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DRAMATURGIA
MÉTODO PARA ESCRIBIR O ANALIZAR UN GUION DRAMATIZADO
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DRAMATURGIA
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DRAMATURGIA
ÍNDICE
- Introducción
1. Conceptos y fórmulas generales.
1.1 El dramaturgo.
1.2 La dramaturgia.
1.3 Forma y contenido
1.4 La mini-sinopsis (ejemplos)
1.5 El argumento
1.6 La cadena de suceso
2. La premisa (superobjetivo)
3. La acción dramática.
3.1 Los efectos psicológicos de la acción dramática.
4. La ley del conflicto.
4.1. Los bandos en pugna.
5. Las estructuras dramáticas.
6. Estructura clásica o aristotélica.
6.1 Gráfico de la estructura aristotélica
6.2 Objetivos y funciones de las partes de la estructura aristotélica.
6.3 Análisis de las etapas obligadas del proceso de composición aristotélico.
7. Origen e importancia actual de la estructura externa de los clásicos griegos.
8. Los géneros y estilos dramáticos.
9. La histórica aberración y visión postmoderna del melodrama.
10. Aplicación del método estructural y genérico en dos filmes distintos
10.1 El piano, J. Campion.
10.2 Tootsie, S. Pollack.
11. El personaje.
11.1 La universalidad del personaje.
11.2 Preguntémosle al personaje.
11.3 La tridimensionalidad del personaje.
11.4 La hoja de vida del personaje.
11.5 Los personajes infantiles.
11.6 La técnica de la exteriorización.
11.7 El tipo.
12. La estructura de progresión acumulativa (de los Lumire, de tensión o
“documental”).
12.1 Estudio estructural y de género de Gritos y susurros (I. Bergman).
12.2 Generalidades.
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DRAMATURGIA
INTRODUCCIÓN
En un lugar que ahora no recuerdo leí una reflexión que más o menos decía así: “Quien
sabe mucho de teoría, pero no tiene la práctica, no domina la teoría, y quien tiene la
práctica, pero no domina la teoría, nunca llega a saber por qué su trabajo queda mal o bien”.
No obstante, hay personas que no quieren oír hablar de la técnica ni que se teorice sobre el
arte. De tal manera prefieren mantener su misterio romántico, que uno de ellos me llegó a
decir que se había defraudado del ballet el día que supo que los bailarines contaban los
pasos.
La fragilidad del contacto que estos espontáneos tienen con el fenómeno estético parece
emanada de aquella aseveración romántica de Federico Schiller que dice: “Toda la magia
del arte está en su secreto”. Y no es que vaya a tratar de probar lo contrario. Lejos de eso.
Aún recuerdo la forma en que me defraudé el día que entré por primera vez en un estudio
de radio, al principio de la década del sesenta, y vi grabar un programa dramatizado: los
actores con sus respectivos libretos en las manos ante un micrófono frío y ajeno, el efectista
haciendo caminar a dos personas a la vez en un cajón de madera lleno de gravillas, y el
director, como loco conductor de orquesta detrás de un cristal, dando entrada a sus
elementos sonoros. Sólo si hubiese cerrado los ojos en aquella fábrica fascinante del
estudio le hubiera podido restituir a la imagen empobrecida, y, por tanto, defraudante, todo
lo que desde niño despertara tanto mi imaginación.
Por otro lado nunca he podido dejar de sentirme algo traidor cuando situado ante los
alumnos voy revelándoles las intimidades de la especialidad, es decir, me da la sensación
de que soy un mago que da a conocer los secretos de los trucos que debieran ser sólo del
dominio de los iniciados.
Sin embargo, ni por la ponderación de la práctica ni por preservar una fantasía elemental ni
por posiciones de injustificado elitismo, el ser humano va a renunciar a un conocimiento que
lejos de castrarle la imaginación hace más elevado su goce, al mismo tiempo que efectivo
su empleo.
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Hoy sé que aquel sujeto, a pesar de su ingenua reacción, tiene que haber vuelto a disfrutar
del ballet, porque el hombre por una necesidad natural siempre ha tenido que recurrir al arte.
De manera que yo, descubriéndole los misterios de la literatura dramática con este Libro,
espero convencerlo con un método certero de que “para captar el fenómeno fugaz (del arte)
tenemos que aprisionarlo en las reglas, desgarrar en conceptos su hermoso cuerpo y
conservar su espíritu vivo en un pequeño esqueleto de palabras”, como observara el propio
Schiller.
1.1 EL DRAMATURGO
He aquí la principal virtud que debe alcanzar un dramaturgo: escribir no para sugerirnos sus
mundos, sino para hacernos ver y escuchar la poesía.
1.2 LA DRAMATURGIA
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Como el ordenamiento debe ser significante, es decir, expresar algo, alcanzar la totalidad de
las potencialidades, en ese sentido, es tarea de todos: director general, director de arte, jefe
de fotografía, actores, músico, escenógrafo, vestuarista, maquillista, etcétera.
Cuando alguien que no sea un gran narrador oral le cuenta a otra persona la historia
de una película o de una obra de teatro o de un programa de televisión o lo escribe
en una sinopsis, el hecho artístico está omitido. Se coincidirá, entonces, en que lo
artístico está en la forma en que esa misma historia fue llevada al espectáculo
dramatizado. Es decir, que si el contenido le da sentido a la forma, es la forma la que
le proporciona lo artístico al contenido, y por ende autonomía en su relación con lo
puramente empírico en que se basa, con la vida real.
La premisa (superobjetivo).
Los sucesos.
El ambiente.
Los caracteres.
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Aunque cabe hacer notar que la utilidad de esta formulación es únicamente con fines
didácticos. Como luego quedará demostrado, elementos de la forma pasan a ser de
contenido y viceversa, lo que hace manifestar la indivisibilidad de este proceso dialéctico del
arte.
Como en la lingüística, deja de funcionar aquí aquello de que el orden de los factores no
altera el producto, o sea, el contenido. Con cuatro palabras tomadas como las cuatro únicas
escenas de un guión, se pueden lograr dos contenidos diferentes, sólo con otra disposición
de las palabras:
El fútbol en Sofía.
Sofía en el fútbol.
La mayor dificultad para asimilar este proceso radica en no concebir la estructura como
forma. Ciertamente, la forma es más abarcadora y plástica, implica género, estilo,
atmósfera, caracterización, lenguaje, etcétera, en tanto la estructura es una faceta interna y
dinámica de la forma, la que vincula y ordena sus elementos activos.
La forma para un guionista no tiene nada que ver con las ideas de un envase, un forro o una
envoltura; todo lo contrario, para él la forma se manifiesta como un elemento interno y,
repetimos, activo.
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1.4 LA MINI-SINOPSIS
PISO 13
Idea-base:
Mini-sinopsis:
Las vicisitudes de una madre viuda, de algo más de cincuenta años con sus hijos. Frustrada
en su sueño de ser bailarina por un temprano matrimonio, y por los años que van opacando
su excepcional belleza y hermosura. El hijo mayor se avergüenza de ella, el segundo se
refugia en las drogas, la hija no puede tomar la decisión de separarse de su esposo violento,
y el más apegado a ella, el más pequeño, no quiere estudiar y es muy inestable en todo.
Luego de innumerables sucesos, la familia sigue indemne, incólume, gracias a la madre.
Premisa o superobjetivo:
Carácter: La familia,
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PLAY OFF
Idea-base:
Una joven confunde el amor con la compasión.
Mini-sinopsis:
Una joven, recién graduada de periodismo, “odia” al muchacho que la mortifica –la
revelación beisbolera del año anterior–, y pretende escribir un reportaje con el mayor
bateador que ha tenido el país, ahora postrado en una silla de ruedas producto de un
accidente automovilístico; pero confunde sus sentimientos y cree estar enamorada de
aquella gloria deportiva, a pesar de su estado físico y de la diferencia de edad entre ambos.
Con el afán de volver a la vida al frustrado pelotero, se le ocurre que éste puede ayudar a
salir del “slump” en que de pronto ha caído el joven a quien cree odiar. El enamorado
inválido, después de mucho esfuerzo de la joven, acepta y vuelve al deporte, que es como
decir a la vida, pero el acercamiento de los tres lo hace convencerse de que de quien está
enamorada ella es del muchacho deportista a quien él ayuda a salir del mal momento.
Premisa o superobjetivo:
Desenlace: se engaña.
Otra premisa:
“¿Cada oveja con su pareja?”.
Este sería un final abierto, es decir, una indagación en la que el espectador tendrá que llegar
a sus propias consideraciones; para ello el guionista redactará su premisa a modo de
pregunta, lo que lo llevaría en la historia a un final abierto.
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1.5 EL ARGUMENTO
La literatura renacentista española nos deja un ejemplo de cómo podríamos actuar imitando
a aquellas especies de adelantos del contenido en el principio de cada capítulo. Hagámoslo
por escenas:
Esc. 5. Etcétera.
O en detalles, veamos la cadena de sucesos de la exposición del filme escrito y dirigido por
Pedro Almodóvar...
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CRÉDITOS: Como música, la ranchera Soy Infeliz, cantada por Lola Beltrán. Y en
imagen, figurines, productos comerciales de consumo femenino, y el mundo del diseño y la
farándula.
Suceso 1. Pepa, en su piso, se caracteriza (narra) como una romántica que ha querido
salvar al mundo (tiene una terraza llena de aves: Noé), pero no ha podido ni siquiera retener
a Iván, su pareja, el que, días antes le ha dicho que ha dejado de quererla y ahora le ha
dejado una nota donde le dice que no quiere que diga que ha sido infeliz. En este mismo
paneo aparece un cuadro con una foto de Pepa e Iván cuando eran felices; sigue la toma
hasta encuadrar con la mujer en la cama, aparentemente muerta. La música ahora apoya
este dramatismo.
1. EXPOSICIÓN.
Suceso 2. Con la misma música entra una secuencia del vanidoso Iván saborizándose
la boca e iniciando un recorrido donde piropea a mujeres de distintas nacionalidades y
posiciones sociales. El micrófono al que habla proporciona la teatralidad que se quiere
lograr.
Suceso 3. Se sigue caracterizando a Iván, esta vez, también ante un micrófono, dobla
al galán de una película estadounidense; sólo que ya entra en trama, pues se evidencia que
no están doblando a la mujer: por ausencia se alude a Pepa. El texto de Iván sugiere la
espera y la posibilidad de la muerte de la mujer si él no regresara.
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comunique. Iván habla con la contestadora de Pepa, donde le dice que han empezado a
doblar sin ella y le pide que meta sus cosas en la maleta porque mañana se va de viaje.
Y así hasta el final del contenido del guión o libreto que estemos estructurando, siempre
teniendo en cuenta que no se describen estados de ánimos, sino acciones.
Pero el afán de alcanzar el mayor rigor posible en el dominio del propósito pasa por la lucha
contra el prejuicio formalista, por demás bizantino, toda vez que el estudio de la estructura,
la forma, no niega en la literatura dramática lo esencial del contenido, sino que lo evidencia.
2. LA PREMISA (SUPEROBJETIVO)
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De modo que esa impericia –la carencia a la hora de escribir de una premisa que ordene el
trabajo–, al no guiarlo estructuralmente hacia un objetivo único, puede dar como resultado
no el arte, sino un guión o libreto desarrollista, desordenado, que fatigue y bloquee al
espectador al no dejarlo asimilar una obra bien hilvanada, concisa, coherente, que conduzca
las ambigüedades específicas del arte, es decir, la polisemia deseada. Este procedimiento lo
explica Francisco Sancti con las siguientes palabras:
Son múltiples los caminos por donde se puede llegar a la idea-base para comenzar
un guión: la anécdota de un familiar, una experiencia propia o ajena, un lugar, un
ambiente, una teoría, un pensamiento fugaz, etcétera. El hecho de que cualquiera
de esas motivaciones haya calado en el espíritu del guionista hasta impresionarlo,
evidencia que, consciente o no, ya tiene o está en vías de lograr un punto de vista
sobre el tópico en cuestión. Y es ahí que le nace el deseo o la necesidad de
plasmarlo en un guión o libreto.
El siguiente paso sería preguntarse qué significa ese estímulo para él, cómo lo ve, como lo
siente; en suma, cuál es su filosofía sobre el asunto.
El método que aconsejan varios autores es redactar una frase matricial, una moraleja que
devenga en una síntesis del contenido que se quiere expresar, y que ante todo sea muy
honesta, pues una premisa insincera terminará por traicionar al creador.
Lajos Egri, por ejemplo, en su libro Cómo escribir una obra, llega a exigir más, pide que esa
frase matricial o moraleja que va a ser la premisa, tenga tres partes:
1. Carácter. 2. Conflicto.
3. Desenlace.
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2. Conflicto: vence
3. Desenlace: a la muerte.
Recuerda incluso como en el teatro del Siglo de Oro español era frecuente hallar la premisa
en el título. Ejemplo: El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina.
El condenado: conflicto y
desenlace
Si la intención es escribir un guión con una historia en apariencia menos determinista, los
llamados “finales abiertos”, entonces debe redactarse la premisa a modo de pregunta:
muere?
El canon griego por el cual se ha guiado la cultura occidental durante siglos expresa que el
logro de la perfección se alcanza a través de la unidad de las partes; de modo que
comenzar a trabajar teniendo una premisa clara, si bien no lo resuelve todo, ayuda a que la
integridad de las partes esté en función de demostrar esa sola premisa.
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Siempre es más efectivo y artístico lograrlo sin el concurso del concepto. El espectador no
tiene la sensación entonces de que lo quieren llevar a que apruebe una idea. Debemos
hacer que el público llegue a la conclusión que queremos sin expresárselo. La anfibología
en el arte es la sensación de objetividad, es la aparente ausencia de una tendencia en el
autor, es la indagación en la multiposibilidad del comportamiento humano. Esa polisemia se
logra cuando el guionista indaga, pero ocultando sus “mundos intencionales”, cuando deja
que el espectador recorra “solo” el camino que uno le ha iniciado, o dicho a la manera más
radical de Teodoro W. Adorno: “Cuando más perfecta es la obra, tanto más ausente de ella
están las intenciones”. Pero recordemos que todos los procesos estéticos tienen siempre un
aspecto de contenido.
La fórmula de Lajos Egri –porque no es otra cosa que una fórmula– para el uso de la
premisa es exacta y útil operativamente, pero si se quiere trascender al arte, puesto que en
esos términos se habla en este Libro, hay que limitarla al proceso de composición y no caer
en el desespero facilista de expresarla, fundamentalmente si estamos trabajando en un
género realista.
En otro plano del análisis, los furibundos contenidistas se enfrentan a otro escollo. Se ha
estudiado profusamente el proceso dialéctico que se establece entre el espectador y la obra
que aprecia (estética de la recepción); pero no habría que esforzarse mucho para
determinar que existe un conflicto entre los dos factores (espectador-espectáculo) del que
dan fe al final criterios muy elaborados o un elemental “me gustó”. De modo que si
inevitablemente el guión va a ser juzgado también o principalmente por su contenido, una
premisa explícita corre el riesgo de levantar barreras demasiado fuertes para su aceptación,
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o al menos puede constituirse en el obstáculo para que el espectador se haga la idea de que
ha llegado por sí mismo a una conclusión sobre la historia que se le ha narrado. Esto es
también un mínimo de respeto que se le debe a su inteligencia: ahí están los factores que lo
convocan a ponerle el resto, a participar, a entrar en el juego. Lógicamente, esta
participación no pasa de ser una ilusión del espectador, gracias a la cual la estética
contemporánea habla de determinismo, de positivismo o de manipulación. Pero, ¿qué arte
monologuista, en tanto la verdad de un autor (sujeto-predicado), y no la pretendida verdad
absoluta, deja de ser manipulador?
Otro panorama que intenta opciones diferentes quedará expuesto en el momento en el que
nos ocupemos de la estructura de carnaval o “menipea”, es decir, una estructura dialoguista.
RESUMEN
También el guionista o libretista debe saber que el orden de los sucesos, el mecanismo del
que se vale para desarrollar la idea-base y hacer que se acepte su premisa, es la acción
dramática, de la que nos ocuparemos más adelante. Con ella va a estructurar, por lo que
representa un aspecto fundamental de su arte.
3. LA ACCIÓN DRAMÁTICA
Como en superlativa valoración dijo Chales Chaplin: "La acción es música", y con la frase,
salida de su valiosa experiencia artística y seguramente sin proponérselo, aludió a quien
hace veinticinco siglos descubrió el importante procedimiento de composición, el primer
teórico de la técnica de la literatura dramática, Aristóteles.
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¿Es movimiento? ¿Es actividad? ¿Basta conque los personajes de una escena corran,
gesticulen, griten o riñan?
Si un guionista llevara a cabo todas esas actividades juntas en un guión, sin tener en cuenta
lo que se va a explicar más abajo, sus espectadores correrían el riesgo de morir de tedio
ante semejante espectáculo por movido o activo que fuera.
Aunque no es nada aconsejable, puede producirse una acción dramática sin apenas
movimiento físico. Es suficiente con el hecho de que dos personajes dialoguen o que usted
vea en pantalla una escena muda, si ambas están integradas por las partes componentes
del fenómeno que el filósofo peripatético señaló como esencial y que hoy puede desglosarse
en:
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3. Cambio de equilibrio: Culmina el proceso de lucha porque una de las dos partes
logra su meta.
3. Revés: El intento ha recibido un golpe tan contundente que ahora casi desde la
nada debe tomar una dirección opuesta para lograr su objetivo... o abandonar la
contienda.
Estos tres componentes de la dinámica pueden venir del bando opositor o por debilidad o
deficiencia del propio intento, solución esta última frecuente en los géneros no realistas.
Ejemplo: enfermedad del personaje que represente al intento.
Como luego se verá, si hoy día se puede llegar a la minuciosidad expuesta hasta aquí, en lo
relacionado a la acción dramática y su función estructuradora, ha sido gracias a que el
griego con su hallazgo clásico guió los pasos.
Pero con Aristóteles o sin Aristóteles el teatro ateniense que consolidaron nombres como los
ya mencionados de Esquilo, Sófocles y Eurípes, entre los más destacados, ya era
monologuista: el diseño del predicado del sujeto que se imponía, se nos impone e
imponemos como mandato de un dios, el autor. Su función de primer teórico de la literatura
dramática, y su mérito en cuanto a este tema concierne, fue descubrir las constantes y los
mecanismos de las obras que lógicamente ya existían. Si hubiese primado en el hombre la
tendencia al rito puro como poesía teatral, en lugar de la representación de una anécdota
como en el caso del teatro que él analizó y describió estructural y funcionalmente, nadie
recordaría hoy sus hallazgos, como sucedió en el período que va de la caída del Imperio
Romano hasta el Renacimiento; donde todo tuvo que comenzarse de nuevo, el Medioevo.
Culpar a Aristóteles por la pérdida del rito como poesía propia del teatro o achacarle su
"crisis" contemporánea, amén de ser un disparate, es un llamado a la ignorancia, o como
decir que Copérnico es el culpable de los terremotos por haber descrito la rotación de la
tierra. Estos procesos en el ser humano no los determina un hombre por genial que sea,
sino la observación y el innato procedimiento de aprendizaje de la persona, la imitación
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Aristóteles, para continuar con el tema, nos dejó dicho que una obra dramática no es otra
cosa que el diseño de una gran acción (las acciones subordinadas o subtramas, aunque
existentes en la etapa clásica, tomaron real auge en el Teatro Isabelino). Pero el concepto
de acción del clásico griego no se agota con la idea de actividad física, sino que entraña los
componentes que hemos explicado, el mecanismo de lucha entre el intento y la oposición
hacia el cambio de equilibrio; es decir, el triunfo de uno de los contendientes; proceso que
grabado en sí mismo conduce el contenido y su premisa desde el principio hasta el fin de la
estructura que esa misma acción dramática compone. Entender esto último no sólo
esclarece el aporte aristotélico esencial, sino que nos ofrece toda una técnica para la
composición y el análisis.
De manera insuficiente, apelando a la lógica formal (muy ajena al arte) sólo para tener una
idea, se puede graficar la acción dramática de la siguiente manera:
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C
A
M
B
I
O
D
E
E
Q
U
I
L
INTENTO OPOSICIÓN I
B
R
I
O
No basta lo expuesto hasta aquí para poner de manifiesto todas las virtudes de un buen
guión, pero sí que en la confección de una anécdota a representar aristotélicamente y de
alguna manera en la narrativa, la acción dramática con la que se estructura es de prioridad
esencial.
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Tal vez haya que pedirle a la psicología del arte una respuesta más certera, pero de
momento, baste con asegurar que la presencia de ambos efectos psicológicos en toda
acción dramática (el suspenso o expectativa y la catarsis) es siempre demostrable.
R
SUSPENSO O EXPECTATIVA
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Obsérvese a modo de sencillo ejemplo dos escenas donde se desarrolla la misma acción
dramática completa, primero en el formato de cine y luego en el de televisión.
Cine:
A través del cristal de la ventana que da para el patio, un hombre y una mujer en
piyamas sentados a la mesa desayunando. Ella se inclina hacia él para besarlo, pero
el hombre la evita y sigue desayunando. La mujer, luego de un instante, le dice algo
con expresión lastimera. Él ironiza, pero ella insiste en besarlo. Él vuelve a
rechazarla, ahora enérgicamente y le hace un reproche. La mujer asiente, pero trata
de tocarlo. El hombre se separa y asiente irónicamente. Ella argumenta con pasión y
alegría de enamorada. Él va tomando interés por lo que le escucha y termina
entusiasmado. La mujer se acerca y le ofrece los labios. Finalmente el hombre la
besa. Luego mira detenidamente sus ojos y algo le reprocha, pero esta vez con
cariño. Ella, coqueta, algo le contesta. Finalmente él acerca sus labios al oído
femenino y la hace una propuesta erótica.
Televisión:
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GLORIA
Inclinándose hacia él.
¿Me das un beso?
JULIO
No.
GLORIA
Lastimera.
Me deprimió ese sueño
JULIO
¡Ay, Gloria, si no te conociera!
GLORIA
Tratando de tocarlo.
¿No quieres besarme?
JULIO
Se echa hacia atrás.
¡Apártate, quieta!
Más calmado.
Anoche dolor de cabeza y hoy depresión.
GLORIA
Lo que tú digas, pero no podrás decirme que no
te quiero.
JULIO
Sí, sí, sí...
GLORIA
¡Oye, no lo dudes!...Ayer, cuando vine para la
cocina con Sonia, no quería que me hablara,
estaba escuchándolos a ustedes discutir. ¡Lo
dejaste sin argumento! Me alegré tanto de que
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JULIO
Poco a poco ha ido tomando interés.
¿Viste?
Más interes.
¿Estabas oyéndonos?
GLORIA
Casi todo.
JULIO
¿Oíste cuando dijo que no quería seguir
discutiendo conmigo?
GLORIA
Asiente y le ofrece los labios.
Dame un beso, mi rey.
JULIO
La mira mucho, primero.
Eres tremenda.
GLORIA
Coqueta
¿Tú crees?...
JULIO
La sigue mirando y luego acerca sus labios al oído de Gloria.
¿Quieres que te quite la depresión?
Hasta aquí los ejemplos. Pero busquemos sobre qué acción dramática se sostienen las dos
variantes de la escena.
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En el primer caso, la escena muda, obviamente, se puede ver a través de la acción física y
las actitudes de la pareja, que la mujer se quiere besar con el hombre (intento), y que él la
rechaza (oposición). Luego tiene lugar la lucha, hasta que ella lo persuade y él cede
(cambio de equilibrio).
Es cierto que no hay detalles, la información es parcial y mínima, pero las acciones físicas –
recurso siempre preferible para expresar lo que sienten y quieren los personajes por lo que
tiene este arte de visual– son suficientes como para hacer posible que se manifiesten los
tres componentes de la acción dramática.
Pero, esto último será tema desarrollado más adelante, cuando tratemos sobre el personaje
o el tipo.
La escena de Julio y Gloria puede dejar la idea de que cada una debe integrar siempre una
acción dramática completa. Aclaremos finalmente que esto en última instancia sería de gran
eficacia, y siempre que sea posible debe hacerse; pero basta con que formen parte –las
escenas– de uno de los integrantes de cualquiera de las acciones esenciales al guión: o el
intento, o la oposición, o el cambio de equilibrio.
C. de equilibrio: Diego le informa que posee fotos suyas y que se las devuelve si lo
acompaña. David acepta.
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TOOSIE
Intento: Michael le pide a su agente un programa especial de televisión para,
como Dorothy, hablarles a las mujeres de sus derechos.
Algunas veces los estudiantes suelen confundirse con otro tipo de escena, no logran hallar
cuál es su función o dónde está la acción dramática, son las escenas llamadas
preparatorias. Mencionemos a modo de ejemplo el socorrido caso de la del balcón en
Romeo y Julieta, de William Shakespeare. Esa escena no es una contienda, ni siquiera una
discusión, ambos jóvenes son del mismo bando y están de acuerdo en todo. Es, repetimos,
una escena preparatoria. Al decir de Ferdinand Brunétiére, citado por John Howard Lawson,
"esto es lo que pudiera llamarse voluntad, están fijando una meta y dirigiéndolo todo hacia
ella". Los enamorados de Verona integran el caso siguiente: intentan lograr un objetivo
común, el libre ejercicio del amor que siente el uno por el otro. La oposición, que ya la obra
tiene anunciada a esa altura, viene del odio de sus respectivas familias.
TOOTSIE
Intento: Michael lucha por el amor de Julie.
FRESA Y CHOCOLATE
Intento: Diego lucha por llevar una exposición de esculturas a México.
exposición.
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C. de equilibrio: La institución cultural expulsa a Diego del trabajo y éste decide irse
definitivamente del país.
desconocido.
su seductor.
C. de equilibrio: El esposo de Ada, ante la imposibilidad hacerse amar por ella, la libera
para que se vaya con Baines.
Las mencionadas hasta aquí son las acciones fundamentales (acción-base) de los filmes
aludidos, posteriormente, al estudiar las acciones subordinadas (subtramas) de algunos de
ellos, serán ofrecidas sus estructuras completas.
Decía José Martí al respecto en una de sus crónicas teatrales recientemente aparecidas:
"Sucede en lo general que cuando no se subordinan los incidentes (acciones subordinadas
diríamos hoy) a la acción principal (...), ésta se ve grandemente perjudicada".
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Un hombre es citado para el recibidor de un hotel por una mujer con la cual tuvo una
relación amorosa hace veintitrés años. Al llegar al lugar no la ve, pero el carpetero le informa
que aguardan por él en la habitación. Receloso llega a la puerta y le abre una dama a quien
el tiempo ha hecho casi una extraña para él. Ella, también nerviosa, lo invita a pasar, pero el
hombre no quiere (intento-oposición), aclara que se habían puesto de acuerdo para
conversar en el recibidor, pero que, además, tiene invitados a cenar esa noche en su casa.
Ella tiene que esforzarse, pero finalmente la curiosidad masculina lo hace ceder: entra
(cambio de equilibrio).
ELLA
ÉL
No, ya no bebo.
Oposición que vence la coquetería que a él le proporciona la certeza de una fácil conquista.
Como se podrá apreciar, el constante uso de las mini-acciones, en el lógico marco de una
subordinación a la acción-base, imprime dinamismo a la escena y al guión en general.
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RESUMEN
El ser humano no ha hecho suyo ningún mecanismo de comportamiento que no sea una
emanación de su propia naturaleza. Es conocido lo que debe el arte a los mecanismos del
lenguaje. Por lo que al tratar de explicar la dualidad contradictoria de la acción dramática, es
oportuno revisar las conclusiones de Charles Darwin en este sentido:
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Semejante hallazgo darwiniano debe sacar al más incrédulo de toda duda: ninguna mente
calenturienta o genial concibió el mecanismo de la acción dramática, sino que es el
resultado del comportamiento humano, de sus modos naturales de sobrevivencia. No por
gusto un tiempo después la psicología apoyaba la observación, dice Liev Semionovich
Vigotski:
“La ley, notable, descubierta por Darwin, posee una indudable aplicación en el arte,
y seguramente ya no constituirá para nosotros un enigma el hecho de que la
tragedia (pudo haber dicho la acción dramática, puesto que cinco de los seis
géneros existentes actúan con el procedimiento), que suscita simultáneamente
efectos de carácter opuestos, actúa, al parecer, de acuerdo al principio de
antítesis”.
He aquí entonces que entra a describir el movimiento Federico Hegel como el resultado de
la alteración del equilibrio y la creación de un nuevo balance de fuerzas. "La contradicción,
dice el propio filósofo, es la fuerza que mueve las cosas". Su método concibe la lógica como
una serie de movimientos en forma de:
Cincuenta años antes que Hegel, el propio Ephraim Lessing, renovador de lo que, como ya
dijimos, hoy por él se conoce como dramaturgia, se había expresado en el mismo sentido al
afirmar que "todo en la naturaleza está relacionado, entrelazado, todo cambia con todo, todo
se funde en todo".
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En el principio trágico de Hegel la acción es llevada hacia delante por el equilibrio inestable
entre la voluntad del hombre y su medio (las demás voluntades de los hombres, las fuerzas
sociales o las de la naturaleza).
RESUMEN
Pero, ojo: como estos conceptos no tratan de camuflar el viejo esquema determinista del
significante-significado, sino de exponer las técnicas existentes en la literatura dramática, es
bueno alertar con el autor de ambos entrecomillados, Roland Barthes: "... antítesis o
paradoja, toda oposición pertenece a un mundo deliberadamente construido: un dios vigila
detrás del suceso". Enteramente cierto.
Tocante a la composición en la literatura dramática, luego veremos que la acción, tal y como
la explica Hegel en su lógica dialéctica, no es el único recurso.
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CLIMAX
CATARSIS
CAMBIO DE EQUILIBRIO
SINTESIS:CPREMISA
O
PRESA CODICIADA BANDO
II
BANDO
CAMBIO DE CRITERIO ANTÍTES
I
IS
INCÓGNITA
4.1. LOS BANDOS EN PUGNA
TESIS
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Según la tabla clásica el conflicto que expresa la acción dramática, es decir, la pugna entre
los bandos, siempre va a producirse entre:
A pesar de los años transcurridos desde su estreno sigue siendo útil el ejemplo del filme
norteamericano Doce hombre en pugna, guión de Reginald Rose y dirección de Sidney
Lumet, para mostrar el funcionamiento de los bandos en pugna. Evidentemente la de la
película no es una fórmula valedera para la infinita posibilidad de situaciones, pero ofrece la
peculiaridad de un modelo casi aritmético de suma y resta.
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Resulta útil entonces analizar la solución que le dieron a este caso en los guiones de las
películas estadounidenses Despertares (Awakening), de Mike Newell, y El Autista (Rain
Man), de Barry Levinson:
Si se sigue a la vieja escuela dramatúrgica que definía al protagonista por ser el guía o líder
de la acción-base, en ambas películas, a pesar de la estelaridad de los actores que
interpretaron a los enfermos, no fueron ellos sus protagonistas. Al ponerle atención a los
bandos en pugna en cualquiera de los dos ejemplos se puede obtener el siguiente resultado:
En El autista el bando uno lo ocupa el hermano del enfermo, que es quien lucha por sacarlo
de la Institución médica contra la oposición, por razones legales o de beneficio económico,
del director o bando dos. El enfermo no es otra cosa que la presa codiciada.
En Despertares sucede lo mismo: el enfermo como presa codiciada, el médico como bando
uno y el hospital como bando dos. El conflicto queda establecido entre el galeno que tiene fe
en poder sacar al paciente de su estado vegetal y, a modo de oposición, la desidia de las
autoridades de la Institución por el caso clínico.
Por otra parte la acción dramática que conduce los bandos en pugna requiere de caracteres
fuertes, toda vez que los personajes débiles han de ser lo suficientemente fuertes como para
llevar su debilidad hasta las últimas consecuencias, de lo contrario no habría un conflicto
con un personaje débil que rebasara la primera escena.
En Doña Rosita la soltera, de Federico García Lorca, por ejemplo, se presenta ciertamente
al personaje central, doña Rosita, en el bando uno, pero desde el punto de vista de la acción
dramática es el más estático. El bando dos, la sociedad, intenta hacerla olvidar al amado
primo, toda vez que cada día que transcurre es más evidente que no regresará de las
América, pero ella se opone y empeña en esperarlo. Esto es exacto si no se llega a la
conclusión, totalmente subjetiva, de que la joven abandonada es la presa codiciada; de
modo que haya quien vea que el primo ausente actúa como el bando enfrentado a la
sociedad a través de la tozudez emotiva de la enamorada. La técnica es objetiva, concreta,
no admite esas transferencias, pero en estas dos variantes queda estudiado como un
cuestionamiento a la vieja escuela dramatúrgica, porque el protagonismo no hay quien
pueda regateárselo a la divina solterona.
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Las objeciones al tópico de los bandos en pugna vienen por el esquema, pero tal
apreciación no lo invalida, puesto que con mayor o menor fuerza, de modo sutil o evidente,
bandos en pugna siempre habrá. Es un problema de graduación que define el género para
el que se esté trabajando y que se analizará más adelante; así como la relación de
dependencia entre el protagonista con la estructura y el género que da la tónica.
Ante esta disyuntiva quedan sin argumentos los ingenuos sensualistas que llaman "trágicos"
a los autores que aspiran a un mayor rigor dentro del marco del monologuismo. Basta con
haberles demostrado que una estructura aristotélica se nutre de un doble conflicto, el de
forma-contenido y el de la historia que cuenta, por lo que sólo vive en la lidia, en el combate.
Quede, a modo de confirmación, la reflexión de Dennis Rougemont:
El amor feliz, no es un amor dramático. (...) Sólo puede existir obra de amor mortal,
es decir, de amor amenazado por la vida misma.
RESUMEN
Los bandos pugnan por una presa codiciada, por un cambio de criterio o por evacuar
una incógnita.
El resultado de la lucha de bandos, puesto que debe ser significante, hace que se
cumpla la premisa.
No hay acción dramática sin voluntad y sin meta.
La meta puede estar oculta para el público, pero no para el personaje o tipo.
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Con sólo estructurar bien no se garantiza la perfección de la obra, tal vez con ello apenas si
se sobrepase el nivel de una cadena de sucesos bien organizada, pero fría, donde
únicamente sobresalga la técnica –como en muchos thrillers o filmes comerciales– y no un
guión inspirado que entre sus funciones esté, precisamente, la de ocultar esa estructura.
Todo eso es cierto, pero un guión no es perfecto si no está bien estructurado.
Es la conciencia de los hechos empíricos la que ha establecido, por mimesis, el orden lógico
o no de los sucesos con los que se estructura; en cambio, el subconsciente, interpretado
como potencialidad creativa, es quien hace correr, o emanar de ella, la poesía, que se ha de
traducir también en forma, pero menos tangible. Se habla de la capacidad de selección, del
diseño psicológico de los personajes, del empaque o factura, de la atmósfera, de soluciones
específicas..., en fin, del sello creativo, del estilo. De modo que se puede afirmar que el
consciente hace suya una técnica de estructuración para facilitar que a través de ella el
subconsciente o la sensibilidad haga correr la poesía.
Según Theodoro W. ADORNO, “la importancia de las estructuras –al igual que se verá en
relación con los géneros–, estriba en que al convertirse en leyes convencionales de las
obras, fortalecen su interior y la cierran a la imitación de lo puramente empírico, cotidiano”.
De esta manera el arte logra su peculiaridad y su autonomía. Es creación de la realidad o
con la realidad, pero no la realidad misma. Un pedazo de vida que se filme o se grabe
revelaría un caos, miles de sugerencias dispersarían la atención del espectador, y
finalmente nada... o casi nada como enunciado, como propuesta. El creador monologuista
necesita representar ese caos, pero bajo el dominio formal de un orden, de un patrón.
Ese es el papel de las estructuras en sentido general, que no han sido creadas por mentes
geniales, sino que fueron cimentándose por imitación o mimetismo del propio arte ante la
manera en que el ser humano se proyecta en la vida o como, por otra parte, los creadores
han querido alterar el proceso para, contradictoriamente, profundizar más en él.
Obsérvese a cualquier persona actuar y se comprobará que asume una de estas dos
posiciones, o una mezcla de ambas:
a) reclama
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c) agrede
Aunque los dos fenómenos tienen puntos de contactos, cuando se menciona la palabra
narrativa no se está haciendo referencia al cuento o la novela, sino a un fenómeno narrativo-
dramático, por el hecho de ser fundamentalmente expositivo.
Tampoco el que suela llamársele "documental" remite a la modalidad fílmica que asume ese
término. Es dramático, pero adquiere las características formales de composición de esa
especialidad.
Existe una tercera, llamada estructura de carnaval o “menipea”, de la cual nos ocuparemos
a su debido tiempo.
Aunque reconozcamos las insuficiencias de nuestro modo dual de pensamiento, no hay que
exagerar. La dramaturgia cuenta con las posibilidades estructurales para cualquier objetivo
que el guionista se plantee; por lo que no hay que ser abanderado de estructura alguna; eso
sería una actitud poco profesional y nada inteligente. Las tres que existen son instrumentos
del tema que se pretenda desarrollar y la actitud que el guionista asuma ante la vida y su
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arte. De modo que las historias y los propósitos que se persiguen con ellas nacen para ser
expuestas a través de una estructura específica y en un género determinado. Lo que no
desmiente que las estructuras monologuistas sean manipuladoras, toda vez que son
significantes, sustentadoras de un pensamiento occidental. Pero, vamos a comprobar que
también occidente, gracias a Sócrates, y a Platón que nos lo contó (realmente este último un
clásico poco dado a la ficción: recuerden que nos sacó de su República ideal), ofrece una
posibilidad nada aristotélica.
En el libro Los bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba, Fernando Ortiz
reproduce una interesante danza pantomímica de los pigmeos centroafricanos:
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DANZA DE LA MIEL
Todo hace suponer que el pequeño mimo entra en medio de su danza figurando el hambre y
la búsqueda de algo para calmarla, hasta que halla una colmena --puesto que de alguna
manera debe presentarse al público.
Comienzan los preparativos minuciosos para catarla: enciende fuego, alumbra una
antorcha, se pone una calabaza a la espalda y, con el cuchillo entre los dientes,
parte para el rico depósito de miel. Escala el peñasco, sube, salta, resbala, cae, se
levanta, vuelve a deslizarse, al fin llega. Con la antorcha ahuma la colmena, con el
cuchillo la abre y con la lengua prueba la dulce linfa. ¡Qué sabrosa! Todos los
espectadores ríen al ver sus graciosas muecas de goloso, pero de repente una
contracción espantosa. Una abeja lo ha picado. Y luego otra y otra más, diez, cien,
todo el enjambre, y el danzante simula que se defiende de los terribles animalitos
con una risa cómica irresistible. Una abeja le pica la barba, otra entre los cabellos,
otra, más atrevida, punzante y dolorosa, sin reparo, ha penetrado entre los pliegues
de su tenue taparrabos y ha clavado su aguijón en... "¿Cómo decirlo?", se pregunta
el padre Trilles (Ortiz citaba). El bailarín nada oye y se agita como si todo el
enjambre lo estuviera picando entre los muslos. No son pocos los espectadores que
se revuelven de la risa. (...) Ese negrito es de una comicidad extraordinaria.
Y finalmente comenta Ortiz: "Esas danzas y esas pantomimas de los pigmeos africanos,
pueden calificarse como arte dramático, como las llamó J. Bernard".
Estructura:
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disfruta.
No se podrá decir que es la visión de occidentales, pues lo que cuenta aquí no es lo que se
relata, sino el orden en que fueron ejecutados los sucesos que se narran.
El caso es que si se le dedicara un espacio estadístico al tema –sin que esto equivalga a
una absurda toma de partido por alguna de ellas–, arrojaría que los autores en occidente,
históricamente, han estructurado sus obras en la siguiente proporción:
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Del pasado griego llegaron los términos o el sentido de las palabras peripetia, párodos,
stásimon, anagnórisis, pompé, agón, teofanía, katarsis, y algunos más; todos ellos como
partes de la estructura interna o externa, estilos o funciones dramáticas. Si bien algunos ya
sólo evidencian que fueron componentes del rito totémico que, pasando por el culto clánico
de iniciación, la sociedad secreta, el thíasos dionisiaco y el ditirambo, dieron origen a la
tragedia, y otros con los cuales Aristóteles generalizó de manera algo absoluta, no dejan de
constituir aportes valiosísimos que allanaron el camino para las precisiones
contemporáneas. Vale la pena ver entonces en qué se ha convertido aquel primer y sencillo
diseño estructural que halló el helénico en el teatro que lo antecedió.
Dijo así:
“... y digamos ahora cual debe ser la ordenación de los sucesos; que es lo primero y
más primordial de la tragedia. Sentemos antes que la tragedia era remedo de acción
completa y total de cierto grandor, porque también se halla todo sin grandor. Todo es
lo que tiene principio, medio y fin”.
