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Sergio Pitol fue un escritor, traductor y diplomático mexicano, falleció a los 85 años.

Sufría
de afasia primaria progresiva desde el 2007, al encontrarse en la cuarta etapa se ve
afectado por la comprensión de frases gramaticales y problemas para poder expresarse de
manera adecuada. El alzhéimer y lo ya mencionado dejo que se aislé en la ciudad de Xalapa
por un buen tiempo. Sus extensa obras incluyen cuentos, novelas y ensayos, como esta
obra que se divide en tres novelas Tríptico de carnaval “El desfile del amor” (1984), “Domar
a la divina garza” (1988) y “La vida conyugal” (1991).

La obra que trataré es “Domar a la divina garza” publicada en 1988. La trama se torna a un
ideal derrotado, porque la construcción de la obra se centra, en el encuentro de un joven
licenciado en derecho que viaja a Estambul para conocer a Marietta Karapetiz (la divina
garza) quién le causará una mala experiencia, de la cual esta asqueado. La creación del
escritor de 65 años que quiere dar el inicio de una novela con tres características,
fundamentales: 1) "la fiesta", tomando para ello las ideas de Mijail Bajtin, especialmente de
su libro La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento; 2) "Gogol" y lo
carnavalesco (sostén fundamental del complejo organismo verbal gogoliano); 3) y José
Rosas ( "Pepe Brozas", mote de un amigo del escritor que es admirador de Dante Alighieri),
que en la novela que escribe se llamará Dante. Este personaje será, cito "conducido por
una extranjera de nacionalidad incierta, la profesora Marietta Karapetiz".

El tema que abarcare es el desarrollo de lo absurdo en lo carnavalesco dentro de la obra y


aunque solo me refiero a una parte del tríptico carnaval, el comentario es individual. El
planteamiento de esta realidad caótica, incierta de momentos, dentro del rigor novelístico
que es “Domar” lo logra Pitol a través de la dramatización de diversas puestas en escena y
de un elemento totalmente liberador y refrescante en la narrativa mexicana contemporánea,
cito.

Se volvía indispensable comenzar a precisar algunas de esas imágenes: un encuentro en


Estambul, una mujer erudita con modales y lenguaje bastante irregulares, la sordidez de un avaro,
un festín indiscutiblemente bárbaro en un claro de la selva tabasqueña.

La risa exagerada. La "hilaridad regocijante", el humor, la ironía, la parodia y la carcajada


opera una abierta complicidad con el lector, cito.

“¿Sabes cuál es su segundo nombre? ¡Ciriaco! ¡Dante Ciriaco! ¿Cómo te suena?» Y se habrían
echado a reír a carcajadas. Me ardía la cara, me retumbaban las sienes, el corazón se me había
desbocado. Di prueba de una fortaleza de carácter que ni siquiera yo mismo sospechaba, así que
no sólo no rodé por el suelo en medio de convulsiones, sino que me di el lujo de atravesar el
puente con la frente en alto, y de terminar la explicación iniciada sobre nuestras dificultades con el
taxista.”

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En esta escena Marietta se burla del segundo nombre de Dante, junto a Ramona, pero
antes de ello, Dante recuerda cómo sus compañeros de colegio también se burlaban, por
lo que el encuentro que tienen con Marietta resultará muy incómodo y hostigador, ya que
en toda la conversación la Divina Garza lo llamará solo por su segundo nombre.

“La fregada Ramoncita, de quien ya estaba, con el debido respeto, hasta los cojones, me espetó:
«No se moleste, Ciriaco, voy por unos libros y regreso al instante.» ¿Ciriaco? ¡Sí, señores! ¡Ciriaco
a secas! Aquella cursilona se había decidido a intensificar la ofensiva, pero no me dejé provocar.
Todo lo contra rio, me comporté a la mayor altura.”

