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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0014/2012

Sucre, 16 de marzo de 2012

SALA TERCERA
Magistrada Relatora: Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de libertad

Expediente: 00049-2012-01-AL
00061-2012-01-AL (acumulado)
Departamento: Oruro

En revisión la Resolución 01/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 608 a 616


vta., del expediente 00049-2012-01-AL, pronunciada por el Tribunal Segundo de
Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro dentro de la acción
de libertad, presentada por Rosario Quispe Bustamante en representación
sin mandato de Erika Rodríguez Velázquez contra Máximo Rosendo
Gutiérrez Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, Beatriz Cortez
Vásquez y Virginia Colque, Vocales de la Sala Penal Primera del
referido Tribunal Departamental de Oruro; y la Resolución 01/2012 de 28
de enero, cursante de fs. 850 a 853, del expediente 00061-2012-01-AL,
pronunciada por el Tribunal Primero de Sentencia del Tribunal Departamental de
Justicia de Oruro dentro de la acción de libertad, interpuesta por Rosario
Quispe Bustamante en representación sin mandato de Rossio Aquino
Rodríguez contra Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle,
Vocales del mismo Tribunal Departamental.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Expediente 00049-2012-01-AL

I.1.1 Contenido de la acción

La accionante, por memorial de 25 de enero de 2012, cursante de fs. 2 a 4 vta.,


manifestó que:
I.1.1.1. Hechos que la motivan

Dentro de la investigación penal seguida contra Erika Rodríguez Velásquez por el


delito de almacenaje, comercialización y compra ilegal de diesel oil, gasolina y
gas licuado de petróleo (GLP), el cual se encuentra en etapa de investigación en
el Juzgado Tercero de Instrucción en lo Penal y cautelar, por Resolución
938/2011 de 7 de diciembre, dictado por Máximo Rosendo Gutiérrez Rojas, Juez
de la causa se dispuso la detención preventiva en aplicación a lo dispuesto en los
arts. 234 numerales 1, 2 y 8, y 235.1 y 2 del Código de Procedimiento Penal
(CPP), con el argumento que la parte imputada únicamente justificó con
documental suficiente su situación domiciliaria pero no así la laboral, ni familiar.
Posteriormente, el mismo Juez mediante Auto de 13 de diciembre de 2011,
declaró improcedente la solicitud de cesación de detención preventiva
fundamentando que la imputada Erika Rodríguez Velásquez contaba con otro
domicilio ubicado “en las calles Magallanes entre Ayacucho Cochabamba”, según
el testimonio de propiedad 1172, y por lo que al no estar debidamente acreditado
el domicilio de la imputada, presumiéndose por ende la existencia de un doble
domicilio, siendo éste el único argumento para mantener la detención preventiva,
Auto que fue apelado por su representada y no así por la parte contraria y que fue
resuelta por Magistradas de la Sala Penal Primera mediante Auto de Vista de 7 de
enero de 2012, por el que declaró improcedente el recurso planteado,
manteniéndose su detención preventiva. Asimismo, señaló que no sólo resolvió los
aspectos cuestionados por Erika Rodríguez Velázquez, sino también se añadió el
presupuesto contenido en el art. 234.8 del CPP, cuando ese punto no fue motivo
de la apelación planteada por su representada.

Señala que la Resolución impugnada valoró los elementos de convicción en


forma parcializada y no así conforme disponen los arts. 221 y 222 del CPP, toda
vez que en las aludidas Resoluciones dictadas por las autoridades demandadas,
cada una de ellas a su turno, señalaron que su representada tendría dos
domicilios, lo cual no es evidente, dada la situación de que en la primera
audiencia donde se resolvió su situación laboral por Resolución 938/2011 de 7 de
diciembre, dictado por el Juez de la causa sostuvo “…habiendo realizado una
compulsa minuciosa de las documentales acusadas por los imputados se advierte
que simplemente tienden a justificar la situación domiciliaria, no así la situación
laboral y familiar, siendo que la documental resulta insuficiente para acreditar
aquellos extremos…”; y respecto al numeral 8 señaly “… en relaciyn a las
coimputadas Rossio Aquino Rodríguez y Erika Rodríguez Velásquez se tendría
antecedentes que se ventilan en el mismo órgano jurisdiccional y que no ha sido
motivo de observación por la defensa técnica de las mismas”; entendiéndose que
en dicha audiencia ya se justificó la existencia de un domicilio habitual y
permanente, Resolución que no fue motivo de apelación por ninguna de las
partes.
Aduce que ese agravio sufrido por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal fue
puesto a conocimiento de la Sala Penal Primera, mediante el recurso de
apelación, autoridades que lo declararon improcedente, no obstante de haber
presentado prueba que demuestra la existencia de un domicilio habitual y
permanente, sin tomar en cuenta el razonamiento de la SC 0400/2011-R.

I.1.1.2. Derecho supuestamente vulnerado

La accionante estima como vulnerado el derecho a la libertad de su representada


contenido al efecto en los arts. 21.7 y 22 de la Constitución Política del Estado
(CPE).

I.1.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la acción de libertad y, por ende, se deje sin efecto el Auto
Interlocutorio 69/2011, dictado por el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal y
el Auto de Vista 5/2012 de “7 de enero” 10 de enero, emitido por las Vocales de
la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Oruro y se disponga se dicte
nueva resolución otorgándole la cesación a la detención preventiva de su
representada bajo medidas sustitutivas previstas en el art. 240 del CPP.

I.1.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 28 de enero de 2012, según consta en el acta


cursante de fs. 604 a 607 vta. de obrados, se produjeron los siguientes
actuados:

I.1.2.1. Informe de las autoridades demandadas

Máximo Rosendo Gutiérrez Rojas, Juez Tercero de Instrucción en lo Penal y


cautelar, Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales de la Sala Penal
Primera, todos del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, no asistieron a
la audiencia pública de la acción de libertad de 28 de enero de 2012, no obstante
su legal citación, conforme informó la Secretaria del Tribunal Segundo de
Sentencia Penal (fs. 604).

