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AÑOS
ANÁLISIS
La moneda del país es el franco suizo, una de las monedas más fuertes del mundo por la
solidez de sus cuentas públicas, su estabilidad política y la alta competitividad de su
economía.
Cuenta Corriente
Suiza concentra sus exportaciones en bienes de alto valor añadido y con una demanda
internacional rígida al precio. Esta circunstancia unida a la elevada productividad de su
industria y a su liderazgo en innovación ha permitido aguantar la fortaleza de su moneda.
El comercio con China, en contra de lo que viene siendo la tónica habitual, explica más
del 50% del superávit comercial de Suiza. De ahí la trascendencia que para Suiza tenía
firmar con China un acuerdo comercial bilateral, que entre otros permitiera preservar la
propiedad intelectual e industrial de los productos suizos en ese mercado.
SUIZA
Balanza de Servicios
La balanza de servicios muestra un claro superávit también en gran medida explicado por
el peso del sector financiero suizo, así como por la persistente importancia de su sector
turístico.
Balanza de Renta
Por lo que a la balanza de rentas se refiere, esta también muestra saldo positivo y ello, a
pesar de la creciente significación de las salidas de fondos propiciadas por las rentas del
trabajo, que se derivan de la fuerte presencia de profesionales en territorio suizo pero
residentes en el extranjero (trabajadores fronterizos), que tienen su razón de ser en el
mayor salario vigente en Suiza y el menor coste de la vida de los países del entorno. Las
rentas financieras, rentas de inversión, que se derivan de la posición acreedora neta
internacional de Suiza y la importancia de su sistema financiero explican ingresos que
compensan sistemáticamente las rentas del trabajo.
Como resultado de todo lo anterior, la balanza por cuenta corriente arroja superávits
cercanos a los 60 mil millones de euros anuales y que suponen en 2016 y 2017 un 9,4%
y un 9,8% del PIB suizo, respectivamente.
Hasta 2016, las fuertes entradas de capital por inversión directa e inversión en cartera
explican las fuertes tensiones apreciatorias de la moneda y el gran incremento que vienen
experimentando las reservas exteriores. Estas últimas son el resultado de las
intervenciones frecuentes del Banco Central para asegurar la estabilidad del franco suizo.
En 2017 se aprecia un cambio en el saldo de inversiones directas, que pasa a ser negativo,
y en las reservas exteriores que se reducen en un 21% respecto al año anterior. La fuerte
depreciación del franco suizo a lo largo de 2017 ha contribuido a este cambio de
tendencia.