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Sarmiento dice, entonces, que “nos cumple llenar el déficit de suficiencia que
ha dejado a la España en el límite dudoso que divide a los pueblos civilizados de los
bárbaros y el aumento de barbarie que nos trajeron la colonización y nos conservaron
los indígenas”. La idea, entonces, no era crear una América según la misma América,
conforme a la cultura propia y fusionándola con el aporte externo, sino crear América
según Europa, destruyendo al indio (el salvaje), que era un obstáculo. El rechazar la
existencia de una cultura propia o entenderla como “anticultural” planteó la famosa
dicotomía civilización-barbarie: todo hecho propio (por serlo) era bárbaro, y todo hecho
ajeno, importado (por serlo) era civilizado. Civilizar, entonces, consistió en
desnacionalizar, teniendo en cuenta a Nación ligada a la realidad. Si cuanto más
europeo es algo, más civilizado, y cuanto más americano, más bárbaro, el progreso de
la Nación no consistió en evolucionar desde la propia naturaleza de las cosas, sino
destruir la naturaleza de las cosas para reemplazarla.
Para cambiar esta realidad, para europeizar América (donde se entendía que la
europeización se debía dar tomando como ejemplo al mundo anglosajón poniendo
como ejemplo la colonización de los Estados Unidos cuya superioridad fue innegable ya
que sus colonizadores habían sido “más aptos” durante el proceso. Alberdi destaca
incluso, al idioma inglés como una necesidad primordial en la educación para conseguir
ese progreso tan deseado. Al mismo tiempo se pensaba que se tenía que
“desespañolizar” al continente), fue necesaria la ayuda de la inmigración.
CREO QUE ESTO ESTÁ RE CUELGUE, PERO NO SÉ CÓMO UNIRLO. O sea, falta un
puente entre estos dos párrafos.
Este pensador dijo “gobernar es poblar”, pero poblar con ciertos hombres y de
ciertas maneras, poblar con hombres “civilizados”. Él decía que se conseguiría elevar la
capacidad real de nuestros pueblos a la altura de constituciones escritas y de los
principios proclamados “por los medios que dejo indicados y que todos conocen (…)
por la inmigración…” o “la Europa nos traerá su espíritu nuevo, sus hábitos de
industria, sus prácticas de civilización, en las inmigraciones que nos envíe (…) Al lado
del industrial europeo, pronto se forma el industrial americano”. Eran necesarias
porque, según él, “no tendréis orden, ni educación popular, sino por el influjo de masas
con hábitos arraigados de ese orden y buena educación”. Sin embargo, este recurso
resultó ser un arma de doble filo: no llegaron los inmigrantes ingleses (los ingleses que
vinieron fueron gerentes ferroviarios) u holandeses, sino españoles, italianos, eslavos,
hombres procedentes de la Europa Oriental, los más “retrasados” tecnológicamente,
los menos “refinados”.