I.1.2.2. Resolución

El Tribunal Segundo de Sentencia Penal del Tribunal Departamental de Oruro


compuesto por los Jueces Técnicos, constituidos en Tribunal de garantías,
mediante Resolución 01/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 608 a 616 vta.,
concedió la acción de libertad disponiendo se deje sin efecto el Auto
Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre, pronunciado por el Juez Tercero
de Instrucción en lo Penal, así como el Auto de Vista 05/2012 de 10 de enero,
emitido por los ahora demandados, conforme a los siguientes argumentos: a)
El Juez cautelar debió hacer una ponderación entre los nuevos elementos de
juicio demostrados por la imputada con relación a los motivos que en su
oportunidad fundaron la extrema medida de la detención preventiva; b) En
oportunidad de considerarse la cesación a la detención preventiva de la
representada de la accionante, era deber del Juez cautelar tomar en cuenta que
elementos se tenían por demostrados y cuales aún debían acreditar en función al
art. 239.1 del CPP, cuando refiere: “…que no concurren los motivos que la
fundaron…”; concluyendo que evidentemente el domicilio, ya se tenía por
acreditado en la primera audiencia de aplicación de medidas cautelares más allá
de que la imputada hubiera presentado nuevos instrumentos vinculados a criterio
del referido Juez a otro domicilio, no ameritaba ser estimado menos considerado,
por cuanto ese elemento fue el motivo para que se disponga su detención
preventiva, menos podía concluir con la existencia de dos domicilios, pues en la
Resolución de cesación a la detención preventiva, se habría acreditado la
actividad laboral así como la relación familiar con los certificados de nacimiento;
c) Con relación al mencionado art. 234.8, referente al peligro de fuga, señala
que el órgano jurisdiccional al tiempo de imponer la medida extrema de
detención preventiva advirtió la existencia de otro proceso tramitado ante el
Juzgado Segundo cautelar, lo cual importaría la existencia de antecedentes en
relación a la imputada, empero, en oportunidad de considerarse la solicitud de
cesación a la detención preventiva, el Juez habría concluido que se encontraba
en tela de juicio simplemente el elemento del domicilio de la imputada; d) En
cuanto a la Resolución que declaró improcedente la cesación a la detención
preventiva así como el Auto de Vista que confirmó la misma, fueron dictadas sin
la debida fundamentación, conforme establece el art. 124 del CPP, sobre los
motivos de hecho y derecho en que deban basarse las decisiones y
fundamentalmente sobre el valor que se debe otorgar a los medios de prueba
vinculados siempre a los motivos de la cesación a la detención preventiva de
Erika Rodríguez Velásquez.

I.2. Expediente 00061-2012-01-AL

I.2.1. Contenido de la acción

La accionante mediante memorial de 27 de enero de 2012, cursante de fs. 623 a 624


vta., manifestó que:

I.2.1.1. Hechos que la motivan

Dentro de la investigación penal seguida contra su representada Rossio Aquino


Rodríguez por el delito de almacenaje, comercialización y compra ilegal de diesel
oil, gasolina y GLP, sancionados por el art. 226 BIS del CP, el Juez Tercero de
Instrucción en lo Penal y cautelar del Tribunal Departamental de Oruro mediante
Resolución 938/2011 de 7 de diciembre, dispuso la detención preventiva de su
representada en aplicación de lo dispuesto en los arts. 234 numerales 1, 2 y 8 , y
235.1 y 2 del CPP, con el argumento que la parte imputada únicamente justificó
con documental suficiente su situación domiciliaria, pero no así la laboral ni
familiar; posteriormente, el mismo Juez mediante Auto de 13 de diciembre de
2011, declaró procedente la solicitud de cesación de detención preventiva y
dispuso su libertad bajo medidas sustitutivas en razón a que se desvirtuó el
peligro de fuga y obstaculización, Resolución que fue revocada por las Vocales
-demandadas- mediante Auto de Vista de “7 de enero” 10 de enero de 2012
manteniéndose la detención preventiva con el sólo argumento de que no se
habría desvirtuado el riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP.

Señala que la Resolución impugnada valoró los elementos de convicción en


forma parcializada y no así conforme disponen los arts. 221 y 222 del CPP, toda
vez que se basó en el cuaderno procesal de inicio de las investigaciones de una
supuesta denuncia por el delito de agio del año 2010, solicitado de oficio por las
Vocales demandadas, es decir, sin que las denunciantes en la audiencia de
cesación a la detención preventiva hubieran presentado ningún documento que
acredite el riesgo de fuga respecto a la actividad reiterada prevista en el art.
234.8 del CPP y sin tener en cuenta que su representada desvirtuó el peligro de
fuga presentando informes del “REJAP” y antecedentes policiales que
demostraban que no contaba con dichos antecedentes, por lo que incurrieron en
procesamiento indebido que tiene como consecuencia la privación de libertad.

I.2.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

La accionante estima como vulnerado el derecho a la libertad de su representada


contenido al efecto en los arts. 21.7 y 22 de la CPE.

I.2.1.3. Petitorio

Solicitó se conceda la acción de libertad y, por ende, se deje sin efecto el Auto
de Vista 5/2012 “7 de enero” 10 de enero, dictado por Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro y se disponga se dicte
nueva resolución confirmando el fallo que dispuso medidas sustitutivas en favor
de su representada.

I.2.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 28 de enero de 2012, según consta en el acta


que cursa de fs. 846 a 849 vta. de obrados, se produjeron los siguientes
actuados:

I.2.2.1. Ampliación de la acción

La accionante por su representada Rossio Aquino Rodríguez ampliando los


argumentos de su demanda, señaló que las autoridades demandadas en
contravención a lo dispuesto en los arts. 404 y 410 del CPP, produjeron prueba
para la parte denunciante de oficio, pidiendo el cuaderno procesal de investigación
por el delito de agio del 2010, el que se encontraba en fotocopias simples
señalando expresamente que era una “…prueba aportada por la parte
denunciante…”.

I.2.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Beatriz Cortez Vásquez y Virginia Colque Calle, Vocales de la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, no asistieron a la audiencia pública
de la acción de libertad celebrada de 28 de enero de 2012, no obstante su legal
notificación, conforme informó el Secretario del Tribunal Primero de Sentencia
Penal (fs. 226).

I.2.2.3. Resolución

El Tribunal Primero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro


compuesto por los Jueces Técnicos, constituidos en Tribunal de garantías,
mediante, Resolución 01/2012 de 28 de enero, cursante de fs. 850 a 853,
concedió la acción de libertad y dispuso la nulidad del Auto de Vista 5/2012 de
10 de enero, a efectos de que las autoridades demandadas señalen audiencia
pública conforme a procedimiento, emitan nuevo fallo conforme a los siguientes
argumentos: a) Las autoridades demandadas al revocar la Resolución 982/2011,
no realizaron una correcta valoración del riesgo procesal previsto en el art. 234.8
del CPP, por cuanto debieron circunscribirse a los antecedentes que motivaron la
detención preventiva; asimismo, deben realizar un análisis de los motivos por los
cuales se dispuso dicha cesación de la detención preventiva en función a las
pruebas y argumentos que fueron presentados y escuchados en la audiencia
cautelar y no así generar prueba de oficio; b) Existe contradicción en los
argumentos de la Resolución que revocó la cesación de detención preventiva
porque, haciendo alusión a la Resolución de detención preventiva, primero
aseveran que sólo existen “antecedentes que se ventilan en este despacho
judicial”, es decir, no dan certeza si se trata de una comunicaciyn de inicio de
investigaciones o de una resolución de imputación formal, que es el acto
procesal que inicia un proceso penal para que se enmarque en la circunstancia
de riesgo procesal de peligro de fuga contenido en el art. 234.8 del CPP, referido
a la existencia de actividad delictiva reiterada o anterior; y luego señalan que la
parte denunciante habría aportado prueba que consistiría en la existencia de un
proceso penal, una imputación formal y que los mismos significarían prueba
idónea. Sin embargo, de la revisión exhaustiva de la prueba no se ha
comprobado la existencia de una resolución de imputación formal contra la
representada de la accionante, en este sentido, “…las autoridades accionadas
pasaron a considerar una prueba que no ha sido debatida ni presentada en
ningún momento, es decir, ni a tiempo de disponerse la detención preventiva
menos en oportunidad de proceder a la cesaciyn de la detenciyn…”; c) Con
relación al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, la imputada presentó
en audiencia de cesación de detención preventiva los siguientes certificados: De
antecedentes penales expedido por la Dirección Nacional del Registro Judicial de
Antecedentes Penales (REJAP) referidos a sentencia condenatoria ejecutoriada,
rebeldía o suspensión condicional del proceso; de antecedentes policiales, de
buena conducta expedido por el Director del Centro Penitenciario; de
Migraciones que demuestra no tener registro de pasaporte, y de la Fuerza
Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de no haber obstaculizado la
averiguación de los hechos.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

