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D E L O F I C I O D E L I B R E R O
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curiosidades o secretos
del oficio de librero
Reproducción facsímil
estudio introductorio,
transcripción
y comentarios de
arsenio sánchez hernampérez
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En memoria
de Raúl de la Flor Martín
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2 López, 1943.
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9 Jaime Moll incluyó el libro de los secretos entre los «libros para
todos» del Siglo de Oro. Según Saguar (2012, p. 59), dicho título gozó
de gran aceptación en todos los niveles de la sociedad, convirtiéndo-
se en uno de los superventas de su época y, precisamente a raíz de
esta misma popularidad, en una de las obras con mayor número
de ediciones perdidas y menor número de ejemplares conservados
que conocemos. Aún no se ha realizado un estudio amplio de las
traducciones de Alejo Piamontés en España, pero, al menos, se pu-
blicaron quince ediciones entre 1563 y 1691. Hemos reunido estas al
final de la bibliografía.
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c
Umdat al-Kuttāb wa-cuddat ḏawī-l-albāb
[Dedicado a Ibn
1062 Árabe = Instrumentos de los escribas para la
Badis]
exposición al buen juicio de Ibn Badis
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DIRK DE BRAY
Hombres y dos perros
en una librería, 1607-1678
Ámsterdam, Rijksmuseum
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DIRCK DE BRAY
Instrucción breve sobre la encuadernación de libros, 1658 [fol. 7]
Haarlem, Noor Holland Archives
DIRCK DE BRAY
Instrucción breve sobre la encuadernación de libros, 1658 [fol. 31]
Haarlem, Noor Holland Archives
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panorama de la encuadernación
a finales del siglo xviii
Los años finales del siglo xviii y los primeros del xix constituyen una de
las etapas más brillantes de la encuadernación española, solo comparable
al periodo mudéjar. En ambas épocas encontramos encuadernaciones de
gran altura estética y artífices con un perfecto dominio de los procedi
mientos de trabajo. El resultado, productos bibliopégicos con un grado
de refinamiento artístico excepcional y perfectos en lo que a la técnica se
refiere. Pero, desde el punto de vista histórico, son el canto de cisne de un
periodo que se cierra y que supone un punto y aparte en la forma de cons
truir libros. A finales del siglo xv, la imprenta impuso las cubiertas de
pergamino, la piel de curtido vegetal y las tapas de cartón, desplazando
para siempre la madera, la piel al alumbre pintada con colores estridentes
y los cosidos sobre fuertes tiras de cuero del manuscrito medieval que
nunca se adaptaron al libro de papel. Con la misma rapidez, la encuader
nación de editor en cartoné y las rústicas camisas de papel borraron de
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«El encuadernador»
En: Imágenes de la vida de los oficios,
Berlín, Winckelmann, 1880 [lám. 7]
Biblioteca de la Universidad de Brunswick
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Encuadernación en
pergamino verde con dorados.
Sicilia, principios del
siglo xviii.
Encuadernación de Vicente
Beneyto en pergamino a la
romana jaspeado, pintado
con varios colores y dorado.
Valencia, finales del siglo xviii.
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Friedrich S trunz .
Historia Bardesanis
ac Bardesanistarum.
Wittenberg, 1710. BNE, 3/26671
Encuadernación en papel
sobre cartón imitando piel
jaspeada. La unión a las
tapas se realizó únicamente
por adhesión de las hojas de
guarda. Siglo xviii.
47
Francesco P etrarca .
Il Petrarcha: per Bernardino
de Vidali. Venecia, 1528.
BNE, R/16929
Encuadernación en pasta
valenciana. España,
principios del siglo xix.
Encuadernación en pasta
jaspeada. España, siglo xix.
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Pierre-Paul L e M ercier de la
R ivière , L’Heureuse nation, ou
relations du gouvernement des
Feliciens. París, 1792. BNE, 3/1770
Encuadernación en piel
minuciosamente decorada
con mosaicos perfilados con
dorados. Francia, siglo xviii.