Halló también partes funcionales de ese diseño: la peripecia (el punto de giro actual), la
anagnórisis (de irregular presencia incluso en la tragedia griega donde siempre pensó
encontrarla), y el cambio de fortuna (o de equilibrio), fueron hallazgos y definiciones suyas.
Luego se explicará en qué consisten.
Siegfried Kracauer, en su libro Teoría del filme, grafica sobre el diseño aristotélico de la
siguiente manera:
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FIN
MEDIO N
PRINCIPIO
01 1 2 3 4 5 6
Aunque los términos cada autor los ajusta a sus criterios, las seis partes son invariables:
1. Exposición.
2. Punto de giro.
3. Desarrollo.
4. Pre-clímax.
5. Clímax.
6. Desenlace.
01. Punto de arranque: Ubica la época, el género, el lugar, presenta personajes principales
en sus características esenciales y expresa la índole del conflicto. Al mismo tiempo,
puede proporcionar el detonante de la historia o lo que da pie a que se narre la misma.
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2. Punto de giro: Complica la historia al enfrentar por primera vez a los bandos en pugna.
3. Desarrollo: Lucha de los bandos; ensayo de todas las posibilidades de sus fuerzas
físicas o de inteligencia.
6. Desenlace: Instaura un nuevo orden al quedar vencido uno de los dos bandos; ata
posibles cabos sueltos.
Los redactores de Estética del cine, J. Aumont, A. Bergara, M. Marie y M. Vernet, sin llegar a
relacionar esta estructura de una película con el hallazgo del teórico de El Arte Poética,
parecen tener igual reparo que nosotros en llamarle fórmula, y la definen como una especie
de ritual:
“El filme de ficción, como el mito o el cuento popular, se apoya en una estructura
básica cuyo número de elementos está acabado y cuyas combinaciones son
limitadas”.
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relevo que nos conduce de la puesta en punta del enigma a su resolución a través de
suspensos, falsas pistas, tramas, revelaciones, vueltas y omisiones".
Los autores también conciben la intriga de predestinación y la frase hermenéutica como dos
programas y a cada uno como el anti-programa del otro.
Contribuyen aún más a la confusión los códigos del sistema de estrellas, como ya se ha
dicho: se ha acostumbrado al espectador a que si el protagonista es un astro de la pantalla,
y por lo regular lo es, ese no va a morir o al menos su causa saldrá vencedora.
Por otra parte "el mal será reparado" cuando la premisa al uso es evidente y el tratamiento
tiene la ligereza de una comedia, de una tragicomedia o un melodrama, pero no sucede lo
mismo con la tragedia, no obstante trabajar con igual estructura. No sucede lo mismo
tampoco cuando el propósito implícito que se persigue es destacar una situación a través
del ejemplo negativo, de modo que resulte el final que nadie espera.
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el juez va desatando lentamente, lazo tras lazo, para su propia perdición: la alegría
genuinamente helénica por esta desatadura dialéctica es tan grande, que sobre la
obra entera se extiende por este motivo un soplo de jovialidad superior que quita por
todas partes sus púas a los horrendos presupuestos de aquel proceso”.
RESUMEN
PUNTO DE ARRANQUE
Funciones y objetivos:
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Un buen guionista requiere de una obertura en cualquier estructura con la que trabaje. Juan
Jacobo Rousseau en su Diccionario de la música subrayaba de modo práctico su utilidad:
“Un numeroso auditorio siempre hace mucho ruido, y para obligarlo al silencio hace
falta una parte introductoria que llame su atención”.
Al igual que el compositor musical, el guionista debe tener en cuenta que el espectador
cuando entra a una sala de cine, de teatro o se sienta ante un telerreceptor lleva al lugar un
determinado estado de ánimo, tal vez totalmente ajeno a la intención del espectáculo que se
le va a ofrecer, y es necesario borrárselo atrayéndolo, seduciéndolo, subyugándolo, para
que se entregue y asimile lo que se le va a contar.
Aunque los thrillers nos vienen acostumbrando a los comienzos vertiginosos –tempo
staccato, como musicalmente se le denomina a este ritmo–, hasta para ellos todo aconseja
una introducción plástica, visual, para el posterior desarrollo de la acción, o sea, una imagen
que le sirva de ubicación al espectador, que le diga: "Esta historia que usted va a ver,
sucede en esta ciudad, en este ambiente, en esta época".
Las primeras imágenes, quizás desde los mismos créditos, lo van situando. Las
edificaciones, las modas, los vehículos, esos son los elementos que se tendrán que utilizar
para el logro de ese fin.
Reproduzcamos, por lo útil que puede resultar, el punto de arranque del guión de los uno de
nuestros talleres:
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PLAY OFF
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Zoila cuelga el auricular y, como para desviar la atención, busca algo que hacer: va y
toma el álbum que su hijo ha dejado fuera de lugar. Se agacha con él y lo introduce
en la parte baja de la vitrina.
ENRIQUE (OFF)
¿Por qué haces eso?
ZOILA
En el acto.
¿Qué dices?
Enrique hace girar la silla de ruedas con fuerza y destreza. Zoila termina y se pone
en pie. Se encuentra con la mirada agresiva de su hijo.
ENRIQUE
Con impotente enojo.
¡El día que me encabrone..., tú verás!... ¡¿Qué es lo que yo no quiero?!
Extiende el brazo para señalar hacia el teléfono y grita.
¡¡Esa llamada era para mí!!...
Hasta aquí el punto de arranque de Play off; cumple la función informativa de ubicación al
espectador, el logro de las dos imágenes contrastantes que anuncian, porque lo provocan,
el tema y el asunto que se va a tratar.
Lo que no se logró en este punto de arranque fue el detonante de la historia, el motivo que
la echa hacia delante, lo que la impulsa; pero se anuncia con la llamada telefónica de la
"jovencita". Algunas veces sucede, pero esto no debe preocupar a nadie porque, si su
ocultamiento no es la causa de un suspenso, queda el resto de la exposición para que
surja.
PLAY OFF
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un inválido.
con Enrique.
con su hijo.
Subrayaremos como ningún detalle ha dejado de ser funcional, indispensable, y como todo
emana de una de sus acciones dramáticas. Nada puede considerarse gratuito o caprichoso
en este comienzo, en esta obertura o punto de arranque.
Con vocación ortodoxa ahí está la primera imagen de ubicación, el barrio de "El Cerro", zona
de la capital habanera que por su antigüedad y posición geográfica casi se salva del vértigo
de la vida citadina. Ese tempo denso de su ambiente, a distancia de su calzada principal, es
el que necesita la historia que se cuenta, al menos al comienzo. Pero, además, llueve, y es
de todos conocido a qué estado de ánimo traslada un cielo cerrado en nubes y la monotonía
del agua al caer de las alturas en forma sostenida. Con esto ya se ha ubicado de manera
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general en el lugar y en el tono del relato, pero con esos elementos también comienza a
emanar el carácter trágico de la acción-base.
La posibilidad de alterar, de jugar con los recursos que brinda la realidad facilita darle
movimiento a la imagen, porque de la cuadra que se está observando, con sus amplios
portales y altas columnas, es una la casa que interesa, aquella de la cual brotan peculiares
sonidos. Ya ellos van a despertar algún interés en el espectador, saber qué produce aquel
ruido metálico. El reloj del comedor, recurso que luego va a dar caracterización al ambiente
de muchas escenas, acentúa en el punto de arranque, tal vez por contraste ahora, la
densidad que se anota.
Con el sonido del teléfono, que como heraldo nos anuncia que algo se inicia, termina de
caracterizarse al personaje dentro de lo que cabe a un punto de arranque. Aquel brillante
deportista ahora es un inválido. Este es el tema. Esta es la índole del conflicto, el marco
psicológico y situacional que va a condicionar todo lo que suceda en el guión.
No obstante, aquello fue apenas su imagen plástica, ahora falta la presentación del
personaje –o los personajes– en su rasgo esencial dentro de la historia.
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En fin, hemos tratado extensamente la arrancada por la gran importancia que tiene para el
buen desarrollo del resto del guión, pero, como hemos repetido, el punto de arranque no es
toda la exposición.
RESUMEN
Toda obra dramática debe tener una buena obertura o punto de arranque.
El punto de arranque debe ubicar al espectador ofreciéndole la siguiente información:
lugar, época, tono (género) e índole del conflicto.
En el punto de arranque aún no se debe dramatizar.
La índole del conflicto debe darse en el punto de arranque con dos imágenes
contradictorias que prometan el futuro conflicto.
El punto de arranque debe ofrecer la característica esencial de los personajes
principales: el protagonista, el antagonista, o al menos de uno de los dos.
No hay que preocuparse por la carencia de detonante en el punto de arranque, todavía
queda el resto de la exposición para que surja.
En algunos casos el suspenso de una obra está determinado por el ocultamiento hasta
el final del detonante. Pero debemos tener cuidado con este recurso, toda vez que saca
de juego al espectador
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EXPOSICIÓN
Funciones y objetivos:
La función primordial de esta parte de la estructura es diseñar a los bandos en pugna, dar
sus características y la fuerza potencial que los va a acompañar. Es el lugar ideal para que
surja el detonante, el suceso o información que hace caminar la historia que contamos.
Veamos unos cuantos detonantes:
Tootsie: Michael necesita ocho mil dólares para montar con su grupo una
obra teatral no comercial.
El detonante no es otra cosa que el objetivo de alguien, su meta o la causa que impulsa la
historia hacia delante, lo que provoca los acontecimientos.
La exposición toda, incluyendo el punto de arranque, tiene como objetivo contestar a las
siguientes preguntas:
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Resulta útil recordar a estas alturas que nos estamos refiriendo únicamente a la acción-
base, pues es ésta la que compone la estructura fundamental del guión. Pero que muy bien
el detonante de una acción subordinada puede ser el de todo el guión. Es el caso de
Tootsie, por sólo citar uno en los filmes ya mencionados.
PLAY OFF
Vemos aquí como una acción subordinada, el intento de la joven por ser recibida en la casa,
obstaculizado por la madre fuerte y sobre protectora, y que va a concluir en el punto de giro,
es decir, al entrar por primera vez en la casa del antiguo ídolo, ayuda a conformar la
exposición de esta historia y le da su impulso inicial.
La joven es recibida por el deportista, pero el encuentro, debido al mal carácter que la
postración ha desarrollado en este último, es un fracaso aparente. El hombre no quiere
hablar de su tiempo glorioso. No obstante, cuando estudiemos el punto de giro, veremos
hasta donde lo impresionó la mujer.
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Como se puede inferir de este simplificado relato, toda la exposición únicamente ha servido
para, por un lado, diseñar la sólida frustración de un bando, el del deportista, y por el otro,
mostrar la pasión, la constancia, el sentido maternal y humano de la joven..., el otro bando.
Los primeros son útiles a la exposición, pero los dos últimos –como quedará claro al
ocuparnos de los géneros dramáticos– van a ser los causantes del "error trágico" que
producirá la inesperada acción final, y la solución hará entrar en género al guión.
PLAY OFF
(A-B).
(AS.I).
(AS.II).
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(A.S.III).
Queda confirmado que el detonante principal del guión es consecuencia de una de las
acciones subordinadas y no se produce en la acción-base. Recordemos que esta última se
conforma de la siguiente manera:
Acción-base:
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Enrique.
la vida.
Un hecho significativo de la acción subordinada III (Enrique vs. Zoila) es su extensión: existe
únicamente durante el tiempo de la exposición, la configura, la diseña. Es decir, luego de
que la joven entra en la casa, concluye el conflicto con Zoila, toda vez que, contrario a lo que
se esperaba, su presencia saca a Enrique de la depresión, lo transforma y poco a poco lo
incorpora a la vida.
Adelantando que este conflicto lo va a resolver la joven, podemos ver como esta acción
subordinada existe únicamente en función de la acción-base.
En fin, reiteramos que la función principal de la exposición es, con la potencialidad de los
bandos en pugna y los objetivos señalados, preparar el punto de giro.
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PUNTO DE GIRO
Funciones y objetivos:
Aristóteles fue el primero en detectar este componente de la estructura y lo denominó
"peripeteia"; pero, significativamente la edición española de El arte poética de 1798
(Colección Austral), traduce peripecia por revolución. De modo que la primera imagen que
puede dar la aparición del punto de giro al final de la parte expositiva del relato es
exactamente una revolución en la historia que se cuenta.
De otra manera, Kracauer, afirma que el punto de giro es como una cuña que se introduce
en la historia para complicarla.
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suspenso o la expectativa humana, es decir, saber qué bando ha de ganar, conocer cuál de
ellos tiene la razón; o lo que es lo mismo, que se produzca la catarsis, que se restaure un
equilibrio social, emocional o de cualquier índole, pero que se restaure.
Recordemos y concluyamos la acción dramática que se inició en la exposición del guión de:
PLAY OFF
Recordamos que, para cuando suceda, hay un método infalible: esperar a que aparezca el
clímax y preguntarse: "Lo que tuvo solución aquí (en el clímax), ¿dónde fue que se
complicó?", e inmediatamente aparecerá el punto de giro.
El punto de giro es un hecho que sucede en una escena, pero puede pasar que se presente,
por su energía interna, atenuado, y tenga que esperarse hasta la o las siguientes escenas
para percatarse de la repercusión que tuvo ese hecho.
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PLAY OFF
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¡Eso es hablar por boca de ganso! ¡¿Tienes idea lo que es saber que vas a
pasarte la vida en una silla de ruedas?! ¡Lástima mierda, chica, lástima
mierda!
Pero ya suena la puerta de la calle y comienza a escucharse los pasos en carrera de
Zoila que se acercan. Enrique ha quedado muy alterado, sacado de paso, jadeante.
Aparece Zoila muy asustada y se le acerca.
ZOILA
¡¿No te lo dije?!... ¡Enrique, hijo!...
ENRIQUE
Fuera de sí.
¡Quita, chica, no me chives tú también!...
Y concluye el punto de giro, pero vendremos a ver su trascendencia, es decir, hasta que
punto se complicó la historia, en las primeras escenas del desarrollo; y eso tendremos
oportunidad de estudiarlo más adelante.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que quien conduce el intento de la acción
subordinada que también compone el punto de arranque-exposición, es Xiomara; o sea, la
joven estudiante pretende que el ex-deportista inválido tutorée su tesis. Esto, que como ya
se ha dicho, es el detonante de la historia, lo que la ha echado a andar, hasta ahora había
sido obstaculizado por Zoila, pero en este momento hay más, acaba de sufrir un revés:
Enrique se ha negado a servir a la muchacha.
Si el logro del tutoreo fuera la meta del guión y Xiomara la protagonista del relato
dramatizado, ese revés de la joven podría ser el punto de giro; pero el protagonista es
Enrique y es siempre esa figura quien diseña la estructura general. El intento de Xiomara va
a recibir una inmediata solución, porque a quien se le ha complicado la vida luego de
conocer a la muchacha es al ex-deportista.
Con la aparición del punto de giro, en este caso, casi desaparece la acción subordinada que
compuso el punto de arranque-exposición, y aparece el nuevo detonante al que se había
hecho referencia como indispensable: el interés que Enrique comienza a sentir por Xiomara,
la "jovencita". Como este hecho luego sí va a desenlazar la historia, no pueden caber dudas
que el encuentro del deportista con la estudiante constituye el punto de giro de la acción-
base.
La joven es recibida por el deportista, y este es el hecho que complica la historia, esa
entrevista. Pero si, como ya vimos, en ella la joven no logra su objetivo, el tutoreo de su tesis
de grado, podría sentirse dudosa la efectividad de este punto de giro.
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Sucede que con la entrada de la joven a la casa cerró una acción dramática, hablar con el
deportista, pero debe continuar luchando por el tutoreo de la tesis. Por otro lado, con esa
entrevista se producen dos nuevos detonantes:
sociedad.
Es decir, es en esta escena siguiente al punto de giro donde se evidencian, además de que
la joven lo ha impresionado, la función que tuvo, pues se le ha complicado la vida; está
desde ahora en un bando y la joven en el otro. Tiene en su contra la inhibición que le
produce su estado físico, pero a favor la admiración que siente la joven por el deportista que
fue. Y en la otra acción subordinada ("Jovencita" vs. Enrique) va a resistirse a los intentos
restauradores de ella.
Pudiera alguien pensar que el punto de giro se produce cuando él le declara su interés, pero
no sucede así toda vez que, aunque sabemos de su atracción por ella, en este sentido no
hay lucha: la joven, emocionada con el recibimiento que le hacen los fanáticos y sus
antiguos compañeros en el estadio, lo besa, confundiendo de esa forma (error trágico) lo
que es su sentido de humanidad con el amor. De modo que la real complicación de la
acción-base, su punto de giro, fue el hecho de que se conocieran y él se enamorara de ella,
toda vez que este es el conflicto que luego va a resolverse en el clímax.
Entendemos que los términos lucha, lidia, contienda, batalla, etcétera, muchas veces no
expresan con exactitud el modo de enfrentamiento de los bandos. Nos viene a la mente en
este momento la forma en que Flora, la niña de El piano proyecta este fenómeno. Comienza
simplemente negándose a llamarle papá al que va a ser esposo de su madre, y por
insistencia en el tema paterno llegamos a entender su necesidad de llenar ese vacío
afectivo; luego sus preferencias fluctúan entre los dos hombres que se relacionan con la
madre; pero realmente nunca la vemos "luchando", pidiéndole a la madre, por ejemplo, que
se case con Stewart para tener un padre... No, más bien Stewart al principio no goza de sus
simpatías. Sin embargo, la ausencia de esa figura, su contradictoria forma de manifestar esa
necesidad, es indudablemente el modo en que la niña luchar por ella. No se nos escapa su
perfecto diseño infantil, la lógica incoherencia de su inmadurez, pero a sus efectos los
términos tradicionales de lucha, contienda, batalla, etcétera, siguen siendo vagos, toda vez
que a ellos no les basta el simple deseo, o el señalamiento de una ausencia, requieren
hacer cosas concretas para lograr el objetivo que se persigue.
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En última instancia Flora si tomó partido al llevarle a Stewart la tecla del piano donde la
madre expresaba su amor por Baines, y luego las circunstancias la llevan a quedarse con
éste último, pero hasta ese momento su modo de luchar fue evidenciando la ausencia de la
figura paterna.
En fin, hacemos esta salvedad para que se tenga conciencia de las variantes que se pueden
hallar y de que para la dramaturgia tampoco tiene para el tema de la función de los bandos
términos más precisos.
Sigamos entonces completando el cuadro con las estructuras de las acciones dramáticas
del guión que estudiamos,
PLAY OFF
(A-BASE)
(A.SUBORDIDA I.)
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Sólo resta hacer notar como coinciden en el cuadro, y por lo tanto en el entrecruce de las
acciones dramáticas, el punto de giro de la acción-base con el clímax de las acciones
subordinadas II y III, es decir, las que componen los bandos en pugna Zoila vs. "jovencita", y
Enrique vs. Zoila, para, más adelante, pasar al cuerpo central del guión.
RESUMEN
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DESARROLLO
Funciones y objetivos:
Las acciones subordinadas o subtramas existen desde el nacimiento mismo de este arte,
pero, al subir una más compleja vida a las tablas en el Renacimiento se intensifican con el
Teatro Isabelino, como ya quedó dicho; es por eso que Aristóteles no abunda en ellas y
define a la estructura como el diseño de una gran acción dramática única.
PLAY OFF
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Como queda demostrado, sólo ahora, varias escenas luego del punto de giro y ya
comenzado el desarrollo, es que se evidencia la trascendencia del encuentro del inválido
con la "jovencita". Se inicia aquí un intento, el de la acción-base, el de los bandos en pugna
Enrique vs. "jovencita", el que va a hacer desembocar la historia en el clímax del guión. Es
intento no es el detonante que echó a andar nuestra historia (recordemos que fue la del
tutoreo de la tesis de grado de Xiomara), pero sí lo es de la acción-base del guión. Se
confirma con esto que cada acción dramática, ya sea básica o subordinada, tiene su propio
detonante.
Reproducir la parte más extensa de la estructura, el desarrollo, de Play off sería agotador,
mucho más si, como se verá, tenemos en el libro el análisis de otros casos. Tal vez sea
suficiente reproducir un gráfico donde se expresen algunas de las muchas sub-acciones de
la acción-base que él puede comprender:
Acción-base (solamente):
01 1 2 3 4 5 6
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Si entendemos que del punto de giro (2) al inciso "a" hay una sub-acción dramática y luego
otras hasta el "b" el "c" y el "d", y que ellas son partes de la acción-base, modos distintos de
luchar por una misma meta y de oponerse a ella, se podrá obtener una idea de cual es el
mecanismo ascendente. Siempre teniendo en cuenta que el intento, digamos, en el inciso
"a" choca con otra complicación (recordemos que ya el punto de giro fue otra anterior), que
más tarde en el "b" se le presenta una barrera, y que luego en el "c" tiene lugar otra
complicación más fuerte y contundente que irremediablemente provoca en el "d" el gran
revés, entonces hallaremos una imagen simplificada, porque únicamente hemos graficado la
acción-base- del proceso que comienza con el punto de giro y termina en el clímax.
PRE-CLÍMAX
Funciones y objetivos:
El pre-clímax puede configurarse con las características de una barrera, una complicación o
un revés con las que funciona el mecanismo intento-oposición, pero tiene sus
peculiaridades. La principal es que reorganiza e impulsa el conflicto hacia el clímax, lo hace
inevitable, ya no hay vuelta atrás, el conflicto ahora se reduce a dos finales, ganar o perder,
obtener la meta por la que se ha luchado o no lograrla. El pre-clímax repontecializa lo que
impulsó el punto de giro, lo organiza y lo lanza inevitablemente hacia el clímax. Veamos
algunos pre-clímax en los filmes ya citados:
ACCION-BASE EN TOOTSIE:
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Se produce en la escena en la cual Julie regresa después de haber roto con Ron; el
ambiente es propicio y Michael, como Dorothy, no resiste la tentación de besar a la mujer,
pero ésta lo rechaza: cree lesbiana a Dorothy. Este hecho conmina a Michael, lo obliga a
exigirle al agente que le dé una solución al caso en el cual está atascado, luego, como no
logra resolver su ambigua situación de hombre enamorado de alguien que lo cree mujer, se
ve obligado a revelar su identidad. Es decir, vemos como el pre-clímax organiza la historia,
le da una nueva fuerza y la hace irremediablemente desembocar en el clímax.
ACCION-BASE DE EL PIANO:
Desde luego, que siempre se produce una circunstancia, pero el hecho concreto que
produce el pre-clímax, el impulso repotencializador que hace irremediable el clímax en este
caso, es el acontecimiento de que llegue a manos del marido engañado el mensaje de amor
de su mujer al amante en la tecla del piano.
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Desde luego que todas las partes de la estructura aristotélicas son importantes, son
imprescindibles, pero en el caso del pre-clímax más que determinar, como lo hacen el punto
de giro y el clímax, está determinado por lo que recibe y hacia lo que envía, o sea, su
carácter y función están subordinados.
CLÍMAX
Funciones u objetivos:
En el clímax un bando muere o al menos deja de luchar, es vencido por el otro, y este
suceso ha de ser significante, debe entrañar lo que hemos querido decir, el ejemplo con el
que probamos lo certero de nuestro sentido de la vida, nuestra filosofía existencial, nuestra
ideología en cualquier campo humano.
Desde luego que, como con el punto de giro, también con el clímax puede suceder que su
significado o connotación se evidencie después, en este caso en el desenlace. Pero el
hecho, la peripecia, el acontecimiento, es concreto, sucede, de él o ella surge su
significación.
Retomemos el más sencillo de los ejemplos expuestos para analizar el camino ascendente
que nos lleva a un clímax:
DANZA DE LA MIEL
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disfruta.
El sentido común nos dice desde el mismo punto de giro, al hallar el pequeño mimo una
colmena en lo alto..., primero, que tendrá que luchar para alcanzarla, y segundo, que existe
la posibilidad de que la colmena esté repleta de abejas. Luego, que los animalitos estén ahí
tranquilos mientras alguien no los provoque, mientras no se hace inevitable su reacción, es
decir, se dimensiona o potencializa su peligro. Finalmente se produjo lo que para cualquiera
era una de las dos posibilidades, en que pudiera producirse un clímax, el del éxito o el del
fracaso; y todo esto conducido por el hambre del pequeño mimo (detonante-expositivo), el
hallazgo de la colmena (punto de giro), su lucha (desarrollo) y el atrevimiento (pre-clímax).
Este fue el increscendo que paso a paso, parte a parte, condujo el breve relato al clímax. Y
su moraleja (premisa) pudiera ser: "El imprudente corre el riesgo del fracaso".
Carácter: El imprudente
DESENLACE
Funciones y objetivos:
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Hay que llegar a la conclusión de que las telenovelas en lugar de agrupar, concentrar,
intensificar, por su manera de relatar en capítulos, tiende a la disgregación. Un filme, una
obra de teatro o un unitario, por el corto tiempo de su duración, se ocupa sólo de los
momentos esenciales de la historia. En tanto que una telenovela, mucho más si como es
frecuente no está bien estructurada, disgrega esa intensidad; por lo que es inevitable que,
por la desproporción, siempre el espectador sienta precipitado el relato en el último capítulo.
Consideramos que aun en las bien estructuradas, esto es inevitable.
Recordamos el fracaso del final de una telenovela por tratar de no merecer esa crítica: cinco
capítulos antes de concluir el libretista "mató a la mala". Es decir, eliminó a uno de los dos
bandos en pugna. Tres escenas después, puesto que ya no tenía conflicto, tuvo que
comenzar a rellenar en un alargamiento falto de interés por completo.
La estructura aristotélica, como queda demostrado con el ejemplo extremo que acabamos
de exponer, deja de tener fuerza una vez eliminado o vencido uno de los dos bandos en
pugna. Por esa misma causa el desenlace, en cualquiera de las modalidades de este arte,
no resiste una prolongación que vaya más allá de tres o cuatro escenas, cuya existencia
únicamente se justifica en la función de atar posibles cabos sueltos informativos que queden
en la historia.
RESUMEN
Antes de empezar a escribir, luego de redactar la premisa que hemos decidido, estudie
la estructura de la acción-base.
El punto de arranque ubica.
La exposición potencializa.
El punto de giro complica.
El desarrollo ensaya y prueba las fuerzas.
El pre-clímax organiza y repotencializa.
El clímax enfrenta y decide.
El desenlace resuelve.
El detonante, el elemento que provoca el movimiento de la historia, puede surgir en
cualquier momento de la exposición.
Cada acción dramática, básica o subordinada, cuenta con su propio detonante.
Al detonante puede estar dedicada toda una acción subordinada.
En algunos casos el suspenso se sustenta en la ocultación hasta el final del detonante,
es decir, la lucha por el conocimiento de la causa.
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El prólogo: Lugar o momento para exponer los antecedentes de la historia y la índole del
conflicto. Interviene solamente un personaje o un dios; aunque a veces resulta también un
diálogo entre personajes o dioses.
El párodos: Entrada del coro que crea gran atmósfera y que en ocasiones finaliza con el
diálogo de dos personajes o de un personaje con el coro.
Primer episodio: Un suceso que, en esta oportunidad, hace lugar a nuestro moderno punto
de giro o complicación de la historia.
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De aquí en lo adelante se suceden los episodios y los stásimon, uno detrás del otro, en un
número irregular, de acuerdo a la extensión de la obra.
a) El épico.
b) El poético.
c) El dramático.
A su vez estos géneros matriciales se subdividen en géneros propios, pero como adelanta el
título de este capítulo, nos ocuparemos sólo de los dramáticos.
No hay área de apreciación de este arte desde el propio Renacimiento que origine tanta
confusión o desoriente más a especialistas y espectadores que el caso de los géneros y los
estilos; pero mucho más en estos tiempos semióticos donde las propuestas de esta
especialidad, evidentemente más abarcadora y penetrante en sentido general que la
dramaturgia, han relativizado el valor del conocimiento de esta materia. No obstante,
trataremos de hacer comprender su vigencia y utilidad a los efectos prácticos del guión y de
la puesta en escena.
Se le llama pieza a cualquier obra de teatro sin reparar en el género, se escucha decir: "el
género de la telenovela", "el género de aventura"; y por otro lado, la televisión anuncia que
esta noche va a trasmitir un "drama sentimental". Tampoco la televisión estadounidense es
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más exacta, clasifica a cualquier unitario, sin reparar en el género, con la cómoda
denominación de “teleplay”.
La telenovela, ni con mucho, es un género nuevo. No es más que una modalidad de las
artes escénicas que se transmite por televisión fraccionada en capítulos y que proyecta
obras que han sido plasmadas tradicionalmente en un solo género, el melodrama, por lo que
su estilo ha sido romántico.
Cierto que los términos pieza, género y drama son comodines, pero una aproximación
mayor en nombre no de un purismo idiomático, sino de lo que debe esperarse por lo que se
ofrece, es decir, para una justa valoración, arrojaría luz y ahorraría muchas
incomprensiones.
Comencemos:
Primero que todo hay que reparar en que una cuestión es el soporte técnico, es decir, el
medio que trasmite, presenta o proyecta la obra, y otra muy distinta la literatura dramática
que funciona en el teatro, el cine, la radio, la televisión y hasta el cómic, cuya similitud es
que narra historias por medio de personajes o tipos; de modo que debemos ajustarnos al
comportamiento de los mismos y a las reglas de composición que de ellos emanan.
En suma, a los efectos de la dramaturgia no es el medio técnico quien decide el género, sino
el comportamiento, diseño y, principalmente, las soluciones de los conflictos de los
personajes o tipos.
Si se trata de precisar el término género, en cuanto a este arte concierne, se verá que el
Pequeño Larousse designa con él a un conjunto de obras literarias emparentadas por
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ciertos caracteres semejantes. Lógicamente esto dice poco, o lo hace de forma muy general,
por lo que vayamos a los detalles:
Algunas personas arguyen el incremento de la mezcla de géneros que se produjo con más
fuerza desde las obras del Renacimiento y se parapetan detrás de la aseveración del
prolífero Lópe de Vega: "La comedia y la tragedia no son más que las dos caras de una
misma medalla", para relativizar el valor del conocimiento y el manejo del tema, sin tener en
cuenta que tanto el género como la estructura son la forma en este arte, y que si el
contenido le da connotación social a la obra, es la forma la que le proporciona el carácter
artístico a la misma, como se ha dicho con antelación.
Por lo tanto, siempre que hablemos de los modos clásicos, que nos atengamos al canon
griego de la mayoría de nuestras obras que expresa que la perfección está en la unidad de
las partes, no podrá haber razón para la anarquía ni cabida para posiciones que
irresponsablemente argumenten la mezcla de géneros para ahorrarse el esfuerzo o para
que alguien nos asuma una falsa vanguardia escudado en la ignorancia generalizada sobre
el tema.
Es por esta causa que para el guionista y para todo el colectivo de creación debe estar muy
claro el género para el que se trabaja o del entrecruce de los mismos. Técnicamente es así
en la actualidad precisamente por la mezcla. Se hace imprescindible determinar los géneros
que participan, mucho más el género que da la tónica, pues existe un protagonista que con
las soluciones de su trayectoria va a imponer un código a seguir en el sentido más
abarcador.
No hay actitud o situación humana que no halle marco de expresión convencional en los
géneros dramáticos existentes. Del tipo de solución suprema del conflicto en el que se vea
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envuelto el protagonista saldrá la tónica de la obra, pero otros personajes, inmersos en sus
acciones dramáticas subordinadas, pueden tener trayectorias de otros géneros, o incluso el
propio protagonista, por estar en varias acciones, además de en su acción-base
estructuradora, puede comenzar con posturas y soluciones de comedia y a medida que
avanza la trama, pasar a ser de carácter trágico. Pero ojo, esto nunca se produce dentro de
una misma acción dramática, sino que es otra acción la que se impone manteniendo su
pureza de género. Piénsese en el Diego de la película Fresa y chocolate: el conflicto de la
exposición de las esculturas, el que lleva la estructura al clímax, siempre estuvo en tragedia.
Como queda dicho, de la realidad brotan las características de los personajes que asumen
actitudes y logran soluciones enmarcadoras en las convenciones que los teóricos de la
literatura dramática en su devenir histórico de más de veintiséis siglos han preferido ir
llamando género, por lo que es imprescindible para ejecutar o apreciar plenamente una obra
dramática, conocerlos. Estas convenciones, los géneros, no sólo le aportan "...un momento
de clarificación racional, sino que al convertirse en leyes formales de las obras, les prestan
firmeza en su interior...", como aseguraba T. W. Adorno; además de cerrarla a la imitación
de lo empírico, de lo cotidiano; se logra de esta manera la autonomía del arte, hace que éste
no sea una copia de la realidad, sino su recreación. De este modo será la utilización
renovadora de un pedazo de la vida, pero con un carácter significante.
ORÍGENES
Esta última tesis se sostiene con más certeza en el estudio de George Thomson que sigue
el proceso a través de los distintos sistemas políticos. Veamos:
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Este largo proceso de alumbramiento tuvo lugar pasada la primera mitad del siglo VI a.n.e.,
y se consolidó en el V.
Con el propio término también dorio de tragodía, que es de donde proviene la palabra
tragedia, hay sus imprecisiones lógicas, pero el criterio más sustentable es el que expresa
que llamaban así al canto que empleaban los campesinos en las competencias para obtener
un macho cabrío como premio.
Tal proceso integrador, como vimos, tuvo innumerables etapas; pero hay tres que nos
resultan significativas. La primera, el momento en el que el ditirambo, el himno coral que
acompañaba a la “procesión” en honor al dios popular Dionisos, dejó de ser sólo canto, al
separarse el corifeo o director del coro, detener la marcha y comenzar a dialogar con él
(stásimon); desde este momento podemos dejar de hablar de un ritual, para definir el acto
como una representación.
La segunda etapa que nos llama la atención tuvo lugar en la sugestiva isla de Lesbos, y se
debió a quien con toda justicia debería llevar el calificativo de "pionero de la tragedia", pues
es la primera individualidad que se relaciona con los hechos, Arión de Metinna. Según
cuenta en su Elegía el célebre legislador, Solón, fue este señor quien hizo representar el
primer ditirambo con tono de tragedia. Y para mayor certeza narra la Suda:
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“...dícese que fue (Arión) el inventor del estilo trágico, que fue el primero que organizó un
coro, mandó cantar un ditirambo, dio nombre a lo que el coro cantaba e introdujo sátiros que
hablaban en verso”.
Sólo que se supone que en todo un siglo su aporte no pasó de lo representativo a lo literario;
por lo que tuvo que venir Tespis de Icaria, apoyarse en lo hecho por Arión y en las ya
tradicionales representaciones del Peloponeso, para escribir lo que con toda certeza vino a
ser la tragedia ática.
Cuando Pisístrato asume el poder de forma no legal en Atenas, política y religiosamente sus
habitantes estaban divididos en dos bandos, el de la aristocracia que sustentaba su
influencia en el santuario de Delfos, con su culto a Apolo, y el pueblo, ligado a una figura
mitológica que aún no pertenecía al panteón de los dioses del Olimpo, aunque era conocida
desde la época micénica, Dionisos; el más popular de la Grecia antigua y para el cual se
celebraban distintos festivales. Pisístrato, afanado en grandes reformas, se apoyó en el
pueblo y dio gran auge a los festivales que tenían lugar en honor a Dionisos, denominados
las Dionisiacas, integrados también por concursos trágicos que comenzaron en uno de los
tres primeros años de las Olimpiadas.
Se relaciona a Dionisos con las bacanales, por habérsele comenzado a llamar Baco desde
el mismo siglo V, y es también el dios del vino y de la alegría; aunque esto habla sólo de una
parte de su naturaleza, como acota Albin Lesky en un exacto y bello párrafo descriptivo de
las relaciones del artista con su arte:
El culto a Dionisos insufló la dinámica inicial a este arte, hasta que otra frase –se nos antoja
de un espectador ateniense acabado de salir del templo del dios, o tal vez del coliseo, es
decir, del "teatro"–: "Esto no tiene nada que ver con Dionisos", evidencia no sólo el paso del
tiempo, sino la presencia de una nueva energía, si se tiene en cuenta que otra motivación se
apoderó de la tragedia, el culto a los héroes.
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Y finalmente, como dato curioso: la tragedia emblemática del teatro griego, el modelo de
perfección de Aristóteles, Edipo rey, de Sófocles, nunca fue premiada en las Dionisiacas.
CLASIFICACIÓN GENERAL
a) La tragedia.
b) La comedia.
c) La pieza.
d) La farsa.
e) La tragicomedia.
f) El melodrama.
Géneros realistas:
a) La tragedia b) La comedia c) La pieza
Géneros no realistas:
d) La farsa e) La tragicomedia f) El melodrama
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El género se empieza a definir por la relación que tiene la obra con el material de la vida que
utiliza, de modo que el guionista no lo selecciona, la historia a contar impone el género en
dependencia de si lo que se narra es comprobable, posible o imposible. Pero definamos las
acepciones de estos tres términos que la dramaturgia hace suya:
2. Lo posible: Lo que puede pasar, pero no tiene que suceder necesariamente. Lo que no
es imposible, lo casual.
La tragedia, la comedia y la pieza, utilizan lo comprobable, por eso son llamadas realistas.
En la comedia puede aparecer lo posible, pero en muy poca proporción. Es decir, entre los
géneros realistas, la comedia es la única que suele permitirse fugaces incursiones a planos
menos demostrables, pero siempre vuelve a lo comprobable.
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La segunda gran división entre los géneros está constituida por el tipo de concepción que
estructura la obra. A saber, existen cuatro tipos:
Concepción temática:
La tragedia clásica (Suma importancia al tema).
Concepción anecdótica:
La tragedia moderna, la comedia, el melodrama, la tragicomedia y la farsa (Prioriza
la efectividad de la anécdota).
Concepción formal:
La pieza (El juego formal es su mayor recurso).
Concepción lógica:
La farsa didáctica (Actúa como en una ecuación).
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Esta anterior diferencia debe estar clara para el equipo de creación, pues en los géneros
realistas hay que buscar la profundización en la individualidad de los personajes, sus
matices psicológicos más sutiles; mientras que en los géneros no realistas el acento ha de
estar en la estilización del esquema, del estereotipo, es decir, lograr el diseño que de por sí
simbolice un concepto.
GÉNEROS REALISTAS:
Tragedia
1. Concepción temática. El tema es trascendente en la tragedia clásica, serio en la tragedia
contemporánea.
2. Concluye con muerte, o física o psicológica.
3. Utiliza lo comprobable. En su acercamiento a la vida, el suceso que se pueda probar. No
hay lugar para la casualidad o si se emplea ha de ser en soluciones de las partes no
trascendentales de la estructura.
4. Lo trágico es lo irreversible, lo que no tiene vuelta atrás. Lo trágico implica tres
condiciones:
a) La imposibilidad de descartar el fin por el que se lucha.
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Generalmente hay la percepción de que toda tragedia siempre acarrea muerte; pero aunque
Johnn Wolfgang Goethe (1749-1832) aseguraba que todo lo trágico se basa en un contraste
que no permite salida alguna, que tan pronto como la salida aparece o se hace posible, lo
trágico se esfuma, hay numerosas tragedias que concluyen con un final feliz no tan trágico.
¿Podemos decir que la Orestiada, de Esquilo, no es una tragedia, que no lo son Electra o
Edipo en Colono, de Sófocles, y que Helena, de Eurípides, no lo es? Lo son, lo que sucede
es que hay distintas categorías de lo trágico.
Categorías de lo trágico:
1. Conflicto trágico: Que implica la inevitable destrucción física de uno de los
bandos en pugna.
2. Situación trágica: Que también comprende la lucha de los dos bandos en pugna, pero
que a última hora surge la luz salvadora. Este es el caso del mal
llamado "drama": muerte psicológica y no física.
Este último matiz tomó mayor auge con el cristianismo, los conceptos de culpa y expiación
individualizaron la tragedia, de modo que dejó de existir la moira griega, el destino como
culpable, pero fueron Sócrates y el neoplatonismo cristiano quienes introdujeron en sus
obras las exigencias evidentemente educadoras. Como antecedente es conocida la
influencia del primero sobre Eurípides; y más para acá, se dice que Shakespeare, Lope de
Vega y Calderón, son más deudores del autor de Electra, y principalmente de Séneca –un
cristiano no confeso para unos y para otro "el tío del cristianismo"–, que de los dos primeros
clásicos áticos, Esquilo y Sófocles.
“Porque una buena obra de arte puede tener, y ciertamente tendrá, consecuencias morales,
pero exigirle fines morales, equivale a estropearle la obra al artista”.
Otro tanto sucede en el arte con un objetivo educacional concreto, que se logra de manera
aleatoria o eventual, toda vez que esa no es su función principal.
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“Para quien la contemple con el corazón, la vida es una tragedia, para quien la vea con la
cabeza, una comedia”.
