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Coft>ccum du·tgida por
Santm~o Guijarro Oporto
LARRY W. HURTADO
LOS PRIMITIVOS
PAPIROS CRISTIANOS
Un estudio de los prin1eros testitnonios
materiales del movimiento de Jesús
EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2010
Al prufc!-(lr hJwin Judgc
y3 amigos del ('entro de ln\'c,tigadón Do\.'Jm~ntótl
ulm!> colc:gu:. )'
de Historia Antigua de la L'ni\'ersidad Macquaric.
¡;,-,n gratitud por MI amahihdad y generosidad dumntc mi estancia
C:t)nlll inn~stigador imitado dC' la uni,crsi~lad. de ahril a mayv de 200~.
ISB!\:: q7M-~-,1)1.1'?.&6-X
~ito legal: S. 1121-2010
I~SC'J c:n Espai\a lJnion Furo~
lrJ1)n me: <.i rili~ 'u \'aro na S. A.
PREFACIO
Mis dudas sobre si merecía la pena escribir este lihro se han ido
di~ipando gracius u las conversacnmcs mantenidas a lo largo del úl-
timo ai\o con varios c:studiosos del Nuevo Testamento y del cris-
tianismo primitivo (incluidos algunos ya consagrados). Cuando me
preguntaban a qué csta·,a dedicando mi ai\o sabático y re~pondía que
a escribir un libro sobre la imponancia de los primeros manuscritos
para la historia del cristianismo primitivo, lo habitual era encontrar-
me un rostro que denotaba incomprensión. al tiempo que se me pedfa
que fuera más explícito. Tras algunas aclaraciones. mis interlocutores
se sorprendían por lo general al saber que. en nuestros más antiguos
manuscritos, ya hay alestiguados esfuerzos por emplear signos de
puntuación y por marcar unidades de sentido más amplias. así c.omo
una curiosa predilecci(•n por el códice. especialmente en el caso de
los textos bíblicos. Y a :nenudo se mostraban fascinados por el hecho
de que estas peculiaridades tuvieran interesantes repercusiones en
algunas conocidas cue~tiones históricas sobre el cristianismo primi-
tivo. Me da la impresión de que los aspectos tratados en este libro no
son tan familiares como debieron para los investigadores. Así pues,
uno de mis principales objetivos es llamar la atención sobre una serie
de datos y características a menudo ignorados.
No obstante:, he trotado de hacer algo más que: presentar y va-
lorar lo que otros han dicho. Mi objetivo es tamhién hacer 8\'anzar
la reflexión sobre algu:1os temas. lo cual -espero- bcneticiará a su
vez a quienes están ya razonablemente bien informados sobre ellos.
Presento este estudio como respuesta agradecida a quienes se han
dedicado al estudio de :os manuscritos primiti\'os, que han supuesto
un JU"an estimulo y apoyo en la presente in\'cStieación.
Gracias a un semestre sabático concedido por la Universidad de
Edimburgo y n otro periodo de dedicación exclusi,·a a la il\\'estiga·
ción a expensas del Consejo para la Investigación en Arte y Huma-
mthdes ( AHRC'l. pude disponer de todo el ar'o 200." para completar
los cstudius nccesttrios para este lihro y escrih.rlo, dispcnsndo de
la l.'nsci\anza "v de las tareas administrativas. De hecho, estov" muv.
agndecido por este año sabático, y espero que lo que a<J,~i ofrezco
ayude a demostrar la utilidad de e~tos largos pennisos para rcali1ar
proyectos de investi~:usción )' paru escribir.
En la primaverd de 2005 tuve la oponunidad de pasar. como in-
vestigador invitado. \·arias semanas en la L'niversidad Macquarie.
donde profundicé en los ternas tratados en este libro. Tnl vi~ita rne
pcm1itió colabc>rar intensamente con los colegas del Ancient llistory
()o;:uments Reseach Centre (AHDRC), particulamtente cün aquellos
implicados en el proy"'-cto sobre los papiros ...~n el nacimieruo del cris-
tianismo en Egipto ( PRC E). También me facilitaron el acceso libre y
total a sus numerosos archivos sobre manuscritos cristialklS primiti-
vos. La profesora Alanna ?\obbs me dio todas las tacilidadt's, y quiero
dejar aqui constancia de mi gratitud hacia ella y hacia la Universidad
Mscquanc por e~ espléndida opor1unidad para acrecentar mis cono-
cirnientos ~obre papirologia. Quiero mencionar adc.!más a los doctores
Don Barkcr \' Malcolm Choat. quienes me ofrecieron generosamente
su tiempo y su foooación. El profesor Samuel Lieu (co<)irector del
AUDRC) también se interesó por mi investigación.
Asimismo, me proporcionaron amablemente un ordenador, asl
como un cómodo alojamiento para mi y para mí mujer. Don Barker
y mJ esposa compartieron con nosotros una deliciosa excursión a las
Montanas Azules. y Ala1ma Ofl.Caniló concienzudamente varias co-
midas paro que conociésemos a otros colegas de la universidad. Sam
Líeu nos llevó. junto a otros estudiantes de posgrado. a disfrutar de
una cena en un restaurante chino, donde con su experiencia eligió
sobcrhios manjares para el grupo. Todos esos colegas también par-
ticiparon en una preciosa cena de dcHpcdida en In!\ últimos días de
nuestrc~ estancia. Durante todo el tiempo que pasamos «allá abajo)),
nos sentimos calurosamente acogidos y amablemente tratados.
Otro placer del que gocé durante el tiempo que pasé en Sydney
fue de la opor1unidad de hablar con el profesor Edwin Judge. el pa-
dre fundador del Ct>nlr() y rlel rroyecto PRCE. Entre sus publica-
ciones. algunas han beneficiado directamente a los est1diantes de
lOS> orígenes cristiunos. desde su libro pionero The Socwl Patter11 ol
f' rr:/tlt."'
.\. El cdtfi~'"' de l>una [Uhlpl\~ parece: h.thcr ''du un:& ca\a, rc:IIU\ .t•LI pur.a utlli·
1ar~ \:omo i~l~ia y \k-srnuda ~:on el n:sto de la ctudltd en el 25t' d.C. m una incur·
sión de: los sasanidas. Fue td~ntiikado dur.mh: las cxc~wacion~ tk Dlrn EuroJlllS
\."flt~ 1922 y 19~9. Para informacion y hiblí~rafia. e f. L. M. Whit~. l>•ra T:urbpos.
c:n H.C l. 352-353: Id .• .-trchilt'< turt•, en UT l. 104· )()(,;u.~· Sn~Jc:r, .flt/t' p,Kc·m,
ft'7-117. St~rc el hulllvto~u de un;a híi\Íh~u <M M~ltliV en A\fahn: hn¡l::' tlh" tlftot.'ailll·
ronun·aqaru.html. lf.n el mortk:nto ~preparar c:sla edición -junm :'010 se h;m
\isilado todo!. los ~nl~ces de lntc:mc:t ~·. c:n !o.U Cll)i(), !loe: han .J~luuhzadotN. del E.,¡ .
.S. Para un repa~o actu.tlilado y conciso del mat~rial q)lgratico .:ristiano. ct:
\t. 1' \-tdlu):th. lmcrlplloth, en EH.· l. ~74-;q(, (cml htbJi,,~r"ll"t e;. Snydcr,
:fll/( Pdn'm. 11 '1-14M, prC'\C:Ulil un annJi~j, m.h dcluiiUdll de la" in'4:ri¡x:ronc:!o y
~rulilus prc~un!llunlinu&nu!l. M1b 11nt1~uo. p.:w toda\ i4l di!;nt' de ~unnhur~. e:~ 11.
V, P. 'unn. Clmstimr lmcriptiom.
5. \\·. Tahhc:mc:c:. Clrrutilm ln.\·cnplwm tmm Pl:rygw; G. J. Jolnson, Earl\·
Chmtum f.pilclphv fmm :4natolw.
(•. R. t\. Kra~l~). Tire· f.'pitdplttlj ..fhc·rklm: \\ K. Wischmcycr. /)a• :fl'<''*'o"'·
truc lmfi u/.' <iraht·¡'il(l'lllnm. M. ( iuarducc:t. Tltt• Tomlu~f St l,l'lc'l', 1.11-1 ~(•, pl:m·
lc:al:>a 'IUC: uno o dU!~ ~ratitos dc:!k:uhic:rtos hajt) el V~tli..:ano puc:<kn rc;h:tr!< " me:·
diados o finales del s1~lo 11, tfk:lu~cndo uno que leía como <<Pedro está ~~utr..•••
(fiETPIOI) Et\lt, q~ pudo c:-.t.ar deslinado J mdrcar el Jugar lrad1cional de: 111
luml\1 dC' Pc:tlro. ('f 1>. 1\·t O'Clmnor. l'c•tc•r m Homc·
lnlllltlun ·tún
7. P. C. fanncv. Arr. en f. f.(' l. 120-1 26: Id .. "''' Jm·Hihle Gt"NI TI:,, Earlic''
Clwütüuu 011 Art; ·R. M lcn~n. ( ·,rdc·l~tdndmr.: ¡.:,,,.¡,. C'lm''''"' .-fll
. '
lfl. J. Haclst, Cawio~m.: des pa¡~'nl.\ lmermft'.\' .tuifs t'l du~ti<'IU, ~igU<
\olll
,jcr~d•' d Ir~"' de Cl'llurhll C"Cn'-·r.al. F!tlá m~~ni1adu \C~Ún 1~ IÍJX~ dcl~'il(~ Cllntc-
nidCI!> en 1,~ tnl\nu~cnh>s. J'(W lt;ay un 1nd1cc "·r,lnulú.:i"·o. t~nicndo m cu~nta las
f~clla' ma~ prul\l~lcs 4pp. 41N..4 14 ). <>tro~ unpurtanh:,. C<llAI'l"o~ ,J< P:·Jllf\)~ cmh.s-
nn!\ loO!\ los \ÍllS \ olúmcncs. d< K. A lanJ. Rq1ertorwm dt''" grú-dmdren dmHIIc l~t:•IJ
Par\ ri /; l~ol., Rt'fkt'lormm clt·r gnc·ch&.,,.¡,,., clmstlidrc·'r l,t1pyri JI. lk!oll~ 1~¡ Cor·
nclia R~mcr hacC' un repa.~ anual de la~ publr"·ih:ioncs sobre "Jl<IPÍI\~S cri\tian<~"
en .fra'ÍIII' liu Pcq~W"IH[orulmn~-:. rl!'lnmnfkk, l:t t~rca ~el thfuntn Kurl Trcu. qutcn
~llllljlUSCl C~lS tnl\m~~ lli\UillC!> P'lr4 1111 re\ l~lll dcsd~ 1'H''I h<l.'illl 19~ 1
11. l>csarrollo ~K¡ui lA .. pwpuc:MA3o planMtdt&~ h.1.:c: .alt:unus ilrlos tn L. W. lfur-
'~'do, Tlw f:arllt'.'il Endc.•trn·, ¡s~j ""'"",
cu Tltt· .. .\ktclcl.ualu o{ I::"rll<·$1 Cltnuwn
.\/a•um.,.iph. conl~rcn~ia di, lada en d erk:u~nlm anual de: la. Socrc<bd de Litera-
lun Bihlka en San Anlmuu 1. Tc,,l~) \'fl rW\ tl.'rnttr\' de 2004.
1.~
Como amicipo de los temas que desarrolla~. 'oy a presentar una se-
rie de fenómenos que deberían ser tenidos en cuenta. ~1e contentaré
uhom con mencionar algunos rusgos de los manuscritos del cristm-
nismo primitivo. y cor, llamar la atención sobre su posible importan-
cia. dejando paru capítulos ult"riorc:s un c:studio má~ detallado.
Cumcruaré con ura ad\'crtcncia hásica: la abrumadora mayoría
de los manus..:ritos crü.tianos más antiguos son papiros. mientras que
el pergamino fue imp.Jméndosc ..:uda ve1 más a partir del siglo IV.
Además. resulta inter:sante señalar que. en comparación. los pri-
mitivos manuscritos judíos de distintos lugares de la Judea romana
parece mostmr prefcrencm por el cuero. especialmente pura te~tos
literarios::. ¡,Tiene alg\lna importancia el prcdomimo del papiro co-
mo materia escriptoria de los primeros manuscritos cristianos o es
una mera indicación del material que tenían más a mano en aquel
tiempo y lugar (el Egipto de los siglos 11 y 111)'! En ctmlquicr caso. es
un tema que merece le. pcnu ser analilado.
Un conjunto de cu~stiones algo más conocidas tiene que ver con
la interpretación que se da a la preferencia cristiana por el códice
frente al rollo. evidente desde los más antil(uos testimonios, espc·
cialmente (pero en abwluto de modo exclusivo) para aquellos textos
que los cristianos tc:nian ~n la má5 aha estima. como los copias de
los escritos del Antiguo Testamento y aquellos textos cristianos que
estaban c:onvirtiéndos~ en Escrituro. Esto contrasta con la predilec-
ción por el rollo en la cultura coetánea, especialmente en d caso de
textos literarios. ¿Cóno es que los cristianos optaron por el códice
tan rápida y tempranamente? ,·,Es una mera indicadún de que los
cristianos consideraban que el códice era más pnictico y útil, o tiene
alguna importancia sc..'flliótica. como expresión de la naciente identi-
dad cristiana, especialmente en los siglos 11 y 111'? De todos modos.
también hay textos cristiunos escritos en rollos. si bien constituyen
un pequc1\o número u:l total de los manu~critos cristianos primiti-
vos. Por consiguiente. a la hu de la esta pn:ferencin por el códice.
podemos plantearnos qué re\·cla la decisión de copiar un dctenni-
nado texto cristiano en un rollo. Parece que la opción de utilizar un
códice o un rollo no era indilcrente, pero ¡,cúmo debemos considerur
detenninados casos particuhtrcs'!
13 . .\'owtm Tc•.,tanr,•mw, GnJt'Ct'. cditadn por B. Aland et al.. Slurtgan :' 1993.
al que 11 mcnud<' !'C ~•Ut ~''"n •(Nc,clt··Aiand•).
lmni(Juc c·uitt
15. ~.1 cn~yo d.: Udon J. f.pp. ,V,•w '''·''"'"'., Textrwl Cmin'nr .ofmt•ru:cl,¡,,
constilu~·ú un 'cru' :n •~' ~dhrt: lu Pf'-"(ane<lluJ de: los cs.tudll'" le.\lualc!i ncolc,Ua·
mcntaru\~ \!ll el ;UU~IlU .tn¡; llwjún. TOil \CI M)Jo se rueda ~al\;tf ..:1 Mea akn\:ma y,
en roncn:to, clln~ttluto p.1ra la ln\c.~tigacibn Tc:-;tu.11 del ~UC\U T~lamcnlu de la
Unh,·erstdad de Munster.
16. C f. 1.. \V. tturlado. B,•nmJ thc· lntc•rludt•.
17. f,ur <JCillJlh•. d. los di\Cf\O~ \ in~ulu~ de la Jlát-:10•• \\Ctl •<'e'' Tcslllnl4:nl
ÜDttwoy» de \1urk (jm~~"1c: hnr· "'""·"'i:tiiC\":t~.cmn'rc.•sourcr tc:\lcrit.hlm.
1H. Entre los imcstigadurcs angloparlantc:s que ~e centran en la critaca textual
del Nuc:\o Tc!otam~nlo c~tár1 Bart Ehrman tl.Jna~o·ersuiad de Cawlma dcll'\ortc, EL
UU.), l>a\ 1d Parkcr ( limnrl'idad \k Buminghllm. Remo Unidot y J. K. EIlion
(Uni~c:~•d"d de L.c~ds, Rc11u Crudo). S1 amph:uno~ el drculu e m~humn~ e~
cial~ta.., tn matcrutl n.-h•~o:ic·n.ado IJlor eJcmplc•. Inflo l. XX. lu~ p.1drc~ Hpt»lúhcu!~,
Naa Bunun.ad1, eh:. t. h1s ~'1unumdadc~ ~· los r~ur~~ son tod~a~o l..a rn.ayorc~.
1Q, D ..tdo ~Ud la \:ont~;lón e:; bu~nll poro d alrrut. ~con<>c~o que m1 proplol te·
si~ doclnr.al se ~c:ntr.tba MUe todo en la cumpan14:tón de vanantcs, prestando escasa
atención ;s tod\K h)!' <kma' ·•l'Jl(ChH· de lo~ manur.cr11os.
modernas ediciones. cncontrnmos mucho más sencillo leer tmnscrip-
ciores impresas que enfrentamos n las muy diferentes()' a \'Cl'es cxi-
gent'--s) curncteristicas de la el'crilurn de lus munuscritos arn,gmls:".
Sin embargo. si los excgetas --excepto los fonnados e i•teresados
en b critica textual·· rara vez acceden a los manuscntos de 1extos neo-
test.tmentarios. no result•• sorprcndenle que otms manu~cr11os cristia-
nos primitivos apemas sean con!'ultados. A decir verdatl. como ocurre
con los distintos escritos del Nuevo Testamento. los estudiosos, por
una parte. están interesados en los textos transmitidos por dichos ma-
nuscritos; por otm, valoran lu importancia de esos lcstimonios manus-
crit~lS para calculur en qué techa pudieron haber sido compuestos. y
asimismo pre1enden rastrear la histona textual. Sin cmbargll, dejan en
ma1os de papirólogos y paleógrafos la consideración de los manuscri-
tos como artefactos históricos y materiales.
Reconozco que se requiere una enonne pcriciu para tdcntiticar.
techar y editar manuscritos antiguos. de modo que está plenamente
justificada la confianza de los investigadores en los especialistas. En
cst·: libro, sin embargo. deseo mostrar que los aspectos normalmente
estudiados Jlor papirólogos y paleúgratos. cspeciulmcntc los aspec-
tos materiales de los manuscritos cristianos, tienen mucha importan-
cia. Por ello. resultaría muy provechoso que los investigadores dd
Nl:evo Testamento y del cristianismo primiti\·o ~ familiarizasen con
esto!\ urtetactos cristianos. No se lnlta de que todos scumos c~pertos
pa¡:>irólogos y palcúgratos, pero podemos aprender a tentT en cuenta
lo que ellos ponen a nuestra disposición. para recopilar datos ttmda-
mcntales pam d estudio de lo~ orígenes cristianos::.
En su inestimable estudio ~obre el uso de los libros en el cristm-
nismo primitivo. llarry Gamblc reconocía que la proliteración de
es:>ecialidades en el estudio del Nuevo Testamento y de los primeros
grJJX>S cristianos ha llc,·ado a impresionantes hallalgos. pero esta
fragmentución da lugar camhién a que se desconozcan los resulta-
4. Además de: l;t signatur"' fonnal del manu!lcrito (por CJcmplo, ?Vale 1J, mdi·
co ~ambién los númc:ros de rcfetencta de los catálogos imponantcs. Cf. la hsta de
ntle\ iatur3'1 p:.aru l!lk:''""11r !iU Ululn compleh,
~. Lu Ru~>< de l>utu"'d~ Ltbro"' :\nti~uus de l.u,;auus cU>AU) C!illll \olios'• en·
1á.ogo (pero no carente de errores) ni ~uc ~ 'u:ccdc fk)r Internet y nyo ob;c:h\o es
enumerar lodos 1~ l(Xtos •dil~anos•• de: época romana fhllp:' ww-..lnsmegt~os.
org·ldah: t. Para los antiguos manu~ritos juc.hos y cristianos. ndo, tmase el Cc~ta·
¡,~, de Van lf~IM (,¡ hicn ahum está al ¡Jo anticuado a la ha1 de la5 má\ n:dcntes
puhlicac•oncl> de papuos dc: <hnTin~o y de alguiUl\ le\tO) judlu!l encontrAdos ~n
C)CliVClcion~" de: Judc:a). Otro imrortnntc rccuno en Internet e:~ el Sistema A\lln·
;2.00 de lnfonnación Paptrológ1ca (.-\PIS). que incluye \·lnculo) ~on nmll!l fuc:nt~~
de tnfonnación Mlhre te:\tos literari<>5 escritos en Jl'lplro. pero de momento c:x-
ckmvamcnt~ papir~ «k una serie de in~titucione-s estadounídc:nso f hnp: ·/w\\ w.
Cl'lumhta .cdu cu/1" ell.1pwjcctvdig•htl/11pl!i ).
/.m· tf'.\"tfl.\ :.(¡
6. Cf. un ~ve: panor.1:na de lo~ pru~ros paS<)lt ~n d desarrollo del ""Mon cri~·
tiano en l. M. ~cDonald. Ca11on fofScriptu~J. en EEC l. 20S·210. Pans una re·
flextón mi." utensa. cf. l.. \f. McDonald-J. A. Sandtrs (c:ds.). Tht: Gmmr fkl){¡fc>.
7. Por !lupuesco. lo~ crisUilllot- marctonit&U• )' prob.lblcnlt'nlC' mlk:ht~ <k lt~ ~ut
los invcsl•g"&'rc:-s dcnumiran cnt-11anos ~'JJnOSttco"'' r«hv.ahan d t\rt11~uo 'l~slll·
mento como f.scntura. He plamco~do que uno dc:- los ra~go:.o; fundamenules de lut-
'h\,;ul~ que: ~umpunlan el uistianillmo '~pruuMmudo:m» c:ra c-1 hc:dtu de: que: ...-om~•·
deraban las ~rituras de la tradición judia tarnbicn como sus escritura.-;: L. v..-. Hur-
tado, Lonl.lc·"i' Chrat • .S\14-4')(,.~6~·~7~ (St•nnr .lc·,u·rutc>, ~)-~h~.MM·M4).
_,,
se con seguridad antes de la aparición del cristianismo. por ejemplo
lus de las excavaciones de Judea. así como los escritos cll hebreo o
aramcu, sin duda pueden considerarse judíos•. Del mismo modo. su-
poncmus que los manuscritos que contienen textos cristianos. como
los que tem1inaron por integrar el ~ucvo Testamento. proceden de
un ambiente cristinno. No obstante. rcsuha más dificil dctcnninar la
precedencia religiosa de los manuscrito~ de textos vcterotcstamenta-
rim de los primeros siglos de nuestm era.
Con frecuencia los exegetas se sirven de d~tenninadas peculiari-
dades de los manuscritos. y normalm"-ntc hay un amplio consenso'1•
Por ejemplo, las palahrus abreviadas de una l(lnna carnctc:ristica, co-
nocidas como nomina sao·a (de las que hablaremos en el tercer ca-
pít:Jlo) son generalmente consideradas como indicios de un probable
origen cristiano. Asimismo, a la hu de la temprana preferencia de
los cristianos JXlr el códice, a menudo los estudiosos crc:en que los
manuscritos de textos del Antiguo Testamento en fonna de códice son
S. Cf. 1:. lo\, Sailtc~l f'm,·ua.,, :!~J-.\ !<1; Id., Tht· (in•,•lr. Bthll<lll 7C.•.t:l\ /"'"'
tht• Juclea11 De•_,,.,.,,
o Pór ,.Ja>mf'lo. d. d resumen que presenta E. TO\', Scrihtll l,tadin·~·. 303,
También la ~fle:<ión de Roben Kraft: http:::ccatsas.upcnn.edu1rs!r¡k;je\\ishpap.
htni~Jjewishmss. Kraft propo~1ona una li~ta 1ctualitada de manuM.Tttos biblico)
en ~rie¡o (\:on fotogratlall) fe~· ruad~ en el ~itth' 1d.C. y en éf)(l\'1.~ antC'rio~~ 1por lo
~UC' ~uclen ~onsidc!'llNc: Judiui): 4QI.XXI>c:ut c4(Jt22. fr¡~mmt" de pcrlC111111nu.
De11~ronomio. ruJio. si~lo l111.C.): P.Ryl. 45~ Urattmcnto de Deutcr'l>mlmio. rollo
de í)apiro. siglo 11 a.C.); 7QpaplXXEx C"Q l. fr.1gmcnto d~ Éxodo, rdlo de pap1ro,
ca. 100 a.C.); -4QL.XXLcu (4QII~. fm¡tmcnto de un nlllo de per¡tarnino .:on l.e·
vit co. ca 100 a.C.); 4Qpapi.XXLcvb (4QI 20. rollt' de pap1ru con l.e\·ftico, ~•¡lo
laC); 70LXXf.pJer (7()2, rollo d.: papiro con'" Clan" de Jcn:rnlat -llar h ·, ~~.
lOO a.C.); P.fouad 2ó6a (rollo <k papiro con Géne~is, siglo 1 a.C.); P.f'ouad :!Oób
(rollo de p;apiro 4-!on Deuteronomio. ssglo 1a.C.); P.J=ouad ~66c (rollo de papiro con
Danc:nmomio. siglo 1 a.C. •: 4QJ27 (ccparáfrasis de Éxodo,•. rollo de papiro. siglo
1a C.); 4QLXXNum (4(}1 21. fna"mcnto de rollo d~ p.:ra~amino. fina't$ dclla.<..'.);
Mlk\·XII~r ttfab 2··3, rrasm~nto de rollo dt pcrgamlntl 'on los pwfeta!i menorcll,
ti~ dd !ill.(lo la.<.'.»; P.Oxy. H22 t frag~nto de: milo de: papiro c<•n J,lb, ~iglo 1
a.f.); P.Oxy. 4443 (ftagmcnto de rollo de: papiro con Esttr. final~ del sittlo l a.C'.
o ~omienzos del 1 d.C. ). Además. Krafi incluye: ~:sttM manuscritos: 4Q 126 ( frag·
mC'nto de rollo de pcrgltminu,texto aric:go no identifkado. fine-s dclla.C.); 4Q127
(4QParáfrasi!i de F.xodo, fragnl('nto de rul1,1 de: papiro, finalc:~ dell¡,{'. ); P.fouud
20J (fra¡Jmc:nto de rollo de: papiro, texto ttric:tto no identtfic•do. st¡lofll 1·11 d.C.).
Cf.la lisia en E. To\'•.'k·riba/ PrtiCtlc~. 304-310. que: tncluye todos los pap1ros. ma-
nuscrito• griegos de text~ blbhcos ha.orta el siglo IV d.C También Kraft presenta
una hsta de manuscrito~ grte{u~ antiguos (así corno otro5 dato§) qlle plantea que
pueden ~Judío~ o tn~hano\.
l.o.' I«'Ji/O'
10. Por amicipar aquí la reflexión soh~ esto!' tema~ que apa~crá más adc:·
llnle, c:stoll prohlemácu:o~ -nanu~K:nto~o pueden ser unu pru~ba de que en C:MlS pri·
mcroK "'¡los el ~ontacco e lltcf\:nmhto rntrc: qutcm~ idcnltlkarílmOll como judlos
y oomo '-"fiscíanos ~oi~uió go/Jtndo de ma)·or \'ttahdad de lo qU< a \"C\:Cs creemos.
11. Cf. el repaso a las ;;opia!O de lc:xto~ vctc:roccMamcntario!' en Oxirrinco que
hace E. J. Epp. Oxyrlz.mch11.,. .\"~.,- k.'ltamem Pap.ln. 1S-20.
12. Sobre (jé~.•i.'l: Trn de~~~~ rer.ultan nlgo más ditlctlc~ de utc:ntifkar con
eeauridad Cllml) Judlu!' Cl cmhMO!I: P.<hy. 1007 (un c(ldicc de pcqtatnino. ~hl
con el tctragr6maloo c~rtl(' ~:omo lZ ~on un tnuo hof11ont4l ~''rumdo amhc)~
caractel"e$): P.Oxy. 656 (un códice de: papiro. c:n c:l que xúl""~ oo se: encuentra
abn:viado); y P.Oxy. 1166 :un rollo de: ~ptro). El manu~ríto griego con Géncii~
mú antiguo que ha llesaw a no!Wllros e::!' P.Fouad 266 (un nlllo de p.Jpiro ~on
~¡, )' l>cuh!'ftlOUilll(l), qu(' " ~'olU.'ill de: 'u d.:~ lucillO ( ~tglu 1 a.C.) e:" uh\ mmente:
judlo y no csú incluidn en laa c1fru lolalaqui dadA.
Sobre Éxodo: lndu~·c: P.lfarris 2.166. un rollo de papuo del siglo 111 d.C.. que
.aJUilOf' han idcncifteaoo C(llllO judio. Tal \"C:t se: trate de una anll>lotlia. l1lU que del
textoconunuode Éxodo. por lo que puede pro''"-nirde un conte,toJudloocri~u.ooo.
Hemos incluido en c:IMal >.(hy. 107~ (un rttllo de popiro del "il(hl 111 d.C ).
/.O\ J'l'lnllt/l'tl\ fMpli'O\ t'l'i.\IUII/0.\
Estcr c2r·'. Job ( 1). Salmos e18) 1\ Proverbios (2). Eclesiastés (2)·\
Sahiduria ti ). Eclesüistico ( 2 ). lsaias (6):'·. Jeremias ( 2 ). b:equiel ( 2 ).
l>wticl (2):~. Bcl y Susana ( 1). los prntctas menores (2)·'. Tobia!l (2)
y 2 Macabeos ( 1f"~.
oc<rtada atim1aó6n de t:pp fp. 17~. c.¡uu:n Mlstt~nc! c.¡uc las copias de ltermas c.¡uc:
se: han conscf' ;uln «se di~t~ibuycn C\lllitati\'amcnlc: desde tin;~lc:s del stgklll ha~la
el ~1glo IVu,
21. :\J~unns tfc Ctilm tnllfiU'(<:fitO!o tncluy.:on dt\\ O rnA\ C\'otn~Cht'': r•,. H. 'hc,tcr
8catt~ l. (Uillro C:\·.anltclllt:S ~-Hechos); 1•, (l•.tm Bah.Nat. 112CH • P•.• 4\1ag. 11\)
t P~· ( P.B.m:.l ). hu>· a<:cJlLidu ~umtl un m;mu~¡;rtlu que ~olllacnc .11 mt:rk~ MJh!('
y Luca."; p., (P.Mtch. t-.652. sólo sobrc,ivc:n porcionc~ de Mateo ~- Hc:~;hO$); y
Grcgory-t\lnnd U,., 1 (P. B(rl. 116!0. Mateo~· luca~. pc.-ro muy prol\ablementc del
Si81U IV).
