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El nido de gárgolas.

CAPITULO 1:

¿A dónde fueron aquellos días dónde la imaginación, las risas y la alegría no paraban de fluir?

¿A dónde fueron aquellos días donde los juegos y la fantasía nunca terminaban?,
convirtiéndose y descomponiéndose lentamente aquellos bellos y dulces sentimientos, aun así
nunca faltara ese ápice de esperanza, adornado de grandes, fuertes y agradables sensaciones;
opacando a las tinieblas en el corazón, hasta el punto de hacer sentir al hielo algo cálido,
llegando de todas las formas posibles y de las menos esperadas, siendo y sintiendo algo de lo
más bello y maravilloso en un mundo tan cruel, pero cargado de esperanza.

Nuestra historia da comienzo con una chica de 16 años llamada Lira, la cual desde muy joven
fue una persona dotada de gran curiosidad, sintiendo una amplia fascinación desde pequeña
por el mundo en general, saliendo siempre por las tardes desde que tiene memoria a recorrer
los largos bosques, que crecen de forma salvaje no muy lejos de su casa, regresando a altas
horas de la noche, con la ropa sucia y los cabellos todos revueltos debido a los distintos juegos
que disfrutaba de crear.

Siempre fue feliz, o eso era lo que quería mostrar, la verdad es que era bastante solitaria,
hasta el punto de nunca tener un solo amigo, siempre pasaba sola, incluso ahora que está en
el colegio, era bastante callada y tímida, solo deteniéndose a observar de vez en cuando a las
personas, como éstas se sentían felices en compañía de otros, pero para no preocupar a sus
padres, siempre al llegar a casa, fingía el gran día que tuvo junto con sus inexistentes amigos;
esto se volvió algo normal en su vida, pero aun así había algo que le encantaba hacer y era
escapar a los bosques, lo cual era su única forma de sentirse feliz, pero a pesar de ello se sentía
muy sola.

Aunque poco le importaba, estaba con ella misma, que más compañía podía pedir, siempre se
negaba a revelar lo que verdaderamente sentía, ya que eso era algo muy difícil para ella, y
aunque no quería aceptarlo, era algo que se cuestionaba todo el tiempo dentro de su cabeza.

Después de un aburrido y normal día de clases para ella, donde al igual que siempre, las típicas
cosas pasaban; los profesores daban sus respectivas asignaturas, las chicas en su salón solo
pasan hablando sobre moda, ropa o maquillaje, mientras que, en el caso de los chicos, cual
equipo de futbol o jugador es mejor, o cuánto van a beber o a fumar en alguna fiesta con sus
amigos, en fin, lo típico de todos los días, lo cual era algo que obviamente no le interesaba en
lo absoluto, así que cuando podía se la pasaba dibujando o escuchando música en su celular.

Una vez terminaron las clases ella se levantó, tomó sus cuadernos y los guardo, para luego salir
del salón de clases, intentando no llamar mucho la atención y como era de costumbre, se
despidió de todos pero solamente en la forma de un tenue y ligero susurro, para luego
retomar su camino, observando como los demás chicos también comenzaban a salir de sus
respectivas aulas, algunos dirigiéndose hacia la salida y otros en cambio quedándose a

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conversar, mientras ella seguía caminando por medio de ellos, abrazando su mochila
nerviosamente, pero siempre había algunos que se fijaban en ella por lo que comenzaban a
molestarla, lanzándole bolas de papel o llamándola con todo tipo de apodos como solitaria o la
chica sin amigos; ella siguió caminando intentando no presarles atención hasta llegar a la
salida del colegio.

Una vez salió de este, observaba como la gran mayoría de chicos de su colegio y de otros,
salían a las calles, algunos dirigiéndose a sus respectivas casas, pero casi todos salían a caminar
principalmente en una calle en específico para charlar, encontrarse con amigos, para
descansar del colegio y otras cosas, mientras que Lira se dirigía para su casa, intentando no
tener contacto visual con estos y con nadie en general por lo que solía caminar con la cabeza
agachada, solo mirando hacia el suelo, distrayéndose observando las líneas que se dibujan en
el piso, intentando no pisarlas como un pequeño juego el cual estaba a acostumbrada a llevar
a cabo mientras caminaba por la ciudad, eso sí intentando no distraerse mucho para evitar
tener algún contratiempo, intentando buscar el camino más rápido por el cual llegar su casa,
además que esta vez tenía varias tareas que terminar y solo pensar en todo el trabajo que
tenía pendiente la dejaba agobiada.

Tras mucho caminar al fin llego a su casa, limpiando sus zapatos en el tapete que estaba en la
entrada de la puerta, para luego sacar las llaves que guardaba en su bolsillo y una vez entró,
subió hacia su cuarto y lanzó su mochila sobre la cama, recostándose también sobre está,
dejando caer su cansado cuerpo; estuvo mirando hacia el techo por unos momentos pero
luego se levantó, sacó su cabeza por la ventana, observando su querido bosque a la distancia y
tras observarlo por un momento decidió ir a saludar a sus padres, así que salió de su cuarto y
los buscó.

Estuvo un momento llamándolos por toda la casa, pero se dio cuenta que estos no se
encontraban, se quedó pensando por un momento a donde pudieron haber ido y a pesar del
cansancio debido al esfuerzo en el colegio, no pudo evitar que se le dibujara una pequeña
sonrisa en su rostro, así que sin pensarlo dos veces se dirigió nuevamente hacia su cuarto,
tomó un pequeño bolso en el cual guardaba sus cosas y tras cambiarse el uniforme bajo las
escaleras, se dirigió hacia la cocina y una vez allí, tomo dos manzanas, las lavó y luego las
guardo, para tener algo que comer más tarde, una vez hecho esto salió de su casa,
asegurándose de dejar la puerta con llave y sin perder un segundo más, esta se echó a correr
rumbo al bosque perdiéndose entre su espesura.

Camino y camino por medio de los árboles y la frondosa vegetación, además que de tantas
veces que había andado siempre por los mismos lugares, ya se había formado un pequeño
camino tras sus entusiastas caminatas.

El bosque era un lugar increíblemente grande y amplio, además de ser casi inexplorado, a
pesar de eso, cada vez que podía Lira intentaba adentrarse más y más, descubriendo zonas las
cuales nunca había explorado, haciendo de esto siempre una gran aventura, ya que parecía
que los árboles se seguían extendiendo por el horizonte pareciendo infinitos e interminables.

Tras un buen tiempo de caminar, por fin llegó a su parte favorita de todo el bosque, la cual era
una pequeña laguna que se había formado cerca de una montaña, la que se alzaba como la

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zona más alta que había encontrado y desde la cual se podía ver una gran extensión del
panorama, aun así, los árboles parecían extenderse de forma infinita por el horizonte,
haciendo parecer que su ciudad es un pequeño jardín de juegos comparado con la inmensidad
del bosque.

Podría decirse que este era su lugar secreto, en el cual acostumbraba sentarse a observar las
calmadas aguas de la pequeña y cristalina laguna. Normalmente mientras ella se encontraba
allí, solía acostarse a ver las nubes o dibujar en su libreta, incluso disfrutaba metiéndose a
nadar de vez en cuando ya que nadie solía pasar por ahí, no había ningún problema y así podía
pasar horas y horas sin que se sintiese aburrida.

Esa vez decidió ponerse a dibujar, el ambiente la inundaba de tranquilidad y alegría, era
relajante venir de vez en cuando, y aunque a sus padres no les gustase que viniera al bosque,
ya que según ellos, Lira había tenido una hermana en un pasado llamada Miranda, la cual
simplemente desapareció de un día para otro y no se sabía si había huido de casa o se perdió
en el bosque; el punto es que se esfumó, pero eso era algo a lo que no quería poner mucho
interés, ya que eso la llenaba de tristeza, además que estos eran los únicos momentos en los
que podía sentirse tranquila, por lo que prefería olvidarse de todo por lo menos unos minutos,
además de otras situaciones como el colegio, la gente, su vida y todo en general, no quería
pensar en nada más, no quería dejar pasar ni un minuto de este precioso momento, incluso si
fuera por ella se quedaría ahí por siempre, para disfrutar de forma eterna en este bello lugar.

Y así fue como poco a poco comenzaron a transcurrir las horas, aunque a los ojos de Lira estas
se sentían como si solamente se tratasen de unos cuantos minutos, cosa que haría que no se
diese cuenta del tiempo transcurrido y de lo tarde que se hacía, si no fuera por percatarse de
como poco a poco el sol se iba escondiendo entre las copas de los árboles, adornando el cielo
de un bello color anaranjado, dándole un aspecto acaramelado a las nubes y aunque así es
como lo vería la gran mayoría de la gente, en el caso de Lira era algo que detestaba con toda
su alma. El contemplar esta etapa del día la llenaba de malos recuerdos, sensaciones
desagradables y sobre todo recordando, como todos los días acababan del mismo modo,
repitiéndose de forma monótona una y otra vez, así como todo en su vida; vida que no quería
recordar, vida a la que no quería regresar y de la cual no podía escapar, lo que la inundaba de
tristeza, angustia y desesperación pero por sobre todo mucho pero mucho miedo; así que
intentando bajar la vista del cielo, tomo sus cosas y las guardo en su bolso para luego
levantarse, sacudiendo las hiervas que habían quedado pegadas en su pantalón, una vez
hecho esto soltó un largo suspiro antes de comenzar a caminar de regreso a su casa.

Pero tras dar unos cuantos pasos comenzó a sentir una leve presión sobre su pecho, la cual
ligeramente comenzaba a incrementarse, aun así, decidió ignorarlo y continúo caminando
intentando no prestarle atención, pero esta sensación comenzaba a hacerse cada vez más
fuerte, hasta el punto de no poder ignorarla por lo que tuvo que detenerse un momento.

Sentía como sus piernas no dejaban de temblar, al mismo tiempo que su respiración se volvía
cada vez más pesada, por lo que llevando las manos encima de su adolorido pecho, se dejó
caer sobre sus rodillas , dirigiendo su mirada ante el interminable cielo; sus ojos comenzaron a
llenarse de tristes y melancólicas lágrimas las cuales no paraban de brotar de su afligido rostro,
resbalando por sus mejillas, perdiéndose entre el frío suelo al momento de caer, pasó de

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sujetar su propio pecho a cubrirse el rostro entre sollozos, los cuales no tardaron en
convertirse en un inconsolable llanto, este persistió hasta el punto de obligarla a recostarse en
el húmedo pasto, donde una marea de desagradables sensaciones afloraban de ella en forma
de un río de lágrimas, al cual no podía desviar su curso, intentando de todas la formas posibles
el dejar de llorar por lo menos un momento, pero ni siquiera era capaz de ponerse de pie por
cuenta propia, ¿qué más podría hacer? y en un desesperado intento por recobrar la
compostura, comenzó a morder su propia lengua y a pesar del dolor nada de esto parecía dar
resultado, aun así lentamente comenzó a apretar con más y más fuerza en un infructuoso
esfuerzo por detenerse, hasta llegar al punto de abrirse una profunda y muy dolorosa herida,
de la cual no se habría percatado si no fuera por el sabor de su propia sangre; en ese momento
dejo de apretar su mandíbula aunque ya era demasiado tarde, su boca comenzó a llenarse con
este cálido liquido al mismo tiempo que empezó a sentir un intenso ardor, por lo que
instintivamente cubrió su boca con ambas manos, mientras cerraba sus ojos con fuerza
intentando no hacer ningún movimiento ya que el dolor era bastante fuerte, además de sentir
como esta comenzaba a llenarse lentamente de sangre, por lo que no tuvo más opción que
empezar a tragarla lo cual era algo muy desagradable para ella, hasta que ya no pudo más y
decidió escupirla, aunque esto le causó un gran dolor, pero el sangrado no se detenía, por lo
que se vio obligada a seguir repitiendo esta acción una y otra vez por más doloroso que fuera,
mientras observaba como el verde color de pasto comenzaba a teñirse de un color rojizo; por
suerte esto no duraría mucho tiempo ya que empezó a sentir como la hemorragia por fin
estaba cesando.

L: ¿Cómo es posible que no solamente mis lágrimas fueron las que cayeron en el suelo este
día? ¿Cuánto más bajo puedo llegar a caer?

Era algo que se preguntaba a sí misma, mientras observaba sus manos las cuales habían
quedado algo manchadas, se agachó un momento para intentar limpiarlas entre la humedad
del pasto, lástima que esto no ayudase mucho, solamente servía para dejar sus manos algo
mojadas, pero era mejor que nada, así que continuo hasta que estas estuvieran algo más
decentes, al terminar, las sacudió ya que estas estaban completamente mojadas y una vez
hecho esto se puso de pie, observó por un momento las rojizas manchas de sangre que había
dejado sobre las hierbas y la curiosa forma en la que estás habían sido pintadas; pero fijándose
bien comenzó a notar como del medio de ellas, se notaba un pequeño destello el cual era muy
tenue, así que se inclinó un poco para observarlo más detenidamente, pero al parecer sus ojos
no la estaban engañando, ya que definitivamente había algo allí, así que se acercó lentamente,
y abriendo muy cuidadosamente el césped con sus manos notó que el brillo provenía de una
pequeña piedrilla la cual tenía un bello color azulado, la tomó entre sus dedos y comenzó a
observarla muy detenidamente.

No parecía ser un simple pedazo de cristal, sus bordes estaban perfectamente redondeados y
de esta emitía un cierto brillo o resplandor, el cual era bastante débil pero perfectamente
visible si se le prestaba la suficiente atención; esto la confundía un poco, ya que no era algo
que había visto antes ¿acaso se trataba de algún tipo de gema o algo así, y cómo es que esta
había logrado llegar hasta aquí?,¿se le habría caído a alguien?, en ese caso significaba que no
era la única persona que conocía este lugar; muchas preguntas pasaban por su cabeza en ese
momento, aun así lo que no podía negar es que se trataba de una piedra muy bonita por lo

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que decidió conservarla, pero al intentar guardarla en su bolso esta se le cayó, ocultándose
entre las hierbas, por lo que sin perder el tiempo se arrodilló y comenzó a buscarla.

Empezó a escudriñar entre el césped, intentando encontrarla, pero por más que buscase
lastimosamente no lograba hallarla, además de eso estaba comenzando a anochecer por lo
que debía darse prisa, ya que al parecer no se percató de lo tarde que se le había hecho debido
a todo lo que ocurrió, el tiempo se le fue de las manos, así que apresuradamente continuó
hasta por fin encontrarla.

La tomó nuevamente entre sus dedos y la observó, pero se dio cuenta que esta piedra no era
la que había encontrado, ya que esta era de color verde e igualmente emitía un cierto brillo,
así que confundida regresó su vista hacia el suelo, buscando la piedrilla azul y en medio de
unas cuantas hierbas pudo ver un ligero brillo, así que se acercó y tomó lo que estuviera
emitiendo esa pequeña luz, pero con suerte esta vez si se trataba de la piedrilla azul que había
encontrado primero, así que agarro ambas entre sus manos y las miró con curiosidad ¿de
dónde pudieron haber venido? se preguntó ella mientras las giraba entre sus delicados dedos,
pero con el rabillo del ojo comenzó a observar algo y noto que se trataba de otro pequeño
resplandor esta vez un poco más fuerte, de repente comenzó a ver más y muchos más, la zona
estaba llena de estas piedrillas las cuales al acercarse se podía notar que todas tenían
diferentes colores, lo que la dejó impresionada por el bello acto que estas producían, pero
lastimosamente no podía quedarse ahí para verlas ya que debía volver, así que guardó las dos
piedrillas que tenía entre las manos y antes de regresar dio unos pasos atrás, observando tan
bello espectáculo, una vez hecho esto se dio la vuelta y comenzó a correr rumbo hacia su casa.

Comenzó a correr lo más rápido que podía y tras un largo tiempo pudo llegar a su casa, así que
sacó sus llaves y abrió la puerta, pero justo en ese momento apareció su madre quien la estaba
esperando bastante enojada, sin embargo, al verla notó en su rostro que aparte de lo molesta
que estaba se encontraba bastante sorprendida y en ese mismo momento le pregunto:

¿: Qué fue lo que te paso?

Lira bastante confundida pregunto a qué se refería con eso; a lo que su madre contesto:

¿: Mira tu boca está completamente llena de sangre.

En ese momento Lira recordó lo que había pasado y que solo había limpiado sus manos, pero
su boca estaba completamente manchada, así que en ese mismo instante Lira solo se le
ocurrió decir.

L: Estaba caminando mientras dibujada y sin darme cuenta choqué contra un árbol y me
lastimé.

Pero su madre inconforme también le preguntó, el por qué había llegado tan tarde, ella le
respondió, que al momento de golpearse se quedó quieta por unos minutos ya que se había
hecho una herida bastante profunda y en eso no llegó a darse cuenta de la hora, además que
encontró unas piedritas luminosas, e intentando mostrárselas las quiso sacar de su bolso pero
en ese momento su madre la interrumpió y le dijo que eso no le interesaba por el momento,
ya que lo que le importaba era que se fuese a limpiar para que después bajase a comer.

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Lira solo asintió con la cabeza y subió las ruidosas escaleras hasta el baño donde se observó en
el espejo, se quedó asombrada al observar el terrible aspecto que tenía y la razón por la cual
su madre reaccionó de ese modo, así que abrió la regadera del lavamanos y comenzó a
limpiarse, incluyendo sus manos que no habían quedado del todo limpias, una vez terminó se
secó con una toalla y bajó a comer, pero lo que le esperaba era una larga charla con su madre.

Al terminar sus alimentos y luego de una larga discusión, le prohibió ir al bosque hasta que
aprendiera a respetar el tiempo que sus padres le daban permiso y aun así intentó protestar,
pero su madre era firme en su decisión, pero con suerte su padre no se encontraba en casa o
sería un regaño más, así que al terminar de comer se levantó, lavó su plato y subió
nuevamente las escaleras completamente molesta, una vez llegó a su cuarto se acostó sobre
su cama y se cubrió completamente con sus cobijas mientras maldecía en silencio, pero en eso
se acordó de las dos piedrillas que había encontrado, así que las sacó de su bolso y las observó,
mirando fascinada como su brillo se había hecho más fuerte y no solamente por la obscuridad
que producía estar tapada con las sábanas.

Pero mientras las observaba se acordó que aún no había hecho la tarea, entonces dando un
suspiro se descobijo y tomó su mochila para luego sacar los cuadernos y ponerse a hacer sus
deberes, pero antes de eso decidió ir a darse un baño, después de su larga caminata había
quedado algo sucia y eso la incomodaba, así que se dirigió hacia el baño, se quitó su mal
gastada ropa y tomó una rápida ducha, para luego secarse y vestirse nuevamente pero esta
vez con su pijama, y una vez hecho todo esto, se sentó en la silla frente a su escritorio y
sacando su celular puso algo de música antes de hacer sus deberes.

Después de unas cuantas horas por fin logró terminar, estaba ya bastante cansada de tanta
tarea y en su cabeza solo pensaba que los profesores les tenían odio a los alumnos y por eso
dejaban tanto que hacer, pero bueno, lo importante es que había terminado así que guardó
sus cuadernos y levantándose de la silla fue a acostarse en su cama, a pesar del cansancio
decidió ver a las piedrillas una última vez antes de dormir, observando su hermoso brillo el
cual no podía dejar de apreciar.

Pasaron unos cuantos minutos de estar contemplándolas y una vez hecho esto, las guardó en
su pequeño bolso y se dispuso a dormir, se cobijó, cerró los ojos e intento descansar.

Y así comenzaron a pasar las horas pero no lograba conciliar el sueño, entonces decidió tomar
su celular y ver la hora que marcaban las 1:34 de la madrugada, pero como no lograba dormir
decidió usarlo un momento, así que luego de estar jugando, viendo videos y memes que era lo
que más le gustaba, se dio cuenta que era sábado, no tendría clases al siguiente día, al darse
cuenta de eso, suspiró ya que sabiendo eso no hubiera hecho las tareas y las hubiera dejado
para último momento como era de costumbre, sin darse cuenta soltó una pequeña risita,
después de pensar en ello y retirando las sábanas, se levantó de un brinco de su cama, abrió
las cortinas y observó el bosque que se extendía a lo lejos; la noche estaba muy iluminada, la
luna era llena y no había ninguna nube alrededor, todo estaba completamente despejado por
lo que se le ocurrió una idea, salir al bosque y regresar a ver todas esas piedrillas, era la
primera vez que lo saldría en la noche, por lo que estaba algo nerviosa, pero después de
mucho pensarlo se decidió por salir, se cambió de ropa para salir al bosque, tomó una linterna
que tenía en sus cajones y abriendo la puerta de su cuarto con mucho cuidado para no

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despertar a sus padres, bajó lentamente por las escaleras, las cuales rechinaban cada vez que
ella daba un paso y con el creciente temor de que sus padres se despertaran, una pequeña
gota de sudor se formó en su frente, pero al final logró bajar las escaleras en lo que parecieron
horas, mientras se disponía a salir se dio cuenta que la puerta estaba cerrada y lo peor es que
las llaves se encontraban en el cuarto de sus padres.