Constitutiones et declarationes
examinis generalis Societatis
Iesu. Roma, 1577. BNE, R/2382
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36 Desde un primer momento dimos por sentado que Martín Fernán-
dez era librero por la forma directa con la que aludía a determinadas
operaciones de encuadernación y algunas afirmaciones en el texto.
Sin embargo, la documentación encontrada parece ir en otra direc-
ción. En el Archivo General de Simancas se conservan las «Compro-
baciones del Catastro de Ensenada» que se hicieron en el año 1761 y,
en el «Libro nuevo personal real de legos que comprende todos sus
individuos con distinción de sexos, edades, artes, oficios e industrias,
por orden alfabético de nombres propios» hay un asiento que reza lo
siguiente: «D. Martín Fernández de Prado, abogado cambista de letras
y aguacilmayor del tribunal de la Santa Cruzada, de cuarenta y seis
años, casado, tiene cuatro hijas, tres criadas y un criado menor».
37 Creemos que el tratado de Jean Hellot (1786) podría haber sido ex-
traído del artículo, incluido en el Arte de la tintura de las sedas de Mac-
quer (1763), editado en castellano por Miguel Jerónimo Suárez y Núñez
(1771, pp. 287-294), titulado «Sedas carmesíes de Damasco y Diarbequir».
Aunque un tanto especulativo, creemos que pudo manejar la versión de
este texto incluida por Juan Pablo Canals y Martí (1768, pp. 36-41) en
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Jaspeado y teñido de cubiertas 59, 60, 2’, 3’, 4’, 5’, 6’, 7’, 8’, 9’
Dorado 61-68
EPÍGRAFES DE LOS ASUNTOS TRATADOS POR MARTÍN FERNÁNDEZ, AGRUPADOS POR CONTENIDOS
las Memorias […] sobre la grana kermes de España, pues Martín Fer-
nández incluye en el sumario una noticia sobre el kermes y otra más
extensa sobre la cochinilla. No obstante, en el Semanario Económico.
Compuesto de noticias prácticas, curiosas y eruditas, de todas ciencias,
artes y oficios (1765-1778) —origen de la mayoría de las noticias sobre
el vino incluidas en el manuscrito que precede a las Curiosidades—,
también se menciona a Hellot y aparecen numerosas noticias sobre
el arte de la tintura, el kermes y la cochinilla.
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a modo de epílogo
En 1799 Haydn compuso el opus 76 de sus Cuartetos de cuerda. En Egipto,
Pierre-François Bouchard descubría la piedra Rosetta y, diez años antes,
en 1789, el pueblo francés se había levantado en armas contra el Abso
lutismo y el Antiguo Régimen iniciando lo que los historiadores deno
minaron la Edad Contemporánea. Y en Orense, en una pequeña ciudad
sin apenas tradición impresora, alejada de las intrigas de la corte y de
lo que pasaba en Francia, un potentado jurista llamado Martín Fernán
dez escribió el último capítulo de la encuadernación antigua. Su breve
compendio de secretos útiles para el oficio de librero incluía operaciones,
descripciones y comentarios que, si bien no servían de guía ni como ma
nual para el aprendizaje del oficio, sí nos ofrecen una imagen cercana de
la encuadernación preindustrial, donde las necesidades se cubrían con el
dominio del oficio.
Las últimas décadas del siglo xviii y las primeras del xix fueron excepcio
nales en la encuadernación española. Coincidieron en este período un elen
co de figuras de enorme altura que alcanzaron cotas de perfección técnica,
elegancia y capacidad creativa inigualables. Sin embargo, sucumbieron ante
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2.º Chifla se llama una chapa de acero en forma de medio círculo, que
sirve para labrar sobre una piedra de jaspe o mármol, o que sea bien lisa
como para moler colores, las pieles por sus orillas para que no abulten
por dentro del cartón, cuya operación se dice chiflar la piel.
