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ENSAYO

TEMA:
Los tipos de crisis y la crisis de angustia o ataque de pánico

RESUMEN

Una crisis es “un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado

principalmente, por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares

utilizando métodos acostumbrados para la solución de problemas, y por el potencial para

obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”. (Slaikeu, 1988). Estas pueden ser:

crisis del desarrollo, las cuales son esperables, o circunstanciales que son accidentales o

inesperadas; y las crisis circunstanciales que son inesperadas, accidentales y dependen sobre

todo de factores ambientales.

Una crisis de angustia es un breve período de angustia, ansiedad o miedo extremos que

comienza repentinamente y se acompaña de síntomas físicos y/o emocionales. Un trastorno de

angustia consiste en la sucesión de crisis de angustia repetidas, la preocupación por posibles

crisis futuras, y cambios en el comportamiento para evitar las situaciones que se asocien con

una crisis.

INTRODUCCIÓN

Hay momentos en el crecimiento relativamente tranquilos y estables variados con otros

donde aparecen nuevas exigencias, donde es necesario un periodo de transición, entre los

periodos o estadios del ciclo vital para lograr adecuarse a estas. Para ello se necesita tiempo

para desprenderse de una situación pasada y adaptarse a otra nueva.


Sin embargo dichos cambios por lo contrario pueden reflejar disturbios emocional y

psicológico, y puede marcar un periodo de crisis: ya sean internos o externos enfrentan a la

estructura mental y emocional de la persona con exigencias que sobrepasan la capacidad de

adecuarse a ellos.

Una crisis de angustia es un breve período de angustia, ansiedad o miedo extremos que

comienza repentinamente y se acompaña de síntomas físicos y/o emocionales. Un trastorno de

angustia consiste en la sucesión de crisis de angustia repetidas, la preocupación por posibles

crisis futuras, y cambios en el comportamiento para evitar las situaciones que se asocien con

una crisis.

En estos casos, la familia supone un apoyo incondicional, que tranquiliza y que aporta

una garantía de estabilidad a las personas. Proporciona amor, que es la base del equilibrio

emocional y un marco sobre el que construir nuestra vida; por lo que es importante la

participación de la familia en estas etapas de transición y por el contrario si no hay un

participación, puede haber repercusiones si el sujeto si no presenta recursos para adaptarse.

Es por ello que con este ensayo se busca abordar, junto con un análisis documental

sobre los tipos de crisis y la crisis de angustia o ataque de pánico, en relación a la falta del

apoyo emocional y familiar que un sujeto requiere en cierta etapa de su vida.

DESARROLLO

La persona está siguiendo una trayectoria vital, en donde se van sucediendo situaciones

cambiantes más o menos placenteras o estresantes, pero en la que se siente en equilibrio, con la

capacidad y los recursos suficientes para manejarlas. Existe un funcionamiento razonablemente

satisfactorio, con un determinado nivel de calidad de vida.


Inesperadamente se produce una quiebra brusca en esta trayectoria, en donde este

equilibrio se pierde. Hay una serie de pérdidas o daños percibidos que hacen que la calidad de

vida descienda bruscamente, mayor aun por las emociones que generan. Los recursos

habituales de afrontamiento en situaciones difíciles no son aplicables o no producen el

resultado esperado. Se interrumpe el normal discurrir de la vida y se perturba el patrón de vida

previo.

Como se conoce los tipos de crisis pueden ser del desarrollo, las cuales son esperables,

o circunstanciales que son accidentales o inesperadas. Dentro de aquello las crisis del desarrollo

son más predecibles y sobrevienen cuando una persona va cumpliendo etapas en su vida desde

la niñez a la vejez. Presentan una conducta indiferenciada y marcan un trastorno en el área

intelectual y afectiva.

Es así que podemos pensar que todas las personas hemos pasado y estaremos pasando

aquello, pero algo interesante es que si no se llega a dar correctamente la adaptación en el

momento que se debe dar, como por ejemplo dormir en una habitación solo, que por lo general

este proceso se da en la infancia, si se llega a dar en la adolescencia ¿se puede considerar un

momento circunstancial? Ya que el sujeto puede no tener los recursos suficientes para su

adaptación, y ni el apoyo emocional que incluso puede sentirse una situación inesperada

aunque aparentemente no lo sea.