Soltó un largo suspiro, ya que no pensaba regresar a su cuarto, por lo que se las ingenió para
salir, y después de pensar un momento, se dio cuenta que la única forma era por la ventana,
así que arrastrando lentamente unas cajas que se encontraban amontonadas, se subió en ellas
y abriendo cuidadosamente la ventana se arrastró por medio de los barrotes, pero al pasar la
mitad de su cuerpo, notó que se había quedado atascada y al intentar zafarse de los barrotes,
estos hacían un fuerte ruido, por lo que tuvo que detenerse a pensar. Regresó para tomar una
mejor posición para salir, pero las cajas en las que se estaba apoyando se cayeron, con suerte
no provocaron mucho ruido, pero Lira quedó colgada de la ventana sin posibilidad de regresar.

Intentó desesperadamente no moverse mucho, hasta lograr apoyarse en el borde de la


ventana y con mucho cuidado salir entre los barrotes de esta.

Se sacudió la ropa ya que esta había quedado algo polvorienta y asegurándose que nadie la
viese, se echó a correr hasta perderse nuevamente entre los árboles.

Después de un momento de correr y asegurarse que estuviera lo suficientemente lejos de su


casa, prendió su linterna y fue rumbo a la laguna, apagándola de vez en cuando solo para
orientarse y evitar que alguien la encontrase, pero a pesar de que estuviera iluminada la
noche, la luz de la luna apenas se filtraba a través de los árboles.

El viento soplaba con fuerza y a pesar de eso no hacía tanto frío como de costumbre, incluso se
sentía algo cálido, lo cual era extraño, ya que el clima era bastante gélido, pero eso poco le
importó, tal vez los nervios y la adrenalina de ser descubierta, no le dejaban sentir muy bien el
clima, pero eso poco le importaba ya que, a lo lejos pudo distinguir la pequeña laguna la cual
se iluminaba con la luz de la luna.

Para su sorpresa vio nuevamente las piedrillas que se iluminaban como pequeñas gemas, aún
más que en el atardecer y se dio cuenta que se extendían hacia más adentro en el bosque,
después de observarlas un momento se decidió a seguirlas y emprendió la caminata.

Por donde pasaba el camino de las piedrillas, pareciese que los árboles fueron cortados, y la
hierba aplanada, como si alguien pasara muy seguido por ahí, esto la extrañó un poco ya que
se suponía que ella era la única que entraba en ese bosque, ese pensamiento la puso algo más
nerviosa, pero la curiosidad podía más con ella.

Después de caminar por lo menos treinta minutos, siguiendo el pequeño camino que
formaban las piedrillas, pudo observar que en medio del sendero se encontraba un pequeño
gato negro, el cual, al verla en vez de correr como harían otros animales, se quedó mirando a
Lira por un momento, pero había algo curioso en este gato y es que cuando le alumbro con la
luz de la linterna a los ojos, parecía ver como si estos estuvieran completamente vacíos, pues
no se podía distinguir ninguna parte de ellos, eso la asusto un poco y aun así decidió acercarse
con mucho cuidado, pero al hacerlo el gato dio media vuelta y comenzó a caminar.

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Lira comenzó a seguirle, pero entre más se acercaba, el gato más se alejaba, pero cuando ella
paraba el gato también, como si la estuviera esperando que lo siguiera, eso sí sin salirse del
camino.

Notó que la vegetación comenzó a cambiar, las plantas se veían de un color más verde de lo
normal, los arbustos estaban florecidos y las piedrillas se veían aún más bellas, esto alivió un
poco el temor de ella, pero esto no duraría mucho.

El gato corrió hacia un puente que se alzaba por medio de un gran río, nunca antes lo había
visto, eso la dejó pensativa un momento ya que pensó que alguien pudiese vivir por ahí, pero
en su mente comprendió que si era cuidadosa no le ocurriría nada, se armó de valor y decidió
cruzarlo teniendo cuidado con cada paso que daba, el puente parecía muy viejo y el río era
bastante grande y caudaloso, por lo que debía tener mucho cuidado.

Con cada paso que daba, los viejos tablones crujían de una manera muy fuerte, pareciendo
que se fueran a romper, el puente se balanceaba de lado a lado, lo que hacía que cruzar se
hiciera aún más difícil. A mitad del camino se detuvo un momento y tomando la linterna, se le
ocurrió alumbrar hacia atrás, para asegurarse de que no hubiera nadie, pero esto fue algo de
lo que pronto se arrepentiría, pues a lo lejos divisó unas grandes sombras, las que al ser
alumbradas por la linterna, se percataron de su presencia y en ese mismo instante
comenzaron a acercarse de una forma completamente errática y salvaje, como si se trataran
de lobos, que acababan de encontrar a su presa.

En el momento que las vio acercarse, del miedo sus ojos se abrieron completamente y sin
pensarlo dos veces, apresuró el paso, quitándose de la cabeza el río y el frágil puente, ya en
ese momento no importaban, lo único importante era escapar, pero las sombras se acercaban
más y más rápido; tenía miedo, quería gritar por ayuda, pero no podía, su boca y garganta se
habían quedado paralizadas y no dejaba de temblar al igual que sus piernas, pero al momento
que logro cruzar el puente, una de esas cosas la atrapo y en ese mismo instante la tomó de la
pierna y abriendo su mandíbula, clavo sus afilados dientes, los cuales la atravesaron por
completo.

El dolor enseguida se hizo presente, mientras caía al suelo sus ojos se llenaron de lágrimas y
soltó un largo grito, el cual resonó por todo el bosque. Las sombras que envolvían a esas cosas
se desvanecían, logrando verlas, dejando observar que tenían el aspecto parecido a esas
criaturas que se venían de las profundidades del mar, como alguna vez había visto en un
documental.

Esa cosa la tenía agarrada con fuerza y ninguna palabra de su boca podía salir, el miedo la
había dejado sin palabras a pesar de que quería pedir ayuda, a lo lejos lograba ver como más
de esas criaturas se acercaban rápidamente, por lo que cerró los ojos, esperando que eso
acabe rápido, al fin y al cabo, nadie la recordaría, nunca fue alguien importante y a pesar del
terror del momento, se sentía impotente, solo esperando la muerte.

En ese momento con sus ojos aun llenos de lágrimas, alzó su rostro en un último y
desesperado intento de buscar alguna esperanza y en medio de unos arbustos, vio al pequeño
gato, el cual la había llevado a aquel cruel destino, lo observó pacíficamente, al menos verlo le

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dio un momento de calma antes de su inevitable final, más sin embargo al ver al pequeño
gato, también se dio cuenta que al lado del él se encontraban un par de botas, poco a poco
alzó su cabeza, logrando ver una figura, completamente oculta entre las sombras de la noche y
el follaje del bosque.

En un segundo, una hacha se había clavado en el cuello de la criatura que la estaba mordiendo,
haciendo que está muriera al instante, en ese mismo momento la silueta salió de entre los
arbustos, tomo el hacha y mientras el resto de esas criaturas se encontraban cruzando el
puente, saco otra que se encontraba atada en su cinturón y alzándolas con sus brazos, las bajo
con una fuerza extraordinaria, cortando las viejas sogas del puente, haciendo que en el acto se
derrumbara con los monstros que aún quedaban , los cuales fueron arrastrados por el río junto
con el puente, el cual fue completamente destrozado por la fuerza de la corriente y las rocas
que sobresalían como lanzas de rio.

Cuando todo se calmó, logro ver a quien la había salvado, se dio cuenta que se trataba de una
chica con una larga cabellera, la cual parecía por lo menos de unos veinte y cinco años.

Después de un momento de observar como las criaturas caían hacia una inevitable muerte, la
chica se dio la vuelta y se acercó hacia Lira, la cual, a pesar de estar herida, se encontraba
sumamente impresionada por lo ocurrido.

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Después de un pequeño e incómodo silencio, al estarse observando una a la otra, la chica le
extendió la mano y estando un poco más calmada Lira aceptó la ayuda, lentamente se puso de
pie y en eso la chica pregunto.

¿: ¿Qué haces a estas horas niña, no sabes que es peligroso recorrer el bosque por la noche?

A lo que Lira respondió con voz temblorosa.

L: Yo, yo no soy una niña y gracias por salvarme.

Lira sin darse cuenta, mientras hablaban de sus ojos seguían brotando lágrimas, además que
temblaba ligeramente.

¿: Esas cosas suelen aparecer por la noche, se llaman Arcodoros, te contaría más sobre ellos,
pero debo mantenerlo en secreto, tienes suerte de que yo apareciera antes que esas cosas
pudieran hacerte más daño, a pesar de ello te han lastimado, por lo que necesito que me
acompañes a mi casa para poder curar adecuadamente esa mordida.

Pero mientras conversaban, de repente de entre la vegetación una de esas cosas salió,
arrojándose y derribándola a la chica, en ese instante, ella tomó de la cabeza a aquel Arcodoro

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intentándoselo quitar de encima pero poco podía hacer, ya que al momento de ser atacada sus
hachas habían salido volando, por lo que se encontraba completamente indefensa.

Lira se quedó horrorizada, viendo como la chica era atacada sin piedad por esa criatura y está
en un desesperado intento de salvarse, recibió tres mordidas, además que poco a poco el
Arcodoro se iba acercando a su cuello, lo que haría que esta muriera inevitablemente.

Pero a pesar del miedo, Lira no podía quedarse viendo como la chica era atacada, corrió a
tomar una de las hachas que habían salido volando del impacto con esa criatura, agarró la más
grande entre sus manos y teniendo mucho cuidado, alzo el hacha para luego bajarla con fuerza
al mismo tiempo que cerraba sus ojos. Después de un largo silencio, Lira poco a poco miró y se
dio cuenta de que había logrado acabar con la criatura, observando como el hacha había
logrado partirla a la mitad y después de retorcerse unos momentos, el Arcodoro cayó
completamente muerto.

El bosque volvió a estar en calma, Lira soltando el hacha fue a ayudar a la chica, la cual se
podía ver que estaba con una expresión de sorpresa a pesar de encontrase muy mal herida.

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¿: Jajajaja, niña tonta, se nota que eres valiente.

L: No, no me digas así, ahora no te muevas, estas muy herida, iré a buscar ayuda.

¿: No, nadie debe saber que esto pasó, además que el bosque esta en este momento lleno de
esas cosas, no podrás dar ni cinco pasos antes que te devoren, es mas en este mismo
momento las dos estamos en peligro, no tardara mucho para que más de estas criaturas
aparezcan, así que tienes que esconderte donde sea, yo estaré bien.

L: No, no te voy a dejar, tú me ayudaste y yo también lo haré, así que me voy a quedar te guste
o no.

La chica solo notaba la determinación en los ojos de Lira y sabiendo que esta que no se iba a ir
le respondió:

¿: Está bien, pero no me hago responsable de lo que luego te pueda pasar, ¿entendiste?

Lira asintió con la cabeza, así que se agacho y tomando el brazo de la chica, la ayudo a
levantarse lentamente ya que las heridas eran bastante profundas y le dificultaba moverse,
pero una vez logró ponerse de pie, se metieron entre los arbustos y comenzaron a caminar lo
más rápido que podían, observando repetidas veces para atrás para asegurarse que no les
estuvieran siguiendo; en eso, lograron ver como más de esas cosas iban llegando y se ponían a
olfatear la sangre que había quedado esparcida en el suelo, ambas sabían que era solo
cuestión de tiempo antes que comenzaran a seguirlas.

Después de mucho caminar y siguiendo las instrucciones que daba la chica de vez en cuando,
llegaron a una pequeña zona en la cual no había nada de vegetación, ni árboles, exceptuando
el césped y una gran piedra que se encontraba en el centro.

¿: Bien ya llegamos, ahora ayúdame a mover la piedra, pero hay que hacerlo rápido, estoy
segura de que esas cosas no tardaran en venir, así que debemos darnos prisa.

Entonces, ambas se agacharon y con toda la fuerza que les quedaba, comenzaron a empujar la
piedra y después de un momento de intentarlo, empezaron a escuchar unos sonidos que
venían de entre los árboles.

¿: Maldición, ya nos alcanzaron, rápido tu empuja la piedra mientras yo intento defendernos,


date prisa por favor, ya que en mi estado no podré resistir mucho, así que te lo encargo.

Entonces la chica se levantó y sacando nuevamente sus hachas, se puso en posición de


combate, esta vez no iban a atacarla por sorpresa, tal vez pudieron una vez, pero ya no más.

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Mientras tanto, Lira empujaba la piedra lo más fuerte que podía, era muy pesada, pero cuanto
más lo hacía, comenzó a ver un agujero por debajo de esta, aquel era aún muy pequeño para
que pudieran pasar, por lo que continuó haciéndolo más fuerte, Lira regresaba a ver
constantemente a la chica y aunque gran parte de su rostro estaba cubierto por un cubre
bocas, se podía notar en sus ojos que estaba muy asustada, además que su pierna la cual había
sido mordida temblaba ligeramente.

¿: Date prisa niña, ya que si son más de dos no podré hacer nada, así que por favor apresúrate.

L: No me digas niña, además que hago todo lo que puedo, así que no me apures, que no es
fácil, sabes.

¿: Jajaja, si tranquila no te enojes, además que dije por favor.

Se notaba el miedo en la voz de la chica, la cual sonaba bastante temblorosa, a pesar de que
intentaba mantenerse optimista, era claro que no podía.

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¿: Oye niña sabes, aunque es corto el tiempo que te conozco, la verdad me siento algo feliz de
acabar pereciendo junto a alguien, jejeje, porque no creo que lo vamos a lograr, en serió lo
siento, ojalá nos podríamos haber conocido mejor, perdón.

Capitulo dos:

L: Las cosas van de mal en peor, quién diría que unas cuantas acciones serían capaces de llevar,
hacia un destino tan cruel y miserable, pero aun así este puede ser algo caprichoso y darte una
última oportunidad, cuando toda esperanza se ha perdido.

Mi nombre es Lira y la verdad, nunca creí que pudiera alguna vez, caer en una situación como
esta. En estos momentos, estoy luchando por sobrevivir, junto a otra chica, la cual hace unos
momentos me acababa de salvar la vida y ahora ambas estamos a punto de ser condenadas y
todo porque no me quede en mi casa, todo por mi tonta curiosidad y ahora no tengo la
certeza de lo que pudiese pasar, estoy asustada, en verdad que sí y aunque trato de mover
esta enorme piedra con todas mis fuerzas, al final no creo ser capaz de hacerlo, los ruidos cada
vez se intensifican más y más, se siente como se van acercando, lo único que puedo hacer es
seguir empujando mientras volteo atrás de vez en cuando, para asegurarme que esas cosas no
hayan aparecido, pero el miedo me hace más lenta, siento mis manos y brazos tensos y el frío
de la noche no me ayuda en nada con esta situación, lo único que me calma es la hermosa luz
de la luna, ya que en el lugar donde estamos, está completamente despejado, su hermosa luz,
era capaz de iluminarnos completamente y aunque eso también nos ponía en mucho peligro,
debo admitir que es algo hermoso y que trae calma a la vez.

Voy a dar todo lo que tenga, aunque este sea mi final ya no tendré miedo, nunca más, voy a
ser valiente, no voy a retroceder nunca más en mi vida, voy a pelear, voy a dar hasta lo último
que tenga, no importa lo que me cueste. El sonido cada vez era más fuerte, las hojas de los
arbustos comenzaban a agitarse, a medida que lo que estuviese avanzando, se acercaba cada
vez.

Lira cada vez empujaba con más fuerza, pero se podía ver el cansancio que se iba generando
en ella, además, la chica se encontraba bastante débil, por el ataque de aquel Arcodoro, el cual
la había dejado bastante mal herida e incapaz de pelear.

Se podía sentir el terror en la mirada de ambas, el miedo a lo que pudiese salir del interior de
la vegetación, esto generaba una lucha interna en sus mentes, las cuales les hacía escuchar
cosas donde no había nada, hasta el más insignificante sonido de una hoja cayendo, podía
hacer que se sobresaltaran y la poca visibilidad en medio de la vegetación, tampoco les era de
mucha ayuda.

¿: Prepárate niña, ya están aquí.

Lira enseguida volteó la mirada, la cual tenía fija en donde se producían aquellos ligeros y
constantes ruidos, en cambio la chica sostuvo ambas hachas con más fuerza y en el último
momento, decidió lanzar una de ellas.

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El hacha voló por los aires, rumbo a lo que fuera que se moviese entre los arbustos, esta se
perdió entre las hojas y saltando de entre ellos, salió el pequeño gato negro que Lira había
visto antes, mientras caminaba por el bosque. Ambas se quedaron mudas, pero al mismo
tiempo eso las alivio un poco, suspiraron profundamente.

¿: Maldito gato, casi me matas del susto, ahora ven rápido que tenemos que irnos.

Lira se quedó callada, solo observando como el gato se subía al hombro de la chica.

¿: Bien parece que tenemos una oportunidad.

Entonces la chica guardo sus hachas y acercándose a la piedra, también comenzó a empujarla,
hasta que por fin la piedra fue completamente movida, dejando al descubierto un gran
agujero.

¿: Lo logramos, ahora debemos entrar, rápido, ustedes vayan primero.

Entonces el pequeño gato entro primero, luego fue Lira y por último entro la chica, todos se
arrastraron hasta llegar a una parte donde el túnel se extendía más y aunque todo estaba
completamente obscuro, la sensación de calma era algo que les daba fuerzas para seguir a
pesar del cansancio y de lo mal heridas que se encontraban.

Después de arrastrarse un momento por el túnel, llegaron a un pequeño cuarto, en el cual se


podía ver una palanca oxidada, una vez llegaron ahí, la chica la tomó y con un poco de
dificultad logro bajarla, al momento de hacerlo se escuchó un ruido, como si un montón de
engranajes se pusieran en marcha.

L: ¿Para qué era esa palanca?

¿: Para que la roca que empujamos vuelva a cerrarse y así esas cosas no logren entrar, digamos
que esta es una de mis entradas secretas.

Después de decir eso, la chica se acostó un momento sobre el frío suelo para después decir:

¿: Jajaja, parece que lo logramos, pero aun no es tiempo para descansar, debemos continuar
hasta llegar a mi casa, ahí podremos curarnos y tiene que ser rápido, quien sabe que cantidad
de enfermedades tengas esas cosas entre sus dientes.

Entonces ambas continuaron avanzando por el estrecho camino, en el cual ya podían ponerse
de pie y así continuaron hasta que por fin encontraron una puerta en medio del túnel, la cual
ya estaba bastante vieja y se encontraba rota en gran parte, la chica tomó el pomo de la
puerta y de un pequeño empujón esta se abrió, entonces Lira logro ver la luz de la luna, que
alumbraba toda la zona, pues ya no se encontraban bajo tierra y al fin ambas pudieron respirar
aire fresco.

Una vez salieron, Lira pudo distinguir una casa la cual estaba hecha con troncos y a pesar de
verse bastante rústica, a la vez se veía acogedora, un lugar bastante agradable para vivir.

¿: Bien, esta es mi casa, ojalá te guste, así que ven, tenemos que curar esa herida y de paso las
mías también.

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Ambas entraron a la casa acompañadas del pequeño gato negro, el lugar era bastante amplio,
había muchas cosas, entre las que se encontraban una enorme cantidad de libros, los cuales
estaban amontonados por toda la casa, además de un cráneo humano en lo que parecía ser un
altar, pero lo que más llamo la atención de Lira era el pequeño gato negro y su peculiar
aspecto, el cual al entrar a la casa se acurruco en la cama de la chica, al observarlo Lira
pregunto.

L: ¿Oye tú conoces a este gato?, lo vi hace tiempo cuando entre en el bosque, intente seguirlo,
pero al hacerlo, esas cosas llegaron a atacarme.

A lo que la chica respondió.

¿: Si es mi gato, te contaría más de él, pero tengo que mantener algunas cosas en secreto, por
cierto, ¿qué hacías recorriendo el bosque a estas horas?

L: Yo vi unas piedrillas luminosas cerca de la laguna, así que decidí seguirlas, pero la noche me
alcanzó, y tuve que regresar a mi casa, pero no podía dejar de pensar en ellas, por lo que quise
salir en la noche, para ver a donde me llevaban.

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¿: Ya veo, esas piedrillas de las que hablas las puse yo, ya que el bosque es bastante grande,
me ayudan a guiarme y no perderme, lo bueno es que solo se las puede ver desde el atardecer,
porque si no, me imagino que otras niñitas como tú se terminarían perdiendo.

L: Ya te dije que no soy una niña, y por cierto, gracias por salvarme, no te lo pude decir antes,
pero quiero decírtelo ahora.

¿: No hay de que niña, pero para la próxima es mejor que vengas acompañada y no adentrarte
a esas horas de la noche ya que esas cosas salen a cazar.

L: ¿Y qué son esas cosas?