22. 1-.1 liiU~t) rnanuM.:ratu 'JUC d.t tc~llmonsu del C\.,n~clw de: \1:uctl~ de tu~
siglns 11-111 e' fJ,. cP.Chc,trr Jkau~ 1).
23. Varios manuscrito~ c.onta<nc:n Lucas )'otro u otros ~\·ang~hos: P.~ c.P.t'hes·
ter Reatt>· f. lo~ CU2U'o C\ll1gelins y Hc.·dlns~. p .. (P.Bc'ld.XIV-XV. Luca~ y Juan~.
P~ .. P...,- P~· (\huro y lu<as•. (.ir([lory-Aiand 0171 eMateo~- Llh:a~).
24. Al¡_,tun,•~ c\Cl(cta.'i cchdn cuatw de: cllm• en el "'t:lu IV d.C '' andu'n má~>
ta*: JI.,. ftt\~ <ircl(Or}·t\land O162) JI~·. En todo ca~o. c:n tu~ prtn\Ctlll> manu~n·
cos Juan y Mutc:o Cloti\n atc!sltgu~adch con mudw mayur fr~:cucn..:i;' que lth dcm:h
e\•angellos canomc~.
25. Exclu)·c:ndo P•:· 1PJfc¡dc:Jilcrg -'5 ), ti:( hado en 1~ sa~lo~ V· VI d.{:. por c:l
editor q~ puhhcú el numu~nto.1"Cro en el si~lo 111 d.(·. pur K. t\land. Stwlic•n :ur
Oh.-rllf:/c•rrmg •"'' :\'c•rtc'll7i··''"""'"'' wul h'mc·• TC'.llc'.\. JI)~.
2b. lndu)e. en cual'lu~r caso.lt,: (P.Amherst 1.3. !\Jglos 111-IV d.C.¡.amuleto
en papiro o c:,terc.:u.:io de: '-"S\:ntura·?• ~· P, 1 1P. O~ y. (t~ i · PSI 12.12112, si~los 111-IV
d.C .• pap1ro opistó~rafo. coo Hebreos C!icrito en el 'uelto de un rollo ongmalmemc
UNdo p.1ra Ct)pmr el Epitnnc de Ti tu ll\ "' ).
27. De l(k!t>s modos. dm. de: ello~ 1•:• y P " C:\tan fcchodo~ c:n los ~•i&lm.JIJ.
IV d.C .. rusci~ el tima! \!el ~mltio que no\ intcr~!k-.. o tul \'f!l dc!ipuc~ de el.
2K. Adem.i;;, el c.:ódtc:e Crosb>·Schoyc:n 193 indu>·e una 'opia en co¡Mo s.ahi·
dico de 1 Pedro. que puede ser el más antiguo texto \:omplcto de: esta cana.
29. 1::1 unk:u tc!ltimoni. >11\dllU~ritu es P~ eP. O~ y. 4t12 ). 'fUC 1",,
lu ~(ncr.al ~e
fecha en los Mttl,,s IV~\' d.C. au~uc.• Aland lu MlU:i c:n el Mglo 111.
JO. Una unte.:;~ hnJót 'k un cúdi'e pat;in:uk• .. ugtcrc: que c:l m¡nuM:ritu com·
pido, P.Am. 1.1 ~ türcgof)·Aiilnd 02J2). pudo ha~r 'ontenido una ~olccciún de:
escritos joánu:os. que: int:lu ría c:l c\angc:lao de: Juan. ApocalapMs y la.' cartas .itWlJ·
cas. Por ejcmrlo. cf. VH 5~~. y mt postcnor rctlcx~<'ln mis addantc: c:n este: mism('
capitulo.
J l. lndu~c lt,, e,,,(hr 1U7 11, !oJglo~o 111·1\' d.l'.. milo de: pap1ro upr'lt<)t,trnt(,,
Apocalap,is en c:l \ uc:ho, l-:\t~u c:n c:l r«tu). 1•uc:dc: "M:r utru J'Arlc: dd nusmu wll('
que P.lfAO Z.J l. 'fU~ l<uub..:u \:0111&\:m: un f•~Sttmcu\u ,,k AJK'I\.:<tlip~i~ \:11 \:1 HK:hv
de un rollo. ('(. la!o c:nignut11:as rdlcx1oncs sohre est~ manuscrito ~n 1:. J. l.:pp.
(}xymlrrtdiiH \'t•l\' TntanJc''lf PciJ11'' i. 11<·1 '1.
.W /.o\ pnmlllwn poptrll.\ .n,twno'
prtlacJún del matcraal de los C\ ¡¡ngcho!> ~mórti~os Para una brcw 11111-udu~''')f' y
tradu,ctón. d J. K. Elliou. ...fpu<.·ryphul :\'t'w Tc'.~tan:~lll. ·B-45.
39. llt•chm c/t> Pe~blo es una C(lnlhin.Kil)n de tres textos: Jos Ht•cho., ck Pahlo
y Tec:lc1, la corrt•spo'"'''ttt'u. t'nlrt' Pahlu r lo,\ wrintzm. y el .\turtirw ,¡,. l'czhlo. Por
ojcmpl\t, el'. Vlf MW; J K. l:lli<ltt, :fpoc·rypJwl ,\o',•w f,•.\lamc•nt, HO·JXQ .
.&0. 1: •íla~ ~3M M iipl~tltlUo l(>rrru&ll JW1e de la colcc,Ícin de mntcmtl que IU.'<tllt'l
formando lo!i 1/t~rhuf c/c• P11hlc,.
41. Lo que ames eran oos manuscmos catalogados por separado ( Bodl. \tS
Gr.th.f4 ~· P.Vindoh.G. 39756) hoy~ C(.msideran panc!> ck uno solo. El manuscrih,
de la hibh<'t«a Bodh~1an ~ 1'-'\:haba llntcriomumtc ~n el ~·~lo V y d (ttru en lol'-
sialos 111-IV. Ahura 11cnde u fnor«cr~ '" d.Jt~tción mil• temprana. lo que: col\1\:t~
al manuscrno hada el final del pc!riúdo que nos <k:upa.
42. E$tC: texto crislianJ apar~c en d 'udto d< un rollo. encontrándose <:11
el r«to un texto hcrmétic(l o ~~gn<~ticon d~·onocidu. prohahlemcntc pasano u
an~rior al cristiam!lmn.
43. P.ludg.8at. 11 W ulfltprendc \cinti~u"u JlláaJin~\ de un c<'tdtcc en J)lflU'tl
q~ conucnc dos ~latos de la ~rea.:aón y fónnulas nlásac~'i. qua.t.á~o procc<kntcs de
un pupo o una tendencia e~ot~ica u ~<gnóstica". Por ejemplo. cf VU 333 ( 1071 ).
44. Uno de ellos. P.Ox:1. 404. e->tá datado entre los siglos 111 y 1\: hacia c:l rinal
de nu~stro pm.ldo o JUMo (.e1orué~ de él. Otro. P.Oxy. 1~2M, un cúdu:c en pcrpnu·
no techado en el sitdo 111. ruede ser panc: del mismt, manuK~nt'l que P.<h.y. 17SJ.
datado ¡en el ~•glu IV! bh• pone <k rdie\·c el 'arQ(tc:r aproxtmadu de la datacaón
pa~gráfica y c:l grado de d1\·ergem:ia efllre los cspa:1ahstar..
45. P.Oxy. S (Vtl 682~ l4 identiticación no es segura. aunque gcMrulmcntc
le ecepta como la mejor tc:~i!' po5ible.
%, la idcntllkaciún n&a amph1mcntc ~eptadl. aun ~:uand'1 no~"' Ab~l,lutA·
mente seaura.
47. la enonncmentc r.;pcudtt Kknt1f1cacaón de este trag~nto hu Mdo 'uc:s·
tiotAKia con t\Jer7.a: O. e
far1c.er-D. G. K. Taylor-M. S. Goodacrc. Tht· Dur{I-F.t•-
I"'pos Grupe/1/armony;, e f. por olra panc J. Joostcn, The Dura Pan:hment cmd tht•
D•.JJflnm
/.o\· prumtnwi.\ pti¡JitYJ.\ <nHimW\
41'1. :\lgull4.)s ellpc~tllh~ta\ fc~han este: nuanuscnto ~n el ~•~Jio 111, micntra~ que
o~ \!onstdcran mas bien 4uc per1cnc\:~ al stttlo 1V.
.s<J Pnr lu l,!~ncnd. ~ coMidc:ra que los Ortú u/tJ.\' .ühilm~.u ()'de manera c~
~iallos libro~ 1, :! y 5) pudt~ron haber tenido ongen c:n un rontc).to JudiO, ~ que
posteriormente fueron aumentados por mano~ cmtaanas. Bu:n podriu tr.uarS<- de
u• manu!lc.:ritn JUditl.
SO. leonas fue oh•~ de Alc:Jilndri:a del 2M2 al J(Kl. Se tnata del n~ unuguo
tc:,.to antimaniqut'o c:orwxido, aunque procC(J( del pcnodo final d: la epoca qu~
n•.>S interesa.
~ 1 P. O,. y. 2070 con!'lhl ~ do~ ~olumna~ C!ltropea<W de un diiJo~o antijudio
en el reClll, y de otro tc\lo escrito cn lema cu~i\'a postc:nor en el nclto.
52. Cno ( BK T t,,(,¡; VU 7.22) p.lrt'CC: ~cr una compiln~·•ún de omc:toth.'!o, utrn
eP. Woub. 3; VH 1036) puede ser un texto cu,aristt~o y el tercero (P.O.\:)'. 407; Vtf
~2) es probablemente: Wla hoJól such..1 ~da como amuleto, y por {On~ittutcntc nu
e~ c:~trictamcntc un texto <41iterario•• cnstiano.
H. P.OX)'. 17~ contiene un htmno en ~1 vueh" dt unll hojn MJciiAI de p.-.piro
(¡·un documcmto finnnctcru en el f«lu), cun la mas anll~uu notacioo mu,•cal cw••
ltan.t llegada a nosocrd~o.
54. Se cr« que: uno de ellos ~P.Fouad 203: VH 911) probablemente sea una
suplica Judía contra lo) cspintu~ impuros ~MI opma. por CJc:mplo. Van Uatlst t.
rüentra~ que el ntr,.., eVfl ~~0) C!o unu hoja ~udta <knada c:nrolla<U dentro de una
\'aja de urn, por lo que nu e" Cl'lnc:tamcnte un IC:\h• •<ht..'rario,. crttluJno, smo mn ..
f'.1cn un amulch~.
55. l.a sinopsis dc:l pro~·ccto lltuladu Hl•apyn from thc RiM: of t'hrishamt::.
in l::gypb) (PRCE) pretende ofr~cr una lista completa de papiAlS qu~ puctlc:n
<onsidcrarse d~ onl(cn ~ri!'t1.1no: http·:·ww\\.anchist.mq.cdu.au.:&_..,cccntrc.·l't)nS·
pe.: 1u~.'"' f.
1 tl\ ff".\'/tl,\ .U
58. He: tr.llado alguno~ .:aso~ <k ud1vcrsrdad radicah~ ~n d cristiamsnw d.!l s•·
¡tlo 11 en l.. W, llurcnd~•. /.cm/ ./e''"' <'hri:a. ~ t (}.~(', 1 (St•rl(lr }('~"'mio, 5N94•3~ ).
/ 0\ fe'.\ [O.\
S9. Cf. L. CllS....;on. Trawl ;,, thl' Ancit•m Uí)r/d, y la rdlextón com~nida en d
ensayo de R. lbuckham. fc11· lf'Jwm 11-(,n.· tltt! (impc·l~ Wrillt'n:1 , .12.
60. E. J. Epp. Tht· Si,flll;(lcarwc o(!IJC p,,ryri, Kl.
61. E. J. l:pp..\e••• Ta•,ram('lll Pllf~\'nH .\fm"''' rtpl' ami l.c'll1'1 ( '¡¡n,.in.r.: 111
ONco-Roma11 Timt'·'· A mod·,l '''" .:.Jcmrlu ~(h~·•onal de la~ rnterrelacloMs entre '-m•·
tilnos a lu largo de 1~ línut.:~ dd ampcrto. ~bkolm Cll\'Olt me hahllt de UIUl \.':trua
clel •i&lo 111 ~uc: c:m ió un crisnano anónimo de Roma a otros cn5-uan\.ls de t:~tpto
(P..Amhmt 1.3 ), sohcatando cttrta~ trans.Kcnmcs tlnanc•cm..,. Cf. la rcllc\iún de
Cb, Wca5ely, lA·.• pltl\ muwt~l\ mommu''''' c/u ('hri\ltlllli.lnt(' t.~o·ir' '~~" Jl!l/'.1 1'11'
e Asia Menor romana). Resumiendo. los manuscritos que se han
...:•)1\s~·n ado rcnnitcn sostener la tesis de que el material de Oxirrincn
ofrece una persllCCtÍ\':t gloh<tl. que tmsc1endc lo mem:nentc lo~:al.
De este modo. en las páginas que siguen anali1aré lo que implica el
testimonio de los papiro~. presuponiendo que. aunque procedentes
en gran medida de Fgipto, retlcjan actitudes. gu~tos y '-'tlstumhres de
mucho~ cristitmos de los siglns 11 y 111. 1\ continuación puso a consi-
derar In que podemos deducir de la lista de textos 4uc dichos papiros
nos proporciOnan.
Comenzando con lo~ escritos que tenninnron f(mnandu parte del
Aruiguo Testamento cnstiuno. los salmos son. con mudm. el texto
más frecuente. Aunque no contemos los dos rollos de pc:rgamino con
los salmos tque podrían ser judíos), quedan dieciséis copias que casi
l'Oil toda seguridml son de origen cristiano, supenmdo con mucho
el total de los demás escritos del Antiguo Testamento. De hecho,
lüs únicos tcxtos identificados empleados por los cristianos que se
aproximan al número de copias de los salmos son el ~vangelio de
Mntco (doce copias), el de Juan tal menos once copia~ y pmhable-
mente ~uince, dependiendo de la fecha de cuatro de elht~) y el Pa.,tor
de 1/t'rmtz.,· (once copiasf':.
La popularidad de los salmos no resulta sorprendcnre. Otros tes-
limonios indican ~ue los salmo~ eran \·atorados y arreciados por
Jos cristianos desde los C<.lllltenzo!t. De hecho, es el libro llliÍM '-'itado
en el Nuevo Testamento. Pam hacemos una idea. en la edición más
01odema del Nuevo Testamento griego de Nestle-Aiand. hay nueve
columnas de citas y alusiones u Jos salmos ( lsains es el segundo tex-
k) más cirado, con unns ocho columnas). l.os excgetas hnn llumudo
también la atención sobre el hecho de que los primeros cristianos
recurrieran preferentemente a los salmos a la hora de comprender
In importancia d~ Jesús y de fom1ularln para otros. El salmo JI O es
el pasaje 'etcrotestamentario 4ue más se cita y al que más se alude
en el NueH> TestamentoH. Por otra parte, los salmos parecen haber
fom1ado parte del culto cristiano desde el principio~.
t,2 En el l\fX'1\llc~·c 1 lo~o '-'IIAlm copuas de Juan (1 l;a., \IUC me n:ficw ~'" lcto; mi-
ne.-ros 11~. 11 1). 1~ 1 y 1~2. t«hadas entre linAJe:. del s1glu 111) cotlicnlus dd IV.
63. cr. t.~JX'<:ralrn.:nrc 11. M. llay. (i/ory Ollh~ Ri~/11 H<llkl. l:n un S(Otido mas
~1.'111.'1'31. e f. S. Mc,yts«:-J. J \faartcn (cds. ), Tlze l'wfm., 111 lht.• ."~t'c.'l• Tt•.Hamt'lll.
M. 11 O. ( •Id. '/'h,· J•,,tlnn r~f Prmt&'.
Más curioso rcsulu. no obstante. el hecho de que los sigurentes
textos más copiados sean (jéncsis y f~.xodo (con ocho copias cada
uno). lo cmll sugiere un imerés por c~os textos muyor del que en
princsp1o habríamos imaginado. Asimismo. es interesante el hecho
de que. para lsaias. q:Je s1gue a los salmos en el número de citas
y alusiones en el Nuevo Testamento, únicnmcntc contamos con el
testimonio de seis munuscritos. Onda la considerable impt,rtnncia
que los primeros cristianos otorgaban a lsaías. especialmente como
predicción de la figura de Jcs\ls y para jusrificar sus atim1acioncs
sobre su significación. esperaríamos que el texto tuviese unu mayor
representación"'.
También merece la pena considerar qué escritos del Antiguo Tes-
tamento fueron copiados y cuáles noM. Poseemos copias cristianas de
cada uno de los cinco libros del Pentateuco. Curiosamente. hny tres
copias del l.cvhico frente a dos copias del Deuteronomio. Entre los
libros «históricos>), encontramos unn copia de Josué, y un testimonio
de 2 Crónicas y de Est!r. Respecto a Jos profetas. además de las co-
pias de lsaias. poscemc•s testimonios de Jeremías. f:7equicl. Daniel y
los profetas menores. En cuanto a los escritos ((sapienciales•), tene-
mos copias de Provcrb·os. Eclesiastés, Job. Sabiduría y Fclesiáslico.
Contamos asimismo con manuscritos de Tobías. 2 Macabeos en copto
sahidico. así como un testimonio de los dos relatos a"adidos a Daniel
en los LXX. conocidos ~:omo Bcl y el dmgún, y SuSlmu.
Todo esto muestra que los cristianos estaban interesados y va-
loraban los textos recibidos de la tradición judía como Escritura y
textos edificantes. En óerto sentido. por supuesto. esto apenas re-
sulta llamutinl, pues pJrecc que la mayor purtc de los cristi•mos se
identificaban con el Antigu~Testamento y relacionaban con él su te.
Sin embargo. había cristianos (especialmente los marcionitas. pero
a.mbién otras <(tmdiciHles dcmillrgicus•> cristiana!t, '-Jm.· "'on~idcru
ban que la deidad que 2purccc en el/\ntiguo Testamento ent inlt:rior
al. Dios sumo y \·erdadcro, c<1n quien ellos vinculaban a Cristo y a
73. J. Painter. Ju.H Janu·~. No obstante. en !.U reflexión sobre b antigua hi!!Ut-
rinde la rcccf":iún de l:s 'arta de Sanlialtn (r. :?.~4-24X}. Pamtcr nn se rdierc a e~!!ó
pnrncnu copa.l'i en pa¡mu.
74. Sa son pnrtcl' del nw.mu tlf'l~l~ml\l, cniOil(l:~ ha~rin \jUC' '(c.'Uihtdcr.u IOt!>
c.asuntas fecha..'i atnbUtdas a ello~ (P.Oxy. W7') c~tá IC:-c.:hadu en 111 sc,gunda mnad
C'CI siglo 111. y P.IF:\0 2.'7 a finales del siglo 11 o comtcn1os del s1glo 111). N(\
(•Mlanlc. prefiero dejar cst~ asunto a los ex penos en palcograna. Cf. L>. Ha~u.-dom.
1' 1/·:.fo 11 .u.
/.o.\ ,,._,lO.\ .¡¡
7S. l:.n SU mtruduct.:i\)Jl a 1.:..1\ trc~ ultuUU!> CUJHa.~t puhhc.ttbs,, ~rá (iom~o rc-
milc m\~inlitr6 m;muscrit~ c:n puprru del Pa,tnr de: llamm. d''"'"\: de lu~ 'u:Jic:o¡
esdn datados en d siglo IV o más tarde. N. Gonis et al (cds.). The 0.\l'rhmdtln
Papyrl, 1~/umc•/.X/X, l. Ca!lc rcsc~r que 11\l' primcm.." copias Jcll'c1.'1or Jr: ll••r-
. _ (P.M";h. 1JO y P.< hy. 4 7()(,) M>n wllos. [n el ~ttundu (:Jpitulu lral<lrC del
poaible 11ignifk.1do d4.•1 u~) (!el ~údicc u lid ,,,no p•tr61 un tc.\lu 'n~tianu.
76. C. Os1d.. Tlw Shc•plrc!f\1 ~/ Jl~rmcu, l.
77. Cf. la rctlcMón ~t>rc la rtccpción del l 1mtor ,~.,. Jlc-rmm cm C Osick.
1M Sheplwrd ofllt·rma~. 4·1'. f:.st(' autor considera "·anJ.S tronaro acef\:a de una
mulaiplicidad d( autores. ~, ..e ~o·nl'~" del lado <k lu ~uc (<tn'iidcrn la t>pimún
hoy prcdomin.tntc:: que un ~ji<' autor ~umpu'iO d lihru, sa bien pwNblcnti:ntc en
diltinco. momentos (1'· IU~.
78. Jbnl., 5. O:,.i.:to. lSO\'IC:Il~: ~u~: Ucmcntc de Alc:jandr1a tUc «quien hizo UM>
doJ Pastor ck 1/c.orttlcU de un modo mil" entusiasta>,, reum~.'11du adc:mis otras pruc·
bas de In alta cstnnn en que ~e lcnin d tc\tu en Et:il"'' IJ'. ~.(,).
'·"·' I"'IIIIIIH'VI,\'I~Iplt(J\ ~ 'f'l\/1(/lltJ\
7'). 0. lUhnnann. / 1( ), ~949 )' ('(J, 401W, l>c: todo~ mudo~. la pn1punta de
-Ohrmann no e~ SC:t(Uf'3.
l f. ahora T. J. Krau."·T. :"'ilcklas H~ds.). Da.~ rt·trmn,m·
telmm une/ dte Pt'lnl.~apoka~r¡H·e: P. Foster...fl"'l' Tlwn· A,_,. Ear~•·l'ragntc"IJI.~ oftltt'
Stt·mllc•d Cn•,¡\Cl uf P,'t,•r.'
Lo.' '''.\ltn
los ciento catorce dichos que componen el texto copto del siglo IV.
procedente de Nag flumnadi. J>or ello, rel'ulta dis~:utible comnderar
la copia de Nag 1Jam11ndi como reflejo darectu de lo que pudo ~er
el E'·Tom griego en el siglo 11. De hecho. al estudiar los orígenes de
este escrito. el método verdaderamente científico nos exige otorgar
la primacía a los manlL~critos grie[ZOS de comienzos del siglo 111. al[Zo
que. desatonunadomc1tc. no \icmpre se hoce'"'.
Sin embargo. rcsul:a e\'identc 'tUC f.\·Tom estaba entre los escritos
que go1.aban de cicna popularidad entre los cristianos que utilizaron
los papiros de Oximnco. c·.Fuc E'·Tom utilizado allí por uno o vorin!.
JlniPOS dC CristillllOS HtOilliSt3S>t? c',Ü quieneS COpiaron Y leyerc.>ll lo~
manuscritos griegos de Jú·Tom que se han conservado fueron bási-
camente el mismo tipo de cristianos que también leyeron y aprecia-
ron los otros textos er:contrados en este lu¡_tar (<-lUC parecen reflejar
un gusto por textos cristiano!\ claramente ortodoxos)'! lo segundo
me parece más probable. dado que las copias de E,•Tt)ln proceden
del mismo empla7.arniento donde se encontraron Jos otros escritos
de origen cristiano. Es decir. las copias de Oxirrinco de E,·J'om no
parecen ser ejemplos de cccscríturas gnósticos••. ni manuscritos de
cristianos que darían ¡>reterencia a f:,·Tom frente a los evangelios
más conocidos. que luego se con\'irtieron en canónicos. De hecho.
ni siquiera podemos d(ducir que estas copias reflejen una valoracibn
de este texto como ((c,critum)) que dehu leerse en el culto y poseo
autoridad en cuestiones de fe''.
Digo esto en pane debido a la apariencia material de las copias
de EvTom de Oxirrinco. De las tres copias. una eru un códice. otra un
rollo (es d'-'Cir. f,·Tom en el recto o lado interior) v In terceru un rollo
80. Remato a los lectores a mi más ampha reOtxión en 1.. \\'. Hunado. L(>rd
hnu ('hrt.,·t, 4~5--a 7'.1 tS.:iJnr J4'YIIí rmo, 51 J-~-'•H. dundc d1M:Uhl c~tn" (Ut~ltonc:s
eon OltOi cxct:ctu,.. H intcrc~ populilr por c~tc dtl(umc:ntu ~ rctlcJ" en "'" 'i¡:u1cn·
fel p6glnas wcb, de ¡:ron uhlid.ad: hup: ... www c:.uly,hmtletll\HttingH't)m·ahuma:-..
hlml; http://ww w. mtsc:ncordi~t.edu :u:~~rs·da\· j(-S.•thomas:Thomas .html.
81. Aqul aludo (y mu(stro cicna c~utcla al 1\.~cto) al titulo de lo1 útil ~u
lección de &~:-.tos de B. l..a~tron. Tlrt• Gno,lk Saiptlln>.... Sug1cro r~pctun~amcntc
que el titulo del hhro de l.a~hm rc!oulha nli!'l c.-quiVl'C\l, Hc,lmcnt"' nu o;uhcmu' ~lu:
todos los t~xh•~ c:n cuc~tion furrnn tratados cnmo CIC'!ocriaura>), y tampoc<' qu'"ed" es·
pocialmcntc clilm q~ Ci lo que h1m11 ~o¡uc un dctc:nmnado ~rupu fuem ''l(núo;tict.lu.
Como hA mo~tJ.u.l" M. \\'iUi~m!'. H\·thinAmg Gnwm·t.~m. lo!' cstOOIOSOS uti111.an
lát támino!l •cgnósttco,, y «gn,,sucis.mo)) p.'lra refenn.c ~ dar il entender cosas tan
tlivenas que ""~S ru~ihlc CC'Cir 'fliC d~"itcnnn ~·un él
Lm pllmlln'o\'l'dPIIYH <'t'llliarto'
S2. Adviérta'"C tJUC me hnulo ll h's manuscnto" <k lol' s1~los 11 )' 111 y 'Juc
c•mlto aquellos ('(.\t.hccs compucMos. como P.BO&t. VII-IX. 'IU~ ~"'.lnllc:\ISNtn unJ
~o-ncuadcmaci,'M\ M'c.·muldrict conJunta de codrcc!\ ori~lnalmcme sqt.u".sd<~.
<'./
83. T. C. Skc.at, The.· Ori~iJr the Chmtum Cod<·r; ha s1do d:l~ndido Jl()r G
N. St"nhm ../c•w., 1md c;,v .. ·t. 71- 7~.
lo.\ lt'.\ltl\
• 84. T. C. Skcat. nw Old.·.H .\I,Jntt~erJ/'' ·~ltht• Four Cimpd'. <'. 1f. Ro~n.... .\lo·
lfllleripl, 12·1.\, luabln llc~udu ,, c~c pl•mh:;u111cnh• onlcrwrrn.:nt~. l)(l!l MUII oulh.'!o
del articulo de Skc.-t, en 1')'1~. P. W. loml(lrt, üplormg IIft.• ( 'ommmt ldc-1111}it d/1011
qfTh"" :Vt•w 74:.'1/cltnt'rtl .\fanm,·ript~. hahía a~umcntadt, de Jll<l(i,1 e; un dar. IIUI"kJUC
Skeat no habla de este anict:lo. Para mi s1gu~ ssend(l una ~uc:-.llún in ...uli~•cntemcntc
tnlada por que~ cómu un n\:imN:ntn de tanl:t ~nlidad ~mno P. fu~ ~m¡~k.ld<, ¡xm•
tnculdemar uM c<•pt:l de f'1lon. (.~ dctcllurt'l ~· el ducr)l' nt) !\Jntiú mn~lm r.:nwr-
dlmionto 11 ha honl de u~r l.a ~·,t¡lia de l.m·a..¡ ~omn m.1tc:raJI dL' L'flcu;•d.,•rna~u·m'.' <'1
la.bN\•e n:tlc:Món de P. W. l'omlort. f:.\p/ortn~ rh,• Commonlck'111Jfk,uum. ~~. Sm
~. en cuntra Maya. P~ no es un;t ~na :analogía. y de tk.~ho uro,ia mas luz
,
·
.·~este lema. Por lo \'islo fu\! empleado dur.ant~ tndo un ~iltlo y luc~n t•ntcrrado
.... .OO. un tnoi'IJC cuptu, no dc'ill\1/ildu ~· utaht3du c<~nh• mut~·rnll de .:n~~•d.:m~•c•,·•n.
l
t• 8$. P. M. Uc:nd, f,· 1'.. 1'•• "''" /', · Jh,• Oltlc'1t Manmwtpl ol tlw /-'11t11' (i••V"<'"-'
86. La deM:rtp¡:u:.n on~anal del t•,. (l'.<.'hc~lcr Uc.1tt~· 1) \JUC h11n l. ( i. ~en~ un,
· • Chakr lkut~l /JibJ.n•l l'up) 't. II•H it ul"' 1/. Tlu: (io.VIf.'i' u•ul .•1<11. 14:.\l,
l.ondon 1933. ha siilil puesta al día y corrcg•d3 por r. C Skcat. .4 Cmltcological
· Alra/y$1,, o( tl~t· ('¡,,., tc·r /lc•,,f~l' 1'11(>\ rw· ( 'mk.\ t~/IÍI•· Gm¡~c.·{.\ mtd .4.-t~ (/' ,, 1
t
evangélicos que se copiaron JUntos eran de algún modo considerados
como cornplcmcmanos y lo sufictcntemente compatible~ entre si co·
mo pum vinculurlus. En \'trtud de ese mtsmu urgumento. los escritos
e''angélicos que no se conectaron con otros textos pnlbablemente
eran vistos como obras en ctcrto modo bastante dis1ima~ en ~u sigui-
fkndo y.:o en su utilidad, de modo QUC no rcsultabu apropmdo unirlos
en el mismo munuscrito.