La risa se manifestará de dos formas en la obra, la primera, como un objetivo para fingir y
la segunda para representar la burla de ocasión que está dada por el conocimiento de una
cultura condicionante de la tradición y este, es el marco que diferenciará el interés de cada
grupo público y privado. Pero como lectores conformamos, sólo un marco de los muchos
en los que esta novela se sustenta. Un ejemplo de los múltiples marcos que duplican al
infinito es la “dualidad tuerta” que permite entretenerse en variados discursos como el
ejemplo de ambición que tienen los hermanos Vives, a comparación de Dante por su
condición económica. En la novela se observa desde sus primeras líneas, el borrador o
trama que tendrá la novela, para que el viejo escritor reflexione en la historia que va escribir,
centrándose en los personajes enmascarados como fin.

“Él se esforzaba en proporcionar una bizantina complejidad emocional, un ámbito alimentado por
intensos mesianismos estéticos, comportamiento que les era a tal grado ajeno que en vez de
darles vida los desposeía de ella. La atmósfera rarificada que los envolvía terminaba por
convertirse en una cárcel”.

La teoría entra en la novela levantando las fronteras tradicionales entre los géneros y
estableciendo su forma que depende su estatus social, como una capa adicional que se
superpone y coexiste con la "realidad" narrativa. El viejo escritor imagina un narrador, Dante
Ciriaco de la Estrella, que se narra a sí mismo en un incremento de ambiguos diálogos con
diversas realidades y lecturas, pero develándose siempre la autoconciencia, la singularidad
y la artificialidad del proceso narrativo; obteniendo así todos los rasgos de la literatura
carnavalesca, cito.

“Me refiero, señor, a que no vestía a lo árabe, pero tampoco se habría podido decir que sus
prendas fueran occidentales. Un personaje a primera vista trivial, anodino como la fachada del
edificio en que vivían, o como el celebérrimo Chíchikov; no era ni alta ni chaparra, ni gorda ni flaca,
ni joven ni vieja.”

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La comunicación en él está modificada por el lenguaje, la recepción del discurso por
Karapetiz, luego de finalizar el primer encuentro. La trivialidad que presenta al describir a
cada personaje solo se les da a las féminas ya sea Ramona con su tesis, la descripción de
la sirvienta y Karapetiz, en este caso el que acepta es él, por el otro a pesar de saber el
sentido de, permitiendo el ingreso de distintas voces, relatividad, ambigüedad,
suspendiendo la jerarquía, olvidando el valor social, dispuesto a un punto de vista diferente.
La verdad para Pitol se desarrolla en lo carnavalesco en este caso los personajes serán
Karapetiz y su hermano Sacha los únicos actantes que no fingirán por ser ya personajes de
carnaval. Mientras que para el personaje de Dante C. va relatarse el encuentro con
personajes que están fuera de su interés intelectual como privado, pero si dentro de su
interés económico como público.

“Yo los dejo hablar, me doy por satisfecho de haber llevado a buen recaudo la urbanización de sus
terrenos en Cuernavaca, la construcción y venta de las casas, y de haber contribuido a acrecentar el
patrimonio de su hija. Yo tengo mi historia y el mundo la suya. Se burlan de su mal carácter, de sus
carnes, ¡ay, de una abundancia que raya, ya no en lo grotesco como entonces, sino en lo titánico!
¡Que lo hagan! Nada ganarán con esa.”

La exageración es considerada para Bajtin característico de lo grotesco, como el comer y


ser comido (aceptar y no aceptar), este rasgo se verá en dos realidades el presente y el
pasado presente, la familia Millares que acepta todo lo narrado por Dante sobre su
encuentro, a pesar de tener una extraño aire demencial comprendiendo así, sin necesidad
de “interés público o privado”, como también, Dante en su relación con Rodrigo Vives, cito.

“—¡Así soy yo! —exclamó triunfante—. ¡Así me he vuelto! Cada vez más exigente, en la
comida, en la construcción, en el vestido, en todo. No dejo que me encajen un producto
sin antes haber comprobado sus virtudes. Me cierro, me acorazo … han enseñado los
años. Llego a cualquier encuentro más que pertrechado. Y no es que la mía sea una
mente inflexible, se lo seguro. Trato de defenderme de los prejuicios igual que de las
novedades. Estoy dispuesto a reconocer cualquier mérito ajeno, del mismo modo que
admito y reconozco mis errores.”
Dante se veía obligado a escuchar esos discursos que solo eran dignos de la aristocracia,
mientras que su voz interna repudiaba cada palabra y que decir de las líneas de Ramona,
cito.