¿: Como te dije antes, se llaman Arcodoros, lastimosamente no te puedo decir más de ellos,
debo mantenerlo en secreto, incluso el hecho de que estemos hablando ya es algo que no
puedo hacer.

Entonces mientras ambas hablaban, iban curando sus heridas, ya que por lo visto la chica tenía
un botiquín de primeros auxilios bastante viejo, pero se le podía dar utilidad, una vez que
terminaron, Lira se levantó, ya que se acordó que había estado mucho tiempo fuera de casa y
ya comenzaba a amanecer; pero se puso a pensar si se marchaba o no, que pasaría si esas
cosas la volvían a encontrar, pero a ella más le importaba lo que fueran a decir sus padres, por
lo que despidiéndose muy cordialmente de la chica, Lira se dispuso a regresar a su casa pero
esta la detuvo en el acto y le dijo:

¿: No puedes regresar, esas cosas siguen rondando por ahí.

L: Pero tengo que volver, porque si mis padres ven que no estoy, estaré en serios problemas.

A lo que la chica bastante molesta le respondió.

¿: He dicho que no, por poco y no logramos llegar, yo no estoy dispuesta a volver a salir, aparte
vi que tenías uno de esos dispositivos de comunicación en ese bolso que traes, será mejor que
llames a algún amigo y que traiga una antorcha para venir a rescatarte, pero no creo que
alguien esté lo suficientemente loco para hacer eso y más aun sabiendo acerca de esas cosas.

Entonces en ese momento al escuchar esas palabras Lira solamente agacho la cabeza y dijo.

L: Yo no tengo ningún amigo y nunca los he tenido, siempre estoy sola, por lo que no tengo a
nadie a quien llamar.

¿: Es extraño para mí, ya que a pesar de ser una niña y con el poco tiempo que llevamos
conociéndonos, me has caído bastante bien, así que dime niña ¿te gustaría ser mi amiga?; te
cuento que yo tampoco tengo amigos, vivo bastante sola en el bosque, jejeje bueno, también
acompañada de este gato.

En ese momento y al oír esas palabras, los ojos de Lira se abrieron completamente y sin
prestar atención al comentario sobre su edad, solo se dirigió a abrazar a la chica con sus ojos
llenos de lágrimas.

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L: ¿En serio?, jejeje, perdón esto es algo nuevo para mí, tu, tu eres la primera amiga que tengo,
esta noche solo pensé que encontraría una muerte horrible, nunca imaginé que yo conseguiría
una amiga y por cierto, me llamo Lira, dime, ¿cómo te llamas?

La chica puso su mano en el hombro de Lira, en señal de amistad y sonriendo le contesto:

¿: Mi nombre es Minerva y es un gran placer haber conocido a mí también única amiga.

Lira se quedó callada un momento y sorprendida le dijo:

L: ¿Hablas en serio?

M: Si, es la verdad, nunca he tenido ningún amigo desde que me mude aquí, debido a que soy
algo… diferente, además que han sido pocas las ocasiones en las que he salido de este bosque
y solo me limito a observar de vez en cuando a la gente que llega a internarse aquí, no son
muchos claro está, y es por eso que me encuentro digamos algo solitaria, aunque…

Entonces Lira sonrió y al ver su rostro el cual estaba tapado con un cubre bocas le pregunto.

L: ¿Por qué te cubres el rostro, puedo verte?

A lo que la chica respondió:

M: Pues… es un secreto, aún hay muchas cosas que debo ocultar, pero con el tiempo lo sabrás,
te lo prometo, además hay que encontrar una manera de volver, ya que te aseguro que eso no
será nada fácil.

L: ¿Pero, tu dijiste que no podíamos volver, por qué cambiaste de opinión?

M: ¿Porque, entre amigas nos ayudamos verdad?, además no quiero que te metas en
problemas, así que te ayudare, pero tendremos que tomar un camino diferente, esperemos
que esas cosas no nos estén siguiendo.

Aunque algo nerviosa, Lira asintió y después de que ambas se vendasen sus heridas Minerva
agarro sus hachas y las coloco en su cinturón, al tiempo que de un pequeño cofre sacaba una
especie de mapa algo polvoriento y lo puso en la mesa, para después abrirlo.

M: Mira, nosotras estamos aquí, en la zona noreste del bosque y como verás, se dibujan unas
líneas que representan las fronteras, una de estas zonas me pertenece a mí y las otras, excepto
la central, están repartidas entre mis hermanos, es algo que algún día te explicare con más
detalle, pero ahora tenemos que enfocarnos en lograr llegar sanas y salvas a tu casa, por lo
que tomaremos todo el camino que se pueda de mi territorio y el resto tendremos que entrar
en otro, el principal problema es que en el otro territorio, también habrá otros tipos de bestias
que querrán alcanzarnos, no se tratará de un viaje fácil.

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Lira se encontraba determinada, a pesar de todo el peligro que conllevaba el regresar, una vez
Minerva cogió todo lo que fuera necesario para ellas, ambas salieron en compañía del
pequeño gato negro el cual iba en frente, casi como guiándolas por el camino, ellas estaban
conscientes de que este no iba a ser un viaje agradable, pero a la vez este era el comienzo de
una gran amistad.

Capítulo 3:

Comenzaron a caminar por un sendero, el cual salía por la parte de atrás de la casa de
Minerva, mientras iban acompañadas por el pequeño gato negro, el cual iba al frente de ellas.
Al parecer tendrían que internarse en el territorio de uno de los hermanos de la Minerva, por
lo cual se veía que esta se encontraba nerviosa, pero a pesar de ello estaba dispuesta a llevar a
Lira de vuelta a su casa.

La chica iba llevando sus hachas amarradas en su cinturón, junto a una antorcha, la cual
llevaba para ahuyentar a los Arcódoros, ya que al parecer estos le temían al fuego, pero no
siempre, ya que había uno u otro que aun así se aventaban a la antorcha sin miedo, por lo que
se la estaban jugando al momento de salir.

Después de caminar un tiempo, llegaron a una parte del río, la cual no era muy difícil de cruzar
y no había necesidad de usar un puente, pues el otro había sido tirado por Minerva en la pelea
contra los Arcodoros, por lo que ahora no se podía cruzar por ahí, esto no fue mucho problema
para ambas, lo único a lo que temían es que una vez cruzasen ya comenzaban los dominios de
uno de los hermanos de Minerva y según esta, al parecer tenían que previamente avisarse
entre ellos antes de entrar en el territorio de otro, para que no haya problemas, pero era un
riesgo que debían tomar.

No caminaron mucho antes de lograr ver a la distancia unas casas, las cuales se alzaban, como
si se tratase de una pequeña aldea, donde se encontraba uno de los hermanos de Minerva, por

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lo que ésta apago la antorcha y continuaron más lentamente, para no ser descubiertas, pero
esto no duraría mucho, porque a lo lejos lograron distinguir la figura de una mujer, la cual al
parecer estaba custodiando la zona.

La mujer solo caminaba a lo lejos, sus ropas estaban rotas y sus ojos se encontraban vacíos, al
igual que los ojos del gato que las acompañaba, además tenía lo que parecían ser un par de
cuernos, eso si uno de ellos se encontraba quebrado.

L: ¿Quién es ella?

M: Ella es la asistente de mayor jerarquía del segundo de mis hermanos y como podrás verlo
en sus ojos, estos se encuentran vacíos al igual que los de mi gato, por lo que podrás deducir
que este gato también es mi asistente.

Hubo un tiempo en que esa mujer venía a pasear por este bosque al igual que tú, pero de un
día para otro, se dice que mi hermano la atrapó con engaños y trampas y la convirtió en su
asistente, experimentando con ella, así que verás que los Arcodoros no son lo único de lo que
hay que cuidarse, además que pudo ser algo que también te habría sucedido a ti.

Lira solo la observaba con algo de pena, esa pobre chica ahora estaba esclavizada contra su
voluntad y nadie podía hacer nada para ayudarla.

Continuaron caminando por entre los árboles, lo más silenciosamente posible y así estuvieron
por un buen tiempo, hasta que Minerva menciono que ya habían logrado salir del territorio de
su hermano, ya no tenían de que preocuparse, eso sí excepto de los Arcodoros que aun
rondaban por ahí, pero no paso mucho tiempo hasta que lograron distinguir la pequeña laguna
y el camino de las piedrillas luminosas, las cuales aún se las podía ver brillar, aunque como ya
estaba amaneciendo, ese brillo que emanaban ya era bastante débil, pero aun visible .

Se detuvieron a descansar por un momento, ambas se sentaron en la orilla de la laguna


mientras recuperaban el aliento debido al esfuerzo, no estuvieron hay mucho tiempo y una vez

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terminaron de descansar, se pusieron de pie y volvieron a retomar el camino hacia la casa de
Lira.

Siguieron caminando mientras charlaban un poco, y tras mucho tiempo de camino, por fin
pudieron observar la casa de Lira, al fin habían llegado, entonces Lira se despidió de Minerva,
pero antes prometiéndose entre ellas que se volverían a ver, tomó su bolso y entró por la
ventana, esta vez no le causó mucha dificultad, una vez dentro, voltio a ver a Minerva, viendo
como ella junto con el pequeño gato se alejaban entre los árboles.

Lira se sentía feliz , esta travesía no solo le había traído problemas, también le causo alegría,
además de haber conseguido a su primera amiga, las cosas iban muy bien y mientras pensaba
en ello, iba subiendo con mucho cuidado las viejas escaleras, aguantando la respiración, para
hacer el menor ruido posible y no despertar a sus padres, al llegar a su cuarto tiro su bolso en
la cama, se cambió de ropa ya que esta estaba algo sucia debido a todo lo ocurrido y se acostó
en ella, rodeándose de las suaves sábanas y entrando casi de inmediato en un profundo sueño.

Al siguiente día Lira se despertó con mucha dificultad, todo el cuerpo le dolía, en especial la
parte en donde aquel Arcodoro la había mordido, esto poco le importo, así que se levantó, fue
a tomar su desayuno y enseguida tomo su bolsa, aprovechando que sus padres salieron a
trabajar se fue de regreso hacia el bosque.

En eso, mientras iba caminando logró encontrar la laguna, poco tiempo después llegó al
puente donde la noche anterior se había encontrado con Minerva, pero este seguía destruido
por lo que pasó antes, al otro lado veía como una silueta se acercaba junto a una más
pequeña. Se trataban de Minerva y el pequeño gato negro, al verse, ambas se saludaron,
desde cada extremo del puente, en ese momento Minerva cargo al gato en su espalda y
tomando impulso, salto el río de un solo brinco.

Lira se quedó con los ojos abiertos como platos, aquello era imposible para una persona
normal, a lo que la Minerva respondió riendo ante la mirada atónita de Lira.

M: ¿Qué pasa?, parece que viste un fantasma, Jajajaja.

L: ¿Cómo hiciste eso?

M: Jajá bueno esto es algo de las tantas cosas que debo contarte, así que ven, vamos a
caminar un rato y de paso charlemos un poco.

Entonces ambas fueron a caminar mientras se contaban sus cosas, Lira acerca de su vida y la
Minerva de la suya en este bosque, hasta que Lira dijo:

L: Hay muchas cosas que no me has contado, como ¿quién eres tú?, ¿por qué vives en este
bosque?, ¿de dónde son esas cosas que nos atacaron ayer?

Y Minerva respondió.

M: Bueno te contare todo lo que pueda, comenzando primeramente a decirte quien soy yo,
pero debes jurar que nunca le contaras esto a nadie, solo es algo que puedes saber tú y nadie
más.

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Lira asintió con la cabeza, estaba comprometida a no decir ni una sola palabra de lo que iba a
escuchar en estos momentos, entonces Minerva confiando plenamente en su nueva amiga,
prosiguió a decir:

M: Bueno, respondiendo a tu pregunta; yo soy una gárgola, pero no de las que seguramente
conoces o has escuchado hablar, sino que así es el nombre de mi especie, además como había
dicho antes, junto a mis hermanos protegemos y dominamos este bosque, por lo que fue
dividido entre nosotros y cada uno cuida y vigila su parte.

L: ¿Me puedes contar un poco más acerca de tu especie?

M: Esta bien, así que presta mucha atención, las gárgolas venimos de una rama diferente en la
línea evolutiva de la humanidad y la gran mayoría de los miembros de nuestra especie viven
bajo tierra, pero algunos incluyéndome a mí y a mis hermanos, decidimos dejar nuestro hogar
y salir a superficie y hablando un poco más de mi especie, nosotros principalmente nos
caracterizamos por tener unos largos colmillos asemejándose a los de los vampiro de la cultura
popular entre los humanos, otra característica es que tenemos las orejas en punta, al igual que
la gran mayoría de especies que viven debajo de la tierra, además de tener ojos grises, la
última característica por así decirlo sería, que tenemos la piel pálida debido a la falta de luz
solar en donde vivimos, aparte nosotros tenemos una capacidad increíble de adaptarnos a
diferentes entornos, además de tener una fuerza muy superior a la humana, incluyendo la
inteligencia, eso sí lo único que no podemos tolerar bien, es la luz solar.

L: Sabes, pero veo que tú conoces mucho acerca de nosotros los humanos, a pesar de que
vives sola en este bosque, aparte, estamos en pleno día, ¿no dijiste que toleraban muy poco la
luz solar?

M: Pues digamos que estuve conviviendo un tiempo entre los humanos cuando llegue aquí y
en cuanto al sol, como verás, la luz no pasa en medio de los arboles por lo que no hay
problema.

L: ¿Y quiénes son tus hermanos?

M: Bueno, te lo contare así que préstame mucha atención.

M: Mis hermanos son:

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Silfón:

Él vive en aquellas casas que vimos ayer, las construyó gracias a que el posee unos largos
brazos que guarda en su espalda, debajo de un saco que siempre lleva, diría que es bastante
serio, pero servicial y honorable, por lo que es con quien más me suelo llevar, aun así tengo
que ser respetuosa con los límites que hemos fijado, es por eso que debimos escondernos ayer
mientras cruzábamos por su territorio, por que podrá ser calmado, pero con él al igual que con
el resto de mis hermanos, no se les puede andar tomando a la ligera ya que las consecuencias
pueden ser bastante grandes.

El segundo sería Dasferno:

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El posee un par de cuernos, junto con algo en su espalda que se asemejan a unas alas, es capaz
de moverlas a voluntad, pero estas no le sirven para volar, además que muestra una
permanente sonrisa gracias a una larga hilera de dientes afilados que el posee, vive en una
especie de torre, la cual se encuentra dentro de un largo laberinto el cual es bastante peligroso
ya que se encuentra lleno de desagradables trampas, por lo no es de sorprenderse que varios
se hayan perdido y muchos más hayan muerto en el intento de cruzar, por lo que la única
manera de entrar y salir es con ayuda de él.

M: Después vendría Verónica:

Vive en una gran fortaleza, la cual se asemeja a un pequeño castillo, en donde vive los árboles
crecen de manera descomunal, ya que ella preparo una especie de brebaje para que estos
crecieran grandes, sanos y fuertes, es de mencionar que a ella le agradan mucho y no permitirá
que nadie se atreva a cortar un solo árbol que sea de su territorio, solo en caso de necesidad
extrema podría hacer una excepción. Además, que al igual que yo, posee bastantes
características de lo que sería antiguamente una gárgola pura, pues debido al constante
mestizaje entre gárgolas y humanos que han ocurrido a lo largo de los años, se producen gran
variedad de mutaciones, ya que nuestras capacidades adaptativas cuando se mesclan con la
genética humano produce esto, pero no ocurre en todos los casos, por lo que nosotras
tenemos un aspecto más parecido a lo que eran las primeras gárgolas en un principio.

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M: Y por último esta Sofhiar:

Él es el mayor de todos y el más odiado entre nosotros, ya que por su culpa existen los
Arcodoros, posee una gran inteligencia y gran variedad de conocimientos de todo tipo, a pesar
de que nuestra especie por si ya es bastante inteligente y sabia, este resalta de entre todos
nosotros, pero principalmente en lo que es magia y ciencia; gracias a esto es que después de
una extensa experimentación llegó a crear a los Arcodoros, los cuales son bestias sin ningún
tipo de control más que sus propias órdenes.

Él vive en las montañas nevadas, un lugar sumamente frío y apartado, casi siempre se
encuentra nevando por lo cual hay una increíble carencia de luz solar, cosa que a él le favorece
mucho, ya que de entre todos nosotros, él es el que más la detesta, por lo que estar en un
lugar con gran carencia de sol, lo hace sentir como pez en el agua, es sumamente anti social,
por lo que casi nunca sale de su territorio y al hacerlo siempre sale con un par de gafas y una
máscara de respiración que le cubre el rostro, además le tiene un gran odio a los humanos,
debido a que la gran mayoría de estos suelen ser bastante tontos en comparación a nosotros y
por sobre todo en comparación a él; incluso yo le tengo un gran repudio a la mayoría de
humanos ya que son pocos los que verdadera mente pueden llamarse a sí mismos racionales,
aunque todos se hagan llamar de ese modo, y son esta clase de humanos los que son bien
recibidos entre las gárgolas, para que estos no puedan contagiar sus malas costumbres entre
nuestra especie, a pesar que somos muy amables y cordiales, no aceptaremos que cualquier
persona se mezcle entre nosotros; entonces podrás darte cuenta que son muy pocos los
humanos que llegan a encontrarse con nuestra sociedad y son ellos los que pueden llegar a
quedarse y eso va también para nosotros aquí en este bosque, o bueno eso es lo que nos dijo
Sofhiar.

Como dije antes, es el creador de los Arcodoros, los cuales se encargan de proteger este
bosque y es la razón por la cual a mí y a mis hermanos aún no nos hayan descubierto los
humanos, además es la razón por la cual anteriormente no pude contarte casi nada, ya que lo
nuestro preferiblemente debería mantenerse en secreto, aunque no creo que habría mucho
problema que se enterase el o mis hermanos, ya que veo eres una persona buena y de la cual

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se puede confiar, además que perfectamente encajas en el perfil de un humano de buen
corazón, puedo ver todo esto, ya que poseo una gran intuición, por lo que me es fácil de
deducirlo… y bueno Sofhiar al igual que Verónica y yo, no poseemos muchas características de
mutaciones en nuestra especie, exceptuando mis ojos de color rojo.

L: ¿Y por qué odian a Sofhiar?

M: Porque esas cosas que nos atacaron ayer, serían algo así como la policía de este bosque,
siempre están vigilándonos y atacando a todos los que entren a altas horas de la noche y
aunque estamos agradecidos con él, ya que gracias a esas cosas no hemos sido descubiertos,
mayormente solo causan problemas, pero nadie puede decir nada contra él, ya que Sofhiar es
el más fuerte de todos.

L: ¿Y tú quisieras rebelarte contra él?

M: Hay una forma, pero es casi imposible.

L: Dímelo por favor.

M: La única forma sería robando su espada, la Corta Filos, la cual es una arma legendaria que
el posee, es lo que lo vuelve tan poderoso, además fue el primero que entró y se adueñó de
una gran parte del bosque y en esos días en los que solía rondar por las montañas nevadas,
antes de adueñarse de ellas, se internó en estas y ahí fue donde la encontró; una hoja tan
peligrosa como bella, capaz de cortar casi cualquier cosa y brindando un poder extraordinario
a la persona que posea a esta legendaria arma, Sofhiar la cuida como si se tratase de su vida,
yo solo la he visto una vez, fue cuando se proclamó como el dueño de las montañas nevadas.

L: ¿Y tú quisieras derrotarlo?, si es así estoy dispuesta a ayudarte.

M: Claro que sí, al igual que mis hermanos queremos ser libres, pero como verás es algo muy
difícil de hacer, ya que la espada se encuentra resguardada por cinco puertas en el interior de
las montañas y cada llave que las abre están vigiladas por él, en el interior de la montaña en
una serie de túneles que funcionan como un laberinto para tenerlas bien resguardadas. Y para
ello necesitaría ayuda de mis otros hermanos, cosa que no será algo fácil, pero si estás
dispuesta a ayudarme, lo daré todo para intentarlo, ¿qué te parece?

Lira aceptó sin dudar, era más que obvio que ayudaría a su mejor amiga.

En los siguientes días, ambas continuaron viéndose, Lira después de acabar el colegio, se
dirigía hacia el puente derrumbado, para encontrarse con Minerva y aunque estuviese
castigada, no había problema en ir, ya que sus padres trabajaban hasta tarde y ella podía ir con
toda tranquilidad. Mientras ambas iban planeando cómo iban a comenzar el plan para vencer
a Sofhiar y hacer que el bosque vuelva a ser un lugar seguro y tranquilo, estás se dieron cuenta
que tendrían que buscar nuevas formas de cuidarlo, que no fuese a través de los Arcodoros,
tenían que asegurar el bosque al mismo tiempo de no ser descubiertas.

M: Bien niña voy a reunir a mis hermanos, aunque estoy segura que al principio intentarán
detenernos, con todo esto esperemos que podamos ganarnos su confianza y para ello necesito
que vengas conmigo, para que ellos sepan que yo hablo en serio.