3.º Cantos del libro se llaman las tres o seis superficies de los cartones,
que una o dos dicen abajo, otras dos arriba y las otras dos a la fachada o
media caña del libro. Cuando el libro está derecho en el estante entonces
está sobre los dos cantos de abajo.
4.º Contracantos se llaman los excesos interiores que hay desde las hojas
del libro a las tres o seis superficies llamadas cantos.
5.º Dorar los cantos es echarle la rueda de este nombre u otra cualquiera
como haiga buen pulso por las superficies de los cartones llamadas
cantos.
6.º Dorar contracantos del libro es echar una rueda, o la puesta * El autor remite
con este nombre en los excesos, 4*. al epígrafe 4º.
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8.º Tronquillos son los que parecen medios círculos y sirven para dorar
el lomo del libro, que regularmente cuando es todo el lomo dorado,
lleva el pie dos tronquillos y el mismo, que abajo forma los dos, hace
uno en la cabeza de dicho lomo.
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9.º Tablas se llaman también los cartones de un libro; y así, cuando dicen
un libro dorado por sus tablas es lo mismo que ver un misal por sus
tablas dorado, solo que en el libro de pasta es, regularmente, una sola
rueda en lugar de las dos que al misal suelen echar.
Tapas.
10.º Pieles raspadas son la que se usan para cubrir los libros en pasta y
son las llamadas badanas de zumaque, pero sin este.
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11.º Las pieles negras para el rezo se piden con el nombre de badanas
negras para libreros, que son las mismas de zumaque, solo que las dan
el negro.
12.º Tafilete se llama la piel que viene con el rótulo del libro. Hay
tafilete encarnado, verde, azul, color de caña, etc. Otro tafilete se llama
cordobán marroquín, porque en esta tierra es donde se conocieron
siempre por ser fábrica de esta nación para sus zapatos.
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14.º Mazar el libro se hace sobre una piedra de mármol, jaspe u otra bien
lisa, y si no la hay se pone sobre cualquiera, pero bien trabajada, cuatro
o seis pliegos de papel o cubiertas viejas de misales, o pergaminos
para que los granos de la piedra no dañen el libro y, con un mazo o
martillo de hierro que pese a lo menos cuatro libras, se le maza bien por
igual, de suerte que, tomando el libro entre el dedo pulgar y el índice y
acompañado del mayor, y corriéndolos por toda la orilla del libro, se
conoce si está igual. Esta es una operación muy precisa y necesaria para
libros que se han de cubrir en pasta, y aun mucho más exacta para los
que se han de dorar sus hojas.
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Fray Atanasio López (1943, nota 8), señala que «las palabras
“desempeno” y “desempenar” […] son gallegas, y significan
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17.º Pajuelas se llaman las tiras dobles de papel (y este cuanto más fuerte
mejor) que frotadas al pelo de la cabeza o a la frente toman el oro para
dorar en lugar del rabo o cola de liebre, si con este no te atreves a dorar.
18.º Tinta común para pastas se hace con hierros viejos llenos de orín y
vinagre. Si se ha de usar prontamente se hierve y si no se tiene una olla
destinada para la tinta, mejor es un barril, que cuanto más aneja mejor,
y en él se echan los clavos y vinagre sin hervir.
19.º Por tintas para pastas apela al libro en octavo intitulado Arte de
hacer las Indianas, que allí hallarás cuantas puedes apetecer. Yo lo tengo
para mi uso.
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20.º Aguada se llama la agua fuerte debilitada con agua común. Esta
dosis es según sea la fuerte: hay alguna que admite un tercio de agua
común, otra una cuarta parte, otra mitad. También sirve el espíritu
de vitriolo solo, pero es más caro.
Ácido nítrico.
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21.º Rascador es un hierro que por una punta tiene unos dientes de lo
mismo, que sirven para introducir, en el papel del libro, por su lomo,
el engrudo. Por otra punta remata como una cuña ancha para aliviar el
lomo del libro, y por el medio de las dos puntas se empuña para obrar
con él.
