia veterinaria está sometida a constantes cambios evolutivos, del mismo modo que la
farmacología y el resto de las ciencias también lo están. Así pues, es responsabilidad ineludible
del veterinario clínico, basándose en su experiencia profesional, la determinación y compro-
bación de la dosis, el método, el periodo de administración y las contraindicaciones de los
tratamientos aplicados a cada paciente.
Ni el editor ni el autor asumen responsabilidad alguna por los daños o perjuicios que pudieran
generarse a personas, animales o propiedades como consecuencia del uso o la aplicación
correcta o incorrecta de los datos que aparecen en esta obra.
Diagnóstico ecográfico
en el gato

Rosa Novellas Torroja


Elisabet Domínguez Miño
Yvonne Espada Gerlach
Yolanda Martínez Pereira
Mauricio Tobón Restrepo
A mis “hijas profesionales” de las que me enorgullezco,
porque en su momento intenté enseñarles todo lo que
sabía de imagen y ahora intento aprender todo lo que
ellas me enseñan.
Yvonne Espada

A mi familia.
A mis amigas.
A Kip, Dina, Lord Olaf, Noir, Dina2, Phoebe, Darko y Mus.
A mis abuelos, por todo.
Elisabet Domínguez

A mis padres y mi hermano.


A mis amigos, que siempre están ahí, aun y en la distancia.
A todos los gatos que han formado parte de mi vida, parte
de ellos queda en este libro.
Rosa Novellas
Agradecimientos
Agradecemos a todos los que nos han ayudado con su conocimiento, y con casos e imágenes a la
elaboración de este libro. Gracias a los compañeros de la FHCV-UAB, en especial al equipo de diag-
nóstico por imagen, al Servicio de Oftalmología de la FHCV, del Animal Health Trust, y a la Dra. Cibele
Carvalho, la Dra. Alison King, Yara López, Màrian Matas, Rafael Romero y Sergio Santana.
Los autores

Agradezco a nuestros pacientes felinos los conocimientos y las imágenes que nos han permitido
elaborar este libro. Ellos me han enseñado a tratarlos, me han estimulado a aprender más, a escu-
charlos y reconocer sus movimientos y a ver sus miradas de agradecimientos por intentar saber qué
les pasaba.
Yvonne Espada

Gracias a mi familia por acompañarme en todo lo que hago, por darme ánimos, por entender y no
cuestionar que esta sea una de mis pasiones, y por el amor que han demostrado siempre por los
animales.
Elisabet Domínguez

Gracias a mi familia por haberme enseñado a cuidar y querer a los animales, y sobre todo por apoyar-
me incondicionalmente en todo lo que hago.
Gracias a mis maestros en la vida profesional, sin ellos este libro no existiría. Gracias a los que me ha-
béis enseñado como profesional y sobre todo a los que también me habéis formado como persona.
Rosa Novellas

5
Diagnóstico ecográfico en el gato

Los autores
Rosa Novellas Torroja
Licenciada en Veterinaria por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desde 2003.
Tras la universidad, Rosa Novellas comenzó un doctorado en diagnóstico por imagen.
Desde 2007 es doctora en Veterinaria por esta misma universidad. Ese mismo año co-
menzó una residencia en diagnóstico por imagen en el Royal (Dick) School of Veterinary
Studies de Edimburgo. En 2008 se trasladó a Glasgow, donde terminó la residencia en
la Glasgow University Vet School. En 2010 se convirtió en diplomada europea en diag-
nóstico por imagen (European College of Veterinary Diagnostic Imaging ECVDI). En la
actualidad es profesora asociada del Departamento de medicina y cirugía animal de la
Universitat Autònoma de Barcelona y directora de los programas de residencia en diag-
nóstico por imagen de la Fundació Hospital Clínic Veterinari de la UAB.

Elisabet Domínguez Miño


Licenciada en Veterinaria por la Universitat Autònoma de Barcelona desde 2005. Tras
finalizar la carrera, comenzó un internado en medicina de pequeños animales en esa
misma universidad. En el año 2007 empezó un doctorado en diagnóstico por imagen
en animales de laboratorio, tras lo cual defendió su tesis doctoral en 2011. Después
realizó una residencia en diagnóstico por imagen en la Fundació Hospital Clínic Veteri-
nari de Barcelona. En 2014 se convirtió en diplomada europea en diagnóstico por ima-
gen (European College of Veterinary Diagnostic Imaging, ECVDI). Actualmente trabaja
en el servicio de diagnóstico por imagen del Animal Health Trust.

Yvonne Espada Gerlach


Licenciada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza en 1984, Yvonne Espada
cursó estudios de posgrado y defendió su tesis doctoral en 1990 en la Universitat Autò-
noma de Barcelona (UAB). A partir de entonces comenzó a trabajar en diagnóstico por
imagen, al mismo tiempo que seguía formándose gracias a varias estancias en París
(Alfort), Reino Unido (Royal Veterinary College y Animal Health Trust), Alemania (Gies-
sen) y Estados Unidos (Universidad Virginia Tech). Desde 1991 es profesora titular del
Departamento de medicina y cirugía animal de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Desde 1992, además, es la responsable del servicio de diagnóstico por imagen de la
Fundació Hospital Clínic Veterinari de la UAB.

6
Los autores

Yolanda Martínez Pereira


Yolanda se licenció en Veterinaria en España en el año 1998. Tras un periodo como
veterinaria generalista, realizó un internado en cardiología en el Reino Unido y en el 2004
obtuvo el certificado del Royal College of Veterinary Surgeons (RCVS) en cardiología
veterinaria. De 2005 a 2008, completó una residencia en medicina cardiopulmonar en la
Royal (Dick) School of Veterinary Studies (R(D)SVS), Universidad de Edimburgo, tras lo
cual estuvo un año en el servicio de cardiología del Small Animal Teaching Hospital, Uni-
versidad de Liverpool como veterinaria clínica y profesora. En el año 2009 se incorporó
al equipo veterinario de Borders Veterinary Cardiology Ltd, donde se ocupó hasta 2012
de visitar diversas clínicas en Escocia como especialista en cardiología. En 2013 volvió
a la R(D)SVS donde ejerce como profesora y responsable de la sección de medicina
cardiopulmonar. Yolanda obtuvo la diplomatura en cardiología (DipECVIM-CA) en 2009
y es especialista reconocida por el colegio europeo y el RCVS en cardiología veterinaria.

Mauricio Tobón Restrepo


En 2006 obtuvo su título de veterinario otorgado por la Universidad de Antioquia (Me-
dellín, Colombia). Inmediatamente después trabajó como docente en Anatomía veteri-
naria en esta universidad, combinándolo con la clínica en práctica privada. En 2008 fue
contratado por la Corporación Universitaria Lasallista como docente a tiempo completo
y director del laboratorio de Anatomía veterinaria. En 2010 obtuvo el título de máster
en educación. En 2011 recibió una beca del gobierno colombiano y la Corporación
Universitaria Lasallista para cursar un doctorado en el extranjero. Actualmente finaliza
los estudios de doctorado en Medicina y Sanidad animal en la Universidad Autónoma
de Barcelona (España), para posteriormente comenzar su residencia en el ECVDI (Eu-
ropean College of Veterinary Diagnostic Imaging) en la Universidad de Utrecht (Países
Bajos). Su principal línea de investigación es el diagnóstico por imagen en felinos.

7
Diagnóstico ecográfico en el gato

Prólogo
Los autores me hicieron el honor de pedirme que escribiera el prólogo de este libro de
diagnóstico ecográfico felino.

La ecografía es una técnica de diagnóstico por imagen cada vez más disponible y
utilizada en la práctica veterinaria, tanto en la clínica generalista como en los hospitales
de referencia. Las mejoras tecnológicas ponen al alcance de los clínicos ecógrafos
relativamente económicos con los que se consiguen imágenes de alta calidad que pro-
porcionan información clínicamente relevante con rapidez. Aunque la disponibilidad de
técnicas de imagen avanzada, como la TC y la RM, también está aumentando, el coste
y la disponibilidad de las mismas hacen que la ecografía siga siendo una herramienta
diagnóstica importante para los clínicos veterinarios. Todo ello se traduce en un amplio
desarrollo de investigación clínica en este campo, y en el número creciente de libros
de texto disponibles sobre el tema, especialmente en la clínica de pequeños animales.

Sin embargo, y utilizando la frase que tanto se remarca a los estudiantes de veterinaria,
los gatos no son perros pequeños, y esto es tan verdad en el campo del diagnóstico
por imagen como lo es en los otros. Este libro se centra en el uso de la ecografía en pa-
cientes felinos, con diferentes capítulos dedicados a los diferentes órganos y sistemas.
Hemos de felicitar a los autores por haber elaborado un libro muy práctico y fácil de
consultar, que proporciona consejos en la preparación del paciente, técnica ecográfica,
pautas anatómicas, rangos de referencia de normalidad y puntos clave juntamente con
un gran número de excelentes imágenes. La versión digital que lo acompaña comple-
menta al texto y a las imágenes con una selección de vídeos de la anatomía normal y
ejemplos de enfermedades.

Este es un excelente libro que supone una adición valiosa a la bibliografía disponible en
diagnóstico ecográfico felino y que será interesante para una gran variedad de profe-
sionales veterinarios.

Gawain Hammond
MA VetMB MVM CertVDI DipECVDI FHEA MRCVS
School of Veterinary Medicine, University of Glasgow

8
Prólogo | Prefacio

Prefacio

En los últimos años se han realizado avances significativos en el empleo de técnicas


de diagnóstico por imagen en medicina veterinaria, mayoritariamente enfocados a la
clínica de pequeños animales.

Entre ellos, destaca la ecografía por ser una técnica versátil y valiosa que no tiene las
limitaciones de otras, como un elevado coste económico o el uso de radiación ionizan-
te. Además, poco a poco se dispone de más información sobre el uso y aplicaciones
de la ecografía en veterinaria y se desarrollan más estudios con el fin de aumentar este
conocimiento.

Hasta el momento se han publicado varios libros centrados en la ecografía en pe-


queños animales. Todos estos libros tienen en común, como sucede en general en
medicina veterinaria, el hecho de que la mayor parte de la información ofrecida se basa
en la especie canina. De esta manera, la especie felina se trata de forma accesoria y
minoritaria. Esta falta de información puede suponer un problema en el diagnóstico de
las enfermedades felinas, ya sea porque no se disponga de los datos apropiados o
simplemente porque se asuma que un gato es un perro pequeño.

El objetivo fundamental de esta obra ha sido reunir en un único texto todo el cono-
cimiento disponible hasta el momento sobre el uso de la ecografía en la especie feli-
na y proveer imágenes ecográficas de calidad y representativas, tanto de la anatomía
ecográfica normal como de las patologías felinas. De esta forma, en cada capítulo se
describe la anatomía felina, la apariencia ecográfica normal de los órganos felinos y el
aspecto ecográfico de las enfermedades de esta especie, haciendo especial hincapié
en un diagnóstico diferencial orientado al gato. Toda esta información se ha basado en
la bibliografía publicada más recientemente en artículos científicos de calidad.

Esperamos que este libro pueda servir de referencia tanto para estudiantes de veteri-
naria como clínicos dedicados a pequeños animales, y que sea especialmente útil para
los pacientes felinos.

Deseamos sinceramente que el conocimiento de las enfermedades felinas aumente


progresivamente y podamos ser cada día un poco más útiles para estos maravillosos
pacientes.

Los autores

9
Diagnóstico ecográfico en el gato

Índice de contenidos

1. Ecografía de la cabeza Laringe......................................................................................................................................... 39

y el cuello .......................................................................................................................................... 18
Nódulos linfáticos................................................................................................ 40

Técnica ecográfica ....................................................................................... 20 Glándulas tiroides y paratiroides................................... 41

Miscelánea........................................................................................................................... 42
Ecografía de la cabeza
y del cuello en pacientes sanos ............................. 25 Bibliografía.......................................................................................................................... 43

Encéfalo..................................................................................................................................... 25
2. Ecocardiografía ........................................................................................... 44
Globo ocular y órbita................................................................................. 27

Bulla timpánica.......................................................................................................... 29
Técnica ecocardiográfica .................................................... 47

Lengua.......................................................................................................................................... 29 Ecografía del corazón sano ................................................ 52

Laringe, tráquea y esófago......................................................... 30 uu


Vídeo 1. Ecocardiografía
de un gato sano.................................................................................................. 52
uu
Vídeo 1. Movimiento de los cartílagos
aritenoideos.................................................................................................................. 31 Estudio de la función diastólica........................................ 59

Nódulos linfáticos (NL) de la cabeza Estudio de la función sistólica............................................... 60

y el cuello................................................................................................................................ 32
Ecografía de las alteraciones
Glándulas tiroides y paratiroides................................... 33 cardiacas ................................................................................................................................... 61

Enfermedad cardiaca adquirida.................................... 61


Ecografía de patologías
de la cabeza y del cuello ............................................................ 35 uu
Vídeo 2. Cardiomiopatía hipertrófica
(CMH)........................................................................................................................................... 62
Encéfalo..................................................................................................................................... 35
uu
Vídeo 3. Movimiento anterior de la
Globo ocular y órbita................................................................................. 36
válvula mitral durante la sístole (SAM) ..... 63
Bulla timpánica.......................................................................................................... 38
uu
Vídeo 4. Cardiomiopatía restrictiva
Lengua.......................................................................................................................................... 39 (CMR)............................................................................................................................................ 64

10 }
SIGUIENTE 
 Índice de contenidos

uu
Vídeo 5. Cardiomiopatía arritmogénica Ecografía de las lesiones torácicas ............ 76

del ventrículo derecho......................................................................... 65


Lesiones de la pared torácica............................................... 77
uu
Vídeo 6. Endocarditis 1 ..................................................................... 66
Derrame pleural
uu
Vídeo 7. Endocarditis 2 .................................................................... 66 y otras lesiones pleurales................................................................ 77

Enfermedad cardiaca congénita................................... 67 uu


Vídeo 2. Derrame pleural 1....................................................... 77

uu
Vídeo 8. Defecto del septo uu
Vídeo 3. Derrame pleural 2..................................................... 78

interventricular 1 ............................................................................................... 67 uu
Vídeo 4. Hematoma pleural ............................................... 79

uu
Vídeo 9. Defecto del septo uu
Vídeo 5. Neumotórax............................................................................ 80
interventricular 2 ............................................................................................. 68
Masas mediastínicas................................................................................... 80
uu
Vídeo 10. Estudio de contraste
uu
Vídeo 6. Linfoma ............................................................................................. 80
de VD de doble cámara ............................................................... 69
Rotura y hernia diafragmática............................................ 82
Bibliografía.......................................................................................................................... 70
uu
Vídeo 7. Rotura diafragmática........................................ 82

3. Ecografía torácica uu
Vídeo 8. Hernia diafragmática

no cardiaca ......................................................................................................................... 72 peritoneopericárdica............................................................................. 82

Lesiones pulmonares.................................................................................. 83
Técnica ecográfica ....................................................................................... 74

uu
Vídeo 9. Consolidación pulmonar.......................... 83
Ecografía del tórax no cardiaco
uu
Vídeo 10. Adenocarcinoma pulmonar ........ 84
normal .................................................................................................................................................... 75

Bibliografía.......................................................................................................................... 86
Acceso intercostal ............................................................................................ 75

uu
Vídeo 1. Acceso intercostal........................................................ 75

Acceso subcostal o transhepático ............................. 76

Entrada del tórax ............................................................................................... 76

| 
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SIGUIENTE  11
Diagnóstico ecográfico en el gato

4. Ecografía del hígado uu


Vídeo 9. Malformación arterioportal ............. 115

y sistema biliar ........................................................................................... 88


uu
Vídeo 10. Malformación arterioportal .......... 115

Técnica ecográfica .................................................................................... 90 Bibliografía ........................................................................................................................ 117

Ecografía del hígado


y sistema biliar normales ....................................................... 90 5. Ecografía del tracto
gastrointestinal ........................................................................................ 120

uu
Vídeo 1. Vesícula biliar doble............................................... 93

Técnica ecográfica .................................................................................... 122

Ecografía de las alteraciones


hepáticas y biliares ....................................................................................... 97
Ecografía del tracto gastrointestinal
Alteraciones hepáticas difusas............................................ 97 normal .................................................................................................................................................... 122

Alteraciones hepáticas focales uu


Vídeo 1. Hiato esofágico
o multifocales............................................................................................................... 102 (corte sagital del abdomen craneal).............. 127

uu
Vídeo 2. Cistoadenoma biliar............................................ 103 uu
Vídeo 2. Cardias

Alteraciones de la vesícula biliar (corte sagital del abdomen craneal).............. 128

y el colédoco.................................................................................................................. 107 uu
Vídeo 3. Unión ileocólica.............................................................. 130

uu
Vídeo 3. Obstrucción biliar
uu
Vídeo 4. Imagen sagital del ciego......................... 131
por cálculo en el colédoco 1 ................................................. 110
Ecografía de las alteraciones
uu
Vídeo 4. Obstrucción biliar
por cálculo en el colédoco 2 ............................................... 110
del tracto gastrointestinal ........................................................ 132

uu
Vídeo 5. Obstrucción biliar .................................................... 110 Cuerpos extraños................................................................................................ 132

uu
Vídeo 6. Conductos intrahepáticos uu
Vídeo 5. Cuerpo extraño............................................................... 132

con obstrucción biliar ......................................................................... 111


uu
Vídeo 6. Cuerpo extraño lineal 1 (hilo)......... 133

Alteraciones de la vascularización
uu
Vídeo 7. Cuerpo extraño lineal 2................................ 133
hepática..................................................................................................................................... 112
uu
Vídeo 8. Cuerpo extraño lineal 3............................... 133
Vídeo 7. Shunt portocava............................................................ 112
uu
Intususcepción.......................................................................................................... 134
Vídeo 8. Shunt extrahepático
uu
adquirido............................................................................................................................. 114 uu
Vídeo 9. Intususcepción intestinal 1.................... 134

12 | 
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SIGUIENTE 
 Índice de contenidos

uu
Vídeo 10. Intususcepción intestinal 2.............. 135 Lesiones quísticas.............................................................................................. 155

Enfermedades inflamatorias.................................................... 136 Abscesos.................................................................................................................................. 155

Edema pancreático........................................................................................ 155


uu
Vídeo 11. Enteritis linfoplasmocítica..................... 137
Neoplasia................................................................................................................................ 156
uu
Vídeo 12. Fibroplasia esclerosante
uu
Vídeo 4. Linfoma pancreático
eosinofílica gastrointestinal felina.......................... 138
e intestinal......................................................................................................................... 156
Neoplasia gastrointestinal............................................................. 139
Hiperplasia nodular........................................................................................ 157
uu
Vídeo 13. Adenocarcinoma yeyunal................... 141
uu
Vídeo 5. Hiperplasia nodular............................................... 157

uu
Vídeo 14. Masa ulcerada en estómago...... 142 Bibliografía.......................................................................................................................... 158

Úlcera gastrointestinal, perforación


y dehiscencia .............................................................................................................. 142 7. Ecografía del bazo ....................................................................... 160

Línea hiperecogénica en la mucosa


Técnica ecográfica ....................................................................................... 162

del intestino delgado ........................................................................ 143


uu
Vídeo 1. Cuerpo del bazo
Bibliografía.......................................................................................................................... 144 en modo B (plano sagital)......................................................... 163

uu
Vídeo 2. Doppler color del bazo.................................. 163
6. Ecografía del páncreas ....................................... 146

Ecografía de las alteraciones


Técnica ecográfica ....................................................................................... 148 esplénicas ................................................................................................................................... 167

Ecografía del páncreas normal .............................. 148


Esplenomegalia....................................................................................................... 167

Neoplasias............................................................................................................................ 168
uu
Vídeo 1. Lóbulo derecho del páncreas.......... 148

uu
Vídeo 3. Linfoma esplénico..................................................... 169
uu
Vídeo 2. Cuerpo pancreático
y lóbulo izquierdo del páncreas................................... 149 uu
Vídeo 4. Mastocitoma esplénico................................ 169

uu
Vídeo 5. Traumatismo esplénico............................... 171
Ecografía de las alteraciones
pancreáticas ....................................................................................................................... 151 Hematomas...................................................................................................................... 172

Pancreatitis........................................................................................................................ 151 Infecciones fúngicas.................................................................................... 172

uu
Vídeo 3. Traumatismo pancreático..................... 154 Inflamaciones............................................................................................................... 172

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SIGUIENTE  13
Diagnóstico ecográfico en el gato

Patologías vasculares................................................................................ 172 uu


Vídeo 5. Hiperaldosteronismo primario... 182

Esplenosis y bazo accesorio..................................................... 172 Hiperadrenocorticismo.......................................................................... 183

uu
Vídeo 6. Bazo de paciente Hipertiroidismo......................................................................................................... 184
con anemia hemolítica autoinmune
Bibliografía.......................................................................................................................... 185
y hemoabdomen............................................................................................. 172

Miscelánea........................................................................................................................... 173
9. Ecografía de los riñones
uu
Vídeo 7. Bazo de paciente y uréteres ........................................................................................................................................ 186

con anemia hemolítica autoinmune


Técnica ecográfica ....................................................................................... 188
y hemoabdomen............................................................................................. 173

Bibliografía.......................................................................................................................... 174 Ecografía de riñones y uréteres


normales ........................................................................................................................................ 189

8. Ecografía de las glándulas uu


Vídeo 1. Vascularización renal.......................................... 191
adrenales ........................................................................................................................................ 176
uu
Vídeo 2. Trígono vesical con ecografía
doppler..................................................................................................................................... 192
Técnica ecográfica ....................................................................................... 178

uu
Vídeo 1. Glándula adrenal izquierda Ecografía de las patologías renales
de un paciente adulto sano .................................................. 179 y ureterales ............................................................................................................................. 193

uu
Vídeo 2. Glándula adrenal derecha Variación de tamaño.................................................................................. 193
de un paciente adulto sano.................................................... 179
Enfermedades parenquimatosas
uu
Vídeo 3. Glándulas adrenales difusas............................................................................................................................................ 193
en un paciente sano................................................................................. 179
uu
Vídeo 3. Enfermedad renal aguda....................... 194

Ecografía de las glándulas uu


Vídeo 4. Enfermedad renal crónica 1.............. 195
adrenales en pacientes sanos ................................... 180

uu
Vídeo 5. Enfermedad renal crónica 2............ 195
uu
Vídeo 4. Glándula adrenal izquierda
uu
Vídeo 6. Signo de banda medular........................ 197
con mineralización...................................................................................... 180
Enfermedades focales
Neoplasias............................................................................................................................ 181
del parénquima renal................................................................................ 198
Hiperaldosteronismo primario............................................. 181

14 | 
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SIGUIENTE 
 Índice de contenidos

uu
Vídeo 7. Infartos renales 1............................................................ 199 uu
Vídeo 1. Trígono vesical con ecografía
Doppler color...................................................................................................... 217
uu
Vídeo 8. Infartos renales 2........................................................ 199

uu
Vídeo 9. Enfermedad poliquística 1 .................. 200 Ecografía de las patologías
vesicales y uretrales ........................................................................... 219

uu
Vídeo 10. Enfermedad poliquística 2 ............. 200
Cistitis .................................................................................................................................... 219
uu
Vídeo 11. Linfoma renal ..................................................................... 201
uu
Vídeo 2. Cistitis crónica............................................................ 223
uu
Vídeo 12. Carcinoma renal ...................................................... 202
Neoplasia......................................................................................................................... 224
Enfermedades de la pelvis
y sistema colector............................................................................................. 203 Cálculos ............................................................................................................................. 225

uu
Vídeo 13. Hematoma subcapsular ....................... 203 Hemorragias y coágulos.............................................................. 225

uu
Vídeo 14. Hidronefrosis e hidrouréter .......... 205 Rotura de vejiga ............................................................................................ 227

uu
Vídeo 15. Cálculos ureterales 1 ........................................ 205 Malformaciones congénitas................................................ 229

uu
Vídeo 16. Cálculos ureterales 2 ..................................... 205 Bibliografía.................................................................................................................... 230

uu
Vídeo 17. Cálculos ureterales 3 ...................................... 206
11. Ecografía del aparato
uu
Vídeo 18. Artefacto de centelleo ............................... 208
reproductor ................................................................................................................ 232

Enfermedades del espacio


Técnica ecográfica ................................................................................ 234
retroperitoneal perinéfrico............................................................ 209

uu
Vídeo 19. Pseudoquiste perinéfrico ................... 210 Ecografía del aparato
reproductor sano ......................................................................................... 234
Variación de índices vasculares....................................... 210
Examen ecográfico en machos................................... 234
Bibliografía.......................................................................................................................... 211
Examen ecográfico en hembras.............................. 236

10. Ecografía de la vejiga uu


Vídeo 1. Útero gestante
y la uretra ................................................................................................................................. 214 de menos de 16 días.......................................................................... 238

uu
Vídeo 2. Útero gestante de 26 días............. 238
Técnica ecográfica ............................................................................. 216

Ecografía de la vejiga Ecografía de las patologías


y uretra sanas .......................................................................................................... 216
del aparato reproductor ....................................................... 240

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SIGUIENTE  15
Diagnóstico ecográfico en el gato

Machos.................................................................................................................................. 240 uu
Vídeo 2. Gasa quirúrgica retenida................. 261

Hembras............................................................................................................................ 242 uu
Vídeo 3. Necrosis grasa nodular......................... 263

uu
Vídeo 3. Piometra en una gata Patología de grandes vasos................................................ 264
de 7 años...................................................................................................................... 243
Bibliografía.................................................................................................................... 265
uu
Vídeo 4. Piometra en una gata
de 10 años ................................................................................................................ 243
13. Ecografía del sistema
Bibliografía.................................................................................................................... 244 musculoesquelético
y tejidos blandos
superficiales ............................................................................................................. 266

12. Ecografía de la cavidad


abdominal, nódulos Técnica ecográfica ................................................................................ 268

linfáticos y grandes vasos ............. 246

Ecografía del sistema


Técnica ecográfica ................................................................................ 248
musculoesquelético y tejidos blandos
superficiales normales ............................................................... 270

Ecografía normal de LA cavidad


abdominal, nódulos linfáticos Músculo................................................................................................................................. 270

y grandes vasos ............................................................................................... 248


Tendones y ligamentos................................................................... 270

Ecografía de lesiones de la cavidad Huesos.................................................................................................................................... 271


abdominal, nódulos linfáticos
Articulaciones........................................................................................................ 272
y grandes vasos ............................................................................................... 254

Tejidos blandos superficiales............................................ 272


Derrame peritoneal................................................................................. 255

Neumoperitoneo........................................................................................... 256 Ecografía de las alteraciones


del sistema musculoesquelético
Derrame retroperitoneal ........................................................... 257
y tejidos blandos superficiales .......................... 275

Peritonitis y esteatitis.......................................................................... 257


Músculo................................................................................................................................. 275

Linfadenopatía................................................................................................... 258
uu
Vídeo 1. Absceso en bíceps femoral............ 276

Masas peritoneales y retroperitoneales. 260


Tendones y ligamentos................................................................... 276

uu
Vídeo 1. Infiltración nodular
Huesos.................................................................................................................................... 277
granulomatosa por PIF............................................................... 261

16 | 
ANTERIOR }
SIGUIENTE 
 Índice de contenidos

uu
Vídeo 2. Absceso perineal................................................... 278 Corazón............................................................................................................................... 293

Articulaciones........................................................................................................ 278 Hígado y vesícula biliar.................................................................. 293

Tejidos blandos superficiales............................................ 278 Tracto gastrointestinal..................................................................... 293

uu
Vídeo 3. Rotura de pared abdominal...... 280 Páncreas............................................................................................................................. 294

Bibliografía.................................................................................................................... 283 uu
Vídeo 2. Toma de muestra de pared
gástrica mediante aaf................................................................... 294

14. Toma de muestras Bazo.............................................................................................................................................. 295


y otros procedimientos
Glándulas adrenales.............................................................................. 295
ecoguiados ................................................................................................................... 284

Riñón........................................................................................................................................... 295
Consideraciones generales
e indicaciones ...................................................................................................... 286
uu
Vídeo 3. Aaf ecoguiada de riñón
con cambios renales multifocales
Material ........................................................................................................................................ 287 en la cortical......................................................................................................... 296

Sonda....................................................................................................................................... 287 uu
Vídeo 4. Aaf ecoguiada de riñón
en un gato con hipertiroidismo sin
Agujas e instrumentos de biopsia......................... 288
respuesta adecuada al tratamiento.......... 296

Técnica ...................................................................................................................................... 289


Vejiga y uretra...................................................................................................... 297

Aspiración con aguja fina.......................................................... 289


uu
Vídeo 5. Cistocentesis ecoguiada................... 298

Biopsia percutánea ecoguiada.................................... 290


Reproductor.............................................................................................................. 299

uu
Vídeo 1. Biopsia de una masa
Nódulos linfáticos y mesenterio................................. 299
mediastínica......................................................................................................... 290
uu
Vídeo 6. Aspiración de un nódulo
Posibles complicaciones.............................................................. 291
linfático mesentérico....................................................................... 299

Consideraciones para la toma de Musculoesquelético y tejidos


muestras y otros procedimientos superficiales.............................................................................................................. 300
ecoguiados ...................................................................................................................... 291
Bibliografía.................................................................................................................... 301
Cabeza y cuello................................................................................................ 291

Lesiones torácicas no cardiacas.............................. 292

| 
ANTERIOR 17
Ecografía de la
cabeza y el cuello
Elisabet Domínguez Miño
Ecografía de la
cabeza y el cuello
Técnica ecográfica  

Ecografía de la cabeza y del cuello


en pacientes sanos  

Encéfalo 

Globo ocular y órbita 

Bulla timpánica 

Lengua 

Laringe, tráquea y esófago 

uu
Vídeo 1. Movimiento de los cartílagos aritenoideos 

Nódulos linfáticos (NL) de la cabeza y el cuello 

Glándulas tiroides y paratiroides 

Ecografía de patologías de la cabeza y del cuello  

Encéfalo 

Globo ocular y órbita 

Bulla timpánica 

Lengua 

Laringe 

Nódulos linfáticos 

Glándulas tiroides y paratiroides 

Miscelánea 

Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
La cabeza y el cuello incluyen numerosas estructuras susceptibles de ecografiarse con fines diagnósticos (encéfalo, globo
ocular y órbita, bullas timpánicas, lengua, arterias carótidas, venas yugulares, laringe, tráquea, esófago, glándulas saliva-
les, nódulos linfáticos, tiroides y paratiroides). Para cada caso, se requerirá una técnica ecográfica específica. En general,
se emplearán sondas de alta frecuencia (7,5–12 MHz), con una superficie de contacto pequeña, sondas sectoriales o
curvilíneas. En algunas ocasiones, será necesario emplear anestésicos tópicos, como en la ecografía ocular.

Las referencias anatómicas y las ventanas acústicas empleadas se detallan para cada estructura que deba evaluarse
ecográficamente.

La posición del animal sobre la mesa de exploración variará en función de la zona que se quiera ecografiar. Así, el gato
podrá colocarse en decúbito lateral para estudiar las estructuras relacionadas con el oído por ejemplo o en decúbito dor-
sal para el estudio ecográfico de las estructuras localizadas en el aspecto caudoventral de la cabeza o del cuello (nódulos
linfáticos, tiroides, etc.).

El encéfalo puede explorarse ecográficamente a través de ven-


tanas acústicas fisiológicas, como fontanelas abiertas en pa-
cientes esqueléticamente inmaduros, o a través de puntos de
craneotomía, defectos secundarios a traumatismos o lesiones
líticas que afecten a la cavidad craneana. Se pueden utilizar
sondas de alta frecuencia (7,5–12 MHz) así como de menor fre-
cuencia en pacientes adultos con huesos más gruesos. Las es-
tructuras localizadas en la periferia del encéfalo son más fáciles
de examinar con sondas que tengan una superficie de contacto
pequeña, sondas sectoriales o curvilíneas.
a
En gatitos, la fontanela bregmática constituye una buena ven-
tana acústica. El encéfalo puede examinarse mediante cortes
transversales de rostral a caudal y, después, nuevamente hacia
rostral. A continuación, se puede rotar la sonda ecográfica 90° y
explorar el encéfalo de lado a lado, obteniendo cortes sagitales y
parasagitales (Jäderlung et al., 2003). Las estructuras anatómicas
localizadas lateralmente se pueden evaluar mediante un abordaje
temporal, es decir, colocando la sonda por encima del arco cigo-
mático. El abordaje suboccipital es útil para explorar las estructu-
ras más caudales del encéfalo a través del agujero magno (fig. 1).

Figura 1. (a) Abordaje temporal al cerebro en un gato adulto. La sonda se coloca dor-
salmente al arco cigomático. Al dirigir caudalmente el haz de ultrasonidos pueden obtenerse
cortes dorsales o axiales oblicuos. (b) Posición de la sonda para obtener planos sagitales
en esta región a través de la ventana suboccipital.

20
ÍNDICE | 
VOLVER
Ecografía de la cabeza y el cuello
1
Mediante ecografía es posible evaluar tanto estructuras normales como patológicas, tales
como hemorragias, dilatación del sistema ventricular, tumores, presencia de cuerpos ex-
traños y atrofia cerebral. También se ha descrito el uso intraoperatorio y posoperatorio en
neoplasias cerebrales y otras masas asociadas a lisis ósea (Gallagher et al., 1995).

La técnica ecográfica para estudiar el globo ocular y la órbita se ha descrito ampliamente


en pequeños animales (Spaulding, 2008). Normalmente, el globo ocular se examina con
sondas de alta frecuencia y en contacto directo con la superficie corneal, excepto en los
casos de úlcera corneal profunda, traumatismo ocular o cuando se ha realizado una ci-
rugía ocular recientemente. Antes de comenzar la exploración, debe aplicarse anestésico
local en los ojos y utilizar gel de ecografía acuoso estéril como medio de contacto.

[
En el globo ocular, los términos El globo ocular debe explorarse en los planos sagital, dorsal y transversal. Además, en
empleados para definir la ciertos casos, puede ser útil el uso de planos oblicuos para definir mejor algunas lesio-
dirección del haz de ultrasonidos nes. La marca de la sonda debe colocarse en el aspecto nasal (para planos dorsales) y
son: anterior y posterior (rostral a en el aspecto dorsal (para planos sagitales) del globo ocular.
caudal), superior e inferior (dorsal
a ventral) y medial y lateral (nasal Los términos que se utilizan para definir la dirección del ultrasonido en el ojo son los
siguientes:
a temporal).
nn Anterior y posterior (rostral a caudal).
nn Superior e inferior (dorsal a ventral).
nn Medial y lateral (nasal a temporal) (fig. 2).

Anterior Superior Superior

Lateral Medial Lateral

Medial
Anterior Posterior Lateral Lateral

Posterior Inferior Inferior

5
9 19
1 6 4
4 7 9 8
8 7 15 18
10 6 7
11
12 2 16 13 20
17 22 21
3
14 13 22
12 23
a b c

Figura 2. Imágenes esquemáticas de resonancia magnética potenciadas en T2 de la órbita en (a) el plano dorsal, (b) sagital y (c) transversal. Imágenes cortesía del Animal Health Trust.
1: cavidad nasal; 2: seno esfenoideo; 3: tronco del encéfalo; 4: globo ocular derecho en órbita; 5: córnea; 6: cámara anterior; 7: cristalino; 8: cuerpo vítreo; 9: iris; 10: pared posterior del globo
ocular; 11: cono orbitario; 12: mandíbula derecha; 13: bulla timpánica derecha; 14: meato acústico externo derecho; 15: corteza cerebral; 16: articulación temporomandibular; 17: glándula
salival mandibular derecha; 18: lámina cribiforme; 19: seno frontal izquierdo; 20: nasofaringe; 21: orofaringe; 22: lengua; 23: mandíbula izquierda.

21
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Diagnóstico ecográfico en el gato

La glándula salival cigomática puede examinarse colocando la sonda ventral al arco


cigomático y caudoventral al globo ocular. La región retroorbitaria (incluido el cono or-
bitario) puede examinarse colocando la sonda caudal al globo ocular y dorsal al arco
cigomático (González et al., 2001; Spaulding, 2008).

Para explorar la bulla timpánica (BT) y sus estructuras anejas se puede emplear una
sonda de alta frecuencia (12 MHz) con una superficie de contacto pequeña, mediante
un abordaje ventral con el paciente en decúbito esternal. El abordaje lateral es poco
recomendable debido a la superposición del gas en la luz del meato acústico externo
(fig. 3). Para examinar completamente la BT se deben realizar cortes tanto longitudina-
les como transversales (King et al., 2007).

Figura 3. Imagen en modo bidimensional del meato


acústico externo en un gato sano. Se coloca la sonda en
posición transversal al cráneo. La pared lateral del meato
acústico externo está señalada entre cursores. La presen-
cia de gas en la luz del conducto produce artefactos de
reverberación dorsal al mismo.

La lengua se puede explorar manteniendo al paciente sentado o de pie, con la cabeza en


posición neutra o extendida (Solano et al., 1996). Después de preparar la piel y aplicar el
gel de ecografía, se explora la lengua mediante un abordaje submentoniano con sondas
de alta frecuencia (7,5–10 MHz), moviendo la sonda de una rama de la mandíbula a la
otra (cortes sagitales) y de la sínfisis mandibular al cartílago tiroides (cortes transversales).

Para examinar las estructuras anatómicas localizadas en el aspecto caudoventral de


la cabeza y el cuello es recomendable que los pacientes estén en decúbito dorsal con
el cuello y la cabeza extendidos. Tras rasurar el pelo de la región de interés, se aplica
alcohol y gel de ecografía para poder obtener buen contacto. Debido a que muchas de
las estructuras de interés en esta región son muy superficiales, se recomienda el uso de
sondas de alta frecuencia.

Por otro lado, cabe recordar que muchas de las estructuras anatómicas en esta región
son pares y simétricas, por lo que se recomienda explorar ambos lados, compararlos y
valorar si la simetría está conservada o no (Wisner, 1991).

Las arterias carótidas comunes se exploran situando la sonda en el surco yugular, a lo


largo del eje longitudinal del cuello. Se pueden seguir desde la entrada torácica hasta su
bifurcación. Ecográficamente aparecen como estructuras tubulares con paredes finas

22
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
hiperecogénicas paralelas entre sí, con contenido anecogénico. En modo B es posi-
ble observar el pulso arterial normal y con Doppler pulsado es posible valorar la onda
Doppler arterial característica.

Las venas yugulares externas se localizan justo debajo de la superficie cutánea. Al tra-
tarse de venas, se colapsan fácilmente, por lo que es recomendable explorarlas sin
aplicar demasiada presión en el cuello (fig. 4).

En la línea media ventral se localizan la laringe y la tráquea, fácilmente reconocibles


debido a la presencia de gas en su luz. Para explorar el esófago, la sonda debe colo-
carse en un plano transversal a la izquierda de la línea media. Puede verse al lado de la
tráquea y dorsal a la glándula tiroides izquierda.

Las glándulas salivales mandibulares se localizan ventrales y ligeramente rostrales a


la bifurcación de las carótidas. Aparecen como estructuras ovaladas hipoecogénicas,
de márgenes bien definidos y rodeadas de una cápsula hiperecogénica delgada. En
algunos animales pueden observarse estrías lineales hiperecogénicas en el centro del
parénquima. Dorsalmente a las glándulas salivales mandibulares, en la zona de transi-
ción entre cabeza y cuello, se encuentran las glándulas salivales parótidas (fig. 5). Estas
glándulas, localizadas en la porción basal de los cartílagos auriculares, tienen un con-
torno en forma de V, con el ápex dirigido ventralmente. Poseen lobulaciones gruesas
cubiertas por una cápsula delgada.

a b c

d e

Figura 4. (a) Imagen sagital en modo bidimensional del cuello de un gato adulto. La arteria carótida común derecha se ve como una estructura tubular con paredes delgadas e hiper-
ecogénicas, con contenido homogéneo anecogénico en la luz (asterisco). (b) En plano transversal, la arteria carótida común derecha (entre cursores) se ve como una estructura redondeada
anecogénica con paredes finas hiperecogénicas localizada en el aspecto lateral derecho de la tráquea (flecha), que se caracteriza por la presencia de una sombra acústica intensa. (c) Imagen
sagital que muestra la vena yugular derecha (asterisco). Su diámetro es levemente mayor al de la arteria carótida común. Al explorar esta vena se debe ejercer poca presión para evitar colap-
sarla. (d) Imagen transversal del cuello en la que se observa la vena yugular derecha en la parte ventral de la imagen (entre cursores 1), y la arteria carótida común derecha (entre cursores 2),
medial y más profunda que la vena. (e) Imagen con Doppler color obtenida en el mismo sitio que la imagen anterior. En este caso, la sangre en el interior de la vena yugular externa se dirige
hacia la sonda (rojo) y el flujo en la arteria carótida común derecha se aleja de la sonda (azul).

23
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En la cabeza existen tres linfocentros (LC) (parotídeo, mandibular y retrofaríngeo) y en


el cuello dos (cervical superficial y cervical profundo) (Bezuidenhout, 2013). El LC paro-
tídeo está formado por los nódulos linfáticos (NL) parotídeos, localizados en el aspecto
rostral de la base de la oreja. El LC mandibular está formado por los NL mandibulares y
bucales. Los NL mandibulares se encuentran ventrales al ángulo de la mandíbula. El LC
retrofaríngeo consta de los NL retrofaríngeos mediales (NLRM) y, a veces, de los NL re-
trofaríngeos laterales (NLRL). Los NLRM son los más grandes de la cabeza y del cuello.
Se encuentran ventralmente a las alas del atlas en un triángulo formado por el músculo
digástrico cranealmente, el músculo largo del cuello dorsalmente, y la faringe y laringe
ventromedialmente. Su porción craneoventral está en contacto con las glándulas sali-
vales mandibulares. Los vasos linfáticos eferentes de los NL parotídeos, mandibulares y
NLRL drenan en los NLRM. En los animales domésticos, los vasos linfáticos aferentes
de los NLRM pueden cruzar la línea media. El LC cervical superficial está formado por
los NL cervicales superficiales (NLCS). Se localizan en el tejido adiposo en la superficie
lateral de los músculos serrato ventral y escaleno.

Para examinar las glándulas tiroides y paratiroides, la sonda debe colocarse en el surco
yugular, caudal a la laringe en el eje longitudinal del cuello, de forma que se pueda explo-
rar al mismo tiempo la arteria carótida común. La tráquea suele usarse como referencia.
Las glándulas tiroides y paratiroides se localizan caudales a la laringe y mediales a las
arterias carótidas comunes.

1
2
2
3

a b c

1
2 2
1

d e

Figura 5. (a) En un plano sagital, la glándula salival mandibular se ve como una estructura hipoecogénica de márgenes bien definidos (flechas) con cápsula fina hiperecogénica. (b) Ima-
gen transversal de la glándula salival mandibular derecha (entre cursores 2) en la que se observa su relación anatómica con el nódulo linfático mandibular derecho (entre cursores 1). Los nó-
dulos linfáticos mandibulares se sitúan en el aspecto rostral y ventrolateral de la glándula salival. (c) Los nódulos linfáticos retrofaríngeos mediales (entre cursores 1) se localizan en el aspecto
dorsomedial de las glándulas salivales mandibulares (entre cursores 2 y 3). (d) La glándula salival parótida (entre cursores) se ve como una estructura menos definida lateral al conducto
auditivo externo. (e) La glándula salival parótida (entre cursores 2) está en contacto estrecho con el meato acústico externo (entre cursores 1) y la bulla timpánica (flecha).

24
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
ECOGRAFÍA DE LA CABEZA
Y DEL CUELLO EN PACIENTES SANOS

ENCÉFALO

En el estudio de Jäderlung et al. (2003), los autores describen cómo identificar y medir
los ventrículos laterales en gatitos de hasta cinco meses de edad a través de las fonta-
nelas abiertas. En neonatos, los ventrículos laterales tienen forma de ranura y es posible
identificar los plexos coroideos como estructuras ecogénicas cubriendo el suelo de los
ventrículos. Un corte parasagital de 5° a 10° permite evaluar los ventrículos laterales
de forma longitudinal. En algunos gatitos es posible evaluar la porción rostral, central
y caudal de cada ventrículo lateral en el mismo plano. En otros, es necesario obtener
diferentes planos y ajustar las imágenes para poder visualizar los ventrículos de forma
completa.

En el estudio mencionado, las medidas más fiables y con mayor repetibilidad fueron las
obtenidas al medir la porción central de los ventrículos laterales en un corte parasagital
de 5° a 10° desde la línea media. En gatitos de más de tres semanas, la porción más
grande de los ventrículos laterales es la caudal.

[
Al contrario de lo que sucede en En gatos adultos, los ventrículos laterales pueden examinarse mediante ventana tem-
perros, los ventrículos laterales poral (fig. 6). En la figura 7 se muestra el aspecto ecográfico normal de los hemisferios
suelen ser simétricos en gatos. cerebrales, cerebelo y médula de un gato adulto empleando diversos abordajes.

La ecografía también se ha utilizado para evaluar la vascularización del cerebro en peque-


ños animales (Hudson, 1997; Saito, 2003) (fig. 8). En el gato, las arterias maxilares son las
responsables de la mayor parte del aporte sanguíneo de los ojos y del cerebro (Scrivani et
al., 2014). Los dos tercios proximales de las arterias carótidas internas quedan obliteradas
a las pocas semanas o pocos meses después del nacimiento. En el gato adulto, las ra-
mas de las arterias maxilares, a través de la retia mirabilia, son las responsables del aporte
de sangre al círculo arterial del cerebro. De esta manera, en pacientes felinos adultos, la
mayor parte del riego sanguíneo del cerebro proviene de las arterias maxilares.

En el perro se ha utilizado Doppler color y pulsado para evaluar el flujo de las arterias
del cerebro y calcular los índices vasculares, como por ejemplo el índice de pulsatilidad
y de resistencia (Hudson et al., 1997; Saito et al., 2003). En el gato pueden emplearse
técnicas similares.

Lamentablemente, a medida que la edad del paciente avanza, las ventanas acústicas
para explorar el cerebro se hacen más pequeñas y, por lo tanto, la calidad de las imá-
genes se reduce, especialmente en la periferia del cerebro, debido a la sombra acústica
que generan los huesos del cráneo.

25
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a
Figura 6. Imagen ecográfica del los ventrículos laterales (entre cursores) de un gato
adulto sano obtenida mediante un abordaje temporal. Imagen cortesía de la Dra. Cibele
Carvalho.

Figura 7. (a) Plano dorsal del cerebro de un gato adulto sano con ventana temporal.
b (b) Plano sagital obtenido mediante un abordaje suboccipital. (c) Imagen transversal del
encéfalo de un gato adulto sano con ventana suboccipital y la sonda orientada en direc-
Figura 8. Imagen parasagital del encéfalo de un gatito obtenida a través de una fontanela ción rostral y caudal. Cereb: cerebelo; med/MED: medula oblongada; RCH: hemisferio ce-
abierta. (a) Mapa Doppler color de las arterias cerebrales. (b) Doppler color de la arteria rebral derecho; sulci: surco cerebral; tentorium: tentorium cerebelli. Imágenes cortesía de la
cerebral media y representación Doppler espectral de la misma. Imágenes cortesía de la Dra. Cibele Carvalho.
Dra. Cibele Carvalho.

26
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
GLOBO OCULAR Y ÓRBITA

El examen ecográfico de la órbita implica explorar el globo ocular, los anejos oculares
(músculos oculares extrínsecos, nervio óptico, vasos sanguíneos, grasa y hueso) y el
resto de tejidos blandos que rodean el globo ocular (glándulas lacrimales y glándula
salival cigomática) (González et al., 2001; Spaulding, 2008).

En Spaulding (2008) se describe la apariencia ecográfica normal de la órbita. A diferen-


cia del perro, la órbita felina es solo un poco más grande que el globo ocular (Gelatt,
2011). Los huesos esfenoides, maxilar, lacrimal, cigomático y frontal forman las paredes
de la órbita. El suelo óseo de la órbita felina está compuesto por una pequeña capa de
hueso maxilar y contiene el último molar. El ligamento lateral de la órbita une el proceso
frontal del hueso cigomático con el proceso cigomático del hueso frontal. En compara-
ción con el perro, en el gato los músculos oculares extrínsecos son más pequeños y los
movimientos oculares más limitados.

La glándula salival cigomática es pequeña en el gato y cercana al nervio maxilar. La


órbita felina mide aproximadamente 87 mm de largo, 26 mm de ancho y 23 mm de
alto y el globo ocular tiene un tamaño aproximado de 20–22 mm en dirección antero-
posterior, de 19 a 20,7 mm de altura y unos 18–21 mm de ancho. Los gatos siameses
tienen globos oculares más grandes, de unos 22,5 mm en dirección anteroposterior y
transversal. En la tabla 1 se muestran otras medidas del globo ocular felino.

La córnea aparece ecográficamente como una línea ecogénica única o doble con un
centro anecogénico o levemente ecogénico, dependiendo de la frecuencia del haz de
ultrasonidos. La primera línea hiperecogénica corresponde a la superficie corneal, el
estroma se localiza en el medio y la segunda capa hiperecogénica corresponde al en-
dotelio (membrana de Descemet).

El limbo es la transición entre la córnea y la esclerótica. La esclerótica es una superficie


muy reflectante en comparación con la córnea (fig. 9). La cámara anterior está delimi-
tada por la córnea, el iris y el cristalino, y contiene un líquido anecogénico, el humor
acuoso. La cámara posterior se sitúa entre el iris y la periferia del cristalino, y contiene
también humor acuoso producido por los cuerpos ciliares.

Tabla 1. Valores normales de las medidas del globo ocular felino (mm).
Adaptado de Benz et al., 2011.

GC LG LV PCA
OD 7,76 20,88 7,99 5,13
OS 7,75 20,91 8,11 5,05
OU – 19,75 7,92 4,66

GC: grosor axial del cristalino; LG: longitud del globo ocular; LV: longitud del cuerpo vítreo; OD: ojo derecho;
OS: ojo izquierdo; OU: ambos ojos; PCA: profundidad de la cámara anterior.

27
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Diagnóstico ecográfico en el gato

El iris rodea la pupila y controla su tamaño. Los cuerpos ciliares se observan como es-
tructuras hiperecogénicas en la periferia del cristalino. Las fibras zonulares (ligamentos
suspensores que dan soporte al ecuador del cristalino) aparecen como estrías que se
anclan en la periferia del cristalino.

El cristalino felino es un poco más grande que el del perro. Su superficie es lisa y ligera-
mente curva (Gelatt, 2011). Sus superficies anterior y posterior se observan como dos es-
tructuras hiperecogénicas curvilíneas y finas. La porción interna del cristalino sano es ane-
cogénica, sin embargo, debido a la presencia de reflejos especulares, puede observarse
la presencia de interfases hiperecogénicas en el margen anterior y posterior del cristalino.

El cuerpo vítreo ocupa la cavidad vítrea. En condiciones normales es anecogénico y


está rodeado posteriormente por la retina, la coroides y la esclerótica, y anteriormente
por los cuerpos ciliares y la superficie posterior del cristalino.

La pared posterior del globo ocular tiene un aspecto delgado e hiperecogénico y repre-
senta la combinación de la esclerótica, la coroides y la retina. No existe una demarca-
ción clara entre estas tres estructuras. La papila óptica se sitúa en la pared posterior,
ligeramente ventral y medial.

En el espacio retrobulbar se localiza el nervio óptico, los músculos oculares extrínsecos,


vasos sanguíneos y grasa. El nervio óptico se observa como una estructura lineal ondu-
lante que discurre desde la pared posterior del globo ocular hacia la región retroorbita-
ria. Generalmente mide menos de 3 mm de ancho y es hipoecogénico en comparación
con la grasa que lo rodea. Los músculos oculares extrínsecos tienen un aspecto similar,
pero se unen a la periferia del globo ocular.

1 2 3
Co
4 CA
CA
Ir
Ci Ci Ci
CP
C
C

CV
CV
R

PG
a b

Figura 9. Imágenes del globo ocular de un gato sano, obtenidas con la sonda en contacto directo con la superficie corneal. (a) Vista sagital. (b) Vista dorsal.
La córnea (Co) se ve como una línea ecogénica simple en esta vista sagital o como dos líneas ecogénicas paralelas con centro anecogénico en esta vista dorsal. La
primera línea hiperecogénica es la superficie corneal (1). El estroma (2) es el centro anecogénico y la segunda capa hiperecogénica (3) es el endotelio (membrana
de Descemet). El limbo (4) es la transición entre la córnea y la esclerótica. La cámara anterior (CA) está delimitada por la córnea y el iris (Ir). La cámara posterior (CP)
se sitúa entre el iris y el cuerpo ciliar (Ci) y el cristalino (C). El cuerpo vítreo (CV) está delimitado por el cristalino, el cuerpo ciliar y la retina (R). La cámara anterior, la
cámara posterior, el cuerpo vítreo y el contenido interno del cristalino son anecogénicos. Las superficies anterior y posterior del cristalino (cápsula) son hiperecogénicas.
La pared posterior del globo ocular (PG) está formada por la combinación de tres capas (esclerótica, coroides y retina) que no se pueden diferenciar en un ojo sano.
Imágenes cortesía del Animal Health Trust.

28
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
BULLA TIMPÁNICA

La bulla timpánica (BT) felina está dividida en dos compartimentos por un septo óseo
delgado, uno más grande (ventrocaudomedial) y otro más pequeño (dorsorrostrolateral).

En bullas timpánicas sanas, los cortes sagitales y transversales permiten visualizar, de


ventral a dorsal, la piel, los músculos y la fascia subcutánea. En el eje longitudinal, el mús-
culo digástrico se ve como una estructura oblicua y ecogénica localizada entre la fascia y
la pared ventral de la BT. Caudalmente a la BT y al músculo digástrico se sitúa la glándula
salival mandibular, que tiene forma triangular y es hipoecogénica. Tanto en cortes sagitales
como en transversales, la pared ventral de la BT aparece como una interfase hiperecogé-
nica convexa, con sombra acústica y artefactos de reverberación que oscurecen estruc-
turas más profundas, incluido el septo óseo (King et al., 2007) (fig. 10).

a b

Figura 10. (a) Imagen sagital de una bulla timpánica (BT) llena de aire. La pared ventral de la BT se ve como una estructura hiperecogénica convexa con sombra
acústica y reverberación que dificultan la visualización del septo óseo. Imagen cortesía de la Dra. Alison King. (b) Imagen transversal de la bulla timpánica derecha
de un gato adulto sano (flecha blanca). El meato acústico externo (flecha azul) se ve lateral a la bulla.

LENGUA

La apariencia ecográfica de la lengua felina es similar a la de los perros (Solano et al.,


1996) y se corresponde con una estructura homogénea y finamente ecogénica (fig. 11).
La exploración del tercio rostral de la lengua mediante un abordaje submentoniano es
complicado debido a que el espacio intermandibular es muy estrecho. Dorsalmente al
cuerpo de la lengua se observa una superficie lineal muy ecogénica que corresponde
a la interfase acústica entre el paladar duro, el parénquima de la lengua y el gas de la
orofaringe. Caudalmente a la base de la lengua se puede identificar la sombra acústica
proyectada por el hueso basihiodes. Caudalmente a este, la sombra acústica generada
por el gas en la faringe oscurece la visualización de las tonsilas y de la pared dorsal de
la laringofaringe. Se puede utilizar la sombra acústica que generan las mandíbulas en
plano transversal como referencia anatómica para localizar la lengua, justo en el medio
de ambas. Las arterias linguales, situadas en el tercio ventral de la lengua, se ven como
dos estructuras tubulares hipoecogénicas con paredes ecogénicas (Solano et al., 1996).

29
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 11. Imágenes de la lengua de un gato adulto sano en corte transversal. (a) Modo B. (b) Doppler color. La lengua se localiza entre las mandíbulas (flechas),
fácilmente reconocibles debido a la sombra acústica que proyectan distalmente. La lengua presenta un parénquima homogéneo.

LARINGE, TRÁQUEA Y ESÓFAGO

Para examinar la laringe se recomienda emplear planos transversales en vez de sagi-


tales (Bray et al., 1998). Primero, se identifica el aspecto caudal de la lengua craneal-
mente. Después, moviendo la sonda en dirección caudal hacia la faringe, se observa
la porción craneal de la epiglotis como una estructura hiperecogénica rodeada del gas
de la orofaringe. Más caudalmente, la porción ventral de los cartílagos tiroideos aparece
como una V invertida hiperecogénica (fig. 12). Los músculos extrínsecos situados en el
aspecto ventral de la laringe se ven como un par de sombras hipoecogénicas simétri-
cas que cubren el aspecto ventrolateral de los cartílagos tiroideos. La presencia de gas
intraluminal limita el examen de las estructuras dorsales de la laringe (Bray et al., 1998).

Al respirar, es posible observar el movimiento normal de los procesos cuneiformes de


los cartílagos aritenoides. Durante la inspiración, los cartílagos aritenoides se abducen y
en consecuencia se observa el ensanchamiento de la rima glottidis. Durante la espira-
ción sucede lo contrario: aducción de los cartílagos y estrechamiento de la rima glotti-
dis. En condiciones normales no se debe observar la desviación de la columna de aire
durante el ciclo respiratorio (vídeo 1). En los gatos no es tan fácil identificar las cuerdas
vocales, a diferencia de lo que sucede en los perros (Rudorf y Barr, 2002).

La tráquea se puede explorar tanto con planos sagitales como transversales. En el cor-
te transversal se observa un borde ventral convexo hiperecogénico bien definido, con
artefactos de reverberación y con una sombra acústica extendiéndose dorsalmente. En
el plano sagital se observan ecos hipoecogénicos separados a intervalos regulares, que
corresponden a los cartílagos traqueales, separados por finas áreas hipoecogénicas
(fig. 13). Dorsalmente, la presencia de artefactos de reverberación y de sombra acús-
tica oscurece la visualización de la luz de la tráquea. En el corte transversal, el esófago
aparece como una estructura poco definida con una región central hiperecogénica en
forma de estrella por la presencia de gas y mucosidad en la luz esofágica (fig. 14).

30
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Movimiento de
los cartílagos aritenoideos

Durante la inspiración, los cartílagos


aritenoideos se abducen, produciendo
ensanchamiento de la rima glottidis.
Durante la espiración, los cartílagos se
aducen, produciendo estrechamiento
de la rima glottidis. En los pacientes
normales no se debe observar
Figura 12. Imagen transversal de la laringe. Los cartílagos tiroideos se ob-
desplazamiento lateral de la columna
servan como una estructura hiperecogénica con forma de V invertida (flechas).
de aire en la laringe durante la Los procesos cuneiformes de los cartílagos aritenoides se ven en la parte dorsal
respiración. del campo de visión (asteriscos).

a b

Figura 13. (a) Imagen longitudinal de la porción media ventral del cuello. La tráquea se identifica fácilmente gracias a la presencia de gas en la luz, que causa
artefactos de reverberación y sombra acústica. Los cartílagos traqueales (flechas) se observan como regiones hipoecogénicas regulares con sombra acústica distal y
separados por tejido un poco más ecogénico. (b) Imagen transversal del cuello en el que se ve la tráquea en un plano transversal (flecha). La pared ventral es curva
e hiperecogénica. La luz traqueal no se define con claridad debido a la presencia de artefactos.

a b

Figura 14. (a) Imagen longitudinal del esófago cervical (entre cursores). Caudalmente a la laringe, el esófago se sitúa dorsalmente a la tráquea para, posterior-
mente, cambiar de posición y situarse en su lado izquierdo conforme esta se aproxima a la entrada del tórax. La luz esofágica se ve como una banda hiperecogénica
discontinua en el centro del esófago (debido a que el contenido luminal es mucoso y gaseoso). Las capas musculares aparecen a cada lado de la luz (ventral y dorsal)
y se visualizan como capas hipoecogénicas homogéneas (asteriscos) rodeadas por la adventicia (línea exterior hiperecogénica fina). (b) Plano transversal del cuello.
El esófago (entre cursores) se observa en el lado izquierdo de la tráquea, en posición medial a la glándula tiroides izquierda (flecha azul) y a la arteria carótida común
izquierda (flecha blanca).

31
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Diagnóstico ecográfico en el gato

NÓDULOS LINFÁTICOS (NL)


DE LA CABEZA Y EL CUELLO

Los nódulos linfáticos regionales (parotídeos, mandibulares, retrofaríngeos, cervicales su-


perficiales y profundos) se deben explorar completamente en los planos transversal y sa-
gital. Para cada NL debe evaluarse el tamaño (incluido la ratio entre longitud y anchura), la
forma, el contorno, la ecogenicidad y la homogeneidad del parénquima (en comparación

[
con los tejidos que lo rodean). También debe comprobarse la presencia de un hilio bien
No existen diferencias
definido (banda hiperecogénica localizada en el interior del parénquima) (fig. 15).
significativas en el volumen

Las dimensiones medias (longitud × altura rostral × anchura rostral) de los nódulos re- de los NLRM entre machos
trofaríngeos mediales (NLRM) son 20,7 × 12,4 × 3,7 mm. En los gatos, las dimensiones y hembras, pero sí existen
máximas aproximadas de los NLRM son 32 × 20 × 7 mm (fig. 16). La media de la ratio diferencias debidas a la edad,
entre la longitud en corte transversal y longitudinal es de 0,18 (porción rostral), 0,16 siendo más grandes en gatos
(porción media) y 0,13 (porción caudal). Ambos NL (derecho e izquierdo) deben ser jóvenes que en gatos viejos.
simétricos y tener un tamaño similar.

a b

Figura 15. Imágenes de uno de los nódulos linfáticos mandibulares izquierdos (entre cursores) de un gato joven sano. (a) Vista sagital. (b) Vista transversal.
El NL es homogéneamente hiperecogénico respecto a los músculos y está rodeado por un fino halo de grasa hiperecogénica.

a b

Figura 16. Imágenes del NL retrofaríngeo medial derecho (entre cursores) de un gato adulto joven. (a) Vista sagital. (b) Vista transversal.

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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
En los gatos sanos, la apariencia del parénquima de los NL puede ser de leve a mo-
deradamente heterogénea y, en la mayoría de pacientes (95 %), puede observarse un
hilio. En condiciones normales puede verse una banda hiperecogénica delgada que
separa el parénquima del NL del tejido perinodal que lo rodea. Los bordes de esta ban-
da hiperecogénica, que representa una pequeña cantidad de grasa rodeando el NL,
pueden tener una forma levemente irregular (Nemanic y Nelson, 2012). Según nuestro
conocimiento actual, no existen descripciones adicionales de la apariencia ecográfica
normal de otros NL de la cabeza y el cuello en gatos.

GLÁNDULAS TIROIDES Y PARATIROIDES

Una vez se identifica la glándula tiroides en el plano sagital, la sonda se rota 90° para
obtener un plano transversal (Wisner et al., 1994). Las medidas lineales (longitud L, al-
tura A, anchura An) pueden obtenerse para cada lóbulo para, a continuación, estimar el
volumen tiroideo usando la fórmula siguiente: π × L × A × An/6. El volumen tiroideo total
se calcula sumando el volumen de cada lóbulo. Es importante evaluar los márgenes,
ecogenicidad y características del parénquima de cada glándula.

La tabla 2 muestra los valores de referencia normales para las medidas lineales y las
estimaciones del volumen de la glándula tiroides en pacientes sanos. Normalmente, las
medidas lineales se obtienen en un plano sagital porque en corte transversal los márge-
nes de la glándula son difíciles de distinguir del tejido que las rodea.

Tabla 2. Medidas lineales (mm) y volumen estimado (mm3) de las


glándulas tiroides en gatos sanos. Adaptado de Wisner et al., 1994.

Lóbulo izquierdo (media ± DE) Lóbulo derecho (media ± DE)


Longitud Altura Volumen Longitud Altura Volumen
20,5 ± 1,6 3,3 ± 0,8 89 ± 23 20,3 ± 1,6 3,0 ± 0,6 80 ± 19

DE: desviación estándar.

En condiciones normales, las glándulas tiroides están formadas por dos lóbulos no co-
nectados entre sí por un istmo. Son delgadas, fusiformes y moderadamente ecogéni-
cas y homogéneas (fig. 17). Se localizan adyacentes y mediales a las arterias carótidas
comunes, rodeadas por fascia hiperecogénica (Wisner et al., 1994)

En el gato, existen dos pares de glándulas paratiroides: las glándulas paratiroides ex-
ternas y las internas, en función de su localización respecto a las glándulas tiroides. Se
consideran internas cuando se localizan dentro de la cápsula y están embebidas en el
parénquima de la glándula tiroides y externas cuando se localizan fuera del tejido con-
juntivo de la cápsula tiroides (Barber, 2004).

33
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Existe cierta controversia sobre la localización de las glándulas paratiroides en el gato.


Algunos autores defienden que las glándulas paratiroides externas se encuentran en el
polo craneal de la glándula tiroides. Otros describen lo contrario. Es frecuente observar la
presencia de glándulas paratiroides ectópicas, a menudo localizadas a cierta distancia de
la glándula tiroides, pero generalmente en una localización paratraqueal (Barber, 2004).
Las glándulas paratiroides son estructuras de hipo a anecogénicas, con un diámetro in-
ferior a 2 mm (fig. 18).

a b

Figura 17. (a) Plano sagital de una glándula tiroides izquierda normal (entre flechas). Las glándulas tiroides son delgadas, fusiformes, moderadamente ecogénicas
y están rodeadas por una fascia hiperecogénica delgada. (b) Imagen transversal de la misma glándula (flechas rojas). Se localiza lateral al esófago (flecha azul) y a
la tráquea (flechas blancas), y dorsomedial a la arteria carótida común derecha.

PUNTOS CLAVE

La ecogenicidad de las glándulas


paratiroides varía de hipo a anecogénica.
!
El diámetro normal es inferior a 2 mm.

Figura 18. Misma imagen que en la fig. 17, donde se observa la localización de una de
las glándulas paratiroides izquierdas en la porción ventral de la glándula tiroides izquierda
(flechas).

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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
ECOGRAFÍA DE PATOLOGÍAS
DE LA CABEZA Y DEL CUELLO

ENCÉFALO

En la figura 19 se muestran algunos ejemplos de lesiones del sistema nervioso central


diagnosticadas mediante ecografía.

a b

c d

e f

Figura 19. Lesiones del sistema nervioso central. Imágenes cortesía de la Dra. Cibele Carvalho. (a) Imagen ecográfica de los hemisferios cerebrales izquierdo y
derecho (plano dorsal) de un gato Siamés de 10 años en la que se muestra la presencia de una lesión hiperecogénica (entre cursores), con diagnóstico definitivo de
meningioma. (b) Lesión hiperecogénica focal (entre cursores) en el tronco del encéfalo de un gato Siamés de 12 años con efecto masa en el tentorium cerebelli.
El diagnóstico definitivo fue un linfoma. (c) Lesión focal hiperecogénica (entre cursores) sin efecto masa localizada en la corteza temporal del hemisferio cerebral
izquierdo de un gato Maine Coon de 8 años. El diagnóstico definitivo fue una lesión isquémica. (d) Imagen ecográfica de un gato de 8 años empleando una ventana
suboccipital en la que se demuestra hipoplasia cerebelar. (e) Imagen transversal del encéfalo de un gato joven a través de una fontanela abierta en la que se observa
ventrículomegalia. (f) Lesión hiperecogénica focal (entre cursores) localizada en el hemisferio cerebral izquierdo (LCH) de un gato de 14 años, mediante un abordaje
temporal con plano dorsal. El diagnóstico definitivo fue un glioma.

35
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Diagnóstico ecográfico en el gato

GLOBO OCULAR Y ÓRBITA

La ecografía ocular es útil para explorar las estructuras intraoculares cuando el examen
oftalmológico directo está limitado por opacidad en el medio (debido a edema corneal,
hipema, hipopion, cataratas, etc.). El objetivo es evaluar la presencia de masas intrao-
culares, y la órbita y el globo ocular en caso de traumatismo (González et al., 2001).
Existen múltiples descripciones sobre ecografía ocular en pequeños animales. Para
profundizar más en este tema se recomienda consultar la bibliografía disponible.

Las patologías de la cámara anterior y la úvea anterior son frecuentes en pequeños ani-
males. Pueden deberse a un traumatismo, anomalías congénitas, inflamación, neoplasia,
así como a enfermedades inmunomediadas y degenerativas. Los traumatismos oculares
pueden ser secundarios a cuerpos extraños, que pueden quedar embebidos en la córnea
o localizarse en la cámara anterior, o bien penetrar el globo ocular y alojarse en la parte
posterior de la órbita (fig. 20). Los procesos inflamatorios que afectan a la úvea anterior en
gatos suelen deberse a enfermedades sistémicas, por lo que es necesario realizar pruebas
diagnósticas adicionales para establecer un diagnóstico definitivo (Gelatt, 2011) (fig. 21).

Los tumores intraoculares primarios son relativamente poco frecuentes en los gatos.
Los más comunes son los tumores melanocíticos, que se desarrollan en la úvea an-
terior; el más frecuente de todos es el melanoma difuso del iris. En el 30–50 % de los
pacientes afectados se observan metástasis (Semin et al., 2011). Entre los tumores me-
tastásicos descritos en el globo ocular del gato se encuentran el linfoma, el carcinoma
de células escamosas (CCE), el adenocarcinoma y el hemangiosarcoma, entre otros.

1
2

3 3

a b

Figura 20. Imagen en modo bidimensional del globo ocular (corte oblicuo) de un gato joven con un absceso retrobulbar. (a) Se observa un tejido heterogéneo, hiperecogénico respecto al
cuerpo vítreo en el espacio retroorbitario. 1: iris; 2: globo ocular; 3: absceso en el espacio retrobulbar. (b) El abordaje temporal permite observar un material hiperecogénico heterogéneo en
el espacio retrobulbar, que se corresponde con un absceso retrobulbar.

1 Figura 21. Imagen bidimensional del globo ocular de


un gato adulto con panuveítis (corte oblicuo). Se observa
3 un desprendimiento parcial de retina. La retina está engro-
2 sada y no es posible descartar la presencia de hemorragia
retiniana. El diagnóstico final definitivo fue un linfoma. 1:
córnea; 2: cápsula anterior del cristalino e iris; 3: cápsula
posterior del cristalino; 4: retina engrosada, parcialmente
4
desprendida y con una posible hemorragia; 5: el ángulo
visual del ojo está parcialmente rotado. Imagen cortesía
5 del Servicio de Oftalmología de la Fundació Hospital Clínic
Veterinari.

36
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
El glaucoma felino generalmente es secundario a una uveítis anterior o a una neoplasia.
El glaucoma primario también ocurre, pero es menos frecuente.