En vigencia de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, el 15 de febrero de


2012, se procedió al sorteo de los expedientes 00049-2012-01-AL y
00061-2012-01-AL, los cuales fueron acumulados mediante AC 0015/2012-CA/S, de
5 de marzo, encontrándose la presente Resolución dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

II.1. Realizada la revisión y compulsa del expediente 00049-2012-01-AL, se


concluye lo siguiente:

II.1.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra
Erika Rodríguez Velásquez -representada de la accionante- por la
presunta comisión del delito de almacenaje, comercialización y
compra ilegal de diesel y GLP, previsto en el art. 226 BIS.I y II del
CP incluido por el art. 20 de la Ley 100 con relación al art. 23 de la
misma norma, por Auto 938/2011 de 7 de diciembre (fs. 86 a 87), el
Juez Tercero de Instrucción en lo Penal dispuso su detención
preventiva, en aplicación de los arts. 233.1 y 2, 234 y 235 del CPP,
modificados por el art. 1 de la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, es
decir, porque no desvirtuó los peligros de fuga y obstaculización
demostrando sólo la situación domiciliaria y no así la laboral ni
familiar, además de concurrir lo dispuesto en el art. 234.8 del citado
cydigo, señalando in extenso que “…en relaciyn a las coimputadas
Rossio Aquino y Erika Rodríguez Velásquez, de quienes se tiene
antecedentes que se ventilan en este despacho judicial y que no
han sido motivo de observación por la defensa técnica de
las mismas”.
II.1.2. Mediante Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre (fs.
215 a 217), el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal declaró
improcedente la cesación de detención preventiva

solicitada para Erika Rodríguez Velásquez manteniendo incólume


la Resolución de 7 de diciembre de 2011, con el argumento de
que los riesgos procesales referidos al domicilio, familia y la
actividad de la imputada no habían sido desvirtuados, pese a la
prueba presentada en audiencia por la imputada (fs. 115 a 160
vta.).
II.1.3. Respecto al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, la
abogada de la víctima María Dolores Alandia pidió
complementación, aclaración y enmienda del Auto Interlocutorio
982/2011, por cuanto -a decir suyo- existiría contra las imputadas
Aquino y Rodríguez un proceso por el delito de agio, habiendo el
Juez cautelar mantenido firme e incólume la indicada Resolución
de cesación de la detención preventiva señalando que la
Resolución de detención preventiva no estableció la existencia de
una imputación formal sino únicamente el inicio de investigación.

En cuyo mérito, en la misma audiencia interpuso


apelación (fs. 217 vta.), fundamentando su agravio en
dicho riesgo procesal.
II.1.4. Por Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero (fs. 595 a 601), las
Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de
Justicia, revocaron el Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de
diciembre, con relación a la imputada Erika Rodríguez Velásquez y
mantuvieron subsistente la detención preventiva por la
concurrencia del riesgo procesal de peligro de fuga contenido en
el art. 234.1 respecto al domicilio y el numeral 8 del CPP, con los
siguientes argumentos: 1) El juez a quo no realizó una valoración
apropiada de los elementos de prueba presentados con relación a
lo dispuesto en el art. 234.8 del citado código, por cuanto
conforme a la prueba aportada por la denunciante existe un
proceso penal iniciado el 11 de marzo de 2010 contra Rossio
Aquino Rodríguez y Erika Rodríguez Velásquez a denuncia de
Cilmar Cruz Villca por el delito de agio y la existencia de una
imputación formal de 27 de agosto del citado año, que sería la
prueba idónea para mantener subsistente la concurrencia prevista
en el referido art. 234.8; 2) Los medios probatorios presentados
por Erika Rodríguez Velásquez en la audiencia de cesación de
detención preventiva si bien desvirtuaron los riesgos procesales
que determinaron su detención preventiva referente al art. 234.1
en relación a su familia y ocupación; sin embargo no lo hicieron
respeto al domicilio, por existir dos domicilios diferentes que no
precisaban el lugar donde aquélla podía ser habida en todas las
instancias del proceso. De otro lado, tampoco se enervó el
mencionado numeral 8.

II.2. De la revisión y compulsa del expediente 00061-2012-01-AL, se


concluye lo siguiente:
II.2.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra
Rossio Aquino Rodríguez - representada de la accionante- por la
presunta comisión del delito de almacenaje, comercialización y
compra ilegal de diesel, gasolina y GLP, previsto en el art. 226
BIS.I y II del CP, e incluido en el art. 20 de la Ley 100 con
relación al art. 23 de la misma norma, por la presunta
comercialización de 20 a 25 garrafas de GLP, por Auto 938/2011
de 7 de diciembre (fs. 695 a 696), el Juez Tercero de Instrucción
en lo Penal, dispuso su detención preventiva, en aplicación
de los arts. 233.1 y 2, 234 y 235 del CPP, modificados por el art.

1 de la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, es decir, porque no


desvirtuó los peligros de fuga y obstaculización, demostrando
sólo la situación domiciliaria y no así la laboral ni familiar,
además de concurrir lo dispuesto en el art. 234.8 del CPP,
señalando in extenso que “…en relaciyn a las coimputadas
Rossio Aquino y Erika Rodríguez Velásquez, de quienes se tiene
antecedentes que se ventilan en este despacho judicial y que no
han sido motivo de observación por la defensa técnica de
las mismas” (las negrillas agregadas).

II.2.2. Mediante Auto Interlocutorio 982/2011 de 13 de diciembre (fs.