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q chafrante», sin
y deben estar bien desempenadas. que podamos ubicar
exactamente su
Aquí describe las cuchillas de la actual prensa posición en el texto
ni su significado. El
de cajos que, una vez redondeado el lomo del
mismo problema debió
libro, sirven para sacar el escalón que recibe
de encontrar Atanasio
el nombre de cajo. Es en este resalte donde se López, que evita
acoplará el cartón. mencionarlo
en su transcripción.
24.º Enlomar el libro es, después que sale este del telar,
formarle la media caña que hace cualquier libro por las hojas, dejando
la trasera o por donde fue cosido lo más redondo que sea posible. Y
a esta redondez se llama enlomar, lo que se practica sobre una mesa
con las manos, apretando el libro por la trasera con la mano derecha,
y con la izquierda, afianzándole por la delantera y formando por esta la
media caña. Se aprieta todo el libro con un cordel cogiéndolo de arriba
abajo, esto es, dejando libre de cordel delantera y trasera o la media
caña y lomo del libro, o, que es lo mismo, a lo largo, cuidando que no
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Por esta operación se infiere que, estando fijas las reglas de enlomar en
la prensa, están mejor, no solo por no tener que andarlas arreglando o
nivelando, pues entrando a la prensa con el libro, siempre se mueven,
sino, también, porque, como parecen las dos una en la prensa por estar
bien desempenadadas, señalan también algún error en la distancia a
la orilla del libro. Se aprieta la prensa con tanta igualdad que si por la
cabecera del libro quedan entre reglas dos pulgadas de hueco, también
debe haber otras dos por el fondo del otro libro entre las reglas. Este
cuidado, y el que no quede más saliente de una cabecera que de otra el
libro, hace el lomo igual y sin ellos, hará más grueso lomo donde haya
más diferencia. Así apretado el libro, con un martillo de hierro que
hay a este fin, se bajan las orillas del libro sobre las reglas, que deben
tener la orilla del interior, o la que toca al libro, más alta que la que está
arrimada a la prensa y por eso dije, hablando de estas reglas, que deben
formar porción de círculo, haciendo con dicho martillo el lomo.
Con los dientes del rascador se repasa dicho lomo haciéndolos entrar
lo más que se pueda; se le da engrudo para que entre en las mortajas
que hacen los dientes; se deja estar un rato para que el engrudo penetre
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Recortar
26.º Seco el lomo del libro, se saca de la prensa y con el compás y una
misma distancia se señala, desde el encaje de los cartones que sacó el
libro, el ancho que le ha de quedar por las dos cabezas, teniendo firme
el pie del compás en el encaje y con el otro formando una porción de
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Nota
30.º Cuando muelas algún color por no conocer sus efectos bueno será
que mojes primero la piedra en que le has de moler y echar sobre ella la
color de suerte que no se levante polvo de ella por los perjuicios que te
pueden resultar en la salud, porque, si del oropimente reciben tus ojos
el polvo, cegarás infaliblemente como se tiene acreditado en los
antiguos libreros; y así de algunos otros colores.
31.º Azul. Se muele añil en la piedra con orines y si quieres una poquita
cal viva, y de molido y seco se guarda para desleír en orines (es mejor
que agua) y con engrudo según el bermellón.
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32.º Verde. Un poco del azul añil y otro poco de oropimente: si de este
mezclas mucho saldrá verdegay; si menos, verde más cargado que el
anterior, y si poco, un verde muy obscuro. La experiencia te lo dirá.
También puedes usar de la gutagamba en lugar del oropimente.
Verde claro.
34.º Si quieres con cualquiera color y el blanco del papel del libro
jaspear sus hojas, toma cera blanca derretida, y con una brocha de
cerdas mojada en dicha cera sacúdela sobre las hojas del libro bien
apretadas. Y de fría la cera, darás tu color que pegará por donde no hay
cera en el papel. Deja enjugar bien la color y con estopas límpiala bien.