Como ya hemos ad\'ertido. lo~ otros C\ ang.elto~ (I.!Xtrncam)nicos
en ultima Ín$lUncia) tambiC:n fueron leidos, y al parecer por Jos mis-
mos gmpos cristianos que leyeron y estimaron los e\'nngdios canóni-
cn~. En cuuiQuicr euso, lo~ ~latos que ofrecen los munusl~r.tos sugieren
'pe. aunque esos cristianos consideraban que tc.xtos comt) el ((e\·an-
g~lio Egcrton» o la colección de dichos conocida como J.'vunge/io de
T.m~<i...· crun apropiados para la lectura. no creian adecuado incluir di-
c'los textos en las pnmilt\·a~ colecciones de evangelio~. ~Jue reflejan
e; proceso hacia la constitución de un canon neotestamcntario.
La inclusión de Hechos '.''1 P.. , junto a los cuatro evangelios tam-
bién merece un breve comentario. los pramcros códu.:es con los
c\·angclios no ~uclc:n contenerlo'·. En la actualidad Jo mayurin de
los c:xcgetas cree que el autor de Lucas conctbió Hechos como una
narración estrechamente unida a su relato del minist~riu uc Jc~ús. de
modo que los pnmcro~ cristianos son presentados como continua-
'kne~ de h1 historia iniciada en Jcsú~. Sin embargo, es igualmente
&!\ idente que en un momento muy temprano el evangdio de Lucas
fJe copiado y circulaba al margen de Hechos, uniéndo~ a los otros
,,,.vangclios QUC cont<.mnaron el evangelio tctramorfo. Asi pues. tal
\·el lu inclusión de llechos en P~'refleja la idea de algunos cristianos
de que esta narraciún de la iglesia primiti\'a dcbia unirse a los cuatro
S7. l.tl~ IW/.0\ de 1',. 4UC h;m llc~ado A OU!~~Oirtllt (de ffi\'(Ji¡uft~lt del 'li~l<t 1111
n'mprcndcn fralllllt:nW:'o de: M.ucu y lk 1ic'~hos. pnr lu que Jl(ldtian hahe1 1\)1'·
r.l:llltJ ~C1C' de Ull'\l ~t'ldac"• eun fo~ C\ an~t:Jaos y Jlc\·holt. ('f. Jt . .'\. S.1ndC:I''i, rt
Thml Ct•ntun· Pe~pH·us ol.\luulu.·" und Act.,. \In obstante. Smdcrs cakulah.l que
~ nc:cc~1tarían un:~s tn:scicntas \C:Ínticmctl hojas. ))In duda un m:mu~nto muy
!lrandc para ~ll éJl(l\:a Pot ello. )Ul¡!al'la mas prohahlc que: d C\ldicc ~olam~ntc
11duyc:r¡¡ Mateo ~· 1kdtm; (Jl. 1~J 1 l. a\ pál!tmas ,te P•• ~olllcman l;llll!t \cinlu:ant:<'
li~a!l de ~nlrc h'lllllctncu y· vcmu~aclc lctrar. t:add una. l·n P-. tt.lcl ~il(ln VIII
c.cspu~ de Hc:cht\..'i Cflúllltramos una ~olccción ~ hts cana" calólit:U'- La!o otnu.
copias en papiro de 1-t\Xhol' U'::-•. ~'••· l'u. p.,. P ,.J csUn can fra~uu:utaú~ ~u<; ll('
rodemos dctcrnnn<.lr wn ninguna seguridad si en lus códac~s of\!inJtlc:s Hecho~
C!'ltll\·o '"''" ll cun ulr,,~o 1\.'\l(''
l.tn lt'.\/tll
~ 88. Cf. 1,. W. Comfort. V,•w Rc•(·omtrtlctirm.'f und ldc.•ntllit'clliom o{;\'('), 1t''i•
• "'-nt Popyri. . .
-~
efesios y de la segunda Carta a los tcsalonicen~s. podría se parte de
otro antiguo códice c'>n las epístolas paulinas.
En su magistml estudio del texto de has epístolas pnulina~ en 1,~..
Uünther Zuntz planteó lJUC: hacia el lOO d.C. ~e reunió un <<corpus
arquclipi~o,, de las c~nas paulina.~. quiú~ ~n Alcjandriu, )' que cstu
edición fue prcp.uada con especial cuidado en la pn:cisil1n textual~'~.
No podemos ocupamos aquí del 1>riru.:ipal interés de Zuntz. oricntu-
do ante todo u cucstiom:s de critica textual. De: su profuesta de un
<<corpus•> paulino primitivo no se infiere que la colección de cartas se
tr.msmitiera desde un principio en un único códice. sino 5Óio 'IUC ha-
cia el arlo 100 d.C. una M:rie de c¡trtas de Pablo comenzaba a ser per-
cibida por algunos cristianos influyentes como un conjunto. Usando
tmninología moderna, podría tomarse como una coleccion «virtual».
E:1 todo caso, como se muestra indiscutiblemente en P"'' -y muy po-
siblemente en los otros códices pnulirms mencionados , ~~~ umt épuc:u
muy tcmprc1na (ciertamente en algún momento del siglo 11 d.C. y tal
vez incluso a finales del 1 d.C.) las cartas de Pablo lucron tratadas
thkamcme como una colección al copiarlas en un único códice. Este
proceso oth.-ce un indicio material de que los cristianos que lo impul-
seron tenían en muy alta estima esas cartas. De hecho. wpiar \'arias
uc di~ c:u un ~ódicc daría a entender que todas gozaban de gron oprc-
ciu, tanto las más breves y menos den)Us como las más larga.'\.
Por utro Indo, Colín Robcr1s su~iriú que I'.Am. 12 (Grtgof)·-Aiand
0232, un códice en pergamino de finales del si8lu 111 o principios del
siglo IV~ n." 170 dcl Apéndice 1) pudo haber contenido originalmen-
te una colección de escritos atribuidos al apú~tol Juan, un ((corpus
joánico)»'111 • La única hoja del códice que se nos ha conscn·ado con-
ti~nc 2 Jn 1-9. pero los números de página en la parte superior, 1tl4
y 165 (de una mano distinta a la del copista), apuntan a un códice de
tnm tamm)o que obviamente contenía mucho más que 2 Jn. Robcns
cJiculb que las ciento sesenta y tres páginas anteriores supondrían
u1 espacio excesivo pam las demás cartas católicas, pero podrían
hlbcr incluido pcrfc..>ctamcntc el C\•angelio de Juan. el Apocalipsis
y la primera Carta de Juan. Ob,·iamente. esto no puede probarse.
3. Rtst.MI·~
Espero que este análisis de los textos transmitidos por los ma-
nuscritos cristianos de los siglos 11 y 111 -intencionadamente limita-
do y hasta cicrtu punt~l preliminar - huya dcmostrudo al menos que
merece la pena prestar atención n estas cuesuones. He pretendido
poner de relieve que el corpus de textos transmitido en los primeros
manuscritos cristianos es un importante tema de estudio y análisis.
insuficientemente atendido en los trabajo~ uctuules sobn: el cristia-
nismo de esos. Si tcnc:mos en cuenta los textos atestiguados en los
manuscrito~ conscrvacos y compaaamo~ d número de copias de ca-
da uno. probablcment! tengamos un indicio directo de qué textos
eran leido!\ y de su rclati\'3 populnridud. En gcnerul. los testimonios
confirman igualmente que los textos eran algo importante para los
grupos cristianos en esos primeros siglos.
El inventario de ohras atestiguadas refleja otras interesantes cos-
tumbres del cristiunismo primiti\'o, incluyendo el uso de cscritus
vetcrotestamentarios y de la mayor parte de los textos que acaba-
ron por constituir el l\uevo Testamento. También se percibe cierto
interés por los de cont~nido teológico y por lo~ destinados u ha edifl·
~ión y In cnscftarva. como Contra los hc.•rc.~i<'-" de lrcm.·o. el p,l.\lor
de 1/emw.,· y las obras de Melitón. Probablemente esperaríamos que
los cristianos de Alejandría. uno de los ~'T3ndt.as centros culturales y
~merciales de epoca :ornana. huhicran tenido una ciertn amplitud
do miras y bastantes oportunidude~ de conocer textos cristianos pru-
eedentes de otras partes del imperio. No obstante. estos artefactos
lnuestran que dichas obras eran muy leidas incluso en una ciudad
· mis modesta como Oxirrinco.
/.O,\ J'rlmi/ll'tl.\' f"lilf'/IVH ('l"i.\fWIICI\
pma leer un texto hay que pasar las páginas. mientras que un rollo se
Ice columna a columna. ~ hay que sostenerlo con ambas manos.
Aunque In prctcrcnci¡¡ de los cristianos por el códice nu se discute.
existen otros muchos puntos de debate. En este capitulo presento los
datos más relevantes. me ocupo de tos principales temas de discusit\n
y ~co algunas conclusiones u la lu1 de la forma material en que los
textos cri•ainnus se tnmsrniticron durante los siglos 11 y m~'
~
Hbro(no\iembre de 2005t, la U>.-\H contcnia 1.240cntr.tdas p.va el sagl(• V, 1.377
P1n el !U~Io \'1, 1.01 ~ poaracl "!(lo \'11 ~ 1.6(~ Jll&rA cltolt:ln VIII.
1
/.O.\' /}TIIIIiiUYJ\' f'<1p11YI\ 0'1.\flliiiO\
numero procedentes de los siglos 11 y 111 d.C .. lo cual hace que re-
sLite interesante el tipo de análisis cuantitati\'l) que prc"cntn en las
pltginns siguientes.
También resulta útil el hecho de que las entradas de la LOAB estén
clasthcadas segun su tom1ato. dominando el conjunto lm rollos y lu~
códices. En un pcquc11o número de casos. las cntmdas csto\n colm:ada~
bajo la categoría de cchoja,, o cdragmento)). Es preciso tener en cuen-
ta que la LOAB simplemente recoge la infonnaciún y las opiniones
ofrecidas por los editores modernos de los manuscritos. La denomi-
nación ((hoja)) ~uclc significar que un documento se comidcra como
un texto completo en una única pieza d~ material cscripturio; es d"-cir.
que no t(mnaria pune de un manuscrito má~ amplio (por c:jcmplo. una
carta. un amuleto o algún otro texto breve). El término crfragmcnto))
puede dar a entender que los editores no han sido capaces de dctemli·
nar la fonna original del escrito a par11r del material cnnservndo. En
algunas oca.'iiones. no obstunte. pese a que podría haberse detennina-
do el fonnato original del manuscrito. los editores parecen no haberse
preocupado de ello (por razones que no siempre están claras).
Esto significa que algunas de las entradas clasificadnscn la l.DAB
como ((hojas)) n c(fragmentosn bien pueden ser restos de un manuscri-
to más amplio y. a la luz de la clara preferencia general por d rollo ~~~
la antigUcdad. lo más probable es que fuera un rollo. Por consiguien-
h:. es posible que el porcentaje de rollos en relución con los códices
sea aún mayor que el indicado en la LDAB. en espc!ciai durante los
p:-imeros siglos. cuando era el tom1ato predominante••. En cualquier
caso. trabajaremos con la..; cifras que aparecen en esta base de da-
tos. ya que resultan pcrt'-'"Ctamentc ad\."(Uadas para detectar las pautas
g!nerales. En algunos momentos. sin embargo. excluiré las entradas
C•-'locadas bajo la categoría de «hojas)) o <e fragmentos» a fin de calcu-
lar la propun:ión existente entre las entradas clanuncntc identificadas
c.:,mo rollos y como códices. Iré haciendo referencias a \'arios ¡zrnti-
C·Js que aparecen al final del capitulo.
Comienzo indicando que el número total de entradas identifica-
das en In LOAR como cristianas e<¡uh'ale a un JS.4% del total de las
11. St un~ (4láminau (1 "fn•gmc:ncu)• pr~M:nta trozo~ del mismo tc:\tu en am·
blS caras. muy protYcthlemente se mua de la hoJa de un ~ooi\:~. uu~"''il..' ~~ lti
c~á escmo en una sola ~ara Cñpccáalmcntc: en C!l r.:cto). puede ser indicto de que
lormaha P"r1c d.: un wJI,l.
incluidas en todo el periodo que: cuhre (gráfico 1). No obstante. es
imponantc desglosar este total siglo por siglo. Como se muestra en
el gráfico 4, los primeros manuscritos ~uc pudemo~ identificar como
cristianos se techan en el siglo 11 d.C.. constituyendo únicamente un
1,9..;o de lo) mauuM:rilo) re~ogidos para ese periodo y ascendiendo
hasta el 10,3% de las entradas del siglo 111 d.C (gráfico 5)':. A par-
tir de ese momento. los manuscritos cristianos conl(mnan una parte
cada vez mayor del n~mcro total. especialmcmc en el stglo IV d.C.
(el 38%~ gráfico 6) y todavia más posteriormente:'. Obviamente, el
vertiginoso aumento del porcentaje de manuscritos cristianos, espe-
cialmente a panir dc:l siglo IV. retlcja el puesto cnda vez má~ desta-
cado del cristianismo o:n el conjunto de la cultura romana, sobre tudo
tras la trascendental aceptación de la rc:ligión con Constantino. No
obstante. aunque lo~ manuscritos cristianos constituyen una pequci\a
porción del total del siglo 11 y una modesta cantidad en las entrudas
del siglo 111. consider•J que tenemos suficientes testimonios manus·
critos para pem1itimos llevar a cabo un estudio.
Si a continuación nos ocupamos de los aspectos cuantitativos
relacionados con el fonnato de los libros omiguos, es posible de-
mostrar la preferencia del cristianismo primiti,·o por el códice. De la
,¡fra total de clcnlcnto~ da)ili'-.:ado~ ~~~ LDAB ~urno rullus (3.033 ).
sólo unos 81 (un 2. 7 ·~-'o) son identificados como cristianos (gráfico
2). Sin embargo. ni menos el 7~~·¡, de todos los códices (2.32S de
3.188) son considerados cristianos (gráfico 3 ). Además. incluso en
los primeros siglos, lm códices cristianos suponen un impresionante
porcentaje del total. De los 104 códices datados en r:l siglo 11 d.C.,
al menos 29 son cristianos (un 27,9%)~ y de los 397 códices del SI-
glo 111 d.C .. lo son 134 (un 33,X0··o) 14 • Considerando esto a la luz dd
12. Advc~no una Wl rn:i~ que nHl\"fk•~ rMnu~rilll~ han ~ido techados c:n l<lJ,
1l1los 11-lllulll-1\" d.C" P·lr c«.m~it(uacnt~. d h>htl <k manus¡;rih)~t d.:l ,;gl., 11 cJ.r.
qa.e presenta lA LUt\B cn~lu>·c a~ucllu" datttdos u ~~o:.llu cnlrc h~~ ~i¡:lo~ 11 y 111.
IISf como los ftchaoo~ de un modo mas ~itri~to en d sit:lo 11. \' c:llotal de: In!\ ma-
ftUKritos del ~iglo 111 u\\:lLyc aquellos tbt:tdos entn: lo!i siglos 11 y 111 ~- ~nlrt los
sialos 111 y 1V.
13. l.os cntrad:a.~ que $C Kicntttic~n ~mno ~rl~tmma\ con,.uruycn un 4.l~o cJd
&otal d~l ~il(ln \',un ~X.ft~oen c:l stgln VI. un '7.\% en el VIl y un H~~·o en c:l VIII.
14. De los 41 lt.:rn» m~umos dd ,¡~In 11 enumerad~),. c:n la li>AB (~uc
inelu~ aqucllu;:, a u.halk t"lltu.: lv~ :.-ittlu:t JI y 111 ). 9 !>011 rullo!i ~· 4 st' cla"lti~an
QOmo «láminaS-~>. l>e los 1W it~m~o cnsltano~ del St!;IO 111. 40 son rollos. mi~tras
qQe 4 ~00 'OIOCil~il,¡ hlljt) Ja CU'JUCtll dt' ccfragmclliO!'H y 2~ liOU CllB'ildcnadul' ••IU·
/.o\!'"""'''''-' f'<l/'ln•' <n'"'"'"'
IH. Muchn~ 11c.·ms del r.sl{IH 1 ~m d:hith.·<~dm por 1:~ lJ)r\U "'umn .. t;\mmas))
(~0) o •<fraltmcn<u~" 11 :!.~ ). d~:.¡;an\lu en t~X el núrncru de cnlrud"' dd "'~lo 1~·<mM·
ck:nda~ cornu rollns u &.·(-ts\C'S. Enumero k•s &.'.a.~s "'"Jle:cltku' de prc,untt>s ~.:bdscc'
del siglo 1en el sigu1ente apartado <k cst.: capitulo.
19. l.as cntrndas del s1glo 11 ciMiticadas como .,fragmc:nl\~n c<•mprc:-ndcn 317.
siendo C<\fll'idcrada~ ••lárnira~,. otf'3s 150.
20. J.a IJ)..\ 1\ COO~IdCitl ulánunas•• 114 l.'ntrltdJh ,ft'l \Í~I\1 JJI y ••f'nti(IIICI11"MI
ObU 2~0
ll. l>c: l.u cntrndas del s1glo 1V. el 22"1• se dasrlkan cnmo ulánun;u¡,, lun
~enlaJe cuoosarTh:nte alk)J ~ un b.~·~-~~ cnmo •<trnsmcnto:m. L. na \'C7. mál', cual·
quicr ajuste en la Identificación de -.'!\tos no alterará la conclus1<'ln genc=r.1l de que
en~~ "islo 1V d d)(liC'-' \.'tiiDI~Il/41 11 ~r el furm:.Jtn de litlro ¡ncfC"ridt'
/.O.\ /'1"/nJifiWH f1tlpii'U.\ (',-j.\llclllt.J.\
22. ('f. C lt. Rtlbcft.¡·T. C. S~c:ul. 11~&· B1rth of th.· t.'tJ(/.•..-, .lS-37, dunde ~e
iDCiuia un número mucho mis ~u~o de códic~!' no cnstJanos. ~o t~tante. ex-
cluyeron todo lo que ntl consideraron sc:r propianl(nle ulibros•• (es decir, códic~s
''iliJ4ldos plln tc\tos literario\). Atkmás. en 10!1 a~~ lranscunidos <lesde ,;u valioso
atud1o. han apa~"·•do IIUC\'US códkc!l.
~J P(1r altlUIU\ rttlon. cuandn ~ !1ulic11.1 un hstado de h."l ~:t\t!in•" d~l Mtclo 1
d.<:. en la LOAB. los d•«iocho enumerados inclu)·cn cinco qu~ 'o están r~ha·
dM c:n el saglo l. :">mo considetablc:mcnlc dcspué!'. Los que son \.ihdos tienen el
SÍLtuicntc número~ ln\Cntario: ,\OS3, 3850. 3910.4293.4305.4472. (\833. 7242.
?2h'~. ":NI<. 7~'>'1.X241 > IMt,J.
r.ilfll'r.~lc'T!.'I/( 1(1 por ,., ( ()l./in•
2... (.'f. la rcU~·.\Iún de f. 11. Rohcrts· T. ( . Skc.al, J"h,• 8irtlroJthd. 't'lh'\, 11·14
(«la tablilla de esctitura)ll, ass como la de C. Sirat. l..t:• c:cxkx du hm,·. quu:n propm-
~iona ~prescnt.leionc:s de ~u uso c:n fa ~antigllcdad.
2S. P.Oxy. 470 tLDA8 42~3t; P.O~y. 4174 tlD:\H 7242): P.Oxy. 41%u
(LOAB i269); P.O~y. 4220 fntg ..\e LIJAR n'IHt: P.Chy... 2lla cU>AB X2-' 1>:
P.OKy. 42211 fn~g. 4 (1.0.-\B i2~).
16. l:n cualquu:r cas.o. 1ll quc:da c:ompiC'tamenac d1U'o ~¡ se trata de un códtce
u de un rollo n.•tnih7~do (O~·Isto~rar\-.J.
27. Por c:Jc:mplu, d. VIl 151. una opinión 4uc cambtcn queda rctlcjada en la
en1111da corrc~ptmdt~nlc 3 c>lc manuscrito en la l.llAB t.lOX.h
MI
2N. los autores idemiiicados son los SI~Uicntcs l<:on el núrrn:ro de t!JCm-
pla~s de cad3 uno entre paren1esis ): Esquines ~1 :f.OCratic<l e1), l.>emóstcnes 1S).
Euripidcs ( 2). lfesindu ( 1). tlipócr.atc~ ( 1), tfomcro ( 14 ), JcrK1fonrc: ( 1). 1.(\hano
( 1), L.i!oia" ( 1•· Mcoandro CJ), Plnd.-aru C;.~·.'•· Pl.ut\n 11) ~- fta<:ididc'( 1).
1Y. ('f. el \·aho,.., '-'l»t.ill'iJ'> de lc~.lll""l'aralitemrios en hll~::iJlti'\WWw.kulcu·
ven.be,.-uOOI .H 14 ·par:thl.htm.
30. Marcial, F.f'iWclriZcl.\ 1, 2. Marcial menciona qU( !illfo prop!<ls poemas es-
taban di<pomblt"S en t·~ fonnato en un cop1sta:librero loc~l. rn.ty mancjahJc:,
1nr tener ~·lle'tliCnA' p1í~mu''' ( cd'fc\'t.,u~ rncrnhr.uu& to~hclli\•) ). Cllo el tcxw tnl
1 a¡m•/c·,,.,,, w por d c't)(/tc·c·
c:omo llp.vccc: c:n Man:ial, i'pt!(ramav rom¡1/t·s<~'i. c:d 1.>. bccf~aniu, Mndnd 199 l.
60. Las ouas posibles rererencia.ot <k ~1an:ial a IOl> 'ódiccs de pc~amino son 14,
1R4.1 R6.1 S~.I'JO.I 'J2. No 'l~;cd:t dnro de 'JU~ tnmaJ"'l' eran tsa.oo ~~~qucl\'\s pá{tma.'''
Pam ~1 "'\tud1o <k h"' retcreno:ta' dt.' M.m:tal, e f.C. ti Rohcrt!i· T. C. Skcnl, 71~e• Birth
nj thc• C"clc•t:, 24-2'1. lllt)' un:1 h~l4t de (l~hcc~ dt.' J'Cfleclnlll\') "·on h:Xh~ lilcr;arul\ ,fe
dif~n:nl~ l4mwlo!!. o~amnlt.ht\ por fC\:ha en E.<}. Tumcr. ~\polngy, N.
3 J. 1:1 nombre de <(cl/t\ arüs•> tkriu de la tomilta lktlamksa de: imprt:sorc~
que en el "i~lo XVII se hic:~m famo!'<lS por sus libros. cconómicClS y cncrctcni·
dos.; flOr <lCro lodo, •<~nguins>l :tludt a hli ~mh~id:u. c:d~·tonc;. d(Cuaks. harata...; y
de bolsilln. de lt:l\l<t' en Jnl( é~. Jo:n 11rnhu~ '-'11Mt\ \e ,ubraya el ~ucl'l'' lt.lrmnlo, la
popul.uidad y la griUl t11fust·.'m de su~ hbrus 1N. tlc:l T.}.
32. C. H. Rohcr1s·T. C. Skcat. TJrc• Birtll of the (l}(k"•. 27.
33. Por ejemplo. el ire:uenten'k!nte cttadc> C<'Niicc: ~n pcrgammo del siglo JI
.de DcmO!.tcnc!'> (P.l.tt.l.onti 127 fli>AB OMI)), cun t»ttma.r. de lt,.5 "· 1') '-'"'·
do,¡ columnns ~1r pj~tna, y 1" 1.1"'-' Turncr ,Jc,\:rihiú (Otn(l un11 Jl.:4lJ<"I' y .,s,,hf¡,,
letra ~ohdtan:t•• dcstm:ub 1•L uttliltlr d CSp.l(to lu IIICJ<tr po~thlcn. Pu"-dc 'crM' uno1
16mina. su transcripción~ d-:scripctón t:n lumcr. Gll'ek ,\fcJml.{<'rjpr,, 140-141.
).¡, L4 csna l P.Pctaus JO) es de un tal Julio Plác1do a ~u padre:. Cahc: destacar
que Julio dice: que hahía n:;;hv.ado IOl> ~~~ '<l<lke!- en pcrtzamino que le quena
\'Ondcr un librero lhamado Lllo. pero ~uc ho1hia C(lntJ'f.sdnotroli tlrlkulo" Ctw ..¡ucda
claro si rollo..s u cúdt\.'Cll). Asl. la c<lr1A mu~tr11 que:~ c~taNn elaborAndo copiZtS de
obru htcnmas en c:oo¡ccs ""' ~rganuno y que:. a la ve~. c:~illUA ~•crta r.:s~slc:lk:ta
•~e: funnatu.
JS. l:n las dfras que ofruco i1 ~onlinuactón no mduyu aquellos dcmcnlos
cluilicadt•~ en 1.1 U>AB (Onlt) .,frn~mcnt~>' u ·~hoJII~».
l.t~' pruniln o.\ pc~puvn crl.\lldllfl.l
-'l f-'1 IC~hl tfcl tc\:10 110 hn 'l(hl I~C:IlltficUd\l. Se IW SU¡J\:ridn, dC' tUd\1~ llhl·
dos. que pudicru tl>rmar panc del mismo manuM:nto qlk: P.O~y. 1079. !.fUe es un
fragmento de una copia upi~tógr.lfa de :\p c<m una copia de b,; en el recto. Ntl
ohstante. c~h.l~ do-s manuscrih.ls f~ron editados d~ fonna separad!. y el editor d~
P.Oxy. 107~ lo t«hn entre lo.'i si"lo!l 111 y IV. Por cnn'ltl'uicntc. ~¡ de hc~:ho son
fm~mc:nros del nu .. nw oprs1t.lgrafc,, lu t13li1Crt1n de: cadA unu de clkn habria de ser
rc~..:,msidcrud-1.
44. En ~:ada caso. el tell;to en cuestión e5taba cscnto en el rcckl (cara sntcriorl
ckl material c.-scriptorio. quedando en hlanc:o el v~ho (aunque. en el caso dd frag-
mcntcl de OrSih. P.OslCt 2 14, hay clCW tc\to en el \tJelto.lo cual irdica que el rollc'
·u~ fc:Uitli;,~.-du).
4~. (), I.Ohnnann rropuso lfUC runto P.< hy. 2'M 41(.'UffiU P.Oxy. -1009 c:onr.tttuyc.-n
fra.IIDlmtos lk un "-stadr(.) primitivo del t:wmgt!lw ck Pt'Cim, :tlgo muy cuestionado
.actual~nlc. ('f O. LOhnn3nn, POx 2949, 216-226: Id .. POx ./(HJY. •~'JC...,..IU: cf.las
:ritl(.'a!l de T. J. Krau.;-T. Nickla~ (cds.l. Petntt(•wm~elium. y las tOOa\'Ía ma~ ~ria!o
k P. 1-·,~tcr...fll' nlc'l'i' A m l:'m·~,. f'ra¡,:nN•nh o/'thc• So·( 'u/le•(/ <i<'~~l nf Pctrr'
a comienzos del siglo 11 o quizás incluso antes. lo cual hace más
plausible que procedan de manos judias ( rucs la pohlacibn judfa de
Oxirrinco sufrit'lun gn.vc declive tras Ju revuclla JUdía de 1J2-135
d.C.). Además. el rollo de Jos salmos es de pergamino (y es posible
que los jud1os pretineran cuero o pergamino para los textos bíblicos).
mienaras que los mnnuscritos híhlicos cristianos del si~lo 11 (al me-
nos en Egipto) están ciE.borados casi por cmnplcto sohre papiro 4". Ln
ausencia de tormas de nomina .wcra (por ejemplo. la fonna ttto~ sin
abreviar de P.Oxy. 4443) no es coherente con la práctica habitual de
los escrihns cristinnos. Por último. la gran prcdilccciún de los cris-
tianos por el códice. cspc..-cialmcnte para los textos bihlicos (como
veremos en breve). es en si mismo un factor que lleva a algunos exe-
getaS a sospechar que dichos rollos son judios. En efecto. es p~ciso
advertir que todos los manuscritos hiblicos anteriores al siglo 11 d.C.
de indudable procedencia judht son rollos 4 ••
No podemos dedicar más tiempo a l"Sla cuestión. y no hay manera
de resoh·crla definiti\'arncntc. Por supuesto. resulta posible que se
trate de copias originalmente hechas por judios y destinadas a ellos.
que posterionncntc pasaron a manos cristianas. Por ejemplo, los pro-
pietarios o usuarios judíos originales podían haberse com·ertido en
seguidores de un circulo de cristianos. o bien los cristianos pudieron
haber comprado o hllhcr n.~ibido esas copias de manos judias. En
todo caso, también es posible que esas copias fuernn prcpurudas para
ser usadas por individtos o círculos cuya praxis y cuya identidad
combinaba rasgos de lo que conocemos como «judaísmo•> y <<cristia-
nismo)). lndcpcndienter~lcnte dd modo en que imaginemos que tU\"O
lusar In <<separación de l<ls cnminos>) de ambas tradiciones. dchcriu-
mos presumir que para algunos judíos y para algunos cristianos la
división no fue ni temprana ni completa. al menos en el siglo JI de
"6. 1!. 'Tm·• •'u:rtfttll /'rctc'lla.,, .a.a-:q, muc~tm que lo" mnnuscncos de JlliJllrtl
de Judea contienen en su mru:nsa mayoría textos no hihhco'), y que las copias de
CC'Xtos bfbhc~ en paptw soe muy cS~:asas. E. A. Judgc-S. R. Pi\!k~rins. n,h/iml
Papyr;, ~. ind1can que lo!> rollos de cuero u re~aminu !'C>n «casi dcsccmoctdos>> en
!atPco. aunque rrcdotninlln C'll Judcn
47. De ht.-cho. como oh\e"u F. TU\·, Sc·nha/l'rcwllc'('.(, JI. nan~unu de ll'"
~tos procedente!! de cxC&\'Ik:ioocs en Judcn (del ~i~lo t d.C. y ~nl~UOn!!>•. ~u !iCAJt
blbiK;us o no, ~tá en un cll<U:e. l.o!' t~tlmonios ~ul:licrtn que el uso del c<''Cticc ror
PIJte de los judios pudo ~b:r.;c dcsam)Jiado tan !iolo como panc de aquella dis-
~ión gcn~rnl má!> favtlfi1"1~ a crnplc.u l."'lfC fnnnAio n ranir ckl M¡tlcl 111 d.C.
l.o.\ prlttutn·o,·pupm~' <'rUIIclllll\
41\. Lll fra~c: •c,cparnciún de los canum~·' (upanmg uf che \\a~s,, t dcm" del
lit u lo ddltllro de t\. ( ·,,hc:u./'artm~ ~~( ,¡,,.llé~p . .Ju,-/anm cmJ <'htutimutv 11 '1541.