810 a 812 vta.), el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal
declaró procedente la cesación de detención preventiva
solicitada por Rossio Aquino Rodríguez en aplicación de los arts.
239.1 y 2, 235.1 y 2 y 240 del CPP, modificados por el art. 1 de
la Ley 007 de 18 de mayo y aplicó las medidas sustitutivas de
detención domiciliaria, la obligación de presentarse
semanalmente ante las autoridades judiciales y del Ministerio
Público a objeto de suscribir el correspondiente libro de
presentaciones, arraigo e imponiendo la fianza económica en la
suma de Bs2 000.- (dos mil bolivianos), con el argumento de que
se habría desvirtuado el peligro de fuga por haber acreditado
domicilio y familia constituida, situación laboral e inexistencia de
pasaporte, así como el riesgo procesal de obstaculización por
cuanto existen certificados de antecedentes personales de buena
conducta y “…no existiendo constancia alguna de que ambas
imputadas estén modificando, destruyendo o alterando medios
de prueba así como la influencia negativa sobre testigos, peritos,
etc. para beneficiarse…”.
II.2.3. Según el acta de registro de audiencia pública para considerar la
cesación de la detención preventiva (fs. 805 a 809), la abogada
de la víctima observando la prueba presentada por las
imputadas refirió que la representada de la ahora accionante
no acreditó existencia de domicilio, de una actividad laboral lícita
y respecto al certificado de antecedentes policiales y penales
señaly que los mismos: “…no corresponden a la realidad puesto
que la 'señora Aquino' también ha sido imputada por el delito de
agio anteriormente, caso que se está llevando ante el Juzgado
Segundo en lo Penal cautelar, prueba que también ha sido
compulsada por el Juez de esas instancias…”, señalando más
adelante que: “…la defensa no ha desvirtuado de ninguna manera
los peligros procesales por los cuales se ha dispuesto la detención
preventiva de las 'señoras Aquino y Rodríguez' tales como el art.
234 numerales 6 y 8 del CPP…, teniéndose la certeza de que
ambas señoras están siendo procesadas paralelamente por el
delito de agio que tiene que ver con la venta de GLP en garrafas,
por lo que deberá compulsarse este elemento por demás
importante y denegarse la solicitud de la parte de cesación de
detenciyn preventiva…”.

Por lo que, respecto al riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del


CPP, solicitó complementación, aclaración y enmienda de la Auto
Interlocutorio 982/2011, por cuanto - a decir suyo- existiría contra
las imputadas Rossio Aquino Rodríguez y otro un proceso por el
delito de Agio, habiendo el Juez cautelar mantenido firme e
incólume la indicada Resolución de cesación de la detención
preventiva señalando que el fallo de detención preventiva no
estableció la existencia de una imputación formal sino únicamente
el inicio de investigación. En cuyo mérito, en la misma
audiencia interpuso apelación (fs. 812 vta.),
fundamentando su agravio en dicho riesgo procesal.

II.2.4. Por Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero (fs. 839 a 845), las
Vocales de la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de
Justicia de Oruro, revocaron el Auto Interlocutorio 982/2011, con
relación a la imputada Rossio Aquino Rodríguez y, por ende,
mantuvieron la detención preventiva por la concurrencia
del riesgo procesal de fuga contenido en el art. 234.8 del
CPP, con los siguientes argumentos: a) El Juez a quo no realizó
una valoración apropiada de los elementos de prueba presentados
con relación a lo dispuesto en el art. 234.8 del citado código, por
cuanto conforme a la prueba aportada por la denunciante existe
un proceso penal iniciado el 11 de marzo de 2010 contra Rossio
Aquino Rodríguez y otra a denuncia de Cilmar Cruz Villca por el
delito de agio y la existencia de una imputación formal de 27 de
agosto de 2010, que sería la prueba idónea para mantener
subsistente la concurrencia prevista en el mencionado art. 234.8;

b) Los medios probatorios presentados por Rossio Aquino


Rodríguez y otra, presentados en la audiencia de cesación de
detención preventiva sólo justifican la existencia de familia,
domicilio y ocupación y no así respecto al riesgo de fuga
contenido en el art. 234.8 del CPP; c) Que es el propio Juez
Tercero de Instrucción en lo Penal, quien declaró la cesación de
detención preventiva de la representada de la accionante, quien
en Resolución de 7 de diciembre de 2011, afirmó que existían
antecedentes contra la imputada en su despacho judicial.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

En el expediente 00049-2012-01-AL, la accionante, por su representada Erika


Rodríguez Velásquez, sostiene que las autoridades judiciales demandadas a
su turno lesionaron su derecho a la libertad, por cuanto, el Juez cautelar rechazó
su solicitud de cesación de detención preventiva sosteniendo la existencia de dos
domicilios, sin tener en cuenta que en la audiencia de cesación demostró la
existencia de uno habitual y permanente; extremo que fue corroborado por las
Vocales demandadas en apelación incidental interpuesta por la imputada,
manteniendo incólume la detención preventiva de su representada, con el
fundamento de la concurrencia de los riesgos procesales contenidos en el art.
234.1 y 8 del CPP, indicando que respecto a este último inciso se hubieran
basado en el cuaderno procesal del inicio de las investigaciones de una denuncia
por el supuesto delito de agio del año 2010, que fue producido como prueba de
oficio por las indicadas autoridades.

De otro lado, en el expediente 00061-2012-01-AL acumulado, la accionante,


con relación a la situación jurídica de Rossio Aquino Rodríguez, señaló que
las Vocales demandadas lesionaron el derecho a la libertad de su representada
consagrado en los arts. 21.7 y 22 de la CPE, por cuanto revocaron la Resolución
de cesación de detención preventiva con el único argumento de que no se habría
desvirtuado el riesgo procesal previsto en el art. 234.8 del CPP, basándose en el
cuaderno procesal del inicio de las investigaciones de una denuncia por el
supuesto delito de agio del año 2010, que fue producido como prueba de oficio
por las indicadas autoridades incurriendo en procesamiento indebido e indebida
privación de libertad.

En ese orden, corresponde analizar en revisión, si los argumentos de ambas


acciones de libertad, son evidentes y si constituyen actos ilegales lesivos al
derecho a la libertad, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Condiciones de validez para la restricción del derecho a la
libertad física o personal y criterios de interpretación para la
aplicación de medidas cautelares

El derecho a la libertad personal es reconocido como un derecho


fundamental en la Constitución Política del Estado y los principales
instrumentos internacionales de Derechos Humanos.

Así el art. 23.I de la CPE, reconoce el derecho a la libertad personal,


estableciendo que ésta sólo puede ser restringida en los límites
señalados por la ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad
histórica en la actuación de las instancias jurisdiccionales. Conforme a
ello, el parágrafo III de la misma norma dispone que: “Nadie podrá ser
detenido, aprehendido o privado de su libertad, salvo en los casos y
según las formas establecidas por la ley. La ejecución del mandamiento
requerirá que éste emane de autoridad competente y que sea emitido
por escrito”.
Por su parte, el art. 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP) determina que: “Todo individuo tiene derecho a la
libertad y a la seguridad personal. Nadie podrá ser sometido a detención
o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las
causas fijadas por ley y con arreglo al procedimiento establecido en
ésta”.

Por otro lado, la Convención Americana sobre Derechos Humanos


(CADH) enuncia en su art. 7.1, que: “Toda persona tiene derecho a la
libertad personal y a la seguridad personal”, el art. 7.2 de la misma dice:
“Nadie puede ser privado de su libertad física, salvo por las causas y en
las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas de
los Estados Partes o por las leyes dictadas conforme a ellas” y el art. 7.3
establece que “Nadie puede ser sometido a detenciyn o encarcelamiento
arbitrarios”.