Bate el libro contra la mesa y saltando la cera resulta el hueco de esta
blanco del papel y lo demás color que todo bruñirás.
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40.º Bol armenio para dorar las hojas. Se debe escoger puro en piedra y
no molido. Será bueno el que aplicado a la lengua se pega a ella más.
41.º Dorar las hojas del libro. Recortado por la delantera según se dijo
nº 26, se mete entre dos reglas guías (si son de álamo, sauce u otro blando
palo, son mejores que otro duro por lo que se dirá); se aprieta bien en la
prensa, de suerte que con igualdad quede; con una navaja vuelto el filo
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42.º Dorar que llaman los pintores de estofa, que es oro con salpicón
de colores. Dorado y bruñido el libro según se dijo arriba, se pone a
derretir cera blanca en cacho bien limpio. Derretida esta, pero que no
esté muy caliente porque arrancará el oro, con una brocha de cerdas
de puerco, pero pequeñita, mojándola en la cera se sacude sobre el oro
(tanto más cera quede sobre el oro tanto más de este resultará en el libro),
se deja enfriar y, con una brocha igual, mojada en agua clara, se limpia
el oro que quedó fuera de la cera. Y con la brocha de la color se da esta
sin recelo porque no se introduce debajo de la cera. Y de seca la color, se
sacude el libro contra una mesa y salta la cera dejando el oro que tenía
debajo y resulta dorado el libro con oro y colores o estofado. Antes de
sacudir la cera, se limpia bien la color después de seca con unas estopas
porque de lo contrario, al pasar la piedra para bruñirle, también la
color mancha el oro.
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43.º Colores para este dorado. Morado se hace con orchilla, que son
unos pedazos de figuras varias, cuadradas, cúbicas, etc., azuladas y se
vende en las droguerías con el nombre de orchilla. Esta mezclada con
bermellón, disolviéndolos en agua con engrudo.
158
Nota
50.º Mi curiosidad llegó a ver libros cuyo dorado de sus hojas
representaba debajo del oro muchas pirámides compuestas de
globulillos de varios colores alternativamente colocados, pero por el
poco color que tenía el oro me pareció no tener bol.
También vi otro libro que cerrado era dorado y abierto solo se conocía
color verde en sus hojas. Tuve la infortuna de no poder hallar de cada
observación un libro mío, o de no poder cortar a cada uno dos meajitas
de papel para analizarles; y aunque hice varias preguntas sobre estas dos
obras, no hallé razón de su composición más que la que un amigo me
dirigió en la manera siguiente:
51.º Dorar hojas con colores. Se preparan las colores (que son agua de
Brasil, azul de Prusia, verde gris y, para pajizo, azafrán) con nitro. Y al
libro recortado se dan con la esponja. Después se pone en la prensa, se
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Cortes pintados,
siglo xviii.
De arriba a abajo:
1. Pintado con engrudo
a brocha.
2. Pintado a engrudo con
rascador.
3. Marmoleado.
Cortes jaspeados.
De arriba a abajo:
1. Jaspeado a la cera (véase
párrafo 34), siglo xix.
2. Salpicado de un solo color,
siglo xviii.
3. Pintado de un solo color,
siglo xix.
4. Pintado y jaspeado a pincel
de dos colores, siglo xviii.
5. Salpicado con tres colores,
siglo xvii.
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55.º Los cartones o tablas que se echen al libro deben llevar el canto
o ceja proporcionado a su volumen. Después de asegurados con los
cordeles, se recortan dejándolos con la igualdad posible de suerte que,
puesto el libro sobre una mesa por cualquiera de las tres caras o lados
que se ponga, debe estar a plomo o perpendicular, que es no inclinarse
más a un lado que a otro. Al cartón por el lado que lleva los cordeles
debe cortársele en las dos cabezas como cuatro líneas del ancho
despidiendo dicho corte cerca del primer cordel para que la piel se
ajuste bien y abra con facilidad y se cierre el cartón.