[
Las cataratas son menos Las cataratas primarias son poco frecuentes en gatos jóvenes. El tipo más frecuente de
frecuentes en gatos que en catarata felina es el secundario, asociada a la inflamación de la úvea anterior, que suele
perros. deberse a enfermedades sistémicas (Gelatt, 2011) (fig. 22).

La luxación de cristalino también es poco común en el gato y suele deberse a un proceso


de uveítis crónica o en casos de glaucoma. Además, en el gato, la rotura de la cápsula del
cristalino se ha asociado al desarrollo posterior de neoplasia intraocular maligna.

En la ecografía con modo bidimensional, un desprendimiento completo de retina apare-


ce como una estructura en forma de V, con ecogenicidad marcada, grosor homogéneo
y movilidad restringida cuando el globo ocular se mueve. Cuando existe un desprendi-
miento parcial, se observan estructuras ecogénicas convexas separadas de la pared
posterior por una zona sin ecos (fig. 23). Las membranas vítreas generalmente no están
unidas a la papila óptica o a la ora serrata, y suelen ser menos ecogénicas, con un
grosor más irregular y mayor movilidad que el desprendimiento de retina (González et
al., 2001). La ecografía con contraste es útil para diferenciar entre ambas patologías, ya
que demuestra la presencia de flujo vascular normal en la retina desprendida y la falta
de vascularización en las membranas vítreas (Labruyere et al., 2011).

1
2
1 3
3
2 4

a b

Figura 22. (a) Corte dorsal del ojo derecho de un gato Siamés adulto con una catarata cortical que afecta a la cápsula
anterior y posterior del cristalino. Se observa un engrosamiento difuso e irregular de la cápsula anterior (1) y posterior (2) del
cristalino, así como un aumento de la ecogenicidad de las mismas. La porción central del cristalino (3) sigue siendo anecogé-
nica. No se observan signos de desprendimiento de retina en el cuerpo vítreo (4). (b) Catarata en el ojo derecho de un gato
común europeo de 12 años. Se observa un engrosamiento del cristalino y un aumento marcado de la ecogenicidad del mismo.
1: córnea; 2: cámara anterior; 3: cristalino; 4: cuerpo vítreo.

Figura 23. Imagen bidimensional en plano oblicuo del 1


globo ocular de un gato con un perdigón alojado dentro
del ojo, en el que se observa una hemorragia intraocular y
un desprendimiento de retina. 1: hemorragia intraocular; 2:
desprendimiento de retina; 3: córnea; 4: cámara anterior. 2
Imagen cortesía del Servicio de Oftalmología de la Funda-
ció Hospital Clínic Veterinari.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

BULLA TIMPÁNICA

En el gato las patologías del oído medio se deben a la presencia de pólipos inflamatorios,
neoplasias, extensión de una otitis externa al oído medio y obstrucción o disfunción del
tubo auditivo secundaria a enfermedad nasal o de vías respiratorias altas (Shanaman et
al., 2012).

Los cambios patológicos que se han descrito en pacientes con otitis media incluyen la
presencia de líquido inflamatorio en el interior de la bulla timpánica (BT) e inflamación
crónica que puede producir osteoproliferación y engrosamiento de su pared.

En el estudio experimental publicado por King et al. (2007), la presencia de gelatina en


el compartimento ventral de la BT permite que parte del haz de ultrasonidos penetre a
través de la pared de la bulla timpánica y llegue hasta la luz. Esta gelatina se observa
como una región anecogénica que permite visualizar el septo óseo como una estruc-
tura convexa e hiperecogénica (fig. 24). Sin embargo, el haz de ultrasonidos no puede
alcanzar el compartimento dorsal. En este estudio comparativo, la tomografía compu-
tarizada (TC) fue la técnica más precisa para diagnosticar la presencia de líquido en el
interior de la BT, mientras que la ecografía obtuvo mejores resultados en este proceso
que las radiografías convencionales (King et al., 2007).

Se debe recordar y tener presente que la presencia de líquido u otro tipo de material en
el interior de la BT en gatos puede deberse a numerosos procesos, no solamente a una
otitis media. En un estudio en el que se evaluaba la presencia de enfermedad clínica y
subclínica en el oído medio, se realizó una TC del cráneo a varios gatos y se vio que la
prevalencia de enfermedad subclínica era del 11 % (Shanaman et al., 2012). Por con-
siguiente, estos hallazgos deben ser interpretados en función de la historia clínica del
paciente, de la exploración física y del resultado de otras pruebas diagnósticas.

Figura 24. Imagen sagital de la bulla timpánica (BT) izquierda


de un gato con otitis media. El margen ventral de la BT es curvo
e hiperecogénico (flechas blancas). La presencia de líquido en el
compartimento ventral de la BT (asterisco) permite que parte del
haz de ultrasonidos penetre a través de la pared de la bulla y se
propague en la luz. El septo óseo se observa dorsalmente como
una superficie convexa hiperecogénica (flecha azul).

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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
LENGUA

Solano et al. (1996) describieron la utilidad del examen ecográfico en la evaluación de


masas linguales y sublinguales en los gatos. En un caso de carcinoma de células es-
camosas (CCE), este se describió como una masa hipoecogénica poco definida que
envolvía el frenillo y la base de la lengua. En otro caso, este mismo tipo de tumor se
observó como una masa hiperecogénica ovalada poco definida localizada en el tercio
caudal de la lengua. En un tercer caso, otro CCE se observó como una masa sublingual
grande, bien definida, con ecotextura compleja, que se extendía por los dos tercios
caudales de la lengua. En este caso, el parénquima normal había sido reemplazado por
una lesión heterogénea, difusa e hiperecogénica.

La ecografía también se ha empleado en otras especies animales para el diagnóstico


de cuerpos extraños alojados en la lengua. Sin embargo, no se han encontrado artícu-
los que describan este uso en gatos.

LARINGE

Las masas laríngeas pueden estrechar la luz de la laringe y desplazar unilateralmente la


sombra acústica proyectada por el gas intraluminal o provocar una distorsión completa
de la anatomía laríngea normal (fig. 25). En algunos casos, puede dar la sensación de
que las masas comprimen la luz de la laringe desde el exterior. Se recomienda realizar
aspiraciones con aguja fina de estas masas para obtener un diagnóstico definitivo. Los
tipos más comunes de tumores laríngeos en el gato son el linfoma, el carcinoma de
células escamosas y el adenocarcinoma (Carlisle et al., 1991; Jakubiak et al., 2005).

a b

Figura 25. Imágenes transversales a la altura de la laringe (a) y de la porción craneal de la tráquea (b). (a) Se observa un tejido hipoecogénico que infiltra la
pared de la laringe (flechas) y que causa un colapso casi completo de la luz (asterisco). (b) Se observa una masa hipoecogénica que rodea los cartílagos traqueales
(flechas), invadiendo la tráquea y causando un estrechamiento grave de su luz. El diagnóstico definitivo fue un linfoma.

39
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Otras posibles lesiones son pólipos laríngeos, granulomas, abscesos, quistes o hema-
tomas (fig. 26). Los quistes laríngeos se observan como masas anecogénicas ovaladas
o redondeadas a nivel de la laringe. Pueden desplazar la columna de aire en la rima
glottidis. En estos casos, también puede realizarse una aspiración con aguja fina para
obtener un diagnóstico definitivo.

En casos de parálisis laríngea se observa la falta del movimiento normal de abducción-


aducción durante la respiración de uno o ambos cartílagos aritenoides. En estos pa-
cientes, la rima glottidis se ve más estrecha de lo normal durante la inspiración (Rudorf
y Barr, 2002).

Figura 26. Pólipo laríngeo. Imagen sagital obtenida en la por-


ción craneal del esófago cervical. Se observa una masa ovalada
heterogénea en la luz del esófago (entre cursores). La pared del
esófago es visible rodeando la masa. Caudalmente a la masa se
observa una pequeña cantidad de gas con sombra acústica distal.
En la exploración de la laringe se observó una masa pedunculada
de origen laríngeo que había sido parcialmente deglutida.

NÓDULOS LINFÁTICOS

Ciertos procesos reactivos, inflamatorios (de origen infeccioso o no infeccioso) y proli-


ferativos pueden producir una linfadenopatía regional o diseminada (fig. 27). En el gato,
se puede observar linfadenomegalia como resultado de infecciones víricas tales como
inmunodeficiencia felina (FIV), leucemia felina (FeLV) o peritonitis infecciosa felina (PIF).
El linfoma es la causa neoplásica más frecuente de linfadenopatía en el gato. También
se ha descrito la presencia de asimetría en los nódulos linfáticos retrofaríngeos media-
les en gatos con rinitis fúngica o carcinoma de células escamosas (Karnik et al., 2014;
Soltero-Rivera et al., 2014).

Los nódulos linfáticos (NL) anormales suelen aumentar de tamaño y tener una forma
más redondeada. Pueden tener un patrón ecográfico alterado, con presencia de un
parénquima más hipoecogénico de lo normal. En algunos casos se puede observar
una sombra acústica distal si los NL contienen focos de mineralización o presencia de
focos internos hipo o anecogénicos debidos a necrosis o formación quística.

Una causa poco frecuente de linfadenopatía cervical es la presencia de vascularización


plexiforme en los NL, que parece ser secundaria a procesos isquémicos (Welsh et al., 1999).

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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
GLÁNDULAS TIROIDES Y PARATIROIDES

El hipertiroidismo felino suele deberse a una hiperplasia tiroidea


adenomatosa funcional o a un adenoma hiperfuncional. En el
70 % de los casos, el hipertiroidismo felino es bilateral (Barberet
et al., 2010).

En gatos con hipertiroidismo, las glándulas tiroides son gene-


ralmente más grandes de lo normal, más redondeadas, hete-
rogéneas, con áreas hipoecogénicas o anecogénicas y vas-
a cularización aumentada (fig. 28). Además, el volumen tiroideo
es significativamente mayor que en gatos sanos. En algunos
casos, cuando la enfermedad es unilateral, la glándula contra-
lateral puede estar atrofiada, siendo difícil localizarla mediante
ecografía.

Después del tratamiento con 131I, el tamaño de la glándula dis-


minuye aproximadamente un 75% y se vuelve menos redon-
deada y heterogénea, y con menor vascularización (Barberet et
al., 2010).

Las glándulas paratiroides patológicas (hiperplásicas, neoplási-


b cas) también se pueden explorar con ecografía. Se ha descrito
que la presencia de glándulas paratiroides de más de 4 mm
en gatos es altamente sugestiva de adenoma o carcinoma de
paratiroides (Sueda y Stefanacci, 2014). Sin embargo, otros
autores no coinciden en esto (Barber, 2004). Diferenciar entre
lesiones hiperplásicas y neoplásicas basándose en el tamaño
de las glándulas paratiroides es difícil porque en casos de hi-
perplasia se puede observar un aumento marcado y asimétrico
del tamaño de la glándula y, además la presencia de lesiones
neoplásicas múltiples no es infrecuente.

El hiperparatiroidismo primario felino es relativamente poco fre-


c cuente. Se observa generalmente en pacientes de edad avan-
Figura 27. Imagen del nódulo linfático retrofaríngeo medial derecho (flecha) zada y sus signos son inespecíficos. En estos pacientes, la
moderadamente engrosado de un gato con carcinoma de células escamosas secreción autónoma excesiva de hormona paratiroidea (PTH)
en la base de la lengua. (a) Vista sagital. (b) Vista transversal. (c) Vista sagi-
tal del mismo paciente que la figura 26 en la que se observa un engrosamiento causa un cuadro de hipercalcemia.
marcado del nódulo linfático retrofaríngeo medial izquierdo (entre cursores), al
lado del pólipo laríngeo (lado izquierdo de la imagen).

[
En el gato, se ha descrito la presencia
simultánea de hipertiroidismo
e hiperparatiroidismo.

41
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

c d

Figura 28. Imágenes sagital (a) y transversal (b) de la glándula tiroides derecha de un gato con hipertiroidismo. La glándula tiroides está muy aumentada de
tamaño, tiene forma redondeada y un parénquima homogéneo con pequeños focos hipoecogénicos internos. El diagnóstico final fue un adenoma tiroideo. Imágenes
sagital (c) y transversal (d) de la glándula tiroides izquierda del mismo gato. Se observa el engrosamiento moderado de la glándula. Una de las glándulas paratiroi-
des puede verse en el polo craneal de la tiroides (flecha). El diagnóstico definitivo fue una hiperplasia tiroidea.

El hipoparatiroidismo primario también es poco frecuente en pacientes felinos. Suele


observarse en pacientes jóvenes que tienen un cuadro neurológico intermitente o que
presentan signos neuromusculares.

MISCELÁNEA

Existen otras lesiones cervicales que se pueden observar en los pacientes felinos, tales
como masas (neoplásicas, hematomas, abscesos asociados o no a la presencia de
un cuerpo extraño, quistes). La apariencia ecográfica de estas lesiones es similar a la
descrita en perros (Zwingenberger y Wisner, 2008).

En el diagnóstico diferencial de cualquier lesión cervical quística debe incluirse (Hof-


meister et al., 2001):
nn Quistes (tiroideos, en el conducto tirogloso, quistes paratiroideos).
nn Neoplasia quística (adenoma o adenocarcinoma tiroideo, adenoma o adenocarcino-
ma de paratiroides y carcinoma de células escamosas).
nn Mucocele salival.

42
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Ecografía de la cabeza y el cuello
1
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43
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Ecocardiografía
Yolanda Martínez Pereira
Ecocardiografía

Técnica ecocardiográfica

Ecografía del corazón sano

uu
Vídeo 1. Ecocardiografía de un gato sano

Estudio de la función diastólica

Estudio de la función sistólica

Ecografía de las alteraciones cardiacas

Enfermedad cardiaca adquirida

uu
Vídeo 2. Cardiomiopatía hipertrófica (CMH)

uu
Vídeo 3. Movimiento anterior de la
válvula mitral durante la sístole (SAM)

uu
Vídeo 4. Cardiomiopatía restrictiva (CMR)

uu
Vídeo 5. Cardiomiopatía arritmogénica
del ventrículo derecho

uu
Vídeo 6. Endocarditis 1

uu
Vídeo 7. Endocarditis 2

Enfermedad cardiaca congénita

uu
Vídeo 8. Defecto del septo interventricular 1

uu
Vídeo 9. Defecto del septo interventricular 2

uu
Vídeo 10. Estudio de contraste de VD
de doble cámara

Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

La ecocardiografía o ecografía cardiaca es probablemente la herramienta diagnóstica


más importante en cardiología felina. Aunque no debe menospreciarse la importancia
de la anamnesis y la exploración física, los pacientes cardiacos felinos pueden, en oca-
siones, mostrar alteraciones físicas muy sutiles (ritmos de galope, arritmia, pulsación
yugular, sonidos cardiacos disminuidos) y los signos clínicos pueden ser inespecíficos
(hiporexia, depresión, taquipnea). Además, pueden encontrarse pacientes con soplos
fisiológicos no asociados a patología cardiaca, y pacientes con cardiomiopatía que no
presentan ningún soplo (Côté et al., 2004; Paige et al., 2009; Wagner et  al., 2010).
Finalmente, también se encuentran pacientes felinos cardiópatas que permanecen
asintomáticos durante largos periodos (Ferasin, 2003). Es importante recordar que la
información obtenida mediante ecocardiografía debe complementarse con radiografías
de tórax, ya que la ecocardiografía no proporciona ninguna información sobre los pa-
trones pulmonares o sobre la vascularización del pulmón.

Algunas de las indicaciones más comunes para el examen ecocardiográfico se recogen


en la siguiente lista:
nn Ritmo de galope.
nn Soplo.
nn Arritmia.
nn Taquipnea/disnea.
nn Cardiomegalia/derrame pleural (observada en radiografía torácica).
nn Distensión/pulsación yugular.
nn Cianosis inducida por el ejercicio.
nn Colapso/intolerancia al ejercicio.
nn Sospecha de tromboembolismo.
nn Enfermedades sistémicas como hipertiroidismo, hipertensión, acromegalia.

46
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Ecocardiografía
2
TÉCNICA ECOCARDIOGRÁFICA
El corazón en la especie felina está rodeado por los pulmones, grasa y huesos y es una estructura de
reducido tamaño que late deprisa. Por lo tanto, para obtener imágenes de alta resolución, se requiere
el empleo de sondas con superficie de contacto pequeña (como una sonda en fase o sonda phased
array), de alta frecuencia (7,5–10 MHz) y sistemas capaces de proporcionar velocidad de cuadro altas.

Para realizar un examen ecocardiográfico completo deben incluirse las modalidades 2D, modo M y
Doppler espectral. El estudio con Doppler tisular (TDI, del inglés Tissue Doppler Imaging) puede uti-
lizarse para complementar el análisis de la función diastólica y sistólica. El electrocardiograma debe
registrarse simultáneamente durante el examen, ya que se utilizará para diferenciar las diferentes fases
de la contracción cardiaca (sístole, diástole).

Para realizar una ecocardiografía es necesaria una mesa modificada con un corte en uno de los lados
(fig. 1). Se recomienda llevar a cabo el examen en una sala silenciosa, con luz tenue y lo suficientemente
espaciosa para que quepan la mesa, la máquina de ecografía (ecógrafo), dos ayudantes y el veterinario
que realiza la ecografía.

El paciente suele colocarse en decúbito lateral, accediendo al corazón por la parte dependiente del
tórax, a través del agujero de la mesa. Sin embargo, en pacientes disneicos, se puede acceder al
corazón con el paciente en decúbito esternal, proporcionándole al mismo tiempo suplementación con
oxígeno. Se recomienda rasurar la zona que se va a examinar, idealmente con rasuradoras pequeñas y
silenciosas, y aplicar el gel de ecografía antes de colocar al paciente en decúbito lateral para minimizar
el estrés. La mayoría de pacientes felinos toleran los electrodos adhesivos de medicina humana en los
cojinetes metacarpianos y metatarsianos para realizar un electrocardiograma (ECG), fijados mediante
esparadrapo de papel (fig. 2).

a b

Figura 1. Mesas para el examen ecocardiográfico. (a) Sobremesa con un corte triangular en forma de triángulo que se fija encima de una mesa eléctrica, de
altura ajustable, con la ayuda de dos cuerdas. (b) Mesa con dos cortes semicirculares para diferentes tamaños de paciente. Para acolchar la mesa, se utiliza una
cama con el mismo corte triangular en el lado.

47
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

c d

Figura 2. (a) Rasuradora pequeña y silenciosa para la preparación del paciente antes de la ecocardiografía. (b) Gatito que está siendo preparado para el exa-
men ecocardiográfico. (c) Colocación de electrodos adhesivos fijados con esparadrapo de papel para el ECG. (d) Posición del paciente, una vez preparado para el
examen ecocardiográfico.

De manera general, se prefiere evitar la sedación, pero cuando esta es necesaria puede
utilizarse una combinación de acepromacina (0,02 mg/kg) con un opioide (butorfanol
0,3–0,4 mg/kg) sin que afecte de forma significativa a los resultados (Ward et al., 2012).
No obstante, cabe resaltar que el grado de sedación con esta combinación es variable.
Para obtener un nivel de sedación mayor pueden utilizarse combinaciones como keta-
mina/midazolam o dexmedetomidina/midazolam, si bien los efectos cardiovasculares
de estas combinaciones son más marcados y pueden afectar negativamente a los
resultados del examen (p. ej. la ketamina induce taquicardia; la dexmedetomidina dis-
minuye la frecuencia cardiaca y puede por tanto anular los soplos dinámicos).

En Thomas et al. (1993) se describe el protocolo básico para el examen ecocardiográ-


fico en perros y gatos. La recomendación es producir imágenes cardiacas 2D con el
aspecto craneal del corazón a la derecha de la pantalla y con el campo cercano en el
lado superior (fig. 3). La marca-índice puede aparecer en el lado derecho o izquierdo de
la pantalla, en función de la preferencia individual (la autora coloca la marca en el lado
izquierdo de la pantalla, con el dedo pulgar en la marca de la sonda).

48
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Ecocardiografía
2
Las vistas que deberían incluirse para realizar en un examen ecocardiográfico completo
son las siguientes (fig. 3):
nn Vista paraesternal derecha, eje largo.
nn Vista paraesternal derecha, tracto de salida del ventrículo izquierdo.
nn Vista paraesternal derecha, eje corto (base cardiaca, cuerdas tendinosas, músculos
papilares).
nn Vista paraesternal izquierda de cuatro cámaras.
nn Vista paraesternal izquierda de cinco cámaras.
nn Vista craneal izquierda (aorta, arteria pulmonar, apéndice auricular izquierdo, cáma-
ras cardiacas derechas).

a b

c d

e f

Figura 3. Vistas estándar en modo 2D para rea-


lizar una ecocardiografía en gatos. Las vistas paraes-
ternales derechas incluyen: (a) eje largo, (b) tracto
de salida del ventrículo derecho, (c) eje corto a nivel
aórtico, (d) cuerdas tendinosas y (e) músculos pa-
pilares. Las vistas paraesternales izquierdas incluyen:
(f) cuatro cámaras, (g) cinco cámaras y (h) vista
craneal a nivel de aorta, arteria pulmonar, cámaras
cardiacas derechas y apéndice auricular izquierdo. g h

49
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En los pacientes caninos, la vista subcostal para la obtención


de la velocidad aórtica se realiza de manera rutinaria pero, en la
especie felina, no suele hacerse. La mayoría del estudio cardia-
co estructural se lleva a cabo con las imágenes 2D obtenidas
en las vistas paraesternales derechas, mientras que el estudio
de la función diastólica mediante el uso del Doppler espectral se
obtiene de las vistas paraesternales izquierdas.

El técnico debe seguir un sistema metódico, que le permita de-


tectar la presencia de cualquier alteración potencial, ya sea con-
génita o adquirida. Este texto describe el método utilizado por
la autora, y puede diferir de otros métodos seguidos por otros a
veterinarios (tabla 1).

Algunos pacientes felinos no toleran una exploración ecocardio-


gráfica completa. En estos casos, un estudio abreviado puede
llevarse a cabo utilizando vistas paraesternales derechas. Del
mismo modo, la siguiente información básica puede obtenerse
en decúbito esternal en pacientes disneicos o en situación de
urgencia (mientras se administra oxígeno):
nn ¿Existe derrame pleural?
nn ¿El atrio izquierdo presenta un tamaño normal?

[
Para medir el tamaño del atrio izquierdo puede b
utilizarse el diámetro del AI de la vista paraesternal
derecha de eje largo (referencia < 15 mm) y la ratio
AI/Ao (referencia < 1,5) del eje corto.

En el caso de detectar un derrame pleural significativo, el exa-


men ecocardiográfico debe interrumpirse para realizar una tora-
cocentesis, con el fin de estabilizar al paciente. En caso de en-
contrar un derrame pleural con presencia de un AI no dilatado,
deberá sospecharse de derrame de origen no cardiaco (fig. 4).

Figura 4. Pacientes felinos con derrame pleural. (a) y (b) El primer paciente era un
gatito que presentaba un atrio izquierdo de tamaño entre pequeño y normal, y un derrame
de origen no cardiaco. Mediante toracocentesis, se drenó el líquido y, posteriormente, se
confirmó que se trataba de un exudado causado por la infección por el virus de la peritonitis
infecciosa felina. (c) Este segundo paciente era un gato geriátrico con una cardiomiopatía
en fase terminal que se presentó con signos de tromboembolismo aórtico y fallo cardiaco
congestivo. El atrio izquierdo está dilatado en la ecografía y el derrame se debió al fallo
cardiaco congestivo.

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Ecocardiografía
2
Tabla 1. Orden de obtención de las diferentes vistas y medidas obtenidas en cada una de ellas.

Medidas en
Vista Doppler color Doppler espectral Otros
modo 2D
Diámetro telesistólico del AI. Evaluar la presencia de DSA. La RT puede medirse con DC
si el jet es excéntrico.
Vista paraesternal derecha, Grosor del LVFWd y del IVSd. Evaluar la presencia de RM y RT.
eje largo Obtener la velocidad de
Evaluar la morfología de las shunt con DP si se observa
válvulas mitral y tricúspide. un DSA.
Medir el grosor del IVSd. Evaluar la presencia de DSV Obtener la velocidad de
(septo perimembranoso). shunt si se identificó un DSV.
Evaluar la presencia de DSV.
Vista paraesternal derecha,
Evaluar la presencia de IA.
tracto de salida del VI Evaluar la morfología de la válvula
aórtica y presencia de SAM Evaluar la presencia de SAM
(modo M). (modo M color).
Ratio AI/Ao. Evaluar la presencia de RT. Obtener el patrón con DC si
se observó RT.
Diámetro AP. Evaluar el flujo de salida de la AP
y la presencia de IP. Velocidad de AP con DP.
Evaluar la morfología de la válvula
Vista paraesternal derecha de la AP. Evaluar la presencia de DSA, DSV. Flujo de entrada de venas
de eje corto – base cardiaca pulmonares con DP.
Evaluar la presencia de
obstrucción del tracto de salida Obtener la velocidad con DC
del VD. si se observó obstrucción del
tracto de salida del VD.
Vista paraesternal derecha Evaluar la presencia de SAM Evaluar la presencia de SAM
de eje corto – valvas mitrales (modo M), EPSS (modo M). (modo M) y RM.
Medir el grosor del VI en varios
puntos en modo 2D.
Vista paraesternal derecha de
eje corto – músculos papilares Realizar estudio completo en
modo M (FA, IVSd, LVIDd, LVFWd,
IVSs, LVIDs, LVFWs).
Evaluar la presencia de RM y RT. Obtener el flujo transmitral, Estudio de Doppler
Vista paraesternal izquierda el flujo de entrada de tisular espectral.
de cuatro cámaras venas pulmonares y el flujo
transtricúspide.
Evaluar la presencia de IA y SAM. Obtener el flujo de entrada y
Vista paraesternal izquierda salida (para TRIV).
de cinco cámaras Obtener la velocidad Ao
con DP.

Vista craneal de aorta Evaluar la morfología de la Ao.

Evaluar la presencia de IP. Obtener la velocidad de AP


(DP) y RP (DC).
Vista craneal de AP Evaluar la presencia de PDA.
Obtener la velocidad de PDA
(DC).
Vista craneal para cámaras Evaluar la RT. Obtener la velocidad (DC) si
derechas se observó RT.
Vista craneal para apéndice Evaluar la presencia de trombos. Obtener la velocidad del flujo
auricular izquierdo del apéndice (DP).

AI: atrio izquierdo; Ao: aorta; RM: regurgitación mitral; RT: regurgitación tricúspide; IA: insuficiencia aórtica; AP: arteria pulmonar, IP: insuficiencia pulmonar; DSA: defecto
del septo interatrial; DSV: defecto del septo interventricular; VI: ventrículo izquierdo; VD: ventrículo derecho; IVSd, IVSs: grosor del septo interventricular en diástole y sístole,
respectivamente; LVIDd, LVIDs: diámetro interno del ventrículo izquierdo en diástole y sístole, respectivamente; LVFWd, LVFWs: grosor de pared libre del ventrículo izquierdo
en diástole y sístole, respectivamente; FA: fracción de acortamiento; SAM: movimiento anterior sistólico de la válvula mitral; EPSS: separación septal del punto E; TRIV: tiempo
de relajación isovolumétrico; PDA: conducto arterioso persistente; DP: Doppler pulsado; DC: Doppler continuo.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DEL CORAZÓN SANO


Tras colocar al paciente en decúbito lateral derecho, se palpa el
ápex cardiaco derecho. La sonda debe sostenerse con la mano
derecha, con el dedo pulgar sobre la marca (marca-índice en el
lado izquierdo de la pantalla). Si se trata de un paciente con so-
brepeso la grasa subcutánea puede “empujarse” para mejorar
la ventana acústica.

La sonda ecográfica se colocará en el área del ápex cardia-


co con el pulgar del lado del técnico (fig. 5) para visualizar el a
corazón. Mediante movimientos breves (rotación, inclinación)
se intentará obtener una vista de eje largo (fig. 3a, vídeo 1). El
diámetro máximo del AI y el grosor de las paredes del VI deben
medirse a diferentes niveles durante la diástole en esta vista
(ver fig. 17a).

Para obtener la vista de salida del VI se debe rotar levemente la


sonda en el sentido contrario a las agujas del reloj (fig. 3b). Una
rotación de 90 grados respecto a la vista de eje largo permitirá
obtener la vista de eje corto (fig. 3c).

Para obtener las vistas desde la base al ápex cardiaco será ne- b
cesario hacer un movimiento de abanico con la sonda. La ratio
AI/Ao debe medirse en el eje corto a nivel de la base cardiaca al
final de la sístole (después de la onda T del ECG o en la primera
imagen que se visualiza tras el cierre de la válvula aórtica) y debe
ser de < 1,5 (Abbott y MacLean, 2006; fig. 6a). El flujo de las
venas pulmonares (FVP) puede obtenerse en la vista de eje corto
con Doppler pulsado. En gatos, la onda sistólica es de mayor
velocidad que la diastólica, mostrando una onda atrial inversa pe-
queña (Schober et al., 2003).

Para determinar la velocidad de la arteria pulmonar es necesario


emplear el Doppler pulsado (fig. 7), colocando el cursor parale- c
lo al flujo (con el Doppler color como guía) y la muestra tras la Figura 5. Colocación del paciente para la obtención de las vistas paraesternales de-
válvula pulmonar (dorsalmente en términos anatómicos). El flujo rechas. (a) El paciente debe estar en decúbito derecho con el tórax encima del corte de
la mesa y las extremidades anteriores ligeramente extendidas. (b) Aplicación de gel de
sanguíneo normal debe mostrar un flujo laminar (triángulo vacío) contacto sobre la zona rasurada, correspondiente al área donde se palpa el choque de la
con velocidades entre 0,7–1,1 m/s (Chetboul et al., 2006). punta del corazón (ápex cardiaco). (c) Con el dedo pulgar sobre la marca apuntando hacia
el veterinario que está haciendo la ecocardiografía (marca-índice al lado izquierdo de la
pantalla), colocar la sonda sobre la zona del choque de la punta en el tórax para obtener un
corte de eje largo.

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Ecocardiografía
Vista paraesternal derecha de eje largo (4 cámaras) del corazón de un gato
sin enfermedad cardiovascular. Las cámaras derechas (atrio y ventrículo) y la
válvula tricúspide se observan en el campo cercano, mientras que las cámaras
de un gato sano izquierdas (atrio y ventrículo) y la válvula mitral se observan en el campo lejano.
La línea hiperecogénica que rodea los ventrículos corresponde al pericardio.

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Ecocardiografía
2

a b

Figura 6. Cálculo de la ratio atrio izquierdo:aorta (AI/Ao) midiendo la primera imagen diastólica donde se visualiza el cierre de la válvula aórtica (suele corresponder
al final de la onda T en el ECG). El atrio izquierdo se mide de forma paralela a la comisura entre la cúspide aórtica no coronaria y la coronaria izquierda. El diámetro
aórtico se mide en el mismo eje (método Hansson, mostrado en este ejemplo) o paralelo a la comisura entre la cúspide no coronaria y la coronaria derecha (método
Rishniw). (a) Ratio AI/Ao normal (12 mm/9 mm, ratio 1,3). (b) Paciente con dilatación marcada del atrio izquierdo (24 mm/9 mm, ratio 2,6).

Aorta
Arteria
pulmonar

a b

c d

Figura 7. (a) La vista del eje corto se utiliza para visualizar la arteria pul-
monar. Para optimizar la vista de las válvulas pulmonares, deslizar la sonda
caudoventralmente hacia el esternón. (b) El Doppler color debe utilizarse para
guiar el posicionamiento de la muestra del cursor para el estudio de Doppler
pulsado donde, si se utiliza el mapa de color BART, el flujo laminar debe ser
azul. (c) Flujo pulmonar normal. (d) y (e) Algunos pacientes felinos pueden
presentar una obstrucción dinámica del tracto de salida del ventrículo derecho,
que provocará un flujo turbulento y una velocidad de salida rápida en forma
de daga (suele necesitarse el Doppler continuo en vez del pulsado debido al
e incremento de la velocidad de flujo).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

Para la obtención del modo M, deberá colocarse el cursor en-


tre los músculos papilares para poder obtener el grosor de las
paredes ventriculares, las dimensiones camerales internas y la
fracción de acortamiento (fig. 8). Se recomienda obtener me-
didas adicionales del grosor miocárdico en la vista de eje corto
a nivel de los músculos papilares (ver fig. 17b). Los valores de
referencia publicados pueden consultarse en la tabla 2.

Una vez se han evaluado las vistas del lado derecho, deben
evaluarse las vistas del lado izquierdo. Para ello, se coloca al pa-
ciente en decúbito lateral izquierdo y se palpa el ápex cardiaco
izquierdo. La sonda debe sostenerse con la mano derecha, con
el dedo pulgar sobre la marca (marca-índice en el lado izquierdo
de la pantalla) y colocar la sonda sobre la zona del ápex. Una Figura 8. Modo M obtenido a partir una vista paraesternal derecha de eje corto. Las
vez visualizado el corazón, la sonda debe deslizarse hacia el es- medidas telediastólicas deben obtenerse al final de la diástole (primera flecha señalando
el inicio del complejo QRS). Las medidas telesistólicas deben tomarse al final de la sístole
ternón para obtener una vista de cuatro cámaras que permita (segunda flecha, final de la onda T). Para tomar las medidas, debe emplearse la técnica
colocar el cursor de forma paralela al flujo sanguíneo (fig. 3f). Para leading edge-to-leading edge (borde principal a borde principal). La mayoría de ecógrafos
con ecocardiografía permiten la medida secuencial para el modo M y el cálculo automático
aumentar la velocidad de cuadro y optimizar la vista para las cá- de la fracción de acortamiento (FA % = LVIDd - LVIDs / LVIDd × 100).
maras cardiacas izquierdas se recomienda reducir la anchura de
la ventana. Con el Doppler color se visualiza el flujo sanguíneo; a
continuación, se coloca el cursor del Doppler pulsado paralelo al
flujo, con la muestra a nivel de la punta de las válvulas mitrales en
estado abierto. Los flujos transmitrales normales deben mostrar
una onda E de mayor velocidad que la onda A (fig. 9), con un
tiempo de deceleración de la onda E entre 53–79 ms (Schober
et al., 2003).

Tabla 2. Valores de referencia en gatos sanos para la


obtención del modo M (Koffas, 2006).

Valores normales en mm
Parámetro
(n = 25)
IVSd 3,0–4,6
LVIDd 12,7–17,1 a b
LVFWd 2,9–4,7 Figura 9. Patrones de flujo transmitral obtenidos de la vista paraesternal izquierda de
cuatro cámaras utilizando Doppler pulsado. (a) La muestra está colocada sobre la punta de
IVSs 5,2–7,6
la válvula mitral en estado abierto. El Doppler color debe utilizarse para guiar la colocación
LVIDs 6,1–10,5 de la muestra y mostrar un flujo rojo. (b) Patrón de flujo transmitral normal con una onda
diastólica temprana (onda E) alta y una onda de contracción atrial (onda A) pequeña. La
LVFWs 5,7–7,9 suma completa o parcial de las ondas E y A se observa a menudo en algunos gatos. Para
separar las ondas E y A pueden realizarse maniobras vagales y procurar un ambiente de bajo
FA 33–55 % estrés para disminuir la frecuencia cardiaca.

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Ecocardiografía
2
Se debe investigar la presencia de regurgitación mitral a este
nivel con Doppler color. En caso de encontrarla, mediante
Doppler continuo se obtendrá el trazado y la velocidad máxima
(5–5,5 m/s, asumiendo un gradiente de presiones normal entre
AI y VI). El FVP también puede obtenerse desde esta vista, LVOT
preferiblemente de la vena pulmonar lateral (fig. 10). A conti-
nuación, se ensancha la ventana y se rota la sonda ligeramente Ao

en sentido contrario a las agujas del reloj para obtener la vista


de cinco cámaras (ver fig. 3g). Con Doppler color sobre el trac-
to de salida del VI se visualiza el flujo sanguíneo (fig. 11). Tras
colocar el cursor del Doppler pulsado tras la válvula aórtica
(dorsalmente en términos anatómicos), se obtiene el trazado a
aórtico, que debe ser laminar (triángulo vacío) con una velo-
cidad entre 0,9–1,3 m/s (Chetboul et al., 2006). Al mover lige-
ramente la ventana del Doppler color se permite la visualización
simultánea de los flujos de entrada mitrales y el flujo de salida del
VI (con un mapa de color BART debe observarse una interfase
roja y azul, fig. 12). Con Doppler pulsado, se coloca la muestra
a nivel de esta interfase para obtener un trazado que muestre
parte del flujo de entrada mitral y parte del flujo de salida aórtico
(también puede utilizarse Doppler continuo) con el objetivo de
medir el tiempo de relajación isovolumétrica, que suele oscilar
entre 54–88 ms (Schober, 2003).

S
D

Ar

Figura 10. Vista paraesternal izquierda de cinco cámaras que muestra un estudio Figura 11. (a) Vista paraesternal izquierda de cinco cámaras donde se aprecia el tracto
Doppler pulsado del flujo de las venas pulmonares. El mayor componente es el sistólico de salida del ventrículo izquierdo y la aorta. (b) El Doppler color debe utilizarse para guiar
(S), que aparece tras la onda R del ECG, seguido del componente diastólico (D) de menor la colocación de la muestra para el estudio de Doppler pulsado, donde un flujo normal apa-
tamaño y del flujo atrial invertido (Ar) que ocurre durante la contracción de los atrios, tras la recerá azul en un mapa de color BART. (c) El flujo aórtico normal debe mostrar un trazado
onda P del ECG. triangular “vacío” con un pico de aceleración temprana.

55
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Diagnóstico ecográfico en el gato

LV

Ao
LA

a b c

Figura 12. Vista paraesternal izquierda de cinco cáma-


ras con Doppler color donde se aprecia (a) el flujo de sali-
da aórtico y (b) el flujo de entrada mitral. (c) La muestra
del Doppler pulsado debe colocarse entre la zona azul y la
roja para obtener el trazado de “entrada y salida”. (d) El
tiempo de relajación isovolumétrica es el tiempo entre el
d e final del trazado aórtico y el inicio del flujo de entrada mitral.

A continuación, y tras volver a la vista de cuatro cámaras, se optimiza la vista de las


cámaras derechas y se disminuye la anchura de la ventana. Con el Doppler color se
visualiza el flujo sanguíneo y se obtiene el flujo de entrada transtricúspide con el Doppler
pulsado (de forma similar a la obtención del flujo transmitral). El flujo transtricúspide
es mucho más variable que el transmitral (fig. 13), ya que la precarga del ventrículo
derecho es más sensible a cambios en las presiones intratorácicas (p. ej. durante la
respiración). Se debe investigar la presencia de regurgitación tricúspide con Doppler
color y se debe obtener el trazado con Doppler continuo para calcular la velocidad de
la regurgitación (normalmente < 2,7 m/s).

Figura 13. Vista paraesternal izquierda de cuatro cáma-


ras optimizando las cámaras cardiacas derechas. El Doppler
color se ha utilizado para guiar la colocación de la muestra
del Doppler pulsado. Un trazado normal debería mostrar una
onda diastólica E más alta que la A. Es frecuente encontrar
una variación en la amplitud de las ondas A y E.

56
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Ecocardiografía
2
Para la obtención de las vistas craneales la sonda debe sujetarse con la marca apun-
tando hacia la cola del paciente (marca-índice en el lado izquierdo de la pantalla) y a
nivel de la base del corazón (en una posición más dorsocraneal en comparación con
la posición para obtener las vistas apicales). A partir de esta posición, pivotando la
sonda dorsal y ventralmente se visualizará: el eje largo de la aorta, el eje largo de la
arteria pulmonar, vista apical modificada de las cámaras cardiacas derechas y vista del
apéndice auricular izquierdo (fig. 14). Desde esta vista se puede obtener un trazado del
flujo de salida de la arteria pulmonar (Doppler pulsado); se debe mapear con Doppler
color para descartar la presencia de un conducto arterioso persistente, con flujo de
izquierda a derecha. La presencia de regurgitación tricúspide se puede evaluar también
con Doppler color sobre la válvula tricúspide. Finalmente, esta vista también permite
determinar la velocidad a través del apéndice auricular izquierdo. Dicha velocidad debe
ser > 0,2 cm/s (Schober y Maerz, 2006).

LAu
LVOT
Ao
LA

a b

c d

RVOT RVOT

PA PA

e f

Figura 14. Vistas paraesternales izquierdas craneales. (a) Tracto de salida del ventrículo izquierdo y la aorta. (b), (c) y (d)
Inclinando la sonda dorsal y ventralmente desde este punto, se visualiza el atrio izquierdo y el apéndice auricular izquierdo, permi-
tiendo estudiar la velocidad de flujo en el atrio con Doppler pulsado. (e) Tracto de salida del ventrículo derecho y la arteria pulmonar.
(f) Estudio con Doppler color del flujo en la arteria pulmonar.

57
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Diagnóstico ecográfico en el gato

El estudio de Doppler tisular debe llevarse a cabo desde las vistas izquierdas de
cuatro cámaras. El autor utiliza el Doppler tisular espectral a nivel de la base del septo
interventricular y la pared libre del ventrículo izquierdo. Se debe procurar alinear el cur-
sor de forma paralela a las paredes ventriculares, disminuir la profundidad y estrechar
la ventana. Una vez se ha obtenido una vista 2D de buena calidad, se debe pulsar la
tecla de Doppler tisular y el límite de Nyquist se debe ajustar para permitir la máxima
señal de velocidad sin aliasing (p. ej. 15–20 cm/s). A continuación, debe colocarse la
muestra del cursor sobre el anillo de la válvula mitral, asegurando un volumen peque-
ño (1 mm) y debe activarse el Doppler pulsado para obtener el trazado de Doppler
tisular espectral (fig. 15). En gatos, lo correcto es que E’ > A’.

[
Las cardiomiopatías felinas más comunes (hipertrófica
y restrictiva) son enfermedades primariamente
diastólicas. Además, la disfunción diastólica temprana
es frecuente en pacientes felinos geriátricos.

S’

A’
E’

S’

A’
E’ Figura 15. Estudio de Doppler tisular espectral de (a)
la base del septo interventricular y (b) la pared libre del
ventrículo izquierdo. En pacientes normales, la onda E’ será
b de mayor amplitud que la A’.

58
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Ecocardiografía
2
ESTUDIO DE LA FUNCIÓN DIASTÓLICA

La tabla 3 muestra las características ecocardiográficas de la disfunción diastólica leve,


moderada y avanzada basándose en el flujo transmitral, el flujo de las venas pulmona-
res, el tiempo de relajación isovolumétrica y el Doppler tisular (fig. 16).

Tabla 3. Estudio ecocardiográfico de la función diastólica en gatos. Obsérvese que esta


información está extrapolada de cardiología humana (Zile y Brutsaert, 2002).
Leve
Moderada Grave
Normal (relajación Valores de referencia
(pseudonormal) (restrictiva)
anormal)
E > A E < A E > A E >> A E 0,7 ± 0,1 m/s
DEt normal DEt prolongado DEt disminuido A 0,5 ± 0,1 m/s
Flujo transmitral DEt 66 ± 1,3 ms
(Chetboul et al., 2006;
Schober et al., 2003)
E’ > A’ E’ < A’ E’ = A’ E’ = A’ E’ septal 6,8 ± 1,9 cm/s;
E’ lateral 9,28 ± 2,14 cm/s;
Doppler tisular (velocidades A’ septal 6,16 ± 1,61 cm/s;
(longitudinal) reducidas) A’ lateral 5,37 ± 1,92 cm/s
(Koffas et al., 2006)
S > D S > D S < D S << D S 0,25 ± 0,07 m/s
Ar pequeña Ar pequeña Ar prominente Ar profunda y
Flujo de las venas larga (duración D 0,23 ± 0,04 m/s
pulmonares Ar > A) Ar 0,18 (0,10–0,39) m/s
(Schober et al., 2003)
Tiempo normal prolongado normal disminuido 43 ± 9 ms
de relajación (Chetboul et al., 2006)
isovolumétrico

*E: onda diastólica temprana; A: onda diastólica tardía; DEt: tiempo de deceleración de la onda E; E’: onda diastólica temprana del Doppler
tisular; A’: onda diastólica tardía del Doppler tisular; S: onda sistólica; D: onda diastólica.

d f

a b c e g

Figura 16. Ejemplos de patrón de flujo. (a) Flujo transmitral normal. (b) Flujo con patrón de relajación anormal. (c) Flujo con patrón restrictivo. (d)
Patrón de flujo de las venas pulmonares normal. (e) Patrón con componente sistólico menor que el diastólico. (f) Patrón de Doppler tisular espectral normal.
(g) Patrón de Doppler tisular espectral de relajación anormal.

59
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ESTUDIO DE LA FUNCIÓN SISTÓLICA

La disfunción sistólica primaria es menos común en gatos que en perros. Puede encon-
trarse en cardiomiopatías idiopáticas como la cardiomiopatía dilatada, pero también en
otras cardiomiopatías en fase terminal (p. ej. cardiomiopatía hipertrófica en fase termi-
nal). La tabla 4 ilustra los parámetros ecocardiográficos utilizados para el estudio de la
función sistólica, que es similar al utilizado en pacientes caninos.

La fracción de eyección y el ratio tiempo de pre-eyección a tiempo de eyección (PEP/


ET) es comúnmente utilizado en pacientes caninos, pero no en felinos. Cabe notar que
los índices sistólicos contenidos en la tabla 4 son dependientes de la carga cardiaca y,
por lo tanto, se verán afectados en pacientes deshidratados o sobrehidratados.

Tabla 4. Estudio ecocardiográfico de la función sistólica en gatos.

Parámetro Valores normales Referencia


Domanjko, 2012
LVIDS 7,4 mm (11,0–4,0)
(n = 50; 0,5–8,5 años)
Domanjko, 2012
FA 46 % (68–32)
(n=50; 0,5–8,5 años)
0,07 (0,11–0,03) mm Moise, 1986 (n = 10)
EPSS
0,09 (0,11–0,07) mm Jacobs, 1985 (n = 41)
Pared libre 4,79 (6,2–3,38) cm/s
S’ Koffas, 2006 (n = 25; 0,8–14 años)
Septo 3,8 (4,82–2,78) cm/s

*LVIDS: diámetro interno del ventrículo izquierdo durante la sístole; FA: fracción de acortamiento; EPSS: separación
septal del punto E; S’: velocidad miocárdica longitudinal del ventrículo izquierdo en Doppler tisular pulsado.

[
La ecocardiografía es la técnica diagnóstica más
importante en cardiología y debe utilizarse en
conjunción con una exploración física y anamnesis
completas. No sustituye a la radiografía torácica,
ya que esta técnica proporciona información sobre
los patrones pulmonares, la existencia de edema
pulmonar o de congestión vascular pulmonar.
Siempre deberá procurarse establecer un protocolo
sistemático en la exploración ecocardiográfica para
detectar y evaluar de manera rigurosa la presencia de
alteraciones, tanto congénitas como adquiridas.

60
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Ecocardiografía
2
ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES CARDIACAS
ENFERMEDAD CARDIACA ADQUIRIDA

CARDIOMIOPATÍA HIPERTRÓFICA Y CARDIOMIOPATÍA


HIPERTRÓFICA OBSTRUCTIVA
La cardiomiopatía hipertrófica (CMH) y la hipertrófica obstructiva (CMHO) son los dos
tipos de cardiomiopatías adquiridas más comunes (Ferasin, 2003). Estas cardiomiopa-
tías pueden presentarse de forma asintomática (compensada) durante largos periodos
de tiempo o pueden evolucionar hasta provocar un fallo cardiaco congestivo (normal-
mente del corazón izquierdo), una enfermedad tromboembólica o la muerte súbita. Los
pacientes con CMHO presentan un soplo en la exploración física, que suele ser de na-
turaleza dinámica (el grado del soplo aumenta al aumentar la frecuencia cardiaca y a la
inversa, hasta incluso desaparecer). Por otra parte, los pacientes con CMH pueden no
mostrar ningún soplo o mostrar únicamente un ritmo de galope. En los pacientes dis-
neicos los soplos cardiacos podrán escucharse disminuidos si existe derrame pleural.

El diagnóstico ecocardiográfico de la CMH se basa en la identificación de una pared


ventricular cuyo espesor es mayor o igual a 6 mm (algunos autores mencionan 5,5 mm)
(Wagner et al., 2010). Los espesores entre 5,5 y 5,9 mm se consideran dudosos. La
mayoría de gatos presentan espesores < 4,5 mm (Domanjko et al., 2012). Esta hiper-
trofia concéntrica puede ser generalizada o focal, afectando únicamente a una zona de
las paredes del ventrículo izquierdo. En fases tempranas, los únicos signos detectables
de una CMH pueden ser músculos papilares prominentes o asimétricos (Adin y Diley-
Poston, 2007). También pueden observarse zonas de hiperecogenicidad miocárdica
y una superficie endocárdica irregular. Estos signos se asocian a fibrosis miocárdica.
Es importante recordar que los pacientes con deshidratación pueden presentar una
pseudohipertrofia secundaria a la hipovolemia que se resuelve una vez que el paciente
se rehidrata (Campbell y Kittleson, 2007).

De forma similar, antes de diagnosticar una CMH, conviene descartar enfermedades


sistémicas que puedan producir hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo, tales
como hipertensión sistémica o enfermedades endocrinas como hipertiroidismo y acro-
megalia (hipersomatotropismo).

Como regla general, una CMH se considera leve cuando el grosor de pared ventricular
se sitúa entre 6 y 6,5 mm (Côté et al., 2011). Estos pacientes suelen presentar una
disfunción diastólica temprana (normalmente con un patrón de relajación anormal en
patrones transmitrales y Doppler tisular, y con un patrón variable del flujo de las ve-
nas pulmonares). Los pacientes con CMH grave suelen presentar grosores de pared
> 7,5 mm y mostrar disfunción diastólica más avanzada (ver tabla 3). Los pacientes
con CMH descompensada mostrarán un atrio izquierdo dilatado (las dimensiones son
< 16 mm en el eje largo de la vista paraesternal derecha en un animal sano, 20–24
mm en pacientes con una dilatación moderada y > 24 mm en pacientes con una dila-
tación importante) y, normalmente, una disfunción diastólica avanzada (p. ej. un patrón
restrictivo en flujos transmitrales, una relajación anormal en Doppler tisular y ondas Ar

61
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Diagnóstico ecográfico en el gato

prominentes en el flujo de las venas pulmonares). En estos pacientes también podrá


existir derrame pleural y pericárdico (secundario al fallo cardiaco congestivo). Asimismo,
es frecuente encontrar un apéndice auricular izquierdo dilatado y contraste positivo
(denominado “humo”). Algunos pacientes pueden presentar velocidades de flujo bajas
a través del apéndice auricular izquierdo (p. ej. < 0,2 cm/s) y presencia de trombos. Los
pacientes con CMH terminal pueden presentar una pared ventricular de espesor redu-
cido con una función sistólica disminuida, normalmente a consecuencia de un infarto
de miocardio (en estos pacientes los niveles de troponina cardiaca inhibitoria pueden
estar elevados) (fig. 17, vídeo 2).

a b

c d

e f

Figura 17. (a) y (b). Paciente normal. Medida telediastólica del grosor de la pared ventricular con eje largo (a) y eje corto (b) de
las vistas paraesternales derechas a partir de imágenes 2 D (inicio del complejo QRS en el ECG). (c) y (d) Paciente con cardiomio-
patía hipertrófica. Se observan grosores de pared > 6 mm, dilatación del atrio izquierdo y derrame pericárdico leve (c). Se observa
además la obliteración parcial del ventrículo izquierdo (d). (e) Contraste positivo en el atrio izquierdo, con presencia de un trombo
en el apéndice auricular izquierdo. (f) Paciente con cardiomiopatía terminal, con derrame pleural y pericárdico leve, dilatación de
los dos atrios y áreas con engrosamiento aumentado y disminuido del miocardio, lo que parece indicar una remodelación crónica.

„ Ver vídeo
Vídeo 2. Cardiomiopatía
Vista paraesternal derecha de eje largo (4 cámaras) del corazón de un paciente
felino con CMH. Nótese el grosor aumentado de las paredes del ventrículo
hipertrófica (CMH) izquierdo (septo interventricular y pared libre).

62
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Ecocardiografía
2
Los pacientes con CMHO presentarán un movimiento sistólico anterior de la válvula mi-
tral (SAM, del inglés systolic anterior motion of the mitral valve), causando la obstrucción
dinámica del tracto de salida del ventrículo izquierdo. En esto pacientes, el SAM puede
visualizarse desde la vista paraesternal derecha de eje largo donde se muestra el tracto de
salida del ventrículo izquierdo, normalmente con la ayuda de Doppler color. Se observará
en estos casos un flujo turbulento a nivel de la salida del ventrículo izquierdo y un jet excén-
trico de regurgitación mitral hacia la pared posterior del atrio izquierdo, ambos originados
en el mismo punto. El modo M puede utilizarse para visualizar el movimiento anterior de
la válvula mitral hacia el septo, tanto desde esta vista como desde la vista de eje corto a
nivel de la válvula mitral. Estos pacientes presentarán una velocidad del tracto de salida
superior a lo normal, con una forma característica de daga, correspondiente a un pico de
aceleración tardío causado por la obstrucción dinámica subaórtica (fig. 18, vídeo 3).

a b

Figura 18. (a) Vista paraesternal derecha de


eje largo con Doppler color. Se observan dos flujos
turbulentos originados desde el mismo punto. Uno
es un jet excéntrico de regurgitación mitral y el se-
gundo representa un flujo de salida del ventrículo
izquierdo acelerado. Este fenómeno es causado
por un movimiento de la valva mitral anterior hacia c d
el septo durante la sístole, llamado SAM. (b) y
(c) Movimiento hacia el septo de la válvula mitral
anterior (flechas blancas) y el flujo turbulento crea-
do en el tracto de salida del ventrículo izquierdo
(flecha azul) y la regurgitación mitral (flecha roja).
(d) Movimiento de la válvula mitral normal, para
comparar. Las imágenes en modo M pueden
obtenerse desde el eje largo o el eje corto de la
vista paraesternal derecha. (e) Velocidad del trac-
to de salida del ventrículo izquierdo con Doppler
continuo, que se observa aumentada y en forma
de daga (pico de aceleración tardío). (f) Flujo de
regurgitación mitral con Doppler continuo. e f

„ Ver vídeo
Vídeo 3. Movimiento anterior de
Vista paraesternal derecha del tracto de salida del ventrículo izquierdo con
Doppler color en un paciente felino con SAM hacia el septo. Se observa un flujo
turbulento (mosaico de colores naranja, amarillo y verde) a nivel subaórtico y
la válvula mitral durante la sístole
otro flujo turbulento originado desde el mismo punto que se corresponde con
(SAM)
un jet de regurgitación mitral excéntrico. El diagnóstico fue cardiomiopatía
hipertrófica obstructiva.

63
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Diagnóstico ecográfico en el gato

CARDIOMIOPATÍA RESTRICTIVA
La cardiomiopatía restrictiva (CMR) es la segunda cardiomiopatía más frecuente en la
especie felina y se caracteriza por la presencia de una dilatación del atrio izquierdo „ Ver vídeo
Vídeo 4. Cardiomiopatía
o biatrial (de los dos atrios) y una disfunción diastólica con la pared ventricular de un
restrictiva (CMR)
grosor normal. La función sistólica es normal o está disminuida. De forma similar a la
CMH, la CMR en fase terminal puede ser difícil de diferenciar de otras cardiomiopatías
Vista paraesternal derecha de eje
terminales (fig. 19, vídeo 4). largo (4 cámaras) del corazón de
un paciente felino con CMR. Nótese
el borde endocárdico irregular
CARDIOMIOPATÍA DILATADA e hiperecogénico del ventrículo
En la actualidad, la cardiomiopatía dilatada (CMD) es la menos comúnmente observada izquierdo, correspondiente a tejido
fibroso. El atrio izquierdo aparece
y se caracteriza por una disfunción sistólica (con la fracción de acortamiento < 20 %) y
dilatado. El paciente presenta
dilatación del ventrículo izquierdo. Los pacientes con fallo cardiaco congestivo presen- arritmia.
tarán dilatación auricular y pueden desarrollar también un derrame pleural o pericárdico.

a b c

d e f

Figura 19. Imágenes de un paciente felino con signos de fallo cardiaco congestivo y arritmia. (a)-(d) Dilatación impor-
tante de las dos aurículas y dilatación leve del ventrículo izquierdo, con una pared de grosor normal. (e) Se detectó un jet leve,
excéntrico, de regurgitación mitral, con velocidades de regurgitación reducidas. El diagnóstico fue cardiomiopatía restrictiva.
Este paciente mostraba disfunción diastólica avanzada y disfunción sistólica de leve a moderada. (f) Aumento del EPSS.
g (g) Disminución de la fracción de acortamiento.

64
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Ecocardiografía
2
CARDIOMIOPATÍA ARRITMOGÉNICA
DEL VENTRÍCULO DERECHO
Normalmente, la cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho se presenta como
una dilatación de las cámaras cardiacas derechas. Debe diferenciarse de la displasia
de la válvula tricúspide. En estos pacientes pueden producirse también alteraciones de
la conducción atrioventricular, como por ejemplo, bloqueos de tercer grado. En oca-
siones, las cámaras cardiacas izquierdas muestran pseudohipertrofia y aparecen más
pequeñas de lo normal en la imagen ecográfica por un llenado insuficiente del corazón
(fig. 20, vídeo 5).

CARDIOMIOPATÍA NO CLASIFICADA
El término de cardiomiopatía no clasificada (CMNC) se utiliza para aquellas car-
diomiopatías felinas que no encajan en ninguna de las clasificaciones mencionadas
anteriormente.

Figura 20. Imágenes de un paciente geriátrico felino con signos de fallo cardiaco congestivo y bradi-
cardia causada por cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho. (a) Vista paraesternal derecha de
eje largo. (b) Vista paraesternal izquierda de cuatro cámaras donde se observa la dilatación de la aurícula
y ventrículo derechos con insuficiente llenado del atrio izquierdo. Se observa un bloqueo atrioventricular de
tercer grado, causante de la bradicardia. (c) Estudio Doppler pulsado del flujo transmitral, donde se aprecia
b la disociación de las ondas A (flechas blancas) y E (flechas azules).

Vista paraesternal derecha de eje largo (4 cámaras) del corazón de un paciente


„ Ver vídeo
Vídeo 5. Cardiomiopatía
felino con cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho. Nótese la
dilatación de las cámaras cardiacas derechas (atrio y ventrículo). Este paciente
arritmogénica del ventrículo presentaba bloqueo atrioventricular de tercer grado (nótese la disociación de
derecho la contracción de los ventrículos y el atrio izquierdo). Se observa un derrame
pleural moderado.

65
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ENDOCARDITIS
La endocarditis es una patología muy poco frecuente en gatos, de pronóstico normal-
mente muy grave. Las publicaciones sobre esta enfermedad son escasas, pero las cá-
maras cardiacas izquierdas suelen ser las más comúnmente afectadas (válvulas aórtica
y mitral). Ecocardiográficamente, la endocarditis se caracteriza por un engrosamiento
de las válvulas mitral o aórtica, hiperecogenicidad (asociada a calcificación) y regurgita-
ción u obstrucción de las válvulas afectadas. También puede existir una ecogenicidad
alterada del miocardio (miocarditis) (fig. 21, vídeos 6 y 7).

a b c

d e f

Figura 21. Imágenes de una gata Siamesa, hembra esterilizada de 6 años, que acude a consulta con depresión y dificultad
respiratoria de presentación aguda. El paciente presentaba un soplo sistólico de grado V/VI con componente diastólico sobre
el ápex izquierdo. (a) y (b) Vista paraesternal derecha de eje largo donde se observa la dilatación marcada de las cámaras
izquierdas con engrosamiento importante de la válvula septal mitral por una endocarditis vegetativa. Vista de salida del ven-
trículo izquierdo donde se observa (c) prolapso de la válvula mitral y (d) engrosamiento e hiperecogenicidad de la válvula
aórtica. (e) El estudio de Doppler color demostró una regurgitación mitral y un flujo de salida de la aorta turbulento. (f) La
vista paraesternal izquierda de cinco cámaras se utilizó para la obtención del flujo aórtico (g), coherente con la existencia de
g una estenosis aórtica secundaria a la endocarditis.

„
Vista paraesternal derecha del tracto de salida del ventrículo izquierdo del
Ver vídeo corazón de un paciente felino con endocarditis vegetativa mitral y aórtica.
Nótese el engrosamiento y prolapso de la válvula mitral y el engrosamiento
Vídeo 6. Endocarditis 1
e hiperecogenicidad de la válvula aórtica (debido a la mineralización). El
engrosamiento se debe a la presencia de lesiones vegetativas en las válvulas.

„ Ver vídeo
Mismo paciente que en el vídeo 6. Mediante el Doppler color se observan las
Vídeo 7. Endocarditis 2 lesiones vegetativas en las válvulas que causan regurgitación mitral y estenosis
aórtica con insuficiencia aórtica.

66
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Ecocardiografía
2
DERRAME PERICÁRDICO
Suele aparecer asociado a cardiomiopatía avanzada y fallo cardiaco congestivo, aun-
que existen más causas (peritonitis infecciosa felina, pericarditis urémica, etc.). Normal-
mente es leve y raramente produce taponamiento cardiaco o requiere la realización de
una pericardiocentesis (fig. 22).

a b

Figura 22. Imágenes de un paciente geriátrico felino con una cardiomiopatía hipertrófica asimétrica y un fallo cardiaco congestivo que precipitó un derrame
pericárdico. El grosor de pared de la pared libre del ventrículo izquierdo está aumentado, con grosor normal del septo interventricular. (a) y (b) El atrio izquierdo
está aumentado de tamaño y se observa el taponamiento del atrio derecho. Tras la realización de una pericardiocentesis, se drenaron 60 ml (trasudado modificado).

ENFERMEDAD CARDIACA CONGÉNITA

Las enfermedades cardiacas congénitas son poco comunes en el gato en compara-


ción con el perro; las más frecuentes en gatos son los defectos del septo interventricular
y la displasia atrioventricular. No obstante, se han descrito otras patologías, como la
existencia de conducto arterioso persistente, defectos del cojinete endocárdico, tetra-
logía de Fallot, ventrículo derecho con doble cámara, cor triatriatum dexter, ventrículo

„ Ver vídeo
Vídeo 8. Defecto del septo
derecho con doble salida, entre otras (fig. 23). Además, es relativamente frecuente en-
contrar múltiples alteraciones congénitas asociadas.

interventricular 1
Los pacientes felinos con defectos del septo interventricular suelen presentar soplos
de alta intensidad en el área esternal derecha (grado IV, V o VI/VI). La mayoría de
Vista paraesternal derecha de eje
defectos del septo interventricular felino son perimembranosos y la ecocardiografía
largo (4 cámaras) modificada del
corazón de un paciente felino con puede diferenciar si se encuentran en la región de entrada o de salida. Esto puede
un defecto del septo ventricular observarse desde el eje corto paraesternal derecho, utilizando el Doppler color (fig. 24,
no restrictivo. Se observa el vídeos 8 y 9). El Doppler continuo se utilizará para documentar la dirección del shunt.
efecto de cabeza de cerilla del Cuando el defecto del septo interventricular es de tipo restrictivo, los shunts será de
septo interventricular a nivel
izquierda a derecha con velocidades de aproximadamente 5 m/s. El pronóstico para
perimembranoso (bajo la aorta) y un
flujo a través del defecto de izquierda estos pacientes suele ser bueno, ya que el shunt normalmente no es hemodinámica-
a derecha con la ayuda del Doppler mente significativo. Los defectos de gran tamaño (no restrictivos) pueden dar lugar
color. a la ecualización de las presiones entre el ventrículo derecho y el izquierdo, y pue-
den presentarse como shunts bidireccionales o de derecha a izquierda (invertidos).

67
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b c

d e f

g h i

Figura 23. (a)-(c) Ventrículo derecho de doble cámara. (d)-(f) Tetralogía de Fallot donde se observa un defecto del septo interventricular con shunt bidireccional. (g) y (h) Arteria
pulmonar hipoplásica causante de una estenosis pulmonar muy marcada (i) e hipertrofia concéntrica secundaria del ventrículo derecho.

Estos pacientes pueden llegar a la clínica sin soplo o con soplos de baja intensidad
pero con cianosis inducida por el ejercicio y unos niveles de hematocrito que varían
entre normales y elevados. Si no es posible documentar la dirección del shunt con
Doppler color o espectral, se recomienda la realización de un estudio de contraste „ Ver vídeo
Vídeo 9. Defecto del septo
positivo (fig. 25).
interventricular 2

El estudio de contraste (vídeo 10) se realiza mediante la inyección de una mezcla agi-
Mismo paciente que en el vídeo 8.
tada de suero salino al 0,9 % con solución coloide en una vena periférica (p. ej. vena Vista paraesternal derecha de eje
cefálica). Este estudio puede utilizarse para detectar shunts de derecha a izquierda, corto, donde se observa un defecto
tanto intracardiacos como extracardiacos (defectos del septo interventricular y con- del septo ventricular a nivel del tracto
ducto arterioso persistente, respectivamente), así como para delimitar las estructuras de entrada del ventrículo derecho.
cardiacas (cor triatriatum dexter). Se observa el flujo de izquierda
a derecha a través del defecto
con la ayuda del Doppler color. La
La realización de una exploración física completa es vital en los pacientes felinos con ratio atrio izquierdo:aorta aparece
enfermedad cardiaca congénita y debe orientar el examen ecocardiográfico (si se de- aumentado.
tecta un soplo de alta intensidad, se deberá encontrar un flujo de velocidad lo suficien-
temente alta para explicar el soplo).

68
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Ecocardiografía
2

a b c

d e

Figura 24. Imágenes obtenidas en dos gatitos con soplo de alta intensidad, ambos asintomáticos. (a)-(c) Este primer gatito presentaba un defecto del septo interventricular de gran
tamaño, de tipo perimembranoso y entrada con shunt de izquierda a derecha. Las cámaras cardiacas aparecen dilatadas. Este paciente desarrolló posteriormente un fallo cardiaco congestivo
antes de llegar a la edad adulta. (d) y (e) Este segundo gatito presentaba un defecto septal pequeño, de izquierda a derecha, sin presencia de dilatación de las cámaras cardiacas.

Vista paraesternal derecha de eje largo (4 cámaras) del corazón de un paciente

„ Ver vídeo
Vídeo 10. Estudio de contraste
felino con ventrículo derecho de doble cámara al que se le está realizando un
estudio de contraste positivo (estudio de burbujas) que confirma la ausencia
de defecto del septo atrial o ventricular inverso (de derecha a izquierda). A este
de VD de doble cámara
paciente se le inyectó suero agitado por vía IV (vena cefálica). Se observan las
microburbujas entrando en el atrio y ventrículo derechos, pero no se observan
microburbujas en las cámaras izquierdas.

b c

Figura 25. El examen ecocardiográfico de contraste positivo puede realizarse con suero salino fisiológico mezclado con
una solución coloide (a), una llave de tres vías y dos jeringas (b). La mezcla debe agitarse continuamente entre las dos
jeringas conectadas a la llave de tres vías para formar microburbujas, tras lo cual se inyecta inmediatamente la mezcla agitada
por vía venosa periférica, mientras se obtienen simultáneamente imágenes 2 D del corazón. (c) Las microburbujas aparecen
como puntos hiperecogénicos que entran en la aurícula derecha y continúan hacia el ventrículo derecho, donde son eyectadas
por la arteria pulmonar. No deben visualizarse burbujas en las cámaras izquierdas (se eliminan a través de los pulmones) a no
ser que exista un shunt intracardiaco invertido. En una segunda inyección de microburbujas se visualizará la aorta abdominal
para investigar la presencia de un conducto arterioso persistente invertido.
a

69
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Diagnóstico ecográfico en el gato

BIBLIOGRAFÍA

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70
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ÍNDICE | 
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Ecografía torácica
no cardiaca
Yvonne Espada Gerlach
Ecografía torácica
no cardiaca
Técnica ecográfica

Ecografía del tórax no cardiaco normal

Acceso intercostal

uu
Vídeo 1. Acceso intercostal

Acceso subcostal o transhepático

Entrada del tórax

Ecografía de las lesiones torácicas

Lesiones de la pared torácica

Derrame pleural y otras lesiones pleurales

uu
Vídeo 2. Derrame pleural 1

uu
Vídeo 3. Derrame pleural 2

uu
Vídeo 4. Hematoma pleural

uu
Vídeo 5. Neumotórax

Masas mediastínicas

uu
Vídeo 6. Linfoma

Rotura y hernia diafragmática

uu
Vídeo 7. Rotura diafragmática

uu
Vídeo 8. Hernia diafragmática peritoneopericárdica

Lesiones pulmonares

uu
Vídeo 9. Consolidación pulmonar

uu
Vídeo 10. Adenocarcinoma pulmonar

Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para realizar una ecografía del tórax no cardiaco (ETNC)
se utilizan sondas de frecuencia media a alta (5–10  MHz)
con una superficie de contacto pequeña para acceder en-
tre los espacios intercostales.

Se pueden utilizar varios accesos (fig. 1):


nn Intercostal: El transductor se coloca entre las costillas
en un plano longitudinal y transversal y se desplaza en
dirección dorsal y ventral.
nn Subcostal o transhepático: Con el paciente en decúbito
dorsal el transductor se coloca caudal al xifoides y se a

orienta cranealmente a través del hígado hasta alcanzar


la interfase pleura-pulmón.
nn Entrada torácica: Es un acceso craneal en el que la
sonda se coloca en la línea media de la región cervical
caudal y se orienta caudalmente hacia el tórax.

La ecografía se realiza en la posición en la que el pacien-


te esté más cómodo, en decúbito lateral o esternal. En
casos de disnea grave, la ETNC se puede realizar con el
animal en estación. Para explorar el mediastino craneal
desde un acceso lateral, es conveniente adelantar cra-
nealmente las extremidades anteriores y colocar la sonda b
caudal al codo. Otra alternativa es situar al paciente en
una mesa de ecocardiografía, accediendo a la parte de-
pendiente del animal a través de ella.

Antes de realizar una ETNC es recomendable obtener ra-


diografías torácicas que confirmen la presencia de la le-
sión, identificar una posible ventana acústica y descartar
la presencia de un neumotórax grave. En los casos de
derrame pleural la ecografía se ha de realizar antes de dre-
nar la cavidad torácica, siempre y cuando ello no suponga
poner en riesgo la vida del gato.
c

Figura 1. Accesos para realizar la ecografía torácica no cardiaca. (a) Intercostal.


(b) Subcostal o transhepático. (c) Entrada del tórax.