Comedia
1. La concepción es anecdótica. La acción dramática es complicada, pasan muchas cosas.
2. La historia siempre es edificante.
3. Utiliza lo probable. Eventualmente lo posible, aunque en escasa medida.
4. En la trayectoria del protagonista o del que defina la acción dramática subordinada como
comedia, aparece un vicio, una aberración o al menos una compulsión, y al final sufre un
castigo, se reforma o elimina la compulsión.
5. Los conflictos en la comedia son reversibles, tienen arreglo.
Pieza
1. Concepción formal.
7. Rechaza el suspenso o lo utiliza con extrema mesura, pero nunca como estructura de la
obra, es decir, la historia no se desarrolla en acciones dramáticas, sino como un colage de
escenas aparentemente independientes.
Aunque el "cine de autor" es más bien un sello, el estilo de un creador, por lo regular la
pieza es el género más empleado por ellos, y por lo tanto la estructura de progresión
acumulativa que le es natural.
También la pieza es el género donde más difícil resulta hallar los bandos en pugna, porque
comúnmente los personajes, por sus dudas y vacilaciones, llevan en sí mismos el conflicto.
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Lo que sucede con ellos es que no se produce el cambio de equilibrio, llegan al clímax por el
cúmulo de información.
Estos tres géneros que acabamos de definir, como ya se ha dicho, integran el estilo realista.
Es oportuno entonces conocer la síntesis del mismo, según lo describe Afranio Coutinho.
El Realismo
El realismo trata de representar la verdad. Esto se traduce también en el uso de la emoción,
que debe huir del sentimentalismo o de lo artificial.
El realismo saca la mayor cantidad de efectos del detalle específico. De esta manera la
precisión y fidelidad en la observación y la pintura (caracterización) son sus aspectos
esenciales.
El ritmo del realismo es lento. Por la propia naturaleza de la técnica, que es minuciosa, y por
el mayor interés en la caracterización que en la acción dramática, el realismo da la
impresión de lentitud, de vaivenes, de marcha gradual o ralentizada por los meandros de los
conflictos, de los éxitos y los fracasos.
GÉNEROS NO REALISTAS:
Farsa
1. Toda farsa tiene un género realista de fondo: tragedia, comedia o pieza.
2. La farsa utiliza lo comprobable, lo posible y lo imposible.
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Tragicomedia
1. Concepción anecdótica.
6. Trayectoria del protagonista: viaja hacia un ideal. Atraviesa una serie de situaciones y
vence un número considerable de obstáculos para llegar a su meta, ésta puede ser
positiva o negativa.
5. El tipo no necesariamente tiene que implicar un valor, sino que va hacia él.
7. La tragicomedia oscila entre dos tonos perfectamente definidos: uno tan natural como la
pieza, en todas las escenas que se trabaje con lo comprobable, y un tono exagerado o
amplificado, en aquellos en los que emplee lo imposible.
Alrededor de este género existe una gran confusión. Muchos le atribuyen su característica a
la integración de lo trágico con lo cómico; pero no es así. La tragicomedia es el género de
las aventuras, de los policíacos, de los filmes de gansters, de los westerns, en fin, de los que
han impuesto su ritmo vertiginoso o tempo staccato, como también se le denomina..., los
thrillers.
Melodrama
1. Concepción anecdótica.
2. Soluciones casuales. Si la casualidad es la forma en que se manifiesta la necesidad,
toda la atención del melodrama se centra en esa casualidad, ignorando la necesidad.
3. El melodrama utiliza lo posible. Puede suceder, pero el autor no tiene que justificar
los sucesos.
4. Trayectoria del tipo: ejemplifica un valor que se contrapone al valor del otro bando en
pugna. Se trata únicamente de una lucha entre el bien y el mal.
5. El melodrama es el género cuya acción dramática es enteramente soberana. Como
no es realista, si la acción dramática necesita un cambio en las características
representativas del tipo, puesto que no es un personaje, la obtiene irresponsable y
veleidosamente.
6. Generalmente triunfa el valor del protagonista.
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7. El melodrama tiende al naturalismo: usa más el análisis que la síntesis, todo se dice,
no hay espacio para lo sobreentendido.
8. El melodrama emplea un tono exagerado, patético, pasional. Al estar en el reino de
lo posible, lo casual, la sorpresa en los tipos puede llegar al paroxismo emotivo.
9. La caracterización en el melodrama es externa: hay buenos, malos, locos, sensatos,
viciosos, virtuosos, etcétera.
Hasta aquí las características de los géneros no realistas, pero por la importancia de este
último resulta útil adelantar algunos criterios sobre lo que llamamos "aberración histórica y
renovación postmoderna del melodrama".
El melodrama, si bien se sabe que tomó como técnica soluciones de los clásicos griegos, se
asocia al proceso del romanticismo que tuvo su inicio en Alemania con el ruidoso y afín título
de Max Klinger, Tempestad e impulso (Sturm und Drang) (1776), rótulo que da nombre y
sentido a todo un movimiento de revolución espiritual, comienza a consolidarse como
género en Francia con la versión del mito de Pigmalión, de Juan Jacobo Rousseau, y
termina de cuajar alrededor de 1800 de la mano de Gilbert Pixèrècourt (1773-1844), pero,
como dijimos al principio de este párrafo y quedará comprobado más adelante, todos los
elementos constitutivos de este modo de narrar, incluyendo el “deus ex machina” , ya habían
aflorado en el Siglo V a.n.e. aparentemente con las innovaciones de Eurípides. En relación
a su técnica y a modo de comprobación, estudiaremos más adelante su obra Hipólito.
Como es de inferir, aunque breve, el romanticismo tuvo una primera etapa muy combativa;
protagonizó el enfrentamiento con el ya acartonado o muy rígido clasicismo. Fue la
expresión artística de lo que, en el ámbito político, sucedía en el combate de la burguesía
revolucionaria contra la aristocracia. Desencantada luego la burguesía intelectual con los
ideales de la Revolución francesa, se refugió en sí misma, elevó aún más lo individual hasta
alcanzar niveles supremos y no hubo aspecto de la vida que dejara de adquirir categoría de
leyenda o de fábula; puso sus ojos en el pasado heroico nacional, es decir, volvió al
medioevo; asumió con esto una actitud de negación hacia el racionalismo, y se nutrió, y
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Veamos entonces, de la útil síntesis de Afranio Coutinho, el estilo que con esta actitud se
logra:
Romanticismo
La actitud romántica es personal e íntima.
No hay lógica en la actitud del romántico, y la regla oscila entre polos opuestos de alegría y
melancolía, entusiasmo y tristeza.
En busca de un mundo nuevo, el romántico está siempre en la defensa de las causas bellas
y justas.
El romántico siente inclinación hacia lo bucólico, las tierras lejanas, orientales, ricas en lo
pintoresco o simplemente de distintas fisionomías y costumbres.
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Pero la luz para empezar a dilucidar desde el punto de vista técnico la anomalía que ha
sufrido el melodrama históricamente hay que buscarla en una frase ya citada de Carlos
Piñeiro:
“El tono patético y exagerado del melodrama se hace insoportable cuando es tratado con la
contención de la pieza”.
Una precisión especializada de este juicio explicitaría: cuando es tratado como un género
realista. Eso es exactamente lo que ha sucedido, el melodrama asumido como si fuera una
tragedia o una pieza, aspirando a un rigor y a una profundidad temática para los que los
cánones del primero, sus soluciones no están preparadas, toda vez que son el resultado de
lo fortuito, es decir, a través del ya mencionado recurso del deus ex machina y no como
consecuencia de las acciones dramáticas que estructuran.
Ese afán de verismo que indebidamente ha acompañado al melodrama desde mediado del
siglo XIX tiene su historia. Podemos imaginarnos que se escuchan las palabras regocijadas
de Alejandro Dumas hijo:
Nadie se había atrevido a tanto. De modo que si Rousseau, Pixérécourt y los seguidores de
ambos habían asumido la utilización de la música como elemento dramático-expresivo, el
misterio gótico, los vengadores héroes populares y los ambientes exóticos como artificio y,
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por tanto, sin pretender verismo alguno, Dumas hijo traicionaba ese espíritu de puro
divertimento justiciero y actitud anticlasicista y le abría las puertas –o los escenarios– a la
sensiblería, por su oportunista y caprichoso empeño realista en cuanto al tema, pero con un
recurso no realista tocante a la solución.
Con Alejandro Dumas hijo el melodrama pretendió entonar el canto a los dieses de la
tragedia, pero como todo imitador ha tenido que arrostrar su imagen de caricatura y epítetos
como "melodramón", "culebrón", etcétera, en señal de su desprestigio; sólo por hacerse
pasar por un género realista. No lo es. El más elemental sentido común nos está indicando
que estamos en presencia de un divertimento, que únicamente podemos hacerlo digerible y
hasta convertirlo en un pasatiempo agradable, si somos capaces de hallar lo que parece que
fue la conclusión inteligente a la que llegaron los colegas de la televisión brasileña en sus
mejores trabajos, puesto que tampoco todos tienen el rigor de una buena estructura y un
perfecto manejo del género.
Desde luego que el logro brasileño únicamente ha consistido en ajustar el melodrama a sus
parámetros originales, sin verismo pretencioso que, por estar fuera de lugar, lo ha hecho
caer históricamente en la sensiblería. Como un juego, que es exactamente la gama de
posibilidades que nos ofrece el melodrama.
Por otro lado, con el presentimiento de hallar algo útil, habría que estudiar con detenimiento
y genéricamente el teatro del cubano Héctor Quintero, por lo bien que se ha estado
moviendo en ese campo casi siempre resbaladizo del melodrama. Véase sólo una de sus
obras, las exageraciones patéticas de personajes entrañables y las casualidades en El
premio flaco.
En la edición de 1979 de la Editora Arte y Literatura, Héctor se queja de que las puestas en
escena europeas desvirtuaron el sentido de su obra por haberlas montado resaltando
únicamente sus aspectos melodramáticos, "al estilo, dice el mismo Quintero, de los más
amelcochados dramones del peor cine comercial latinoamericano".
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Pero más arriba había confesado su correcta intención: "Ninguna escena de esta obra
deberá producir lástima en el espectador, sino reflexiones. Esta pieza no es un melodrama
ni en sus escenas más cercana a éste. En todo caso posee personajes y situaciones
melodramáticas, pero esto en un sentido criticista. O sea, no es para resaltarlo (el
melodrama), sino para burlarlo".
Dicen que los autores no saben explicar lo que hacen. Por lógico prejuicio con la aberración
histórica del género, el teatrista reniega de esa etiqueta desprestigiada, pero usa sus
soluciones fortuitas: el punto de giro de la estructura es la balita dentro del jabón que le
proporciona una casa a Iluminada, la protagonista; y el pre-clímax o escena necesaria, el
bombardeo que casualmente le destruye dicha casa. Equivale a decir que utiliza soluciones
que no emanan de la acción dramática de la narración, soluciones que vienen de arriba, de
Dios, de fuera de la obra, y por lo tanto esto las convierte en soluciones no realistas. No se
ve obligado a dar explicaciones probatorias de los sucesos, puesto que se está moviendo en
el campo de lo lúdicro, "esto es un juego", parece decirnos; y para desensibilizar sus
entrañas no sólo exagera sino que se burla al estilo del gran humanismo. No hay que olvidar
que lo cómico en Chaplin brota de la frustración de sus personajes. Todo lo anterior hace a
Quintero acertar con el tono exacto de lo que debe ser un melodrama actual.
En nuestra época todo es renovación, cambio, pero también continuidad. Nada nace de la
nada, pero lo que nace tiene que desprenderse de lo inútil; en este caso del realismo
impropio del melodrama, y quedarse con lo esencial, sus soluciones de divertimento, sus
estereotipos. Esa será la gran línea de continuidad que habrá de llevarlo adelante.
Nadie que conozca la dinámica que ha impreso el melodrama, con su flexibilidad de artificio
al panorama dramático, puede estar en su contra en la actualidad, pero sí de la aberración
que lo ha hecho ridículo.
El postmodernismo, si algo bueno nos viene enseñando, es que para abordar en estos
tiempos el melodrama sin burlarse del espectador ni caer en el facilísimo telenovelero, hay
que tener talento. Piénsese en Pedro Almodóvar y el uso que le da a la casualidad, a la
sensiblería, al pastiche, o en Woody Allen riéndose de los propios mecanismos que usa, o
en el caso citado del teatro de Héctor Quintero. Hay en ellos un regusto por la exageración,
una visión cariñosa, pero sarcástica, enjuiciadora por momentos, pero siempre divertida.
Desde luego que tampoco hay que asombrarse con este retornello ahora postmodernista.
Recordemos que de la alienación emanante de los libros de caballería nació como parodia
el Don Quijote. ¡Magnífica telenovela: con el patetismo de su protagonista, con su pasión de
necesaria idealidad por Dulcinea del Toboso!... Apenas le faltaría un mayor desarrollo de la
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El aberrante melodrama a lo Alejandro Dumas hijo limita los temas y enajena al espectador.
En cambio, si se abre el diapasón en cuanto a las propuestas y sus estéticas, se evidenciará
que a las relaciones entre el guionista, el público y el productor, las benefician
incuestionablemente más la empatía que caerse obligatoriamente simpáticos. Lo está
demostrando el caso citado de Brasil con sus atrevidas telenovelas recorriendo el mundo.
Se debe estimular a un espectador activo, crítico, que ejerza sus posibilidades de análisis,
es decir, debemos respetar su inteligencia.
Por todo lo hasta aquí analizado pensamos que si la modalidad contemporánea donde ha
ido a refugiarse el melodrama, la telenovela, asume el cambio y, por tanto, es tratada algún
día con la amplia perspectiva artística que deseamos para ella, "está aún por dar sus
mejores frutos". Como pudo leerse oportunamente en un reclamo de la prensa especializada
venezolana.
A los artistas o a las personas que no están habituados a un método de análisis objetivo le
es sumamente difícil asimilar que el carácter se debe a la forma, y que forma es estructura y
género. La forma, por ejemplo, hace su propuesta al armar, al conformar una historia; en
tanto que el carácter da a conocer el valor que entraña y el medio del que proviene. De este
modo integran una unidad dialéctica, quiere decir, contradictoria, pero como unidad al fin, se
interrelacionan. ¿Cómo? La estructura se transforma en carácter y el carácter, con las
soluciones de sus conflictos, define el género. Se podría decir que a través de este proceso
se va de la forma al contenido y del contenido a la forma. El carácter guía a la estructura,
pero no puede antecederla o estar por sobre ella. Lo que sucede, lo que confunde, es que al
dar soluciones se vincula también, pero a otra parte de la forma, el género.
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Hay que repetir entonces que el carácter se debe a la estructura y que a éste no le es
posible vivir fuera de ella so pena de estancamiento, de evidenciar su función únicamente
caracterizadora o de alterar toda unidad significante.
Obsérvese entonces como fue estructurado el guión de El piano, como hay personajes que
sobran o que están fuera de género y como se le añadieron acciones dramáticas ajenas a
su estructura; lo que, lejos de enriquecerlo, no ayudan a progresar la trama o causa
ambigüedad en el contenido.
ACCION-BASE:
Bandos en pugna: Baines vs Stewart (Ada presa codiciada).
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Ada conoce a Stewart, el hombre que ha de ser su esposo,
pero lo rechaza porque es torpe con ella y se niega a conducir
su piano a la casa.
PUNTO DE GIRO: Baines se enamora de Ada.
DESARROLLO: Baines lucha por seducir a Ada a través de la posición del
piano. Stewart, a pesar de que descubre que la que ya es su
mujer lo traiciona, quiere mantener sus relaciones con ella.
Ada se entera de que Baines se va del lugar y le envía un
mensaje que llega a manos de Stewart por conducto de la hija
de la propia mujer (error trágico que ayuda a enmarca en
género la historia).
PRE-CLIMAX: Stewart mutila a su mujer e intenta poseerla, pero comprende
que nunca logrará su amor.
CLIMAX: Stewart obliga a Baines a llevarse del lugar a su mujer.
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ACCION SUBORDINADA I:
Bandos en pugna: Stewart vs. Ada.
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Stewart quiere lucir bien ante la mujer que va a conocer y con
la que está comprometido en matrimonio.
PUNTO DE GIRO: Stewart es torpe en su primer encuentro y la predispone.
DESARROLLO: Stewart, aunque con la misma torpeza, trata de ganarse el
afecto de Ada, hasta le perdona su traición. Luego la saca del
encierro, pero al conocer por la hija de su mujer que ésta le
envía un mensaje en una tecla del piano a Baines, le corta un
dedo.
PRE-CLIMAX: Stewart, cuando trata de poseer a su mujer herida, se da
cuenta de que ésta nunca lo amará.
CLIMAX: Stewart renuncia a su mujer y obliga a Baines a que se la lleve.
DESENLACE: Ada se va con Baines.
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Baines lleva a la playa a Ada donde está su piano, pero se
enamora de ella al verla tocar el instrumento toda la tarde.
Luego, en un trueque con Stewart, se hace del piano con el
compromiso de que Ada lo enseñe a tocar.
PUNTO DE GIRO: Baines chantajea a la mujer: ella podrá ir haciéndose del piano
si por cada tecla le permite ciertas libertades físicas.
DESARROLLO: Ada acepta y ese acuerdo facilita que intimen. Ada se siente
cada vez más atraída por el trato y la ternura de Baines, lo
disfruta y descubre sus propias potencialidades sexuales.
PRE-CLIMAX: Baines, enamorado, quiere que Ada se le entregue sin el
interés del piano de por medio.
CLIMAX: Ada recibe el piano que Baines le ha devuelto.
DESENLACE: Ada se entrega a Baines sin el interés del piano.
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Flora, disgustada porque Stewart, el que va a ser nuevo
esposo de su madre, no estaba esperándolas en la playa,
decide que no lo va a llamar papá.
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PUNTO DE GIRO: Flora rechaza a Baines porque la madre no la deja entrar a ver
las "lecciones de piano".
DESARROLLO: Flora descubre lo que hacen encerrados su madre y Baines;
luego trata de reproducirlo en un juego con los niños
indígenas. Esto le ocasiona un castigo que le impone Stewart.
La imposición surte efecto y la niña comienza a llamar papá a
Stewart y no quiere que su madre se vea con Baines.
PRE-CLIMAX: Flora lleva a Stewart el mensaje que su madre le enviaba a
Baines (error trágico con el que se justifica la presencia del
personaje de la niña).
CLIMAX: Flora presencia el castigo que Stewart le infringe a su madre y
se siente culpable.
DESENLACE: Flora duerme en casa de Baines y luego se va con la pareja.
Hay que considerar que los trabajos preparatorios de la "colonia" inglesa para la
representación teatral, que luego los indígenas, por su ignorancia de los modos en que el
"mundo civilizado" se divierte, van a echar a perder, hay que considerar, se insiste, en que
es una acción dramática, y que su forma de manifestarse sería la siguiente:
Pero esta acción dramática, al no aportar nada a la trama central, a la acción-base, queda
como estampa, más que folklórica, de la visión simplificadora que se tiene de esos pueblos.
Con ella o sin ella la historia sería la misma, no sucede otra cosa que una caracterización
fuera de trama, toda vez que no aporta decisiones importantes para el avance de la
narración.
Veamos de conjunto el cuadro de las acciones dramáticas que nos narra la historia:
ESTRUCTURA:
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“... lo que se puede añadir o no añadir sin consecuencias apreciables, no es parte del todo”.
La tía de Stewart, la señora Marag, por ejemplo, opina, juzga la conducta de Ada bajo su
visión victoriana, pero no hace nunca nada contra ella. Sin embargo, la moral que ella
representa, para el contraste con la actitud de Ada, es importante; pero tenía que estar en
trama. Queda recordar que la dramaturgia clásica o aristotélica rechaza a esos personajes
únicamente parlantes.
Una forma de vincular a esta señora, por ejemplo, hubiese sido que apareciera en el relato
como dueña o condueña de las tierras que posee Stewart y que, al conocer de la infidelidad
de Ada, hubiera conminado a Baines a que abandonara el lugar; de esta manera sí hubiese
intervenido en los hechos importantes de la historia.
Parece ser que otra era la idea que se tenía con la presencia de los maoríes. De algún
modo pensó la guionista en castigar a Stewart: en el guión original las armas que le vende a
los habitantes naturales del lugar potencialmente quedaban como las mismas que luego lo
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iban a hace perecer. La indígena enamorada de Baines, Hira, al despedirlo así se lo hacía
saber. Hay que decir que si quitar ese bocadillo fue un acierto, ni con esa omisión se salva
el asunto. Igualmente continúa esa acción trunca fuera de trama, extra argumentum. Los
habitantes autóctonos del lugar, los maoríes, no le aportan gran cosa a la historia triangular.
Por suerte para todos, parece ser que el sentido trágico de la Campion directora
“Todas las cosas van por una senda inevitable y el primer día determinó el postrero. Los
dioses mismos no pueden modificar el curso de las cosas, sometidos a sus propias causas”.
Es por eso que, al descartar una intencionalidad experimental por ausencia de constantes
que lo alerten, y el evidente trazado clásico del guión, otro problema de la forma en el filme
son sus finales añadidos.
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Como quedó demostrado en el análisis formal, la lucha de Baines y Stewart por Ada
concluye cuando el esposo entiende que la mujer no lo podrá amar nunca como vio que lo
hizo con el seductor, y decide obligarlo a que la desaparezca de su vida para volver a ser el
hombre que era antes de ella llegar. ¿Qué nos hubiese dejado como contenido esa natural y
aristotélica conclusión? El costo que podía acarrear en la época victoriana la pasión de un
sexo nacido del instinto y la ternura. El reencuentro en la playa de una Ada mutilada y un
Baines que se siente culpable del sacrificio femenino, y la partida del lugar no sería un "final
blando", como a éste lo calificara la realizadora, concordaría exactamente con la tragicidad
de la historia, le hubiera dado la altura o trascendencia que proporciona la inmolación de los
personajes de la tragedia tradicional. La historia no pedía más, la estructura no soportaba
otro acontecimiento, a menos que no interese que en un análisis como éste se ponga en
duda el dominio que se tiene de la técnica de la estructura clásica o los cánones del género;
porque en una tragedia como esta, con ingredientes también clásicos, debía haberse puesto
mayor énfasis en el tema que en la búsqueda de múltiples interpretaciones salidas de las
incongruencias de un personaje.
La ambigüedad es un valor creativo, no hay duda de eso, pero los personajes de este
género son obsesivos, y Ada, su diseño, es la causante de un debilitamiento dentro de la
tragedia. Indudablemente que es una figura rica en matices, ¡encantador personaje!; pero
para lograr una real dimensión trágica, ¿era el que le hacía falta a la historia? Las
comparaciones siempre son odiosas, pero, ¿vacila Julieta, vacila Camila?; la vehemencia y
la fuerza del amor de ambas, la inconfundible pasión que las domina, son el sostén de la
alta tragicidad lograda en sus historias, sin dejar de ser cualquiera de las dos complejas y
multifacéticas; pero son personajes más temáticos que psicológicos, como únicamente cabe
en una tragedia.
Un aspecto que la realizadora destacó en la entrevista que aparece en el mismo libro del
guión, es que Ada utiliza a los hombres. Realmente, aunque no se le conoce otra relación
que la del padre de la niña, ese puede ser un matiz que de la complejidad de su
composición alguien alcance a desprender; pero los hechos no son los de una persona a la
que mutilan por promiscua, sino los que revelan la trágica historia de una mujer muda que
expresa su espiritualidad con la música de su piano y que su esposo le cercena un dedo por
amar a otro hombre.
Ada actúa como un ser conquistado por el trato de Baines. Es cierto que se cuestiona al
espejo cuando este último indaga por la naturaleza de sus sentimientos hacia él, pero
inmediatamente reacciona y le contesta abrazándolo y buscando su beso, y más tarde, en
un gesto arrebatado, le envía un mensaje que confirma su pasión. ¿Porque toca y no se
deja tocar por Stewart? Lo que se percibe de esa escena es que Baines ha despertado su
erotismo y, como Stewart la ha encerrado, primero le brota dormida, inconsciente, en las
caricias que le hace a la hija, y luego sacia el impulso sexual palpando el cuerpo del esposo,
que sí se siente humillado, pero ese no parece ser el motivo que lo impulsa, sino la
imposibilidad de tocarla --lo dice--, ante el reparo de que no lo dejen hacer lo mismo que le
vio disfrutar al amante. ¿Dónde está esa utilización del hombre? ¿No puede interpretarse
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como la decisión de Ada de dejarse tocar únicamente por el hombre que ha despertado su
erotismo, para no llegar a decir sus sentimientos?
Como queda dicho, la búsqueda de la anfibología no puede llevarnos en una tragedia con
vuelo clásico a negar o a desvirtuar la función más temática que psicológica de un
personaje, porque trae ambigüedad o lo que resulta ser lo mismo, debilita su significado.
Otro ejemplo, el hecho de que el personaje femenino intente suicidarse por lograr la
realizadora una imagen que confirme gráficamente el criterio del progenitor de Ada: "Mi
padre dice (...) que el día que se me meta en la cabeza dejar de respirar será el último de mi
vida", cuya función es únicamente caracterizadora, para demostrar la tozudez del personaje,
y que cumple su papel con el enunciado inicial, desmiente la escena donde el personaje
golpea a su amante porque éste no comprende el gesto de ir a entregársele sin que medie
el piano como pretexto, lo que precisamente él le exige. Se nos muestra en esta
oportunidad, con ese gesto, a una mujer realmente enamorada, en una escena muy
orgánica, muy lograda. ¿Es que han cambiado los sentimientos de Ada después de la
mutilación? Si es así, y parece que lo es, veamos en la estructura aristotélica a lo que da pie
ese cambio por las escenas con que se expresa.
Después de la estructura que nos ha contado la historia, ahora se nos añaden tres acciones
dramáticas independientes; cuando todos sabemos que luego del clímax desaparece uno de
los bandos en pugna (en este caso el de Stewart), y por lo tanto ha cesado el conflicto.
ACCION I:
Intento: Ada quiere echar el piano al agua para suicidarse.
C. de equilibrio: Ada cae al agua halada por el peso del piano que se
hunde.
ACCION II:
Intento: El peso del piano hunde cada vez más a la mujer.
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ACCION III:
Intento: Baines quiere abrazar a la mujer.
El recurso de volver al comienzo –intención evidente en el guión: cita del padre, imagen
submarina de la embarcación, etcétera–, ha sido utilizado con más acierto por el género
pieza en la estructura que le es natural, la de progresión acumulativa. No se afirma que no
se logre en la estructura aristotélica, pero habría que hacerlo no fuera, sino dentro de ella.
A nombre de una polisemia a toda costa se puede estar en desacuerdo con nuestro análisis,
pero se hará siempre sobre el terreno movedizo de la subjetividad. Queda demostrado que
hasta el final natural de la historia del filme estuvo colmado de matices, de indagación
humana, de propuestas novedosas, de sutiles y artísticos adelantos premonitorios, de una
utilización creadora de los recursos; y todas esas virtudes como integrantes de un juego
limpio y enriquecedor por parte de la realizadora; pero también está probado que no supo
insertar dramatúrgicamente el marco histórico, que hizo concesiones lastradoras con ese
extra-final artificialmente optimista por estar fuera de género, y que pudo haber alcanzado
mayor nivel de tragicidad si hubiese tenido una premisa única, sin tanta obsesión por la
anfibología que sale sola, como les salió con Baines, con Stewart, con Flora, sin dejar de
saber ellos lo que quieren y por lo que luchan.
En fin, no se aboga por estáticas y antiguas estéticas, pero para experimentar es mejor no
usar los modelos clásicos, para ser más libres, para no tener sobre uno la tiranía de los
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parámetros, es mejor estructurar sobre los otros dos modelos restantes; pero lo interesante,
lo retador dentro de los cánones de la tragedia y, por tanto, de la estructura aristotélica, es
alcanzar el multisentido dentro de la rigidez de sus exigencias, como casi lo logra el guión
de El piano de Jane Campion
Ese pecado menor y la parlante actriz que sólo informa sin tomar parte activa en bando
alguno, pues su beso con Ron bien pudo ser –como casi es– la silueta de una mujer
cualquiera.
Muchas películas adolecen del comercial desespero porque a nadie se le escape la premisa
o contenido del filme. En Tootsie jamás se le hace saber al espectador que "sólo el hombre
que asuma el papel de la mujer puede humanizarse"; es cierto que Michael se cree más
inteligente como Dorothy, que lucha por un programa especial de televisión para como "ella"
hablarle de tú a tú a la mujer, decirle la verdad que ahora comprende, y que finalmente le
reafirma a Julie la evolución humana que ha alcanzado al asumir el papel de mujer; pero,
como se ve, gira en torno a una hipótesis que nunca se expresa de forma definitiva, que son
más sensaciones de la experiencia que le hemos visto vivir al personaje que conceptos
acabados.
Ya en otra parte hemos dicho que el guionista, cuando trabaja con los géneros realistas,
tragedia, comedia o pieza, si quiere lograr un nivel artístico y una mayor eficacia en su
postulado, debe declararle la guerra al concepto expresado en palabras. Para eso cuenta –
como le sobra a este filme– con las imágenes, los símbolos y, principalmente, la acción
dramática de donde debe desprenderse su mundo significante, su propuesta. En realidad
habría que indagar con las espectadoras sobre la efectividad o no de una premisa al estar
siempre conscientes de que la misma proviene de un hombre disfrazado de mujer. No
dudamos que por ello pueda llegar a tener mayor eficiencia. Pero no creemos que a alguien
se le haya escapado que el afán de mejoramiento humano de una historia como la de este
filme va dirigido al hombre y no a la mujer.
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Pero aun con aquellos pequeños devaneos señalados al principio (caracterización del
mundillo artístico a través de Jeff, que está fuera de trama, y la actriz que no justifica su
participación en la historia con solución decisiva alguna), la estructura del guión de Tootsie
es muy buena, analicémosla:
ACCIÓN BASE:
Bandos en pugna: Michael vs. la productora
Detonante: Michael quiere montar una obra de teatro no
comercial.
telenovela.
trabajo.
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Michael es bajito, riguroso y, por ello, conflictivo, por lo que no
encuentra trabajo como actor.
PUNTO DE GIRO: Michael se presenta como Dorothy a un “casting” y logra que
la productora le otorgue el papel de la directora del hospital.
DESARROLLO: Dorothy tiene éxito, pero Michael se enamora de Julie y quiere
que su representante lo ayude a salirse de la telenovela. La
productora, engañada por Michael y como el “raiting” de la
telenovela ha subido con la participación de Dorothy, la
defiende ante los reparos de Ron.
PRE-CLIMAX: Se echó a perder el “video tape” y tienen que trasmitir un
capítulo en vivo.
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ACCIÓN SUBORDINADA I
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Michael, después de mucho trabajo, consigue empleo, pero
como Dorothy.
PUNTO DE GIRO: Michael se enamora de Julie.
DESARROLLO: El éxito de Dorothy lo separa de Julie. Michael lucha por
rescindir el contrato.
PRE-CLIMAX: Julie cree lesbiana a Dorothy.
CLIMAX: Michael "mata" a Dorothy: revela su identidad públicamente.
DESENLACE: Michael logra el amor de Julie.
comercial.
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ESTRUTURA:
EXPOSICION: Michael no consigue trabajo. Necesita dinero para montar una
obra de teatro con su grupo.
PUNTO DE GIRO: Michael, disfrazado de mujer, opta por una prueba para un
papel en una telenovela.
DESARROLLO: Dorothy realiza la prueba.
PRE-CLIMAX: Ron, el director, la rechaza. Discuten.
CLIMAX: La productora acepta a Dorothy.
DESENLACE: Luego se monta la obra.
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Julie y Ron constituyen una pareja.
PUNTO DE GIRO: Michael, amparado en la lucha femenina por lograr un mejor
trato de la sociedad, conspira contra Ron (premisa de la
historia).
PRE-CLIMAX: Julie, instigada por Dorothy, rompe con Ron, pero la cree
lesbiana.
CLIMAX: Julie se entera del engaño: Dorothy es un hombre.
DESENLACE: Julie perdona a Michael.
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Sandy, "mujer fatal", admira a Michael.
PUNTO DE GIRO: Michael se acuesta con Sandy.
DESARROLLO: Sandy lucha por establecerse con Michael.
PRE-CLIMAX: Sandy cree homosexual a Michael.
CLIMAX: Michael le confiesa a Sandy que está enamorado de otra mujer.
DESENLACE: Sandy pierde a Michael.
ACCION SUBORDINADA V:
Bandos en pugna: Michael vs. Sandy.
por ella.
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Michael prepara a Sandy para que se presente a prueba y
obtenga un papel en una telenovela diurna.
PUNTO DE GIRO: Michael traiciona a Sandy, se disfraza de mujer y logra el papel.
DESARROLLO: Michael siente remordimientos por lo que le hizo a Sandy.
PRE-CLIMAX: En presencia de Michael, Sandy critica al marimacho que
obtuvo el papel en la telenovela.
CLIMAX: Sandy ve por la televisión cómo la marimacho se revela como
Michael.
DESENLACE: Omitido.
ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Les conoce a Dorothy.
PUNTO DE GIRO: Les se enamora de Dorothy.
DESARROLLO: Les lucha por el amor de Dorothy.
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Dorothy es advertida acerca de las características del viejo
conquistador.
PUNTO DE GIRO: Brewster se interesa por Dorothy.
DESARROLLO: Dorothy lucha contra Brewster.
PRE-CLIMAX: Dorothy tiene que hace subir a Brewster a su apartamento,
pues está cantando desde la calle en medio de la noche.
CLIMAX: Jeff llega en el momento en que Brewster está forzando la
situación con Dorothy. El viejo conquistador los cree pareja, se
disculpa y se marcha.
DESENLACE: Brewster descubre en el estudio que ha estado tratando de
conquistar a un hombre.
Este es un ejemplo claro de cómo se cumple en esta historia la unidad de acción: Jeff,
durante todo el relato parece sólo un acompañante del protagonista, un personaje parlante,
alguien que existe únicamente para que Michael tenga con quien conversar; pero es en esta
escena, cuando impide la violación de Dorothy, que queda justificada dramatúrgicamente su
115
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: Jeff y Michael comparten un mismo apartamento.
PUNTO DE GIRO: Jeff no puede salir al teléfono para que no crean que Dorothy
vive con un hombre.
DESARROLLO: Jeff asume una actitud enjuiciadora con Michael.
PRE-CLIMAX: Jeff le confiesa a Michael que cree que detrás del hecho de
hacerse pasar por mujer hay un deseo reprimido.
CLIMAX: Dorothy se revela como Michael.
DESENLACE: Jeff, al ver por televisión el show de Michael, respira
aliviado.
ESTRUCTURA:
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Michael vs. Ron y Julie Michael se Michael Julie es Julie rompe Michael se
son pareja. enamora de como influida por con Ron. queda con
Ron. Julie. Dorothy, Dorothy. Julie.
A.S.II conspiran
contra
Premisa. Ron.
Les vs. Les conoce Les Les lucha Julie cree Michael se Les
a Dorothy. enamora a por el amor lesbiana a explica con perdona a
Dorothy. Dorothy. de Dorothy. Les. Michael.
A.S.V. Dorothy.
117
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Jeff vs. Ambos Jeff no Jeff critica Jeff cree Dorothy se Jeff , al
comparten puede salir a Michael. que revela como verlo por
Michael. un mismo al teléfono. Michael se Michael TV, respira
A.S.VII. apartament da gusto aliviado.
o. disfrazado.
Es evidente la estrecha vinculación de todas las acciones dramáticas en este filme; las
subordinadas son causa o influyen en el desarrollo de la acción-base.
Pero, como esta no es una operación mecánica, de modo que las partes subordinadas,
desde el punto de arranque hasta el desenlace, lo sean a la vez de la acción-base, lo
importante, lo decisivo, es que su presencia en la historia determine o marque de algún
modo el rumbo de la trama central. Porque no todas las acciones dramáticas tienen igual
proporción. En Tootsie, por ejemplo, la exposición de la acción-base está acompañada por
la acción subordinada uno –la que produce el detonante–, que casi se realiza en su tiempo.
Veamos su comportamiento en el siguiente gráfico:
1 2 3 4 5 6
118
119
1 2 3 4 5 6
11. EL PERSONAJE
Poco es lo que realmente útil aportan los libros de dramaturgia al abordar el tema del
personaje..., muy poco. Tan poco como lo que va a poder extraer el lector de este capítulo.
No obstante el autor haberse pasado más de cuarenta años ejercitándose o indagando
sobre cómo es el mecanismo de concepción para lograr el diseño de un buen personaje.
¡Bonita insuficiencia! Esa orfandad de resultados nos hace llegar a la conclusión que
insinuamos en la siguiente pregunta: Si somos capaces de explicarnos y explicar el resto de
la técnica de esta profesión, ¿no será que en la captación y plasmación del diseño del
personaje está lo que se suele llamar talento del escritor dramático, lo que no se enseña ni
aprendemos de nadie? Esa facultad que asemeja al creador de un guión a un caricaturista,
capaz con un solo vistazo de captar y llevar a la cartulina el rasgo psicológico fundamental
de un rostro, de una persona. Esa, repetimos, ni se aprende ni se enseña, se ha integrado
genéticamente a una sensibilidad que hace apto al artista, no sólo para aprehenderla –cosa
que cualquier persona medianamente inteligente podría lograr–, sino para plasmarla
coherentemente; para potencialmente dotar de apariencia de vida a un diseño que muchas
veces es más creíble en la ficción que en la realidad, o al menos se confunde con ella. Si es
así –y parece que lo es– estamos en el terreno de la naturaleza.
119
120
Lo primero que hay que aclarar es que cuando hablamos de personaje, nos estamos
refiriendo al diseño aparencial de una persona con sus matices y contradicciones, y que éste
es únicamente concebible como resultado de los géneros realistas, o sea, tragedia, comedia
y pieza. En cambios, ese diseño, en los géneros no realistas, farsa, tragicomedia y
melodrama, se llama tipo, al cual nos referiremos con posterioridad.
Resulta un sin sentido cualquier análisis de la concepción del personaje fuera de la acción
dramática o del devenir acumulativo de caracterización que nos narre el guión.
Tal vez el concepto que explique mejor a los personajes que emanan de estas dos
estructuras sea la del homo faber: eres lo que haces; pero también, decimos nosotros, lo
que no haces.
De igual manera la técnica que evita las acciones dramáticas prefigura personajes inactivos,
inertes, vacíos, vacilantes, sin objetivos; lo que de ninguna manera puede llegar a
120
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entenderse como menos ricos, más esquemáticos o simples. ¿Son simples los personajes
de Antón Chéjov, son pobres, son esquemáticos? Al contrario; pero todos están marcados
por la decadencia como rasgo fundamental de la técnica expositiva, es decir, carente de
acción dramática.
Como vemos, para un estudio serio, no hay manera de aislar al personaje de las
características estructurales del guión. A ellas se debe y ellas diseñan su personalidad, la
que le es más útil al objetivo del guionista. Veamos en otro ejemplo clásico hasta donde esto
es confirmable:
Técnicamente cabe considerar que el príncipe Hamlet vacila no por el replanteo renacentista
de las ideas existenciales del medioevo, sino porque Shakespeare debía escribir los cincos
actos a la usanza del teatro isabelino. Un personaje al que nada le está impidiendo actuar y
no lo hace justifica la conjetura. Esa acción estructuradora (veremos mucho más adelante su
gráfico), si la analizamos por separado, resulta muy prolongada porque únicamente recibe la
oposición de un ser que vacila, pero es a su vez la única posible para el diseño de
semejante príncipe: alguien más decidido –lo que se ha dicho en otro momento en relación
con la fortaleza de los personajes débiles– hubiera vengado la muerte de su padre en la
primera escena del segundo acto; sólo que entonces careceríamos de la humanización
emblemática de ese personaje dramático-literario. De modo que la configuración de su
acción hizo al genio de su autor hallar la gran figura psicológica; porque Hamlet es un
personaje extraído enteramente de la acción-base y sus subordinadas, se funde en ellas o
emerge de sus peculiaridades. De manera que hay que considerar igualmente que si la
tragedia hubiera sido estructurada sólo con su dilatada acción-base, ni la poesía del autor la
hubiese salvado. No obstante, Inglaterra imponía la complejización del procedimiento,
expresaba con el uso de abundantes acciones subordinadas el espíritu del Renacimiento, y
Shakespeare, por ello, se podía sentía libre. Por los vaivenes emocionales de Hamlet no se
puede pensar que la trascendencia de la tragedia sea un milagro, porque para apuntalarla,
para dinamizarla, ahí están las diez acciones subordinadas que sostienen a su básica.