“Ramona oía embelesada a su hermano, ya de antemano vencida, dispuesta a la rendición


incondicional, con expresión de rapto en sus ojos bovinos, la lengua pendiente, la saliva
escurriéndole. Parecía implorar que le impusieran la marca de fuego que la distinguiera como

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animal de tal o cual ganadería, la de Rodrigo Vives, la de Marietta Karapetiz, hasta la de Sacha, lo
que sería ya el colmo.”

Quienes serán parte de ese interés público, el exceso que muestran estos últimos afirma la
cultura popular en la Edad Media y como una especie de pirámide les sigue Rodrigo en
relación a Marietta Karapetiz, donde el interés no es hacia ella sino a los estudios de su
difunto esposo, el arqueólogo, representando los típicos rasgos que demuestran los
personajes pertenecientes a esa clase aristocrática, marcado por una vida social a la cual
Dante no se siente concerniente, sin embargo es parte de esa postura, una transformación
que se vio afectada por la manipulación de Karapetiz, cito.

“Muy otro era mi caso. Yo estaba, y sigo estando, hecho de una sustancia diferente.”

De esta manera, nos encontramos con el mismo proceso una y otra vez, me refiero al
proceso desmitificador de la carnavalización que subvierte el orden oficial de Dante, solo
cuando se mantiene, aceptado por el individuo en este caso que va soportar todo exceso
de burla, un ejemplo de ello es la relación central de la historia, entre Dante Ciriaco y
Marietta Karapetiz

“—A Marietta Karapetiz, si es que ése era su verdadero nombre, lo que me resulta inverosímil, a
quien en mis sueños y en mis ensueños acostumbro llamar Pelagra Pelandrujovna. Su hermano, y
algunos caballeros de grandes familias, pero sabrá Dios de qué costumbres, acostumbraban llamarla
Manitas de Seda —“

Esta última será idealizada por Dante, por ser viuda del famoso antropólogo Aram
Karapetiz, hasta saber que la mujer es solo una masajista, lo extraño es que lo acepta,
acepta las transformaciones que Marietta ira exponiendo como mascaras indirectas de
distracción para quien la vea como esa construcción de mujer que es ridícula, frívola,
degradada, tras una máscara del refinamiento y la cultura, a pesar de eso, Dante continua
encantado por sus extraños cambios impredecibles.

“¡Hay cosas que verdaderamente no tienen nombre! No dudo que alguien en este mundo tan lleno
de sorpresas pueda superarse. Me ha tocado ser testigo de transformaciones asombrosas. Pero hay
casos en que ninguna superación puede producirse. Es imposible. Por una falta de quórum de las
células cerebrales, sencillamente.”
“No quería quitarme la venda de los ojos; me negaba a reconocer que todo aquello era un espejismo,
un falso Edén, una engañosa Fata Morgan, un Olimpo elaborado con materiales de la más burda
estafa. ¡No iba a tardar mucho en descubrir la impostura!”

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Entonces el hilo narrativo principal de la novela es, la batalla de Dante, símbolo del orden y
de ese gran mito de la cultura occidental que ha sido el progreso. El engaño en la vida de
Dante, se reconoce por él y lo produce, hasta el punto de ser un espejo absurdo
convencional de su vida y culparse ello.

“desviaciones caprichosas de lenguaje, expresiones que ninguna señora que se preciara de serlo
admitiría en su presencia, soliloquios inarticulados, vendavales de incongruencia y aun de
procacidad. Pero ¿qué importaba aquello frente a sus virtudes? Por otra parte una mujer de letras
se podía permitir ciertos lujos que alguien como mi hermana o María Inmaculada de la Concepción,
mi dilecta esposa, ni siquiera soñarían. A tal grado insistía en engañarme, que llegué a convencerme
de que cada vez que detectaba alguna arbitrariedad, incongruencia o vulgaridad flagrante en su
lenguaje, se debía a mis limitaciones personales de comprensión”.
El dinamismo del carnaval, surge de la contradicción, en el nivel del ejercicio del poder,
entre la sociedad oficial y el grupo del carnaval. En esta ambivalencia, en esta oposición
reside su riqueza, su movimiento. Pitol se opone al discurso del mundo oficial, el discurso
alterno expresado en el lenguaje del cuerpo, lo escatológico, la atmósfera de pesadilla, de
sueño y de magia.