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Ecografía torácica no cardiaca
3

[
La presencia de aire en los ECOGRAFÍA DEL TÓRAX NO CARDIACO NORMAL
pulmones dificulta la ETNC,
Las indicaciones para realizar una ETNC incluyen las patologías que afectan a la cavi-
puesto que el aire refleja los
dad pleural, el mediastino y el pulmón, así como las alteraciones de la pared torácica.
ultrasonidos produciendo
artefactos como reverberación
y sombra acústica.
ACCESO INTERCOSTAL

La piel, el tejido subcutáneo y los músculos se visualizan como un tejido estratificado con

„ Ver vídeo ecogenicidad alternante. Las costillas se visualizan como estructuras curvas e hipereco-
génicas en el corte transversal, y como estructuras rectas e hiperecogénicas con sombra
Vídeo 1. Acceso intercostal acústica en el corte longitudinal. Por debajo de la pared torácica se observa una línea
hiperecogénica, con artefacto de reverberación distal y sombra sucia –que se mueve
Movimiento de la pared torácica con
la respiración. Se observa la interfase
sincrónicamente con la respiración–, y que se corresponde con la interfase pleura-pulmón
hiperecogénica de pleura y pulmón. (fig. 2, vídeo 1). La pleura parietal y la visceral no se pueden diferenciar en imágenes estáti-
cas, pero sí en ecografía en tiempo real por el movimiento deslizante entre ambas.

Figura 2. Acceso intercostal. La piel, el tejido subcutáneo y los músculos se observan Figura 3. Acceso intercostal ventral. Nódulo linfático esternal en un gato sano en el que
como un tejido estratificado con una alternancia de ecogenicidad (flecha). Las costillas se se observa un nódulo hipoecogénico en el mediastino craneoventral.
observan como estructuras hiperecogénicas con sombra acústica (asterisco). Entre las cos-
tillas se observa una línea hiperecogénica con artefacto de reverberación y sombra acústica
sucia que se corresponde con la interfase pleura-pulmón (punta de flecha).

El timo se observa en animales jóvenes y es importante no confundirlo con grasa o


masas mediastínicas. Se visualiza como una estructura gruesa de tejido ecogénico,
vascularizada y situada en posición craneoventral al corazón.

A través de este acceso se pueden observar los nódulos linfáticos esternales craneales.
Son los nódulos linfáticos que más frecuentemente se van a poder visualizar en la cavidad
torácica. Se localizan a lo largo de los vasos torácicos internos a la altura del segundo
cartílago costal. Son pequeños y pueden encontrarse hasta el sexto cartílago costal, cu-
biertos por el músculo torácico transverso (Saar y Getty, 1982). Se observan como un
nódulo pequeño, hipoecogénico, redondeado u oval en el mediastino ventral (fig. 3).

75
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Los nódulos linfáticos mediastínicos craneales están representados por un grupo de dos
a ocho nódulos linfáticos pequeños y elipsoides localizados a lo largo de la vena cava
craneal, el aspecto ventral de la tráquea y el esófago. En un gato sano se visualizan en
pocas ocasiones. Pueden observarse si incrementan mucho su tamaño o si están rodea-
dos de líquido. Los nódulos linfáticos traqueobronquiales se localizan en la bifurcación de
la tráquea y se relacionan con el bronquio principal de cada lado. No se pueden ecogra-
fiar desde la pared torácica por la presencia de pulmón lleno de aire en un gato sano.
Una alternativa para evaluar las estructuras mediastínicas es la ecografía endoscópica.

ACCESO SUBCOSTAL O TRANSHEPÁTICO

Es el mejor acceso para evaluar el mediastino caudal y las lesiones pulmonares caudales
(localizadas sobre todo en el lóbulo accesorio). La porción distal del esófago torácico se
puede observar a través de este acceso (fig. 4, ver también fig. 5 y vídeo 1 del capítulo 5).

a b

Figura 4. Acceso transhepático. (a) La imagen longitudinal de la interfase diafragma-pulmón se visualiza como una línea hiperecogénica con sombra acústica
(flecha). (b) Corte transversal. El artefacto de reverberación y de cola de cometa (flecha) en el campo lejano se corresponde con la interfase pleura-pulmón.

ENTRADA DEL TÓRAX

Es el acceso adecuado para evaluar estructuras vasculares y el mediastino craneal


al corazón. Asimismo, se puede visualizar la grasa mediastínica, la tráquea torácica
craneal y el esófago. Los vasos mediastínicos craneales se visualizan como estructuras
tubulares anecogénicas con paredes paralelas, finas e hiperecogénicas. El flujo vascular
en el interior de los vasos se evalúa con ecografía Doppler.

ECOGRAFÍA DE LAS LESIONES TORÁCICAS


El tórax se puede ecografiar en aquellas situaciones en las que se produzca un des-
plazamiento del aire contenido en los pulmones, de forma que se puede acceder al
mismo a través de una ventana acústica. La ecografía en casos de lesiones pulmonares
o mediastínicas permite caracterizar la lesión y obtener muestras mediante aspiración
con aguja fina (AAF) o biopsia.

76
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Ecografía torácica no cardiaca
3
LESIONES DE LA PARED TORÁCICA

La ecografía es una buena técnica de diagnóstico para evaluar las lesiones de la pared
torácica pues aporta información de la extensión y de qué estructuras intra o extrato-
rácicas están afectadas. La ecografía permite caracterizar las lesiones tumorales (con
origen en los tejidos blandos u óseo), inflamatorias (abscesos, granulomas, fístulas con
o sin cuerpos extraños asociados). Los trayectos fistulosos suelen ser hipo o anecogé-
nicos y se deben seguir en toda su extensión para descartar la presencia de un cuerpo
extraño, que generalmente es hiperecogénico y presenta sombra acústica. Sin embar-
go, los cuerpos extraños no siempre se visualizan.

Las masas que proceden de la pared torácica suelen ser hipoecogénicas con una
base ancha y forman un ángulo obtuso entre la masa y la pared torácica. Las masas
se mueven con la pared torácica durante la respiración y desplazan al tejido pulmonar
de la pared costal. La ecografía no es la técnica de elección para observar fracturas de
costillas, pero puede ser de ayuda a la hora de identificar irregularidades en la superficie
ósea en los casos de lesiones agresivas y facilita la elección del acceso para una AAF
o biopsia ósea.

DERRAME PLEURAL Y OTRAS LESIONES PLEURALES

Es fácil identificar la presencia de derrame pleural en la cavidad torácica. El pulmón se


separa de la pared torácica por la presencia de líquido anecogénico o ecogénico (figs. 5
y 6, vídeo 2).

Figura 5. Derrame pleural. Se observa presencia de líquido hipoecogénico entre la Figura 6. Derrame pleural en acceso transhepático. Parénquima hepático normal con
pared torácica y el pulmón colapsado. diafragma hiperecogénico y presencia de líquido pleural anecogénico en el tórax (asterisco).

„ Ver vídeo Movimiento de la cavidad torácica con las costillas


hiperecogénicas en el campo cercano. En la cavidad pleural
Vídeo 2. Derrame pleural 1
se observa líquido pleural anecogénico y el latido cardiaco.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

La ecogenicidad del líquido depende de su celularidad, siendo más ecogénico cuanto


más celular sea (fig. 7). Se pueden observar líneas de fibrina o lóbulos pulmonares
colapsados flotando en el líquido o moviéndose con la respiración o el latido cardiaco
(vídeo 3). En los derrames crónicos, la superficie de la pleura se observa engrosada e
irregular. En el diagnóstico diferencial de derrame pleural en gatos deben incluirse el
fallo cardiaco, quilo secundario a enfermedad cardiaca derecha o idiopático, neopla-
sias (linfoma, timoma, neoplasia broncopulmonar), piotórax y peritonitis infecciosa felina
(PIF). Se ha descrito también en otras patologías como hipertiroidismo, hemorragia (en
traumatismos y coagulopatías), rotura diafragmática, hernia diafragmática peritoneope-
ricárdica, torsión de lóbulo pulmonar, como extensión de pseudoquistes perinéfricos,
pancreatitis, glomerulonefropatías e infección por Aelurostrongylus abstrusus.

Las masas pleurales no son frecuentes y se suelen asociar a carcinomatosis o mesote-


lioma (fig. 8). En los gatos que presentan derrame pleural es recomendable hacer una
ecografía del tórax para descartar otras patologías (absceso pleural, granuloma secun-
dario a cuerpo extraño y la presencia de restos de fibrina después de realizar drenajes
pleurales) (fig. 9).

En un gatito de 2 meses de edad con derrame pleural se describió la presencia de un


seroma estéril organizado o hematoma como una masa que obliteraba el hemitórax
izquierdo (Zemer et al., 2013). Los hematomas de gran tamaño pueden producir un
efecto masa muy grave y obliterar un hemitórax completo (fig. 10, vídeo 4).

Figura 7. Corte transversal del tórax craneal en un gato con quilotórax. Se observa de- Figura 8. Corte longitudinal del tórax craneal de un gato Común Europeo de 14 años con
rrame pleural muy celular en ambos hemitórax (entre cursores). El mediastino craneal se carcinoma tiroideo. Se observan lesiones nodulares hipoecogénicas (entre cursores) en la
corresponde con el área hiperecogénica que queda entre las zonas de derrame (asterisco). pleura parietal, protruyendo hacia la cavidad torácica. Profundamente a estas, se observan
nódulos linfáticos mediastínicos craneales aumentados de tamaño (asteriscos). Se observa
también una ligera cantidad de derrame pleural (flecha). Costillas marcadas con puntas de
flecha. Los nódulos pleurales eran metástasis del carcinoma tiroideo.

„ Ver vídeo El pulmón atelectásico se observa flotando en el derrame


pleural entre la pared torácica y el corazón.
Vídeo 3. Derrame pleural 2

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Ecografía torácica no cardiaca
3

Figura 9. Paciente con piotórax previo. Se observa un área


encapsulada, con líquido celular entre líneas hiperecogénicas en
su interior. La lesión crea un signo extrapleural, desplazando el
pulmón de la pared torácica. La AAF de la lesión evidenció líquido
serohemorrágico. La lesión era un seroma secundario a la coloca-
ción del tubo de drenaje y se resolvió sin tratamiento.

a b

Figura 10. Radiografía y ecografía del tórax en un gato disneico. (a) Proyección dorsoventral. Se observa un aumento de opacidad tejido blando en el hemitórax
derecho y un efecto masa con desviación del mediastino hacia la izquierda. (b) Ecografía del tórax. Masa hipoecogénica con áreas anecogénicas entre la pared
torácica y el pulmón. La cirugía permitió identificarlo como un hematoma de gran tamaño que obliteraba el hemitórax derecho.

„ Ver vídeo Se observa una masa heterogénea, bien encapsulada, con cavidades
con líquido en el hemitórax derecho. La masa desplaza al corazón
Vídeo 4. Hematoma pleural
hacia la izquierda en el campo lejano de la imagen.

NEUMOTÓRAX
A pesar de que la ecografía no es la técnica de elección para el diagnóstico de neu-
motórax, se puede utilizar en los casos de urgencia como primera opción o si no se
dispone de un aparato de rayos X. El gas libre en la cavidad pleural produce una rever-
beración similar a la del pulmón sano. En estos casos es preciso diferenciar el pulmón
normal, que se mueve con la respiración contra la superficie de la pleura parietal (signo
de deslizamiento), de la presencia de aire libre que no se mueve con la respiración
(fig. 11, vídeo 5).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

Figura 11. Neumotórax. Acceso intercostal en el aspecto dorsal


del tórax de un gato que sufrió una caída. Inmediatamente detrás
de la pared torácica se observa una interfase hiperecogénica con
artefacto de reverberación. La interfase hiperecogénica no mostra-
ba signo de deslizamiento. Las radiografías realizadas después de
la estabilización del paciente confirmaron el neumotórax.

„ Ver vídeo
Acceso intercostal de tórax dorsal. La interfase
hiperecogénica en la pared torácica se mueve durante la
Vídeo 5. Neumotórax respiración con la pared torácica, sin mostrar el signo de
deslizamiento normal entre las serosas.

MASAS MEDIASTÍNICAS

Es relativamente frecuente la interrupción de la grasa mediastínica, hiperecogénica, por


la presencia de nódulos hipoecogénicos (nódulos linfáticos esternales y mediastínicos
„ Ver vídeo

Vídeo 6. Linfoma
craneales) (figs. 12 y 13), quistes o masas. Las masas mediastínicas pueden aumentar
de tamaño hasta contactar con la pared torácica. El linfoma es la masa mediastínica
Masa mediastínica con áreas de
más frecuente en gatos. Se observa como una masa nodular, hipoecogénica, que pre- mineralización que se observan
senta un margen fino o una cápsula ecogénica. Las masas pueden presentar unos como áreas hiperecogénicas con
límites irregulares o aumentar mucho su tamaño. Suelen ser homogéneas, pero en sombra acústica. También se
ocasiones pueden presentar una ecotextura heterogénea. Es frecuente que se acom- observa derrame pleural.
pañen de derrame pleural.

Figura 12. Linfadenopatía esternal por metástasis de carcinoma mamario. El nódulo Figura 13. Linfoma. Nódulo linfático mediastínico craneal en un gato con linfoma.
linfático esternal se observa como una estructura oval, hipoecogénica (entre cursores), au-
mentada de tamaño.

80
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Ecografía torácica no cardiaca
3

PUNTOS CLAVE

Patologías a incluir en el diagnóstico


diferencial de masa mediastínica:
!
§§ Neoplasia (timoma (fig. 14), linfoma
(fig. 15, vídeo 6), sarcoma histiocítico)
§§ Tejido tiroideo o paratiroideo ectópico
§§ Metástasis a
§§ Otros tumores primarios

Otras lesiones no neoplásicas como


hematomas, quistes tímicos, abscesos
y granulomas-PIF han de tenerse en
cuenta en el diagnóstico. Una biopsia o
AAF suelen ser necesarias para llegar a
un diagnóstico definitivo.

Figura 14. (a) Proyección lateral derecha del tórax de un gato con disnea grave y
(b) ecografía de tórax medio con acceso intercostal. (a) Se observa una masa de opa-
cidad tejido blando con bordes redondeados que ocupa la mayor parte del tórax. La masa
Los timomas grandes se observan como una masa ecogéni- produce un desplazamiento dorsal de la tráquea y caudal del corazón y lóbulos pulmonares y
ca con pequeñas cavitaciones anecogénicas o grandes lesio- es compatible con una masa mediastínica de gran tamaño. (b) Masa mediastínica grande,
nes quísticas. En un caso de timoma quístico, se describió una heterogénea e hipoecogénica. El resultado de la AAF fue un timoma.

masa ecogénica con un movimiento en remolino de los ecos. El


drenaje del quiste guiado por ecografía puso de manifiesto un
1
líquido rico en colesterol (Galloway et al., 1997). Los gatos viejos
pueden presentar un quiste mediastínico craneal con una pared
fina, contenido anecogénico y refuerzo posterior, sin signos de
disnea. La mayoría de los quistes mediastínicos craneales en
el gato son benignos y no suelen precisar tratamiento (Zekas y
Adams, 2002).

Se ha descrito la presencia de una estructura quística de gran


tamaño, anecogénica, en el tórax caudal de un gato con derra-
me pleural, identificado como un conducto quístico mediastíni-
co tirogloso con tejido tiroideo ectópico (Lynn y Adams, 2009). Figura 15. Masa mediastínica. Se observa una masa de gran tamaño, hipoecogénica y
homogénea, compatible con neoplasia. El resultado de la AAF fue un linfoma.

81
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ROTURA Y HERNIA DIAFRAGMÁTICA

El diafragma puede explorarse completamente desde una ven-


tana subcostal e intercostal.

Cuando se produce una rotura diafragmática, la interfase diafrag-


ma-pulmón se pierde y algunos órganos abdominales como el
estómago, el intestino, el bazo y el hígado pueden visualizarse en
la cavidad torácica (fig. 16, vídeo 7). La precisión de la ecografía
para diagnosticar rotura diafragmática es del 93 %. Se puede
realizar un diagnóstico erróneo cuando la rotura es crónica y se
forman adherencias entre el hígado y el pulmón, que adquieren
la apariencia de un diafragma intacto (Spattini et al., 2003).
Figura 16. En el campo cercano de la imagen se observa una estructura fusiforme,
Las hernias diafragmáticas peritoneopericárdicas son fáciles hipoecogénica, rodeada de grasa y situada a un lado del corazón que se corresponde con
el bazo en un gato con rotura diafragmática. Además se observa ligero derrame pleural.
de reconocer por la presencia de órganos abdominales (como
hígado, bazo e intestinos) dentro del saco pericárdico (fig. 17,
vídeo 8). En estos casos es frecuente la presencia de derrame
pericárdico.

„ Ver vídeo

Vídeo 7. Rotura diafragmática

Se observa el bazo y grasa mesentérica


en la cavidad torácica, próximos al
corazón. No se observa el diafragma
entre ellos y al final del vídeo se puede ver
el estómago en posición caudal. a

„ Ver vídeo
Vídeo 8. Hernia diafragmática
peritoneopericárdica

Se observa parénquima hepático en


el saco pericárdico en contacto con el
corazón y una pequeña cantidad de
derrame pericárdico craneal al corazón. b

Figura 17. (a) Proyección lateral derecha de tórax. Se observa una silueta cardiaca mar-
cadamente aumentada de tamaño. (b) Ecografía con acceso intercostal en tórax medio. Se
observa parénquima hepático próximo al corazón e incluido en el saco pericárdico. Hernia
diafragmática peritoneopericárdica.

82
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Ecografía torácica no cardiaca
3
LESIONES PULMONARES

Para que el parénquima pulmonar sea visible ecográficamente es preciso que pierda
su contenido de aire. Esta pérdida se produce en los casos de colapso pulmonar o
cuando se produce una infiltración celular o de líquido en los alvéolos o en vías aéreas
(consolidación).

CONSOLIDACIÓN
La consolidación pulmonar se produce cuando el aire contenido en el parénquima es
sustituido por líquido o células. La ecotextura del pulmón afectado cambia y se asemeja
al parénquima hepático (hepatización pulmonar). El aspecto hiperecogénico normal del
pulmón lleno de aire se pierde. Un pulmón consolidado conserva su tamaño y forma.
El aire residual es visible como líneas o puntos hiperecogénicos que se observan mejor
durante la inspiración (fig. 18, vídeo 9). El resto de bronquios que permanecen llenos de
aire se visualizan como líneas hiperecogénicas con reverberación o sombra acústica su-
cia. Los bronquios llenos de líquido (denominados broncogramas líquidos) adquieren un
aspecto similar a la vascularización portal, pero no se observa señal Doppler en ellos. Los
límites entre pulmón normal y consolidado en un mismo lóbulo pulmonar no suelen estar
bien definidos (fig. 19). El diagnóstico diferencial debe incluir las siguientes patologías:
neumonía, hemorragia, edema, fibrosis, torsión de lóbulo pulmonar y neoplasia lobar.

Figura 18. Consolidación del lóbulo pulmonar craneal derecho con presen- Figura 19. Se observa presencia de pulmón consolidado a la izquierda de
cia de aire residual en forma de líneas y puntos hiperecogénicos (flechas). El la imagen con aspecto de parénquima hepático con líneas hiperecogénicas
diagnóstico fue una bronconeumonía eosinofílica parasitaria (Aelurostrongylus (cursores) y pulmón normal lleno de aire con sombra acústica (asterisco).
abstrusus).

Se observa un área de consolidación pulmonar en el

„ Ver vídeo
campo cercano, debida a neumonía producida por
Aelurostrongylus abstrusus, con presencia del corazón
latiendo en el campo lejano. A la derecha de la imagen se
Vídeo 9. Consolidación pulmonar
puede ver el pulmón lleno de aire con sombra acústica.

83
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Diagnóstico ecográfico en el gato

TORSIÓN DE LÓBULO PULMONAR


La torsión de lóbulo pulmonar es poco frecuente en los gatos y está estrechamente
relacionada con la presencia de patologías torácicas previas. Es más frecuente la afec-
tación del lóbulo medio derecho, seguido del craneal izquierdo y del craneal derecho.

Los lóbulos torsionados pueden presentar una posición anormal con el extremo ventral
orientado dorsalmente. Suelen estar aumentados de tamaño, hipoecogénicos, pueden
contener broncogramas líquidos y se acompañan frecuentemente de derrame pleural
(efusión sanguinolenta grave, quilo, trasudado modificado y exudado). Ocasionalmente,
pueden presentar enfisema vesicular, que se observa en forma de focos hiperecogénicos
de reverberación en la porción central del lóbulo torsionado. Puede haber ausencia de
señal Doppler en las estructuras vasculares del lóbulo torsionado.

ATELECTASIA
La atelectasia o colapso pulmonar se observa frecuentemente asociada al derrame
pleural. Los lóbulos pulmonares presentan un tamaño pequeño, están bien delimitados,
con forma de estructuras triangulares que contienen aire residual (en forma de focos
hiperecogénicos) y se mueven en el líquido pleural con la respiración (fig. 20, vídeo 3).
La atelectasia puede ser secundaria a un decúbito prolongado y a anestesia general. El
diagnóstico diferencial debe incluir una masa de gran tamaño que comprima el parén-
quima pulmonar, obstrucción aérea, deficiencia congénita de surfactante, síndrome de
estrés respiratorio agudo, fibrosis pulmonar, pleuritis adhesiva y asma bronquial.
„ Ver vídeo
Vídeo 10. Adenocarcinoma
pulmonar
MASAS PULMONARES
Las masas pulmonares son visibles ecográficamente cuando contactan o están muy La masa pulmonar es hipoecogénica
próximas a la pared torácica. Suelen ser lesiones redondeadas, hipoecogénicas, que y está en contacto con la pared
forman un ángulo agudo con la pared torácica. Las masas se mueven simultáneamente torácica y rodeada por pulmón lleno
con el pulmón durante la respiración (vídeo 10). Normalmente se visualiza un margen de aire.
claro entre la masa y el pulmón normal que contiene aire hiperecogénico.

Figura 20. Colapso pulmonar. El lóbulo pulmonar colapsa-


do presenta una forma triangular y es hipoecogénico (flechas).
El lóbulo está en contacto con grasa pericárdica y rodeado por
derrame pleural.

84
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Ecografía torácica no cardiaca
3
La masa puede presentar señal Doppler en función de su vas-
cularización. En ocasiones, se pueden visualizar focos anecogé-
nicos en el interior de la masa que se corresponden con áreas
necróticas. Cuando se realiza una AAF de la masa, debemos
evitar estas áreas de necrosis. En los tumores primarios se pue-
den observar cavidades con aire y también ocasionalmente mi-
neralización distrófica (Koblick, 1986; Aarsvold et al., 2015).

Las lesiones metastásicas en gatos incluyen patrón alveolar y


nódulos intersticiales más o menos definidos. Las metástasis
a suelen ser redondeadas, hipoecogénicas y pequeñas, más visi-
bles en la superficie de los pulmones (fig. 21). Suele ser necesa-
rio realizar una AAF para descartar un origen neoplásico de una
consolidación alveolar.

[
En el caso de observar masas llenas de líquido
como quistes, hematomas agudos y abscesos, la
ecogenicidad del contenido varía de anecogénico
(quistes) a más ecogénico (hematoma o absceso).

b En la mayoría de los casos, el diagnóstico final se obtiene con


Figura 21. Metástasis pulmonar. (a) y (b) Se observan nódulos hipoecogénicos (fle- la toma de muestras; la aspiración con aguja fina (AAF) guiado
chas) en la superficie del pulmón en diferentes localizaciones y con diferente tamaño en el por ecografía (fig. 22) o la biopsia son buenas herramientas para
mismo paciente.
el diagnóstico de lesiones intratorácicas no cardiacas (Reichle y
Wisner, 2000). Cuando se realiza una AAF para diagnóstico o
una toracocentesis terapéutica, es preciso evitar el borde caudal
de las costillas para prevenir lesiones de los vasos y los nervios
intercostales que discurren en esta localización.

Figura 22. Aspiración con aguja fina de una masa torácica. La línea visible recta y
ecogénica (flechas) se corresponde con la aguja que se introduce dentro de la masa para
obtener una muestra citológica. El diagnóstico fue una neoplasia epitelial maligna, un posible
carcinoma de células escamosas.

85
ÍNDICE | 
VOLVER
Diagnóstico ecográfico en el gato

BIBLIOGRAFÍA

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86
ÍNDICE | 
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Ecografía del hígado
y sistema biliar
Rosa Novellas Torroja
Ecografía del hígado
y sistema biliar

Técnica ecográfica

Ecografía del hígado y sistema biliar normales

uu
Vídeo 1. Vesícula biliar doble

Ecografía de las alteraciones hepáticas y biliares

Alteraciones hepáticas difusas

Alteraciones hepáticas focales o multifocales

uu
Vídeo 2. Cistoadenoma biliar

Alteraciones de la vesícula biliar y el colédoco

uu
Vídeo 3. Obstrucción biliar por cálculo en el colédoco 1

uu
Vídeo 4. Obstrucción biliar por cálculo en el colédoco 2

uu
Vídeo 5. Obstrucción biliar

uu
Vídeo 6. Conductos intrahepáticos con obstrucción biliar

Alteraciones de la vascularización hepática

Vídeo 7. Shunt portocava


uu

Vídeo 8. Shunt extrahepático adquirido


uu

uu
Vídeo 9. Malformación arterioportal

uu
Vídeo 10. Malformación arterioportal

Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para la ecografía del hígado y del sistema biliar, el pelo del paciente se tiene que eliminar de todo el abdomen craneal y
en ocasiones puede ser necesario rasurar también los últimos espacios intercostales. El paciente se puede posicionar en
ambos decúbitos laterales o en decúbito dorsal, o usar combinaciones de los mismos. Los accesos utilizados para visua-
lizar el hígado incluyen el acceso subxifoideo, el subcostal con inclinación craneal de la sonda, y el acceso intercostal. El
pequeño tamaño de los gatos permite que en la mayoría de los casos se pueda visualizar todo el parénquima hepático y
la vesícula biliar combinando el acceso subxifoideo y el subcostal; en algunos casos, especialmente si el hígado está redu-
cido de tamaño, puede ser necesario recurrir a un acceso intercostal para visualizarlo de forma completa. En los accesos
subxifoideo y subcostal, es importante angular la sonda de derecha a izquierda en cortes sagitales y de craneal a caudal
en cortes transversales para visualizar el máximo de parénquima hepático. El acceso intercostal no permite un rango de
angulación de la sonda muy amplio. Un acceso intercostal derecho dorsal en corte transversal permite visualizar los gran-
des vasos (porta, cava y aorta) cerca del hilio hepático, pudiendo ser este acceso útil en casos de anomalías vasculares o
para visualizar también el sistema biliar.

Las sondas microconvexas de media frecuencia (7–9 MHz) proporcionan una adecuada resolución del hígado en pacien-
tes felinos y ofrecen la ventaja de poder angular la sonda más cómodamente en las regiones subxifoidea y subcostal,
llegando más fácilmente a las zonas más dorsales del hígado. Las sondas lineales de alta frecuencia (10–14 MHz) pro-
porcionan una buena resolución y, en la mayoría de casos, también penetración suficiente, pero su mayor superficie de
contacto restringe más la angulación de la sonda y por ello es más difícil llegar a visualizar las regiones más dorsales y
craneales del hígado.

ECOGRAFÍA DEL HÍGADO


Y SISTEMA BILIAR NORMALES

El hígado del gato se divide en los lóbulos derecho lateral, derecho medial, izquierdo
lateral, izquierdo medial, cuadrado y caudado (con procesos papilar y caudado). Sin
embargo, ecográficamente no es posible distinguir claramente los márgenes entre los
lóbulos, a no ser que haya presencia de líquido libre abdominal. El hígado se encuentra
principalmente localizado cranealmente al arco costal, aunque puede sobresalir ligera-
mente caudal al arco costal en el lado derecho. La vesícula biliar se encuentra entre los
lóbulos lateral y medial derechos (fig. 1). El borde craneal del hígado contacta con la
interfase entre el diafragma y el pulmón. Esta interfase aparece como una línea hipere-
cogénica curva (fig. 2). En esta región se puede producir imagen de espejo, simulando
la presencia de parénquima hepático con o sin vesícula biliar al otro lado del diafragma
(fig. 3). El aspecto caudolateral izquierdo del hígado contacta a menudo con la cabeza
del bazo; en el lado derecho el lóbulo caudado puede contactar con el polo craneal del
riñón, a la altura de la fosa renal, aunque la posición más móvil de los riñones compa-
rado con el perro, hace que en los felinos muchas veces el riñón derecho no contacte
con el hígado.

90
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
La valoración del tamaño del hígado es algo subjetiva, pero se acepta que el arco
costal es una buena referencia anatómica, ya que el borde caudal del hígado sobresale
ligeramente del arco costal. Los bordes de los lóbulos hepáticos son, en condiciones
normales, agudos.

GF
H
VCC
VB H

VP
Ao

a b

Figura 1. Tomografía computarizada. (a) Reconstrucción dorsal del abdomen de un gato, mostrando la posición normal del hígado (H) y la vesícula biliar (VB).
(b) Reconstrucción sagital del abdomen de un gato. Se observa la posición del hígado (H). Ventralmente a él se visualiza la grasa falciforme (GF). La vena porta (VP),
la vena cava caudal (VCC) y la aorta (Ao) se visualizan también en su posición normal.

Figura 2. Corte sagital del parénquima hepático normal. Se observa la inter-


fase diafragma-pulmón como una línea hiperecogénica (flecha) demarcando el
borde craneal del hígado. La grasa falciforme es visible como un tejido isoeco-
génico a ligeramente hiperecogénico ventralmente al hígado (puntas de flecha).

a b

Figura 3. Corte sagital del abdomen craneal. (a) Se visualiza el parénquima hepático a cada lado del diafragma, correspondiéndose con una imagen en espejo.
(b) Se visualiza una imagen en espejo con la vesícula biliar y el hígado al otro lado del diafragma.

91
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Diagnóstico ecográfico en el gato

El parénquima hepático normal es hipoecogénico respecto al bazo y entre hipo e hipe-


recogénico respecto a la corteza renal (Drost et al., 2000; D’Anjou, 2008) y presenta una
textura más granular que el bazo (fig. 4).

En gatos con buena condición corporal se puede observar una cantidad variable de
grasa falciforme. La grasa es normalmente iso o hiperecogénica respecto al hígado (ver
fig. 2), y presenta una ecotextura más rugosa o un aspecto estriado y puede protruir en-
tre el lado derecho e izquierdo del hígado. Se puede visualizar en ocasiones claramente
separada del hígado por la cápsula hepática. Sin embargo, en gatos obesos clínica-
mente normales se puede observar el parénquima hepático hiperecogénico respecto a
la grasa falciforme (Nicoll et al., 1998) (fig. 5).

La vesícula biliar se observa como una estructura ovalada o con forma de lágrima y
contenido anecogénico. En los gatos presenta en la mayoría de ocasiones un aspecto
bilobulado (en forma de signo de exclamación) (fig. 6). Algunos pacientes pueden pre-
sentar vesículas biliares bífidas o dobles, con dos compartimentos separados (figs. 6c-e,
vídeo 1). La pared normal de la vesícula biliar es hiperecogénica y lisa, y mide menos
de 1 mm (Hittmair et al., 2001). El tamaño de la vesícula biliar es variable, siendo más

a b

Figura 4. Imagen comparativa obtenida con pantalla dual a la misma profundidad de hígado y bazo (a) y de hígado y riñón (b) de un gato normal. (a) Se observa
el parénquima hepático hipoecogénico respecto al parénquima del bazo y con una ecotextura más granular. (b) En este paciente el hígado es hiperecogénico respecto
a la corteza renal. Una relación de ecogenicidad inversa (corteza renal más hiperecogénica) también puede ser normal.

Figura 5. Corte sagital del abdomen craneal de un gato


obeso sano. El parénquima hepático aparece hiperecogé-
nico en comparación con la grasa falciforme.

92
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

a b c

d e

Figura 6. (a) Corte sagital del hígado. Se visualiza la vesícula biliar con pared hiperecogénica delgada y bien definida y con una forma ovalada. (b) Corte sagital del hígado, observándose
la típica forma de la vesícula biliar en gatos, con aspecto de signo de exclamación. (c) En este paciente se observa una vesícula biliar bífida, con una estructura tipo septo separando en dos
partes la VB. (d) Corte sagital del hígado a la altura de la vesícula biliar. Se observa una vesícula biliar doble, con dos compartimentos separados completamente. (e) En este paciente se
observa una vesícula biliar doble, con dos compartimentos separados. El contenido de la vesícula biliar es anormal, presentando bilis densa.

„ Ver vídeo
grande en pacientes en ayunas o con anorexia, y no se puede utilizar como un indica-
dor fiable de obstrucción. El rango de volumen de la vesícula biliar utilizando la fórmula
Vídeo 1. Vesícula biliar doble elipsoide (0,52 × longitud × altura × anchura) se ha descrito entre 0,84–4,5 ml en gatos
normales en ayunas, con una media de 2,42 ml (Penninck et al., 2010). En un estudio
Mismo paciente que en la fig. 6e. se observó ecográficamente que, unas 2 horas después de administrar comida, el vo-
Se observa una vesícula biliar doble, lumen de la vesícula biliar se redujo de los 2,4 ml iniciales a 0,9 ml (Diana et al., 2012).
con bilis hiperecogénica. El contenido de la vesícula biliar es anecogénico, pudiéndose observar en ocasiones al-
gunas estructuras puntiformes hiperecogénicas en suspensión (Penninck et al., 2010).

Los conductos biliares intrahepáticos no son visibles en pacientes normales. El conducto


cístico empieza en el cuello de la vesícula biliar, recoge la bilis de los conductos biliares
y, tras recibir el último conducto biliar hepático tributario, forma el colédoco. La distinción
entre ambos conductos es aproximada (Penninck et al., 2010). El colédoco es más tor-
tuoso en el gato y más fácilmente visible, comparado con el del perro (fig. 7). Se puede
visualizar ecográficamente ventral a la vena porta a la altura del hilio hepático, dorsal
al duodeno, y discurre paralelo a la vena porta durante algunos centímetros (D’Anjou,
2008) (fig. 8) hasta llegar a la papila duodenal mayor a través de la cual drena en el duo-
deno proximal (fig. 9). El colédoco mide hasta 4 mm de diámetro en gatos normales (Lé-
veillé et al., 1996). El conducto pancreático se une al colédoco antes de que este último
entre en el esfínter. El 20 % de los gatos tiene un conducto pancreático accesorio que
drena en la papila duodenal menor, más distalmente en el duodeno (Schwarz, 2009).

93
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 7. (a) Corte sagital del hígado. Se visualiza la vesícula biliar, y a la altura del cuello se puede seguir el colédoco que presenta un aspecto tortuoso.
(b) El Doppler color permite confirmar que la estructura no es vascular y ayuda a diferenciarlo de la vena porta y a seguirlo hasta la papila duodenal.

VP VP

a b

Figura 8. Imagen sagital (a) y transversal (b) cerca del hilio hepático. Se visualiza el colédoco (entre cursores en (a), punta de flecha en (b) como una estructura
tubular de 2,1 mm, ventralmente a la vena porta. La valoración con Doppler color muestra la existencia de flujo en la vena porta (VP), pero no en el colédoco.

Figura 9. Corte transversal ligeramente oblicuo del duodeno. En la pared Figura 10. Corte transversal del hígado cerca del hilio hepático. Se observan
duodenal más alejada de la sonda se observa la papila duodenal (entre puntas varias venas porta con pared hiperecogénica (flechas). Se observa también una
de flecha) como una estructura nodular moderadamente definida y más hipere- vena hepática, en la que no se visualiza una pared aparente ecográficamente
cogénica que la mucosa del duodeno. Medialmente al duodeno y a la papila se (punta de flecha).
observa el páncreas (entre flechas).

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
Mediante ecografía pueden distinguirse en el hígado los vasos porta y las venas hepáti-
cas. Los vasos porta se visualizan ramificándose desde la vena porta y presentan paredes
hiperecogénicas. Las venas hepáticas se pueden seguir hasta su desembocadura en la
vena cava caudal y presentan paredes menos ecogénicas que las venas porta, siendo
en ocasiones apenas visibles (fig. 10). Sin embargo, se tiene que considerar que la visua-
lización de las paredes vasculares dependerá también de la posición del vaso respecto
al haz de ultrasonidos. Así, las paredes de las venas hepáticas pueden aparecer hiper-
ecogénicas cuando el haz es perpendicular a ellas. La distribución de la vascularización
venosa hepática en los lóbulos puede ayudar a diferenciarlos. Las arterias hepáticas no
se visualizan ecográficamente. El Doppler color ayuda a identificar los vasos hepáticos: las
venas porta presentan flujo desde el hilio hepático hacia la periferia, mientras que en las
venas hepáticas el flujo se dirige hacia dorsal y craneal hacia la vena cava caudal.

La vena porta extrahepática se localiza ventralmente a la vena cava caudal y a la aorta,


y ligeramente a la derecha de la aorta. La posición respecto a la vena cava caudal varía
entre ligeramente a la derecha o la izquierda, según el nivel del corte (figs. 11 y 12). La
vena porta es más tortuosa que el resto de vasos, siendo este hecho más evidente en
gatos que en perros. El diámetro normal de la vena porta varía entre 3,4–5,0 mm en
gatos normales. Al comparar su diámetro máximo con el de la aorta, las ratios normales
varían entre 0,71–1,25 (D’Anjou et al., 2004). La vena porta se forma por la confluencia,
de caudal a craneal, de las venas mesentérica caudal, mesentérica craneal, esplénica y

a b

c d

Figura 11. (a) Corte sagital a nivel craneal derecho. Se visualiza la aorta dorsalmente en corte longitudinal hasta llegar a atravesar el diafragma. Ligeramente más
ventral se observa la vena cava caudal, a nivel intrahepático. (b) Imagen al mismo nivel que (a), con Doppler color, observándose flujo que se dirige cranealmente
(alejándose del transductor, en azul) en la vena cava caudal y flujo que se dirige caudalmente (acercándose hacia el transductor, en rojo) en la aorta. (c) Corte sagital
en abdomen craneal, ligeramente más hacia la línea media que corte (a) y (b). Se visualiza la vena porta con forma ligeramente tortuosa (flechas). (d) Misma imagen
que en (c) con Doppler color. Debido a la disposición casi perpendicular del vaso respecto al transductor, se observa flujo que se acerca al transductor (rojo) hasta la
mitad del campo de visión, y flujo que se aleja (azul) de la mitad hacia craneal.

95
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Diagnóstico ecográfico en el gato

VP
Ao
VCC VCC

VP

Ao

a b

Figura 12. Corte transversal de tomografía computarizada (a) y ecografía con acceso intercostal derecho (b) en la región cercana a hilio hepático. (a) Se visualiza
la aorta (Ao) dorsalmente en la línea media, la vena cava caudal (VCC) a la derecha de la aorta y la vena porta (VP) más ventralmente.

gastroduodenal (fig. 13). El flujo de la vena porta y sus tributarias se


dirige hacia el hígado (dirección hepatopetal), es parabólico y rela-
tivamente constante. En comparación, el flujo de la aorta es clara-
Ao
mente pulsátil y el flujo de la vena cava caudal en el hígado varía en
GDV
función de cambios de presión en la aurícula derecha, en la cavidad Pv

torácica y en la abdominal (fig. 14). El Doppler pulsado permite medir CVC


la velocidad portal con una corrección del ángulo del haz de menos CrMV
SpV
de 60°. La velocidad media se puede calcular con la técnica de in-
sonación uniforme (con un volumen de muestra que llena toda la
anchura de la luz). La velocidad máxima se puede obtener con un
volumen de muestra de aproximadamente la mitad de la luz colo-
CdMV
cado en el centro; la velocidad media se puede obtener entonces
multiplicando la máxima por 0,57. La velocidad portal media normal
descrita en gatos es de 10–18 cm/s (Lamb et al., 1998; D’Anjou et
al., 2004). Estas estimaciones, sobre todo cuando se usan ángulos Figura 13. Reconstrucción de volumen del sistema portal, aorta y vena cava cau-
de corrección superiores a los 60°, pueden ser poco precisas, por lo dal de una tomografía computarizada de un gato normal. Ao: aorta; CVC: vena cava
caudal; PV: vena porta; GDV: vena gastroduodenal; SpV: vena esplénica; CrMV: vena
que se tienen que utilizar con precaución. mesentérica craneal; CdMV: vena mesentérica caudal (solo es visible su unión con la
mesentérica craneal).

a b c

Figura 14. Representación del Doppler pulsado de (a) la vena porta, (b) la vena cava caudal y (c) la aorta a la altura del hígado. El flujo de la vena porta presenta una velocidad prác-
ticamente constante. La velocidad del flujo de la vena cava caudal presenta variaciones asociadas a los cambios de presión de la aurícula derecha a lo largo del ciclo cardíaco, así como a los
cambios de presión intratorácica y abdominal asociados a la respiración.

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

!
ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES
HEPÁTICAS Y BILIARES PUNTOS CLAVE

Las alteraciones hepáticas se pueden presentar en forma de al- Causas de hepatomegalia difusa
teraciones difusas, multifocales o focales. La valoración ecográ- §§ Lipidosis.
fica del hígado incluye la evaluación del tamaño y el contorno, la §§ Hepatitis/colangitis.
ecogenicidad, la ecotextura y la atenuación. §§ Congestión pasiva.
§§ Neoplasias de células redondas.
La ausencia de cambios ecográficos no permite descartar com- §§ Metástasis.
pletamente la presencia de lesiones; a su vez, el aspecto de las §§ Carcinomas hepatocelulares muy extensos.
lesiones es muchas veces poco específico y es necesario reali- §§ Amiloidosis.
zar aspiración con aguja fina o biopsia de las lesiones para ca-
racterizarlas. Las alteraciones difusas pueden dar lugar a hepa-
tomegalia difusa o microhepatía; las alteraciones focales pueden
asociarse a hepatomegalia focal o asimétrica.

ALTERACIONES HEPÁTICAS DIFUSAS

Se puede observar hiperecogenicidad del parénquima hepático,


hipoecogenicidad, o ausencia de alteración de la ecogenicidad.
Los cambios de ecogenicidad del hígado se pueden valorar com-
parando su ecogenicidad con la del bazo a una misma profun-
didad y también mediante la visualización de las paredes de los
vasos porta. En un hígado con ecogenicidad aumentada, se re-
duce la visualización de las paredes de los vasos porta, mientras a
que cuando el hígado es más hipoecogénico, las paredes de los
vasos porta son más evidentes. Estas alteraciones pueden tam-
bién afectar al tamaño y al contorno del hígado. En condiciones
normales se puede observar un aumento focal de la ecogenici-
dad hepática dorsal a la vesícula biliar debido a refuerzo posterior.
Esto es un artefacto ecográfico y no debe confundirse con una
patología.

LIPIDOSIS
Los hallazgos ecográficos en pacientes con lipidosis incluyen he-
patomegalia difusa y aumento difuso de la ecogenicidad, redu- b
ciendo la visualización de la pared de los vasos porta. También Figura 15. (a) Imagen sagital del hígado en un gato con lipidosis. Se observa he-
puede observarse un aumento de la atenuación de los ultrasoni- patomegalia y aumento difuso de la ecogenicidad del parénquima. Las paredes de
los vasos porta son menos visibles debido al aumento de la ecogenicidad del parén-
dos (Yeager y Mohammed, 1992); el campo más lejano del híga- quima. Se observa también aumento de la atenuación de los ultrasonidos, observán-
do aparece más hipoecogénico ya que los ultrasonidos son ate- dose menor ecogenicidad del parénquima en el campo lejano (exceptuando la re-
gión profunda a la vesícula biliar, ya que en esta región se observa refuerzo posterior).
nuados en el campo cercano y es necesario aumentar la ganancia (b) Imagen similar en una gata con lipidosis, en la que se observa hepatomegalia, un
en el campo lejano para poder valorar todo el parénquima (fig. 15). aumento de ecogenicidad difusa del hígado y ligera atenuación de los ultrasonidos en el
campo lejano de la pantalla.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

HEPATOPATÍA ESTEROIDEA
La hepatopatía esteroidea, una patología frecuente en el perro, es por el contrario infre-
cuente en el gato. En un caso descrito de hepatopatía esteroidea iatrogénica en un gato
no se observaron alteraciones ecográficas en el hígado (Schaer y Ginn, 1999).

ALTERACIONES INFLAMATORIAS/INFECCIOSAS
La colangitis suele observarse como una disminución de la ecogenicidad del hígado,
con aumento de visualización de los vasos porta (figs. 16 y 17). Normalmente se asocia
también a cambios en el sistema biliar, como engrosamiento de la pared de la vesícula
biliar, barro biliar y colelitiasis (Newell et al., 1998). En un estudio en el que se realizaron
ecografías de gatos con colangitis, la mayoría tenían un hígado y una vesícula biliar de as-
pecto ecográfico normal. Cuando se observaron cambios, existía hepatomegalia, parén-
quima hiperecogénico o hipoecogénico, engrosamiento de la pared de la vesícula biliar,
presencia de material ecogénico en la vesícula y distensión del colédoco (fig. 18). En estos
pacientes es frecuente observar también cambios concomitantes en la ecogenicidad del
páncreas y aumento de su grosor (Marlof et al., 2012).

a b

Figura 16. Imágenes sagitales del hígado en una gata con colangitis. Se observa reducción de la ecogenicidad del parénquima hepático en (a) y (b) y hepato-
megalia, con bordes hepáticos ligeramente redondeados en (b).

a b

Figura 17. Imágenes sagitales del hígado de un gato en el que se diagnosticó colangitis mediante aspiración con aguja fina. Se observó hepatomegalia con bordes
redondeados e irregulares y ecogenicidad reducida; en este caso también se visualizaban múltiples focos hiperecogénicos.

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

Figura 18. Imágenes sagitales del abdomen cra-


neal de un gato con colangitis. (a) El hígado aparece a b
hiperecogénico de manera difusa, con reducción de
la visualización de la pared de los vasos porta. La ve-
sícula biliar aparece marcadamente engrosada (entre
cursores). (b) Imagen sagital del lado izquierdo del
hígado en el que se observa aumento de la ecoge-
nicidad del parénquima hepático y distensión de los
conductos biliares intrahepáticos (flecha), que no
presentan señal de Doppler. (c) Imagen sagital en
una región ligeramente más caudal, observándose el
borde caudal del hígado redondeado. El colédoco está
distendido (entre cursores), presenta engrosamiento
de su pared y se observa contenido biliar denso en
su luz. (d) Hígado hiperecogénico y engrosamiento
ligero de la pared de la vesícula biliar en otro gato con
c d
colangitis.

La hepatitis crónica, fibrosis y cirrosis son poco frecuentes en la especie felina. Exis-
ten casos descritos de fibrosis hepática secundaria a hipervitaminosis A (Guerra et
al., 2014). y de fibrosis congénita asociada a enfermedad poliquística (Zandvliet et al.,
2005). En un gato se describieron cambios macroscópicos e histopatológicos compa-
tibles con hepatitis crónica y cirrosis, debidas a enfermedad por almacenamiento de
cobre (Meertens et al., 2005). Estas tres alteraciones suelen ir asociadas y los cambios
ecográficos detectables incluyen aumento de ecogenicidad del hígado, que suele ser
pequeño, presentar contorno irregular y nódulos (fig. 19).

a b c

Figura 19. Este paciente de 4 años presentaba enzimas hepáticas aumentadas y distensión abdominal. (a) En la ecografía abdominal se observó un hígado reducido de tamaño, de parén-
quima heterogéneo, con múltiples regiones quísticas de contenido anecogénico. Ventralmente al hígado se observa una gran cantidad de líquido libre anecogénico. (b) A la altura de la adrenal
derecha (entre cursores) se observa también parénquima hepático heterogéneo, con múltiples regiones quísticas de pequeño tamaño y líquido libre alrededor. (c) En este lóbulo hepático se
observa un borde irregular y estructuras hiperecogénicas con sombra acústica compatibles con colelitiasis. El diagnóstico histopatológico fue de cirrosis hepática.

99
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Diagnóstico ecográfico en el gato

La peritonitis infecciosa felina puede provocar cambios difusos en hígado, en ocasiones


con hepatomegalia, parénquima hipoecogénico o, con menos frecuencia, hiperecogénico
de manera difusa, con regiones focales o multifocales hipoecogénicas y bordes irregula-
res (fig. 20). En muchos casos puede no presentar cambios ecográficos pese a la presen-
cia de lesiones histopatológicas (Lewis y O’Brien, 2010). También se describe la presencia
de granulomas que aparecen en forma de nódulos hiperecogénicos (D’Anjou,2008).

a b

Figura 20. Gato Azul Británico de 5 meses con peritonitis infecciosa felina. Se observa un hígado ligeramente aumentado de tamaño, con bordes ligeramente
irregulares y reducción de la ecogenicidad del parénquima.

NEOPLASIA
La infiltración neoplásica difusa del hígado suele deberse a la in-
filtración de tumores de células redondas. Normalmente también
existe hepatomegalia, aunque el grado es variable. En pacientes
con linfoma, el hígado puede no mostrar cambios ecográficos,
o presentar cambios difusos con parénquima hipoecogénico,
hiperecogénico o con ecogenicidad mixta (figs. 21–24) (Lamb
et al., 1991).

En los mastocitomas, el hígado puede aparecer difusamente


hiperecogénico (Hyland et al., 2013). Las neoplasias histiocíti-
cas (histiocitosis maligna, sarcoma histiocítico) son muy poco
frecuentes en los gatos. En los casos descritos, se observó he-
patomegalia e infiltración hepática difusa y parénquima hipere-
cogénico (Kraje et al., 2001; Cortese et al., 2008; Friedrichs y Figura 21. Imagen sagital del hígado de una gata con linfoma. Se observa una reduc-
Young, 2008). Los carcinomas hepáticos también pueden ser ción de la ecogenicidad del parénquima hepático, siendo moderadamente heterogéneo. Los
bordes del hígado aparecen redondeados. La paciente había desarrollado shunts portosisté-
difusos o afectar a múltiples lóbulos y presentar un aspecto eco- micos adquiridos asociados (ver fig. 44).
gráfico variable, siendo frecuente observar un patrón de ecoge-
nicidad mixta (D’Anjou, 2008) (fig. 25).

100
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

a b

Figura 22. Cortes sagitales del hígado en otra paciente con linfoma. (a) En este caso el hígado está difusamente hiperecogénico. (b) Se observa también una
hepatomegalia evidente, con bordes hepáticos redondeados.

a b

Figura 23. (a) En este otro paciente con linfoma se observa un hígado hiperecogénico de manera difusa, con pérdida de visualización de las paredes de los vasos
porta. (b) El hígado aparece hiperecogénico en comparación con el bazo, habiéndose invertido la relación de ecogenicidad normal entre los dos órganos.

a b

Figura 24. (a) En esta otra paciente con linfoma se observa hepatomegalia, con un hígado difusamente heterogéneo, con múltiples regiones nodulares hipoeco-
génicas, y algunas apareciendo como nódulos en diana o llegando a deformar la superficie del hígado (b).

101
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 25. Cortes sagitales de una paciente con colangiocarcinoma hepático. Se observaba hepatomegalia generalizada con bordes hepáticos muy irregulares, y
parénquima marcadamente heterogéneo, de ecogenicidad mixta.

AMILOIDOSIS
Es una enfermedad sistémica familiar en los siameses y razas
relacionadas pero también se ha descrito en otras razas. Puede
presentarse con rotura espontánea del hígado y muerte súbita
o signos agudos intermitentes asociados a hemorragia abdomi-
nal. Los cambios descritos incluyen hepatomegalia, con bordes
hepáticos irregulares, parénquima difusamente heterogéneo con
ecogenicidad mixta, ecotextura rugosa, moteada, con puntos
hiperecogénicos y focos hipoecogénicos (Beatty et al., 2002).

DERMATITIS NECROLÍTICA SUPERFICIAL


(SÍNDROME HEPATOCUTÁNEO)
En casos de hepatopatía asociada a dermatitis necrolítica, el híga-
do presenta ecotextura rugosa de manera difusa con un patrón
reticular o parecido a un panal de abejas (Kimmel et al., 2003). En a
otro caso con hepatopatía atípica, se observó hepatomegalia e
hígado hipoecogénico de manera difusa (Godfrey y Rest, 2000).
Este síndrome también se ha descrito en un carcinoma neuroen-
docrino hepático primario en el que se observó una gran masa
polilobulada hiperecogénica (Asakawa et al., 2013).

ALTERACIONES HEPÁTICAS
FOCALES O MULTIFOCALES

Aunque se pueden observar algunas tendencias en el aspecto


ecográfico de las lesiones focales, muchas lesiones siguen sin b
presentar características específicas y de nuevo se requiere una Figura 26. Imágenes del hígado de dos pacientes diferentes donde se observan dos
aspiración con aguja fina o biopsia para llegar al diagnóstico de- nódulos hiperecogénicos, de origen inespecífico, en el parénquima hepático (entre cursores).
Sería necesario realizar una aspiración con aguja fina o biopsia para llegar a un diagnóstico
finitivo (fig. 26). definitivo.

102
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
HIPERPLASIA NODULAR
Estas lesiones benignas son menos frecuentes en el gato que en el perro y no se han
encontrado descripciones específicas del aspecto ecográfico para la especie felina.
En el perro su aspecto ecográfico es variable, pero tienden a presentarse como uno o
varios nódulos hipoecogénicos de entre 5 y 15 mm (Stonewater et al., 1990).

NEOPLASIA
En gatos, la frecuencia relativa de las neoplasias hepáticas primarias es diferente que en
el perro: mientras en el perro más del 75 % son neoplasias hepatocelulares, en el gato
estas representan solo el 34 %, y el 44 % son neoplasias colangiocelulares, pudiendo
estar asociadas a enfermedad quística o a colangitis crónicas (van Sprundel et al., 2014).

Los cistoadenomas biliares son lesiones benignas infrecuentes que se encuentran en


gatos geriátricos y que aparecen como lesiones focales o multifocales quísticas. Su as-
pecto ecográfico puede variar, pudiendo aparecer como masas multiloculares que con-
tienen quistes de pared delgada, masas hiperecogénicas con componentes quísticos
o masas de ecogenicidad mixta con componentes quísticos. Normalmente se observa
un grado variable de refuerzo posterior en la mayoría de las masas. El contenido interno
de los quistes es normalmente anecogénico, aunque en ocasiones se pueden visuali-
zar algunos ecos internos. Si las lesiones son multifocales, el aspecto de las diferentes
masas puede variar (Nyland et al., 1999) (figs. 27 y 28).

a b c

Figura 27. En esta paciente con cistoadenoma biliar se observaron cambios multifocales en el hígado, con una región quística de gran tamaño en el aspecto craneal del hígado (a) y (b),
y múltiples lesiones quísticas de menor tamaño en el resto del parénquima (a) y (c).

„ Ver vídeo

Vídeo 2. Cistoadenoma biliar

Mismo paciente que en la fig. 27.


Se puede observar la presencia
de múltiples estructuras quísticas,
una de mayor tamaño en el
a b aspecto craneal del hígado, y
otras distribuidas por el resto del
Figura 28. Lesiones focales hiperecogénicas de márgenes poco definidos y con múltiples estructuras quísticas en su
interior, en dos pacientes con cistoadenoma biliar. parénquima hepático visible.

103
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En un caso de adenocarcinoma biliar mucinoso se observó el hígado hiperecogénico,


con aspecto moteado y bordes irregulares; la lesión se acompañaba de derrame peri-
toneal mucinoso (Jacobs y Snyder, 2007). Los carcinomas hepáticos pueden aparecer
como lesiones focales o multifocales de ecogenicidad variable (figs. 29 y 30).

El aspecto de las metástasis es variable, pudiendo ser hiperecogénicas, hipoecogénicas


o presentar ecogenicidad mixta. Las lesiones en diana, con un centro hiperecogénico y
periferia hipoecogénica (ver figs. 24 y 29), se asocian frecuentemente a lesiones malig-
nas, especialmente metástasis, pero también se han descrito en perros con hiperplasia
nodular (Cuccovillo y Lamb, 2002; O’Brien et al., 2004). En un gato con un carcino-
ma hepatocelular se observó también este aspecto de nódulo en diana (Cuccovillo y
Lamb, 2002). Otro caso de carcinoma hepatocelular se presentó en forma de una lesión
focal de ecogenicidad mixta, con una periferia hipoecogénica irregular alrededor de una
zona central anecogénica; la zona central contenía pequeños focos hiperecogénicos
con sombra acústica, compatibles con gas y correspondía a un absceso secundario a
la neoplasia (Singh et al., 2005).

a b

Figura 29. Paciente con colangiocarcinoma. Se observan múltiples lesiones focales, de márgenes bien definidos, deformando la superficie hepática. Algunos nódulos
son hipoecogénicos con respecto al parénquima normal, mientras que otros presentan un aspecto en diana (centro hiperecogénico con halo hipoecogénico alrededor).

a b

Figura 30. Masa de márgenes moderadamente definidos, de ecogenicidad mixta y con algunas regiones focales quísticas, en una gata a la que se le diagnosticó
un colangiocarcinoma.

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
Los carcinomas neuroendocrinos hepáticos son un tipo de neoplasia hepática pri-
maria poco frecuente en gatos. En un caso descrito se observaron múltiples nódulos
hiperecogénicos con márgenes irregulares en el hígado y márgenes hepáticos irregu-
lares (Kita et al., 2014).

El hígado es una localización frecuente para el hemangiosarcoma visceral en gatos,


observándose en la mayoría de casos la presencia de hemangiosarcoma en varios
órganos abdominales. Las lesiones suelen ser hipoecogénicas o heterogéneas y se
pueden acompañar de hemoabdomen (Culp et al., 2008) (fig. 31).

a b

Figura 31. En esta paciente, que presentaba un hemangiosarcoma mesentérico y metástasis hepáticas, se observan múltiples nódulos hepáticos de aspecto
variable, siendo hiperecogénicos (a) o hipoecogénicos (b) respecto al parénquima hepático. Se observa líquido libre alrededor del hígado (hemoabdomen).

PERITONITIS INFECCIOSA FELINA


En esta enfermedad pueden presentarse lesiones focales o multifocales hipoecogénicas
en el hígado, aunque también lesiones difusas o parénquima hepático ecográficamente
normal (Lewis y O’Brien, 2010). También se describe la presencia de granulomas, identi-
ficables en la ecografía como nódulos hiperecogénicos (D’Anjou, 2008).

QUISTES
Los quistes hepáticos pueden ser hallazgos aislados sin significación clínica (fig. 32),
pero también pueden asociarse a enfermedad poliquística renal (fig. 33) (Bosjel et al.,
1998; Volta et al., 2010). Aparecen como lesiones normalmente esféricas, bien defini-
das y con pared delgada hiperecogénica, y con contenido anecogénico con refuerzo
posterior. Pueden también presentar una forma más irregular o incluso septos internos.

ABSCESOS
Son lesiones poco frecuentes en gatos. Pueden presentarse como lesiones primarias,
asociadas a septicemia (Sergeeff et al., 2004), pero también se han descrito asociadas
a neoplasia (Singh et al., 2005). Se observan como lesiones únicas o más frecuen-
temente multifocales, hipoecogénicas cavitadas o lesiones con ecogenicidad mixta,
hiperecogénicas e hipoecogénicas (Sergeeff et al., 2004). Pueden presentar focos hipe-
recogénicos con sombra acústica, debidos a la presencia de gas.

105
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Figura 32. Lesión focal de bordes irregulares hiperecogénicos


y contenido anecogénico que produce refuerzo posterior, compa-
tible con un quiste. En este paciente, sin otras alteraciones, se
consideró un hallazgo sin importancia clínica.

a b

c d

Figura 33. (a) y (b) Gato Persa con múltiples estructuras quísticas de contenido anecogénico y pared hiperecogénica ventralmente a la vesícula biliar, exten-
diéndose hacia el aspecto caudoventral del hígado. (c) En los riñones se observaron también múltiples quistes y un foco de mineralización. (d) Quiste único en otro
gato Persa con enfermedad poliquística.

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
TORSIÓN DE LÓBULO HEPÁTICO
Es poco frecuente en la especie felina. Cuando se produce, suele afectar al lóbulo lateral
izquierdo (Swann y Brown, 2001; Nazarali et al., 2014; Haider et al., 2015). Puede pre-
sentarse como una masa hipoecogénica, con ausencia de flujo vascular en la valoración
Doppler (Haider et al., 2015). Los cambios también pueden ser similares a los hallados
en neoplasia o abscesos, debido a la presencia de congestión, hemorragia y necrosis
asociadas (D’Anjou, 2008). En los casos descritos se encontraron masas cavitadas con
múltiples septos ecogénicos y acúmulos de material líquido, rodeadas de parénquima
irregular y de ecogenicidad mixta (Nazarali et al., 2014). En un caso descrito recientemen-
te, la lesión se presentó en un gato con pectus excavatum, y los autores sugieren que los
pacientes con esta malformación pueden presentar un mayor riesgo de sufrir una torsión
hepática (Haider et al., 2015).

HEMATOMA
Los hematomas hepáticos son raros, normalmente debidos a trauma aunque también
se pueden formar después de realizar biopsias ecoguiadas. Pueden mostrar un aspec-
to ecográfico variable según la fase de organización del coágulo y con el tiempo tienden
a desarrollar un componente quístico, además de reducir progresivamente su tamaño
(D’Anjou, 2008).

ALTERACIONES DE LA VESÍCULA
BILIAR Y EL COLÉDOCO

Las enfermedades que deben incluirse en el diagnóstico diferencial para un engro-


samiento de la pared (> 1 mm) de la vesícula biliar incluyen colecistitis, edema y con
menor frecuencia neoplasia.

La presencia de líquido libre alrededor de la pared de la vesícula puede ser parecida


a un engrosamiento de la pared. La detección de líquido alrededor o entre los lóbulos
hepáticos ayuda a distinguirlo de un engrosamiento real de la pared de la vesícula biliar.

COLECISTITIS
Si bien en ocasiones la pared de la vesícula biliar puede parecer normal en la ecografía,
a menudo presenta un engrosamiento difuso, apareciendo hiperecogénica o con una
zona hipoecogénica entre dos líneas hiperecogénicas (figs. 18a y 34). Este efecto (pa-
red engrosada hipoecogénica rodeada por líneas hiperecogénicas) se observa normal-
mente en colecistitis agudas, donde la zona hipoecogénica es debida al edema y la in-
flamación de la pared. Por el contrario, una pared no tan engrosada y con una sola capa
hiperecogénica es más característica de colecistitis crónicas o cuando la inflamación es
leve (Hittmair et al., 2001) (fig. 35). En estos casos, la inflamación crónica y los proce-
sos de cicatrización explican la hiperecogenicidad de la pared (Nyland y Hager, 1985).
También es frecuente, en casos de colecistitis, observar un engrosamiento de la pared
del colédoco asociada a la dilatación de su luz (ver fig. 18c). De hecho, puede ser difícil
diferenciar entre una distensión debida a una obstrucción y una dilatación por colestasis
secundaria a la inflamación crónica del sistema biliar (Léveillé et al., 1996). En casos de

107
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Diagnóstico ecográfico en el gato

colecistitis enfisematosa o cuando existe reflujo desde el colédoco puede observarse la


presencia de gas en la vesícula biliar (fig. 36).

En la especie felina, la presencia de barro biliar es poco frecuente, a diferencia de lo que


ocurre en perros, y se asocia al aumento de las enzimas hepáticas y de bilirrubina total
(Harran et al., 2011).

OBSTRUCCIÓN DEL TRACTO BILIAR


Entre las causas de obstrucción biliar se incluyen pancreatitis, colelitiasis, inflamación,
neoplasia del tracto biliar, pancreática o duodenal y presencia de cuerpo extraño en la
papila duodenal (Léveillé et al., 1996; Gaillot et al., 2007; Brioschi et al., 2013). Dentro
de las causas inflamatorias, aparte de la pancreatititis, se ha descrito pericoledoquitis,
coledoquitis, duodenitis y absceso pancreático. Los colelitos pueden estar formados por
carbonato o palmitato de calcio o por acúmulos amorfos de sales biliares y colesterol
(Gaillot et al., 2007). También se ha descrito un caso de un quiste del colédoco causando
obstrucción biliar (Grand et al., 2010).

a b

Figura 34. Imagen sagital (a) y transversal (b) de un gato con colecistitis. Se observa un marcado engrosamiento de la pared de la vesícula biliar (entre curso-
res), con una amplia zona hipoecogénica entre dos líneas hiperecogénicas, compatible con una colecistitis aguda.

Figura 35. Engrosamiento ligero de la pared de la vesícula biliar en un gato Figura 36. Vesícula biliar de un paciente con antecedentes de obstrucción
con colecistitis. La pared de la vesícula es hiperecogénica, siendo esto más biliar, intervenido unos meses antes. Se observa una ligera cantidad de gas
compatible con una colecistitis crónica o leve. Se observa también aumento de (flecha) en el aspecto no dependiente de la vesícula biliar, causando sombra
ecogenicidad de la bilis. acústica sucia.

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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
Los cambios ecográficos de la obstrucción del tracto biliar incluyen distensión de la
vesícula biliar, pared de la vesícula biliar engrosada e hiperecogénica, dilatación del
colédoco (> 5 mm), barro biliar (figs. 37 y 38, vídeos 3–5) y dilatación de los conductos
biliares intrahepáticos (Hittmair et al., 2001). Los conductos intrahepáticos distendidos
aparecen como estructuras tubulares con paredes ecogénicas, en ocasiones tortuo-
sas, que no presentan flujo vascular cuando se valoran con Doppler. Su contenido
luminal puede ser anecogénico, ecogénico y amorfo o hiperecogénico con sombra
acústica (mineralización) (fig. 39, vídeo 6) (Gaillot et al., 2007).

El colédoco puede permanecer distendido tras la resolución de una obstrucción previa,


ya que la elasticidad de la pared puede disminuir debido a una inflamación u obstruc-
ción crónica (Léveillé et al., 1996).

COLELITIASIS
Los cálculos biliares pueden ser hallazgos incidentales, aunque en gatos se identifica
más frecuentemente una causa inflamatoria subyacente, como colecistitis o colangitis
(Eich y Ludwig, 2002). Pueden causar obstrucción biliar intra o extrahepática, pero tam-
bién pueden ser consecuencia de una obstrucción (Mayhew et al., 2002). Los cálculos
se visualizan ecográficamente como estructuras hiperecogénicas con sombra acústi-
ca. Cuando se encuentran en los conductos biliares intrahepáticos tienen tendencia a
formar tractos lineales (figs. 37 y 40, vídeos 3–6).

MUCOCELES
Contrariamente a los perros, en los que los mucoceles son relativamente frecuentes,
son muy raros en gatos y solo se ha descrito un caso asociado a lipidosis. Los cambios
descritos no eran similares al aspecto típico del mucocele en perros. Se observó una
vesícula biliar con pared hiperecogénica engrosada, que rodeaba una capa interna de
bilis hiperecogénica inmóvil, que a su vez rodeaba una región central hipoecogénica
(Bennet et al., 2007).

NEOPLASIA DE VESÍCULA BILIAR


Los pólipos y neoplasias de la vesícula biliar son poco frecuentes, pero pueden asociar-
se a obstrucción biliar. Los pólipos suelen presentarse como masas hiperecogénicas
que protruyen hacia la luz de la vesícula biliar (Hittmair et al., 2001; D’Anjou, 2008).

Se han descrito varios casos de linfoma en los que la vesícula biliar estaba afectada,
aunque el aspecto ecográfico es diferente en cada caso. Un caso se presentó como
una masa intraluminal con superficie irregular y ecogenicidad mixta. Se observó un en-
grosamiento difuso de la pared que se extendía al colédoco (Hittmair et al., 2001). En un
segundo caso se observó un engrosamiento marcado y difuso de la pared de la vesícula
biliar, prácticamente obliterando la luz, y con varias lesiones hipoecogénicas en diana en
la pared (Geigy et al., 2010). En otro caso de linfoma se observaron varias estructuras
hiperecogénicas sésiles en la pared de la vesícula biliar, protruyendo hacia la luz. Los
cambios se acompañaban de hígado hiperecogénico, múltiples nódulos hiperecogénicos
bien definidos, esplenomegalia heterogénea con múltiples nódulos hiperecogénicos y lin-
fadenopatía mesentérica (Baxter et al., 2012). En todos los casos se observó afectación
de otros órganos por el linfoma.
109
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Diagnóstico ecográfico en el gato

„ Ver vídeo
Vídeo 3. Obstrucción biliar por
cálculo en el colédoco 1

Mismo paciente que en la fig. 37.


Ecografía del abdomen craneal
derecho. Se observa un cálculo
como una superficie redondeada
a b hiperecogénica con sombra
acústica en el interior del colédoco.
Se encuentra cerca de la papila
duodenal, observándose el duodeno
al final del vídeo. Se observa también
presencia de líquido libre.

„ Ver vídeo
Vídeo 4. Obstrucción biliar por
c d
cálculo en el colédoco 2
Figura 37. Cálculo en colédoco. Proyecciones lateral derecha (a) y ventrodorsal (b) de un gato con obstrucción biliar.
Se observa una estructura redondeada de opacidad mineral y superficie ligeramente irregular superpuesta al estómago dis-
tendido en la proyección lateral y localizada lateralmente al antro pilórico en la ventrodorsal. Se observan también estructuras Mismo paciente que en la fig. 37
minerales de menor tamaño en el hígado, en la región de la vesícula biliar y en ambos riñones. (c) Ecografía del abdomen y en el vídeo 3. Ecografía de la
craneal del mismo paciente. Se observa una estructura hiperecogénica con marcada sombra acústica, que se corresponde vesícula biliar. Se observa una
con la estructura mineral visualizada radiográficamente y que se encuentra dentro del colédoco marcadamente distendi-
marcada distensión de la vesícula
do (entre cursores) (vídeo 3). (d) Imagen del hígado y de la vesícula biliar del mismo paciente. Se observan estructuras
hiperecogénicas con sombra acústica en la vesícula biliar, compatibles con cálculos. biliar, con presencia de barro biliar,
pared engrosada hiperecogénica y
múltiples estructuras hiperecogénicas
con sombra compatibles con cálculos.

„ Ver vídeo
Vídeo 5. Obstrucción biliar

a b Mismo paciente que en la fig. 38.


Se observa el colédoco, desde
Figura 38. Obstrucción biliar. (a) Se observa una distensión marcada de la vesícula biliar con contenido hiperecogénico la región de la papila duodenal,
organizado y ligero engrosamiento de la pared. (b) El material hiperecogénico se podía seguir en el conducto cístico y en un marcadamente distendido con
colédoco marcadamente distendido (entre cursores).
contenido ecogénico organizado.
El colédoco se puede seguir por el
conducto cístico hasta la vesícula
biliar, con el mismo material en la
luz y algunos cálculos con sombra
acústica.