Ciego hay que estar o ser muy inexperto para afirmar –como se ha hecho– que no existen
otras acciones. ¿Qué es sino acción dramática subordinada, el intento de los reyes por
saber lo que sucede al joven hijo y sobrino; o el interés de Fortimbrás en recuperar las
tierras que el difunto rey Hamlet le había ganado en la guerra a Holanda; o las relaciones de
Hamlet con Ofelia afectadas por la muerte de su padre a manos del primero; o qué es la
secuencia de los cómicos; o la conjura del rey Claudio con Laertes para eliminar al príncipe
y que luego va a proporcionar el clímax unificador a la obra? Hay en todas ellas, un intento,
una oposición y al final un cambio de equilibrio único. Fue por ello que, acertadamente, hizo
notar Víctor Hugo, en su importante estudio sobre Shakespeare, la abundancia de
argumentos o intrigas secundarias (léase acciones subordinadas).
En una estructura clásica, bajo el principio de la más estricta unidad de acción, hay en
Hamlet, príncipe de Dinamarca, tres errores. El primero, que Shakespeare insistiera en
seguir caracterizando a Polonio, el padre de Ofelia, pero esta vez extra argumentum, fuera
del conflicto, fuera de las acciones dramáticas esenciales a la obra: la escena donde el
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señor envía a espiar a su hijo Laertes en París, primera del segundo acto, al iniciar un
intento, despierta una expectativa que luego no satisface, pues el joven regresa por vengar
también la muerte de su padre y no porque lo hayan estado espiando. Aquel intento de
Polonio, aquel inicio de una acción dramática, quedó en el vacío, quedó colgando. La utilizó
innecesaria y erróneamente el autor para demostrar (caracterizar) que el personaje era un
viejo ladino y peligroso. No por gusto muchos directores eliminan la escena de sus puestas.
Segundo error es la escena diecisiete del tercer acto, que si bien es un desprendimiento de
la dieciséis donde Ricardo y Guillermo, confabulados con los reyes en contra de Hamlet,
vienen a decirle que su madre quiere hablarle, la diecisiete no se integra a esa acción
subordinada. Es cierto que prolonga la rivalidad de ambos bandos, pero con un tema ajeno,
donde el príncipe quiere demostrarle a Guillermo que para manejarlo a él hay que conocer el
arte de la flauta. Más bien pensamos que ahí no existen dos escena, si no que la diecisiete
debió haber quedado integrada a la dieciséis. Y por último, y en igual sentido, está la
primera escena del quinto acto, donde dos sepultureros discuten el se offendendo, es decir,
el derecho de Ofelia a una santa sepultura habiéndose suicidado. Tres escenas, repetimos,
que no se integran a las acciones dramáticas esenciales a la obra.
Vale repetir que donde aparezca un conflicto va a producirse una expectativa o suspenso,
pero debemos saber que no es suficiente para que el espectador haga realmente suya esa
historia que se le cuenta o establezca empatía con sus personajes. Primero que todo el
conflicto debe ser universal. Muchas veces se relatan hechos que por localistas o
circunstanciales no logran toda su motivación. Entiéndase que no se está abogando por
estandarizaciones de ninguna índole, personajes sin raíces ni nacionalidad. Muy distante se
está de semejante propuesta. “Lo universal pasa por la aldea”, decía Unamuno. Pero ese
aldeano con características muy propias de su cultura debe surgir de un conflicto universal
para que cualquier ciudadano del mundo se identifique y pueda hacer suyas sus
necesidades. De aquí que resulte de mucha utilidad la definición que hace el psicólogo
norteamericano Abraham Maslow, sobre los conflictos universales que causa el ser humano
al luchar por satisfacer sus necesidades, que a su juicio son:
Supervivencia.
Seguridad y protección.
Amor y posesión.
Estima y respeto propio.
Conocer y entender.
Filantropía.
Autorrealización.
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De modo que queda dicho que más que estandarizar o buscar personajes sin raíces,
primero hay que plantearse el conflicto a escala universal y luego ubicarlo en la aldea, que
va a ser un encanto añadido, toda vez que nos interesa saber como en Patanogú sus
ciudadanos resuelven iguales necesidades que las nuestras.
Para que la acción funcione a través de los bandos en pugna, no sería una revelación para
alguien decir que debe haber un equilibrio de fuerzas entre los personajes que los
comandan: una persona débil enfrentada a una fuerte debe hacerse al menos de un madero
para que la contienda tenga alguna perspectiva o dure un tiempo apreciable. De modo que
cuando ya se conocen las características de los personajes que necesita la acción
dramática, quien primero puede brindar su ayuda es Hipócrates, pues ellos van a ser:
Sanguíneos.
Coléricos.
Melancólicos.
Flemáticos.
Más que familiarizarse con los personajes, hay que conocerlos a la perfección; y para ello
puede ayudarnos en gran medida hacerles tres preguntas fundamentales:
3. ¿Qué es en realidad el
personaje?
La primera pregunta nos ayudará a la individualización del personaje, a lograr un diseño con
ciertas peculiaridades.
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A esto le podemos añadir una máxima filosófica por la que se guía el personaje, de modo
que en la práctica nos quedaría como sigue:
3. ¿Qué es en realidad?
Alguien que no puede asumir su bisexualidad, un ser enigmático e impredecible.
Otro ejemplo:
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3. ¿Qué es en realidad?
Alguien necesitado de afecto, pero dueña de sí misma, absorbente y posesiva.
Para hacer más factible esa aprehensión que necesita lograr el guionista o libretista nadie
ha aportado mejor procedimiento que Lajos Egri.
Fisico-fisiológica Nacionalidad:
Sexo:
Filiación política:
Edad:
Pasatiempos:
Descripción física (peso, altura...):
Apariencia:
Psicológica
Defectos (deformaciones, Historia familiar:
enfermedades...):
Vida sexual:
Autoestima:
Social
Actitud frente a la vida:
Origen de clase:
Habilidades:
Ocupación:
Cualidad:
Educación:
Religión:
Raza:
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A esto podría añadirse, para que el personaje estuviera en relación directa con su historia y
su ambiente, la trayectoria de los años vividos, haciendo hincapié en los hechos que van a
influir en su personalidad y que serán determinantes para la historia que vamos a narrar.
FULANO DE TAL
2006: Actualmente...
Y así sucesivamente hasta alcanzar la edad del personaje y el perfil humano exacto que
necesita nuestra acción dramática, es decir, nuestra historia.
En la medida en que dominemos esos datos biográficos, en que los hagamos más “reales”,
irá configurándose un diseño dotado de una potencialidad, para luego, si somos capaces,
transformarlo en vida artística.
El método no determina, como queda dicho, pero ayuda a lograr la apariencia de seres con
“autonomía”, porque sus reacciones y actitudes podrán emanar de su tridimensionalidad,
que es como decir de su naturaleza, de su formación y de su sensibilidad. Evitamos con
esto lo que suele ser muy común en los malos textos dramáticos, que los personajes
parezcan marionetas de sus autores; todos hablan igual, todos reaccionan del modo
esperado por el sello de las convenciones gastadas en el arte comercial. En fin que de esa
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manera se mata la sensación de vida y frescura que necesita cualquier escena. A este
respecto también se refirió Aristóteles, cuando dijo: “Hay que preferir lo imposible que es
verosímil. Pues, es verosímil que las cosas ocurran contrariamente a la verosimilitud”. Esta
es una forma de maravillar al espectador, es decir, dentro de los parámetros de una lógica,
salirle por el lugar por donde menos nos espera; e insistimos en recordar el consejo de Allan
Poe: “Al arte no se llega por la imitación, sino por la negación”. Neguémonos a hacer las
cosas como hemos visto que la han hecho otros, pongámosle nuestra personalidad.
Donde con más frecuencia se evidencian los errores de la mala concepción de un personaje
es en los infantiles. Niños que hablan como personas adultas sin que sus autores tengan en
cuenta lo limitado de su lenguaje por la poca experiencia existencial del ser que pretende
diseñar, del estado de su dependencia, de sus necesidades de aceptación, de sus temores
y sus fantasías.
Ada y Flora, madre e hija escocesas, en El piano, llegan extenuadas a la playa de un país
desconocido (Nueva Zelanda); la protagonista se ha hecho traer cuanto necesita para su
boda con un hombre hasta ahora desconocido para ellas, incluyendo su indispensable
piano. Pero se enfrentan a que el futuro esposo de la madre no la está esperando. Pasan la
mañana, la tarde y ya en el crepúsculo, la niña tiene esta reacción con su madre muda:
FLORA
Haciendo señas con la mano.
Mamá..., estoy pensando.
Ada deja de gesticular.
FLORA
Hablando.
No lo voy a llamar papá, no lo llamaré de ninguna manera, ni siquiera lo voy a
mirar.
Luego, en la escena 21, cuando están vistiendo a la madre para la fotografía con su nuevo
esposo, la niña comenta:
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FLORA
Mi verdadero padre fue un famoso compositor alemán...
TIA MARAG
Ay, el traje se ha roto.
FLORA
Continuando.
...se conocieron cuando mi madre era cantante de ópera... En Luxemburgo.
Las dos mujeres (la tía Marag y la dama de compañía) hacen una pausa para mirar
a Flora, Ada dice por señas a Flora: ¡cállate!
FLORA
¿Por qué?
ADA APARTA LA MIRADA Y LAS DOS MUJERES TERMINAN DE ACICALAR EL
TRAJE. FLORA SE CRUZA DE BRAZOS.
FLORA
Quiero salir en la fotografía.
Con sólo hacer abrir la boca a su personaje, le bastó a la guionista para darnos la
formulación irregular y la mentalidad de una niña creíble, “real”, coherente en su
incoherencia. Nos expresa lo que quiere primero por negación. “No lo voy a llamar papá”.
Típico modo de manifestarse la cólera infantil, por ingenua. Es su forma de castigar. Lo que
más aprecian, lo que más valoran, lo niegan como tesoro. Pero la formulación no es la de
cualquier niño, además, es la de una niña con una alta valoración de sí misma. La han
formado en un medio más sensible que el que ahora la rodea. Es como si nos dijera que es
de oro y que la persona en que ponga los ojos y ella decida que va a ser su padre sería un
privilegiado. Y en eso consiste la tragedia que se desprende, porque aquel privilegiado
desprecia su riqueza al no estar esperándola en la playa.
Excelente trazado psicológico del personaje de una niña que no se desmiente luego en
ningún momento de su curva de transformación a lo largo del guión.
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En conclusión, el guionista o libretista, cuando trabaja con los géneros realistas, debe
conocer profundamente a sus personajes, debe entenderlo, pero nunca aprobarlos ni
rechazarlos, si quiere dotarlos de la autonomía necesaria. Un personaje con el que se
simpatice, la tendencia va a ser a proporcionarle cada vez más virtudes, y exageraríamos
con el que se odie. Para el escritor dramático cada personaje tiene que tener una verdad y
por ella lucha.
11.7 EL TIPO
Como ya fue adelantado, el tipo es la aparente entidad humana que opera en los géneros no
realistas: farsa, tragicomedia y melodrama.
Más que complejidad psicológica alguna, como con el personaje, el tipo lo que requiere es
de la estilización, puesto que ellos encarnan actitudes, simbolizan como un todo al bien, al
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Esta característica hace que muchas personas, e incluso algunos críticos, al hallar
insubstancialidad en el comportamiento del tipo, pierdan la credibilidad por no encontrar el
rigor comparativo necesario con la vida. No, no hay que pedirle al tipo matices psicológicos
ni rigor alguno que no sea el de una buena estilización. Recordemos que los géneros no
realistas son esencialmente divertimentos.
RESUMEN
Únicamente son personajes los diseños de personas aparenciales provistas de
complejidades psicológicas que se desarrollan en los géneros realistas.
El personaje no es una identidad independiente de la acción dramática.
Es la acción dramática quien pide el personaje que necesita.
El personaje conduce a la acción dramática, pero no está primero que ella.
Un personaje es únicamente el resultado de su caracterización fuera de la acción
dramática en el género pieza que actúa a través de la estructura de progresión
acumulativa.
Nuestro personaje debe tener una ubicación, pero su conflicto ha de ser universal.
Un guionista o libretista, antes de ponerse a escribir, debe estar profundamente
familiarizado con sus personajes.
Hay que dotar al personaje de una verdadera tridimensionalidad humana.
El tipo de los géneros no realistas, en lugar de matices psicológicos que le den
complejidad, debe simbolizar conceptos.
Para finalizar con estos “consejos”, cabría uno mayor de Margarita Yoursenar: “Hay que
impregnarse por completo de un tema hasta que salga a la tierra como una planta
cuidadosamente regada”.
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exponiendo hechos, posibilitan, por la suma de información que se brinda, este método; es
decir, contar una historia sin que esté sostenida por una acción dramática estructuradota.
Ni siquiera el mismo John Howard Lawson llega a explicarse el cambio que la introducción
de este método produjo en el panorama dramático; libros de historia del teatro se refieren a
él como cargado de un gran realismo o tratan de definirlo como propio únicamente de un
estilo ruso: “se dispersa en diálogos (...) diríamos descentrados, que no parecen
concentrarse alrededor de una intriga, sino más bien elevarse y descender como llevados
por una ola que mezcla los personajes en una especie de vaivén confuso pero que da la
ilusión de la verdad”.
El marco histórico-teatral donde resurgió este modo de componer fue propicio: “guerra a la
teatralidad”, gritaban los artistas rusos, y en París y en Berlín ya existían el Théatre-Libre y
el Freie Buhne. Pero, ¿estaba asimismo el público preparado para un cambio tan radical? El
gusto generalizado por las fórmulas gastadas comenzó a valorar las nuevas obras como
“difusas, amorfas, faltas de todo núcleo”, es decir, con problemas en la acción dramática.
Pero abordemos el estudio de una estructura y de un género que mucho confunde a neófitos
y especialistas con una de las obras de un gran artista:
Resulta innecesario buscar un pretexto para intentar el análisis de una obra maestra,
lo tenemos en lo paradigmática que siempre resultan; mucho más si es un filme de
Ingmar Bergman. No obstante, por si hubiese alguien con incontenible sentido de
rivalidad que quiera destacar nuestro destiempo, la justificación la vamos a encontrar
en las posibilidades del abordaje de una estructura y de un género que mucho
confunden a neófitos y especialistas.
Si hemos de ir al origen del conflicto que ha acompañado al cine durante más de
una centuria, los nombres de personas e instituciones involucradas son los de los
hermanos Lumiere. George Mèliés, y la Escuela de Brighton.
En primer lugar los inventores de un artefacto técnico desconcertante hasta para
ellos mismos (aunque hoy sabemos que en familiar intento pretendieron narrar
dramáticamente con él); luego al magnífico diseñador de herramientas sin las que un
Griffith, un Eisenstein y un Welles no hubieran podido consolidar el lenguaje
cinematográfico, es decir, sin Mèliés; introductor también al celuloide de una
estructura teatral que hoy disfrutamos o padecemos; y por último, hay que
mencionar a los fotógrafos de la británica Escuela brihgtoneana. De estos tres
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lésbico de ahora. Karen se desvive por la misma caricia que rechaza con histérica
fuerza, es por ello que los odia a todos.
¿A quién acusa Bergman? Únicamente a la sociedad de absurdas reglas del juego
que divide a sus miembros en víctimas y victimarios, estos últimos a la larga también
perdedores en su juego hegemónico.
Hemos visto, casi más que oído, todo un alegato de personajes que sin luchar por
salirse del yugo que los limita, nos han narrado una historia de decadencia social.
Significativamente la ausencia de iniciativas liberadora diseña una estructura que
sólo expone, que unifica con un hecho (la enfermedad y posterior muerte de Agne
en este caso), y no con la acción dramática, como lo haría la clásica o aristotélica.
Indisolublemente ligadas a esta otra estructura, la de progresión acumulativa, como
suele llamársele, las soluciones realistas del género que le pertenece, la pieza,
ayudan como ninguna otra a la indagación, a la introspección, a la radiografía de un
suceso y sus componentes.
Esa técnica le ha permitido a Ingmar Bergman narrarnos, como si no hubiera pasado
nada, un diminuto y enorme drama donde la vida, cual espiral juguetona, continúa
indiferente, pero siempre hincando el arma de Damocles en la espalda de la
existencia: la dramática finitud del ser en el indetenible decurso del tiempo.
¡Qué maravilloso y real logro artístico!: Forma ideal que trasporta el contenido del
testimonio. ¡Qué efectiva evidencia de las absurdas ideas que nos rigen para el agobio de
tan breve período!...
12.2 GENERALIDADES.
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Muchas veces pensamos que era en esta estructura en la que pensaba Aristóteles cuando
dijo: “La acción simple es coherente y una sola, cuyo cambio de fortuna se produce sin
peripecia ni reconocimiento”, toda vez que no se puede dar una estructura clásica sin
peripecia (punto de giro) ni reconocimiento (pre-clímax o escena necesaria).
Ahora bien, como los personajes en esta estructura y en este género, la pieza, no luchan –
casi que podríamos decir que en lugar de luchar se quejan–, sus temas, o para mejor decir,
sus mundos, son decadentes, cerrados; lo que, desde luego, no le resta grandiosidad ni
agudeza; tengamos en cuenta que el ejemplo negativo y la frustración son de una gran
efectividad conceptual.
Concluyamos ampliando un criterio impresionista, pero que expresa el análisis técnico que
hemos venido desarrollando; dice Silvio D’Amico en su libro Historia del teatro dramático
refiriéndose a Ostrovski que, como ya hemos dicho, fue el antecedente de Chéjov: “Y ya hay
en él, como más tarde observaremos en los autores rusos que lo seguirán, una técnica muy
distinta de las claras fórmulas clásicas de occidente (...). Su representación está guiada por
un intento supremo: el de parecer verdadera; (...); por esto aparentemente se dispersa en
diálogos (...) insistentes y, diríamos, descentrados, que no parecen concentrarse alrededor
de una intriga, sino más bien elevarse y descender como llevados por una ola que mezcla
los personajes en una especie de vaivén confuso pero que da la ilusión de la verdad”.
Ahora bien, recordémosle a los que se quejan de las imposiciones del modelo clásico que
con las estructuras sucede lo mismo que con las ideas que asumen los estoicos como
filosofía de vida: “Sólo es libre quien no quiere algo”. De modo que para sentirnos libres y
lograr una buena estructura de progresión acumulativa, debemos trabajar con personajes
que, aunque los tengan, no luchan por objetivos, y meterlos en tensión, no en suspenso. La
unidad gira en torno a un personaje o a un hecho, y no al resultado de la lucha de bandos en
pugna.
RESUMEN
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Aristóteles, en cuanto al tema, no hizo otra cosa que tomar apuntes, seguramente para un
libro que nunca llegó a escribir; y son esas notas las que han llegado a nosotros. Valiosas,
sin duda alguna; tienen la dimensión del descubrimiento, de la iniciación, del primer
pensador que dos siglos después de la existencia del teatro, se tomó en serio dicho
espectáculo; reflejan el esfuerzo por explicarse y dar a conocer por primera vez un
procedimiento, una técnica. Fue revelador y agudo, exageró y discriminó; pero fue nuestro
primer teórico, el pionero.
Este libro, hasta por ensanchamiento cultural, no puede dejar inadvertido lo esencial de su
preceptiva. Dijo el peripatético:
Se propone hablar de la poética, sus tipos, métodos de escritura y clases. Los géneros
son diferentes clases de mimesis. Uno se sirven de colores y formas, otros de la voz
(ritmo, palabra, armonía). Los que usan la palabra se llaman poetas, pero hay artes que
se valen del ritmo, canto y versos, como la tragedia y la comedia.
Al mimetizar los caracteres, estos pueden reflejarse en forma realista o manipularse
(mejorarse o empeorarse), como hacen los pintores. La tragedia refleja lo peor de los
hombres y la comedia los mejora.
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Además de los medios (palabra) y de los objetos (los hombres), hay que observar la
forma de mimetizar: se trata de los personajes (se narra) o se les deja actuar (tragedia,
comedia). Por el medio, el objeto y la técnica, se caracteriza la mimesis.
El hombre, por naturaleza, imita su entorno y disfruta de esa imitación en los demás:
goza ante la contemplación de las imágenes. Se imitan acciones nobles de gente noble y
las vulgares de gente vulgar. De aquí la tragedia y la comedia. Los personajes de la
tragedia fueron aumentando, mientras disminuía el coro y se regulaban los episodios.
La comedia es mimesis de hombres inferiores, de lo risible, que es una fealdad sin dolor
ni daño. La epopeya (narración) y la tragedia (representación) tienen cosas en común,
como las partes y los personajes.
La tragedia es la mimesis de una acción noble, extensa, expresada con armonía
mediante representación, cuyos personajes alcanzan la purificación en sus acciones. La
tragedia consta de organización del espectáculo y la composición formal y melódica del
texto. Las partes de la tragedia son seis: fábula o intriga (composición de los hechos:
acción), caracteres, elocución o dicción, pensamiento, espectáculo y melodía. Lo más
importante es la composición de los hechos, la acción. Para seducir al espectador se
usan los recursos de la fábula (la trama, la acción) sobre todo las peripecias y los
reconocimientos. La fábula es el alma de la tragedia y después, los caracteres. El
carácter se muestra por la línea de conducta y el pensamiento. La melodía (organización
musical y coral) es esencial, pero el espectáculo atrae a los espectadores.
Lo completo tiene principio, medio y fin. La extensión debe ser bien calculada. La belleza
radica en la extensión y el orden. El límite de la extensión es que la obra sea perceptible
en su conjunto. Es magnitud ideal aquella en que, siendo la acción verosímil, se va de la
desdicha a la felicidad o de la felicidad a la desdicha.
Conviene que la acción sea una. Deben eliminarse las anécdotas innecesarias para la
fábula (la acción) o las inverosímiles.
No interesa lo real, sino lo verosímil y lo necesario para la acción. Las acciones
episódicas, las que enumeran una serie de episodios uno tras otro, sin relacionarlos
debidamente, son las peores. Cuando las cosas no se producen al azar, la acción es
más hermosa.
La acción es simple o compleja. La acción simple es coherente y una sola, cuyo cambio
de fortuna se produce sin peripecia ni reconocimiento. La acción es compleja cuando se
produce con peripecia, reconocimiento o ambas cosas. Estas deben responder
causalmente a los hechos anteriores.
Peripecia es el cambio de la acción en sentido contrario; uno llega para apartar a Edipo
del temor, al mostrarle quien es, logra lo contrario.
Reconocimiento es un cambio de la ignorancia al conocimiento (alguien se entera de
algo que desconocía, en Edipo, de su identidad). Es hermoso cuando se da junto a la
peripecia, como en el propio ejemplo de Edipo. Se puede dar reconocimiento mutuo
entre dos personajes. Se puede recurrir al acontecimiento patético, se puede hacer morir
o sufrir.
La tragedia se desarrolla en las siguientes partes: prólogo, episodio, éxodo y canto coral,
que puede ser párodos o stásimos. El prólogo precede al párodos; el episodio se da
entre cantos del coro; el éxodo no es seguido del canto del coro (salida definitiva o al
final de los actos); el párodos es la primera intervención del coro (el stásimos es la
intervención entre episodios), el comós es un lamento conjunto del coro y de la escena.
No deben mostrarse hombres virtuosos pasando de la felicidad a la desdicha; ni
malvados de la desdicha a la felicidad. Quienes no se distinguen por una cosa o por otra,
pueden caer en desdicha por haber cometido alguna falta. Las composiciones que más
gustan al público son las llamadas nobles, las que acaban invirtiendo la situación de
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buenos y de malvados (los buenos empiezan mal y acaban bien, los malos al contrario).
Pero este placer es propio de la comedia y no de la tragedia.
Temor y piedad (la respuesta del espectador) pueden provenir del espectáculo o de la
composición, cosa que es de mayor calidad. No es buena tragedia la que sólo maravilla,
sin producir temor o piedad. Para producir piedad, la tensión debe establecerse entre
personas amigas. Los personajes pueden actuar a conciencia, como cuando Medea
mata a sus hijos, o ignorándolo, como cuando Edipo mata a su padre. También pueden
estar a punto de cometer una acción por ignorancia, cuando se produce el
reconocimiento. Esta posibilidad es la mejor.
El diálogo y la acción muestran una línea de conducta buena o mala. Según ella son los
caracteres. Los caracteres deben ser buenos. Deben ser adecuados. Por ejemplo, no
sería adecuado que una mujer sea valerosa e inteligente. Deben ser parejos a la
realidad. Deben ser constantes. También en los caracteres deben buscarse lo necesario
o lo verosímil y rechazar lo irracional.
El reconocimiento se puede hacer por signos externos (atributos, cicatrices...) y produce
excelentes resultados dramáticos. O por el diálogo y son carentes de arte. O por el
recuerdo (observando una imagen o escuchando palabras o sonidos). O por deducción.
La acción debe mostrarse y perfeccionarse con la elocución. Los temas deben
planificare en forma general antes de introducir episodios y desarrollar la obra. Luego se
da nombre a los personajes y se establecen los episodios. En la tragedia los episodios
son breves. La epopeya se alarga según sus episodios.
Las tragedias tienen nudo y desenlace. El nudo comprende el principio hasta el último
momento que precede el paso a la dicha o la desdicha. El desenlace va desde aquí
hasta el final. Hay cuatro tipos: la simple, la compleja (toda ella peripecia y
reconocimiento); la patética (contiene escenas de muerte o tortura); la de carácter. Nudo
y desenlace deben ser perfectos por separado. El exceso de acciones entorpece la obra.
La peripecia y la acción simples son un acierto. Que el malvado sea vencido es
verosímil. El coro debe considerarse como parte del conjunto y debe tener su parte en la
obra.
Es propio del pensamiento cuando debe ser preparado por el lenguaje, o lo que es
similar, probar, refutar, despertar emociones, aumentar o minimizar. Son esenciales las
formas de hablar: orden, súplica, narración, amenaza, pregunta, respuesta, etcétera.
La elocución debe ser clara, pero no baja. Es noble y separada de lo común cuando usa
palabras poco corrientes, metáforas, etcétera. La mesura es necesaria en todas las
partes de la elocución, a riesgo de caer en el ridículo.
En la imitación narrativa y en verso... debe componerse en forma dramática una acción
completa (con principio, medio y fin).
La epopeya debe tener las mismas especies que la tragedia: simple o compleja, de
carácter o patética. Debe haber también peripecias, reconocimiento y desgracias. Debe
atenderse en múltiples episodios, al contrario de la tragedia. El poeta no debe narrar,
sino transmitir a otro la narración. Lo maravilloso tiene lugar en la epopeya (una
persecución...). Cabe preferir lo imposible verosímil a lo posible increíble.
Las cosas se imitan como son, como se dicen que son o como es preciso que sean.
Dicen que la epopeya es para espectadores más capaces que no necesitan de gestos
(tienen bastante con su imaginación). No es válido: algunos rapsodas gesticulan y la
tragedia puede leerse. Lo más compacto es más grato. Por unidad de acción, sería
mejor la tragedia.
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El surgimiento del teatro griego desde el lejano siglo VII a.n.e. fue un fenómeno único en el
mundo conocido de entonces, como ya hemos insinuado; manifestación de la alta
espiritualidad alcanzada por ese pueblo, donde la especialidad misma es muestra de la
fusión de los componentes étnicos que le sirvieron de fuente lingüística y mitológica: el
arcadio-chipriota, el dórico, el eólico y el jónico. Por lo que, como todo fenómeno cultural, su
dimensión trasciende el hecho artístico para presentársenos como un recurso por excelencia
cohesionador del grupo; pero hasta en su ámbito literario-teatral específico es más
abarcador de lo que comúnmente se aprecia. Se habla de tragedia, de comedia y de obras
satíricas. Mas, eso no fue todo. Como creemos poder probar a renglón seguido con las
muestras del siglo V que han llegado hasta nosotros, ya los griegos estrenaban soluciones
dramáticas que se paseaban por los restantes géneros, empezando por la acción
subordinada de Edipo Rey que proporciona el enigma; es decir, el campo de la
tragicomedia, de la aventura -descontado el antecedente narrativo que les vino en la épica
con La Odisea. Analicemos unas cuantas de ellas con el mismo método que hemos
utilizado hasta aquí a ver las sorpresas que nos deparan.
LOS PERSAS
En la más antigua de las obras griegas conocida por nosotros y la única de tema histórico,
cuyos antecedentes, al parecer, están en las desaparecidas de Frínico, La Toma de Mileto y
Las Fenicias, ya hay que cuestionar su tragicidad clásica de composición. Quizás por su
proximidad a los orígenes rituales del teatro, estamos aquí en presencia no de una acción,
sino de una situación dramática.
Delante del palacio real de Persia y de la tumba de Darío, padre de Jerjes, su actual rey,
aparece el coro de ancianos, y nos da la magnitud y fortaleza del ejército persa que intenta
apoderarse de Atenas (históricamente la Batalla de Salamina); pero a la vez nos presagia,
con la volubilidad de la Moira (el destino), la posibilidad de un descalabro. Estos temores se
acrecientan al presentarse Atosa, la madre del rey, y relatar su pesadilla en torno al desastre
bélico de su hijo. De inmediato todo es confirmado en la voz del mensajero que se
presenta: las poderosísimas fuerzas persas han sucumbido ante las armas atenienses y la
de sus aliados; pero el rey Jerjes está vivo. De aquí en adelante todo son lamentos y loas a
las virtudes sociales y políticas de Atenas; pero la causa de la derrota persa se la atribuye el
fantasma del rey Darío a la cólera de su hijo Jerjes que en su desenfreno no ha reparado en
violar el orden de la naturaleza misma.
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Como se puede apreciar, por la cercanía al rito o por el origen del tema asiático, Los Persas,
al ser únicamente expositiva, tiene más que ver con las características de la pieza que con
las de la tragedia.
ACCIÓN BASE.
BANDOS EN PUGNA: Aqueos vs. cadmeos (tebanos).
ACCIÓN SUBORDINADA I.
BANDOS EN PUGNA: Eteocles vs. Polinices.
otro.
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honores a Polinices.
Aunque hemos de observar que entre algunos filólogos existe la opinión de que esta última
acción subordinada ha sido añadida por un poeta del siglo V, que se inspiró en Sófocles,
pues, al parecer, la presente se ponía junto a su “Antígona”. No obstante, por la pericia de
su manejo, desde Esquilo, y posiblemente desde antes, queda demostrado que se usaron
las acciones subordinadas.
LA ORESTEA
La única trilogía que ha llegado a nuestra era, integrada por Agamenón, Las Coéforos y Las
Euménides, está estructurada con una acción subordinada al final y por dos
acciones básicas sucesivas que se materializan de la forma siguiente:
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absuelven a Orestes.
ACCIÓN SUBORDINADA:
BANDOS EN PUGNA: Atenea vs. Las Erinias.
El hecho de carecer esta trilogía de unidad de acción o esta darse sólo en las dos primeras
partes (Agamenón, y Las Coéforos), así como su falta en otras obras de los iniciadores
griegos, nos hace pensar que ese precepto aristotélico, más que en cualquier otra obra, la
detecta el estudioso de forma paradigmática en Edipo Rey, de Sófocles; y que, desde
luego, más que un logro de todos los clásicos, la unidad ha sido siempre un proceso hacia la
perfección.
FILOCTETES
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Aunque no fue este poeta quien por primera vez utilizó el “deux ex machina”, recurso
innegable de los futuros géneros no realistas, principalmente del melodrama, ya aparece a
estas alturas en la literatura y el teatro griego esta tendencia. Veámosla:
ACCIÓN BASE.
BANDOS EN PUGNA: Odisea y Neoptólemo vs.Filoctetes
Si bien Edipo Rey, de Sófocles, es una obra estructuralmente perfecta, hagamos alguna
justicia al último de los poetas clásicos con su
MEDEA
ACCIÓN BASE.
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ESTRUCTURA:
EXPOSICION: La nodriza nos da la condición cruel de Medea, el detonante, y
nos presagia el desenlace, con lo que nos proporciona la índole
del conflicto. A su vez, el rey termina de expulsar a la
extranjera (Medea) de sus dominios.
P. de. G.: Medea decide vengarse en las personas de la hija del rey, en
éste, y en los hijos propios para hacer sufrir a Jasón.
DESENLACE: Medea, con los cadáveres de sus hijos sobre un carro tirado
por dragones, se aleja para que Jasón no pueda ni darles
sepultura.
LAS TROYANAS
De nuevo los modos que contemporáneamente consolidara al género pieza. Los griegos se
preparan para trasladar a territorio de su país a las troyanas, es decir, a las mujeres de los
vencidos mandatarios de Troya, ahora esclavas de los aqueos. Esto constituye la unidad,
luego, los casos de cada una, Casandra, Andrómaca, la griega Helena y, finalmente
Hécuba, la reina y esposa de Príamo y madre de Héctor. Pequeñas acciones en cada caso,
pero ninguna estructuradota de la obra toda. ¿Bandos en pugna? Los existentes ya libraron
la batalla y los troyanos fueron vencidos. Por otra parte, es inminente el traslado de la
féminas hacia Atenas, ninguna tiene suficiente poder para impedirlo; tampoco existe un
error trágico en la obra, a no ser la pérdida del poder por lo vencidos. Y todo, de nuevo por
medio de la exposición de los hechos y no de la confrontación No nos cabe dudas, están
los elementos de la pieza.
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HIPOLITO
A Eurípides le cabe el mérito de haber realizado muchas innovaciones, entre ellas, la de
introducir elementos populares en sus obras; pero también es innegable que contribuyó a
debilitar la trascendencia de la tragedia.
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“Sentemos antes que la tragedia era remedo de acción completa y total, de cierto
grandor”...
Para concluir este intento de aproximación a los posibles orígenes de los géneros no
realistas veamos como Friedrich Nietzsche vio el resultado de la influencia de
Sócrates sobre la obra de Eurípides: “... su tendencia no-dionisíaca se descarrió
hacia un naturalismo no artístico. Nos será lícito ahora aproximarnos a la esencia
del socratismo estético, cuya ley suprema dice más o menos así: “Todo tiene que
ser inteligible para ser bello”. Una tendencia que simplifica, que tiene mucho más
que ver con la didáctica que con la estética.
Efectivamente, las técnicas asumidas por Eurípides y sus seguidores cerraron las puertas a
la ambigüedad como categoría artística, a la anfibología posible en la tragedia; pero jamás
confesaron una menor pretensión que el género madre. He ahí lo que llamamos la
aberración del melodrama. Nunca se les ocurrió decirnos: “Esto es para divertirnos,
señores”...
Con el estudio formal de El Círculo de Tiza Caucasiano quedará demostrado que el genial
dramaturgo alemán no tuvo nunca el menor reparo en estructurar su obra con el más
ortodoxo mecanismo clásico. De ahí que la dicotomía Brecht-Aristóteles, en lo tocante al
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De modo que si se quiere hurgar en el real aporte de la tesis breschtiana, hay que detenerse
en lo que sí lo separa de lo que fue, y es, realmente un patrimonio de todo el teatro desde
los clásicos griegos: la identificación. La simpatía o empatía que el teatro tradicional
reclama de los espectadores y, que, en el peor de los casos bloquea sus raciocinios y
posibilita que el sentimiento desborde todas sus potencialidades de inhibición. Brecht halla
el mecanismo dialéctico para que el pensamiento juegue el papel de rectificador o
modelador del sentimiento que despiertan las situaciones de sus espectáculos. Con él, con
el Recurso V o “verfremdung”, constantemente nos ubica, de modo que no olvidemos nunca
que estamos en presencia de una representación (aunque no hay que olvidar que las bases
de este recurso se hallan en la comedia latina, principalmente en Plauto). En eso consiste; y
lo logra tanto con el diseño de sus personajes en sus acciones dramáticas, como con las
acotaciones o históricos consejos para sus puestas en escena. Sin que, en modo alguno,
queramos decir que erradique de sus peripecias narrativas la emoción. Pero su solicitud al
espectador es la de una emoción que estimula siempre al juicio inteligente, y de manera
incuestionable, al empeño renovador.
PRÓLOGO:
ACCIÓN DRAMÁTICA.
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ideal.
ACCIÓN BASE.
INTENTO: Grusche lucha por salvar y quedarse con Michael, el hijo del
gobernador y Natella, abandonado por esta última.
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ESTRUCTURA.
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ACCION SUBORDINADA I.
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logra huir.
ricas.
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ACCIÓN SUBORDINADA V.
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asilo.
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atención.
Detonante: La propuesta del Príncipe Obeso ante los coraceros para que
su
OPOSICIÓN: Los coraceros quieren una prueba y para ello ponen Azdak
como acusado y hacen que el sobrino lo juzgue.
C. de E.: Azdak, con sus argucias, hace quedar mal al sobrino y los
coraceros nombran juez al primero. Esta es la razón por la
cual, este nuevo Sancho, se convirtió en juez, y juzga y
absuelve a Grusche.
Existen otras acciones subordinadas, pero todas están destinadas a caracterizar a Azdak
como juez del pueblo.
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16. LA ORIGINALIDAD
En una ocasión dos críticos polemizaron a causa de un libreto escrito para un programa de
televisión. Uno decía que la propuesta había sido distinta, y el otro que la habilidad del
guionista consistía en hacer planteos recurrentes y convencer al espectador de que la
historia era inédita.
Realmente el segundo parecía desconocer las limitaciones de esta profesión, toda vez que
desde hace veintiséis siglos que tiene de existencia la literatura dramática en sus distintas
modalidades, el método atribuido al escritor es el único que está dentro de las posibilidades
de este arte. De modo que la originalidad, si por ello se entiende lo que nunca nadie hizo
antes, es realmente un imposible. Ni aun los grandes trágicos fueron verdaderamente
inéditos, bebieron de sus mitos y de la preexistencia de la poesía épica; y hasta el mismo
Shakespeare, por otro lado, acudía a relatos del Medioevo, del propio Renacimiento, a otros
poetas y a los anales de la historia; por sólo citar algunos magnos ejemplos.
El autor de Fervor de Buenos Aires, dijo que ya todos los temas estaban en Homero; pero si
no bastara con el prestigio de la voz de un Jorge Luis Borges, ahí está George Polti, quien,
después de dedicar su vida al tema, aproxima la luz cuando a través de un gran acopio de
información, asevera que únicamente existen treintiséis situaciones dramáticas. John
Howard Lawson, por su parte, subraya su duda en cuando a la exactitud de la cifra, pero
también cree en un número limitado de ellas.
Estas son las acopiadas por Polti y definidas por nosotros en cuanto al mecanismo:
1. SUPLICA 2. LIBERACION
Bandos en pugna: Un poder en Bandos en pugna: Un cautiverio vs. un
autoridad vs. un suplicante. rescatador. Presa codiciada: un
prisionero.
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12. OBTENCION
4. VENGANZA Bandos en pugna: Un poseedor vs. un
Bandos en pugna: Un culpable vs. un solicitante.
vengador.
15. ADULTERIO
7.SER VICTIMA DE CRUELDAD O Bandos en pugna: Un esposo que
DESGRACIA engaña vs. una esposa que engaña.
Bandos en pugna: Un poder o un amo
vs. el hombre.
17. LOCURA
Bandos en pugna: Un loco vs. una
9. EMPRESA AUDAZ víctima.
Bandos en pugna: Una persona audaz
vs. los inconvenientes a vencer.
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30. AMBICION
Bandos en pugna: Persona ambiciosa
24. ASESINATO DE UN PARIENTE vs. obstáculo.
NO RECONOCIDO
Bandos en pugna: Un asesino vs. un
pariente no reconocido.
31. CONFLICTO CON DIOS
Bandos en pugna: Un mortal vs. su
creencia.
25. AUTOSACRIFICIO POR UN
IDEAL
Bandos en pugna: La persona que cree
en una causa vs. el adversario a esa 32. CELOS EQUIVOCADOS
causa. Bandos en pugna: El celoso(a) vs. su
baja autoestima.
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34. REMORDIMIENTO
Bandos en pugna: Una persona
culpable vs. su conciencia.
35. RECUPERACION DE UN
PERDIDO
Bandos en pugna: Un buscador vs. los
obstáculos del hallazgo.
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Se pueden hallar combinaciones variadas o entretenerse en el ejercicio de aportarle una o
varias situaciones dramáticas más..., tal vez sea posible, pero en lo que sí no debe caber
dudas es en que si se encuentra alguna que no haya sido enunciada por el compilador, ya
esa debe haber sido utilizada en más de una oportunidad.
Lo que halló el primer crítico de diferente en aquella propuesta puede ser útil para exponer
algunas consideraciones acerca de la originalidad.
Pero donde parece no haberse dado tregua el libretista, donde no se permitió una falla, fue
en los cambios programados de todas y casa una de las acciones. Método que aprenderá el
el lector a su debido tiempo. Este es el secreto de una comunicación leal, en la que tiene
mucho más que ver la técnica limpia, la estructuración, que la enajenación con asuntos
banales. “... se trata, como es el caso, de creadores que respetan la inteligencia del
público...”, dijo en correcta interpretación el primer crítico.
Por otra parte es bueno ser audaz, el arte tiene que maravillar, y para eso es indispensable
la constante búsqueda y renovación, pero no se le puede pedir tonterías a un profesional
experimentado en los medios masivos de comunicación, algún elemento de continuidad
debía existir en la propuesta. Hubiese sido una torpeza borrar de un soplo la tradición
acumulada, lo que el espectador está acostumbrado a recibir de esos espacios, por lo que
183
trabajó la acción subordinada principal en melodrama. Tal vez sea esto último lo que le
resultó conocido al segundo crítico.