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57.º Si el libro fuere de rezo que regularmente llevan piel negra no hay
que mojar esta, pues basta la humedad que la dé el engrudo.
166
59.º Hay pasta o colores que es necesario darlos a los libros estando seca
la piel y otros cuando húmeda.
60.º Toda aguada se debe dar seca, piel y color, porque de lo contrario
obra la aguada más de lo que se requiere.
61.º Cuajar el lomo, es dorarlo todo, esto es, todo el lomo del libro.
63.º Dorar sobre pasta de aguada, hierro templado como para tafilete.
67.º Para que ande más ligero el bruñidor y dé algún lustre mejor se pasa
la muñeca del aceite por la pasta ligeramente y con un papel se extiende,
pues la muñeca no es necesario pasarla por todo, sino a trechos.
68.º Cuando es una obra que contiene muchos tomos para ponerles el
rótulo se unen todos, con un bramante, por su numeración, verbigracia,
1, 2, 3, 4, etc., pues de este modo colocados los tomos no hay
que dudar, ni que mirar, qué tomo es el que se rotula*. * En blanco desde el
folio 150v hasta 161r,
donde se inicia
una nueva parte.
167
Pergamino
1.º Para toda pasta de pergamino es necesario y preciso lavarlo hasta
que eche la agua clara, debe ser con la de río o fuente, pues la de pozo
no sirve, ni aún la de la fuente del Rey es buena para esto.
169
Pergamino encarnado
3.º Cubierto el libro con el pergamino lavado, harás achitas o astillas con
un poco palo de Brasil y machacadas las echarás en agua de río o fuente,
y si es llovediza mejor. Con piedra alumbre molida, ponla a hervir y
habiendo mermado la mitad, añádele un poco de cal; y así caliente con
una brocha de cerdas darás dos manos a todo el pergamino dando a este
primero otras dos manos de agua de piedra alumbre, para que reciba
mejor el color: déjalo enjugar y con papeles le limpiarás.
170
6.º También puedes usar de la primera tinta encarnada sin cal, pero ha de
hervir hasta que quede un tercio, y dar o no dar la aguada.
Lalande (1762, p. 37) afirma que «el pergamino que haya sido
teñido debe ser también lustrado con clara de huevo o cual-
quier otro producto gomoso o resinoso que le dé lustre».
Concha imitarla
7.º Cubierto tu libro como se dijo, y un poco Brasil del mismo modo,
pero en lugar de piedra alumbre le echarás piedra lipis o vitriolo de
Chipre molido, y darás también al pergamino dos manos de agua del
vitriolo o piedra lipis antes que las dos de la tinta del Brasil, y luego le
darás la aguada sin el bermellón.
8.º En lugar del Brasil usa del Campeche, como si fuera aquel, con piedra
alumbre una vez y otra con la piedra lipis o vitriolo de Chipre.
171
De todas estas puedes sacar otras mezclando una con otra dando o no
dando aguada, el verde a trechos, añadiendo o no tinta de vinagre, pues
mis observaciones me dictan ahora en confuso las experiencias que hice
por haber perdido las muestras que numeradas tenía de cada una.
172
173
Tronquillo son los que sirven para el oro del lomo del
libro, también se nombran por su labor; y el número se nombra
tronquillo de los cordeles.
Cantos del libro se llaman las tres superficies de los cartones que una
dice abajo, otra arriba y las de la fachada por donde se abre. Cuando
está el libro derecho en el estante entonces está sobre el canto o
superficie de abajo.
177
178
Madrid. N.º 2
30 rs. Ídem
Festón
Orense. N.º 3
30 rs. Ídem
Silva
Orense. N.º 4
22 rs. Ídem
Greca
Orense. N.º 5
22 rs. Ídem
Contracanto
Nota.
Las 8 horquillas de hierro a 3 reales cada una ademas del valor arriba
dicho.
Nota.
Madrid quiere decir que de allá vino la pieza y Orense que se hizo en
Orense.