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Entonces quedaron verse al siguiente día y cada una se fue a su casa; Lira se encontraba más
nerviosa que nunca, mañana conocería a los hermanos de Minerva y no sabía cómo estos iban
a reaccionar, con mucho miedo llegó a su casa, abrió la puerta y subió las escaleras y al llegar a
su cuarto se sentó en su cama, agarró un panda de peluche, el mismo que se encontraba
recostado sobre un mueble, se cubrió con él rostro y comenzó a pensar.

L: No sé si las cosas serán tan fáciles, no sé lo que pasará mañana, ¿cómo se me ocurrió hacer
esto?, soy una simple humana, hasta Minerva estaba nerviosa, pero no me importa, haré esto
por ella, no importa lo que pase, al final espero que las cosas salgan de acuerdo al plan.

Lira se quedó dormida junto al peluche y comenzó a soñar, en sus sueños podía ver el bosque
en llamas, y en un árbol a medio quemar se encontraba Minerva gritando, pero Lira se veía
encadenada a otro árbol, el cual estaba quemándose lentamente, a lo lejos podía ver a una
figura que alzaba una espada, que desprendía un aura negra, que cubría al bosque de
obscuridad, mientras que la persona que la sostenía pronunciaba unas palabras que no lograba
escuchar con claridad, pero le resultaban familiares.

Se despertó completamente sobresaltada, sudor frío caía por todo su cuerpo y se dio cuenta
que estaba temblando, pero todo había sido solo una pesadilla, Lira suspiró profundamente y
se relajó, al parecer sí que estaba bastante nerviosa con lo que ocurriría al siguiente día, pero
aún es muy noche por lo que sería mejor que volviera a dormir, necesitaba estar con mucha
energía para mañana, así que se acostó nuevamente en su cama y tomando su panda de
peluche se quedó dormida.

Al siguiente día se despertó, se arregló y tomando su bolso salió hacia el bosque, ese día no
tendría clases, por lo que podía ir sin ningún problema, además que ya no estaba castigada,
este era el gran día, hoy se daría la reunión en la que se definiría el destino del bosque, si este
seguirá como está, o volverá a ser una tierra tranquila y pacífica, pero para ello se debe
destronar a quien ostenta el reinado de las montañas nevadas del bosque, Sofhiar.

La reunión se iba a llevar acabo en la meseta central del bosque, Lira caminó por mucho
tiempo, estaba muy nerviosa hasta que por fin consiguió llegar a ella, así que la escaló y una
vez que llegó, pudo mirar a cuatro personas incluyendo a Minerva, así que respiró profundo y
avanzó hacia ellos, dando inicio la reunión.

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S: Bienvenida señorita Lira, ya nos han hablado mucho de usted, así que me presento, mi
nombre es Silfón y junto a mis hermanos, Dasferno, Verónica y Minerva, vamos a decidir el
futuro de este bosque, y si te preguntas no le hemos dicho nada a Sofhiar, queremos que esto
quede en secreto y sin más, comencemos la reunión.

Cada quien tomó asiento sobre el césped de la meseta y poco a poco comenzaron a hablar;
viendo los pros y los contras, y aunque la mayoría estaba de acuerdo en destronar a Sofhiar
como líder del bosque, nadie estaba dispuesto a intentar robar su espada, ya que si era
descubierto en el acto, es más que seguro que morirá de una manera horrible a manos de él,
pues como se ha dicho antes, Sofhiar es el más poderoso de entre todos los hermanos, por lo
que la tarea de intentar desterrarlo, vencerlo o hasta matarlo sería un gran problema y si lo
consiguieran, ¿después quién reinaría las montañas nevadas?. Las cosas no parecían estar a
favor de ser capaces de vencer a Sofhiar, así que la reunión y todos los argumentos puestos en
favor de vencerlo parecían venirse abajo.

S: Robar la espada Corta Filos sería imposible, Sofhiar es paciente con nosotros y estoy seguro
que todos seríamos desterrados si él se enterara, si somos descubiertos en el intento sería
terrible, lo mejor será pedir ayuda.

L: ¿Qué clase de ayuda?

S: Traer a alguien más fuerte que él y la mejor forma que tenemos de vencer a una gárgola, es
con otra, como suponemos que esa es la mejor opción y al ser ustedes las que tuvieron esa
idea, nosotros creemos que son quienes deben traer esa ayuda.

M: Creo que sé a dónde llega esta conversación.

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S: Exacto, van a tener que bajar al Nido de las Gárgolas, nuestra tierra natal y conseguir la
ayuda que necesitamos.

L: ¿Qué es el Nido de Gárgolas?

M: Es de donde provenimos las gárgolas, ahí pasamos mis hermanos y yo toda nuestra niñez,
antes que entrásemos a vivir en este bosque, hay varias entradas alrededor del mundo, ya que
las gárgolas somos una especie que nos gusta vivir en las profundidades de la tierra y
casualmente debajo de este bosque se encuentra una de las tantas entradas, al más grande de
los reinos, a mi tierra natal.

S: No será un viaje sencillo, por lo menos tomará un día completo en bajar hasta allá, además
que deben llevar algo que cubra sus bocas, debido a los posibles vapores tóxicos que se
encuentren ahí abajo.

M: Comprendo completamente y nosotras nos encargaremos de esto, ¿no es así Lira?

Ella solo asintió con la cabeza.

S: Entonces está decidido, hoy en la noche bajaran y roguemos que Sofhiar no se entere de
esto.

L: Pe…pero ¿cómo voy a explicarle esto a mis padres?

M: No te preocupes, prepararé un brebaje para que tus padres, no serán capaces de


recordarte durante el tiempo que estés fuera, así que tranquila, empaca tus cosas y prepárate
para esta noche, lleva lo necesario y especialmente lleva un cubre bocas porque no sé cuánto
tiempo estemos allá abajo, hasta conseguir a alguien que nos ayude a vencer a Sofhiar, ahora
ven, es mejor que regresemos, iré a tu casa a las doce de la noche, a esa hora les daré el
brebaje a tus padres y entonces nos iremos.

Después de esa explicación Silfón se levantó, dando por terminada la reunión, después todos
también lo hicieron; se despidieron entre ellos y cada quien se dirigió hacia su respectivo
hogar; Minerva acompañó a Lira a su casa y a unos cinco minutos de llegar se despidieron ya
que Minerva tenía que regresar a su hogar y prepararse para el viaje, sobra decir que Minerva
tenía mucho por recorrer para retornar, así que ambas se despidieron y cada quien se fue por
su lado.

Ese día Lira lo paso de lo más normal, estuvo jugando en la computadora, vio algo de televisión
y sobre todo se la pasó dibujando y así el día poco a poco comenzó a caer; entonces Lira
recordó que necesitaba un cubre bocas, así que pidiéndole permiso a sus padres, tomó algo de
dinero y salió a comprarlo, se dirigió a la ciudad hasta encontrar una tienda donde los vendían,
incluso con diferentes diseños, como los que usaban algunos artistas famosos, Lira compró
uno y retornó a su casa, su madre al llegar le preguntó por qué había ido a comprar eso con
tanta prisa, ella respondió lo primero que se le vino a la mente y era que pertenecía a una de
sus bandas favoritas y es de edición limitada, su madre no le dio mayor importancia y Lira
subió a su cuarto donde guardó el cubre bocas en uno de sus cajones, también buscó una
mochila en la que luego pondría todo lo necesario para el viaje.

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El sol ya había caído, Lira cenó, cepilló dientes y se dirigió a su cuarto, dejando puesta una
alarma un poco antes de la media noche, una vez hecho esto ella se acostó en su suave cama y
simplemente cerrando los ojos se quedó profundamente dormida.

La hora había llegado, la alarma de su celular sonó y Lira despertándose algo somnolienta salió
de su habitación, bajó lentamente las ruidosas escaleras y una vez bajó esperó unos minutos
observando por la ventana, hasta que después de un momento y cuando el reloj en su celular
marcó la media noche, vio como Minerva salía de entre los arbustos y comenzaba a acercarse
a la ventana en la que Lira estaba esperando.

M: Ha llegado la hora.

Minerva sacó de uno de sus bolsillos una pequeña botella de color verde.

M: Toma, ve y destapa la botella y ponla debajo de la cama de tus padres, la botella comenzará
a emanar vapores, los cuales harán que tus padres no te recuerden durante un tiempo, es un
somnífero muy fuerte, así que cuando la abras deberás aguantar la respiración, una vez echo
eso, nos iremos.

Lira asintió con la cabeza, tomó la botella que le paso Minerva por medio de la ventana,
entonces hizo lo que le dijo, subió lentamente las escaleras, entro al cuarto de sus padres,
abriendo lentamente la puerta para no despertarlos, una vez dentro destapó la botella y
aguantando la respiración la dejó bajo la cama; tan rápido como la abrió comenzó a salir
vapores de esta, como si se tratara de un cigarro al cual se dejó consumirse.

Después de esto fue a su habitación, tomó su mochila en la que empacó todas las cosas que le
parecieran necesarias, además del cubre bocas, luego abrió la puerta de su casa con toda la
tranquilidad de que sus padres no despertarían y Lira junto con Minerva corrieron hacia el
bosque, desapareciendo en la lejanía y la frondosa vegetación.

Capítulo 4:

Corrieron y corrieron por el bosque, hasta encontrarse con los hermanos de Minerva en la
pequeña laguna.

S: Por fin llegaron, bien ya es la hora.

Dijo Silfón.

L: Por cierto, señor Silfón, ¿qué es lo que vamos a hacer ahora?

S: La entrada se encuentra exactamente en este mismo lugar señorita Lira.

L: ¿A qué se refiere señor Silfón?

Entonces Silfón tomó una cadena que se encontraba enterrada en el suelo, la cual se extendía
por la laguna, al mismo tiempo que tiraba de ella, se podía ver como el agua se iba drenando
hasta observar una puerta en el interior, se encontraba completamente llena de algas, dejando
a Lira anonadada y no era de extrañarse que todos se dieron cuenta de ello.

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S: Ya es hora de que se marchen, pero antes espera un momento.

Entonces Silfón sacó un anillo de oro con una piedra roja engarzada en él y se lo dio a Lira,
entonces le dijo:

S: Este anillo se llama Luz Valiente, te permitirá ver en medio de la obscuridad, pero tienes que
tener mucho cuidado con él, porque si lo usas cuando hay mucha luz, puede que quedes ciega,
así que debes tener precaución al usarlo.

L: Está bien, tendré mucho cuidado con él, pues se me había olvidado llevar una linterna,
pero… y que hay de Minerva, si me das el anillo solo a mí, ella estará a ciegas y no podrá ver
absolutamente nada.

Minerva contestó:

M: No te preocupes por eso, yo también poseo uno de esos anillos.

Y metiendo su mano en su bolsillo sacó el mismo anillo que le habían dado a Lira.

M: Ves aquí está, será mejor que te lo pongas porque ya vamos a bajar a las profundidades de
la tierra, pasando por largos túneles y obviamente no hay luz.

Después de decir eso, ambas se colocaron sus respectivos anillos, pero a Lira le quedaba algo
grande y decidió colocárselo en el pulgar, una vez hecho esto comenzó a notar como todo lo
que veía a su alrededor se iba aclarando hasta el punto de ver como si fuese de día, como era
de esperarse quedó bastante sorprendida por lo ocurrido, pero antes de decir una palabra con
respecto a eso, Minerva se rio un poco por la expresión de sorpresa de Lira y sin perder más
tiempo esta le dijo.

M: Ya es hora de irnos.

Comenzaron a bajar con mucho cuidado, el agua había dejado todo muy resbaladizo, además
estaba lleno de algas, las cuales les dificultaba caminar y era inevitable resbalarse, con mucha
dificultad llegaron a la puerta, comenzaron a abrirla, pero esto no era una tarea fácil, ya que
estaba completamente enredada con algas, pero una vez que lograron quitarlas, abrieron la
puerta con bastante facilidad, entonces se miraron por un momento y después de unos
segundos continuaron.

Al momento de entrar, la puerta se cerró y comenzaron a escuchar como la laguna volvía a


llenarse con agua, estaban en una caverna muy obscura y si no fuera por los anillos que
llevaban, no serían capaces de ver ni siquiera más allá de sus propias narices.

Continuaron avanzando, el viaje les tomaría por lo menos un día de caminata, así que
emprendieron su marcha.

Caminaron durante horas, pero mientras más avanzaban, comenzaban a sentir un fuerte olor a
azufre, hasta que a lo lejos pudieron distinguir unas cuantas luces, las cuales se alzaban como
estrellas dentro del techo de la cueva, iluminaban todo el lugar, dando un ambiente tranquilo
y sereno, estas luces se le hacían familiares a Lira, que estaba segura de haberlas visto en
alguna otra parte.

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Minerva al percatarse de esto dijo:

M: Por tu expresión me he dado cuenta que te han gustado esas luces y dime, ¿recuerdas esas
piedrillas brillantes que puse en la laguna?, pues fueron de estas estalactitas de donde las
tomé.

Lira se quedó callada, admirando como estas luces impregnaban de color toda la cueva,
iluminándola y embelleciéndola por completo, como si se tratase de diamantes en el cielo
nocturno.

Eso sí, antes de llegar hasta este lugar, ya se habían retirado sus anillos mientras caminaban
para no hacerse daño, ya que, a pesar de no ser una luz tan intensa, por precaución decidieron
hacerlo.

Continuaron caminando, aunque ahora ya sin ayuda de los anillos porque las estalactitas en el
techo de la cueva iluminaban perfectamente la zona, haciendo que caminar ahora fuese más
sencillo, pero aun así había partes más obscuras que otras, por lo que usaron los anillos
algunas veces más. Tras mucho caminar ambas decidieron pasar la noche en ese sitio, para
continuar a la mañana siguiente y recuperar sus energías, así que acostándose en el frio suelo
se dieron las buenas noches y poco a poco ambas quedaron completamente dormidas.

Al siguiente día despertaron muy adoloridas, dormir sobre piedra en una caverna no era algo
muy cómodo.

M: Como amaneciste amiga mía.

L: Pues no muy bien en realidad y aunque no me costó dormir, me siento sumamente cansada.

M: Yo por mi parte no dormí mucho, en primera por dormir en este lugar que no es un sitio tan
cómodo y en segundo tengo insomnio, así que me siento como esas cosas que ustedes llaman
zombis, pero eso no importa por el momento, tenemos que seguir avanzando.

Después de terminar de levantarse, continuaron con el viaje, teniendo que pasar por senderos
diferentes y profundas grietas, con mucho cuidado de no perderse entre los incontables
túneles que eran como laberintos que se extendían a lo largo de toda la cueva, porque si
llegaban a perderse, dudosamente alguien las llegaría a encontrar nuevamente.

Continuaron caminando, cada paso que daban las acercaba más a su objetivo, además que
Minerva dijo que ya no se encontraban muy lejos, continuaron hasta que vieron una luz la cual
se movía de lado a lado, ¿qué era eso?, ambas se preguntaron lo mismo, pues no se trataba de
las luces que emitían las estalactitas con esas piedrillas incrustadas, más al parecer se trataba
de la luz de un farol.

M: ¡Oh! ya se lo que es.

Dijo Minerva.

L: ¿Y qué es?

M: Es un cartógrafo de las profundidades, ven vamos a comprarle un mapa.

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Entonces ambas fueron hacia donde se situaba la luz y una vez que llegaron, se encontraron a
una persona que efectivamente iba llevando un farol, estaba dibujando sentado sobre una
piedra, este al momento de verlas exclamó:

¿: Bienvenidas señoritas, mi nombre es Nior y soy un elfo cartógrafo subterráneo, vendo


mapas de todas las formas, materiales y estilos para poder recorrer estas cavernas, así que,
¿les gustaría comprar uno?

M: Si nos interesaría algo que nos llevase al Nido de Gárgolas.

N: Muy bien señorita, en ese caso serían cincuenta monedas de cobre.

Minerva revisó sus bolsillos, para su sorpresa, no había ni una sola moneda, por su expresión
Nior se dio cuenta de lo ocurrido.

N: ¿Que pasa señorita?, ¿acaso no tiene dinero?

M: Lamentablemente lo he dejado todo, discúlpeme.

N: Menuda situación, pero no hay problema, también intercambio mis preciados mapas por
cosas del exterior, las cuales son muy codiciadas acá en las profundidades y veo que su
amiguita trae un lindo bolso que no ha sido echo aquí, tal vez podríamos hacer un trato por él,
¿qué me dice?

Lira observó su bolso, el cual era un objeto muy valioso para ella ya que había estado con él
durante muchos años, pero tenían prioridades más importantes que el sentimentalismo, así
que decidió entregarlo.

L: Está bien no hay problema, tenga, igual puedo guardar mis cosas en la mochila.

N: Una sabia decisión señorita, tome este mapa, es especial, muestra tanto como llegar a la
superficie al igual de cómo llegar al Nido de Gárgolas y un consejo más señorita, es mejor que
cubra sus rasgos humanos, ya que están prohibidos la gran mayoría de ustedes por esas
tierras, especialmente en los reinos subterráneos de las gárgolas, si no llega a ser clasificada
como un humano de buen corazón.

L: Esta bien tendré en cuenta eso, gracias por el consejo.

N: Muy bien señoritas esto es todo lo que tengo que decirles me despido y buen viaje.

Entonces Nior tomó sus cosas y continuó por su camino, alejándose por las cuevas mientras
iba silbando algún tipo de canción.

M: Perdón por lo de tu bolso, pero era importante conseguir este mapa, sino no sabríamos
como llegar, así que continuemos.

L: Espera un momento, lo del bolso no importa, pero él acababa de decir que era un elfo ¿eso
es verdad?

M: Si así es, las gárgolas no somos la única especie que vivimos aquí en las profundidades del
mundo, pero veo que te has emocionado mucho al ver al elfo Jajajaja, sabes, si yo fuera

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humana creo que reaccionaría de la misma manera, pero gárgolas y elfos hemos convivido
durante años, ya que son una especie bastante agradable y sabia.

Lira se encontraba bastante emocionada por lo que dijo Minerva y con todo el entusiasmo le
preguntó.

L: ¡Guau! yo pensé que los elfos solo eran cosa de fantasía, pero son reales, ¿y dime que otras
especies hay?, acaso hadas, duendes o quizá vampiros?

M: Jajajaja veo que estas bastante entusiasmada, pero responderé a tus preguntas si así lo
deseas; en primer lugar, los duendes y las hadas si existen aquí y en el exterior, pero sólo
pueden ser vistos si ellos lo desean y en cuanto a los vampiros, también existen pero no en las
profundidades, ellos viven en el exterior; hay más razas viviendo en el interior de la tierra, pero
por el momento no es necesario hablar de ello ya que debemos continuar, así que
pongámonos en marcha, espero haber contestado todas tus dudas.

Ambas continuaron avanzando por los estrechos túneles, los cuales se abrían como laberintos,
pero ahora con ayuda del mapa, no habría problema en perderse.

Y así caminaron por un buen tiempo, tras tanto recorrer, comenzaron a sentirse muy cansadas,
hasta que pudieron ver una tenue luz, pero esta, no era una luz de una farola o una antorcha,
Minerva se dio cuenta de ello y le dijo a Lira que por fin habían llegado.

En ese entonces ellas suspiraron, el viaje había sido largo, pero había valido la pena,
comenzaron a acercarse, sin embargo, al salir del túnel, en vez de encontrarse con una simple
caverna, se encontraron con una pequeña ciudad; Lira se quedó asombrada, esta estaba
completamente iluminada y llena de vida, había niños jugando, las casas eran todas de
distintos y variados colores, las personas se encontraban de buen humor, en conclusión, todo
era alegría.

M: Bienvenida Lira a la Ciudad del Oeste, y del Nido de Gárgolas.

Lira sorprendida le dijo a Minerva:

L: Todo aquí es tan hermoso, ¿por qué decidiste irte de este lugar?

M: Digamos que este tipo de vida no es para mí, al final me terminé aburriendo de todo y de
todos, lo mismo pasó con mis hermanos; mira, nosotros no somos como los demás, somos
como una anomalía entre las gárgolas, mientras aquí son alegres y caritativos, nosotros somos
sombríos y más fríos, debido a nuestro contacto con la humanidad y en eso Sofhiar lo es
mucho más, pero dejando de lado eso nosotras estamos aquí, porque necesitamos a alguien
que lo venza y así recuperar la calma del bosque.

Después de decir eso, se internaron en la colorida ciudad, donde en todas partes rebosaba de
alegría.

M: Ven tenemos que entrar primero a una taberna, me muero de hambre y supongo que tú
también.

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Entraron a la taberna más cercana y a diferencia de la gran mayoría de tabernas del mundo
humano, esta era limpia y la gente muy amable, además nadie bebía licor, entonces un
hombre muy alto y con una larga barba se les acercó y les dijo.

Bienvenidas señoritas, ¿en qué les puedo ayudar?

M: Por favor denos dos platos de comida, si no es mucha molestia.