)' iC: hu ~OU\'C:rlidu en un topo.• repelido en numch.l~a" pu.,hcaciont... ;¡cndémic.l' de
las últ1ma..~ décadas. )'& ~a para r..-atirmar. mat11..ar o J>on<r ~n tela de juicio la 1dea.
Por cj~mplo. cf. J. D. U. Ounn. Thf: Parti~s ofth..· lf~l,l'.\' ( 1991 ): ;\, U. Bcckcr·A.
Y Rt.•cd (cd!.J, Tite Jf(w~ TIN.JI :\',,..,.,. Part<•c/(2003).
49. l...\. Judtt~·S. R. Pi~kc:nng, H1hlu·"/ Paprl'l. ~ n. 1'>. prrpunian que licr·
lin Stub.Bib.Cud.ttr. f. í1(1 1.11 (Ralph~ '>11 J. un c''ldicC' del M~lo 111 con <in. ,xKitll
n:lleJar un t.::-.to l:Oplado de un rollo por un c=~nha ..:ri)(iuno.
~0. lla~ \anos textos del Nuevo lntamento en opistl'lgtafos: r~ 1 (P.Oxy. 122~.
l:uriosamcncc. no obs!dntc. ~ trata de un fragmento q~ comicne dos wlumnas de:
Jn c:n el \luclto, qttéll.1mk' en hhuk:u el r~ctu), ,,, , eP.O.,>·· Mi • PS/12.1292; fru~·
L~ utilización del n•llo para otros textos cristianos hace que todo
esto sea aún má!' intc:rc~antc. lndudublcmcntc. lns cristianos prctc-
rfan pnr lo general c:l codice, pero se sintieron libres para emplear el
rollo en cienos casos. al menos para alguno." textos. En panicular. en
los art.:Htcws má~ cmliguo~ que r.:velan ~u prdXI~ con los libros. pare-
ce que los cristianos opt~aron claramente por el códice pt~m ac¡m.'llo.\·
escrito... qm• co~tsiderancm /:'.'H·ruurc1 (o. al menos. para los escritos
que empelaban a ser \'IStos como tal por una mayoria).
Si ampliamos nuestro análisis pam incluir el siglo 111. nos encon-
tramos con el mismo p;morama. El rollo parece haber sido bastante
ac:cpusblc pam algunos texto~ ~ristianos: tratados t\.>t>lógicus cumu
HfJt!r de lr<:lk!O (ambas copias tempranas). P.land. 5. 70, P.Ryl. J.4tl9
(¿Corta contra lo.ot numiqm~os:'), Julio Africano ( P.Oxy. 412). P.Oxy.
2070 (¡,un diálogo jud<ocristiano'!), P.Med.in\i. 71.R4 (texto desco-
nocido ). texto1\ edificantes como el Pa.Hor de llt!rmaJ ( BK T 6.2.1 t.
un discurso escatológico desconocido (/'.\'/ 11.1200), OrSd> ( P.Oslo
2.14), homilías (P.Mich. 18. 764). textos litúrgicos (BKT 6.6.1 ). el
fragmento de la am10ni.t de Jos evangelios de Dura Europos (P.Dura
10). y otros C\'angclios (u tcxtns parecidos) como P.Oxy. 655 <f~·v7iml,
cf. Apéndice 2. lámina 9), P.Ryl. 463 (H\'tmgc:lm de :Haría) y el E\'an-
gelio Fayum (P.Vindob.G. 2325). Según mis cálculos. de las cmcuen-
ta y ocho copias cristianas de textos litcrurios extracanónicos techa-
dos en los siglos 11·111 ~numcrudo~ en el Apéndtcc l. dieciocho son
rollos (el 31 ~o. un 34% ;i excluimos los opaslúgrnths)':.
montot de Hcb en el \'UC:Ilo ~el ~pltvmc de l.l\ "'en el r\.',ln); P .e f>.( h. y. 1079; :\p
en c:l \'Ucllu y¡:,, en el r~tn), 1'.~ (1'.11-'t\0 2 .ll. un fra~mcnl(• d~ J\p en d \'Udh\
y un texto íleg1blc \.'n d rñ:t.), t.al vc1 parte del IIIIMIIu h•ll'' \IIIC P, 1 l \Hthl en d
caso de 1~ la.., ~ltpia~ opi'ltbgrnfa~. la rcutili7aci<'m de un rullu veni:s dh:l3dn por
la a«esidad o ~1 d~~'ú de ,.~lh·c:r a usar un malc:rial c:scnptorio prc,·iamcntc cm-
plcedo pan~otru tc~;t''· y d •lptsh)~rllfu normahncnl~ ~ r~ah1..1bn l'l.lfit el ~~tudm
pertorual de texto.¡ lit~raru.s 1) p;~ru tc\IO\ d4)Cumcntalc ...
~l. 1-:xcht~ '' '')S texto~ n~ll'"Oii > "l~uno~ olru' cU)'4 prn\:cdcncs:.a C!\ mcicrtu.
C·. H. Roben.-;. T. C. SkcaL TIJt· Bmlt n{th,• Codt·x. 4~·44. C\.lntaron ~•~nw dícclo-
cb.o copias de textos cxtrabibhoo~. ampliando su an;Uisi~ a todos lo!' documcn:os
•reñores al 400 a.C .. de 1m ~ti<!' uc~nla y tr~ prc~ntal:tan fonnatll de ~·ód•cc y
loa otro11 '"lnt3 ). cith:u cnn rollos. mdu) cndocrcs Hptlth')~ral(h. ( )~"-'"'""'" 4uc.
Junto a la cl.arA m•noria de c~lt'\ c~ruo" cri,.tl;anu:- en (llffilahl de '''d""· ~·una
aocablc 1mnoria c1o1Á ~n rolks ... sscnd<l s•ttnitk~ti\'o c:l númcrv de CltlOlt en dclcr-
•iaact.s ucc~\•1 i.is. PdHl kr.-tc."t":o. ~...:umcut~lc~ y "~1\tlil\:ll:ll iv:)••· l\1~ \.'ll:)lnmv::.
ai¡uieron cmplc3ndo d rtlll'\ durante ba~lantc lu~mpo. l,or ejemplo. la coi(Cc1ón
de papiro!'- carll<mii.Ados dd •i~lo VI d~'~uhic:f1o') en 1WJ c:n un11 i~lc,iu de: P~tm
En lo tocante a los textos bíblicos. como ya ser)alarnos anterior-
mente, no huy. entre los manuscritos cristianos de los s1glo~ 11 y 111.
ohrus del Nuc\·o Testamento copu1das en un rollo sin usar previu·
mente 5:. Respecto a los escritos del Antiguo Testamento. además de
1•)5 dos manuscritos citados cuya procedencia es mcttna. hay que
considerar nue\·e m¡as fechados en el siglo 111 o n caballo entre los
siglos 111 ) 1V. 1: n el caso de al menos varios de ellos. hay ru1cmes
para plantearse si pueden ser copias judfas' ·,. En ese caso. su fonnato
de rollo no atestigua las preferencias cristianas. Nt) pod~mos. y no es
preciso. ocupnmos de este tema de tomua ponnenorizadl a fin de lle-
~nr u una conclusión definill\'a aceren de los nueve manuscritos. Para
2.1 menos tres. en cualquier caso. hay buenas r'dzoncs para suponer
que son judíos. Por ejemplo. una copia de Salmos (Stuc.Pal. 11.114)
tiene el tctragrámaton escrito en caracteres hebreos. una práctica 'lue
~e halla en copias indiscutiblemente judías de escrito~ veterotesta-
mentarios griegos~~. En otros dos rollos. P.Jiarris 31 ~Salt y P.Lir.
Lond. 211 ( Dn), la palabra 6Fo; está escrita sin abre,·iar. mientras
que cspcrnrinmos que las copias cristianas del siglo 111 emplearan
pam este tém1ino la ahrcviaturn de los nomina .wcrt~ (~le ser(m ana-
li7:telns en d tercer capitulo).
P.Oxy. 1166 es un fragmento de un rollo con Gn fechado a media-
dos del si~ln 111 y escrito ~on elegancia: Rohcns sugeria que también
podría ser una copin judía utilizadu p.>r los cri~tíanos''. En cuanto n
?.l·larris ~ .166. tal \'CZ fuera una antología y no una c<~pia completa
de Ex. En tal caso. no sin·e para conocer las preferencias cristianas a
la hnra de copiar textos hihlicn!oo. Otro es un opistógraftl (P.lit.Lond .
.:omprendc Ch!lllo cm,uema )' d(.~ milos. ~um<ntos pm·ados de una prÓ:\J'(ns
famiha local. prirK'rpalmcnt~ de tema tinancrero ~relación con matrimonios. hc-
h':ll"'"''· \'CilLlli, J'fé~IUJl'HIS ~· plcil(''i, lllil \:UI1H, tmpucstOll. 1.. 1\(lCilcn, ]/k' ( 'ttrltom·
:ni..Jn hi\'t·lmm 11l'/ra. prc'ICntú un :l\·;am·c ~cn~o•ml: J. f r\\M."n h.1 cdiladt• el pnmcr
\t)harncn de: m;usu"cnh~ en .!002: Tlw Pl'lra l'aplrl.
52. Consid~ro que fl.Ox~. 122~ ( P::) es una Cc.lpia opisl~raf~.
53. las rdlexium"lo fundamentales son la~ ,iguicntcs.: K. Trcu. Dic.· B,.,J,•u·
'''"~do (im·('/mdlt'll, 4uc rtme en tda de ,lliÍCao lo!' \.'rtterit\S ha~iluah:s para di!o·
tm~utr numu~nll.-. hihh"'" "risJumu~> )' JUdlo!'l. ( ·r. 11dcmá._ l'. U. Rohctts. Maml\·
,·rrpt. S~tdt'l\', ""'1/Jdu•t: 1-a. 7K, 4U1en rc~J"'IHie a 1n."U y adura '''r. \:flh:rtvs qu~
propone: ( . 11. Kobcn>·T. C. Skcat, Tlw /Ju·1h ~~ thc! <ik.lt•.\. JS-'!: 1~.. A. Judgc·S.
R. Pickermt:. BthiiCal Paf'\·n, 5· 7.
~.a. E. To\·, Scrd'lll PrcK'IICé'.f. 21 M-121.
~~ ( . 1l. f(,,~"'· ,.,,,. <·llmtwll Hook cutd ''"' Un•,•lc l,ap\ ri, \...,.pl."\:. p. 1~ i
la¡''''lar•n(UJ por c•l c·mhn•
~~. lnduso C. 11. f(nbcns· f. ('. Skc31, fh&· llirtlr of th<' C11dn . •N.411, ~uc
subrayaron ha prdcrcn~ttt dd cmtmru~mu prinurivo por d ~ódu:4:. c~tan di~ruc~l4's
• accplar que estos eran c<d<)s rollos oonnalcs de ongen cnsltllno•>.
57. Cf. Apéndice l. cs~ctalmcnt~ 1~ c:ntradas I·'XI. a exc~ic"tn d~ aqu~llas
man:~ul:ts "'"" un ~nln "~h:n'w h¡uc ~un con ~c¡:uridad tllitnUl'(tlhls JUdil'l•l.
.,,,
modo en que lo hicieron. especialmente pard los textos de la Escri·
cura. Es del· ir. en la opción por un detcnninado t(mnato de libro por
p1rte de los cristiunos destacan dos ms!Cos: una preferencia gencrnl
p~r el códice y una particulannente accncuada predik"Cción por el
c·)dice para aquellos textos considerados como Escntura.
Por consiguiente. las preferencias de los primeros cristianos a
lu hunt de copiar textos no pueden cxpl icarse a la luz de la tendcn·
cia general de la época. Quizá nos encontmmos con um deliberada
predisposición contraria a los hábitos más extendidos de la época
cn la cop10 de libros. Teniendo en cuenta la C\'idcntc estimación del
rnllo como formato de libro para obras literarias y pura textos sagra·
dos en el siglo 11 d.C .. el uso cnstiano del códsce habria llamado la
atención. Ni los propios cristianos ni el público en general dejarían
de percibir que esta clara predilección por el fonnato del códice los
distinguia.
El puesto relevante del códice en lu praxis de los primeros co·
pistas cristianos puede ser la expresión más antigua conocida de una
<.cultura material)) propiamente cristiana·•. Los debales académi·
cos respecto a c<~mo y cuándo el cristianismo primiti,·o puede ser
identificado y distinguido como tal deberían tener mu)' en cuenta
el conjunto de estos importantes artetactos que son los manuscritos
cristianos de los siglos JI y 111. Ciertamente. no deberíamos suponer
'ue una persono del siglo 11 S(: consideraba u si misma .:mno ccl>aga·
ra». «judía>> o <<cristiano)), o que cualquer tom1a de crstianismo se
distinguía por completo del judaísmoN. 1'\o obstante. el testimonio
material de la praxis cristiana en torno a los libros indica que en su
prt!tlileccuin por el códice lo~ cristianos se difercncial\1n apurente·
2. ¡.PoR Ql:f l.OS ('ltiSll ... t-.oS J'IU FlltiHW~ 11. tODin:'?
60. Asi. el U.'ll\ ('1:-.t.'>IOil.ll )' hmitlldo dd ~údic.: Jl'll' tlCIX'lo nn 3nulu 1• distancu'N1.
61. L. W. Bun~o. 77k' '.:.'~rlh•.,t fdtkn<'c', 272.
62. R. Kra R. Tlu: "Ti.>.tftl(l/ .\ft'( hamo •; K. T~u. D1~ Bedt'lllllll.~ &kt c..lrteclll·
--.. 123-144.
63. R. Kr.~ft. 1'11•' n Tt•.\tUt.ll Mc•dwnln ... Mt
......
exige que las hipútesis sean examinadas a la luz de Jos testimonios
que tenemos a nuestra disposición.
Como Kran ndvierte de inmediato, nin~unn de los numuscrnos
indiscutiblemente judíos. fechados en el siglo 1 d.C. o antes. es un
códice, ni muestra el sistema de abreviaturas de los nomina .wzcra
pana palabras cspcciulcs lan conocidas en Jos manuscritos cristia·
nosM. A mi juicio, eslo resuhu dccisi\·o, y es conclusió1 compartida
con otros investigadores"'\ Kratl (como anterionnentc Treu) se~ala
un pcquei\o número de manuscritos. fechados en distintos momen-
tos desde finales del siglo 11 hasta Jo~ ~iglos IV-V d.C. en lns que
encontramos unn curiosa me1cla de msgos que muy a menudo son
considerados como características de la praxis gráfica j11dia o cristia-
na. sosteniendo (con cierta coherencia y contando cort el apoyo de
otros exegelas) que ni menos uno o dos cúdices de te u os hihlicos,
por ejemplo. son probablemente judiosr.t..
Ya he indicado que resuha dificil asegurar la procedencia judía
o cristiana de esos manuscritos. y he propue-sto que resulta pcrfcc·
tamente plausible que los háhitos ~mficos de algunm copistas · ·a
ju1gar por los testimonios, una mi noria puedan reflejar distintos in-
flujos o mezcolanzas. También repito que. después de todo. ~stamo~
rstudiando la conducta humana. por lo que n(.l dchcriara sorprender-
nos prácticns distintas: por otra parte. en la medida dl· mis conocí·
Rlicntos, In t(mnn de escribir no estaba legislada ni controlada por las
64 R. Kmf\, nlc' • Tc.··'"'"' \l,·dumin)J. 51. remtlc " -.u Hintuicióm> y 3 o;us
oc~¡,cdtas>• (p ~) fe\J'C'-''" a t¡IIC' d ,-.,npleo cri!'liano del C()(licc prlx·edu del uM'
judiO, Jl(rO duda de: 'fUI: cccn lllllÚO Ohlll14:11lU ltfi~Ail\UI> 111~ prucrnu fll'C~IlriAI•• (¡).
b6J para C\llllinnar su postura. P:trJ la rx~•t'lk ~{)llC\IÓn .:ntrc ll)\ tWfllllta ,\ti( l'cl y d
lmtamil'nto qu<" lt~ cs~·r•hal'- JUdíos dah:tn al tctr:agr.ímaton, d. el "·¡pitulo !cf\:~ro.
6~. ('f. C. Sirat. Lt•/iwl} 1/ehrt•u. qui~n concluye que <(ni los te) tos ni la arquco-
:otcin rl~pald¡n In hlpÚt~is de: lru. flk'I\IC'~ judi4L'i rar" c:l ~c.'ldl"~ cri~iall<N (p. 124 ).
MJ. ('f R. Kr.at\. 71rt• "Tc-.l'ltwl .\fe'( Jwmn "· (!(,, dundc: en pm11cular ~l)II~Jdcr:~
que P.Chy. t•~(, (un d".lu:c de lo~> )Í~J,)s 11·111 e''" texto de (in) c.-!1 JUdlu •ce~"' con
~od3 ~uridad». Esta opinión está respaldada por('. H. Rtlbert~. \fanuJcript, 76-
77, donde rc\·1sa su plsnteamiento anterior. y Van tladst (VIl 32·33, 13). Se trata
·ambién de la P''~turi1 3dof'hlda en la ticha ~laborada p;&ra C:'!llC manuscrit<' en el
'lfoyectu PRn. de 111 tinl\cr~idad Macqunnc. hpc'4.'1.&lmcntc ~~~nitkullv., c!i lo1
·.cndcncin del cM:nhil Nl1{imd 11 dCJIU un ~"p.u:1o en hlancn en le~ luitircs ckmdc
.Jehia aparu~r el tc:tra~ramaton. los cu~les han sido rdlc:nados p« otra manu con
K\~QU~ (sin ahf\:\'Jar). Si es cic:rto, esto con\·Jertc a I'.OX)'. t>:.h en ~1 pnmcr tcxtn
.1udicl de la IJJhlia 1!11 torma de códice. y el cjcmplc) más t~rnpran:t de un te"to en
~uc el tc!rn~r•hn:ttun hll :o.~du \U!ioiJtuidn JM'r Kl\ll(':.
¡_,,,,~·tnwu w por t•l ni41Wt'
67. Al tx•\'l\.1r un hnn.sdot Llc t"!>lc: ~~tp1tul11, Kral\ C's,nhiú LIUC J¡¡ mn)W ~'nr1c:
do Jos C:~IUdiUM)'I 1\U~ni)(n di~ha Jk~lura ccporqu~ ~lán pn.•thspuntus 11 ,u;cptar
cletcmunadull JKcsuptacst<t)o)l (que nu C!lr«ilicM. En cuulqu•cr ~a.~,. como ¡slimw
-'aaniba. Id.." J'IUCl~ J"'UCI.:cnllcY;smvll" la "vm;luMun lk qu~ la prdt:n:n~i~ dc:l
c6ctice por parte de lo~ cri~tilnos fue: unu mnm·ac•ún. No es C<lrT<.'\:hl <14~ir que una
claclu«ión C'lolblc:cicJ.111 ¡»rbr ~ lo~ dntus COIUIIIUYII un "J)tCSUJlUt..>StHI'
Lo.\ f»'llllltl\'0.\'fltll"'"' ('I'Utlclnm
~' t:. H. Roberts· T. (. Skeat. T11e Birth «~1 tire Ctllle..t, 45-~~- li. \'. Gambt~.
BQo·i.t!IJki Rt'~Mk.n. 54-56.1Ambim n:\isó tak'S p~ con r~ultados ~imila~~.
fH T. ( ·. Skcal, U1c: l.c·lflllh «)//he· Stwkiczrd Pclp.J·m~ Rol/.
":1) t . ti. RnNrb·l'. C. Sk~at, Th.- Birth oft/ko CtHic•.\·, 46.
~l. S1mphti~u "'n tzr.m m~dld.ltodo" ll» ü~of'C\:U~ ~ue conll"'\'nN, pantC\Ihtr·
mcn11: .1 l:s hora d~ pr,)(Juc~r una copia de buena calidad de un texto en un rullo.
ES1f:\ "'~ia un c.ilcuto \:uidadOMl de la anchura de las columna,. ast ~omo otras.
hilh•!Gde!o ror r~utc de I(K escribas. Cf. W. A. Johnson, 8onkroll.'\ ami .~·ribt•J.
!16-W p," (l(rn l;edo. col ,·c)dt\:C requería unA ortc~nln divc:M
7.~
72. Por ~~mplo, ad\ a(nas.c la 'omparación cntr.: lo 'IUe supnnalA el U!\O de un
~ódice ~ un n•llo en W. A l<lhn~on. Hookm/lf dnd .'krih('~. X~-~6.
73. lhtd. )\().1(7.
74. T. <:. Skc:u. Rol/t•c·n,, Co(/c•r. U~ lmm~ten C U. Ruh"·n~· 1'. C Skca1.
lTw Birth u/lht• Coclt'.'· 4~).~0. ~· la Otllll de Skc:.tl "ohre \U C:\pcrimc:nln tk \·ulvcr
• enrollar un rollo de papuo. plamcando que los l«tor~ de la anugocdad proba·
t ·blofttcnte no consid~raban que el wllo fuese una ti.lrma demasiado dilk1l de leer
' textos (J. K. Fllinll (cd. ). Tlu· .·l¡tocr\'plwl N(•u ](•.ttam<"nt, t,o.t,.l ).
¡,0 deberíamos pensar que el peso de la tradición era tan intenso
~Le impidió a la mayoría de la gente adoptar el cúdacc, ••i~ntrds ~ue
los cristinno~ fueron sencillamente mfts flexibles o tuvacron mayor
capacidad de adaptación'? En tal caso. cabría \!SJlerar una caena expe-
rimentación inicial con el códice por parte de los cnstaanos. seguida
por un uso pnulaunarncnte mús confiado y sistemático. l,~ro. como
Yil hemos visto, el testimonio de los artefactos sugiere u• uso mayo-
ritario y casi exclusivo del códice. y en época tan t~mprana que ya
e-stá plenamente consolidado en el momento dd que p-occden los
t'ostimonios mi1s untiguos conservados.
Asimismo. resulta dudosa la sugerencia de que se optó por el
codice porque presuntamente ofrecía mayor facilidad a la hora de
consultar un pasaje concreto del texto. Como ya se~alaron Robcrts y
Skcal. esta propuesta no es convineemc si se e~amina dctenidamcn-
h: .,. Al no existir divisiones de cupltulos y verslculos. que fueron
irtroducidas mucho más tarde. la única manera de enc<.1ntrnr un pn-
saje en particular habría sido buscando en las proximidades del texto
o qui1.á mediante la esticomctria. es decir. el cálculo del número de
lineas de un texto en determinados puntos del manuscrito. La t'micu
lonna de que este método pudiem haber t\mcionado habría sido in-
dil"ar un pasaje mediante el número de sriclwi (líneas de texto) desde
e comienzo o el final del texto. De todos modos. apenas hay pruebas
d: ~ue se recurriera u este t>rocedimcnto. Los números de páginas
que se encuentran en algunos códices primitivos parece que más bien
s·.rvieron para mantener las hojas en el orden correcto a la hora de
encuadernarlo y para asegurarse de que no titilaba ningunu ~'·.
Podemos suponer 'lue el principal atmcli\'o del ct)(iicc pum los pri-
mcms cristianos mdicaba en su capacidad para acoger mayor cantidad
de 1cxto. De hl•cho. advirtiendo que una serie de códices datados entre
Jos siglos 11 y IV d.<:. tienen cincuenta o más lineas por p¡igina. Eric
Turncr sc:a\ala que «la ~r.m capacidad de ulmm:enar texto cm el princi-
pal atractivo para el códice de papiro en el periodo de su (Xpansión>> ".
En todo caso. es importante obsen·ar que de los veintirlleve códices
78. En c~t< ~údi~·c "·un un llrH"''' cu;ttknh' • ~·) hujn~ duhl~dn!o qu~ l(,rman 11S
folio.), E1ocur:a~ 1., pumtrn mit.·uJ. nucntr:H• •1"~ Un y h.t ("'~rito~ J't'r urm man11
.cHfercnt~) ct>n(ormahan 1,, tc~undn rmhtd Pura uno dcwflJlciún 11\lh amplia. d. 1.
.G. Ken)'on. Th,• Ch,•.Ha &~rur Htblical!•op~rt. l·i.nctatlu., 1'11. f:t'lad. l.>amd
~: h'.tl, lond<m 1q~7. , .• ,¡¡,
"- 79. W. t\. Johnson. H<'ok.nt/1' "m/ .~n,.,..'s. J4l(.J JIJ. p,lr .:J"mplo. d'. U Y.
1¡- Gamhlt, BooiH and Rc•ilclc•f\, .¡7,
~· ~ 80. f. 'lo\, Soihclil•rcJdln'.\, !4- 7'1. Jlh."~'>Cnt-3 wiiO!\ ,t.: hasm "~'"''"'lll''' y
~ lleinta mctto" de hargu.
~" . 81. T. (.', Skcal. ~~~ C<·ll<·<·w(/ /Jill/t('a/ Jt'ritm}{.'· X l. ;-)k..:-.n r~"\:omx:c: ~u crw1
' . ..-nor al cakulur d duim:lnl de dk:hu rullu en unos J o 4 cm ecumu upare<.·c en
~ C.-H. Roben~· T. C "ik~·ar. T'hc· Hirth oftltt' c,_~/,·x. J7t.
~
1
metros que hace Johnson. por ejemplo. un rollo de 7.5 m ionnaria un
cilindro de unos 6.4 cm. un objeto tacilmcntc munej~tble.
Que yo scpu. Ju úmcot ventuja del códice mencionada por los es-
critores de la antigüedad es el elogio que hace Marcial del cankter
portable de t.-stc tonnato (t'pig. l. l). Lo que :\1arcial parece ensalzar.
sin embargo. no es tanto el t<.mnato de códice en si. cuan1o mas espc-
cificamente los pt•c¡ut'itos cúdiccs de pergamino. tal \·ez algo pnrccido
a las modemas ediciones de bolsillo de obras literarias (hll!\'ibtL\' mem-
brmw wht!l/i.,-)~:. Algunos exegetas han propuesto que e: fonnato de
codice. en particular los códices de JX~Uet'O tnmmlu, p~acdcn haber
n:sultado más atracti\'os y pn\ctkos pura los maestros y evangelistns
cristianos itinerantes. lo cual puede explicar la prderencia de los cris-
tianos por este fonnato. Me ocuparé de esta sugerencia en breve. De
fr(lmentn !o-implemente indico '1\IC, incluso si la naturale1a portable de
Jc.s códices de ccpcquei'lm) tamut)o puede haber sido el factor inicial
que hizo que este fonnato resultase atmcti\'o para algunos evangelistas
cristianos en fechas muy tempranas (¿,siglo 1?). la postcror adopción
generalizada del códice en el cristianismo primiti\'o exige otros facto-
res. No hay mzón pam pcnsur 'lUC muchos de los códices cristianos de
lt)s siglos JI y 111 estuviesen preparados para el uso o la lectura itine-
rmtc. En realidad. es más probable que fuesen preparados para que los
u,;ardn cristianos con una residencia fija. como por ejemplo Oxirrinco.
l.a predilección por el fonnato de códice entre los crist1unos pnrccc
reflejar 'lue lo valoraban por algo mits que por su portabitidad.
En suma. aunque es plausible que las posibilidades que ofrecía el
tonnato de códice de peque~o tamat)o pudo haberlo hcdto atractivo
pJm el uso itincruntc de algunos de los J)fimcros cristianos. ello no
explica por sí mismo la enonnc )' ampliamente extendida predilec-
C'Ón por el códice en el cristianismo primitivo.
~2. f.. G. Tumcr. 1lf1t'lo&'l'. 39. proporcaona ejemplos de copi~t.Sde obras lirera·
ria' ~n r'C\IIId\11' ~' lcmrr.lllm. ,,)dice:~ dC' (l(''l:lln!Íiht.
¡,,¡m•fc·r\'llc ·w por e'/ e'(;.// e,.
86. Al hablar de c<USO•> o uuso~u. acepto &k fonna implktta que haya uno o
mú de uno. untccip.:mtlo o c~tc momcntu la'll critica~ (que trata remo~ má!i a~lanh:)
de CUIIIqu•~r h:tnl&l scmc,tAnlc a la del ''"'t: h~tng>• que contcmplm~c &¡uc un (&ntC<l
uao del códkc CJcrctó un erunnc mllujo.
87, H. Y. Gamhlc. RooJ..., cmd R''"''('N, 54.