110
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

a a

b b

Figura 39. Distensión de los conductos biliares intrahepáticos. (a) Mismo paciente que en
la fig. 37. Se observa distensión marcada de un conducto biliar intrahepático, que aparece con
pared hiperecogénica, ligeramente tortuoso y con ausencia de flujo en la valoración con Doppler
color (vídeo 6). (b) Mismo paciente que en la fig. 38. Se observa distensión de los conductos
biliares intrahepáticos con aspecto similar a la fig. 39a, pero menos marcada y visualizándose
varios conductos biliares.

„ Ver vídeo
Vídeo 6. Conductos
intrahepáticos con obstrucción
biliar

c
Mismo paciente que en las figs. 38
y 39b. Los conductos intrahepáticos Figura 40. (a) Radiografía prequirúrgica de una gata con una neoplasia renal. Se
observan mineralizaciones con forma ramificada en el hígado, compatibles con mineraliza-
periféricos se pueden seguir ciones en los conductos biliares. En el aspecto caudoventral de la silueta hepática se observa
cranealmente hasta observarse una un acúmulo menos organizado de cálculos, localizados en la vesícula biliar. (b) y (c)
mayor distensión y con contenido Ecografía de la misma paciente observándose varios cálculos hiperecogénicos con sombra
hiperecogénico organizado y acústica dentro de unos conductos biliares ligeramente distendidos.
parcialmente mineralizado, similar
al visible en la vesícula biliar y en el
colédoco.

111
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ALTERACIONES DE LA VASCULARIZACIÓN HEPÁTICA

SHUNTS PORTOSISTÉMICOS CONGÉNITOS

[
Los shunts portosistémicos congénitos son una de las alteraciones vasculares más Cuando existan shunts
frecuentes en gatos. Muchos se diagnostican en pacientes jóvenes, pero otros pueden postosistémicos congénitos,
permanecer sin diagnosticar varios años. Se clasifican en intrahepáticos y extrahepáti- hipovolemia grave, fibrosis,
cos según si se localizan dentro o fuera del parénquima hepático. cirrosis y en casos de hernia
o rotura diafragmática con
Los cambios ecográficos asociados a los shunts portosistémicos incluyen la presencia desplazamiento de parte del
de un hígado de reducido tamaño, reducción de la visualización de los vasos porta hígado hacia el tórax, podrá
intrahepáticos, renomegalia y presencia de cálculos urinarios, aunque estos hallazgos observarse microhepatía
parecen menos frecuentes en gatos que en perros (D’Anjou et al., 2004). (disminución del tamaño del
hígado).

SHUNTS EXTRAHEPÁTICOS
El tipo de shunt más frecuentemente descrito en el gato es el shunt extrahepático por-
tocava, que comunica la vena porta o sus tributarias (esplénica, gástrica derecha, gás-
trica izquierda, gastroduodenal) con la vena cava. Frecuentemente, la comunicación
con la cava se produce caudalmente al hígado, pero también se observan casos de
shunts portofrénicos, en los que el vaso anormal comunica con la cava en el aspecto
craneal del hígado, entre el diafragma y el hígado. En la mayoría de los casos de shunts
portocava, el vaso entra a la izquierda de la cava. Normalmente se observa un vaso „ Ver vídeo
anormal, tortuoso, que se origina en una rama portal y termina típicamente en la vena Vídeo 7. Shunt portocava
cava (figs. 41 y 42, vídeo 7) o en la vena ácigos.

Mismo paciente que en la fig. 41.


Los shunts portoácigos se caracterizan por la presencia de un vaso que se dirige dor- Se observa la vena porta cerca del
socranealmente. Aunque no siempre se puede seguir este vaso hasta su desemboca- hilio hepático. De ella sale un vaso
dura, la presencia de un vaso con diámetro parecido a la aorta y paralelo a esta en el de diámetro similar que se dirige
abdomen craneal (que representa el propio vaso anormal o una vena ácigos distendida) dorsalmente para desembocar en la
vena cava caudal, compatible con un
y con un flujo que se dirige hacia craneal, se considera un hallazgo específico para un
shunt portocava. Imágenes cortesía
shunt portoácigos (D’Anjou et al., 2004). Los vasos suelen presentar un flujo turbulento,
de Rafael Romero Gómez.
visualizado como un mosaico de color en la valoración con Doppler, especialmente
en el punto de comunicación con la vena cava. La vena porta presenta un tamaño

Figura 41. Gato Persa de 14 meses con un shunt portocava.


Se observa un vaso tortuoso que comunica la vena porta (PV) con
la vena cava caudal (CVC) caudalmente al hilio hepático. Imagen
cortesía de Rafael Romero Gómez.

112
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4

a b

Figura 42. Gata Común Europea de 15 años con un shunt esplenofrénico. (a) Durante un chequeo rutinario se observó un vaso tortuoso de gran tamaño (entre
cursores) cranealmente al estómago, que aparece ligeramente distendido con líquido en el campo cercano. (b) El vaso presentaba un flujo laminar, con dirección
hacia craneal y parecía proceder de la región de la vena esplénica pero no se pudo determinar dónde desembocaba. En una tomografía posterior se caracterizó el
vaso como un shunt esplenofrénico, pero que no llegaba a comunicar con la vena porta.

reducido en el hilio hepático en pacientes con un shunt extrahepático. Existe una ratio
que compara el diámetro de la vena porta justo antes de entrar en el hígado con el
diámetro máximo de la aorta para predecir la probabilidad de que exista un shunt ex-
trahepático. Según los resultados de este estudio (D’Anjou et al., 2004) una ratio entre
la vena porta y la aorta ≤ 0,65 es predictivo de la presencia de un shunt extrahepático,
mientras que una ratio ≥ 0,8 excluye su presencia.

SHUNTS INTRAHEPÁTICOS
Los shunts intrahepáticos se producen con menor frecuencia, siendo en este caso los
de división izquierda más frecuentes que los centrales o de división derecha (White et
al., 1996). Ecográficamente se visualiza un vaso hepático anómalo, que puede apare-
cer distendido y con flujo turbulento, comunicando la vena porta y la vena cava (fig. 43).
En los casos de división izquierda, el vaso pasa a través del parénquima hepático hacia
la izquierda de la línea media; en los de división derecha, el vaso pasa hacia la derecha
de la línea media y en los centrales el vaso pasa a la altura de la línea media.

a b

Figura 43. Gata Savannah de 4 meses con vómitos. (a) Se observa en el lado derecho del hígado un vaso intrahepático tortuoso que comunica la vena porta
intrahepática (PV) con la vena cava (VCC). (b) En la valoración con Doppler color el vaso presenta una zona de flujo ligeramente turbulento. Imágenes cortesía de
Rafael Romero Gómez.

113
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Diagnóstico ecográfico en el gato

SHUNTS PORTOSISTÉMICOS ADQUIRIDOS


Los shunts portosistémicos adquiridos son poco frecuentes en el gato, en comparación
con el perro (Zandvliet et al., 2005). Se desarrollan de manera secundaria cuando existe
una enfermedad hepática crónica con hipertensión portal, como en casos de fibrosis y
cirrosis o cuando existe una neoplasia infiltrativa (Zandvliet et al., 2005; D’Anjou, 2008).
También se pueden desarrollar secundariamente a alteraciones congénitas, como hi-
poplasia de la vena porta, malformación arterioportal, y trombosis o compresión de la
vena porta. Se considera que existe hipertensión portal cuando el flujo está reducido
(velocidad media < 10cm/s) o es hepatofugal (D’Anjou et al., 2004).

La hipertensión portal conduce a la apertura de vasos colaterales que comunican la cir-


culación portal con la sistémica. Típicamente es posible observar un vaso anormal que
va desde la vena esplénica y que se dirige caudalmente hacia la región renal (fig. 44a,
vídeo 8), aunque puede ser difícil seguir su recorrido. Las venas gonadales se observan
también distendidas, indicando la terminación a este nivel de la anastomosis esplenore-
nal. También se pueden observar vasos tortuosos de pequeño tamaño a nivel mesen-
térico alrededor de la vena cava, especialmente a la altura de los riñones (fig. 44b) (Zan-
dvliet et al., 2005; D’Anjou, 2008). La hipertensión portal también se puede manifestar
ecográficamente con ascitis y edema de la pared de la vesícula biliar y del páncreas.

MALFORMACIÓN ARTERIOVENOSA
Son comunicaciones congénitas o adquiridas entre las arterias hepáticas y las venas por-
ta intrahepáticas. En el gato se han descrito pocos casos que mencionen los hallazgos „ Ver vídeo
Vídeo 8. Shunt extrahepático
ecográficos (McConnell et al., 2006). Estos incluyen distensión de las ramas portales,
adquirido
múltiples vasos tortuosos intrahepáticos que pueden llegar a la superficie hepática, alre-
dedor de la vesícula biliar y hacia el porta hepatis, distensión de la arteria celíaca y comu-
Mismo paciente que en la fig. 44.
nicación de esta con la vena porta intrahepática. En la valoración con Doppler se puede Se observa un vaso tortuoso en la
observar que la vena porta y los múltiples vasos intrahepáticos presentan flujo pulsátil. La región caudal al riñón izquierdo, que
hipertensión portal resultante puede causar flujo hepatofugal y distensión de la vena porta se podía seguir hasta cerca del bazo,
y sus tributarias (fig. 45, vídeos 9 y 10). visible al final del vídeo.

a b

Figura 44. (a) Gata con infiltración hepática difusa por un linfoma (misma paciente que en la fig. 21). Se observa la presencia de un vaso tortuoso a la altura
del polo caudal del riñón izquierdo. El vaso podía seguirse cranealmente hasta la vena esplénica, siendo compatible con un shunt portosistémico adquirido secundario
a hipertensión portal por infiltración neoplásica difusa (vídeo 8). (b) Paciente con cirrosis hepática (mismo paciente que en la fig. 19). Se observan varios vasos
tortuosos en el mesenterio, cerca de la región renal, que presentan un flujo turbulento.
114
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
TROMBOSIS DE LA VENA PORTA
Es una alteración que se describe con poca frecuencia en la
especie felina y asociada a neoplasia, shunts portosistémicos
congénitos y colangitis con necrosis hepática (McConnell et al.,
2006; Rogers et al., 2008).

Ecográficamente, el trombo se visualiza como una estructura


moderadamente ecogénica e inmóvil en la luz del vaso, redu-
ciendo o eliminando el flujo en la zona. La vena puede estar dis-
tendida, y si el trombo es crónico puede observarse evidencia
de shunts portosistémicos adquiridos. El trombo puede exten-
a derse a otros vasos del sistema portal, especialmente a la vena
esplénica (Rogers et al., 2008).

„ Ver vídeo
Vídeo 9. Malformación
arterioportal

Mismo paciente que en la fig. 45.


Se observa el vaso intrahepático
tortuoso, que se puede seguir
caudalmente hacia una vena porta
que también aparece distendida. Se
b observa también una gran cantidad
de líquido libre.

„
1
Ver vídeo
Vídeo 10. Malformación
arterioportal

Mismo paciente que en la fig. 45


y en el vídeo 9. Se sigue el vaso
que comunica con el vaso tortuoso
c intrahepático hasta el origen de
Figura 45. Gato de 8 meses con malformación arterioportal. (a) Se observa un vaso la arteria celiaca, que presenta
intrahepático de gran calibre, tortuoso y con flujo pulsátil arterial. El vaso se podía seguir has- un diámetro superior a la arteria
ta la vena porta (b), también distendida y con flujo pulsátil (vídeo 9). (c) La arteria celíaca mesentérica craneal.
(entre cursores 1) se observa también distendida, con diámetro superior a la mesentérica
craneal (entre cursores 2) y también se podía seguir cranealmente en la arteria hepática que
comunicaba con el vaso intrahepático anormal.

115
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ALTERACIONES DE LA VENA CAVA


Congestión hepática
La congestión se produce de manera típica por un fallo cardiaco derecho y en casos
de taponamiento cardiaco; también se puede observar en casos de sobrehidratación
iatrogénica. Se observa distensión de la vena cava y venas hepáticas y el hígado apa-
rece aumentado de tamaño e hipoecogénico (fig. 46).

a b

Figura 46. Gato macho castrado con obstrucción urinaria y sobrehidratación. Se observa una distensión de las venas hepáticas, que se presentan con diámetro superior al normal, con
flujo laminar.

116
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Ecografía del hígado y sistema biliar
4
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118
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Ecografía del tracto
gastrointestinal
Rosa Novellas Torroja
Ecografía del tracto
gastrointestinal

Técnica ecográfica Intususcepción

Ecografía del tracto uu


Vídeo 9. Intususcepción intestinal 1

gastrointestinal normal uu
Vídeo 10. Intususcepción intestinal 2

uu
Vídeo 1. Hiato esofágico
Enfermedades inflamatorias
(corte sagital del abdomen craneal)
uu
Vídeo 11. Enteritis linfoplasmocítica
uu
Vídeo 2. Cardias
(corte sagital del abdomen craneal) uu
Vídeo 12. Fibroplasia esclerosante

uu
Vídeo 3. Unión ileocólica eosinofílica gastrointestinal felina

uu
Vídeo 4. Imagen sagital del ciego Neoplasia gastrointestinal

uu
Vídeo 13. Adenocarcinoma yeyunal
Ecografía de las alteraciones
del tracto gastrointestinal uu
Vídeo 14. Masa ulcerada en estómago

Cuerpos extraños
Úlcera gastrointestinal, perforación
uu
Vídeo 5. Cuerpo extraño y dehiscencia

uu
Vídeo 6. Cuerpo extraño lineal 1 (hilo) Línea hiperecogénica en la mucosa

uu
Vídeo 7. Cuerpo extraño lineal 2 del intestino delgado

uu
Vídeo 8. Cuerpo extraño lineal 3 Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA

[
El paciente puede colocarse en decúbito dorsal, lateral (derecho o izquier- Aunque es recomendable
do) o una combinación de ambos. De hecho, puede resultar de utilidad mantener al animal en ayunas
aprovechar los cambios de posición relativa del gas y líquido del tracto gas-
antes de realizar una ecografía
trointestinal, en especial cuando se requiere una exploración completa del
digestiva, en gatos no es tan
estómago.
importante debido a la poca
cantidad de gas del estómago
Para la exploración del tracto gastrointestinal se recomienda emplear sondas
felino.
de alta frecuencia (7,5 MHz o superior). El empleo de sondas lineales de alta
frecuencia optimiza el examen de las distintas capas de la pared intestinal.
Las sondas sectoriales o microconvexas, con superficies de contacto más
pequeñas, permiten acceder más fácilmente por debajo del arco costal y en-
tre los espacios intercostales y, por ello, permiten una mejor visualización del
cardias, píloro y porción proximal del duodeno descendente.

Para llevar a cabo la exploración ecógrafica rigurosa del estómago, se reco-


mienda generalmente un ayuno de 12 horas para limitar las interferencias que
produce el contenido gástrico, especialmente gas y artefactos relacionados.
No obstante, pese a que en perros esto es un problema bastante frecuente,
no es tan significativo en gatos, ya que en esta especie el contenido de gas
del estómago es escaso.

ECOGRAFÍA DEL TRACTO


GASTROINTESTINAL NORMAL

El tracto gastrointestinal es explorable ecográficamente desde el cardias hasta el colon


descendente (fig. 1). Tanto el esófago distal como la zona del cardias son visibles en
algunos gatos a nivel de la línea media del abdomen craneal o ligeramente desplazados
hacia la izquierda. Estas estructuras se identifican con mayor facilidad en gatos seda-
dos o anestesiados.

El estómago se localiza en el abdomen craneal izquierdo, caudal al hígado. Se divide en


fundus gástrico (en el abdomen dorsal izquierdo), cuerpo del estómago, antro pilórico
y canal pilórico (en la línea media y abdomen ventral). El píloro y la flexura duodenal
craneal son caudales al hilio hepático y ventrales a la vena porta. La flexura duodenal
craneal forma un ángulo cerrado en dirección caudal y se localiza medialmente a la
superficie caudoventral de los lóbulos hepáticos del lado derecho.

A diferencia de los perros, el duodeno descendente se localiza más próximo a la línea


media y normalmente no entra en contacto con la pared abdominal. El duodeno des-
cendente proximal discurre ventralmente al lóbulo caudado del hígado y ventralmente

122
ÍNDICE | 
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

1
4 2

7
6
8

Figura 1. Imagen volumétrica de una TC abdomi-


nal en un gato sano que muestra la disposición normal
del tracto gastrointestinal. 1: cardias; 2: fundus gástrico;
3: píloro; 4: duodeno descendente; 5: yeyuno; 6: unión ileo- 5
cólica; 7: ciego; 8: colon descendente. Obsérvese que este
paciente presenta un colon ascendente corto.

al riñón derecho, antes de girar hacia medial en la flexura duodenal caudal. Por su
parte, el duodeno ascendente discurre en dirección craneal, desplazado ligeramente
hacia la izquierda de la línea media para, a partir de la unión duodenoyeyunal, pasar a
denominarse yeyuno. Tanto el yeyuno como el íleon proximal pueden seguirse en su
recorrido por el abdomen. El íleon terminal se localiza por norma general en la mitad
del abdomen medio derecho y normalmente puede seguirse hasta la unión ileocólica,
donde el íleon desemboca en el colon. El ciego es pequeño, no compartimentalizado y
sin contenido gaseoso. Tanto el ciego como el colon ascendente se sitúan mediales al
duodeno descendente. El colon ascendente continúa en dirección craneal a partir del
ciego y discurre durante un corto trayecto por el lado derecho del abdomen.

En algunos animales pueden observarse variaciones anatómicas en relación a la lon-


gitud y localización del colon ascendente. Cuando esto sucede, el colon ascendente
puede no localizarse o estar situado más a la izquierda de lo normal (ver fig. 1). Justo
caudal al estómago puede visualizarse el giro del colon hacia la izquierda, cruzando el
abdomen craneal en la porción denominada colon transverso. El colon descendente es
explorable ecográficamente a lo largo de la pared abdominal izquierda hasta la entrada
en la cavidad pélvica. Cuando el colon descendente está distendido debido a la pre-
sencia de heces o gas, puede desplazarse a la derecha de la línea media y presentar
un recorrido más tortuoso.

Los parámetros del tracto gastrointestinal que se tienen que valorar son los siguientes:
nn Grosor global de la pared.
nn Ecogenicidad.
nn Presencia de estratificación.
nn Grosor relativo de cada capa.
nn Patrón de la luz del órgano.
nn Peristaltismo.

123
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Diagnóstico ecográfico en el gato

El grosor de la pared varía en cada segmento gastrointestinal. El íleon se considera


generalmente el segmento con las paredes más gruesas. Sin embargo, un estudio
reciente indica que esta afirmación solo es válida si se realiza la medición a nivel de
los pliegues, y no entre pliegues (Di Donato et al., 2014). Por el contrario, el colon es el
segmento con la pared más fina. En la tabla 1 se incluyen los grosores considerados
normales para cada segmento del tracto gastrointestinal en el gato.

La ecografía permite diferenciar un total de cinco capas en el tracto gastrointestinal. De


dentro hacia afuera: la interfase entre la luz del tubo digestivo y la mucosa es una línea
hiperecogénica, la mucosa es hipoecogénica, la submucosa es una fina línea hipereco-
génica y la capa muscular es hipoecogénica. La serosa y subserosa son hiperecogé-
nicas (fig. 2). Todas las capas deben poder diferenciarse, tanto en cortes transversales
como longitudinales. Sin embargo, en las secciones transversales de asas aplanadas,
la mucosa no forma un círculo completo. En su lugar, se puede observar una línea hi-
perecogénica a través de la capa mucosa a cada lado de la imagen ecográfica del asa.
Esta banda constituye una interfase en la mucosa y se debe a que existe una mayor
distancia entre las vellosidades en ambos lados de la sección transversal máxima del
intestino, en aquellos segmentos en los que las asas intestinales están colapsadas
(fig. 3) (Rault et al., 2004). No se han observado diferencias significativas entre las medi-
das obtenidas en cortes transversales y los cortes longitudinales de duodeno y yeyuno.

Tabla 1. Rangos de grosores considerados normales (mm) para cada segmento gastrointestinal.

Newell et al., 1999 (1) Goggin et al., 2000 (2) Winter et al., 2014 (3) Di Donato et al., 2014 (1) Besso et al., 2004 (4)
Pliegues 4,4 ± 0,31
Entre pliegues 2 ± 0,41
Estómago §§ Fundus 2 (1,7-2,2) 1,8 (1,6; 2)
§§ Cuerpo 2,2 (1,9; 2,6)
Píloro 2,1 (1,9-2,4) 2,1 (1,7; 2,7)
Duodeno 2,4 ± 0,51 2,2 (2-2,4) 2,4 (2,2; 2,7) 2,2 ± 0,17

Yeyuno 2,3 (2,1-2,5) 2,3 (2; 2,5) 2,2 ± 0,18


2,09 ± 0,37
2,8 (2,5-3,2) 2,8 (2,3; 3,2)
Íleon Pliegues 3,0 ± 0,28
Entre pliegues 2,04 ± 0,17
Proximal 1 (0,7-1,4)
Ciego
Distal 2,5 (1,5-3)
Colon 1,7 ± 0,27 1,5 (1,4-1,7) 1,2 (1,2; 1,3)
(1)
Las medidas indicadas se expresan como medias ±SD. (2) Las medidas indicadas se expresan como medias (95 % de intervalo de confianza).
(3)
Las medidas indicadas se expresan como medianas (1er cuartil, 3er cuartil). (4) Las medidas indicadas se expresan como medias (rango).

124
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5
Serosa y subserosa
Interfase
Muscular luz-mucosa
Submucosa Mucosa
Mucosa Submucosa
Interfase Muscular
luz-mucosa
Serosa y subserosa

a b

Interfase luz-mucosa Serosa y subserosa


Mucosa Muscular
Submucosa Submucosa
Muscular Mucosa
Serosa y subserosa Interfase luz-mucosa

c d

Figura 2. Diferenciación normal de las capas del tracto gastrointestinal. El aspecto y el grosor relativo de las diferentes capas varían en función del segmento gas-
trointestinal. (a) Ecografía transversal del fundus en la que puede verse una pequeña cantidad de gas en la luz. (b) Ecografía longitudinal de varias asas yeyunales
con patrón intraluminal mucoso. (c) Ecografía longitudinal del íleon, en las proximidades de la unión ileocólica. (d) Ecografía longitudinal del colon descendente
con contenido fecal en la luz intestinal.

Figura 3. Interfase mucosa extendida. Ecografía trans-


versal de un asa yeyunal. Se observa una fina línea hipe-
recogénica en el centro del asa, entre la luz y la mucosa,
que cruza de un lado a otro. La mucosa no forma un círculo
completo.

125
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Diagnóstico ecográfico en el gato

No obstante, se han descrito diferencias en el grosor relativo de las capas del intestino
para cada segmento del sistema gastrointestinal. En dos estudios recientes se analizó el
grosor normal de cada capa de los distintos segmentos gastrointestinales en la especie
felina (Di Donato et al., 2014; Winter et al., 2014). En el primer estudio, que tuvo en cuen-
ta todos los segmentos gastrointestinales de 38 gatos sanos, se determinó que la capa
mucosa era más gruesa que todas las demás capas del resto de segmentos; la muscu-
lar era más gruesa que la submucosa y la serosa, y la submucosa era más gruesa que
la serosa en todos los segmentos. La mucosa más gruesa se encontraba en duodeno e
íleon, mientras que la muscular era más gruesa en el íleon que en los demás segmentos
(Winter et al., 2014). En el segundo estudio, que evaluó el intestino delgado de 20 gatos
sanos, se observaron algunas discrepancias (tabla 2) (Di Donato et al., 2014).

Asimismo, también se ha descrito la relación existente entre el grosor de la mucosa y el


diámetro aórtico a la altura de la arteria celíaca y entre el grosor de la capa muscular y
el diámetro aórtico (tabla 3) (Winter et al., 2014).

Tabla 2. Grosor de las capas gastrointestinales (mm) para cada segmento gastrointestinal en gatos sanos.

Estómago
Fundus Cuerpo Píloro
(a) (a) (a)
Mucosa 1,2 (1; 1,9) 0,9 (0,6; 1,1) 0,8 (0,6; 1)

Submucosa 0,4 (0,3; 0,5) 0,4 (0,3; 0,5) 0,4 (0,3; 0,5) (a) Winter et al., 2014.
Las medidas indicadas
Muscular 0,6 (0,6; 0,9) 0,6 (0,5; 0,8) 0,6 (0,4; 0,8) se expresan como medianas
Serosa 0,3 (0,2; 0,3) 0,3 (0,3; 0,4) 0,3 (0,2; 0,3) (1er cuartil, 3er cuartil).

Intestino
Duodeno Yeyuno Íleon Colon
Entre
(a) (b) (a) (b) (a) Pliegues (b) (a)
pliegues (b)
Mucosa 1,4 (1,2; 1,6) 1,27 ± 0,15 1,1 (1; 1,4) 1,2 ± 0,14 1,3 (0,9; 1,5) 0,46 ± 0,08 0,49 ± 0,08 0,4 (0,4; 0,5)

Submucosa 0,3 (0,3; 0,4) 0,36 ± 0,04 0,3 (0,3; 0,4) 0,36 ± 0,04 0,3 (0,3; 0,5) 1,49 ± 0,29 0,53 ± 0,09 0,3 (0,2; 0,3)

Muscular 0,4 (0,3; 0,5) 0,28 ± 0,07 0,4 (0,3; 0,7) 0,35 ± 0,05 0,8 (0,6; 1) 0,66 ± 0,11 0,65 ± 0,1 0,3 (0,2; 0,3)

Serosa 0,3 (0,3; 0,3) 0,29 ± 0,03 0,3 (0,2; 0,3) 0,31 ± 0,04 0,3 (0,3; 0,3) 0,38 ± 0,08 0,38 ± 0,07 0,2 (0,2; 0,3)

(a) Winter et al., 2014. Las medidas indicadas se expresan como medianas (1er cuartil, 3er cuartil). (b) Di Donato et al., 2014. Las medidas indicadas se expresan como
medias ± SD.

Tabla 3. Relación normal entre el grosor de la mucosa y el diámetro aórtico (Ao), y entre el grosor de la
muscular y el diámetro aórtico (Winter et al., 2014).

Fundus Cuerpo Píloro Duodeno Yeyuno Íleon Colon


Relación 0,25 0,18 0,16 0,27 0,22 0,25 0,08
Mucosa:Ao (mm) (0,20; 0,27) (0,12; 0,20) (0,12; 0,21) (0,22; 0,31) (0,20; 0,25) (0,19; 0,29) (0,07; 0,09)
Relación 0,12 0,12 0,11 0,079 0,087 0,14 0,05
Muscular:Ao (mm) (0,10; 0,16) (0,09; 0,16) (0,09; 0,15) (0,059; 0,096) (0,063; 0,130) (0,12; 0,19) (0,04; 0,06)

Las medidas indicadas se expresan como medianas (1er cuartil, 3er cuartil).

126
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Hiato esofágico (corte
La luz del tracto gastrointestinal puede contener moco, gas, líquido, contenido alimen-
tario y fecal. Todos estos elementos crean diferentes patrones ecográficos. El patrón
mucoso se observa como una línea ecogénica sin sombra acústica (fig. 4a). La cantidad
sagital del abdomen craneal)
de gas presente en el tracto gastrointestinal felino en condiciones normales es menor
en comparación con la especie canina. Sin embargo, puede aumentar significativamen-
Cranealmente, a la izquierda de la te en animales enfermos. El gas producirá una superficie hiperecogénica en la interfase
imagen, se observa el hígado en entre el gas y la pared del estómago o intestino, con sombra acústica y reverberaciones
el campo cercano y, un poco más
(fig. 4b). Cuando se observan estos artefactos, solo puede evaluarse la pared más
alejada, la línea hiperecogénica de
la interfase diafragma-pulmón. Más próxima a la sonda. El contenido líquido se observa en la luz del estómago o intestino
caudal, y a la derecha, se observa entre anecogénico e hipoecogénico (fig. 4c). La ecogenicidad variará en función del
el estómago. En su aspecto dorsal tipo de líquido y de la presencia de partículas alimentarias o pequeñas burbujas de gas
se ve el esófago abdominal que se en suspensión, que se visualizarán como puntos brillantes diseminados por la imagen
extiende desde el estómago hasta
ecográfica. Las partículas alimentarias pueden tener un aspecto variable en función
el hiato esofágico, visible como
una discontinuidad en la línea de su composición, y varían desde hipoecogénicas a hiperecogénicas. Normalmente,
hiperecogénica de la interfase los alimentos no generan sombras acústicas importantes, aunque existen excepciones
diafragma-pulmón. (fig. 4d). Las heces se asocian normalmente a sombras acústicas.

a b

c d

Figura 4. Patrones intraluminales del tracto gastrointestinal. (a) Ecografía longitudinal de un asa de intestino delgado. La luz intestinal contiene una pequeña
cantidad de moco que se aprecia como una línea hiperecogénica sin artefactos asociados. (b) Ecografía longitudinal del cuerpo del estómago. En el lado medial
(a la izquierda de la imagen), se observa una pequeña cantidad de gas que está produciendo una sombra sucia, una cola de cometa y artefactos de reverberación.
Los artefactos de reverberación se observan a la izquierda de la imagen y generan varias líneas paralelas hiperecogénicas que aparecen a intervalos regulares en el
campo lejano. La cola de cometa (flechas) se encuentra entre el artefacto de reverberación y la sombra acústica. En el resto de la luz gástrica existe un patrón mucoso.
(c) Ecografía transversal del fundus gástrico. La luz se encuentra moderadamente distendida con líquido anecogénico. Esto hace que la pared del estómago se vea
en el campo lejano y provoca el refuerzo posterior. (d) Ecografía transversal del fundus con contenido gástrico. Se observa líquido hiperecogénico en la luz del campo
cercano, pero en el resto del estómago puede verse contenido alimentario con una moderada sombra acústica asociada.
127
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Parte del esófago distal puede visualizarse atravesando el dia-


fragma, a nivel del hiato esofágico (fig. 5a, vídeo 1). El cardias
puede identificarse a nivel de la unión gastroesofágica como un
pequeño tramo con una muscular prominente (fig. 5b, vídeo 2).

El estómago puede identificarse fácilmente gracias a su posición


craneal izquierda y a la presencia de pliegues gástricos que se
proyectan hacia la luz. Los pliegues gástricos son menos nume-
rosos y más finos en gatos en comparación con los perros. El
grosor de la pared gástrica varía significativamente en función del
grado de distensión del estómago. Además, existen diferencias a

entre las medidas del grosor de los pliegues en comparación con


el grosor entre los pliegues. El grosor normal de la pared del estó-
mago debe ser inferior a 2 mm entre pliegues y como máximo de
4,4 mm en los pliegues (Newell et al., 1999). Cuando el estómago
está vacío, la pared del estómago se caracteriza por la presencia
de pliegues gruesos muy próximos entre sí, fácilmente visibles en
un corte sagital del estómago (perpendicular al eje gástrico). En
un plano transversal, el estómago presenta un aspecto en rueda
de carro (fig. 6a). La evaluación del estómago mediante un corte
longitudinal puede ser complicada, ya que los cortes oblicuos
a nivel de los pliegues pueden dar la falsa impresión de que la
pared gástrica está engrosada y sin capas diferenciadas (fig. 6b). b
Los pliegues del estómago son más evidentes en el fundus gás- Figura 5. Porción abdominal del esófago y cardias. (a) Ecografía longitudinal de la
trico, mientras que el antro presenta una pared más lisa (fig. 4b). zona del hiato esofágico. Se observa el esófago atravesando el hiato esofágico (flechas). La
interfase entre el diafragma y el pulmón puede verse craneal y caudalmente al esofágo como
una línea hiperecogénica con sombra acústica asociada. El hígado se encuentra en el campo
cercano craneal y el estómago en el campo cercano caudal. (b) Ecografía longitudinal

!
del cardias. Se observa la muscular prominente del cardias (entre cursores). Una parte del
fundus gástrico puede observarse en posición caudal al cardias (a la derecha de la imagen).

PUNTOS CLAVE

Ecogenicidad de los diferentes patrones


„ Ver vídeo
Vídeo 2. Cardias (corte sagital
intraluminales del tracto gastrointestinal del abdomen craneal)
en el gato
§§ En el patrón mucoso se observa una línea
El estómago se observa en el centro
ecogénica sin sombra acústica. de la imagen. En su aspecto craneal
§§ En el patrón gaseoso se observa una se observa una capa muscular más
superficie hiperecogénica asociada a prominente, que se corresponde
sombra acústica y reverberaciones. con el cardias. Cranealmente al
él, se observa parte del esófago
§§ Los alimentos no suelen crear sombras
abdominal.
acústicas demasiado marcadas.
§§ Las heces se asocian normalmente a
sombras acústicas.

128
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

a b

Figura 6. Estómago normal. (a) Ecografía transversal del estómago vacío. Los pliegues protruyen hacia la luz del estómago, lo que le confiere un aspecto de rueda de carro.
(b) Ecografía longitudinal del estómago. Obsérvese que en la porción media del estómago, el corte oblicuo de los pliegues dificulta la evaluación del grosor real de la pared.

Algunos gatos presentan tejido adiposo acumulado en la submucosa del estómago. Si


bien esto es más fácilmente detectable mediante radiografía o tomografía computariza-
da (figs. 7a y 7b) (Heng et al., 2005), también es posible detectarlo mediante ecografía
en algunos pacientes como una submucosa más engrosada (fig. 7c).

a c

Figura 7. Tejido adiposo en la submucosa gástrica. (a) Radiografía ventrodorsal del abdomen de un gato adulto. Se observa una banda con opacidad de grasa
intramural en la pared del estómago (flecha). (b) TC de contraste del abdomen craneal. Se observa una banda de atenuación de grasa (flecha) entre la mucosa (que
presenta captación de contraste), y la muscular y la serosa. (c) Ecografía del fundus del mismo gato que en (a). La luz del estómago contiene una cantidad moderada
de gas. En la submucosa (entre cursores) se observa una capa hipoecogénica gruesa.

129
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Diagnóstico ecográfico en el gato

El píloro también puede visualizarse entre el antro pilórico y el


duodeno, y presenta una capa muscular prominente (fig. 8).

El número normal de contracciones peristálticas a nivel del estó-


mago en pequeños animales es de 4-5 contracciones por minuto.

Para poder localizar el duodeno es necesario tener en cuenta sus


relaciones anatómicas, pudiéndose seguir caudalmente al píloro.
La papila duodenal mayor se localiza habitualmente cerca del pí-
loro y es una zona nodular de pequeño tamaño situada en el bor-
de mesentérico de la pared (fig. 9a). No existen diferencias en las
capas o de grosor que permitan diferenciar el duodeno (fig. 9b)
del yeyuno. Es importante recordar que, en gatos obesos, gran Figura 8. Ecografía longitudinal del píloro. El antro pilórico se observa en el lado derecho
parte del intestino delgado puede localizarse a la derecha de de la imagen y el duodeno a la izquierda. El píloro (flechas) se observa entre los dos, con una
muscular prominente y una mucosa algo menos prominente.
la línea media. El íleon terminal se localiza medial al duodeno
descendente. En su parte final se encuentra la unión ileocólica
(fig. 10a, vídeo 3). Además, en el íleon terminal es característica
la existencia de una submucosa y muscular prominentes, lo que
le confiere un aspecto de rueda de carro (fig. 10b).

Figura 9. Duodeno y papila duodenal. (a) Ecografía


longitudinal corta del duodeno proximal. La papila duodenal
se observa como un nódulo en la pared del duodeno (fle-
cha). (b) Ecografía longitudinal del duodeno descendente
en dirección caudal a la papila. El duodeno descendente
mantiene una estrecha relación con el aspecto ventral de
los lóbulos hepáticos derechos situados dorsalmente con
respecto al duodeno en esta imagen. Obsérvese que el
grosor y diferenciación de las capas no permiten diferen-
a b ciar el duodeno del yeyuno (ver fig. 2b)

Figura 10. Íleon y unión ileocólica. (a) Ecografía


longitudinal del íleon cerca de la unión ileocólica (entre
cursores). Obsérvese la prominencia de la muscular y la
submucosa en comparación con otros segmentos del in-
testino delgado. El colon, que contiene gas, se observa a la
izquierda de la unión ileocólica. (b) Ecografía transversal
del íleon distal con aspecto de rueda de carro. Obsérvese la
submucosa prominente, más gruesa a nivel de los pliegues
a b y más fina entre pliegues.

Corte sagital de la unión ileocólica en abdomen craneal. A la izquierda de


la imagen se reconoce el colon, visible como una estructura con pared
estratificada delgada, contenido fecal y gas. En el centro de la imagen, se
„ Ver vídeo

observa la unión ileocólica, con el íleo, reconocible por sus capas submucosa y Vídeo 3. Unión ileocólica
muscular prominentes, se continúa caudalmente, hacia la derecha de la imagen.

130
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

„ Ver vídeo El número normal de contracciones peristálticas del duodeno proximal en pequeños
animales es de 4-5 contracciones por minuto. En el resto del intestino delgado, el nú-
Vídeo 4. Imagen sagital del ciego mero baja a 1-3 contracciones por minuto.
En la especie felina, tanto la unión ileocólica como el ciego se reconocen fácilmente, ya
que el ciego generalmente no contiene gas. El ciego se caracteriza por ser un segmen-
El ciego se reconoce a la izquierda
to intestinal en fondo de saco, de 2-3 cm de longitud, en forma de coma y con forma
de la pantalla como la estructura con
pared parecida a la del colon (que cóncava hacia el íleon (Besso et al., 2004). La unión cecocólica es amplia, sin presencia
se extiende desde el centro hacia la de esfínteres, mientras que la unión ileocólica presenta una marcada protuberancia
derecha de la imagen). El aspecto que se introduce en el colon. El ciego presenta una pared fina proximalmente y una
más distal del ciego adquiere forma pared más gruesa distalmente, que contiene tejido linfático. La pared proximal presenta
de fondo de saco y presenta una
capas bien diferenciadas, mientras que el fondo de saco tiene paredes más gruesas,
pared algo más gruesa y sin una
estratificación bien definida. Se
es hipoecogénico y no presenta una estratificación clara entre capas (fig. 11, vídeo 4)
observa también el íleon y la unión (Besso et al., 2004). El colon (fig. 12a) puede seguirse a partir de la unión ileocólica.
ileocólica en el centro de la imagen, También la identificación de su pared fina permite localizarlo en otras posiciones. En
hacia la mitad del vídeo. cortes transversales, puede identificarse con facilidad en posición dorsal respecto a
la vejiga gracias a su forma convexa e hiperecogénica (fig. 12b). En un colon vacío, la
pared presenta un aspecto irregular debido al fruncimiento de la mucosa, lo que no
debe confundirse con una pared engrosada (fig. 12c). Normalmente no se observan
contracciones peristálticas en el colon.

Figura 11. Ciego. (a) Ecografía transversal


del ciego proximal vacío, con patrón intraluminal
mucoso (flechas). La pared del ciego muestra una
apariencia similar a la pared del colon, pero su
localización anatómica y la existencia de un fon-
do de saco característico permite identificar este
segmento intestinal. (b) Ecografía longitudinal del
ciego distal. Se observa una pared hipoecogénica​
sin capas diferenciadas (entre cursores). La pared
del ciego proximal no se observa con claridad en
esta ecografía debido a que se encuentra en un a b
plano diferente.

a b c

Figura 12. Colon normal. (a) Ecografía longitudinal del colon. Los cursores delimitan la pared; la luz intestinal contiene heces y gas que provocan una sombra acústica y reverberaciones.
(b) Ecografía transversal del colon, dorsal a la vejiga urinaria. El colon está lleno de heces que provocan sombra acústica. La delgada pared se visualiza bien en la parte central del colon, donde
es perpendicular al haz de ultrasonidos. Sin embargo, en las regiones más laterales apenas es visible, debido a su superficie curva. (c) Ecografía transversal del colon vacío. La mucosa está
fruncida, dando la falsa impresión de que la pared está engrosada.

131
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES


DEL TRACTO GASTROINTESTINAL

CUERPOS EXTRAÑOS

El aspecto ecográfico de los cuerpos extraños varía en ecogenicidad, tamaño y forma.


Muchos cuerpos extraños presentan una superficie hiperecogénica con sombra acús-
tica marcada (fig. 13), sin embargo, no siempre es así y también pueden observarse
cuerpos extraños menos ecogénicos con sombra acústica leve o sin sombra acústica
(fig. 14). El hecho de observar una distensión focal o regional del intestino delgado con
gas o líquido es indicador de obstrucción. Identificar y seguir estas asas puede ser de-
cisivo para localizar el cuerpo extraño (vídeo 5).
„ Ver vídeo

Vídeo 5. Cuerpo extraño


Los cuerpos extraños lineales son frecuentes en gatos. Se observan como estructuras
hiperecogénicas lineales en la luz intestinal y las paredes intestinales a su alrededor
presentan un aspecto típicamente fruncido (fig. 15, vídeos 6 y 7). Los cuerpos extraños Mismo cuerpo extraño que en
lineales pueden mostrar una sombra acústica marcada, especialmente cuando son la fig. 14. Se observa el intestino
gruesos. No obstante, cuando son delgados (cuerdas finas, hilos) la sombra acústica delgado distendido, con líquido
hiperecogénico en dirección oral
puede ser poco marcada o inexistente. La distensión intestinal asociada a la presencia
al cuerpo extraño. Los agujeros del
de cuerpos extraños lineales suele ser menos pronunciada que la que se observa con botón también son visibles como
cuerpos extraños no lineales de mayor tamaño (Penninck, 2008). En ocasiones, parte pequeñas discontinuidades en el
del cuerpo extraño lineal puede quedar anclado en el antro pilórico (fig. 16, vídeo 8). centro de la estructura.

Figura 13. Cuerpo extraño gástrico. Se observa una estructura irregular, hiperecogénica, Figura 14. Cuerpo extraño intestinal (botón). Se observa una estructura hiperecogénica
bien definida (flechas) y con sombra acústica marcada en el interior del estómago. Existe bien definida en la luz intestinal. La estructura muestra una sombra acústica ligera, ya que
una ligera cantidad de líquido alrededor del cuerpo extraño, pero por lo demás el estómago aún es posible visualizar parcialmente la pared lejana del intestino. Se observan dos peque-
está vacío. ñas discontinuidades en la superficie de la estructura (flechas) que se corresponden con los
agujeros del botón.

132
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

Figura 15. Cuerpo extraño lineal (hilo). (a) Se observa


un cuerpo extraño lineal hiperecogénico (flecha) sin som-
bra acústica en la luz del intestino delgado. (b) Las pa-
redes del intestino delgado aparecen plegadas (puntas de
flecha) alrededor del cuerpo extraño. a b

„ Ver vídeo
Vídeo 6. Cuerpo extraño lineal
Mismo cuerpo extraño que en la fig. 15. Se observa un hilo en el interior del
intestino delgado (flechas) que aparece fruncido alrededor del cuerpo
extraño. La grasa mesentérica alrededor del asa intestinal presenta un aspecto
1 (hilo) hiperecogénico a consecuencia de la inflamación. No se observa líquido o gas
libres, lo que indicaría una perforación.

„ Ver vídeo Se observa una larga línea hiperecogénica sin sombra acústica en la luz
intestinal que puede seguirse por un gran segmento del intestino. Se observa la
Vídeo 7. Cuerpo extraño lineal 2 pared intestinal fruncida alrededor del cuerpo extraño.

a b c

Figura 16. Cuerpo extraño lineal que se podía seguir desde el estómago hasta el duodeno. (a) El cuerpo extraño (flechas) es visible en la región del cuerpo del estómago, con una ligera
sombra acústica. (b) A nivel del antro pilórico el cuerpo extraño muestra una sombra acústica moderada (flecha). (c) El cuerpo extraño lineal (entre cursores) podía seguirse ecográficamente
hasta el duodeno descendente.

„ Ver vídeo
Se observa un cuerpo extraño lineal con moderada sombra acústica en el
cuerpo del estómago (visible en el centro y campo cercano de la imagen).
Vídeo 8. Cuerpo extraño lineal 3 El cuerpo extraño puede seguirse por el antro pilórico y por el duodeno (a la
izquierda de la imagen).

Aunque los tricobezoares gástricos (bolas de pelo) son frecuentes en los gatos, rara-
mente producen una obstrucción intestinal. Sin embargo, pueden estar implicados en
las obstrucciones debidas a una estenosis intestinal o a la disfunción del intestino delga-
do. Estos tricobezoares están formados por pelo ingerido compactado y se observan
como estructuras hiperecogénicas con sombra acústica marcada y limpia (fig. 17).

Los cuerpos extraños pueden estar asociados a una intususcepción o pueden encon-
trarse a la altura de intestino patológicamente estrechado, como en caso de neoplasias
o cuando existe una estenosis posquirúrgica.

133
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Figura 17. Tricobezoar intestinal. Se observa una es-


tructura hiperecogénica con sombra acústica sucia (entre
flechas) en el interior de un intestino ligeramente distendi-
do. Se extrajo un tricobezoar mediante cirugía.

INTUSUSCEPCIÓN „ Ver vídeo


Vídeo 9. Intususcepción
Las intususcepciones presentan un aspecto ecográfico en multicapa o como una lesión intestinal 1
de la pared intestinal en forma de diana. Las múltiples capas están formadas por las pa-
redes superpuestas del intussusceptum (asa interna) y del intussuscipiens (asa externa Mismo paciente que en las figs. 19 y
que recibe el intussusceptum en su luz) (Penninck, 2008). En los cortes transversales, 20 con intususcepción del intestino
el aspecto en multicapa se visualiza en forma de anillos concéntricos (figs. 18 y 19, delgado. Al principio del vídeo y
en el corte longitudinal se observa
vídeos 9 y 10). Cualquiera de los segmentos gastrointestinales puede verse implicado,
el intestino afectado con aspecto
incluido el estómago, el intestino delgado y el colon. Normalmente se observa la disten-
multicapa. A continuación, los cortes
sión del asa intestinal oral al intussusceptum. transversos muestran un asa en
forma de anillos concéntricos. En
la luz del asa interna se observa
material hiperecogénico con sombra
acústica, lo que indica la presencia
de un cuerpo extraño.

Figura 18. Intususcepción del intestino delgado. Se


observan varios cortes transversos de las asas afectadas;
en este caso se trata de una intususcepción muy extensa,
ya que se observan dos secciones transversales (cada una
entre flechas), una encima de la otra. En ambas se observa
el aspecto de anillos concéntricos.

134
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

a b

Figura 19. Intususcepción del intestino delgado. (a) Corte transverso de la intususcepción con aspecto de anillos concéntricos. La grasa mesentérica (puntas de flecha) se observa como
el tejido hiperecogénico que rodea al intussusceptum. (b) Corte longitudinal del área afectada, que muestra un aspecto en multicapa.

„ Ver vídeo
Vídeo 10. Intususcepción
El aspecto de la pared del intestino implicado puede variar en función del tiempo trans-
currido desde que se produjo la intususcepción y del grado de compromiso vascular. La
intestinal 2 pared del intussuscipiens normalmente está engrosada e hipoecogénica, mientras que la
pared del intussusceptum puede aparecer normal. Con frecuencia, la grasa mesentérica
Se observa una intususcepción se encuentra implicada en el proceso, invaginándose junto con el intussusceptum. Esta
intestinal al principio del vídeo, con grasa se visualiza como tejido hiperecogénico alrededor o a un lado del intussusceptum
el aspecto típico en multicapa. En el (fig. 19). La ecografía Doppler es útil para evaluar la presencia de flujo sanguíneo en el
corte transverso se observan anillos
mesenterio del intestino invaginado. En perros se ha descrito que el Doppler es una téc-
concéntricos. También se observa
nica útil para predecir la reducibilidad de la intususcepción (Patsikas et al., 2005) (fig. 20).
grasa mesentérica hiperecogénica
alrededor del asa interna.
Otras lesiones, como cuerpos extraños o neoplasias, también pueden asociarse a una
intususcepción (ver vídeo 9).

Figura 20. Intususcepción del intestino delgado. Mis-


mo paciente que en la fig. 19. La exploración con Doppler
muestra un buen flujo sanguíneo en los vasos mesentéri-
cos alrededor del intussusceptum.

135
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ENFERMEDADES INFLAMATORIAS

Las gastritis y enteritis pueden no mostrar cambios ecográficos significativos, por lo


tanto, el hecho de observar paredes con grosor normal no excluye la presencia de
una enfermedad inflamatoria. Sin embargo, los cambios que pueden estar presentes
cuando existe una enfermedad inflamatoria incluyen el engrosamiento ligero difuso o
multifocal de la pared y la pérdida de definición de la estratificación (Baez, 1999; Pen-
ninck, 2002 y 2008) (fig. 21). En ocasiones también puede observarse engrosamiento
de la muscular (Baez et al., 1999; Bettini et al., 2003; Diana et al., 2003) (figs. 22 y 23,
vídeo 11). No obstante, este hallazgo es bastante inespecífico y también puede encon-
trarse en casos de obstrucción parcial crónica, linfomas y mastocitomas intestinales.

En gatos con enfermedad inflamatoria intestinal (IBD, del inglés Inflammatory Bowel Di-
sease), como enteritis linfoplasmocítica o eosinofílica, los hallazgos ecográficos descritos
incluyen aumento de grosor de la pared, engrosamiento de la capa muscular, mucosa
hiperecogénica y una banda hiperecogénica visible en la mucosa (Zwingenberger et al.,
2010; Tucker et al., 2014). En un estudio, los gatos con enteritis eosinofílica presentaron un
grosor de la pared yeyunal superior y una incidencia más alta de engrosamiento de la capa
muscular en comparación con gatos con enteritis linfoplasmocítica (Tucker et al., 2014).

En los cuadros de enteritis es frecuente la existencia de un intestino delgado corrugado,


pero hay que tener en cuenta que es un signo inespecífico que también se ha descrito
en casos de peritonitis, pancreatitis, uroabdomen, isquemia intestinal y linfoma (Moon
et al., 2003) (fig. 24).

En la peritonitis infecciosa felina pueden presentarse masas focales en la pared intes-


tinal (Harvey et al., 1996). También es posible observar linfadenopatía, líquido libre y/o
granulomas en el mesenterio o en otros órganos.

a b

Figura 21. Enfermedad inflamatoria intestinal. (a) Este paciente sufría una enteropatía con pérdida de proteínas y se le diagnosticó una enteritis eosinofílica.
Se observan varias regiones multifocales con engrosamiento de la pared (principalmente afectando la mucosa) y un aumento difuso de la ecogenicidad de la mucosa.
(b) También se observa la pérdida de estratificación normal en varias asas.

136
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

a b

Figura 22. Enfermedad inflamatoria intestinal. Imágenes longitudinales del intestino delgado en dos pacientes (a) y (b) con enteritis linfoplasmocítica.
La estratificación de la pared del intestino delgado se mantiene, pero se observa un ligero engrosamiento de la muscular (flechas) en ambos pacientes.

a b c

Figura 23. Enfermedad inflamatoria intestinal. (a) y (b) En este paciente se observa un engrosamiento marcado y difuso de la muscular (flechas). La capa muscular es más gruesa que
la mucosa. Se le diagnosticó enteritis linfoplasmocítica. (c) También se observa linfadenopatía moderada (entre cursores) con nódulos linfáticos prominentes e hipoecogénicos.

„ Ver vídeo
Vídeo 11. Enteritis
Mismo paciente que en la fig. 23. Se observa el engrosamiento marcado y
difuso de la capa muscular a lo largo de todo el intestino delgado.
linfoplasmocítica

a b

Figura 24. Duodeno corrugado. Se observa la pared del duodeno con aspecto ondulado. La interfase entre la luz y la mucosa también muestra el mismo aspecto,
contrariamente a lo que se observaría si hubiera un cuerpo extraño lineal, en cuyo caso habría una línea hiperecogénica recta. (b) Engrosamiento difuso de la
muscular en el yeyuno del mismo paciente.

137
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Diagnóstico ecográfico en el gato

La fibroplasia esclerosante eosinofílica felina es una lesión no neoplásica producida por la


respuesta inflamatoria de eosinófilos y mastocitos organizados en una estructura nodular
proliferativa densa. Ecográficamente, aparecen como masas con engrosamiento de la
pared y pérdida de estratificación. Estas lesiones muestran una ecogenicidad mixta con
regiones hiperecogénicas que se cree corresponden con zonas de fibrosis. Han sido
descritas en el estómago, duodeno, yeyuno y colon (Weissman et al., 2012) (fig. 25, vídeo
12). Pueden presentar úlceras y causar obstrucción parcial del intestino y/o estómago.

La isquemia o el infarto intestinal también pueden visualizarse como una pared intestinal
engrosada con pérdida de la estratificación normal (Wallack et al., 2003; Kuan et al., 2010).

En gatos con signos clínicos gastrointestinales también se han descrito cambios eco-
gráficos en la unión ileocólica (Taeymans et al., 2011). Los cambios en esta zona inclu-
yeron nódulos linfáticos cecales aumentados de tamaño, hiperecogenicidad focal de la
grasa mesentérica, ligera acumulación de líquido, engrosamiento de la pared cecal e
„ Ver vídeo
Vídeo 12. Fibroplasia esclerosante
ileal, ciego redondeado y contenido cecal. Estos cambios pueden ser aislados o acom- eosinofílica gastrointestinal felina
pañarse de otros en el resto del tubo digestivo (fig. 26).

Se observa una distensión


La inflamación del colon puede ser complicada de detectar. La forma redundante de los moderada del estómago, con
pliegues, especialmente en un colon vacío, puede producir una falsa imagen de engro- presencia de líquido. Las paredes
samiento de la pared o causar una sobreestimación del engrosamiento. del duodeno se encuentran
marcadamente engrosadas, con
pérdida de la estratificación y zonas
Asimismo, se han descrito lesiones ecográficas micronodulares en la submucosa del co-
hiperecogénicas. El nódulo linfático
lon, de forma redondeada u ovalada, de entre 1 y 3 mm y con aspecto ecográfico hipo o pancreáticoduodenal aparece muy
anecogénico. Se ha propuesto que estos cambios representan folículos linfoides intrapa- aumentado de tamaño al final del
rietales reactivos y que podrían ser indicativos de inflamación del colon (Citi et al., 2013). vídeo.

a b

Figura 25. Fibroplasia esclerosante eosinofílica gastrointestinal felina. (a) y (b) La pared del duodeno aparece marcadamente engrosada, con pérdida de la
estratificación normal y regiones hiperecogénicas visibles en la pared.

138
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5

a b

Figura 26. Tiflitis. (a) Se observa el ciego, con la parte distal localizada a la derecha de la imagen y la parte proximal a la izquierda. Existe pérdida de la estratifi-
cación normal y engrosamiento de la pared de la parte proximal del ciego. (b) También se observa una ligera linfadenopatía ileocólica con aumento de ecogenicidad
de la grasa mesentérica alrededor del nódulo linfático.

NEOPLASIA GASTROINTESTINAL

Las neoplasias gastrointestinales más frecuentes en los gatos son el linfoma, el adeno-
carcinoma y el mastocitoma.

Los linfomas de células B o T grandes producen normalmente masas únicas o múltiples


en el estómago, el intestino delgado o el colon (Daniaux et al., 2014).

Los cambios ecográficos asociados al linfoma gastrointestinal incluyen un engrosa-


miento de la pared con pérdida difusa de la estratificación, disminución de la ecogeni-
cidad de la pared y linfadenopatía regional (Penninck et al., 1994). Las lesiones pueden
aparecer como masas focales, con un marcado engrosamiento de la pared (figs. 27 y
28). Se puede producir una ulceración de la masa, visible como una superficie mucosa
irregular que puede presentar un defecto en el área afectada.

El linfoma gastrointestinal de células T pequeñas se está reconociendo en la actualidad


como una forma específica de linfoma gastrointestinal en gatos y muestra caracterís-
ticas ecográficas e histológicas similares a la IBD (Daniaux et al., 2014). Tanto la IBD
como el linfoma se caracterizan por tener una distribución difusa o regional en el intes-
tino delgado, con características ecográficas de engrosamiento de la pared intestinal
debido al engrosamiento de la muscular propia y mantenimiento de la capas de la pared
sin formación de masas (Zwingenberger et al., 2010; Daniaux et al., 2014) (fig. 29). En
un estudio se observó que en gatos de edad avanzada que presentaban una capa
muscular intestinal engrosada, era más probable que el diagnóstico fuera linfoma de
células T que IBD (Zwingenberger et al., 2010). En estos casos, la muscular propia era
el doble de gruesa en los segmentos intestinales con linfoma e IBD que en gatos sanos
y era el componente principal del engrosamiento global de la pared intestinal. La ratio
entre el grosor de la muscular y el de la submucosa era normalmente < 1 en gatos no
afectados, pero > 1 en segmentos con linfoma o IBD (Daniaux et al., 2014).

139
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 27. (a) En este paciente con linfoma gástrico


se observa una pared gástrica engrosada, con pérdida de
la estratificación normal y presencia de una masa hipoeco-
génica que protruye hacia la luz. (b) Engrosamiento mar-
cado y difuso de la pared, con pérdida de estratificación
en este otro paciente. (c) y (d) Infiltración difusa de la
pared del intestino delgado y linfadenopatía en el mismo
c d paciente que en (b).

a b

Figura 28. (a) Marcado engrosamiento de la pared intestinal, que se observa hipoecogénica y con pérdida de la estratificación normal. El diagnóstico tras una
aspiración con aguja fina del intestino fue compatible con linfoma. (b) Tramo de yeyuno del mismo paciente. Se observa un engrosamiento focal de la muscular.

a b c

Figura 29. Gato Común Europeo con linfoma de células T pequeñas. (a) Asas de yeyuno. (b) Íleon. En ambos segmentos intestinales todavía se aprecia la estratificación de la pared,
pero la capa muscular está engrosada. (c) Asas yeyunales de otro gato Común Europeo con linfoma de células T pequeñas donde también se observa una muscular engrosada, tanto en el
asa de campo cercano como en el asa ligeramente distendida con líquido.

140
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5
El linfoma epiteliotropo de células T también se ha descrito con
cambios ecográficos inexistentes o ligeros difusos, con o sin
presencia de una masa (Carreras et al., 2003).

Mientras que el linfoma tiende a ser multifocal o afectar a un


segmento de intestino largo, el adenocarcinoma intestinal suele
ser focal y, a menudo, causa una obstrucción parcial o completa
(Grooters et al., 1994; Rivers et al., 1997). Los gatos con ade-
nocarcinoma intestinal presentan típicamente un engrosamiento
circunferencial de la pared intestinal, que puede ser asimétri-
co o simétrico (Rivers et al., 1997). La presencia de un patrón a
obstructivo debido a la masa parece ser más frecuente en los
adenocarcinomas que en los mastocitomas (Rivers et al., 1997;
Laurenson et al., 2011) (fig. 30, vídeo 13).

El patrón ecográfico más frecuente del mastocitoma felino es un


engrosamiento focal de la pared, hipoecogénico y que puede
ser no circunferencial y excéntrico, o bien circunferencial, asimé-
trico y excéntrico. Con menos frecuencia, el mastocitoma pue-
de aparecer como una infiltración difusa de la submucosa. La
alteración de la estratificación de la pared puede también ocurrir,
pero sin pérdida completa de la misma, siendo la muscular pro-
pia la capa que con mayor frecuencia aparece afectada en la b
exploración ecográfica (Laurenson et al., 2011) (fig. 31). Figura 30. (a) Adenocarcinoma de yeyuno en un gato Común Europeo de 14 años. Se
observa un engrosamiento focal circunferencial y simétrico en la pared intestinal, con pér-
dida de estratificación. A la izquierda de la imagen, se observa el intestino normal, mientras
que a la derecha de la imagen (oral a la lesión) el intestino aparece distendido con contenido
hiperecogénico, compatible con una obstrucción. (b) Adenocarcinoma de íleon. Imagen
transversal del íleon donde se observa un engrosamiento circunferencial con pérdida de
estratificación.

„ Ver vídeo
Vídeo 13. Adenocarcinoma
Mismo paciente que en la fig. 30a. Se observa una lesión localizada y
circunferencial en el centro de la imagen. El intestino aparece distendido en
yeyunal dirección oral a la lesión (a la derecha de la imagen).

a b c

Figura 31. Mastocitoma en un gato Persa. Se observa el engrosamiento difuso de la muscular que afecta al yeyuno (a) y al íleon (b). (c) También se observa una marcada linfadenopatía
yeyunal de aspecto heterogéneo.

141
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ÚLCERA GASTROINTESTINAL,
PERFORACIÓN Y DEHISCENCIA

Cuando existen ulceraciones en la pared gastrointestinal se observan defectos focales


en la mucosa con aspecto de cráter y delineados por microburbujas hiperecogénicas.
En algunos casos, pueden observarse pequeños puntos hiperecogénicos en la pared
debidos a la presencia de gas (Penninck et al., 1997). Las úlceras pueden estar asocia-
das tanto a enfermedades inflamatorias como a neoplasias (fig. 32, vídeo 14).

Cuando existe un cuerpo extraño o ante la presencia de úlceras, puede producirse


perforación secundaria del intestino o del estómago. La pared afectada se observa
hipoecogénica y engrosada, con pérdida focal de la estratificación normal (Boysen et
al., 2003). Una dehiscencia posquirúrgica muestra cambios similares. La grasa mesen-
térica que rodea la zona afectada muestra un aumento de la ecogenicidad debido a la
inflamación focal o la peritonitis asociada. Normalmente se observa líquido libre cerca
del área afectada cuando se trata de lesiones en fases iniciales, pero el derrame ab-
dominal puede ser generalizado en fases más avanzadas. También puede identificarse
aire libre en las partes más altas, no dependientes del abdomen durante la exploración
ecográfica.

a b

Figura 32. (a) En la pared gástrica de este paciente se observaba una masa hipoecogénica bien definida. (b) El centro
de la lesión mostraba un defecto con un aspecto de cráter y con una superficie hiperecogénica, compatible con una úlcera
(puntas de flecha).

„ Ver vídeo
Vídeo 14. Masa ulcerada
Mismo paciente que en la fig. 32. En el
centro de la masa se observa un defecto
con aspecto de cráter, con una línea
en estómago hiperecogénica que lo delimita.

142
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Ecografía del tracto gastrointestinal
5
LÍNEA HIPERECOGÉNICA EN LA MUCOSA
DEL INTESTINO DELGADO

En gatos con fibrosis en la mucosa confirmada histopatológicamente se ha descrito una


banda hiperecogénica discontinua en la mucosa que discurre paralela a la submucosa
(Penninck et al., 2010) (fig. 33a). En este estudio, todos los gatos con este cambio pre-
sentaban una inflamación intestinal asociada y la mayoría presentaban evidencias eco-
gráficas de engrosamiento de la pared y estratificación alterada (Penninck et al., 2010).

Una publicación reciente describía una línea hiperecogénica de aspecto similar en pe-
rros que habían ingerido aceite de maíz, por lo que se ha propuesto que la línea que
discurre paralela a la mucosa corresponde a un vaso linfático (Pollard et al., 2013).

Las autoras han visto esta banda hiperecogénica en gatos con peritonitis infecciosa fe-
lina (fig. 33b) en los cuales no se detectó ninguna fibrosis en el examen histopatológico.
La banda era visible ante mortem, pero cuando se repitió la ecografía post mortem era
mucho menos evidente y apenas visible. Este cambio post mortem podría producirse
por cambios en el flujo linfático. Son necesarios más estudios para aclarar el origen y el
significado clínico de este hallazgo ecográfico.

a b

Figura 33. (a) Duodeno de un gato Común Europeo de 2 años con signos gastrointestinales. Se observa una línea hiperecogénica (flechas) en la mucosa
paralela a la submucosa. (b) Asas yeyunales en un gato Común Europeo de 2 años con peritonitis infecciosa felina. También se observa una línea hiperecogénica
en la mucosa (puntas de flecha).

143
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Diagnóstico ecográfico en el gato

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144
ÍNDICE | 
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Ecografía
del páncreas
Yvonne Espada Gerlach
6 Ecografía
del páncreas

Técnica ecográfica

Ecografía del páncreas normal

uu
Vídeo 1. Lóbulo derecho del páncreas

uu
Vídeo 2. Cuerpo pancreático
y lóbulo izquierdo del páncreas

Ecografía de las alteraciones pancreáticas

Pancreatitis

uu
Vídeo 3. Traumatismo pancreático

Lesiones quísticas

Abscesos

Edema pancreático

Neoplasia

uu
Vídeo 4. Linfoma pancreático e intestinal

Hiperplasia nodular

uu
Vídeo 5. Hiperplasia nodular

Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para explorar el páncreas se realiza una preparación rutinaria del abdomen craneal. El páncreas se puede valorar desde
una posición de decúbito dorsal o combinando los dos decúbitos laterales (derecho e izquierdo) para examinar cada uno
de sus lóbulos y el cuerpo pancreático. Aunque la presencia de gas en el tracto gastrointestinal no supone, normalmente,
un gran inconveniente en los gatos por encontrarse generalmente en mucha menor cantidad que en el perro, puede ser
recomendable realizar un ayuno de 12 horas para reducir su presencia, así como para reducir la cantidad de alimento en
el estómago que pueda dificultar la exploración.

Las sondas lineales (10 MHz o superior) de alta frecuencia serán las indicadas para valorar el páncreas, ya que ofrecen
una buena resolución de esta estructura superficial. Sin embargo, en algunas ocasiones, especialmente en animales de
gran tamaño u obesos, puede ser necesario utilizar sondas microconvexas para acceder más fácilmente a la región del
cuerpo pancreático y al aspecto craneal de los lóbulos.

ECOGRAFÍA DEL PÁNCREAS NORMAL


El páncreas se divide en tres partes: lóbulo derecho, lóbulo izquierdo y cuerpo. Mide
entre 0,5–1 cm de grosor aproximadamente, siendo el lóbulo izquierdo y el cuerpo más
gruesos que el lóbulo derecho y, por lo tanto, más fáciles de identificar. Las medidas
del grosor del páncreas y del conducto pancreático obtenidas en diferentes estudios se
4 resumen en la tabla 1 de este capítulo (ver más adelante).
2
1
El lóbulo derecho se encuentra en el mesoduodeno, en posición dorsomedial al duode-
3
6 no descendente, ventral al riñón derecho y ventrolateral a la vena porta (figs. 1–3, vídeo 1).

R L

Figura 1. Tomografía computarizada (plano dorsal) del Figura 2. Corte transversal del abdomen craneal. Se Figura 3. Corte transversal del abdomen craneal derecho.
abdomen de un gato sano mostrando la posición y las rela- observa el duodeno y la región pilórica; dorsalmente a es- El lóbulo derecho del páncreas (flechas) se encuentra en el
ciones anatómicas del páncreas. 1–3: páncreas (1: lóbulo tos se visualiza el páncreas (flechas). El antro pilórico se mesoduodeno y es triangular en el corte transversal. En esta
derecho; 2: cuerpo; 3: lóbulo izquierdo); 4: duodeno; 5: co- observa ventral y a la izquierda del cuerpo pancreático. imagen, el duodeno descendente se ve a la izquierda (derecha
lon ascendente; 6: riñón izquierdo. del paciente) y el colon ascendente a la derecha de la imagen.

Se observa el duodeno a la izquierda de la imagen. La papila duodenal se observa

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Lóbulo derecho
como una región nodular hiperecogénica en la pared dorsal del duodeno. El pán-
creas se observa como una estructura inicialmente alargada, más hipoecogénica
que la grasa mesentérica y ligeramente más hipoecogénica que el hígado (visible
del páncreas en el campo cercano, a la izquierda de la imagen). Al avanzar el vídeo, el lóbulo
derecho del páncreas se observa con forma triangular en un corte transversal.

148
ÍNDICE | 
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Ecografía del páncreas
6
El cuerpo del páncreas se encuentra en el ángulo píloroduodenal, localizado aproxi-
madamente en la línea media, craneomedial al riñón derecho y ventral a la vena porta
(fig. 4, vídeo 2). El ángulo que forman los lóbulos pancreáticos con el cuerpo es más
pequeño que en el perro. El lóbulo izquierdo se origina en el cuerpo pancreático y se
localiza dorsocaudal al antro pilórico, luego se continúa hacia la línea media, caudal al
estómago y craneal al colon transverso (fig. 5). Finalmente, se dirige hacia la izquierda
del abdomen, cranealmente al riñón izquierdo. Se puede utilizar la referencia anatómica
del triángulo delimitado por el estómago, el bazo y el polo craneal del riñón izquierdo
para localizar el lóbulo pancreático izquierdo. El extremo caudal del lóbulo izquierdo se
curva hacia craneal, adoptando una forma de gancho y se puede extender dorsalmen-
te, caudal al bazo (Morandi, 2009). La vena esplénica discurre caudalmente al lóbulo
izquierdo del páncreas y paralela a este.

Figura 4. Corte sagital del cuerpo pancreático normal. El parénquima del cuerpo pan- Figura 5. Corte longitudinal del lóbulo izquierdo de un gato sano. El páncreas (entre cur-
creático (puntas de flecha), caudal al hígado, es hipoecogénico. El conducto pancreático sores) es prácticamente isoecogénico respecto a la grasa mesentérica. El conducto pancreá-
discurre por el centro del mismo. A la derecha de la imagen puede verse el estómago. tico, localizado en su centro y visible como una estructura tubular con pared hiperecogénica
(flecha), ayuda a identificar el páncreas.

„ Ver vídeo
Vídeo 2. Cuerpo pancreático
y lóbulo izquierdo del páncreas
PUNTOS CLAVE

El páncreas del gato es una estructura


!
homogénea, con márgenes moderadamente
Imagen ligeramente más a la definidos y de aspecto (Etue et al., 2001):
izquierda que la anterior, en el que §§ Entre isoecogénico y ligeramente
se sigue la región del cuerpo del hiperecogénico respecto a los lóbulos
páncreas hacia la región del lóbulo
hepáticos.
izquierdo
§§ Prácticamente isoecogénico respecto a la
grasa mesentérica.
§§ Hipoecogénico respecto al bazo.

149
ÍNDICE | 
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En el lóbulo derecho, se visualiza una estructura tubular cen-


tral que se corresponde con la vena pancreáticoduodenal. En el
lóbulo izquierdo, una estructura tubular similar se corresponde
con el conducto pancreático (fig. 6). Ante la duda, se puede dis-
tinguir entre ambos con la ayuda del Doppler color, que mostra-
rá flujo vascular en la vena, pero no en el conducto.