Dichas normas constitucionales e internacionales de Derechos Humanos,


junto a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que forman parte del bloque de constitucionalidad conforme el
art. 410.II de la CPE, son coincidentes en establecer las condiciones de
validez formal y material para la restricción del derecho a la libertad,
conforme lo entendió la SC 2558/2010-R de 19 de noviembre, señalando
que:“… para que una restricciyn al derecho a la libertad sea
constitucional y válida, se deben cumplir con determinados requisitos
materiales y formales. Respecto a los primeros, sólo se puede restringir
el derecho a la libertad en los casos previstos por Ley, que de acuerdo a
la Opinión Consultiva (OC) 6/86 de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos debe tratarse de una Ley formal, es decir de aquella que
emana del órgano legislativo. Con relación a los requisitos formales, la
restricción al derecho a la libertad sólo será válida si se respetan las
formas establecidas por ley, si el mandamiento emana de autoridad
competente y es emitido por escrito, salvo el caso de flagrancia, de
conformidad a lo establecido por el art. 23.IV de la CPE.

Estas condiciones de validez, también han sido desarrolladas por la


jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así en
la Sentencia de 21 de enero de 1994, caso Gangaram Panday, la Corte
señaly: “…Nadie puede ser privado de la libertad personal sino por las
causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley
(aspecto material) pero, además, con estricta sujeción a los
procedimientos objetivamente definidos por la misma (aspecto formal)”.

Ese también fue el criterio, por otra parte, del Tribunal Constitucional,
contenido en las numerosas sentencias, como las SSCC 0697/2003-R,
1141/2003-R y 0540/2004-R, partiendo de la interpretación de las
normas de la Constitución abrogada y de los Pactos Internacionales
sobre Derechos Humanos.

Ahora bien, en materia penal, los casos en los que una persona puede
ser privada de su libertad están expresamente previstos en el Código
Penal, tratándose de sanciones penales, y en el Código de
Procedimiento Penal, tratándose de medidas cautelares, entre ellas, la
detenciyn preventiva”.

En consecuencia, siguiendo la jurisprudencia de la Corte Interamericana,


caso Gangaram Panday citada y glosada en la SC 2558/2010-R, la
restricción del derecho a la libertad física o personal en medidas
cautelares, no cumple con las condiciones de validez en su aspecto
formal cuando la autoridad judicial no se sujeta a los procedimientos
definidos por el Código de Procedimiento Penal, es decir, a las reglas
sobre la detención preventiva, los supuestos de cesación de la misma,
sus requisitos y circunstancias para considerar los riesgos procesales,
normas que deben ser aplicadas conforme a los criterios de
interpretación para la aplicación de medidas cautelares establecidos en la
propia Ley Fundamental y en el Código de Procedimiento Penal
contenidos en los arts. 23.I de la CPE norma que está en armonía con lo
dispuesto en los arts. 7, 221 y primer párrafo del art. 222 del CPP.

Esos criterios de interpretación también están en los instrumentos


internacionales sobre Derechos Humanos y la jurisprudencia de la Corte
Interamericana sobre Derechos Humanos. En efecto, la Sentencia de 12
de noviembre de 1997 (Fondo), caso Suárez Rosero párrafo 77, citando
el art. 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que
dispone que la prisión preventiva de las personas que hayan de ser
juzgadas no debe ser la regla general, estableció que la obligación del
Estado a través de sus jueces, a tiempo de imponer medidas cautelares
privativas de la libertad personal o física, es la no restricción de la
libertad del detenido más allá de los límites estrictamente necesarios
para asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente de las
investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la prisión
preventiva es una medida cautelar, no punitiva, en razón a que la
restricción al derecho a libertad personal en casos de denuncias de
prisión preventiva - detención preventiva en nuestra tradición jurídica-
están vinculadas con el principio de presunción de inocencia amparado
por el art. 8.2 de la CADH. Así señaly: “Esta Corte estima que en el
principio de presunción de inocencia subyace el propósito de las
garantías judiciales, al afirmar la idea de que una persona es inocente
hasta que su culpabilidad sea demostrada. De lo dispuesto en el
artículo 8.2 de la Convención se deriva la obligación estatal de no
restringir la libertad del detenido más allá de los límites estrictamente
necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo eficiente de las
investigaciones y que no eludirá la acción de la justicia, pues la prisión
preventiva es una medida cautelar, no punitiva. Este concepto está
expresado en múltiples instrumentos del derecho internacional de los
derechos humanos y, entre otros, en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, que dispone que la prisión preventiva de las
personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general (art.
9.3). En caso contrario se estaría cometiendo una injusticia al privar
de libertad, por un plazo desproporcionado respecto de la pena que
correspondería al delito imputado, a personas cuya responsabilidad
criminal no ha sido establecida. Sería lo mismo que anticipar una pena a la
sentencia, lo cual está en contra de principios generales del derecho
universalmente reconocidos”.

III.2. La cesación de la detención preventiva por el supuesto


contemplado en el art. 239.1 del CPP y el marco de análisis del
Tribunal de alzada que resuelve la apelación incidental

El art. 239.1 del CPP - incluso después de la reforma efectuada por Ley 007
de 18 de mayo de 2010- determina que la detención preventiva cesará:
“Cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren
los motivos que la fundaron o torne conveniente que sea sustituida por
otra medida”.

De acuerdo a la previsión contenida en el art. 239.1 del CPP antes


referido, para resolver una solicitud de cesación de la detención preventiva
amparada en esa causal, el Juez o Tribunal debe realizar el análisis
ponderado de dos elementos: 1) ¿Cuáles fueron los elementos de
convicción que determinaron la imposición de la detención preventiva? y,
2) ¿Los nuevos elementos de convicción que aportó el imputado
demuestran que ya no concurren los motivos que determinaron la medida
o la conveniencia de que la medida sea sustituida por otra?, conforme lo
precisó la jurisprudencia constitucional uniforme contenida en las SSCC
0320/2004-R, SC 0719/2004-R, 1466/2004-R, 0807/2005-R, y
0568/2007-R.

Así la SC 0320/2004-R de 10 de marzo, señaló: “Cuando el juez o


tribunal deba una solicitud de cesación de la detención preventiva
amparada en la previsión del art. 239.1 del CPP, ésta debe ser el
resultado del análisis ponderado de dos elementos: i) cuáles fueron los
motivos que determinaron la imposición de la detención preventiva y ii)
cuáles los nuevos elementos de convicción que aportó el imputado para
demostrar que ya no concurren los motivos que la determinaron o en su
caso demuestren la conveniencia de que la medida sea sustituida por
otra. Quedando claro que si a través de los nuevos elementos de juicio
que se presenten por el imputado se destruyen ambos o cualquiera de
los motivos que fundaron la detención preventiva, el Juez o Tribunal
debe realizar una valoración de estos nuevos elementos; valoración
similar a la que hizo para disponer la detención preventiva a prima facie,
sin que ello implique inmiscuirse en la investigación del hecho. Debiendo,
en consecuencia el imputado probar conforme a la norma
precedentemente señalada la existencia de nuevos elementos de juicio
que demuestren que no concurren los motivos que fundaron su
detención preventiva o tornen conveniente que sea sustituida por otras
medidas”.

Ahora bien, este análisis concurrente de los dos elementos previstos en


el art. 239.1, no sólo vincula al juez que resuelve la solicitud de cesación
de detención preventiva sino también al tribunal de alzada que resuelve
la apelación incidental, empero cuando el tribunal a quem analice dichos
elementos debe sujetar su examen al marco de lo establecido en el art.
398 del CPP, que expresamente dispone: “Los tribunales de alzada
circunscribirán sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la
resolución”.(negrillas agregadas).