El mismo periodista no fue moroso en reconocer el nivel alcanzado; pero al escritor, a pesar
de que tiene que haber sentido el peso de la corriente profesional de complacencia en
contra, lo que seguramente lo llenó de gozo, fue que quedó demostrado, con aquella mezcla
de géneros conducido por la tragedia, que la zarandeada telenovela, como modalidad del
arte dramático, soporta sin perder audiencia condicionadora; es decir, un espectador activo,
crítico, ejerciendo sus posibilidades de análisis, toda la carga artística que sea capaz de
proporcionarle; y en otro ámbito, que no tendrá que estar atada de por vida a una aberración
histórica: el melodrama mal concebido, tratado indebidamente como un género realista, o
sea, que podrá algún día dejar de ser pretencioso y permitir que géneros con más
posibilidades intenten llegar a los dioses. No queda por el arte, todo está ahora en que
intereses extrartísticos se sumen al rigor y agudicen sus oídos, pues ya aparecen vestigios
de saturación de la sensiblería y la trivialidad en países altamente productores y, lo que es
mejor, en sus mercados.
Lo expuesto hizo la propuesta distinta, pero no se logra sólo con lo analizado la originalidad.
Edgar Allan Poe, repito, decía que a la originalidad no se llega por la práctica literaria, sino
que se aborda a través de la negación. Entendiéndose la reflexión debe deducirse que por
medio de la creación no hacemos otra cosa que imitar, en tanto que si nos negamos a
hacerlo exactamente como otros lo hicieron, por ahí nos adentramos en un camino más
promisorio.
La advertencia vale, pero debe haber un consejo más certero en este campo. ¿No se ha
dicho siempre que cada persona es un mundo? ¿No se ha vivido la experiencia de escuchar
cómo el amigo, el copiloto en cualquier vivencia, narra el viaje con enfoques diferentes a los
que obtuvo la primera persona? Puede haber mucha afinidad entre ambos, pero siempre los
diferenciarán o la formación o los intereses o hasta la misma genética. ¿Por qué no probar
entonces con la honestidad? El ser humano es universal en cuando especie, pero original en
tanto individualidad. ¿Por qué no resistirse a los cánones trillados de la convención y
explorar en la gama de reacciones humanas en busca de esa que siendo lógica, es también
menos posible en otros porque es la más entrañable a la persona que escribe?
La originalidad es trabajar en todo lo que provoca y evoca la historia que contamos con una
óptica particular, fuerte y sutil, pero siempre de uno. La originalidad es una especie de
desgarramiento, es exponerse a la intemperie totalmente desnudo, es que cada persona o
elemento de composición tenga algo de su autor por ruborizante que sea. ¿No está dentro
de las acepciones de la palabra “lo relativo al origen”? ¿Y qué es la búsqueda del origen si
no un acto de honestidad? Con acierto decía Margarita Yourcenar: “El hombre que escribe
no pertenece más a su sexo”, que equivale a desprenderse de estériles prejuicios de
género, entre otros.
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No hay otra forma de ser un creador original que siendo honesto, genuino, sincero. El que
no esté dispuesto a serlo tendrá que vegetar en medianías imitativas que nada tienen que
ver con el arte. La fórmula es “convencer al espectador de que la historia” que se ha escrito
es honesta, porque sólo haciendo coincidir la situación que se dramatiza con la experiencia
del espectador, podremos convencerlo. Y lo lograremos cuando seamos capaces de
plasmar nuestra humanidad en la obra. Hay que ser honestos y dramatizar el resultado sin
reparos, porque en fin de cuentas con toda alegría creadora no queda otro remedio que
aceptar del fatalismo del mismo Jorge Luis Borges cuando también dijo: “Los personajes no
son mejores ni peores que los mejores o peores momentos de sus autores”.
RESUMEN
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Sin embargo, de la mano de Mijail Bajtín, de Julia Kristeva, y otros investigadores, llegamos
a saber que occidente no es tan limitado, y le encontramos entonces explicación al rechazo
que Platón sintió por la búsqueda de lo general a través de lo particular de la tragedia
dionisíaca. Esta actitud antijerárquica, antiteológica, tuvo, y tiene, una ejecutoria originada
por la relación misma del carnaval, donde el sujeto es a la vez autor, actor y espectador,
donde las oposiciones son disyuntivas no excluyentes, donde el espectáculo se cuestiona
sin dejar de serlo; es decir, el campo de la ambivalencia que en la novela tiene
representantes en Cervantes, Balzac, Dostoievki, Joyce, Kafka, Cortázar, principalmente en
Rayuela; en la escena, entre otros, Bertolt Brecht con su distanciamiento y Antonin Artaud
con su teatro de la crueldad; y en la pantalla, el desmontaje de la convención; el cine dentro
del cine, por ejemplo.
Al decir de la Kristeva, esta actitud creativa, esta forma de asumir el arte, tuvo su origen en
los diálogos socráticos, pero se le conoce como “la menipea”, por las sátiras del filósofo del
siglo III a. e., Menipo de Gadara. Y añade: “El género, sin embargo, aparece mucho antes:
su primer representante es quizás Antisfeno, discípulo de Sócrates y uno de los autores de
diálogos socráticos. Heráclito también escribió menipeas (según Cicerón, creó un género
análogo llamado logistoricus). Varrón le dio determinada estabilidad. La apocolocynthosis de
Séneca es un ejemplo del género, así como el Satiricón de Petronio –llevado al cine
libremente por Federico Fellini-, las sátiras de Luciano, las Metamorfosis de Ovidio, la
Novela de Hipócrates, los diversos especímenes de la “novela” griega, de la novela utópica
antigua, de la sátira romana (Horacio). En la órbita de la sátira menipea giran la diatriba, el
soliloquio, los géneros aretalógicos (bufonesco), etcétera. Ella ejerció una gran influencia
sobre la literatura cristiana y bizantina; bajo diversas formas, subsistió en la Edad Media, en
el Renacimiento y bajo la Reforma hasta nuestros días. Ese género carnavalesco, flexible y
variable como Proteo, capaz de penetrar los otros géneros, tiene una influencia enorme
sobre el desarrollo de la literatura europea y especialmente sobre la formación de la novela”.
No hay catarsis. Pero sí un suspenso que provoca el sujeto del discurso (Sócrates en el
caso pedagógico, el escritor en la obra) para su conclusión nunca definitiva, pues...
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Concluyamos con las mismas palabras de la investigadora y las revelaciones del propósito
creativo de un autor de esta tendencia: “La situación excepcional libera la palabra de toda
objetividad unívoca y de toda función representativa y le revela las esferas de lo simbólico.
El habla afronta la muerte midiéndose con otro discurso, y ese diálogo pone a la persona al
margen”.
“Si los mundos de la ficción narrativa son así de pequeños y engañosamente confortables,
¿por qué no buscan las construcciones de mundos narrativos que sean más complejos? (...)
Dante, Rebelais, Shakespeare, Joyce han hecho exactamente así. (...) Cuando yo escribía
sobre “obras abiertas” estaba pensando exclusivamente en obras literarias que parecieran
ambiguas como la vida misma”, Umberto Eco.
Los escasos ejemplos de guiones de cine o libretos de televisión publicados son la causa de
que muchas personas no se percaten de que ambos modos similares de contar una historia
tienen una técnica diferente a la utilizada en el cuento o la novela impresa, e incluso de los
propios matices que distinguen a la pequeña de la gran pantalla. Pero la esencial salta a la
vista: la narrativa (el cuento o la novela), sin dejar de apoyarse en una estructura, es el arte
de la palabra que describe para sugerir, para convocar a la imaginación; en tanto el guión de
cine o el libreto de televisión, repetimos, es una historia que se cuenta para ser vista.
Dando por sentado esta diferencia fundamental, ¿qué paso habrá de dar un guionista que
quiera llevar a cualquiera de las dos pantallas un cuento o una novela?
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Puesto que el guión o libreto de una adaptación es una obra desprendida de otra, pero
completa e independiente por su plasmación técnica, debe decidirse si se mantiene la
misma premisa del original o si es otro el aspecto que sugiere que más nos interesa.
Muchos cuentos o novelas se sostienen más que en un conflicto, es decir, en una acción
dramática, en la atmósfera que van creando las palabras y, repetimos, el mundo imaginario
que ellas sugieren. Un magno ejemplo es la obra literaria del cuentista nacional de Cuba,
Onelio Jorge Cardoso. Como pocos logra Onelio la esencia de una nacionalidad basado
fundamentalmente en elevar a la categoría de arte el modo peculiar que tiene el cubano de
componer su expresión oral. Pero, por la misma causa, sus historias no han corrido la
misma suerte en el cine o la televisión, ni aun siquiera adaptadas a través de la estructura
de progresión acumulativa y llevadas al género pieza que le es natural. Como su técnica
frecuentemente no se basa en la acción dramática, sino en su poética sintaxis y agudeza
sociopsicológica, al tratar de llevar sus historias a una estructura aristotélica, desaparece el
valor de su palabra y con ello el Onelio que admiramos.
Algo muy distinto sucede con otros narradores, como es el caso del Ernesto Sábato de El
túnel, cuya noveleta basa su técnica fundamentalmente en la acción dramática con muy
pocos momentos de lo que para un guionista o libretista serían vacíos descriptivos.
De lo anterior hay que desprender la certeza de que hay cuentos o novelas, o narradores,
cuyas obras son más televisivas o cinematográficas que otros, fundamentado este
acercamiento en la presencia o no de acciones dramáticas en sus historias.
Ese es el modo de situarse ante una obra a la que queremos adaptar: decidir sobre la
premisa y hallar los sucesos que van a darle cumplimiento a las seis partes de la estructura
si es clásica, o las situaciones más tensas de la misma si lo que tenemos en la mano es
más atmósfera que una lucha de bandos. Todos los sucesos que nos tengan esa función
específica deben omitirse. Es por eso que son pocas las veces que una adaptación
cinematográfica o televisiva satisface a un lector, casi siempre se resiente por simplificación.
Tenemos en mente el caso de En nombre de la rosa de Umberto Eco, una joya de
reconstrucción medioévica convertida en un simple policíaco de buena factura.
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Para el logro de un buen guión no basta con estructurar bien y sobre esa estructura
o emanante de ella desarrollar una anécdota. Una anécdota la cuenta cualquiera y
aprender y estructural es fácil. Pero en la selección de los temas, de las soluciones,
de las atmósferas, de los lugares, de las psicologías de los personajes, del texto, del
ritmo, en las sugerencias para las concepciones fotográficas y musicales o de
movimientos escénicos, se juega el guionista la vida como creador; ahí va a estar su
sello, su estilo, su personalidad creadora.
De modo que es muy importante no tomar una decisión a la ligera y, si aún no lo hemos
alcanzado, lograr el conocimiento cada vez mayor de esas disciplinas que sirven de
auxiliares a la profesión, ampliar nuestros conocimientos de psicología, de arquitectura, de
música, de fotografía, de pintura, de lingüística, de la historia del traje, de las distintas
escuelas estéticas, etcétera. La cultura es el poder de asociación, la capacidad de relacionar
los elementos; de manera que una mayor cultura nos proporcionará un mejor y más amplio
sentido de la selección.
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Pero al principio de este Libro aparece un ejemplo en una sola escena, lo que lo hará más
captable, la de Julio y Gloria, anteriormente desarrollada tan solo para evidenciar la acción
dramática con o sin texto. Veamos como con ese mismo material, esa misma situación,
puede lograrse una mejor factura o acabado:
Poco a poco bajamos por los árboles hasta la casa donde, en la ventana del comedor de la
misma, aparece la silueta de julio mirando hacia el exterior y bebiendo de una pequeña
jarra. Nos acercamos lentamente a la ventana. El hombre tiene la mirada perdida en el
exterior, bebe como un autómata.
Desde el comedor, a través de la puerta que da al pasillo. De la habitación final sale su luz.
Recién levantada, en piyama, sale gloria y se nos acerca hasta la puerta donde se detiene
un instante y mira hacia la ventana.
Gloria mirando hacia la ventana. se alisa el pelo y sale de cuadro en dirección a la ventana.
Julio mirando hacia el exterior con la jarrita en la mano. Entra gloria y mira también hacia el
exterior. El hombre no se inmuta por la aparición de la mujer.
GLORIA
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Julio se sirve de una jarra en la misma jarrita y entra gloria y se sienta a su lado. Mira lo que
hay sobre la mesa y toma una rebanada de pan y aplica mantequilla.
GLORIA
Julio no reacciona, vuelve a colocar la jarra en la mesa y bebe con la mirada perdida. Gloria
no lo mira.
Me deprimió.
Gloria lo mira fijo. Julio siente la mirada de su mujer y termina mirándola. La juzga con la
mirada, piensa en como lo frustra la actitud de su mujer.
JULIO
En el acto.
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Gloria alarga el brazo y trata de que su marido la mire volviéndole el rostro hacia ella.
GLORIA
Débil.
JULIO
¡Apártate, quieta!
GLORIA
¡Julio!...
Julio se repone inmediatamente y va hacia la ventana. se detiene en ella y mira muy molesto
hacia el exterior.
JULIO (OFF)
Gloria se repone, acaba de idear por donde entrarle, y se sirve leche en una taza.
GLORIA
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JULIO
Irónico.
GLORIA
Casi ingenua.
¡Oye, no lo dudes!...
El cielo. A través de todo el parlamento de gloria, las nubes van desapareciendo como
empujadas por el sol.
GLORIA (OFF)
Ayer, cuando vine para la cocina con Sonia, no quería que me hablara, estaba
escuchándolos a ustedes discutir. ¡Lo dejaste sin argumento!
Julio a través de la ventana. Su rostro comienza a reflejar el recuerdo del triunfo de ayer
sobre el amigo.
GLORIA
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Comedor. Ambos. Gloria desayuna y julio de espalda y ante la ventana. Poco a poco julio va
reaccionando y se vuelve y la mira aun serio.
JULIO
Ambos.
GLORIA
Casi todo.
JULIO
GLORIA
Julio la hace esperar. la mira y se da cuenta de que ha sido manipulado, pero cede.
JULIO
Eres tremenda...
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GLORIA
Coqueta.
¿Tú crees?
Pero él la besa.
Ambos en la mesa besándose y al fondo los primeros rayos del sol penetrando por la
ventana. A trasluz se separan y se miran ambos.
JULIO
ella lo mira mucho y luego asiente. se levantan y salen de cuadro. nosotros nos acercamos
a la ventana donde el sol cada vez mas lo domina todo.
Desde luego que no es la gran escena, pero indudablemente tiene, además de una mini-
acción completa, un mayor vuelo, sencillamente por el uso que se le da ahora a los recursos
expresivos a disposición. La ventana puede sugerirnos el encierro de Julio en su problema,
el paso de la noche al día apoya el traslado del problema a su solución. Es decir, ahora hay
una riqueza que la primera versión de la escena no tuvo, una polisemia, un multisentido
para otras posibles lecturas. Mínimo todo, con los escasos recursos que rodean a la
situación (la ventana, la noche, el día), pero incuestionablemente la escena tiene ahora una
mejor factura o acabado.
RESUMEN
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1) Progreso
2) Estancamiento
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Entran los pies de Rodolfo viejo al lugar donde hay un pájaro muerto en la playa y dice: “Ya
te liberaste”, y con la misma, entierra el ave con la propia arena sobre la que descansa.
Stewart, para reconocer, a la mujer que ha ido a buscar a la playa y que ya el espectador
tiene identificada, mira la foto de Ada en una especie de guardapelo; aún en cuadro el
hombre mueve la mano y elimina la imagen de su futura esposa. Adelanto.
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Ada aparece de espaldas: los brazos atrás; una mano sujeta al otro brazo, pero de ella no
vemos todos los dedos. Adelanto, pues eso mismo es lo que Stewart le va a hacer,
cercenarle un dedo.
La función teatral de “la colonia” representa a un marido que le corta la mano a su supuesta
mujer adúltera. Adelanto. Sólo que, como ya quedó estudiado, este adelanto no está en
trama.
Es decir, los adelantos son, en la mayoría de los casos, ornamentos que se integran al
contenido presagiándonos, insinuándonos futuras soluciones, o dándonos el tono de la
historia que se nos va a contar. Son, más que otra cosa, aportes a la factura o una lectura
colateral, añadida a la principal, un juego formal y de contenido con el espectador.
Si los adelantos son recursos expresivos de gran utilidad, en cambio, las sorpresas son muy
peligrosas por el riesgo de defraudación que pueden producir.
El arte, más que sorprender, debe maravillar. No es sorpresa lo que se produce cuando la
solución que se le da es la menos esperada dentro de la gama de sus posibilidades, con eso
se maravilla, porque la inteligencia del espectador coincidirá con nosotros en que es factible
lo que hemos hecho, pero él realmente no lo esperaba. Esto es trabajar con los lugares
menos comunes a todos los niveles. Maravillar con la solución de la acción-base, pero
también con la de una escena o con la de una toma. Alguien decía que un libro de cuentos
se gana cuento a cuento; pues hagámonos eco del consejo y ganemos la batalla sin buscar
sorpresas, sino maravillando bocadillo a bocadillo y en cada una de nuestras acotaciones.
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“Sí, pero es muy lenta”, suele ser la crítica negativa a una obra de teatro o un filme
contemporáneo que no se ajuste al tempo staccato de los últimos thrillers, sin tenerse en
cuenta que el ritmo vertiginoso no es una categoría estética de por sí, sino que éste está en
dependencia del género en el que está plasmada la obra. ¿Cómo esperar de una tragedia o
de una pieza un ritmo acelerado cuando son géneros minuciosos en los detalles y
significativos en sus atmósferas, cuando más que en las peripecias argumentales pone
énfasis en la trascendencia del tema o en las complejidades psicológicas? La excelencia se
logra en este sentido cuando el ritmo está ajustado al género del que se trate.
Sin embargo, el asunto es sumamente importante para un guionista o libretista, toda vez que
el ritmo, en calidad de elemento formal, es capaz de provocar los afectos o las emociones
que él representa. De modo que es un estímulo que, adicionalmente al conflicto o emanante
de él, tenemos para que el espectador se nos sume al propósito, que es como decir, a
nuestra premisa. El ritmo hace ceder a la voluntad, provoca ponerse a la par de la situación,
estimula no sólo la incorporación física sino también la emocional.
Con semejante arma en nuestras manos debemos tener sumo cuidado, meditar mucho
antes de imponerle caprichosamente una modernidad que nada tiene que ver con la
naturaleza de algunos géneros.
Dentro del propio guión o libreto tampoco es aconsejable la monotonía de un solo ritmo, a
no ser que ex profeso busquemos provocar un estado de ánimo de rechazo en el
espectador; de lo contrario el ritmo de un guión debe alternarse, dejando como tónica, desde
luego, el apropiado al género en el que se trabaja. Sucede lo mismo que con el tono: un
tono trágico todo el tiempo satura al espectador, debe proporcionársele en algún momento
un descanso, el hecho o la frase simpática de algún personaje que le facilite un respiro. En
fin de cuentas, la línea que separa lo cómico de lo trágico, como decía Chaplin, es muy
corta.
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199
En ocasiones la cuestión se sale del ámbito de influencia del escritor y cae en la esfera del
trabajo de dirección: un guión o libreto puede ser víctima del inapropiado ritmo en el que los
actores la realizan. El espectador no sabrá lo que sucede, pero su malestar será inevitable.
El ritmo también tiene que ver con el movimiento escénico, con la gestualidad, con el
montaje. Un monólogo cuya imagen pueda variarse, no produce el mismo efecto que el
primer plano todo el tiempo del monologuista.
El ritmo es, en suma, la forma del tiempo; un tiempo que actúa en los sentidos del
espectador para integrarlo o para que nos rechace, y esto se producirá en la medida en que
usemos o no el ritmo apropiado al género de la historia que contamos.
Todo lo anterior hay que tenerlo muy en cuenta pues existe una técnica para evidenciar la
efectividad del guión o libreto, y que trabaja con el siguiente principio:
Con esta técnica trabajan los dramaturguitas o asesores dramáticos o como quiera
llamárseles a los especialistas que tienen a su cargo el impedir que llegue al espectador un
trabajo imperfecto. Es una tarea extraordinariamente engorrosa, pero aunque no la usen, el
199
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solo hecho de que un guionista o libretista la conozca, hará que no caiga en los errores que
ella misma, posteriormente, va a poner de manifiesto.
Por ejemplo:
Nuestra escena comienza hablando de una silla, luego va a hablar de una mesa y más tarde
vuelve a hablar de la silla. Serían tres unidades temáticas. La síntesis de todo lo hablado en
la primera unidad arrojó el siguiente enunciado: “La silla es blanca”. La síntesis de la
segunda unidad temática nos dice: “La mesa es rectangular”. Hasta ahí va bien el proceso
porque se están produciendo nuevas informaciones; pero sucede que la tercera unidad
temática vuelve a dar el mismo título que la primera, o sea, “La silla es blanca”.
Indudablemente, que la primera o la tercera, una de las dos, va a sobrar, pues no ha hecho
otra cosa que dar la misma información.
A esto se suma una comprobación mucho más efectiva, determinante: la suma de todos los
títulos de las unidades temáticas del guión, puesto que es una síntesis de su contenido, nos
va a dar la sinopsis del guión.
Repetimos que es un trabajo muy engorroso y no tiene un guionista que llevarlo a cabo;
pero el simple hecho de conocer el mecanismo hará que se tome sumo cuidado con las
reiteraciones. Desde luego, finalmente, la decisión tendrá que ser artística, pues en
oportunidades sentimos, intuimos que esa reiteración es necesaria. En esos casos
dejémosla, pero ya el “error” no será por ignorancia, sino porque nos lo dicta la intuición que
nos ha hecho creadores.
200
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Lo que sucede es que el equipo de creación de un filme está integrado por el director, el
guionista, el jefe de fotografía y, en el mejor de los casos, también por el director de arte, en
cuyas reuniones de trabajo se va a usar dicho lenguaje técnico; por lo que, en este sentido,
es de mucha utilidad para el guionista saber de qué forma se proponen fotografiar su guión.
PGE: Es una visión muy amplia en la que las figuras, vehículos, casa etcétera, Aparecen
muy alejadas, identificándose con el paisaje, lo que permite ubicar una situación, un lugar,
un ambiente. Por la dimensión que necesita el cuadro de este tipo su uso es más bien
limitado.
PG: La amplitud es más detallada, cercana. Las figuras toman forma y puede apreciarse
detalles de las mismas y el contexto general.
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202
PMA: Las figuras ubicadas dentro del cuadro a partir de la altura de las rodillas, aparecen
con todos los detalles.
PM: Muy parecido al anterior, pero recorta la figura por la cintura; ambos son planos
expresivos que relacionan, además, al personaje con los objetos y los cuerpos que lo
rodean. Es, sin duda, el más utilizado.
PP: La figura es recortada a la altura de los hombros, pudiendo ser dos personajes, incluso.
Por ser más visibles los rasgos faciales, realza y dramatiza, nos acerca a la intimidad del
personaje.
cerradura, etcétera.
Observaciones generales:
Los planos se obtienen mediante movimiento de cámara o cambios de lentes, así como con
el uso del “zoom”: lente especial que puede combinar el movimiento hacia atrás o hacia
delante con el natural cierre o apertura de cuadro, correspondiente a un cambio o varios
cambios de lentes normales.
202
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TRAVELLING: Movimiento que se utiliza para el0 traslado de un “set” a otro o para seguir a
un personaje que se desplaza.
WIPE: Plano violento que termina con la imagen de la misma cámara o con la de otra. Se
denomina también “barrido”.
Dolloy-side derecho con dolly-in, etcétera; así como los que realiza el dolly hacia arriba,
elevándose, o hacia abajo, descendiendo.
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Big-big, close-up o full-shot, contienen parte del rostro de una persona o detalle de un objeto
determinado. Se utiliza para destacar algún elemento importante que no puede pasar
inadvertido, que requiere una valoración de la imagen.
P.G. del cielo. Nubes esporádicas e indicios débiles de la salida del sol.
Tilt-down lento por los árboles hasta la casa donde, en la ventana del comedor de la misma,
aparece la silueta de Julio mirando hacia el exterior y bebiendo de una pequeña jarra. Dolly-
in lento a la ventana. El hombre tiene la mirada perdida en el exterior, bebe como un
autómata.
P.G. del pasillo a través de la puerta del comedor. De la habitación final sale su luz. Recién
levantada, en piyama, sale gloria y se nos acerca hasta la puerta donde se detiene un
instante y mira hacia la ventana.
P.P. de julio de perfil mirando hacia el exterior, bebe de la jarrita y vuelve a mirar en la
misma dirección.
P.P. de Gloria mirando hacia la ventana. Se alisa el pelo y sale de cuadro en dirección a la
ventana.
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205
P.M. de Julio mirando hacia el exterior con la jarrita en la mano. Entra Gloria para un two-
shot y mira también hacia el exterior. El hombre no se inmuta por la aparición de la mujer.
GLORIA:
P.M. de Julio que se sirve de una vasija en la misma jarrita y entra gloria y se sienta a su
lado. Mira lo que hay sobre la mesa y toma una rebanada de pan y le aplica mantequilla.
GLORIA
P.D. de la jarrita sobre la mesa para, cuando Julio la tome, iniciar un tilt-up para un P.P. de
Julio que bebe y luego queda con la mirada perdida.
GLORIA
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Me deprimió.
P.M. de ambos. Julio la juzga con la mirada, piensa en como lo frustra la actitud de su mujer.
Gloria trata de suavizar la situación, intenta sonreírle.
JULIO
En el acto.
P.M. de ambos. Gloria alarga el brazo y trata de que su marido la mire volviéndole el rostro
hacia ella.
GLORIA
Débil.
JULIO
¡Apártate, quieta!
206
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GLORIA (OFF):
¡Julio!...
P.G. del comedor. Julio se repone inmediatamente y viene hacia la ventana para quedar en
un P.P. mira muy molesto hacia el exterior. Gloria lo mira infeliz desde la mesa.
JULIO
P.M. de Gloria que se repone, acaba de idear por donde entrarle, y se sirve leche en una
taza.
GLORIA
JULIO
Irónico.
P.P.P. de Gloria.
GLORIA
Casi ingenua.
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¡Oye, no lo dudes!...
P.P. de Julio que asiente con impotencia y eleva su mirada al cielo a través de la ventana.
P.G. del cielo. a través de todo el parlamento de Gloria, las nubes van desapareciendo como
empujadas por el sol.
GLORIA (OFF)
Ayer, cuando vine para la cocina con Sonia, no quería que me hablara, estaba
escuchándolos a ustedes discutir. ¡Lo dejaste sin argumento!
P.M. de Julio a través de la ventana. Su rostro comienza a reflejar el recuerdo del triunfo de
ayer sobre el amigo.
GLORIA (OFF)
P.G. del comedor. Ambos. Gloria desayuna y Julio de espaldas y ante la ventana. Poco a
poco Julio va reaccionando y se vuelve y la mira aun serio.
JULIO
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GLORIA
Casi todo.
P.M.A. de Julio. Se olvida y anima con el nuevo asunto. Sale de cuadro hacia la mesa
diciéndole:
JULIO
P.M. de la mesa. Gloria asiente y le ofrece los labios. Entra Julio y se queda en pie junto a
su silla, cerca de su mujer.
GLORIA
P.P. de Julio mirándola fuera de cuadro. La hace esperar. La mira y se da cuenta de que ha
sido manipulado, pero cede.
P.D. del brazo de Gloria. Entra la mano de Julio y la levanta para un tilt-up que queda en un
P.P. o Two-shot
JULIO
Eres tremenda...
GLORIA
Coqueta.
¿Tú crees?
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Dolly-back lento y corto que se inicia cuando él la besa para componer con la ventana y los
primeros rayos del sol, es decir, de manera que, cuando ambas cabezas de separen,
queden a trasluz.
se miran.
JULIO
Ella lo mira mucho y luego asiente. Salen de cuadro, para iniciar un dolly-in hacia la ventana
donde el sol cada vez más lo domina todo.
RESUMEN
El estar en trama quiere decir la constante reiteración del asunto, pero en ascenso.
Los materiales seriados requieren de una mayor reiteración.
La reiteración de sucesos o la narración de los mismos, es un grave error en los
unitarios.
La Dramaturgia de desmonte se guía por el siguiente principio: “A nueva información
avanza la trama, a igual información se detiene”.
Unidad temática es el tiempo invertido en tratar un mismo asunto.
El método de análisis de la Dramaturgia de desmonte comienza dividiendo el guión en
unidades temáticas.
Debe analizarse cada unidad temática y redactar un título acorde a la síntesis de dicho
contenido.
Si el título se repite una de las dos unidades temáticas que lo hagan debe desaparecer.
La suma de los títulos debe dar la sinopsis del guión o libreto.
Los adelantos son ornamentos que se integran al contenido presagiando, insinuando
futuras soluciones, o dándonos el tono o el género de la historia que se está
representando.
Los adelantos son aportes a la factura o una lectura colateral, un juego formal y de
contenido con el espectador.
Más que sorprender al espectador debemos maravillarlo.
Un ritmo vertiginoso no es de por sí una categoría estética.
Cada género tiene su propio ritmo.
210
211
Lo primero que salta a la vista son sus diferencias técnicas, sus soportes. La característica
auditiva de la radio la emparienta con la narrativa en el sentido de que también convoca a la
imaginación, en este caso del radioescucha. Esta peculiaridad obliga al escritor a desarrollar
la habilidad de hacerle ver al oyente con naturalidad lo que físicamente sucede en la
historia; en tanto que la televisión, por su condición visual, obvia lo que para aquel es una
necesidad. La radio tiene más libertad de movimiento en cuanto a ubicación escénica
porque ésta no requiere de una inversión; la historia en la radio puede narrarse
simultáneamente en varios países, y su efectividad está más en manos del talento del
escritor. La peculiaridad únicamente auditiva de la radio también obliga al productor a
diferenciar las voces, timbres muy parecidos en un mismo capítulo pueden confundir al
oyente. A no ser los grandes productores contemporáneos, la televisión se ve empobrecida
por el alto costo que acarrea el uso de muchas locaciones, por lo que imponen a los
libretistas un por ciento mayor de interiores y uno menor de exteriores, asimismo los
exteriores en ocasiones se encarecen mucho más por la necesidad del doblaje de voces.
Teniendo en cuenta las anteriores diferencias que imponen los soportes técnicos, desde el
punto de vista dramatúrgico no existe ninguna, todos los dramatizados están unidos por una
característica: historias contadas a través de personajes.
Esto hace que lo que estudiemos de ahora en lo adelante para la telenovela sea igualmente
aplicable en su antecesora, la radio.
Esta técnica trabaja con el efecto psicológico de la catarsis, por lo que resumamos lo ya
estudiado con anterioridad en relación con la dualidad contradictoria del hombre.
La vida es acción, ya lo sabemos, sin la acción no lograríamos avance alguno, sin embargo
el hombre busca el estado de equilibrio, es decir, en este caso el reposo. Pero en reposo no
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Estudios que vienen desarrollándose desde la década del cincuenta del pasado siglo en el
campo de la estética de la recepción han demostrado la utilidad que tiene para los
espectáculos en serie estructurar la historia sobre la base de ofrecer una catarsis cada tres
capítulos. Esto nos lleva a generalizar un método de estructuración que ya ha demostrado
su infalibilidad.
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213
1 120
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Para evitar el cansancio del espectador por la insistencia del protagonista en su lucha por lo
mismo, esa acción-base se subdivide en bloques, siempre divisible por tres. Pero
simplifiquemos, dividamos ésta en cuatro sub-acciones, de modo que se convierta en cuatro
modos distintos de luchar por la misma causa. Veámoslas en el siguiente gráfico:
1 30 60 90 120
Para los espectadores de la telenovela brasileña Mujeres de arena puede ser fácil detectar
la funcionalidad del método si le recordamos un tanto la historia a través de la
ACCIÓN BASE.
213
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Esta acción dramática, que es la básica, la que recorre toda la telenovela, conformándola,
quedó fragmentada en varias sub-acciones. Veamos las dos primeras.
Primera sub-acción de la acción-base (supongamos que del capítulo I al 30, pero podría ser
hasta cualquier múltiplo de tres, siempre buscando una proporción entre las sub-acciones):
De modo que vemos como la acción-base se subdivide en las acciones menores que la
integran y que siempre van a proporcionar no solamente la catarsis final que el espectador
espera y a la que lo estamos convocando, sino que ella misma, al dividirse en acciones
menores, también le ofrece tres catarsis adicionales, las correspondientes a las sub-
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acciones en las que se ha dividido, más la grande del final de la telenovela. Pero no basta, a
esto no se limita esta técnica.
Hemos dicho que el espectador está en disposición de recibir una catarsis cada tres
capítulos. Bueno, pues en una telenovela, como sabe el lector, existe un número
indeterminado de acciones subordinadas y cada una de ellas tiene igual formación que la
acción-base. Podemos y debemos utilizarlas entonces para que hagan catarsis en los
restantes múltiplos de tres. Veámoslo tan sólo en la primera sub-acción
1 3 6 9 12 15 18 21 24 27 30
Como fácil de apreciar en el gráfico a simple vista, existen constantes e irregularidades. Las
constantes expresan que en cada múltiplo de tres se produce una catarsis, sin embargo, las
acciones que dan pie a ellas no siempre nacen ni en el primer capítulo ni en los tres
anteriores, pero bien podría suceder cualquiera de las dos variantes.
Independientemente del arte, que ya sabemos que tiene más que ver con la forma en
sentido general, una telenovela con la planificación de una estructura aristotélica de cambios
programados, garantiza el interés del espectador, pues está siempre sobre la expectativa o
el suspenso y de una manera proporcional, sin vacíos, sin etapas donde no suceda algo
importante.
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con el “gusto del espectador” nos hagan imposiciones, nosotros sabemos que cada tres
capítulos tienen que producirse una catarsis.
Idea:
Sobre un imaginario pueblo de una isla de El Caribe cae una lluvia de billetes.
Mini-sinopsis:
Sobre Santa María del Porvenir caen decenas de millones de pesos que unos corruptos
trasladaban en una avioneta defectuosa. El empobrecido pueblo cree que es un milagro,
pero alguien advierte que ese dinero tiene que tener dueño y que va a venir a buscarlo. Lo
esconden. Efectivamente, al otro día aparecen los delincuentes que lograron salvar la
avioneta, y comienza el solapado conflicto, pues tampoco ellos pueden decir que el dinero
es suyo.
El nuevo status de los moradores del pueblo, y la lucha por conservar la plata, hacen
cambiar hasta el sentido de los amores de los habitantes de la localidad, pero finalmente, los
verdaderos dueños del dinero, unos narcotraficantes, al tratar de impedir que los corruptos
huyan con la plata, la hacen estrella; por lo que todo hace pensar que el dinero se ha
quemado. Resultado: los pobladores de Santa María del Porvenir finalmente se pueden
mojar con la Lluvia de oro.
ACCION-BASE
Bandos en pugna: Los corruptos vs. el pueblo.
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ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN-BASE:
Punto de arranque:
En Santa María del Porvenir se produce un extraño calor, insoportable, hasta las velas de la
iglesia se derriten. Algunos creen que es el mal augurio de que Anthony, el nieto de la
señora más rica del lugar, no ganará el partido internacional de tenis en el que participa.
Algo extraño va a suceder, pues es la misma atmósfera asfixiante del día en que a Efluvio
Noriega, la maestra del pueblo, se le fue el marido, hace más de quince años. Finalmente
desaparece de la iglesia la estatua de la virgen patrona del lugar.
En tanto en la capital tres corruptos, dos hombres y una mujer, suben a una avioneta con
unos bolsos de dinero que unos narcotraficantes les han entregado para “lavar”: uno de ellos
es presidente de un banco provincial.
Exposición:
El mayor problema del pueblo es su falta de recursos para combatir el insoportable calor,
incluso solicitan la intervención del alcalde en el asunto, pero el funcionario está en la playa
con su familia.
Punto de giro:
Con la caída, la fricción del aire provoca que los forros de los bolsos se abran, y el dinero
vuele libremente.
La población de Santa María del Porvenir, tratando de aliviar el raro e insoportable bochorno
de aquel día, y esperando en la plaza la partida internacional de tenis del nieto de la señora
Paula ve caer sobre sí misma una lluvia de billetes. En medio de la sorpresa y de la euforia
el pueblo cree que ha sido un milagro, pero pronto alguien advierte que ese dinero ha de
tener dueño y que el mismo vendrá a recuperarlo. Rápidamente acuerdan esconderlo hasta
ver lo que sucede.
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Desarrollo:
Los corruptos, en vista de que no pueden reclamar directamente un dinero que es mal
habido y que no saben con certeza si ha caído en el lugar, se hacen pasar por inversionistas
que andan buscando un local para edificar un cine, lo que provoca que caigan en
contradicción con el alcalde, quien posee el único y destartalado cine de la localidad. Ya
iban a desistir, cuando un traidor le confiesa que el dinero ha caído en Santa María del
Porvenir.
En una segunda etapa, y como ya ha transcurrido el tiempo necesario para conocer a los
habitantes del pueblo, los corruptos acuerdan trabajar sobre las personas más débiles y
sacarles la información necesaria. La primera es la madre de nuestro protagonista, Ester,
una buena mujer, pero obsesionada con todo lo que proviene de capital. La mujer de los
corruptos, con elogios y promesas, logra sacarle información; pero esta no surte efecto,
pues el dinero está en manos de cientos de personas.
Por otro lado, el pueblo se desespera: ahora cuentan con dinero, pero no pueden ni gastarlo
ni invertirlo en negocio alguno. Comienzan las presiones entre ellos mismos, y hasta los que
no lograron ninguna plata chantajean a los restantes con informar a la prensa de lo que
sucedió en la localidad si no comparten con ellos algo de la Lluvia de oro.
Incluso el gran demagogo del alcalde, como tampoco obtuvo nada del dinero por hallarse en
la playa, y tiene la ambición política de que su partido lo postule para gobernador, en un
primer momento no sabe en qué posición ponerse, si al lado del pueblo o de quien venga a
reclamar la plata. Lógicamente, pasado un tiempo, los corruptos descubren que el alcalde
tiene en secreto ciertas relaciones con la maestra del pueblo y le insinúan un chantaje;
logran un pacto con él, y éste acepta la oferta que le hacen y repara y esconde la avioneta
de los primeros en un lugar secreto.
Los líderes de la cruzada por la preservación del dinero tienen que luchar incluso contra el
éxodo, pues muchos, al ver que no van a poder disfrutar del dinero, tratan de irse de Santa
María del Porvenir.
Así, en etapas o cambios programados, que van a darle crecimiento al conflicto, vamos
hasta él
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Pre-clímax:
El jefe de la policía descubre que el alcalde ha estado viviendo con su mujer y, en venganza,
hace contacto con los narcotraficantes y les confiesa que su dinero está en la localidad.
Clímax:
Los corruptos, después de maltratar a María, intentan escapar en la avioneta, nuestro
protagonista y la hija del alcalde los persiguen, pero, ya cuando van a levantar vuelo, se
aparece el auto de los narcotraficantes y provoca que la avioneta se estrelle y queme. .
Desenlace:
Los habitantes de la localidad pueden quedarse con el dinero, porque cuando se produce la
investigación, en la avioneta aparece todo calcinado, incluso billetes chamuscados que
habían quedado en un maletín, lo que hace suponer que el resto del dinero fue pasto de las
llamas. La virgen vuelve a su altar en la iglesia y, un tiempo después, Santa María del
Porvenir es realmente un pueblo próspero y feliz.
Veamos entonces cómo queda subdividida esta acción-base en etapas de a doce (12);
planificada la historia para ciento veinte (120) capítulos.
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de aliado.
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Intento: El alcalde, con la amenaza de hacer público el caso del dinero caído
en Santa María del Porvenir, les da un plazo al pueblo para la
devolución del mismo.
C. de equilibrio: El pueblo se entera por la criada de la casa del alcalde, Tomasa, que
este comentó que, de saberse lo del dinero, nadie saldría
beneficiado, es decir, que la amenaza es falsa.
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Intento: El siempre fiel jefe de la policía descubre que el alcalde se acostó con
su mujer y sabe, por sus vías, que el dinero es de un cartel de
narcotraficantes.
Intento: Los corruptos, ocultos ahora en la finca embrujada del difunto alcalde,
tratan de pactar con el pueblo.
Oposición: El pueblo sabe que si aquellos hablan pierden el dinero, pero luchan
por hallar a los corruptos. Los corruptos, descubiertos ahora en la finca
del alcalde, maltratan a María y tratan de huir en la avioneta, pero
Alejandro y Milagros, la segunda hija del alcalde, los persiguen hasta
que creen que se les van a escapar
Estos cambios programados, los de la acción-base, son los únicos fijos, el resto de las
acciones subordinadas están para darle cumplimiento a la regla del tres, es decir, para que
con cualquiera de ellas se produzca una catarsis en cada uno de los restantes múltiplos de
tres. Veamos con las acciones subordinadas que contamos a ese fin.