El principal conducto de excreción del páncreas es el conducto


pancreático, que termina en la papila duodenal mayor, junta-
mente con el colédoco. La papila duodenal mayor se visualiza
como una pequeña región nodular hiperecogénica en la pared
del duodeno y mide entre 2,9 y 5,5 mm de grosor (fig. 7) (Etue Figura 6. Corte longitudinal del abdomen izquierdo craneal. Se observa el lóbulo iz-
et al., 2001). quierdo del páncreas (entre cursores). Cranealmente a este, puede verse parcialmente el
estómago y, lateralmente (en el campo cercano), el bazo. El conducto pancreático se observa
como una estructura tubular de paredes hiperecogénicas y contenido anecogénico en el
Un 20 % de los gatos tiene también un conducto pancreático centro del lóbulo pancreático.
accesorio que drena en la papila duodenal menor. El conducto
pancreático se observa como una estructura tubular con pa-
redes hiperecogénicas y luz anecogénica localizada en la re-
gión central del parénquima pancreático y que mide entre 0,5
y 2,5 mm. En algunos estudios se ha observado cierta tenden-
cia a que el diámetro del conducto pancreático aumente con
la edad (fig. 8, tabla 1) (Larson et al., 2005; Hecht et al., 2006).

Tabla 1. Valores de referencia de medidas ecográficas


del páncreas felino según diversos autores.

Lóbulo Lóbulo Conducto


Cuerpo
izquierdo derecho pancreático
(mm) Figura 7. Papila duodenal. Corte transversal del abdomen craneal. Se visualiza el aspecto
(mm) (mm) (mm)
caudal del lóbulo hepático a la izquierda de la imagen y, dorsalmente a él, un corte trans-
Hecht et al. 6,4 6,5 4,3 1,3 versal del duodeno. La papila duodenal se observa como una estructura hiperecogénica
(2006)1 (4,6–9,0) (4,6–10,3) (3,0–5,7) (0,6–2,4) nodular (flecha).

Larson et al. 5,6 5,4 1,1


-
(2005)2 (3,5–8,5) (2,6–9,5) (0,65–2,5)
Etue et al. 6,6 4,5 0,8
5,4 (3,4–9)
(2001)3 (4,7–9,5) (2,8–5,9) (0,5–1,3)

Valores expresados como: (1) media (rango), (2) media (límites del 95 % intervalo de
referencia), (3) media (rango).

Figura 8. Imagen longitudinal del lóbulo izquierdo del páncreas en un gato de edad
avanzada, sin antecedentes ni signos sugerentes de pancreatitis. Se observa el conducto
pancreático ligeramente distendido (2,1 mm).

150
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Ecografía del páncreas
6
ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES
PANCREÁTICAS

PANCREATITIS

[
Es importante resaltar que
el páncreas puede parecer En gatos, la sensibilidad de la ecografía para el diagnóstico de pancreatitis varía de baja
ecográficamente normal (11–35 %) según algunos autores (Bazelle y Watson, 2014), a más elevada (78 %) se-
en casos de pancreatitis gún otros (Freiche et al., 2015), aunque la especificidad es baja (22 %). Estas diferencias
o neoplasia, por lo que la entre estudios se deben, por un lado, a que la incidencia de pancreatitis crónica, que
visualización de un páncreas cursa con lesiones ecográficas más sutiles y por ello más difíciles de detectar, es más
normal no excluye la presencia frecuente en gatos que en perros y, por otro lado, a que la capacidad diagnóstica de la
ecografía depende mucho de la experiencia del operador y de la calidad de los equipos
de posibles patologías.
utilizados (Armstrong y Williams, 2012).

Varios estudios han observado una relación entre la presencia de pancreatitis, enfer-
medad inflamatoria intestinal (IBD), colangitis y lipidosis, por lo cual se pueden observar
cambios concomitantes en estos órganos (Akol et al., 1993; Weiss et al., 1996; Calla-
han et al., 2011). Al proceso en el que coexisten la inflamación del páncreas, intestino e
hígado se le denomina “triaditis” y se ha descrito en el 50–56 % de los gatos a los que
se les diagnosticó una pancreatitis (Simpson, 2015).

La pancreatitis aguda se clasifica histopatológicamente en necrosis pancreática aguda


y en pancreatitis supurativa, con un componente inflamatorio en lugar de necrótico. La
pancreatitis crónica se caracteriza por una inflamación no supurativa y fibrosis sin ne-
crosis (Saunders et al., 2002). Sin embargo, existen algunas coincidencias histopatoló-
gicas entre ambas formas y se considera que pueden representar diferentes momentos
de evolución de la enfermedad.

En las pancreatitis agudas los cambios ecográficos pueden ser parecidos a los que
se describen en los perros. El páncreas puede aparecer hipoecogénico o con ecoge-
nicidad mixta, con un aumento difuso de tamaño, acompañado de aumento de eco-
genicidad de la grasa peripancreática debido al proceso de saponificación y de líquido
libre (figs. 9 y 10). Sin embargo, estos cambios suelen ser menos obvios en los gatos
(Saunders et al., 2002; Bazelle, y Watson, 2014).

En diversos estudios se ha descrito una buena correlación entre los resultados ecográfi-
cos y la elevación de la fPLI (lipasa pancreática felina, del inglés feline Pancreatic Lipase
Immunoreactivity) para el diagnóstico de la pancreatitis (Williams et al., 2013; Zimmer-
man et al., 2013). Se considera que el engrosamiento del lóbulo izquierdo del páncreas,
asociado a límites irregulares y presencia de grasa peripancreática hiperecogénica, jun-
to con signos clínicos e incremento de la fPLI son compatibles con un diagnóstico de
pancreatitis (Williams et al., 2013).

151
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b c

Figura 9. (a) Lóbulo derecho del páncreas. Se observa el duodeno en el campo cercano, justo ventral al páncreas (entre cursores). El lóbulo derecho está engrosado (1,1 cm), con bordes
irregulares y mal definidos. (b) La grasa peripancreática se observa heterogénea, con regiones marcadamente hiperecogénicas. (c) Se observa también una pequeña cantidad de líquido libre
entre las asas intestinales próximas a la región pancreática.

Figura 10. Corte longitudinal del lóbulo izquierdo del páncreas


de un gato al que se le había practicado una enterectomía. Se
observa el páncreas hipoecogénico, ligeramente heterogéneo, en-
grosado y con bordes irregulares.

En los casos de pancreatitis aguda hemorrágica o necrotizante pueden observarse


regiones irregulares con contenido hipoecogénico debidas a la necrosis y la hemorra-
gia del páncreas y del tejido peripancreático. Los bordes del páncreas pueden estar
poco definidos. Estas lesiones, al hacerse crónicas, pueden organizarse y convertirse
en abscesos o pseudoquistes, si bien la presencia de abscesos es menos frecuente
que en perros. Los pseudoquistes son lesiones redondeadas que contienen líquido con
enzimas pancreáticas y restos celulares encapsulados por tejido inflamatorio, fibroso o
ambos, y sin un epitelio. Ecográficamente se observan como lesiones hipoecogénicas
o anecogénicas que pueden presentar refuerzo posterior (VanEnkevort et al., 1999).
También se ha descrito la presencia de múltiples quistes verdaderos (con recubrimiento
epitelial) recurrentes en un gato con inflamación pancreática, atrofia y posterior desarro-
llo de diabetes (Branter y Viviano, 2010).

En la especie felina, la pancreatitis crónica es más frecuente que la aguda. Histológica-


mente se caracteriza por fibrosis y por presentar escaso componente inflamatorio (Xe-
noulis, 2015). Los cambios ecográficos suelen ser más sutiles o inexistentes (fig. 11). El
páncreas puede observarse bien definido e hipoecogénico, o con regiones hiperecogé-
nicas que pueden representar áreas de fibrosis (fig. 12). En ocasiones, los bordes son
irregulares y el parénquima puede presentar focos de mineralización. Sin embargo, en
un estudio, los cambios ecográficos no permitieron distinguir entre pancreatitis crónica
no supurativa y necrosis pancreática aguda (Ferreri et al., 2003).

152
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Ecografía del páncreas
6

Figura 11. Corte sagital del páncreas en un gato con signos de


pancreatitis. La región del cuerpo del páncreas aparece ligeramen-
te engrosada y heterogénea. El resultado de la histopatología fue
pancreatitis intersticial crónica.

a b

Figura 12. (a) Lóbulo izquierdo del páncreas en un gato con pancreatitis crónica. Se observa el páncreas hiperecogénico y ligeramente heterogéneo, pero con
bordes bien definidos. (b) Lóbulo izquierdo del páncreas de otro gato con pancreatitis crónica, en el que se observa una estructura hiperecogénica focal compatible
con litiasis de pequeño tamaño (3,7 mm).

En otro estudio, el 30 % de los gatos diabéticos mostró cambios ecográficos indicati-
vos de pancreatitis (páncreas hipo o hiperecogénico, mesenterio hiperecogénico, líqui-
do libre, márgenes irregulares y distensión del conducto pancreático > 2,5 mm) a pesar
de no manifestar signos clínicos, lo que apunta a que muchos gatos diabéticos pueden
tener pancreatitis subclínicas (Zini et al., 2015). Además, existe una estrecha relación
entre diabetes y pancreatitis, por la relación entre insulinorresistencia y pancreatitis: la
pancreatitis puede dañar las células β del páncreas y contribuye a la insulinorresistencia
periférica, con lo que se desencadena una diabetes en aquellos gatos obesos o en
los que presentan una susceptibilidad genética. A su vez, la hiperlipidemia e hiperglu-
cemia de los procesos diabéticos contribuyen a instaurar una respuesta inflamatoria,
que junto con otros factores pueden desencadenar una pancreatitis. La realidad es
que ambos procesos pueden coexistir y deben ser correctamente diagnosticados y
tratados (Davison, 2015).

Se ha observado que en los gatos con acromegalia se produce un engrosamiento


significativo del lóbulo izquierdo del páncreas con hipoecogenicidad difusa o presencia
de nódulos o quistes (Lourenço et al., 2014).

153
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Diagnóstico ecográfico en el gato

[
En los gatos que han sufrido un traumatismo por una caída desde grandes alturas, En los gatos, se considera que el
el páncreas puede lesionarse o romperse. En estos casos, la ecografía abdominal colédoco está distendido cuando
muestra cambios similares a los de una pancreatitis, incluido el aumento de tamaño, la mide más de 4 mm de diámetro
existencia de un páncreas hipoecogénico, hiperecogénico o heterogéneo, grasa peri- (Léveillé et al., 1996).
pancreática hiperecogénica y líquido libre (fig. 13, vídeo 3) (Liehmann et al., 2011; Zim-
mermann et al., 2013).

El conducto pancreático puede observarse distendido en los procesos de pancrea-


„ Ver vídeo
Vídeo 3. Traumatismo
titis aguda y crónica (Wall et al., 2001) o en gatos de edad avanzada, sin que exista pancreático
evidencia de enfermedad pancreática, por lo que este no es un hallazgo específico de
pancreatitis (fig. 14). También puede observarse distensión del conducto pancreático
Mismo gato que en la fig. 13. Se
en casos de litiasis (Bailiff et al., 2004; Hetcht y Henry, 2007). Asimismo, también puede observa un páncreas engrosado,
producirse distensión del colédoco asociada a pancreatitis, lo que puede conducir a la heterogéneo, con áreas anecogénicas.
distensión de la vesícula biliar (Ferreri et al., 2003; Oppliger et al., 2014). La grasa peripancreática es
hiperecogénica.

a b

Figura 13. Cortes longitudinales del lóbulo izquierdo del páncreas de un gato que había caído de una gran altura. (a) Se observa el páncreas hipoecogénico
(entre cursores), con regiones anecogénicas y grasa mesentérica marcadamente hiperecogénica. (b) Más caudalmente, el páncreas (entre flechas) se observa más
homogéneo, pero ligeramente engrosado y con grasa mesentérica hiperecogénica a su alrededor.

a b

Figura 14. Gato con pancreatitis al que se le realizaron dos ecografías con un intervalo de un mes. (a) Lóbulo izquierdo en el que se observa un conducto pan-
creático distendido (3,3 mm) y tortuoso (entre cursores). (b) En la misma región del mismo paciente, un mes después, se observa un aumento de la distensión del
conducto pancreático de 4,3 mm (entre cursores).

154
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Ecografía del páncreas
6
LESIONES QUÍSTICAS

Los diferentes tipos de lesiones quísticas no se diferencian ecográficamente sino


histopatológicamente.

Los pseudoquistes son una secuela de la pancreatitis. Se forman por la acumulación


de enzimas pancreáticas, necrosis y hemorragias. Están rodeados por una cápsula for-
mada por tejido de granulación y fibrosis. Son más frecuentes en el lóbulo pancreático
izquierdo. Normalmente presentan una pared gruesa y su contenido es anecogénico o
hipoecogénico con refuerzo posterior variable.

Los quistes congénitos pueden variar en tamaño y con frecuencia se asocian a enfer-
medad poliquística de los riñones e hígado (Bosje et al., 1998). Están delimitados por
una capa de células epiteliales. Los quistes de retención se producen por obstrucción
de conductos pancreáticos y por la acumulación de secreciones. Pueden ser pequeños
y sin significación clínica. Ambos tipos de quistes son, normalmente, estructuras ane-
cogénicas con una pared delgada o no visible y presentan refuerzo posterior (fig. 15).

ABSCESOS

Los abscesos pancreáticos se describen raramente en gatos y son menos frecuentes


que en perros. Se observan como lesiones cavitadas con contenido hipoecogénico en
el páncreas o en contacto con él. Resulta muy complicado, muchas veces imposible,
diferenciar ecográficamente un absceso de un quiste. Si el contenido líquido del abs-
ceso es muy ecogénico pueden incluso confundirse con una masa. Se ha descrito un
caso de un absceso pancreático con diabetes mellitus concomitante (Lee et al., 2015).

EDEMA PANCREÁTICO

En casos de edema pancreático el páncreas se observa engrosado con múltiples estrías


hipo o anecogénicas en el parénquima. Puede estar asociado a pancreatitis, pero tam-
bién se describe en casos de hipoalbuminemia, hipertensión portal y vasculitis sistémica.

Figura 15. Aspecto medio del lóbulo izquierdo de un


gato, que aparece heterogéneo, con bordes irregulares y
con varios focos anecogénicos que pueden representar
quistes de retención (flechas).

155
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Diagnóstico ecográfico en el gato

NEOPLASIA
„ Ver vídeo
Vídeo 4. Linfoma pancreático
Las neoplasias pancreáticas exocrinas son poco frecuentes en gatos. La ecografía se e intestinal
considera una técnica con sensibilidad media (50 %) y una especificidad baja (17 %)
para el diagnóstico de neoplasias pancreáticas (Freiche et al., 2015).
Mismo paciente que en la fig. 17.
Imagen longitudinal del lóbulo
El adenocarcinoma es la neoplasia más frecuente y también se han descrito algunos izquierdo del páncreas de un gato
sarcomas. Otras neoplasias descritas en la bibliografía incluyen adenoma, carcinoma con linfoma intestinal y pancreático.
de células escamosas, linfoma, linfangiosarcoma y carcinosarcoma (Seaman, 2004; Se observa el lóbulo pancreático
Hecht et al., 2007; Yamamoto et al., 2012). El aspecto ecográfico más frecuente es el hipoecogénico, marcadamente
engrosado y con bordes
de un nódulo o masa focal hipoecogénica o, con menos frecuencia, con ecogenicidad
irregulares redondeados. La grasa
mixta y que puede presentar focos de mineralización (fig. 16). En los adenomas y ade- mesentérica a su alrededor aparece
nocarcinomas también se ha observado un engrosamiento irregular difuso del páncreas hiperecogénica.
con múltiples nódulos hipoecogénicos.

a b

Figura 16. Masa pancreática con diagnóstico de carcinoma pancreático. (a) Se observa una masa ligeramente heterogénea de bordes irregulares pero bien
definidos en la región del cuerpo pancreático. Parte de la grasa mesentérica alrededor de la masa es hiperecogénica. (b) Nódulo linfático pancreáticoduodenal,
aumentado de tamaño, hipoecogénico e irregular en el mismo paciente.

a b

Figura 17. Imágenes longitudinales del lóbulo izquierdo del páncreas de un paciente con linfoma intestinal y pancreático. (a) Lóbulo izquierdo en su porción
craneal, con el estómago en posición craneal y el bazo visible en el campo cercano. (b) Aspecto caudal del lóbulo izquierdo (flechas), con el polo craneal del riñón
izquierdo visible caudalmente al páncreas. El páncreas aparece hipoecogénico, marcadamente engrosado, con bordes irregulares y redondeados.

156
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Ecografía del páncreas
6
En un gato con adenocarcinoma solo se observó la distensión
del conducto pancreático y en otro caso de un gato con linfan-
giosarcoma el páncreas aparecía ecográficamente normal. Los
adenocarcinomas metastatizan frecuentemente en el hígado
(Bennett et al., 2001). En los casos de linfoma se puede obser-
var también infiltración difusa del páncreas (fig. 17, vídeo 4).

Los tumores endocrinos como el insulinoma, el glucagonoma


o el gastrinoma son poco frecuentes en la especie felina. En un
caso de insulinoma detectado mediante ecografía, se observó
un nódulo redondeado ligeramente hiperecogénico y con algu-
Figura 18. Corte longitudinal del lóbulo izquierdo del páncreas (entre cursores) que nos focos anecogénicos en el centro. En el examen Doppler el
presenta bordes bien definidos, pero ligeramente irregulares. Se observan varios nódulos nódulo no mostraba flujo, pero los vasos pancreáticos aparecían
hipo y anecogénicos bien definidos y sin refuerzo posterior entre el parénquima pancreático
(flecha). desplazados por el nódulo (Schaub y Wigger, 2013).

HIPERPLASIA NODULAR

La hiperplasia nodular es un hallazgo incidental frecuente en ga-


tos viejos. Ecográficamente, se observan múltiples nódulos bien
definidos de menos de 1 cm, normalmente iso o hipoecogéni-
cos (figs. 18–20, vídeo 5). Pueden estar asociados a un aumen-
to de grosor del páncreas (Hecht y Henry, 2007). Su aspecto es
similar al descrito en casos de neoplasias pancreáticas, aunque
los nódulos de hiperplasia tienden a ser múltiples y de menor ta-
maño que las neoplasias exocrinas (Hecht et al., 2007). Pueden
confundirse también con lesiones quísticas, aunque no presen-
Figura 19. Región del cuerpo del páncreas. Se observan varios nódulos hipoecogénicos tan refuerzo posterior.
moderadamente definidos en el parénquima pancreático (flechas).

„ Ver vídeo

Vídeo 5. Hiperplasia nodular

Mismo paciente que en la fig. 18


con hiperplasia nodular. El páncreas
presenta nódulos hipoecogénicos/
anecogénicos bien definidos y sin
refuerzo posterior.

Figura 20. Lóbulo izquierdo del páncreas de un gato macho castrado de pelo corto de
16 años. El páncreas, delimitado en la imagen por puntas de flecha presenta, una ecoestruc-
tura dentro de la normalidad, pero en su porción caudal se observa un nódulo hipoecogénico
de pequeño tamaño (entre cursores), que distorsiona levemente el contorno. Imagen cortesía
del Animal Health Trust.

157
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Diagnóstico ecográfico en el gato

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158
ÍNDICE | 
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Ecografía
del bazo
Elisabet Domínguez Miño
7 Ecografía
del bazo

Técnica ecográfica

uu
Vídeo 1. Cuerpo del bazo en modo B (plano sagital)

uu
Vídeo 2. Doppler color del bazo

Ecografía de las alteraciones esplénicas

Esplenomegalia

Neoplasias

uu
Vídeo 3. Linfoma esplénico

uu
Vídeo 4. Mastocitoma esplénico

uu
Vídeo 5. Traumatismo esplénico

Hematomas

Infecciones fúngicas

Inflamaciones

Patologías vasculares

Esplenosis y bazo accesorio

uu
Vídeo 6. Bazo de paciente con anemia hemolítica
autoinmune y hemoabdomen

Miscelánea

uu
Vídeo 7. Bazo de paciente con anemia
hemolítica autoinmune y hemoabdomen

Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
El examen ecográfico del bazo se suele realizar con el paciente en decúbito dorsal o lateral derecho. Se recomienda em-
plear sondas de alta frecuencia debido a que el bazo es un órgano muy superficial. Como sucede en el resto de la cavidad
abdominal, se debe rasurar el pelo de la pared abdominal y aplicar gel de ecografía como medio de contacto con la piel.
El bazo se debe explorar de forma completa, tanto en plano sagital como transversal.

El bazo es un órgano intraperitoneal que se localiza en la región hipogástrica izquierda,


cerca del fundus gástrico, del polo craneal del riñón izquierdo y de la pared abdominal
izquierda (fig. 1). Tiene dos superficies: parietal y visceral. La superficie parietal es lateral,
convexa y se orienta hacia la pared abdominal izquierda. La superficie visceral (llamada
erróneamente mesentérica) es medial y está dividida en dos porciones longitudinales
por el hilio esplénico (fig. 2, vídeo 1).

En el gato, el bazo tiene forma de lengua, con la cola más ancha que la cabeza y el
cuerpo. Su sección transversal es triangular, más pequeña que en el perro y su posi-
ción es más constante. La cabeza del bazo se fija al estómago a través del ligamento
gastroesplénico, que es parte del omento. El cuerpo y la cola tienen mayor movilidad,
pero menos que en el perro.

[
En animales sanos, el bazo
es un órgano delgado, liso,
El bazo tiene una cápsula externa, trabéculas y parénquima (compuesto por pulpa roja
y blanca). Los vasos sanguíneos del bazo son la arteria esplénica, que se origina de la con una superficie capsular
arteria celiaca, y la vena esplénica, que drena en la vena porta. Los vasos sanguíneos hiperecogénica, con márgenes
entran y salen del bazo a través del hilio, que se encuentra en la porción media de la agudos y bien definidos. El
cara visceral (fig. 3, vídeo 2). El drenaje linfático del bazo se realiza a través de los nó- parénquima esplénico tiene una
dulos linfáticos esplénicos localizados en el hilio. Sus vasos eferentes se unen al tronco textura densa, homogénea y
celiaco para drenar en la cisterna del quilo. granular fina.

3 1
1

2
3
2
5
4

a b

Figura 1. (a) Imagen bidimensional del abdomen craneal izquierdo de un gato adulto sano obtenida con una sonda lineal. 1: bazo; 2: fundus gástrico; 3: corteza
renal; 4: médula renal; 5: vena esplénica. El bazo se localiza en la región hipogástrica izquierda cerca del fundus gástrico y del polo craneal del riñón izquierdo.
(b) Imagen bidimensional del abdomen craneal izquierdo de un gato adulto joven con una sonda microconvexa. 1: bazo; 2: luz gástrica; 3: pliegues del fundus
gástrico. El bazo está en contacto estrecho con el estómago.

162
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Ecografía del bazo
7

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Cuerpo del bazo
2

en modo B (plano sagital)

1
Bazo de un gato macho castrado de
3 años. La parte más lateral del bazo
es la superficie parietal, que contacta
con la pared abdominal. La superficie
visceral, orientada hacia medial,
tiene un contorno más irregular
debido a la presencia de hendiduras
por donde emergen las venas. Estos
Figura 2. Imagen sagital del bazo de un gato macho castrado sano de 4 años. 1: bazo;
vasos se observan como múltiples
2: pared abdominal. El bazo tiene dos superficies: parietal (flecha blanca) y visceral (flecha azul).
estructuras tubulares anecogénicas La superficie parietal es convexa y lateral y se orienta hacia la pared abdominal. La superficie
que salen desde la superficie visceral. visceral se orienta hacia medial. Las puntas de flecha blancas señalan la cápsula esplénica.

El bazo es el mayor componente del sistema mononuclear fagocitario, que comunica


directamente la circulación sistémica y la porta. Es un órgano muy dinámico con fun-
ciones muy diversas tales como el almacenamiento de sangre, filtración, fagocitosis y
hematopoyesis extramedular, además de colaborar en el metabolismo del hierro y en
las respuestas inmunitarias (Reese et al., 2013). Debido a la naturaleza no sinusoidal
del bazo felino, en esta especie, el bazo no es capaz de contener un gran volumen de
sangre (Sayre y Spaulding, 2014).

a b

Figura 3. Imagen con Doppler color del bazo de un gato europeo de 10 años con paraparesis. (a) El hilio esplénico se encuentra en la superficie visceral. En este
caso, los vasos que presentan una señal roja corresponden a arterias esplénicas (el flujo se dirige hacia el transductor). (b) El bazo es un órgano muy vascularizado,
como puede observarse en esta otra imagen del mismo paciente.

Bazo de un gato Común Europeo de 1,5 años con vómitos y


„ Ver vídeo diarrea. El parénquima esplénico está muy vascularizado. En
este caso las arterias se ven de color rojo porque el flujo se
Vídeo 2. Doppler color del bazo dirige hacia la sonda y las venas de color azul porque el flujo se
aleja de la sonda. La vena esplénica drena en la vena porta.

163
ÍNDICE | 
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DEL BAZO EN PACIENTES SANOS


En pacientes sanos, el bazo tiene una superficie capsular delgada, lisa e hiperecogénica
con márgenes agudos bien definidos (ver figs. 2 y 3, vídeos 1 y 2). La superficie visceral
tiene un contorno más irregular debido a la presencia de pequeñas hendiduras por

!
donde emergen las venas. En un plano transversal, el bazo tiene forma triangular (fig. 4).
Mediante ecografía bidimensional es difícil identificar claramente las arterias esplénicas
entrando en la superficie visceral del bazo, sin embargo, con Doppler color es más fácil
verlas (ver fig. 3, vídeo 2).
PUNTOS CLAVE

El bazo tiene una textura densa, homogénea, granular fina. Su ecotextura es más fina La ecogenicidad
que la del hígado. La ecogenicidad relativa del bazo debe compararse con la porción relativa del bazo puede
media de la corteza renal izquierda, cuando el haz de ultrasonidos es perpendicular a la compararse con la del
superficie renal, y no con los polos del riñón para evitar una reducción artefactual de la hígado y con la porción
señal. Se ha descrito que el parénquima esplénico es más ecogénico que el del hígado media de la corteza renal
y el del riñón. Sin embargo, en otros estudios se ha visto que, en gatos, la corteza renal izquierda.
normal es muchas veces más ecogénica que el bazo debido a la presencia de lípidos
en los túbulos de la corteza renal felina (fig. 5).

En ocasiones es posible observar áreas focales y nodulares, hiperecogénicas en el pa-


rénquima esplénico y en contacto con los vasos a lo largo de la superficie visceral. Estas
áreas son compatibles con acumulación de grasa y reciben el nombre de lipomatosis
o mielolipomatosis (fig. 6).

En un estudio reciente se ha propuesto un protocolo estandarizado para determinar


el tamaño y el aspecto ecográfico del bazo en gatos sanos (Sayre y Spaulding, 2014).
En este estudio, se escogieron tres áreas del bazo para realizar las medidas: cabeza
(extremo proximal-tercio proximal), cuerpo (porción media-tercio central) y cola (porción
distal-tercio distal). En cada una de estas regiones se midió la altura del bazo (medida
perpendicular a través del bazo desde la superficie visceral a la parietal).

2 3

Figura 4. Imagen bidimensional transversal de la cabeza del


bazo (asterisco) de una gata hembra castrada de 13  años con
hipertiroidismo. 1: superficie parietal del bazo; 2: superficie vis-
ceral del bazo; 3: hilio esplénico; 4: estómago. En este plano, el
bazo tiene forma triangular. La superficie parietal es lisa y convexa,
mientras que la visceral es un poco más irregular debido a la pre-
sencia del hilio esplénico.

164
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Ecografía del bazo
7

6
1
5
2

3
4

a b

c d

Figura 5. Ecogenicidad relativa del bazo. (a) y (b) En este paciente el bazo es isoecogénico respecto al hígado. 1: ligamento falciforme; 2: vesícula biliar;
3: parénquima hepático; 4: cavidad torácica; 5: bazo; 6: pared abdominal. (c) En este paciente el parénquima del bazo (entre cursores) es más ecogénico que el
del hígado (asterisco). (d) Cuando se compara con el riñón izquierdo, el bazo puede ser iso o hipoecogénico respecto a la corteza renal, debido a la acumulación
de lípidos en los túbulos renales, lo que hace que la corteza sea más ecogénica en muchos gatos sanos. En este caso, es isoecogénico respecto a la corteza renal.

a b

Figura 6. (a) y (b) Imágenes bidimensionales del bazo de una gata de raza Birmana castrada de 14 años. Se observan áreas nodulares focales muy hipereco-
génicas en el bazo, compatibles con mielolipomas.

165
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En la cabeza y la cola, las medidas se tomaron utilizando un pla-


no transversal del bazo, es decir, cuando el bazo aparece trian-
gular y con una vena claramente visible en la superficie visceral.
Para ello, se colocó uno de los cursores en la superficie visceral,
junto a la hendidura por donde sale el vaso (y no dentro de la
hendidura). El otro cursor se colocó directamente al otro lado de
la superficie parietal del bazo, siguiendo una línea perpendicular.
Para evitar la obtención de un plano transversal oblicuo, debe in-
tentarse que haya una distancia similar desde los bordes lateral
y medial del bazo hasta el hilio esplénico.
a
Las medidas realizadas en el cuerpo del bazo se obtuvieron a
partir de un plano longitudinal (sagital) que pasara por el cuerpo
del bazo. Las medidas se realizaron desde un vaso esplénico
en la superficie visceral hasta la superficie parietal, siguiendo un
corte perpendicular al eje largo del bazo (fig. 7).

Los valores de referencia normales para el tamaño del bazo en


estas tres localizaciones se muestran en la tabla 1.

En este estudio, la ecogenicidad relativa del bazo fue variable al


compararla con la del hígado o la del riñón izquierdo, pero con
más frecuencia fue hiperecogénica respecto al parénquima he- b
pático e hipoecogénica respecto a la corteza renal.

La medida más fiable fue la obtenida en la cabeza del bazo. Por


lo tanto, el protocolo final recomendado para evaluar el bazo del
gato incluye medir la altura del tercio proximal del bazo en plano
transversal cuando se observa un vaso en la superficie visceral
(valores entre 5,1 y 9,1 mm). Así, un bazo de más de 9,1 mm es
compatible con esplenomegalia y debería, teniendo en cuenta
el resto de hallazgos ecográficos y la evaluación completa del
paciente, orientar hacia un estudio más profundo del paciente
o hacia la aspiración con aguja fina del bazo para obtener un
diagnóstico. Otros autores han descrito que la observación de c
un bazo doblado sobre sí mismo es de por sí un signo de esple- Figura 7. (a) Imagen bidimensional de la cabeza del bazo de un gato adulto sano
nomegalia en gatos (Hanson et al., 2001) (fig. 8). utilizando un corte transversal en la que se muestra cómo medir la altura. (b) y (c) En el
cuerpo esplénico, la medida se toma a partir de un corte longitudinal del bazo.

Tabla 1. Valores de referencia normales para el tamaño del bazo en tres localizaciones distintas, en gatos
sanos conscientes (Sayre y Spaulding, 2014).

Cabeza del bazo Cuerpo del bazo Cola del bazo


Media (DE) 7,1 mm (±1,19 mm) 9,3 mm (±1,51 mm) 8,7 mm (±1,51 mm)
Rango 5,1–9,1 mm 6,0–12,8 mm 6,3–12,4 mm

DE: desviación estándar.

166
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Ecografía del bazo
7

1
3

a b

Figura 8. (a) Imagen bidimensional del bazo de una gata Común Europea castrada de 7 años con signos clínicos inespecíficos. 1: bazo; 2: vasos esplénicos;
3: asa de intestino delgado. El bazo está doblado sobre sí mismo (en este caso es una esplenomegalia grave). (b) Imagen bidimensional de un bazo doblado sobre
sí mismo en un gato de 16 años (en este caso es una esplenomegalia leve).

ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES ESPLÉNICAS


El bazo puede verse afectado por enfermedades sistémicas o localizadas. En casos de
infiltración esplénica, el tamaño, la forma o los bordes del bazo pueden alterarse. Las
enfermedades que afectan al bazo pueden producir cambios en su arquitectura interna
(distribución focal o difusa) o ser aparentes solo por un aumento del tamaño esplénico
(Sayre y Spaulding, 2014). En el gato, la patología esplénica se asocia de forma más
frecuente a un estado de esplenomegalia difusa que a masas esplénicas (Reese et al.,
2013).

ESPLENOMEGALIA

El bazo del perro, de tipo sinusoidal, le permite tener una gran capacidad de almacenaje
y, por lo tanto, una variación potencial de su tamaño superior que en el gato. En el gato,
sin embargo, el bazo es de tipo no sinusoidal, por lo que es menos probable que la
presencia de esplenomegalia se deba a una respuesta fisiológica. Por lo tanto, la esple-
nomegalia en el gato puede ser clínicamente más relevante que en el perro.

Son varios los procesos que pueden causar esplenomegalia en el gato: hematopo-
yesis extramedular, anemia crónica, anemia hemolítica inmunomediada, infecciones
(virus de leucemia felina, peritonitis infecciosa felina, micobacteriosis, esplenitis bacte-
rianas, leishmaniosis, etc.), enfermedades fúngicas como la histoplasmosis, hiperplasia
nodular, infiltración neoplásica (mastocitomas, linfoma, plasmocitoma), acromegalia,
síndrome hipereosinofílico, hematomas, leucemia eritroide, síndrome mielodisplásico,
enfermedades mieloproliferativas y compromiso vascular. También se ha descrito la
presencia de esplenomegalia debido a congestión venosa secundaria a enfermedad
hepática (Atiee et al., 2013; Sayre y Spaulding, 2014) (figs. 9–15, vídeos 3–7).

167
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Diagnóstico ecográfico en el gato

NEOPLASIAS

Los tumores esplénicos más frecuentes en el gato son el mastocitoma y el linfoma


(Spangler y Culbertson, 1992). En un estudio en el que se describía la apariencia eco-
gráfica de las alteraciones esplénicas en gatos, el hallazgo más frecuente en el linfoma
fue la esplenomegalia. El aspecto del parénquima esplénico fue variable, desde difusa-
mente hipoecogénico con textura moteada y/o presencia de varios focos hipoecogéni-
cos pequeños, hasta masas hipoecogénicas únicas. En otros pacientes, se observaron
únicamente masas esplénicas o disminución de la ecogenicidad del parénquima sin
esplenomegalia (ver fig. 9 y vídeo 3). Otros cambios concomitantes vistos en el abdo-
men fueron derrame peritoneal, nódulos linfáticos abdominales aumentados de tamaño
y alteraciones hepáticas (Hanson et al., 2001).

1 1

2
2
3

a b 3

c d

Figura 9. (a) Imagen bidimensional del bazo de un gato macho adulto


castrado con linfoma. 1: bazo; 2: nódulo linfático esplénico; 3: asa de intestino
delgado. Se observa una esplenomegalia entre leve y moderada. El parénqui-
ma esplénico tiene una textura moteada con múltiples focos hipoecogénicos.
(b) Imagen bidimensional del bazo de un gato con linfoma. 1: bazo; 2: híga-
do; 3: vesícula biliar. Se observa una esplenomegalia leve y heterogeneidad del
parénquima. (c) Imagen transversal del bazo de un gato adulto con linfoma
esplénico. Se observa un nódulo hipoecogénico de márgenes poco definidos en
el cuerpo del bazo. (d) Imagen bidimensional del bazo de una gata de 6 años
con linfoma esplénico. Se observa heterogeneidad del parénquima y presencia
de múltiples focos hipoecogénicos. (e) Imagen sagital del bazo de una gata de
11 años con linfoma esplénico. Se observa una esplenomegalia difusa marcada
e y parénquima homogéneo.

168
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Ecografía del bazo
7
Los cambios ecográficos observados en 27 gatos con mastocitoma esplénico fueron
similares a los descritos en casos de linfoma. El 93 % de estos pacientes presentaban
esplenomegalia de gravedad diversa y en 6 de estos gatos la única alteración obser-
vada fue la presencia de esplenomegalia. Un hallazgo poco habitual visto en dos gatos
fue un bazo más grande y nodular con nódulos hiperecogénicos. En otro gato, se
observó esplenomegalia con parénquima difusamente hiperecogénico. En 7 gatos el
tumor tenía presentación de nódulo simple o masa (ver fig. 10 y vídeo 4). Un 30 % de
los pacientes presentaba cambios concomitantes en el hígado. En un 33 % de estos
gatos se observó derrame peritoneal (Hanson et al., 2001).

La presencia de derrame eosinofílico en cavidad peritoneal y pleural, junto con eosinofilia


periférica, ha sido descrita en la especie felina como síndrome paraneoplásico en casos
de mastocitoma visceral (Henry y Herrera, 2013). Lamentablemente, en este estudio no
se encontraron características específicas para poder distinguir en el gato entre linfoma y
mastocitoma esplénico, aunque un mayor porcentaje de gatos con linfoma presentaban
derrame abdominal (47 % frente a 33 %) y linfadenopatía mesentérica o retroperitoneal
(37 % frente a 3 %). En gatos con mastocitoma, el bazo tenía una mayor tendencia a
presentar un contorno irregular que en gatos con linfoma y solo se observaron lesio-
nes hiperecogénicas en pacientes con mastocitoma, lo que indica que la presencia de
pequeños nódulos hiperecogénicos o hiperecogenicidad difusa es un hallazgo poco
frecuente, pero específico, de mastocitomas en gatos (Hanson et al., 2001).

„ Ver vídeo

Vídeo 3. Linfoma esplénico

Misma paciente que en la fig. 9e. Se


observa esplenomegalia marcada
difusa con parénquima esplénico
homogéneo, hiperecogénico
respecto al hígado. También puede
observarse la presencia de derrame
peritoneal que rodea el bazo.

„ Ver vídeo

Vídeo 4. Mastocitoma esplénico

Mismo paciente que en la fig. 10. Figura 10. Imagen bidimensional del bazo de un gato
Se observa un nódulo esplénico de 16 años. Dentro del parénquima esplénico se observa
una estructura con superficie irregular hiperecogénica y
bien definido con sombra acústica
sombra acústica distal marcada, indicativo de mineraliza-
marcada que indica mineralización. ción. El resultado de la citología de este nódulo fue com-
El diagnóstico final fue de patible con un mastocitoma esplénico con mineralización
mastocitoma esplénico. distrófica.

169
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Diagnóstico ecográfico en el gato

1 2

1
2

a b

1
2

c d

Figura 11. (a) y (b) Imágenes bidimensionales de una masa abdominal heterogénea de aspecto cavernoso localizada en el abdomen craneal izquierdo de un
gato de 12 años. Esta masa se originaba en la cabeza del bazo, a la cual se unía a través de un pedículo fino. El diagnóstico final fue hemangiosarcoma esplénico.
(c) Cuerpo del bazo del mismo paciente donde se observa un nódulo hipoecogénico de márgenes bien definidos que deforma la superficie ventral de la cápsula
esplénica. (d) Imagen del mismo paciente donde se aprecia una cantidad moderada de derrame peritoneal (hemoabdomen) y reacción peritoneal asociada.

2 1
4
3 5

a b

Figura 12. (a) Imagen bidimensional del cuerpo del bazo de un gato Común Europeo de 11 años con triaditis. Se observa esplenomegalia leve con parénquima
homogéneo. El análisis de la muestra obtenida por aspiración con aguja fina fue compatible con hiperplasia linfoide. (b) Imagen bidimensional del bazo de una gata
Británica de pelo corto de 4 años con colangitis. Se observa esplenomegalia leve con parénquima de aspecto moteado. El resultado de la citología fue hiperplasia
linfoide. 1: bazo; 2: hígado; 3: estómago; 4: vena esplénica; 5: colon.

170
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Ecografía del bazo
7
Los hemangiosarcomas viscerales son poco comunes en ga-
tos y normalmente son multifocales con lesiones en bazo en
un 23 % de los casos aproximadamente. Ecográficamente, se
han descrito como lesiones heterogéneas o hipoecogénicas,
con focos anecogénicos en algunos de ellos, acompañados de
derrame abdominal (Culp et al., 2008) (ver fig. 11).

Las metástasis esplénicas de carcinomas pueden verse como


lesiones nodulares hipoecogénicas bien definidas de entre 1 y
2 cm de diámetro (Hanson et al., 2001).
a
Las lesiones en diana (centro hiper o isoecogénico con periferia
hipoecogénica) se asocian generalmente a procesos malignos,
tales como metástasis. Sin embargo, también se han descrito
en lesiones benignas, como por ejemplo en hiperplasias (Cuc-
covillo y Lamb, 2002).

En este mismo estudio, un 41 % de gatos con hematopoyesis


extramedular y/o hiperplasia linfoide tenían esplenomegalia con
ecogenicidad normal (ver figs. 12 y 13). En algunos pacientes
también se observaron nódulos focales o masas hipoecogéni-
cas en el bazo con un diámetro entre 0,7 y 3 cm. En otros, se
observó un parénquima hipoecogénico de aspecto moteado
(Hanson et al., 2001; Atiee et al., 2013).

„ Ver vídeo

Vídeo 5. Traumatismo esplénico

Misma paciente que en la fig. 14a.


El bazo tiene un borde irregular y
el parénquima es heterogéneo, con
varios focos hipoecogénicos o de
ecogenicidad mixta compatibles con
hematomas. Se observa un aumento
de la ecogenicidad peritoneal debido
a inflamación postraumática.

Figura 13. (a) Imagen bidimensional del bazo de una gata Persa castrada de 2 años
con anemia crónica. El bazo presenta un aumento de tamaño moderado y difuso. El parén-
quima esplénico es levemente heterogéneo. (b) Imagen bidimensional del bazo de una
gata Bengalí de 6 meses con anemia hemolítica inmunomediada secundaria a una infección
por el virus de la leucemia felina. El bazo está aumentado de tamaño (doblado sobre sí
mismo) y tiene un aspecto moteado. Los resultados de la aspiración con aguja fina del
bazo fueron compatibles con hiperplasia linfoide reactiva. (c) Imagen del bazo de un gato
Común Europeo de 6 años mordido en la cabeza por un perro. El bazo presenta una zona
de engrosamiento focal, compatible con congestión según los resultados de la aspiración
con aguja fina.

171
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Diagnóstico ecográfico en el gato

HEMATOMAS

Los hematomas pueden verse como lesiones focales o mul-


tifocales, de ecogenicidad variable (de hipo a anecogénicos o
de ecogenicidad mixta). En algunos casos, pueden deformar la
cápsula esplénica o bien tener una localización subcapsular (ver
fig. 14 y vídeo 5).

INFECCIONES FÚNGICAS
a
La histoplasmosis es la segunda enfermedad fúngica más fre-
cuente en gatos. Se debería incluir en el diagnóstico diferencial
de gatos que presenten esplenomegalia y un parénquima hi-
poecogénico de aspecto homogéneo, moteado o bien nodular
(Atiee et al., 2013).

INFLAMACIONES

Las esplenitis son poco comunes en gatos (2 % de las lesiones


esplénicas). Se pueden subdividir, según el tipo de célula predo-
minante, en supurativas, granulomatosas, piogranulomatosas, b
necrotizantes, eosinofílicas y linfoplasmacíticas. Asimismo, se Figura 14. (a) Imagen bidimensional del bazo de una gata adulta con politraumatismo.
ha descrito un caso de esplenitis secundaria a un cuerpo extra- El bazo tiene un borde irregular y el parénquima presenta una región focal heterogénea (en-
tre puntas de flecha) compatible con un hematoma. La grasa del ligamento gastroesplénico
ño de tipo vegetal en un gato (Culp et al., 2008). (craneal al bazo) es más ecogénica debido a la inflamación peritoneal presente. (b) Imagen
con Doppler potencia del cuerpo del bazo de una gata joven atropellada. En la región cen-
tral del bazo se observa una lesión muy hipoecogénica, de bordes bien definidos, sin flujo
Doppler, compatible con un hematoma.
PATOLOGÍAS VASCULARES

Las patologías vasculares son poco frecuentes en la especie


felina. No se ha encontrado en la bibliografía disponible ninguna
información acerca de la incidencia de infartos o de casos de
torsión esplénica en el gato. No obstante, sí es posible observar
„ Ver vídeo
Vídeo 6. Bazo de paciente con
trombos en la vena esplénica en pacientes con trombosis de la anemia hemolítica autoinmune y
vena porta (TVP). En un estudio realizado en seis gatos con TVP, hemoabdomen
todos los pacientes tenían patología hepática. Esto sugiere que
la presencia de enfermedad hepatobiliar puede ser un factor de
Imagen bidimensional de un gato
riesgo para el desarrollo de TVP en gatos (Rogers et al., 2008). Común Europeo de 3 años con
anemia hemolítica autoinmune
y hemoabdomen obtenida con
ESPLENOSIS Y BAZO ACCESORIO una sonda microconvexa. La
cola del bazo está aumentada de
tamaño y presenta un parénquima
Se ha descrito la presencia de tejido esplénico heterotópico (o heterogéneo. Puede verse una
ectópico) en el gato. Suele tratarse de hallazgos incidentales pequeña cantidad de líquido libre
durante una cirugía o una laparoscopia. En la mayoría de casos que rodea al bazo.

172
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Ecografía del bazo
7
2

a b

Figura 15. (a) Imagen bidimensional del bazo de una gata Birmana castrada de 4 años con peritonitis infecciosa felina (PIF). Se observa esplenomegalia difusa.
(b) Imagen del bazo de un gato macho castrado de 2 años con diagnóstico de PIF. Los bordes del bazo son irregulares. Se observa un nódulo hipoecogénico en el
centro del parénquima cuyo diagnóstico citológico fue bazo reactivo.

es asintomático. Este tejido puede clasificarse como esplenosis o bazo accesorio. La


esplenosis se produce por la implantación de tejido esplénico secundario a una es-
plenectomía o a la rotura traumática del bazo. El tejido implantado suele ser multifocal
y estar diseminado por la superficie serosa del abdomen. Los bazos accesorios son
focos de tejido esplénico sano, separados del bazo debido a un fallo en la fusión del
bazo durante el desarrollo intrauterino. Se trata de un proceso congénito en el cual se
observa la presencia de un número limitado de nódulos a lo largo de los ligamentos
esplenopancreático, gastroesplénico o esplenorrenal. Reciben sangre de ramas de la
arteria esplénica y presentan un hilio. En raras ocasiones, el tejido se encuentra dentro
de otras vísceras. En el gato por ejemplo se ha descrito la presencia de tejido esplénico
dentro del páncreas. Este tejido puede tener implicaciones clínicas importantes, ya que
se puede confundir con un tumor pancreático (Ramírez et al., 2013).

MISCELÁNEA

Distinguir entre un bazo normal o con lesiones benignas o malignas basándose en el

„ Ver vídeo
Vídeo 7. Bazo de paciente con
aspecto ecográfico es muy difícil. Un bazo con aspecto normal puede ser patológico.
Por el contrario, es más probable que un bazo con esplenomegalia o con un aspecto
anemia hemolítica autoinmune y ecográfico anormal sea clínicamente significativo. En todo caso, el diagnóstico definitivo
hemoabdomen de las patologías esplénicas requiere el uso de citología o histopatología. En el caso del
bazo, las aspiraciones con aguja fina no suelen provocar complicaciones.

Imágenes del bazo de un gato


Común Europeo de 3 años con Algunos procedimientos clínicos, como la sedación o anestesia, pueden producir cam-
anemia hemolítica inmunomediada. bios en el tamaño o la apariencia ecográfica del bazo. En un estudio en el que se eva-
Se observa esplenomegalia y luaba el efecto del uso de sevoflurano y las donaciones de sangre en la apariencia del
parénquima esplénico heterogéneo bazo felino se vio que la altura del bazo aumentaba de forma significativa con anestesia
e hipoecogénico respecto a la
general en comparación con los valores basales, y que disminuía después de donar
corteza renal izquierda. También
puede observarse derrame
sangre. Sin embargo, la magnitud de las diferencias en las medidas era pequeña y
peritoneal (hemoabdomen) probablemente poco significativa desde un punto de vista clínico (Reese et al., 2013).
alrededor del bazo.

173
ÍNDICE | 
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Diagnóstico ecográfico en el gato

BIBLIOGRAFÍA

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174
ÍNDICE | 
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Ecografía de las
glándulas adrenales
Elisabet Domínguez Miño
8 Ecografía de las
glándulas adrenales

Técnica ecográfica ....................................................................................... 178

uu
Vídeo 1. Glándula adrenal izquierda
de un paciente adulto sano .................................................. 179

uu
Vídeo 2. Glándula adrenal derecha
de un paciente adulto sano.................................................... 179

uu
Vídeo 3. Glándulas adrenales
en un paciente sano................................................................................. 179

Ecografía de las glándulas


adrenales en pacientes sanos ................................... 180

uu
Vídeo 4. Glándula adrenal izquierda
con mineralización...................................................................................... 180

Neoplasias............................................................................................................................ 181

Hiperaldosteronismo primario............................................. 181

uu
Vídeo 5. Hiperaldosteronismo primario... 182

Hiperadrenocorticismo.......................................................................... 183

Hipertiroidismo......................................................................................................... 184

Bibliografía.......................................................................................................................... 185

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Las glándulas adrenales felinas se pueden explorar usando una combi-
nación de abordajes y en distintas posiciones. Como ocurre con otros
órganos de la cavidad abdominal, se recomienda rasurar el pelo de la
parte ventral y lateral y aplicar gel de ecografía como medio de contacto.
Se pueden emplear sondas ecográficas de frecuencia media (5–7,5 MHz)
o alta (10–18 MHz).

En el gato, la glándula adrenal izquierda se puede examinar con el paci��-


ente en decúbito dorsal o lateral derecho. Se recomienda identificar prim-
ero el polo craneal del riñón izquierdo y, a partir de este punto, moverse
medialmente hasta localizar la arteria renal izquierda y la aorta abdominal
en un plano sagital.

La glándula adrenal izquierda se localiza caudal al origen de la arteria me-


sentérica craneal (Zimmer et al., 2000) (fig. 1a). La vena frénicoabdominal
izquierda puede verse en el lado ventral de la glándula adrenal izquierda.

Para explorar la glándula derecha el paciente debe estar en decúbito dor-


sal o lateral izquierdo y la sonda debe colocarse caudal al arco costal. La
vena cava caudal, justo craneal al riñón derecho, sirve como referencia
anatómica, ya que la glándula adrenal derecha se localiza ligeramente
dorsolateral a la vena (Zimmer et al., 2000) (fig. 1b). En muchos casos
también es posible localizar la vena frénicoabdominal en el lado derecho.

1
3
4 2
1 2

a b

Figura 1. (a) La glándula adrenal izquierda se localiza ventral a la aorta y caudal al origen de las arterias mesentérica craneal y celiaca. 1: glándula adrenal izquierda; 2: aorta; 3: arteria
mesentérica craneal; 4: arteria celiaca. (b) Para explorar la glándula derecha, la vena cava caudal sirve de referencia anatómica, ya que la glándula adrenal derecha se localiza ligeramente
dorsolateral a la vena. 1: vena cava caudal; 2: glándula adrenal derecha.

178
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Ecografía de las glándulas adrenales
8
Al igual que ocurre en los pacientes caninos, en los gatos, mu-
chas veces las glándulas adrenales son levemente oblicuas al
plano sagital del cuerpo, con el polo craneal algo lateral respecto
al polo caudal, que es más medial (Combes et al., 2013). Por
este motivo, si se utiliza un plano sagital al cuerpo, las glándulas
adrenales tendrán una forma más ovalada; en cambio, con un
plano sagital verdadero de la glándula, la forma de la glándula
será más bien bilobulada (fig. 2, vídeos 1–3).

El aporte sanguíneo de las glándulas adrenales proviene de


a pequeñas arterias que se originan a partir de la aorta, de la arte-
ria celiaca, así como de las arterias renales, frénicoabdominales
y lumbares. El drenaje venoso es más constante y se realiza a
través de las venas frénicoabdominales (Bennet y Kilham, 1940).

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Glándula adrenal
izquierda de un paciente adulto
sano

En este paciente, la glándula se observa como una


estructura ovalada hipoecogénica bien definida,
b
rodeada de un halo hiperecogénico de poco espesor,
que corresponde a grasa. Se localiza ventral a la aorta y
caudal a las arterias celiaca y mesentérica craneal (ramas
de la aorta visibles a la izquierda de la pantalla).

„ Ver vídeo
Vídeo 2. Glándula adrenal
derecha de un paciente adulto
sano

La glándula adrenal derecha de este paciente sano tiene


forma ovalada, parénquima hipoecogénico y puede
c observarse en un plano parasagital a la vena cava caudal.
Figura 2. (a) Imagen sagital de la glándula adrenal izquierda de un gato adulto sano
(entre cursores). La glándula tiene forma ovalada y su parénquima es hipoecogénico y
homogéneo. Dorsalmente, se observa la aorta como una estructura tubular anecogénica.
(b) Imagen bidimensional en plano sagital de la glándula adrenal derecha de un gato joven
sano (entre cursores). Ventralmente a la glándula se observa la vena cava caudal (estructura
„ Ver vídeo
Vídeo 3. Glándulas adrenales en
tubular anecogénica). (c) Imagen bidimensional de la glándula adrenal derecha de un gato un paciente sano
adulto sano (entre cursores). La glándula tiene forma bilobulada y se observa justo dorsal a
la vena cava caudal.
Al principio del vídeo se observa la glándula adrenal
izquierda caudal a las arterias celiaca y mesentérica
craneal y, más tarde, la glándula derecha, un poco más
craneal y en un plano paralelo a la vena cava caudal.

179
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DE LAS GLÁNDULAS ADRENALES


EN PACIENTES SANOS

En general, las glándulas adrenales felinas son estructuras bien definidas, bilobuladas,
hipoecogénicas y rodeadas por un halo hiperecogénico de grasa. En algunos pacien-
tes, es posible diferenciar dos zonas en el parénquima: una región central más hiper-
ecogénica y otra periférica más hipoecogénica (Zimmer et al., 2000). Se desconoce
si estas dos regiones corresponden a la demarcación histológica entre la corteza y la
médula adrenal. Otros autores también han descrito la presencia de dos zonas dife-
renciadas en las glándulas adrenales felinas, pero a la inversa, es decir, con una región
central más hipoecogénica y una periferia más ecogénica (Cartee et al., 1993).

Generalmente, ambas glándulas adrenales son similares en cuanto a tamaño, forma y


contorno, con una forma ovalada o de alubia (Zimmer et al., 2000).

En algunos gatos, se pueden ver focos internos hiperecogénicos con sombra acústica
en el parénquima adrenal. Estas áreas pueden representar focos de mineralización,
que han sido descritos hasta en un 30 % de gatos sanos (Zimmer et al., 2000). Otros
autores han descrito la presencia uni o bilateral de focos hiperecogénicos sin sombra
acústica evidente en gatos sanos, que podrían deberse a mineralizaciones pequeñas
que no provocan sombra acústica, depósitos de grasa o pequeñas hemorragias (Com-
„ Ver vídeo
Vídeo 4. Glándula adrenal
bes et al., 2013) (fig. 3, vídeo 4). izquierda con mineralización

Hasta el momento se han publicado varios artículos que describen el rango de referencia Mismo paciente que en la fig. 3. La
del tamaño normal de las glándulas adrenales felinas. Algunos estudios han puesto de glándula adrenal izquierda tiene un
manifiesto que las medidas ecográficas infravaloran el tamaño anatómico real (aproxi- punteado hiperecogénico central
madamente 2 mm). Un estudio reciente en el que se comparó la variabilidad intra e inte- con sombra acústica tenue y
periferia hipoecogénica. El punteado
robservador de las medidas ecográficas de las adrenales en gatos ha demostrado que
hiperecogénico puede representar
la medida de la altura de las glándulas, en un plano sagital o transversal, es más fiable focos de mineralización, hallazgo
que la medida de la longitud o de la anchura en plano transversal (Combes et al., 2014). frecuente en gatos sanos.

Figura 3. Imagen sagital de la glándula adrenal izquierda de un


gato adulto sano (entre cursores). La glándula tiene forma bilobu-
lada, con región central hiperecogénica y periferia hipoecogénica.

180
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Ecografía de las glándulas adrenales
8
En la tabla 1 se muestran los valores de referencia normales del tamaño de las glándu-
las adrenales según diferentes autores (Combes et al., 2013). No se ha determinado
que el peso del paciente, la superficie corporal, la condición corporal, el género o la raza
influyan significativamente en las dimensiones de las glándulas adrenales. Sin embargo,
sí se ha visto que la edad influye ligeramente en la longitud de estas glándulas, siendo
más cortas en pacientes de edad más avanzada (Combes et al., 2013).

Tabla 1. Valores de referencia de las medidas ecográficas de las glándulas adrenales felinas según varios autores.
Medidas ecográficas Combes et al. (2013) Cartee et al. (1993) Zimmer et al. (2000)
Media ± DE 10,4 ± 1,8 10,4 ± 0,7
Longitud
Mediana (rango) 10,5 (5,8–14,1) 8,9 (4,5–13,3)

GA izquierda Media ± DE 3,8 ± 0,8 4,3 ± 0,4


Altura craneal
(mm) Mediana (rango) 3,8 (1,8–5,9) 3,9 (3–5,3)
Media ± DE 3,6 ± 0,7
Altura caudal
Mediana (rango) 3,5 (2,3–5,5)
Media ± DE 10,8 ± 1,9 10,7± 0,4
Longitud
Mediana (rango) 10,8 (6,1–17,7) 9,8 (6,7–13,7)

GA derecha Media ± DE 3,7 ± 0,9 4,3± 0,3


Altura craneal
(mm) Mediana (rango) 3,7 (1,5–6,7) 3,9 (2,9–4,5)
Media ± DE 3,6 ± 0,7
Altura caudal
Mediana (rango) 3,7 (2,4–5,3)

GA: glándula adrenal; DE: desviación estándar.

ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES ADRENALES


NEOPLASIAS

Las neoplasias adrenales son poco frecuentes en el gato (0,2 % del total de las neo� -
plasias felinas). Basándose en su origen, se clasifican en tumores corticales (adenomas
o carcinomas adrenocorticales) o tumores medulares (feocromocitomas). Los tumores
corticales, a su vez, se dividen en neoplasias funcionales, que producen un exceso de
aldosterona, cortisol y hormonas sexuales (solas o en combinación) y neoplasias no
funcionales (Daniel et al., 2015).

HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO

Los gatos que padecen hiperaldosteronismo primario felino (HAP o enfermedad de


Conn) suelen ser pacientes geriátricos, sin predisposición de raza o sexo. El signo clí-
nico más frecuente es la debilidad, que es debida a una polimiopatía hipocalémica,
seguida de ventroflexión cervical, debilidad del tercio posterior, episodios de rigidez
de las extremidades, disfagia, apatía y depresión. También pueden observarse signos

181
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Diagnóstico ecográfico en el gato

[
secundarios a hipertensión sistémica, como ceguera causada por desprendimiento de
El hiperaldosteronismo primario
retina y hemorragia intraocular. Otras secuelas de la hipertensión sistémica son la hiper-
es el síndrome clínico más
trofia cardiaca y lesiones renales.
frecuente en gatos con tumores
adrenales (Daniel et al., 2015).
La mayor parte de los casos son debidos a adenomas o carcinomas adrenales unilate-
rales, aunque también se han descrito casos de hiperplasia adrenal bilateral.

Los signos ecográficos de las neoplasias adrenales incluyen masas adrenales, calcifica-
ción y cambios en la ecogenicidad normal (fig. 4). Sin embargo, es importante recordar
que el hecho de encontrar una glándula adrenal de mayor tamaño o una masa adrenal
no implica que esté secretando un exceso de aldosterona. Estas masas pueden ser
desde masas adrenales sin importancia clínica (“incidentalomas”), pasando por masas
que secreten otro tipo de hormonas como cortisol o progesterona, hasta feocromoci-
tomas (Schulman, 2010).
„ Ver vídeo

Vídeo 5. Hiperaldosteronismo
En un estudio reciente se describieron tres patrones de ecogenicidad de las masas adre-
primario
nales (Combes, et al., 2013): hiperecogénicas heterogéneas, hipoecogénica homogéna y
centro hiperecogénico con halo hipoecogénico (en diana). En este estudio no se observa-
Mismo paciente que en la fig. 4b.
ron signos de invasión vascular y las glándulas contralaterales se consideraron normales La glándula adrenal izquierda está
en cuanto a tamaño, forma y ecogenicidad. No fue posible distinguir ecográficamente las engrosada (1 cm), es hipoecogénica
neoplasias benignas de las malignas basándose en el patrón de ecogenicidad. Por otro y contiene una región central
lado, en dos casos en los que ecográficamente únicamente se observó una masa adrenal, mineralizada. El paciente tenía
el estudio post mortem permitió detectar un carcinoma adrenal bilateral. Debido a esto, los un cuadro clínico compatible con
hiperaldosteronismo primario.
autores concluyen que la prevalencia real de las neoplasias bilaterales puede estar infrava-
lorada. Además, en otros casos de hiperplasia bilateral confirmada, no se observaron al-
teraciones ecográficas. Por lo tanto, la presencia de glándulas adrenales ecográficamente
normales no excluye la posibilidad de infiltración adrenocortical benigna o maligna.

H VCC

AD

a b

Figura 4. (a) Imagen sagital de la glándula adrenal derecha (AD) de un gato Siamés de 15 años con debilidad generalizada por hiperaldosteronismo primario. Se observa una masa
redondeada e hipoecogénica en contacto con el hígado (H), que provoca que la vena cava caudal (VCC) esté ligeramente comprimida y desviada hacia ventral. El diagnóstico final fue carcinoma
adrenal. Imagen cortesía del Animal Health Trust. (b) Imagen bidimensional de la glándula adrenal izquierda (entre cursores) de un gato Común Europeo de pelo corto de 12 años con debilidad
generalizada, tetraparesia y ataxia. Se observa una masa adrenal hipoecogénica de 1 cm de diámetro con una región central hiperecogénica (mineralización). No se dispone del diagnóstico
definitivo, pero el cuadro clínico, los resultados de la analítica sanguínea y de las técnicas de imagen eran compatibles con hiperaldosteronismo primario.

182
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Ecografía de las glándulas adrenales
8
Los feocromocitomas son muy poco frecuentes en gatos y solo se han encontrado
cuatro casos descritos en la literatura. Los signos clínicos se deben a un exceso de
catecolaminas o a efecto masa (Daniel et al., 2015).

Se ha descrito la combinación de HAP con hiperprogesteronismo en gatos con masas


adrenales. Asimismo, también existen varios casos clínicos publicados que describen
neoplasias adrenales funcionales con exceso de producción de hormonas sexuales
(progesterona u otras como estradiol, testosterona, androstenediona, 17-hidroxi-
progesterona). Sin embargo, la síntesis de más de una hormona en un tumor adrenal se
considera poco frecuente (Briscoe et al., 2009; Daniel et al., 2005).

La formación de trombos asociados a masas adrenales es poco común en gatos. Los


signos clínicos de invasión de la vena cava caudal se derivan de la obstrucción del
drenaje venoso y linfático y pueden dar lugar a un síndrome similar al de Budd-Chiari
(Rose et al., 2007).

Se ha descrito la presencia de osteopatía hipertrófica en un gato con carcinoma adre-


nocortical. Después de realizar la adrenalectomía, la apariencia radiológica de la reac-
ción perióstica cambió de tipo empalizada (propia de la osteopatía hipertrófica) a una
apariencia lamelar más benigna (Becker et al., 1999).

HIPERADRENOCORTICISMO

El hiperadrenocorticismo felino (síndrome de Cushing felino) está causado por un ex-


ceso de cortisol secretado por las glándulas adrenales. Su causa más frecuente es un
adenoma hipofisario que causa de forma secundaria una hiperplasia corticotrófica y
una secrecion excesiva de cortisol adrenocortical. También se ha descrito en gatos con
adenomas o carcinomas adrenales (Chiaramonte y Greco, 2007). Aproximadamente
un 20 % de gatos con hiperadrenocorticismo espontáneo tiene tumores adrenales fun-
cionales (Daniel et al., 2015) (fig. 5).

[
El hiperadrenocorticismo hipofisario suele afectar gatos de edad media y avanzada. En
El hiperadrenocorticismo
el 80 % de los casos se acompaña de diabetes mellitus. Ecográficamente se puede ob-
iatrogénico es muy
servar un aumento bilateral del tamaño adrenal (hiperadrenocorticismo hipofisario) o la
poco frecuente en gatos
presencia de masas adrenales. En gatos con tumores adrenales que producen cortisol
(Ferasin, 2001).
se puede observar la atrofia de la glándula contralateral (Chiaramonte y Greco, 2007).

183
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Figura 5. Imagen bidimensional de la glándula adrenal


izquierda de un gato con hiperadrenocorticismo. La glán-
dula (entre cursores) es redondeada, homogénea, de más
de 1,5 cm de grosor. No fue posible visualizar la glándula
derecha de este paciente. Desafortunadamente, no se dis-
pone del diagnóstico definitivo en este caso. Imagen corte-
sía del Animal Health Trust.

HIPERTIROIDISMO

Se ha observado que los gatos hipertiroideos tienen glándulas adrenales de mayor


tamaño que los gatos sanos de edad similar (Combes et al., 2012) y con un mayor
número de focos hiperecogénicos en el parénquima (fig. 6). Los autores de este estudio
consideran que esto puede ser un problema cuando se evalúan gatos hipertiroideos
con sospecha de enfermedad adrenal, o cuando ambas patologías se sospechan des-
de un inicio. Un hallazgo similar se ha observado en gatos acromegálicos, en los cuales
el grosor de las glándulas adrenales es significativamente superior al de los gatos con�-
trol (Lourenço et al., 2014).

[
En gatos con cistitis intersticial
se ha descrito la presencia
de glándulas adrenales más
pequeñas de lo normal, debido
fundamentalmente a corteza más
delgada (Westropp et al., 2003).
Se desconoce la etiología de este
cambio.

Figura 6. Imagen bidimensional de la glándula adrenal derecha de un gato con hiper-


tiroidismo (entre cursores). Ambas glándulas adrenales medían más de 6 mm de grosor y
presentaban un aspecto homogéneo.

184
ÍNDICE | 
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Ecografía de las glándulas adrenales
8
BIBLIOGRAFÍA

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185
ÍNDICE | 
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Ecografía de los
riñones y uréteres
Yvonne Espada Gerlach
9 Ecografía de los
riñones y uréteres

Técnica ecográfica uu
Vídeo 9. Enfermedad poliquística 1

uu
Vídeo 10. Enfermedad poliquística 2
Ecografía de riñones y uréteres
normales uu
Vídeo 11. Linfoma renal

uu
Vídeo 1. Vascularización renal
uu
Vídeo 12. Carcinoma renal

uu
Vídeo 2. Trígono vesical con ecografía
Enfermedades de la pelvis
doppler
y sistema colector

Ecografía de las patologías renales uu


Vídeo 13. Hematoma subcapsular
y ureterales
uu
Vídeo 14. Hidronefrosis e hidrouréter
Variación de tamaño
uu
Vídeo 15. Cálculos ureterales 1
Enfermedades parenquimatosas difusas
uu
Vídeo 16. Cálculos ureterales 2
uu
Vídeo 3. Enfermedad renal aguda
uu
Vídeo 17. Cálculos ureterales 3
uu
Vídeo 4. Enfermedad renal crónica 1
uu
Vídeo 18. Artefacto de centelleo
uu
Vídeo 5. Enfermedad renal crónica 2

Enfermedades del espacio


uu
Vídeo 6. Signo de banda medular
retroperitoneal perinéfrico
Enfermedades focales
del parénquima renal uu
Vídeo 19. Pseudoquiste perinéfrico

uu
Vídeo 7. Infartos renales 1 Variación de índices vasculares

uu
Vídeo 8. Infartos renales 2 Bibliografía

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Como en el resto de los órganos, es preciso rasurar el pelo del abdomen desde la apófisis xifoides hasta la pelvis, así
como a ambos lados del arco costal. Para conseguir un buen contacto entre la sonda y la piel, es recomendable hume-
decer y limpiar la piel con agua antes de aplicar una cantidad abundante de gel de ecografía. El paciente puede colocarse
tanto en decúbito dorsal como en decúbito lateral (derecho o izquierdo), favoreciendo siempre que el animal esté cómodo.

Los riñones en los gatos son más globosos y móviles que en los perros, con lo que hay que ajustar la presión que se ejerce con
la sonda para obtener una buena imagen sin desplazarlos. Las sondas convexas de frecuencia media (7,5–9 MHz) propor� -
cionan una imagen adecuada, pero las sondas lineales de alta frecuencia (14–10 MHz) aportan una mejor resolución y detalle.

En los gatos, los riñones suelen estar caudales a las costillas, ondas de Doppler. Se trata de la aceleración sistólica temprana
por lo que raramente se accede al riñón derecho a través de los (AST) (Carvalho y Chammas, 2011).
espacios intercostales. Se realizan cortes longitudinales con la
sonda paralela al eje largo del animal con barridos de lateral a Los índices vasculares son una medida indirecta de hiperten-
medial, y transversales con la sonda perpendicular a la columna, sión renal y permiten estimar la resistencia vascular. El índice de
desplazando la sonda del polo craneal al caudal. Para el riñón resistencia (IR) y el índice de pulsatilidad (IP) se calculan con las
derecho exploraremos el lateral derecho, caudal al hígado, ha- fórmulas siguientes: IR = (pico de velocidad sistólica – velocidad
ciendo barridos de dorsal a ventral, mientras que el riñón izquier- diastólica final) / pico de velocidad sistólica; IP = (pico de veloci-
do lo exploraremos caudal al estómago y al bazo. Cada riñón dad sistólica – velocidad diastólica final) / velocidad media.
hay que explorarlo en dos planos ortogonales como mínimo.

En algunas patologías renales es adecuado realizar un estudio


Doppler pulsado de la vascularización renal, generalmente de
las arterias arqueadas o interlobares. De esta manera, el Doppler
color permite localizar las arterias arqueadas en la unión córti-
comedular. Tras activar el cursor y con una ventana de muestra
de 1–2 mm sobre la arteria, se registran varias ondas de flujo
(mínimo tres) para obtener un valor promedio.

Los gatos son muy sensibles a la vibración de la sonda y suelen


reaccionar a esta con agitación, pero normalmente se habitúan
con rapidez. Será importante por tanto tener paciencia para ob-
tener unas buenas imágenes en las cuales realizar las medicio-
nes de velocidad sistólica, diastólica y velocidad media, con el
fin de obtener los índices de resistencia (IR) y de pulsatilidad (IP).
Figura 1. Imagen de Doppler dúplex del riñón de una gata sana. El Doppler color permite
Por lo general, todos los ecógrafos disponen de programas que visualizar la vascularización renal y poder colocar el cursor del Doppler pulsado en la luz de
una arteria arqueada (en rojo, dirigiéndose hacia la sonda en la región cortical del campo
calculan directamente los índices a partir de la velocidad sistólica cercano). El aspecto de Doppler pulsado se representa en la parte inferior de la imagen.
máxima, la mínima diastólica y la velocidad media (fig. 1). Existe Los índices de resistencia (IR) y de pulsatilidad (IP) se calculan a partir del pico de velocidad
sistólica (punta de flecha blanca), la velocidad diastólica final (punta de flecha azul) y la
otro índice que se ha descrito para evaluar los cambios en las velocidad media (trazo azul).