En ese sentido se pronunció la SC 1340/2005-R de 25 de octubre, en un


caso en el que los Vocales “recurridos” inobservaron lo dispuesto en el art.
398 del CPP, a tiempo de resolver una solicitud de cesación de la
detención preventiva sin sujetarse a los argumentos de la Resolución que
la resolvió y a los puntos expuestos como agravios por el apelante, sino
que contrariamente expusieron otra motivación; por lo que otorgó la tutela
disponiendo que dichos Vocales dicten nueva resolución conforme a los
fundamentos expresados en dicho fallo constitucional, con el siguiente
precedente: “El referido entendimiento, también debe ser observado por
el Tribunal que conozca la solicitud de cesación en apelación, vale decir,
que su parámetro de análisis deberá sujetarse a establecer en una
primera fase: a) cuales fueron los requisitos que consideró concurrentes
el Juez cautelar al disponer la detención preventiva; y b) cuáles son los
nuevos elementos de juicio que alega y demuestra el imputado. Sin
embargo, debido a la naturaleza de su obligación -resolver una apelación-,
el análisis tendrá una segunda fase consistente en contrastar los
elementos de juicio presentados en la primera fase con los fundamentos
de agravio expuestos por la parte apelante, con lo que queda claro que el
Tribunal a quem no podrá por si, exponer otros fundamentos que
no estén vinculados a su vez a los que motivaron la detención, los
expuestos en la solicitud de cesación y los de la apelante, pues de
no sujetarse a este marco de análisis, infringiría la norma
prevista por el art. 398 del CPP, que expresamente dispone: 'Los
tribunales de alzada circunscribirán sus resoluciones a los
aspectos cuestionados de la resolución', disposición que asegura el
cumplimiento de las normas del debido proceso y con ello la igualdad
efectiva de las partes, de modo que el Juez se rija por el eje de la
imparcialidad, sin poder suplir la negligencia de las partes u otorgarles
más allá de lo que han solicitado” (el resaltado es añadido).
En ese sentido también está la SC 2558/2010-R de 19 de noviembre,
anteriormente citada que estableció que los Tribunales de apelación que
resuelven una solicitud de cesación de detención preventiva están
vinculados:”…a la resoluciyn impugnada y a los puntos apelados,
expuestos como agravio, delimitan el campo de acción al que estará
sujeto el Tribunal de alzada a tiempo de compulsar y valorar la prueba
presentada como nuevos elementos probatorios, a efectos de determinar
si la resolución impugnada actuó conforme a derecho a tiempo de
denegar o conceder la solicitud de cesación de la detención preventiva
…”.

Consecuentemente, el tribunal de alzada que resuelve la apelación


incidental de la solicitud de cesación de la detención preventiva por el
supuesto contemplado en el art. 239.1 del CPP, en su resolución debe
realizar el análisis ponderado de dos elementos: 1) ¿Cuáles fueron los
elementos de convicción y supuestos que determinaron la imposición de
la detención preventiva? y, 2) ¿Los nuevos elementos de convicción que
aportó el imputado demuestran que ya no concurren los motivos que
determinaron la medida o la conveniencia de que la medida sea
sustituida por otra?, análisis que debe realizarse en el marco de lo
establecido en el art. 398 del CPP, que dispone que “Los tribunales
de alzada circunscribirán sus resoluciones a los aspectos
cuestionados de la resolución” (negrillas agregadas), es decir,
contrastando los dos primeros elementos, con estos otros dos: 1)
¿Cuáles fueron los puntos expuestos como agravios por el apelante?; y
2) ¿Cuáles los fundamentos de la resolución que resolvió la cesación de
detención preventiva en primera instancia?.
III.3. La valoración objetiva e integral de los elementos probatorios
en la cesación de detención preventiva al amparo del art. 239.1
del CPP por el Tribunal de alzada

En coherencia con la línea jurisprudencial señalada, se tiene que el


análisis de los elementos previstos en el art. 239.1 en el marco de lo
establecido en el art. 398, que realice el tribunal de alzada a tiempo de
resolver en apelación la solicitud de detención preventiva debe ser en
forma motivada y con una valoración objetiva e integral de la prueba
aportada por ambas partes procesales.

Así lo estableció la SC 0568/2007-R de 5 de julio, citando a la SC


1249/2005-R de 10 de octubre, en un caso en el que tanto el Juez
cautelar como el Tribunal a quem no expresaron los fundamentos que
permitiesen inferir de manera objetiva que los imputados no habían
desvirtuado, a tiempo de solicitar cesación de la detención preventiva, la
inexistencia de riesgo de fuga y/o obstaculización de la averiguación de
la verdad, con el siguiente precedente:"…el análisis integral de los
nuevos elementos presentados por el imputado para obtener la cesación
de la detención preventiva, no sólo alcanza al juez cautelar, sino también
al tribunal que conozca en apelación la resolución que conceda o rechace
la cesación de la detención preventiva, toda vez que si bien de
conformidad con el art. 251 del CPP, las medidas cautelares dispuestas
por el juez cautelar, pueden ser apeladas y, por lo mismo, modificadas,
ello no significa que el tribunal de apelación cuando determine revocar la
concesión o rechazo de la cesación de la detención preventiva, esté
exento de pronunciar una resolución lo suficientemente motivada y de la
necesidad de realizar una valoración integral de los nuevos elementos
presentados por el imputado, expresando si los mismos destruyen o no
los motivos que fundaron la detenciyn preventiva”.

“… al resolver la cesaciyn de la detenciyn preventiva, el Juez de


Instrucción debe considerar si con los nuevos elementos de juicio el
imputado logra destruir o modificar sustancialmente los motivos que
fundaron la detención preventiva, y de no darse esa situación, el
Juzgador rechazará la solicitud, pero para ello es necesario que su
determinación contenga una explicación motivada de las razones por las
cuales persisten los motivos que fundaron la detención preventiva,
condición que también se aplica al Tribunal de alzada que pudiese
conocer en revisión la determinación asumida por el Juez a quo, pues el
Juez o Tribunal de apelación de igual forma debe pronunciar
una resolución lo suficientemente motivada, realizando una
valoración integral de los nuevos elementos presentados por el
imputado, expresando si los mismos destruyen o no los motivos
que fundaron la detención preventiva” (el resaltado es añadido).

En ese mismo sentido está la SC 1147/2006-R de 16 de noviembre, al


determinar: “ …la resolución que resuelva la solicitud de cesación de la
detención preventiva debe reunir las condiciones de validez, para ello la
autoridad judicial competente a tiempo de contrastar los nuevos
elementos presentados por el imputado, deberá fundamentar la decisión
de conceder o rechazar la solicitud de cesación de la detención
expresando los motivos de hecho y de derecho en que funda su
determinación, los cuales deben obedecer a criterios objetivos,
exponiendo el valor otorgado a los medios de prueba presentados y
sujetando su análisis a los presupuestos que fundaron la detención
preventiva del imputado, la fundamentación que no puede ser
reemplazada por la simple relación de los documentos o la mención de los
requerimientos de las partes, sino las razones jurídicas que justifican la
decisiyn adoptada”.