Hay que recordar que las crisis circunstanciales son inesperadas, accidentales y

dependen sobre todo de factores ambientales, abarcan una alteración psíquica y de la conducta

ante pérdida o amenaza de pérdida de los aportes básicos (físicos, psicosociales y

socioculturales que están interrelacionados).


Cuando un sujeto se encuentra frente a muchas situaciones estresantes, como empezar a

dormir solo, el abandono emocional, separación, puede considerarse como factores

ambientales, que pueden provocar un crisis circunstancial, que su reacción en este caso es una

reacción aguda, ya que pasados los primeros momentos, se producen estados afectivos intensos

y donde su respuesta emocional manifiesta es la angustia o ansiedad. Cuando la conducta usual

de la persona se modifica como consecuencia de experiencias estresantes, esta se manifiesta

como cambios en pensamientos, emociones y respuesta. Estos cambios de conducta se pueden

interpretar como indicio de que las funciones biológicas están alteradas en la persona que está

sufriendo por el cambio repentino en su vida debido al efecto del desastre sobre su persona y el

entorno familiar.

Un ataque de pánico o una crisis de ansiedad, varían según la persona y, como en el

caso, pueden aparecer sin ningún motivo, mientras que otras veces son otras circunstancias las

que provocan el ataque, como el propio miedo y la preocupación de una persona que ya ha

pasado por uno y teme que vuelva a ocurrir: esos sentimientos pueden desencadenar un nuevo

ataque. Por lo tanto en cuanto más tiempo pase sin ser tratado, el cuadro clínico puede

empeorar mucho más, ya que incluso cuando los pacientes las sufren tienen la percepción de

que tienen un problema físico, en lugar de uno emocional.

Se puede evidenciar aquí la importancia de una adecuada intervención en crisis a

tiempo, o podría provocar reacciones significativas y a largo tiempo, afectando la salud mental

del sujeto. Pero sucede que por lo general las familias no conocen o reconocen la importancia

de su participación en ciertas etapas de la vida del sujeto, y su preocupación se presenta

cuando ya los síntomas emocionales o conductuales ya están presentes. Precisamente Desde

hace mucho tiempo, se ha constatado que la ausencia de apoyo familiar participa en la


aparición y el agravamiento de la enfermedad mental. De igual modo, un adecuado apoyo

familiar anticipa un pronóstico favorable en la patología mental.

CONCLUSIÓN

En conclusión, nuestra vida emocional y personal no es una línea continua. Existen

momentos puntuales que nos confrontan con verdaderas elecciones y decisiones en nuestro

recorrido vital y que tienen la categoría de acontecimiento. Constituyen momentos de aparente

detención pero que son necesarios y fundamentales para poder continuar adelante en el

desarrollo personal.

En ocasiones estos momentos del desarrollo vital, por no tener los recursos adaptativos y el

apoyo emocional y familiar, convirtiéndose en factores estresantes, pueden convertirse en

inesperado provocando reacciones de mayor intensidad que si no se interviene a tiempo, puede

provocar mayor repercusión en la salud mental del Individuo.

Se puede comprender por un lado, la importancia de la familia para la salud mental del

individuo, sobre todo en aquellas crisis del desarrollo, pues precisamente el núcleo familiar

constituye un grupo de personas que son nuestra referencia a lo largo de toda la vida y nos

acompañan, nos guían y nos apoyan. También nos enseñan a entender el mundo y a nosotros

mismos. Son la base sobre la que se construye nuestra personalidad y nuestras emociones. Por

otro lado la importancia de una intervención a tiempo luego de una crisis, ya que como ejemplo

se encuentra una crisis de angustia, pues si esta no se aborda adecuadamente y a tiempo, su

sintomatología será mayor y con más durabilidad, por la misma preocupación de sus síntomas.
BIBLIOGRAFÍA

Aledo, D. A. (2010). La crisis ambiental y su interpretación sociológica. TYCEA, 1-38.

Betoglia Richards, L. (2005). LA ANSIEDAD Y SU RELACIÓN CON EL APRENDIZAJE.

Psicoperspectivas , 13-18.

Camacho, C., Rodriguez, R., & Arnez., O. (2006). Salud mental y desastres: intervención en

crisis. La Paz: OPS/OMS.

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