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Unidad 3: Dios nos invita a vivir de verdad: los mandamientos y la oración.

Objetivos de la unidad: Comprender los mandamientos como la forma de vivir


plenamente a la que Dios nos invita en el amor y la oración como una relación de
encuentro con el Padre.

Semana 12: Amar a Dios sobre todas las cosas.


"Amemos a Dios y adorémosle con corazón sencillo y espíritu puro,
que eso busca El por encima de todo". San Francisco de Asís.

Objetivo de aprendizaje: Identificar en los tres primeros mandamientos la necesidad


que el hombre tiene de vivir para Dios y alcanzar así su plena libertad.
Conceptos clave: mandamientos, libertad, amor, Nombre de Dios, día del Señor.

El Mandamiento principal: Mc 12, 28-34


Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que les había
contestado bien, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el más importante de todos? Jesús
respondió: El más importante es: "ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO DIOS, EL
SEÑOR UNO ES; Y AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA
TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA." El segundo es éste:
"AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO." No hay otro mandamiento mayor que
éstos. Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que ÉL ES UNO, Y NO
HAY OTRO ADEMÁS DE ÉL; Y QUE AMARLE CON TODO EL CORAZÓN Y CON TODO EL
ENTENDIMIENTO Y CON TODAS LAS FUERZAS, Y AMAR AL PRÓJIMO COMO A UNO
MISMO, es más que todos los holocaustos y los sacrificios. Viendo Jesús que él había
respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se
aventuraba a hacerle más preguntas.

1. El Mandamiento del amor.


En la unidad anterior estudiamos cómo Dios se hace presente y nos acompaña
en toda nuestra vida en sus sacramentos. En esta última unidad estudiaremos cómo

1
Dios sigue saliendo al encuentro del hombre en sus mandamientos para orientarlo a la
verdadera felicidad; y cómo seguimos unidos a Dios mediante la oración.

El texto del evangelio que inicia esta clase es la última parte de un diálogo que
entabla Jesús con los fariseos (especialistas de las leyes judías) donde pretenden
poner a prueba al Señor en cuestiones de fe. La pregunta que contiene el episodio
bíblico, refiere a lo esencial de la fe cristiana: amar a Dios. El punto principal de la fe
cristiana y la síntesis de los diez mandamientos es el amor a Dios y al prójimo,
cuestión que cumple cabalmente Jesús. En rigor, es Jesús el modelo a seguir para
cumplir con el mandamiento del amor.

 ¿Qué es la caridad? Dios nos hace participar de su amor sobrenatural. Esto es


la virtud teologal de la caridad. El amor es algo humano, pero la caridad es
mucho más que eso, pues nos permite amar en medida superior a nuestras
fuerzas. Es por eso que la caridad es el amor sobrenatural, un regalo que Dios
da al hombre y que éste libremente está llamado a practicar. La caridad nos
enseña a amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros
mismos, incluso a nuestros enemigos por amor a Dios. Es la virtud por
excelencia porque su objeto es el mismo Dios y el motivo del amor al prójimo
es Él mismo. Es por eso que de las tres virtudes teologales la caridad es la reina
de todas, ya que es el mandamiento nuevo que nos dio Cristo, por lo tanto es la
base de toda espiritualidad cristiana. Es el distintivo de los auténticos
cristianos.

 El episodio Bíblico que abrió esta clase nos deja varias enseñanzas:

 No hay conflicto ni separación entre el amor verdadero a Dios y el amor


al prójimo. El amor al prójimo es la expresión auténtica de nuestro amor a
Dios. En efecto, el amor se manifiesta y se realiza en relación al prójimo, ese es
el criterio para saber si es que amamos a Dios: “Si alguno dice ´amo a Dios´ y
odia a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve,

2
no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento:
que quien ama a Dios, ame también a su hermano”1.
 Nadie puede presumir amar a Dios por sus propias fuerzas2, en efecto, ese
amor es fruto de la gracia de Dios, del mismo modo que amar al prójimo,
incluso a nuestros enemigos. Es decir, el amor a Dios y al prójimo es un regalo
de Dios.
 ¿Qué podemos decir de los Diez mandamientos? 1) en una primera
impresión nos podrían parecer algo restrictivos, sin embargo, tal como lo
hemos visto, el centro de su cumplimiento es el amor; 2) los diez
mandamientos son la respuesta de un amor libre que el hombre está llamado a
dar a su Dios3 que tanto lo ama; 3) los mandamientos nos enseñan la
verdadera humanidad del hombre e indirectamente deberes esenciales que
están inscritos en nuestra naturaleza de persona humana4. De alguna manera
los diez mandamientos nos recuerdan lo que ya está en nuestro corazón.