188
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
ECOGRAFÍA DE RIÑONES Y URÉTERES NORMALES
Los riñones se localizan en la región dorsal del abdomen, en el espacio retroperitoneal a
ambos lados de la columna vertebral y de la aorta (AO) y vena cava caudal (VCC). Cada
riñón presenta un polo craneal y caudal, un borde lateral y medial, y una superficie dorsal
y ventral (más convexa que la dorsal). El hilio se localiza en el borde medial y presenta una
indentación que se abre hacia el seno renal. En el hilio se localizan los vasos sanguíneos
(arteria y vena renal), los vasos linfáticos y los nervios, estos últimos muy próximos a la
vena renal.

Los riñones son relativamente grandes, fácilmente palpables y macroscópicamente tie-


nen una apariencia característica con la presencia de venas capsulares (venas estrelladas)
que convergen por la superficie hacia el hilio. En el gato, los riñones están embebidos en
abundante grasa, sobre todo en animales obesos.

El riñón derecho se localiza en la fosa renal del lóbulo caudado del hígado. Sus referen-
cias anatómicas son la glándula adrenal derecha y la vena cava caudal medialmente, y
la pared abdominal como límite lateral. Como en el gato los riñones son muy móviles, no
siempre se visualiza el hígado a la vez que el riñón al realizar la ecografía.

El riñón izquierdo se localiza caudal al fundus gástrico y caudomedial a la cabeza del


bazo. La glándula adrenal izquierda y la aorta son sus referencias mediales, el colon des-
cendente se encuentra ventral a él. Su límite lateral es la pared abdominal (fig. 2).

Las relaciones anatómicas con el bazo y el hígado permiten comparar la ecogenicidad


renal con los órganos colindantes. Por lo general, la corteza renal es iso o hipoecogénica
en comparación con el hígado e hipoecogénica en comparación con el bazo (fig. 3).

E
H B

RD RI

B
Figura 2. Reconstrucción dorsal de tomografía com-
putarizada del abdomen de un gato sano tras la admi- UD
nistración de contraste iodado intravenoso. Se observa la C
posición y relaciones anatómicas normales de los riñones y UI
uréteres. Los riñones, uréteres y vejiga muestran contras-
te en su parénquima y luz, respectivamente. Se observa
diferente grosor o incluso ausencia de visualización del V
contraste dentro de los uréteres debido a su peristaltismo.
Las uniones vesículoureterales se observan en al aspecto
caudal de la vejiga (puntas de flecha). La aorta (asterisco
rojo) y la vena cava caudal (asterisco blanco) también son
visibles. RI: riñón izquierdo; RD: riñón derecho; UI: uréter
izquierdo; UD: uréter derecho; V: vejiga; H: hígado; B: bazo;
E: estómago; C: colon.

189
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 3. (a) Imagen con pantalla dual de un gato sano. Se observa el riñón en la pantalla izquierda y el hígado (entre flechas) en la derecha. A una profundidad similar, ambos órganos son
isoecogénicos. En la imagen del hígado (a la derecha) se observa el duodeno en el campo cercano (punta de flecha). (b) Imagen con pantalla dual del mismo paciente. Se observa que el riñón en la
pantalla izquierda es ligeramente hipoecogénico con respecto al bazo (entre flechas en la pantalla de la derecha).

Ecográficamente, se distingue claramente una médula hipoecogénica y una corteza renal


ecogénica, tanto más cuanto más obeso sea el gato, debido a la infiltración lipídica de la
corteza. El aumento de ecogenicidad de la corteza renal en gatos sanos se produce por
el aumento de la grasa presente en las células epiteliales del túbulo proximal (en forma de
vacuolas), sobre todo en gatos macho (Yeager y Anderson, 1989).

El signo de banda medular es visible como una línea hiperecogénica en la médula y se


puede observar en gatos aparentemente sanos que no presentan signos clínicos de en-
fermedad renal.

Los recesos pélvicos separan los compartimentos medulares, junto a los cuales discurren
los vasos interlobares. La pelvis se observa como una línea hiperecogénica que en oca-
siones presenta sombra acústica por la presencia de grasa y tejido fibroso en la misma
y presenta una anchura de 1–2 mm (Moon, 2009). La cresta renal es la prolongación
de la médula que está en contacto con la pelvis. Esta está rodeada por el seno renal,
que contiene grasa, es hiperecogénico y particularmente prominente en gatos obesos
(D’Anjou, 2008). La vena renal se puede visualizar en el hilio con una sonda de alta fre-
cuencia, pero la arteria suele ser muy pequeña para verla (Graham, 2011). La cápsula
renal se visualiza como una línea hiperecogénica en la parte más externa del riñón (fig. 4,
vídeo 1). En animales sanos, no hay líquido alrededor de los riñones.

De manera rutinaria, en la exploración ecográfica de los riñones se toman medidas para


poder tener una idea aproximada de su tamaño y, sobre todo, para compararlos entre
ellos. El tamaño normal del riñón felino varía entre 3,8 y 4,4 cm (Walter et al., 1987). Am-
bos riñones suelen tener un tamaño similar. En un estudio en el que se comparaban riño-
nes de razas diferentes confirmaron estos hallazgos y, además, se observó que el riñón
izquierdo presenta una médula renal más gruesa y una menor ratio córticomedular que el
riñón derecho. La longitud renal puede estar influida por la edad, el peso y el sexo (los ma-
chos, y en especial los castrados, presentan un mayor tamaño renal), lo que provoca que

190
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
existan variaciones individuales y entre razas pequeñas (Persas, Chinchillas y Singapur) y
razas grandes (Maine Coon) (Mantis, 2008; Debruyn et al., 2012b; Debruyn et al., 2013)
(tabla 1). Por otra parte, la longitud renal presenta una buena correlación con el volumen
renal (Tyson et al., 2012).

C
C
M

Figura 4. Imágenes del riñón de un gato sano.


(a) Corte longitudinal realizado con la sonda aproximada-
M
mente paralela a un plano dorsal del paciente. (b) Corte
longitudinal realizado con la sonda aproximadamente pa- S
ralela a un plano parasagital del paciente. Se observa la
cápsula renal (flechas) como una línea hiperecogénica que
rodea la corteza renal (C). La cápsula es visible de manera
más evidente cuando el haz de ultrasonidos incide de ma-
nera perpendicular a la misma. La corteza renal es hipere- a b
cogénica con respecto a la médula (M). La pelvis (puntas
de flecha) se reconoce como una región lineal con una
o dos líneas hiperecogénicas paralelas y una posible re-
gión central delgada anecogénica en el corte longitudinal.
(c) En el corte transversal la pelvis adopta forma de V o de
media luna. Se observa grasa hiperecogénica en el seno C
renal (S). Los recesos pélvicos (asteriscos) se observan
M
como regiones lineales hiperecogénicas que separan los
diferentes compartimentos medulares. Los vasos interlo-
bares discurren a su lado y, aunque pueden visualizarse en S
ocasiones en modo B, se distinguen mejor con el Doppler
color. (d) Corte transversal del riñón con Doppler color. Se
observan las arterias (rojo) y venas (azul) renales en el hilio
renal. Las venas capsulares (puntas de flecha) se observan
en la periferia del riñón, en rojo o azul según la dirección
del flujo (rojo al dirigirse hacia la sonda y azul al alejarse). c d

„ Ver vídeo
Misma paciente que en la fig. 4d. Corte transversal del riñón con Doppler color.
Se observan las arterias (en rojo) y venas (en azul) renales en el hilio renal. Las
Vídeo 1. Vascularización renal venas capsulares se visualizan en la periferia del riñón, en rojo o azul según la
dirección del flujo (rojo al dirigirse hacia la sonda y azul al alejarse).

Tabla 1. Valores de referencia de medidas ecográficas del riñón en centímetros según


diversos autores.

Parámetro RD RI Corteza Médula


Debruyn et al. (2012b) 3,99 ± 0,40 3,83 ±0,42 0,76 ± 0,14 0,90 ± 0,25
Debruyn et al. (2013) 1
3,83 ± 0,45 0,73 ± 0,15 0,87 ± 0,19
Park et al. (2008) - - 0,47 ± 0,8 0,55 ± 0,07
Paepe et al. (2013)1 3,9 ± 0,5 3,8 ± 0,5
Paepe et al. (2013)2 3,8 ± 0,4 3,7 ± 0,3
Walter et al. (1987) - - 0,82 ± 0,14
(1)
Gatos de raza Ragdoll; (2) gatos de raza diferente a Ragdoll. Valores expresados como media ± DE (desviación estándar).

191
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Diagnóstico ecográfico en el gato

En medicina humana se ha visto que existe una relación entre las variaciones del tama-
ño renal, el grosor de la corteza y la ratio entre corteza y médula renal con diferentes pa-
tologías. Incluso se considera que, en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC),
el grosor de la corteza es la medida que mejor estima la filtración glomerular respecto
a la longitud renal.

En relación a los índices vasculares determinados en el riñón, se considera que la ace-


leración sistólica temprana normal en gatos Persas sanos es inferior a 2 m/s2 y que el
IR normal es de 0,52 ± 0,07 (Carvalho y Chammas, 2011). En un estudio reciente se
encontraron diferencias entre los índices vasculares de ambos riñones, siendo el IR en
el riñón derecho de 0,54 ± 0,07 y en el izquierdo de 0,59 ± 0,08 (Tipisca et al., 2015).

En cuanto a los uréteres, discurren ventralmente a los músculos psoas y 1—2 cm late-
ralmente al plano medio, muy próximos a la AO y VCC (ver fig. 2), cruzan la superficie
ventral de los vasos circunflejos ilíacos profundos y las ramas terminales de la AO y VCC
y, a la altura de la pelvis, discurren por la base del ligamento ancho o del pliegue genital
hasta desembocar a nivel de la papila ureteral en el trígono vesical. Esta papila ureteral
se observa como una pequeña protuberancia en la pared de la vejiga. La entrada de
orina en la vejiga (“jet ureteral”) Se puede visualizar como un remolino ecogénico que se
desplaza desde el trígono hacia la luz vesical (fig. 5, vídeo 2). En un gato sano, los uréte-
res presentan un diámetro luminal de 0,4 mm (Hardie y Kyles, 2004) y normalmente no
es posible visualizarlos ecográficamente. Es preciso recordar que el paso de la orina se
produce por contracciones peristálticas que son visibles ecográficamente solo cuando
el uréter está distendido.

„ Ver vídeo
Vídeo 2. Trígono vesical con
ecografía Doppler

Imagen transversal oblicua del trígno


vesical. Se observan las papilas
ureterales como dos pequeñas
protrusiones en la pared. El chorro
de orina se visualiza como la señal
Doppler en rojo (dirigiéndose hacia
la sonda), primero visualizada
saliendo de la papila izquierda y
posteriormente de la derecha.

Figura 5. Papilas ureterales. Imagen transversal oblicua del trígono vesical. Se observan
dos pequeñas protrusiones redondeadas en la pared que se corresponden con las papilas
ureterales (flechas).

192
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
ECOGRAFÍA DE LAS PATOLOGÍAS
RENALES Y URETERALES

VARIACIÓN DE TAMAÑO

Las variaciones de tamaño pueden preceder a otras lesiones ecográficas y permitir dife-
renciar entre un fallo renal agudo (ERA, que puede acompañarse de aumento de tama-
ño) y una enfermedad renal crónica (ERC, que cursa con disminución del tamaño). En
las situaciones más extremas de fallo renal, que se acompañan de riñones terminales,
es difícil distinguir la médula de la corteza e incluso es difícil reconocer que la estructura
que se ecografía es en realidad un riñón.

En medicina humana, se utiliza el grosor de la región cortical en lugar de la longitud renal


como criterio para diferenciar entre ERC (adelgazamiento cortical) y ERA porque se ha
visto que puede estar más relacionado con la ratio de filtración glomerular (Beland et
al., 2010).

ENFERMEDADES PARENQUIMATOSAS DIFUSAS

AUMENTO DE ECOGENICIDAD CORTICAL


Es el hallazgo más frecuente en cuadros de insuficiencia renal, aunque se trata de una
lesión inespecífica. El fallo renal agudo es una de las patologías en las que se presenta y
en ella se puede observar renomegalia y, en ocasiones, también líquido retroperitoneal
(figs. 6 y 7, vídeo 3). En gatos de edad avanzada, el fallo renal agudo puede producir-
se por obstrucción ureteral. Primero suele producirse un aumento de la ecogenicidad
cortical, pero con mantenimiento de la diferenciación córticomedular, pero conforme la
enfermedad progresa la médula incrementa su ecogenicidad, con pérdida de la defini-
ción y de su ecoestructura normal.

a b
Figura 6. Insuficiencia renal aguda. (a) Corte longitudinal del riñón de un gato adulto con insuficiencia renal aguda debida a intoxicación por ingesta de lirios. Se observa renomegalia (6 cm
de largo × 4 cm de ancho) con un aumento del grosor y ligero aumento de la ecogenicidad de la corteza. Se mantiene una buena diferenciación entre la corteza y la médula, así como la forma
y contorno renal. (b) Imagen longitudinal del mismo riñón a la altura de la pelvis renal, que aparece moderadamente distendida (entre cursores).

193
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Diagnóstico ecográfico en el gato

„ Ver vídeo

Vídeo 3. Enfermedad renal aguda

Mismo paciente que en la fig. 7, con insuficiencia renal


aguda. Se observa un aumento marcado de ecogenicidad
cortical. Alrededor del polo caudal del riñón se observa
una ligera cantidad de líquido retroperitoneal.

Figura 7. Corte longitudinal del riñón de un paciente con insuficiencia renal aguda. Se
observa un marcado aumento de ecogenicidad de la corteza renal y, en menor grado, tam-
bién de la médula. Existe una ligera cantidad de líquido hipoecogénico que forma pequeños
acúmulos triangulares de líquido retroperitoneal (flechas).

En la intoxicación por etilenglicol, el depósito de cristales de oxalato en la corteza y la


médula produce hiperecogenicidad cortical a las 5–8 horas de la ingestión, perdiéndo-
se la diferenciación entre corteza y médula conforme avanza la lesión. En casos avanza-
dos, se puede observar una zona hipoecogénica delgada en la unión córticomedular, lo
cual constituye un indicador de mal pronóstico (Adams et al., 1991). Además, también
puede observarse un cuadro de nefrocalcinosis, en forma de interfases brillantes con
sombra acústica y aumento difuso de la ecogenicidad, tanto en corteza como en mé-
dula renal, o bien en forma de mineralización lineal en los divertículos y cresta renal, así
como una banda hiperecogénica en la unión córticomedular (fig. 8).

La enfermedad renal crónica (ERC) suele afectar a gatos de edad avanzada. Los cam-
bios ecográficos compatibles con ERC son riñones pequeños (< 3,2 cm), con contorno
renal irregular, poca definición córticomedular, parénquima renal heterogéneo, hipere-
cogenicidad medular focal o difusa, signo de banda medular, infartos y/o mineraliza-
ción del parénquima renal (figs. 9–11, vídeos 4 y 5). La presencia de uno solo de estos
signos no es suficiente para clasificar al gato como enfermo renal crónico (Paepe et
al., 2012). En las fases terminales se observan riñones muy pequeños, irregulares, con

a b

Figura 8. (a) Corte longitudinal del riñón de un gato intoxicado con etilenglicol. Se observa un aumento de la ecogenicidad de la corteza renal y presencia de una
banda hiperecogénica en la médula (signo de banda medular). (b) Al comparar la ecogenicidad de la corteza renal (C) con la del bazo (B), se observa que la corteza
renal es marcadamente hiperecogénica respecto al parénquima esplénico.

194
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
„ Ver vídeo
Vídeo 4. Enfermedad renal
crónica 1

Mismo paciente que en la fig. 9. Riñón


derecho. Se observa el aumento de
ecogenicidad cortical, con bordes
irregulares y pérdida de definición
córticomedular. Se visualizan
también múltiples estructuras
hiperecogénicas con sombra a b
acústica marcada en los divertículos
pélvicos, compatibles con cálculos. La Figura 9. Gato de 12 años con insuficiencia renal crónica. (a) Riñón derecho. (b) Riñón izquierdo. El riñón derecho
presenta bordes ligeramente irregulares, aumento de ecogenicidad con pérdida de definición córticomedular y una estructura
pelvis y los divertículos pélvicos están hiperecogénica con sombra acústica marcada en los divertículos pélvicos compatible con un cálculo (entre cursores). El riñón
ligeramente distendidos. izquierdo está marcadamente reducido de tamaño, con contorno irregular y presenta una marcada distensión de la pelvis
renal (puntas de flecha).

a b

Figura 10. Gato de 10 años con enfermedad renal crónica. (a) Riñón de contorno irregular, poca diferenciación entre corteza y médula, y estructuras hipereco-
génicas con sombra acústica en los divertículos pélvicos renales, compatibles con mineralizaciones. (b) En la valoración con Doppler pulsado se observa un aumento
de la resistencia de las arterias interlobares con índices de resistencia (0,89) y pulsatilidad (2,10) superiores a los normales.

„ Ver vídeo
Vídeo 5. Enfermedad renal
crónica 2

Misma paciente que en la fig. 11. Corte


transversal del riñón. Se observa
un riñón de contorno irregular,
hiperecogénico, con una región
más hiperecogénica triangular en la
corteza renal lateral, compatible con a b
un infarto. También se ve la pérdida
Figura 11. Gato de 13 años con enfermedad renal crónica. (a) Riñón derecho. (b) Riñón izquierdo. El contorno renal es
de diferenciación córticomedular,
marcadamente irregular y se observa el aumento de ecogenicidad cortical con pérdida de definición entre corteza y médula,
múltiples mineralizaciones en los así como un cálculo en el riñón derecho (entre cursores).
divertículos pélvicos que producen
sombra acústica y leve distensión de
la pelvis renal.

195
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 12. Cortes sagitales de ambos riñones de una gata de 15 años con enfermedad renal crónica. (a) El riñón derecho presenta un contorno irregular, con
grosor reducido de la corteza en la región cercana a la sonda y aumento de ecogenicidad cortical. (b) El riñón izquierdo está marcadamente reducido de tamaño y
presenta pérdida de la diferenciación córticomedular.

una ecoestructura completamente alterada y que pueden presentar focos hiperecogé-


nicos con o sin sombra acústica que se corresponde con depósitos de calcio y fósforo
(fig. 12). En estos pacientes, en ocasiones se reconoce al riñón por su localización y
porque no se encuentra un riñón con estructura normal, más que porque se asemeje
a la estructura ecográfica normal. A veces puede observarse el síndrome denominado
“riñón grande, riñón pequeño”, en el que se encuentra un riñón marcadamente reduci-
do de tamaño de un lado y aumentado del otro. Para caracterizar el tipo de lesión que
provoca el fallo renal crónico es necesario realizar un estudio histopatológico a partir de
una biopsia renal. Hay que tener en cuenta que la ecografía no se correlaciona con la
función renal y no es una buena herramienta para predecir qué gatos van a desarrollar
una enfermedad azoémica (Grooters y Biller, 1995).

Se ha descrito la presencia de carcinoma renal de células transicionales en gatos a


los que se les había diagnosticado previamente una ERC. En medicina humana, estos
pacientes con enfermedad renal terminal tienen una incidencia elevada de malignidad
(Hanzlicek et al., 2012).

Los riñones displásicos también suelen ser más pequeños, con poca definición córtico-
medular e hiperecogénicos, y pueden presentar quistes e hidrouréter (Aresu et al., 2009).

También se producen alteraciones de la ecogenicidad en la peritonitis infecciosa felina


(PIF), tanto en su forma húmeda como seca. En la forma húmeda se observa presencia
de líquido subcapsular, mientras que en la seca se desarrolla una inflamación piogranu-
lomatosa que produce renomegalia, contorno irregular e incremento de la ecogenicidad
con signo de banda medular (Graham, 2011) (fig. 13). En ocasiones, puede verse un
margen hipoecogénico subcapsular (Lewis y O’Brien, 2010). También en la criptococo-
sis se pueden hallar cambios ecográficos similares (Graham, 2011).

196
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Ecografía de los riñones y uréteres
9

a b

Figura 13. Cortes longitudinales del riñón derecho de una gata de 2  años con PIF (a) y (b). Se observa ligera renomegalia, aumento de ecogenicidad de la cor-
teza renal, con un contorno ligeramente irregular (flechas), signo de banda medular (asteriscos) y halo hipoecogénico subcapsular (puntas de flechas). (b) Presencia
de una mínima cantidad de líquido retroperitoneal (flecha).

„ Ver vídeo En gatos abisinios se describe la amiloidosis familiar con depósito de proteína amiloide
AA en el intersticio de la médula renal. Esta afección provoca fibrosis, necrosis y ERC.
Vídeo 6. Signo de banda medular
El riñón varía de tamaño en función de la cronicidad de la enfermedad. Por lo general,
los riñones son más pequeños y hay un aumento de la ecogenicidad medular. En los
Paciente con sospecha de PIF.
El riñón conserva su estructura
gatos siameses y orientales se describe una amiloidosis sistémica con afectación renal.
normal, pero se observa una banda
hiperecogénica en la médula, Las neoplasias como linfoma y carcinoma de células escamosas metastásico puede
paralela a la unión córticomedular y cursar con un aumento de la ecogenicidad y con una buena diferenciación córticome-
compatible con un signo de banda dular (figs. 14 y 15). Suele existir renomegalia, aunque también se pueden observar
medular.
riñones de tamaño normal. En el linfoma se ha descrito la presencia de un halo hipoeco-
génico alrededor de la corteza. Este halo se diferencia de líquido perinéfrico porque solo
se observa alrededor de la corteza y no en el resto del espacio retroperitoneal (Debruyn
et al., 2012a).

a b

Figura 14. Gata de 2 años con linfoma. (a) Riñón derecho. (b) Riñón izquierdo. Se observan bordes irregulares y reducción de la diferenciación córticomedular. La imagen es parecida
a la que se puede observar en ERC.

197
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 15. Gato Común Europeo de 14 años con linfoma renal e intestinal. (a) Riñón derecho. (b) Riñón izquierdo. El riñón derecho presenta aumento de
ecogenicidad, reducción de la definición córticomedular y un halo hipoecogénico subcapsular. El riñón izquierdo, de menor tamaño y con bordes irregulares, presenta
además mineralizaciones lineales en la pelvis renal (puntas de flecha) y pielectasia moderada (flechas).

SIGNO DE BANDA MEDULAR


La presencia de signo de banda medular se observa tanto en gatos sin signos clínicos
como en gatos con enfermedad renal. Se describe como una línea hiperecogénica
delgada en el límite externo de la médula, paralela a la unión córticomedular (Debruyn
et al., 2013). Puede ser tanto un hallazgo incidental o secundario a una gran variedad
de lesiones renales, como por ejemplo intoxicación con etilenglicol (ver fig. 8), vasculitis
piogranulomatosa por PIF (ver fig. 13, vídeo 6), nefritis intersticial y calcificación renal
secundaria a hipercalcemia (Biller et al., 1992).

ENFERMEDADES FOCALES DEL PARÉNQUIMA RENAL

INFARTO RENAL
El infarto renal crónico en la corteza renal se describe como una sección triangular
hiperecogénica, producida por la falta de flujo sanguíneo a una pirámide renal debido
a la oclusión de una arteria arqueada (figs. 16 y 17, vídeos 7 y 8). Algunos autores la
describen como una lesión cortical segmental o triangular con base ancha hacia la
cápsula renal hiperecogénica (Debruyn et al., 2013; Paepe et al., 2013). El infarto agudo
presenta una ecogenicidad disminuida o mixta. Al cronificarse, aumenta la ecogenici-
dad y se produce la atrofia de la periferia, lo que causa la indentación en la cápsula. Los
infartos pueden ser secundarios a procesos que aumentan la tasa de trombosis como
hipertiroidismo, neoplasia o miocardiopatía.

En un estudio realizado con 600 gatos (de los cuales a 309 se les diagnosticó infarto
renal) se observó que los gatos adultos y seniles (de 7 a 14 años de edad) con miocardio-
patía hipertrófica eran más propensos a presentar infartos renales. Los gatos con infartos
renales pueden presentar asimismo tromboembolismo aórtico, pero no se vio que tuviera
relación con hipertiroidismo ni procesos neoplásicos (Hickey et al., 2014). En un estudio
con gatos Ragdoll se observó una mayor incidencia de cápsula renal irregular u ondulante
debido a la mayor predisposición a presentar lesiones corticales (Paepe et al., 2013).

198
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Ecografía de los riñones y uréteres
9

a b

Figura 16. Riñón izquierdo de un gato de 15 años sin signos de insuficiencia renal. Se observan regiones corticales hiperecogénicas de forma aproximadamente
triangular (flechas) y que causan irregularidad del contorno renal en el polo craneal (a) y en el caudal (b).

„ Ver vídeo
Mismo paciente que en la fig. 16. Se observan múltiples
regiones hiperecogénicas con forma aproximadamente
Vídeo 7. Infartos renales 1 triangular en la corteza renal que afectan tanto al polo
caudal como al craneal. Estas regiones se asocian
a un adelgazamiento de la corteza y confieren una
forma irregular al riñón. Se observan también múltiples
mineralizaciones en los divertículos pélvicos que causan
sombra acústica.

a b

Figura 17. Corte longitudinal del riñón izquierdo (entre cursores) de una gata de 8 años sin signos clínicos ni analíticos de enfermedad renal. (a) Se observa una
región triangular hiperecogénica en el polo caudal del riñón. En el barrido del riñón de medial a lateral se observaban varias regiones similares en otras áreas de la
corteza compatibles con infartos renales. (b) En la valoración con Doppler color se observa la ausencia de flujo en la región del infarto.

„ Ver vídeo
Mismo paciente que en la fig. 17. Se observan múltiples
estructuras hiperecogénicas con forma triangular en la
Vídeo 8. Infartos renales 2 corteza renal, compatibles con infartos renales. En este
caso, no existen cambios marcados del contorno renal.

199
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Figura 18. Riñones de una gata Persa de 13 años con


enfermedad poliquística. (a) Se observan varias estruc-
turas redondeadas anecogénicas en la corteza renal (fle-
chas). (b) Corte oblicuo de la región cortical del mismo
paciente observándose otro quiste y evidenciándose el
a b refuerzo posterior.

a b
Figura 19. Riñón de un gato Persa de 10 años con enfermedad poliquística. (a) Se observan múltiples estructuras quísticas, con contenido anecogénico y pared
hiperecogénica delgada y bien definida que ocupa gran parte del parénquima renal, tanto corteza como médula. La pequeña estructura hiperecogénica con sombra
acústica visible es un cálculo (entre cursores). (b) Corte longitudinal del mismo riñón. Se observa otra estructura con pared hiperecogénica delgada y bien definida
(entre cursores), pero esta presenta contenido ecogénico heterogéneo.

„ Ver vídeo
Vídeo 9. Enfermedad poliquística 1
QUISTES
La enfermedad poliquística renal (EPR) es frecuente en gatos de raza Persa y sus cru-
Mismo paciente que en la fig. 18.
ces. Presenta una herencia autosómica dominante y se caracteriza por la presencia de Se observan múltiples estructuras
quistes en corteza o médula renal, aunque también se ha descrito la presencia de quis- quísticas con contenido anecogénico
tes en hígado y páncreas. Hasta hace unos años, la ecografía era la técnica de elección que producen refuerzo posterior y
para su diagnóstico. En un estudio en el que se testaban gatos entre los 2,5–3,5 meses pared hiperecogénica delgada en la
de edad se determinó que la ecografía presentaba una sensibilidad del 96,2 % y una corteza renal.

especificidad del 91 % (Bonazzi et al., 2009). Los gatos Ragdoll, a pesar de proceder


de un cruce de persas, presentan una baja prevalencia de enfermedad poliquística
renal (3 %) (Paepe et al., 2012).
„ Ver vídeo
Vídeo 10. Enfermedad
poliquística 2
Los quistes se visualizan como cavidades redondeadas anecogénicas o hipoecogé-
Mismo paciente que en la fig. 19.
nicas, localizadas con mayor frecuencia en la corteza o en la médula renal, bien dife- Se observan múltiples quistes con
renciadas del parénquima y con una pared fina (fig. 18, vídeo 9). El número y tamaño contenido anecogénico y paredes
de los quistes es muy variable y aumentan con la edad hasta llegar, en ocasiones, a hiperecogénicas delgadas ocupando
sustituir por completo el parénquima renal normal y provocar un fallo renal. Suelen ser gran parte del parénquima renal. Hacia
quistes estériles, pero algunos de ellos pueden contener sangre y ser hipoecogénicos el final del vídeo se observa también un
quiste con contenido ecogénico (a la
o presentar ecos en el interior (fig. 19, vídeo 10).
izquierda), probablemente con sangre
y restos celulares.

200
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Ecografía de los riñones y uréteres
9

„ Ver vídeo Para el diagnóstico de esta enfermedad, la ecografía ha sido sustituida por la deter-
minación genética mediante PCR del gen PKD1, responsable de la enfermedad. Esta
Vídeo 11. Linfoma renal
prueba muestra un 100 % de especificidad (Lee et al., 2010), por lo que en la actuali-
dad ya no es tan frecuente diagnosticarla en gatos adultos debido a que los reproduc-
Riñón contralateral del mismo
tores afectados son retirados de la cría.
paciente de la fig. 20. Al principio
del vídeo, el riñón aparece
hiperecogénico, pero con una En gatos de raza Maine Coon se ha descrito también la presencia de enfermedad quís-
estructura renal conservada. Sin tica juvenil, pero sin que esté causada por la mutación genética que afecta a los Persas.
embargo, al angular la sonda, se En esta raza, se describen quistes únicos y unilaterales, así como una menor definición
observan masas hipoecogénicas
córticomedular y un contorno renal irregular (Gendron et al., 2013).
extendiéndose por el polo caudal
y craneal, así como un halo
subcapsular hipoecogénico. También Por otro lado, en animales viejos, se pueden observar quistes como hallazgo incidental
se observa ligera distensión de la y no asociados a EPR.
pelvis renal.

NEOPLASIA

[
En gatos con PIF, además de Las diferentes neoplasias que pueden afectar a los riñones suelen producir renomegalia
observar cambios ecográficos y producir áreas hipoecogénicas, como en el caso del linfoma (figs. 20 y 21, vídeo 11).
difusos en riñón, pueden Como en la forma difusa del linfoma, se puede observar la presencia de un halo hi-
observarse múltiples nódulos poecogénico subcapsular alrededor del riñón, aunque este halo también es visible en
de pequeño tamaño, tanto en gatos con PIF y carcinoma renal (Valdés-Martínez et al., 2007). El carcinoma renal suele
afectar a uno de los polos renales y produce lesiones hiperecogénicas (figs. 22-24,
la corteza como en la médula
vídeo 12). Los tumores bien vascularizados como hemangiosarcomas y hemangiomas
(Graham, 2011).
producen lesiones hiperecogénicas.

Para llegar a un diagnóstico definitivo es preciso realizar el estudio citológico de una


muestra obtenida por AAF.

a b

Figura 20. Linfoma renal. (a) Se observa un nódulo hipoecogénico (entre cursores) respecto a la corteza renal. (b) El nódulo altera la forma del riñón; la pelvis
renal está distendida.

201
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 21. Gato de 11 años con linfoma renal e intestinal. (a) Riñón izquierdo. Se observa un nódulo hipoecogénico respecto a la corteza, bien definido, que
sobresale del polo craneal del riñón izquierdo. (b) Riñón derecho. En el riñón derecho se observa un nódulo hipoecogénico que sobresale de la corteza del polo caudal.

Figura 22. Gata Común Europea de 10 años con carcinoma renal. Se Figura 23. Riñón izquierdo de una gata con carcinoma renal. Se observa
observa una masa heterogénea mayoritariamente hiperecogénica, pero con una masa heterogénea, mayoritariamente isoecogénica respecto a la corteza
algunas áreas hipoecogénicas (entre cursores). renal, que ocupa gran parte del parénquima renal. El polo craneal del riñón
visible en el aspecto izquierdo de la pantalla conserva parte de la estructura
renal normal.

„ Ver vídeo Mismo paciente que en la fig. 22. El riñón es prácticamente


irreconocible y aparece como una masa hiperecogénica con
Vídeo 12. Carcinoma renal
algunos nódulos hipoecogénicos y otras regiones quísticas.

a b

Figura 24. Riñón derecho de una gata Común Europea de 10 años con carcinoma tubular renal. (a) Se observa un nódulo de ecogenicidad mixta, mayoritaria-
mente hipoecogénico respecto a la corteza renal. (b) El nódulo está bien definido y sobresale del polo craneal del riñón.

202
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
ABSCESOS Y HEMATOMAS
No son muy frecuentes en los gatos. Los abscesos se observan como masas cavita-
das, de ecogenicidad mixta y con una pared gruesa e irregular con contenido aneco-
génico o hiperecogénico y pueden presentar septos ecogénicos en el interior. Si hay
producción de gas se observa como puntos ecogénicos con sombra acústica. Los
hematomas suelen ser hipoecogénicos y suelen localizarse en la región subcapsular en
los gatos que han sufrido un fuerte traumatismo. También se pueden observar tras una
biopsia (fig. 25, vídeo 13).

a b
Figura 25. Riñón izquierdo de un gato con insuficiencia renal aguda (mismo paciente que en la fig. 6) tras una biopsia renal intraoperatoria. (a) Corte transversal
del riñón en el que se observa una región hipoecogénica subcapsular con forma de media luna, compatible con un hematoma subcapsular que se había reabsorbido
en controles ecográficos posteriores. (b) Corte longitudinal del riñón del mismo paciente en el que se observa una lesión heterogénea (entre cursores) en la corteza
renal, con un centro hiperecogénico y halo hipoecogénico a su alrededor, compatible con un hematoma renal, que no se observó en controles ecográficos posteriores.

ENFERMEDADES DE LA PELVIS Y SISTEMA COLECTOR

DISTENSIÓN DE LA PELVIS RENAL


La distensión de la pelvis renal se ha descrito tanto en gatos sanos como en gatos con
diferentes procesos de enfermedad renal u obstrucción. En gatos con función renal clíni-
camente normal se ha descrito una distensión de 1,6 mm, que aumenta progresivamente
asociada a fallo renal, pielonefritis y obstrucción. El término pielectasia se emplea para

„ Ver vídeo
describir la distensión de pelvis renal entre leve y moderada, no obstructiva, que puede
ser secundaria a la administración intravenosa de fluidos, diuréticos, fallo renal con poliu-
Vídeo 13. Hematoma subcapsular
ria, pielonefritis, enfermedad renal terminal y trasplantes renales (Palm et al., 2010) (fig. 26).

Mismo paciente que en la fig. 25,


En gatos con obstrucción, la distensión de la pelvis suele ser muy superior a la descrita en
con insuficiencia renal aguda y
al que se le realizó una biopsia otras patologías, llegando hasta 13 mm, aunque también pueden presentar un tamaño
intraoperatoria. Corte transversal inferior (D’Anjou et al., 2011) (tabla 2, figs. 2—8). La distensión marcada de la pelvis se
l. Se observa el riñón rodeado por identifica como hidronefrosis y también hay varios grados. A medida que la distensión
material hipoecogénico con algunas aumenta, la corteza se va atrofiando hasta que, en los casos más extremos, se observa
bandas hiperecogénicas en la región
una corteza muy delgada que rodea una gran cavidad con líquido y quedando los diver-
subcapsular, compatible con un
hematoma subcapsular. La lesión no
tículos pélvicos como líneas ecogénicas perpendiculares a la corteza (fig. 29, vídeo 14).
se observó en controles ecográficos Cuando hay estenosis ureteral la distensión de pelvis renal alcanza 11,75 mm de media
posteriores. (Zaid et al., 2011).

203
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Se ha descrito un caso de hidronefrosis grave con hidrouréter unilateral producido por


carcinoma de células escamosas en pelvis renal (Gómez et al., 2014).

a b

Figura 26. Riñón de un gato con poliuria (a) Corte longitudinal. (b) Corte transversal. Se observa una ligera distensión de la pelvis, visible como una región
anecogénica lineal entre las líneas hiperecogénicas de la pelvis (entre cursores) en (a). En (b) se observa como una zona anecogénica con forma de media luna (entre
cursores). Cuando es ligera, la distensión suele ser más fácil de ver en el corte transversal.

Tabla 2. Dimensiones de la pelvis renal en diferentes situaciones clínicas (modificado de D’Anjou


et al., 2011).
Anchura de pelvis en mm
(media ± DE)
Función renal normal (FRN) 1,8  ± 0,8
FRN con diuresis 2,3  ± 0,9
Pielonefritis 4,6  ± 3,6
Fallo renal agudo o ERC 3,0  ± 1,6
Obstrucción urinaria 10,9  ± 10,8
Patología no obstructiva (uréter ectópico, neoplasia renal) 3,9  ± 3,2

ERC: enfermedad renal crónica. DE: desviación estándar.

a b

Figura 27. Riñón de un gato con insuficiencia renal aguda debida a obstrucción ureteral. (a) Corte longitudinal. (b) Corte transversal. Se observa aumento de
ecogenicidad de la corteza renal, que también aparece engrosada y distensión de pelvis moderada (entre cursores).

204
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Ecografía de los riñones y uréteres
9

3 3

a b

Figura 28. (a) Corte longitudinal del riñón derecho de una paciente con enfermedad renal crónica y cálculos ureterales. Se observa una reducción marcada
del tamaño del riñón (< 2 cm de longitud) y una distensión marcada de la pelvis renal (entre cursores 3). (b) Corte longitudinal del riñón derecho de un gato con
enfermedad renal crónica y cálculos ureterales. Se observa un contorno renal irregular, con un grosor de la corteza renal del polo caudal disminuida y aumento de la
ecogenicidad cortical. La pelvis renal está distendida de manera marcada (entre cursores 3) y también los divertículos pélvicos que se observan como ramificaciones
tubulares anecogénicas desde la pelvis hasta la corteza renal.

a b

Figura 29. (a) Corte longitudinal del riñón derecho de un gato con cálculos renales. Se observa hidronefrosis, con marcada distensión de la pelvis y divertículos
pélvicos, observándose también una reducción del grosor de la corteza renal. (b) Riñón derecho de una gata con cálculos ureterales. Se observa una hidronefrosis
marcada, reconociéndose solo una corteza renal muy delgada y algunos divertículos pélvicos como las bandas hiperecogénicas perpendiculares a la corteza en el
campo cercano.

„ Ver vídeo
Vídeo 14. Hidronefrosis
„ Ver vídeo „ Ver vídeo

Vídeo 15. Cálculos ureterales 1 Vídeo 16. Cálculos ureterales 2


e hidrouréter

Mismo paciente que en la fig. 29b. Mismo paciente que en la fig. 29a. Se observa el uréter ligeramente
Imagen sagital del riñón derecho. El uréter se observa ligeramente distendido y tortuoso. Este puede
Se observa hidronefrosis con distendido y tortuoso, y puede seguirse hasta observarse dos
una corteza renal muy delgada y seguirse hasta una estructura estructuras hiperecogénicas con
marcada distensión de la pelvis. El hiperecogénica con sombra acústica, sombra acústica en la luz del uréter,
uréter se observa distendido a la compatible con un cálculo ureteral compatibles con cálculos ureterales.
derecha de la imagen y se sigue obstructivo.
durante un tramo corto.

205
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Diagnóstico ecográfico en el gato

HIDROURÉTER
La distensión del uréter a lo largo de su recorrido (desde el riñón hasta la vejiga) con
orina en su interior permite su visualización con ecografía (figs. 30 y 31). Según la expe-
riencia de las autoras, los uréteres de los gatos no acostumbran a distenderse de forma
marcada, como puede observarse en perros, sino que incluso en presencia de cálculos
que obstruyen el uréter e hidronefrosis asociada, el uréter puede verse solo ligeramente
distendido y ser difícil de seguir en algunos tramos (vídeos 15 y 16). Además de por
causas obstructivas (cálculos, masas abdominales que comprimen), el hidrouréter se
describe en casos de rechazos y roturas de riñones trasplantados debido a la reacción
inflamatoria asociada que induce una ureteritis (Palm et al., 2010) y en neoplasias vesi-
cales. En caso de observar un hidrouréter es necesario explorar todo su recorrido hasta
la vejiga para descartar posibles causas obstructivas.
„ Ver vídeo
Vídeo 17. Cálculos ureterales 3

LITIASIS RENAL Y URETERAL Mismo paciente que en la fig. 29b


La sensibilidad de la ecografía para el diagnóstico de cálculos ureterales es del 77 % y y el vídeo 14. Imagen del mismo
presenta la ventaja frente a la radiografía que identifica el uréter afectado, su extensión, riñón, ligeramente más caudal. Se
localización y número de cálculos, así como la presencia de otras complicaciones como sigue el uréter distendido hasta
una estructura hiperecogénica
hidrouréter e hidronefrosis. Si se utilizan ambas técnicas de imagen, la sensibilidad para
con sombra acústica en su
el diagnóstico de cálculos aumenta hasta el 90 % (Kyles et al., 2005). Las ureterolitiasis luz, compatible con un cálculo.
se describen en gatos de edad media o avanzada (7 años como media) y son, cada vez Caudalmente al cálculo, el uréter ya
más, una causa frecuente de ERC en los gatos. no se visualiza distendido.

Figura 30. (a) Corte longitudinal del riñón y uréter


derecho proximal de un paciente con cálculos ureterales.
Se observa una distensión moderada de la pelvis renal
(entre cursores). El uréter está marcadamente distendido
(puntas de flecha), pudiéndose seguir a partir de la pelvis
hacia caudal. (b) Uréter derecho del mismo paciente, lige-
ramente distal a la región del hilio renal. El uréter distendido
puede ser tortuoso, especialmente en la parte proximal, por
lo que a veces es difícil de seguir y se pueden observar
diferentes secciones del uréter en una misma imagen
a b (puntas de flecha).

a b

Figura 31. Corte oblicuo del riñón y uréter izquierdo de un gato con cálculos y obstrucción ureteral. (a) Se observan parcialmente ambos polos del riñón y, entre
ellos, la grasa en el seno renal. El uréter está ligeramente distendido (entre cursores). (b) Imagen ligeramente más distal a la anterior, con Doppler color. Especialmen-
te cuando los uréteres están poco distendidos el Doppler color ayuda a seguir el recorrido y distinguirlos de los vasos sanguíneos.

206
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
En la especie felina, los urolitos suelen ser oxalato cálcico en lugar de estruvita (más
típica en perros actualmente). Esta diferencia viene motivada por un cambio en la for-
mulación en magnesio de los piensos felinos, lo que ha provocado la acidificación de
los mismos con el consiguiente aumento de solubilidad de estruvita. En ocasiones, los
gatos no muestran signos clínicos y se observan como hallazgo incidental. El síndrome
de “riñón grande, riñón pequeño” se da en ocasiones cuando se produce ERC asocia-
da o no a la presencia de cálculos renales. En casos subagudos de obstrucción ureteral
puede no observarse todavía dilatación del uréter por ser una lesión temprana. Con
menor frecuencia también se ha descrito urolitiasis renal y ureteral bilateral por cálculos
de xantina, posiblemente asociada a una xantinuria congénita (Mestrinho et al., 2013).

Otras causas de obstrucción ureteral son acúmulos de tejido blando (a veces minerali-
zado), material inflamatorio con pielonefritis o sangre solidificada. Las mineralizaciones
y urolitos aparecen ecográficamente como estructuras hiperecogénicas con sombra
acústica. La sombra acústica puede ser marcada pero, en ocasiones, especialmente si
los cálculos son de pequeño tamaño, la sombra puede ser muy sutil o prácticamente
inexistente. Los urolitos se diferencian de las mineralizaciones porque suelen producir
dilatación de la pelvis o uréter (figs. 32 y 33, vídeos 14 y 17) y porque suelen estar ro-
deados de líquido. Otra característica para confirmar su presencia es el artefacto de
centelleo cuando se examinan con Doppler color (fig. 34, vídeo 18).

En algunos casos, se puede observar engrosamiento de la pared del uréter asociado y


aumento de la ecogenicidad de la grasa mesentérica a su alrededor (fig. 35). Uno de los
tratamientos de obstrucción ureteral es la colocación de dispositivos de bypass ureteral
subcutáneo o stents ureterales (fig. 36).

Figura 32. Riñones de pacientes con ERC. Se observan


mineralizaciones a nivel de los divertículos pélvicos, visibles
como estructuras hiperecogénicas con marcada sombra
acústica. Se observa además aumento de la ecogenicidad
cortical y reducción de la diferenciación entre corteza y mé-
dula en ambos riñones, así como un riñón marcadamente
irregular en (a). a b

Figura 33. (a) Mismo paciente que en la fig. 30. Si-


guiendo el hidrouréter (puntas de flecha) caudalmente, se
observa una estructura hiperecogénica con sombra acús-
tica marcada (entre cursores), compatible con un cálculo
ureteral. Caudalmente al cálculo, el uréter ya no aparece
distendido. (b) Paciente con enfermedad renal crónica y
obstrucción ureteral. Se observa el uréter ligeramente dis-
tendido (puntas de flecha) hasta el cálculo, que presenta
una ligera sombra acústica. a b

207
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Diagnóstico ecográfico en el gato

„ Ver vídeo
Vídeo 18. Artefacto de centelleo

Mismo paciente que en la fig. 29a


y el vídeo 14. Al colocar el Doppler
color se distingue el uréter de las
estructuras vasculares y, además,
a b el artefacto de centelleo que se
Figura 34. Cortes longitudinales de los uréteres en pacientes con cálculos ureterales. El artefacto de centelleo presente observa a nivel del cálculo ayuda
en la valoración con Doppler color puede ayudar a la identificación de los cálculos en caso de duda. (a) Se observa un mo- también a identificarlo como tal.
saico de color superpuesto a los cálculos, que puede también formar una extensión en forma de cola distalmente al cálculo.
(b) Se observa también la vena cava caudal de color azul, con flujo alejándose de la sonda.

a b
Figura 35. Paciente con ERC y cálculos ureterales. (a) En el aspecto proximal, el uréter se observa ligeramente distendido con orina, pero posteriormente se
observa engrosamiento de la pared (entre cursores), que llega a colapsar la luz. La grasa alrededor del uréter es más hiperecogénica de lo normal. (b) Imagen
ligeramente más distal en la que se observa un engrosamiento más marcado de la pared ureteral, que aparece hipoecogénica (entre cursores, a la izquierda). A la
derecha se observan dos cálculos con ligera sombra acústica en la luz del uréter.

Figura 36. Paciente con obstrucción por cálculo ure-


teral en el que se ha colocado un bypass ureteral subcu-
táneo. (a) Proyección lateral de abdomen que muestra
la colocación del dispositivo en la pelvis renal, suturado
al polo caudal del riñón. Desde ahí, el tubo se dirige al
espacio subcutáneo, donde se aloja una estructura con
a b una válvula que permite tomar muestras o proporcionar
un acceso en caso de obstrucción. Desde el subcutáneo
otro tubo vuelve a introducirse en cavidad peritoneal y se
introduce en el aspecto craneal de la vejiga, suturándose a
su pared. (b) Corte sagital del riñón en el que se observa
una estructura tubular con paredes ecogénicas que se co-
rresponde con el tubo del dispositivo colocado en la pelvis
renal (c) Corte longitudinal de la vejiga donde se observa
en su aspecto craneal una estructura hiperecogénica lige-
ramente oblicua y con marcada sombra acústica, que se
corresponde con la localización de la sutura del dispositivo.
(d) Región subcutánea donde se observa la válvula del
dispositivo como una estructura trapezoidal hiperecogénica
c d con sombra acústica.

208
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Ecografía de los riñones y uréteres
9
ESTENOSIS URETERAL
El estrechamiento de una estructura hueca, generalmente por retracción cicatricial, se
conoce como estenosis. La estenosis ureteral puede ser secundaria a una cirugía ure-
teral, inflamación, uréter circumcaval, ureterolitiasis en las que se incrusta el cálculo en la
mucosa, o por causas desconocidas. En un estudio de 10 casos de estenosis ureteral,
las lesiones ecográficas que se describieron fueron dilatación ureteral y de pelvis renal,
incremento de la longitud del riñón afectado (4,2 cm), siendo el doble del riñón que no
presentaba obstrucción (2,75 cm). El diámetro medio del uréter afectado fue de 4 mm
y la distancia del lugar estenosado a la pelvis fue de aproximadamente 3,5 cm. Otras
lesiones asociadas fueron derrame retroperitoneal, reacción peritoneal focal, nefrolitiasis
y urolitiasis en otra localización diferente a la estenosada (Zaid et al., 2011).

URÉTER ECTÓPICO
La presencia de anomalías ureterales congénitas en el gato no es muy frecuente, a dife-
rencia de lo que ocurre en los perros. En un estudio con 23 gatos con uréter ectópico,
no se observaron diferencias entre sexos y afectaba casi por igual a uno o a los dos
uréteres (Holt y Gibbs, 1992). Por lo general, los gatos afectados presentan incontinen-
cia urinaria, aunque también puede no haberla. La presencia de un uréter ectópico se
suele acompañar de hidrouréter e hidronefrosis y, en ocasiones, también de ureterocele
(Eisele et al., 2005).

Asimismo, se ha descrito la presencia de un uréter ectópico duplicado en un gato con


incontinencia, que drenaba en un riñón derecho hidronefrótico. La duplicación de uréter
ectópico es una malformación congénita poco frecuente (Ghantous y Crawford, 2006).
Ecográficamente, es fácil poner de manifiesto la distensión de la pelvis renal y del uréter
afectado. Es preciso seguir el recorrido del uréter hasta el final para determinar su lo-
calización exacta. Con la tomografía computarizada y la administración de contraste, la
caracterización del trayecto ureteral es más sencilla de realizar.

ENFERMEDADES DEL
ESPACIO RETROPERITONEAL PERINÉFRICO

PSEUDOQUISTES PERINÉFRICOS
Suelen presentarse en gatos viejos y pueden acompañar a las lesiones de ERC, o
pueden producirse como consecuencia de cirugía o de neoplasia con congestión ve-
nosa. En la ecografía se observa un acúmulo de líquido anecogénico entre la cápsula
renal y el parénquima, pudiendo afectar a uno o a los dos riñones. Ecográficamente se
observa una estructura anecogénica y quística, con una pared bien definida. El riñón
suele ocupar una posición excéntrica y presenta una ecoestructura alterada, menor
definición córticomedular y corteza hiperecogénica (Beck et al., 2000; Graham, 2011)
(fig. 37, vídeo 19).

209
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 37. Gato de 11 años con insuficiencia renal crónica. (a) Corte longitudinal. Se observa el riñón marcadamente reducido de tamaño, con corteza hipere-
cogénica e irregular. A su alrededor se observa una gran cantidad de líquido subcapsular hipoecogénico. (b) Corte transversal. Se observa además la presencia de
un pequeño quiste en la corteza (entre cursores).

„
Mismo paciente que en la fig. 37. Se observa el riñón reducido de tamaño,
Ver vídeo con contorno irregular, corteza hiperecogénica y un pequeño quiste en la
Vídeo 19. Pseudoquiste perinéfrico corteza del polo caudal. En la región subcapsular, alrededor del riñón, se
observa una gran cantidad de líquido hipoecogénico. La pelvis renal está
distendida y contiene líquido ecogénico en su aspecto distal y hacia el
uréter, que es compatible con pielonefritis con posible material purulento.
En el espacio retroperitoneal se observa también presencia de líquido libre.

ABSCESOS Y HEMATOMAS PERIRRENALES


Suelen ser unilaterales y poco frecuentes. Se observan como masas complejas perirre-
nales y con ecogenicidad variable en función de la evolución de la lesión. Los hemato-
mas suelen ser secundarios a traumatismos o a biopsias renales.

VARIACIÓN DE ÍNDICES VASCULARES

El aumento de la resistencia vascular reduce el flujo diastólico de forma más marcada


que el flujo sistólico, provocando un aumento del índice de resistencia (IR). Un IR > 0,70
o > 0,71 se considera anormal. La gran mayoría de autores no hallaron diferencias
entre los índices de ambos riñones, sin embargo, en un estudio reciente, el IR del riñón
izquierdo era significativamente superior al del riñón derecho en gatos sanos. El IR del ri-
ñón izquierdo aumentaba en ERC y fallo renal agudo, mientras que el derecho, además
de en ellas, aumentaba en EPR y en neoplasias renales (Tipisca et al., 2015).

La presencia de una diferencia de 0,10 o más entre los IR de ambos riñones puede
sugerir la existencia de una enfermedad unilateral, aunque el valor de los índices sea
normal. El aumento del IR es inespecífico y puede observarse en casos de obstrucción
aguda, enfermedad renal aguda, necrosis tubular aguda, glomerulopatía perinéfrica o
acúmulo de líquido subcapsular e hipotensión severa (Rivers et al., 1997; Novellas et
al., 2007; Novellas et al., 2010).

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Ecografía de los riñones y uréteres
9
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212
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Ecografía de la
vejiga y la uretra
Rosa Novellas Torroja
10 Ecografía de la
vejiga y la uretra

Técnica ecográfica  

Ecografía de la vejiga y uretra sanas  

uu
Vídeo 1. Trígono vesical con ecografía Doppler color 

Ecografía de las patologías vesicales y uretrales  

Cistitis  

uu
Vídeo 2. Cistitis crónica 

Neoplasia 

Cálculos  

Hemorragias y coágulos 

Rotura de vejiga  

Malformaciones congénitas 

Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para la visualización de la vejiga y la uretra se necesita eliminar el pelo del ab-
domen caudal, hasta el pubis. Normalmente la posición preferida del paciente
para la valoración de estas dos estructuras es el decúbito dorsal, pero también
se pueden evaluar en decúbito lateral derecho o izquierdo. Para valorar la mo-
vilidad de las estructuras dentro de la luz de la vejiga o su adhesión a la pared
se puede examinar el paciente en estación. Por ejemplo, para diferenciar masas
de la pared vesical o artefactos en la luz de estructuras libres como cálculos,
sedimento o coágulos, generalmente estos últimos se mueven con la gravedad
hacia la parte dependiente de la vejiga. En cuanto a los planos para realizar una
valoración completa de vejiga y uretra, son necesarios tanto planos sagitales
como transversales de ambas.

Se pueden usar sondas microconvexas de frecuencia media (7–9 MHz) o li�-


neales de alta frecuencia (10 MHz o superiores). Las sondas de alta frecuencia
proporcionan buena resolución para pacientes delgados o con una condición
corporal normal; en pacientes obesos, con una gran cantidad de grasa inguinal,
puede ser necesaria la sonda microconvexa para obtener una adecuada pene-
tración. Las sondas microconvexas también facilitan la angulación para valorar la
entrada de la pelvis. No obstante, aunque en los pacientes felinos la vejiga rara-
mente se extiende hacia la cavidad pélvica, puede ser necesario acceder a esta
región para una valoración más amplia de la uretra.

ECOGRAFÍA DE LA VEJIGA Y URETRA SANAS


La vejiga se localiza en el abdomen caudal; su extensión craneal varía en función del
grado de distensión. Aunque normalmente se sitúa en la línea media, es fácil encontrar-
la en una posición más lateralizada.

El colon se localiza dorsalmente a la vejiga; esto es especialmente constante justo en la

[
entrada del canal pélvico, pero en una localización más craneal, la posición puede variar
Una vejiga poco distendida,
en función de su movilidad y de la presión ejercida con la sonda, pudiendo visualizarse
especialmente en pacientes
una al lado del otro. Un colon lleno de aire puede producir una imagen en espejo, simu-
delgados, se colapsa con
lando una duplicidad de la vejiga o una estructura quística dorsal a la vejiga. Cambiar el
facilidad por la presión de la
ángulo de la sonda o notar que esta estructura quística solo es visible al visualizar tam-
bién la vejiga ayuda a distinguirla de una lesión real. En las hembras, el útero o muñón sonda, por lo que se recomienda
uterino se encuentran entre la vejiga y el colon. controlar la presión ejercida.

Las capas histológicas de la vejiga son difíciles de distinguir ecográficamente (Suther-


land-Smith, 2008). El grosor de la pared vesical varía en función del grado de llenado de
la vejiga, reduciéndose al aumentar la distensión de la misma. En los gatos el rango de
grosor normal es de 1,3–1,7 mm (Finn-Bodner, 1995)

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10

[
Ecogenicidad de las distintas
El trígono vesical o cuello de la vejiga no se delimita claramente del resto de la vejiga,
capas histológicas de la vejiga:
pero se corresponde con su aspecto caudal, que presenta una forma más cónica,
• La mucosa es hipoecogénica.
antes de continuarse con la uretra. En el aspecto dorsal de esta región, se pueden
• La submucosa es
observar las papilas ureterales, identificables como pequeñas protrusiones en la pa-
hiperecogénica. red, que no deben confundirse con lesiones focales. En ocasiones, se puede visuali-
• La muscular es hipoecogénica. zar la orina entrando a través de la papila, visible en la ecografía como un movimiento
• La serosa es hiperecogénica. de pequeños ecos hiperecogénicos en forma de chorro. El Doppler color ayuda a su
visualización (fig. 1, vídeo 1).

a b

c d

Figura 1. Vejiga normal. (a) Imagen transversal oblicua del trígono vesical.
Se observan dos pequeñas protrusiones redondeadas en la pared que se co-
rresponden con las papilas ureterales (flechas). (b) y (c) Ecografía Doppler
color de la misma zona. Se observa la orina saliendo en forma de chorro rojo
(hacia la sonda) de la papila del uréter izquierdo (b) y derecho (c). (d) Imagen
sagital de la vejiga de un paciente normal con sonda lineal de alta frecuencia.
Se observa un aumento de la ecogenicidad en la luz vesical del campo cercano.
Este presenta un aspecto lineal, representando artefactos de reverberación de
la región cutánea, subcutánea y pared abdominal. (e) Imagen sagital de la
vejiga de un paciente normal. Se observa una región con aumento de eco-
genicidad en aspecto craneodorsal de la vejiga debida a artefacto por lóbulo
lateral. Parte de los ecos provenientes de lóbulos accesorios de ultrasonidos y
de estructuras de fuera de la vejiga aparecen representados en su luz. e

„ Ver vídeo
Vídeo 1. Trígono vesical con
Imagen transversal oblicua. Se observan las papilas ureterales como dos
pequeñas protrusiones en la pared. El chorro de orina se visualiza como la señal
Doppler en rojo (dirigiéndose hacia la sonda), primero saliendo de la papila
ecografía Doppler color
izquierda y, posteriormente, de la derecha.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

La orina normal presenta un aspecto anecogénico, pero con frecuencia se pueden


producir artefactos en la región de la vejiga, como artefactos por lóbulos laterales, que
simulan la presencia de sedimento u orina más ecogénica. Muchos gatos presentan li-
piduria de manera fisiológica, observándose ecos puntiformes hiperecogénicos en sus-
pensión en la orina, en ocasiones agrupándose entre ellos (fig. 2). La posición de estos
ecos no depende de la gravedad y no presentan sombra acústica, reverberaciones o
artefactos de centelleo (Sislak et al., 2014).

La uretra se extiende caudalmente desde el cuello vesical. En la especie felina, se visua-


liza una mayor porción de la uretra en la cavidad abdominal comparado con la especie
canina (fig. 3). Las capas histológicas de la uretra tampoco pueden distinguirse ecográ-
ficamente. Se observa como una estructura tubular que se extiende desde la región del
cuello hasta la entrada de la pelvis (fig. 4).

a b

Figura 2. Lipiduria. (a) Imagen sagital de la vejiga de un gato sano. Se observa la presencia de varios ecos puntiformes hiperecogénicos en la luz vesical, que
en el aspecto caudodorsal de la vejiga parecen agruparse, pero permanecen en suspensión en la orina. (b) Imagen sagital de la vejiga de otro gato. Se observa una
agrupación de ecos puntiformes hiperecogénicos en suspensión, sin sedimentación, compatibles con lipiduria.

a b

Figura 3. Uretra normal. (a) Radiografía lateral derecha del abdomen de un gato. La grasa que rodea el cuello vesical y la uretra permite visualizar la porción
abdominal de la uretra (flecha). (b) Reconstrucción sagital del abdomen caudal de una tomografía computarizada donde se observa la uretra en el abdomen caudal
extendiéndose desde el cuello vesical hasta la entrada de la pelvis (flecha).

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10

a b

Figura 4. Uretra normal. La uretra se visualiza desde la región del cuello (puntas de flecha) caudalmente a la vejiga como una estructura con la misma ecogenici-
dad que la pared de la vejiga. (a) En una imagen sagital se observa una estructura tubular (entre flechas), mientras que en un corte transversal (b) se observa una
estructura circular (entre cursores), algo más difícil de diferenciar de la grasa circundante que en el corte sagital, debido a su tamaño.

ECOGRAFÍA DE LAS PATOLOGÍAS


VESICALES Y URETRALES

CISTITIS

La presencia de inflamación o infección de la vejiga no siempre causa cambios eco-


gráficos evidentes. Cuando estos están presentes, normalmente se observa un en-
grosamiento irregular de la pared vesical, que suele estar más marcado en su aspecto
craneoventral, aunque también puede ser más difuso. Los cambios pueden ir acom-
pañados de aumento de ecogenicidad de la orina, presencia de cálculos o coágulos
en la luz vesical (figs. 5 y 6).

La cistitis idiopática felina es la causa más frecuente de enfermedad del tracto urinario
inferior felino (FLUTD, del inglés Feline Lower Urinary Tract Disease) y puede acom-
pañarse de obstrucción uretral debido a la inflamación de la uretra (fig. 6c), espasmo
del músculo uretral, formación de tapones intraluminales o disfunciones neurológicas
(Defauw et al., 2011).

Entre los cambios ecográficos en el contenido de la luz vesical en casos de FLUTD se


incluye la orina ecogénica (fig. 7), con un efecto de remolino debido a la presencia de
células o alto contenido en proteínas (Kealy y McAllister, 2005). En casos de obstruc-
ción, puede observarse distensión de la vejiga y de la uretra (fig. 8) y, en ocasiones,
también inflamación de la grasa alrededor de la uretra y una leve cantidad de líquido
libre periuretral (fig. 9).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

a a

b b

c c

Figura 5. Cistitis. (a) Imagen sagital de la vejiga de un gato con enferme- Figura 6. Paciente con cálculos vesicales y uretrales, cistitis y uretritis.
dad del tracto urinario inferior (FLUTD). Se observa un engrosamiento ligero del (a) Se observa un engrosamiento de la pared ventral de la vejiga al compa-
aspecto craneoventral de la pared vesical. (b) Marcado engrosamiento difuso rarla con la dorsal, así como tres cálculos de menos de 2 mm (entre cursores)
de la pared dorsal de la vejiga en este paciente con cistitis. (c) Engrosamiento que no producen sombra acústica. (b) Corte transversal de la uretra en el
generalizado y uniforme de la pared de la vejiga. que se observa otro cálculo de tamaño similar a los existentes en la vejiga.
(c) Imagen sagital de la uretra donde se observa un engrosamiento de la pared
de la misma.

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10

Figura 7. Paciente con signos de FLUTD. Se observa la distensión de la veji-


ga, con orina marcadamente ecogénica y presencia de sedimento mineralizado
con sombra acústica en el aspecto dependiente de la vejiga.

Figura 9. Paciente con obstrucción uretral. (a) La grasa periuretral presen-


b ta un aspecto edematoso, estriado, con alternancia de regiones hiperecogéni-
cas y anecogénicas (flechas). (b) En la región del cuello se observa una ligera
Figura 8. Paciente con obstrucción uretral. (a) Se observa la distensión cantidad de líquido libre (flecha). (c) Radiografía lateral derecha del abdomen
de la vejiga, con orina anecogénica y paredes normales. (b) Las paredes del mismo paciente. Se observa pérdida de detalle de las serosas periuretral
de la uretra son normales, pero está distendida y con orina anecogénica en (flechas), compatible con la inflamación y presencia de líquido libre observado
su interior. también ecográficamente.

La cistitis enfisematosa se produce por la presencia de bacterias formadoras de gas en


la pared vesical y se observa con mayor frecuencia en pacientes con diabetes mellitus y
glucosuria. Ecográficamente, se observan focos hiperecogénicos con sombra acústica
asociada o no a reverberación en la pared y luz vesical (fig. 10). Ocasionalmente, se ha
descrito conjuntamente con pielonefritis enfisematosa (Moon et al., 2014).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

En pacientes recientemente cateterizados o en los que se ha realizado una cistocente-


sis, puede observarse la presencia de gas en la luz; en este caso, el gas se localizará
siempre en el aspecto no dependiente de la luz de la vejiga (fig. 11), mientras que el gas
intramural en casos de cistitis enfisematosa permanecerá en una posición constante
en la pared.

También se ha descrito una cistitis incrustante, con ulceración y mineralización de la su-


perficie de la mucosa en un gato con infección por Corynebacterium urealyticum. Eco-
gráficamente, la pared vesical aparecía engrosada e hipoecogénica, pero la superficie
de la mucosa presentaba una línea hiperecogénica (Briscoe et al., 2012). Las autoras
han observado también casos de mineralización de la superficie mucosa de la vejiga en
algunos casos de cistitis crónicas (fig. 12, vídeo 2).

a b

Figura 10. Cistitis enfisematosa. (a) Se observa un engrosamiento del aspecto ventral de la pared de la vejiga. En su aspecto craneal, se observa una región
lineal hiperecogénica con sombra acústica en la pared, compatible con gas. (b) En el resto de la pared ventral se observan otras pequeñas áreas hiperecogénicas.

a b

Figura 11. Aire en la vejiga. (a) Paciente con cistitis y engrosamiento ligero de la pared ventral de la vejiga. El paciente había sido cateterizado recientemente
y se observa la presencia de gas que causa artefactos de reverberación en el aspecto ventral (no dependiente) de la luz de la vejiga. (b) Otro paciente con cistitis
que fue previamente cateterizado. Se observa la presencia de gas en el aspecto ventral de la luz vesical, de apariencia similar al paciente anterior. El catéter, visible
como una estructura lineal con dos paredes hiperecogénicas y una zona central anecogénica, se visualiza en el aspecto caudal de la vejiga, llegando a contactar con
la pared ventral.

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10
Asimismo, también se descrito la existencia de cistitis con un engrosamiento difuso
y una pared hiperecogénica en un gato con histoplasmosis diseminada (Taylor et al.,
2012).

En un caso de cistitis glandular asociada a un catéter retenido, la lesión se presentó


como una masa con ecogenicidad heterogénea y focos anecogénicos que se originaba
en la pared vesical y ocupaba toda la luz. El catéter retenido se encontraba en el centro
de la masa (Agut et al., 2014).

a b

Figura 12. Paciente con cistitis crónica. (a) Se observan dos regiones hiperecogénicas lineales que delimitan la superficie de la mucosa ventral y producen una
leve sombra acústica. (b) Radiografía lateral derecha del mismo paciente. Se observa una sutil mineralización lineal en la región craneal de la vejiga (punta de flecha),
que se corresponde con la mineralización en la mucosa visualizada ecográficamente.

„
Mismo paciente que en la fig. 12. Se observa la vejiga
Ver vídeo moderadamente llena de orina y con varias regiones
lineales hiperecogénicas no móviles que producen una
Vídeo 2. Cistitis crónica
leve sombra acústica en la superficie de la mucosa de la
pared ventral.

También se ha descrito el desarrollo de cistitis seudomembranosa asociada a la obs-


trucción del tracto urinario en algunos gatos. Ecográficamente, se observó en estos
casos un engrosamiento de la pared vesical con septos hiperecogénicos (histológica-
mente formados por material fibrinohemorrágico) que dividían la vejiga en varios com-
partimentos (Le Boedec et al., 2011).

Por último, también se ha publicado la presencia de una espiga en la vejiga de un gato,


visible como una estructura lineal hiperecogénica en la región dependiente de la vejiga
o flotando en la orina (Cherbinsky et al., 2010).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

NEOPLASIA

Las neoplasias de vejiga son poco frecuentes en los gatos. El carcinoma de células
transicionales (figs. 13 y 14) es la neoplasia más frecuente que se puede encontrar y
es una enfermedad agresiva que, contrariamente a lo que sucede en el perro, se loca-
liza con frecuencia en regiones alejadas del trígono vesical. También puede extenderse
hacia la uretra y asociarse a una obstrucción urinaria (Wilson et al., 2007; Newman et
al., 2009).

Se pueden encontrar otras neoplasias en la vejiga, tales como tumores mesenquimato-


sos, sarcomas y linfoma (Schwarz et al., 1985).

Los casos de linfoma felino descritos en la bibliografía presentan un aspecto variable.


En un caso se observó una masa hipoecogénica homogénea en la pared vesical, sésil
y con un margen indistinguible de la región de la pared afectada. En la valoración con
Doppler, esta masa presentaba ligera vascularización, principalmente periférica. El linfo-
ma puede afectar a la región del trígono, asociarse a obstrucción ureteral y extenderse
a la uretra (Housee et al., 2010).

Figura 13. Se observa una lesión hiperecogénica de márgenes


irregulares con origen en la pared vesical en la región del trígono.
El diagnóstico histopatológico fue carcinoma de células de transi-
ción. Imagen cortesía de Sergio Santana.

a b

Figura 14. Imagen sagital de la vejiga de un gato con disuria. (a) Se observa una masa de ecogenicidad heterogénea y base ancha en el aspecto medio y caudal
de la vejiga, que llegaba a la región del trígono. (b) La masa aparecía muy vascularizada en la valoración con Doppler.

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10
En otro caso descrito, la masa, que afectaba la mucosa de la pared vesical en la región
del trígono, presentaba un aspecto heterogéneo, también con base ancha y superficie
serosa irregular que indicaba la invasión a través de la serosa (Benigni et al., 2006). En
otra ocasión, el linfoma se presentó como un engrosamiento difuso de la pared vesical,
con pérdida de su estratificación normal y con lesiones hipoecogénicas redondeadas
en su interior (Geigy et al., 2010).

CÁLCULOS

Los cálculos vesicales o uretrales se observan como estructuras hiperecogénicas, que


con frecuencia presentan forma redondeada, pero su forma y tamaño pueden variar
(figs. 15 y 16, ver fig. 6). En el caso de la vejiga, se acumulan en la región dependiente
de la misma. Con frecuencia se observa sombra acústica asociada a los cálculos; sin
embargo, esto puede variar y, especialmente en cálculos de pequeño tamaño, puede no
observarse sombra acústica.