88. E. G. Turner. Tj7x>bgy. 40. mdicó que d milo de paptro estaba un (cfir-
mtmcntc consolidudo ~uc cm ~ci,oo un impnchl rnilyllsculo ~'-''" rro\·uc.:~r In" ex·
perimcnt~ que llc,·awn ;a t¡Jc linlllmcnh: tuera 'ustituitlu por el codtcc••. cundu·
)'Ondo qlM: c<lllhl ~uc hu~r un nh\11\ n Jl<)(kru ..o para Uliur el ll'"muo tic cbdi~c··
89. C. H. Roben~- T. ( . Skcat. lht• Birth r~{ tlt,• Cod..·.\. 53. S\J~cnian 'JUC ht
motivación cri~llana que llevó a adupuu el códtcc <k un modo t:ul gcncrali1Ado
IU\'0 que ser <caigo tr~mcnd<Jmcntc podt:>ros<H). ;\ pc~r de rechu..11r las pnlJ'UC!ola.s
41'10 hic:icnln, lt. Y. Gtunhl~. HtHik.' •md Rt·a.la.v, SK, "·un~idcrú que c~tnbun en
• lo ciano al pensar ~uc <clu\o que hu~r un ó!Cnntc&.:nntcmo d\."CI~I\·u 'JUC' !>en tú un
.. ~ntt,., 4~ llcH) u~~ d ..:<.\dtcc se ~onHntct·a ráptd4mcnlc en d ll>must~l de
libro pNdominant~: {.;n el cri~ci~ni~tlN pnnuti,·o.
f; 90. Ct: Eu~bio. IIHtEL"d 3. 3'J. 15-1 h. Para un ~studiu ul rcsflC'=IO. "·f. l. C.
·Biadc. Marlc. x~.l)4.
'
.11..'
gc:io de Marcos llegó con este mismo formato a Egipto. donde fue
co¡liado en papiro. ejerciendo un enorme influjo en la prn:-.is del libro
cristiano. Posterionncntc. reconociendo que los ar!fume:Jtos contra
es1a propuesta eran ccfómlidahles)). sabiamente dejaron de sostener-
la"'. No hay razón para pensar que Marcos apan"Ciera . originahm:mc
en fonnato de libro de pergamino ni que estU\'Ícra conectado con
Alejandria en fechas tempranas. Asimismo, el testimonio de los mu-
nuscritos apunta a que Mateo)' Juan fueron copiados mucho más y
se extendieron por un territorio más amplio, )' no da pie para supo-
ner que Marcos tuviera un pllpcl influyente en Egipto dl!sdc fechas
tempranas.
Su segunda propuesta sostcnia que el códice y In curiosu praxis
gráfica conocida como nomincl .wKra ·-que parece haber surgido de
torma paralela a la preferencia cristiana por .:1 códice- tu\'icron un
origen común, y que ambas convenciones prucederinn de un primi-
tivo centro cristiuno con ((la suficiente autoridad conw pam tdear
tales innovaciones e imponerlas en el cristianismo)>':-. A su juicio.
sdamentc cumplían tales requisitos Jerusalén y Antioquia. inclinán-
dose por In segunda como opción más probable~•. San c:mbaryo. esta
teoría no es más convincente que In primera. lngenuam:nte. da por
supuesta la existencia de una autondad eclesial y una cemndi~a..:ióu
que resultan totalmente anacrónicas en los siglos 1 y 11 d.C. Tampo·
co tiene fundamento su idea de que el uso judío de tttblillas de cera
para anotar las ideas de los maestros de la ley condujo a una prácti-
ca similar para recoger los dichos de Jesús, lo cual a su vez habría
11:\·ado a utili1.ar el códice de papiro para los textos bíblicos y otros
c~critos. Los discípulos de Jesús tal \'CZ usaran tublillas de cera -Jo
cual no deja de ser más que una posibilidad-. pero esto dificilmentc
explicaria la predilección de los cristianos por d códice para textos
cditerarios)) más amplios. como los escritos del Antiguo Testamento
y los que tenninaron por fonnar parte del Nuen>.
91. ('. 1-1. Robcrts -T. C. Skcat. Tltf' Birth uf thc• Cc~<lc:x. 5-'- S!. La propu.!sta
hJhia ,;ido rc•li1ada p(\f C. ff. Ro~rt~ en 19~. Tht· Cl>dt·.t.
~2- C 11. R(\bcrh -T (' Slu:~u. nw Rlrth alti'H' Cmlt·.'<. ~7.~~.
93. /hui. ~¡.¡.f,l. t\nl~riormcnle C H. R,lhc:rt~. Mmrtm·n¡,t. S·)(·it·~·. ami lk-
hd. 44-46, habia prOfltK"Slo Jrrusa!Cn como cllug~r de ougcn de IOl IWIPIIIW :~·~:rll.
cn:)(lldo \IUC solamente: 1cel iRIP<l de los apóslolef- o de sus inmcduws l>U\:nvn:~''
ID\'Ícron la :;uticiente autmidad como para ~·esla~lccer pau~as pua los escriba~
.;n,.ll;mn'i ))
Skcat presentó después una tercera propuesta: que el códice fue
inicialmente adoptadc por los primeros cristianos para realizar una
edición de los cmatro evangelios canónicos en un solo volumcn·N. Por
lo \'isto. aceptando que los antenorcs mtentos llevados a cabo por Ro-
berts y él mismo de encontrar un estimulo adecuado para la aceptación
cristiana del códice adok-cian de anacronismo y otros graves prohlc·
mas. Skeat propuso entonces identificar ccolgo que el códice harán sin
problemas. pero que el rollo no podía hacer bajo ningún concepto))·''.
Aceptando que los e\'a:1gelios circularon separados en primer lugar en
rollos de papiro. Skcat planteaba que en ulglln momento u comicn1ns
del siglo 11 cela Iglesia•) se aferró a la tdca del ((códice de los cuatro
evangelios)) como una fonna material de expresar que esos textos en
particular poseían una «autoridad y prestigio)) únicos......
Quizá resulta coherente con la tcsi!\ de Skent el hecho de que mu·
chos de los códices mas antiguos contengan textos de e\'angclios. lo
que muestra ciertamer.te que los primeros cristianos aceptaron am-
pliamente el fonnato de códice parct esos escritos. No obstante. el pro·
blema fundamental de la tcoria de Skeat radica precisamente en el
testimonio de los anefactos. El códice más antiguo que contiene los
cuatro evangelios es P~ ( 1,.Ch~ster Bcatty 1). datado nonnalmcntc \!n
tomo al250 d.C. Además. si tenemos en cuenta todos los códices con
evangelios fechados en el siglo 11 y en la primera mitnd del siglo 111.
la mayor pane parece haber contenido un único cvnngclio: P,: (P.Ryl.
457: Jn). Pr.(o (P.Bod. 11: Jn); p .. (P.Oxy. :!6R3 ... 4405: Mt): P.x, (P.Oxy.
3523: Jn); P,.)l (P.Oxy. 4403: Mt); y P:(" (P.Oxy. 4404: MU. Aun acep-
tando la tesis de Skeat de que P·~ (P.Bod. XIV-XV: fragmentos de tu-
cas y Juan) originariamente incluía también Mateo y Marcos. de: que
P.. (fragmentos de le) fonna parte del mismo códice que PM y Pt··· y
que este códice (reconstruido) originalmente incluía los cuatro evan-
¡elios can{micos y ha de ser f~-chado u linaJes del siglo 11. resulta claro
que cuando en el siglo 11 el códice se empleaba pam los evangelios.
lo más común era incluir uno soto·~·. Si el ímpetu primordial y la rn·
zón original para que los cristianos emplearan el códice era incluir
y difundir los cuatro e\'nngelios. ¡,por qué la maynrla de los códices
evangélicos del siglo 11 cmn manuscritos con un úmco cvan~_,telin'!
Tenernos poderosas razones para pensar que los cuatro evangelios
canónicos estuvieron vinculados por la c!Stima en que. ya c!n las prt-
mcms décndas del siglo 11, los lcnian al menos algunos gn1pos cristia-
nos de imponanc:iu"'K. En cualquier caso. los tc!stimonios materiales no
proporcionan ningún moti\'O para considerar que el códice fue micial-
mcntc adoptado por los cristianos para incluir los cuatro textos entre
un par de tapas. Por el contrario. parece más probable que la combina-
ción de los cuatro evangelios en el mismo c<ldicc (quizá n finales del
siglo 11) fuera n:,m/tado del h\..-cho de que se considerasen un grupo de
«libros sobre Jesús)). y no el medio adoptado para lograriCtw.
Me parece que la propuesta de Jlarry Garnhle es má; plausible.
Coincidiendo con Robcns y Skcat en que c•en la public1ción y cir-
culación de la literatum cristiana primitiva dehc de haber existido
un hecho decisivo capaz de sentar un precedente que rápidamente
instituyera el códice en la tradición cristiana)), Gamble proponía que
lo que mejor cumplía los requisitos ern una primitiva colección de
cplstolas paulinas en ese tonnato 1u 1• Corno advertía este autor. las
canas de Pablo son los primeros escritos del Nuevo Testamento, los
pnmcros textos literarios cristianos que circularon a nivel regional y.
ai'Qrcntcmcnte. los primeros en ser rcco~idos y tratados \01110 Escri-
tura (como refleja 2 l,c 3. 15-16. 1echada entre cl70 y el ! 10 d.C.) 1'' 1•
~tol.
Por c~mplo, G. Stonton. )~$U~ tmd (impd. fi:\.QI.
f-.l térmimt c\!Íhh)\ Mtbi'C Jc~lil•" dc!iÍ"rl~l 1<~ C'\'.lllttCitO' (t"10 ltncf;h:hl~
Ql),
dcdc\'n,ión u Jesús. y loto C\angdios ~n )U totalidad (canónu:os y c\tm..:an~\mcos)
rep«"~num un ~onjunto notahlc de intentos literarios por ..:xpr"-sar la dcYoctón a
dicha ti~ura. Ct. mi ~ludio en l. W. Hunado./.ordJt>.m., Chrm. 25<l-)47.427-$S5
(Stllm· J,•.,ua"'"· ~n I·WM.4~7-5~ 1t.
JfKl. 11. Y (jamhlc. Rool' und Rc<lclt·n. ~~-6~ lht ~•tu pruccdt de l.1 J'. 5!0.
<it.mblc f"l!'tulabn un Ul.U t~nt.:orior 'kl n'ldicc fnuh bi~n un caudcnul ~rol ~olee·
ci~nc!' de: textos de pmcba tomados de la Biblta (p. M: \chbros de tc.•,wmonicz)l),
Jl'!IO :w~tcnin que c:MlS obJetos no habrían caul'adtl d impacto suticiC~llc JWil ~rvir
de catalit.adun.--s en d uso dd códk.: Cf'IOlc.l formato rn:fcrido ror lm cmt1ano~.
101. ti. Y <inmhlc. &)tJ/o curd H~mh:n, 271 n. 71. ctt.1u :\. Linr.c:rm.mn./'cm·
lw in iillc'''''" ( 'lln.Hc•llfum. y a E. l>as..~mann. Ot•r Stodu·lmr Flc'L\C'h A cllc)S anadct
A. lmdcmann, Da Apo,tc.J P<lulu., 1m !. ;,,h,.huntk-rt. llc.satonunacamentc, el re·
e Jeme c!-tudio de {·.J. Koev.el. Puul in tlu! ~<'CHkf <."t'1ftrtry·. no muestra r'amallaridad
al~una con C'itas obrn~ ~- rcpttc la~ anteriores fanUl:'lias que asumen que lt)s grupos
cr~'htlfl<'ll plx'll\"''rtodcl.\tt\ cvttan n l•.ablo ha~IR final""" del 'il(let 11.
(,., JlfC!c''''ll<'lcl fNJr .:1 cuclln· .'1.<
102. t:f. cl~:sludio 'fUe: hace de 1\)s t~ltmnruos de: In~ pnmcrlll'> colecciones de
cpiscola!. pau I11"1.1S en H. Y. Gamblc. Book.l cmcl R''cl(/t•n. ;'J-61.
HH. f.. Fpp. l'ltc· ( 'o~k.1 c~t~tl l.ll<'mcT. 1M.22·2-'.
104. T;mln Epp ~:omo Stantt,n se rdic:-rcn con ~ma a l.b tcmaas d('l•cbllJ hllnl(••.
E. Epp, 1Jw ( 'CJtk•.,· tille/ l.ll«"l'tl('. 21; (.j, St.tnlon. J~:.ws anJ <iwpd. 167-16~.
105. Por eJemplo. CS<\S -:scrílO!o pc:)(lrian hahcr in.;Ju•do coleccl(>ncs de d1coos
de Jesús y:o pa.s.a)Cl\ ilihlkos que se empleaban ~n la prodamac1ón ~· la catequ"-s'~
( lt.,·ttmomcl l.
que el <<Códice itincr.mte)) podría haber sido ccvisibleme1tc expues-
to .. y cmpleadn ... en una emotiva proclamtlción. en una convincen-
te parénesis o en un ncaloradu dehatcn por parte de dingcntcs cris-
tianos itinerantes. Asi pues. en ((el ambiente sumamente denso de la
predicación ~-de la edificación en el cristianismo primith·o)), ese uso
del códice tuvo un efecto ((gal\·anizadm·)• en los oyentes(' corwcrsos.
c'~n\'irtiéndosc en el factor fundamentnl''w·. A J)artir de ahf. el códice
<<pasó rápidamente a ser la se~a de identidad de los matStros y pre-
di;:adores cristianos y se adoptó como fonnato para aquellos escritos
que se usaban en el cullu y en In vidn de la comunidad cristütnan"''.
No ohstnntc. no todo re!\ulta con\'inccnte en la tcoril de Epp 1 '~.
Por ejemplo. aunque en principio resulta plausible que los pn.'"dicado-
res y maestros itinerantes cristianos pudiera, haber llc\'ado consigo
C<lpias de obras como los escritos de la Biblia. unn selección de textos
bíblicos o dichos de Jesüs. ¡,cúrno podcmo~ saber 'fllt' lo hicieron u
que hacerlo fuera algo tan corriente como sugiere Epp? Además. aun
si los lideres cristianos itinerantes llevaban a menudo consigo copias
de ciertos escritos, .·.,tué nuón cxi!'lte para asumir que m>nnalmentc
f~cran utili1ados de una t(mna tan llumntha que tu,·ieran ~1 impacto
que: pn.)ponc Epp'! 1'N
Además, ¿qué motivo t~nemos para presuponer que los libros que
In dirigentes cristianos llevaban en sus misiones fueran códices'! Es
106. E. Epp, Tht: Codex mz,J l.zk!ra<). 20-12; M. M~o."t'ormid:. Tht• Hmll ofth,·
C )(le·,· t: 1~n~)o de 1\okC,,rmh:k c~tll\'tl m,,ti\ ado J1-.'r la puhh,acim d<.- Thc Binh
oft/r,• Coclt•r de C. 11. Robcrtíi ~ T. ('. Skca t.
107. f .. Erp. Tite· c.,,¡,._,cJJid/.,,,.,.,,n,24.
lOM. l:n JUSti\:ta, 1!. [pp, Tite• Coclt'.\ wrd l.ltc'rch), 2-'. no r~ha~U la,131ll(nltnlc
la 1coria de Gamhk. inMslu:ndo más m..ldc~amenlc en que se ccnsidc~n otm~
c~rlicaclt.lfle-s. inclu>·cndo la S\tya.
1(W_ h ~hido que Rllly <iruham llc' :a unJ Bthlin en ha mmw (Utmd4' Jli'Cth~a.
dl)lándolll de: unn AMk:llh:tón C3•>~ icon11.:a ~cm "'u mini~tcnu. Jl'-''" (,c111plcahan d\: '-''~·
te modtl lo~ prcdt'-'.1dort'~ cri~lianm; dd ~•glu IJ.ao¡ n~t~n de lc\lcl"' 1ndctcrmtnad1'~
que sugi(tC f.pp? Este autor oo recurre a esta analog.ia; lu hago sen\tllamcnte par.t
rrostrar la pr((lCUpación que dchcmos tener a la hora de C\'ibr af\li:ronismo' m·
(OO"K:icnh.~. En 1<'" comentarios a un bnmadm de este capitulo, Scot Charlesworth
tre llldt~ó nl¡:unu .. rct~·rcnciM 3 In lectura ritblt\!11 de IC),(O~ '-'" lnl\ ramCfl\" H,nlJll"
Cn!ltU&nO'i ( ~r CJCIOJ'Ill, 1 Tc!O ~. 21; ('ol 4. lb; 1 lm 4. n: Ar l. .l: 22. 1~) 'JII''
pxfrían dotar de '-·redibihdad a la propu'--sta de Epp. Sm embargo, no S<." tr.siA de !a
lcctuna comunitari;a de textos. La c~sti(m e~ si los mae~tros o prcdicadl,res tune·
nntes lh~\·ahan consillo )' e),ponlan publicamcntc cádices. lo que postcnormcntc
t::ncrú la Jlrcfcrcncm '-"fl\tlllltll pnr e'IC fortniliCl.
l. a f'l't'/&'I'I.'IU ''' pm· c.•l nJihc 'f' ,1('
110. Por eJempltl, 4Qlc~umoni~ (4Q 175' parece ser una págma ~ueiLa. y
4Qfloriltgium (4QI74, tarrbztn conocido como 4QMidrF.schat:t) y olros tcxtü~
IOn fragmentos de rollos. R~~to a la nnponancia de lo!' objetos de ()umr.ín para
la Ccorlas .:n hlmo 11l:L' ~oltccmncs d( te,umontu!l ckl ~·ustiuna"mn prinuU\',,. d'.
• J. A. Fit;fmyer. .. .s{JT&•.ftlltiOfU¡III cmd tite' ,,·,·w r...,wm~lll.
L 11_1. G. Stant(ln, Jeju~ ami Cimpd. _1 ~3-1 tW. 1,.Ryl. ~) fue idcnutkado por
i· pnmna en 193C\ por e ti. Roben~. Jv•o /JtMiml Pa¡n"TI; y csludtado de nuc\·o
tr \'U
por A. !al~c:ua. A. ~~~í~umr Calltt<·ticm in .~mtchE'.\'ter.
11 ... (·. l: 1'1'· ,,,. ( odt'.\ '"'" l.llc'flll'\, ... l.
·pergaminos'))'''. <<Pergaminos>> traduce tú~ ~.lfJ.lf}Qáva;. un présta-
nul del latin. (1\le nnm1almente se considera rcf~rido a cuadernos de
pergamino o, tul \'el incluso, a códices de J>ergammo';~. ~lcCornuck
prefiere el segundo sentido del ténnino. sugiriendo que este pasaje
muestra que «el autor de 2 Tim esperaba que su audiencia identif\-
cara los escritos en ese no\·edmm lormato (códice) con san Pablo)).
Pero lue~o. sin más. Mct ·ormick afinna que el pasaje muestra que en
tomo al al)o 100 d.C. los cristianos asociaban el códice <:on la ((tra-
dición apostólica>> 11 ~. Espc..--cialmentc si la segunda Carta a rimoteo es
pscudocpigrafu. 2 Tim 4, 13 puede mostrar que Ptlblo cm asocittd<l
con el códice (por las razones que sean), pero la pcrfcopa dificilmen-
te 'uede servir de base para creer que el códice estaba generalmente
asociado con los apóstoles y los misioneros en particular.
Con el fin de mostrar el supuesto impacto del uso de los libros
que podrían haber llcvndo consigo los primeros misioneros cristia-
nos. McConnick cita Hch 17. 2. donde se presenta a f>ablo de ten·
diendo la verdad del Evangelio desde las Escrituras. Pero el pasaje
está arnl\ientado en una sinagol(a, donde los lectores espcmn que esté
disponible al menos una copia de algunos escritos biblicos. Ni este
p~je ni nin.:ún otro. que yo sepa. habla de que Pablo o cualquier
otro líder de la misión utilice «libros que lleva en su equipaje•>"".
De hecho. seria posible consid~rar que 2 Ti m 4, 13 dice b contrario.
¿Por qué ul)abkm pediría que le cn\'iasen sus libros, si lo nomutl es
que los llevara en su equipaje'!
Por otra panc. Mc\omtick está en lo cierto al sugerir que el ta-
mallo de pá!lina relativamente mo<ksto de mu~:hos códices cristianos
113. Coincido con M. McConnick. Thc· Btrth ofllu· Cml,•.t, 15~. en rechal•ar
la ;-rupuesta de Skeat de que aquí w.:: JU:t~vn~ es sinónimo de Tú~,r~).icc. ('f. T.
C. Skcat • .. ¡.;'1"-'UcJIIl·lhc·l'un·hm,•nf., 11,
114. p,lr cJcrnplu. d. BAlil>, ~. v. fii'J•I\•uvu: C ll. R,lhcn~·l. (', Sk~JI, Thc·
Hl ..,,, V/tlt<• Coch·.\, 12. h llnm.ati\'0 ~liC en ~ Tun "'· 13 se utill~cn ~o~ rré,IIUI1U\
del latin. saendo el otw nw lf<ll).óvr¡v (ct: 8Au0 s.\·.). Distingo aqui <•cuadernos».
c:lllplcados par.t •<notas, ~ordaturK>S u borradores» (l. C. Skc:lt, fff.'spt.•t.·w/~,. tht·
/'cuy·Junc-nt~ "· 262 ). de <•códic~)>, C'5 dc~tr. textos rompletos cop1ados en ti.lml31n
de: ~odicc Bien pudo cxa!llir urw '-'Oflc.'Xtón hi,túncA entre arnbm tiro'~ ck nhjct''"·
rcro h11~ una notahlc d1tcr~ncaa entre: d uMt de un !lc:n,•llo ~wadcmu ram tomar
netas de modo anlormal) el nlh wnbicalhO empleo dd l'Ódlcc: parA ·:o¡>iat ttMJ,, un
texto Jit~ario.
115. M. \kCormad. Tht• Birtlt o/'tht> Coda. 155.
llfl, '"'". 1~7
l.clfll't'lc'I\'IIOil por a•l nN./i<·t•
de los siglos 11 y 111 puede ser significativo. Pero ¡,significa esto que.
en el cristumismo primitivo. la fum1a del códice fue condicionada
por un inicial e influyente uso de pcquer,os códices en In~ misiones
itinerantes'? En su análisis sobre las dimensiones y el tamaño de los
códices. Tumer no pmporciona ningún argumento que respalde esta
explicación. nd\'irticndu \micam.:ntc que de un Jl',"rindo a otro los
tnmni\os parecen reflejar preferencias p:trticularcs de los escrihas 111 •
Simplemente nn sabemos por qué. Podriamos considerar que el ta-
mafto de los primeros códices cristianos revela la asociación origi-
nal del formato con la misibn cristiana si existiesen pnachus lJUC lo
corroboraran. pero eso es precisame-nte lo c.¡m.· nos taita. Asimismo.
es posible que el considerable porcentaje de códices primitivos de
<(pequeftm> tamaño que contienen escritos del Antiguo o del Nuevo
Testamento reflejen una import:sntc demanda J't'r parte de los cristiu-
nos de copias parn uso personal. de modo que lo que se huscnba era
un fácil manejo 111 • En el último capitulo. me ocuparé más detenida-
mente de la imponnnci!l del tamaño de los códices.
Veumos ahora la prupucstn de Stanton. Aunque apnaeha el énf.1sis
de Epp en el presunto i11pacto del uso del códice por parte de respe-
tados maestros y mi~ionrm\\ l"ristianos. Stanton niega que este factor
fuera dccisi\'o parn el cambio en favor del códice. Por el contrario,
propone que dc~dc los primeros ¡tños. cccasi con toda seguridad. los
discipulos de Jesús hun empleado más de! un tipo de cuadcmo'> (por
ejemplo, tablillas. cncemdas, tablillas de madera. cuadernos de papi-
ro o de pergamino) con fines diversos (por ejemplo, dichos de Jesús
o colecciones de citas bihlicas h•.uimonia-- ). Después se pasarla n
utilizar <<cuadernos más grandes. es decir. códices, para sus escri-
tos más pennancmes>~. No hahda. por tamo. un gran paso del rollo
117. L G. Turn~r. Ta¡,oloK.,\', .:!~. ( 'f l.a t~lll11 de (OdKc~ ~n paprw allrupa()(,,
pordlmm\snn\-, en 1"' p. 14-22.
118. Esto tambitn JlO(ka reflejarse «:n la sencillez de la escrilur.s de muchos
O incluso de ls mayoria de l~l:\ primeros m;muS\:ritos hihlicos cristianos. E.. dc..'l:ar,
pueden SCf códices preparados para cri~tianus. inclu~o a'Jucllos cu~ns rccur!ons
1 •onómic~ ~mn modclót<"· LJUC' 'lucrían \U'i propm~ copaa.~ de lo~ ccxtos. l.u" cH..
pila mt3 clegant~s 1y por elb m~s caras en su clahor.acaón) habrían Mdo la o; prdc-
rldu par• el culto liu:argaco. y h;.thriiln re!>uhado rentables ~• las pagaba un grupo.
lfvobsUtnlc. como un<~ sola de \~as cop1as sc:rvía para las nc~essdad\~ litúrgicas de
an pupo de cri51Íanos. se harían menos copaa~. por lo ~uc 'JUCdan menos restos tn
el material que hn sohrc\ ¡, ., <1
YO /.o~ pr11mll'"'\ !'ll(ltrn., 'rl.\tumo'
11'1. <i. Staruon. J,·.,u\ muJ <impd. IX l. llnu opuuón parC\:id.1 es la que cJc-
licrnk. ~tunquc má!' hrc' cmcmc. 11. G. Snydcr. Te!('<'"(''"' und Te•. H.,, 212·214
:w.
1 Rc!'UIIJS parth:u!Jrmcntc lrhlta SC'\:CitlO de ~u CliiUdio lllulwJ~ ccPred«cS·
sorl' oft~ Cockx,, cp. li3-17S). que intluyc una anrcre~nle ~terencia sobf"(' las
tabl~las de Vindolanda.
121 . <.i. Sranll\0, 1··-~u' eme/ <im¡.,..·l. 190. Sutztc~rc que el e\ angelio de \1&n;o!'
pudo h~~r ~nlidn 11 la IUl cm formato de cúdi~ y que. aun -:uando clnulógrnfo del
C\'lnt~cho de l.uc•~ fuera un rollo. en el momcnlu en que~ ~optó y1 era un hcd\1'
la •(adicción crisciana)> al códice. No qu~a dato cúrno 11lgo q~ se: \'aruct.:rita por
su <c~bornbrosan \'clocidad pucck ser de!o<:rilo 0\l rmsmo ltempo como una ccpaula·
tir:a c.,·olución».
t22. /hiel.. I!N.
'JI
123. /bid., IX l.
124. lhltl., 171-172
IJ] /.o.Y ¡>rlnlif"'O.\' f~lf'ÍIV\ <'1'1.\lll/110\
125. Se tr.tla de P.O.\y. l. P.OX)'· 654 )' P.Oxy. M5. ongmalmenh! publicado~
por B. P. Grcnfcii·A. S. Uunl, Tht• O.n·rr_mdw., l'up~rt. l'artl y Thc' O.'ynTm·iun
Popyri. PtJrt /1 '. La lncralura iM:adémtca ill re~pccto es abundante Para un ~lcta·
llldo •"'h~IS, d. J. A. rillmyer. n,,. 0.\1 rrytJchtt.~ l.o~ottt/.lc·u·\· ,,,¡¡¡,. ( "op/1(
·G~J~pt~l a«tmlm.~ lo l"lmmw. También rc!lulta c~n~t:al ht mi\s rt.'~icnt< upurtación
• de H. W. Attr1d~c. Ap¡k."ndn
~ 126. lu\:lu~v t:1 H:~i~nu: o:studio \k ~:st~ fr.t~'lllCmos por pane de D. Luhrmann.
l Die opok~ph ¡,:t..,.,•tmlt•rrc.•ll f.' ~·angt>llc>n. 144·1 Mt. no tnduyc rctlcx ión alguna sobre
r la JM*blc imrnrtnn~·ta dl'l l("flll¡Un nwcrial
t
de cada uno de los dichos preservados son coherentes con este uso
(alllo semejante a la manera en que hoy en día un lector puede su-
hruyar o mnrcur unu copta personal de un texto). Como ocurre con
cualquier opistógrafo. no es posible decir si el texto de P.Oxy. 654 se
cor1sideraba Escrilura~ tan solo que algutcn deseaba su p~opia copia
pa:a examinarla. La parttcular importancia de P.Oxy. 654 radica en
qu: sus l'rimeras lineas preservan el inicio del texto. d<tnde se de-
signa como ccpalabras (... que) Jesús \'Í\'O dijo>>. y donde se nombra
a Tomás:=~.
P.Oxy. 1 es unu única huju de un códice en papiro. datado pa-
leograticamente a principws del siglo 111 d.C. La numcmciún en el
vuelto de la hoja ( 10.) nos mdica que precedían diez págill.lS; también
es posible aventurar que probablemente se trataba de un códice for-
mado por un único cuademo:~·. La propuesta de Grentell y l-lunt de
que la hoja originnl completa eru mucho mayor que el fragmento
de 14.5 x 9.5 cm ha sido gencrulmcntc aceptada. pero r¡() podemos
sa·:>er cúanto más'~. No obstante. asumiendo que la página original
tenia unas treinta y ocho lineas. FitLmyer ha sugerido que otro texto
pr:cedla probablemente a esta cok-cción de dichos 1)o. ('on ~u tormu-
to de códice. sus amplios márgenes y su «letra infonnab>. P.Oxy. 1 es
visualmente muy parecido a la mayoría de los manuscritCtS cnstaanos
bblicos de los siglos 11 y 111. Ciertamente. nada en el maauscnto nos
impide preguntamos qué estatus pudo tener el texto. inclu~o si r>udo
utilizarse como Escritura. No obstante, deberíamos reccniar el am-
plio uso del códice entre los primeros grupos cristianos para textos
de diversa indnlc, lo cuul sigmtica que. por si mismo. c:l fonnato d~
códice de P.Oxy. 1 no dice nada ncccsarinmente acerca de In \·nlorn-
ción del h:xto (o los te~.tos) que contiene 111 .
P.Oxy. ój5 comprende varios fragmentos de un rollo. cuya altura
aproximada era de unm 16 cm. l,alcognitkamcntc. S<! fecha entre el
200 y el 250 d.C'.. y e~ un <<cspc:cimen de grnn calidadu de un tipo
de letra mayúscula de pequei\o módulo ligeramente inclinada a la
derechan:. Resumiendo. esta copia parece haber estado preparada
con cieno esmero. El tom1ato elegido. no obstante. lo a!'-Cmcju a una
serie de textos cristianos coetáneos. como los tratados teológicos y
otros escritos leidos y estudiados pares la edificación y la t(mnación
(cf. Apéndice 1). la decisión de emplear un rollo para este texto su-
giere finnementc que -al menos esta copia-· no fue preparada para su
empleo como Escrituru sino más bacn corno un texto para la lectura
edificante o el estudio.