Está bien señorita enseguida se los traeré.

El hombre se fue y mientras regresaba con su comida, ellas seguían charlando de lo que
realizarían.

M: Muy bien este es el plan, vamos a ir al Reino Escarlata, mi tierra natal, ahí es donde se
encuentran los mejores guerreros que hacen que la paz y el orden se mantenga, no tanto por
su fuerza sino por su educación. Pero aún sin ellos la ciudad estaría en buenas manos, ya que
nuestro rey es justo y bueno, por lo que estoy segura de que nos ayudará.

L: Tengo muchas preguntas, de cómo construyeron este lugar, y ¿por qué solo hay gárgolas
aquí?

M: Déjame explicarte, esta ciudad fue construida hace cientos de años; aquí en el Nido de
Gárgolas existen cuatro ciudades y tres reinos, algunas construidas por elfos y otras como esta
por gárgolas y en medio de todas ellas se encuentra el Reino Escarlata, donde dentro de él se
encuentra nuestro justo rey, al que debemos visitar, tú eres de las pocas humanas que van a
entrar en este reino, como dije antes, solo se les suele conceder el paso a humanos que
demuestren que su corazón es puro, sincero y generoso, eso toma un largo tiempo
demostrarlo, así que tu identidad la mantendremos en secreto.

Después de esa larga charla, ambas terminaron su comida y se marcharon del lugar, eso si
dejando como pago uno de los lápices que llevaba Lira para dibujar, les esperaba un viaje muy
largo.

M: Bien, el camino es largo y peligroso hacia el Reino Escarlata, ya que las gárgolas no somos la
única especie que habita aquí y debemos cuidarnos.

L: ¿Y qué otras especies habitan?

M: Hay una gran variedad de especies, entre ellas están por ejemplo los Tuneleros de las
profundidades, que son unas bestias con forma de escarabajos gigantes, que cavan largos
túneles en el interior de la piedra y tal vez por eso, es que nos costó tanto evitar perdernos,
pues algún tunelero debió haber creado esos caminos hace mucho tiempo; también como
viste hay elfos recorriendo por estas tierras incluso en el exterior, es por eso que has de haber
escuchado hablar mucho de ellos y nunca de una gárgola u otras especies; pero sin desviarme
del tema debemos tener cuidado, ya que los peores de todos son los Fisgos, que son unas
criaturas que tienen la apariencia de la combinación de un perro con un cerdo, además de
poseer un cuerpo antropomórfico, están completamente llenos de pelo que les cubre en su
totalidad, aunque te cuento que a pesar de ser unas criaturas muy peligrosas y astutas,
algunos trabajan en las diferentes ciudades y reinos de las gárgolas y los elfos, ya que poseen

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la capacidad de comer piedra y extraer los minerales de esta, fundiéndolos en su propia boca y
dándole la forma con sus lenguas, hasta formar preciosas joyas, es más, los anillos que usamos
de seguro fueron hechos por algún Fisgo y aunque estoy agradecida de ello, lastimosamente
su naturaleza hace que la mayoría sean malos y crueles por lo que es difícil confiar en ellos.

Y así Minerva continuó hablando con Lira mientras caminaban y transcurrían los días, ambas
pasaron por muchas dificultades, como pasar por ríos subterráneos, cavernas, entre otras
cosas y a pesar de eso y sin darse cuenta ya estaban a punto de llegar al Reino Escarlata, pero
para ello tenían una última cosa que cruzar, entonces Minerva dijo:

M: Jaja estoy segura de que esto te gustará.

L: ¿A qué te refieres?

M: Sólo mira.

Lira alzó su cansada mirada, ya que habían caminado por algunos días, pero eso no le impidió
sorprenderse de mirar un inmenso bosque, quedando impresionada, este no era un bosque
normal, ya que los árboles estaban petrificados con una especie de resina parecida a la
esmeralda.

M: Bienvenida al Bosque Esmeralda.

Lira se quedó sin palabras al ver tan hermoso paisaje, un bosque en lo profundo de la tierra
¿quién lo diría?, continuaron caminando a través de el, así que ambas entraron evitando
perderse, siempre siguiendo las indicaciones de la gente que iban encontrando por el camino,
y así caminaron durante mucho tiempo entre los árboles, los cuales eran duros como una
piedra debido a esta especie de resina a la que por nada del mundo debían tocarla, ya que
cuando se encontraba en estado líquido podrían quedar petrificadas e intentar quitar esta
resina terminaría por desollar al pobre que tuvo la mala fortuna de tocarla, así que
continuaron con mucho cuidado.

Caminaron y caminaron, pero el bosque no parecía tener fin, ellas encontraron a dos chicas
que estaban sentadas en medio del camino, pasaron alado de ellas saludándolas y en su voz se
podía notar su tristeza e incluso miedo, pero lo más impresionante era que ambas tenían
cuernos.

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Entonces Lira preguntó:

L: Minerva, ¿quiénes eran esas chicas, acaso ellas son otra especie?

Minerva respondió:

M; No, se tratan de gárgolas al igual que yo, ¿te acuerdas que te hablé acerca de las
mutaciones que se dan con el mestizaje entre gárgolas y humanos?, en el caso de estas chicas
de seguro alguno de sus padres debe ser humano, o algún ancestro suyo, es por eso que son
así, aunque debo admitir que sus cuernos son hermosos, me hubiera gustado nacer con esa
clase de mutación, en mi caso lo único que tengo de diferente a una gárgola original son mis
ojos, porque las gárgolas que no tienen mutaciones los tienen de color gris y es normal que
pienses que se traten de otras especies ya que en la Ciudad del Oeste no vimos a ninguna
gárgola con mutaciones muy resaltantes, en resumen solo acuérdate de mis hermanos Silfón o
Dasferno, a pesar de sus peculiares características siguen siendo gárgolas.

L: Tienes razón, discúlpame se me había olvidado, pero dejando el tema de lado ¿notaste una
gran tristeza en su mirada y voz?, de seguro que si te diste cuenta y decidiste ignorarlas, les
pasa algo, ¿no sería buena idea preguntar?

M: Claro que me di cuenta, pero eso no importa ahora, nuestra prioridad es llegar al Reino
Escarlata y no tenemos tiempo para preguntar acerca de su situación.

L: Por favor, solo será por un momento.

Minerva respondió algo fastidiada.

M: Oh demonios; está bien vamos a preguntar que les ocurre y de ahí nos marchamos
¿entendiste?

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Lira sólo asintió con la cabeza y se acercaron a las chicas, y esta preguntó:

L: Hola, mucho gusto, mi nombre es Lira, me disculpo por preguntar esto tan repentinamente,
pero ¿ustedes se encuentran bien?, les noto algo tristes.

Una de las chicas le respondió:

¿: Hola mucho gusto señoritas, mi nombre es Diafer y mi hermana se llama Diafar, lamento
que nuestros afligidos rostros les hagan detenerse a preguntar por nosotras, pero tenemos un
gran problema.

L: ¿Y cuál es su problema?, claro está si me permiten saberlo.

D: Nuestro problema señorita Lira, es que un Fisgo entró a la cueva en la que vivimos y
tenemos miedo de acercarnos a él, a pesar que hemos avisado al Reino Escarlata, debido a un
conflicto que dicen tener, no pueden ayudarnos.

Entonces Minerva entró en la conversación diciendo.

M: ¿Y ya intentaron charlar con él?, comprendo que son unos seres terriblemente peligrosos,
pero son razonables cuando se lo proponen.

A lo que Diafer respondió:

D: Si, ya intentamos charlar con él, pero sólo nos gruñe y nos da miedo que en algún momento
llegue a atacarnos.

L: ¿Y por qué este Fisgo decidió entrar a su cueva?

D: Pues al parecer nuestra cueva estaba llena de rocas ricas en minerales, eso fue lo que lo
atrajo y dudosamente va a abandonarla, como dije antes, ya mandamos una carta al Reino
Escarlata pero no recibiremos ayuda por un largo tiempo.

Al decir esas palabras, ambas agacharon sus cabezas con suma tristeza, pero de la nada
Minerva comenzó a reír, cosa que hizo poner incómodas a todas, en especial a Lira la cual le
preguntó:

L: Minerva, porque te ríes, ¿qué no vez que esta es una situación seria?

Minerva respondió con una sonrisa en su rostro.

M: Claro que sé que esta es una situación seria, pero les quiero decir algo a las tres y es que
me comprometo a sacar a ese Fisgo de su cueva, ¿qué les parece?

Todas se quedaron en silencio al escuchar eso y una de las chicas dijo:

D: Con todo respeto, pienso que eso es una locura o ¿cómo pretende sacar al Fisgo de nuestro
hogar?

M: Jejeje, fácil ya lo verán, pero por ahora necesito que me guíen a su casa.

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Las chicas se miraron entre si y susurrándose al oído, decidieron hacerle caso a Minerva, la
cual continuaba con una gran sonrisa y un inigualable optimismo, cosa que extrañó a Lira ya
que no la había visto de ese modo.

Y así las cuatro se dirigieron rumbo hacia la cueva en la cual vivían, la cual se encontraba en
medio de dos de estos curiosos árboles, la entrada en el suelo estaba destrozada por
completo, se notaba que este Fisgo era peligroso, pero aun así continuaron descendiendo por
las escaleras de este peculiar hogar.

Una vez llegaron hasta abajo, notaron como pedazos de las paredes y el techo habían sido
arrancados a pesar de que estaban en una cueva y en su lugar había pequeñas bolitas que
parecían hechas de metal, no tardó mucho tiempo para que comenzaran a escuchar ruidos
que provenían, según las chicas del cuarto de Diafar, la hermana menor.

Entonces se acercaron y efectivamente se encontraba el Fisgo, mordisqueando las paredes del


cuarto, el cual se dio cuenta de la presencia de ellas.

¿: ¿Qué hacen ustedes aquí?... acaso ¿quieren morir?

Lo decía el Fisgo con un tono burlesco, mientras molía una piedra entre sus dientes, entonces
Lira susurro al oído de Minerva que sacase sus hachas y el fisgo exclamó:

¿: Jajajaja, por lo visto tu amiga se encuentra bastante asustada, pero les recuerdo que a pesar
de que son gárgolas y que poseen una gran fuerza, no serán capaces de enfrentarse a mí y tú la
chica de las hachas, se ve que eres la más fuerte, pero de seguro que comprendes esto más
que ninguna otra de tus amigas que te acompaña.

Entonces Minerva le respondió en un tono sarcástico.

M: Tienes razón, no podría enfrentarme a ti sin terminar muerta, pero que me dices si te
ofrezco un mejor lugar, para que puedas consumir toda la piedra y con los minerales más
deliciosos que puedas imaginarte dentro del Reino Escarlata.

El Fisgo empezó a reír a carcajadas y en medio de su incesante burla le dijo.

¿: ¿Y cómo pretendes cumplir aquella propuesta señorita gárgola?, porque no creo que el rey y
la reina accedan tan fácilmente a esa petición; además que ya deben tener más Fisgos
trabajando para el reino, yo simplemente sobraría, podrás darte cuenta que lo que me estás
diciendo es ridículo.

M: Si, tienes razón eso sonaría ridículo viniendo de una gárgola normal, pero digamos que yo
no lo soy y te lo demostraré, así que déjame hacerte una pequeña petición y déjame
susurrarte algo al oído, ¿qué te parece?

¿: Muy bien señorita gárgola supuestamente especial, cumpliré con tu pequeña petición, pero
con la condición de que dejes tus hachas que guardas en la cintura.

M: Está bien, lo haré, ¿Lira puedes sostener mis hachas por un momento?

Lira acepta, entonces Minerva sacó las dos hachas de su cinturón y se las entregó.

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M: Muy bien, ya hice lo que me pediste, ahora necesito que te acerques para decirte lo que
tengo que hablar contigo.

Entonces el Fisgo comenzó a acercarse lentamente, mientras que las demás chicas retrocedían
a medida que se este iba avanzando.

¿: Muy bien señorita gárgola ya estoy aquí, entonces ¿qué es lo que tiene que decirme?

Minerva se acercó a su oído y comenzó a susurrar unas cuantas palabras, para luego separarse
del Fisgo y que este dijera.

¿: ¿En serio eres tú?, sabes podré ser un Fisgo, pero no soy tonto, por lo que necesito que
demuestres lo que me estás diciendo, tus ojos no son la suficiente prueba para comprobar lo
que dices.

Entonces Minerva sacó del interior de su chaqueta una especie de medalla o insignia, al ver
esto el Fisgo sobresaltado, dio unos pasos para atrás y dijo:

¿: ¡No…no puede ser!, en realidad es usted.

Minerva respondió esta vez con un tono burlesco.

M: Vez, te lo dije, pero no quisiste creerme, así que por favor mantén esto en secreto, yo
cumpliré mi parte del trato y tu cumplirás la tuya.

¿: ¿Cómo podría expresarle mi gratitud su…emmm señorita Minerva?, estoy completamente


de acuerdo en dejar esta casa y cumplir mi parte, pero antes déjeme expresarle mi gratitud.
Entonces el fisgo sacó un trozo de piedra de la pared y comenzó a masticarla durante unos
momentos, para después escupir lo que estaba tallando con su boca, se trataba de una muy
bella pieza de joyería, luego le hizo un laso con algunos mechones de sus cabellos y
extendiendo su mano, le entregó a Minerva.

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¿: Muy bien señorita Minerva, gracias por aceptar mi obsequio y espero que cumpla su parte
del trato.

M: Así será, antes de marcharte ¿me podrías decir cuál es tu nombre?

¿: Mi nombre no es importante, pero con todo se lo diré, yo me llamo Vasco y espero que lo
recuerde, así que me despido, hasta luego.

Entonces el fisgo, así como había llegado se marchó, Minerva guardó su medalla y Lira le
entregó nuevamente sus hachas, pero las tres chicas se comenzaron a preguntar ¿qué era lo
que había hecho para convencer al Fisgo? y Minerva les dijo:

M: Lastimosamente no les puedo contar nada, pero lo importante es que me encargué de él


¿cierto?

D: Si es verdad, mi hermana y yo se lo agradecemos mucho.

M: No es a mí a quien deben dar las gracias, sino a mi pequeña amiga quien fue que me
convenció de ayudarlas.

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Entonces Diafer y Diafar fueron a darle las gracias a Lira y ésta muy apenada las aceptó; pero
era momento de marcharse, así que ambas salieron de la cueva, se despidieron, y a diferencia
de como se habían conocido, ahora había una amplia sonrisa en sus rostros.

Continuaron durante un largo trayecto a través del Bosque Esmeralda, encontrándose en su


camino con muchos elfos, ya que para los ellos el bosque era uno de los territorios más
importantes que existían ahí en las profundidades, tras mucho caminar parecía haber llegado a
aquello que tanto trabajo les había costado encontrar.

M: ¡Mira!, es el Reino Escarlata, no nos falta mucho para llegar.

Y así continuaron, más entusiasmadas que antes y siguiendo el camino llegaron hasta una
cabaña, en la cual se encontraba un elfo, este al verlas les dijo:

¿: Muy buenos días, tardes o noches señoritas, bienvenidas a mi humilde morada, ¿les gustaría
hospedarse?

Ambas dijeron que si, estaban muy cansadas, así que entraron en la cabaña que era toda de un
color esmeralda brillante, al parecer había sido construida utilizando los árboles de la zona,
una vez ingresaron, el elfo que les había recibido con tanta amabilidad se presentó.

¿: Mi nombre es Felrros, soy un elfo del bosque Esmeralda y doy posada a los viajantes,
además de algunos consejos de vez en cuando, debido a que este bosque se ha vuelto un lugar
muy peligroso y de ninguna manera hay que salirse del sendero, porque si llegan a perderse
aquí, tengan por seguro que nadie en este mundo va a ser capaz de encontrarlas, debido a que
se ha vuelto traicionero, antes era un lugar tranquilo pero desde que fue robado El Corazón del
Bosque, este no ha vuelto a ser el mismo.

L: ¿El Corazón del Bosque, y qué es eso?

F: El corazón del bosque fue una ofrenda hecha a los espíritus de este bosque, pero un día,
alguien con un oscuro corazón llegó y lo robó; esto los enfureció y ahora sólo se la pasan
haciendo travesuras, causando muchas muertes, haciendo perder a los viajantes y más cosas;
se dice que quien poseyera este corazón, adquiriría un poder increíble, es por eso que mi
gente, junto con algunas gárgolas cuidaban muy celosamente esta ofrenda que era una
espada, sumamente poderosa.

L: ¿espada, El Corazón del Bosque, ¿era una espada?

F: Si, y la llamaban de muchas maneras, pero las principales eran, el Corazón del Bosque
Esmeralda o la Espada Corta Filos.

En ese instante ambas quedaron atónitas al oír esas palabras, se miraron a los ojos, sabiendo
perfectamente lo que pensaban, sí, efectivamente fue Sofhiar quien robó el Corazón del
Bosque, pero no podían decírselo a Felrros, quien sabe lo que diría él o su gente contra ellas,
por tener algún tipo de relación con Sofhiar; por lo que decidieron guardar silencio y hablar de
otro tema, aunque Minerva principalmente se preguntaba a sí misma, ¿por qué Sofhiar haría
algo así y cómo fue que se adentró en este bosque para encontrar la espada y no murió en el

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intento?, con todas las criaturas, gente y zonas peligrosas que tiene, pero bueno no es hora de
pensar en él, eso será para otra ocasión.

Y así ambas continuaron hablando con Felrros, hasta que poco a poco el sueño les fue
ganando, así que alquilaron una habitación y se fueron a dormir, estuvieron un pequeño lapso
de tiempo conversando hasta que Lira fue la primera en terminar dormida y al poco tiempo
Minerva también caería en un profundo sueño.

Al siguiente día se levantaron con mucha energía, el día anterior las había dejado exhaustas, se
sentían de maravilla, así que tomaron sus cosas, se despidieron de Felrros dejándole como
paga otro de los objetos de Lira, esta vez fue otro de sus lápices, pues tenía muchos de estos,
una vez hecho esto, continuaron su viaje hacia el Reino Escarlata, el cual ya se lo podía ver
desde el lugar en donde se encontraban.

Cruzaron el bosque hasta que al fin lograron llegar, Lira se quedó maravillada al ver por
primera vez el Reino Escarlata, todo estaba hecho como si fuera de rubí y de piedra, las calles,
las casas, incluso el puente el cual tenían que cruzar, todo era de este bello color y según
Minerva es la razón por la cual el reino tomaba su nombre; pero había algo en particular y es
que del reino surgían grandes cantidades de vapor, por lo que mientras se acercaban, Lira
preguntó a Minerva acerca de esto y ella respondió.

M: Jejeje veo que aquello te ha parecido muy curioso, así que te lo voy a explicar, y es que
nuestra mayor fuente de energía, por así llamarlo, es el vapor de agua, ya que nosotros no
utilizamos combustibles fósiles u otras cosas que lleguen a contaminar el ambiente y al estar
dentro de una caverna, todos los residuos se quedarían aquí, afectando gravemente a la gente,
pero incluso si pudiéramos usarlos no lo haríamos, porque no queremos progresar a costa de
cualquier cosa, esa es la razón del porque tu planeta está tan contaminado, ya que los
humanos prefieren el progreso antes que nada.

Lira quedó encantada con sus palabras y al mismo tiempo que decepcionada, las cosas no eran
así allá arriba, pero mientras pensaba en ello, sin darse cuenta ya habían llegado a la entrada
del reino donde un guardia las recibió.

¿: Bienvenidas señoritas al Reino Escarlata.

Dijo un hombre muy alto quien se encontraba vestido de caballero.

¿: Espero que disfruten su estancia aquí y vuelvan cuando quieran.

Pero después de decir tan educadas palabras, el caballero al que no se le podía ver el rostro,
de un segundo a otro quedó sorprendido y dijo:

¿: Oh, no me lo puedo creer, pero si es la señorita Minerva, tanto tiempo sin verla, es un gusto
volverla a ver.

Ella respondió:

M: ¿Bruno, en serio eres tú?, tanto tiempo sin vernos, disculpa mi atrevimiento, pero tengo un
favor que pedirte, necesito que nos lleves donde el rey de inmediato.

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B: Eso será algo difícil ya que el rey no se encuentra, en su lugar está la reina, pero creo que
puedo hacerlo, vengan conmigo.

Entonces ambas fueron atrás del caballero, pasando por medio de la gente en este tan peculiar
reino, observando la gran variedad y tipo de gárgolas que habitaban ahí, debido a que algunas
eran muy altas, otras muy bajas, algunas tenían cuernos y otros hasta colas, pero aparte de eso
se podía ver, como todos eran felices en ese reino, al igual que la ciudad a la que habían
llegado días atrás.

Mientras Lira se quedaba maravillada observando todo acerca de este reino, como sus fuentes,
sus jardines, la gente, pero principalmente la increíble cantidad de rosas rojas que había en
todos lados, llegaron a la entrada de un inmenso castillo para luego dirigirse hacia dos guardias
quienes vigilaban la entrada, pero antes, Minerva se cubrió el rostro con la capucha de su
chaqueta, lo cual fue algo extraño para Lira y así continuaron hasta acercarse a ellos.