179
20 rs.
Deshícelo
y convertilo
Orense. N.º 7 en el último
que está
bajo los
tramos.
Es el mismo
que se repitió.
180
N.º 11 Braga
retocado en
12 rs.
Madrid en
donde costó
Es uno
repetido.
Es tronquillo
de cordeles.
181
Madrid. N.º 1020 rs. Braga. N.º 11 14 rs. Braga. N.º 12 6 rs.
182
Braga. N.º 13 6 rs. Braga. N.º 14 6 rs. Santiago. N.º 15 8 rs.
Braga. N.º 16 18 rs. Braga. N.º 17 12 rs. Santiago. N.º 18 6 rs.
Braga. N.º 19 y 20 16 rs. Braga. N.º 21 y 22 16 rs. Orense. N.º 23 3 rs.
Braga. N.º 24 18 rs. Santiago. N.º 2512 rs. Orense. N.º 26 2 rs.
183
Puntos de metal 4
De hierro
Orense. 9 rs.
184
Orense. N.º 1
30 rs.
para 8º
Orense. N.º 2
para 4º y folio 36 rs.
menor
Orense. N.º 3
50 rs.
para folios
N.º 7 20 rs.
185
187
188
Es prevención que la tinta debe hacerse en una olla nueva vidriada o que
solo haya servido para el mismo ministerio, debiendo permanecer siempre
y hasta que se consuma la porción de tinta que se haga los ingredientes de
que se compone (que no pueden servir de nuevo) dentro de la olla.
Podrá usarse la tinta a los 8 días.
189
Fuentes manuscritas
h. 1184 B
akr b. Ibrahim al-Išbili.
Kitāb al-Taysir fi ṣinācat al-tasfīr =
Libro (que trata) de la facilidad de la industria de la encua-
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Reproducción de baja calidad en Kannūn, 1959-60. Traducción
al castellano en Abbādi, 2005, pp. 97-123.
1294 Al-Malik al-Muzafar Yusuf ibn Umar ibn Ali ibn Rasul. Kitāb
al-Mujatarac fi funun min al-sunca = De la encuadernación
de libros y sus instrumentos. Copia de 1327 en la Biblioteca
Nacional y Archivos de Egipto, Dar al-Kutub. Copia B, data-
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Traducción al castellano de la edición de Muhammad cIsa
Ṣãlihiyya en Abbãdi, 2005, pp. 87-97.
191
1612 A
nshelmus Faust. Beschrijvinghe ende onderwijsinghe ter di-
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/ Prescription et enseignement de la discrète et fameuse science
de la manifacture [sic] des relieurs de livres = Recetas y ense-
ñanza de la discreta y famosa ciencia de la encuadernación de
libros. Amberes, Museum Plantin-Moretus, ms. 352. Edición
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192
1772 R
ené Martin Dudin, L’art du relieur doreur de livres, París, Sail-
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ed., 1997.
1865 Pere Vives, Indicaciones prácticas y varias recetas útiles a los en-
cuadernadores, Barcelona, Taller de Encuadernaciones de D. P.
Vives. Disponible en: <https://books.google.es/books?id=FcSlC-
85Gp6AC> (Procedencia Biblioteca de Cataluña, Ber-8-8736).
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1563a
De don Alexo Piamontes seis libros de secretos llenos de ma-
ravillosa differencia de cosas traduzidos de lengua latina en
castellana. Barcelona, por Claude Bornat.
Ejemplares: BUB, 07 XVI-476; HSNY, RS 87.S4318 1563
1563b
Libro de los secretos del reverendo Don Alexo Piamontes de
nuevo por el mesmo autor corregido; traduzido de la lengua
italiana en española. Zaragoza, viuda de Bartolomé de Ná-
gera.
Ejemplares: BC, Res 515-12º; BnF, 8-TE18-15
1563c
Don Alexo Piamontes. Seys libros de secretos, llenos de mara-
villosa differencia de cosas traduzidos de lengua latina en len-
gua castellana por el licenciado Alonso de Santa Cruz1. Alcalá
de Henares, Sebastián Martínez.