A la luz de este breve análisis de los restos de tres copias de Oxi-
rrinco del E,·cmgelio de Tamá.\, podc:mos decir que existen poderosas
m.on~s par-J cuestionar su cstuaus como Escritura, al menos entre los
cristianos cuyos hábitos se reflejan en estos ancf;~ctos. Al margen de
si estos resultados resultan o no com·incentes. espero haber mostrado
que el fonnato material en que los textos fueron copiados encierra
datos de importancia que han de ser tenidos en cuenla.
131. F.l recto (es d~m. la carct de la~ fibra~ en honmntal) llcn~ un pan:h~ de: 3
cm de ancho de tihfil!\ 'wc:rti,ul~~ 4lll! rc:..:orrc: u lu lnr'l[o toda lo1 rfsttina c:n el tn&Srttcn
izquierdo. Al cx:unmur dtrc:cl4mc:ncc: fl.O'-Y· 1, pude \·criticar '1UC las linea.' del
texto con lól lc:tna dd cscnb.: onginal comienzan t'll el p3r~he ~ Ctmlinuan sobre
las fibras horizontales ~n d resto de la página. Tras hablar de el k> con Ntck Oonis
(un paparólutt<\·~IC'úgrafo df la hehliniC'c:. Sacklc:r de: Oxford que: lr.aN&JH ~on los
mat~rialc!\ de: (harnn~o), dc:dtiiCtl que: la rc:J"lr.:&~sún fue: rcah1"da c:n el mJh.•tiall."'·
CriptOrio del Jl3JlÍru mllc>., ~ 4LM: C'l t:ufHl'>ln rC'nh1ara ,.u lrJNJU, e~ <Jc,:tr, lo~ <l•u"'us
en la hoJB deb1eron de: pruductrse durilnt~ d procc:M> de fabricación o al cortar la
boja pera c:mplc:Mia ~n d c<Klice. y no fue: ~au~da por ~1 frecuc:nlc uso del ~ódsc4!
después de que!< cnpiara el :cxto Esto sitznific-a que: In banda no fue all!Kii<la por·
que ti borde: \'XIcnor d~ la pá~ma !le dc!'ll(U!Itum 11 calbi del UMt, comn pc:n,..hpn B.
P.O~ntcii·A. S. flunl, AOrtA 11-ll:O'a', i. Agndc:1co :1 lo hihls"1tc~:a Rodlc:ian In
pa.jbílida.d de .:onsuhnr J».Ox)'. 1 y al l>r. Gi.lnis c:l permitirme: \·cr olro material de
Oxiuin\:u huy \.·u~llldiad(\ en la bit>ltoteca SackiCT.
132. la fra.~ proceded( B. P. Gn:nfdl-t\. S. Hunt T~ 0.n'n1'"'·1w_,. Pap\n
Pan IJ', 22-~J cronn ha l(lttl, ..:f ,\J'énd1cc ~. lámim1 '~»
'-'~' pnnrlt1w1.Y f'<l/'IIH\ crl'"'"'''·'
136. P~ra un C!\IWso m•'a.• d~"tóllli1<"l· rtmlhl nuc\IUll~'nh: aL <i. lurncr. 1.\J'·tt·
~... 3-~·t
137. l·n los C''IIIUhu'i ~ c•h~sonc\ modcmll~ de "'~ p;,rsrn:o.. 11 m~'1ludc' 'e Hn
-siauic:nles signos:- p.uael recto)' ~ para c:l~;ucho. l,or lo general. en un wllo
~lamente M: emplc.:tba par.s :scri~ir el rcxto del paparo (las tib:'a.' huri1.nntak·q,
cpie era la ~upcrtk1c imcma una Wl c.¡ut: 1!1 rolln S(.' cnmllaha para almac.:n.srlo ,1
tllniponJulo. H wllu c:~·ratOJ'<'' nmh.l'l c:.rn~ en t\p ~. 1 C\ inu,ual, y 'u tle..;,crsp·
1 ci6n aü prub.sblc:mcnle 1111luilia J't'' 11 2. x. IU. P11r"' un "'ludsn r~'·scntc de ~!.le
' ~e. cf. <i. K. lkulc:, l'l~t· Boo4 ollkwlatwll, .\.N-347.
1 .. 138. ('Qm(l scño.ll.lmo~ .lrtcrconncntc. ~cace que¡,,~ núm~o:l\7'.\ de; p¡i~m~ yu.:
(· ~Vtces se encuc:nlran c:n la:o. hoj:1~ d~· los códices S{"f''lan paro~ ordc:n.1r las hoja..;
141. los puplrulnt:'lS dcn,,mmnn ;al puntn de umoo de dns hoj:&5 de p.tpir.•
wllc'.' ¡, o~úi.i.ttlll;:) ~· a la h,1ja de r••rllro Aoll<'''"' 4:mi.i.I\UU J. f.s'a~ hoja .. IJCitdcw .1
1\·n~r 1U cm n 111\'11'1" de anch''· rcr•• Jltl(tiilll ll\'l!3r a ak.1n1nr unaa .mchurn de uno\
~.a ~m ('f. Turnl."r. 1.\·¡,_,¡,1{\.• ~l.
1.a2. ·1 um~r. ~'"/Jt•lol{l', ~l. sug~rú& 'tUC uru rvon por l;a que h.., pnmcn.b cúcl:·
cc-s de pap1ro tcnd1an a tener poca anchura en rclaci,'m ~un ~u .ahwot pndíc~ M:c ~~~~
os ~scnbas ar.uar,ut de C\ it•u una unión u, al mcnlll'. ma~ de una uf!iún. en la~ ho.1a"
•.Id cúdt.:'-'· '·''" ~-,'-.hcc:' d"· r~r¡cnminn tcndlnn 11 ser de dimcn~ion"'' n1á~ cmadr;ada'
JO/
1
104 Los primitivos papiros cristianos
3000
2500------------
zooo
1500 ~-----------------------
1000
111 a.C. 11 a.C. 1 ~.c. 1d.C. 11 d.C. 111 d.C. IV d.C. V d.C. VI d.C. VIl d.C. VIII d.C.
Gráfico de barras 2:
Total de manuscritos por siglo
3
LOS «NOMINA SACRA»
l. En este capítulo sigo mi estudio de 1998, The Origin ofthe Nomina Sacra,
que incluye una enumeración bastante completa de la bibliografía publicada hasta
• momento. La reflexión más interesante sigue siendo C. H. Roberts, Manus-
ctJpt. Society, and Belief, 26-48. Para una breve introducción a los nomina sacra,
Cf'B~ M. Metzger, Manuscripts ofthe Greek Bible, 36-37.
' 2. L. Traube, Nomina Sacra: Versuch einer Geschichte der christlichen Kür-
z.á.ng (1907). Traube ofreció una lista de formas de nomina sacra y los manuscritos
•~que aparecían, aunque llevó a cabo esta tarea mucho antes de que se publicara
elz¡ran corpus de papiros cristianos primitivos. A. H. R. E. Paap, Nomina Sacra,
1 ~tuye un valioso estudio en el que actualiza los datos de Traube. Otra actuali-
~ ~iéJl es J. O'Callaghan, «Nomina Sacra».
~, 3~ La letra final de la abreviatura puede variar, dependiendo de la desinen-
.:del caso de la palabra; por ejemplo, 9Y equivale a etou (genitivo de 8Éo~).
/06 Los primitivos papiros cristianos
l. LA PRAXIS GRÁFICA
P.Oxy. 654 ), los Hechos de Pedro ( P.Oxy. 489) y los Hechos de Juan
(P.Oxy. 850), e incluso (aunque menos frecuentemente) en textos «do-
cumentales» cristianos (es decir, en cartas). Hay casos en lo que
parecen ser algunas copias privadas de escritos cristianos (a saber,
algunas cartas, oraciones y textos mágicos). donde las palabras no
están escritas como nomina sac,ra, si bien para las copias de textos li-
terarios cristianos el uso de los nomina sacra es lo habitual 11 • El pre-
dominio de esta práctica gráfica supone otro curioso ejemplo, junto
con el uso del códice, de una convención ampliamente extendida y
seguida en diversos círculos cristianos en un momento extraordina-
riamente temprano.
Puesto que se trata de una convención, deberíamos esperar va-
riantes ocasionales en el modo de abreviar esas palabras en los ma-
nuscritos cristianos, así como que algunas palabras fueran tratadas
como nomina sacra de una manera mucho más regular que otras 11 •
Más adelante consideraremos qué podemos deducir de tales varian-
tes, en especial de las que afectan al nombre de Jesús, así como qué
podemos inferir del esquema general de palabras que son o no son
consideradas como nomina sacra. De momento, nos plantearemos
las cuestion del origen de esta praxis gráfica.
Orígenes
11. Por ejemplo. P.Oxy. 3.407 (una oración cristiana del siglo 111) no contiene
nomina sacra. Tampoco en el conjunto de documentos privados de una familia cris-
tiana de Petra aparecen nomina sacra: cf. J. Frl>sen (ed.). The Petra Papyri.
12. C. H. Roberts. Manuscript. Socie~v. and Belie,t: 83-84 (cf. sus adden-
da. n. 5). llamó la atención sobre algunas extraf\as formas de nomina sacra. Ade-
más. P.Bod. VIl y VIII contienen extraños ejemplos de MtxatíA.. NGlF, LÍQQ« y
'A~Qttá~-t con un trazo horizontal sobre ellos. Además, en dicho manuscrito en-
contramos bvtv, btllV (abreviaturas de búva~uv) y 'A~QI-l ('A~Q«á~t). con el típico
trazo horizontal.
/.os (awmina sacrm> /{)1.)
J: 19. Cf. H. Bietenhard. ovo~u, en TDNT V, 242-283. sobre los nombres divi-
~
. nos en general. Sobre las trddicioncs rabínicas acerca del tetragrámaton. cf. E.
E.
·, :.Ü.'rbach, The Sages. 124-134. F. Shaw. The Ear/iest Non-Mysrical Jewish Usage
·' N'IAQ, reunió un amplio conjunto de testimonios relativos al uso de 'láw como
~ designación de Dios entre los judíos de época romana.
~:
~·
112 Los primitivos papims cristianos
20. Cf. M. Delcor. Des diverses manieres d'écrire le tétragramme .wcré. Por
su parte, J. l. Lauterbach, Substitutes for the Tetragrammaton, enumera diversas
maneras de escribir el tetragrámaton en textos hebreos disponibles en su época.
que eran principalmente medievales y modernos.
21. B. M. Metzger. Manuscripts ofthe Greek Bible. 33-35, presenta un estudio
introductorio. Sobre los manuscritos de Qumrán, cf. H. Stegemann, Religionsge-
schichtlic:he Erv..-iigungen; P. W. Skehan, The Divine Name at Qumran; E. Tov, Scri-
hal Practices, 218-221.238-246.
22. E. Tov, Scribal Practices, 218-219.
23. !bid.. 239, advierte también que se evita escribir el tetragrámaton y elohim
en los pesharim de Qumrán, «los cuales, mediante una circunlocución. hablan dt:
Dios en tercera persona>>.
24. Para más detalles. cf. E. Tov. Scribal Practices, 239.
25. /bid., 239. En la tabla 1 (p. 242-243 ). Tov enumera los manuscritos de
Qumrán. sean de carácter bíblico o de otro distinto. que utilizan letras paleohe-
breas para el tetragrámaton.
/.os «IWmina sacra'' 113
31. E. Tov. Scribal Practices, 277-288, incluye tablas de textos que señalan los
diversos rasgos de los escribas en los manuscritos hallados en el desierto de Judea.
Hago notar que las diversas fonnas en que los copistas usan los nombres divinos
es menos sistemática en los manuscritos bíblicos de Qumrán que en los textos rela-
cionados con la comunidad. E. Tov enumera treinta y seis manuscritos de Qumrán
(ocho bíblicos y veintiocho no bíblicos) en los que el tetragrámaton y el están escri-
tos con la misma letra cuadrada que el texto en el que aparecen (p. 244).
32. /bid.• 245. Tanto M. Delcor. Des dil'erses manieres, 147 n. 2, como P. W.
Skehan, The Dh•ine Name, 17. citan ejemplos donde el (con referencia a Dios) se
escribe también con caracteres paleohebreos (por ejemplo, JQH l. 16: 2. 34: 7, 5:
15, 25). Joseto (Ant 12, 89) habla de manuscritos bíblicos hebreos en los que el
tetragrámaton se escribe con tinta dorada. algo probablemente citado en la Carta a
Aristeas 176.
33. Esta idea de los nomina sacra como expresión de la primitiva piedad cris-
tiana es tradicional. como queda retlejado, por ejemplo, en A. H. Paap. The /lio-
mína Sacra. 123. Ha sido recientemente puesta en tela de juicio por Christopher
Tuckett, de cuyo planteamiento me ocuparé más adelante.
Los u nomina sac.,.w' 115
1.
~· 38. S. Brown, Concerning the Origin (?fthe Nomina Sacra, 18.
~ 39. K. Treu. Bedeutung des Griechischen. 141 (cito según la traducción in-
~
&lesa de Adler y Kraft).
40. R. A. Kraft. The ((Textual Mechanics», 68. Cf. la página web de Kraft.
donde hay una reflexión mucho más amplia sobre estas cuestiones: http://www.sas.
·llpenn.edulrel igious _studieslraklcv.html.
l :,
/IX Los primitims papiros cristiano.,·
41. R. A. Kraft, The ((Textual Mechanics». 67. Los manuscritos que cita como
ejemplos clave de que los escribas judíos muestran rasgos nonnalmcnte asociados
con la praxis gráfica cristiana son los siguientes: P.Oxy. 1007 (P.Lit.Lond. 199. un
códice de pergamino de Gn del siglo 111. con contracción de e~~ó~ y la represen-
tación del tetragrámaton como una doble yvd en caracteres paleohebreos). P.Oxy.
1166 (P.Lit.Lond. 201, un rollo de papiro del siglo 111. posiblemente con abrevia-
turas !reconstruidas] de K'ÚQto; y 9F.ó~) y P.Aiex. 203 (un rollo de papiro de los
siglos lll-lV con abreviaturas reconstruidas de K'ÚQLO<_;). Para las notas de Kraft
sobre estos y otros manuscritos, cf. ihid.• 54-65.
42. Asi opina también F. Bedodi, 1 ((nomina sacra»: los manuscritos bíblicos
en griego indudablemente precristianos no iluminan la praxis de los nomina sacra.
sino que confirman que debe haberse originado en grupos cristianos (p. 103 ).
Los <momina sacra>> 1/9
prácticas gráficas regulares y desviaciones de esa pauta (es decir, formas de letras
irregulares. ortografia. destreza general). Por otra parte, la obra de Roberts sobre
los nomina sacra ha sido aceptada por otros investigadores. como E. G. Tumer.
Greek Manuscripts. 15. En definitiva, el alegato de Tuckett parece desacertado.
Lo.\ ((nomina sacra>> 121
49. Por ejemplo. cf. L. W. Hurtado, Lord Jesus Christ, 155-216 (Señor Jesu-
cristo, 187-254 ).
50. L. W. Hurtado. The Origin of the Nomina Sacra. 664-6 71.
51. M. Avi-Yonah, Abbreviations. 29-39, estudia muchas marcas de abrevia-
turas halladas en inscripciones, incluyendo varios tipos de trazos horizontales, que
suelen colocarse sobre la última letra de la abreviatura, a veces sobre la penúltima
letra y otras bajo la última letra o bajo varias letras de la abreviatura (p. 33-35).
52. Cf. en especial A. Blanchard, Sigle.~ el ahhréviations, 3. quien advierte la
diferencia entre este y el uso del trazo sobre la última letra de una abreviatura (p. 21.
nota 20). Por ejemplo. P.Oxy. 108. una factura de alimentos de finales del siglo 11 o
principios del Ill d.C.. contiene muchos ejemplos de caracteres alfabéticos que repre-
sentan números, hallándose en cada caso un trazo horizontal sobre la letra o letras.
53. E. G. Turner. The Greek Manu.'icripts, 15. indicaba que solamente co-
nocía un manuscrito literario griego en el que los números no estaban escritos en
extenso. sino representados por caracteres alfabéticos. y señalaba que los textos
cristianos eran «muy distintos en este sentido)).
54. Por ejemplo. en P.Chester Beatty III (P47),1as numerosas cifras del texto del
Apocalipsis suelen escribirse como letras con un trazo superpuesto. Por ejemplo. en
Ap 13. 18. el 666 se escribe XIC y los 144.000 de Ap 14, 1 como PY11.
/.os ((nomina sacra>> 123
tiano o pagano del trazo superpuesto para indicar que las letras repre-
sentan números puede ser una pista del origen de los nomina sacra.
Otro asunto curioso que también considero significativo es que
en el caso del nombre de Jesús {'lflaoü;), desde fechas tempranas.
se desarrollaron dos soluciones a la hora de tratarlo como nomen
sacrum 55 • En la mayor parte de los manuscritos el nombre se escribe
mediante una contracción (la primera y la última letra de la forma
declinada de la palabra: por ejemplo, IC, IY); sin embargo, en varios
manuscritos 'lflooü~ está abreviado por suspensión, solo con las dos
primeras letras, 1H. Esta última técnica aparece particularmente en
algún papiro cristiano relativamente temprano, por ejemplo. el frag-
mento Egerton (P.Lond.Christ. 1) y P45 (P.Chester Beatty 11) 56 • Una
tercera pauta de abreviación para el nombre de Jesús se emplea en
una serie de manuscritos, datados entre los siglos 111 y V. e incluye
las dos primeras y la última letras: 1HC. En cualquier caso, esta forma
debe reflejar cierto conocimiento de las abreviaturas del nombre de
Jesús por contracción y suspensión, resultando ser una combinación
de ambos métodos. Como dice Paap, esta abreviatura de tres letras
parece tener su origen en la suspensión de '1 ll<Joü~. la cual fue pos-
teriormente «fecundada» por la última letra de la contracción 57 • La
abreviatura por suspensión parece que dejó de usarse poco después
del 300 d.C. Las contracciones ( 1 c. etc.) están atestiguadas con la
misma antigüedad y se convirtieron en la forma preferida de escribir
el nombre de Jesús 58 •
66. Repito aquí de forma más concisa las ideas que presenté en L. W. Hurta-
do, Origin ofthe Nomina Sacra. 665-669.
67. Para un estudio más detallado de los primeros testimonios judios y cris-
tianos sohre el significado religioso de los números. ct: R. Staats. Ogdoa\·, que
trata especialmente del número 8; O. H. Lehmann. Number-Symho/ism; F. Bovon,
Names and Numhers in Early Christianity.
68. El juicio de Tuckett de que mi sugerencia «no es plenamente convincente»
parece basarse en un malentendido. Como acabo de afirmar. no sostengo que el
rasgo superpuesto siguiese funcionando posteriormente del modo en que propongo
Los <owmina sacra>' 127
que lo hizo en un principio en la abreviatura 1H. Por supuesto, al usarse con los
demás nomina sacra. el rasgo rápidamente se convirtió en una mera marca con-
vencional para ese tipo de abreviaturas de algunas palabras especiales. Tampoco
considero que 1H siempre tuviese que leerse simplemente como bexu oxTm ( 18 ).
Por el contrario, propongo que en su empleo inicial la abreviatura 1H se leía como
«Jesús», escrito de una manera también destinada a aludir a su importancia como
vehlculo divino de la «vida» para los creyentes. Cf. Ch. Tuckett, «Nomina Sacra>,,
444-445. Volveré a referirme a este autor en relación con un par de aspectos de
esta reflexión.
69. Ch. Tuckett, «Nomina Sacra>,, 445. creía que era dificil imaginar a los lec-
tores de los textos griegos cristianos «usando referencias crípticas que para su
comprensión dependían de un término hebreo». En cualquier caso. ignora los indi-
cios (como las otras referencias neotestamentarias que he citado) de que sin duda
existieron cristianos primitivos lo suficientemente tamil iarizados con los valores
numéricos del alfabeto hebreo como para idear y reconocer el tipo de gematría que
propongo. Asimismo. hemos de adaptarnos a un contexto en el que el único modo
de representar números (aparte de escribiéndolos) era mediante caracteres alfabé-
ticos, de modo que las cifras por lo general se escribían como letras o como com-
binaciones de letras. En este contexto los lectores estaban mucho más capacitados
que nosotros para «leem caracteres altabéticos como palabras o como números. o
como ambas cosas. También. cf. las exortaciones de Bovon a los demás estudiosos
en su Names and Numbers.
12X Los primitivos papiros cristianos
70. Por ejemplo. Pablo puede referirse a los cristianos simplemente como
«los que invocan (hnxuA.eiv) en todas partes el nombre de nuestro Señor Jesucris-
to». remitiendo a la característica acción de apelar o invocar a Jesús en el culto
cristiano. Por ejemplo, cf. mi estudio de la praxis cultual del cristianismo primitivo
en L. W. Hurtado. Lord Jesus Christ, 134-153 (Señor Jesucristo. 165-184 ).
71. En el planteamiento que hace Justino en Dial. 75. dos textos bíblicos son
fundamentales: Ex 23. 20. donde Dios promete enviar su «ángel» o «mensajero))
(ayy~:A.o;) especial. el cual porta el nombre de Dios. y Nm 13. 16. donde Moisés
renombra a Oseas como «.Josué» o «Jesús» Cirtooü;). Para Justino, este Josué/Jesús
es la figurd que lleva el nombre de Dios y es enviado a conducir a Israel a la tierra
prometida, y la nueva designación indica que «Jesús» es el nombre divino. Cf. mi
estudio más detenido de los primeros cristianos «que encuentran a Jesús en el Anti-
guo Testamento» en Lord .Jesus Christ. 564-578 (Señor Jesucristo, 638-653 ).
/.os «nomina sacra» /2C)
72. A. Ruck-Schrllder. Der Name Golles und der Name Jesu; W. Q. Parkinson, In
the Name ofJesus; S. New. The Name: C. J. Davis, The Name and W~v ofthe Lord.
73. L. Hartman, lnto the Name of the Lord Jesus; O. Bocher, Christu.'i Exor-
cista. Asimismo, ténganse en cuenta las directrices de Pablo sobre la expulsión
ritual del pecador recalcitrante de la iglesia de Corinto ( 1 Cor 5, 1-5). que con-
tienen «la fuerza del Señor Jesús•• y la invocación de su nombre (siendo asunto de
exégesis si lo deben hacer Pablo o los corintios).
74. Aunque se muestra critico con otros aspectos, advierto que Ch. Tuckett,
«Nomina Sacra,,, 445, coincide en que «la suspensión original precedió a las for-
mas por contracción.>. Sin embargo. luego se equivoca al citar algunos casos ais-
lados de abreviaturas por suspensión de otras palabras (por ejemplo, XP en Hch
16, 18 en el P.Chester Beatty ll/P4~; MW en P.Egerton 2) como testimonios de una
praxis más amplia de la suspensión primitiva de los nomina sacra. Esos dos ejem-
plos se explican bastante lacilmente considerando que han recibido el intlujo de
la práctica mucho mejor atestiguada de escribir el nombre de Jesús como 1H. Por
ejemplo, el caso de XP de P4~ sigue inmediatamente a la abreviatura 1H.
75. Simplemente basta con echar un vistazo. por ejemplo. a la tabla de O'Cal-
lagban, «Nomina Sacra», 72 (así como a sus propias observaciones en las p. 72-
73.80), que muestra cómo eran tratados los quince términos conocidos en los ma-
130 Los primitivos papiros cristianos
nuscritos del siglo 111, para descubrir que 'h1cmü;. fh;ó;, XÚQt.O; y XQLO'Tó;, forman
un grupo en sí mismo.
76. Por ejemplo, cf. el estudio de F. Bovon. Names and Numbers, 282-283.
sobre las referencias del cristianismo primitivo al valor numérico de 'htoot:.:; en
OrSih l. 324-331 y en lreneo, Haer. l. 12. 4.
77. Propuse esta idea en L. W. Hunado. Origin ofthe ((Nomina Sacran. 669.
Posteriormente. Ch. Tuckett, Nomina Sacra, 446. ofreció sugerencias parecidas.
Curiosamente. sin embargo. Tuckett me acusa de ignorar el asunto (p. 445).
78. AJan Millard. Reading and Writing in the Time ofJesu.r;, 71. ha llamado la
atención sobre nombres propios que aparecen abreviados por la primera y la última
letra en monedas teni~ias y palestinas de época helenística y en algunos grafitos de
época canaginesa en A frica del None, y ha propuesto que los primeros escribas cris-
tianos pudieron tomar el sistema de las abreviaturas por contracción cede un hábito
semítico». Tal vez. pero una cosa es que derive de ello y otra cosa es la función o el
significado que pueda tener. De nuevo. las abreviaturas en monedas y en los gratitos
son recursos para ahorrar espacio, algo que no se da en los manuscritos cristianos.
Las abreviaturas por contracción podrían haberse adaptado a panir de fenómenos
como los que identifica Millard. pero eso no explica por qué los primeros cristianos
desarrollaron la praxis de los nomina sacra y qué representaba para ellos.
/.os ((nomina sacra» 131
carel nombre divino, si bien las técnicas gráficas variaban. Por ejem-
plo, la novedad cristiana parece incluir el uso normalizado del trazo
superpuesto para resaltar las palabras consideradas nomina sacra,
y es posible que el peculiar empleo de abreviaturas por contracción
para dichos ténninos también sea una convención gráfica típicamen-
te cristiana.
Además, los testimonios indican que 'h1ooü;, t}Eó;, XÚQLo; y
XQLO"tÓ~ fueron tratados como nomina sacra de una fonna mucho
más sistemática, y probablemente antes, que cualquiera de los otros
ténninos en cuestión. Por último, hay motivos que nos llevan a sos-
pechar que esta tradición gráfica pudo haber comenzado como una
peculiar manera de escribir ITJOOÜ~ como 1H. lo cual ocurrió en pri-
mer lugar entre judeocristianos o entre cristianos lo suficientemente
familiarizados con las tradiciones judías como para idear y valorar
la gematría encerrada en esta fonna de escribir el nombre de Jesús.
4. SIGNIFICADO
79. L. W. Hurtado. Origin ofthe Nomina Sacra. 672-673: Id., Earliest E~·iden
ce. 276-279. donde presto antención a un aspecto considerado mucho antes por F.
Dinkler. 1flteste christliche Denkmliler, 134-178 (esp. 176-178 ).
/.os «twmina sacra" /33
85. Por ejemplo, cf. C. H. Roberts, Manuscripr. Society, and Belief. 27. nota
6, 83-84, y sección 5 de sus «Addenda» de «formas atípicas>> de nomina sacra; A.
H. Paap. Nomina Sacra. 113-115. así como un listado de palabras distintas de las
más conocidas, escritas de forma abreviada y/o con un trazo superpuesto. Roberts
también estudió P.Oxy. 656 y P.Oxy. 1007 como casos peculiares de manuscritos
bíblicos (ambos de Gn) en los que no se empleaban nomina sacra. Por citar otra
variante más en la praxis grática, PSI 7.757 (un fragmento de códice de papiro de
Bern 9. 1-6. fechado entre Jos siglos IV y V) contiene tanto 'Xt'Qlo; como ftfó~
abreviados mediante la inicial (y solo una vez aparece el trazo superpuesto soon:
la kappa). De todos modos, este manuscrito posee más curiosas irregularidades en
su escritura. C'f. R. A. Krafi, An Unnoticed Fragment of Barnabas.
86. Ch. Tuckctt. «Nomina Sacrtm, 436-439 (cita en p. 436).
Lo.\· 1<nomina sacra» /35
n. 0 216 del Apéndice 1, donde todos los nomina sacra están siste-
máticamente escritos en su integridad); fragmentos del El•angelio de
María (P.Oxy. 3525; n. 0 235 del Apéndice, donde hay un caso incier-
to de X'ÚQLE sin contracción); el fragmento de Michigan del Pastor
de Hermas (P.Mich. 130: n. 0 182 del Apéndice, con un caso de l~E4>
escrito íntegramente); y Pn (P.Bodmer VIII, n.<lS 166 y 168 del Apén-
dice, donde, además de muchas ocasiones en que es tratado como un
nomen sacrum, aparecen tres casos de XÚQLoc; sin abreviar en 1 Pe 3,
12; 2 Pe 1, 12; 2, 9; y otro en 2 Pe 2, 20, en el que el escriba colocó
un trazo superpuesto encima de XÚQLOll ). Tuckett cita asimismo P;2
(P.Ryl. 457; n. 0 126 del Apéndice), creyendo que posiblemente con-
tiene un par de casos de 'lr¡ooüc; en su integridad; P.Oxy. 656 (n. 0 4
del Apéndice, fragmentos de un códice de papiro de Gn con t}eóc; y
x'ÚQtoc; sin abreviar); y algunos casos en P45 (P.Chester Beatty 1; n. 0
105 y otros del Apéndice) y en P4t. (P.Chester Beatty 11: n. 0 137 y otros
del Apéndice), donde XÚQLoc; «queda sin abreviar»~ 7 •
Desafortunadamente, en algunos momentos Tuckett parece no
haber comprendido a los estudiosos que cita. Por consiguiente, los
datos que trae a colación no producen el efecto que pretende. Por
ejemplo, reprende a Roberts por descartar algunos de esos datos co-
mo excepciones a la «norma», observando a continuación -acerta-
damente- que «un amplio número de textos no 'bíblicos' emplean
el sistema [de los nomina sacra]» 88 • Esto implica que Roberts hizo
una especie de distinción casi absoluta entre las apariciones de los
nomina sacra en los textos bíblicos y en los no bíblicos. En cualquier
caso, lo que Roberts realmente afirmaba era que «las contracciones
[de los nomina sacra] aparecen en documentos [cristianos] así como
en manuscritos literarios, y cuando se presentan excepciones a la
regla -algo raro incluso en los documentos-, al examinarlas se des-
cubre que se dan en cartas privadas, oraciones o, por ejemplo, textos
mágicos, a menudo obra de un escriba aficionado o descuidado))ll9 •
Es decir, la «norma» de Roberts era que los nomina sacra son carac-
terísticos de la abrumadora mayoría de los manuscritos cristianos.
ya sean «literarios» (textos bíblicos y no bíblicos) o «documentales»
(es decir, textos subliterarios o no literarios como las cartas). Por
consiguiente, la observación de Tuckett de que las forn1as de nomina
sacra se encuentran en muchos textos no bíblicos, aunque correcta,
está sencillamente mal orientada9(,. Resulta importante. por lo tanto,
ser conscientes del sentido historico que los investigadores moder-
nos descubren en la práctica de los nomina sacra<~•. Enumero estas
cuestiones para que resulte más claro.