B: Buenos días, tardes o noches señores, les traigo grandes noticias, la princesa Minerva ha
regresado y quiere ver a la reina de inmediato.

Entonces Minerva miró a Bruno con furia y dijo:

M: Maldición Bruno, ¿por qué dijiste eso?, ya sabes como se pondría la gente si se enterase si
yo o alguno de mis hermanos hemos regresado, sería un gran inconveniente.

B: Lo siento señorita Minerva, pero no me lo había dicho.

Lira al escuchar esto se quedó bastante sorprendida y al rato preguntó:

L: Espera, ¿tú eres una princesa?, ¿por qué no me lo habías dicho antes?

M: Porque no era algo que quería que supieras, yo dejé esa vida hace mucho tiempo y quiero
olvidarlo.

L: Pero aun así debiste decírmelo.

M: Lo sé y lo siento, pero no estamos aquí para discutir eso, nosotras venimos a ver a mi
madre, así que, tendrían la bondad de dejarme pasar, estaría muy agradecida.

Claro que si princesa Minerva, dijeron ambos guardias mientras abrían la enorme puerta.

M: Bien terminemos con esto.

Avanzaron siendo escoltadas por otro par de guardias, cada vez que se iban internando más en
el castillo, Lira solo podía observar los grandes pilares, la bella arquitectura y todo lo que
alcanzaran a llegar a ver sus ojos y tras caminar por un corto lapso de tiempo, por fin llegaron
al salón real, donde se escuchó una voz que con gran entusiasmo dijo:

¿: Demos la bienvenida a la princesa Minerva Escarlata.

Entonces las gigantescas puertas del cuarto de los reyes, que se encontraban frente de ellas se
abrieron, a lo lejos se podía ver a una mujer con un aspecto bastante curioso, junto a ella, se
encontraba toda su corte, quienes hicieron una pequeña reverencia al momento que entraron.

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Minerva al momento de entrar hizo una pequeña reverencia junto con Lira y exclamó:

M: ¡Oh madre y reina!, yo la princesa del Reino Escarlata he venido ante ti a pedir ayuda y
consejo.

¿: Hija mía, ven aquí conmigo, porque yo, la reina Darante prestaré oído a tus súplicas, ¿por
qué otra razón vendrías a visitarme?

Entonces mientras charlaban Lira se acercó al oído de Minerva y le dijo:

L: ¿Jejeje por qué hablan tan raro?

Minerva contestó algo sonrojada.

M: No te burles, así son las cosas en la realeza.

Entonces la reina exclamó:

D: Cuéntame hija mía, que acongoja tu corazón que ha hecho que vinieras a pedir mi ayuda.

M: Se trata de Sofhiar, querida madre.

D: ¿Sofhiar, dime hija mía qué es lo que ocurre con él?

M: Está causando mucho mal allá en el mundo humano, volviendo peligroso mi hogar y el de
mis hermanos, el cual es un bosque allá en el exterior, creando inmundas y terribles criaturas,
las cuales nos atormentan cuando diariamente cae el sol, no sólo a nosotros, también a los
humanos que se adentran cuando ya es tarde, mi amiga y yo ya fuimos heridas por culpa de él;
pero la principal razón por la que hemos venido ante ti, es que nos oprime e intimida
constantemente, ya que en su poder se encuentra el Corazón del Bosque Esmeralda, la Espada

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Corta Filos, a la que sacó del interior del Bosque Esmeralda y ahora usa para hacer el mal, tal
vez no de forma directa, pero si lo hace.

Después de escuchar esas palabras la reina completamente preocupada dijo:

D: No puedo creer que exista tanta maldad en su mente y corazón, por lo que veo se trata de
un tema serio, así que acércate hija y cuéntame con más detalles esta situación, además esa es
la razón por la que los elfos del Reino de Plata y las gárgolas estemos en guerra, ya que fue
reciente cuando alguien se percató de la ausencia de la Espada Corta Filos.

Entonces Minerva y la reina comenzaron a charlar acerca de lo que estaba ocurriendo, le


explicó toda la travesía que tuvieron que pasar para llegar hasta ahí, también le explicó la
situación con Sofhiar y como Lira le había ayudado a llegar hasta ella, a pesar de ser humana.

D: Ahora lo entiendo todo y lo difícil que es esta situación, pero si es que Sofhiar tiene la
Espada Corta Filos, su poder se verá incrementado extraordinariamente y ni siquiera un
ejército sería capaz de vencerlo, por lo que tendrán que usar un poder igual de basto para ser
capaz de derrotarlo.

M: ¿Madre te refieres a otra arma legendaria?

D: Si hija mía, es la única manera de vencerlo, pero lastimosamente sólo conocemos el


paradero de una y esta se encuentra en las catacumbas olvidadas, en la región maldita de este
mundo subterráneo, cerca al Reino de Escarcha y ningún explorador, científico o aventurero ha
sido capaz de encontrarla.

L: ¿Y cómo se llama esta arma mi señora?

D: Se llama La Enjambre Solar, es una de las tres espadas echa del más valioso mineral que
existe en estas tierras, la Nalanita Refinada, el cual da a la espada sus increíbles cualidades,
pero como dije antes, nadie ha sido capaz de encontrarla y muchos ni siquiera han vuelto, te
enviaría un grupo de búsqueda, pero estamos actualmente en guerra con los elfos del reino
vecino, por lo que necesitamos a todos nuestros guerreros para defendernos.

Entonces Lira al escuchar esto, muy confundida dijo:

L: Pero nosotros hace un par de días conocimos a un elfo y fue muy amigable con nosotras,
incluso nos dio posada.

D: Déjame te explico jovencita humana, el Nido de Gárgolas está dividido en tres reinos y
cuatro ciudades que son: las ciudades del Norte, Sur, Este y Oeste y los siguientes reinos: El
Reino Escarlata, el Reino de Escarcha o llamado el Reino del Valle Helado que se encuentra
dominada por las gárgolas y por último está el Reino de Plata que se encuentran dominados
por los elfos.

El Valle Helado hace mucho tiempo atrás, era una colonia que estaba inundada de vida, incluso
se formó un reino ahí, llamado el reino del gran valle que después pasaría a llamarse el Reino
de Escarcha ya que con el tiempo se volvió una región inhóspita, gracias a que por alguna
razón, comenzó a bajar la temperatura y casi todas las diferentes razas tuvieron que mudarse

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hacia otras regiones, formando pueblos y pequeñas ciudades, dejando esta antigua región casi
abandonada junto a todos sus secretos, pero se dice que si una persona encuentra la espada
Enjambre Solar podrá llenar nuevamente esa región de vida, dicha y prosperidad y el Reino de
Escarcha volverá a alzarse como en sus antiguos tiempos, ahora que ustedes tienen la
necesidad de encontrarla, podrían volver a llenar de luz esas tierras y por eso tienen todo mi
apoyo, así que les daré provisiones, y lo que deseen para esta travesía.

Y con respecto al elfo que se encontraron en su camino, este pertenecía al Bosque Esmeralda y
no al Reino de Plata, pues los elfos del Bosque Esmeralda no están del lado de nadie, son gente
buena y pacífica, por el contrario, los elfos del Reino de Plata son muy orgullosos entre otras
cosas, nunca nos hemos llevado bien, pero tan poco tan mal como para entrar en una guerra.

Luego de una larga plática la reina ordenó confeccionar ropa, armas, preparar comida, entre
otras cosas ya que el viaje sería largo; ahora estaban bien equipadas y contaban con el apoyo
de la reina para ir a la región del Valle Helado a buscar la legendaria espada y derrotar a
Sofhiar; esa noche la reina les ofreció quedarse a descansar en el castillo, ellas aceptaron con
mucho gusto, el viaje las había dejado exhaustas y se merecían un pequeño descanso, les fue
asignada a cada una habitación y sin pensarlo dos veces, se tumbaron sobre sus camas hasta
quedarse dormidas.

A mitad de la noche, Lira comenzó a sentir como lentamente abrían la puerta de su habitación,
cosa que la asustó un poco, se cubrió con las sábanas hasta que escuchó una voz familiar, se
trataba de Minerva la cual al verla le dijo:

M: Lamento despertarte Lira, pero no puedo dormir, así que ¿me dejarías pasar un momento
contigo?, podemos charlar oh hacer otras cosas.

A lo que Lira contestó de forma somnolienta y cansada.

L: No hay problema y en lo que compete hablar, tengo bastantes dudas que desearía que
fueran aclaradas, como, por ejemplo, ¿por qué hay tanta gente viviendo aquí abajo y no van a
la superficie? o ¿por qué tú y tus hermanos decidieron dejar este lugar si pertenecían a la
realeza?

M: Bien, contestaré esas preguntas, pero con una condición.

L: ¿Y cuál es la condición Minerva?

M: Mi condición es que me dejes dormir contigo.

Lira se puso pensativa por un momento y soltó una pequeña risita, pero al final le dijo que si,
ya que al fin y al cabo ¿quién no quisiera dormir junto a su mejor amiga?

Y así, al momento de dar su respuesta, la cual fue completamente afirmativa, Minerva no


perdió un segundo y saltó hacia la cama, cobijándose por completo, cosa que le dio algo de
gracia a Lira ya que se comportaba como una niña, hecho esto Minerva comenzó a responder a
sus dudas.

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M: Contestaré tu primera pregunta, la razón por la cual decidimos vivir aquí abajo y no arriba,
es que aunque hay muchas gárgolas, elfos y otras razas que decidieron irse a la superficie por
la razón que sea, son muchos los que se quedaron, la gran mayoría prefirió quedarse a vivir en
el interior de esta gran cúpula subterránea que se formó de manera natural, a la que llamamos
El Nido de Gárgolas, este nombre se dio porque las gárgolas fueron las primeras en llegar,
encontrando un ambiente perfecto para nosotros y otras razas, aparte que nos separa de la
gran mayoría de los dañinos humanos, creando aquí un ecosistema completo, con árboles,
vegetación sin necesidad de luz solar, el agua proveniente de grandes manantiales
subterráneos, que corre como si se tratase de ríos y estos nos sirven para vivir. Tú y yo
pasamos por uno hasta llegar aquí ¿lo recuerdas?, podrás darte cuenta que se formó un
ambiente perfecto para que la vida prospere.

Y a tu segunda pregunta, ¿por qué mis hermanos y yo decidimos dejar este lugar?, es una larga
historia, así que ¿segura que deseas escucharla?

Lira respondió que sí, a pesar de que el sueño ya la estaba venciendo.

M: Bien, ojalá y no te duermas mientras estoy hablando, así que comenzaré.

Mis hermanos y yo nacimos y vivimos con los más grandes lujos que te puede dar un castillo,
aparte de tener unos padres bondadosos y sabios, pero al ser ellos los reyes, tienen que ser
estrictos para formar al nuevo sucesor del trono, para que siga reinando el orden y la paz, en
este caso era Sofhiar el que iba a gobernar, así que durante años este fue sometido a la más
rigurosa preparación y estudios, pero con el pasar del tiempo terminó cansándose de esa vida
y decidió marcharse.

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Recuerdo cuando aún era muy pequeña, él me cuidaba y siempre me dio mucho amor, bueno
hasta el día en que se fue, él pensaba irse a vivir a alguna aldea cercana, pero estaba
consciente de que donde fuera, nuestros padres lo estarían buscando, pero un día fue a la
biblioteca de la Ciudad del Oeste y se enteró a cerca de la superficie.

Sofhiar se interesó mucho por este tema y al ser una persona muy curiosa, investigó por varios
días, hasta que encontró un camino que lo llevaría a la superficie de la forma más segura
posible, tomó sus cosas y emprendió el viaje, como podrás darte cuenta no fue nada fácil, pero
cuando llegó al final del camino que había estado siguiendo durante tantos días y al ver que ya
no podía avanzar, quedó sumamente decepcionado, aunque de forma milagrosa y sin
esperarlo, encontró una cadena que estaba oculta entre la tierra, así que la tomó y haló de
ella.

Comenzó a escuchar raros sonidos, incluyendo el del agua en movimiento y una vez
terminaron, observó una puerta que se encontraba completamente oxidada; esto lo dejó
confundido por unos momentos, ¿qué fue lo que pasó?, era lo que se preguntaba Sofhiar, pero
la curiosidad de saber que había detrás de esa puerta lo consumía por dentro y aún sin saber
de qué podría tratarse, tomó la manija y la abrió, dándose cuenta que había llegado a la
superficie.

Al momento de abrir la puerta, los fuertes rayos del sol lo deslumbraron, esto le causó mucho
dolor, ya que era la primera vez que se exponía a la luz solar, aunque él no lo supiera en esos
momentos; pero una vez su vista se acostumbró a la brillante luz del astro rey, se dio cuenta
que se encontraba en un lugar lleno de unas extrañas plantas, las cuales luego conocería como
algas, además de eso había otra cadena oxidada junto a sus pies, entonces se agachó y la
tomó, para luego darse cuenta que el agujero lleno de estas extrañas plantas comenzó a
llenarse de agua, así que sin perder el tiempo y con mucha dificultad debido a las algas logró
salir, luego se quedó a observar como el agua iba llenando el agujero del que había salido, él se
preguntaba quién o quiénes construyeron tan peculiar entrada.

Después de esto, Sofhiar comenzó a recorrer los inmensos bosques, observando todas las
cosas que había investigado antes de llegar ahí, incluyendo a los humanos, el convivió un
tiempo con ellos al igual que yo, eso fue lo que lo cambió, se dio cuenta principalmente de lo
tan malvados que podían llegar a ser y fue esta misma maldad la que lo consumió por dentro,
haciendo que ya no fuera el hermano cariñoso que antes había sido, ahora se había convertido
en una persona completamente distinta, a la que le gustaba pasar sola; así mientras
continuaba recorriendo el inmenso bosque en la superficie, un día terminó adentrándose en la
zona gélida del mismo, quedando fascinado de conocer la nieve por primera vez, pero no era
momento de perder el tiempo con eso, así que continuó hasta encontrarse con tres montañas
de su actual territorio y necesitando un lugar para vivir, decidió hacer su hogar en la montaña
central.

Le tomó mucho tiempo, pero al menos había establecido un lugar para vivir y mientras más
profundo cavaba dentro de la montaña, encontró algunas piezas de metal que parecieron
pertenecer a un caballero y entre esas estaba la legendaria espada llamada Corta Filos, pero
como podrás darte cuenta, esta última parte de la historia que nos contó a mí y a mis
hermanos era mentira, nosotros no conocíamos nada acerca de este objeto o su procedencia y

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por eso ahora el Bosque Esmeralda y sus habitantes están pasando por malos momentos,
solamente por sus fines egoístas.

Pero ahora que Sofhiar se había marchado, sería el turno de Silfón en prepararse para ser el
próximo sucesor, así que recibió la misma educación estricta que Sofhiar, hasta llegar al
punto de que el agobio no le permitió seguir y al igual que Sofhiar decidió marcharse junto con
Verónica y Dasferno a la superficie, pero de seguro te estarás preguntando ¿por qué Verónica
y Dasferno decidieron también irse? y la respuesta es que no querían recibir el mismo trato
que Sofhiar y Silfón, así que se marcharon. Yo sabía que sería la siguiente en soportar esta dura
educación, que más parece una dictadura, intenté irme junto con ellos, pero mis padres no me
lo permitieron porque yo era la última heredera al trono y por eso no me dejarían ir tan
fácilmente, yo no estaba dispuesta a soportar el calvario que sufrió mi hermano mayor, así que
intenté escapar y gracias al descuido de unos guardias pude escaparme y recorrer una gran
distancia, hasta que se dieron cuenta de que no estaba y mandaron cincuenta soldados a
buscarme.

Yo corrí y corrí ya que me estaban alcanzando, pero mientras avanzaba, no me di cuenta que
había un pequeño precipicio al que caí, haciéndome bastante daño, fue entonces que mis
perseguidores además de acorralarme me volvieron a regresar al castillo, una vez llegamos,
mis padres fueron a abrazarme, pero dándose cuenta de la gravedad de mis heridas me
llevaron donde el médico real, quien estaba sorprendido por la gravedad del asunto y una vez
terminó de curarme fui a mi habitación, en donde me estaban esperando mis padres muy
molestos por lo que había hecho, así que comenzaron a regañarme y después de unos largos
sermones, ya por fin se calmaron y todos nos juntamos en un cálido abrazo, para que luego mi
madre me dijera.

D: Lo que hiciste fue algo muy imprudente mi pequeña, pero aun así después de lo que pasó
puedo ver el deseo en tus ojos de salir a la superficie ¿no es así mi querida Minerva? debes
saber que allá arriba, el mundo es un lugar muy peligroso y muchos estarían encantados de
estar en tu lugar, hija mía, prometo no ser tan severa contigo, pero como he dicho antes, si tu
deseo es salir a la superficie no te lo impediré.

M: Y así fue como mi madre me permitió marcharme, entregándome un mapa y una bolsa de
dinero, que en estos momentos se encuentra en mi casa ya que lastimosamente la había
olvidado, eso nos hubiera ahorrado muchos problemas, incluso tengo un retrato de mí cuando
era niña y todo esto pasó, está en mi cuarto ¿quieres verlo? Lira respondió afirmativamente,
entonces Minerva fue a su cuarto y regresó trayendo un cuadro no muy grande, en donde Lira
sorprendida pudo observar como había quedado su amiga después de ese accidente.

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L: ¡Vaya que quedaste muy mal herida Minerva!

Dijo Lira con gran asombro y Minerva respondió:

M: Pues sí, la verdad que me hice mucho daño ese día, pero bueno, fuel el costo del intento de
mi libertad.

Como dije antes, después de lo ocurrido, mis padres permitieron que me marchase, tenía
quince años en ese entonces y todos en el reino y las diferentes ciudades se enteraron de
aquello, por lo que mi partida al igual que con mis hermanos, de algún modo fue festejada
pero con mucha melancolía; un carruaje me llevó junto a mis padres a la Ciudad del Oeste, ya
que esa era una de las rutas más cercanas a la superficie y una vez llegamos, me despedí de
ellos con lágrimas en los ojos ya que quería presenciar el mundo exterior, pero al mismo
tiempo no quería dejarlos, así que después de una muy melancólica despedida fui rumbo al
mundo exterior.

Pasé algunos días perdida entre los incontables túneles, pero al fin logré llegar a la superficie,
de la misma forma en que llegaron mis hermanos. Una vez ahí, comencé a recorrer todo el
bosque durante un tiempo y dado a lo increíblemente grande que era, me tomó mucho
tiempo llegar a encontrarme con mis hermanos, quienes al verme me felicitaron por haber
sido capaz de llegar hasta ahí, incluso Sofhiar estuvo presente en esos momentos, pero luego
me contaron que este bosque estaba dividido en secciones, para que cada quien pueda hacer

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lo que quisiera con él y que a mí se me entregaría una parte, claro está que podía tomar la
decisión de no vivir en este bosque e irme a vivir a algún otro lado, pero decidí quedarme a
vivir ahí por ser un lugar bastante lindo y no quería separarme de mis hermanos, así que con
ayuda de Silfón, logramos construir mi casa gracias a sus largos brazos, eso sí, tuvimos que
talar unos cuantos árboles para ello, cosa que me remuerde la conciencia el haber matado a
seres tan puros, pero no tuve opción, mis hermanos no me permitirían quedarme a vivir con
ellos mucho tiempo, sino hasta que mi casa estuviera construida, así que estuve viviendo con
Silfón algunos días.

Pero nosotros teníamos un gran problema, el cual era que fuésemos descubiertos por los
humanos, ya que estos no conocían de nuestra existencia y se armaría un gran revuelo como
pasó hace cientos de años con los elfos, esa es la razón por la que ellos son muy conocidos
como criaturas míticas y nosotros no; así que intentamos buscar maneras de mantenernos en
secreto lo más posible y ahí fue cuando Sofhiar creo a los Arcodoros, los cuales como ya
sabrás, cumplen bien su trabajo de mantenernos ocultos, pero al mismo tiempo nos pone en
peligro, además no quiero ni saber cuántos humanos habrán muerto gracias a esas bestias, de
seguro debiste escuchar varias veces que en ese bosque se producían extrañas desapariciones.

L: Si así es, esa es la razón por la que mis padres no les gustan que vaya al bosque, sólo me
permiten ir hasta la pequeña laguna, pero bueno, continúa.

M; Mmm… no sabría que más contarte ¿tal vez quieres saber cómo llegué a interactuar con los
humanos?

Lira entusiasmada dijo que sí.

