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CULTURA
S
u libro La República española y la gue- cas imposibles de consultar en España, y grandes potencias, excepto la Unión So- en San Diego a la que tanto había contribui-
rra civil apareció en inglés en Prince- con numerosos testimonios directos acer- viética, “colocó a la República en una si- do con la compra en 1965 de la colección
ton en 1965 y en la editorial Crítica, ca del conflicto, algunos, como los de tuación de inferioridad abrumadora”. sobre la Guerra Civil de Herbert Southwor-
en español, en 1976. El siglo XX español era George Orwell o Franz Borkenau, de no- Jackson supo captar que la guerra civil th. Era erudito, melómano, gran conoce-
entonces, con la excepción de algunos oa- table interés. Mostraba una abierta sim- española compendió para el mundo occi- dor de Joaquín Costa y de Juan Negrín. Su
sis dispersos, un desierto inexplorado. patía por la Segunda República y subraya- dental el enfrentamiento de la democracia, obra es un ejemplo de síntesis narrativa,
Gabriel Jackson, junto con Hugh Tho- ba la “pasión del pueblo español” por las el fascismo y el comunismo, una idea que belleza literaria, reflexión y rigor empírico.
mas, que había publicado su libro cuatro causas idealistas. La República era para desarrolló después en diferentes trabajos y Nacido en Nueva York, vivió 26 años en
años antes, se convirtió en el marco obliga- él la primera democracia de la historia que amplió en su mirada telescópica Civili- Barcelona, amaba a España y nosotros lo
do de referencia frente a la mezquina y de España, destruida por el fascismo en zación y barbarie en la Europa del siglo XX. queríamos. Volvió a EE UU en 2010, a vivir
exigua historiografía franquista dominan- una guerra civil. Y de lo que se trataba En su opinión, la victoria total de Fran- con su hija Kate. Con él comenzamos los
te en España. Formado en Harvard, intere- era de rastrear las peculiaridades estruc- co “no arregló nada”, porque “ni el general historiadores de mi generación a estudiar
sado en la formulación de problemas y con- turales capaces de generar un conflicto Franco ni las clases poderosas que lo apo- la Guerra Civil. Décadas después, su obra
ceptos y no solo en el mero relato de los de tamaña magnitud. yaban tenían nada que ofrecer en el terre- nos sigue cautivando. Y siempre queda su
hechos, y convencido de que era posible Investigó y escribió ese libro desde no de un programa social que pudiera re- enseñanza: solo una verdadera democra-
elaborar interpretaciones “objetivas” —es 1955 a 1964. Defendía la tesis de que la solver los problemas históricos del país”. cia parlamentaria era capaz de sacar a Es-
decir, ecuánimes y basadas en la República tuvo desde el principio muy La Guerra Civil tuvo como consecuencias paña del atraso y de la miseria. La Repúbli-
investigación—, rompió definitivamente pocas posibilidades de sobrevivir debido inmediatas la represión y la destrucción, ca era demasiado débil y no pudo sobrevi-
con las versiones parciales y maniqueas. a la “hostilidad del mundo financiero”. Y pero, con el tiempo, pensaba, se reconoce- vir, pero fue la esperanza de millones de
Contaba con el acceso a fuentes funda- después, desde la sublevación militar de ría que “en julio de 1936 el pueblo español españoles, la tragedia de un pueblo en su
mentalmente secundarias y hemerográfi- julio de 1936, la hostilidad de todas las se encaró con la alternativa de sumisión o “lucha titánica” por la libertad.