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La cita pictórica.

En la vida cotidiana es común encontrarnos con personas


que hablen de otras personas, que utilicen sus historias, sus
chistes, sus recetas de comida, sus anécdotas y sus
desgracias, entre otras cosas.

En el arte, al igual que en la vida y en otras ramas, los


artistas se utilizan unos a otros para renovar el contenido
de sus obras. La “cita pictórica” es la expresión que se usa
para nombrar a una obra de arte que utiliza de referente o
de punto de partida a otra obra de arte ya existente.

Las citas pictóricas aparecen, y son de nuestro interés,


porque son un medio diferente de utilizar a las obras de
arte, ya sean contemporáneas o antiguas. No se trata de
una copia, sino de una nueva manera de contar el cuento,
de ordenar las ideas e incluso de oponerse al propósito de
estas. Las citas pictóricas también son importantes porque
hacen evidente el pasado en el arte. Los antiguos maestros
tienen la oportunidad de permanecer vigentes en el mundo contemporáneo gracias a jóvenes y
no tan jóvenes artistas que necesitan de su lenguaje para poder comunicarse y expresarse hoy.

El artista brasileño Vik Muniz ha basado gran parte de su trabajo en citar obras de artistas del
pasado. En la imagen vemos a Muniz citando a Jackson Pollock, un artista Norteamericano de
1940, aproximadamente, fundador del movimiento de Vanguardias llamado Expresionismo
Abstracto. Este estilo consiste principalmente en pintar con galones de pintura sobre una tela
que esta sobre el suelo; por lo general, Pollock no utiliza ni pincel ni espátula, y lanza la pintura
sobre la tela sin tocarla. Esta técnica es conocida como “chorreado” o “dripping”, donde el azar
y la expresión del artista son fundamentales en la creación de la obra.

En esta imagen, vemos una pintura monocroma de Jackson Pollock pintando en su taller. A
simple vista nos parece una copia de una fotografía. Sin embargo, la pintura usada por Muniz no
es el clásico óleo, ni acrílico, ni látex. Muniz pinta con chocolate en sus trabajos; y en esta obra
en particular no nos hace sentido que el chocolate sea utilizado a modo de chorreo, ya que es un
elemento de difícil manipulación no hecho para pintar, sino para comer. Pero resulta fácil hacer
un paralelo entre las gotas de pintura generosas de Pollock y el chocolate derretido de Muniz, de
hecho, las obras de Pollock están tan repletas de pintura, que podríamos pensar que están
frescas.

El chocolate a diferencia de la pintura, posee un olor propio, y si tenemos la suerte de ver una de
estas obras en vivo, no dudemos que el olor que poseen hará que nuestro olfato sea el sentido
más desarrollado; cosa poco común en una obra de arte que es considerada pintura. Nuestra
vista podrá leer el mensaje, pero será nuestro olfato el que extrañamente se lleve una sorpresa.
Los invito a conocer la obra de ambos artistas y a comparar sus intereses, los que pueden
resultar incluso contradictorios.

Por Estefanía Tarud.


Licenciada en Arte PUC.
ANDY WARHOL

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