M: Esta bien te contaré, pero no es una historia muy agradable para mí, así que comencemos
diciendo que yo solía espiar a los humanos que se adentraban en el bosque, pero
principalmente a los que iban a altas horas de la tarde, porque ya sabía que estos se podían
encontrar con algún Arcodoro, y terminarían desapareciendo sin dejar ningún rastro, cosa que
pasó varias veces, causándome un gran pesar y lástima de no poder hacer nada, ya que en
esos tiempos era bastante frágil y delicada, por lo que sería un suicidio enfrentarme a uno de
ellos, incluso viste como llegaron a herirme siendo yo mucho más fuerte que antes; siguiendo
con el tema, yo quise interactuar más con los humanos, así que tomé la decisión de salir del
bosque a pesar de la luz solar, pero mientras caminaba por tu ciudad la gente me quedaba
viendo raro, incluso llegaron a gritarme fenómeno, cosa que hizo, que me sintiese bastante
mal conmigo misma, así que regresé al bosque con lágrimas en mi ojos y una vez llegué a mi
casa me solté a llorar luego de haber escuchado muchas cosas malas de parte los humanos,
estos incluso llegan a juzgarte por tu aspecto y fue justamente en ese momento que me di
cuenta, que se trataban de criaturas desagradables, claro está, esto que te digo es excluyendo
a los humanos de buen corazón como tú mi buena amiga.

Además, ese día comprendí el por qué Sofhiar prefiere alejarse completamente de ellos y por
qué no tiene ningún remordimiento en ver como sus bestias acaban destrozándolos y al igual
que él, quise evitar el contacto con ellos, por lo que sólo me limité a observarlos mientras
entraban al bosque, incluso ayudando a algunos, pero solo eran niños que se habían perdido.

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L: Guau, sí que fue una triste historia, pero yo en tu lugar me quedaría a vivir aquí, en este sitio
tan maravilloso, como el de un cuento de hadas, pero comprendo las razones por las que
decidiste marcharte.

Minerva, al oír esas palabras, se le formó una gran sonrisa en el rostro y enseguida fue a
abrazar a Lira diciéndole:

M: Podemos quedarnos a vivir juntas aquí, ya no habría más dolor para ti, ni sufrimiento, ni
desdicha, solo encontrarás paz y felicidad; en resumen, tendrías una vida alegre si te quedases,
ya que siento y comprendo que allá arriba sufres mucho al igual que otros humanos de buen
corazón que no lo merecen; entonces ¿qué me dices si derrotamos a Sofhiar? después de eso
¿quisieras quedarte a vivir aquí conmigo?

L: Sabes, la verdad es que este mundo subterráneo es un lugar maravilloso, así que mi
respuesta es sí, quiero quedarme a vivir contigo, bueno eso si contigo y con tu gato jejeje, pero
sabes ya es hora de dormir, así que acuéstate que mañana tenemos mucho por hacer.

M: Jejeje sabes, veo que a lo largo de nuestra travesía has madurado bastante, pero tienes
razón mañana saldremos a buscar la espada, cosa que no será nada fácil así que será bueno
que descansemos.

Entonces ambas se acurrucaron con las suaves sábanas hechas de terciopelo y enseguida el
sueño les terminaría ganando.

Después de un largo tiempo ambas continuaban dormidas, ya era bastante tarde y no se han
levantado aún, pero en eso, escucharon el sonido de la puerta de su habitación que estaba
siendo tocada de forma muy insistente, lo que hizo que se despertasen, entonces ambas se
preguntaron de quien se podría tratar, Minerva se levantó de la cama y al momento de abrir la
puerta se llevó una gran sorpresa.

Se trataba de la reina, quién preguntó ¿cómo habían dormido?, a lo cual respondieron que
muy bien, pero esa no era la sorpresa, sino que junto a la reina se encontraba una niña de
alrededor de unos cinco años, la cual preguntó:

¿: ¿Mami ésta chica de aquí es mi hermanita?

La reina respondió simplemente asintiendo con la cabeza, entonces la niña fue directamente a
abrazar a Minerva que estaba bastante confundida, y después de que la niña terminara de
abrazarla, Minerva se acercó a la reina y le susurró al oído, preguntando de quién se trataba, a
lo que la reina respondió.

D: Se trata de tu hermana hija mía.

A lo que Minerva dijo completamente anonadada.

M: ¿Hermana, desde cuándo es que tengo una nueva hermana?, ¿se suponía que yo era la
última?

Pero antes de que la reina comenzara a dar alguna explicación, la niña exclamó.

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¿: Mucho gusto hermanita y amiga de mi hermanita, me presento mi nombre es Kaede y es un
placer conocerte al fin.

D: Respondiendo a tus dudas hija mía, cuando todos ustedes se marcharon a la superficie nos
quedamos sin herederos para el trono, en ese instante, comprendí el motivo por el cual
tomaron esa decisión y me disculpo por ello, pero al quedarnos sin herederos tu padre y yo
decidimos tener otra hija, intentando esta vez ser menos estrictos con ella, pues de que sirve
tener un buen rey o reina, si estos terminarían abandonando todo, pero bueno lo importante
es que no hemos tenido ningún problema con Kaede, estoy segura que será una buena reina
en un futuro.

M: Bueno, sí que fue una sorpresa para mí, no sabía que tenía otra hermana aparte de
Verónica. Te agradezco madre por tu generosa hospitalidad a pesar de no habernos visto en
años, pero debemos continuar con nuestro viaje para derrotar a Sofhiar, porque aunque sea
mi hermano quiero que mi hogar sea un lugar seguro, en el que reine la paz y la tranquilidad,
cosa que en estos momentos allá arriba no ahí, y no me refiero sólo a nuestro bosque ya que el
resto del mundo también me importa, los humanos con el tiempo irán cambiando poco a
poco, de eso estoy segura, pero bueno ya es hora de que nos marchemos.

D: Si, tienes razón hija mía, pero antes deberían tomar un baño, se nota que su travesía las
dejó agotadas, tenemos baños de aguas termales, toda el agua en este reino es caliente

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gracias a las fuentes de agua subterránea que nosotros aprovechamos, además que lavaremos
sus ropas.

Ambas aceptaron con gusto, estar tanto tiempo caminando las había dejado bastante sucias,
cosa que les incomodaba, en eso la reina le pidió a Kaede que las llevase a la fuente más
cercana al castillo.

Una vez llegaron a la fuente, ambas se quitaron sus maltratadas ropas y entraron al agua, la
cual se sentía espectacularmente bien al contacto con su cuerpo, y en eso su ropa fue recogida
por una sirvienta del castillo la cual les dijo que una vez esté limpia vendrá a devolvérselas.

¿: Hasta entonces disfruten del baño.

Dijo la sirvienta.

Y así mientras disfrutaban del baño ambas iban charlando acerca de todo tipo de cosas.

Estuvieron durante un largo tiempo, hasta que la sirvienta regresó con la ropa de ambas limpia
y planchada.

Lira y Minerva le agradecieron, a lo que la sirvienta con mucha amabilidad respondió.

¿: Agradezco su gratitud señoritas, pero solo estoy haciendo mi trabajo, será mejor que se
apuren ya que la reina las está esperando.

Salieron del baño, tomaron sus ropas de donde la sirvienta las había dejado y se dirigieron a la
habitación de la reina, tocaron la puerta de la habitación y ahí se encontraba la reina sentada
sobre una silla.

D: Las estaba esperando.

M: ¿Para qué nos has llamado madre?

La reina extendió sus manos, en ellas se encontraban un par de anillos similares a los que
tenían, con la particularidad que había una piedra verde incrustada.

D: Estos anillos tienen la propiedad de transmitir calor a su portador y es necesario que los
usen, si van a dirigirse hacia el Reino de Escarcha a buscar la espada Enjambre Solar, así que
por favor tómenlos.

Ambas tomaron los anillos y se los colocaron, sintiendo al instante un gran calor, por lo que se
los retiraron en ese mismo momento, mientras la reina reía por su tan peculiar reacción.

D: Jajajaja, yo en ningún momento les dije que se los coloran, estos anillos están hechos para
el frio, no para un ambiente normal.

M: Debiste haberlo dicho antes madre.

D: Lo sé, pero quería ver sus reacciones y si me permiten decirlo, fueron bastante divertidas.

M: Admito que fue una buena broma, pero ya es hora de marcharnos.

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Entonces Minerva y su madre se dieron un profundo abrazo, mientras tanto Lira miraba desde
la distancia, una vez terminaron, la reina ordenó a una de las sirvientas presentes en ese
momento, que las guiara a la salida, ya fuera del castillo la sirvienta hizo una pequeña
reverencia y se marchó.

M: Bien, es hora que continuemos y si me lo preguntas, sí conozco el camino al Reino de


Escarcha, así que avancemos mi querida amiga.

Minerva junto con Lira tomaron la ruta que las llevaría al Reino Escarcha más rápido, para ello
tendrían que pasar por la Ciudad del Este y tenían que cruzar un inmenso pantano que se
había formado con el pasar de los tiempos, una vez ahí, Minerva dijo:

M: Bien niña te presento el pantano de la Región del Este, tenemos que tener cuidado, este
pantano libera además de gases tóxicos, gases alucinógenos, por lo que es fácil perderse, así
que ven y toma mi mano, esperemos no perdernos y será mejor que uses tu cubre bocas, Lira
sacó de la mochila el cubre bocas y se lo colocó al igual que Minerva.

Continuaron por medio de los caminos que se generaban en medio del pantano, cada vez
estos se volvían más pequeños, este lugar a pesar de su aspecto no era tan malo, también se
lograba ver uno que otro animal, especialmente un tipo de ranas muy esbeltas, con profundos
colores que parecían tener una especie de antenas, las cuales usaban para atrapar a los
insectos que se acercaran a ellas.

Pero tanta paz no duraría mucho, vieron que a lo lejos un puente, e intentaron cruzarlo, pero
al momento de hacerlo, debajo del puente salió un pequeño hombre, el cual llevaba un
atuendo de minero, una larga barba y cabello blanco que le llegaban hasta los pies, este al
verlas les dijo:

¿: Tilín tilín, ¿quién se atreve a cruzar por mi puente?, ¡oh que agradable sorpresa!, bienvenida
su majestad, ¿le puedo ayudar en algo?

M: Primero dime tu nombre.

¿: Mi nombre es Virfo y soy un gorgorón minero de este pantano en la región del este, antes
trabajaba en las catacumbas olvidadas en la región del Gran Valle ahora conocido como el
Valle Helado, hasta que una maldición cayó sobre esas tierras y me vi obligado a abandonarlas.

M: Es una lástima, pero necesitamos tu ayuda, no sabemos cuál es la ruta más rápida para salir
de este pantano, así que ¿nos la podrías decir por favor?

V: Claro su majestad, la ruta más rápida es siguiendo el camino de piedra musgosa, el mismo
por el que han estado yendo, ese las lleva cerca del Reino de Plata y de lo que se, los elfos de
ese lugar están en guerra con las gárgolas de su reino, su alteza, no sería muy prudente seguir
ese camino yo recomendaría internarse en medio del pantano para no ser encontradas, pero
deben tener cuidado de no perderse.

M: Gracias por tu consejo, pero no tenemos mucho tiempo, así que correremos el riesgo y
tomaremos el camino de piedra.

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V: Está bien su majestad, le deseo toda la suerte del mundo, me despido.

M: Igualmente muchas gracias.

Pero antes de irse Lira se acercó al oído de Minerva para preguntarle, ¿qué es un gorgorón?

Pero Virfo respondió a esa pregunta con una carcajada.

V: Mi amiguita humana, que no le dé pena preguntarme que yo no muerdo, no se sorprenda


que estos viejos oídos la hayan escuchado, en cuanto a su pregunta ¿qué es un gorgorón?,
seríamos algo así como los enanos en las historias de fantasía de ustedes, eso sí, con nuestras
bellas orejas en punta al igual que todos los seres que habitamos aquí abajo en las
profundidades.

L: Jeje discúlpeme por eso señor Virfo, para la próxima le preguntaré a usted.

V: No es necesario que se disculpe señorita humana, supongo que ustedes llevan prisa, así que
no les interrumpiré más y les dejaré continuar su viaje.

Continuaron su camino a través del pantano, estaban algo nerviosas por lo que Virfo les había
dicho, era como cuando se conocieron y tenían que escapar de los Arcodoros muy
sigilosamente, así continuaron hasta que por fin salieron del fétido pantano, además que ya
lograban ver la Ciudad del Este que tenían que cruzar para llegar al Reino de Escarcha.

M: Mira Lira, la Ciudad del Este, siento que el ambiente comienza a enfriarse, ya que estamos
cerca del Reino de Escarcha, no perdamos más tiempo y vamos.

Ambas se adentraron en la ciudad y era como la primera que visitaron, alegre, pero menos
colorida, siguieron caminado, pero a Lira se le hizo extraño algo y le preguntó a Minerva.

L: Minerva, si se supone que eres la princesa del Reino Escarlata, ¿cómo es que toda esta gente
no te reconoce?

M: Porque me fui hace mucho tiempo y en las ciudades de los puntos cardinales, no me
conocían tan bien como en el Reino Escarlata, pero no hablemos de eso, necesitamos
encontrar un mapa para adentrarnos y no perdernos.

Caminaron hasta entrar en una tienda, en donde las recibió una mujer con una larga cabellera
y pálida piel.

¿: Bienvenidas, ¿en qué les puedo servir?

M: Hola, buscamos un mapa del Reino del Valle Helado o Reino de Escarcha si no es mucha
molestia.

¿: ¿Un mapa del Reino de Escarcha eh?, creo que tengo uno, espéreme un momento por favor.

La mujer comenzó a sacar un montón de mapas y a rebuscar entre ellos.

¿: Este no es, este tampoco, ¡oh, lo he encontrado!

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Entonces la señora se acercó al mostrador con el mapa en sus manos y les dijo:

¿: Bien, aquí lo tengo, serán tres monedas de plata, tienen suerte porque es el último mapa
que tengo por el momento.

Minerva buscó en sus bolsillos, pero para su mala suerte no había nada.

M: Maldición, no tenemos el dinero y olvidé pedírselo a mi madre.

Entonces la señora dijo:

¿: Vaya que contratiempo, es una lástima, pero puedo darles el mapa si es que trabajan para
mí todo este día, así todas terminaríamos ganando, ¿qué dicen?

Ellas aceptaron y así estuvieron trabajando el resto del día, mientras Lira organizaba los mapas,
Minerva vendía y limpiaba los artículos de la tienda, a veces se intercambiaban los trabajos,
para que esto no les resultase muy aburrido, así continuaron trabajando por muchas horas,
pero al estar en las profundidades nadie sabía si era de día o de noche, pero si conocían la hora
por lo que ya sabían que su tiempo de trabajar había terminado.

¿: Bien eso es todo, es hora de cerrar la tienda, gracias por ayudarme, tengan su mapa y
espero les vaya bien, hasta pronto.

M: Bien, ya tenemos el mapa, pero hay un problema, no tenemos donde dormir por lo que nos
tocará hacerlo en la calle.

Tomaron sus cosas, salieron de la tienda y se dirigieron a un callejón cercano, en el que


pasarían la noche, cada quien se acomodó como pudo y el sueño poco a poco les fue ganando,
hasta quedar profundamente dormidas hasta el siguiente día.

M: Buenos días, tardes o noches ¿cómo amaneciste?

Dijo Minerva intentando aparentar optimismo, pero se encontraba más cansada que nunca.

L: Algo adolorida, la verdad no pude dormir mucho ¿y tú?

M: Tampoco pude dormir muy bien, pero debemos continuar, así que toma tus cosas que nos
vamos hacia el Reino de Escarcha.

Capítulo 5:

Continuaron con su travesía, pero se notaba que estaban muy cansadas, debido a que no
habían podido dormir lo suficientemente bien, pero estaban decididas a recuperar la mítica
espada El Enjambre Solar y así derrotar a Sofhiar.

El clima cada vez se ponía más frío, era la señal que estaban cerca, así que avanzaron, miraron
a lo lejos como caían pequeños copos de nieve del techo de la caverna, pero ¿cómo era
posible?, si estaban bajo tierra, era obra de una maldición sin duda alguna.

Luego de cruzar la Ciudad del Este, la nieve cada vez caía con más intensidad, había una gran
neblina, el suelo era completamente blanco y se veían enormes picos congelados que surgían

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del suelo, habían llegado al Valle Helado, un lugar inhóspito en el cual solo unas cuantas
criaturas y algunos espíritus de escarcha se atreven a sobrevivir en estas duras condiciones,
ellas se pusieron los anillo que les dio la Reina Darante y enseguida sintieron como una intensa
fuente de calor las rodeaba, pero esta vez no les hacía daño, debido al clima en el que se
encontraban, aunque no era suficiente, porque aún sentían algo frio, al parecer la maldición
del Valle Helado anulaba en parte todo tipo de objetos mágicos, aun así siguieron caminando
por la nieve, pero había un problema, su vestimenta no era lo suficientemente cálida para
estas duras condiciones.

M: Maldición, a este paso terminaremos como bloques de hielo antes de encontrar la espada.

Caminaron y caminaron durante unas cuantas horas, pero cayeron rendidas sobre el helado
lugar, al parecer el destino no les permitió recuperar la paz del bosque, o quizás sí, porque
notaron una lo lejos luz que se acercaba poco a poco hacia ellas.

¿: Frestino, Frontles vengan, miren a quienes he encontrado, vengan ayúdenme a llevarlas al


castillo, porque a este paso terminaran congeladas así que démonos prisa.

Después de un tiempo las chicas despertaron, se encontraban cobijadas y en unas suaves


camas, pero estaban completamente desconcertadas, ¿cómo es que habían logrado llegar? se
preguntaron, pero al levantarse observaron a una extraña mujer que se encontraba sentada
junto a ellas, llevaba una larga capa, tenía una frondosa cabellera y a su lado se encontraba
una especie de animalillos, que desprendían un ligero brillo blanco, Minerva los reconoció de
inmediato, se trataban de espíritus de escarcha los cuales acompañaban a la mujer.

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¿: Oh, veo que ya despertaron, sé que les hará sentir mejor una rica sopa caliente, seguro que
así recuperaran el calor.

La mujer se levantó y en sus manos trajo dos platos de comida para ellas y en medio de la
charla, exclamó:

¿: ¡Oh, dónde están mis modales!, me llamo Trasfiry y ustedes se encuentran en el castillo del
Reino de Escarcha, soy la reina y vivo aquí junto a estos espíritus y con mucha de mi gente,
pero antes les presentaré a mis dos acompañantes.

El primer espíritu es Frestino el que parece un conejo y Frontles el que parece un siervo y
díganme ¿qué es lo que hacen un par de muchachas por estos lugares tan inhóspitos?

M: Mi amiga Lira y yo, la princesa Minerva del Reino Escarlata, hemos venido aquí para
encontrar la espada Enjambre Solar y así recuperar la calma en mi hogar.

T: Princesa Minerva, como no la reconocí, han pasado años desde la última vez que supe de
usted y de sus hermanos, dígame ¿qué pasó en su hogar para venir hasta aquí por El Enjambre
Solar?

Minerva entonces le explicó la situación en el bosque y todo lo que tuvieron que pasar para
llegar hasta ahí.

T: Ya veo, es por eso que quieres esa espada, bien si quieres te ayudaré, pero primero
necesitan ropa adecuada para andar por estas tierras, así que les daré esto.

La reina fue a un baúl y les dio todo tipo de prendas para que puedan estar abrigadas.

T: Bien, eso debe ser suficiente, lastimosamente tengo que trabajar, así que no les puedo
ayudar más, pero mis dos espíritus de escarcha las acompañaran y espero que logren cumplir
su cometido, que la suerte les acompañe señoritas.

M: Igualmente y gracias.

L: Si, muchas gracias.

Las tres junto con los espíritus de escacha salieron hasta las afueras del reino y una vez ahí la
reina dijo:

T: Frestino, Frontles guíen a estas dos chicas hacia la antigua fortaleza, estoy seguro que la
espada debe estar allí, les advierto que no será un viaje fácil, estos espíritus las acompañarán.
Tienen suerte, nadie ha sido capaz de encontrar la espada, pero nadie nunca tuvo la ayuda de
algún espíritu en estas tierras o pisar la antigua fortaleza nevada, por lo que tienen más
oportunidades de hacerlo, bueno eso es todo lo que puedo decir, discúlpenme, pero tengo
mucho trabajo que hacer así que me despido.

M: ¿Cómo no lo pensé antes?, a nadie nunca se le había ocurrido buscar la espada


acompañada de algún espíritu de hielo o escarcha, estoy segura que ahora nosotras seremos
capaces de encontrarla, rápido, ven Lira que el camino es largo y traicionero.

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Siguieron a través de la nieve y el frio, hasta que, tras mucho caminar, miraron unas ruinas que
se alzaban en medio del hielo.

L: Mira, esa es la fortaleza al fin llegamos; Frestino, Frontles, muchas gracias, ahora ayúdennos
a buscar la espada.

Ambas se adentraron en la fortaleza y comenzaron a buscar, por cada zona y en cada lugar, esa
espada era la única esperanza que tenían para vencer a Sofhiar, así que tenían que
encontrarla.