2. Primer Mandamiento: “Yo soy el Señor tu Dios. Amarás a Dios sobre todas
las cosas”5.

¿Qué significa amar a Dios por sobre todas las cosas? 1) Esta afirmación no
nos está diciendo que dejemos de amar a las personas, pues ya dijimos que no hay
conflicto en amar a Dios y al prójimo al mismo tiempo. Más bien, la frase hace
referencia a que el ser humano logra ordenar su vida, sus relaciones con las
personas y con los diferentes medios que disponemos en la lógica del amor a Dios,
pues reconociendo el origen de ellos alcanza una capacidad más gratuita y libre de
amar. Si Dios no está en el origen de nuestro amor por las personas y las cosas de
este mundo, corremos el peligro de perder nuestra libertad ante ellas, generando
dependencia que nos terminan esclavizando. 2) Y también nos invita a que nuestro
1
1 Jn 4, 20-21
2
Cfr. Monseñor Felipe Bacarreza, La Palabra era Dios, UCSC, 2000, p. 33
3
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2083.
4
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2070. Este temana se profundizó en la clase de ética
correspondiente a la semana 2.
5
Ex 20, 2-5

3
quehacer diario, nuestro trabajo, nuestros estudios y las relaciones humanas se
hagan con el corazón dirigido al amor de Dios. Jesús, nos invita por medio del
primer mandamiento a vivir cotidianamente en el amor de Dios.
¿Qué hechos ofenden a Dios? amar las cosas materiales, seguir a falsos ídolos, la
búsqueda desenfrenada del placer y del poder. Así también la superstición, es
decir, confiar en otras cosas y no en Dios; también negando la existencia de Dios;
rechazar y odiar al prójimo; y la persecución de cristianos. Todo eso ofende a Dios
porque lo reemplaza y/o distorsiona lo que es.

3. Segundo Mandamiento: No tomarás el Nombre de Dios en vano6.

Para explicar este mandamiento podríamos hacerlo a través de un ejemplo: a


nadie le gustaría que le propinaran una palabra ofensiva a alguno de nuestros
familiares o amigos, ni menos hacia nosotros. Si eso ocurre es muy probable que
manifestemos nuestro repudio a ese acto. Si Dios es nuestro creador y la fuente del
amor, con más razón entonces la actitud hacia Él tiene que ser de un profundo
respeto, pero también de adoración. En este sentido, el segundo mandamiento nos
invita a que tengamos deferencia y respeto a Dios7, nombrándolo tal cual es: Dios.
En efecto, es una ofensa a Dios que sus hijos usen mal su Nombre o bien juren en
falso a Nombre de Él, pues contradice la Verdad que es el mismo Dios. Jesús como
Hijo de Dios, merece también nuestro respeto y deferencia a la hora de referirnos a
Él. En suma, este mandamiento nos llama a tener una actitud de respeto cuando
nos referimos a Dios y también hacia las personas, pues, tal como dijimos, amar a
Dios implica necesariamente amar al prójimo.

6
Ex 20, 7; Dt 5, 11.
7
Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2144.

4
4. Tercer Mandamiento: Santificar el día del Señor8.
Hay que recordar que el día de descanso para los judíos, antes de la
resurrección de Jesús, era el día sábado: El día séptimo será día de descanso completo
sagrado al Señor9. Sin embargo, poco a poco se fue perdiendo el sentido del sábado:
había quedado como un simple cumplimiento, incluso se negaba de servir al prójimo.
Jesús encara esta situación: Es lícito hacer en sábado el bien en vez del mal, salvar una
vida en vez de destruirla10.

 ¿Qué significa ahora entonces este mandamiento? El día sábado llega a su


plenitud en el día de la resurrección de Jesús. Algo extraordinario tuvo que
pasar para que una tradición tan arraigada en la cultura como lo era descansar
el sábado se trasladara para el día domingo. Nada más extraordinario que el
triunfo del amor manifestado en la resurrección de Jesús pudo cambiar esa
tradición. La resurrección del Señor ocurrió el primer día de la semana 11, es
decir, el día domingo, pues el último día de la semana era el sábado. En virtud
de la resurrección de Jesús, el domingo se transforma en el día del Señor, en el
que adoramos al Dios de la vida, pues ha vencido a la muerte para siempre.

 ¿Qué importancia tiene la Eucaristía como santificación del día del Señor?
Es por la misma razón que la Iglesia dispone como ley de amor y de adoración
a Jesús asistir a Misa los domingos y además solemnidades importantes12. Te
habrás dado cuenta que no es un capricho de la Iglesia el haber impuesto el
domingo como día de adoración a Dios, sino que responde más bien a un
acontecimiento que es fruto de la resurrección de Jesús: El primer día de la
semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan18.

8
Ex 20, 8-10
9
Ex 31, 15
10
MC 3, 4
11
12
Cfr. Mt 28, 1; Mc 6, 2; Lc 24, 1; Jn 20,1
En Chile los días de precepto son: 15 de agosto Asunción de la Santísima Virgen; 1 de noviembre día de
Todos los Santos; 8 de diciembre día de la Inmaculada Concepción; y 25 de diciembre Navidad

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