ACCION SUBORDINDA I
Bandos en pugna: Alejandro vs. Adrián.
Detonante: El dinero.
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ACCION SUBORDINADA II
Bandos en pugna: Alejandro vs. Rosalía.
ACCION SUBORDINADA IV
Bandos en pugna: El alcalde vs. Elisa.
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ACCION SUBORDINADA V
Bandos en pugna: El alcalde vs. el doctor Medina.
Detonante: El secreto.
ACCION SUBORDINADA VI
Bandos en pugna: El alcalde vs. Milagros.
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Intento: María, la concejal del pueblo, sacó más votos que el alcalde en
las últimas elecciones y éste lucha porque su partido no la elija
a ella para llevarla como gobernadora en la próxima campaña
electoral.
ACCION SUBORDINADA IX
Bandos en pugna: Alcalde vs. Efluvio.
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ACCION SUBORDINADA X
Bandos en pugna: Efluvio vs. la sociedad.
Detonante: El abandono.
ausente.
ACCION SUBORDINADA XI
Bandos en pugna: Félix vs. su familia.
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C. de equilibrio: Ester comprende que se puede ser feliz en cualquier parte del
país.
Detonante: La ambición.
denunciarlos.
Oposición: Berenice , aunque sabía que Tomás había dejado una mujer en
Andalucía, vive enamorada de él y trata de que no se le vaya.
ACCION SUBORDINADA XV
Bandos en pugna: El padre Julián vs. la señora Paula..
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Oposición: Tin quiere demostrarle que no tiene nada que ver con la
desaparición de la virgen.
Alejandro.
C. de equilibrio: Rogelio cae preso por ocultar y proteger las desviaciones del
alcalde, pero principalmente por haber asesinado al hombre por
cuya muerte Félix cumplió condena. Antes, da con los
narcotraficantes y les informa que el dinero está en Santa
María del Porvenir.
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RESUMEN
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Bailando en la oscuridad, del danés Lars von Trier, ha logrado confundir al área de la
crítica impresionista: “melodrama musical”, “filme anti-musical”, “artificiocidad”,
“cinismo fílmico”, “manipulador de sentimientos”, “creación de una nueva
dramaturgia”, son algunas de las opiniones vertidas con las que no sólo se evidencia
el desconcierto, sino la falta de un método, la imposibilidad del intrusismo de un
análisis objetivo cuando está en presencia de una obra mayor.
Comencemos por el tan maltratado tema del género. Ciertamente, hasta donde
alcanza nuestro conocimiento de la historia del cine, los musicales han encuadrado
en el género melodrama; lo que ha permitido una preponderancia de lo musical
(canciones, coreografías, música en general) conducido siempre por endebles
narraciones. Ningún otro género más dúctil a tal objetivo, con sus soluciones
casuales, su apelación a los sentimientos primarios del ser humano, y sus finales
felices.
Nos encontramos entonces con el primer aporte del guionista y director von Tiers: un
musical en el género madre, un musical en el género cuya trascendencia emana de
la inmolación, de la vehemencia, de la obsesión, de la profunda transformación
psicológica, y, principalmente, de la muerte como hecho y como idea gobernante del
comportamiento humano: la tragedia.
Inversión total de factores que permite el uso de los elementos como recursos
dramatúrgicos: si en el melodrama musical el atractivo primario es la música, en la
realista y dramática historia del danés, los momentos musicales actúan a modo de
rompimientos brechtianos como para evitar la sensiblería haciéndonos recordar que,
en fin de cuentas, también con el suyo estamos en presencia de un espectáculo.
¿De dónde sacamos esta aseveración? No de pensar que se propuso crear el anti-
musical, sino de que al considerar el creador que históricamente los musicales no
han sido más que un escape inútil a la vez que una convención de reglas
tranquilizadoras, destinadas a dejar felices a quines se dejen seducir por ella, ha
captado, sin embargo, la utilidad que pueden tener esas periódicas evasiones como
recursos estéticos para balancear la alta tragicidad en momentos de su historia.
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231
La acción principal -toda vez que es la que lleva la historia al clímax-, se manifiesta a
través de la lucha de Selma por reunir el dinero que necesita para operar al hijo,
quien padece o va a sufrir de la misma propensión a la ceguera que ella; la
oposición, la propia ceguera que cada vez más obstaculiza su trabajo; pero
finalmente sabemos -así se nos informa-, que el hijo fue operado. La segunda
acción –subordinada como únicamente debe ser- se expresa y funciona a través del
casero de Selma (quien también es un policía) que necesita dinero para mantener el
nivel de vida al que ha acostumbrado a su mujer, este señor se entera de que su
inquilina está ahorrando y comienza a luchar por hacerse de esa plata. La oposición
se manifiesta en el hecho de que la protagonista tiene escondido su botín.
Finalmente, el policía descubre el escondite y le roba el dinero. La tercera acción
nos muestra a Selma, ya casi ciega, en el empeño de recuperar su dinero, y al
policía negándose a satisfacerla sin que lo prive de la vida. En el forcejeo se escapa
del arma del hombre el disparo que lo hiere. No obstante, como no suelta el dinero,
Selma lo remata y se hace de lo que es suyo. En la cuarta acción hallamos a Jeff
luchando por el amor de Selma, a lo que se opone que la susodicha es más madre
que mujer. Intento del hombre que definitivamente queda frustrado con el desenlace
de la historia. La siguiente acción, la número cuatro, se la puede describir con el
intento de nuestra protagonista por bailar en el musical que ensaya; la oposición la
constituye la misma ceguera que cada vez padece de forma más absoluta, hasta
que definitivamente la mujer renuncia a bailar y a cantar en el espectáculo. Y como
acción final, encontramos al enamorado de Selma, a su amiga y a los abogados
luchando por salvarla de la horca; pero las evidencias, los equívocos políticos y la
opción única de Selma: utilizar el dinero sólo en la operación del hijo, son la
oposición. Finalmente la sentencian y es ejecutada.
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respeta dichas exigencias; pero me temo que una libertad semejante no añada
méritos a quien los obtiene con mayor rigor o autoexigencia.
Por todo lo expuesto, ¿es de extrañar que Bailando en la oscuridad haya sido
recibida con cierta frialdad por los círculos hollywoodenses comerciales? No porque
la analizada conspire contra los modelos de pensamiento occidental, no lo hace al
utilizar una estructura determinista como la inmensa mayoría de nuestras obras y
privilegia y simplifica el cine comercial, sino porque le está enseñando que se puede
ser taquillero sin echarle mano a las estéticas infantiles a las que ellos son
propensos, sin dejarse dominar por lo que esos círculos dan y han obligado al
público más sencillo a pedir, que traducido a cualquier idioma quiere decir, sin hacer
concesiones.
Una de las características del arte es la de maravillar, condición que, desde luego,
no tiene obligatoriamente que ver con el suspenso o la sorpresa abundantes en
muchos malos “thrillers”.
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Los otros, filme del joven chileno-español Alejandro Amenábar logra maravillar no
porque haga saltar en la butaca de la sala cinematográfica y el ritmo cardíaco se le
acelerare al máximo a los que, por falta de entrenamiento, no han podido establecer
una prudente y gozosa distancia proxémica entre ellos y el espectáculo; porque
sobresaltar con el suspenso también se consigue con oficio. Maravilla la película en
cuestión, primero que todo, por la concepción de su trabajo; por el juego en el que
nos introduce; por las posibilidades polisémicas que va regando a su paso y que
proporcionan múltiples lecturas, desde la más simple hasta la que puede interpretar
que subyace debajo de la anécdota el señalamiento crítico, el desenmascaramiento
de la causa, el origen del daño que le ocasiona al individuo algunos de los
mecanismos de socialización del grupo..., para no decir de sometimiento.
No podemos juzgar a Los otros con arreglo a nuestra razón, sino entramos primero
al mundo de los creyentes del más allá y la existencia de los espítitus. De modo que
estamos en presencia de una verdad poética que pretende desnudar un aspecto de
nuestra existencia.
Por si alguien tuviera dudas, nos demuestra Amenábar que la ambigüedad es una
categoría artística, un recurso, porque los hechos son y no son como nos lo cuentan
los personajes del filme. Ni la obsesiva, y por tanto trágica, señora Grace es lo que
dice, o por mejor decir, tampoco sabe ella todo lo que es... ni los apacibles
empleados que acaba de contratar son tan desinteresados. Pronto se nos complica
la historia cuando sabemos, al menos, que han traído a la sombría casa un
mandato, una misión. De aquí la intriga, de aquí el suspenso o la expectativa que
despierta el relato en los espectadores, y que no nos defraudará con mezquinos o
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Pero a ésta añádase otra acción entre los dos personajes cuya intención la lleva la
hija y que da al traste con la compulsión dogmática de la madre en trágica solución,
es decir, la vida no es como se la han hecho concebir. Muerte psicológica en el
mundo de realidades formadas por las creencias de los personajes que nos cuentan
la historia. Aclaración imprescindible y reiterativa para poder entender que la
condición de veracidad que se le exige a los géneros realistas, que nos lleva a
comparar las soluciones del arte dramático con la vida, no tiene en cuenta la
fantasía, la echa a un lado, la considera una cuestión de estilo o de metáforas para
una suprarealidad, y juzga sólo los hechos intrínsecos de la historia que se nos
narra. Es decir, una lógica interna de la existencia en la obra, un mundo propio que
emana en este caso de las creencias de los personajes del filme Los otros, y no de
la vida misma.
De modo que, repito, el género de Los otros debe juzgarse por los anteriores
requisitos y no por su mundo fantástico, lo que arroja como resultado en este caso
una tragedia clásica por su acción principal y un tono de tragicomedia (léase thriller”)
por una de sus acciones subordinadas acompañantes en la mezcla de géneros que
pueden ser las historias contadas a través de personajes o tipos desde el teatro de
la época isabelina hasta nuestros días.
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Con esta estructura y con una certera mezcla de géneros, cuyo tono, claro está, lo
impuso la tragedia por ser la acción básica, logró Amenábar la letra muerta, pero
cargada de potencialidad de un guión que luego recrearía, primero que todo, con la
acertada selección de su equipo (muchos olvidan lo que hay de creativo en la
escogencia de cualquiera de los elementos de una obra por simples que sean);
luego -téngase en cuenta lo variado de la procedencia en cuanto a los actores-,
imponiendo la necesaria uniformidad de estilo histriónico, o al lograr que los
debutantes niños estuvieran a la altura profesional de su sólido elenco; asimismo el
trabajo de arte que, aunque contó con muy buenos especialistas, al parecer recayó
esencialmente sobre el buen gusto del director. Todo resalta sin salirse de la mano
firme de Amenábar: su música, su iluminación, su maquillaje, su vestuario, su
ambientación; sin dejar de destacar la serenidad hasta en el vértigo fotográfico de
Javier Aguirresarobe, al que mucho le debe la unidad y excelente factura del filme.
Nuestro único reparo, por baladí que pueda sonar después de la perfección
reseñada en este intento de análisis, es que el título del filme en lugar de tratar de
ponerse sugerentemente del lado del “thriller”, debió de haber estado a la altura de
su poética.
La intención de que el cine sea algo más que peripecias deterministas y pueda
resultar un canal de indagaciones humanas, llevó a que el rigor de verdaderos
artistas de anteriores décadas los inclinara a la selección del género mencionado y a
una estructura menos efectista, una forma más apegada al fluir de la vida.
Contribuyó también a esta preferencia el idóneo soporte técnico que es el cine con
sus posibilidades realistas de narración y su expresividad plástica. De modo que la
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anécdota venía a ser casi un pretexto para ellos, una guía para la exploración,
donde cada factor -desde el vestuario hasta la banda sonora-, tenía igual categoría.
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El cine como enjuiciador de la función social del cine. No hay tiempo que perder, ahí
está el tema, en el poster o afiche del filme La Rosa Púrpura de El Cairo y el rostro
de la adicta cinéfila Cecilia que lo observa embelesada. Completa su
caracterización, en lo esencial, un instrumento o pedazo de hierro que sobresalta a
la infeliz mujer al caérsele a un trabajador de la sala cinematográfica desde la
marquesina: la casualidad como coqueteo o subversión, toda vez que la acción base
que se inicia en este instante no está tratada en melodrama, como veremos al final;
es decir, un recurso prestado para el inicio de la caracterización que junto a la
música nos dan definitivamente el tono. Luego el hombre, Allen (¿homenaje o
remedo de la costumbre de Hitchcock de aparecer en fugaces intervenciones dentro
de sus filmes?), se interesa por su estado y le informa que esta película es más
romántica que la otra. Todo sin dispersión, con la economía de lo genuinamente en
trama como exigiría el mismísimo Aristóteles.
Comienza la película (La Rosa Púrpura de El Cairo) y nos nuestra a sus personajes
y el tono superficial del tema; pero nuestra protagonista la disfruta con suma
concentración. Este primer fragmento del filme tiene como objetivo presentarnos a
Tom Baxter, un explorador que busca la tumba de la esposa de un faraón sobre la
que crecen rosas púrpuras como las que el mismo monarca le pintaba a su mujer en
vida. Pero los turistas que se han encontrado a Tom Baxter lo invitan a regresar con
ellos a Nueva York donde, al decir de ellos, las chicas se maravillarán al conocer a
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Esta liga, esta primera mezcla de géneros, unos realistas y otros que no lo son, en
lugar de minimizar la connotación desgarrante de un final como el señalado (muerte
psicológica de Cecilia), lo hace asimilable dentro del espectáculo y diríamos que los
componentes agridulces que la integran hacen que su penetración sea mucho más
aguda.
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diseñados en dobles acciones, una por el retorno o no a la historia del filme, y otra
en la lucha respectiva por el amor o la posesión de Cecilia.
¿Cabe alguna duda del basamento clásico de una estructura por la proliferación de
acciones extraordinariamente bien enlazadas y dependientes o de la utilización de la
tragedia como género acompañante, después del fracaso de Cecilia o su muerte
psicológica? Entonces, ¿dónde está lo distinto en Woody Allen como para
considerar que su filmografía se constituye en un nuevo cine de autor?
Woody Allen nos maravilla con su sello, con su estilo personalísimo, con su visión
peculiar y aguda de los temas que aborda, con todo lo que hace por divertirnos de
una forma nada simplista, con sus burlas a los propios cánones que usa y a los
estereotipos de una sociedad que tiende a la estandarización. ¿No se siente en
cada una de sus películas la voz y los modos de un real artista?
Entonces, que las limitaciones de un medio tan costoso como el cine hayan
hecho revalorizar los recursos expresivos, no quiere decir que este no sea la
continuidad de aquel riguroso empeño de décadas anteriores o el surgimiento de un
nuevo y desprejuiciado cine de autor.
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Con parecida postura ante el asunto, y una inocultable simpatía sin paternalismos
por la clase obrera, es abordado el filme británico Billy Elliot por su guionista, Lee
Hall, y su director, Stephen Daldry.
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danza. La intolerancia del primero es minada, vencida por el buen dibujo psicológico
del niño; su tozudez lo lleva a retar al padre bailando para él todo lo que ha
aprendido y es capaz, donde, si antes no hubiesen estado justificados los recursos
de la música y la danza, con su emotivo ballón, quedan definitiva y dramáticamente
en trama. Dicha escena, conjuntamente con la que luego en parecida circunstancia
se produce con el hermano, logra la transformación psicológica del hasta ese
momento intolerante padre; para que nadie tenga duda de que estamos
técnicamente en presencia de una edificante comedia.
Luego, cuando ya Billy es todo un bailarín de veinticinco años (Adam Cooper), tiene
lugar el desenlace del filme en el emocionante estreno del Lago de los cisnes
protagonizado por él, al que acuden los orgullosos padre y hermano para constatar
que nada tienen que ver las preferencias sexuales con el arte o con profesión
alguna, porque, mientras su familiar baila con magistral y viril desenvolvimiento, al
lado de ambos descubren al fiel amigo de la infancia de aquel acompañado por su
indiscutible pareja homosexual.
Como con anterioridad abordamos en este Libro la historia del melodrama (1) y el
momento de la aberración que quiso –y aún quiere- hacerlo subir hasta las
posibilidades de la tragedia sin contar con las soluciones adecuadas o pertinentes,
vamos a ocuparnos ahora, sin repetirnos en lo posible, de un filme donde se supo
estructurar un relato moderno y moverse dentro de los parámetros propios del
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divertimento que cabe al primer género mencionado, Señales de amor, con guión de
Marc Klein y la dirección de Peter Chelsom.
Para que fuera comedia tendría que existir un vicio o una compulsión en el
protagonista o en la primera figura, algo que los arrastrara y que finalmente, como
producto de la cadena de sucesos de la historia, propiciara su evolución, toda vez
que la ligeraza de la comedia tiene como finalidad lo edificante, pero con soluciones
realistas, puesto que el género integra el grupo de los tres que lo son.
Si a través del método analizamos la acción base del filme que nos ocupa, veremos
como trabaja con una solución suprema improbable. Es decir, propia del melodrama
o de los otros dos géneros que no son realistas, la farsa y la tragicomedia. Pero
decididamente es lo primero porque se sustenta más en los fortuito que en la
aventura, no altera los estereotipos ni el lenguaje ni el tono ni llega al absurdo.
Veamos su desarrollo.
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presencia de esta casualidad que nos lleva al clímax, ¿existe la menor duda de que
estamos en presencia de un melodrama?
Sin embargo, hay que agradecer que en lugar de la pretensión que producto del
aspecto aberrante que el género ha padecido desde mediados del siglo XIX, emular
con la altura emotiva de la tragedia -y que vemos a diario en las malas telenovelas-,
Señales de amor se restringe al divertimento como única posibilidad funcional del
género a través del cual se expresa.
Para ello también se apoya en una muy buena factura, principalmente si se sabe de
la utilización de la nieve artificial, puesto que las escenas invernales del filme se
rodaron en agosto; actuaciones todo el tiempo en apropiada levedad, ingredientes
juveniles procedentes no tan sólo de la edad de la mayoría de los personajes, sino
también del colage de números musicales; aunque también da pie a la añoranza con
el Louis Armstrong de Cool Yule; una fotografía de John de Borman por momentos
cercana al documental, principalmente en las escenas de calle, lo que la hace muy
apropiada al ritmo de la búsqueda incesante...; y por último, el eficaz trabajo de
edición de quien en American Beauty ya nos había mostrado su talento, Christopher
Greenbury.
23.6 LA PIANISTA
Escuchar decir que el cine norteamericano es una fórmula para niño nos produce un
sentimiento contradictorio, por un lado nos maravilla lo feliz de una
conceptualización que pudiera haberse estado gestando en nuestro cerebro, es
decir, que motiva la envidia por no habernos adelantado, y en segundo lugar porque
sabemos que no hubiésemos sido capaces de terminar de concebirla, o al menos de
expresarla, ya que, como toda generalización, no es completamente justa.
Introduce en una gran bolsa al cine experimental e incluso a ciertas producciones
independientes o del propio cine comercial que tratan de superar, o que superan, las
concesiones o el determinismo de “lo que le gusta al público”.
Pero la tendencia al cine lindo con finales felices que el cine norteño ha impuesto
con su hegemonía concibe al séptimo arte únicamente como un producto de fácil
asimilación; en él no tienen cabida la ambigüedad como categoría estética, el
subtexto, o la sugerencia de cualquier simbología. En pocas palabras, ha hecho de
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Con un tempo de pieza y una estructura clásica nada ortodoxa, logra esta cinta sus
virtudes, apoyada más en el aspecto psicológico de su tema, el histrionismo de sus
actores, la funcionalidad de su serena cámara, una deleitosa banda sonora y una
puesta en pantalla poco convencional, que en el academicismo de una cerrada
dramaturgia que pudiera considerar como defectos la acción subordinada del
alumno que la descubre en la tienda pornográfica o la escena donde en el autocine
rascabuchea, fisgonea a la pareja que hace el amor dentro del automóvil, cuyos
efectos no conducen a otro resultado técnico que a la caracterización.
Sin embargo, tal y como está concebido el relato, principalmente por la acción que
tiene que ver con la madre, el filme no supera la visión psicologista que se ha hecho
tradicional en nuestros lares, el recurrente Freud de generaciones inmaduras. La
explicación que nos da la historia en este caso es sesgada o insuficiente, porque no
siempre en madres posesivas tienen su explicación las aberraciones. Hay aspectos
de índole psico-estructural en la maestra que imposibilitaron la ruptura natural y
madura de esa dependencia. De modo que, ante la imposibilidad de una radiografía
abarcadora de las causas y la escasa utilidad que tienen para el humano las
soluciones existenciales del arte, hubiésemos preferido prescindir de una explicación
de culpabilidad y quedarnos en la función espiritualizadora del sexo, ese que
convertido en bumerang nuestra sociedad ha visto regresar dimensionado en
deformidades por no haberlo entendido, más allá de un mecanismo reproductor,
como una manifestación de la necesidad de afecto que padecemos. “Acaríciame,
acaríciame”, suplica finalmente la vencida maestra. Porque las caricias son la
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Digamos, en una tragedia tiene que haber o una muerte física o una muerte
psicológica, y una comedia debe contar con un protagonista o una primera figura
que padezca de un vicio, aberración o mala tendencia de cualquier tipo para que, a
través de la cadena de sucesos de la historia la evolucione o se redima. Esos, como
ingredientes esenciales, aunque hay otros elementos definitorios en ambos casos.
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¿En qué sentido esta selección –la genérica- aporta a la asimilación sin
melodramatismo en un tema tan propenso a él como el de cualquier enfermedad?
Es cierto, ese puede ser un aporte del filme analizado; pero..., ¿no será también la
causa del estupor, o confusión o desasosiego que sentimos al concluir la proyección
en un público que ya espera gran virtuosismos por los premios recibidos y por la
expectativa creada por los divulgadores en torno a posibles y futuros galardones?
En la información que del filme nos llegó reza lo siguiente: “Una mente brillante
recibió seis nominaciones a los Globos de Oro, incluyendo Mejor Película Dramática,
Mejor Director (Ron Howard), Mejor Actor (Russell Crowe), Mejor Libreto, Mejor
Actriz de Reparto (Jennifer Connelly), cuatro nominaciones a los premios del
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23.8 LA CIÉNAGA
Por lo que para empezar a entender qué pasa con La Ciénaga, ópera prima de la
argentina Lucrecia Martel, no nos queda más remedio que relacionarla con un tema
ya tratado en este Libro, el purismo fotográfico de C. A. Smith y sus colegas de la
británica Escuela de Brighton, como hacen Bergman, Godard, Antonioni. Truffaut,
Fellini y tantas otras fuertes personalidades del cine de autor, pero remontarse más
a la influencia asiática del teatro de Antón Chéjov, puesto que fue este autor ruso
quien, sin percatarse de ello, consolidó para occidente el género pieza -el más
realista-, y la estructura de progresión acumulativa, cuya característica principal
emana de la ausencia de acciones dramáticas y, por ende, ofrece el mecanismo
ideal para los temas decadentes preferidos por los mencionados: nadie lucha, los
personajes sólo se exponen.
La estructura entonces –puesto que no puede concebirse una obra artística carente
de ella- se diseña sobre la base del avance acumulativa de información, viñetas casi
inconexas, que cierran prácticamente de forma aislada, pero que para completar un
retornello usa, además del tema, un recurso unitario formal, en este caso el arrastre
de las viejas sillas metálicas en la piscina o pileta del punto de arranque que se
repite en el desenlace, sólo que con un relevo generacional en esta oportunidad:
“nadie se salva”, parece decirnos. No hay muerte física en la línea central, o si la
hay no está antecedida de suspenso alguno. Él alto nivel dramático de los hechos
en la pieza es seco, y por lo tanto, más reflexivo que emocional, de más penetración,
más desgarrante.
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supo utilizar sonora y visualmente este filme; propiedad rural cuyos moradores son
Mecha y su marido, personas a las que las frustraciones respectivas han llevado al
alcoholismo; padres de cuatro hijos con distintos niveles de irresponsabilidad
existencial. El menos tratado figura como un símbolo agresivo de ceguera, una de
sus cuencas vacía y su modo grosero de engullirse la comida así lo diseñan. Lo
sigue la abúlica hermana mayor que se divierte haciéndole probar a un mestizo al
que llaman “el Perro” una ropa destinada supuestamente a su hermano, para luego
asquearse con su mal olor, o que se dibuja también a través de la ambigua atracción
erótica que la relaciona con el mismo familiar.
Como una de las tres viñetas más desarrolladas en la que participan los habitantes
de la hacienda, el hijo mayor del matrimonio de Mecha y su marido expone su
vagancia huyéndole a su jefa-amante, amiga y compañera de juventud de su madre,
para ir al refugio donde mejor alimentan su actitud, su casa; finalmente cierra
volviendo a la mujer, aunque para seguir en lo mismo: promete ir a trabajar más
tarde, pero cubre su cuerpo con la cálida sábana de la cama de su amante y madre
sustituta. ¿No subyace en esta tolerancia transferida la corresponsabilidad por la
también sustentación femenina del machismo?
La segunda viñeta más elaborada sucede entre la misma Mecha y un marido que en
medio de su borrachera no atiende la herida que inicialmente su mujer se hiciera en
el pecho, o del que sólo quedan atisbos del hombre que fue en la vanidad de teñirse
el pelo, de lo que se queja la esposa porque mancha su almohada; protesta que se
añade a la de su inutilidad, hasta que concluye con la decisión de que vaya a dormir
a otra habitación. La misma Mecha, en su magistral diseño, representa a esa
burguesa provincial venida a menos, discriminatoria hasta la crueldad con la criada
mestiza que atrae a su hija menor; vínculo que más que lésbico -o ello incluido como
evidencia de la necesidad de afecto-, es el reflejo del personaje más humanizado de
entre sus hijos. No por gusto ella y su acosada preferencia son las dos únicas
personas que atienden a Mecha cuando resulta herida con los vidrios de las copas
junto a la pileta o piscina. Se destaca esta humanización y la actitud nada
paternalista de la realizadora, pero si esperanzadora con los de abajo: “El Perro”, el
también mestizo apestoso que preña a la criada no le falla, solidariamente se
responsabiliza con el embarazo de la muchacha y se la lleva, lo que causa una
desesperanza tan desgarrante en la hija menor de Mecha que ni siquiera la religión
puede servirle de refugio, arrastra finalmente una de las vieja sillas metálicas que se
aglomeran alrededor de la pileta y se cierra el retornello: “Fui al lugar donde
aparece la virgen. No la vi”.
La otra familia emparentada con Mecha la forman su prima Tali y el marido de ésta;
igualmente con cuatro hijos. Pero de este núcleo emergen tan solo dos viñetas: la
del también símbolo de anormalidad del pequeño al que le crecen demasiados
dientes y muere al caerse de una escalera para simbólicamente hacernos ver hasta
donde ha llegado el daño, y la que realmente vincula dramatúrgicamente las partes:
Mecha y Tali planean un viaje por carretera a Bolivia para comprar los útiles
escolares de sus hijos menores. Objetivo este que más que remedo del soñado
viaje a Moscú de y en Las tres hermanas, de Chéjov, es un recurso para expresar
las metas nunca alcanzadas de la pieza. ¿Quién lo impide en este caso? Un
hombre bueno y un dedicado padre, el marido de Tali; pero quien no sólo no la
escucha cuando le pregunta por los papeles del auto, sino que irrespeta el deseo de
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Muchos y grandes son los logros de este filme, piénsese -además de lo tratado- tan
sólo en la organicidad de su trabajo histriónico y por ende en su conducción,
obsérvese la dirección de arte, la banda sonora, etcétera; pero, ¿a quien le extraña?
Argentina, la maltratada, pero hermosa e indispensable nación subamericana,
cuenta con una fuerte tradición cinematográfica que desde 1896 sembraron y
regaron nombres pioneros como Eugenio Py, Eugenio Cardini, Mario Gallo...,
pasando por los creadores de la etapa que solemos recordar en el marco del
melodrama aberrado, pero que indudablemente fue de consolidación profesional, o
columnas continentales de renovación y pedagogía como la del entrañable Fernando
Birri; o los más actuales en una injusta relación por sus omisiones: los
inconmesurables María Luisa Bemberg, Puenzo, los Docampo, Stagnaro, Trapero, y
hasta el recién nominado Campanella. A la larga lista que haría justicia al talento
cinematográfico argentino se une ahora sin rubor por la maestría ya lograda en su
opera prima, Lucrecia Martel. Se incorpora no con una “nueva dramaturgia
latinoamericana”, como algunos han querido verle; no le hace falta. Le sobra con
conocer las posibilidades de la tradición dramática, y con lo demostrado, la valentía
y el talento de una realizadora que se lanza al ruego en busca de lo esencial y
genuino, sin coqueteos o concesiones que busquen un éxito taquillero que, si bien
el pragmatismo actual insiste en ofrecérnoslo como patrón de medida, su resultado
nada dice a la honestidad de creadores como ella que sienten el deber de ensanchar
el universo de la conciencia humana.
Cuando entrevistan a los actores Antonio Banderas y Angelina Jolie, protagónico y primera
figura respectivamente del filme Pecado original, escrita y dirigida por Michael Cristofer, sus
respuestas giran en torno a la psicología: complejidad de sentimientos y matices
caracterológicos de sus personajes. Confusión de la que ninguno de los dos es culpable; a
no ser sólo del hecho de haber aceptado papeles cuyos diseños estaban fuera del género
que les hubiese permitido un logro a través de todo el esfuerzo que hicieron. Algo de esto
percibieron Mel Gibson y Harrison Ford al rechazar la oferta del personaje central.
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Dejemos las culpas para más adelante; pero el intento al rigor de los artistas
mencionados al pretender introducirse en honduras humanas nos obliga a
profundizar y libera de justificar un análisis de fondo como el que quisiéramos lograr.
¿A qué género pertenecen las soluciones de los conflictos con los que se estructura la
anécdota de Pecado original? ¿Es una tragedia o una tragicomedia? Comencemos por
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aclarar, una vez más, que una tragicomedia no es lo que comúnmente se cree: una historia
que tiene partes de tragedia y partes de comedia. No. Una tragicomedia es un género no
realista. Con la tragicomedia trabaja el cine negro, los policíacos, las historias de los
vengadores errantes, los “wensters”; donde quiera que existan persecuciones, venganzas,
héroes y malvados, buenos y malos. De modo que, como se va viendo, en lugar de
desarrollarse a través de personajes lo hace con tipos, cuya finalidad es representar
conceptos, para los cuales las complejidades psicológicas estorban, perjudican, empañan la
simplicidad que el género requiere. Como arquetipos al fin, las soluciones de las figuras que
nos narran las historias se mueven entre lo posible y lo imposible, y por lo tanto su
concepción es ligera, el actor, en lugar de un diseño complejo debe trabajar en el logro de la
estilización de lo que representan, como lo hizo a la perfección Thomas Jane, el amante del
personaje de Angelina Jolie; su villanía está a flor de piel, su actuación se mueve sólo entre
la simulación y la evidencia.
En cambio, la tragedia, como es de suponer, obliga al guionista a probar que lo que narra se
ajusta al comportamiento lógico del ser humano con todas sus complejidades y matices, con
sus malicias y bondades, toda vez que sí es un género realista. Sufrimos por ello las
agonías de Banderas y de Jolie en sus inútiles esfuerzos de plasmar las complejidades de
sus respectivos personajes por medio de las peripecias de un género que se los impide por
no ser realista.
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Los grandes logros del cine de Tomás Gutiérrez-Alea los obtuvo siempre en lucha
obstinada por separarse del contagio del cine comercial. Téngase en cuenta sólo a
Las doce sillas, La muerte de un burócrata, Memoria del subdesarrollo y La última
cena. Actitud mucho más evidente en los dos últimos títulos mencionados.
Memoria..., por medio de una estructura más cercana a la narrativa y La última cena
a través de una muy bien asimilada mezcla teatral. Sumémosle a dicha postura el
talento de un gran artista, inquisitivo en su inconformidad; amén del dominio técnico
de los recursos expresivos que logró (histriónicos y fotográficos) más allá de sus
primeras películas de entrenamiento y que ya aparecen totalmente a su servicio y
nuestro disfrute en los dos primeros filmes que hemos relacionado de su obra.
Como todos los que ponemos reparos a moldes de pensamiento que favorecen a
unos y perjudican a los más, anduvo siempre Titón cuestionando una moral y hasta
una fe que responde a esos objetivos. Supo o intuyó que detrás de las formas que
crea una sociedad desde sus orígenes está el fin de la justificación de sus intereses.
Su obra es un grito de alerta, la rebeldía inteligente y comprometida, la búsqueda de
reglas naturales; pero expresa asimismo la estrechez formal del campo que
exploramos, es muestra de la limitada gama estructural en la que un artista
dramático se mueve, donde más que subvertir la sustentación nos viene por
esencia: al final del sendero está siempre la voz rectora, ancestral, que nos enseñó
el modo de caminar.
Indudablemente que Fresa y chocolate es la más clásica de las estructuras que haya
usado Gutiérrez-Alea. Pero, ¿llegó a ella el artista por sometimiento al imperio de
nuevas circunstancias económicas y posibilidades de mercado, o finalmente halló en
el canon griego un margen de funcionamiento lo suficientemente amplio o apropiado
para continuar con sus propósitos de indudable prédica humana y enriquecimiento
espiritual? Sin idealizar al individuo nos resulta impensable la primera opción
después de una vida creativa donde el riesgo estético y hasta político fue siempre
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La idea de que sea verídica dicha especulación, lejos de alegrarnos por un hipotético
triunfo sobre algo que no defendemos a ultranza como él lo consideró entonces,
ciertamente sí nos confirma que en el ámbito estrecho que nos deja la cultura
occidental desde el punto de vista formal, son moldes aún utilizables para objetivos,
si no revolucionarios, al menos de crecimiento humano.
Sin lugar a dudas, la fuente motivacional, el basamento literario que tuvo Fresa y
chocolate en el cuento de Senél Paz, El hombre y el lobo, con la fuerza humanística
de lo narrado y el orden de una anécdota que no necesitaba mayores reforzamientos
formales, predispuso a la concepción más sencilla y lineal. ¿Empezó con la lectura
del cuento y sus posibilidades creativas la comprensión de lo que en aquella
oportunidad del diferendo no pudieron nuestros argumentos teóricos? Tenemos la
absoluta certeza de haber hallado el detonante esclarecedor, el que más que por el
intelecto penetra por la intuición; esa primera lectura tuvo que aportarle a un tiempo
inspiración y visión de estrategia al director; supo, por la tremenda consonancia con
el punto de vista de su autor, que podía y quería como ejercicio profesional hacer
multiplicación enriquecida de aquella obra lograda de por si en la narrativa, y que
sus modos, con dos o tres añadidos, podían ser similares.
Con el atractivo tema de la homosexualidad, quien como veremos más adelante nos
expresa la premisa de tolerancia de todo el filme, se ha camuflageado a la
perfección la acción-base, definida por llevar la historia a su conclusión, al clímax.
Diego deja de luchar contra la Institución cultural y decide abandonar el país. Este
momento de la estructura es donde también se nos define categóricamente el rango
protagónico y cuyo tipo de solución nos va a dar el género fundamental: para alguien
con un sentimiento de nacionalidad tan trascendental, tal determinación no sólo es
un desgarramiento, sino que es una muerte psicológica; es decir, una solución de
tragedia.
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Tenemos un conflicto entre Diego y Germán. Tampoco aquí cabe la menor duda de
que la solución es de tragedia: Germán, descubierto lo endeble de su moral,
vendido por un "viajecito a México", rompe su propia obra.
Miguel y David ejecutan una acción que bien vale describirla en detalles por lo enlazadora
que resulta: David, escandalizado por el estilo de vida de Diego, le cuenta a Miguel que ha
conocido a alguien “raro”, y éste le pide que lo espíe. David cree que si acepta la propuesta
de Miguel es porque el fracaso con Vivian lo está convirtiendo en una mala persona. David
comienza a escondérsele a Miguel, pues humanamente cada día se acerca más a Diego.
Miguel emplaza a David, cree que éste ha sido captado sexualmente por Diego. David
defiende a Diego ante Miguel. David no espía a Diego, por el contrario, queda a su lado. Y
concluye con una mini-acción incorporada que se describiría así: Miguel quiere que Diego le
firme una carta para expulsar a David de la Universidad. Diego se niega, pero Miguel
anuncia la continuidad de la lucha por la misma causa, lo que da lugar a un final abierto.
David es también una presa codiciada por Nancy. De igual forma aquí la comedia
se enmarca en la humanización de Diego: echa a un lado su compulsión de
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Una de las perfecciones artísticas de este filme es que no se expresa su premisa, pero se
respira, se hace sentir, y he aquí su eficacia, porque de esta manera la tolerancia trasciende
el tema de la homosexualidad para convertirse en una propuesta de convivencia social más
generalizada.
Pero antes de continuar con la altura clásica que logró su equipo de creación,
detengámonos en los pequeños reproches que habría que hacerle a este filme.
La anfibología que logra Fresa y chocolate comienza por la incongruencia del tiempo al que
se refiere; lo que le ha permitido recorrer casi cuarenta años del proceso cubano en el
espacio de su anécdota. Pero va mucho más allá, el conflicto que narra propicia en trama el
destaque del acervo cultural nativo, desde Cervantes con su contradanza, pasando por los
boleros de Benny Moré o los sones de Adalberto Alvarez, la erótica pintura de Cabrera
Moreno, los collares bélico-religiosos de la Sierra Maestra, la imagen del Ché, el homenaje
al portento insólitamente desconocido de Lezama Lima, a Rita Montaner, al plástico levmotiv
de Amelia Peláez; y en la cima de todos los reconocimientos el sol que alumbra con su
integral ejemplo, el José Martí que, al igual que postula la película analizada, buscaba lo
universal sin que se le salieran las raíces de la tierra bella y fértil. Pero ni la buena
intención hubiese justificado en Gutiérrez-Alea otra concepción, una belleza externa, la fuera
de tono, “Habana bonita” que desconcertantemente solicitara como falta un director
europeo. La de su película es La Habana que está en trama con la fealdad de los errores o
256
257
deficiencias señaladas, porque su estética tiene más que ver con el concepto del “eikós”
honesto que con las estampas folklóricas en busca de turistas.
Decir que con Fresa y chocolate finalmente Titón entendió que el juego con la
camisa de fuerza que significa asumir una estructura clásica está en someterla,
acomodarla en sus limitaciones a la talla de nuestro objetivo, sería deshonesto,
buscar un elogio para el artista-amigo desaparecido que está lejos de necesitar.
Para tal aseveración habría que olvidar los desaciertos estructurales de su casi
póstuma Guantanamera. Tal vez donde mejor demostró su talento Gutiérrez-Alea
fue en la rebeldía, en la vital búsqueda de donde sacó siempre la agudeza de sus
contenidos, sus formas, y la estética de los filmes que lo harán estar con nosotros
mientras existamos; todo el tiempo maravillándonos hasta con sus imperfecciones,
porque en fin de cuentas el cine, sin bien no puede prescindir de ella, es siempre
algo más que dramaturgia.
ARIZONA BABY
(1987)
ACCION BASE
OPOSICION: Nathan y su mujer, que son los padres, luchan por recuperarlo.
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258
ACCIÓN SUBORDINADA I
OPOSICION: Ed es policía.
ACCIÓN SUBORDINADA II
OPOSICION: Ed es estéril.
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ACCION SUBORDINADA IV
ACCION SUBORDINADA V
Observación intermedia:
Aquí se produce una secuencia integrada no por actividad física sino por verdaderas
acciones dramática, provocada por el reproche que le hace la mujer a Hi por haber golpeado
259
260
a Glen, razón que calla el marido, lo que lo dignifica, pero el hecho lo deja sin dinero para
mantener al niño, por lo que:
ACCION SUBORDINADA VI
260
261
Esta acción puede dividirse en dos: convencer al padre y salir a buscar al niño.
ACCION SUBORDINADA IX
INTENTO: Gale y Evelle se enteran del rescate que ofrecen por el niño y se lo llevan.
261
262
C. DE EQUILIBRIO: Dejan regado al niño, pero, cuando salen a buscarlo, estalla la bomba
de pintura que la cajera le había introducido en el bolso de la plata. Llegan Hi y Ed, le quitan
el libro y se entera que lo han dejado en la carretera.
ACCION SUBORDINADA X
INTENTO: Ed, defraudada por la pérdida del niño, quiere romper con Hi
OPOSICION: Hi se culpa.
C. DE EQUILIBRIO: Al devolver al niño, Nathan, el padre, los perdona y convence para que
sigan juntos.
