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Integrantes
Darlyn Merino, Kelly Parra, María José Peña
Docente
Patricia Carrasco
Asignatura
Enfermería Pediátrica II
Fecha de entrega
05 de noviembre de 2019
INDICE
1. Introducción
2. Acceso vascular
3. Reanimación con líquidos.
4. Terapia con medicación.
5. Acceso interóseo (IO)
6. Antecedentes históricos de la técnica
7. Lugares de punción
8. Indicaciones y contraindicaciones
9. Técnica, en tibia proximal
10. Complicaciones
11. Medicación que puede infundirse
12. Cuidados de enfermería de la técnica intraósea
13. Dispositivos
14.
15.
16. Conclusión
17. Anexos
18. Bibliografía
1. INTRODUCCIÓN
2. ACCESO VASCULAR
la terapia con medicación en una emergencia circulatoria está indicada en los tipos
de shock que afectan la contractilidad miocárdica, la frecuencia cardiaca y la
resistencia vascular.
Según el estado fisiológico del niño vamos a seleccionar los agentes.
Los agentes vasoactivos están indicados cuando el shock persiste a pesar de una
reanimación adecuada con volumen para regularizar la precarga. Cuando la
emergencia es cardiogénica, los agentes vasoactivos deben usarse con urgencia
porque la reanimación con líquidos no hizo el efecto deseado y podrían complicarse
a una insuficiencia respiratoria. La mayoría de los niños se benefician con un
vasodilatador (si la presión es buena), para reducir la resistencia vascular sistémica
(RVS) y aumentar el gasto cardiaco y la perfusión tisular.
Los agentes inotrópicos, inhibidores de la fosfodiesterasa, vasodilatadores y
vasopresores son los más comúnmente utilizados.(ver anexo 1)
a. Dosis medicamentos
Dopamina: Infusión de 2 a 20 mcg/kg por minuto (dosificada para obtener la
respuesta deseada)
Farmacodinámica:
Inicio: 1 a 2 minutos
Máximo: 10 minutos
Duración: <10 minutos después de detener la administración
Adrenalina: Infusión IV/IO de 0,1 a 1 mcg/kg por minuto (pueden
administrarse dosis más altas si es necesario)
Farmacodinámica:
Inicio: inmediato
Máximo: 1 minuto.
Milronona:
Dosis de carga de 50 mcg/kg por vía IV/IO durante un periodo de 10 a 60
minutos (administre durante un periodo más largo si el paciente está
inestable)
Nitroglicerina: Comience con una infusión de 0,25 a 0,5 mcg/kg por minuto;
dosifique 1 mcg/kg por minuto cada 15 a 20 minutos conforme pueda
tolerarlo.
El rango de dosis típica es de 1 a 5 mcg/kg por minuto (dosis máxima de 10
mcg/kg por minuto). En adolescentes, comience con 5 a 10 mcg por minuto
(Nota: esta dosis no es por kg por minuto) y aumente hasta un máximo de
200 mcg por minuto.
Farmacodinámica:
Inicio: 1 a 2 minutos
Máximo: desconocido
Duración: 3 a 5 minutos
Los primeros estudios sobre la via ́ intraósea se realizaron en 1922. Drinker y Doan
definen la via ́ intraósea como una “vena no colapsable”, comenzando a utilizarla
como vía para transfusiones sanguíneas. Hacia los años 40 se empieza a utilizar
para administrar distintos fármacos y fluidos y se desarrollan los distintos
dispositivos. Entre 1940 y 1950 el uso y la investigación de la vía intraósea se ve
ensombrecida por el desarrollo de los catéteres intravenosos, hasta que Hamilton y
Bailey (1944) tras la segunda Guerra Mundial describen un dispositivo para alcanzar
la circulación sistémica a través del esternón en situaciones de pésima visibilidad y
seguridad. Durante 1950 Tocantins establece las bases de la técnica intraósea,
descubriendo el acceso a la circulación esternal y desde la tibia, para corregir
hipoglucemias y para transfusiones y fluidos. Pero alcanza su máximo desarrollo
en 1984 cuando Orlowski, en una revista de cuidados pediátricos en su editorial “Mi
reino por una via ́ IV”, recomienda que en una situación crit́ ica el primer
procedimiento sea administrar fármacos, bien por via ́ endotraqueal o bien por vía
intraósea, apoyando el resurgimiento de esta técnica.
Orlowski se apoya en un estudio de Berg (1984) sobre la infusión de catecolaminas
en tibia proximal con éxito en un paciente pediátrico a través aguja hipodérmica.