Se intenta desenmascarar sus procesos de significación. Por un parte el narrador no se


interesa en rechazar un orden, cuestionarse los valores, o la indeterminación de la conducta
humana, solo los acepta como situación contradictoria de lo grotesco, como la necesidad
de irse degradando para ser cada vez más absurdo como el final de la narración en la que
sabemos que Dante llega a concebir los rasgos del carnaval o de la demencia. Y por el
otro tenemos un carnaval elevado en las féminas, en especial a Marietta que a pesar de su
conocimiento compartido por Dante de acuerdo a la cultura a donde dice pertenecer y la
cual no termina de hacerle efecto al retirarse, o como cuando Dante la compara con Dr.
Jekyll y Mr. Hyde, por sus cambios radicales, o un hecho simple como el de Ramona Vives,
cito.

“Hay casos, lo repito, en que el cambio es imposible. La señorita Vives, uno de ellos. Su
mediocridad no conocía límites. Almorzamos y cenamos en el tren. Bebimos muy buen vino.
Ramona exigía que la atención de su hermano, y por ende la mía, se centrara en ella y en su
pequeño mundo de trivialidades y caprichos”.

Es decir desde la lectura, no se encuentra una postura que degrade solo a la mujer, como
lo leí en otro trabajo, de ser así ¿Notaríamos la transformación de Dante Ciriaco? Es el
personaje principal, el agraviado, como cite, Dante reconoce no ser parte de la elite
confundida y ambigua, pero al finalizar la obra, o en el transcurso se percibe como no solo,
acepta la transformación de otros, si no que las llega a producir, con María Inmaculada de

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la Concepción, a la cual aprovecha desde un interés público, incluso se puede ver como
Dante se interesa primero de Marietta por un “no infeliz” fin, por lo tanto no necesariamente
una falsa relación, controlaba su desacuerdo con la viuda de Karapetiz ¿Por qué? La dama
no podía entablar un dialogo con Dante, ya que ella se mantenía en ese privilegio de
pretender ser la divina garza, Dante fingía pero sin llegar al extremo superficial de
supervivencia que tenía con su esposa María Concepción.

El único personaje a diferenciar la incorporación de los discursos del otro es Dante por
anteponerse al otro como respuesta al favor humorístico de Bajtin el cual destaca la parodia,
con el doble discurso donde se percibe dos conciencias diferentes en un mismo lenguaje.
El procedimiento paródico que ejerce Pitol en la novela es presentar el texto y a los
personajes como figuras grotescas, plenas de incertidumbre, de tal suerte que de ellos
mismos fluye su rasgo caricaturesco o satirizante. De este modo, la novela se constituye
en un lugar abierto donde se pone en juego la parodia, que le permite derribar muros,
construir una visión oblicua y delirante del relato para arribar a un final abierto.

En fin, lo absurdo de lidiar con cada grupo que tiene ese rasgo carnavalesco, es privilegiar
a uno sobre el otro, mientras que a uno no se le domina al otro sí, no se puede atrapar algo
que es indefinido, que es trivial, ambiguo y conveniente. No hay un concepto definido por
parte de Marietta, lo cual la hace ser densa, provocando intriga en el lector de si es o no la
viuda del antropólogo, solo por ser transgresora a su estado social y a un supuesto régimen
impuesto, que no existe por cierto, por hablar de dos personajes “masajistas”. Lo absurdo,
entonces conforma eso, que desde ya, está fuera del contexto, como un descenso o
transgresión del sentido hacia el fin que es lo carnavalesco.

Bibliografía:

- Pitol, Sergio. Domar a la Divina Garza. Barcelona: Anagrama, 1988.

- Bajtin, Mijael. Problemas de la poética de Dostoievski. México, D. F. Fondo de Cultura


Económica.

-Letamendía, Nora. Reflexiones acerca de la novela domar a la divina garza, de Sergio


Pitol, y su articulación con la ideas de Mijael Bajtin. 2013.

- Martinez, Marina. Lo grotesco en domar a la divina garza. 1993.

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