Si se acumulan cálculos de pequeño tamaño o sedimento en la porción dependiente de


la vejiga, se observará una superficie lineal con sombra acústica asociada (ver fig. 7).

Cuando se aplica el Doppler color sobre interfases muy reflejantes, como lo son los cál-
culos, se observará un artefacto de centelleo, consistente en la aparición de señales ar-
tefactuales de Doppler con color mixto, que fluctúan con rapidez (Louvet, 2006) (fig. 16).

La imagen transversal del colon, en contacto con la pared vesical y con sombra acús-
tica asociada a heces o gas, puede simular la presencia de un cálculo vesical. Para di-
ferenciarlo, se puede rotar la sonda 90 grados, apareciendo entonces el colon en corte
sagital. Otra posibilidad es cambiar al paciente de posición, por ejemplo en estación.
El colon permanecería en su posición, mientras que un cálculo caería hacia la parte
dependiente.

HEMORRAGIAS Y COÁGULOS

La presencia de sangre en la orina aparece ecográficamente como un aumento en


su ecogenicidad, con ecos puntiformes en suspensión, que acaban sedimentando al
mantener al paciente en un decúbito constante durante un tiempo.

La presencia de coágulos en la luz vesical se observa como estructuras normalmente


heterogéneas, de forma variable y que pueden simular la presencia de una masa. La
valoración con Doppler color (con señal ausente) y la demostración de que es móvil
dentro de la vejiga al cambiar el paciente de posición ayudan a diferenciar los coágulos
de las neoplasias o de otras lesiones inflamatorias de la pared (figs. 17-19).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 15. Cálculos vesicales. (a) Se observan tres estructuras hiperecogénicas (entre cursores), de superficie más o menos aplanada en la región dependiente de
la vejiga. Obsérvese que la estructura central de mayor tamaño produce una sombra acústica evidente. Las otras dos, a cada lado y de menor tamaño, no producen una
sombra tan evidente. (b) Cálculo vesical único en otro paciente. En este caso, aunque el cálculo es de pequeño tamaño, produce una sombra acústica marcada y clara.

a b

Figura 16. (a) Se observan cuatro cálculos de moderado tamaño con marcada sombra acústica asociada. (b) Con el Doppler color se observa un artefacto de
centelleo, apareciendo señales artefactuales fluctuantes en los cálculos.

a b

Figura 17. Coágulo intravesical. Imágenes sagitales de la vejiga de un gato politraumatizado. (a) Se observa una estructura ecogénica de forma más o menos
fusiforme y bordes moderadamente definidos en la región dependiente de la luz vesical. (b) La estructura no presenta evidencia de flujo vascular en la valoración
con el Doppler color.

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10

a b c

Figura 18. Coágulo intravesical. Imágenes sagitales de la vejiga de un gato que ha sufrido un traumatismo y presenta hematuria. (a) Se observa una estructura alargada pero con aspecto
caudal irregular en el aspecto dependiente de la vejiga, con una ecogenicidad similar a la de la pared vesical. Obsérvese la orina ecogénica (que se correspondía clínicamente con hematuria) en
el aspecto dependiente de la luz vesical, cranealmente a la lesión. (b) Al mover la sonda para agitar el contenido de la vejiga se observa la estructura flotando en el contenido vesical. (c) En
la valoración con Doppler no se observa presencia de flujo vascular en la estructura.

a b

Figura 19. Coágulo intravesical. Paciente politraumatizado con hematuria. (a) Se observa una estructura hiperecogénica irregular en la región dependiente de la luz
vesical. La lesión parece parcialmente unida a la pared vesical por una fina membrana hiperecogénica. (b) En la valoración con Doppler la lesión no presentaba flujo.

Las hemorragias o hematomas en la pared vesical son más difíciles de distinguir eco-
gráficamente de las lesiones inflamatorias o neoplásicas (fig. 20). En estos casos, la
historia clínica y la realización de ecografías de control para valorar la evolución de la
lesión son de gran utilidad para distinguir entre ambas (figs. 20 y 21).

ROTURA DE VEJIGA

Aunque la técnica de elección para diagnosticar una rotura de vejiga es la radiografía de


contraste, la ecografía puede revelar una pared vesical engrosada, con una vejiga poco
llena y presencia de líquido libre en abdomen.

En casos de presencia de líquido libre en cavidad abdominal –no asociado a rotura


vesical–, se observa un artefacto de refracción en el aspecto craneal de la vejiga, de-
jando de visualizarse parte de la pared vesical y dando la impresión de un defecto en la
pared (fig. 22). Sin embargo, en estos casos, la vejiga suele aparecer distendida y con
un grosor de pared normal.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 20. Hematoma en la pared vesical en un paciente politraumatizado. (a) y (b) Imágenes transversales de la vejiga, que se observa poco distendida y
con un engrosamiento irregular de su pared, más marcado en la región central y lado izquierdo. La pared presenta una ecogenicidad heterogénea, con la región más
cercana a la luz hipoecogénica.

a b

Figura 21. Hematoma en la pared vesical. Imágenes sagitales de la vejiga de un gato atropellado. (a) Se observa un engrosamiento de la pared en la región del
cuello vesical. La pared presenta una ecogenicidad heterogénea, con la región de la mucosa próxima a la luz hipoecogénica. (b) Caudalmente al cuello, la grasa
peritoneal circundante aparece hiperecogénica, debido a la inflamación asociada al traumatismo.

Figura 22. Región del abdomen caudal en un gato con efusión


abdominal. Se observa una gran cantidad de líquido libre aneco-
génico cranealmente a la vejiga. Parte del aspecto craneal de la
pared vesical no es visible pero la vejiga aparece distendida. La no
visualización de parte de la pared vesical se debe a artefacto de
refracción de los ultrasonidos debido a la superficie redondeada
de la misma y no debe confundirse con una rotura de la pared.

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Ecografía de la vejiga y la uretra
10
Cabe destacar que después de reparar quirúrgicamente una vejiga, en caso de rotura o
tras una cistotomía, se observará un engrosamiento focal de la pared de la región inter-
venida. Los puntos de sutura aparecen como interfases hiperecogénicas de pequeño
tamaño, con una leve sombra acústica (fig. 23).

MALFORMACIONES CONGÉNITAS

Las malformaciones congénitas tales como uréteres ectópicos y ureteroceles son me-
nos frecuentes en los gatos que en los perros.

Los uréteres ectópicos pueden ser uni o bilaterales y suelen terminar en la uretra (Holt y
Gibbs, 1992). También se han descrito casos de uréteres ectópicos dobles (Ghantous
y Crawford, 2006).

Los ureteroceles se visualizan como distensiones focales del uréter terminal y también
pueden asociarse a uréteres ectópicos, pudiéndose encontrar en estos casos en la ure-
tra (Eisele et al., 2005). Asimismo, se ha descrito un caso de duplicación de la vejiga en
un gato, que ecográficamente se observó como la presencia de tres estructuras llenas
de líquido y con pared delgada en el abdomen caudal (Cook et al., 2015).

a b
Figura 23. Vejiga después de una cistotomía. (a) Se observa un engrosamiento focal de la pared dorsal de la vejiga, que aparece también ligeramente invaginada
hacia la luz. (b) En un plano ligeramente diferente, se observan tres pequeñas estructuras hiperecogénicas (flecha) con ligera sombra acústica, compatibles con los
puntos de sutura. Imagen cortesía del Animal Health Trust.

229
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Diagnóstico ecográfico en el gato

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230
ÍNDICE | 
VOLVER
Ecografía del
aparato reproductor
Elisabet Domínguez Miño
11 Ecografía del
aparato reproductor

Técnica ecográfica  

Ecografía del aparato reproductor sano  

Examen ecográfico en machos 

Examen ecográfico en hembras 

uu
Vídeo 1. Útero gestante de menos de 16 días 

uu
Vídeo 2. Útero gestante de 26 días 

Ecografía de las patologías del aparato reproductor 

Machos 

Hembras 

uu
Vídeo 3. Piometra en una gata de 7 años 

uu
Vídeo 4. Piometra en una gata de 10 años  

Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para explorar los órganos reproductores abdominales se aconseja rasurar el pelo de la pared abdominal y aplicar gel
de ecografía.

Se pueden emplear sondas microconvexas de frecuencia media (5–7 MHz) o lineales de frecuencia alta (7,5–10 MHz o
más), que serán especialmente útiles en estructuras superficiales–como los testículos–o para el examen de los ovarios y
el útero en hembras no gestantes.

ECOGRAFÍA DEL APARATO REPRODUCTOR SANO


El aparato reproductor masculino del gato consiste en dos testículos, dos epidídimos,
dos conductos deferentes, la próstata, las glándulas bulbouretrales (glándulas de Cow-
per), la uretra y el pene. El escroto se localiza entre el ano y el prepucio, está dividido en
dos cavidades por una pared delgada y en cada una de ellas se encuentra un testículo,
un epidídimo y el final del cordón espermático. En el gato, la próstata es una glándula
pequeña localizada cerca de la entrada de la pelvis, en la parte caudal de la cavidad
abdominal. La próstata rodea la porción inicial de la uretra y el final de los conductos
deferentes. Las glándulas bulbouretrales se encuentran a cada lado de la uretra, la cual
se extiende desde la vejiga hasta el extremo del pene. El extremo del pene (glande) está
recubierto por unas 120–159 espículas dirigidas caudalmente. Estas espículas empie-
zan a aparecer en torno a las 12 semanas de vida y están totalmente desarrolladas en
la pubertad. No se observan en gatos castrados, ya que desaparecen unas 6 semanas
después de la castración. Se ha constatado que hasta el 91 % de los machos poseen
un hueso peniano, que se observa como una estructura ósea alargada de unos 3 mm

[
de longitud y 1,5 mm de grosor (Piola et al., 2011; Tobón et al., 2014) (fig. 1).
La uretra peniana es mucho más
estrecha y corta en el gato que
El aparato reproductor de la gata es similar al de las perras. Consiste en dos ovarios
en el perro.
con sus correspondientes oviductos, el útero (cuernos, cuerpo y cuello), la vagina y la
vulva (fig. 1).

EXAMEN ECOGRÁFICO EN MACHOS

A diferencia de lo que sucede en perros, no es muy frecuente que se realice el examen


ecográfico del aparato reproductor en gatos, por lo que se dispone de pocos datos de
normalidad.

Los testículos tienen ecogenicidad media con ecotextura fina y homogénea y un mar-
gen fino más hiperecogénico que representa la túnica albugínea. En corte sagital pre-
sentan una línea central hiperecogénica —el mediastino testicular— que se ve como un
foco hiperecogénico central en plano transversal (fig. 2). El epidídimo es más hipoeco-
génico y con textura más gruesa que los testículos, aunque es más pequeño y difícil de
visualizar que en los perros.

234
ÍNDICE | 
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Ecografía del aparato reproductor
11

T RD RI

C
UD
UI
V
CU

a b c

Figura 1. (a) Reconstrucción sagital de una tomografía computarizada en ventana de tejido blando poscontraste de un gato macho no castrado. Se observa el pene (puntas de flecha) como
una estructura con atenuación de tejido blando y la uretra que muestra realce (brilla) en su región central. El hueso del pene (flecha) aparece como una estructura con atenuación de hueso en
el aspecto más distal del mismo. T: testículo. (b) Reconstrucción dorsal oblicua de una tomografía computarizada en ventana de tejido blando poscontraste de la región pélvica. Se observa
la próstata (flechas) como un engrosamiento con atenuación de tejido blando alrededor de la uretra (punta de flecha). V: vejiga. (c) Reconstrucción dorsal de una tomografía computarizada
en ventana de tejido blando poscontraste, de una gata no castrada, que muestra la posición del útero. El aspecto caudal del cuerno uterino izquierdo (UI) no es visible al quedar localizado
ventralmente al colon (C). UD: cuerno uterino derecho; CU: cuerpo del útero; V: vejiga; RD: riñón derecho; RI: riñón izquierdo.

a b

Figura 2. Cortes sagital (a) y transversal (b) del testículo de un gato sano de 11 años. El parénquima testicular es hipoecogénico y homogéneo. El mediastino
testicular (puntas de flecha) se observa como una estructura hiperecogénica en el centro del testículo, lineal en el corte sagital y más focal en el corte transversal.

El gato tiene dos glándulas sexuales accesorias: la próstata y las glándulas bulboure-
trales. La próstata está formada por dos partes: el cuerpo (o parte externa) que se sitúa
alrededor de la parte craneal de la uretra pélvica y la porción diseminada o difusa que se
localiza en la submucosa. El cuerpo tiene forma de bulbo, mide 1 cm de longitud apro-
ximadamente con un diámetro de 0,45–0,5 cm y se encuentra dorsolateral a la uretra.
La uretra mide entre 8,5 y 10,5 cm de longitud y la uretra prostática entre 1,5–1,9 cm
de longitud (Johnston et al., 2001; Tursi et al., 2008). El pene no suele ecografiarse en
el gato, pero sí se explora la región perineal en casos de obstrucción uretral, sospecha
de rotura uretral o traumatismo. Es importante recordar la existencia del hueso peniano,
que no debe confundirse con un cálculo (fig. 3).

235
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 3. (a) Imagen sagital de la región perineal. El pene (entre cursores) se observa como una estructura tubular más hipoecogénica que la grasa circundante.
(b) Imagen sagital, ligeramente más caudal a la anterior. En la porción más distal del pene, el hueso peniano aparece como una estructura lineal hiperecogénica
(entre cursores).

EXAMEN ECOGRÁFICO EN HEMBRAS

El aspecto ecográfico del tracto genital felino está poco descrito. El útero sano no ges-
tante suele describirse como una estructura no visible ecográficamente, aunque con
las sondas de alta frecuencia actuales es posible visualizarlo. Tampoco se dispone de
mucha información sobre el aspecto ecográfico de los ovarios. Los oviductos son es-
tructuras muy pequeñas que no son visibles ecográficamente en pacientes sanas. Fi-
nalmente, la vagina suele ser difícil de examinar usando un abordaje abdominal, aunque
es posible utilizar un abordaje perineal superficial.

Para explorar el aparato reproductor femenino se puede ir de caudal a craneal, empe-


zando en el cuerpo uterino que se localiza en el abdomen caudal, entre la vejiga y el
colon descendente. Siguiendo los cuernos uterinos cranealmente es posible localizar
los ovarios. Otra posibilidad es localizar los ovarios cerca del polo caudal de los riñones
(Gatel et al., 2015).

Los ovarios se localizan caudales y laterales al polo caudal de los riñones. Tienen una
forma redondeada-ovalada y miden menos de 1 cm en gatas (fig. 4). El aspecto de
los ovarios varía a lo largo del ciclo estral. Con sondas de alta frecuencia es posible
observar estructuras anecogénicas submilimétricas en los ovarios, que posiblemente
correspondan a folículos primordiales (fig. 5). Estos suelen localizarse en la periferia,
como se ha demostrado histológicamente también (folículos en la corteza ovárica y
vascularización y estructuras nerviosas en la médula) (Gatel et al., 2015).

El útero se observa como una estructura tubular situada entre la vejiga y el colon (cuer-
po uterino) y en la región dorsolateral del abdomen caudal (cuernos uterinos). En un
estudio reciente se ha constatado que en gatas es difícil reconocer el cuello uterino,
ya que no se observan las características descritas en otras especies, como un en-
grosamiento focal del cuerpo uterino o el aspecto típico de “ojo de toro” (bull’s eye).
Ecográficamente, el útero presenta un halo hiperecogénico externo fino (serosa), más
fácil de observar en planos sagitales que transversales. En algunas hembras es posible

236
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Ecografía del aparato reproductor
11
apreciar dos capas ecográficamente. En condiciones normales
no se observa contenido líquido en la luz del útero, pero sí es
posible observar una línea hiperecogénica delgada en la luz vir-
tual (fig. 6). Esta línea puede explicarse debido a la reflexión de R
ecos en las capas opuestas del endometrio (Gatel et al., 2015).

No se han observado diferencias en el tamaño macroscópico


del útero entre hembras sanas en anestro, estro o a los dos
meses posparto (valores medios: 0,39 cm, 0,56 cm y 0,46 cm,
respectivamente).

Figura 4. Ovarios de una hembra de 9 años en anestro. Se observa el ovario ovalado,


más hipoecogénico que la grasa circundante, caudalmente al polo caudal del riñón (R).

a b

Figura 5. Ovario (entre cursores) derecho (a) e izquierdo (b) de una hembra de 7 años en estro. Se observan estructuras anecogénicas (puntas de flecha) en
la periferia de ambos ovarios. En el ovario izquierdo se observa cómo esta estructura se asocia a refuerzo posterior.

a b

Figura 6. Cortes sagitales del cuerpo (a) y cuerno derecho (b) del útero de una hembra de 7 años sana. (a) El cuerpo del útero (entre cursores) se observa dorsal
a la vejiga. (b) El cuerno uterino se observa en el aspecto lateral del abdomen, justo por debajo de la pared abdominal. Se observa la serosa (flechas) como la capa
más externa hiperecogénica y la luz (punta de flecha) como una línea hiperecogénica central. Se aprecia también cierta estratificación de la pared, pero menos clara
que la de un asa intestinal, por ejemplo, característica que junto a la posición anatómica y la ausencia de peristaltismo permite distinguir el útero del intestino delgado.

237
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Diagnóstico ecográfico en el gato

GESTACIÓN
La gestación dura entre 63–67 días en gatas, aunque puede variar de 50 a 74 días.

En un estudio reciente, en el que se emplearon sondas de alta frecuencia, se observó


que a partir del día 11 de gestación las vesículas embrionarias ya eran visibles como ca-
vidades anecogénicas en la luz del útero con 1,2 mm (± 0,1) de diámetro. Poco a poco,
la vesícula va creciendo y cambiando de forma hasta el día 15, en el que mide aproxi-
madamente 5,3 mm (± 0,6) de diámetro de media (Zambelli et al., 2002) (fig. 7, vídeo 1).

El embrión suele ser visible alrededor del día 16 como una estructura hiperecogénica en
la luz de la vesícula embrionaria. El corazón es visible entre los días 16–18. La frecuencia „ Ver vídeo
Vídeo 1. Útero gestante de menos
cardiaca puede detectarse ecográficamente en fetos de entre 16–20 días de gestación.
de 16 días
En el día 20, suele ser de unos 227 ± 3 latidos por minuto (lpm). A partir de aquí, la fre-
cuencia cardiaca se reduce progresivamente hasta alcanzar una media de 224 ± 1 lpm
Misma paciente que en la fig. 7.
el día 40. Finalmente, se observa un descenso a valores de 223 ± 7 lpm el día 60. Las Siguiendo el cuerno uterino
arterias umbilicales pueden detectarse por primera vez a los 20 días de gestación, al se observan dos estructuras
igual que la aorta fetal. La arteria carótida común interna es visible en el feto el día 30 de redondeadas con contenido
gestación y la arteria renal el día 40. líquido, compatibles con vesículas
embrionarias antes del día 16.

A partir del día 19 de gestación es posible diferenciar la cabeza del feto, aunque es más
fácil de identificar el día 20. Aproximadamente al mismo tiempo es posible observar la
formación de las extremidades. El tubo neural y el hígado pueden verse a partir del día „ Ver vídeo
Vídeo 2. Útero gestante
20. Este último se ve como una estructura hiperecogénica localizada caudal al corazón.
de 26 días

El día 22, los embriones presentan ya forma de ocho. La cabeza y el cuerpo son fácil-
Se observa el feto dentro del saco
mente identificables y tienen un tamaño similar. La cabeza está prácticamente llena de amniótico. La cabeza está localizada
líquido y ecográficamente se aprecia como una zona con contenido anecogénico. a la derecha de la pantalla. Se
aprecian el corazón y latido cardiaco,
Las extremidades se diferencian mejor a partir del día 24 de gestación, siendo el desa- así como las cuatro extremidades ya
diferenciadas. Imágenes cortesía de
rrollo de las anteriores un poco más temprano que el de las posteriores. El estómago
Yara López.
puede verse a partir del día 26 (vídeo 2).

a b

Figura 7. Útero gestante antes del día 16. (a) Se observa un engrosamiento focal del útero, con contenido líquido, de menos de 6 mm de diámetro. Se aprecian
varias estructuras similares a lo largo del útero, compatibles con vesículas embrionarias. (b) El embrión aún no es visible y solo se observa flujo sanguíneo alrededor
del útero pero no dentro de la vesícula.

238
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Ecografía del aparato reproductor
11
A partir del día 27–28 de gestación, la simetría de la cabeza em-
pieza a ser evidente con el desarrollo de los hemisferios cerebra-
les, que se ven como estructuras levemente hiperecogénicas, a
la vez que disminuye la cantidad de contenido anecogénico de
la cabeza. En este momento, el corazón, el hígado y el estóma-
go son claramente visibles, y el embrión tiene una forma similar
a la que tendrá en el momento del nacimiento (fig. 8).

El tamaño de la camada puede estimarse a partir del día 17 de


a gestación, pero debe confirmarse más tarde porque se puede
producir reabsorción embrionaria (Topie et al., 2015).

Se han publicado varios estudios ecográficos sobre la evolución


que sufre el índice de resistencia en las arterias uterinas y umbi-
licales a lo largo de la gestación, usando Doppler pulsado, con
resultados un tanto controvertidos. Como norma general, puede
resumirse que el índice de resistencia disminuye a lo largo de la
gestación en estos vasos (Pereira et al., 2002; Brito et al., 2010;
Blanco et al., 2014).

b
ÚTERO POSPARTO
Figura 8. (a) Imagen con Doppler pulsado de un feto de más de 28 días. El cursor se En gatas la involución uterina tarda unos 24 días. Durante este
sitúa en el corazón y permite calcular la frecuencia cardiaca colocando los calíperos al inicio
periodo de tiempo, disminuye el grosor de las paredes uterinas
de dos ciclos cardiacos consecutivos. (b) Corte dorsal oblicuo del cráneo del mismo feto
que se observa como unas líneas curvas hiperecogénicas (flechas). Dentro del cráneo se y el volumen de líquido intraluminal, de forma que poco a poco
aprecian los hemisferios cerebrales en formación (asteriscos) rodeados de líquido hipoeco- el útero se va haciendo menos evidente (fig. 9).
génico. El maxilar también es visible (puntas de flecha) como una estructura hiperecogénica
triangular.

a b

Figura 9. (a)-(b) Útero posparto reciente de una hembra de 5 años. Se observa el útero engrosado con paredes más hiperecogénicas. (a) Todavía se observa
presencia de líquido ecogénico en la luz.

239
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DE LAS PATOLOGÍAS


DEL APARATO REPRODUCTOR

MACHOS

Las patologías del aparato reproductor del gato no son muy frecuentes (Little, 2011;
Foster, 2012; Ortega-Pacheco et al., 2012).

El monorquidismo es una enfermedad en la que los individuos afectados solo tienen un

[
El diagnóstico de criptorquidia
testículo debido a un problema genético. Es poco frecuente en gatos y suele confundir-
se con pacientes criptórquidos unilaterales. se realiza en perros y gatos si
los testículos no han bajado al
Por su parte, el criptorquidismo es el fallo en el descenso de uno o ambos testículos escroto en pacientes de más de
desde el abdomen al escroto. En los gatitos, los testículos se localizan inicialmente 8 semanas de vida.
dentro de la cavidad abdominal. Unos días después del nacimiento empiezan a despla-
zarse hacia el exterior. Al cabo de unas 6-8 semanas de edad deberían encontrarse en
el escroto. A los 6 meses los anillos inguinales se cierran parcialmente, impidiendo una
posterior migración de los testículos.

La criptorquidia puede ser uni o bilateral y el/los testículos pueden localizarse en la ca-
vidad abdominal (en cualquier posición desde el aspecto caudal del polo caudal de los
riñones hasta la región inguinal), en el canal inguinal o en una localización subcutánea
ectópica entre el anillo inguinal superficial y el escroto. En gatos, la incidencia de criptor-
quidia es del 1,70 % aproximadamente, siendo la forma unilateral más frecuente que la
bilateral. Los gatos persas parecen tener mayor prevalencia que otras razas (Felumlee
et al., 2012). Algunas complicaciones asociadas a la criptorquidia son el desarrollo de
neoplasia en el/los testículos criptórquidos, esterilidad (en casos bilaterales) y torsión
testicular. En gatos, sin embargo, no hay casos descritos de torsión del cordón es-
permático y los tumores testiculares son muy poco frecuentes (Little, 2011). Por otro
lado, aunque los testículos criptórquidos no son capaces de producir esperma, sí son
capaces de producir testosterona.

La ecografía es una técnica sensible para localizar testículos criptórquidos. Se debe ex-
plorar el abdomen desde el polo caudal de los riñones hasta el escroto. Identificar las
estructuras características de los testículos, como el mediastino testicular, es importante,
aunque a veces no es posible, sobre todo si los testículos son neoplásicos (Felumlee et
al., 2012; Foster, 2012) (fig. 10).

Los traumatismos, lesiones por mordedura u otro tipo de heridas penetrantes, pueden
afectar a la región perineal, incluyendo la piel del escroto. Cualquiera de ellas puede dar
lugar a periorquitis con posible afectación secundaria de los testículos, si están presen-
tes. También se puede observar inflamación en esta zona después de la castración. En
gatos, la peritonitis infecciosa felina (PIF) puede afectar la región peritesticular y causar
periorquitis (Foster, 2012).

240
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Ecografía del aparato reproductor
11
Las enfermedades de la próstata son poco comunes en el gato. Se han descrito algu-
nos casos de neoplasia prostática y otras lesiones no neoplásicas (quistes periprostáti-
cos, hiperplasia prostática, prostatitis bacteriana y metaplasia prostática) (Caney et al.,
1998; LeRoy y Lech, 2004; Tursi et al., 2008; Foster, 2012). Las neoplasias prostáticas
más frecuentes en el gato son los carcinomas y adenocarcinomas prostáticos, con
algunos casos descritos de fibroadenoma prostático, adenocarcinoma de la porción
diseminada de la próstata y tumor prostático bifásico. Este último se describe como
una masa globosa de 2 cm, con márgenes bien definidos, ecotextura y ecogenicidad
heterogénea, que desplaza y comprime dorsalmente el colon (Zambelli et al., 2010).

Aunque es poco frecuente, se han descrito casos de neoplasias prostáticas que pro-
ducen obstrucción urinaria e intestinal en el gato, por lo que, aunque sea poco habitual
los tumores de próstata deberían incluirse en el diagnóstico diferencial de gatos con
obstrucción urinaria o signos de estreñimiento (LeRoy y Lech, 2004).

En un caso de prostatitis bacteriana se observó una masa ovalada, de unos 3 cm de diá-
metro con márgenes ecogénicos y contenido hipoecogénico, caudal a la vejiga y signos
compatibles con cistitis en un gato siamés entero de 7 años (Roura et al., 2002) (fig. 11).

Las glándulas bulbouretrales sirven de referencia anatómica para realizar uretrostomías


en felinos. Pueden verse afectadas por enfermedad inflamatoria, al igual que la prós-
tata. Cistitis y uretritis pueden extenderse tanto a la próstata como a las glándulas
bulbouretrales (Foster, 2012). Las lesiones primarias del pene y/o del prepucio son muy
poco frecuentes en el gato. Sin embargo, la uretra peniana puede verse afectada en
enfermedades del tracto urinario inferior, por ejemplo en casos de obstrucción urinaria
debida a urolitos. La manipulación asociada al sondaje uretral puede producir trauma y
erosión local del epitelio uretral con presencia de hemorragia y edema adyacente, que
puede evaluarse ecográficamente (Foster, 2012)

Figura 10. Imagen sagital del abdomen caudal de un gato macho de 3 años con sospecha Figura 11. Absceso prostático en un gato Siamés de 7 años. Se observa una estructura
de critorquidia. Se observa el testículo (entre cursores), que se reconoce por su forma ovalada, redondeada con paredes hiperecogénicas y contenido líquido ecogénico en la región de la
con parénquima hipoecogénico y el mediastino testicular como la línea hiperecogénica central. entrada de la pelvis. Imagen cortesía de la Dra. Y. Espada.
A la izquierda de la imagen se observan cortes transversales de asas de intestino delgado.

241
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Diagnóstico ecográfico en el gato

HEMBRAS

La presencia de tejido ovárico retenido (remanentes ováricos)


es una alteración iatrogénica debida a la resección incompleta
de tejido ovárico durante la esterilización. Es más frecuente en
gatas que en perras y los signos clínicos pueden aparecer de
meses a años después de la ovariectomía/ovariohisterectomía
(OVH) (Little, 2011; Demirel y Acar, 2012; Ortega-Pacheco et
al., 2012).

Los quistes ováricos suelen ser hallazgos accidentales (quistes


ováricos foliculares anovulatorios), especialmente en las hem-
bras adultas-geriátricas nulíparas. Los quistes ováricos folicula-
res se deben a un fallo en la ovulación y deben diferenciarse de
otros tipos de lesiones quísticas, como los quistes paraováricos
Figura 12. Quiste ovárico en una gata de 17 años. En la región del ovario derecho se
o las neoplasias ováricas. Ecográficamente, se ven como una observa una estructura quística (entre cursores) con contenido anecogénico, pared hipere-
o más estructuras anecogénicas de entre 1-5 cm de diámetro, cogénica delgada y refuerzo posterior.
bien definidas con pared hiperecogénica fina y refuerzo poste-
rior (fig. 12). El diagnóstico diferencial incluye tumores ováricos,
especialmente tumores de la granulosa. El examen histológico La metritis es una inflamación de la mucosa y el miometrio. A
de estas estructuras permite obtener un diagnóstico definitivo y diferencia de la piometra, se trata de un problema agudo que
diferenciar entre quistes foliculares, quistes paraováricos y neo- suele darse durante la primera semana posparto. En cuanto a las
plasias (Ortega-Pacheco et al., 2012). endometritis, estas suelen ser crónicas y asintomáticas (Ortega-
Pacheco et al., 2012).
La hidrómetra es una acumulación de líquido seroso no inflama-
torio en el útero. Se ha descrito de forma ocasional como causa Las neoplasias uterinas son poco comunes en gatas, ya que
de infertilidad felina. representan el 0,29 % de todas las neoplasias felinas diagnosti-
cadas. La mayoría son adenocarcinomas o leiomiomas y la ma-
El complejo hiperplasia endometrial quística (HEQ)-piometra es yor parte, de origen mesenquimatoso. También se ha descrito
una patología mediada por hormonas, en la que se observa di- la presencia de pólipos endometriales en gatas y el desarrollo
latación quística de las glándulas endometriales, acumulación de neoplasias en el muñón uterino. En un caso de carcinoma
no inflamatoria de líquido viscoso aséptico en la luz uterina con de células escamosas en el muñón uterino, los autores consi-
posterior contaminación bacteriana, inflamación endometrial deraban la presencia de inflamación crónica asociada al material
con presencia de sangre y pus. Las piometras suelen produ- de sutura como un posible factor oncogénico (Miller, 2003 et al.;
cirse como consecuencia de una HEQ, sin embargo, no todos Anderson y Pratschke, 2011).
los casos de HEQ acaban en piometra. En gatas la piometra es
frecuente, no así la HEQ. Se pueden observar casos de piome- La torsión uterina se define como el giro del útero o cuerno ute-
tra en gatas de 1 a 10 años de edad (media 7 años) después rino en sentido perpendicular a su eje largo. Es más frecuente
de una monta no fértil. La patogenia es similar a la de la perra, en hembras gestantes, por lo que se considera que la gestación
pero suele desarrollarse antes (1–4 semanas después del celo) y puede ser un factor predisponente. Su etiología es desconoci-
también puede desarrollarse secundaria a la administración exó- da, pero parece multifactorial. Se han descrito casos de torsión
gena de progestágenos. Ecográficamente puede observarse el uterina en gatas no gestantes y gestantes (De la Puerta et al.,
típico aspecto de dilatación del útero con presencia de conte- 2008).
nido líquido (Little, 2011, Ortega-Pacheco et al., 2012) (fig. 13,
vídeos 3 y 4).

242
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Ecografía del aparato reproductor
11

a b

Figura 13. Cuerno uterino izquierdo (a) y región próxima al cuerpo uterino de una hembra de 7 años (b). El cuerno uterino izquierdo (entre cursores) está notablemente distendido con
líquido ecogénico. En la región de los cuernos uterinos cercana al cuerpo se observa una estructura quística en la pared uterina (flecha) compatible con hiperplasia endometrial.

„ Ver vídeo
Vídeo 3. Piometra en una gata
Las anomalías congénitas del tracto reproductor son poco frecuentes. Se han descrito
casos de aplasia/hipoplasia/agenesia de cuerno uterino (uterus unicornis). En esta pa-
de 7 años tología, uno de los cuernos uterinos está ausente o es muy pequeño. A veces, el riñón
ipsilateral también lo está, sin embargo, ambos ovarios suelen estar presentes, por lo
que se debe tener especial cuidado durante la OHE. Si el ovario y el cuerno uterino
contralateral son normales, las hembras pueden quedar gestantes (Little, 2011).

PATOLOGÍAS DE LA GESTACIÓN
Las patologías más frecuentes son la reabsorción embrionaria (muerte embrionaria an-
tes de los 25 días de gestación) y el aborto (muerte fetal después de 35 días de ges-
tación). En casos de reabsorción embrionaria, la vesícula embrionaria tiene un aspecto
deforme, pierde la forma esférica, aparece arrugada con una pared menos definida, y
se observa acumulación de material hiperecogénico en la luz. Se observa pérdida del
latido cardiaco, desintegración, y finalmente colapso de la vesícula embrionaria.

En casos de muerte fetal dejan de apreciarse el latido cardiaco y los movimientos del
feto, se puede observar una postura fetal anómala, aumento de ecogenicidad del lí-

„ Ver vídeo
Vídeo 4. Piometra en una gata
quido que rodea al feto, e incluso presencia de gas en el feto o en el interior del útero.

de 10 años
La gestación ectópica o extrauterina se observa cuando la gestación tiene lugar fuera
del útero. Suele diagnosticarse de forma fortuita. Se han descrito dos tipos: tubal (muy
Se observa el cuerno uterino desde poco frecuente en animales) y abdominal (primaria o secundaria). En las primarias, el
el abdomen medio hacia el abdomen oocito fecundado no alcanza el útero, sino que se mueve hacia la cavidad abdominal.
caudal. Al inicio del vídeo el útero En la gestación abdominal ectópica secundaria, el embrión o feto se desarrolla inicial-
está marcadamente distendido con
mente en el útero antes de pasar a la cavidad abdominal, debido a una rotura de la
líquido ecogénico. Caudalmente,
va reduciéndose su grosor hasta la pared uterina, generalmente asociada a un trauma. Existen descripciones de casos
región del cuerpo, entre la vejiga (V) clínicos de gestaciones ectópicas en gatas, tanto de tipo primario (más anecdóticas)
y el colon (C). como secundario (Rosset et al., 2011).

243
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Diagnóstico ecográfico en el gato

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244
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Ecografía de la
cavidad abdominal,
nódulos linfáticos
y grandes vasos
Mauricio Tobón Restrepo
12 Ecografía de la cavidad
abdominal, nódulos
linfáticos y grandes vasos

Técnica ecográfica  

Ecografía normal de la cavidad abdominal,


nódulos linfáticos y grandes vasos  

Ecografía de lesiones de la cavidad abdominal,


nódulos linfáticos y grandes vasos  

Derrame peritoneal 

Neumoperitoneo 

Derrame retroperitoneal  

Peritonitis y esteatitis 

Linfadenopatía 

Masas peritoneales y retroperitoneales 

uu
Vídeo 1. Infiltración nodular granulomatosa
por PIF 

uu
Vídeo 2. Gasa quirúrgica retenida 

uu
Vídeo 3. Necrosis grasa nodular 

Patología de grandes vasos 

Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA
Para conseguir una ventana acústica apropiada, el paciente debe colocarse en decúbito lateral derecho, izquierdo o en
decúbito dorsal. Para conseguir un buen contacto entre la piel y la sonda se recomienda rasurar el pelo desde la apófisis
xifoides hasta el pubis y a ambos lados del abdomen, siguiendo el arco costal hasta casi alcanzar las apófisis transversas
de las vértebras lumbares (D’Anjou, 2008; Kinns y Mai, 2011; Mattoon et al., 2015).

Para ecografiar los nódulos linfáticos (NL) y los grandes vasos es adecuado utilizar sondas microconvexas o lineales de
alta frecuencia (7,5 MHz o superior), puesto que son estructuras muy pequeñas y que pueden estar embebidas en la
grasa. En gatos de gran tamaño se pueden usar sondas microconvexas para examinar los NL más profundos, como el
hepático o gástrico, y ciertos vasos como la vena porta (VP) o la vena cava caudal (VCC) en el abdomen craneal (D’Anjou,
2008; Mattoon et al., 2015).

ECOGRAFÍA NORMAL DE LA CAVIDAD ABDOMINAL,


NÓDULOS LINFÁTICOS Y GRANDES VASOS

Desde el punto de vista anatómico, el peritoneo se define como una membrana serosa
compuesta por mesotelio, células escamosas y tejido conectivo (Evans y De Lahunta,
2013; Saar y Getty, 1982). El peritoneo parietal recubre la superficie interna de la pared
abdominal y de la pelvis. El peritoneo visceral recubre, completa o parcialmente, los órga-
nos de las cavidades abdominal y pélvica. El peritoneo de conexión es doble y se extiende
entre los órganos o los conecta al peritoneo parietal, formando los llamados mesenterio,
omento y ligamentos (Evans y De Lahunta, 2013). El peritoneo produce un líquido viscoso
en pequeña cantidad para minimizar la fricción entre los órganos. Este líquido no suele
ser visible ecográficamente y se localiza en la cavidad peritoneal, que se define como el
espacio entre el peritoneo parietal y el visceral (D’Anjou, 2008; Evans y De Lahunta, 2013).

Ecográficamente, el peritoneo parietal se visualiza como la línea hiperecogénica fina


más profunda de la pared abdominal en el campo cercano de la imagen (fig. 1). El
peritoneo visceral se observa igualmente como una línea hiperecogénica fina que recu-
bre los órganos (conocida como la túnica serosa) y es posible distinguirlo en las asas
intestinales, el estómago, la vejiga y recubriendo externamente la cápsula del hígado y
el bazo (fig. 2). El peritoneo de conexión es el tejido que se encuentra entre los órganos
abdominales y se corresponde con el omento, mesenterio y ligamentos (fig. 3). En el
gato, el ligamento falciforme está rodeado por grasa abundante y se localiza ventral-
mente al hígado. Es isoecogénico o hipoecogénico (a veces puede ser hiperecogénico)
respecto al parénquima hepático, pero su ecotextura es más granular (fig. 4). El límite
anatómico entre ambas estructuras es la cápsula hepática hiperecogénica. En la es-
pecie felina, esta línea es sutil y puede no identificarse como tal por los ecografistas
con poca experiencia, lo que implica que se pueda confundir la grasa del ligamento
falciforme con parénquima hepático e, incluso, que la toma de muestras por aspiración
o la biopsia incluya grasa en lugar de hígado (Widmer et al., 2015).

248
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
PUNTOS CLAVE

§§ Los gatos se estresan con mucha facilidad. Por ello se recomienda que se examinen en una
!
sala tranquila y con un ambiente confortable, lo que contribuye a la colaboración del paciente.
En caso contrario, es necesario sedarlos para realizar la ecografía correctamente.
§§ Al aumentar la condición corporal de los gatos se incrementa la dificultad de identificar los NL
normales pues el haz de ultrasonidos es atenuado por la grasa que los rodea. Por otro lado, el
gas de las asas intestinales dificulta la visualización de los NL intraabdominales por la sombra
acústica que produce (D’Anjou, 2008; Kinns y Mai, 2011; Mattoon et al., 2015).

H E

Figura 1. Peritoneo parietal (flecha) visto como una línea hiperecogénica en Figura 2. Peritoneo visceral (flecha blanca) visto como una línea hipereco-
la capa más profunda de la pared abdominal. El hígado (H) y el estómago (E) génica en la última capa de la estratificación de la pared de una asa yeyunal (Y).
también pueden verse en la imagen.

a b

Figura 3. El peritoneo de conexión (asteriscos) se observa como un tejido heterogéneo, más hiperecogénico que el bazo (B) en (a) y ventralmente a la glándula
adrenal izquierda (entre cursores) y la aorta (punta de flecha) en (b).

249
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Diagnóstico ecográfico en el gato

La figura 5 ilustra la posición de los NL abdominales en el gato.


Los linfocentros del abdomen se dividen en parietales y viscera-
les. Se han descrito cuatro linfocentros parietales (lumbar, iliosa-
cro, inguinofemoral e isquiático) y tres viscerales (celíaco, mes� - H
VB
entérico craneal y caudal) (Saar y Getty, 1982). Los NL que se
identifican con más facilidad en el grupo visceral son: gástricos,
hepáticos, pancreáticoduodenal, yeyunales, ileocecales y cóli� -
cos (fig. 6). Del grupo parietal se identifican los ilíacos mediales
y los inguinales superficiales (fig. 7). Los que se observan con
menor frecuencia dentro del grupo visceral son los esplénicos
y mesentéricos caudales (fig. 8) y del grupo parietal los lum-
bares aórticos, renales, e ilíacos internos (conocidos anterior-
mente como hipogástricos) (NAV, 2012), sacros, y epigástricos Figura 4. Grasa falciforme (asterisco) localizada ventralmente al hígado (H). Nótese la
caudales. Los NL superficiales del abdomen (inguinales super- línea hiperecogénica que corresponde a la cápsula hepática (flecha blanca) y que permite
distinguir el parénquima hepático del tejido adiposo. VB: vesícula biliar.
ficiales e ilíacos mediales) se ven como estructuras fusiformes

RD
VB
H
RI
1 2

4
3
2
E
D P
B

RI
6 Co

7 3
5
6
Cc
4
8
7

Y
5

a b
Figura 5. (a) Ilustración esquemática de los nódulos linfáticos abdominales y su posición anatómica relativa. 1: hepáticos; 2: gástricos; 3: esplénicos; 4: pancreá-
ticoduodenales; 5: iliocecales; 6: cólicos; 7: yeyunales; 8: mesentérico caudal; H: hígado; VB: vesícula biliar; E: estómago; B: bazo; P: páncreas; Y: yeyuno; Cc: ciego;
Co: colon, R: recto; RI: riñón izquierdo. (b) Esquema en el que se indican los nódulos linfáticos parietales más relevantes. 1: renales; 2: aórticos lumbares; 3: iliacos
mediales; 4: iliacos internos; 5: sacros; RD: riñón derecho; RI: riñón izquierdo.
La figura 5a está inspirada en un dibujo original de José Rodríguez.

250
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
y de forma estilizada. Al compararlos con la grasa que los rodea, presentan bordes
regulares con una cápsula ecogénica y el parénquima es entre iso e hipoecogénico en
comparación con la grasa. Los NL profundos del abdomen son alargados (yeyunales,
mesentérico caudal) u ovalados (el resto), levemente hipoecogénicos en comparación
con el peritoneo y a la grasa que los rodea, y presentan bordes regulares. En la tabla 1
se listan la posición anatómica y el tamaño de estos NL.

H H
E

a b

c d

Co

e f

Figura 6. Imagen de los NL pertenecientes al grupo visceral y que son más comunes de identificar. La mayoría de ellos son ligeramente hipoecogénicos y entre
redondos y ovalados. (a) NL gástrico (entre cursores), localizado en la curvatura menor del estómago (E). H: hígado. (b) NL hepático (entre cursores), localizado en
el hilio hepático, cerca de la vena porta. H: hígado. (c) NL pancreáticoduodenal (entre cursores), localizado ventralmente entre el duodeno (D) y el páncreas. (d) NL
yeyunal (entre cursores), localizado en el mesoyeyuno siguiendo el recorrido de los vasos yeyunales (flecha). Su forma alargada es característica. (e) NL ileocecales
(entre cursores), localizados a ambos lados de la unión ileocólica. I: íleon. (f) NL cólico (entre cursores), localizado cerca del colon (Co). Su forma es ligeramente
redondeada.

251
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b
Figura 7. Imagen de los NL pertenecientes al grupo parietal y que son más comunes de identificar. Normalmente son alargados y entre iso e hipoecogénicos.
(a) NL ilíaco medial (entre cursores), localizado en relación con la aorta y sus ramas iliacas externas (flecha). También se observa el cuerpo de una vértebra lumbar
(asterisco). (b) NL inguinal superficial (entre cursores). Obsérvese el parénquima hipoecogénico con un centro ligeramente hiperecogénico y su cápsula hiperecogé-
nica, lo que permite diferenciarlo de la grasa que lo rodea (asterisco).

a b
Figura 8. Imagen de los NL del grupo visceral menos comunes de identificar. (a) NL esplénico (entre cursores), localizado cerca del hilio esplénico siguiendo la vena
esplénica y embebido en el ligamento gastroesplénico (asterisco). Es redondeado y en ocasiones presenta un centro hiperecogénico, sobre todo en pacientes obesos,
lo que hace difícil su identificación. Bazo (B). (b) NL mesentérico caudal (entre cursores). Se observa un ligero halo hipoecogénico y un centro más hiperecogénico.
Normalmente localizado craneal a la vejiga, entre esta y el colon descendente (no incluidos en la imagen) y ligeramente a la derecha del plano medio y relativamente
superficial. En la imagen se puede observar la pared abdominal (flecha) y parte de la grasa mesentérica que rodea el nódulo (asterisco).

El abdomen recibe el aporte sanguíneo de las ramas de la aorta (arterias celíaca, mes-
entérica craneal, renal, ilíaca circunfleja profunda, ilíaca externa, ilíaca interna y sacras
medias). Las venas del abdomen se dividen en dos grupos: las que desembocan en la
VCC y las que lo hacen en la VP. Para examinar la aorta y la VCC la sonda ha de colocarse
paralela a ambos lados de los cuerpos de las vértebras lumbares. La aorta abdominal
discurre desde el diafragma hasta la altura de la L6, levemente a la izquierda de la línea
media y se identifica como una estructura tubular anecogénica con una pared hipereco-
génica (fig. 9a y 9b) y con refuerzo posterior, más evidente en un corte transversal. En un
examen ecográfico rutinario se puede identificar también todas las ramas de la aorta. La
VCC discurre a la derecha de la aorta y presenta un aspecto ecográfico similar a esta.
Sin embargo, a diferencia de ella, se colapsa con facilidad al presionar con la sonda (fig.
9c). La VP se ecografía a la altura del porta hepatis y caudalmente se pueden identificar
sus venas tributarias (gastroduodenal, esplénica, mesentéricas craneal y caudal). La vena
porta se localiza levemente a la derecha del abdomen (fig. 9d).

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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
Tabla 1. Localización y tamaño de los nódulos linfáticos abdominales. Medidas de † Saar y
Getty (1982) y ‡ Schreurs et al. (2008).

Tamaño
Linfocentro Nódulo linfático Localización anatómica
Anatomía† Ecografía‡
Alrededor de la unión de la vena gastroduodenal con la
Hepático 1,5 – 30,5 mm 2,1 – 16,0 mm
vena porta, y próximo al porta hepatis.
Embebido en el omento menor, en la curvatura menor
Gástrico 1,0 – 20,0 mm 4,6 – 6,4 mm
del estómago, y próximo al cardias o al píloro.
Celíaco
A lo largo de la vena esplénica y su unión con las venas
Esplénico 2,0 – 22,0 mm 5,0 – 11,2 mm
gástricas cortas.
Pancreático- Próximo a la unión de la vena pancreáticoduodenal y la
2,0 – 22,0 mm 6,6 – 13,0 mm
duodenal gastroepiploica derecha, en el aspecto caudal del píloro.
Localizado en el mesoyeyuno, a lo largo de la rama
Yeyunal 5,0 – 79,0 mm 11,4 – 39,0 mm
yeyunal de la arteria mesentérica craneal.
A ambos lados de la unión ilecocólica, en el pliegue
Mesentérico
Ileocecal 3,0 – 14,0 mm 6,7 – 23,2 mm ileocecal, y a lo largo de las ramas cecales de los vasos
craneal ileocólicos, a ambos lados del ciego.
A lo largo de varios segmentos del colon, excepto los
Cólicos 1,0 – 34,0 mm 4,6 – 12,1 mm
situados directamente en la unión ileocólica.
En áreas profundas del mesenterio, cerca del colon
Mesentérico Mesentérico
5,0 – 14,5 mm 6,0 mm descendente, en la bifurcación de la arteria mesentérica
caudal caudal
en sus ramas craneales y caudales.
Renales 0,5 – 14,5 mm 4,7 – 7,7 mm Entre la glándula adrenal y los vasos renales.
Lumbares A lo largo de la aorta y la vena cava caudal, entre el
Lumbares aórticos 0,5 – 17,5 mm 2,1 – 16,7 mm
diafragma y las arterias ilíacas circunflejas profundas
A ambos lados de la aorta, entre las arterias ilíacas
Ilíacos mediales 1,0 – 27,5 mm 5,0 – 23,3 mm
circunflejas profundas y las ilíacas externas.
Iliosacros Ilíacos internos <5,0 mm NA Cerca de las arterias ilíacas internas
Caudales al origen de las arterias ilíacas internas y la
Sacros NA 9,2 – 10 mm
sacra media.
En la región inguinal, a nivel de la unión de los vasos
Inguinofe- Inguinales
19,5 mm NA epigástricos superficiales caudales con los vasos
morales superficiales
pudendos externos.

NA: No aportados.

253
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

c d

Figura 9. (a) Corte sagital de la aorta (flecha) vista como una estructura tubular anecogénica con pared ecogénica. (b) Doppler color de la bifurcación aórtica (en
azul, con el flujo alejándose de la sonda), algunas de sus ramas también son visibles. La vena cava caudal se localiza a su derecha (en rojo, con el flujo acercándose
hacia la sonda). (c) Doppler color de la vena cava caudal en abdomen craneal, cerca del hígado. Se observa en azul, con el flujo alejándose de la sonda. (d) Doppler
pulsado de la vena porta llegando al hígado (H). Se observa un flujo venoso, con velocidad casi constante a lo largo del ciclo cardíaco y por debajo de la línea base,
alejándose de la sonda.

ECOGRAFÍA DE LESIONES DE LA
CAVIDAD ABDOMINAL, NÓDULOS
LINFÁTICOS Y GRANDES VASOS
En una exploración ecográfica completa no se evalúa solo los órganos de la cavidad
abdominal, sino que también hay que valorar el espacio peritoneal y el retroperitoneal,
así como las estructuras linfáticas y vasculares contenidas en la cavidad abdominal.

Son muchas las indicaciones para realizar una ecografía abdominal y, en muchas oca-
siones, se plantea como complemento a la exploración radiográfica (Kinns y Mai, 2011).
Generalmente, las patologías que afectan a los órganos abdominales pueden alterar
también a la cavidad abdominal, los nódulos linfáticos y a los grandes vasos. Es muy
importante fijarse en las alteraciones de todas estas estructuras para poder emitir un
diagnóstico definitivo y completo, así como para entender ciertos cambios en los órga-
nos, como la presencia de un peritoneo hiperecogénico debido a la presencia de líquido
libre en el abdomen, es decir, derrame peritoneal (Mattoon et al., 2015).

254
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
DERRAME PERITONEAL

A pesar de que ya se ha comentado que el peritoneo produce una pequeña cantidad


de líquido para favorecer el deslizamiento de los órganos, el incremento en la cantidad
de líquido libre en el espacio peritoneal es un signo de patología. Se ha descrito que
más de 2 ml de líquido libre por kilo (D’Anjou, 2008) o por libra (Widmer et al., 2015) de
peso vivo pueden detectarse ecográficamente y es específico de derrame peritoneal.
Las pequeñas cantidades de líquido libre son difíciles de visualizar y de asociar a pa-
tologías específicas.

La posición del líquido en el espacio peritoneal depende de su naturaleza y de la grave-


dad, por lo que es recomendable examinar las partes dependientes del abdomen en
decúbito lateral. La presencia de áreas triangulares anecogénicas o, en ocasiones,
hipoecogénicas cerca de la base de la vejiga urinaria, entre la pared abdominal y el
bazo, entre el hígado y el estómago, entre el diafragma y el hígado y entre los lóbulos
hepáticos, es compatible con líquido libre (D’Anjou, 2008; Widmer et al., 2015) (fig. 10).

A veces, el líquido puede quedar retenido en los pliegues peritoneales o localizarse alre-
dedor de un órgano o lesión (p.ej. edema peripancreático debido a una pancreatitis). En
los gatos con hidronefrosis grave y/o hidrouréter, estas patologías pueden confundirse
con líquido libre o atrapado entre el peritoneo, por lo que hay que ser muy cuidadoso a
la hora de emitir un diagnóstico (D’Anjou, 2008).

Otro factor importante a considerar es que se puede modificar el aspecto del líquido li-
bre al manipular las características del programa del ecógrafo. Aunque la naturaleza del
líquido puede determinarse de manera aproximada por su ecogenicidad, debe inter-
pretarse con cautela. Se ha descrito que los trasudados son anecogénicos debidos a
su baja celularidad, el trasudado modificado es hipoecogénico a levemente ecogénico
y los exudados pueden ser isoecogénicos con el tejido circundante por su celularidad
elevada (p.ej. purulento o hemorragia). El líquido puede contener restos celulares o bur-
bujas pequeñas de gas (D’Anjou, 2008; Spaulding, 1993; Widmer et al., 2015).

Figura 10. Paciente felino de 14  años con diarrea


crónica y pérdida de peso. En la ecografía se detectó una
masa intestinal y derrame peritoneal. Se muestra líquido li-
bre anecogénico (asterisco) entre los lóbulos hepáticos (H).
El diafragma (flecha) es visible en el campo lejano.

255
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Una gran cantidad de líquido libre puede deberse a ascitis (por insuficiencia cardiaca
derecha, enfermedad hepática, hipertensión portal, hipoproteinemia, obstrucción de la
VCC, neoplasia o por otras causas).

También puede observarse un derrame de tipo hemorrágico o hemoperitoneo debido


a causas no neoplásicas (coagulopatía, traumatismo, rotura hepática espontánea con
amiloidosis, rotura de anomalía vascular) o neoplásicas (hemangiosarcoma y carcinoma
hepatocelular más frecuentemente y, con menor frecuencia, colangiocarcinoma hepático,
linfoma esplénico, sarcoma histiocítico esplénico, nefroblastoma, adenocarcinoma esplé� -
nico y linfoma), con una frecuencia de presentación similar entre ellas (Culp et al., 2010).

Asimismo, también es posible encontrar uroabdomen (por rotura de vías urinarias), tra-
sudado rico en proteínas (por peritonitis infecciosa felina), peritonitis biliar (por rotura de
vesícula biliar o conducto biliar) y quiloabdomen (por neoplasia u obstrucción portal)
(Dennis et al., 2010; Widmer et al., 2015).

NEUMOPERITONEO

La presencia de líneas hiperecogénicas con artefactos de reverberación que reducen


la visualización de los órganos abdominales indica la presencia de gas libre. El gas libre
puede localizarse en contacto con la pared abdominal no dependiente, entre los lóbu-
los hepáticos, asas intestinales y el estómago y omento (D’Anjou, 2008). Sin embargo,
la radiografía es una técnica más sensible que la ecografía para detectar gas libre (Den-
nis et al., 2010; Widmer et al., 2015).

PUNTOS CLAVE

Causas de gas libre en peritoneo en


!
gatos (D’Anjou, 2008; Dennis et al., 2010):
§§ Causa iatrogénica (p.ej. laparotomía Y Y
reciente o tras una neumocistografía)
(fig. 11).
§§ Perforación del tracto gastrointestinal por
neoplasia, ulceración o traumatismo.
§§ Entrada de gas a través de la pared
abdominal secundario a una herida
penetrante, tubo de drenaje abdominal o
sonda alimentaria.
§§ Extensión de un neumotórax a la cavidad
abdominal. Figura 11. Abdomen de una gata después de practicarle una ovariohisterectomía.
§§ Peritonitis por Clostridium spp. La imagen muestra una línea hiperecogénica con reverberación (flecha) en contacto
con la pared abdominal, compatible con gas libre dentro de la cavidad peritoneal.
Y: yeyuno.

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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
DERRAME RETROPERITONEAL

Varías patologías pueden producir la acumulación de líquido en


el espacio retroperitoneal, adquiriendo este un aspecto estria-
do, con el líquido formando regiones fusiformes anecogénicas
o hipoecogénicas entre la grasa retroperitoneal hiperecogénica
(Dennis et al., 2010).

Diferenciar si el líquido se encuentra en el espacio retroperitoneal


o en el peritoneo no siempre es fácil, pero mover al paciente
permite que el líquido peritoneal se desplace mientras que el
retroperitoneal permanece en la posición inicial (Widmer et al.,
2015).

Figura 12. Gato con enfermedad renal IRIS II. Se puede observar la presencia de líquido El líquido libre retroperitoneal puede provenir de lesiones de las
libre retroperitoneal (flecha) alrededor del polo craneal del riñón izquierdo (asterisco). glándulas adrenales, riñones, uréteres, grandes vasos y troncos
linfáticos (fig. 12). El derrame retroperitoneal puede ser sangre,
orina, trasudado puro o modificado, pero el diagnóstico defini-
tivo del tipo de líquido requiere una aspiración del mismo y su
posterior análisis (Dennis et al., 2010; Widmer et al., 2015).

PERITONITIS Y ESTEATITIS

En las peritonitis es frecuente encontrar una cantidad variable


de líquido libre, que normalmente es moderadamente eco o hi-
perecogénico por su alta celularidad. En la peritonitis infecciosa
P
felina (PIF), el líquido libre puede ser menos ecogénico (Spaul-
ding, 1993). El peritoneo, omento y mesenterio suelen ser hipe-
recogénicos, engrosados e hiperatenuantes (D’Anjou, 2008), lo
que dificulta la penetración del ultrasonido.

La esteatitis o inflamación de la grasa mesentérica se visualiza


como áreas de grasa mesentérica hiperecogénica. Esta lesión
se relaciona con lesiones próximas (como pancreatitis o lesión
intestinal), cirugía reciente y traumatismos (fig. 13).
Figura 13. Gato con un politraumatismo tras haber caído desde una gran altura. Se ob-
serva el páncreas (P) heterogéneo con una porción más hipoecogénica en el lóbulo izquier- Otro proceso patológico que ha sido descrito es la panesteatitis
do, con bordes irregulares. El mesenterio que lo rodea (asterisco) se observa hiperecogénico
e irregular, compatible con una esteatitis y pancreatitis debida al traumatismo. que se produce por un exceso de ácidos grasos poliinsatura-
dos en la dieta, descrito principalmente en animales que consu-
men dietas a base de pescado (Cropper, 1980; Watson, 1980).
En un gato con panesteatitis se ha descrito un omento hipere-
cogénico con focos hipoecogénicos de distribución difusa (Zini
et al., 2007).

257
ÍNDICE | 
VOLVER
Diagnóstico ecográfico en el gato

LINFADENOPATÍA

Los cambios ecográficos de los nódulos linfáticos abdominales en relación a forma,


bordes, tamaño, ecogenicidad, ecotextura y distribución del flujo vascular se han des-
crito como características para diferenciar las linfadenopatías benignas de las malignas
(D’Anjou, 2008; Nyman y O’Brien, 2007).

Frecuentemente, un NL maligno presenta una forma redondeada, con parénquima


hipoecogénico (Nyman y O’Brien, 2007) (fig. 14). Sin embargo, si se acompaña de
hemorragia, necrosis o mineralización, el NL adquiere un aspecto más heterogéneo
(D’Anjou, 2008) (fig. 15). Desde un punto de vista ecográfico la heterogeneidad del NL
es un hallazgo significativo de malignidad en perros. Sin embargo en gatos no se ha
comprobado esta asociación (Kinns y Mai, 2007).

a b
Figura 14. Paciente con linfoma intestinal. (a) Corte transversal. (b) Corte sagital. Se observa una masa intestinal en el duodeno (D), con engrosamiento de la
pared y pérdida de estratificación. El NL pancreáticoduodenal (entre cursores) está aumentado de tamaño con un parénquima hipoecogénico y forma redondeada. La
evaluación citológica de la aspiración con aguja fina fue compatible con un linfoma.

[
Parámetros diagnósticos para reconocer una
linfadenopatía maligna (Nyman y O’Brien, 2007):
• Ratio eje corto/largo del NL > 0,5.
• Patrón de distribución de los vasos en el NL.
• Variaciones de los índices de resistencia
y pulsatilidad.

Figura 15. Paciente con linfoma intestinal, pero categorizado con más po-
blación de linfocitos T en la biopsia. En este caso, se observa linfadenopatía
yeyunal con contornos irregulares, ecogenicidad heterogénea, con una área
central más hiperecogénica y una periferia más hipoecogénica (asterisco).
También se identifica una imagen transversal de los vasos yeyunales (arteria
y vena) (flechas).

258
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
La linfadenopatía se asocia a procesos reactivos, inflamatorios y neoplásicos (fig. 16).
Las características ecográficas de NL normales, reactivos y malignos (metastáticos)
se superponen (Nyman y O’Brien, 2007) (fig. 17). La presencia de nódulos linfáticos
muy grandes con áreas heterogéneas pueden relacionarse con infiltración benigna
o maligna y pueden asociarse a enfermedad piogranulomatosa (fig. 18) o neoplasia
(fig. 19) (D’Anjou, 2008). Es necesario realizar aspiración con aguja fina de los NL para
obtener una confirmación citológica del diagnóstico.

a b

Figura 16. (a)  NL yeyunal (entre cursores) con un aumento moderado


del tamaño, aspecto redondeado y parénquima hipoecogénico. En la citología
era compatible con un nódulo ligeramente reactivo. Y: yeyuno. (b) NL ingui-
nal superficial (entre cursores) de un paciente con dermatitis grave. El nódulo
presenta un aumento marcado del tamaño y parénquima hipoecogénico en
Y comparación con la grasa (asterisco). En la citología presentaba una infiltración
eosinofílica grave, compatible con una linfadenitis eosinofílica. (c) NL yeyunal
(entre cursores) con un aumento marcado del tamaño, parénquima heterogé-
neo con áreas hipoecogénicas difusas y contorno irregular (forma lobulada). La
citología fue compatible con un linfoma intestinal. Se observa ligera congestión
c vascular yeyunal (asterisco). Y: yeyuno.

Y
Figura 17. Imagen del NL mesentérico caudal (entre cursores) de un pa-
ciente con una masa intestinal diagnosticada tras la biopsia como heman-
giopericitoma yeyunal. El nódulo presenta una forma redondeada, aumento
de tamaño, con un área entre hipo y anecogénica en el interior que produce
refuerzo posterior (asterisco). En la biopsia se observaron senos linfoides dila-
tados (compatible con estasis linfoide/linfangiectasia) sin evidencia de células
neoplásicas. En esta imagen, es posible que la cantidad de linfa (líquido de
baja celularidad) contenida en los senos linfoides produjera el refuerzo posterior
observado. Y: yeyuno.

259
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 18. (a) Imagen de un NL yeyunal con un gran aumento del tamaño, de contorno irregular y parénquima heterogéneo (entre cursores). Se observan áreas hipoecogénicas dentro del
NL, indicativas de necrosis. Citológicamente fue compatible con una infiltración piogranulomatosa característica de PIF. (b) Otro paciente positivo de PIF pero, en este caso, el NL yeyunal (entre
cursores) presenta un parénquima hipoecogénico, bordes irregulares (aspecto lobulado) con una línea central hiperecogénica y un considerable aumento de tamaño.

Figura 19. Paciente con masas mamarias. En la imagen se


observa el NL inguinal superficial (entre cursores) con aumento de
tamaño, bordes irregulares, parénquima hipoecogénico con algu-
nas zonas ecogénicas. Se observa hiperecogenicidad de la grasa
circundante (flecha) compatible con inflamación. La citología fue
compatible con metástasis de carcinoma tubular simple de mama.

MASAS PERITONEALES Y RETROPERITONEALES

Existen diferentes tipos de masas intraabdominales que pueden no estar relacionadas


con un órgano concreto en los gatos: abscesos, granulomas, hematomas, lipomas y
mesoteliomas. Los fibrosarcomas y hemangiosarcomas también se han descrito como
masas mesentéricas (Culp et al., 2008; Haddad y Goldschmidt, 2010).

Los abscesos se visualizan como una estructura tipo masa con una pared hipereco-
génica mal definida. La arquitectura interna es compleja, aunque se describe como
bolsillos cerrados de líquido hipoecogénico con restos ecogénicos y gas (en forma
de focos hiperecogénicos con reverberación). Dependiendo de la cantidad de células
puede haber refuerzo posterior. Si el absceso contiene material caseoso, se puede
observar una sombra acústica (D’Anjou, 2008; Widmer et al., 2015).

260
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
„ Ver vídeo Los granulomas y piogranulomas son poco frecuentes, pero se visualizan en forma de
Vídeo 1. Infiltración nodular masas intraabdominales sin relación con ningún órgano abdominal y con un aspecto
granulomatosa por PIF hiperecogénico homogéneo. Los gatos con PIF pueden presentar múltiples granulo-
mas mesentéricos (fig. 20, vídeo 1). Otros hallazgos en gatos con PIF incluyen hígado
hiperecogénico de forma difusa o focal, banda medular hiperecogénica en el riñón,
Mismo paciente que en la fig. 20.
Se observan múltiples nódulos banda renal subcapsular hipoecogénica, derrame peritoneal o retroperitoneal, linfade-
hiperecogénicos distribuidos nopatía abdominal que puede aparecer en forma de masas hipoecogénicas, bazo hi-
de manera difusa por todo el poecogénico y orquitis (Lewis y O’Brien, 2010).
mesenterio, medialmente al bazo
(que se localiza en la parte más Los granulomas y piogranulomas también pueden estar asociados a gasas quirúrgicas
ventral de los nódulos, cerca del
retenidas y a micosis (Black et al., 2001; Mai et al., 2001). La presencia de gasas qui-
campo cercano de la imagen).
rúrgicas puede producir una sombra acústica marcada (fig. 21, vídeo 2).

a b

Figura 20. Paciente con múltiples nódulos en el ligamento gastroesplénico compatibles citológicamente con una infiltración granulomatosa por PIF. (a) El omento
gastroesplénico (M) se observa medialmente al bazo (B), con presencia de nódulos hiperecogénicos y de contorno poco definido (asterisco). (b) Imagen del mismo
paciente donde se observa otro nódulo en el mesenterio (entre cursores).

a b

Figura 21. Imagen del mesenterio de un paciente con una gasa de una cirugía previa retenida. (a) Se observa una estructura con superficie hiperecogénica (entre
cursores) y marcada sombra acústica limpia asociada (punta de flecha). La superficie hiperecogénica está recubierta por una fina banda hipoecogénica de grosor
ligeramente irregular (flecha). (b) Imagen del mismo paciente con un plano de la estructura ligeramente diferente, observándose como una superficie más irregular.
El mesenterio que rodea a la gasa es hiperecogénico, debido a la inflamación asociada. Imágenes cortesía de Yara López.

Se observa una estructura hiperecogénica con sombra acústica marcada en

„ Ver vídeo
el mesenterio, próxima a asas intestinales (que aparecen a la derecha de la
imagen). Se observa una banda hipoecogénica delgada y ligeramente irregular
Vídeo 2. Gasa quirúrgica retenida rodeando a la superficie hiperecogénica y a su alrededor, la grasa mesentérica
aparece hiperecogénica por la inflamación asociada. Imágenes cortesía de
Yara López

261
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Se ha descrito que los granulomas con agregados fúngicos que producen focos hiper-
reflectantes con atenuación del eco pueden llegar a confundirse con mineralizaciones
(Black et al., 2001). Los cuerpos extraños, como espigas o palos de madera, también
pueden desencadenar una respuesta piogranulomatosa (D’Anjou, 2008) (fig. 22).

El aspecto ecográfico de los hematomas varía con el tiempo. Se observan como una
masa con ecogenicidad heterogénea o hipoecogénica, y bordes mal definidos en el
peritoneo. También pueden observarse otros órganos afectados (Beraud y Carozzo,
2007; Widmer et al., 2015). Los hematomas pueden ser secundarios a un traumatismo
agudo, coagulopatías o cistocentesis (Widmer et al., 2015). Los hematomas pueden
producir masas intraabdominales de gran tamaño y puede ser difícil determinar el ori-
gen del sangrado mediante ecografía (Beraud y Carozzo, 2007).

Los lipomas y lipomas infiltrativos se pueden localizar en diferentes partes del abdomen,
incluido el omento, mesenterio y espacio retroperitoneal (D’Anjou, 2008). Ecográfica-
mente, se ven como masas homogéneas y ecogénicas que pueden ser uniformes con
una ecotextura interna granular o pueden presentar una ecogenicidad heterogénea e
hipoecogénica (D’Anjou, 2008; Dennis, 2010; Widmer et al., 2015).

La necrosis grasa nodular puede producir una masa abdominal que afecta al tejido
adiposo, por lo que es más frecuente en gatos obesos. Se ha descrito como una masa
bien definida hiperecogénica e hiperatenuante (debido a la presencia de material mine-
ralizado) con un centro hipoecogénico (D’Anjou, 2008; Dennis et al., 2010; Schwarz et
al., 2000) (fig. 23, vídeo 3).

Los tumores peritoneales son poco frecuentes en gatos. La carcinomatosis, sarcoma-


tosis y linfomatosis se definen como la extensión peritoneal de una neoplasia que puede
tener su origen en hígado, páncreas o intestino. La presencia de líquido libre mejora la
visualización de los nódulos. Su tamaño, forma y ecogenicidad son variables y suelen
acompañarse de linfadenopatía (D’Anjou, 2008; Dennis et al., 2010) (fig. 24).

Y
Y

Figura 22. Cuerpo extraño redondo (entre cursores) en la cavi-


dad abdominal, localizado en el mesenterio, entre asas intestinales
(Y). La estructura presenta reverberación (flecha) y se correspondía
con un perdigón. En este caso no se observa signos de granuloma
asociado.

262
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
En un estudio en el que se ecografiaron 14 gatos con linfomatosis se detectó en todos
ellos derrame peritoneal y masas en el tejido conectivo. Otros hallazgos incluyen masas
primarias o metástasicas en órganos abdominales, linfadenomegalia, derrame pleural,
así como masas en peritoneo parietal y visceral (Monteiro y O’Brien, 2004).

Se han descrito neoplasias mesentéricas en la zona en la que han quedado retenidas


gasas (Haddad y Goldschmidt, 2010) o cuerpos extraños. En la figura 25 se observa
un hemangiosarcoma originado en el mesenterio a partir de un perdigón que quedó
embebido en el mesenterio.