ACCION SUBORDINADA X
262
263
ESTRUCTURA
Desarrollo: La policia y el FBI acuden a prestar sus servicios, dos profugos de la carcel, ex
compa;eros de Hi, se enteran de que por el niño ofrecen un rescate y se lo llevan.
Aparece el motociclista de la Apocalipsis, que buscaba a los profugos, pero se entara
tambien del rescate y se hace del niño.
GÉNERO: Tragicomedia con tono de farsa. Tragicomedia por la aventura y farsa por la
alteración de la realidad. Aunque pudiéramos hallar el diseño de una acción subordinada
que estaría en comedia: la lucha de Ed, e incluso la del mismo Hi, por dejar de delinquir que,
con la devolución del niño, Hi supera, elimina.
Observaciones finales:
Los preparativos del rescate del niño secuestrado por parte de la policía y del FBI, no se
convierten en una acción dramática, porque no conforma sus tres integrantes: intento,
oposición y cambio de equilibrio, no por descuido o imperfección dramatúrgico, sino,
precisamente, con la clara intención de una burla o critica a esos cuerpos.
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Asombra el salto a la perfección que en pocos años han logrado los hermanos Coen –si
tenemos en cuenta las impericias y torpezas de Sangre fácil de 1983-, porque aquí no sobra
ni falta nada, la cantidad de acciones dramáticas proporciona un gran dinamismo, pero todo
está subordinado, todo está en trama, dando perfecto cumplimiento al canon que nos viene
de la Grecia antigua y que reza: “la perfección está en la unidad de las partes”.
Con este análisis objetivo de la estructura y el género de Arizona baby, queda demostrado el
absoluto apego de los Coen a la estructura clásica y al buen manejo de los géneros de su
preferencia, los no realista, que les permite la ligereza del divertimento. Es decir, que el
aporte de los creativos hermanos hay que buscarlo en la estética que asumen y no en
alteraciones imposibles del dramático buen narrar.
BARTON FINK
(1991)
ACCION BASE
Bandos en pugna: El jefe de Capitol Pictures, Jack Lipnick vs. Barton Fink (Clifford Odets).
INTENTO: El jefe de Capitol contrata a Barton Fink para que escriba un guion sobre la lucha
libre.
ACCIÓN SUBORDINADA I
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ACCIÓN SUBORDINADA II
Bandos en pugna:
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ACCION SUBORDINADA IV
ACCION SUBORDINADA V
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ACCION SUBORDINADA VI
OPOSICION: Audrey acude a una cita con el y revela que ha sido ella la que le ha escrito
los guiones a “Bill”, es decir, lo puede ayudar, y se acuesta con Barton.
ACCION SUBORDINADA VI
Bandos en pugna: Barton vs. El marine. Presa codiciada, la joven que baila con el primero.
INTENTO: Barton, celebrando que al fin pudo escribir un guion, baila con una joven.
C. DE EQUILIBRIO: Barton se niega y se forma una pelea entre ‘el y el marine que luego se
generaliza.
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268
ESTRUCTURA
Punto de arranque: Barton tiene éxito con una obra teatral en Broadway
Exposición: El agente de Barton lo convence para que acepte el contrato que quiere
firmar con el la Capitol Pictures de Holliwood.
Punto de giro: Barton, empeñado en un teatro más auténtico, es contratado por el jefe de la
Capitol Pictures por mil dólares semanales para escribir un guión sobre la lucha libre.
Clímax: El jefe de Capitol Pictures, ahora, supuestamente, enrolado en “la guerra del
Pacifico con un uniforme falso, rechaza el guión de Barton por considerar que seria "una
película mariposona acerca del sufrimiento",
Desenlace: Barton, frustrado, pasea por una playa con la caja que le dio a guardar Charlie
y se encuentra con la bella mujer de la foto del único cuadro que cuelga de la pared de su
habitación.
GÉNERO: Tragedia. Por la frustración de Barton. Con tono de farsa, por la alteración de la
realidad en las acciones de Charlie.
Observaciones finales:
Como queda demostrado, el filme Barton Fink, de los Coen, esta diseñado sobre una sólida
estructura clásica y con géneros dramáticos muy definidos, tragedia con tono de farsa, y sus
aportes, lo que confunde a neófitos y especialistas, emanan de la estética, de lo que revelan
y de lo que ocultan, de la simbología, del empaque, de la anfibología que logran con todo lo
268
269
anterior. Hacen verdaderos, los creativos hermanos, aquello que dice: “Si la connotación
social de la obra depende en su contenido, el arte está en la forma”.
FARGO
(1996)
ACCION BASE
Bandos en pugna: Marge (la policía), vs. Jerry(el marido de la secuestrada) y Carl y Gaear
(los secuestradores).
OPOSICION: Jerry y los secuestradores tienen cautiva a Jean (la mujer del primero) y los
dos ‘últimos fueron los que mataron al policía y a los ciudadanos que los vieron manipular el
cadáver del agente.
ESTRUCTURA
PUNTO DE ARRANQUE: Fargo, época actual. Jerry, conduciendo el auto que les ha
prometido a los delincuente a través de un trabajador del lugar donde labora, vehiculo con
matricula del lugar de procedencia, es decir, donde se va a cometer el secuestro, acude a
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270
una cita con los que se suponen que van a secuestrar a su mujer y van a compartir con él la
mitad del rescate.
DESARROLLO: Marge, una oficial muy intuitiva, tipifica el caso y comienza la investigación
sin que pueda vincularlo al secuestro, hasta que sale la evidencia del auto de los
secuestradores asesinos y la llamada de telefónica entre Shep, quien vinculo a Jerry con los
delincuentes, y uno de ellos. La información que se deduce de este sujeto a Marge la
conduce a Jerry, quien se pone nervioso y se pone en evidencia, hasta que la policía
descubre sobre su buró la anomalía con el banco en relación al financiamiento de un lote de
automóviles.
CLÍMAX: Marge, que va a verificar la información de la cabaña del lago, descubre el auto
con el color del robado y llega cuando Gaear esta acabando de triturar en cadáver de Carl, a
quien ha matado con un hacha por no querer repartir también el auto.
DESENLACE: Marge se lleva preso a Gaear, ella y Norm, su esposo, se sienten muy bien
porque este último ha ganado un premio menor y ya ella tiene dos meses más de embarazo.
Finalmente la policía halla a Jerry en un motel y lo esposa.
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271
ACCIÓN SUBORDINADA
OPOSICION: Jerry alega que lo acordado con Shep fue entregarle un auto nuevo y cuarenta
mil de los ochenta mil dólares cuando se produzca el rescate.
ACCIÓN SUBORDINADA
Bandos en pugna: El padre y el socio vs. Los secuestradores. P.C.: la hija del primero.
INTENTO: El padre y el socio luchan por rescatar a la hija del primero y mujer de Jerry
271
272
ACCIÓN SUBORDINADA
INTENTO: Jerry lucha por obtener del suegro ciento setenta mil dólares para un
aparcamiento suyo.
ACCION SUBORDINADA
INTENTO: Jerry lucha por el dinero que necesita para su proyecto de negocio.
ACCIÓN SUBORDINADA:
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INTENTO: El padre de Jean quiere ser el quien entregue el dinero del rescate.
OPOSICION: Jerry se opone, necesita ser el quien maneje el contacto con los
secuestradores.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: El socio del padre (Stan) se suma al deseo del padre de la
secuestrada y dueño del dinero y Jerry tiene que ceder.
ACCION SUBORDINADA:
ACCION SUBORDINADA:
273
274
ESCENA ACCIÓN:
ESCENA ACCIÓN:
ESCENA ACCIÓN:
INTENTO: Jerry lucha por lograr que su suegro le preste el dinero para un negocio.
OPOSICION: Wade se resiste.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: El suegro no le presta el dinero.
ESCENA ACCIÓN:
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INTENTO: Gaear quiere que Carl detenga el auto para comer tortitas.
OPOSICION: Carl no quiere.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: Carl propone detenerse para echar un polvo y comer
tortitas.
ESCENA ACCIÓN:
INTENTO: Jerry, como ahora su suegro le ha dicho que van a hacer negocio, quiere
echar para atrás el secuestro de la mujer.
OPOSICION: Shep le dice que no puede hacer nada.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: Final abierto.
ESCENA ACCIÓN:
Nota: Otra escena de caracterización, pero esta si está en acción, no por lo que
tratan, sino porque ellos van en el auto que les ha facilitado Jerry, supuestamente
a efectuar el secuestro.
ESCENA ACCIÓN:
INTENTO: El banco quiere que Jerry le aclare los números que, por fax, le han
llegado borrosos, porque de lo contrario no le financian los trescientos veinte mil
dólares para la compra de autos.
OPOSICION: Jerry le promete que se lo enviará.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: Marge (la policía) descubre el fraude que le está
haciendo al banco en un papel sobre su mesa de trabajo.
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ESCENA ACCIÓN:
ESCENA ACCIÓN:
ESCENA ACCIÓN:
INTENTO: El matrimonio se queja porque Jerry le quiere cobrar más por un auto.
OPOSICION: Jerry le da sus argumentos y finalmente los engaña, le dice que lo va a
consultar con el jefe, pero no lo hace.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: Jerry le rebaja cien dólares, pero el marido de la pareja,
luego de ofenderlo, le extiende un cheque para salir del problema.
Nota: En buena técnica esta escena caracteriza a Jerry, pero fuera de trama, luego,
este incidente no produce nada, no tiene consecuencias.
ESCENA ACCIÓN:
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INTENTO: La madre le prohíbe al hijo ir a jugar al hockey por sus malas notas.
OPOSICION: El muchacho se resiste.
CAMBIO DE EQUILIBRIO: Final abierto.
Nota: Otra escena de caracterización, fuera de trama, nada aporta a las acciones
fundamentales.
EL GRAN LEBOWSKI
(1998)
ACCION BASE
Bandos en pugna:
INTENTO: El poderoso Jeff Lebowski contrata a “El Nota” para que sea quien entregue el
dinero del rescate por el secuestro de su mujer y la libere.
OPOSICION: Los contratiempos que “El Nota” encuentra a su paso. C. DE EQUILIBRIO: “El
Nota” descubre que ha sido engañado por el poderoso Lebowski. La mujer aparece buena y
sana.
ESTRUCTURA
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EXPOSICIÓN: Donny, uno de los amigos de El nota –por cierto, siempre fuera de
trama- lanza el bolo y acierta a derribar todos los trombos y nos conduce a donde
nuestro protagonista y el otro amigo, Walter, discuten para que salga el detonante:
Por un equivoco, por la coincidencia de apellidos, los maleantes le han dado esa
pateadura y se han orinado en su alfombra “que le daba cohesión a la habitación” ,
porque “El Nota” tiene el mismo nombre y apellido de un millonario cuya mujer le
debe dinero a medio ciudad. Pero nuestro protagonista quiere que le paguen la
alfombra y va en busca de su tocayo millonario. Acá se hace una muy buena
presentación del poderoso misántropo señor Lebowski
PRECLIMAX: Cuando Laude, después de acostarse con “El Nota”, le explica que su
padre no tiene un centavo, que el capital es de su difunta madre y que el ha sido un
fracaso en los negocios, y el se da cuenta de que lo del secuestro ha sido un plan
del “poderoso” señor Lebowski para hacerse del millón de dólares.
CLIMAX: Cuando “El Nota” y Walter van a casa de Lebowski, descubren el auto de
Bunny, que ha regresado solita, y enfrentan al lisiado y el segundo, creyendo que lo
de la invalidez también es simulado, la carga y deja caer al suelo, constituyéndose
esto en uno mas de los fracasos de Walter.
278
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ACCION SUBORDINADA I
ACCION SUBORDINADA II
INTENTO: “El Nota” quiere que lo indemnice el poderoso Lebowski por la alfombra
orinada.
CAMBIO DE EQUIOLIBRIO: “El Nota” descubre a través de ella que fue su padre
quien lo planeo todo para apoderarse del millón de dólares.
279
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ACCION SUBORDINADA IV
INTENTO: Laude, con el pretexto de que se vea el golpe que le dieron sus hombres
al recuperar la alfombra de su difunta madre, manda a “El Nota” a verse con el
medico de ella..
CAMBIO DE EQUIOLIBRIO: Laude se acuesta con “El Nota” y luego hace ejercicio
para que, efectivamente, quede embarazada, pero lo libera de responsabilidades,
solo quiere su semen.
ACCION SUBORDINADA V
ACCION SUBORDINADA V
INTENTO: “El Nota” lucha porque su amigo Walter sea más objetivo.
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281
ACCION SUBORDINADA VI
INTENTO: Producto de la hoja con la clase de historia, Walter averigua donde vive el
joven autor de la misma, cree que tiene el dinero, y van a sacarle la verdad
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ESCENAS ACCION II
INTENTO: Walter le grita a Smokey que cometió falta porque piso la raya.
Nota: Esta escena es pura caracterización fuera de trama, porque luego, aunque hay
una especie de amonestación, no pasa nada ni para bien ni para mal, es sólo para
reiterar lo que obsesivo que es Walter.
282
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ACCIÓN BASE
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284
fuerzas españolas.
ESTRUCTURA:
Desarrollo: Rafael se quiere casar con Lucía. Lucía descubre que Rafael
es casado en España. Rafael vuelve conquistar a Lucía y se
acuesta con ella. Luego Rafael quiere huir con Lucía y le
propone refugiarse en el cafetal.
284
285
ACCIÓN SUBORDINADA I
ESTRUCTURA:
Desarrollo: Lucía sufre, pero en un encuentro casual con Rafael, cede ante
la reconquista del hombre. Lucía, al salir hacia un nuevo
encuentro con Rafael, se cree una prostituta, y la Fernandina
trata de impedir que acuda a la cita; pero ella sigue su paso.
285
286
Las siguientes acciones desde luego que forman parte de la básica y la subordinada
que estructuran la historia, pero las describimos para que se observe que son
acciones dentro de otras mayores. Ellas mismas están integradas por una
exposición, un punto de giro, un desarrollo, un pre-clímax, un clímax, y hasta en
ocasiones por un desenlace, o puede que, como en el caso de la entrega de Lucía a
Rafael, el desenlace haya que inferirlo de la continuidad de la historia.
ESCENA ACCIÓN I:
286
287
GRÁFICO DE LA ESTRUCTURA:
Simbología:
ACCIÓN BASE:
Escs.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
ACCIÓN SUBORDINADA
Escs.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27
28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
CADENA DE SUCESOS
287
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Suceso 1. Ubica al espectador en una villa del interior del país en el año 1895.
frente a la iglesia.
Suceso 3. Presenta también a la sociedad, representada por las amigas del
personaje central, todas pasadas de la edad del casamiento, quienes se mueren de
envidia por una de ella que se ha casado con un francés.
Suceso 4. Lucía, al entrar a la iglesia, choca con Rafael.
Suceso 5. Luego, su amiga Rafaela le informa: “Llegó antes de ayer. Dicen que es
un comerciante”.
Suceso . En el interior de la iglesia Rafaela continúa con los comentarios frustrados
sobre la suerte de la amiga que se casó con el francés. “.En cambio nosotras... ya
estamos para vestir santos”. Lucía busca la mirada de Rafael. Se miran.
1. EXPOSICION.
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289
Suceso 11. Llueve y Lucía y Rafael están guarecidos en un portal, ella se hace ver por él.
Se presentan. Él le dice que no se llama Lucía sino Gardenia. Lucía se impresiona. Rafael
se brinda para acompañarla, ella se pregunta por lo que dirá la gente, él le responde que
pensarán que son novios. Pero ya escampa y la mujer se despide y marcha.
Suceso 12. Lucía llega a su casa y exterioriza lo impresionada que ha quedado con el
encuentro con Rafael.
Suceso 13. Lucía, muy nerviosa, es preparada para acudir a la misa por primera vez
acompañada por un hombre; no sabe si decidirse por un mantón, un sombrero o una
mantilla.
Suceso 14. Por primera vez Lucía va acompañada por un hombre a la misa. Reacción de
la sociedad ante el hecho.
Suceso 15. Rafael almuerza en la casa de Lucía, se caracteriza ante ella, la madre y la
cuñada, como un oportunista, por su carácter de cubano-español: cualquiera que gane la
guerra le viene bien, él sólo quiere ser feliz.
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290
2. PUNTO DE GIRO.
Suceso 16. En el jardín de la casa Rafael se interesa por la existencia del cafetal de la
familia y por el hermano de Lucía; la enamorada, a pesar de todo, le dice que su hermano
está en España, lejos de la guerra, y que no sabe ir al cafetal. Rafael termina proponiéndole
matrimonio.
3. DESARRO.
Suceso 17. Rafaela, la cuñada de Lucía, le pregunta a ésta si se ha sabido algo del cafetal
y, al negarlo la interrogada, nos confirma que ha engañado a Rafael en este tópico.
Suceso 19. El joven insurrecto se alimenta y la madre se lamenta de que deba irse de
nuevo.
Suceso 20. Lucía, al despedir al hermano, casi le cuenta de la existencia de Rafael; pero la
prisa sólo le da para decirle que es feliz. Felipe se extraña que alguien pueda ser feliz en
medio de la guerra.
Suceso 22. Una de ellas se marea y pretexta que es el ponche, pero al aclarar Lucía que es
una naranjada, queda como una insinuación de que la muchacha está en estado. (La
escena, por la alegría de Lucía, tiene relación con su vínculo con Rafael; pero la insinuación
del embarazo de la otra está fuera de trama).
Suceso 23. Cantan una canción tradicional que habla de una que tiene pareja y otras no, y
Rafaela se pone melancólica. (La melancolía de la amiga nos parece un exceso de
caracterización; recuérdese que lo que se puede añadir o no añadir sin consecuencias
apreciables no es parte del todo).
290
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Suceso 25. Dos beatas chismosas nos dan la información de que ha llegado una carta, a
través de la cual Lucía se ha enterado de que Rafael es casado en España.
Suceso 27. Las amigas de Lucía, más por el chisme que por solidaridad, la quiere ver.
Suceso 28. La madre le anuncia la visita de las amigas, Lucía sufre, la madre la consuela
acudiendo a su fe cristiana, le recuerda el deber de ambas para los insurrectos; pero Lucía
le pide a gritos una gardenia.
Suceso 29. En un paraje solitario Lucía se encuentra casualmente con Rafael. Este quiere
su perdón, se justifica por la presencia de un hijo; la joven quisiera creerle, pero la llaman
desde lejos. Rafael la cita para la casa del ingenio abandonado.
Suceso 30. Lucía, al ensayar ante el espejo como va a decirle “Rafael”, evidencia que ha
cedido.
Suceso 31. Rafael juega con Lucía, se le esconde y luego aparece, la llama hacia sí.
Suceso 32. Rafael intenta poseer a Lucía, esta se resiste, el joven cambia de táctica y logra
que la mujer se le entregue.
4. PRECLIMAX.
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Suceso 33. La pareja disfruta del nuevo estado en sus relaciones, pero Lucía se pregunta
por lo que van a hacer ahora. Rafael le dice que huir al cafetal. Lucía se maravilla con la
idea, y reconoce que si sabe llegar al lugar.
Suceso 34. Lucía sale de su casa para huir con Rafael, pero al hacerlo topa con unas
prostitutas y, en su imaginación, se cree una de ellas.
Suceso 35. La Fernandina trata de impedir que Lucía huya con Rafael, pero no lo logra.
(Por primera vez la Fernandina entra en trama realmente; es decir, al llevar a cabo esta
acción actúa como un obstáculo momentáneo para el desarrollo de la acción base y de la
subordinada. No sucede lo mismo con el soldado español, quien, al no favorecer u
obstaculizar cualquiera de las acciones presentes, actúa sólo como un símbolo. Contribuye
a la atmósfera, pero no desde una de las acciones presentes).
5. CLIMAX.
Suceso 37. Aparecen las tropas españolas y Rafael hace saltar del caballo a Lucía. Esta lo
llama, pero el hombre huye.
enfrentamiento.
Suceso 40. Llegan desnudos los mambises ex esclavos y se enfrentan a los españoles.
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Suceso 46. Lucía llega al cafetal y confirma su culpa, la masacre de cubanos. Lucía halla
muerto a su hermano Felipe.
6. DESENLACE.
Suceso 47. De regreso en su casa se produce la lógica catarsis de Lucía; pero termina
tomando una decisión.
Suceso 50. En su camino hacia la plaza tratan de detenerla, pero ella continúa.
Suceso 51. Entre un grupo de oficiales Lucía halla a Rafael de completo uniforme
español, se le acerca y le da múltiples puñaladas. El español muere.
GÉNERO:
293
294
No podíamos concluir este Libro sin hablar de los modos y estructuras de dos autores que
como nadie asumieron las enseñanzas de los clásicos: Lorca y Shakespeare.
En ambos subsiste el encanto extra del misterio que se añade al texto también como poesía:
el hecho dramático es una referencia, la mayoría de las veces no sucede ante los ojos del
espectador, pero repercute y hace avanzar a la trama en el presente del escenario. Ahí está
el accionar como presencia de Pepe el Romano, centro detonante de todo el conflicto. Su
mayor encanto, su poesía, está en la omisión de su figura, lo que hace que el espectador
tenga con las referencias al personaje total libertad de imaginación y lo perciba tamizado en
la visión del mito o la leyenda.
ESTRUCTURA:
Exposición: Ha muerto el marido de Bernarda y deben sentar la partición.
Pepe Romano quiere casarse con Angustias por interés: es la
más vieja, pero ahora la única de las hijas de Bernarda que es
rica.
294
295
Desarrollo: Bernarda vela por la integridad moral de sus hijas, pero Adela
se ve con Pepe el Romano cuando en las noches éste
abandona la ventana de Angustias.
Como pocos expresa Lorca la tragedia femenina, sin atisbos de sociología, sin concesiones
idealizadas, poniendo de manifiesto la envidia, el odio, las pasiones de sus atrapadas
mujeres de española universalidad; pero sobre todo poéticamente humanas, artísticamente
creíbles; de ese modo logra el genio creador que al final sintamos tanto dolor por Adela,
como conmiseración por la madre carcelera, que no nos detengamos en la anécdota y
pensemos en la estrechez moral que mata a la vida.
ACCION-BASE.
295
296
ESTRUCTURA
Punto de arranque: Ubica y pone de manifiesto la rivalidad entre las familias
Montesco y Capuleto.
Exposición: Romeo enamorado del amor y Paris que quiere casarse con
Julieta.
Desarrollo: Romeo y Julieta luchan por su amor y Fray Lorenzo los casa
con la intención de acabar con la rivalidad de sus respectivas
familias. Muere Mercucio a manos de Teobaldo y Romeo venga
la muerte del familiar con la sangre del primo de la que ya
ahora es su mujer.
Pre-clímax: Fray Lorenzo urde la treta del brebaje letárgico (error trágico),
pero Baltazar cree muerta a Julieta y se lo informa a Romeo.
ACCION SUBORDINADA I
Bandos en pugna: Montesco vs Capuleto.
296
297
ESTRUCTURA
Exposición: Reyerta de los Montesco y Capuleto, a la que el príncipe pone
fin y amenaza a las partes en conflicto.
Basta sólo destacar la presencia del error trágico: Baltazar, como cree muerta a Julieta, así
se lo informa a Romeo. Un inocente provoca la catástrofe. Y por otro lado, llamar la atención
del vínculo, de la supeditación de la acción subordinada a la básica: lo que para esta última
297
298
PRIMER ACTO
Escs.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
A.BASE.
A.SUB.I
A.S.II
A.S.III
SEGUNDO ACTO
Escs.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
298
299
A.BASE
A.S. I.
A.S.II
A.S.III
A.S.IV
A.S.V
TERCER ACT0
Escs.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28
A.BASE
A.S.I
A.S.II
A.S.III
A.S.IV
A.S.V
A.S.VI
A.S.VII
299
300
A.S.VIII
CUARTO ACTO
ESCS.: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24
A.BASE
A.S.I
A.S.II
A.S.III
A.S.IV
A.S.V
A.S.VI
A.S.VII
A.S.VIII
A.S.IX
A.S. X
300
301
QUINTO ACTO
ESCS.: 1
A.BASE
A.S.I
A.S.II
A.S.III
A.S.IV
A.S. V
A.S.VI
A.S.VII
A.S.VIII
A.S.IX
A.S.X
ACCION-BASE
Bandos en pugna: Hamlet vs. el rey Claudio.
301
302
ACCION SUBORDINADA I
Bandos en pugna: Fortimbrás vs. el rey Claudio.
ACCION SUBORDINADA II
Bandos en pugna: Laertes vs. Hamlet.
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ACCION SUBORDINADA IV
Bandos en pugna: Los reyes vs. Hamlet.
ACCION SUBORDINADA V
Bandos en pugna: Hamlet vs. el rey Claudio.
Detonante: El asesinato del rey Hamlet.
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ACCION SUBORDINADA VI
Bandos en pugna: Polonio vs. Hamlet.
Oposición: No lo halla.
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ACCION SUBORDINADA IX
Bandos en pugna: El rey y Laertes vs. Hamlet.
ACCION SUBORDINADA X
Bandos en pugna: El rey Claudio vs. Hamlet.
Laertes.
el rey.
Para concluir comprobemos la monolítica unidad de esta tragedia en lo que motiva sus once
acciones dramáticas:
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Abordemos este tema con el análisis de una película que más que una fiesta cinéfila, es un
filme para sibaritas, Vatel. Emplear el método, indagar en el entramado de su estructura es
un difícil estudio que produce gran fruición, goce en sus hallazgos al por ciento de una obra
mayor.
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He aquí la trama central, la acción-base que, en lugar de enfrentar al príncipe con la corte o
cualquier posible composición de esta lid, tiene como contendientes a Anne de Montausier
(Uma Thurman), la preferida del rey, por una parte, y por la otra al plebeyo artista de
Chantilly, Vatel (Gérard Depardieu). Anne, mujer de comedido estilo y delicado trato para
con su criada, se mece en aquel séquito como flor que ha sabido imponerse al lodazal; lo
que hace presuponer –para luego confirmarse-, que es poseedora de una filosofía de
combate más que irónica, de resignada tragedia; de ahí su aislamiento en medio de la
algaraza. Por eso la fascinación que ejerce Vatel en la mujer es de índole humana: el primer
contacto de ambos nada tiene que ver con las virtudes artísticas del hombre, sino con las
finezas de su alma. La escena es de un virtuosismo ejemplar. La irregularidad de las
campanas de los relojes hacen a Vatel entrar en la habitación concentrado en el
cumplimiento de sus funciones de mayordomo, corregir a los descompasados instrumentos;
pero asusta a la recién instalada dama de compañía de la reina y preferida del rey; la jaula
que Anne sostenía en sus manos cae, y el diminuto pájaro revolotea desconcertado sin su
habitual trapecio de descanso y diversión. Vatel, con finura que nada tiene que ver con el
servilismo, pero que también lo caracteriza en su psicología de servidor, busca de inmediato
con lo que solucionar el desarreglo. Un suceso muy sencillo; pero la sensibilidad de Anne
queda impresionada con la concentrada dignidad con que Vatel repara el daño ocasionado.
Más que enamorarse ambos –ni remotamente el mayordomo se fijaría en una dama de la
corte-, es ella quien no está acostumbrada al efluvio que debe haber percibido y que
produce la verticalidad de un hombre ético y realizado, y que luego le enviará un bello
adorno rodeado por una cinta de encaje negro, seda granadina de Alès con hilo de lino
blanco. Esta acción, por el conflicto que diseña a través de dos seres afines imposibilitados
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de realización, caracteriza mejor que ninguna otra la condición plebeya del artista-
mayordomo.
De aquí en lo adelante, y como único hubiese podido concebirse, es ella quien lo estudia,
quien lo valora, quien lo seduce. ¿Qué reacción podría esperarse de un hombre que
aunque digno se sabe un servidor? Él la espía cada vez con más necesidad y se expresa
con su creación, con más objetos ornamentales “armónicos y contrastantes”, como le exige
su estética, que nunca tuvieron para el hombre y para el creador mejor destino.
Técnicamente la resistencia a la seducción de Anne no viene de Vatel, sino de las
respectivas condiciones de ambos; de ahí que la trama misma exigiera el arrojo de una
mujer enamorada, su sorpresiva entrega. Todavía a la hora de los hornos es Anne quien
tiene que hacer entrar en tono a la escena, sus ojos tienen la expresión del sexo; basta con
ellos; es todo el erotismo del filme, ni desnudos ni movimientos enervantes, porque el plato
fuerte de la película es ella en sí misma. Luego, emergen los amantes de la complicidad de
las sábanas, sobresalto que provoca la urgente noticia en voz de la criada, porque el rey la
reclama en su alcoba. Y he aquí la escena necesaria, el pre-clímax estructural, lo que
repotencializa la acción y pone sobre la ahora limpia mesa las dos cartas del juego ético del
conflicto: preferida de un rey corrupto, o amante de un honesto y sensible vasallo. “No
vayas, quédate”, se atreve a pedirle Vatel. Valentía que necesita humillar la de Montausier
en busca de una equiparación mezquina, pero comprensible; por lo que se produce la
información trágica, especie de anagnórisis de índole moral: el príncipe de Condé, su amo al
que ha sido tan fiel, lo ha cedido al rey después de habérselo jugado y ganado en juego de
naipes.
Ya están los elementos fundamentales que diseñan la tragedia: una víctima inocente -Vatel-,
y la muerte psicológica de los amantes de una unión imposible.
Hasta aquí la cadena de sucesos que configura la trama central, con cuya descripción ya
puede apreciarse la contribución de alguna de las acciones subordinadas que la
acompañan. Pero pasemos a sus pormenores.
Dos bandos también tenemos en las personas del príncipe de Condé y en la de Vatel, el
mayordomo-artista con el que cuenta el propietario del castillo de Chantilly para congratular
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Vatel es un artista cuyo arte le proporciona un admirable equilibrio emocional; poco necesita,
pues el talento va con su persona; lo que transforma en fidelidad y dedicación a los suyos
hasta el auto-sacrificio. Por si faltara con la mayor ofrenda a de Condé en su entrega a la
labor de ganarse el favor del rey, lo demuestra el vasallo creador al ceder los corazones de
sus aves preferidas para el absurdo remedio que se supone curará la gota de su príncipe.
No obstante, la escala de valores del gran estratega de Francia, aunque aprecia a Vatel, no
mide las sutilezas del alma, su fiel artista también es un objeto de cambio, o más bien de
regalo interesado. Como ya vimos, apremiado por la codicia de su mujer, acepta el juego y
le gana a las cartas su vasallo al rey contra las joyas de la corona de una de las damas de
compañía de la reina, pero luego se lo obsequia al monarca. De esta manera se puede
apreciar el enlace de esta acción subordinada a la acción central. Orgánicamente emana, a
manera de información a través de lo decidido por Anne de Montausier. No cabe dudas de
que, aunque interviene la separación de la pareja, es éste el hecho que provoca el suicidio
de Vatel.
Un artista compensado por su arte, un hombre honesto que ama y defiende a los suyos,
que rechaza toda vanidad y ostentación, que tiene a la fidelidad por norma, que respeta y
valora la protección del príncipe, es regalado por éste a quien representa la negación de su
sencillo modo de concebir la vida, el rey Luis XIV y su ostentosa y depravada corte de
Versalles.
Anne, además de ser la preferida del rey, es asediada por el conde de Lauzun (Tim Roth).
Esta acción subordinada, preparada desde la exposición, cuando el día antes de la llegada
del rey el conde dispuso que se ubicara a la dama en una alcoba frente a la suya, y que
luego tiene su complicación con el humillante y más tarde perenne rechazo de la mujer,
llega a su clímax cuando el servidor de Luis XIV descubre la relación carnal de la dama con
el artista en momentos en que el rey reclama su compañía. De aquí el chantaje al que se ve
sometida la mujer. Anne de Montausier, en evidente sacrificio por salvar a Vatel de la cólera
del monarca y ocultar su propia infidelidad, se entrega al malévolo conde. Tragedia también
si se tiene en cuenta la muerte espiritual que tal decisión le provoca.
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De lo descrito surge también otra acción que tiene como contrincantes a los mismos conde
Lauzun y a Vatel, con Anne como presa codiciada. La rivalidad del primero se manifiesta en
pretendidas burlas a la condición vasalla del segundo, al interés de informarle al rey de la
negativa del mayordomo a presentarse al llamado del monarca, -lo que impide el hermano
del rey-, como también en una paliza que detienen los hombres del mismo aristócrata
homosexual, ya ganado en simpatía por la honorabilidad del mayordomo.
Y para seguir enlazando orgánicamente todos los sucesos de modo ejemplarmente unitario,
dos acciones que concluyen dando una caracterización global de un ser tridimensional como
Vatel, y que tiene como participantes a este último y al mencionado hermano del rey. La
compulsiva homosexualidad del sujeto lo hace seleccionar para su séquito a un joven
trabajador, casi un niño, de los que trabajan bajo las órdenes del mayordomo (graficación de
lo que hemos señalado en cuanto a la política laboral del consejero y ministro de finanzas
Juan Bautista Colbert); pero Vatel lo impide, oculta al niño. Luego – y esta es la segunda
acción- el familiar de Luis XIV le envía un emisario con la tarea de conquistarlo sexualmente
para él; pero Vatel se lo gana al rechazarlo con humana y honorable respuesta que los
iguala, aunque de modo diferente, en la búsqueda de la realización personal.
Como vemos, la imbricación o interdependencia de la cantidad de acciones existentes y
descritas, hacen del filme Vatel no sólo eficaz por su dinamismo, sino altamente coherente.
Categoría muy difícil cuando se trata de someter la historia sin falsearla a los requerimientos
de un espectáculo dramatizado.
Finalmente, tres son los hechos que llevan a Vatel al suicidio: La traición del príncipe
de Condé, la imposibilidad, como vasallo, de preservar a la mujer que le atrae, y la
suposición de que la congratulación al rey concluiría en fracaso, toda vez que le
anuncian que el pescado para el banquete del último día no llegará. Esto último se
descarta como una de las causas, pues Vatel, antes de suicidarse, llega a saber que
el pescado finalmente arriba a la cocina. Pero, cualquier espectador puede llegar a
la conclusión en esta historia de que el suicidio de Vatel se debió al rechazo del
mundo que le tocó vivir. Al menos, hasta ahora, en el castillo de Chantilly, junto al
príncipe de Condé, se había compensado con su arte y entre los suyos.
Cabe finalmente señalar en primer orden los logros de factura del filme todo, su
excelente dirección de arte, la ajustada reproducción de época, principalmente el
uso de las, para entonces, recientes maravillas de la mecánica, las coreografías con
sus lógicas torpezas, y una fotografía y una música todo el tiempo en función de los
objetivos del filme. Pero si maravilla la concepción del relato y lo que entraña al
espectáculo, también lo hacen la sobriedad, la mesura del elenco todo, y la mano
firme de su excelente director, Roland Joffé. Por todas las virtudes logradas y sin
lugar a dudas, Vatel se gana la entrada y permanencia a las listas de las mejores
películas de los últimos diez años. Es una clase magistral del uso de la historia en el
espectáculo fílmico, una obra para el hedonismo de cinéfilos.
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Una premisa debe ser sólo un instrumento de trabajo, algo que, si estamos
escribiendo en un género realista, quede implícito en la historia que se cuenta.
El guionista debe ser muy sincero a la hora de seleccionar la premisa con que
trabaja.
El afán de alcanzar el mayor rigor posible en el dominio del propósito pasa por la
lucha contra el prejuicio formalista, por demás bizantino, toda vez que el estudio de
la estructura, la forma, no niega en la literatura dramática la esencialidad del
contenido, sino que la evidencia.
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Los bandos pugnan por una presa codiciada o por un cambio de criterio.
El resultado de la lucha de bandos, puesto que debe ser significante, hace que se
cumpla la premisa.
La exposición potencializa.
El desenlace resuelve.
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Toda obra dramática debe tener una buena obertura o punto de arranque.
Lugar.
Época.
Tono (género).
La índole del conflicto debe darse en el punto de arranque con dos imágenes
contradictorias que prometan el futuro conflicto.
La exposición potencializa.
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El desenlace, puesto que con el clímax ha cesado el conflicto, debe ser breve.
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Nuestro personaje debe tener una ubicación, pero su conflicto ha de ser universal.
El ruso Antón Chéjov fue quien retomó y popularizó este modo de narrar en
Occidente, y con ello consolidó el género pieza que le es consustancial.
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En este modo de narrar pueden existir pequeñas acciones dramáticas, pero nunca
estructurar con ellas.
Aunque el cine de autor es más bien un estilo, en su gran mayoría han preferido
narrar sobre la estructura de progresión acumulativa y, por ende, es un cine
fotográfico.
El guión o libreto de una adaptación es una obra desprendida de otra, es decir, una
obra en si, puesto que la técnica de su plasmación habrá tenido que ser diferente.
Para una adaptación hay que buscar en el original las seis partes de una
estructura (si es clásica) o las situaciones más tensas de la misma (si es de
progresión acumulativa).
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El adaptador debe sentirse libre a la hora de asumir la misma premisa del original
o la que él haga suya.
Hay que darse cuenta de que no basta con contar una anécdota, la factura o el
acabado final de un guión es de suma importancia, ahí reside el arte.
El estar en trama quiere decir la constante reiteración del asunto, pero en ascenso.
Si el título se repite una de las dos unidades temáticas que lo hagan debe
desaparecer.
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Los adelantos son aportes a la factura o una lectura colateral, un juego formal y de
contenido con el espectador.
En la radio hay que hacerle ver con naturalidad al oyente el aspecto físico de la
historia.
Todos los dramatizados están unidos por una característica, son historias contadas
a través de personajes.
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En nuestra ya larga vida docente, es raro que en cada curso o taller haya faltado un
estudiante que de inmediato quiera saber como se plasma lo aprendido en la retadora
página en blanco; es decir, los apremia el dominio del formato, tanto de un guión de
cine como de un libreto de televisión.
Teniendo en cuenta que el guión técnico en el cine es función del jefe de fotografía, y
que en la televisión el director asume su diseño, ofrecemos a continuación dos
formatos únicamente literarios, uno de cine y otro de televisión, con parámetros muy
generales, puesto que luego el iniciado va a comprobar que los distintos centros
productores exigen variadas peculiaridades.
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Campana que suena y, poco a poco, entra a cuadro otra y, abajo, los techos de las
casas del un pueblo del interior de mediana importancia.
los ultimos vagones del ferrocarril, cargados de cañas, pasan y salen de cuadro.
Queda solo la línea y los matorrales laterales. Uno que otro trabajador pasa ante
nosotros en medio de la bruma de la madrugada. Uno trae una linterna prendida.
Luego, por un instante, no pasa nadie, hasta que, de la misma oscuridad, salen
Rafaelito y su padre, ambos en silencio y cubriéndose sus respectivos cuellos con
toallas enrolladas. Rafaelito hace este viaje de madrugada por primera vez, y
comienza a escuchar algo que lo alarma.
VOCES DE JOVENES
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(Mientras uno jadea brutalmente: “ya esta bueno, ya esta bueno”. “quítate,
déjame a mí, déjame a mí”. “oye, la vas a matar”. “apártate, voy yo”. (Sigue
en el mismo sentido ambiguo).
RAFAELITO
Bajito.
PADRE
Sin sonreír.
¿Tú crees?
Rafaelito, ignorante, solo lo mira. El padre, sacándose la linterna del bolsillo de atrás...
Rafaelito lo sigue y entran en el matorral. Luego, unos pasos mas allá, el padre
prende la linterna. El halo de luz ilumina a varios jóvenes “cogiéndose” a una yegua.
Todos vuelven la cabeza, pero sin miedo, mas bien molestos por ser iluminados. Es
decir, a no ser el dueño del animal, no tenían por quien preocuparse. El padre,
volviéndose, le echa una mirada a su hijo sin sonreírle. Rafaelito baja la cabeza y lo
sigue. Salen a la línea del ferrocarril.
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Es el primer día de zafra, como también el primer día de Rafaelito como trabajador.
En sentido general la gente se saluda, pero tienen en cuenta también que el hijo del
puntista se incorpora a la tradición azucarera de todos ellos. El padre, sin sonreír, se
siente orgulloso del respeto que los trabajadores sienten hacia él, y de lo que ahora
estimulan en su hijo. Rafaelito les sonríe con la inhibición del caso.
Entre otros, varios de los muchachos que se estaban “cogiendo” a la yegua, cargan
sacos de azúcar, y ojean a Rafaelito, quien barre el almacén tímidamente.
En la baranda de los tachos, el padre, el ayudante y dos puntistas más. El padre, con
el gesto, le dice que suba.
Rafaelito mira hacia todos los lugares y luego, con el gesto también, le pregunta que si
puede hacerlo.
el padre, desde arriba, le asiente, apoyados por los trabajadores, quienes siempre lo
observan.
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Rafaelito sube la larga escalera de metal y mira hacia la baranda de los tachos.
El padre, sin sonreír, le cuenta a sus compañeros lo que sucedió en la línea y estos se
mueren de la risa.
