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Que, invocando el artículo 200 inciso 2) de la Constitución Política y los artículos 1º, 2º,
37º inciso 16 y 39º del Código Procesal Constitucional (en adelante CPCO) interpongo
DEMANDA DE AMPARO en los siguientes términos:
II. PETITORIO
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Suprema de Justicia de la República, precedida por el Juez Hugo Núñez Julca; bajo los
siguientes fundamentos.
Que el presente fundamento carece de sustento toda vez que los procesos seguidos en
contra de Alberto Fujimori Fujimori ya se encuentran fenecidos debido al Indulto otorgado
por el Ex Presidente Pedro Pablo Kuczynski Godard y conforme con el artículo 85 del
Código Penal, cuando se emite la Resolución Suprema N° 281-2017-JUS se extinguió la
ejecución de la pena. De tal forma ninguna persona puede pretender reabrir un proceso
fenecido, por lo que el control de convencionalidad debió declararse IMPROCEDENTE.
“Fundamento 130. Esta judicatura considera que uno de los tópicos más
consistentes, en la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es la
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existencia de una “tendencia regional orientada a la prohibición expresa del indulto
cuando se trata de graves violaciones a los derechos humanos o de crímenes
internacionales reconocidos en el Estatuto de Roma”. En efecto, cita las
legislaciones de los Estados Miembros de la Organización de Estados Americanos
los mismos que en sus legislaciones internas han adaptado mecanismos para
establecer la prohibición acotada, así tiene: i) Argentina: el artículo 1 de la Ley N°
27.156 de julio de 2015 titulada “Prohibición de Indultos, Amnistías y Conmutación
de Penas en Delitos de Lesa Humanidad” dispone que: las penas o procesos
penales sobre los delitos de genocidio, de lesa humanidad y crímenes de guerra
contemplados en los artículos 6°, 7° y 8° del Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional y en los tratados internacionales de derechos humanos con jerarquía
constitucional, no pueden ser objeto de amnistía, indulto o conmutación de pena,
bajo sanción de nulidad absoluta e insanable del acto que lo disponga. ii) Colombia:
el artículo 14 de la Ley 589 de 2000 por medio de la cual se tipifica como genocidio
la desaparición forzada, el desplazamiento forzada y la tortura” establece que los
delitos que tipifica dicha ley no son amnistiarles ni indultables. Asimismo, según lo
establecido en el párrafo del artículo 23 de la Ley N° 1820 de diciembre de 2016 por
medio de la cual se dictan disposiciones sobre amnistía, indulto y tratamientos
penales especiales y otras disposiciones y el control automático y definitivo de
constitucionalidad de dicha ley, realizado por la Corte Constitucional de Colombia
en marzo de 2018, en ningún caso serán objeto de amnistía o indulto los delitos que
correspondan entre otras, conductas siguientes: los delitos de lesa humanidad, el
genocidio, los graves crímenes de guerra, la toma de rehenes u otra privación grave
de la libertad, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, el
acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, la sustracción de
menores, el desplazamiento forzado, además del reclutamiento de menores, de
conformidad con lo establecido en el Estatuto de Roma”. En el evento en que alguna
sentencia penal hubiera utilizado los términos de ferocidad, barbarie u otro
equivalente, no se podrá conceder amnistía e indulto exclusivamente por las
conductas delictivas que correspondan a las enunciadas en la referida ley como no
amnistiables; iii) Ecuador: el artículo 120 de la Constitución del Ecuador y el artículo
73° del Código Orgánico Integral Penal disponen la facultad de la Asamblea
Nacional de “conceder amnistías por delitos políticos e indultos por motivos
humanitarios” conforme con la Constitución y la Ley, y establecen que “no se
concederán por delitos cometidos contra la administración pública ni por genocidio,
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tortura, desaparición forzada de personas, secuestro y homicidio por razones
políticas o de conciencia”. El artículo 74 del referido Código establece la facultad del
Presidente de la República de “conceder el indulto, conmutación o rebaja de las
penas impuestas en sentencia ejecutoriada” y éste último, “o la autoridad que
designe para el efecto” deberá evaluar “si la solicitud es o no procedente”. Además,
el Decreto N° 861 de diciembre de 2015 titulado “Reformas al Reglamento para la
concesión de indulto, conmutación o rebaja de la pena”, reitera tal prohibición en el
artículo 2 para el otorgamiento de indultos a “los ciudadanos sentenciados por la
comisión de delitos de genocidio, tortura, desaparición forzada de personas,
secuestro y homicidio por razones políticas o de conciencia”, aunque para estos
últimos plantea una excepción, pudiendo ser posible su otorgamiento “en caso de
poseer enfermedad catastrófica o terminal comprobada” (TAL COMO ES EN EL
CASO DE ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI)…”
Se hace referencia a los crímenes de lesa humanidad en diversos países, pero no enfatiza
en nuestro ordenamiento jurídico el desarrollo de dicho delito; máxime si este recién se
tipifico en nuestro legislación peruana en 1998 y por el Principio de Legalidad sería
imposible sancionar un delito no tipificado; siendo así que el Tribunal califico los hechos
de Barrios Altos y la Cantuta como crímenes de lesa humanidad. NO LOS RETIPIFICÓ
SINO LOS CALIFICÓ POR LO QUE EL INDULTO HUMANITARIO A TODA LUZ SE
ENCUENTRA PERFECTAMENTE OTORGADO.