„ Ver vídeo

Vídeo 3. Necrosis grasa nodular

Se observa aparecer por la izquierda


de la imagen un nódulo con una
pared delgada hiperecogénica bien
definida, por debajo de la cual se
observa una banda hipoecogénica
seguida de una superficie
hiperecogénica con sombra acústica
asociada. Más adelante en el vídeo se
observa aparecer un segundo nódulo Figura 23. Imagen de un gato en el que se había realizado previamente una esplenec-
de menor tamaño por la derecha tomía. En la región esplénica se observa un nódulo en el peritoneo. El nódulo presenta una
de la imagen, con características pared delgada hiperecogénica bien definida (flecha blanca), por debajo de la cual se observa
una banda hipoecogénica seguida de una superficie hiperecogénica (asterisco) con sombra
similares al anterior. acústica asociada (flechas azules) que sugieren la mineralización de la lesión. Estos hallaz-
gos son compatibles con necrosis grasa.

Figura 24. Peritoneo de una gata de 9 años con una neoplasia carcinoide en el mesen- Figura 25. Se observa una masa heterogénea que en su interior tiene una estructura
terio. Se observan múltiples nódulos hipoecogénicos (flechas) distribuidos de manera difusa con dos líneas hiperecogénicas y reverberación leve (flecha) y que correspondía a un perdi-
por el mesenterio (P), que se corresponden con carcinomatosis. También se observa líquido gón retenido en el mesenterio después de que el paciente recibiera un disparo tiempo atrás.
libre (asterisco). La histopatología de la masa fue compatible con un hemangiosarcoma.

263
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Diagnóstico ecográfico en el gato

PATOLOGÍA DE GRANDES VASOS

La trombosis es la presencia de sangre coagulada en la luz de


los vasos (Smith y Tobias, 2004). En gatos el tromboembolis-
mo aórtico es la alteración vascular abdominal más frecuente
(fig. 26) (Fuentes, 2012). Ecográficamente, la apariencia del
trombo varía en función de su cronicidad. Al principio se ob-
serva poco ecogénico y es difícil de visualizar. El uso del Dop-
pler color, Doppler potencia o Doppler pulsado permite poner
de manifiesto la presencia del trombo en la luz del vaso (fig. 27).
Con el tiempo, el trombo se va volviendo más ecogénico y se
puede observar cómo se adhiere a la pared vascular, así como
un defecto de llenado con ecografía en modo B (D’Anjou, 2008;
Dennis et al., 2010; Widmer et al., 2015). Figura 26. Se observa una estructura ovalada, ecogénica (entre cursores), localizada en
la luz de la aorta abdominal terminal que bloquea el flujo sanguíneo normal hacia el tercio
posterior. Estructura compatible con un trombo aórtico.
El tromboembolismo aórtico distal e ilíaco es frecuente en gatos
con cardiomiopatía y aumento del atrio izquierdo. Otras posibles
causas de trombosis son invasión neoplásica, lesiones parane� -
oplásicas o cuerpos extraños; en algunos casos no se puede
determinar su origen (Reimer et al., 2006).

Existe un caso de tromboembolismo aórtico descrito en un gato


que recibió un disparo y donde el perdigón entró por el ventrículo
izquierdo y fue embolizado hasta la aorta abdominal; el gato no
presentaba signos cardiovasculares cuando llegó a consulta.
El único signo era una parálisis de los miembros posteriores
(Kettner y Kirberger, 2006).
a
La trombosis de la vena porta apenas se ha descrito en gatos.
Los únicos casos se han visto en gatos con shunts portosisté-
micos (ver capítulo 4), neoplasia hepática, colangitis aguda y en
casos de necrosis hepática centrolobulillar (Rogers et al., 2008).

Figura 27. (a) Trombo (asterisco) localizado en la aorta (punta de flecha). (b) Imagen


con Doppler color en la que se observa el trombo (asterisco) y el flujo vascular (en azul,
alejándose de la sonda) en forma de cáliz delimitando los bordes del mismo.

264
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Ecografía de la cavidad abdominal, nódulos linfáticos y grandes vasos
12
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265
ÍNDICE | 
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Ecografía del sistema
musculoesquelético
y tejidos blandos
superficiales
Rosa Novellas Torroja
13 Ecografía del sistema
musculoesquelético
y tejidos blandos
superficiales
Técnica ecográfica  

Ecografía del sistema


musculoesquelético y tejidos blandos
superficiales normales  

Músculo 

Tendones y ligamentos 

Huesos 

Articulaciones 

Tejidos blandos superficiales 

Ecografía de las alteraciones del


sistema musculoesquelético y tejidos
blandos superficiales  

Músculo 

uu
Vídeo 1. Absceso en bíceps femoral 

Tendones y ligamentos 

Huesos 

uu
Vídeo 2. Absceso perineal 

Articulaciones 

Tejidos blandos superficiales 

uu
Vídeo 3. Rotura de pared abdominal 

Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

TÉCNICA ECOGRÁFICA

Se debe rasurar el pelo de la región a ecografiar para conseguir un buen contacto


entre la piel y la sonda, aplicando entre estas gel de ecografía.

El posicionamiento del paciente dependerá de la región que se desee valorar,


pudiendo utilizarse decúbito lateral, dorsal o ventral según la región de interés.
Para valorar los músculos y articulaciones, normalmente se posiciona al paciente
en decúbito lateral, con las extremidades hacia el ecografista y la parte a explorar
en el aspecto no dependiente.

Para la valoración de estructuras superficiales es necesario utilizar sondas de alta


frecuencia (> 7,5 MHz). De esta manera, se obtendrá una resolución adecuada
de las mismas. También puede considerarse el uso de almohadillas de silicona
(o en su ausencia guantes rellenos de gel, evitando la formación de burbujas,
o gran cantidad de gel) para alejar la estructura a ecografiar del punto focal de
la sonda y obtener una mejor imagen. Para las estructuras más profundas o
lesiones de gran tamaño puede ser necesario utilizar sondas microconvexas de
menor frecuencia.

Las estructuras musculoesqueléticas, como músculos, tendones y ligamentos, se


tienen que valorar tanto en cortes transversales como en longitudinales. El examen
puede empezar con la identificación de estructuras fácilmente reconocibles (como un
músculo, un tendón o su inserción) para poder valorar la extensión de la lesión y su
origen. Explorar la extremidad o región contralateral normal también es de gran ayuda
para comparar, especialmente al valorar estructuras que pueden ser poco familiares. El
examen de los tendones ha de completarse con una exploración dinámica, realizando
flexión, extensión, abducción y aducción de las articulaciones durante la ecografía (Kra-
mer, 2008; Kramer, 2011).

Para la exploración de los huesos se coloca la sonda primero alineada con el eje largo
de la superficie del hueso para una imagen sagital, orientación que permite valorar una
mayor superficie del hueso que el corte transversal, el cual también se realizará pos-
teriormente rotando la sonda 90° respecto al corte longitudinal. Asimismo, se pueden
estudiar estructuras vasculares y nerviosas, siendo también útil en estas regiones utilizar
tanto planos transversales como longitudinales. La ecografía Doppler color es de gran
ayuda para diferenciar estas estructuras entre sí y valorar el flujo vascular.

Entre los tejidos blandos superficiales se pueden explorar los nódulos linfáticos de la
cabeza, los cervicales superficiales (preescapulares), los axilares y axilares accesorios,
los poplíteos y los inguinales superficiales (fig. 1).

268
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13

6
1

2 5

3 4

Figura 1. Reconstrucción en volumen del cuerpo de un gato, mostrando la posición de los nódulos linfáticos superficiales.
1: nódulo linfático cervical superficial dorsal; 2: nódulo linfático cervical superficial ventral; 3: nódulo linfático axilar; 4: nódulo
linfático axilar accesorio; 5: nódulo linfático inguinal superficial; 6: nódulo linfático poplíteo.

Los nódulos linfáticos de la cabeza y región cervical craneal se describen en el capítulo 1.

Los nódulos linfáticos cervicales superficiales normalmente consisten en 2 nódulos, uno


dorsal y otro ventral. Los dorsales están cubiertos por el tejido graso que se localiza por
detrás de la parte cervical del músculo trapecio y el omotransverso. Son elipsoidales
y pueden medir hasta 3,2 cm de longitud. Los ventrales están localizados cerca de la
vena escapular descendente en su unión con la yugular externa y recubiertos por grasa.
Son nódulos pequeños que varían entre los 0,08 y los 1,46 cm (Sugimura et al., 1955;
Saar y Getty, 1982).

El nódulo linfático axilar se localiza caudalmente a la articulación del hombro, en el án-


gulo formado por los vasos braquiales y subescapulares. Está delimitado lateralmente
por el músculo teres major, medialmente por el recto torácico y ventralmente por el
borde dorsal del músculo pectoral profundo, y mide hasta 1,95 cm de longitud (Saar y
Getty, 1982).

Los nódulos linfáticos axilares accesorios no siempre están presentes pero es posible en-
contrar normalmente de 2 a 3 nódulos. Se localizan caudalmente al axilar principal, sobre
la pared torácica cubiertos por tejido graso y mediales al latissimus dorsi, en la región del
3–7º espacio intercostal y miden hasta 1,95 cm de longitud (Sugimura et al., 1956).

Los nódulos linfáticos poplíteos se encuentran en la grasa caudal a la articulación de la


rodilla, entre el borde medial del bíceps femoral y el borde lateral del semitendinoso. Son
elipsoides y miden menos de 1,2 cm de longitud (Sugimura et al., 1956).

Los nódulos linfáticos inguinales superficiales (escrotales en el macho y mamarios en


la hembra) son normalmente uno o dos nódulos elipsoides que se encuentran en la
grasa que ocupa el espacio entre la pared abdominal y la superficie medial del muslo, y
pueden llegar a medir 1,95 cm de longitud (Sugimura et al., 1956).

269
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ECOGRAFÍA DEL SISTEMA


MUSCULOESQUELÉTICO Y TEJIDOS
BLANDOS SUPERFICIALES NORMALES
MÚSCULO

El aspecto ecográfico del músculo normal varía ligeramente entre el corte longitudinal y
transversal. En un corte longitudinal de las fibras musculares, se observa una estructura
hipoecogénica con líneas hiperecogénicas delgadas ligeramente oblicuas, formando un
patrón estriado. En un corte transversal, el músculo aparece hipoecogénico con peque-
ños focos hiperecogénicos, distribuidos uniformemente (fig. 2). Las fascias musculares
o intermusculares se observan como bandas hiperecogénicas delgadas (Kramer, 2011).

a b

Figura 2. Músculo normal. (a) Imagen longitudinal del músculo cuádriceps. Se observa la estructura muscular normal, hipoecogénica con múltiples líneas
delgadas hiperecogénicas, confiriéndole un aspecto estriado. (b) Imagen transversal del mismo músculo. En transversal se pierde ligeramente el aspecto estriado,
apareciendo ahora focos hiperecogénicos de menor tamaño entre la región hipoecogénica.

TENDONES Y LIGAMENTOS

[
El tamaño reducido de los
ligamentos en el gato dificulta la
Cuando la sonda se coloca perpendicular a la orientación de las fibras del tendón, este
exploración ecográfica. En cortes
se visualiza como una estructura lineal hiperecogénica respecto al músculo, con un pa-
longitudinales aparecen como
trón fino homogéneo de líneas hiperecogénicas que representan las fibras en su interior
(fig. 3). Sin embargo, cuando los ultrasonidos no inciden de manera perpendicular a estructuras hiperecogénicas con
las fibras, como puede ocurrir en la región de inserción del tendón, el tendón aparece ecotextura fibrilar (Kramer, 2011).
hipoecogénico, lo cual no debe confundirse con una lesión. Rodeando al tendón puede
observarse un halo delgado hipoecogénico que consiste en la vaina tendinosa y una
ligera cantidad de líquido (Kramer, 2008; Kramer, 2011).

270
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13
1
2

3
4
5
1

a b

Figura 3. (a) Tendón del cuádriceps o ligamento rotuliano a la altura de la articulación femorotibial. El
aspecto proximal del ligamento se corresponde con la izquierda de la imagen y el distal con la derecha. El
tendón (entre cursores) se observa como una estructura hiperecogénica lineal con un patrón de finas líneas
hiperecogénicas cuando el haz de ultrasonidos es perpendicular a las fibras. En el plano más superficial se
observa, de superficial a profundo, gel de ecografía anecogénico (1), la piel y el tejido subcutáneo (2) como
capas hiperecogénicas respecto al tendón. Profundamente al tendón se observa la grasa infrapatelar (3)
como una estructura hiperecogénica triangular. Las superficies del fémur (4) y la tibia (5) se observan como
las regiones hiperecogénicas con sombra acústica. (b) Imagen longitudinal del tendón de Aquiles a la altura 1
de la inserción en el hueso calcáneo. Se observa el tendón como una estructura hiperecogénica con aspecto
estriado (flechas). Los diferentes componentes del tendón están separados por líneas hiperecogénicas más
gruesas y continuas. El hueso (1) calcáneo se distingue a la derecha de la imagen como una estructura hipe-
recogénica con sombra acústica. (c) Imagen transversal del tendón de Aquiles a la altura del calcáneo. Se
distingue el aspecto estriado del tendón y de nuevo la ligera diferenciación entre los diferentes componentes.
El hueso calcáneo (1) se observa más profundamente y produce sombra acústica. c

HUESOS

El hueso se visualiza ecográficamente como una superficie hiperecogénica lisa con


sombra acústica marcada, debido a la absorción de los ultrasonidos (fig. 4). Las re-
giones de origen e inserción de los tendones y ligamentos aparecen como superficies
hiperecogénicas interrumpidas o más irregulares (Kramer et al., 1997). En un hueso
normal solo se puede valorar su superficie.

a b

Figura 4. (a) Imagen longitudinal del fémur obtenida con la sonda en la superficie craneal del muslo. El hueso se observa profundamente a la piel, tejido subcutá-
neo y músculo. Presenta una superficie hiperecogénica bien definida, con sombra acústica limpia. (b) Imagen transversal a la misma altura. El fémur aparece ahora
como una estructura circular hiperecogénica, de nuevo con sombra acústica marcada.

271
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ARTICULACIONES

[
El hueso subcondral aparece como una superficie hiperecogénica con sombra acústica
El tamaño reducido de las
Su forma es variable acorde a cada hueso. El cartílago hialino, localizado en contacto
articulaciones del gato en
directo con la superficie ósea, es anecogénico. La membrana sinovial se observa como
comparación con las del perro
una banda hipoecogénica con focos hiperecogénicos en contacto con el hueso. La
dificulta la identificación de cada
cápsula sinovial aparece como una línea hiperecogénica que se fusiona con los ecos
de los músculos adyacentes (fig. 5) (Kramer et al., 1997). estructura.

6
5
1
1
3
4

a b

10 8
7

Figura 5. Cortes sagitales de la rodilla de un gato normal. La parte izquierda


9 de la imagen es proximal y la derecha distal. (a)–(c) Secuencia de proximal
a distal. 1: músculo cuádriceps femoral; 2: diáfisis distal del fémur; 3: cartí-
lago articular de la tróclea femoral; 4: tróclea femoral; 5: rótula; 6: ligamento
rotuliano; 7: cóndilo femoral; 8: tibia; 9: menisco lateral; 10: grasa infrapatelar.
c Imagen cortesía del Animal Health Trust.

TEJIDOS BLANDOS SUPERFICIALES

El aspecto normal de los tejidos blandos superficiales varía en función de la localización,


de la condición corporal y del estado de hidratación. Normalmente se reconoce una
ligera estratificación en la piel, que se corresponde con la interfase de la epidermis, la
suma de epidermis y dermis y el tejido subcutáneo (fig. 6). El tejido subcutáneo está
compuesto de grasa y tejido conectivo y se reconoce por su aspecto hipoecogénico
heterogéneo con bandas lineales hiperecogénicas. La grasa está en contacto con la
pared abdominal o torácica o con la musculatura esquelética. Según el área exami-
nada, se observarán otras estructuras, como huesos, músculos, glándulas, nódulos
linfáticos, vasos y nervios (Kramer, 2011).

Las glándulas salivares mandibulares se describen en el capítulo 1.

272
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13
Las glándulas mamarias en periodo de no lactación se observan como una capa de
tejido hipoecogénico homogéneo que mide generalmente menos de 2 mm. Durante
la gestación la glándula presenta normalmente un aspecto más hiperecogénico y una
ecotextura granular fina, y alcanza la máxima ecogenicidad durante la lactación (fig. 7).
En la gestación tardía, la glándula puede llegar a medir entre 6–9 mm de grosor. Du�-
rante la lactancia, el tamaño de las glándulas depende del grado de estimulación por
succión, de forma que las glándulas más estimuladas llegan a alcanzar 11 mm de gro� -
sor. Las estructuras ductales solo se pueden visualizar durante la gestación tardía y la
lactación (Payan-Carreira y Martins-Bessa, 2008).

Los nódulos linfáticos superficiales normales pueden ser difíciles de visualizar, espe-
cialmente en pacientes con condición corporal elevada, ya que pueden presentar una
ecogenicidad similar a la grasa. Los nódulos presentan una ecogenicidad entre iso y
ligeramente hiperecogénica respecto a la grasa circundante (fig. 8). Algunos de ellos, en
especial los nódulos linfáticos poplíteos y los cervicales superficiales, presentan grasa
más hiperecogénica en la región del hilio, pareciendo que el nódulo linfático rodea esta
grasa. Este aspecto puede ayudar a reconocer el nódulo linfático. En ocasiones, se
puede distinguir también una fina línea hiperecogénica rodeando al nódulo, esta línea
representa la cápsula.

a b
Figura 6. Corte longitudinal del músculo supraespinoso. (a) La región formada por la dermis y epidermis aparece como una banda más hiperecogénica (puntas de
flecha). La ligera cantidad de grasa subcutánea presente en esta zona aparece como una delgada banda hipoecogénica (flechas). (b) Corte longitudinal de la región
inguinal. Se observa la piel como la región hiperecogénica más superficial. La gran cantidad de grasa presente en esta región aparece como una banda hipoecogénica
gruesa con aspecto estriado no organizado.

a b
Figura 7. (a) Corte longitudinal del abdomen medio de una gata en posparto muy reciente. La glándula mamaria aparece como una banda hipoecogénica (flechas)
en el tejido subcutáneo, midiendo unos 3–4 mm. (b) Corte longitudinal de la glándula mamaria en una gata en lactación. La glándula es más gruesa y presenta un
parénquima hiperecogénico homogéneo.

273
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b c

Figura 8. (a) Imagen sagital del nódulo linfático cervical superficial dorsal (entre cursores). El nódulo es hipoecogénico respecto a la grasa circundante y en su aspecto craneal, la grasa en
el hilio aparece como una región hiperecogénica triangular. (b) Imagen sagital del nódulo linfático axilar. En este caso el nódulo presenta una ecogenicidad similar a la grasa circundante. La
cápsula, visible como una fina línea hiperecogénica a su alrededor permite delimitarlo de la grasa. (c) Corte transversal del nódulo linfático inguinal superficial (entre cursores). En la imagen
estática el nódulo es difícil de distinguir de la grasa circundante.

No se dispone de medidas de normalidad por ecografía para todos ellos. Anatómi-


camente, se ha descrito que los cervicales superficiales dorsales pueden medir hasta
3,2 cm de longitud y los ventrales entre 0,08 y 1,46 cm (Sugimura et al., 1955; Saar y
Getty, 1982); los axilares y axilares accesorios pueden medir hasta 1,95 cm de longitud;
los poplíteos menos de 1,2 cm de longitud y los inguinales superficiales hasta 1,95 cm.
En un estudio ecográfico las medidas del nódulo linfático poplíteo en gatos normales
fueron de entre 0,28–0,65 cm en su diámetro corto y entre 0,43–1,2 cm en su diámetro
largo (Lee et al., 2012).

Los vasos se reconocen como estructuras tubulares, con paredes hiperecogénicas y


luz anecogénica. Los vasos superficiales, especialmente las venas, pueden colapsarse
fácilmente debido a la presión ejercida con la sonda, por lo que se recomienda realizar
poca presión si se quieren valorar. El Doppler color o pulsado es de utilidad para dife-
renciarlos de otras estructuras (fig. 9).

Los nervios se visualizan como estructuras tubulares hipoecogénicas. Pueden presentar


ecos internos y están delimitados por dos líneas hiperecogénicas en los cortes sagitales.
En cortes transversales se visualizan como estructuras hipoecogénicas ovaladas o re-
dondeadas, rodeadas por una delgada banda hiperecogénica (Haro et al., 2011) (fig. 10).

a b
Figura 9. Imagen longitudinal de la arteria y vena femorales. (a) Modo B. (b) Doppler color. Los vasos se observan como estructuras tubulares con paredes hipe-
recogénicas y luz anecogénica. El Doppler color permite identificar el flujo sanguíneo presente: el color rojo indican que se dirige hacia la sonda y azul que se aleja de él.

274
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13

a b c

Figura 10. Región axilar. (a) Imagen oblicua y (b) imagen transversal con Doppler color de la región axilar. (a) Se observan los vasos axilares con presencia de flujo. Dos de los nervios
del plexo braquial se visualizan claramente entre los vasos como estructuras hipoecogénicas tubulares delimitadas por líneas hiperecogénicas (puntas de flecha). (b) En transversal, los nervios
se visualizan como estructuras redondeadas hipoecogénicas, con márgenes hiperecogénicos menos definidos (puntas de flecha). (c) Imagen longitudinal con Doppler color de la región caudal
del muslo desde un acceso medial. Se observa el nervio ciático como una estructura tubular hipoecogénica delimitadas por líneas ecogénicas y sin presencia de flujo vascular, localizada entre
el músculo semimembranoso (en campo cercano) y el bíceps femoral (en campo lejano).

ECOGRAFÍA DE LAS ALTERACIONES


DEL SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO
Y TEJIDOS BLANDOS SUPERFICIALES
MÚSCULO

TRAUMATISMO MUSCULAR

[
El aspecto de un traumatismo
Si se produce una rotura completa del músculo, se pierde la estructura uniforme estria-
muscular depende de la
da. Si se ha producido una hemorragia aguda, el tejido aparece hipoecogénico. Si la
gravedad y de la antigüedad de
rotura es crónica, la zona presenta un aspecto heterogéneo con una textura mixta, que
la lesión.
representa el hematoma organizándose. Los márgenes del músculo lesionado apare-
cen engrosados, heterogéneos y más ecogénicos que el tejido circundante. Una rotura
muscular parcial aparece como una pérdida incompleta de la estructura normal. Los
cambios se valoran mejor comparando con músculos no afectados (Kramer, 2011).

FIBROSIS Y ATROFIA MUSCULAR


En miopatías fibrosantes, la ecoestructura normal desaparece casi por completo, se-
gún el estadio de la enfermedad. El músculo se vuelve hiperecogénico y muestra un
grado variable de heterogeneidad. La atrofia muscular, por denervación o inactividad,
presenta solo cambios mínimos en la ecotextura, aunque la ecogenicidad del músculo
atrofiado aumenta.

ABSCESOS
Se observan como estructuras focales hipoecogénicas o anecogénicas con forma re-
dondeada o irregular. El contenido puede ser anecogénico o con ecogenicidad mixta,
con focos hiperecogénicos flotando en el líquido. Se puede visualizar también movi-
miento arremolinado del líquido al presionarlo con la sonda (fig. 11, vídeo 1). Según la
edad del absceso puede observarse una cápsula hiperecogénica de grosor variable.
Los cuerpos extraños pueden ser identificables como estructuras hiperecogénicas si
miden más de 2–3 mm y, en muchas ocasiones, con sombra acústica limpia.

275
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b c

Figura 11. Absceso en el bíceps femoral. Imagen longitudinal del aspecto lateral del muslo. (a) En el aspecto proximal se observa músculo normal. (b)  Al desplazar la sonda distalmente
se empieza a observar una lesión hipoecogénica de márgenes irregulares entre las fibras musculares. (c) Más distalmente, la lesión con contenido líquido ecogénico con pequeños focos sin
sombra acústica, indicando un líquido altamente celular, termina ocupando prácticamente todo el grosor del músculo.

„
Mismo paciente que en la fig. 11. Se observa inicialmente la estructura estriada
Ver vídeo normal del músculo. Progresivamente se observa cómo la lesión con márgenes
Vídeo 1. Absceso en bíceps irregulares y contenido líquido empieza a infiltrarse entre las fibras musculares.
femoral Se puede observar el líquido ecogénico en movimiento, creando un aspecto de
remolinos.

NEOPLASIA
Los tumores musculares pueden presentar aspecto sólido, quístico o mixto. Normal-
mente presentan ecogenicidad mixta, pero pueden variar entre anecogénicos a hipere-
cogénicos, homogéneos o heterogéneos (fig. 12). Los márgenes del tumor pueden ser
definidos o indefinidos. Es necesario realizar aspiración con aguja fina o biopsia para
diferenciar un hematoma organizado o un absceso de un tumor.

TENDONES Y LIGAMENTOS

[
La rotura completa de un tendón se observa como la pérdida de la estructura homogé-
Las patologías de tendones y
nea fibrilar paralela. Normalmente se observa una estructura anecogénica o hipoecogé-
ligamentos se reconocen con
nica entre las dos partes del tendón que se corresponde con un hematoma. También
menor frecuencia en gatos que
se puede observar efusión de la vaina del tendón. Si la rotura es parcial, el tejido del ten-
en perros.
dón aparece edematoso, hipoecogénico y ligera o moderadamente heterogéneo. Se
pueden visualizar regiones de estructura tendinosa normal y en un corte transversal la
rotura parcial aparece como un foco anecogénico (Kramer et al., 2001; Kramer, 2011).

La tenosinovitis bicipital, enfermedad frecuente en perros, solo se ha descrito en un


gato asociada a displasia glenoidea. Ecográficamente se observó un tendón bicipital
normal. La vaina del tendón presentaba paredes engrosadas y estaba distendida con
líquido anecogénico con partículas ecogénicas lineales flotando. La superficie ósea del
surco bicipital era irregular (Scharf et al., 2004).

Los ligamentos son más difíciles de valorar y una rotura no siempre es visible ecográ-
ficamente. En ocasiones se puede observar un pequeño hematoma anecogénico en
la región traumatizada o, en caso de avulsión, se puede observar un fragmento óseo
hiperecogénico y con sombra acústica entre el tejido reactivo.

276
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13

Figura 12. Imagen longitudinal del abdomen de un gato con


carcinoma pancreático, carcinomatosis y metástasis en pared ab-
dominal. En el campo cercano se observa la grasa subcutánea
normal. Profundamente a esta se observa el músculo de pared
abdominal (entre cursores) marcadamente engrosado de forma
focal, con pérdida de su estructura normal. En cavidad abdominal
se observa presencia de líquido libre anecogénico distalmente al
músculo alterado y grasa mesentérica marcadamente hiperecogé-
nica. Imagen cortesía del Animal Health Trust.

HUESOS

Aunque la radiografía es la técnica de elección para valorar las lesiones óseas, la eco-
grafía puede, en algunas ocasiones, aportar información adicional.

Los osteofitos se pueden observar como estructuras hiperecogénicas rugosas e irre-


gulares. Se puede también explorar fracturas, aunque la posición exacta de los márge-
nes de la fractura puede ser difícil o imposible de determinar porque no hay puntos de
orientación. Es posible observar lesiones asociadas en el tejido blando, como roturas
musculares o hemorragia. El callo óseo se observa como un crecimiento óseo irregular
hiperecogénico con sombra acústica. La ecografía se puede utilizar para valorar la for-
mación de callo en fracturas no complicadas o en casos de no unión o unión retardada.
El Doppler potencia se puede emplear para mostrar neovascularización en la formación
del callo (Kramer, 2011).

Las osteomielitis o procesos reactivos tras una fijación interna de una fractura, normal-
mente se observan como una superficie ósea rugosa y estructuras hipoecogénicas
heterogéneas en el tejido blando circundante (Kramer et al., 1997). Si se ha producido
lisis del hueso cortical, la superficie ósea aparece irregular, con múltiples indentaciones
que le confieren un aspecto en empalizada. El hueso esponjoso solo se puede visua-
lizar si se han producido grandes defectos óseos (Kramer et al., 1997; Kramer, 2011).

En tumores óseos, la ecografía puede ayudar a valorar la extensión en los tejidos blan-
dos. El aspecto puede variar de anecogénico a hiperecogénico y de homogéneo a
heterogéneo. La superficie del hueso es, con frecuencia, muy irregular, ya predomine
la neoproliferación o la lisis. Ocasionalmente, se puede observar desprendimiento del
periostio (triángulo de Codman). Si se ha producido destrucción de la cortical ósea se
puede visualizar regiones más profundas del hueso (Kramer, 2011).

277
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Diagnóstico ecográfico en el gato

ARTICULACIONES

Las efusiones articulares se observan como áreas anecogénicas o hipoecogénicas


alrededor de los componentes óseos. En enfermedades articulares crónicas puede
observarse también engrosamiento de la cápsula articular. En enfermedades degene-
rativas articulares (artrosis) se observan las superficies óseas irregulares, con áreas ru-
gosas hiperecogénicas (Kramer et al., 1997).

Se han descrito varios casos de quistes sinoviales en gatos, especialmente en la arti-


culación del codo. Se cree que se originan por distensión de la cápsula, bursa o vaina
tendinosa, resultando en herniación de la membrana sinovial a través de la cápsula
articular. Partes de la estructura quística pueden separar los paquetes musculares. Eco-
gráficamente se observan como estructuras quísticas anecogénicas redondeadas se-
paradas por septos ecogénicos. En ocasiones, se pueden observar también partículas
hiperecogénicas en el líquido (Kligman et al., 2009; Hittmair et al., 2010).

TEJIDOS BLANDOS SUPERFICIALES

CELULITIS
La inflamación del tejido conectivo se observa como áreas hipoecogénicas focales o
difusas en el tejido subcutáneo, que presentan ecogenicidad heterogénea, sin márge-
nes definidos (fig. 13).

ABSCESOS Y CUERPOS EXTRAÑOS


En muchas ocasiones, los abscesos son consecuencia de mordeduras o cuerpos ex-
traños. Normalmente aparecen como estructuras cavitarias, en algunos casos presen-
tan márgenes poco definidos y en otros, permanecen delimitados por una pared eco-
génica de grosor variable. Según la densidad y celularidad del mismo, su ecogenicidad
varía de anecogénica a hiperecogénica con partículas en suspensión (fig. 14, vídeo 2).

Los cuerpos extraños normalmente se asocian a la presencia de abscesos. Su aspecto


varía en función del tamaño, forma y propiedades acústicas. Normalmente se acompa-
ñan de sombra acústica, pero su presencia dependerá del material. Los balines, cuer-
pos extraños encontrados frecuentemente en gatos de exterior, aparecen como su-
perficies hiperecogénicas, con una sombra acústica que puede ser muy débil (fig. 15).

Absceso perineal. Se observa la misma lesión que en la fig. 14, con márgenes

„ Ver vídeo
moderadamente definidos y contenido líquido hiperecogénico, con focos más
hiperecogénicos de pequeño tamaño en suspensión, que se corresponden con
Vídeo 2. Absceso perineal burbujas de gas (se observaban también radiográficamente). El contenido
líquido se mueve según la presión ejercida.

278
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13

a b c

Figura 13. (a) Inflamación del tejido subcutáneo asociado a una herida. Se observan regiones hipoecogénicas fusiformes entre la grasa más ecogénica. (b) Región subcutánea del
flanco izquierdo de un paciente con una herida penetrante. Se observa el tejido subcutáneo heterogéneo, con una zona fusiforme con una ligera cantidad de líquido y la grasa subcutánea
hiperecogénica. (c) Imagen longitudinal del subcutáneo de un paciente con un bypass ureteral subcutáneo (ver capítulo 9). Se observa la válvula del dispositivo en el subcutáneo como una
estructura trapezoidal hiperecogénica con sombra acústica. A su alrededor se observa grasa subcutánea aumentada de ecogenicidad y pequeños cúmulos triangulares de líquido anecogénico
o hipoecogénico a ambos lados.

a b
Figura 14. Absceso subcutáneo perineal. Imágenes de la región perineal dorsal. (a) Se observa una lesión de gran tamaño con márgenes poco definidos (flechas).
La lesión contiene líquido muy ecogénico, que puede verse en movimiento a tiempo real. En este caso se observan múltiples focos hiperecogénicos pequeños, algunos
con sombra acústica, compatibles con burbujas de gas. (b) En otra parte de la misma lesión se observa un área más pequeña y mejor definida (flechas). El contenido
es más hipoecogénico, pero persiste la presencia de burbujas de gas. La grasa subcutánea circundante es más hiperecogénica y mal definida debido a inflamación.
En el campo más profundo, y a la derecha de la imagen, puede verse tejido muscular normal (puntas de flecha).

a b
Figura 15. (a) Pared abdominal de un paciente con una herida penetrante por disparo. Se observa engrosamiento focal del tejido subcutáneo que llega a desplazar
la pared abdominal (flechas). Se observa una estructura con superficie hiperecogénica con ligera sombra acústica sucia, que se correspondía con un balín. (b) Corte
transversal del balín (flechas), que muestra una superficie más redondeada y una sombra acústica menos marcada.

279
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Diagnóstico ecográfico en el gato

TRAUMATISMOS, HERIDAS QUIRÚRGICAS Y HERNIAS


Los hematomas o hemorragias subcutáneas recientes aparecen como regiones ane- „ Ver vídeo
Vídeo 3. Rotura de pared
cogénicas o hipoecogénicas poco estructuradas. Cuando el hematoma se organiza, la
abdominal
zona se vuelve más heterogénea e hiperecogénica (fig. 16).

Imágenes de abdomen craneal


La ecografía permite también valorar la integridad de la pared torácica y abdominal. Una
izquierdo del mismo paciente que
rotura de la pared o dehiscencia de la sutura se observará como una discontinuidad en la fig. 17. Se observa un defecto
en la pared muscular (figs. 17 y 18, vídeo 3). Esta se puede acompañar de la presencia en la pared abdominal que permite
de órganos abdominales en el subcutáneo. De la misma manera, se podrá valorar el la salida de grasa peritoneal hacia
contenido de hernias perineales o inguinales, aunque estas son menos frecuentes que el subcutáneo. Al avanzar el vídeo
se observa la grasa peritoneal
en los perros (fig. 19).
protruyendo a través del defecto
de la pared muscular. Al final del
vídeo, la pared se vuelve a reconocer
como una banda hipoecogénica bien
definida.

Figura 16. Corte sagital del abdomen caudal de un gato al que se ha realiza-
do una laparotomía recientemente. Se observa engrosamiento del tejido subcu-
táneo, que aparece heterogéneo, con regiones anecogénicas o hipoecogénicas
compatibles con seroma o hemorragia/hematoma y la grasa subcutánea hipere-
cogénica. La vejiga se visualiza en la cavidad abdominal.

a b

Figura 17. Rotura de pared abdominal en un gato con politraumatismo.


Imágenes del abdomen craneal izquierdo. (a) Se observa la pared abdominal
normal (flechas) separando la grasa subcutánea de la grasa peritoneal. El borde
caudal del hígado es visible a la izquierda de la imagen. (b) Desplazando
la sonda ligeramente hacia el lateral, se observa un defecto (flechas) en la
musculatura de la pared abdominal, que permite la salida de parte de la grasa
peritoneal hacia subcutáneo. (c) Realizando un mayor desplazamiento de la
sonda, el defecto muscular aumenta de tamaño, permitiendo la salida de mayor
c cantidad de grasa peritoneal.

280
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13

Figura 18. Corte sagital en abdomen caudal de un gato atropellado. En Figura 19. Hernia perineal en un gato. Se observa una estructura con
la región subcutánea se observan asas intestinales dispersas entre la grasa contenido líquido anecogénico, que se corresponde con la vejiga que no se
subcutánea, sin observarse presencia de pared abdominal. encontraba en abdomen.

LINFADENOPATÍA
Los nódulos linfáticos superficiales pueden presentar aumento de tamaño y cambios
en su ecotextura. Tanto los nódulos neoplásicos como los reactivos pueden aparecer
como nódulos aumentados de tamaño (especialmente de grosor), con forma más re-
dondeada, con contorno irregular y normalmente con ecogenicidad reducida, hetero-

[
géneos y pudiendo presentar regiones quísticas (figs. 20 y 21). Es necesario realizar
La ecografía permite valorar el
aspiración con aguja fina o biopsia para llegar a un diagnóstico definitivo.
tamaño, la forma, la ecogenicidad,
la ecotextura, los márgenes y la
vascularización de los tumores NEOPLASIA
superficiales. Sin embargo, Los lipomas, menos frecuentes en gatos que en perros, son de los pocos tumores que
estos parámetros no permiten se pueden diferenciar ecográficamente. Son lesiones con márgenes normalmente bien
distinguir entre tumores malignos definidos y homogéneas, con un patrón estriado producido por líneas hiperecogénicas
y benignos (fig. 21). paralelas y que muestran muy poca vascularización (Rossi, 2011).

a b
Figura 20. Linfadenopatía. Nódulo linfático inguinal superficial. (a) El nódulo linfático (entre cursores) está marcadamente aumentado de grosor, con forma más
redondeada. (b) En algunas regiones se observa un parénquima heterogéneo y un contorno irregular del nódulo. La grasa inguinal que lo rodea es más hiperecogé-
nica de lo normal. La aspiración con aguja fina fue compatible con metástasis de un carcinoma.

281
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Diagnóstico ecográfico en el gato

Se ha descrito el aspecto ecográfico de neoplasias de plexo bra-


quial en gatos. Estas pueden aparecer como masas hipoecogéni-
cas o hiperecogénicas, redondeadas o elongadas/tubulares bien
o mal definidas, localizadas a lo largo del eje del plexo (Hanna,
2013).

MAMITIS Y NEOPLASIAS DE MAMA


La inflamación de la glándula mamaria se puede observar como
a un engrosamiento de la misma, con aspecto heterogéneo, apa-
reciendo regiones hipoecogénicas de márgenes poco o mode-
radamente definidos entre o sustituyendo el aspecto hipereco-
génico homogéneo normal (fig. 22).

Las neoplasias de mama pueden presentar diferentes caracte-


rísticas, entre las que se incluyen márgenes bien o mal definidos,
ecogenicidad variable, focos de mineralización o regiones quísti-
cas. De nuevo, las características ecográficas no permiten dife-
renciar entre tumores malignos y benignos.

Figura 21. Imagen sagital de la región inguinal izquierda. (a) Se observa


una masa (flechas) mal definida en forma de banda, heterogénea y con una re-
Figura 22. Imagen longitudinal de la región mamaria izquierda de una gata en lactación
gión central anecogénica. (b) En la valoración con Doppler color la masa apare-
que presentaba fiebre y dolor de la región. Se observa un engrosamiento de la glándula.
cía poco vascularizada. (c) Nódulo linfático inguinal derecho (entre cursores) del
Esta presenta un aspecto heterogéneo, con regiones hipoecogénicas entre el tejido normal
mismo paciente. El nódulo aparece hipoecogénico y ligeramente heterogéneo
más hiperecogénico.
con una estructura quística en su polo caudal. La biopsia determinó la presen-
cia de un mastocitoma con metástasis en nódulo linfático. Imagen cortesía del
Animal Health Trust.

282
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Ecografía del sistema musculoesquelético y tejidos blandos superficiales
13
BIBLIOGRAFÍA

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283
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Toma de muestras y
otros procedimientos
ecoguiados
Rosa Novellas Torroja
14 Toma de muestras y
otros procedimientos
ecoguiados
Consideraciones generales Páncreas 

e indicaciones  
uu
Vídeo 2. Toma de muestra de pared
gástrica mediante AAF 
Material  

Bazo 
Sonda
Glándulas adrenales 
Agujas e instrumentos de biopsia 
Riñón 
Técnica  

uu
Vídeo 3. AAF ecoguiada de riñón
Aspiración con aguja fina  con cambios renales multifocales
en la cortical 
Biopsia percutánea ecoguiada 

uu
Vídeo 4. AAF ecoguiada de riñón
uu
Vídeo 1. Biopsia de una masa
en un gato con hipertiroidismo sin
mediastínica 
respuesta adecuada al tratamiento. 
Posibles complicaciones 
Vejiga y uretra 

Consideraciones para la toma de uu


Vídeo 5. Cistocentesis ecoguiada 
muestras y otros procedimientos
Reproductor 
ecoguiados  

Nódulos linfáticos y mesenterio 


Cabeza y cuello 
uu
Vídeo 6. Aspiración de un nódulo
Lesiones torácicas no cardiacas 
linfático mesentérico 
Corazón 
Musculoesquelético y tejidos
Hígado y vesícula biliar  superficiales 

Tracto gastrointestinal  Bibliografía 

ÍNDICE
Diagnóstico ecográfico en el gato

CONSIDERACIONES GENERALES
E INDICACIONES

Las aspiraciones con aguja fina (AAF) y las biopsias percutáneas ecoguiadas son téc-
nicas que se usan con frecuencia en la clínica veterinaria para obtener un diagnóstico.

La AAF se puede realizar sin sedación en pacientes tranquilos y dóciles, especialmente


en estructuras superficiales y de fácil acceso. Por el contrario, si el paciente no colabora
o la lesión es de difícil acceso, será necesario sedarlo para llevarlas a cabo. Si las mues-
tras no son diagnósticas, el siguiente paso puede ser la toma de una biopsia ecoguiada
con el paciente bajo sedación profunda o anestesia de corta duración.

Indicaciones para realizar una punción para toma de muestras:


nn Presencia de líquido libre en cavidades.
nn Pleural.
nn Peritoneal o retroperitoneal.
nn Pericárdica.
nn Toma de muestras.
nn Orina.
nn Bilis.
nn Lesiones en parénquima de órganos y tejidos blandos superficiales.
nn Nódulos o masas.
nn Abscesos.
nn Quistes.
nn Granulomas.

Las muestras obtenidas se pueden utilizar para cultivo y antibiograma, bioquímica, cito-
logía, citometría de flujo e histopatología.

286
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
MATERIAL
SONDA

Se pueden usar sondas lineales, microconvexas o convexas. Según la experiencia de


los autores, el menor tamaño de las sondas microconvexas permite visualizar mejor
la aguja y conseguir una buena alineación entre esta y la sonda, especialmente para
acceder a estructuras profundas. En cualquier caso, esto dependerá de la experiencia
de cada clínico e incluso del modelo de sonda utilizada. Las lineales proporcionan mejor
resolución para la toma de muestras de estructuras superficiales.

En numerosas ocasiones se utiliza una técnica de mano libre, colocando manualmente


la aguja con el ángulo y dirección deseados. Sin embargo, existen adaptadores para las
sondas que permiten guiar la aguja hacia la lesión. En la pantalla se dispone de, al me-
nos, una línea de puntos que representa el trayecto de la aguja (fig. 1). Estos sistemas
de guía de la aguja facilitan su colocación, pero presentan la limitación en los ángulos de
entrada, lo que dificultará el acceso de la aguja en algunas situaciones.

Figura 1. Imágenes que muestran la guía de punción


ecoguiada en pantalla con los diferentes ángulos posibles
de 35º (a) y 20º (b). La trayectoria de la aguja quedaría
delimitada entre las líneas de puntos. b

287
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Diagnóstico ecográfico en el gato

AGUJAS E INSTRUMENTOS DE BIOPSIA

Las agujas utilizadas con más frecuencia para la aspiración de líquido o lesiones son
las de 21–23 G de 25 mm, aunque pueden ser necesarias las de 40 mm para llegar
a estructuras más profundas (fig. 2). Si estas tampoco permiten alcanzar la lesión se
pueden utilizar también agujas espinales de 40 a 120 mm. En estas últimas el estilete
evita la entrada de material no deseado durante la entrada de la aguja y debería retirarse
una vez se haya alcanzado la lesión.

Los instrumentos de biopsia utilizados generalmente son agujas tipo tru-cut. Actual-
mente, se usan con más frecuencia agujas semiautomáticas o automáticas con siste-
mas de muelles, ya que solo requieren un operador para controlar la aguja y la sonda
a la vez (fig. 3). La parte del trocar de la aguja tiene un surco de 2 cm que en algunos
sistemas puede ajustarse también para tomar muestras de 1 cm (fig. 4). El grosor de
la aguja es normalmente de 14 a 18 G. Existen sistemas de plástico de un solo uso
(aunque pueden esterilizarse con gas para utilizarse al menos una segunda vez) y sis-
temas de metal multiuso con agujas desechables que se pueden esterilizar de manera
convencional. a b

Figura 3. (a) Dispositivo tru-cut semiautomático. En


este dispositivo la parte interior del trocar se avanza ma-
nualmente una vez dentro de la lesión. Posteriormente,
la parte externa se dispara de manera automática. (b)
Dispositivo tru-cut automático, tanto el avance del trocar
interno como el de la parte externa se realizan de manera
automática.

b
Figura 2. (a) Agujas utilizadas con más frecuencia
para la realización de aspiraciones con aguja fina. De
derecha a izquierda, aguja de 23 G y 25 mm, aguja de
21 G y 40 mm, agujas espinales de 22 G de 40 mm y
75 mm, y tubo extensor con llave de tres vías, utilizado
b para aspirar lesiones o para drenar líquido de cavidades.
(b) Protector específico para la sonda, que permite man-
tener una barrera higiénica entre la sonda y el tejido y, a la
vez, proteger la sonda de los daños que puede causar el
alcohol en la misma.

Figura 4. Punta de un dispositivo tru-cut semiau-


tomático en el que se pueden tomar muestras de 1 cm
(a) o de 2 cm (b) fijando previamente la distancia que
avanzará el trocar interno.

288
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
TÉCNICA
ASPIRACIÓN CON AGUJA FINA

Normalmente no se necesita anestesia local ni sedación a no ser que el paciente no


colabore. La piel se tiene que preparar adecuadamente y de forma aséptica antes de la
punción. La sonda se cubre habitualmente con un protector específico (fig. 2b) o con
un guante estéril. Se aconseja utilizar el Doppler color para evitar los grandes vasos y
evaluar la vascularización de la lesión antes de realizar la punción, y establecer el mejor
acceso a la misma.

El plano de la aguja tiene que ser paralelo al plano medio de la sonda para ser visible
completamente durante la punción (fig. 5). La visualización de la aguja se puede au-
mentar colocando el punto focal en la zona de interés, moviendo la aguja ligeramente
adelante y atrás y angulando la sonda suavemente para encontrarla. Una vez se visua-
liza bien la aguja, se avanza hasta la zona de interés y se toma la muestra.

Como se ha comentado, se pueden utilizar guías de aguja adaptadas a la sonda. Es un


método fácil, aunque el posicionamiento de la aguja es más limitado.

La toma de muestras puede realizarse solo mediante punción o con aspiración de la


lesión. En el primer caso, se introduce la aguja, se avanza y se retira unas cuantas veces
dentro de la lesión antes de extraerla completamente. Este método es útil en el bazo
o en lesiones vascularizadas para evitar muestras hemodiluidas. Para la aspiración, se
realizan 3-4 succiones con la jeringa en la zona de interés, pero puede obtenerse una
muestra con mucha contaminación de sangre. Los autores suelen realizar primero una
punción y, en caso de no obtener muestra con esta técnica, la siguiente muestra se
toma por aspiración.

a b

Figura 5. (a) Representación esquemática de una punción con aguja fina. Para visualizar la aguja en todo su recorrido es importante que se introduzca de manera paralela al plano de
la sonda. Si no se consigue inmediatamente, la sonda se puede angular ligeramente hasta visualizar la aguja de manera adecuada. (b) Aspiración con aguja fina de una masa gástrica. Se
aprecia claramente la aguja (flecha) como una estructura hiperecogénica lineal en el plano de imagen de la sonda.

289
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Diagnóstico ecográfico en el gato

BIOPSIA PERCUTÁNEA ECOGUIADA

Normalmente se realiza si la AAF no es diagnóstica o si se tienen que realizar técnicas


inmunohistoquímicas para obtener el diagnóstico definitivo. Se tiene que preparar la
zona de manera aséptica. Es necesario determinar los parámetros de coagulación del
paciente y se tendría que tratar cualquier alteración de los mismos antes de proceder
con esta técnica. Se aconseja realizar una pequeña incisión en la piel de la zona para
facilitar la penetración de la aguja. Al introducirla se debe tener en cuenta su longitud to-
tal incluyendo la de su parte interior, no visible inicialmente, y que avanzará entre 1-2 cm
(según la aguja y nuestra elección) respecto a la parte externa (fig. 6, vídeo 1). Así se
evita penetrar en otros órganos o cavidades durante el proceso. Se recomienda tomar
2-3 muestras de diferentes zonas de la lesión e, idealmente, incluir parte de tejido sano.
Después de realizar la toma de la biopsia, se recomienda examinar la zona con Doppler
color para valorar la presencia de hemorragia, que en caso de producirse deberá cesar
un minuto después del procedimiento (Kirberger y Stander, 2011).

Ver vídeo
Vídeo 1. Biopsia de una masa
mediastínica

Para acceder a una masa


mediastínica se realiza un abordaje
intercostal. La masa se observa
como una superficie hiperecogénica
con sombra acústica. La aguja se
encuentra ya introducida en el tórax,
en una región de la masa donde
la superficie mineralizada muestra
una discontinuidad. Posteriormente,
se introduce la parte interna de la
aguja, se dispara y se aprecia cómo
se retira la aguja.

Figura 6. Acceso intercostal para la toma de biopsia percutánea ecoguiada de una masa mediastínica. Se observa la
masa, que está mineralizada, como una superficie irregular hiperecogénica con marcada sombra acústica (entre flechas). La
aguja de biopsia se observa como una estructura hiperecogénica (punta de flecha) que se introduce en la zona de la masa
que presentaba un defecto en la superficie mineralizada. La biopsia fue compatible con linfoma.

290
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
POSIBLES COMPLICACIONES

nn Hemorragia. Raramente se produce y normalmente se controla en unos minutos


a no ser que existan alteraciones de la coagulación.

nn Peritonitis. Es raro, pero puede producirse si se han tomado muestras de lesiones


infectadas. Se puede reducir el riesgo usando agujas de pequeño calibre.

nn Siembra del tumor a lo largo del trayecto de la aguja. En gatos se ha descrito


esta complicación en un caso de adenocarcinoma pulmonar (Vignoli et al., 2007) y
en perros, en casos de tumores de células de transición (Nyland et al., 2002; Vignoli
et al., 2007).

nn Crisis hipertensivas o hipotensivas paradójicas. En caso de biopsia de un feo-


cromocitoma adrenal.

nn Shock asociado a la toma de biopsias hepáticas con agujas automáticas.


En un estudió se asoció el uso de agujas automáticas para biopsia hepática con el
desarrollo de shock grave en el 19 % de los gatos, comparado con el 0 % de casos
al utilizar agujas semiautomáticas. Se cree que esto es consecuencia de la onda de
presión generada con la pistola, que produce vagotonía (Proot y Rothuizen, 2006).
No obstante, esta complicación no ha sido descrita por otros autores (Kirberger y
Stander, 2011).

CONSIDERACIONES
PARA LA TOMA DE MUESTRAS
Y OTROS PROCEDIMIENTOS ECOGUIADOS

CABEZA Y CUELLO

La ecografía puede utilizarse para tomar muestras de lesiones encefálicas en el trans-


curso de una intervención quirúrgica. Además, se puede usar para guiar el drenaje de
lesiones quísticas; durante la extirpación quirúrgica de una masa, para asegurar su
escisión completa, y localizar los vasos para minimizar el riesgo de hemorragia; para
guiar la inserción de tubos en el tratamiento de hidrocéfalo obstructivo o para guiar la
administración local de medicaciones o quimioterapia (Hudson y Cox, 2008).

En las lesiones periorbitales y retrobulbares la ecografía permite guiar de manera precisa


la colocación de la aguja en la lesión, ya sea para tomar una muestra o drenarla, como
puede ser el caso de un absceso. Es muy importante el ángulo en el que se coloca la
aguja para posicionar de manera adecuada la punta de la misma en la lesión, evitando
a la vez estructuras vitales como el globo ocular, el nervio óptico y los vasos.

291
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Diagnóstico ecográfico en el gato

PUNTOS CLAVE

La toma de muestras intraquirúrgicas


!
se debe efectuar siempre bajo
condiciones de esterilidad, cubriendo la
sonda y el cable con guantes o plásticos
estériles y usando gel estéril.

En las lesiones del cuello, que pueden estar muy vascularizadas, o cerca de vasos
importantes como la carótida o la yugular, se tiene que tener especial precaución y es
muy útil emplear el Doppler color para localizar estos vasos y evaluar el grado de vascu-
larización de las masas. Se ha descrito el uso de ablación por calor y ablación mediante
etanol percutáneo de lóbulos tiroideos en gatos con hipertiroidismo, pero estas técnicas
pueden presentar complicaciones como síndrome de Horner o parálisis laríngea y no
son tan efectivas como los tratamientos quirúrgicos o médicos usados actualmente
(Wells et al., 2001; Mallery et al., 2003).

La técnica se ha descrito también para extraer líquido cefalorraquídeo de la cisterna


magna como una procedimiento factible (Etienne et al., 2015), que puede ser útil en
caso de que no se pueda obtener mediante la técnica sin guía ecográfica.

LESIONES TORÁCICAS NO CARDIACAS

[
La ecografía es muy útil para guiar la toma de muestras en pacientes con efusión pleu-
Para facilitar la toma de biopsias
ral, especialmente si está presente en poca cantidad. En estos casos, puede ser útil
de lesiones pulmonares puede
colocar al paciente en decúbito esternal, de manera que la poca cantidad de líquido
ser útil inducir una parada
presente se acumule ventralmente. La región de tórax craneal al corazón, caudalmente
respiratoria en el paciente
a la región axilar, suele ofrecer una ventana segura para acceder a una pequeña canti-
dad de efusión pleural. anestesiado durante el
procedimiento.
El acceso a la cavidad torácica depende de la localización de la lesión. El utilizado con
mayor frecuencia es el intercostal (fig. 6, vídeo 1), en el que se recomienda introducir
la aguja evitando el aspecto caudal de las costillas, por donde discurren los vasos y
nervios intercostales. Otros posibles accesos incluyen la entrada del tórax y un acceso
transdiafragmático.

Una posible complicación en la toma de muestras de lesiones pulmonares es el neumo-


tórax, aunque normalmente no es grave y no requiere tratamiento.

292
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
CORAZÓN

La efusión pericárdica es menos frecuente en gatos que en perros. Cuando está pre-
sente, normalmente lo está en menor cantidad y es menos habitual que se observe
taponamiento cardiaco o que sea necesario realizar una pericardiocentesis.

El paciente generalmente se coloca en decúbito lateral izquierdo para acceder a través


de los espacios intercostales derechos. Se entra por el centro del espacio intercostal
con el fin de evitar los vasos y nervios que discurren por el aspecto caudal. La ecografía
ayuda a identificar el espacio intercostal adecuado para la punción. Normalmente se
usan agujas de 22 G conectadas a tubos extensores, llaves de tres vías y jeringas (nor-
malmente de 12 ml) o palomillas (Gidlewski y Petrie, 2005).

HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR

Para tomar muestras del hígado se puede utilizar un acceso subcostal o intercostal. Si
la lesión es difusa, se suele tomar de los lóbulos izquierdos para evitar los vasos del hilio
y la vesícula biliar, localizados más a la derecha. La colecistocentesis es una técnica
segura que se utiliza para obtener muestras de bilis para cultivo o en casos de obstruc-
ción biliar. Se realiza desde un acceso subcostal o intercostal derecho con una aguja
de 22-23 G conectada a una jeringa de 12 ml (Savary-Bataille et al., 2003; Brain et al.,
2006). Al realizarla, conviene vaciar al máximo la vesícula biliar para evitar una posible
peritonitis química.

En cuanto a la vía de acceso, se recomienda el acceso transhepático para que el pro-


pio parénquima hepático pueda sellar el área de punción de la vesícula. También se ha
descrito un acceso ventral derecho a través del ligamento falciforme y evitando el pa-
rénquima hepático sin que se detectaran complicaciones (Savary-Bataille et al., 2003).

Los riesgos de complicaciones aumentan si la vesícula está distendida o si la pared está


alterada con evidencia ecográfica de colecistitis grave. En casos de colecistitis enfise-
matosa, la colecistocentesis también está contraindicada por el riesgo de septicemia
debida a la presencia de bacterias anaerobias (Brain et al., 2006).

TRACTO GASTROINTESTINAL

Para realizar aspiraciones con aguja fina y biopsias percutáneas de lesiones gastroin-
testinales de manera segura, se debe visualizar adecuadamente la pared y la luz del
órgano. Se debe evitar penetrar por completo la pared y llegar a la luz para prevenir una
perforación y la consecuente peritonitis (fig. 7, vídeo 2).

Si se observan lesiones gastrointestinales conjuntamente con lesiones en los nódulos


linfáticos regionales, se recomienda tomar muestras de ambos órganos para aumentar
la probabilidad de obtener un diagnóstico (Penninck, 2008a).

293
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 7. (a) AAF realizada con una sonda microconvexa. Se observa un engrosamiento de la pared gástrica, con pérdida de estratificación. La punta de la aguja (punta de flecha) es visible
en la pared gástrica, pero no llega a la luz. (b) AAF en otro paciente con una lesión en la pared del colon (a la derecha de la imagen), realizada con una sonda lineal. La pared del colon está
marcadamente engrosada y presenta pérdida de estratificación. Se observa la aguja (flechas) entrando en cavidad peritoneal y llegando a la pared del colon, de nuevo sin llegar a penetrarla
por completo ni llegar a la luz.

Ver vídeo Se está realizando una AAF de la pared gástrica engrosada. La aguja es
visible en la pared, sin llegar a la luz gástrica. El estómago contiene una ligera
Vídeo 2. Toma de muestra de
cantidad de líquido y también algo de gas en contacto con la superficie de la
pared gástrica mediante AAF
mucosa que es algo irregular en la zona engrosada.

PÁNCREAS

Las aspiraciones con aguja fina de lesiones difusas o focales del páncreas se pueden
realizar de manera segura siempre teniendo especial cuidado de eludir los grandes va-
sos. Si es posible, se debería evitar pasar a través de páncreas sano, ya que existe el
riesgo de provocar una pancreatitis (Vignoli et al., 2011). En un estudio, la incidencia de
complicaciones en gatos (11 %) en los que se realizó una aspiración del páncreas, no fue
significativamente diferente a la incidencia de complicaciones en otros pacientes con le-
siones pancreáticas en los que no se realizó aspiración del páncreas (Crain et al., 2014).

También se pueden realizar tomas de muestras y drenajes de lesiones quísticas. En


estos casos se recomienda hacer ecografías seriadas para controlar la respuesta al
tratamiento de estas lesiones (Penninck, 2008b).

294
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
BAZO

Las aspiraciones con aguja fina del bazo se realizan frecuentemente para diagnosticar
patologías esplénicas, mientras que las biopsias percutáneas raramente se utilizan. En
un estudio se observó que con la técnica sin aspiración (solo punción) se obtuvieron
muestras de mayor calidad que con la técnica por aspiración, que produjeron citologías
con mayor celularidad y menor cantidad de sangre (LeBlanc et al., 2009).

GLÁNDULAS ADRENALES

Aunque algunos autores realizan aspiraciones y biopsias adrenales ecoguiadas, esta no


es una técnica ampliamente utilizada en pequeños animales. Las citologías no permiten
distinguir en muchas ocasiones entre lesiones benignas y malignas (Bertazzolo et al.,
2014). Además, durante la aspiración o biopsia de un feocromocitoma se puede pro-
ducir una hemorragia incontrolable o una hipertensión paroxística.

RIÑÓN

La aspiración con aguja fina y la biopsia renal percutánea son procedimientos que se
realizan rutinariamente como complemento al examen ecográfico. Las neoplasias,
como el linfoma, se diagnostican normalmente mediante aspiración con aguja fina, sin
embargo, en procesos inflamatorios se recomienda generalmente efectuar una biopsia
para caracterizar mejor la lesión (D’Anjou, 2008).

Las biopsias de las lesiones renales difusas se tendrían que obtener de la región cortical
en el polo del riñón o en un plano sagital a lo largo del córtex lateral, evitando el tejido
medular profundo (Finn-Bodner y Hathcock, 1993) (fig. 8, vídeo 3 y fig. 9, vídeo 4). La
punta de la aguja se tendría que dirigir hacia lateral para evitar los grandes vasos. En
un estudio se describieron complicaciones, en su mayoría hemorragias, en el 18,5 %
de los gatos (Vaden et al., 2005). En ocasiones, especialmente si el riñon es muy móvil,
puede ser útil que otra persona lo mantenga inmovilizado durante el procedimiento.

La pielocentesis es un técnica utilizada para obtener muestra de orina de la pelvis renal


para diagnosticar pielonefritis o para realizar pielografías percutáneas (fig. 10). La pie-
lografía percutánea es una técnica que se usa en lugar de la urografía excretora para
evaluar mejor la forma y tamaño de la pelvis y uréteres en caso de insuficiencia renal.
En estos casos se introduce una aguja en la pelvis renal, se drena el contenido y se in-
troduce contraste yodado. El volumen de contraste a introducir es la mitad del volumen
de orina retirado de la pelvis (Rivers, 1997).

295
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Diagnóstico ecográfico en el gato

a b

Figura 8. (a) Riñón izquierdo de un paciente en el que se observan cambios renales multifocales en la cortical, con regiones hiperecogénicas e hipoecogénicas. (b) Para realizar la
aspiración se desplazó la sonda caudalmente, visualizando el polo caudal del riñón. La aguja (punta de flecha) es visible en la corteza renal.

Ver vídeo Inicialmente se observa solo la corteza renal del polo caudal del riñón, donde
Vídeo 3. AAF ecoguiada de riñón se está realizando la AAF. En el momento en que se retira la aguja y se cambia
con cambios renales multifocales ligeramente la posición de la sonda (casi al final del vídeo), se reconoce
en la cortical también la médula renal.

a b

Figura 9. (a) Riñón derecho de un gato con hipertiroidismo sin respuesta adecuada al tratamiento. En la ecografía abdominal se observaron nódulos renales bilaterales, linfadenopatía y
alteraciones de la pared intestinal. En la imagen se observa un nódulo hipoecogénico bien definido que sobresale del polo caudal del riñón. (b) AAF con aguja fina del mismo riñón en el que
se visualiza la aguja (punta de flecha) en el nódulo. Las citologías fueron compatibles con linfoma.

Ver vídeo
Vídeo 4. AAF ecoguiada de riñón
Se observa cómo se introduce la aguja en el nódulo renal y cómo se avanza y
en un gato con hipertiroidismo
retrocede unas cuantas veces antes de retirarla por completo.
sin respuesta adecuada al
tratamiento

296
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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14

a b

Figura 10. Pielocentesis. (a) Riñón derecho de un gato con distensión de la pelvis en el que se quería descartar una obs-
trucción ureteral. (b) Se observa la aguja (punta de flecha) introducida en la pelvis renal mientras se extrae la orina presente y
posteriormente se introduce el contraste yodado. (c) Proyección ventrodorsal del abdomen tras la introducción del contraste
en la pelvis renal. Se observa la pelvis y divertículos pélvicos distendidos con contraste en su interior. Se aprecia la presencia
de renograma y pielograma en el riñón izquierdo, ya que se había realizado una tomografía computarizada previamente en la
que el riñón derecho no mostraba fase de pielograma. Imágenes cortesía del Animal Health Trust. c

Se puede también realizar drenaje y alcoholización de quistes renales (Zatelli et al.,


2007). Para ello se utilizaron en este estudio agujas espinales de 23 o 22 G que, una
vez colocadas bajo guía ecográfica en la lesión y tras retirar el estilete, se conectaron a
una llave de tres vías. Una vez completado el drenaje del quiste, se inyectó un volumen
de etanol al 95 % correspondiente a la mitad del volumen de líquido drenado. El alcohol
se dejó tres minutos en la cavidad quística y posteriormente se sacó lentamente. Se
repitió la alcoholización con lidocaína al 2 % añadida al alcohol (1:10) y se dejó de nuevo
tres minutos antes de volver a drenar.

VEJIGA Y URETRA

La cistocentesis ecoguiada es un procedimiento seguro que se realiza de manera ru-


tinaria en la clínica (fig. 11, vídeo 5).

La biopsia por succión se realiza bajo sedación profunda o anestesia. Se introduce un


catéter urinario con agujeros laterales conectado a una jeringa. Si la vejiga está poco
llena, se introduce un pequeño volumen de solución salina fisiológica para visualizar
mejor la lesión. El catéter se visualiza como una estructura tubular con paredes hiper-
ecogénicas y sus agujeros como defectos en la pared. El catéter se avanza bajo guía
ecográfica hasta la zona de la lesión y se succiona 3-4 veces. Finalmente, se retira el
catéter manteniendo la succión para intentar extraer una mayor cantidad de muestra
(fig. 12) (Lamb et al., 1996).

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Diagnóstico ecográfico en el gato

PUNTOS CLAVE

La aspiración percutánea de posibles


!
lesiones neoplásicas vesicales no
es aconsejable debido a que puede
producirse una siembra del tumor a lo
largo del trayecto de la aguja.

Ver vídeo Cistocentesis. Se observa


Figura 11. Cistocentesis en un paciente con una vejiga normal. Puede observarse la
cómo se introduce la
Vídeo 5. Cistocentesis
aguja como una estructura hiperecogénica lineal introducida desde el aspecto craneal de aguja a través de la pared
ecoguiada
la vejiga hacia la luz. hacia la luz de la vejiga.

a b

Figura 12. (a) Paciente con un engrosamiento de la pared vesical, observándose un en-
grosamiento focal más marcado en la pared dorsal. (b) El catéter urinario (punta de flecha)
se aprecia como una estructura con paredes hiperecogénicas y luz anecogénica dentro de la
c luz vesical. (c) Cuando se detecta el contacto con la lesión, se procede a realizar la succión.

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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
REPRODUCTOR

[
La toma de muestras de masas ováricas o uterinas puede realizarse de manera similar
Para evitar dañar la uretra se
a otros órganos. En el caso de presencia de líquido en el útero, este no se aspira ante el
puede introducir un catéter que
riesgo de perforación uterina y derrame del líquido en la cavidad peritoneal.
facilite su identificación.

Las patologías prostáticas y testiculares no son muy frecuentes en el gato. Si se obser-


van lesiones prostáticas, se puede realizar aspiración con aguja fina de la lesión.

En caso de sospecha de neoplasia es aconsejable tomar la muestra mediante cateteri-


zación, de manera similar a la biopsia por succión en la vejiga.

NÓDULOS LINFÁTICOS Y MESENTERIO

Para tomar muestras de los nódulos linfáticos se tiene que tener especial cuidado. Su
Ver vídeo proximidad a los grandes vasos y encontrar una ventana acústica apropiada hacia la
Vídeo 6. Aspiración de un nódulo cavidad abdominal son factores importantes que influyen en la precisión de la toma de
linfático mesentérico muestras (fig. 13, vídeo 6). En un estudio reciente (Amores-Fuster, 2015), se revisaron
199 extensiones de muestras de nódulos linfáticos felinos. El 86 % fueron diagnósticos
Se muestra una aspiración y el 14 % no diagnósticos. El diagnóstico más frecuente fue de hiperplasia reactiva, en
con aguja fina de un nódulo un 31,6 % de los casos. Otros diagnósticos en el mismo estudio fueron linfoma (13 %),
linfático aumentado de tamaño y probable (2 %) o posible (10 %) linfoma, linfadenitis (8,5 %), metástasis (7,5 %) y normal
heterogéneo en un paciente con
(5 %). Una muestra se considera no diagnóstica cuando se aprecia una ausencia de cé-
linfoma. La aguja se observa
como una línea hiperecogénica en lulas nucleadas, que suele deberse a defectos en la toma de muestras o en su extensión.
la esquina superior izquierda de la
imagen entrando en el nódulo con La aspiración de líquido peritoneal se realiza de manera rutinaria. Con práctica se pue-
un movimiento de avance y retroceso den tomar muestras de pequeñas cantidades de líquido. Los laterales del abdomen,
con el fin de obtener una cantidad
con el paciente en decúbito dorsal, suelen proporcionar un buen acceso para tomar
de células suficiente para llegar al
diagnóstico de la patología. El uso muestras de líquido que se acumula por gravedad en esta región.
de Doppler color es útil para evitar
pinchar vasos sanguíneos. También se pueden tomar muestras de masas mesentéricas o abscesos.

Figura 13. Aspiración de un nódulo linfático mesentérico en el mismo paciente


que la fig. 8. El nódulo linfático es redondeado, hipoecogénico y está ligeramente
aumentado de tamaño. Se observa la aguja (puntas de flecha) avanzada hasta el
nódulo linfático. A la derecha de la imagen se aprecia un trayecto longitudinal corres-
pondiente a un asa de intestino delgado.

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Diagnóstico ecográfico en el gato

MUSCULOESQUELÉTICO Y TEJIDOS SUPERFICIALES

La toma de muestras de tejidos superficiales puede realizarse numerosas veces sin la


ayuda de la ecografía. Sin embargo, la técnica puede ser útil para guiar la aspiración o la
biopsia a partes específicas de la lesión como zonas cavitadas, en casos de abscesos,
o áreas de tejido, en lesiones necróticas o quísticas. En lesiones óseas puede ser útil
para detectar las zonas de defectos óseos donde se podrá tomar una muestra.

Recientemente se ha descrito el uso de la ecografía para guiar el bloqueo de nervios


periféricos como el plexo braquial, nervio femoral y nervio pudendo (Adami et al., 2014;
Ansón et al., 2015; Haro et al., 2015). La conclusión de estos trabajos es que la técnica
es segura y clínicamente útil.

Se ha descrito el uso de la ecografía en perros para extraer cuerpos extraños vegetales


en abscesos superficiales (Della Santa et al., 2008).

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Toma de muestras y otros procedimientos ecoguiados
14
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Este libro aporta una nueva visión de la ecografía felina en
la clínica veterinaria. De craneal a caudal, se repasa toda la
anatomía ecográfica del gato, aportando detalles de la técnica
ecográfica para cada región anatómica, así como imágenes de
los órganos, tanto sanos como patológicos.
En cada capítulo se han destacado puntos clave con
características propias de esta especie que ayudan al lector a
recordar lo más importante. Además, en la versión electrónica del
libro, se han incluido varios vídeos de ecografías en movimiento,
que hacen de este libro un manual aún más interesante.
Para terminar, numerosas referencias de los últimos estudios
en la materia y un texto actualizado hacen de este libro una
herramienta muy valiosa para aquellos veterinarios que quieran
profundizar sus conocimientos en diagnóstico ecográfico en la
especie felina.

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