Por su parte, la SC 1147/2006-R, respecto a qué debe entenderse por


valoración objetiva e integral de los elementos probatorios en la
cesación de detención preventiva, señaló:“…no debe tomar un solo
elemento de los previstos en los arts. 234 y 235 CPP, para sostener su
decisión de rechazo, sino que debe valorar todos los elementos y
finalmente decidir en la forma que sea menos gravosa para el imputado,
lo que no implica que por ello, ponga en riesgo el desarrollo del proceso
y la averiguación de la verdad, pues si bien éste es de relevancia cuando
se les presenta una solicitud de cesación, no es menos cierto que, la
libertad según el mismo Código adjetivo penal en su art. 221, sólo puede
ser restringida cuando es realmente necesaria y en todo caso, como ya
se estableció en caso de duda, también el art. 7 del mismo cuerpo legal
dispone que: ´Cuando exista duda en la aplicación de una medida
cautelar o de otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades del
imputado, deberá estarse a lo que sea más favorable a éste…”.

A lo señalado y, en coherencia con dicha línea jurisprudencial, se añade


que cuando se trata de la valoración objetiva e integral de los elementos
probatorios en la cesación de detención preventiva al amparo del art.
239.1 del CPP, es deber del juez y también del tribunal de alzada tomar
en cuenta en forma integral los nuevos elementos de juicio aportados
por el imputado que demuestran que no concurren los motivos que
fundaron se disponga su detención preventiva o existen otros que tornen
conveniente sustituirla por otra medida; y los aportados como prueba por
la parte acusadora o víctima que acreditan que tales motivos subsisten,
exigencia que está prevista en la ley, conforme lo establece el párrafo
segundo del art. 234 del CPP, respecto al peligro de fuga que establece
que para decidir acerca de su concurrencia, se realizará una evaluación
integral de las circunstancias existentes, teniendo igual redacción el art.
235 del CPP, respecto al riesgo procesal de peligro de obstaculización.

Ello, en razón a que para acordar y mantener una detención preventiva


hay que valorar todas las circunstancias que concurren en cada caso,
teniendo en cuenta el criterio favorable al derecho a la libertad personal
o física. En efecto, para que una resolución judicial de detención
preventiva o de rechazo de cesación a la detención sea fundada en
derecho, debe pronunciarse cuidadosamente evaluando todas las
circunstancias concurrentes en el caso, es decir, toda la prueba
disponible en el momento en que ha de adoptarse la decisión que
hubiere sido aportada por las partes, por lo que no podrá fundarse una
resolución judicial basándose únicamente en una circunstancia existiendo
otras que puedan confirmar la inexistencia de los peligros de fuga y
obstaculización.

III.4. El caso de examen

III.4.1. Respecto a si la Resolución del Juez Tercero de


Instrucción en lo Penal al rechazar la cesación de
detención preventiva de Erika Rodríguez Velásquez
circunscribió su análisis al art. 239.1 del CPP
(expediente 00049-2012-01-AL)

De los antecedentes remitidos a este Tribunal Constitucional


Plurinacional se tiene que el Juez cautelar dispuso por Auto
938/2011 de 7 de diciembre la detención preventiva de Erika
Rodríguez Velásquez con el argumento de que la imputada
simplemente justificó la situación domiciliaria y no así la laboral
ni familiar y que la documental presentada resultaba
insuficiente. Además que se tendrían antecedentes de un
proceso por el delito de agio que no fue motivo de observación
por la defensa técnica y que ello acreditaba la concurrencia del
riesgo procesal de peligro de fuga contenido en el art. 234.8 del
CPP.

Posteriormente, el mismo Juez mediante Auto de 13 de


diciembre de 2011, declaró improcedente la cesación de
detención preventiva con respecto a Erika Rodríguez Velásquez
en razón a que la documentación que la misma presentó
resultaba contradictoria ya que contaría con doble domicilio,
pese a ello cuando el art. 239 del CPP establece que: “Cuando
nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los
motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea
sustituida por otra medida” la primera parte debe entenderse en
el marco de la segunda y en el marco de la jurisprudencia
constitucional que obliga a los jueces a efectuar una valoración
integral de los supuestos y pruebas que dieron lugar a la
detención preventiva, en este sentido el aspecto domiciliario se
discutió desde la audiencia que dispuso la misma y durante su
cesación nuevamente fue debatido por documentación que la
misma presentó a efectos de obtener su libertad sin que este
Tribunal pueda revisar la valoración de la prueba efectuada por
el juez de la causa, dejándose además en claro que la imputada
mediante su abogada realizó diferentes alegaciones al respecto
y tuvo oportunidad para responder a las observaciones
efectuadas por la Fiscal de la causa y el abogado de la víctima a
la constitución de su domicilio por lo que tampoco existió
indefensión alguna y respecto a la falta de fundamentación
debe recordarse que por la naturaleza de la decisión es decir
modificable y conforme la SC 0012/2006-R de 4 de enero: “…no
supone que las decisiones jurisdiccionales tengan que ser
exhaustivas y ampulosas o regidas por una particular
estructura; pues se tendrá por satisfecho este requisito aun
cuando de manera breve, pero concisa y razonable, permita
conocer de forma indubitable las razones que llevaron al Juez a
tomar la decisión; de tal modo que las partes sepan las razones
en que se fundamentó la resolución…” correspondiendo a este
Tribunal únicamente verificar la existencia de una
fundamentación razonable, pero no hacer de otra instancia
procesal.

Con relación a la imputada Rossio Aquino Rodríguez no amerita


consideración, toda vez que el Juez de la causa dispuso
medidas sustitutivas.

III.4.2. Respecto al respeto del principio de reformatio in peius


por parte de las Vocales demandadas ante la apelación
de Erika Rodríguez Velásquez (expediente
00049-2012-01-AL)

Del análisis del Auto de Vista 5/2012 de 10 de enero, que


resolvió la apelación formulada por la imputada Erika Rodríguez
Velásquez manteniendo subsistente su detención preventiva se
tiene que las autoridades judiciales demandadas sujetaron su
análisis a los elementos previstos en el art. 239.1 del CPP y en
el marco de lo establecido en el art. 398 del CPP, conforme se
precisó en la reiterada jurisprudencia constitucional
(Fundamento Jurídico III.2), por cuanto resolvieron en
apelación los aspectos referidos al art. 234.1 y 8 del CPP,
debatidos desde la resolución de detención preventiva respecto
a los cuales la defensa tuvo amplia oportunidad de controvertir,
resolviendo por ello sobre lo debatido y considerando los
aspectos de la apelación aclarándose que la parte adversa en
este tipo de apelación en virtud al principio de igualdad y
verdad material siguiendo el procedimiento correspondiente
podía efectuar alegaciones y aportar prueba que desvirtúe los
supuestos de apelación de la accionante.

