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Los alimentos ricos en fibra soluble ayudan a mantener los niveles de grasa estables y
muchos de ellos pueden ser usados como sustitutos de la sal. Al mismo tiempo la fibra
ayuda a prevenir el estreñimiento y también a equilibrar la presión arterial.
Entre los alimentos que aportan fibra y ácidos grasos omega 3 (también recomendados
para diabéticos e hipertensos) se pueden mencionar lo siguientes:
Tofu.
Avena.
Nueces.
Salmón.
Manzanas.
Zanahorias.
Aceite de lino.
Cereales integrales.
Habas secas y guisantes.
Vegetales
Una buena dieta siempre ha de contener verduras, sobre todo si tenemos diabetes e
hipertensión. Se han de cocinar preferiblemente sin sal (o con muy poca) y evitar las
frituras como método de preparación. Mejor consumirlas crudas, al vapor o al horno y
condimentadas con hierbas y especias aromáticas.
Frutas
La idea de que los diabéticos no pueden comer frutas porque son «dulces» está lejos de
la realidad. En lugar de evitarlas, los diabéticos deberían consumirlas para complementar
su dieta de una forma saludable.
El nutricionista Julio Basulto señala que la fruta fresca, entera, es recomendable para los
diabéticos, porque estas contienen numerosos nutrientes que contribuyen con la salud
en líneas generales. Y a diferencia de lo que se suele creer, no perjudican los niveles de
azúcar en la sangre ni tampoco promueven el sobrepeso.
«Salvo en unas pocas patologías, como la hipersensibilidad alimentaria o la enfermedad
renal, entre otras […] el mensaje unánime que debería recibir la población con respecto
a la fruta entera es: intente consumir, como mínimo, tres raciones al día«.
Por otra parte, el Dr. Manuel Viso afirma que las frutas (enteras) se pueden consumir en
cualquier momento del día. No engordan porque no tienen azúcares libres y pueden
brindar múltiples beneficios porque son ricas en nutrientes varios. Además, contienen
fibra y promueven el tránsito intestinal.
Pescado
Comer pescado tres veces a la semana es muy bueno para la salud y perfecto para
diabéticos e hipertensos. La mejor opción es el pescado azul, porque aporta ácidos grasos
omega 3 que reducen los problemas cardíacos, además de vitaminas, antioxidantes y
minerales. Se recomiendan para que todas las células y órganos se mantengan en buen
estado. Entre los más recomendados encontramos:
Atún.
Mero.
Salmón.
Sardina.
Caballa.
Merluza.
Lácteos desnatados
Son buena fuente de calcio y, al no contener tanta grasa como los productos
enteros, controlan el azúcar en sangre. Por ello no dudes en consumir (todo desnatado):
leche, queso, yogur y mantequilla.
La dieta DASH
Esta dieta se centra en aumentar la cantidad de frutas y verduras consumidas, así como
también lácteos bajos en grasa. Si bien la dieta DASH estaba planteada en un principio
para personas con hipertensión, también es útil para los diabéticos, ya que por su
tendencia a la obesidad, el consumo de grasas puede afectar a su salud.
Dentro de la dieta DASH podemos incluir el pescado, frutas y verduras, granos enteros,
aves, frutos secos, leche y yogur descremado, y arroz integral, entre otros alimentos.
Asimismo, se debe limitar la ingesta de sodio de 1500 mg al día.
Recomendaciones finales
Ten mucho cuidado con las comidas elaboradas y congeladas, porque en la mayoría de
los casos contienen mucha cantidad de sal. Incluso también debes prestar atención a
aquellos alimentos bajos en azúcar porque en su composición presentan sodio (como en
el caso de ciertos copos de avena para el desayuno).
Presta mucha atención al momento de hacer la compra y lee bien las etiquetas de cada
producto comestible que elijas. Te llevará tiempo al principio, pero después sabrás qué
está permitido y qué no. Para empezar, acude más a la sección de verduras y frutas que
a las demás y te será más fácil escoger alimentos saludables.
No olvides que, además de llevar una dieta saludable, es elemental hacer ejercicio tres
veces a la semana. Sin necesidad de realizar una disciplina muy ardua o intensa, deja de
lado el sedentarismo y los malos hábitos si deseas vivir bien aunque tengas diabetes e
hipertensión.
Por último, cumple con todos los controles que indica el médico (o los profesionales que
consultes). Hazles las preguntas que quieras, incluso aquellas que consideres obvias o sin
razón. Lleva una lista de lo que comes para que el doctor valore si es adecuado.