2. SUSTENTO DE LA PRETENSIÓN.
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SEGUNDO : Además, nuestra Constitución (artículo 139,13) prevé que el indulto
adquiere los efectos de la cosa juzgada. Al respecto, constituye una garantía
expresamente prevista en nuestro ordenamiento jurídico la prohibición de dejar sin efecto
resoluciones que han adquirido la calidad de cosa juzgada, así como la prohibición de
revivir procesos fenecidos con resolución ejecutoriada (artículo 139, incisos 2 y 13 de la
Constitución).
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QUINTO : Sin embargo, no debe olvidarse que incluso la garantía de la
inmutabilidad de la cosa juzgada puede ceder ante supuestos graves de error. Así, por
ejemplo, el ordenamiento procesal de la justica ordinaria reconoce el recurso de revisión
en el ámbito penal, o la cosa juzgada fraudulenta en el ámbito civil. Ello se funda en lo ya
señalado por este Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia, el goce de un
derecho presupone que éste haya sido obtenido conforme a ley, pues el error no puede
generar derechos (Exp. N.º 8468-2006-AA, fund 7, 03397-2006-PA/TC, fund 7; 2500-2003-
AA/TC fund 5; entre otras). A su vez, las resoluciones que ponen fin a un proceso judicial,
que tienen la virtualidad de producir efectos de cosa juzgada pueden ser cuestionadas a
través de procesos constitucionales (amparo o hábeas corpus contra resolución judicial).
De este modo, es posible afirmar que la calidad de cosa juzgada que ostenta una
resolución está supeditada a que no atente contra derechos fundamentales u otros
principios o valores de la Constitución. En este orden de ideas, el ejercicio de la potestad
discrecional del indulto está sujeta al marco constitucional y, como tal, debe respetar sus
límites. Así, cabe recordar que para el caso de la gracia presidencial este Tribunal
Constitucional ha establecido límites de índole constitucional (Cfr. Exp. Nº 4053-2007-
PHC/TC).
Se tomó tal decisión tal decisión a raíz del Acta de la Junta Médica Penitenciaria, del 19 de
diciembre que señala como diagnóstico del interno: fibrilación auricular paroxística con
riesgo moderado de tromboembolismo, hipertensión arterial crónica con crisis
hipertensivas a repetición que han merecido atención de emergencia y evacuación.
También se alega que se basó en el Informe Social del INPE, de fecha 04 de diciembre de
2017, que indica que el interno se encuentra delicado de salud, con diagnóstico médico de
un cáncer de alto riesgo en la cavidad bucal.
Asimismo, refiere que dicho estado le impide el desarrollo normal de sus actividades
cotidianas, su dolencia le limita la fluidez de una pronunciación correcta.
“Refiere también que de modo continuo recae en un estado de postración por depresión
de la que se recupera de forma momentánea, por la atención médica y psiquiátrica que
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recibe; por lo que, el mencionado informe opina favorablemente a la solicitud del interno,
debido a razones humanitarias”.
POR TANTO:
A Usted, señor Juez, solicita admitir la presente demanda, tramitarla conforme a ley y, en
su oportunidad, declararla FUNDADA.
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PRIMER OTROSI DECIMOS: REPRESENTACIÓN POR ABOGADOS.
De conformidad con el artículo 80º del Código Procesal Civil otorgo las facultades
generales de representación previstas en su Artículo 74º al Abogado Walter Enrique
Moncada Alburqueque, con Registro ICAP N° 2806, quien podrá ejercerlas en forma
individual, para cuya validez declaro estar debidamente instruido acerca de los alcances y
efectos de dicha representación y, con la misma finalidad, reitero el domicilio real señalado
en la parte introductoria de la presente demanda.
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