TRABAJADOR I
Todos ríen de buena gana, menos el padre que solo mira a su hijo. El mismo
trabajador i se nos acerca e incorpora a Rafaelito al grupo, haciéndolo entran en
cuadro.
TRABAJADOR II
TRABAJADOR III
TRABAJADOR I (OFF)
Enséñaselos, enséñaselos.
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Los tres. Cabo le echa el brazo por encima a Rafaelito, pero conversa con el padre de
este y se acercan al tacho. el padre maniobra con la sonda y mira el grano, mientras
cabo le señala hacia el herniado y después proyecta para ser escuchado por sobre el
ruido del ingenio:
CABO
El padre abre una llave del tacho y cabo se acerca a él. el padre le informa mientras
Rafaelito contempla todo su entorno.
La habitación a oscuras. La única luz es la que penetra por una de las rendijas de la
pared de madera y que ilumina el mosquitero de la cama.
RAFAELITO (OFF)
Estoy despierto.
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Rafaelito, debajo del mosquitero mirando como su madre, desde afuera, alza la
tela porosa y lo mira.
MADRE
Duérmase un poco más. Hasta las once más o menos, como su padre,
que usted debe estar cansado.
Por toda expresión cariñosa pone una mano sobre el pecho de su hijo, luego
baja el mosquitero y, a través de su silueta, vemos como vuelve a calzar el
mosquitero y desaparece. Rafaelito lleva los brazos hacia atrás y se estira a
todo lo largo.
Detalle: un pomo de dulces de harina. Entra la mano del bodeguero y saca una
de esas galletas que le llaman “queque”.
BODEGUERO (OFF)
Serio y formal como su padre, ¿eh?
Rafaelito pone atención al bodeguero.
HOMBRE (OFF)
y como su tío.
Rafaelito mira hacia el hombre.
Los tres. El hombre que, recostado al mostrador, deja de mirar al muchacho y
se dirige al bodeguero.
HOMBRE
¿Tú quieres hombre más trabajador que su tío cabo?
los dos desde la espalda de Rafaelito. el bodeguero envuelve los “queques”.
BODEGUERO
Señalando a Rafaelito con el gesto hacia delante de la quijada.
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HOMBRE
Todo un hombrecito... en cualquier momento se echa novia.
Calle.
Dame.
Rafaelito le da.
RICARDITO
Mi papá me compró un proyector de cine. ¿Quieres ver los muñequitos?
RAFAELITO
Luego de pensarlo un instante.
Bueno, vamos.
RICARDITO
Monta.
Rafaelito se monta en la parrilla de la bicicleta ya en movimiento y se alejan y
doblan por la esquina inmediata a la bodega.
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La señora rita.
RITA
Sincera, pero sin darle mayor relevancia.
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¡Qué bueno!
RICARDITO
Lo voy a poner otra vez.
La señora rita sonríe y va hasta el interruptor de la pared y prende la luz.
Rafaelito ha quedado en cuadro. se levanta.
RAFAELITO
Bueno..., me tengo que ir.
La señora rita avanza hacia él.
RITA
Vuelve cuando tú quieras.
Y mira hacia fuera de cuadro, y dice casi amable:
Acompáñalo hasta la puerta, Regina.
Rafaelito se vuelve y con su movimiento hacia la puerta entra Regina a cuadro.
Se detiene a mirarla impresionado. Regina lo mira con expresión grave, en
sirvienta que esta ante la señora. Luego gira y sale. Rafaelito trata de
reponerse de su impresión y sale también tras ella.
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Todo estalla,
Y algo acaba
De morir.
Rafaelito se acerca en busca de la otra ventana de la casa.
Para sentir
Otra manera
De sentir,
Otra manera
De ser feliz,
Subjetiva de Rafaelito: la otra estancia vacía.
Otra manera
De sufrir,
Se aleja de la ventana y avanza hacia nosotros, pero viene, no frustrado, sino
con un sentimiento muy nuevo para él.
Otra manera
De vivir
Lo que hasta
Ayer era reír.
Rafaelito camina, corre algo, no sabe que hacer; va alegre, pero por momentos
se asusta, para luego volver a sentir lo nuevo que lo emociona y maravilla. en
ese estado recorre el pueblo hacia los suburbios.
¿Qué pasará?
¿A dónde irán
Mis juegos a parar,
Y mi inocencia
Terminar?
¿Qué nuevo
Amor será?
¿Qué tal
Si me querrá?
¿Qué voy a hacer
Hacer si dice no?
Ya yo no mando
Al corazón.
¡Qué confusión,
Qué dicha,
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Qué dolor!
Creo al mirar
Que todo acaba
De cambiar,
Veo las cosas
Para amar.
Adiós infancia
ojala que
Te recuerde
En mi vejez
Con amor.
Fin de los créditos.
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Cabo se inclina y, mirando el plato fuera de cuadro de sobre la mesa, toma una
costillita.
Hacerse hombre es otra cosa.
María mira con amor a su sobrino. Bajamos hasta Rafaelito, quien también
comiéndose una costillita, se levanta y sale de cuadro, dejando en él a su
padre que lo sigue reflexivo con la mirada.
Ventana.
SONIDO: filtra tema principal.
Se siguen escuchando comentarios imperceptibles de los tíos y el padre sobre
el tema del ingenio.
Entra a cuadro Rafaelito comiendo de la costillita y mira, con seriedad muy
masculina, hacia la distancia.
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MADRE
Óigame, yo creo que usted se me está equivocando. ¿o es que usted se
ha hecho la idea de que ya usted es un hombre?
MADRE
Rafaelito, mi hijo, ahora usted tiene que descansar más. Usted tiene que
dormir más ahora. ¿no se me da cuenta?
Lo mira
¡Y no se me esté riendo, eh!
MADRE
Yo le juro a usted que como me lo vuelva a hacer yo lo voy a buscar a
donde quiera que se me meta.
Rafaelito, por toda respuesta, le agarra la cara y se la besa. Luego pasa ante
ella y hala la silla para sentarse.
RAFAELITO
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En el acto.
Sírveme la leche, anda.
MADRE
Tiene que descansar más, mi hijo. Acuéstese un ratico más.
Rafaelito llega a una esquina, dobla y sigue, pero a mitad de la cuadra cree
haber visto a alguien conocido y se detiene.
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Rafaelito se echa hacia atrás ¿tratando de no ser visto? se pone a jugar con la
textura de la puerta de la casa que da para la calle. Entra Regina a cuadro, gira
y se detiene de frente a nosotros.
REGINA
Provocadora.
¿No vas a ver muñequitos?
RAFAELITO
¿Eh? ¡Ah, ¿muñequitos?! ¡Sí, claro!
REGINA
Oye, ayúdame, anda.
RAFAELITO
Con urgencia.
¡Sí!...
Y toma uno por uno los dos cartuchos que Regina cargaba. Luego ella echa a
andar y él la sigue. Regina lo mira, le sonríe, y sigue para luego volverlo a
mirar.
REGINA
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¿Cómo te llamas?
RAFAELITO
Medio asustado
¡¿Yo?! Rafael.
Regina
¿Y qué edad tienes?
RAFAELITO
Catorce. ¿por qué?
REGINA
Por nada. Por preguntar.
RAFAELITO:
¿Y tú?...
REGINA
Tres más que tú. ¿Por qué?
RAFAELITO
Para saber.
REGINA
¿Todavía te gustan los muñequitos?
RAFAELITO
Con urgencia.
¡No, ya no!
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REGINA:
Vamos, no te hagas, que todavía te gustan. si no te gustan...,
Pero Rafaelito no halla que decir, y regina baja la acera y sale por cámara.
Rafaelito hace lo mismo.
Regina entra a cuadro y luego Rafaelito. Ella lo mira, ahora grave, pero siempre
provocadora y, saca la llave de la casa sin dejar de mirarlo; abre la puerta y
entra. Rafaelito, tenso y temeroso por el respeto hacia aquella casa y lo extraño
que ha empezado a instruir, pero que lo arrastra, entra también. Regina cierra
la puerta.
Regina toma uno de los paquetes de las manos de Rafaelito y este la mira
tenso.
RAFAELITO:
¿Y Ricardito?
REGINA
En el acto y mirándolo con intensidad.
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Y gira. Aunque tenso, Rafaelito mira su cuerpo. Regina coloca el paquete sobre
el mármol de la mesa auxiliar, luego va a tomar el otro y lo mira muy
sugerentemente.
REGINA
Ven...
Regina mira a Rafaelito en la puerta, a través del cristal del espejo del tocador.
REGINA
Sensual.
Entra.
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Ambos entran a cuadro por los extremos, detrás esta la cama. Se miran.
RAFAELITO
¿Y la señora rita?
REGINA
La niña va a dar a luz. Está con ella en colón. Y el señor está en la
tienda, no viene hasta después de las siete.
El brazo de Rafaelito y la mano de Regina que sube por él. Ya a nivel del cuello
Regina sube la otra mano y le toma el rostro.
REGINA
Estás muy frío.
Rafaelito traga en seco.
RAFAELITO
No es miedo, ¿sabes?, pero si llegan...
Regina, por toda respuesta, le abre la camisa y luego lo atrae y besa. Rafaelito
intenta huirle, como si quisiera verle la expresión: todo para él es nuevo. Pero
Regina lo controla y besa y besa. Mas tarde pega su rostro al de él con mucha
ternura. Finalmente se aparta.
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Ambos.
Pero casi mas Rafaelito. Regina comienza a desvestirse. Rafaelito va a ver por
primera vez a una mujer desnuda, con esa connotación la mira. Regina se
desespera viéndolo mirarla y lo atrae con furia y lo besa ya totalmente
desnuda. Después lo ayuda en el desespero de sus ropas, la que se quita
también con cierta inhibición. Pero ella lo obliga a ir juntos en torno a la cama,
siempre sin dejar de besarlo, y ambos caen sobre el lecho. en el se besan, se
besan mucho. Luego ella gira para quedar sobre él y lo sigue besando.
REGINA
¡Así no, bruto!...
Por entre los árboles filtra el sol dando una belleza irreal de primavera.
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Madre que se acerca por el patio hasta encuadrar con Rafaelito que sigue
halando agua.
MADRE
Ya está bueno ya, mi hijo. No hace falta que lo llenes.
Rafaelito:
¡Que sobre! ¡Es mejor que sobre!
La madre toma agua del tanque en un jarro y se aleja, pero antes de salir de
cuadro se detiene y mira hacia su hijo.
MADRE
Oye, tú ten cuidado ahí, que si resbalas vas a parar abajo.
Rafaelito, sin camisa y todo sudado, chapea la hierba alta del patio.
Rafaelito, con el cuerpo todo manchado de cal, pinta la cerca de madera del
patio.
MADRE (OFF)
¡Eh...
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Rafaelito deja de pintar y mira hacia la madre que entra a cuadro trayéndole un
vaso de leche.
MADRE
¿Y qué bicho le ha picado a usted hoy?!...
RAFAELITO
Todo estaba por hacer, ¿no?
MADRE
Jun..., hace muchísimo tiempo. Vaya...
MADRE
¿Y a ti que te pasa, muchacho?
Todos.
RAFAELITO
No tengo hambre.
MADRE
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RAFAELITO
Levantándose.
y sale de cuadro. el padre solo mira a su mujer, pero esta se levanta con
urgencia.
MADRE
¡Oye...,
Encuadra con él en la puerta del comedor.
RAFAELITO
No, mami, no, yo no voy para allá ahora...
MADRE
¡A este muchacho me le está pasando algo!...
¿Tú no lo notas?
PADRE
A su edad eso es normal.
MADRE
No, pero es que estoy mirando que...
PADRE
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Ríe y trata de quitarle la mano de los ojos, pero Rafaelito descubre su propio
"teatro" y comienza a salpicarla con el agua. Ambos ríen, se escuchan sus
voces mezcladas a la música.
Rafaelito, de espaldas a nosotros y vestido con la bata de casa del señor que,
desde luego, le queda grande, se seca el pelo, mira a su alrededor y avanza
hacia la mesa. Llega y hala la silla, a esta altura entra Regina conduciendo algo
de comer para la mesa.
RAFAELITO
Oye, ven acá, ¿y tú estás segura de que?...
REGINA
Interrumpiéndolo.
RAFAELITO
¡Un, ¿qué?!...
349
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REGINA
Ríe y le aprieta la cara.
RAFAELITO
Hay cosas lindas aquí.
Avanza.
RAFAELITO
Oye, ¿de dónde tú eres?
REGINA
¿Para qué quieres saberlo?
RAFAEL
No sé.
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REGINA
Hazte la idea de que no soy de ningún lugar, de que caí del cielo...,
y lo abraza.
Y lo besa. Luego...
RAFAELITO:
Regina, Regina, Regina...
REGINA
¡Oye, me lo vas a gastar, no sigas!
RAFAELITO
Eres la primera Regina que conozco.
REGINA
Conocías muy pocas cosas.
RAFAELITO
¿Y eso?
REGINA
Ríe de lo lindo.
¡Una tostadora, tonto! No me digas que aquí esta es la única tostadora
que existe...
351
352
RAFAELITO
¿Televisores? el del turco..., y el del boticario. Dos. ¡Ah, no, y el de esta
casa!
REGINA
¡¿Tres?!...
RAFAELITO
Tres.
REGINA
¡Qué ridículo!
RAFAELITO
¿Tú tienes televisor en tu casa?
REGINA
Sí, y un refrigerador...,
Avanza hacia él.
352
353
REGINA
¡No! un aire acondicionado... ¡qué mete un frío!...
RAFAELITO
La mira incrédulo y chasquea la lengua
Mentiras tuyas.
REGINA
No, de verdad. te lo juro.
RAFAELITO
¿Qué quiere decir Regina?
REGINA (OFF)
Desde la cocina.
¡¿Qué?!...
RAFAELITO
Hay nombres que quieren significar cosas, ¿no?
REGINA
¡Ah, yo qué sé!
Pero coloca el vaso sobre el plato y avanza con él hasta la mesa del comedor.
Entra a cuadro Rafaelito. Coloca el plato con el vaso en la mesa, se sienta y
pone la cabeza sobre los brazos que cruza encima de la mesa. lo mira.
353
354
REGINA
Oye..., dime..., ¿qué somos nosotros?
REGINA
Somos amantes. Pero tú no lo digas por ahí... no le vayas a hablar a
nadie de lo nuestro...
RAFAELITO
Yo no se lo he dicho a nadie. Oye, ¿y cuando la niña de a luz y vengan
todos para acá?
Regina juega con su dedo índice y la ceja de Rafaelito. Luego se pone en pie.
REGINA
En el acto.
Ya me las arreglaré.
RAFAELITO
Oye, tengo hambre.
REGINA
¡No!
354
355
Se vuelve y lo abraza.
Lo mira complacida.
RAFAELITO:
No.
Regina se separa, se vuelve y toma algo que luego lleva hacia la mesa.
REGINA
En el acto
Y mira reflexiva.
RAFAELITO
Luego de mirarla un instante.
Regina se lleva las manos tras la nuca para quitarse la toalla con la que se
cubre la cabeza, pero...
355
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REGINA
¡No, aquí no!
Y se acerca a la ventana.
REGINA
La tostadora, tonto.
Rafaelito surge de en medio del río y nada hacia nosotros en las márgenes.
Llega y sale para sentarse y mirar satisfecho hacia todo lo que es naturaleza.
356
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Regina sacude una pieza de la fina vitrina de la casa, cuando siente varios
toques en la puerta. Deja lo que esta haciendo, se coteja el uniforme y va y
abre. En medio de la acera aparece Rafaelito mirándola emocionado.
REGINA:
Hola, ¿no?
Y sonríe bella.
RAFAELITO
Sonreído.
Hola.
REGINA
En el acto.
Rafaelito mira hacia la calle conducido por Regina hacia el interior. Luego ella
también mira hacia el exterior y entra y cierra para quedar muy junto a
Rafaelito. Lo abraza. lo besa y lo mira.
REGINA
¿No te gusta...
Mira a su alrededor.
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358
RAFAELITO
Todo lo que a ti te guste a mí me parece bien.
Regina lo besa con pasión. Luego, cuando se separan, Rafaelito se busca algo
en el bolsillo del pantalón.
Mira...
REGINA
¡Qué lindo!... ¡¿cómo se te ocurrió, muchachito lindo?!
RAFAELITO
No sé...; así, pensando.
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REGINA
En el acto.
¡¡Lindo!!...
Lo besa.
¡¡Precioso!!...
Lo mira y le acaricia la cabeza.
¡¡Muñequito lindo!!...
Tengo en la casa una caja así de regalos: un reloj de oro que me regaló
mi padrino cuando cumplí los quince, porque tiene mucha plata; y un
vestido largo, blanco, de encaje, que me pongo los días de fiesta.
Llora.
¡Y muchas!... ¡muchos zapatos que me han regalado!
REGINA
¡Regálame tú también! ¡¡Qué lindo tu collar!!...
359
360
REGINA (OFF)
Bertica, la que tiene trece, ayuda un poco también. Una basura, pero son
unos pesos más.
Regina aparece echada sobre el pecho de Rafaelito y este con los brazos de
apoyo a su cabeza.
Las demás irán creciendo y seremos cuatro.
RAFAELITO
Y tú, ¿con cuánto te quedas?
REGINA
Tengo techo y comida.
RAFAELITO
Cásate conmigo, Regina.
Regina lo mira.
REGINA
¿Cómo?
RAFAELITO
Cásate conmigo.
Regina ríe y gira y sube sobre él. Rafaelito lucha para que lo atienda.
RAFAELITO
¡Oye, te lo digo en serio! ¡De verdad!... ¡oye, cállate!...
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REFAELITO
ya yo trabajo.
Regina
No, rafael, vamos a divertirnos.
A través de la puerta, vemos pasar por la calle a Regina y un hombre con tipo
de trabajador y un maletín de metal, supuestamente de herramientas.
Rafaelito, con toda urgencia, coloca la botella sobre el mostrador ante los ojos
extrañados del bodeguero, y se encamina a la puerta del establecimiento.
Calle.
Regina y el hombre avanzan hacia nosotros y, allá atrás, Rafaelito sale a la
puerta de la bodega.
REGINA
Al hombre.
¿Y hace mucho tiempo que trabajas aquí?
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CARPINTERO.
Bueno, llevo un tiempo por acá.
REGINA
No, como yo no te había visto... o sea, te había visto, pero de pasada.
CARPINTERO
Yo también te había visto.
REGINA
Adiós, rafael...
RAFAELITO
¡Adiós!
MADRE
Toma la leche, mi hijo.
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RAFAELITO (OFF)
No quiero.
MADRE
¡No, cómo no vas a querer, si estás!...
RAFAELITO
Interrumpe molesto.
¡¡Qué no quiero!!
Se le enfrenta.
Encaramada en una escalera, Regina lava una ventana. Allá abajo, molesto y
sentado en un lindo banco del patio, esta Rafaelito. Regina trata de aguantar la
risa, pero no puede. Luego se controla, pero más tarde deja caer el trapo
húmedo en el cubo que cuelga de la escalera y baja.
363
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REGINA
Mira, ven...
RAFAELITO
Bueno, ya, no te rías más...
Y echa a andar.
Me voy...
REGINA
¡No, de eso nada!
RAFAELITO
Trata de zafarse de ella.
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REGINA
Se abraza a él con ternura.
Celosito mío.
RAFAELITO
Sentí ganas de matar.
REGINA
Sonríe de lo increíble.
Rafaelito
Con urgencia.
¡No, a ti no!
REGINA
En el acto.
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Ven...
A que no me agarras...
RAFAELITO
No, no, vamos para adentro, vamos...
Regina retadora.
REGINA
Me tienes que agarrar.
Rafaelito avanza.
RAFAELITO
Dámelo.
RAFAELITO
¡Oye, no te me vas a escapar! ¿Cuánto va que te cojo?
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Regina toma por el corredor, junto a la pared, pero mirando hacia atrás. Corre
casi con el torso vuelto hacia atrás, cuando choca con una elegante columnata
y cae al suelo el búcaro con flores que se hace añicos.
REGINA
¡Ay, mi madre!...
Rafaelito avanza hasta hacer entrar en cuadro a Regina que aun mira hacia el
suelo.
RAFAELITO
¡Ahora sí!... ¡¿qué hacemos?!
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REGINA
Nada. Se rompió limpiando.
RAFAELITO
¿Y si te botan?
Rafaelito avanza decidido por el camino, seguido por el joven I. Son algunos
de los jóvenes trabajadores de las primeras escenas.
JOVEN I:
¡Rafa, Rafa, párate ahí!...
RAFAELITO
Zafándose los botones de la camisa y apartándolo por el pecho hacia un lado.
Mira, tú no te metas.
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Rafaelito avanza hasta hacer entrar en cuadro al joven ii. ambos se miran.
JOVEN II
Enérgico.
RAFAELITO
Entonces di que es mentira lo que dijiste.
JOVEN II
Agresivo.
RAFAELITO
Grita.
JOVEN IV
¡Eh, métele un piñazo, tú!
JOVEN II
Estate quieto, que si te pongo la mano...
Y sigue su camino.
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RAFAELITO
¡Oye, coño, ven acá!...
¡Tú tienes que decir aquí que lo que dijiste es una mentira!
JOVEN II
¡No es mentira, chico, es una fleterita y bien! ¡¡Fletera!!...
Rafaelito le lanza un golpe que le da por la cara y lo hace caer al suelo, luego
se tira contra él y se abrazan y dan golpes fuertes; pero el joven II, mas fuerte,
logra imponer su energía y lo mayorea hasta quedar sobre él y darle un ultimo
golpe por el rostro, luego abre los brazos en señal de triunfo y, mirándolo:
JOVEN II
¡¡¿Quieres más?!!...
JOVEN I
¿Tú ves?... Te lo dije.
RAFAELITO
Déjame solo, anda. ¡Déjame solo!
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Mas allá del patio, por la acera de una calle, va Regina con un bolso en la
mano y sin reparar en que el muchacho la ha visto.
Rafaelito se pone en pie sin entender nada, tira la toalla al suelo y sale hacia su
casa.
MADRE
¡Oye, ¿dónde vas?! ¡¡Rafaelito, ¿dónde vas?!!... ¡¡muchacho, que mira
como tienes la cara, ven a ponerte el hielo!!...
371
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Regina viene por el extremo del andén y Rafaelito corre para alcanzarla.
RAFAELITO
¡Regina!... ¡Regina!...
REGINA
¿Qué te pasó en la cara?
RAFAELITO
Contéstame.
REGINA
Mi mamá está enferma. Tengo que irme.
Lo mira de nuevo.
¿Qué te pasó? ¿Te caíste?
RAFAELITO
¿Cuándo vuelves?
REGINA
Luego de pensarlo.
No sé.
RAFAELITO
Dame la dirección.
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REGINA
No. Mejor te escribo.
RAFAELITO
¿Tienes que ir? ¿Y qué me hago yo ahora?
REGINA
te prometo una cosa: yo vengo para la fiesta de la Verbena.
RAFAELITO
¿Seguro? ¡Mucho tiempo!
REGINA
Se pasa volando.
RAFAELITO
¿Por qué ahora?
REGINA
Espérame. no te me enamores de nadie.
RAFAELITO
¿Vas a escribir?
373
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fogonero (off)
¡Arriba, arriba, que se va el tren!
REGINA
Sí...,
Proyecta.
¡Ya va!...
Lo juro.
FOGONERO (OFF)
¡Arriba, que no se puede estar esperando!
REGINA
Proyecta.
Espérese un momento.
No me olvides, Rafael.
Interior del tren. Regina entra y busca la ventanilla por donde poder mirar a
Rafaelito. Aparece Rafaelito allá abajo en el anden. el tren echa a andar.
REGINA
Espérame. Vuelvo para la fiesta de la Verbena.
374
375
Rafaelito y el padre se acercan. Vienen del trabajo. El joven tiene algo que
hacer, pero no se decide. Finalmente se detiene y mira al padre.
RAFAELITO
Yo voy ahora...
RAFAELITO
Me hace el favor...
375
376
RAFAELITO
La lista de la correspondencia.
TELEGRAFISTA
Cuando termines engánchala en el clavo.
Y sale de cuadro. Rafaelito revisa nombre por nombre la lista, pero no halla
nada. Luego vuelve a revisar, pero se desanima. Se inclina sobre el mostrador,
engancha la lista y sale del local.
Rafaelito sentado con la espalda recostada a un árbol, pela con una cuchilla
una pequeña rama. Luego mira a lo lejos.
REGINA
Bobo...
Y cierra la puerta.
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MARIA
¿Por qué te fajaste con el hijo de Álvarez?
RAFAELITO
¿Quién te lo dijo?
MARIA
Me lo dijo cabo, que se lo habían dicho en la oficina del ingenio.
RAFAELITO
En el acto.
MARIA
Atiende al trabajo, Rafaelito. Haz un esfuerzo, mi hijo. No te distraigas.
No disgustes a tu padre ni a Cabo, que están preocupados por ti.
377
378
RAFAELITO
¡Coño, si lo que tengo ganas es de morirme!
TELEGRAFISTA
Yo tú no vendría más por aquí.
Rafaelito, del otro lado del mostrador, deja de mirar a la lista de la tablilla que
tiene en sus manos y atiende al hombre.
RAFAELITO
En el acto
Y sale.
378
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PADRE (OFF)
El jefe del patio vino a verme...
PADRE
...para darme las quejas sobre usted.
La madre sale con un cubo de la casa y camina hacia nosotros, hasta hacer
entrar a Rafaelito en cuadro, sentado en el brocal del pozo y, luego de llevarse
una mano a la cintura, lo mira.
MADRE
Hálame un poco de agua ahí para que hagas algo.
Rafaelito la mira, mira el cubo y luego se pone en pie con mucha apatía y la
madre sale de cuadro. Finalmente se queda mirando hacia la madre.
379
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MADRE
¡Qué raro tú te me has puesto, mi hijo!
Rafaelito agresivo.
RAFAELITO
¡Déjame ya, chica! ¡no haces otra cosa que estarme vigilando!...
Cubo que cae y se pierde en la oscuridad del fondo, luego se escucha cuando
choca con el agua.
380
381
Puerta del patio y patio. Rafaelito viene hacia la puerta del comedor, pero
escucha voces y se pega a la pared.
PADRE (OFF)
Con Rafaelito ya yo he probado de todas las formas habidas y por
haber... y no endereza.
María con una bandeja de donde toman sus tacitas el cabo y el padre.
MARIA
Antes venía por aquí. Ya ni eso.
CABO
Chico, ¿y si yo me lo llevara a trabajar conmigo?
Rafaelito escuchando.
El padre ante cabo negando con la cabeza al tiempo que suelta el humo del
cigarro.
PADRE
Olvídate de eso, Cabo...,
Rafaelito escuchando.
PADRE (OFF)
Ya yo estoy convencido de que el muchacho no sirve para el trabajo.
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Rafaelito corriendo por la calle y los jóvenes que le salen al paso. Rafaelito ve
mala intención en ellos y aguanta el paso.
Rostros del joven i caminando.
Todos se detienen.
JOVEN I
Espero que me des la razón.
RAFAELITO
¡¿Qué te pasa a ti?! ¡No me chives!
JOVEN I
¡Míralo! ¡Gallito y todo!
JOVEN II
Oye, Rafa, yo no se por que tu la defiendes...
JOVEN I
Alguna señita que le hizo.
RAFAELITO
Le va arriba.
382
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JOVEN I
No, ya con la paliza que te di me basta. ¡Díganselo, caballeros!...
JOVEN II
Acercándose con temor.
JOVEN I
¡Dale, sigue!...
JOVEN II
Porque se la había encontrado en la cama de su esposo acostada con
un hombre.
Rostro de Rafaelito.
JOVEN I (OFF)
¡Ahora cuéntanos, dinos lo que hiciste con ella!...
383
384
RAFAELITO
Proyecta.
¡Mamá!... ¡mamá!...
¡Mamá!...
Rafaelito en la puerta del patio mirando hacia el pozo. Luego entra de nuevo al
comedor buscando algo que no encuentra.
384
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Reverso del almanaque y lo que aun Rafaelito escribe, que, con mala
ortografía, dice lo siguiente: "papa y mama, ustedes no se meresen esto que
voy a aser".
385
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la calle. Muchas parejas ya bailan, pero los muchachos pasan entre ellas, todos
se divierten. con el movimiento de las parejas, que por momento bloquean la
visión, se ve en una tarima a los músicos tocando.
Rafaelito se estira para mirar mejor hacia el portón, cuando entra la mano del
joven I y lo hace volverse.
Ambos.
JOVEN I
Oye, Rafa, olvídate de lo que paso, compadre. Ven conmigo al tiro al
blanco...
RAFAELITO
No, no, ahora no puedo. Voy ahorita.
JOVEN I
Bueno, no seas rencoroso; vemos por allá.
Pero ya se aleja.
RAFAELITO
Si, si, luego...
386
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Portón.
Entre las personas que aun entran, viene Ricardito. entrega su entrada al
portero y ve a Rafaelito, se le ilumina el rostro.
RAFAELITO
sonríe e inmediatamente se torna grave su expresión. Luego sonríe.
¿Viniste?
RICARDITO
¡¿Estás aquí?!
RAFAELITO
Ansioso y grave.
¡¿Y Regina?!
RICARDITO
¿Eh? ¿Quien?
387
388
RAFAELITO
¿Fue verdad? ¡Regina, la que trabajaba en tu casa!
RICARDITO
¡Ah, ¿quién se acuerda de eso?! Si, ¿qué te dijeron? ¡En la cama de mi
papa, compadre! ¡Pero, dicen que esta en el pueblo; la muy fresca,
parece que quiso venir a la Verbena! ¡Si mi papa la ve!...
RAFAELITO
Ilusionado.
¡¿Tú la viste?!
RICARDITO
¡No, no, ¿para qué?! ¡Oye, ¿y a ti que te pasa, eh?!
RAFAELITO
No, no, ¿que me va a pasar?
RICARDITO
Dale, que te voy a pagar los caballitos...
RAFAELITO
No, no, luego... estoy esperando..., estoy esperando a mis padres.
luego...
RICARDITO
Sale mirándolo extrañado.
Desde la calle, la gente llega con espíritu de fiesta y accede a la feria por el
portón, luego de pagar su entrada. Por entre ella, se ve en su interior a
rafaelito mirando hacia fuera, en espera de Regina.
388
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JOVEN II
Rafa, vamos, coño: Roly compro una botella de ron y nos la estamos
bebiendo con arenque ahumado...
RAFAELITO
Interrumpe.
¡No, si! ¡Si, yo voy a ir! ¡Yo voy a ir con ustedes! Pero, estoy
esperando, que mi papá me dijo... ¡yo voy a ir, yo voy a ir! Dile que me
esperen. Ve, ve...
JOVEN II
Saliendo.
Entra la gente que esta fiestando en la feria, ve llegar al grupo de jóvenes con
una botella de ron y un periódico con un pescado.
389
390
Rafaelito se contraria.
El grupo lo rodea.
JOVEN I
Date un trago.
RAFAELITO
¿Por que?
JOVEN I
¡¿Cómo que por que?!
JOVEN II
¡Date un trago, compadre!
JOVEN III
¡Dale arenque, dale arenque, para que lo pase por el gaznate!
JOVEN I
¡Cabroncito, tú nos tienes que decir!
RAFAELITO
Asustado.
¡¿Qué cosa?!
JOVEN II
¿Por qué la defendiste tanto?
JOVEN I
Imponiéndosele.
390
391
¡Cuéntanos!
JOVEN IV
Acercándose y volviendo al joven I hacia el portón.
JOVEN I
¡Llego la fleterita!...
JOVEN II
Como diciendo: “ahora es otra cosa”.
¡¿Fleterita?!...
RAFAELITO
¡Quiten!...
Más acá del portón, ya avanza Regina toda emperifollada como una prostituta y
del brazo de su evidente proxeneta. Dos matones siguen a la pareja.
391
392
Rafaelito consternado.
JOVEN I
¿Quieres que le partamos la cara al tipo ese?
JOVEN III
¡Oye, ¿tu estas loco, tu? ¡Está troncú y es gente esta armada!
JOVEN I
Insistiéndole a Rafaelito.
¿Quieres?
JOVEN I
¡Entonces, te vienes a emborrachar con nosotros! ¡Dale!
Se llevan a Rafaelito.
392
393
Que me atravesaste
El corazón;
Todo se rompe,
Todo estalla,
Y algo acaba
De morir.
Para sentir
Otra manera
De sentir,
Otra manera
De ser feliz,
Otra manera
De sufrir,
Otra manera
De vivir
Lo que hasta
Ayer era reír.
393
394
Ya yo no mando
Al corazón.
¡Qué confusión,
Qué dicha,
Qué dolor!
Creo al mirar
Que todo acaba
De cambiar,
Veo las cosas
Para amar.
394
395
Adiós, infancia,
ojala que
Te recuerde
En mi vejez
Con amor.
FIN
395
396
Telenovela
CAPITULO I
396
397
PRESENTACION:
PABLITO (canta):
397
398
Hasta la muerte,
Ya para siempre
Agradeceré vivir.
Nuevos fracasos,
Para recomenzar.
Un nuevo abrazo
398
399
No lo dejo marchar.
FOTO 9. (EN COLORES) TODOS ALREDEDOR DEL ÁRBOL, DEBAJO DEL CUAL
HA PUESTO LA MESA, Y CELEBRAN EL PRIMER AÑO DE EDAD A FERNANDITO.
FOTO 10. (EN COLORES) TODOS ALREDEDOR DEL NARANJO TAL Y COMO VAN
A APARECER ACTUALMENTE EN LA HISTORIA. OBSERVACIÓN: PUEDEN
USARSE MAS FOTOS, PERO SIEMPRE CONSERVANDO LA CRONOLOGÍA
EXPUESTA Y LA PRESENCIA Y CRECIMIENTO DEL NARANJO Y LA FAMILIA.
399
400
PITO DEL TECHO DEL CENTRAL AZUCARERO QUE AVISA PARA LA PRÓXIMA
SALIDA.
400
401
DESAPARECE LA SIRENA.
AMBIENTE DE PATIO.
401
402
402
403
403
404
LITO SENTADO ANTE UNA OFICINISTA MUY JOVEN QUE SE PREPARA PARA
METER UNA HOJA EN SU MAQUINA. LITO CONTEMPLA CON AGRADO A LA
JOVEN, O AL MENOS CON NORMAL INTERÉS.
404
405
LITO: Ey...
DES MISMO LUGAR DE DONDE SALIÓ EL JOVEN, AHORA SALE MARIELA. VIENE
SACUDIÉNDOSE LA ROPA Y ABOTONÁNDOSE LA CAMISA DE TRABAJADORA.
SALE A LA CARRETERA Y VE A LITO ALEJARSE Y NO DUDA EN LLAMARLO,
HACE ALGUNOS GESTOS Y LUEGO CORRE HACIA ÉL.
405
406
LITO: Ya veo.
MARIELA: ¿Y a usted?
406
407
407
408
408
409
409
410
SE VUELVE.
LITO: Me acuerdo.
410
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411
412
412
413
413
414
DESAPARECEN.
LOLA: Bajito.
414
415
415
416
IRENE: Te esmeraste...
Y ENTRA Y SE SIENTA.
416
417
417
418
418
419
VIRGILIO: Ahhh...
MARIELA A LA OFENSIVA.
VIRGILIO ALARMADO.
419
420
420
421
421
422
422
423
423
424
424
425
SE HACE UNA GRAN PAUSA. SOLO LITO Y ELISA HAN SEGUIDO PENSANDO EN
LA POSIBILIDAD DE LA MUERTE DE LOLA. LA NIETA MIRA A LA ABUELA Y LITO
VA DE ELLA A SU MUJER. LUEGO SE MIRAN ABUELA Y NIETA Y ESTA ULTIMA
LE DICE QUE NO CON LA CABEZA, QUE LOLA NO SE VA A MORIR.
425
426
426
427
427
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LITO: ¿Mariela?
428
429
PABLITO (canta):
Fuego en la piel,
Libre caminas,
ley.
429
430
Paloma herida,
Amor.
BIBLIOGRAFIA DRAMATICA
ADORNO, Theodoro W., Teoría estética. Taurus Ediciones, S.A., Madrid, España.
1980.
ARISTÓTELES, El arte poética. Edit. Espasa-Calpe. Colección Austral. 2da. Edic.
AUMONT, J., et al, Estética del cine. Ediciones Paidós, 1983, Barcelona, España.
BORGES, Jorge Luis, Obras completas. EMECE Editores, Buenos Aires, 1974.
Nietzsche, Friedrich, El nacimiento de la tragedia. LIBROdot.com
COMPARATO, Doc, El guionista. Publicaciones de la UAB y el Institut Catala de Nores
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D’AMICO, Silvio, Historia del teatro dramático. Instituto Cubano del Libro, La Habana,
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DA TÁVOLA, Artur, La libertad de ver. Edit. Pablo de la Torriente Brau. La Habana,
Cuba.
EGRI, Lajos, Cómo escribir una obra.
KRACAUER, Siegfried, Teoría del filme. Barcelona, Ed. Paidós, 1989
KRISTEVA, Julia, et al, Intertextualidad. “Criterios”, Unión de Escritores y Artistas de
Cuba, Casa de las América, EMBAFRANCIA, 1997.
LAWSON, John Howard, Teoría y técnica de la dramaturgia. Editora de Arte y Literatura.
Ciudad de La Habana, 1976.
430
431
LAWSON, John Howard, El Proceso Creador del Filme. Edit. Arte y Literatura. Ciudad
de La Habana. Cuba, 1986.
LESKY, Albin, El problema de lo trágico, El Teatro Griego. Edit. Pueblo y Educación.
Ciudad de La Habana, Cuba, 1975.
Thomson, George, Esquilo y Atenas. Edit. Arte y Literatura, Ciudad de La Habana,
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LESSING, Ephraín, La dramaturgia de Hamburgo. Academia. Moscú-Leningrado, 1936.
PIÑEIRO, Carlos, Teoría del montaje. Imprenta Nacional de Cuba, 1963.
POLTI, Jeorge, Las treintiséis situaciones dramáticas. Imprenta Nacional de Cuba,
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QUINTERO, Héctor, Teatro. Edit. Arte y Lieteratura. Ciudad de La Habana. Cuba, 1978.
ROUSSEAU, Juan Jacobo, Instituto Cubano del Libro, 1973.
SHAKESPEARE, Tres Tragedias. Edit. Concejo Nacional de Cultura, Cuba, 1964.
SCHILLER, Federico, Carta sobre la educación estética del hombre. Edit. Aguilar, 1963.
SEGER, Linda, Cómo hacer de un buen guión un guión excelente. Facultad de Ciencias
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cine”, Rialp, 1991.
VIGOTSKY, Liev Semionovich, Psicología del arte. Edit. Pueblo y Educación. Ciudad de
La Habana, Cuba, 1992.
Gaceta de Cuba, Reseñas teatrales de José Martí. Unión de Escritores y Artistas de
Cuba, 1997.
431
432
SINTESIS CURRICULAR
432
433
-Ha estrenado obras suyas con los grupos Teatro Estudio (1985), Bertolt
Brecht (1977), Arte Popular (l985 y 88) y El Escambray (1985).
-Escritor de las telenovelas y teleseries El Naranjo del patio, Con las manos del
presente, La Botija y Entre mamparas.
433
434
-Dramaturgista del filme venezolano Chaplin que estás en los cielos (1999).
434
435
OPINIONES ESPECIALIZADAS:
El punto de partida, los cimientos del éxito o el fracaso (de Entre mamparas) hay
que buscarlo en el guión. Por ello conversé con Gerardo Fernández, un escritor
experimentado en la radio, el cine, la televisión y el teatro. Vale decir que no
estamos ante alguien que, con sólo buenas intenciones, esté lanzando golpes de
ciego. Investigador acucioso, profesor infatigable, él conoce el calibre y el
alcance de sus armas, y puede separar lo que es auténtico de lo que sólo es
ruido y humo.
Igual que la semana pasada es Gerardo Fernández el autor que ocupa nuestra
crónica, en esta oportunidad para referirnos a su pieza La familia de Benjamín
García, obra que por derecho propio se inscribe en lo mejor del teatro cubano de
todos los tiempos.
El guionista sabe armar de fibra dura a los protagonistas y más de una escena
lleva la impronta indiscutible de la maestría en el diseño y desarrollo de
situaciones limites. (...) Quizá la mirada de Fernández sobre las tensiones
internas que pueden darse en el seno de una familia promedio cubana sea uno
de los más fieles retratos de una zona de nuestra cotidianidad.
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Con Gerardo Fernández, pasé durante un año el curso de guiones de cine, radio
y televisión La Habana. Me propició elementos diferentes, que ayudan al teatro;
pero especialmente, para escribir para la radio, donde fui finalista del Premio
Margarita Xirgú 2001, y me preparó para trabajar en dos ocasiones con la BBC
de Londres y ser nominado junto a la guionista inglesa Jenny Buckman, para el
Premio del Gremio de Escritores del Reino Unido, en el 2008.
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