En primer lugar, desde fechas muy tempranas y en el conjunto de
los manuscritos cristianos, sean del tipo que sean, los cuatro epítetos
fundamentales aplicados a Jesús y a Dios son tratados como nomina
sacra con anterioridad y de una forma mucho más sistemática que las
otras palabras a las que se dispensó dicho tratamiento. Estas últimas
no aparecen tan temprano ni de un modo tan frecuente o sistemático
como Jos cuatro nomina divina.
En segundo lugar, en los textos cristianos esas cuatro palabras
son tratadas como nomina sacra de una forma mucho más sistemáti-
ca cuando sus referentes son Jesús y Dios (como mostraré en breve).
y no son tratadas como tales ni con la misma sistematicidad (incluso
en los mismos manuscritos) cuando poseen otros referentes. Esto su-
giere claramente que las formas especiales de esas cuatro palabras
surgieron primero como reflejos de la primitiva veneración cristiana
por Jesús y por Dios.
En tercer lugar. los nomina sacra son característicos de los textos
cristianos, si bien aparecen habitual y sistemáticamente en algunos
textos (los bíblicos sobre todo), y con menor regularidad y cohe-
rencia en otros (por ejemplo, la correspondencia privada, los textos
mágicos y los usados en la oración y la liturgia).
En cuarto lugar, tanto en textos bíblicos como en otros, algunos
escribas cristianos se muestran más coherentes que otros a la hora dt.•
90. Cf. también Ch. Tuckett. c<Nomina Sacra,, 442-443, donde cita nomintJ
sacra en copias de textos como el Pastor de Hermas, el Evangelio de Tomás y
P.Egerton 2. frente a la tesis de Trobisch de que la praxis de los escribas revela una
«edición)) del Nuevo Testamento del siglo 11.
91. En particular. las siguientes son las afinnaciones realizadas y reflejadas en
los principales estudios de Roberts y míos a los que Tuckett alude en su ensayo.
Los «nomina sacrcw 137
92. Cf. Ch. Tuckett, «Nomina Sacra», 43 7 nota 34. Subrayo al comparar. por-
·c¡ue es lo que muestran los datos. De todos modos, el argumento de Tuckett parece
presuponer que la distinción debe ser absoluta para que exista. Pero ello no ha de
. tlpcrarse en el caso de una acción por parte de los escribas que no estaba regulada.
' ·tino que más bien se difundió (y desarrolló) como una convención, y entre copistas
::. . . diversos grados de habilidad, de familiaridad con la convención y de disposi-
. !:~n para experimentar.
' .~· 93. Por ejemplo, en una serie de cartas cristianas del siglo IV, los nomina
;~o no son abreviados en absoluto o lo son de turma irregular. Normalmente
rasgos de los manuscritos sugieren escribas con poca pericia, lo cual con-
it{.tiJileJ'(Iacon la opinión de Roberts. Para los textos y una retlexión al respecto. cf. H.
' .. . Jews and Christians in Egypt. 45-120.
·~ 94. Por ejemplo, en P.C'hester Beatty VI (Nm-Dt). hay casos en los que n:vt'Üfta
. ;escribe como nomen sacl'llm (derivando la praxis fundamental del uso del tér-
en referencia al Espíritu santo), aun cuando el referente es otro, como en Nm
(«espíritu celoso))), Nm 27. 16 («el Dios de todos los espíritus))) y Nm 27. IX
/38 Los primitivos papiros cristianos
( «Josué. un hombre que posee un espíritu recto»). según cita F. G. Kenyon. Nomina
Sacra in the Chester Beatty Papyri, 6. Ch. Tuckett, ((Nomina Sacra», 450-451. nota
82, cita otros casos de copistas que escriben palabras como nomina sacra cuando no
remiten a un referente «sagrado». Por otra parte, el trato de nomen .wcrum que al-
gunos escribas dispensan a 'hJ<JOü; (por ejemplo, P.Chester Beatty VI: cf. P.Chester
Beatty II/P4, en Heb 4, 8) en las referencias a «Josué>> debe contemplarse a la luz
de la creencia del cristianismo primitivo según la cual. como una acción profética
divinamente ordenada, esta figura había recibido el nombre del Hijo de Dios. Cf.
supra mi referencia a Justino, Dial. 75 en la nota 71 (y también L. W: Hurtado.
Lord Je.ws Christ, 564-578 [Seiior Je.mcristo, 721-730). Cf. Ch. Tuckett. ((Nomina
Sacra», 452. Parece injusta la acusación que Tuckett dirige contra Roberts de que
«asume sin pensar» que el tratamiento del nombre de Jesús probablemente reflejaba
la primitiva piedad cristiana. Roberts infirió lo que la mayor parte de los estudiosos
que han examinado los datos han mantenido, y lo único que Tuckett hace es adu-
cir que no lo «sabemos» con certe7.a. No obstante. podríamos preguntamos cuánto
«conocemos» de la historia en el sentido absoluto que él parece requerir. En cual-
quier caso, los únicos «testimonios primitivos» que Tuckett ofrece contra la opinión
común es el trato ocasional de 'h1ooü:; (Josué) como nomen sacrum en los textos
veterotestamentarios. Sin embargo. por las razones aducidas, esto apenas tiene la
suficiente fuerza como para justificar la reluctancia de Tuckett a aceptar lo que
la mayoría de estudiosos consideran como la inferencia más convincente.
95. Los mismos manuscritos de la antigüedad demuestran una amplia gama
en la formación y capacidades de los escribas en lo relativo al ductus, la ortogratia.
los errores (corregidos posteriormente por el mismo escriba o por otra mano) y
otras cuestiones similares. Asimismo. hemos de imaginar que la labor de copiado
se desarrollaba en circunstancias muy variadas. No resulta un alegato extraordi-
nario (como Tuckett desafortunadamente parece suponer en más de una ocasión)
considerar excepciones de una praxis predominante este tipo de variaciones oca-
siona1es.o menos frecuentes que cita. Se puede probar tal afirmación a la luz de los
testimonios de los manuscritos.
Los «nomina sacra» 139
96. Ch. Tuckett. (<Nomina Sacra>), 450-452. Más ejemplos en P.Chester Beatty
~(P..,, ca. 200 d. C.), P.Bod. 11 (PM. ca. 200). el códice Freer de los profetas me-
~ (siglo 111) y un único ejemplo en P.Ryl. 463 (Evangelio de Maria. siglo 111),
p;Oxy. 1228 (siglo 111) y P.Ryl. 469 (tratado de los siglos 111-IV).
97. Ch. Tuckett, (<Nomina Sacrm>, 450.
. . 98. /bid.• 450-451.
99. Por repetir algo dicho anteriormente, se puede acusar a Roberts de pro-
poner que la praxis grática representada por los nomina sacra pudo haber sido
~ulgada por algún centro dotado de autoridad en la iglesia primitiva. en con-
~. ··~ Jerusalén ( Manuscript. Societ_\', and Belief. 44-45 ). No obstante. en los dos
~; .·-ptimeros siglos no existía un núcleo con el tipo de autoridad regional y los medios
~·· llecesarios para imponer esa práctica .
...
~~
/40 /.os primitivos papiros cristianos
1OO. Una idea semejante la comparten otros colegas que poseen mayor cono-
cimiento de la paleografía que yo, como Don Barker y Malcolm C'hoat (de la Uni-
versidad Macquarie). E. A. Judge-S. R. Pickering. Bihlical Pap~1 ri. 7-R, concluían
que. aunque «el respeto por ciertos términos jugó cierto papel» en el origen de la
praxis grática de los nomina sacra. «cosecharon una gran aceptación y se siguie-
ron por si mismos>>
101. A. H. Paap. Nomina Sacra, 6-127: J. O'Callaghan, <<Nomina Sacra», 71-
81. El análisis de Stuart Pickering de diversos papiros neotestamentarios publicados
después de los estudios de Paap y O'C'allaghan ponen de manifiesto las mismas
pautas: ct: S. Pickering. Recent(v Published New Testamenl Pa¡~vri. 58-60.
102. Ch. Tuckett, «Nomina Sacrw>. 453. sugiere que «en la medida en que
uno se remonta en el tiempo. el 'sistema' pudo haber estado menos organizado».
apuntando a P.Egerton 2. Sin embargo. lamento decir que en este caso Tuckett uti-
liza los testimonios de una forma selectiva. valorando este manuscrito por encima
de un conjunto mayor de pruebas, que muestran que desde los primeros manus-
critos algunas palabras son tratadas con mayor regularidad y están atestiguadas
en un número mucho mayor de casos. No se puede sostener su teoría apoyándose
solamente en P.Egcrton 2.
Lo.\· <otomina sacra» 141
. : 107. Cf. R. Cribiore, Gymnastics ofthe Mind, 138-141, y las fotogratlas de los
.. factos en p. 135 y 150.
. •108. W. A. Johnson, The Function ofthe Paragraphus .
. ~109. Ejemplos en E. G. Tumer. Greek Manuscripts, pi. 14. 16 y 22.
' llO. A. H. Paap, Nomina Sacra, 123.
144 Los primitivos papiros cristianos
114. No es una objeción válida contra esto indicar la sencilla naturale1.a de los
nomina sacra: abreviaturas con un trazo superpuesto. Lo que planh"' . es que ello
bastaba para destacar visualmente ciertas palabras. escribiéndolas de una lorma pe-
culiar, lo que las hacía tacilmcnte reconocibles incluso para quienes no sabían leer.
146 Los primitivos papiro.\· cristianos
1HCoyc. Por contracción: 1e, 1y, etc. Por suspensión: 1H. For-
mas mixtas: 1HC, 1HY, etc.
9€0C. Por contracción: ec, ey, etc.
KYP 1OC. Por contracción: KC, KY. Formas mixtas: KPC, KPY. etc.
xp 1CTOC. Por contracción: XC, xy, etc. Formas mixtas: xpc,
xpy, etc.
1. PRIMITIVOS CRISTOGRAMAS
llamadas «nexos») pueden tener otros fines, sobre todo como abrevia-
turas de términos comunes. Por ejemplo, en los papiros griegos pre-
cristianos y no cristianos de época romana, chi-rho se usa para abre-
viar distintas palabras, incluyendo algunas fonnas de XQÓvo~. y en
las inscripciones griegas este nexo se encuentra como abreviatura de
!xaTovtUQXLa, f:xatovtaQXtl;. XLALUQXlJ~, y algunas otras palabras 7•
Además de la más conocida forma de la unión de chi y rho, en la que
una de las letras se superpone a la otra, hay otros ejemplos donde una
de las letras que lo componen está escrita justo encima de la otraN.
Por citar otro ejemplo primitivo no cristiano de la conocida forma
de este nexo, Randolph Richards llamó la atención sobre una chi-rho
en P. Mur. 164a ( lín. 11 ), un texto en escritura taquigráfica griega en
pergamino que, junto a los demás manuscritos descubiertos en Wadi
Murabba 'at, probablemente deba datarse en tiempos de la rebelión
judía de 132-135 d.c:> Una chi-rho también aparece en el margen
de un hypomnema (comentario) de un texto de la /liada de Homero,
fechado en el siglo 1 a.C., sirviendo aquí como signo de XQtlm:ov (in-
dicando los pasajes «útiles>> para formar parte de la antología) 10•
Asimismo, la combinación tau-rlw, el objeto de mi atención en
este capítulo, aparece en el uso precristiano y no cristiano, por ejem-
plo~ como abreviatura de tQ(ono~). tQ(t.axa~) y Tg(oxov6a~) 11 • Entre
otros ejemplos, lo encontramos en algunas monedas del rey Herodes
(37-34 a.C.), estando en este caso destinado a identificar tales mone-
das con el tercer año de su reinado 12 •
La combinación iota-chi fue una forma arcaica de la letra griega
psi, y en algunas ocasiones se empleó en monedas de época roma-
na (probablemente como un símbolo numérico). Además, existe una
obvia similitud con otros artefactos de seis puntas empleados muy
20. K. Aland fue el primero que llamó la atención de los exegetas sobre estos
testimonios en los artículos titulados Neue Neutestamentliche Papyri 11.
21. V. Martín, Papynts Bodmer 11: ld., Papyrus Bodmer 11. Supplément: V.
Martín-J. W. B. Barns, Papynts Bodmer 11. Supplément.
22. K. Aland, Neue Neutestamentliche Papyri 11 ( 1963-64) 75. identifica al-
gunos casos en PM donde 01"UVQÓ~ está abreviado y posee este nexo tau-rho en Jn
19. 19.25.31. y abreviaturas de <JTatiQÓ(I) con esta unión en Jn 19, 6 (tres veces).l5
(dos veces ).16.18. así como otros posibles ejemplos en Jn 19. 17 .20. C f. los casos
identificados por Martín y Bams en la edición corregida y aumentada de Jn 14-21
en PM: formas de <JTUUQÓ~ en Jn 19, 19.25, más otro restituido como cede los más
probables» en Jn 19, 18. y las formas de OTUUQÓW en Jn 19, 6 (dos casos).l6. H~.
más una posible restitución en Jn 19, 20. Mi propio examen de las fotos publicadas
en la edición de 1962 me permitió verificar claros ejemplos del nexo en abreviatu-
ras de mut'QÓ~ en Jn 19. 19.31 y de OTUVQÓ<u en Jn 19, 15.16.18.
23. V. Martín-R. Kasser. Papvms Bodmer XIV.
24. Las atirmaciones de Le 9. 23: 14. 27 presentan a Jesús pidiendo a sus
discípulos que «tomen» y «carguen» con su cruz. No obstante, en cada caso existe
una clara referencia implícita a su crucifixión.
El e.\'taurograma /53
25. V. Martin-R. Kasser, Papyn1s Bodmer XIV, 18; K. A1and, Neue Neutesta-
mentliche Papyri 11 (1964-1965). 2. Los fragmentos de Juan conservados en p,~
(P.Bod. XV) no incluyen ningún caso de OTUUQÓ~ ni de otaugów.
26. K. Aland. ibid.
27. H. Gerstinger, Ein Fragment, 69. El fragmento (Mt 25.41-26. 39) forma
parte del papiro 1 de la colección Chester Beatty (VH 3 71 ), treinta folios de un
.. códice que originalmente comprendía los cuatro evangelios (en el orden «occiden-
' · :tal») Y Hch. Cf. especialmente T. C. Skeat, A CodicolcJgical Ana~ysis.
28. Pese a que los tres manuscritos se datan en un periodo más o menos pare-
cido, las diferencias en la caligratia. así como otros rasgos. apuntan a que P4~. P~>~>
.·'Y P, deben derivar de tres ambientes distintos, lo que significa que probablemente
,:los copistas trabajasen de forma independiente. Cf. especialmente J. R. Royse.
· l'Scribal Habits.
/54 Los primiti\'0.\' papiros cristianoJ
3. fUNCIÓN Y SIGNIFICADO
37. Esta lectura del número en Gn 14. 14 está claramente atestiguada. por
ejemplo. en el manuscrito de Gn de la colección Chester Beatty (Chester Beatty Pa-
pyrus IV. Rahlfs 961, siglo IV d.C.). y casi con toda seguridad se usó en un antiguo
fragmento de Gn, P.Yalc 1 (P.Yale inv. 419, VH 12, datado en un abanico temporal
El estaurograma 159
entre principios del siglo 11 y el siglo 111). Aunque en este manuscrito existe una
laguna en ese punto. el espacio no resulta adecuado para incluir el número escrito
en palabras, como yo mismo pude constatar al examinar el fragmento en febrero
de 2005. La probabilidad de que el número escrito fuese T 1Hes una de las razones
por las que la mayoría de los papirólogos consideran que P. Yale 1 es una primitiva
eopia cristiana de Gn. Cf. especialmente C. H. Roberts. P. Ya/e 1; E. Dinkler. Pa-
Jiyrus Ya/ensis l. La manera en que el número está escrito en griego. TQt{fttóatottc;:
6ha xai óxtÚl, habría sugerido a los primeros cristianos grecoparlantes el uso y la
llcuencia de las tres letras griegas en cuestión para representar el número.
38. Algo más tarde. Minucio Félix (Octal'ius 29) se hace eco de la misma
actitud. Para la historia y los diversos tipos de símbolos en forma de cruz. cf. E.
Dinkler-E. Dinkler von Schubert. Kreuz.
, 39. Justino dice de la presunta lectura de Platón del relato de Nm que «Jlt]bi:
. .:~!; 'tÚ1tov elvm <Traugoü (t/.J.i.J. xíaoJla voi}oa;. t~v JlHU tov :iTQ<iltov 'ftFov
. ':~v xexl.áo{}m tv ni> rrnvtti Elmm (/ Apol. 60, 5). Cito el texto según E. J.
:Oooctspeed, Die iiltesten Apo/ogeten, 69.
:·~\~: 40. Según los LXX, Moisés modela una serpiente de bronce y la pone eni ml-
~tufou. Para el texto hebreo. Moisés coloca la serpiente de bronce en una :J («vara»).
/60 Los primitivos papiros cristianos
41. AdvMarc 3, 22. Esta obra fue escrita en el 207 d.C. En cualquier caso,
en la versión de los LXX Ez 9, 4 indica que la orden es que el ángel coloque un
crrJJ.lEiov en la frente de los elegidos. Tertuliano parece citar la lectura que. según
Orígenes. aparecía en las traducciones de Teodoción y Aquila (Orígenes. Selecta
in Ezequiel; PG 3, 802), que constituye una traducción más literal del hebreo~~.
42. Para los ejemplos relativos a esta combinación, ct: infra nota 49.
43. La fonna de escribir la palabra más conocida es ~o~ttELU. En la que utiliza
Efrén. ti = 2, o = 70, ll = R. 6 = 9, L = 1O, u = 1; en total, 1OO. Traduzco el griego
El estaurograma /6/
de la cita de Efrén que hace F. J. Dl>lger. Sol Salutis, 74, nota 2. Sobre Efrén, e f. K.
McVey,l:."phraem the Syrian. en EEC l. 376-377 (con bibliografta). McVey descri-
be a Efrén como alguien que posee «una visión del mundo como un vasto sistema
de símbolos o misterios» (p. 376).
44. F. J. Dl>lger, Sol Sa/utis. 74.
45. Como es bien sabido, existen algunas variantes textuales en los manus-
critos del Apocalipsis, siendo el número más atestiguado 666. aunque algunos tes-
timonios leen 616 (Ce lreneo). e incluso 665 (ms. 2344).
46. Cf. L. W. Hurtado. Origin of the Nomina Sacra, 665-669. así como la
reflexión del capítulo 3.
47. Por citar otro ejemplo. el número 8 fue adoptado por los cristianos como
símbolo de la resurrección y de las esperanzas escatológicas. Cf especialmente F.
J. Dl>lger. Die Achtzahl: R. Staats. Ogdoas. 29-52.
162 Los primitivos papiros cristianos
48. Por ejemplo, cf. la voz f)o~thu en G. W. H. Lampe, A Patristic Greek Le-
xikon, Oxford 1961,300.
49. J. Finegan. Archaeology, 387-388. La fonna de tau-rho que Efrén comenta
incluye el uso de los símbolos alfa y omega. Un ejemplo se encuentra en el sarcófago
del arzobispo Teodoro (siglo VI) en San Apolinar del Puerto (Rávena). En la cubierta
hay una tau-rho a izquierda y derecha. así como una chi-rho en el medio, con a(/c1 y
omega en los espacios derecho e izquierdo dejados por los trazos de la c:hi (fotogratia
en Bovini, Ravenna, 139). Una tau-rho independiente también aparece en un can-
cel del siglo VI (en un bajorrelieve enmarcado con pavos y viftas saliendo de una
crátera) que se custodia en la misma iglesia (fotografía en Bovini, Ravenna. 119).
El estaurograma /63
57. En un artículo escrito antes de tomar conciencia del testimonio de los ma-
' llUSCritos sobre el uso cristiano del estaurograma. E. Dinklcr. Comments. se refirió
r ' jl «dogma absoluto según el cual el símbolo de la cruz hace su primera aparición
·. ~~época de Constantino» (p. 134 ). reflejando. claro está. la influyente opinión de
' · ~er. En su dctensa tenemos que decir que Dinklcr estuvo dispuesto ¡¡ cam-
~ &ilr sus ideas cuando conoció los manuscritos aquí estudiados .
•1 , • ·58. G. Snydcr. Ante Pacem. 26-29. Desafortunadamente, parece que este te-
i. ·~DO está corregido en la edicion revisada de la obra. que apareció en 2003.
¡,
59. /bid.• 29.
\=
~. . 60. No pretendo condenar particulam1ente a Snyder. pues no tener en cuenta
~ ~ eataurograma (y los fenómenos de los primeros manuscritos cristianos en gene-
está, desgraciadamente. bastante generalizado en los estudios actuales sobre
• .- . orfgenes cristianos.
\
166 Los primitivos papiros cristianos
5. CRISTOGRAMAS PRIMITIVOS
f = XPICTOC
*= 1HCOYC XP 1CTOC
Hi = IHCOYC
f = En manuscritos del Nuevo Testamento (P1s, P66, P4s), en las
abreviaturas de O't<XVQÓ~ y mauQów; por ejemplo, ofo~
5
OTROS ASPECTOS CODICOLÓGICOS
Y PALEOGRÁFICOS
~: ;-. r· S. Cf. especialmente E. J. Epp, Code.1: and Literac:v. 19-21 (cita en p. 19). En
~ . l',t pAginas que siguen ofrezco algunas críticas a las ideas de mi estimado maestro.
2,.· ~~nozco mi deuda. para con él y el estim~lo ~ue supuso para considerar la
· 'lll:llpWQillCta de los manuscntos como artefactos htstóncos.
ri f 6. G. N. Stanton. Jesus and Gospe/, 84.
~~ .'· 7. E. G. Tumer. Typology, 89.
' '- : 8. /bid., 95. Nótese que consideraba que la fonna más cuadrada (los «atipi-
:·' • del grupo 5) «competía con el grupo 8 por la distinción de ser el fonnato más
~o de códice de papiro» (p. 25). Clasificó algunos otros códices cuadrados en
il.:cc¡rupo 9)), afinnando que se trataba de otro fonnato primitivo.
'
r.:
170 Lns primitivos papiros cristianos
9. /bid.. 39. Tumer proporciona una lista de códices de pergamino del .:wo
d.C. y anteriores. Prescindiendo de los más pequeños, su altura oscila entre 14 ~
22 cm. situándose la mayoría en tomo a 15-18 cm.
Otros aspectos codico/ógicos }'paleográficos 171
.,~M-mismo códice que P.Oxy. 2683 + 4405 ( Pn ). E. Epp. Codex and Literacy, 19. se
;•l!rla al tamafto de las páginas de p,, y P"~ como indeterminado. pero Thomas lo
ltlllíUilaen tomo a 10 X 15 cm para P,, y P'~~~ (P.IFAO 2.31) es un opistógrafo (un
IUII*O reusado), por lo que no tiene páginas.
13. El editor de P.Oxy 3523 presenta el tamailo de la página como «no muy di-
(;!4-teal del fragmento Rylands» del evangelio de Juan (Pd. refiriéndose incorrec-
rt~•llltea las dimensiones, que han sido calculadas en 14 X 16,3 cm. Sin embargo•
......,uowr. 'fYpo/ogy. 148. estima el tamailo de la página en tomo a 18 X 21.3 cm. algo
'-"''estl~~lo que los 20 X 21 cm calculados por Roberts, An Unpublished, 50. La
. de Skeat. Collected Biblical Writings. 81, coincide con la de Tumer.
. 14. P.Bod. V es parte de un códice compuesto que incluye una copia de Judas
~PIIIlln' VII; Pn), Homilía pascual de Melitón (P.Bod. XIII). la correspondencia
~ntilentre Pablo y Corinto (P.Bod. X). OdSalll (P.Bod. XI), un himno (P.Bod.
172 Los primitivos papims cristianos
XII), la apología de Fileas (P.Bod. XX). Sal33-34 (P.Bod. IX) y 1 Pe (P.Bod. VIII:
p,2), todos ellos cortados al mismo tamaño. Para su análisis. cf. Tumer. 1J1mlogy.
79-80. quien contesta a las ideas del editor M. Testuz. Papyms Bodmer VII-IX.
Este observó que el tamaño compacto de este códice que contenía una antolo-
gía (del siglo IV. si bien algunas partes se copiaron anteriormente) muestra que
probablemente fue encargado por un cristiano que gozaba de una buena posición
económica y estaba destinado a su uso personal (p. 9-1 0). T. Wasserman, Papvrus
72, 137-154, ofrece una reflexión más reciente centrada en los textos de Jud y 1-2
Pe incluidos en este códice compuesto.
15. Cf. E. G. Tumer. Typo/ogy. 20-22, para su listado de códices del «grupo
8>>, «grupo 9» y «grupo 10», donde se incluyen fácilmente todos los ejemplos
cristianos aquí citados.
16. Cito los tamaños dados por Tumer. que en algunos casos difieren de Jos
que ofrece Van Haelst, Catalogue. Puesto que Tumer trató de examinar el mayor
número posible de manuscritos. ya directamente o mediante totograflas, supongo
que es más probable que sus medidas sean correctas. En algunos casos. Tumer
ofrecia un cálculo del tamaño de la página. indicándolo entre corchetes.
Otros aspectos codicológicos y pa/eogrc!ficos 173
17. Junto con la poco común fonna de P~s. sus extrañas lecturas y la descuidada
caligrafia manifiestan que se trata de una copia muy informal del texto. en la que se
ha prestado poca atención a su calidad. P.Ant. 2.54 (n." 212 del apcndice 1) es una
copia del siglo 111 del padrenuestro con un tamaño de página de unos 2.6 x 4 cm. si
bien se trata probablemente de un amuleto, una única hoja de texto, y no una copia
fntegra de Mateo. Por ejemplo. cf. los comentarios de Van Haelst (VH 347).
18. Aunque hay algunas referencias a vendedores de libros que preparan co-
pias de textos para su venta, tal vez era más corriente ordenar la elaboración de
un ejemplar para el uso personal. Esto suponía pagar a un escriba profesional o
usar un esclavo formado como copista. Cf. Haines-Eitzen. Guardian.'> c~f'Letters.
21-52, para una reflexión sobre la copia de textos cristianos primitivos. Cf. Gam-
ble, Books and Readers. 231-237, para un estudio sobre la lectura privada entre
aiatianos. Gamble advierte el curioso hecho de que la mayoría de los códices en
miniatura contienen textos cristianos. lo cual sugiere que este formato podría haber
sido particularmente preferido por los cristianos (p. 23ó). También señala que la
mayor parte de los textos copiados en ese tormato son apócrifos. sugiriendo que
tal vez esas obras eran utili7..adas principalmente para el disfrute y la editicación
lfersonal, ya que no estaban aceptadas para el uso litúrgico.
19. E. G. Tumer, Typology. 29-30, enumera códi<:es en miniatura de perga-
Jnino, destacando «un número muy grande de códices de pergamino (comparados
¡ con los de papiro) que tienen una anchura menor de 1O-cm» (p. 31 ). Se discuten las
. fechas de varios de ellos; entre los de origen cristiano, algunos pueden ser del siglo
f.. DI, por ejemplo, P.Ant. 1.12 (2 Jn). P.Oxy. 849 (HchPe) y P.Oxy. 1594 (Tob).
~:
174 Los primilims papiros cristianos
mente menor comparada con la altura. Por ejemplo. P.Ryl. 457 (P~~;
Jn) probablemente medía unos 18+ X 21 ,3 cm 2·1• P.Chester Beatty VI
(Nm-Dt) medía unos 19 X 33 cm, P.Chester Beatty VII (ls) en torno
a 15,3 X 26 cm, P.Chester Beatty 111 (P41; Ap; n. 0 173 del Apéndice 1)
unos 14 X 24,2 cm. y P.Chester Beatty 1 (Po~~; evangelios y Hch) en
torno a 20,4 X 25,4 cm. 24 Otros códices de la lista de Turner tienen
dimensiones más o menos similares25 • Además. los nuevos fragmen-
tos de códices bíblicos de los siglos 11 y 111 que se han ido publicando
responden a estos mismo patrones 2('.
Por lo tanto, casi todos estos códices tienen el fonnato de página
rectangular anterionnente indicado, con una anchura considerable-
mente menor que su altura, a menudo en tomo a la mitad, y a veces
incluso más estrechos. La cuestión es cómo interpretar esto. ¿Hemos
23. Donde sólo quedan fragmentos de una página con uno o más márgenes y
donde podemos identificar el texto con seguridad (como ocurre con Pd. y por tanto
podemos estimar la cantidad de espacio que probablemente se requería para los frag-
mentos desaparecidos del texto, tales cálculos son más fiables. Esto presupone, por
supuesto, que el texto del manuscrito se parezca suficientemente al texto que cono-
cemos. Donde no sobreviven los márgenes, los cálculos del tamai\o de la página son
más aproximativos. empleándose la media de los márgenes de códices similares.