Ejemplares: BNE, R/26691
1564
Secretos de don Alexo Piamontés, divididos en seys libros, lle-
nos de maravillosa differencia de cosas: traduzidos de lengua
latina en castellana, por el licenciado Alonso de Sancta Cruz.
Amberes, viuda de Martín Nucio.
Ejemplares: BSB, M.med.28; KNG, 663611-10
201
1573
Don Alexo Piamontes, traduzido de Italiano en Castellano,
dirigido a la muy Illustre señora dona Hierónyma de Castro
y Pinos. Añadido y enmendado, y con licencia. Salamanca,
Juan Perier.
Ejemplares: Biblioteca privada
1573b
Secretos del Reverendo don Alexo Piamontes. Traduzido de len-
gua Italiana en Castellana…, añadido y emendado. Salaman-
ca, Pedro Laso.
Ejemplares: BCyL, G-E 925
1595 [Libro de los secretos del reverendo don Alexo Piamontes]. Va-
lladolid, Diego Fernández de Córdova y Oviedo.
Ejemplares: PM, 8º 29609
1624
Secretos del reuerendo don Alexo Piamontés traduzidos de len-
gua italiana en castellano, añadidos, y enmendados en muchos
lugares en esta última impression. Madrid, viuda de Alonso
Martín.
Ejemplares: BNE, R/13279; BPBu, 6773; BUB, 07 M-6437,
07 XVII-1081, 07 XVII-864 y 07 XVII-1777; BUV, BH Q/216;
GWL, K-A 12; OB, *44.Z.99
1647
Secretos del reverendo Don Alexo Piamontés traduzidos de len-
gua italiana en castellana, añadidos y emendados … en esta
última impressión … Alcalá, María Fernández.
Ejemplares: BNE, R/38293
202
1689
Secretos del reverendo don Alexo Piamontés. Traducidos de len-
gua italiana en castellano, añadididos, y enmendados en mu-
chos lugares en esta última impressión. Madrid, Juan García
Infanzón.
Ejemplares: BRANM, 12-1ª S. Gobierno/17; BSil (Mf-f/1-64)
Acrónimos
BC Biblioteca de Cataluña
BCJerez Biblioteca Central de Jerez
BCyL Biblioteca de Castilla León
BDSG Biblioteca Diocesana del Seminario de Gerona
BHMV Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense
de Madrid Marqués de Valdecilla
BNE Biblioteca Nacional de España
BnF Biblioteca Nacional de Francia
BPBu Biblioteca Pública del Estado en Burgos
BRANM Biblioteca Real Academia Nacional de Medicina
BRCCSC Biblioteca Real Colegio de Cirugía de San Carlos
BSB Biblioteca del Estado de Baviera
BSil Abadía Benedictina de Santo Domingo de Silos
BUB Biblioteca de la Universidad de Barcelona
BUS Biblioteca Universidad de Sevilla. Fondo Antiguo
BUSal Biblioteca Universidad de Salamanca
GWL Biblioteca Estatal de Baja Sajonia Gottfried Wilhelm Leibniz
HSNY Sociedad Hispánica de Nueva York
KNG Biblioteca Real de Dinamarca
OB Biblioteca Nacional de Austria
PM Biblioteca Mazarino de París
RACMP Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
NIPO: 824-19-016-3
DL: M-12336-2019
ISBN: 978-84-92462-61-2
Catálogo de publicaciones de la Administración General del Estado
http://publicacionesoficiales.boe.es
Curiosidades o secretos del oficio de librero, con las voces que don Martín
Fernández, vecino de esta ciudad de Orense, pudo experimentar y adquirir de él
: reproducción facsímil / estudio introductorio, transcripción y comentarios de
Arsenio Sánchez Hernampérez. – Madrid : Biblioteca Nacional de España, 2019
D E L O F I C I O D E L I B R E R O
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