Pero se les planteaba un problema: los dispositivos utilizados hasta entonces
tendiá n a obstruirse la luz de la aguja. Esto dará paso a estudios en animales y en
humanos para el desarrollo de nuevos dispositivos. Entre 1985-1990 numerosos
estudios (Rosetti y Glaeser) cuantifican el tiempo empleado en coger un acceso
intraóseo en niños y ponen de manifiesto que la via intraósea es una alternativa
rápida cuando es imposible una via ́ venosa, y que tiene unas complicaciones
miń imas que se pueden evitar cuando la técnica es muy escrupulosa y se retira
antes de 24 horas. En la actualidad es una via ́ no sólo usada en pediatria
́ y en casos
de PCR, sino también como acceso intraóseo en adultos y en todo tipo de
situaciones urgentes, en los que la canalización de una via ́ venosa no es posible.
7. LUGARES DE PUNCIÓN
Muchos lugares son apropiados para la infusión intraósea, pero suelen usarse
según edades
Neonatos y menores de 6 años
- Tibia proximal: línea media cara antero-interna tibial, 1-3 cm por
debajo de la tuberosidad tibial. El ángulo de la inserción es a 90º o
ligeramente caudal.
- Fémur distal: 2 a 3 cm del cóndilo externo
- Otros lugares alternativos: tibia distal, cresta iliaca, trocánter mayor
Mayores de 6 años y adultos
- Tibia distal: entre 1 y 2 cm por encima del maléolo interno, evitando
la vena safena. También puede emplearse en el maléolo externo.
- Cresta iliaca: cara inferior espina iliaca, con pacientes de cubito
lateral.
- Esternón: 2º - 3º espacio intercostal, a 1cm a lateral a la línea media
esternal, solo destinado para dispositivos FAST, y no recomendada
con otros dispositivos por el riesgo de lesión de estructura del
mediastino, además interfiere con el masaje cardiaco.
- Otras localizaciones menos frecuentes: calcáneo, metáfisis distal del
radio, apófisis estiloides cubital, extremo proximal clavicular, cabeza
humeral.
8. INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
Indicaciones: No solo en situaciones de paro cardiorrespiratorio, sino en
aquellas situaciones de riesgo vital en las que no es posible obtener una vía
venosa periférica, algunas son:
- Shock
- Anafilaxia
- Estatus epiléptico
- Grandes quemados
- Deshidratación
- Obesidad
- Pacientes atrapados
- Politraumatizados
Contraindicaciones
- Absolutas: fractura o traumatismo del hueso donde se puncione, o un
hueso que ya se haya intentado realizar la técnica previamente,
afecciones relacionadas con huesos frágiles como: osteogenia
imperfecta
- Relativas: osteoporosis, osteopetrosis, infecciones, tumores óseos,
celulitis o quemaduras en el lugar de punción.
9. TÉCNICA, EN TIBIA PROXIMAL
a. Materiales
Antiséptico, guantes, gasas, jeringa 10cc, Solución Fisiológica 0,9%, suero
heparinizado, sistema infusión, llave 3 pasos, pinza Kocher, esparadrapo,
dispositivo Interóseo.
b. Procedimiento
Paciente en decúbito supino con la extremidad semiflexionada, en rotación
externa y con apoyo estable.
Técnica aséptica mediante desinfección de la zona
Retirar la aguja del catéter o dispositivo interóseo, en las de tipo seta girando
el trocar de la base y en la tipo pistola se desinsectará sola. En el taladro,
desconectar con una mano mientras se estabiliza con los dedos de la otra
mano la aguja y retirarla.
10. COMPLICACIONES
Para retirar la vía habrá que desinfectar la zona y mantener presión con
un apósito estéril durante 5 minutos, tras lo cual se colocará un apósito
seco estéril y se vigilará periódicamente la zona.
Registrar en la historia la fecha, hora de inserción, tipo de catéter, lugar
de inserción y medicación administrada.
12. DISPOSITIVOS
Se han descrito casos que los accesos intraóseos se dan mediante palomillas,
agujas IM y agujas de punción lumbar, aunque no se recomiendan porque se doblan
con facilidad.
Jamshjdi: Aguja con trocar con tirador, de eje corto para evitar falsos
movimientos y controlar la penetración. Destaca por la facilidad y rapidez en
la inserción.
Sur Fast: Aguja con trocar más fuerte y riscas más largas con borde cortante
puntiagudo. Tiene un centro bajo de inserción. Las amplias riscas permiten
el buen control de la profundidad de la penetración y el buen corte del hueso.
Es la más fácil de insertar y coste elevado.
El conocimiento por parte de enfermería de una correcta elección del punto, técnica
de inserción y de los cuidados necesario para su mantenimiento, minimizan el
máximo riego de posibles complicaciones.
El correcto manejo de los distintos dispositivos hace posible elegir el más adecuado
para cada situación.
13. CONCLUSIÓN
14. ANEXOS
1. En la siguiente tabla se incluye la medicación vasoactiva por clase y los
efectos farmacológicos.
15. BIBLIOGRAFÍA