Sie sind auf Seite 1von 3

NO ES BUENO DEJARSE DE DIOS

Jueces 2:11-15; Romanos 1:21-25.

INTRODUCCIÓN: Los antropólogos dicen que el hombre es un adorador por naturaleza,


que si no adora a Dios, buscará inevitablemente algo para adorar. La Biblia también nos
enseña que fuimos hechos para adorar. Sin embargo el ser humano debido a nuestra
condición caída en el pecado, tenemos la inclinación a adorar cualquier cosa menos al
verdadero Dios. Todas las culturas, imperios, reinos, ciudades, y personas, antiguas y
modernas han dado evidencia de esta realidad. En nuestro país fue evidente en todas las
culturas prehispánicas.Aún el día de hoy aunque la religión organizada de los mayas no
existe, todavía hay quienes adoran y promueven la adoración de aquellas deidades. Es
más, algunas veces los mismos adoradores del verdadero Dios se van tras esos dioses
ajenos al verdadero Dios.

Nuestro texto bíblico nos relata la actitud del pueblo de Israel que llegó a dejar de adorar a
Dios, // Esta historia nos enseña que no es bueno para la vida personal dejar de adorar a
Dios. // ¿Por qué no es bueno para la vida personal dejar de adorar a Dios? // Para
responder esta pregunta, observemos detenidamente algunas frases dentro de nuestro
texto bíblico, y descubriremos las razones por las que no es bueno dejar de adorar a Dios.

I.-.La primera razón por la que no es bueno dejar de adorar a Dios es: PORQUE
DEMUESTRA INTENCIONALIDAD DE QUERER DEJAR A DIOS.VV12.13
Aquí se menciona dos veces la expresión “dejaron a Jehová”, indicando que El ya no es
el punto de adoración. En este contexto, dejar a Jehová significa dejar de ofrecerle
adoración mediante una vida obediente y de culto personal y público.
Una pobre mujer, tejedora a mano en aquellos tiempos cuando el obrero tenía que rendir
largas horas de trabajo en sus tareas. Debido al gran esfuerzo que tenía que hacer para
mantener a sus hijos, pues era viuda, enfermó de gravedad. Al fin logró reestablecerse. Un
día su médico le dijo: – Bien, ya podemos decir que usted está curada. Pronto volverá a su
trabajo. Pero una cosa le voy a ordenar, que el domingo lo pase todo el día descansando. -
¿Es que ni siquiera podré ir al templo a adorar al Señor? – Preguntó la mujer. – No se
preocupe, señora. El templo y Dios muy bien pueden pasarse sin usted – le dijo el médico. –
Pero yo no puedo pasarme sin Dios y sin ir al templo – respondió la mujer[1].
En el libro de Daniel 6: 1-28, se nos relata que el rey Darío hizo a Daniel el gobernador
sobre los demás gobernadores y sátrapas del reino. Estos hombres sintieron celos por la
función de Daniel, e idearon un plan para buscar errores en Daniel, pero no le hallaron uno
que lo condenara según las leyes del reino. Así que convencieron al rey Darío para que
firmara una ley que condenara a aquel que fuere sorprendido adorando “dios alguno”
(incluyendo a Dios), para que fuera arrojado al foso de los leones. La historia continúa
mostrando a Daniel como fiel a su convicción de orar y adorar al único Dios vivo y verdadero,
lo que le costó irrevocablemente ser arrojado al foso de los leones, del cual por la
misericordia de Dios salió ileso.

Hermanos, estos casos son claros ejemplos de estar convencidos de no querer dejar de
adorar a Dios aún en las buenas y en las malas circunstancias de nuestra vida. Muchas
veces los creyentes llamados por Dios para adorarle como nuestra tarea principal en esta
vida, cometemos la grave falta de suspender nuestra adoración diaria por la urgencia de
hacer cualquier otra cosa, pues el tiempo nos gana y andamos de prisa para todo. Esto
Página 1|3
también es dejar a Dios aunque no lo parezca o no lo percibamos así, porque hay
intencionalidad de dejar a Dios y su culto en un segundo o último lugar. Otras veces
planeamos hacer una convivencia en la casa con los amigos y familiares, salir solamente de
paseo o excursión, o simplemente pasándola de descanso, descuidando en ese tiempo un
tiempo programado de adoración congregacional. No que sea malo tener amigos y convivir
con ellos y con la familia, no que sea malo pasear o descansar sino que todas estas cosas
se pueden hacer sin caer en el descuido de nuestra adoración

Les animo en el amor del Señor que no dejen de ser adoradores. No suspendan tan
primordial, mejor y sagradísima ocupación que hemos sido llamados a hacer
privilegiadamente.