Y así pasaron durante horas haciéndolo, pero no podían hallar nada, ya habían recorrido toda
la fortaleza, estaban a punto de darse por vencidas, solo les quedaba una puerta por abrir, la
cual daba a una biblioteca, en la que a Minerva se le ocurrió una idea y era encontrar algún
registro de esa espada, así que comenzó a revisar entre los libros, hasta que al fin encontró
uno, el cual poseía información acerca de las armas legendarias que se encontraban en las
profundidades.

Hablaba de tres tipos de espada, primero, la del corazón del Bosque Esmeralda la espada Corta
Filos, luego de la Esquirla Nova y por último de la Enjambre Solar y como encontrarlas, al
parecer estas espadas emitían un cierto resplandor si se encontraba a obscuras.

M: Eso es, tenemos que hacer que este lugar se oscurezca por completo, las cortinas de esta
biblioteca están abiertas haciendo entrar la luz y lo único que nos dejaría encontrarla son
nuestros anillos y el brillo de la espada.

Así que ambas junto a los espíritus de escarcha, comenzaron a cerrar todas las cortinas, y cosas
que permitieran que la luz entrase en la biblioteca.

Se tardaron un buen tiempo en completar esta tarea ya que tuvieron que hacerlo casi en toda
la fortaleza, después de lograrlo con la ayuda de sus anillos, comenzaron a buscar por todos
lados, hasta que lograron ver como una de las esquinas de la biblioteca, se iluminaba, entre un
montículo de nieve y libros.

M: ¡Esa es la Enjambre Solar, al fin la encontramos!, rápido, quítate el anillo rojo que nos dio
Silfón, ya que la luz de la espada te puede cegar.

M: Esta arma es toda una reliquia, una leyenda que se perdió de la mente de nuestra gente y al
fin es encontrada, el arma que me permitirá vencer a mi hermano, eliminar su tiranía y dar la
tan anhelada libertad al bosque.

Entonces Minerva tomó el mango de la espada y la alzó, haciendo que todas las tinieblas
fueran dispersadas con un pequeño movimiento de su hoja, al mismo tiempo que se tornaba
de un color dorado y desprendiendo un aura, la cual iluminó todo el lugar.

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L: No puedo creer que un arma de tanto poder haya sido olvidada así no más.

M: Si, tienes razón, pero ahora es nuestra y es tiempo de que Sofhiar se someta a la justicia.

Entonces ambas retomaron su camino hacia el Reino Escarlata, pasando antes por el castillo de
Escarcha, despidiéndose de los espíritus y de Trasfiry; pero lastimosamente ésta no se
encontraba en el castillo, la reina antes de salir había dejado encargado un carruaje, el cual las
llevaría hacia el Reino Escarlata, así que sin pensarlo dos veces, se subieron en él, saliendo del
Reino de Escarcha, pasando nuevamente por la ciudad del Este, con la espada cubierta en
vendas que les habían dado para no llamar la atención.

Una vez llegaron al Reino Escarlata, fueron enseguida donde su madre, la reina Darante, la cual
se encontraba cepillando el cabello de Kaede, cuando ingresaron a su habitación mostrándole
la espada, se quedó completamente maravillada de verla.

D: Lira, Minerva ¿cómo fue que llegaron a conseguirla?

L: Es una historia muy larga, pero digamos que la reina del Reino de Escarcha nos ayudó, junto
a sus dos espíritus.

D: Jajá como siempre ayudando a otros, era de esperárselo de mi mejor amiga.

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M: ¿Cómo es eso de mejor amiga madre?

D: Ella y yo nos conocimos desde que éramos unas niñas, crecimos juntas y nos tomamos un
gran aprecio con el tiempo, pero un día por órdenes del rey y mías, la mitad de la población de
este reino debió mudarse hacia el castillo que se encontraba en la Región del Este, que ahora
llamamos el Reino de Escarcha y todo esto se hizo para controlar la sobrepoblación que se
estaba produciendo en el reino, además todos los que debían mudarse fueron elegidos al azar
y ninguno se quejó ya que entendían la situación y así fue como la mitad del pueblo del Reino
Escarlata, se marchó al siguiente reino, pero lastimosamente alguien tenía que gobernar, así
que Trasfiry se ofreció a hacerlo, ya que los reyes de ese reino nunca consiguieron tener hijos y
por su edad ya no podían gobernar, así que ella se convirtió en reina y la verdad es que la
aprecio mucho, por ser una persona tan buena, jajaja y de seguro ella está con el cabello por
montones, eso se da por nuestra gran capacidad de adaptación de las gárgolas, esta vez fue el
frío el que obligó a que su cuerpo se adapte.

Pero, ¿en serio vas a luchar contra Sofhiar?, debes estar consiente que en tus manos y en las
suyas hay una gran cantidad de poder; un poder devastador y peligroso, además que uno de
ustedes puede morir, dime ¿has pensado en eso?

M: Si madre, si he pensado en ello, la verdad pensaba dejárselo a alguien más fuerte, pero me
siento preparada para enfrentarme a él, tengo mucho miedo, me hubiera gustado que una
parte del ejército de este reino me acompañase, pero la guerra tiene ocupados a todos.

A lo que la reina respondió con una sonrisa en su rostro.

D: Digamos que eso del todo no es verdad.

Entonces la reina dio un chasquido con sus dedos y un caballero apareció.

D: Infórmame cuantos guerreros tenemos disponibles en este momento.

¿: Somos más de cien mi señora.

La reina respondió.

D: Lira, Minerva ¿creen que este número es suficiente?

M: Claro que sí, todo tipo de ayuda nos puede servir en estos momentos.

D: Muy bien, entonces que todos los soldados se reúnan, porque este día se recuperará el
corazón del Bosque Esmeralda.

En ese mismo instante a las afueras del castillo, ciento cincuenta guerreros se formaron
siguiendo las órdenes de la reina, mientras ella se subía a un carruaje, el cual era impulsado
por un escarabajo tunelero, invitó a Lira y a Minerva a entrar, sin pensarlo dos veces ambas
entraron junto con la espada, una vez dentro la reina dio la orden de avanzar y así fue como
comenzó el viaje hacia la superficie, pasando por todos los obstáculos que las chicas tuvieron
previamente que recorrer, hasta llegar la ciudad del oeste donde nuevamente encontraron al
túnel por el cual ascendieron, toda la gente hacía preguntas de que estaba pasando, pero no
podían perder el tiempo y dar explicaciones, así que ingresaron por el túnel para ir a la

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superficie, lo que tomaría algún tiempo hasta llegar a la caverna en donde Silfón, Dasferno y
Verónica les estaban esperando durante varios días.

Esta travesía había durado dos semanas completas en realizarse, pero la espera había valido la
pena, ya tenían el arma con la cual se enfrentarían a Sofhiar y la hora había llegado.

Todos salieron de la puerta en la laguna y tan pronto el último de los soldados se salió,
enseguida se dirigieron a las montañas nevadas a través del inmenso bosque, mirando como
entre más avanzaban, el clima y la vegetación comenzaban a cambiar. Todos comenzaron a
sentir un terrible frío, además de ver pequeños copos de nieve y una vez que llegaron a las
montañas nevadas pudieron observar en medio de la nieve y la neblina una figura, estaba más
que claro que se trataba de Sofhiar, el cual por alguna razón ya los estaba esperando, junto
con un gran grupo de Arcodoros el cual igualaba al número de soldados que les acompañaba.

S: Jajajaja ¿así que este era su plan?, les cuento algo, en este bosque mis queridas mascotas
están en todos lados y fueron las que me informaron de cuando esas dos ilusas recién
comenzaron a hablar del tema, pero me negué a creer que mi propia familia me traicionase y
que fueran capaces de lograrlo, aunque pensé en la posibilidad, pero vaya que estaba
equivocado y si quieren retarme está bien, aceptaré el desafío, pero si yo gano, esta espada
será lo último que verán.

Entonces Sofhiar fue al interior de su cueva, en la cual unas sogas sostenían su espada y una
vez que la tomó, de un jalón las cuerdas se cortaron, a pesar que se trataba de cuerda maldita
la cual era muy resistente.

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M: Bien es la hora.

Minerva sacó la Enjambre Solar, empuñándola con toda la fuerza que tenía, mientras que
Sofhiar se puso sus gafas y respirador antes de pelear, mientras Sofhiar se acercaba, iba
arrastrando su espada haciendo que ésta sacara chispas y cortara el suelo congelado.

L: Tú puedes hacerlo Minerva, yo creo en ti.

Dijo Lira con gran determinación.

Antes de pelear, Minerva le dijo a su madre, que ordenara a los soldados que no intervinieran
en la pelea entre Sofhiar y ella, que sólo se encargaran de los Arcodoros y lo mismo iba para
sus hermanos y sobre todo para Lira.

La reina entonces ordenó a los soldados estar preparados para el ataque, entonces Sofhiar
dijo:

S: ¿Qué pasa Minerva, acaso tienes miedo? que no vienes a atacarme.

Minerva respondió:

M: Claro que tengo miedo y mucho, pero si esto sirve para destruir tu tiranía en este mismo
instante lo haré, pelearé contra ti y te tragarás tus propias palabras ya que gracias a ti y a tus
Arcodoros, mucha gente a muerto y no solo en este bosque, sino también en el Bosque
Esmeralda, la gente sufre por tu culpa, por tus ganas de imponer orden a través del miedo y la
fuerza, tú eres de lo peor, un ser completamente egoísta y sádico, alguien que debe pagar por
lo que a hecho.

En el momento en el que Minerva terminó de hablar Sofhiar comenzó a reír a carcajadas para
luego decir.

S: ¡Oh, hermana mía!, yo podré ser lo que sea, pero la hipocresía no se encuentra solo en mí,
me acabas de llamar sádico, cuando tus manos también están manchadas de sangre inocente,
no creas que no me enteré que mataste a tu querida amiguita, pero por lo visto te has
conseguido otra y dime ¿cuánto tiempo durará antes de que te deshagas de ella?

Entonces Minerva al escuchar esas palabras y llena de furia se abalanzó hacia Sofhiar, haciendo
que ambos chocaran sus espadas, al mismo tiempo que la reina dio la orden de atacar a los
Arcodoros, pero ninguno de los portadores de las armas legendarias parecía retroceder,
mientras tanto sus hojas se ponían al rojo vivo de tan intensa que se volvía la pelea, así
continuaron luchando, ya que las espadas les daban un poder sobrenatural y por más que
pasara el tiempo, ninguno parecía verse cansado, hasta que en un ataque de Sofhiar, terminó
hiriéndole el hombro a Minerva, haciendo que cayera al suelo con un dolor agonizante,
mientras los soldados peleaban con los Arcodoros, Sofhiar no paraba de reír.

S: Lamento tener que hacer esto hermana, gracias por traer ante mí, esta otra arma
legendaria, prometo que esto será rápido.

En eso, Sofhiar alzó la espada mientras le decía unas últimas palabras a su hermana menor; los
ojos de Lira se llenaron de lágrimas, al verse impotente de no poder ayudarla, pero en el

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momento que Sofhiar bajó la hoja, una flecha de hielo apartó la espada desviándola de su
objetivo y clavándola en el suelo, Sofhiar sólo miró furioso hacia quien había lanzado la flecha,
y para sorpresa de todos se trataba de Trasfiry junto a los espíritus de escarcha.

T: ¿Creyeron que las dejaría solas contra este monstruo?, jajaja no, además traje algunos
amigos.

De la nada surgió una escolta de soldados del Reino de Escarlata y el de Escarcha, los cuales
enseguida apartaron a Sofhiar de Minerva.

M: ¿Qué, cómo es que están aquí, no se suponía que estaban en una guerra?

Mientras cargaba a Minerva para llevarla a un lugar seguro, Trasfiry respondió.

T: Digamos que conté nuestro secreto algunas personas.

En eso salió el rey de las gárgolas, junto a un ejército de elfos del Reino de Plata y del Bosque
Esmeralda; al parecer habían logrado arreglar sus diferencias enterándose de lo que pasó, en
ese mismo instante armados con cuerda maldita, atraparon a Sofhiar inmovilizando sus
manos, pero la espada al ver que su portador estaba en peligro le comenzaba a brindar más de
su fuerza, entonces mientras este estaba distraido Lira dio un golpe a Sofhiar, quitándole su
espada.

Sofhiar forcegeaba, intentando quitarce a todos sus captores de encima, pero eran cientos de
quienes lo tenian atado y a pesar de su gran fuerza y de todos sus Arcodoros, Sofhiar al fin fue
derrotado. Dos guardias lo cargaron, llevándolo all interior de una jaula, la cual nuevamente
lo llevaría hacia el Nido de Gárgolas, para ser sometido a un largo juicio, por todas las cosas
que había causado hasta ese momento.

Después de eso, todos se retiraron hacia el interior del Nido exepto el rey junto a la reina y una
pequeña escolta que los acompañaba.

Entonces el rey dijo:

¿: Hija mia, tú y tu amiga nos han demostrado su valentía, honor y sus puros corazones al
enfrentarse a Sofhiar y aunque se trate de mi hijo, les estaremos eternamente agradecidos,
por cierto niña ¿cómo dijiste que te llamas?.

L: Me llamo Lira su alteza.

¿: Muy bien Lira, yo el Rey Gabriel, humano al igual que tú, en este mismo momento te declaro
amiga de las gárgolas, ahora eres libre de bajar al Nido cuando quieras, incluso puedes
quedarte si lo deseas.

Lira en ese momento quedo completamente impresionada, el rey de todas las gárgolas era un
humano, lo que la dejo anonadada, pero intentó disimular su asombro diciendo:

L: Gracias su majestad pero lo pensaré, tal vez aquí arriba no sea tan malo despúes de todo, así
que por el momento me quedaré con mis padres, pero estoy muy agradecida por su oferta.

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G: Además, este territorio ya no tiene dueño y en agradecimiento por todo señorita Lira, yo te
regalo estas tierras que antes le pertenecieron a mi hijo, ahora tú eres la nueva dueña de las
montañas nevadas.

Entonces Minerva aún mal herida, pero con algo de celos se acercó y dijo:

M: Padre ¿y qué hay de mí?, yo también ayudé en esto.

El rey respondió.

G: ¡Oh hija mía!, tú ya tienes más de lo que puedes desear, ¿no vez, la espada que tienes en tu
manos?.

M: ¿Qué?.... ¿Tú me estas dejando conservar esta espada?.

G: Así es hija mía, nosotros nos llevaremos la otra para reestablecer el Bosque Esmeralda, y
espero que juntas protejan estas tierras con justicia y rectitud.

M: Gracias padre te prometo que no te defraudaremos, gracias en verdad.

G: Bueno y sin más que decir me despido hasta pronto.

El rey y la reina se marcharon junto con su escolta; también lo hicieron los hermanos de
Minerva y así todos volvieron a sus respectivos hogares y tareas, Minerva consiguió un arma
de poder incalculable, la cual usará para que la justicia prebalesca sobre el bosque en lugar de
los Arcodoros; mientras tanto Lira decidió regresar con sus padres, retirando la pócima que
hizo que se olvidasen de ella, al mismo tiempo que se alzaba como la nueva dueña de las
montañas nevadas.

Y así fue como el bosque recuperó la paz y libertad de sus habitantes, además que todos los
Arcodoros con el tiempo fueron capturados y encerrados junto a Sofhiar, todos continuaron
con sus vidas tanto en el interior del mundo como en el exterior.

Pero un día, mientras Lira y Minerva se encontraban caminando por el bosque, Lira dijo:

L: Sabes, hay una pregunta que querido hacerte, es por lo que dijo Sofhiar que tú habías
matado a alguién y pronto lo harías conmigo, dime, ¿es verdad lo que dijo?

Minerva solo agachó la mirada y se cubrió el rostro por un momento para luego decir.

M: Esa verdad está a medias, ya que yo jamás te haría daño alguno, pero en el pasado si le hice
daño a una persona pero no quiero hablar de eso.

L: Por favor dímelo, te prometo que lo mantendré en secreto.

M: Mmmm está bien, espero que no me veas diferente después de lo que vas a escuchar,
¿entendido?.

L: Si, te juro que no lo haré.

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M: Te contaré, cuando llegué a la superficie, los humanos que llegaban a internarse en el
bosque me causaban bastante curiosidad, pero cada vez que me acercaba me miraban y me
llamaban moustro, vampiro o mujer pálida, cosa que me dolía en el alma y poco a poco mi
corazón comenzó a llenarse de sentimientos malos, hasta el día en el que conocí a una chica
que solía venir constantemente aquí al bosque, yo simplemete la veía desde lejos, hasta que
un día me descubrió y me dijo que me acercara; tímidamente lo hice, pero para sorpresa mía
ella no reaccionó mal al verme, es más, fue muy amable conmigo, eso hizo que se me fueran
unas cuantas lágrimas y en ese instante me preguntó si quería ser su amiga y yo obviamente al
igual que tú conmigo, acepté.

Nos veíamos cada vez que ella tenía tiempo, ya que su vida era muy ocupada, pero aún así
solíamos jugar, pintar, y hacer muchas cosas juntas e incluso me regaló ropa, pues la mía
estaba bastante mal tratada, pero dentro de mí había un problema y era que estaba cargada
de sentimientos negativos y de odio, lo que hacía imaginarme cosas y situaciones malas, que
no me hacían sentir bien, pero todos esos sentimientos acumulados durante tanto tiempo me
llevaron a una cosa y era a matar.

Primero comenzé con pequeños insectos, luego con animales más grandes, como perros y
gatos, incluyendo al mio que despúes de matarlo lo convertí en mi asistente mediante
experimentos con magia, pero mis ganas de matar aún no cesaban, quería más, mucho más,
quería matar a una persona, quería saber como se siente y la única opción que tenía por el
momento era mi amiga.

Le dije que jugaríamos un juego nuevo y atándola con una cuerda, le pedí que cerrara los ojos
y contara hasta diez, en ese momento saqué de entre la maleza una de mis hachas y cuando
terminó de contar, se la clavé en la cabeza, pero el golpe no la mató, solo la tiró al suelo
dejándola semi conciente, con lágrimas en sus ojos mezcladas con su miedo me pregunto ¿por
qué estaba haciendo eso?, yo no le respondí nada, pero luego comenzó a gritar y yo para
evitar que me descubrieran, le corte el cuello con mi hacha hasta decapitarla.

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Después de eso, clavé su cabeza en una lanza mientras enterraba el cuerpo sin vida, aún
conservo su cráneo en mi casa, en el momento de matarla no sentí nada, después me
pregunté ¿por qué lo hice?.

Pasaron los días y me iba sintiendo cada vez peor, mi conciencia me remordía, ¿cómo es que
había hecho esto?, me preguntaba en todo momento y lo último que recuerdo de ella, es que
tenía una hermanita que llevaba tu mismo nombre, jamás olvidaré ese día ya que estaré
arrepintiéndome toda la vida.

Después de escuchar esto, se podía notar la tristeza en el rostro de Lira, pero en medio de eso
soltó una pregunta.

L: ¿Cómo se llamaba la chica que mataste?

Y con voz temblorosa Minerva respondió

M: Miranda… ese era su nombre.

Lira al escucharlo, en su mente todo llegó a cobrar sentido, por lo que dijo.

L: Esa bebé con mi mismo nombre era yo y la chica que mataste era mi hermana.

Minerva se quedó en silencio al escuchar aquellas palabras y después de unos segundos se


arrodilló frente a Lira y comenzó a pedir perdón en medio de un fuerte llanto.

M: Sé que debes odiarme en estos momentos, te comprendo y lo lamento, si quieres tomar


venganza contra mí, hazlo, haz lo que le hice a tu hermana si es lo que deseas, toma mi hacha
y acaba con esto.

Lira entonces, entre lágrimas tomó una de las hachas, la más grande como le había dicho
Minerva, la agarró con fuerza entre sus manos y la alzó, pero antes de que pasace lo inevitable,
Lira se quedó observando a Minerva por unos segundos y entonces la bajó con todas sus
fuerzas, clavándola en el suelo.

En ese momento todo se quedó en silencio y Lira con lágrimas en los ojos dijo.

L: No me importa que hayas matado a mi hermana, tampoco lo que fuiste en el pasado, lo que
importa es como eres ahora, eres una buena persona, solamente recuerda lo que pasó con los
Arcodoros, por favor Minerva nosotras somo amigas y eso nada ni nadie lo va a cambiar.

A lo que Minerva sollozando respondió.

M: Sabes, incluso esa fue la razón por la que te salvé de los Arcodoros aquella vez, no quería
ver a nadie mas sufrir y si no fuera por lo acontecido con tu hermana, tal vez no te hubiese
salvado ya que pelear contra una de esas cosas eran muy peligroso y arriesgarse por una
persona, para mí no era lo mas lógico, pero con suerte se trató de ti y gracias a eso fue que te
conocí, tú mi mejor amiga.

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Después de decir eso ambas se fundieron en un cálido abrazo, mientras las lágrimas corrian a
montones, pero que al mismo tiempo mostraban su cariño, fidelidad, lealtad y por sobre todo
una gran amistad que duraría para siempre.

El fin.

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