III.4.3. Sobre si los vocales demandados valoraron objetiva e


integralmente los elementos probatorios aportados por
las partes a tiempo de resolver la cesación de detención
preventiva al amparo del art. 239.1 del CPP solicitada por

Rossio Aquino Rodríguez (expediente


00061-2012-01-AL)

De otro lado, se tiene que del contenido de los argumentos


que sustentaron la parte resolutiva del Auto de Vista 5/2012,
que resolvió en apelación la cesación de detención preventiva
de la representada de la accionante, en sentido de que
mantener su detención preventiva por la sola concurrencia del
riesgo procesal de fuga contenido en el art. 234.8 del CPP, es
posible concluir que el Tribunal de alzada no realizó una
valoración integral y objetiva de todos los elementos de
convicción para sostener su rechazo. En efecto, las autoridades
demandadas no evaluaron todas las circunstancias
concurrentes en el caso y, por el contrario, fundaron su
resolución basándose únicamente en el riesgo procesal
señalado, sin tener en cuenta que existían otras circunstancias
que podían confirmar la inexistencia o existencia de los
peligros de fuga y obstaculización que fueron objeto de prueba
por la parte imputada.

Es decir, las autoridades judiciales se limitaron a señalar que el


Juez a quo realizó una valoración inapropiada de los
elementos de prueba presentados con relación a lo dispuesto
en el art. 234.8 del CPP, por cuanto conforme a la prueba
aportada por la denunciante existía un proceso penal iniciado
el 11 de marzo de 2010 contra Rossio Aquino Rodríguez y otra
a denuncia de Cilmar Cruz Villca por el delito de agio, además
de una imputación formal de 27 de agosto del mismo año, que
-a su juicio- era la prueba idónea para mantener subsistente la
concurrencia prevista en el art. 234.8. Así también que los
medios probatorios presentados por Rossio Aquino Rodríguez y
otra, presentado en la audiencia de cesación de detención
preventiva sólo justificaban la existencia de familia, domicilio y
ocupación y no así respecto al riesgo de fuga contenido en el
art. 234.8 del referido código; y que fue el propio Juez Tercero
de Instrucción en lo Penal, que dispuso la detención
preventiva, quien afirmó que existían antecedentes contra la
imputada en su despacho judicial.

Argumentos que contradicen lo establecido en el párrafo


segundo del art. 234 y art 235 del CPP, sobre la exigencia de
evaluación integral de las circunstancias referidas a los
riesgos procesales de peligro de fuga y peligro de
obstaculización y se apartan de los criterios de interpretación
para la aplicación de medidas cautelares que restringen el
derecho a la libertad personal o de locomoción establecidos en
la Ley Fundamental (art. 23.I), en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (art. 9.3), la jurisprudencia de la
Corte Interamericana sobre Derechos Humanos (Sentencia de
12 de noviembre de 1997 - Fondo-, caso Suárez Rosero
párrafo 77 citados en este fallo en el Fundamento Jurídico
III.4), y los arts. 7, 221 y primer párrafo del 222 del CPP,
normas que orientan la labor del juzgador en sentido de que la
aplicación de medidas cautelares restrictivas a la libertad
personal no son medidas punitivas, por lo mismo, su
imposición no debe ser la regla por cuanto tienen únicamente
la finalidad de asegurar que no se impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no se eludirá la acción de
la justicia.

En cuyo mérito corresponde otorgar la tutela solicitada, con


mayor razón si este Tribunal advierte que las Vocales
demandadas sustentaron su decisión en un riesgo procesal que si
bien fue discutido en el trámite de cesación de la detención
preventiva y apelación, empero, no tenían certeza de que
hubiera sido probado tal extremo en el momento de resolverse la
cesación de detención preventiva.

III.4.4. Sobre si las vocales demandadas cuando resolvieron la


solicitud de cesación a la detención preventiva de Erika
Rodríguez Velásquez y de Rossio Aquino Rodríguez al
amparo del art. 239.1 del CPP circunscribieron su
análisis en el marco de dicha norma y lo dispuesto en el
art. 398 del CPP y la jurisprudencia constitucional
(expedientes 00049-2012-01-AL y 00061-2012-01-AL)

De la compulsa de los fundamentos esgrimidos en el Auto de


Vista 5/2012 (fs. 839 a 845), pronunciado por las Vocales de la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de
Oruro -ahora demandadas- que resolvió en apelación la
cesación de detención preventiva de la representada de la
accionante al amparo de lo previsto en el art. 239.1 del CPP,
corresponde señalar que dichas autoridades judiciales no
sujetaron su análisis a los elementos previstos en dicha norma
procesal penal en el marco de lo establecido en el art. 398 del
CPP conforme se precisó por la reiterada jurisprudencia
constitucional (Fundamento Jurídico III.2), por cuanto si bien
analizaron el riesgo procesal contenido en el art. 234.8 del CPP
enmarcándose en los agravios esgrimidos por la parte apelante
conforme consta en el Auto Interlocutorio 982/2011, que
demuestra que la abogada de la víctima impugnó la prueba
presentada por la imputada en sentido de que: “…la defensa
no ha desvirtuado de ninguna manera los peligros procesales
por los cuales se ha dispuesto la detención preventiva de las
señoras Aquino y Rodríguez tales como el art. 234.6 y 8 del
CPP, teniéndose la certeza de que ambas señoras están siendo
procesadas paralelamente por el delito de agio que tiene que
ver con la venta de GLP en garrafas, por lo que deberá
compulsarse este elemento por demás importante y denegarse
la solicitud de la parte de cesación de detención preventiva”
(fs. 192 vta.); sin embargo, lo hicieron sin tener certeza de
que la víctima hubiera aportado como prueba el cuaderno
procesal que demuestre las aseveraciones formuladas en su
apelación incidental respecto a la existencia de una supuesta
denuncia por el delito de agio contra la imputada - ahora
representante de la accionada-, situación que fue constatada
por el tribunal de garantías, lo que ciertamente da cuenta de
que las autoridades judiciales demandadas introdujeron y
sustentaron su decisión en un riesgo procesal que si bien fue
discutido en el trámite de cesación de la detención preventiva
y apelación que se analiza, empero no se tenía certeza de que
hubiera sido probado tal extremo en el momento de resolverse
la cesación de detención preventiva en ambas instancias.

Por lo expuesto, el Tribunal de garantías al haber concedido la acción


respecto a las dos representadas de la accionante, hicieron una evaluación
parcialmente correcta de los antecedentes y de las normas aplicables al mismo.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera, en virtud de las


atribuciones que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en
revisión resuelve:

1º APROBAR en parte la Resolución 01/2012 de 28 de enero, pronunciada


dentro del expediente 00049-2012-01-AL y, CONCEDER la tutela a
Erika Rodríguez Velásquez respecto de las Vocales demandadas, y
DENEGAR respecto al Juez demandado.

2º APROBAR la Resolución 01/2012 de 28 de enero, dictada dentro del


expediente 00061-2012-01-AL y, por ende, CONCEDER la tutela a
Rossio Aquino Rodríguez.

3º Disponer en ambos expedientes se pronuncie nueva resolución conforme


a los fundamentos de esta Sentencia.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta constitucional


Plurinacional

Fdo. Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

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