II.- La segunda razón por la que no es bueno dejar de adorar a Dios es: PORQUE
AUTOMÁTICAMENTE SE IDOLATRA CUALQUIER OTRA COSA.

Al final del v. 11 se nos dice que luego que dejaron a Jehová “…sirvieron a los baales”, y
en medio del v. 12 se nos dice que “…se fueron tras otros dioses”. Las enseñanzas de
Jesús también nos recuerdan esa realidad cuando dijo que: “El que no es conmigo, contra
mí es…” (Mat. 12:29), y “Ninguno puede servir a dos señores;…” (Mat. 6:24). Dejar a
Dios, es tomar inevitablemente una alternativa falsa.

En Romanos 1:21-25. Aquel que deja de adorar a Dios, según estas palabras apostólicas,
automática e inmediatamente está cambiando a Dios por cualquier otra cosa
corruptible. Luego el resultado se ve en condición espiritual deshonrosa de estas personas.

Hermanos, les animo a no descuidar su vida de adoración a Dios pues implica que usted
estaría dejando a Dios, sea por un momento o por tiempo prolongado o indefinido. No
cambie a Dios por nada. Observe qué ha sucedido con la vida de aquellos que le han dejado
de adorar. Un breve tiempo puede resultar en una gran tragedia espiritual.
III.- La tercera razón por la que no es bueno dejar de adorar a Dios es: PORQUE SE
PROVOCA LA JUSTA IRA DE DIOS.
El final del v. 12 afirma que como consecuencia de haber dejado a Jehová y servir a otros
dioses “…provocaron a ira a Jehová”. El comienzo del v. 14 recalca que como
consecuencia de haber dejado los israelitas a Dios “…se encendió contra Israel el furor
de Jehová”. Dios es digno de ser adorado (2 Sam. 22:4; Sal. 18:3; 48:1;). Lo merece. Es
Dios. Es el Creador. El mismo dice: “…a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a
esculturas” (Is. 42:8). Motivo suficiente tiene Dios de expresar su indignación e ira cuando
una de sus criaturas le da la espalda, y peor cuando este sirve a dioses extraños.

Dios no se alegra cuando alguien deja de ofrecerle adoración.Un caso del Nuevo Testamento
ampliamente conocido y que se repitió en dos ocasiones fue cuando Jesús nuestro salvador
visita el templo en Jerusalén y lo encuentra hecho un mercado, menos un lugar de
adoración. El realiza enérgicamente lo que conocemos como purificación del templo. Según
San Juan “halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los
cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a
todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las
mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa
de mi Padre casa de mercado” (Juan 2:14-16). Y dice San Mateo que cerca del final del
Página 2|3
ministerio terrenal de Jesús: “entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los
que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas
de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será
llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones” (Mateo 21:12,13). Lo que
aquí se resalta es la ira manifestada de Jesús primero hacia los que deben guiar al pueblo a
la adoración y no lo hacen sino que su interés personal es hacer mercadería de los
consumibles necesarios para la adoración, convirtiéndose estos en ladrones usando el
templo solamente como cueva. No eran realmente adoradores sino comerciantes ilícitos.
Que Jesús haya azotado cuerdas, que haya echado fuera del templo a todos, que haya
esparcido las monedas de los cambistas, que haya volcado mesas y sillas de los
comerciantes de palomas, etc… es una expresión de la ira divina, que tiene como razón el
dejar de adorar haciendo otra cosa a cambio. Estimado hermano, no causemos tristeza ni
enojo en el corazón de Dios siendo hijos descuidados de adorarle. No provoquemos su ira
prefiriendo otras satisfacciones personales antes que cumplir el deber de adorarle.

CONCLUSIÓN: Recordemos que Dios está buscando adoradores (Juan


4:24). Comprendamos que aquellos que hemos sido elegidos desde la eternidad por la sola
misericordia de Dios, y llamados en el presente por la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
es “para alabanza de la gloria de su gracia” (Efesios 1:4-6). Por nada del mundo dejemos
de ser fieles adoradores de Dios. No hay ocupación más gloriosa y edificante en esta vida
para el ser humano que la adoración a Dios. Y no hay miseria más lamentable que ser un
pecador no arrepentido que no quiera dar la gloria a Dios con su adoración.

Página 3|3

Das könnte Ihnen auch gefallen