24. P.Chester Beatty 1 (P~s) es mucho menos obl<mgo que la mayoría de los
códices coetáneos (pertenece al grupo 9 de Tumer). aunque este autor enumera
b1ros de dimensiones parecidas. incluyendo una copia de flchPab ( Hamburg Pap.
bit 1; de unos 20 x 26 cm), Josefo (P.Rain. 3.36; de unos 20 x 25 cm) y algunos
.9tros «atípicos» de este grupo, que son principalmente textos clásicos. datados por
il a partir del siglo IV.
25. P.Chester Beatty VIII (Jr). de unos 15,2 x 30,5 cm; el códice Freer con los
profetas menores. en tomo a 14 X 32 cm; P.Oxy. 1008 (P.~: 1 Cor), de unos 18 x
.26,5 cm; P.Oxy. 1226 (Sal), de aproximadamente 15 X 29,8 cm; P.Oxy. 1780 (PN.
ln), de unos 16 x 25,6 cm; el «Génesis de Berlín» (Berlín Staats.Bib. Cod.gr.fol. 66
1,-.U), en tomo a 18 X 25 cm; P~ (P.Oxy. 208 + P.Oxy. 1781: Jn). de unos 12.5 x 25
.- Pn (P.Mich.inv. 1570; Mt), aproximadamente 12+ X 25 cm; P.Oxy.2 (P.; MI).
:do unos 12 x 24.7 cm: P.Oxy. 656 (Gn). de 11+ x 24.3 cm; P.Chester Beatty IX
Al·. (Dn, etc.), en tomo a 12,8 x 34.4 cm: P.Bod. XXIV (Sal), de 13 x 24 cm.
1 .~ ' ':26. Por ejemplo, P.Oxy. 4401 (P•o•: Mt) posee un área de escritura de unos
,:-.· f,X 22 cm, y por lo tanto (calculando los márgenes) u11 tamaño de página de unos
-~· '!~2+ X 25+ cm. El tamaño estimado de las páginas de P.Oxy. 4402 (PIIJ~: Mt) es
· ··toximadamente de 14 X 27 cm; P.Oxy. 4404 (P.().I; Mt) mide unos 14 x 25 cm:
;~y. 4445 (Pulll: Jn) mide unos 12 x 23.5 cm: P.Oxy. 4448 (P.,I'J; Jn) mide unos
.1,. ·X 24 cm; P.Oxy. 4497 (P.IJ: Rom) mide unos 14 x 21 cm; P.Oxy. 4498 (P,.4;
.· -~mide unos 15 X 25 cm: P.Oxy.4499 (P •• ~: Ap) mide unos 15,5 X 23,5 cm:
r · P.Oxy. 4449 (P11•• : Sant) mide unos 13 X 29 cm. Para una descripción más com-
. ~ cf. las entradas correspondientes en Handley. Ox.vrhynchus Papyri; Haslam,
··~nchus PaP,vri; Gonis. The Oxyrhynchus Papyri, VtJ/ume LXVI.
176 Los primitivos papiros cristianos
27. Entre los más altos están. por ejemplo, P.Chester Beatty VI ( 19 X 33 cm):
P.Oxy. 1226 ( 15 X 29,8 cm); el códice Freer de los profetas menores (en tomo a 14
x 32 cm); P.Chester Beauy IX-X ( 12,8 X 34,4 cm); P.Oxy. 4449 ( 13 X 29 cm).
28. E. G. Tumer, 1Jpology, 20-21.
29. Aunque ignoramos de qué modo las preferencias en el tama~o de los rollos
de papiro pudieron afectar a los gustos relativos a los códices de papiro ni si exist1ó
tal influjo. A. Johnson, Bookrol/s and Scribes, 141-143. se~aló que antes del siglo 1
d.C. la altura de los rollos variaba considerablemente. superando alguno los 29 ~m.
pero siendo 25-26 cm lo más común. No obstante, en época romana la altura de los
rollos solía oscilar entre 25 y 33 cm (con excepciones en ambos extremos).
Otros aspectos codicológicos y paleogn~ficos 177
2. CoLUMNAS
34. Los códices tardíos tienden a tener más de dos columnas por página (por
ejemplo. el códice Vaticano. del siglo IV. tiene tres columnas: y el códice Sinaíti-
co, del siglo IV. cuatro). pero no conozco ninguno del siglo 111 o anterior con más
de dos columnas. Cf. las fotografias y descripciones de una serie de manuscritos
bíblicos en B. M. Metzger, Manuscripts, 74-75 (Vaticano): 76-79 (Sinaítico ).
35. Las columnas de los textos literarios en prosa escritos en rollos oscilan
entre los 35 mm de ancho (de 7 a 14 caracteres por línea) y los 55 mm (de 12 a
22 caracteres por línea). Los documentos y los textos no literarios, sin embargo.
contienen a menudo columnas más anchas. Cf. algunos ejemplos en Tumcr. Greel.
Otros aspectos codicológicos y paleográficos 179
Scheyen 193, un manuscrito sahídico del siglo 111 que contiene varios
textos (Jon. Jr. Lam. 2 Mac. Melitón y 1 Pe; n. 0 83 del Apéndice 1)41 .
Existen también algunos textos neotestamentarios en un formato
de doble columna. El códice de Mt, del que normalmente se consi-
deran fragmentos a PM y P67, es el más antiguo ejemplo (de finales
del siglo Il),junto con P4. una parte de Le que también puede fonnar
parte del mismo códice42 . El recientemente publicado fragmento de
Rom (P.Oxy. 4497; P113; del siglo 111; n. 0 138 del Apéndice l) se trata
probablemente de otro ejemplo43 .
Más aún, poseemos copias de textos cristianos extracanónicos en
códices a doble columna. Uno de ellos es una copia del siglo 111 del
Pastor de Hermas (P.Oxy. 3527; n. 0 187 del Apéndice l ). Otro es tal
vez un fragmento de uno de los comentarios de Orígenes (P.Lond.
Christ. 2 [P.Egerton 3]; del siglo 111; n. 0 204 del Apéndice). También
incluyo como de probable procedencia cristiana una copia del siglo 111
con obras de Filón (Paris, Bib. Nat. P.Gr. 1120; n. 0 92 del Apéndice)44 •
De estos códices cristianos a dos columnas, aquellos que parecen
ser los más antiguos son quizá los más destacables: P.Chester Beat-
ty VI (Rahlfs 963; Apéndice 2,1ámina 3) y el códice de los evangelios
del que PM y P67 (¿y P4?) son los fragmentos conservados. Ambos
códices se fechan aproximadamente a finales del siglo 11 o principios
del siglo 111, y los dos son copias de textos bíblicos. Su disposición
en dos columnas sugiere que estas copias se prepararon con cier-
to interés por su estética y su legibilidad, lo cual se ve respaldado
por otros rasgos. Frederic Kenyon caracterizó la mano de P.Chester
Beatty VI como «un excelente ejemplo de caligrafía>>, poniendo de
relieve «la gracia y belleza de la letra», así como la anchura de los
márgenes, que revelan «un ejemplo de gran calidad en la fabricación
3. MÁRGENES
56. E. G. Turner. T:vpologv. 95. Turner dice que su tabla 14 (p. 96-97) enumera
veinticuatro códices de papiro fechados entre los siglos 11 y IV (o sea. anteriores
al 300 d.C.) con al menos cincuenta lineas por página. si bien en dicha tabla yo
solo cuento veintidós códices relevantes. Además, por alguna razón Turner incluyú
P.Chcster Beatty VI (Nm-Dt). aunque solo contiene entre 31 y 38 lineas por página
(con un tamai\o de página estimado en torno a 19 X 33 cm).
Otms a.~pectos codicológicos y paleogrt~/icos IX5
de papiro de los siglos 11 y 111 con cincuenta o más líneas por página,
encontrando solamente diez de ellos a partir del siglo IV (más tres
códices de pergamino de este periodo tardío) 5 ;.
No obstante, dado que esos veintitrés códices constituyen una
pequeña minoría del número total de códices de papiro del periodo
anterior al 300 d.C., no estoy seguro de que esté justificada la de-
ducción más general que hace Tumer. Tendría mis dudas a la hora de
decir que la capacidad de almacenaje fue «el atractivo primordial» en
el desarrollo del códice de papiro como formato de libro 511 • De todos
modos, es razonable concluir que esos códices con un mayor número
de lineas por página reflejan un interés práctico por economizar el ma-
terial escriptorio, así como una preocupación por hacer simplemente
una copia del texto, y no tanto por que resultase fácil de leer.
Resulta interesante ver qué textos contenían estos códices. Aque-
llos con muchas líneas por página en la lista de Tumer son copias
de textos literarios clásicos, con la excepción de un tratado médi-
co (P.Ryl. iii,529) y un manuscrito cristiano, P.Chester Beatty IX-X
(Dn, Est y otros; n.os 76 y 79 del Apéndice 1), que tiene entre 45 y 57
Uneas por página 59 • Me parece sumamente interesante que sólo este
manuscrito cristiano aparezca en la lista de Tumer. De hecho, uno de
)os rasgos más llamativos de la mayor parte de los códices cristianos
primitivos es el menor número de líneas por página y, frecuentemen-
te, menos caracteres por línea. Tumer comentó estos aspectos y los
,jemplos que aduce en la comparación son sorprendentes()(>.
61. Cito las cifras ofrecidas por F. G. Kenyon, The Chester Beatty Bíblica/
Papyri, Fasciculu.~ VI/, Ezekiel, Daniel, Esther: Text, London 1937, vu. Turner
presenta un recuento de lineas diferente en distintos lugares: 49-54 (p. 85), 45-57
(p. 97). 49-57 (p. 183) y 40-57 (p. 181 ). Puesto que las hojas del códice están da-
ñadas. es necesario hacer un cálculo del número total de líneas por página.
62. He llevado a cabo un rápido y aleatorio recuento de varias líneas del
texto de Dn en ese códice y mis cifras coinciden con las de Turner.
63. Una ilustración del «Harris Homem (B. M. Pap. 126) aparece en E. Tur-
ner, Greek Manuscripts, 40-41.
64. E. G. Tumer, Typology, 85. Las letras de P.Chester Beatty IX-X, como
sucede con muchos otros manuscritos cristianos primitivos. están también clara-
mente separadas y cuentan con un espaciado algo más amplio. lo que facilitarla
aún más la lectura.
Otros aspecto.~ cndit·,,fógicos y paleogrq{icos 1~7
65. Una vez más. parece que el texto fue copiado en un códice previamente
elaborado. Así, cuando el escriba empezó a temer que se le acabaría el espacio.
aumentó el número de líneas por página y de letras por línea.
·· 66. Para una descripción de P4,, cf. F. G. Kenyon, The Chester Beatty Biblical
t Papyri, Fasciculus 111. Pau/ine Epist/es and Revelation: Text, London J934, XI. E.
~ G. Tumer, Typo/ogy, xi. ofrece una ilustración de PS/158.
l. 67. C. H. Roberts. An Unpub/ished Fragment, 50. De media, las líneas con-
' tenfan ligeramente más caracteres en el recto. Probablemente este códice fue fa-
bricado en primer lugar y después copiado. Por ello, el escriba, trabajando de iz-
quierda a derecha, no podía incluir tantas letras en las páginas de la izquierda al
' estorbarle el pliegue central del códice.
/88 Los primitivos papilvs cristianos
68. F. G. Kenyon, The Chester Beatty Biblical Papyri. Fascículus 11. The Gos-
pel'i and Acts: Text, London 1933. v-vi: T. C. Skeat, A Codico/ogical Ana~vsis, 27-
43. Sin embargo, desafortunadamente, ni Kenyon ni Skeat dan el recuento de ca-
racteres por línea. Hice un rápido cálculo de las líneas más corta y más larga de
una o dos páginas que se conservan relativamente intactas (por ejemplo, [ 13).
Posteriormente descubrí que mis resultados coincidían con el más detallado análisis
de G. Zuntz. Recon.~truction. quien tomó como muestra cuatro páginas. con líneas
que oscilan entre 46 y 57 letras (p. 194).
69. Es lamentable que los primeros estudiosos no incluyeran medidas precisas
del tama~o de la letra en su descripción de Jos manuscritos, contentándose con
emplear términos como «peque~o» o «mediano». Cada vez más (¡esperamos!) los
editores actuales de manuscritos proporcionan la medida de la letra (normalmente
en milímetros). Según mis propias mediciones. el tama~o de la letra de los códices
cristianos (sin contar los de tam~o reducido) normalmente oscila entre 2 mm (las
más peque~as) y 3-4 mm (tendiendo por lo general al mayor tama~o). Obviamente.
algunos caracteres (por ejemplo. la phi o la tau) serán algo mayores que otros en el
mismo tipo de escritura. Comparándolos con los caracteres impresos en los libros
actuales. presentan un abanico de tama~os parecidos (¡excluyendo las notas!).
70. Cf. particularmente G. Stanton. Jesus and Cospel. 198 y 73 nota 38. donde
remite a su correspondencia con T. C. Skeat. En el estudio que hizo Skeat de P¡<.
que apareció algunos a~os antes. hablaba del «gasto en el que incurrió la comuni-
dad cristiana (si era tal) que encargó el proyecto», calculando que la cantidad debiú
de ser de unas 43 o 45 dracmas (cf. T. C. Skeat. A Codicological Ana~vsis. 43).
Otros a.\pectos codicológicos y paleogrc~{icos /89
71. No obstante. es obvio que una segunda mano añadió signos diacríticos
\(puntos gruesos o rasgos inclinados) para marcar el final de las frases en detemli-
·:Dados lugares. Bien podrían haber sido incluidos por alguno de los primeros lec-
··\1ores. Cf. F. Kenyon, Fasciculus 11. IX. T. C. Skeat, A Codicological Ana~v.'iis, 31.
i~ó que dichas marcas aparecen en <<todos los fragmentos de Me y en todos los
:·fragmentos de Hch. pero en ninguna otra parte del códice [el subrayado es suyo]».
'·:Skeat apuntó a este y a otros indicios de que en este códice Me ocupa el último lugar
los evangelios (el llamado orden occidental de los evangelios. que también
ieencuentra en el códice W) y es seguido por Hch (p. 31-32). Sobre las diversas
·'Dl8neras de ordenar los evangelios. ct: B. M. Metzger. Canon. 295-300. Un ejemplo
~do códice bíblico cristiano con huellas de haber sido copiado para el uso personal
:.net que puede cotcjarse es Pn (Jud; 1-2 Pe: P.Bod. VII-VIII: n."' 166 yl68 del
...:-énclice 1). Sobre este manuscrito. ct: T. Wassem1an, Papyru.\· 72. 148-154.
72. Para un minucioso análisis de las tendencias del escriba de P4s. cf. J. Roy-
.. Scribal Habits. 88-181. Existen «pocas lecturas absurdas. pocas correcciones.
errores obvios», lo cual refleja un escriba competente preocupado principal-
por «elaborar un texto legible» (p. 156 ).
190 Los primitivos papims cristianos
78. C. H. Roberts, Two Bihlical Papyri, 227. Para un estudio ulterior del modo
en que Jos textos literarios griegos carecen por Jo general del tipo de indicacion~~
para los lectores que esperamos en Jos libros actuales (por ejemplo. la división por
palabras, por párrafos y la puntuación), cf. Tumer, Greek Manuscripts, 7-12.
79. Remito una vez más al estudio de estos temas en R. Cribiore, Gymnastin
ofthe Mind, 132-143.
80. Sobre todo en los primeros siglos, cuando la idea del canon. y por tanto
Jos límites, estaba siendo analizada. la lectura generalizada de un texto en público
en el culto es probablemente el mejor indicio de que servía de Escritura, al menos
para un determinado grupo.
81. En ambos casos la diéresis se sitúa sobre la letra inicial de la palabra IVIt.
En el vuelto la diéresis no es estrictamente necesaria. pues la palabra anterior.
XOOflOV, termina en consonante. He ofrecido un análisis más detallado de las ca-
racterísticas gráficas de este fragmento en L. Hurtado, PJ!. 1-14. Las imágenes dl!l
fragmento Rylands están a nuestra disposición en http://www.library.manchestl!r.
ac.uklspecialcollections/collections/stjohnfragment/.
Otros aspectos codicológicos y paleográficos 193
,. 82. En Ps2 existe este espaciado ligeramente más amplio entre oubEvu e tva
(en la linea 2 del recto), entre [EL]JtEV y mnmtvwv (en la línea 3 del recto) y entre
[Xod]¡.a.ov e tva (en la línea 2 del vuelto). Curiosamente, esos espacios se producen
én puntos donde las modernas ediciones impresas del texto colocan a menudo
·q6n signo de puntuación. Por ejemplo, Nestle-Aland (27 ed.) coloca un punto
~ después de oubf.v<L al final de Jn 1g, 31, y una coma tras xoo~tov en Jn 18,
31~ También cf. C. Roberts, Two Biblical Pap_vri. 226-227, quien advirtió del uso
etales espacios para indicar unidades de sentido en P.Ryl. 458 (Dt: del siglo 11
,~.)Y apuntó algo parecido en P.Egerton 2 y Ps1 (aunque pensaba que en los dos
.. ~timos quizá se empleaba únicamente para señalar el final de la frase).
· : .. ~- . 83. El nuevo párrafo en realidad comienza con tott' AfYEL, que en P(J.I está es-
. .,.. en la linea superior. Por ello. en este caso el escriba indica el nuevo párrafo
. ~~te la sangría francesa en lo que es la primera 1ínea completa del párrafo. Otra
· • :liltrategia empleada por algunos copistas consistía en comenzar la primera línea de
· · e r o párrafo con su primera palabra. dejando el resto de la linea anterior en
: · . · o cancelándolo con alguna marca (como >>>>). C. Robcrts, Manuscript.
•1 :· . . · and Beliej. 16-18. estudia este recurso. subrayando la posible derivación
. '~!.praxis griega, de donde lo adoptaron los escribas judíos y cristianos. Hay que
? ;~,;.,;:: en cuenta también los manuscritos bíblicos en griego procedentes de Judea en
•:Jtt&e se utiliza este artificio, enumerados en E. Tov, Ser iba/ Practices, 161.
84. C. H. Roberts, An Ear~v Papyms (~lthe First Go.c,pel, 234.
/94 Los primilivos papiros crislianos
. ''. 89. Cf. la descripción de los recursos gráficos de P~~ en F. Kcnyon. Fascicu-
~ ,.,JI, IX, y de Poló en F. Kenyon. Fasciculus 111. XIII-XIV. Sin embargo. Kenyon
.·~aba que en P4ó se sei\alaban ocasionalmente «pausas de sentido)) mediante
~-~ ligero espaciado». lo que sugiere «cierta percepción por parte del copista del
·-tido de lo que estaba escribiendo)) (p. XIV).
''" 90. P. Head, Some Recent~v Puh/ished NT Papyri. 5 (especialmente la tabla).
196 Los primilivos papiros cri.\'lianos
91. Existen puntos para marcar proposiciones y frases. cuya situación cam-
bia en relación con la caja del renglón. La ubicación exacta de los puntos varía en
cierta medida en los primeros manuscritos. Los usuarios de las modernas ediciones
impresas, como la Nestle-Aiand (27 ed.), advertirán el uso del punto «bajo>> (para
señalar el tinal de una frase) y del punto «alto» (por ejemplo, para indicar el pastl
al estilo directo).
92. Por ejemplo, P.Chester Beatty VI (Nm-Dt; finales del siglo 11 d.C.) presen-
ta ocasionalmente la división de párrafos, una diéresis sobre la iota y la upsilcm ini-
ciales y un apóstrofe tras los nombres propios que no tienen origen griego, recursos
todos ellos utilizados por el escriba original. Cf. F. Kcnyon, Fasciculus V. ix-x.
93. C. Roberts, T'.vo Bihlical PapJ•ri, 226-228. Roberts cotejó el uso de esws
espacios en dichos manuscritos con la disposición característica de las copias de
textos literarios clásicos: «Por norma general los manuscritos griegos hacen muy
pocas concesiones al lector» (p. 227). Además hay una imagen de P.Ryi.45X )
una breve descripción en E. Würthwein, The Text of the 0/d Testament, 176-177.
La elegante escritura. el amplio margen superior y la buena calidad del papiro s~·
Otros aspectos codicológicos y paleográficos /97
I¡1UD para sugerir que este «inusualmente hermoso manuscrito)) (C. Roberts, Ty,.·o
lllhlical Papyri, 226) probablemente fue preparado para la lectura en público.
·,; 94. Los análisis que Tov llevó a cabo en varias publicaciones anteriores han
•ido reunidos ahora en E. Tov, Se~·iha/ Practices, Leiden 2004.
a. 95. /bid., 131-163. Tov postula tres fases evolutivas en el modo en que los
··tJ.ICrtDlllS judíos indicaban la división de secciones en los manuscritos bíblicos en
(p. 159-162). Su Apéndice 5, «Scribal Features of Early Witnesses ofGreek
11etiptutre)) (p. 303-315). proporciona tablas detalladas de los elementos gráficos
i.,r. l!!l!!..,_ el siglo V d.C. Asimismo. Tov sei\ala que las técnicas para indicar las seccio-
¡r~::,:•;del texto parecen haber sido usadas con anterioridad a los manuscritos bíblicos
como se pone de manifiesto en una gran variedad de materiales del
:.:~•llíl\aoOriente Próximo. Por consiguiente, opina que «los más antiguos rollos que
·~Mll.altian la Escritura ya marcaban la división de secciones» (p. 155).
~l'tl.Vb. /bid.• 160-161, así como la tabla de los manuscritos con la reflexión
..,...,,._ ....u""' rasgos en las p. 303-315. Los testimonios de Tov concernientes a la
gráfica cristiana se limita a las copias de textos vetcrotestamcntarios. De
modos, la misma influencia es también evidente en la forma en que los
IJWII.,_ cristianos indican los párrafos y las secciones en las copias de textos del
Testamento.
/98 Los primitivos papiros cristianos
6. CoRRECCIONES
.:.:,·. 104. Sobre los recientemente señalados problemas con la noción de un texto
· _.¡ginab>, cf. E. J. Epp. The Multivalence ofthe Term ({Original Text )), 245-281.
105. Lo subraya, por ejemplo. D. C. Parker. Living Text: H. Koester. Text of
'Synoptic Gospe/s, 19-37. Tengo mis dudas. no obstante. en algunos aspec-
mltiiiiB!:··4:~rr•n la afirmación de que p,~ representa <<el primer intento de establecer un
controlado» de los evangelios a finales del siglo 11 (Parker, Living Text. 200).
más bien que la transmisión textual de los evangelios en el siglo 11 era más
!'lll'"'t"'•~~G que la de la imagen ofrecida por Parker (y -lo reconozco- aceptada
por otros muchos estudiosos). y que el interés por copiar el texto cuida-
IID'ltmte (junto con otras muchas actitudes más libres) puede remontarse a una
anterior a la de nuestros más antiguos manuscritos. Ya he manifestado mis
pepanci'l:tS con Koestcr: Hurtado. Beyond the lnter/ude'!. 40-43: Id., The New
'.1'-lCrment in the Second Centun-.
. '106. H. Y. Gamble. Book!t ~nd Readers, 121-126. ofrece una reflexión por lo
excelente. pero no recurre a la posible importancia de las correcciones.
204 Los primitivos papiro.~ cristianos
1. ANTIGUO TESTAMENTO
85. Tobías PSI inv.Cap 46; Rahlfs s. 111 pap. códice frv,{}u
(12. 6-7.8-11) 878 d.C.
86. Tobías ( 12, P.Oxy. 1594; VH 82; SS. 1111 perg. códice (mi-
14-19) LDAB 3131; Rahlfs 990 IVd.C. niatura, 8,5 X
8,5 cm)
87. ••2 Macabeos Códice Crosby-Scheycn S. ))) pap. códice .. sahídico; 2 cols.;
193 d.C. + Melitón; 1 Pe;
Jr; Lam; etc.; cf.
83; 166
88. Sabiduría P.Ant. 1.8 + 3.210; VH S. 111 pap. códice cf. 64; 90
(11-12) [+Prov 254; Rahlfs 928: LDAB d. C. (16 X 24 cm)
5-9; Eclo 45] 3120
89. Eclesiástico Flor.lstituto ss.lll- pap. códice una linea por
(29, 15-18.25-27) Papirologico inv. 531; JVd.C. (ca. 15 x 27 unidad de sentido;
VH 281; LDAB 3135; cm) X~
Rahlfs 928
90. Eclesiástico P.Ant. 1.8+3.210; VH s.JJJ d.C. pap. códice cf. 64; 88
(45, 14.19.20-22) 254; LDAB 3120;
[+Prov y Sab) Rahlfs 928
91. Filón P.Oxy. 1173+ S. 111 pap. códice ( 15 tres manos
(Ebr., et al.) 1356+2158+ PSI d. C. X 17.5 cm: distintas; 289+
11.1207 y P.Haun. 1.8; ¿judio o págs.
LDAB 3540; VH 696; cristiano?)
Pack 1344
92. Filón (Her.; Paris Bib. Nat. P.Gr. ¿s. 111 pap. códice ( 16,5 2 cols.; e[ la
Sacr.) 1120; VH 695 d. C.? x 17.8cm) datación de ss.
IV-VI en VH
2. NUEVO TESTAMENTO
136. Hechos (26, P.Oxy. 1597; P29; LDAB SS.lll- pap. códice (ca. 17 38-41 lin/pág
7-8.20) 2853; VH 488 IV d.C. X 27 cm)
137. Romanos(5, P.Chest.Beatty 11+P. SS. 11-lll pap. códice 25-31 lín/pág; cf.
8-10.14-16) [+Heb. Mich 222; LDAB 3011: d.C. (un solo cua- 142, 144, 145,
1-2 Cor, Ef, Gal, P,6 ; VH 497 demo; 16 x 148, 149, 151,
Flp, CoL 1 Tes) 28cm) 153. 159
138. Romanos (2, P.Oxy. 4497; Pm; S. l1l pap. códice (ca. ca. 35 lin/pág; ¿2
12-13.29) LDAB 7159 d. C. 14-15 X 21 cols. ?; cancelación
cm; grupo 7) de línea; espíritus
139. Romanos (4. Sch0)'en 113; Aland 111-
SS. vitela códice segundo manuscrito
23-5, 3.8-13) 0220; LDAB 2995; IVd.C. (ca. 13 x 15 más antiguo del NT
VH495 cm) en vitela
140. Romanos (8, P.Oxy. 1335; P21: VH S. l1l pap. códice
12-22.24-27; 8, 498 d. C.
33-9, 3.5-9)
141. ••Romanos P.Heid.inv. 45 (P.Baden ¿s.V-VI pap. códice ~5 lín/pág; siglo
(frags. de 1; 3; 6; 9) 4.57); P-10; VH 492 d.C.? (19 x 30cm) lll, según Aland
142. 1 Corin- P.Chest.Beatty II+P. SS. 11-lll pap. códice cf. 137, 144, 145,
tios (2, 3-3, 5) Mich. 222; P.. d. C. 148, 149, 151,
[+Rom; Heb; 2 153, 159
Cor; Ef; Gal; Flp;
Col; 1 Tes)
143. 1 Corintios P1~;P.Oxy. 1008: VH lll-
SS. pap. códice ¿=P1.: P.Oxy.
(7, 18-8, 4) 505; LDAB 3016 !Vd.C. 1009? (¿códice
paulino?)
144. 2 Corintios P.Chest.Beatty 11+P. SS. 11-111 pap. códice cf. 137. 142, 145,
(9, 7-13. 13) Mich. 222; P.,. d. C. 148, 149, 151,
[+Rom; 1 Cor; 153, 159
Heb; Gal: Ef; Flp:
Col; 1 Tes)
145. Gálatas ( 1, P.Chest.Beatty JI+P. SS. 11-lll pap. códice cf. 137, 142, 144,
1-6.10) [+Rom; Mich 222; P.. d. C. 148. 149, 151,
1-2 Cor; Heb; Ef; 153, 159
Flp; Col; 1 Tes)
146. Efesios (4, P,.; P.Yale 1.2+2.86; S. 111 pap. códice ¿=P.;?; ¿códice
16-29; 4, 31-5, VH 522; LDAB 3014; d. C. paulino?, según
13) yale.apis.0004150000 Comfort
147. Efesios (1, P.Medinet Madi ss.lll- pap. códice ¿códice paulino en
11-13.19-21) [+ (P. Narmuthis) IV d.C. un solo cuaderno?;
2Tes] 69.39a+69.229a; P.2: cf. 155
LDAB3008
Manuscritos de los siglos JI y 111 217
4. ÁPÓCRIFOS CRISTIANOS
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TIu: f.:arltt~'il E•·idt'llet' t~{ cm EmefXing Chrilllcm llcJit>rtal and Jl.sual Cu/-
t.·m·· 71,,. Cocle\·. th(· .. somma .\'ac·ra,> ami tlu• Stciiii"'gram, en S. G.
\\:alson-~t. lksJardms tctl~. 1, 7('.\'/ cllkiArtl/¡1<"1111 thc· Rd1g,imL' ~~1 .\lc'dt·
t:•rrt~fl,•t~n Allltc¡wty, Wutcrloo ~(HJO, 271-2XK
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6. TI X1<" 1 X 1R.-\111111.1( o ..
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IIIII'O(IIIt'CÍlJJI ......... " ...................... " .. " .• "."" "" ..... " .. " ............. .. 11
J . \1anuscritos y <.~tro' artefactos primitivos ...................... .. 12
2. Los primitivos manuscritos cri~tianos como artefactos .. . 14
.l Desatención por potrtc de los investigadores .................. . 17
4. A\·anccs alcntador(s ........................................................ . ~~
")
... •··l'_,n ongcn
. . .JUuiO
.1' ó)............................................................ . 111
J ,·.Unu innovación cristiana'! .......................................... .. 121
4. Si1{nillcado ..................................................................... . J:\1
5. los 110111ina . . acra ......................................................... .. I.J5
a) Los cuatro epitetos mas frecuente y sistetm\tlcamcntc
ahrcv 1ados .................................................................. . 146
h) Otnas palabras ubre\· iadas con menor frecuencia y r.tc·
nos sistemáticamente ................................................. .. 146